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LAS BIENAVENTURANZAS
Antes de comenzar a exprimir esta bienaventuranza para extraer su riqueza, es necesario revisar 2
aspectos generales:
A.1.- No hay verbo que acompañe a la palabra bienaventurado.
Se podría esperar que en el original diga “Son bienaventurados los…” como fue traducido en las
biblias inglesas, sin embargo, están en cursiva para indicar que fueron añadidas (Blessed are…). ¿A
que se debe esto? Primeramente, Cristo no declaró las bienaventuranzas en idioma griego sino en
arameo, un tipo de hebreo antiguo. El objetivo de Cristo no fue hacer una afirmación sino utilizar un
recurso del idioma hebreo antiguo para hacer una exclamación, la que resulta como: “¡Oh la
bienaventuranza de…!”. Es el mismo caso utilizado en el Antiguo Testamento, para el Salmo 1:1 “¡Oh
la bienaventuranza del varón que no anduvo en consejo de malos…!” Por lo tanto, las
bienaventuranzas del Sermón del Monte no son afirmaciones sino exclamaciones:
¡Oh la bienaventuranza de los pobres en espíritu…”
Esto es muy relevante pues nos muestra que las bienaventuranzas no son esperanzas futuras de algo
que podría ser, no hablamos de ideales inalcanzables, ni quimeras imposibles del corazón de un
creyente, sino que son felicitaciones de algo que se conquistó, de algo que ya es. Las
bienaventuranzas no pueden posponerse para un futuro Reino de Gloria, sino para ser
experimentadas aquí y ahora. Es verdad que alcanzaremos una plenitud de esta dicha o felicidad al
estar con Dios por toda la eternidad, pero a pesar de eso es una realidad que se puede disfrutar en
esta vida, pues estas son una expresión de la emoción jubilosa y radiante de ser seguidor de Cristo;
vivir un cristianismo triste y/o tenebroso es absolutamente inconcebible ante la realidad que nos
ofrecen estas 9 bienaventuranzas.
B.1 La palabra griega usada para POBRE es la palabra PTÓJOS. Existe un nivel de pobreza
donde el hombre trabajador, sin ser rico, pero tampoco indigente, puede generar el sustento básico
para vivir. Sin embargo, la palabra PTÓJOS usada en esta bienaventuranza apunta a la pobreza
absoluta, es decir, aquella pobreza que golpea y nos pone de rodillas, en otras palabras, describe al
hombre que no tiene absolutamente nada, aquel que está hundido en su miseria. Si pudiéramos
parafrasear, esta bienaventuranza sonaría algo así:
Bienaventurado el hombre que esta golpeado por una pobreza absoluta,
o Bendito es el hombre que esta en una posición absoluta de indigencia.
Si bien es cierto este es el análisis del termino “Pobre” en griego. Bueno, las bienaventuranzas no
fueron dichas en griego sino en hebreo antiguo, por lo que en este caso se usan los términos ANÍ o
EBYÓN las cuales significan “el hombre que, por no tener ningún recurso terrenal, pone toda su
confianza en Dios.” Así que en hebreo se usaba la palabra POBRE para describir a una persona
humilde e indigente que pone toda su confianza en Dios. Este es el término usado en
Es interesante darnos cuenta que los salmos describen que estos POBRES agradan a Dios, y que su
favor esta con ellos, por ejemplo
Salmo 35:10
“Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al
afligido del más fuerte que él, y al POBRE y menesteroso del que le despoja?”,
Salmo 68:10
“Los que son de tu grey han morado en ella;
por tu bondad, oh Dios, has provisto al POBRE.”
¿Qué tienen estos pobres que mueve el corazón de Dios para defenderles y proveerles?
La respuesta se encuentra en su profunda necesidad, su carencia, su total miseria, su despojo
absoluto de recursos terrenales, su indigencia o pobreza tal que solamente su mirada se encuentra
fija en el cielo, pues esperan y confían plenamente en la provisión de Dios. Estos pobres poseen 2
profundas verdades de la realidad: 1.- Están totalmente desligados de las cosas porque saben que
las cosas no tienen la capacidad de dar felicidad o seguridad. 2.- Estos pobres dependen totalmente
de Dios, porque saben que solo Dios puede darles ayuda, esperanza, y fuerzas.
