Está en la página 1de 36

El Vientre de la Gracia

Si seguiste la serie de la Gracia en las Fiestas de Israel, te encontrarás


maravillada(o) o por lo menos intrigada(o), pensando si esta verdad pudo haber
estado oculta en estas Fiestas, miles de años antes de que la ciencia y la
tecnología moderna lo hicieran posible con la precisión que hoy ofrece.

Aunque maravilloso y fascinante, no debería sorprendernos si estas Fiestas


realmente anuncian la gestación humana, pues el Plan de Dios desde el
principio era el de enviarnos a su Hijo como un humano, es decir,

Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual
aferrarse.
En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un
esclavo y nació como un ser humano.
Fil. 2:6-7

Mas aun si todo fuera una asombrosa coincidencia, comparar estas Fiestas con un
embarazo hace total sentido, pues la Gracia de Dios es realmente como un
vientre en el cual Su calidad de vida “Eterna”, llamada en el griego “Zoe”, es
concebida en nosotros como un fruto de nuestra unión con Cristo, simplemente
al creer en Él.

De de esta manera, en este reposo, exactamente como un bebé en el vientre de su


madre, somos formados “a su imagen”, afirmados, desarrollados, fortalecidos y
protegidos en el agua de Su Espíritu, sin nuestro esfuerzo, o habilidad, sino por la
fuerza del amor; de hecho, ese futuro bebé dependerá 100% del amor de su
madre para sobrevivir.

También hace total sentido que la escritura se refiera a este suceso como un
“nuevo nacimiento”, por el cual podemos “ser hechos hijos de Dios”,

“los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de


voluntad de varón, sino de Dios” Juan 1:13
Desgraciadamente, el enemigo de Dios, en su afán de aniquilar la imagen de
Dios que el tanto codiciaba, siempre atentará contra todo lo que le recuerde
dicha imagen; por ejemplo, la academia niega nuestra imagen a semejanza de
Dios al forzar en nosotros la creencia de que provenimos del mono; asimismo,
en el capitulo 15 de mi estudio de Apocalipsis, leerás como la imagen de Dios
esta siendo corrompida al forzar de nuevo en nosotros una creencia falsa acerca
del matrimonio.
Esta es también la razón ulterior detrás de la ferocidad con la que se está
atacando al “no nacido”, aun en etapas avanzadas del embarazo, a través de la
falsa creencia de que “no es un ser humano aun” o de que “no es un ser
viviente hasta el momento en que nace”, lo cual es un ataque no solo contra la
imagen de Dios y su diseño humano, sino contra los planes y promesas que Dios
tiene con esa vida interrumpida, pues para El todos somos grandemente valiosos
e irremplazables.

Es a través de creer las mentiras del diablo como el hombre podrá ser destruido,
de hecho, el primer Jinete del Apocalipsis consiste en “falsa doctrina“, y será así
como le abrirá el paso a los otros tres.

La Buena Noticia es que en Cristo no hay condenación, sino solo perdón, amor,
aceptación y vida “Zoe” – vida eterna de bendición para todo aquel que cree en
Él.

En lo personal, la Gracia de Dios cambio mi vida. Estando embarazada, siendo


aun adolescente, y sin ser creyente, mi bebé fue atacado desde el vientre,
primero con el fallecimiento repentino de su padre antes de su nacimiento,
después con un nacimiento de alto riesgo que nos puso a ambos al borde de la
muerte. Mi bebé en efecto nació con cierto daño. Crecer al lado de una madre
inexperta, e incrédula lo expuso a muchos otros dolores, lo cual me hizo desear
que de verdad Dios existiera, lo cual yo intentaba creer.

Después de varios años de vida complicada , quedé embarazada; aunque la


gente me llamaba (entre otras cosas) “valiente”, por el hecho de no estar casada,
y de no poseer siquiera un certificado de preparatoria, había yo leído en la
Biblia que Dios es el esposo de las viudas y padre de los huérfanos, y que Él
prometio que nunca nos dejaría ni nos desampararía, y así lo esperé. Entonces
¡la Gracia de Dios apareció! muchos años antes de que yo la conociera o pudiera
entenderla, el amor de Dios nunca nos dejó perecer.

Hoy, viendo a mis hijos adultos y habiendo experimentado con ellos no solo
tribulaciones y angustias, sino muchos momentos gozosos y satisfactorios que
hicieron que mi vida valiera la pena vivirla, yo te digo a ti que la Gracia y el
Amor de Dios son reales y están disponibles para ti; yo pude comprobar que en
Cristo la vida cambia su destino del que nosotros tememos, a algo mas allá de lo
que pedimos o imaginamos (Ef. 3:20)

Sea donde te encuentres tu, mujercita embarazada, casada o soltera, sea que tu
bebé haya sido planeado o inesperado; que estés viviendo un embarazo sano o
uno de alto riesgo, te invito a vivir tu vida en ese vientre de su Gracia, en el cual
tu bebé se hallará protegido y en el cual encontrarás salud, provisión, y una vida
nueva para ti y para él o ella, aun después de nacido(a).

Esa vida solo existe en Jesucristo, el Cristo Resucitado, el dador de la vida. Él


es el único que nació como un bebé humano para poner a morir tu
propia muerte en su cuerpo y poder darte Su Vida Abundante, y en NINGUN
OTRO HAY SALVACION.

Por último, si te encontraras sin poder concebir, ven a conocer a Jesús en este
blog, pues

A la mujer sin hijos le da una familia y la transforma en una madre feliz.


Salmo 113:9

El Drama de un Vientre Hostil

En mi blog anterior te compartí algunos detalles de mi difícil experiencia


durante el nacimiento de mi primer bebé. Aunque la causa principal de este
traumático evento en mi vida pudo haber sido la muerte de mi primer esposo,
meses antes de que nuestro bebé naciera, algunos médicos opinaron que
otro evento, aun mas traumático, que sucedió meses atrás pudo haber influido:
un embarazo interrumpido involuntaria y abruptamente durante el quinto mes,
que no le permitió a quien nombraríamos “Israel”, nuestro bebé, terminar de
formarse ni ver la luz.

Las opiniones médicas fueron “inconclusas”; algunos atribuyeron mi primera


pérdida a mi temprana edad, a mi estado de salud anémico, o la falta de atención
medica y cuidados adecuados desde el principio de mi embarazo, durante el
cual me encontré huyendo de mi padre, viviendo constantemente en temor y
angustia, laborando como podía a cambio de alimento y techo, por lo que no
siempre pude nutrirme correctamente.

Al comparar la Gracia de Dios con un vientre sano, en el cual el futuro bebé


depende totalmente del amor de su madre
para formarse, desarrollase y crecer cómodamente en perfecto reposo y absoluta
inocencia y libertad, reflexionaba yo en aquel embarazo interrumpido y en lo
que le sucedió a mis pequeños.

La fragilidad de la vida se manifiesta en lo que le sucede al ser humano en


gestación cuando su madre (como yo en aquel entonces), voluntaria o
involuntariamente, no se alimenta correctamente; o cuando vive estresada y
angustiada, en medio de un ambiente hostil, abusivo o inseguro; cuando labora
sin descanso; cuando sufre alguna enfermedad durante su embarazo, o cuando
por error o por causa de alguna adicción, ingiere o inhala substancias tóxicas no
compatibles con la vida.

