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ANALES

Historia y filosofía de la medicina MEDICOS

Vol. 51, Núm. 2


Abr. - Jun. 2006
pp. 84 - 89

Tres poetas médicos mexicanos de la era moderna


Enrique Cárdenas de la Peña*

... ¿es que uno nunca es uno cuando está de- no por ello distan de ser excepciones— donde se
lante de los demás, o es que uno es sólo uno ha sabido mantener un equilibrio admirable entre
cuando está delante de los demás? sus ocupaciones médicas y literarias. Lo usual es
hallar los extremos: un Pío Baroja en el disfrute de
Una noche en la historia del mundo— su prosa casi siempre vernácula, aunque no se des-
De: Tuyo es mi reino. Abilio Estévez pegue de la práctica médica durante toda su vida,
o un Santiago Ramón y Cajal, embebido de conti-
nuo en su monumental e impresionante obra cien-
Introito tífica, aunque no se prive de entregarnos sus Char-
las de café o El mundo visto a los ochenta años.
Sin caer en la discusión sórdida, más bien diálogo,
centrado en el aclarar si los poetas médicos son Composición
quienes han colgado los trastos profesionales de la
medicina para dedicarse a labrar cuartillas bien Dejemos pues esta ruptura y vayamos al grano. He
combinadas, y si a su vez los médicos poetas sólo escogido, dentro de los tres ejemplos que expongo
muy a hurtadillas, en ocasiones críticas, responden a vuestra consideración, en primer término a Elías
a su vena dizque poética, esta noche quiero rendir Nandino, desaparecido ya, a quien todavía conocí
homenaje a tres conocidos míos a quienes tuve cuando ejercía como ginecólogo en nuestra ciudad;
oportunidad de espiar de lejos o de atisbar de cer- después, a Enoch Cancino Casahonda, que si fre-
ca, muy a la deriva, con el intento de no perder cuenta andares políticos halla en registro dentro de
esa su cosecha recia empapada en dolor y sangre, los individuos correspondientes de la Academia
obligadamente dentro de su retraimiento y su des- Mexicana (de la Lengua); y a la postre a Ricardo
gaste anímico. Debo advertir que a un amigo, Fer- Pérez Gallardo, cirujano, según supongo, ya maltre-
nando A. Navarro, en su regio discurso de ingreso cho por la edad, quien tuvo el mérito de ser uno de
a la Asociación Española de Médicos Escritores y los fundadores de la Sociedad Mexicana de Historia
Artistas, intitulado Viaje al corazón de uno mismo. y Filosofía de la Medicina. Aclaro anticipadamente
¿Por qué demonios escriben los médicos?, desde que mi visión acerca de cada uno de ellos debe con-
luego la separación a distancia le parece artificio- siderarse, en obvio de tiempo, sumamente restringi-
sa, sobre todo cuando se encuentran ejemplos da: un boceto, un vislumbre, una especie de gota de
como el de Gregorio Marañón y otro más —que rocío dentro de su obra múltiple que aquí es casi
una muestra. Veamos a cada quien.
edigraphic.com
Elías Nandino. Nace y muere en Cocula, Ja-
* Academia de la Lengua. Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de
la Medicina. lisco, 1903-1993. Dirige la revista Estaciones
Recibido para publicación: 05/03/06. Aceptado: 30/03/06. e, incansable hacedor de una poesía sutil, fina,
Correspondencia: Dr. Enrique Cárdenas de la Peña cincelada, que maneja con asombroso empeño,
M.A. de Quevedo 962-304, Coyoacán, 04000 México D.F. enamorado de la muerte y de la noche en sus
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Nocturnos, exprime su sensibilidad y la coloca


sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c Mi cuerpo es el sepulcro en el que escondo
acihpargidemedodabor
flor de piel. De tanto girar las palabras, las los fósiles instintos
decanta, las perfila, las angustia en el sitio que como peces ciegos
exacto del pensamiento, donde hiere nuestras torpemente se mueven en mi sangre,
fibras más íntimas. Tal vez canta un amor de- Soy lo que ya viví, lo que se ha ido
solado y un noble desaliento. Tras sus décimas y persiste envainado en mi memoria:
y sonetos cincelados, en Nocturna suma desco- arena seca, testimonio exacto
rre una queja silenciosa. Desenvuelve su lira en de que por ella transitaba un río.
Nocturno día, Nocturna palabra, Eternidad del
polvo. Obtiene el Premio Nacional de Ciencias Soy amor hecho garras,
y Artes en Literatura, 1982, y en sus últimos añejo cementerio de recuerdos,
años, refugiado en su pueblo natal, dedica su un hombre que sin rumbo
tiempo a la práctica de una obra social verda- prosigue resbalando cuesta abajo
deramente humanitaria. sin que nada ni nadie lo detenga.
De él retorno Un beso, poesía dedicada y tierna,
y la expresión más última, prefacio a su libro Cer- Pero,
ca de lo lejos, así nombrado: a pesar de la carga de los años,
permanezco enamorado de la vida
Un beso y a la vez de mi muerte:
simbiosis en que fundo mi existencia.
Un beso en la boca
Al borde del peligro,
Despierta otro beso
casi al filo
Y mueren los dos en un
del silencio absoluto e infinito,
Eco...
me pregunto a mí mismo:
¿Qué, me retiene aún en este mundo?
Un beso en los ojos
¿Cuál será la razón porque subsisto?
Arranca una lágrima
que tímida rueda Reflexiono... y encuentro que la única,
y se acaba... la que me impide abrir la puerta falsa
para huir accionando a sangre fría,
Un beso sin beso la que aún me permite amar las rosas,
es un deseo asomarme a los ojos de los niños,
que siempre se queda palpar la adolescencia
en el alma... de las huyentes ondas de los ríos
¡Yo prefiero besarte y, en las tardes, beberme los crepúsculos
sin besos con avidez, en último arrebato:
y dejar el deseo suspendido! Es estrictamente, la esperanza insosegada
de acabar de expresar mi poesía.

Cerca de los lejos (como pensamiento de mu- Ella es la que me arraiga en esta tierra,
chos) la que me incita a contemplar el rostro
en el tiempo sin tiempo que demoro el cielo, por las noches,
orillado al acaso edigraphic.com y abarcar un sinnúmero de estrellas.
donde el hombre consuma su naufragio: Ella es la que me infunde, todavía,
me interrogo en silencio y analizo el deseo de engarzar las palabras
lo que queda de mí, lo que me apoya una a una, abusando que se impregnen
para impulsar mis últimos arrestos. de mi embriaguez de cósmica energía.
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Al vivir mi esperanza olvido todo sin mácula”. En 1974 :ropingresa a la Academia


odarobale FDP
para entrar en el orbe del lenguaje Mexicana; Mauricio Magdaleno, autor de El Res-
a descubrir su intimidad desnuda, plandor,
VC ed responde su discurso inicial. Su Canto a
AS, cidemihparG
y poderles donar a mis vivencias Chiapas es premiado con la Flor Natural en los II
la metáfora exacta Juegos Florales de Tuxtla
arapGutiérrez, 1949, por un
o el hallazgo adecuado de una imagen. jurado que podríamos llamar de lujo: Carlos Pelli-
La riqueza mayor que yo concibo cer; Andrés Henestrosa
acidémoiB y Rómulo
arutaretiL Calzada. En
:cihpargideM
se basa en alcanzar que mi poema 1956 obtiene el Premio Ciudad de México con
exprese, comunique Perfiles de barro y Juárez. Entre sus libros cuen-
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
mi inquietud metafísica, mi asombro tan: Con las alas del sueño, Estas cosas de siem-
ante la inmensa bóveda celeste pre, Tedios y memorias y, su más reciente selec-
donde la luna, astros y planetas ción, Ciertas canciones y otros poemas. Escoge-
avanzan suavemente, mos, así al acaso, un fragmento de Fantasmas,
como barcos de luz Ser solamente y, con justicia, su devoción al te-
que desde otro lejano firmamento rruño, hoy en recuerdo como cuando en 1989,
navegan y hacen rumbo mientras políticamente alcanzaba la presidencia
hacia la rada de mi pensamiento, municipal Tuxtleña.
y mi duda, la duda inquebrantable
que construye y que derrumba Fantasmas
dioses y mitos, dogmas y teorías,
hasta hacerme rodar en las tinieblas Cuántas cosas se quedan en la pluma
como gota de lumbre en agonía. que no ejercita la obra imaginada,
cuánta cosa que fue, no siendo nada,
Ella es mi esperanza, lo que tengo se marchó por la luz de una mirada,
para llenar mis horas de monólogos, cuántas sombras de amor,
a que fundida con mi pensamiento que fueron sombras,
nunca me deja que me sienta solo. habitaron la casa abandonada