No debemos pensar que esta bienaventuranza considera bueno la pobreza material. La POBREZA NO
ES NADA BUENO. Cristo jamás hubiera llamado “Bendito o Feliz” a un estado en que las personas
viven en asentamientos y no tienen lo suficiente para comer, y que por consiguiente su salud se
deteriora porque todo esta en su contra. Esta POBREZA ES UN MAL QUE EL EVANGELIO TRATA DE
ELIMINAR. Tampoco se refiere a personas con falta de carácter o con una personalidad de bajo perfil.
La POBREZA QUE ES BENDITA es la pobreza EN ESPÍRITU, es decir, cuando la persona se da cuenta
de su absoluta falta de recursos para enfrentarse a la vida, tiene relación con esa profunda necesidad
en el corazón de recibir de Dios aquello que por sus propios esfuerzos jamás alcanzará (1Tim 1:15),
es aquel corazón que reconoce su condición pecadora (Lc 5:32), no solo reconoce cuan perdido
estaba sino también cuan perdido estaría alejado de nuestro Dios (Lc 19:10), por lo tanto “el pobre
en espíritu” reconoce su condición pecadora, y que esta destituido de la Gloria de Dios (Rom3:23), y
se humilla ante su Señor para vaciarse de todo aquello que roba lugar a lo que Dios desea derramar
(2Cor 4:7), poniendo su confianza en Dios para que le perdone y le reciba en su Reino.
A.- Para comenzar a exprimir esta bienaventuranza y extraer su riqueza, es necesario conceptualizar
el término “LOS QUE LLORAN”. La palabra usada para llorar es una de las más fuertes que existe
en el griego. Es la que se usa para expresar un llanto intenso, es el llanto del duelo por los
difuntos, para expresar el apasionado lamento por la muerte de alguien que se ha amado
entrañablemente. No se refiere al "llorar" por ambiciones fallidas, ni por haber perdido riquezas, ni
por haber sido avergonzado, ni por haber sido castigado por alguna maldad. No hay bendiciones para
los que lloran por estas causas, a menos que se arrepientan. Tampoco promete bendición para
aquellas almas pesimistas que viven lloriqueando por su mala suerte, diciendo que todo el mundo
está en contra suya. La versión griega del Antiguo Testamento denominada Septuaginta usa este
término en el llanto de Jacob cuando dio por muerto a su hijo José, es un pesar tan fuerte que no se
puede ocultar, no se pueden contener las lágrimas. Si parafraseamos la primera parte de esta
bienaventuranza, sonaría algo asi:
“Bendito el que está de duelo como aquel al que se le ha muerto un ser querido…”
B.2.- El llanto producido por la compasión al ver el dolor y el sufrimiento que abunda en
tantas personas. Para este otro caso, la bienaventuranza podría parafrasearse así:
“Benditos los que están desesperadamente apenados por
el dolor y el sufrimiento que hay en el mundo”
La compasión y la misericordia según Dios no solo inunda el corazón de una aflicción, de un peso,
de un agobio por el dolor o la necesidad del prójimo, sino también nos mueve a proceder con acciones
concretar para ir en ayuda de quien lo necesita.
Los profetas del antiguo testamento no fueron indiferente frente al dolor del pueblo de Israel, hicieron
suyo el pecado del pueblo, sintieron aflicción por las nefastas consecuencias que vendrían a la nación
del pueblo de Dios, y todo su actuar de entregar la palabra, de contener, de apoyar, de guiar son los
efectos una misericordia y compasión en acción.
Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis
por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo. Isaías 22:4
Jesús lloró sobre Jerusalén. El motor principal que tuvo nuestro Señor para actuar en beneficios de
los demás fue su misericordia y su compasión.
“Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú
conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus
ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y
por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en
ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación. Lucas 19:41-44
Es nuestro deber preocuparnos por la condición lamentable del mundo religioso, por los ciegos que
siguen a otros ciegos. Debemos preocuparnos por los pecados de la iglesia (mundanalidad,
indiferencia, liberalismo, apostasía) y por el castigo que le espera a los infieles. Debemos
preocuparnos por el sufrimiento que hay en el mundo. Los cristianos no pueden ser indiferentes hacia
los demás.
Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Rom 12:15
“De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro
recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y
miembros cada uno en particular. 1 Corintios 12:25
B.3.- El llanto producido por nuestro propio pecado, por nuestra propia maldad. Esta viene
a ser una de las más importantes ideas que se desea expresar con la frase “…los que lloran…”, y
para este último caso la bienaventuranza podría parafrasearse de la siguiente manera:
“Bendita la persona que está profundamente adolorida por su propio pecado e indignidad”
El primer mensaje de Jesús fue: «¡Arrepentíos!» Arrepentirse involucra tener un pesar por los
pecados. Lo que realmente cambia a una persona es el encontrarse de pronto cara a cara con algo
que le abre los ojos a lo que es y puede hacer el pecado. Un chico o una chica pueden vivir a su
antojo sin pensar en los efectos o las consecuencias; pero cuando algún día sucede algo y el chico o
la chica ven la tristeza dolorida en los ojos de su padre o su madre, entonces, de pronto, descubren
lo que es el pecado.
Ese es el efecto que produce la Cruz en todos nosotros. Cuando miramos a la Cruz, no tenemos más
remedio que decir: «Eso es lo que el pecado puede hacer. El pecado puede apoderarse de la vida
más encantadora del mundo y aplastarla en una Cruz.» Uno de los grandes efectos de la Cruz es
abrirles los ojos a hombres y mujeres al horror del pecado. Y cuando una persona ve el pecado en
todo su horror, no puede por menos de experimentar intenso pesar por su pecado.
El cristianismo empieza por un sentimiento de pecado. Bendita la persona que está intensamente
apesadumbrada por su pecado, cuyo corazón se quebranta al pensar en lo que Le ha hecho a Dios y
a Jesucristo, la persona que ve la Cruz y se siente oprimida por el estrago que ha causado el pecado.
La persona que ha tenido esta experiencia será, sin duda, consolada; porque esa experiencia es lo
que llamamos penitencia (del latín poenitere, dolerse, condolerse), y al corazón contrito y humillado
Dios no despreciará jamás (Salmo 51:17). El camino que conduce al gozo del perdón pasa por el
dolor desesperado del corazón quebrantado.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda
consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también
nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que
nosotros somos consolados por Dios.” 2 Corintios 1:3-4
A.- Para comenzar a exprimir esta bienaventuranza y extraer su riqueza, es necesario conceptualizar
el término “MANSO”. En el español actual la palabra manso no es una de las palabras honorables
de la vida. Esta palabra la vinculan con la idea de servilismo, bajeza de carácter, consentimiento al
mal e incapacidad o falta de voluntad para resistirse a una afrenta vergonzosa. Nos presenta el
retrato de una criatura sumisa e ineficaz. Sin embargo, resulta que la palabra manso del griego
PRAÜSERA es una de las grandes palabras que conlleva un peso ético.
B.- La mansedumbre no está relacionada con cobardía, ni timidez, ni pasividad sino con el dominio
propio. Este dominio propio va más allá del autocontrol, sino que se refiere a aquel que pone todo
bajo control de Dios. La persona que es mansa fluye de acuerdo a la voluntad del Señor porque
entiende que hay un propósito mayor, es capaz de dosificar sus intervenciones sujetándose al Rey
de reyes, esperando los tiempos del Dios Soberano. Moisés era hombre muy manso (Números 12:3),
pero reprendió severamente la idolatría del pueblo (Exo 32:19). Jesús era manso (Mat 11:29) pero
demostró en varias ocasiones su valor al corregir a los judíos (ver Mat 21:12-13). Cuando uno de los
alguaciles le dio una bofetada, Jesús dijo, "Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien,
¿por qué me golpeas?" Jesús no era nada de tímido.
C.- Lo opuesto de "manso" es "arrogante", "soberbio", u "orgulloso". Todo cristiano debe enojarse
(Efe 4:26), porque no debe ser indiferente hacia el pecado, pero el enojo sano requiere dominio
propio. El manso está sumiso a Dios, obediente, nunca rebelde ni desobediente. No resiste a Dios.