Todos estos casos producirán como resultado un vientre hostil para el embrión o
el feto, en donde la salud y la vida de esa “Nueva Criatura” estará en peligro. En
un vientre hostil, una nueva vida no podrá afirmarse ni desarrollarse sanamente,
causando que la gestación se interrumpa y si lograra completarse, probablemente
el bebé nacería débil, enfermo, o aun mal formado; en casos extremos, la vida
de estos seres no será muy larga, mas si será muy dolorosa para ellos y para los
que decidan no negarles su amor.

Si la Gracia de Dios fuera efectivamente un vientre espiritual, el “drama de un


vientre hostil” representa lo que Pablo llamó “un Evangelio Diferente” (Gal. 1);
puesto que yo lo viví, me sirve como analogía para ilustrar los efectos en la vida
de los que creen en este tipo de evangelios, sea porque no han escuchado el
verdadero Evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo, o porque no lo
entienden, no lo creen, no lo aceptan, o porque desconfían del mismo, pues en
su denominación lo consideran una “falsa doctrina” y solo pueden creer lo que
su denominación dice que es la verdad; o simplemente, estos individuos creen
equivocadamente que lo que su denominación enseña es el Evangelio de Gracia.

Los efectos que arriba enlisté fueron también mi propia experiencia espiritual,
por lo cual te garantizo que bajo un “evangelio diferente” no existirá seguridad
alguna, ni solidez para establecer, afirmar o desarrollar una Vida Abundante;
este “evangelio diferente” podrá prometerte salud, dinero y amor y todas las
cosas que el Evangelio de Gracia garantiza cuando se cree, mas no
sin labor ardua y sin un destino desgarrador al final del camino, el cual en
muchos casos llega súbita e inesperadamente, por las mismas razones que a mi
bebé le ocurrió, por mencionar algunas:

 Por causa de una mala nutrición “espiritual”, consistente de pan con


levadura (la levadura de la Ley), o comida espiritual
genéticamente modificada o totalmente artificial, por ejemplo: piedras en
lugar de pan, serpientes en lugar de peces, “Kool aid” en lugar del agua
fresca del Espíritu Santo, o por una total abstinencia del Pan de Vida.

 Por causa de vivir bajo continuo temor, angustia e incertidumbre, bajo el


temblor constante de juicio, condenación y culpa, sin poder hallar un
hogar seguro de amor y aceptación.

 Por exceso de trabajo pesado, tratando de “sobrevivir y no morir”, sin


poder hallar descanso.

 Por que la persona se encuentre huyendo del Padre, el Dios de la Biblia,


debido a su mala opinión acerca de Él, por temor a Él, por engaño acerca
de Él, o por no entender la calidad de su Amor Extravagante.

Estos evangelios diferentes producen vidas “deformes”, “enfermas”,


“disfuncionales”, aun zombis, incapaces de producir a través de métodos o
esfuerzos humanos, la Vida “Zoe” (eterna – abundante) que Jesucristo ofrece.

Estos evangelios son los responsables de la degradación humana que


contemplamos en nuestros 900 canales de televisión, de la corrupción de todos
los sistemas e instituciones del mundo, de tanta masacre, muertes violentas y
crímenes monstruosos que hoy ocupan las páginas rojas de los periódicos, y de
toda la obscuridad que el mundo experimenta hoy: el Jinete de Falsa
Doctrina cabalga alrededor del mundo, y detrás de él, el Jinete de la enfermedad,
el del hambre y el de la muerte. Tiene sentido que al final del tiempo, estos
evangelios habrán producido la generación de “La Bestia”.

El Evangelio de Gracia, por el contrario, produce seres completos, vivos, libres,


sanos y “funcionales”, que viven experimentando como realidad los frutos de
esa Vida Abundante en total reposo, tan solo escuchándolo y creyéndolo. Esto
no es una fantasía amado(a) lector, también me sucedió a mi y durante mis
próximos blogs intentaré persuadirte de ello.
El Misterio de la Gracia

Gracias por regresar a este estudio en el cual comencé a usar la analogía de un


“vientre materno”, cuyo “fruto” será de acuerdo con las creencias que adoptemos,
sea el fruto de una vida Abundante, protegida en la seguridad del Evangelio de
Gracia, o el de una vida que muere lentamente en la inseguridad e inestabilidad
de “evangelios diferentes“; mas que mejor manera de estudiar este tema, que
dejando que su autor, el Apóstol Pablo – el Apóstol de la Gracia, nos lo muestre.

Como antecedente, durante la vida de Jesús, Israel era el único pueblo que creía
en un solo Dios, el Dios YHVH, el Dios de Abraham, Isaac y Jacobo (llamado
después “Israel”, Gen. 35:10, ver también Ex. 3:6; Mat. 22:32; He.3:13); todas
las naciones a su alrededor, llamadas “gentiles” porque no conocían al Dios de
Israel, eran de creencias de raíz “babilónica”, cuyas prácticas politeistas se
habían extendido por el mundo de aquel entonces, diversificadas de acuerdo a la
“imaginación” de cada cultura (romana, griega, azteca, etc).

Sin embargo, aunque Dios escogió a Israel para darse a conocer ante toda la
humanidad, por ser Israel el mas pequeño de los Pueblos (Deut. 7:7), ellos se
sintieron superiores, basando su grandeza en su “carne“, esto es, en su linaje y
sus prácticas de la Ley, lo cual les impidió mirar a través del lente con el que
Dios miraba a su amada humanidad caída, el Lente de la Gracia, cuyo plan
abarcaba a la humanidad entera,

pues de tal manera amo Dios al mundo que nos dio a su Hijo Jesús para
que todo aquel que en el crea no se pierda mas tenga vida eterna a través de
El. Juan 3:16
Trágicamente para los judíos y felizmente para los gentiles,

A lo suyo vino, y los suyos no Lo recibieron. Pero a todos los que Lo recibieron
les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que
creen en Su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne,
ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. Juan 1:11-13
Sin embargo, cegados por su mente religiosa, los líderes fariseos – eruditos de
la Ley de Moisés, temerosos de perder su “trabajo”, lo defendieron como
verdaderos capos. Uno de estos líderes religiosos era Saulo, un israelita nacido
en Tarso de Cilicia, hoy Turquía (He. 22:3; Fil. 3:5).

Saulo era un hombre fiel a sus creencias; hijo de fariseos (Hechos 23:6), hecho
fariseo en la escuela de “Gamaliel” (Hechos 22:3), otro fariseo altamente
respetable por todos en Jerusalém (Hechos 5:33); que en sus propias
palabras, “tenia su confianza en su carne”

Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho


más: circuncidado a los ocho días de nacer, del linaje de Israel, de la tribu de
Benjamín, Hebreo de Hebreos; en cuanto a la Ley, Fariseo; en cuanto al celo,
perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, hallado
irreprensible. Fil. 3:3-6
Lamentablemente, su celo religioso lo convirtió en un “terrorista”, alguien que
en el nombre de Dios, también con sus mismas palabras: “desmedidamente
perseguía a la iglesia de Dios y trataba de destruirla” (Gal. 1:13-14).