Poesía inexpresada, que me remuerde Ser solamente


la conciencia como una deuda innata la inquietud de la hormiga
que no me deja morir, ni vivir; buscando su hormiguero
porque aún no he podido liquidarla... y no llevarse a cuestas el universo
sino la hojita seca,
la migaja de pan,
Enoch Cancino Casahonda. Oriundo de Tux- una esquirla del hueso de la luna.
tla Gutiérrez, 1928, es considerado como una de
las ramas fundamentales del tronco poético chia-
paneco a la vera de Rosario Castellanos y Jaime Canto a Chiapas (tierra hoy tan dolida)
Sabines. Graduado en medicina, irrumpe en la
poesía con estallidos fulminantes. Sin falsas pre- Chiapas es en el cosmos
tensiones, hasta con desdén, cobija aparentes ni- lo que una flor al viento.
miedades, personajes modestos, quehaceres re-
signados. Para Alfredo Cardona Peña sus poemas edigraphic.com
Es célula infinita
“se leen y festejan como paisajes interiores y que sufre, llora y sangra.
ventanas de campo en donde los temas de la
muerte, del amor y de la vida —triángulo de eter- Invisible universo
nidades— proclaman la verdad de una vocación que vibra, ríe y canta.
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Chiapas un día lejano, Percibí en ella


y serena y tranquila y transparente, una sed insaciable de nuevos horizontes,
debió brotar del mar ebrio de espuma una ansia inconfesada de compartir su vieja voz
o del cósmico vientre de una aurora. de arrullo,
Su triste voz
... Y surgió, inadvertida (triste como la imagen del indio
como un rezo de lluvia entre las hojas, clavada entre la cruz de sus caminos).
tiene como la brisa,
tierra como un suspiro, Mas supe también que Chiapas era
pero surgió tan honda, el callejón aquel donde ladraba el tiempo
tan real, tan verdadera y tan eterna aquel olor a lluvia que cantaba
como el dolor, que desde siempre riega la santidad de nuestras almas niñas.
su trágica semilla por el mundo.
Y supe además, que a ratos era
Desde entonces, Chiapas es en el cosmos una fiesta en el barrio,
lo que una flor al viento. el aroma infinito de una ofrenda
y una marimba desafiando al aire
Chiapas nació en mí profanado de cohetes y campanas.
con el beso primero ñeque mi madre
marcó el punto inicial del sentimiento. ¡Chiapas¡
He de volver a ti como suspiro al viento,
Chiapas creció en mí como un recuerdo al alma.
con los primeros cuentos de mi abuelo,
en la voz de mi primer amigo He de volver a ti
y en la leyenda de mi primera novia. como el cordero fiel de la leyenda
para ser una nota, que perdida,
Desde entonces, Chiapas es en mi sangre rogué en la soledad de tus veredas.
beso, voz y leyenda.
Para ser “uno más” entre tus redes
Y fue preciso tejidas con el hilo de incienso,
que el caudal de los años se rompiera y beber el poema de tus noches
sobre mi triste vida solitaria, en la leyenda azul de tus marimbas.
como la espuma en flor, de roca en roca,
para saber que Chiapas no era sólo no, Y cuando viejo, solo y abatido,
para saber que Chiapas no era sólo estrella, Se aproxime el final de mi existencia
brisa, luna, marimba y sortilegio. Ha de besar tu tierra para siempre.

Para saber que a veces también era A esa bendita tierra


la indescriptible esencia de una lágrima que cual ella me hiciera
algo así como un grito que se apaga con un alma de cruz y de montaña.
y un suspiro de fe que se reprime.
edigraphic.com
(Supe que Chiapas no era sólo el insomnio de la Ricardo Pérez Gallardo. Originario de Méxi-
selva co, Distrito Federal, nace en 1911 y desde edad
besando la palabra de los vientos temprana siente el retintín de la poesía en su
el río llorando epopeyas mundo y en su verbo interior, lo que lo conduce
en el torrente de las horas viejas...) a obtener triunfos sucesivos en las Flores Natu-
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rales donde participa, en particular el botón de La epopeya del barro