Siempre dice, "Hágase tu voluntad y no la mía". Todos sus deseos, pensamientos, instintos, e
impulsos están sujetos a la voluntad de Dios. Es controlado por Dios, y como afirma Prov. 16:32, "se
enseñorea de su espíritu". El dominio propio es, en realidad, el dominio de nuestras vidas por Dios,
D. La mansedumbre es "fruto del Espíritu" (Ver Gálatas 5:22-23). A los contenciosos y arrogantes de
Corinto Pablo habla de misericordia, amor y mansedumbre (1Cor 4:21; 2Cor 10:1). Los espirituales
deben restaurar al hermano caído "con espíritu de mansedumbre" (Gálatas 6:1). Esta virtud es
compañera del amor y humildad (Efe 4:2; Col 3:12). Los predicadores y maestros deben corregir al
oponente con el espíritu de mansedumbre (2Ti 2:24-25). Es lo opuesto del espíritu de queja y pleito
(Tito 3:2). Es el espíritu que se necesita para aprender (Stgo. 1:21). Se pone en contraste con celos
amargos y contención (Stgo 3:13). Debemos dar razón de la esperanza con mansedumbre (1Ped
3:15).
E. La palabra griega PRAÜS tiene otro significado, es la que se usa con referencia a un animal que
ha sido domesticado (Compárese el amansar caballos). que está acostumbrado a obedecer la palabra
de mando, que ha aprendido a obedecer las riendas. Es la palabra que se usa de un animal que ha
aprendido a aceptar el control. Compárese también al agua turbulenta de una represa que produce
la electricidad. Así debe ser el espíritu nuestro, controlado y utilizado por Dios en su servicio.
F. La mansedumbre está relacionada estrechamente con la humildad (es fruto de ella), y también
con la misericordia, benignidad y paciencia. Efe 4:2, "con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros". Si somos mansos, somos pacientes y tolerantes;
nos soportamos los unos a los otros (Gál 5:26). Muchos problemas en la iglesia serían solucionados
si hubiera más mansedumbre entre los miembros. Col 3:12-13, "Vestíos de misericordia, de
benignidad, de mansedumbre, de paciencia, soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a
otros". Los mansos están dispuestos a perdonar.
G. El manso es sufrido. Su gentileza es conocida de todos, Flp 4:5. Con buena voluntad soporta
insultos y malos tratos. Recuérdese, el manso tiene bajo control los impulsos y emociones y toda la
conducta. No se deja amargar, ni tiene espíritu vengativo. No es orgulloso ni arrogante.
H. El manso está dispuesto a sufrir agravio, ser defraudado, en lugar de causar escándalos en la
iglesia, 1Cor 6:7. Que mejor ejemplo lo tenemos en Cristo Jesús que teniendo todo el poder para
manifestarlo en cualquier momento y destruir a sus enemigos, sujeta todo su ser a un propósito
mayor denominado la Cruz (Ver Mateo 11:29 – Cristo es ejemplo de humildad y mansedumbre).
Enfrenta el dolor, la burla, el escarnio mientras era levantado en lo alto de ese madero, y solo sale
de su boca “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” Lc 23:34.
B.- La frase “…heredar la tierra.” Es una expresión proverbial hebraica. Podemos observar
la expresión "Recibirán la tierra por heredad" en los siguientes salmos 37:9, 37:11, 37:22.
Originalmente la palabra "tierra" se refería a Canaán. "Recibir la tierra por heredad" llegó a ser
expresión proverbial del mayor bien. Significa, pues, las bendiciones supremas, la felicidad verdadera.
Ahora mismo los mansos, los verdaderos discípulos de Jesús, reciben las más ricas bendiciones del
mundo, (Marcos 10:29-30, 1 Cor 3:20-21, 1 Tim 4:8), 1 Ped 3:10-12, Fil 4:6-13), paz, tranquilidad,
contentamiento. El énfasis en todos estos textos es espiritual. Desde luego, Dios nos bendice
físicamente, y nos prospera en muchas formas, pero es muy obvio que el énfasis es espiritual. (Por
ejemplo, Marco 10:29-30, si fuera literal ¿recibirán literalmente ahora en este mundo 100 madres?