Interesantemente, el nombre Saulo (Saul, en el hebreo) significa “deseado”;


Jesucristo mismo “lo deseó” y personalmente lo encontró en su camino de
destrucción hacia Damasco, donde corrigió su “herejía“, no con golpes ni
regaños, sino revelándose ante él en toda su Gracia (Hechos 9); no solo le
cambió su nombre a Pablo, que significa “pequeño”, sino que también le cambio
su pasión:

Pero levántate y ponte en pie; porque te he aparecido con el fin


de designarte como ministro y testigo, no sólo de las cosas que has visto, sino
también de aquéllas en que Me apareceré a ti. Te rescataré del pueblo Judío y
de los Gentiles, a los cuales Yo te envío, para que les abras sus ojos a fin de
que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios,
para que reciban, por la fe en Mí, el perdón de pecados y herencia entre los
que han sido santificados.’ Hechos 26:16-18 (ver también Hechos 9:15, 13:46-
47 y 22:21 y 26:16-18; Rom. 15:16 y Ef. 3:1).
Nota que ambos grupos estaban descalificados pues:

 la carne no eran necesariamente las prácticas babilónicas de los gentiles,


sino la religiosidad de los fariseos.
 a las creencias de los gentiles, Cristo las llamó “tinieblas y dominio de
Satanás”.

Mas nota el Amor de Dios para ambos grupos, y sin discriminar a ninguno, nos
envió a su “pequeño” a traernos a la Luz, para darnos no solo perdón, sino
¡una herencia! por la Fé en Jesucristo.

Aunque los otros 11 apóstoles caminaron con Jesús, aun después de su


resurrección, no tuvieron el privilegio que Pablo tuvo de recibir tal revelación de
lo que es La Gracia de Dios y lo que ésta significaría para el mundo entero, aun
después de haber sido bautizados con el Espíritu Santo.

Por otro lado, aunque Pablo nunca caminó con Jesús, ni estuvo con ellos en el
Aposento Alto el Día de Pentecostés (Hechos 2), él fue el único apóstol que
recibió la revelación completa del Evangelio de Gracia directamente de
Jesucristo – el Jesús resucitado y el primero que entendió en que consistía “el
misterio de Dios” (Ef. 3:1-12), al cual Pablo llamó: “Mi Evangelio” (Rom.
16:25; 1 Cor. 3:10; 1 Co. 15:10; Ef. 3:2 y 7, etc.)

No fue hasta que el Espíritu Santo cayó sobre los gentiles en casa del
Centurión, y hasta que conocieron a Pablo y vieron lo que Dios estaba haciendo
a través de él entre las naciones gentiles, cuando los otros apóstoles comenzaron
a entender en que consistía la Gracia de Dios (Hechos 11), incluyendo a Pedro
mismo, quien no comprendió de inmediato de que se trataba este “misterio de
Dios” (Hechos 10 y 11; 2 Pedro 3:14-16); mas cuando logró entender que
la Gracia de Dios nos es multiplicada tan solo por el conocimiento (experiencial)
de Dios y de Jesús nuestro Señor (2 Pe. 1:2), al igual que Pablo, vivió y murió
por darlo a conocer (1 Pe. 1:2; 4:10; 5:10 y 12).

Por todo lo anterior, a menos que tu seas judío para entender claramente las
enseñanzas de los otros 11 apóstoles, enviados a “rescatar” judíos del judaísmo,
si lo único que hicieras por el resto de tu vida fuera leer las epístolas de Pablo, tu
vida sería edificada y resguardada en “el Vientre de la Gracia“, sin las
complejidades y herejías de lo que hoy se conoce como “cristianismo”, el cual es
una dosis del Nuevo Pacto, diluida con muchas dosis del Viejo, mezcla
explosiva de “evangelios diferentes” que está “reventando muchos odres” y
“desgarrando muchos trapos” (Mat. 2:22)
Adios al Viejo Sistema

Como lo afirmé en mi blog anterior, el cristianismo de hoy no parece


entender que la vida de Cristo solo está cubierta bajo el Nuevo Pacto, no bajo el
Viejo. En Cristo las cosas viejas pasaron y todas las cosas son hechas nuevas (2
Cor. 5:17). ¿De que cosas está hablando Pablo?

Todos sabemos que la guerra de Independencia le puso fin al Virreinato de la


Nueva España. La Constitución vino a reemplazar las cosas viejas, en este
caso, el Virreinato. Sería imposible tener a ambos gobiernos operando juntos sin
invalidar el uno al otro.

Por ejemplo, el sistema operativo “Windows 10” intenta reemplazar todas las
versiones anteriores de Windows; aquellos que no quieran pagar lo que será una
suscripción anual, solo podrán usar las versiones anteriores hasta que éstas se
vuelvan incompatibles con las nuevas aplicaciones; por el contrario, una
computadora antigua no podrá recibir la instalación de Windows 10, y de lograr
instalarse, difícilmente funcionará como fue diseñado, pues los viejos
procesadores no podrán alcanzar la eficiencia del Nuevo Sistema diseñado para
pantalla táctil.

Lo mismo le sucedió al Nuevo Pacto, diseñado para operar en


Criaturas Nuevas con “nuevo procesador” – un nuevo corazón, pues el corazón
de piedra producido por el “viejo sistema” no puede sujetarse a las instrucciones
del nuevo “controlador”, el Espíritu Santo.

De la misma manera, para que la Nueva Criatura experimente tal poder, además
de un nuevo procesador necesitará desinstalarse el “viejo sistema”, de lo
contrario, su viejo controlador – la Ley, dejará sin efecto al nuevo (Gal. 5:4).
Los dos pactos no podrán “correr” juntos sin invalidar el uno al otro, produciendo
una vida “de doble ánimo”, una vida “virtual” (de pretensión); finalmente el
sistema “corrupto” causará que cada área de tu vida se apague. Enseguida
entenderás por qué.

Buscando un video en YouTube que pudiera explicarlo mejor que yo, encontré
tanta confusión, que usaré esta sección para explicarlo brevemente, mas si
tu eres lector(a) de este sitio, esto te servirá como un repaso, pues hemos
estudiado este tema exhaustivamente desde el principio, como lo veras
en el Mapa del Sitio.
La Biblia está dividida en dos Testamentos, el Viejo y el Nuevo. El Viejo
Testamento es lo que los judíos conocen como “El Torah”, al cual llaman
“Moisés y los Profetas”. El Viejo Testamento era solo la anunciación de uno
Nuevo, por lo que era “provisional” o “temporal”, e incluye dos pactos:

1. El Pacto entre Dios y Abraham (Gen 15) era la promesa de Jesús. Este era un
Pacto de Gracia, pues Dios lo haría todo, Abraham solo creyó en las promesas de
Dios y durmió profundamente; Abraham le creyó a Dios y le fue contado por
“justicia” (rectitud) (Gen. 15:6; Rom. 4:6; Gal. 3:6). Abraham creía tanto en la
integridad de Dios, que cuando Dios le pidió a su hijo, varias décadas después,
Abraham no se lo negó, considerando ”que Dios era poderoso para levantar aun
de entre los muertos…” (Heb. 11:17-19). Sin embargo, Dios no permitió que
Abraham matara a su hijo, mas Dios no se detuvo en entregarnos a Su Hijo y
efectivamente, fue capaz de traerlo de los muertos.