dalia en Taxco, 1972, por el relato en verso La
epopeya del barro, que en suma de galardones En las manos de los hombres
cosechados demuestra su felicidad poética crea- el lodo cobró vida y se hizo forma,
tiva. Sensitivo, emocional, decanta bellamente y se hizo verso... y se hizo canto.
las líneas que planea con inspiración inusitada.
Con frasco de cadencia singular, también se En el amanecer del mundo,
ocupa en publicar una Antología de escritores en la clavada leyenda de los tiempos arcaicos
médicos mexicanos única hasta ahora. Inquieto, el hombre sintió su soledad
cuidadoso en guardar cuanto de literario pueden porque el mundo le era adverso
abarcar los médicos, con espíritu de grupo es y le era extraño.
uno de los fundadores de la Sociedad Mexicana
de Historia y Filosofía de la Medicina, y director Un día se detuvo, transformó su pensamiento
creativo de la Asociación Mexicana de Médicos y se hizo humano.
Escritores en 1975 con colegas de la talla de
Rubén Marín, Juan Alberto Sanén, Gonzalo Dejó entonces la honda vagabunda,
Peimbert Alcocer, Francisco Fernández del Cas- dejó de ser un átomo errante y solitario
tillo, Carlos Vejar Lacave y otros más, infortuna- se le metió el paisaje en las pupilas
damente idos. De su cosecha resaltan Los pere- y se quedó enclavado
grinos del sueño, Los dones desterrados y Ani- en un rincón de la montaña
mal en fuga. Cae un fragmento de Nocturno, y para mirar el vuelo de los astros.
el grato sabor de boca transmitido por su trova
más conocida: ASÍ FUE. En el desfile de noches infinitas
y de días infinitamente largos,
Nocturno aprendieron los dedos intranquilos
el lenguaje escultórico del barro.
Suntuosos velos de novia Sentía el hombre un impulso creador
las nubes están tejiendo y lo ignoraba.
y lucen de plata antigua
los montes y los potreros. Se estremecían sus manos
¡La noche está engalanada!: en el lodo, lo amaba voluptuosamente
brillan los pinares viejos, con ansia febril de enamorado,
brillan los cauces del río, y era placer acariciar la tierra dócil
brillan también los senderos! ... como a la hembra que vivía a su lado.
y nadie quiere mirarlos,
nadie se ocupa de ellos. Surgió la forma inesperadamente,
modelada en barro,
¡Qué derroche de belleza!: convertida en gozo y en promesa,
los hombres están durmiendo El hombre demiurgo la había creado,
Esta soledad agreste Pero sus esculturas
Que huele a clavo y romero, y todos sus esfuerzos eran vanos:
se va metiendo en el alma el polvo volvía al polvo
con su ronda de luceros. edigraphic.com y la forma se fugaba de las manos.
¡Y es para mí todo el campo,
y es para mí todo el pueblo, Discurrieron siglos de inútiles proyectos,
que sólo yo sé mirarlos eternidades de estériles ensayos,
bajo la luna de enero! ... hasta que se hizo realidad el mito
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y el hombre, en posesión del fuego realizó el Y es que se abría para ellos,


milagro: afiebrados,
la forma se hizo perdurable, un mundo al que de pronto penetraban
y pudo escribir para todos los tiempos como audaces gambusinos ávidos
el lenguaje del polvo modelado. para asaltar el bajel de las auroras
y llevarse el Vellocino conquistado
Desde entonces los anónimos artistas ¡Odisea sublime de los anónimos artistas!
cuántas obras bellas realizaron, ¡Inefable Iliada de los orfebres ignorados!
cuántas ansias infinitas ¡No hubo nunca un rapsoda que cantara sus an-
en la arcilla aprisionaron, helos!
Cuántas cosas aprendieron ¡Ningún trovero siguió la huella de sus pasos!
Que jamás nunca soñaron.
¡Oh, la euritmia de las ánforas! Y sin embargo,
¡Oh, la sed inextinguible de los vasos! en la cerámica está escrita
¡Todo un mundo que se fuga en la tremenda historia del pasado,
estatuillas! porque todos los pueblos, en todas las edades,
¡Todo un río en el vientre de los cántaros! aprendieron el lenguaje del barro
¡Mil ensayos para lograr una vasija! y la forma se hizo alquimia
¡Mil vidas para forjar un incensario! entre sus manos.
Y no bastaba eso,
algo faltaba en la desnudez del barro. Esta fue la apoteosis
¿Cuál sería el artista primitivo del lodo despreciado,
que tuvo la osadía del primer trazo? la oración franciscana de la tierra,
¿Cómo se gestó la greca?; ¿de qué raíces ¡la epopeya magnífica del barro!
del instinto
surgió el dibujo ante los ojos asombrados?

Imagino el placer de esos orfebres


amasando con la tierra un mundo de Remache
formas no soñado;
la alegría material transparente He querido presentar tres engarces: el de la expec-
de saber que se está creando, tativa de muerte, el del rincón donde nacemos, el
de sentir cómo surge algo nuevo cada día de la arcilla de la cual estamos impregnados. En
en la fiebre alucinada de los dedos embrujados una sola esfera girante, la del existir que no es sino
¡Yo imagino la sorpresa luz y sombra, principio y fin. Y asomarme con ta-
y el arrobo infantil e inesperado, les engarces al grave y eterno confín del poema
al mirar increíbles fantasías médico. Una poesía con los médicos en los aires,
que de la nada van brotando! las nubes, el rodar de los astros. Aquí estamos ad-
¡Y pienso que nunca los hombres han sentido heridos a ella, dentro de un conocimiento donde
el gozo que sintieron en los tiempos arcaicos somos más etéreos, mayormente ideales, tal vez
cuando por vez primera la pasión creadora esperanzados en un futuro más sencillo y más al-
hizo latir sus corazones exaltados! canzable, pero también más deleznable.
edigraphic.com

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