¿o 100 esposas? Solo es una expresión proverbial para referirse al Mayor Bien de todos).
Nuestro Dios siempre revelará a los mansos el camino que han de seguir, nuestro propósito está
vinculado profundamente a vivir una vida en mansedumbre. Todo aquel que camina en su propósito
encontrará plenitud de vida, y los beneficios que conlleva “heredar nuestra tierra” en esta vida o en
la venidera.
A.- Primeramente, Las palabras no tienen una existencia aislada; existen sobre el trasfondo de la
experiencia y del pensamiento; y el significado de cualquier palabra está condicionado por el
trasfondo de la persona que la pronuncia. Eso es particularmente cierto de esta bienaventuranza.
Para la audiencia de aquel tiempo que oyeron por primera vez esta bienaventuranza la impresión fue
totalmente diferente de la que nos hace a nosotros. El hecho es que muy pocos de nosotros en las
condiciones modernas de vida sabemos realmente lo que es tener hambre o sed.
Respecto al hambre, en el mundo antiguo era muy diferente. El salario diario de un obrero era de 1
denario equivalente a $7 u 8 mil pesos (lo que al mes sería un sueldo mínimo); y, aun teniendo en
cuenta la diferencia del valor adquisitivo del dinero, uno no se ponía gordo con tal sueldo. En
Palestina, un obrero comía carne sólo una vez por semana; y en Palestina un trabajador o un jornalero
nunca estaban muy lejos de la línea que marca la verdadera hambre y la muerte por inanición.
Respecto a la sed, esto era todavía más real. A la inmensa mayoría de la gente no le era posible abrir
un grifo y recibir agua clara y fresca en su casa. Uno podía estar de viaje, y sorprenderle el viento
cálido que traía tormentas de arena. No podía hacer nada más que taparse la cabeza con algún tipo
de manto o paño y ponerse de espaldas al viento y esperar mientras los remolinos de arena se le
metían por la nariz hasta la garganta a punto de sofocarle y hasta que reventaba todo en una sed
imperiosa. En las condiciones de la vida moderna de Occidente no hay nada parecido a eso. Así pues,
el hambre que describe esta bienaventuranza no es el agradable apetito que se satisface con un
bocadillo de media mañana; la sed de la que habla no se podía mitigar con una taza de café o bebida
fresca. Era el hambre de la persona a punto de morir de inanición, o la sed del que se morirá si no
bebe.
B.- En segundo lugar, ese caso, esta bienaventuranza contiene realmente una pregunta y un
desafío. En efecto demanda: «¿Hasta qué punto quieres la bondad? ¿La quieres tanto como quiere
un hambriento la comida, o el agua el que se está muriendo de sed?» ¿Hasta qué punto es intenso
nuestro deseo de esta justicia? La mayoría de la gente tiene un deseo instintivo; pero ese deseo es
imaginario y nebuloso más bien que agudo e intenso; y cuando llega el momento de la decisión no
están preparados para hacer el esfuerzo y el sacrificio que demanda un hambre o una sed real. Es
algunos autores cristianos desarrollan en sus libros el Síndrome del Desgano como aquello que está
afectando a nuestras iglesias robando la motivación, o la determinación al momento de buscar este
estilo de vida.
Hagamos una revisión Etimológica de la palabra JUSTICIA. La palabra JUSTICIA es la palabra griega
DIKAIOSYNÉ que está más relacionado con la integridad o bondad más que con justicia, porque esta
última sugeriría más una idea de justicia social, aquella justicia que debe reinar en la sociedad, sin
embargo, este término infiere un estilo de vida recta, santa e integra. Es el anhelo de alguien por
C.- En tercer lugar, la persona que es bienaventurada no lo es necesariamente porque alcance esta
bondad, sino porque la anhela con todo su ser. Si la bendición viniera solamente a la persona que
alcanza su objetivo, entonces nadie sería bendito; pero la bendición alcanza a la persona que, a pesar
de fallos y fracasos, todavía aspira con un apasionado amor a lo más alto. Por ejemplo, puedes ser
un mal músico, pero estar apasionadamente enamorado de la música. El rey David siempre había
querido construir el templo de Dios; nunca logró su ambición; se le negó y prohibió; Dios le dijo:
«Bien has hecho en tener tal deseo» (1 Reyes 8:18). En Su misericordia, Dios nos juzga, no solamente
por nuestros logros, sino. también por nuestros sueños y anhelos. Aunque un hombre nunca alcance
esta bondad o rectitud, si toda su vida tiene esta hambre y sed de ella, no está excluido de la
bendición.