2. El Pacto entre Dios y el Pueblo de Israel en el Monte Sinaí fue un pacto


basado en La Ley, cuando el Pueblo rechazó la Gracia de Dios. Efectivamente,
Dios hizo salir a Israel de Egipto “con señales y prodigios”; por su Gracia los
libró de Faraón y los sustentó en el desierto con agua de la roca, con pan del
cielo, con fortaleza y salud, aun los cubrió de la intemperie con su gloria; todas
estas señales nos muestran a Jesús.

Lamentablemente, 400 años de esclavitud formaron en Israel una mentalidad de


“esclavos” y mientras Dios solo estaba tratando de cumplir sus promesas a
Abraham, y solo pedía que confiaran en Él, ellos solo pudieron relacionarse con
Él como “su nuevo Faraón” y su respuesta a su Gracia fue: “Haremos todo lo
que el Señor ha dicho” (Ex. 19:8), que en el hebreo, comunica autosuficiencia
y desafío, por lo que Dios les dio la Ley, para que ellos supieran que realmente
nada podrían hacer.

La Ley no fue diseñada para que el hombre pudiera hacerla, ni el hombre fue
diseñado para vivir de ella, pues esta Ley solo anunciaba al único que podría
darnos la vida, Jesús. Aquellos profetas como David o Salomón que lograron
deleitarse en esta Ley, lograron ver a Jesús en ella, pues sin ver a Jesús produce
la muerte (1 Cor. 15:56).

Por esta causa Pablo la llamó : “El ministerio de muerte gravado en piedra” (2
Cor. 3:7), pues en efecto, esta Ley expone a la luz que no hay vida en nosotros,
produciendo “efectos de muerte“. La Biblia muestra el efecto de la Ley en el
Pueblo de Israel, en su idolatría y en la maldad de sus reyes.
Al contemplarnos a través del lente de la Ley, obtendremos una imagen
distorcionada de nosotros mismos, y por consiguiente de los demás, pues la Ley
magnifica nuestra imperfección e inhabilidad por alcanzar la vida perfecta de
Dios con nuestro propio esfuerzo, produciendo sentimientos de juicio, culpa,
frustracion, inadecuacia, condenación, crítica, envidia, ira, etc. Bajo la Ley, aun
despues de mucho esfuerzo, siempre quedará la sensación de que no se hizo lo
suficiente y en efecto, la Biblia dice que esta Ley no podía hacernos perfectos
(Heb. 7:19), y solo con nuestra muerte podríamos volver a ser inocentes ante
Dios.

Durante el Pacto de La Ley, que solo existió durante 1500 años, aun la edad del
hombre se redujo de 120 a 80 años, como lo muestra el Salmo de Moisés, (Sal.
22), que habla de Israel en el desierto, ya que esta Ley solo ofrecía bendición si
se cumplía al 100%, mas de romperse en una de sus cláusulas, traía maldición
(Deut. 28).

Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero falla en un punto, se ha hecho
culpable de todos. Sant. 2:10
Mas Dios nunca olvidó sus promesas a Abraham, por lo que al darles la Ley
también estableció los sacrificios, que anunciaban la manera en que Jesús
proveería nuestra muerte siendo nuestro sacrificio perfecto por TODA la
humanidad y así confirmar no solo la Ley, sino sus promesas a Abraham. (Jer
31; Ez. 16:60-63; Ez. 36:22-28; Ez. 37:24-28). Mientras ellos ofrecían estos
sacrificios, gozaban de bendición, protección y paz.

El Nuevo Pacto está explicado en Heb. 7 al 8. Te invito a leer esta escritura y a


regresar la próxima semana para que meditemos en el mismo.

Shalom

Pacto de Vida

La semana pasada te mostré que la esencia del Viejo Testamento era la promesa
de Jesucristo y que el Pacto con Moises solo fue un “paréntesis” necesario para
demostrar a la humanidad que la “rectitud por el hacer” es una meta irrealista e
inalcanzable.

Vayamos ahora al Nuevo Testamento, que aunque en nuestra Biblia comienza


con los 4 Evangelios, éstos no son el comienzo del Nuevo Pacto, sino la
culminación del Antiguo, los cuales testifican de cómo la promesa de Jesús se
cumplió y cómo Él vino a finiquitar aquel Viejo Sistema, “cumpliéndolo” y
dejándolo “clavado en la Cruz” (Col. 2:14). Así fue como Jesús “confirmó la
Ley” (Rom. 3:31), pues según la Ley, “la paga del pecado es la muerte” (Rom.
6:23) “Y según la Ley, casi todo ha de ser purificado con sangre, y sin
derramamiento de sangre no hay perdón” (Heb. 9:22) y ambos requisitos ¡Jesús
los confirmó! lo cual es el contexto de Romanos 3:

Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención


que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió públicamente como
propiciación por Su sangre a través de la fe, como demostración de Su
justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos
anteriormente (“bajo la Ley”, énfasis mío), para demostrar en este tiempo Su
justicia, a fin de que El sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.
¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las
obras? No, sino por la ley de la fe. Porque concluimos que el hombre es
justificado por la fe aparte (separado, énfasis mío) de las obras de la Ley.
Rom. 3:24-27

El Nuevo Pacto, entró en vigencia hasta el Libro de los Hechos, cuando Jesús,
después de su muerte y resurrección, nos dio su “Espíritu de Hijos”, cumpliendo
con ello también las promesas hechas a Abraham y todas las profecías, letra por
letra, acerca de si mismo (Jer 31; Ez. 16:60-63; Ez. 36:22-28; Ez. 37:24-28; etc.).

Por la Gracia de Dios, este Nuevo Pacto no es mas entre Dios e Israel, o
ninguna otra nación, sino entre Dios y su Hijo Jesús a favor de toda la
humanidad; Jesús es su “mediador” (Heb. 8:6), Él lo firmó, Él lo ejecutó y Él lo
hace efectivo en nosotros “por su Espíritu”, el cual opera por medio de la fe.

El Pacto de “rectitud por obras“ ya no tiene lugar.

Pues si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto, no se hubiera buscado lugar
para el segundo (Heb.8:7)

Cuando Dios dijo: “Un nuevo pacto,” hizo anticuado al primero; y lo que se
hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer. 8:13
Asimismo, el Nuevo Pacto no tiene mas substitutos, pues es “pacto perpetuo”-
para siempre; cualquier “substituto” solo te hará retroceder a la “rectitud por
obras” y por consiguiente, a la maldición de la Ley de donde Jesús ya te sacó.

Lamentablemente, sin creer el Nuevo Pacto, no podemos beneficiarnos del


mismo, pues al igual que Abraham, solo por la fe podremos heredar sus promesas
y esto es por Gracia y no por la Ley (Rom. 4:13-17; Hechos 20:32).

Durante el Pacto de Moisés, el pecado consistía en desobedecer la Ley, mas


quedaba cubierto al ofrecer los sacrificios. Durante el Nuevo Pacto, ese pecado
ya ha sido apartado de nosotros al quedar aquella Ley sin efecto.

Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la Ley
sino bajo la gracia. Rom. 6:14
Bajo este Nuevo Pacto de Gracia, “Todo lo que no procede de fe, es pecado”
(Rom. 14:23), por tanto, la incredulidad será lo único que excluya al hombre de
recibir lo que Dios nos ha dado gratuitamente; asímismo, el rechazo de este
Pacto será el único pecado imperdonable (Heb. 10:29), esa es precisamente la
ofensa al Espíritu Santo, quien es el Espiritu de Jesucristo y la esencia de la
Biblia entera ( Mar 3:28; Mat. 12:31; Luc. 12:10).
Por último, muchos enseñan que al creer en Jesús, podremos ahora cumplir la
Ley de Moisés, pues Él escribirá su Ley en nuestro corazón, mas es aquí
cuando hemos sido desviados de la verdad, pues la Ley que Jesus escribe no es
la Ley de Moisés.

Porque cuando se cambia el sacerdocio, necesariamente ocurre también


un cambio de la ley. Pues aquél de quien se dicen estas cosas, pertenece a otra
tribu, de la cual nadie ha servido en el altar. Porque es evidente que nuestro
Señor descendió de Judá, una tribu de la cual Moisés no dijo nada tocante a
sacerdotes. Y esto es aún más evidente, si a semejanza de Melquisedec se levanta
otro sacerdote, que ha llegado a serlo, no sobre la base de una ley de requisitos
físicos, sino según el poder de una vida indestructible. Pues de Cristo se da
testimonio:
“Tu eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.”
Porque ciertamente, queda anulado el mandamiento anterior por ser débil e
inútil (pues la Ley nada hizo perfecto), y se introduce una mejor esperanza,
mediante la cual nos acercamos a Dios.
Heb. 7:12-18

Jesús es la Palabra, o el Verbo, ¡Él se escribe a si mismo en tu corazón! –


Dios nace en ti, y contra Dios nacido en ti no existe Ley! Él es tu Nueva Ley
de Vida y Libertad que produce un nuevo fruto – un nuevo “Tu”, todo por su
Gracia, por el amor de Dios y el poder de esa “vida indestructible” – su vida de
resurrección contenida en su Espíritu, y no por tu esfuerzo o habilidad para
seguir leyes o reglas morales, de acuerdo al “conocimiento del bien y el mal”
que produjo la muerte en la humanidad.

El Nuevo Pacto es acerca de ser “re-creados” como Nuevas Criaturas, a imagen


de Jesucristo, limpias, inocentes, guiadas por la voz del Espíritu de Vida hacia
todo lo que es VIDA. Al dejar de ejercer la Ley su efecto sobre nosotros, todo
aquello en nuestra vida que es de muerte o para muerte (enfermedad, maldición,
obras de la carne, tragedias, etc) tarde o temprano “morirá”.

El Árbol de la Vida ya está al alcance de todos; este Árbol es Jesucristo, Él


selló el Nuevo Pacto.

Pacto de Vida o de Muerte

Habiéndote mostrado lo que el Viejo y el Nuevo Pacto significan, podríamos


sumarizar el contenido de la Biblia en lo siguiente: El Viejo Pacto es la historia
y la evidencia de lo que le sucedió a la humanidad a través de la caída de Adán;
el Evangelio de Gracia que declara el Nuevo Pacto es la revelación de lo que le
sucedió a la humanidad a través del trabajo consumado de Jesús en la Cruz, con
la evidencia de Su resurrección como nuestra esperanza y promesa, cuya
garantía es el mismo Espíritu que le levantó de los muertos, habitando en los que
creen en este Evangelio (Ef. 1:13-14); por consiguiente, si Su resurrección fuera
mentira, nuestra única promesa sería la muerte eterna que le aconteció a Adán.

De lo anterior te darás cuenta de que no podemos estar cubiertos por ambos


pactos, de la misma manera en que no podemos estar al mismo tiempo secos y
mojados, o vivos y muertos o fríos y calientes. De aquí entenderás por qué el
Señor Jesús dijo que “a los tibios Dios los vomitará de su boca”. (Ap. 3:16)

A esto también se refería Jesús cuando dijo que el Vino Nuevo reventará los
odres viejos y el enmiendo de tela nueva en trapo viejo rasgará el vestuario;
necesitamos un “odre nuevo” – un corazón nuevo, un corazón que cree y un
vestido nuevo que es el Nuevo Pacto; este Pacto es la única cobertura de rectitud
posible para la humanidad, no tejida de intentos y buenas intenciones sino del
trabajo consumado de Jesús en la Cruz, por tanto esta vestidura no tiene defectos
ni hoyos.

El Nuevo Pacto no ofrece reparar tu vieja vestidura a través de tu esfuerzo y


disciplina, esa vestidura Jesús ya la razgó en su propio cuerpo; Él nos ha dejado
una nueva, blanca y resplandeciente, que no se rasgará jamás, como los fariseos
hacían con sus ropas; sin embargo, aunque esta vestidura es gratuita, no es
barata, pues solo puede recibirse con una moneda: “la moneda de la fe” – fe en
quien nos la obsequia, Jesucristo, y en lo que Él hizo y no en lo que “otros”
hicieron, ni tampoco en lo que nosotros podamos hacer.

En la Parábola del hombre rico y Lázaro, en Lucas 16:19-31, tenemos a un


hombre vestido de “púrpura y lino fino”, que representa “justicia o rectitud
propia”, como es el caso de la mujer “Babilonia la Grande”, que conocimos
durante nuestro estudio de Apocalipsis.

Lázaro, cuyo nombre significa “a quien Dios ayuda” estaba lleno de llagas, por lo
que vivía en tormento. Aquí vemos una figura de Jesús, durante su crucifixión,
representando a la humanidad.

Ambos mueren y al hombre rico se le escucha en un lugar de tormento, mientras


que a Lázaro se le ve descansando en el “seno de Abraham”, que solía ser el
lugar de espera de aquellos que antes de la resurección de Jesús morían
siendo justificados como Abraham, por la fe en su futuro Mesías, quien aquí
hablaba.

El rico le pide a Abraham que envíe a Lázaro a su familia para que ellos no vayan
al mismo lugar de tormento y Abraham le dice que ellos tienen a Moisés y a los
Profetas. El rico le dice que si alguno fuera de entre los muertos se
arrepentirían, mas Abraham le contesta que si no oyen a Moisés y a los profetas,
tampoco se persuadirán, aunque “alguno” se levantare de los muertos.

Este mismo Mesías, narrador de esta parábola, fue el primero que se levantó de
los muertos y el mismo que dijo:

Porque si creyeran a Moisés, me creerían a Mí, porque de Mí escribió él. Juan


5:46
Entonces dije: ‘Aqui estoy, Yo he venido (en el rollo del libro esta escrito de
Mi) para hacer, oh Dios, Tu voluntad.’” Heb. 10:7
Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en
todas las Escrituras lo que de él decían. Mar. 16:27
(Ver también Luc. 24:44)

El objetivo del Viejo Pacto no era que la gente se vistiera de su propia justicia,
sino que creyeran en aquella vestidura de justicia que les sería dada por Gracia
cuando su Mesías viniera; sin embargo, el Mesías ya vino y ya se levantó de los
muertos y aun muchos no han creído en Él, ni permiten que otros crean en Él, y
sin creer en Él, no podemos vestirnos de Él.