D.- Finalmente, hay una observación interesante en la conjugación del verbo en esta
bienaventuranza. Una regla de gramática griega (y en esto coincide con la española) que los verbos
que indican tener hambre o sed se construyen con el genitivo, que es el caso que se suele expresar
en español con la preposición de; del hombre es el genitivo de el hombre. El genitivo que sigue a los
verbos de hambre y sed se llama en gramática griega GENITIVO PARTITIVO , porque indica que se
tiene hambre o sed de una parte de aquello. Cuando se dice en griego, como al español: «Tengo
hambre de pan», o: «Tengo sed de agua», ya se supone que no quiere todo el pan o el agua que
exista, sino solo una parte.
Pero en esta bienaventuranza, lo más corriente es que jus ticia se ponga en ACUSATIVO DIRECTO
y no en genitivo. Ahora bien: cuando un verbo de hambre o sed se pone en griego en acusativo en
vez de genitivo se tiene hambre de toda aquella cosa. En el caso del pan quema decir todo el pan, y
en el del agua, toda el agua del envase que la contiene. Por tanto, aquí, la traducción correcta sería:
¡Benditos los que tienen hambre y sed de verdadera y total integridad o rectitud!
Esto es de hecho lo que pocas veces se quiere. Nos contentamos con parte de la integridad, con
parte de su gloria, con parte de su justicia. Esta bienaventuranza nos anima a no conformarnos. Es
una reprensión a los mediocres. Si revisamos los Salmos podremos entender mejor lo que significa
anhelar: Salmo 63:1 "De madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra
seca y árida"; Salmo 84:2 "Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová". Léase
todo el Salmo 84; Salmo 119:20 "Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo".
El Salmo 119, el capítulo más largo en la Biblia, alaba la Palabra de Dios 1 Pedro 2:1-2 "Desechando,
pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños
recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación".
La palabra "saciar" son llenar, hartar, hastiar, cumplir. De esto habla Jesús en Juan 4:13-14. Dijo que
"Cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le
daré, no tendrá sed jamás". Ver Juan 7:37-38; Apoc 22:17 y Juan 6:27, "Trabajad, no por la comida
que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece". Hay un fuerte deseo de Dios de saciar
con su presencia a los hijos que le buscan profundamente. Nuestro anhelo y deseo de alcanzar una
vida de rectitud e integridad que agrade a Dios es suficiente para que Él deposite en nosotros su
bendición y felicidad que nos permita vivir una vida llena de esperanza y gozo.
Salmo 42:1-2 " Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh
Dios, el alma mía"
Es interesante saber que el bramido de un ciervo sediento se escucha a 5km de distancia. ¿Cómo
está la intensidad del gemido de nuestro espíritu por beber de las aguas que solo su presencia nos
ofrece?
«Eso es lo que hará Mi Padre celestial con cualquiera de vosotros si no perdonáis de corazón a
vuestros hermanos" (Mat 18:35)
«Perdónanos nuestras deudas como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.» MT
6:12
«Porque si perdonáis a vuestros semejantes sus ofensas, también os perdonará a vosotros vuestro
Padre celestial; pero si no perdonáis a los demás sus ofensas, tampoco os perdonará vuestro Padre
vuestras ofensas» (Mat 6:14).
“Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia
triunfa sobre el juicio” (Stgo 2:13)
¿Cuál es la lógica del reino? La enseñanza inconfundible del Nuevo Testamento es que sólo se tendrá
misericordia de los misericordiosos.