Otros “creen” haber creído en Él, mas no creen que lo que hizo fue suficiente, por
tanto aun siguen cubiertos con sus vestiduras del Viejo Pacto, ofreciendo sus
propios sacrificios y castigos, o sus propias obras de purificación, como si Cristo
nunca hubiera existido.

Para recibir la vestidura del Nuevo Pacto solo es necesario estar de acuerdo con
Cristo en que la necesitas en lugar de la tuya; esto equivale a usar su rectitud en
lugar de cualquier rectitud propia, si crees que esta existe, o en lugar de tu
desnudez, si al igual que yo estas convencido(a) que no existe tal cosa como
rectitud propia. Esta es la humildad “bíblica”.

En Cristo has sido perfeccionado (Heb. 10:14). Tu perfección y justicia propias


te estorbarán. En Cristo ya has sido ayudado; Su perfección es tu nuevo
comienzo. El Viejo Pacto contiene tu muerte; el Nuevo Pacto contiene tu vida y
tu herencia. Esta herencia solo puede recibirse por la Gracia. (He.20: Gal. 3:18;
Rom. 4:13-14). El Viejo Pacto te la robará.

La Lógica de Dios

Gracias por regresar a este estudio que titulé: “El Vientre de la Gracia”,
refiriéndome a los efectos vivificadores, fortalecedores, protectores y
transformadores de creer el Evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo, el
cual anuncia el Nuevo Pacto.

Conociendo ahora quien fue el apóstol Pablo, el heredero de este Evangelio (por
lo que lo llamaba “Su Evangelio”) y la diferencia entre los Pactos de la Biblia,
lograremos “escudriñar”, dividir o filtrar la “Palabra” (Logos) del Nuevo
Pacto de la del Viejo.
Este proceso reemplazará nuestra lógica acerca de Dios, acerca de nosotros
mismos y acerca de los demás con la “lógica de Dios”, produciendo el
“arrepentimiento” del Nuevo Pacto; Pablo se refirió a este proceso como “ser
transformados por el renovamiento de nuestra mente”.

De hecho, uno de los significados del griego “Logos” es “lógica”, pues se


refiere al “razonamiento” o facultad de razonar, una consideración necesaria
antes de hacer juicio o de saltar a conclusiones. Esta palabra fue usada por
primera vez en el año 600 A.C. por el filósofo griego “Heráclito” , quien la
definió como “designar la razón divina o plan que coordina el universo
cambiante”.

Esta “razón divina” llamada la Gracia de Dios ha designado a la humanidad


entera, a través de Cristo Jesús, como “justificada”, perdonada, limpia, acepta,
grandemente amada y altamente valiosa ante los ojos de Dios,
independientemente de sus méritos o cualidades o falta de éstos. Esta es la
Palabra o la Lógica del Nuevo Pacto.

Solo con esta nueva “lógica” podremos verdaderamente “juzgar como


espirituales”, esto es, no mas conforme a “la carne”; esto significa que
dejaremos de vernos a nosotros mismos y a los demás conforme a los
requerimientos, demandas o identidad que la Ley nos dio: no mas conforme a
nuestra habilidad o falta de ella, no más conforme a nuestros títulos
universitarios o nobiliarios, nuestra ocupación, posesiones, apariencia, color,
acento lingüístico o círculo social, sino conforme a su Espíritu de Gracia que nos
hizo a todos y cada uno de nosotros aceptos en el Amado y de un valor
irreemplazable.

Mas antes de que me llames “universalista”, permíteme mostrarte que lo que


Jesús hizo no fue solo por los que creen en Él. Fue por TODA la humanidad, aun
por los que le aborrecen y se burlan de Él (Hechos 17:26-31; 2 Cor. 5:15; Rom.
5:19; Heb. 2:9; 1 Tim. 2:6; 1 Juan 2:2: Rom. 2:9; etc).

En Cristo, una nueva página para la humanidad ha sido escrita en el Libro de la


Vida; esto no quiere decir que el mundo entero será salvo, pues la misma Biblia
nos dice que no todos aceptarán este regalo gratuito.

Hechos 17:16-31 es un claro ejemplo de ello. Esta escritura nos muestra a


Pablo proclamando su Evangelio en Atenas, una ciudad llena de ídolos, en
medio de los sabios filósofos griegos adoradores de estos ídolos. Mas lejos de
juzgarlos como los juzgarían muchos religiosos de hoy, nota la manera amorosa
y respetuosa con la que Pablo corrige su creencia acerca “del Dios desconocido”
(v. 23-28):

“puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas…….Porque en El


vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de los poetas de ustedes
han dicho: ‘Porque también nosotros somos linaje Suyo.’
Y en seguida los exhorta a “arrepentirse”, esto es, a creer lo que Cristo Jesús
hizo para que puedan verse a través de Cristo resucitado como “Nuevas
Criaturas”, “inocentes”, “libres”, “completos”. Sin embargo, al final del
capítulo, vemos que no todos se arrepintieron, es decir, no todos creyeron;
algunos se burlaron; otros “lo dejaron para mañana”, mas otros, Dionisio y
Damaris entre ellos, recibieron esta “Palabra” con mente solícita y dispuesta,
uniéndose a Pablo.

Esta escritura nos muestra que al igual que Abraham, solo creyendo podemos
recibir esa justificación; ésto es lo que la Biblia llama: “ser justificado por la fe”,
esta fe no es simplemente creer lo que nuestra mente se imagine, como Pablo les
dijo a estos filósofos; cuando la Biblia habla de la fe, se refiere a la fe en
Jesucristo y su trabajo consumado en la Cruz, éste es el tema del Evangelio de
Gracia, por tanto sólo los que lo crean podrán apropiarse de ello, Dios no
forzará su justificación en nadie.

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está
escrito: Mas el justo por la fe vivirá” Rom. 1:17.

Nota que la justicia que se revela no es la del hombre, sino la de Dios, pues el
Viejo Testamento claramente confirmó que el hombre carece de la misma.

Para los que visitan esta página por primera vez, quiero aclarar que cuando Dios
habla de su justicia, no necesariamente se refiere a “su venganza” o a
su retribución o paga; la justicia de Dios es “su rectitud”, su integridad y su
sistema para hacernos justos, el cual no es un sistema de mérito o esfuerzo
humano, sino de Gracia (esto es “gratis”), a través de la fe en Jesucristo.

Su venganza o “su ira” no es contra su humanidad sino contra el sistema del


diablo que al creerlo, priva a los hombres de recibir La Justicia de Dios, y por
consiguiente la herencia que Él nos ha dado a través de Jesucristo.

“contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que


con injusticia restringen la verdad. (Rom. 1:18)
¿Estás en Cristo?

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura (nueva creación) es; las
cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas. 2 Cor. 5:17
Recuerdo mis años de cristianismo mezclado en los cuales nunca me pude
considerar una “Nueva Criatura”. Mirando dentro de mi, como se nos enseña,
solo encontraba “las cosas viejas” que supuestamente habían pasado pero que yo
aun veía en mi, por lo que siempre me pregunté si yo realmente estaba “en
Cristo”.