C.- Esta misericordia nos haría mas fácil el perdonar y ser tolerantes. Hay un principio en la
vida que olvidamos muchas veces: que siempre hay una razón para que una persona piense y actúe
de cierta manera; y, si conociéramos esa razón, nos sería mucho más fácil comprender y simpatizar
y perdonar. Si una persona actúa, según nuestra manera de pensar, equivocadamente, puede que
sea porque ha pasado por experiencias que hacen actuar así. Una persona inquieta o descortés puede
que se manifieste así porque está preocupada o sufriendo algún dolor. Si una persona nos trata mal,
puede que sea por algo que tiene en la mente, equivocado o no.
¡Bendita la persona cuyos motivos son siempre totalmente sin mezcla, porque verá a Dios!
B.- Rara vez se da el caso, hasta en nuestras acciones mejores, de que no haya la menor mezcla de
motivos. Si nos entregamos total y generosamente a alguna buena causa, puede que nos quede en
el corazón algún resto de propia satisfacción y aprobación, alguna complacencia en la gratitud y
alabanza y crédito que cosechamos. Si hacemos algo bueno que requiere algún sacrificio por nuestra
parte, puede que no estemos totalmente libres del sentimiento de que otros vean en nosotros algo
heroico, y nos consideren mártires.
Hasta un predicador que sea sincero no está totalmente libre del peligro de la propia satisfacción de
haber predicado un buen sermón. ¿No fue Juan Bunyan el que le contestó tristemente a uno que le
dijo que su sermón había sido muy bueno: «Sí, ya lo sé; ya me lo ha dicho el diablo cuando me
bajaba del púlpito»?
Esta bienaventuranza nos exige el más severo examen de conciencia. ¿Hacemos nuestro trabajo para
aportar un servicio o para que nos lo paguen? ¿Cumplimos con nuestro trabajo por motivos de servicio
o de paga? ¿Prestamos nuestro servicio por generosidad o por egoísmo? ¿Hacemos lo que hacemos
en la iglesia para el Señor o para nuestro propio prestigio? ¿Vamos a la iglesia para encontrarnos con
C.- Si es necesario una revisión de nuestra conciencia y sus motivaciones, descubrimos que en el
mundo de la subjetividad la sinceridad, la honestidad o la integridad por si sola es insuficiente, pues
podemos ser sinceros, pero sinceramente equivocados, o podemos ser honestos, pero estar
honestamente en un error, o ser íntegros, pero íntegramente mal enfocados. Ejemplo de esto lo
tenemos en Los profetas de Baal que de una forma sincera clamaban a su dios para que hiciera
descender fuego del cielo que consumiera el altar, de una forma honesta y transparente era
consecuentes con su discurso y flagelaban sus cuerpos, y se hacían todo tipo de marcas con el fin de
ser oídos; todo fue insuficiente, pues estaban sinceramente equivocados. La misma situación la
vemos en el Rey Abimelec, Rey de Gerar, que de una forma integra cree la información que recibe
de Abraham acerca de Sara al afirmar que no era su esposa sino su hermana, siguiendo su integridad
paga una dote por esta hermosa mujer, la lleva a su palacio, y Dios interrumpe y no permite que
cometa adulterio, sino que le entrega una visión donde Dios le advierte con consecuencias de muerte
sino regresa a Sara a su esposo Abraham. La integridad de este Rey no fue suficiente. ¿Cuál es el
misterio acerca de esto? Nuestra integridad tiene que estar basada en una verdad objetiva, y no
subjetiva. El consejo de Dios tiene que ser la base de mueva nuestra honestidad e integridad. Somos
verdaderos en nuestros corazones en los términos establecidos en su palabra. Revisemos
nuevamente las citas vistas en nuestra introducción:
El limpio de corazón del Salmo 73:1 son aquellos que con toda sinceridad son guiados por el
consejo de Dios. Los de corazón limpio y fe no fingida de 1 Timoteo 1:5 son resultados de vivir una
vida en la sana doctrina. Y Finalmente, aquellos de corazón puro mencionados en 1 Pedro 1:22 son
personas que han sido purificadas por la obediencia a la verdad. Como podemos observar, es
necesario conceptualizar este termino a la luz de la palabra de Dios, y en este caso KATHAROS va
más allá de algo sin mancha, limpio, o sin contaminación, tiene relación con lo siguiente:
“Los limpios de corazón son personas que sirven y adoran a Dios
en conformidad con la Verdad revelada en su Palabra, y en base a esta verdad revelada
es esfuerzan sin hipocresía para agradarle y glorificarle.”
Los de limpio corazón son los que adoran en espíritu y verdad, estos son los que tienen un corazón
en armonía con el corazón de Dios. El intelecto, las emociones y la voluntad están en armonía con la
verdad de Dios, y esta es la base que sustenta su integridad y honestidad. Lo significativo de esto es
que es un nivel que debe alcanzarse en esta vida. Esta bienaventuranza no es una experiencia de la
segunda venida de Cristo, sino una pureza o limpieza que debe ser conquistada aquí y ahora.
D.- Solo los limpios de corazón podrán ver a Dios. Es uno de los hechos simples de la vida: “Vemos
sólo lo que estamos dispuestos a ver”. Y eso es verdad no solamente en el sentido físico, sino en
todos los ámbitos de nuestra vida. Si una persona mira los cielos en una noche clara, y no ve nada
más que una inmensidad de puntitos de luz; ve sólo lo que está capacitado para ver. Pero en los
mismos cielos un astrónomo podrá llamar a las estrellas y los planetas por sus nombres, y moverse
entre ellos como entre amigos. Un marino podrá encontrar en los mismos cielos el medio para llevar
su navío al puerto deseado por un mar sin caminos trazados. Para el salmista "Los cielos cuentan la
gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de Sus manos» (Sal 19:1).
Una persona que vaya dándose un paseo por los caminos del campo no verá en los setos nada más
E.- Cuando tenemos una panorámica como esta acerca de lo que significa tener un corazón limpio,
podemos extraer una interesante definición de lo que es un corazón sucio o impuro. Esto no esta
relacionado con morbosidad o pensamientos obscenos sino con un corazón que no ha conocido a
Dios, un corazón que no ha crecido en entender la voluntad de Dios. Aquellos que no han sido
purificados en sus corazones, son hijos de Dios que terminan sirviendo a Dios en sus términos, son
honestos pero basados en una verdad distorsionada, creen equivocadamente que el amor de Dios
pasara por alto su mal proceder, creen por ejemplo que Dios les comprende cuando “no pueden
diezmar”, que Dios no se complica cuando se mantienen al margen de su iglesia local, algunos
piensan que Dios les perdona sus pecados cuando se disponen a hacer obras de caridad. Todos estos
son algunos de los tantos ejemplos que podemos encontrar en personas que son sinceras pero
sinceramente equivocadas, personas que son salvas pero que no han crecido en conocer a Dios y su
verdad, sus corazones no están alineados con los que Dios quiere, viven la vida cristiana como ellos
quieren…no han sido perfeccionados en las exigencias de un corazón limpio y puro. El estancamiento
espiritual es la única cosecha que recibirán, serán hijos salvados por Gracia, pero con propósitos
truncados.
B.- Esta bienaventuranza nos revela uno de los intereses del corazón del Padre: Dios desea que
podamos verle. La experiencia de poder ver a Dios no está destinada exclusivamente a su segunda
venida sino a un contemplar su obra en nuestras vidas todos los días. Muchos creyentes se
acostumbran a tomar decisiones apelando a la suma y la resta, escogen aquellas opciones donde el
daño sea menor, pues no conciben que Dios pueda guiarles en cada detalle de sus vidas. Bueno, este
es el misterio revelado de Dios, si tan solo limpiáramos nuestros corazones en los términos que Él
establece, nuestros ojos serían habilitados para ver a Dios y su mano guiándonos cada día. Que
tremendo es caminar por la vida con plena convicción de fe pues sabemos que nuestro actuar esta
alineado con la voluntad del Padre, que gratificante paz se siente en el corazón saber que nuestras
decisiones son el resultado de ver a Dios y recibir de Él su direccionamiento. Con promesas como
esta nos hace tanto sentido pasajes como:
El TEMOR DE DIOS es la clave para crecer en la santidad, es el punta pie inicial para avanzar en la
purificación de nuestros corazones. ¿y tú, deseas poder ver a Dios direccionar tu vida cada día?