¿Te ha sucedido a ti amada(o)? ¿o quien crees que sea esa “Nueva Criatura”,
Jesucristo, la humanidad o sólo los creyentes? Me dirás: “Solo los que creen en
Cristo están en Cristo”, mas si miras el contexto de este verso (v. 14-17), te
darás cuenta que Pablo se refería a toda la humanidad.

Razonemos juntos: Si en Adán toda la humanidad estaba bajo pecado, tanto


judíos, como gentiles (Rom. 3:9) y Dios puso los pecados de toda la humanidad
en el cuerpo de su Hijo Jesús, ese hombre de pecado, el primer Adán está muerto
y el que se levantó, llamado el Segundo Adán, se levantó sin pecado, ¿no es
así? Por consiguiente, si toda la humanidad pecadora ha muerto en Jesús, al
haber resucitado Jesús, una Nueva Humanidad ha sido levantada que nada tiene
que ver con su etnicidad, ni su cultura. Este es el triunfo de la Resurrección de
Jesús.

Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Col.
3:3
No hay Judío ni Griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer,
porque TODOS son uno en Cristo Jesús. Gal. 3:28
Aquí no leemos que solo los creyentes. Aquí dice que TODOS han sido
incluidos en Cristo.

.No amado, no me volví universalista, los universalistas creen que todas las
religiones o creencias los llevan a Dios o que todos ya somos salvos, creamos o
no en Jesús y eso no es lo que yo digo. Permite que Pablo lo aclare por mí.

Así pues, tal como por una transgresión resultó la condenación de todos los
hombres, así también por un acto de justicia (la crucifixión) resultó la
justificación de vida para todos los hombres. Rom. 5:18
Veamos otra cita:
Pues el amor de Cristo nos apremia (nos controla), habiendo llegado a esta
conclusión: que Uno murió por todos, y por consiguiente, todos murieron. Y por
todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquél que
murió y resucitó por ellos. 2 Cor. 5:14-15
Si yo pudiera cambiar esta traducción de la Biblia quedaría así:

Uno murió POR TODOS para que no vivan mas por si mismos sino a través del
que murió y resucito por ELLOS.

Aunque no podré cambiar la traducción, si puedo decirte que la palabra traducida


como “nos apremia” o “nos controla” es el griego synechō (G4912),
cuyo significado principal es: “mantener, sostener firmemente, comprimir con
las manos un entero para que no caiga en pedazos o para que nada quede
excluido”. Curiosamente, esta misma palabra también es usada para expresar
“aflicción” o “sufrimiento”.

Con esto solo quiero expresar que el Amor de Dios nos incluyó a todos en Jesús,
pues Jesús nos sufrió a todos en El. TODOS estamos en Cristo y su amor nos
sujeta para que no caigamos en pedazos. Su amor es ese “cemento” que nos une
a todos. (Col. 3:14)

La versión Dios Habla Hoy (DHH) tambien nos lo muestra:

Pero ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, ustedes (judíos
y gentiles, énfasis mío) que antes estaban lejos están cerca. Ef. 2: 13
La versión el mensaje lo narra así:

Ahora bien, por causa de Cristo muriendo esa muerte y derramando esa sangre,
ustedes que una vez estuvieron excluidos todos juntos ahora están incluidos en
todo.
Cristo es nuestra paz. Él hizo de judíos y de no judíos un solo pueblo, destruyó el
muro que los separaba y anuló en su propio cuerpo la enemistad que existía.
Puso fin a la ley que consistía en mandatos y reglamentos, y en sí mismo creó de
las dos partes UN SOLO HOMBRE NUEVO. Así hizo la paz. Ef. 2:14-15 DHH
Date cuenta amado que el muro del que habla era “La Ley”; este muro no solo
nos separaba de Dios sino de otros humanos. Hoy el Pueblo escogido de Dios
eres tu, y también el judío y todos los hombres (y mujeres), TODOS.

Nuevamente, la versión El Mensaje nos alumbra:


Entonces comenzó de nuevo. En lugar de continuar con dos grupos de gente
separados por siglos de animosidad y desconfianza, ha creado una nueva clase
de Ser Humano, un nuevo comienzo para TODOS.
Él puso fin, en sí mismo, a la enemistad que existía entre los dos pueblos, y con
su muerte en la cruz los reconcilió con Dios, haciendo de ellos un solo cuerpo.
Pues por medio de Cristo, los unos y los otros podemos acercarnos al Padre por
un mismo Espíritu. Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de
su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y
son miembros de la familia de Dios. Ef. 2:16-19 DHH
De lo anterior concluirás que efectivamente, tu estás en Cristo y el reino de la
fe es ahora tu patria. Esto no significa que todos en la Nueva Creación querrán
vivir por la fe en Jesucristo y como te mostré en mi mensaje pasado, sin fe en Él
no podemos recibir su vida, aunque vivamos en su patria (Ef. 2:8 y 9), pues “el
Justo por la fé vivirá” (Rom. 1:17).

Regresa la próxima semana para que sepas por qué la Nueva Creación no vive
como Nueva Creación.

Shalom
No Más Separación

Después de haberte mostrado lo que el Nuevo Pacto realmente es, y que este
Pacto nos hizo a TODOS Nuevas Criaturas, ¿a que se debe que no todas
las Nuevas Criaturas vivan como tales?

Esto se debe a que no saben, no entienden, no creen o rechazan el Nuevo


Sistema proclamado por el Evangelio de Gracia, el cual es el único “edicto”
que da a conocer nuestra Nueva Raza en una Nueva Patria – Jesucristo, con una
Nueva Constitución – Su Gracia, y una nueva ciudadanía que nos fue otorgada a
todos por el mérito de Jesucristo y no por la justicia del hombre, ciudadanía que
lamentablemente no todos adquirirán.

Un buen ejemplo es el hombre esclavo que salió de Egipto, quien pasó por el
mar Muerto y llegó al desierto como un “nuevo hombre” – ¡un hombre libre!;
mas este nuevo hombre nunca dejó de verse como esclavo, pues en su corazón
seguía añorando la seguridad de su vida de esclavo, lloraba por “los pepinos, los
melones, los puerros, las cebollas y los ajos” (Num. 11:5), que requieren
trabajo arduo para poder comerse, cuando Dios tenia preparados para él “una
tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granadas” (Deut. 8:8) -alimentos
cuya cosecha solo requiere alcanzar con la mano.
Al final, solo aquellos que creyeron la promesa de “Vida Nueva en Patria Nueva”
pudieron entrar en ella. Los que no creyeron murieron quejándose en el desierto;
sin embargo, aquellos que lograron entrar, poco tiempo después demandaron
reyes (1 Sam. 8), como los tenía Egipto y las naciones babilónicas, sin pensar que
esos reyes tomarían sus impuestos, tomarían a sus hijos para sus guerras, a sus
hijas para sus palacios, aun sus tierras, y cuando el rey fuera malo (muy a
menudo), el pueblo gemiría. En resumen, Israel nunca aceptó la Gracia de Dios
por causa de su mentalidad esclava que les robó el gozo de su nueva patria, aun
después de haber entrado, hasta que fueron llevados cautivos a Babilonia y
finalmente se convirtieron en lo que nunca dejaron de creer ser: esclavos, y “así
como el hombre piensa en su corazón, tal es él” (Prov. 23:7).

Un ejemplo contemporáneo es el pueblo de Sudáfrica, que vivió los horrores del


Apartheid, hasta que un libertador se levantó: Nelson Mandela, quien siendo de
cuna noble, peleó contra este sistema que afligía a su pueblo de su mismo
color, por lo que fue condenado a cadena perpetua; mas 27 años después
recibió su libertad y fue elegido presidente. Una vez firmada la Nueva
Constitución, el hombre del Apartheid murió, y una nación libre nació en un día
que daba a TODOS en Sudáfrica una nueva ciudadanía y un nuevo comienzo.
Bajo este nuevo sistema de libertad, el “nuevo sudafricano”, sin importar su
color, ha heredado derechos y libertades, por causa de lo que Nelson Mandela
sufrió, sin que cada hombre de color tenga que ir a sufrir a la cárcel 27 años para
disfrutarlos; ahora ellos pueden tomar decisiones, realizar sus sueños, caminar en
la calle de noche en la zona que quieran sin ser arrestados, tener propiedad, o
comenzar su propio negocios.

La labor de este nuevo gobierno ahora es proclamar que el Apartheid ha


sido nulificado, lo cual hace inundando las vías de comunicación, la radio, la
televisión, a través del sistema académico, de programas comunitarios, etc.
para que nadie se olvide que ya no existe “separación” entre ellos, que es el
significado de “Apartheid”.

Esto no ofrece la garantía de que todos en Sudáfrica creeran en el nuevo sistema,


comenzando por aquellos que ejercían el poder durante el viejo; tristemente,
muchos de los oprimidos tampoco han creído en su libertad, al vivir esclavos
de sus recuerdos y al resentimiento o la ira que que la ley antigua les dejó, la
cual descargan contra si mismos o contra los demás, por lo que aun sufren
mucho.

Igualmente, en los Estados Unidos, la esclavitud se abolió en 1865, mas 100


años después los hombres de color seguían siendo maltratados y menospreciados
como seres humanos, como lo verás en muchas películas. Hoy, en 2016, aun
existen grupos blancos supremacistas y gente que se opone al Nuevo Sistema no
solo de su Tierra, sino el de Dios, esto es, El Nuevo Pacto que dice que ya no hay
mas separación entre los hombres (Col. 3:11).

Mas los Estados Unidos no es el único ejemplo: el japonés blanco menosprecia


al japonés de Okinawa, cuya piel morena revela su clase campesina; el mismo
mexicano blanco ve al moreno como una “clase inferior” y aun el moreno claro
llega a menospreciar al moreno obscuro, dentro y fuera de México.

Mas el hombre blanco también llega a encontrar este muro de separación en


lugares como en las Islas Hawaianas, debido al resentimiento que existe por
parte de los nativos hawaianos contra sus colonizadores blancos y a su oposición
a la anexión de su territorio a los Estados Unidos, misma que ellos consideran
una invasión ilegal que los humilló y les robó su identidad, en la cual ellos han
puesto su valor.

Por esta razón muchos nativos Hawaianos viven rehusándose a participar del
nuevo sistema, mostrando su indignación con rechazo hacia lo que el nuevo
gobierno les ofrece , quemando la propiedad pública, pintando las paredes,
ensuciando las calles, y con actos de violencia aun entre si mismos, aunque
algunos de ellos se gozan de tener agua caliente y de los privilegios que su nueva
ciudadanía les otorga.

El Nuevo Pacto que derribó el muro de separación fue declarado en el año de la


resurrección de Jesús y ofrece una herencia que es por Gracia (Rom. 4:13-17; He.
20:32; Gal. 3:18; Tito 3:7; Ef. 2:8-9 ) para TODA la humanidad (Gal. 3:28; Col.
3:11; Rom. 10:12, Ef. 2:4-18), para que no vivamos mas trabajados y cansados
con nuestra confianza puesta en la carne, esto es, en lo que podemos ser por
mérito propio, por nuestros talentos, habilidades, virtudes, títulos nobiliarios,
nombre de abolengo, color de piel, etc. sino descansando en el gran amor de
Dios, su rectitud, integridad y buena voluntad revelada en su hermoso Evangelio
de Gracia.

Es por ello que sin creer el Evangelio, no podremos entrar en este descanso y la
pared imaginaria continuará levantando nación contra nación (ethnos vs ethnos) y
reino contra reino.

Y tu amado(a), ¿lo has creído?

Shalom

El Hombre del Nuevo Pacto

De acuerdo a lo que te he presentado en mis últimos mensajes con La Palabra de


Cristo y con ejemplos, estarás de acuerdo conmigo de que hoy solo existe el
hombre con el que Dios se ha reconciliado. (2 Cor. 5:14-21)

Ese es el hombre nuevo del que la Biblia habla. Todo el mundo ha sido
concebido como “La Nueva Criatura”; puesto que el pecado del hombre ha sido
puesto en Jesus, tu pecado murió con Él y al haberse Él levantado como el
primero de esta Nueva Creación, es nuestra garantía de que el mundo entero
podrá levantarse al nacer de esta verdad, la cual al creerse engendrará la misma
vida de Cristo en aquel que la reciba con fe; a esto lo conocemos en términos
bíblicos como “nacer de nuevo”, “recibir la vida eterna” o “ser salvo”.

Por ello Pablo dijo que a partir de ese momento, ya no conocemos a nadie
“según la carne” (5:16), que es como se conocía el Viejo Hombre, con sus viejas
creencias. Se que la religión enseña que la carne es “los apetitos, pasiones o
fragilidades humanas”, mas Pablo no se refería a la carne de esta manera.

Este término griego “según la carne”, o “conforme a la carne“, es el griego “kata


sarx” que aunque puede referirse, entre otras cosas, a “la naturaleza humana
separada de la influencia divina, y por consiguiente, predispuesta al pecado”
(Concordancia Strongs), el uso que Pablo le daba era solamente como un
sinónimo de vivir por esfuerzo humano, bajo los cinco sentidos, conforme a los
requerimientos, demandas o identidad que la Ley le dio al pueblo de Israel,
como él mismo lo ilustra en Fil. 3:3-6, fincando su identidad en sus propios
recursos o méritos, como es la ethnicidad (2 Cor. 11, 1 Cor. 10:18; Rom. 9:3), el
linaje o abolengo (Rom. 1:3, Gal. 4), la ocupación (Ef. 6:5; Col: 3:22), la
jerarquía social, o cualquier cosa que le da al hombre un falso sentido de valor o
falta del mismo, por el cual se juzga a si mismo y a los demás.

De lo anterior, cuando Pablo dice en Rom. 8:1 “no hay condenación para los que
están en Cristo Jesus”, antes de ello dice ‘por consiguiente’, puesto que es la
conclusión de todo lo que habló en el Cap. 7. La frase “para los que no caminan
conforme a la carne sino conforme al espíritu”, no se encuentra en todas las
versiones de la Biblia, ni en español, ni en inglés, pues no es parte del texto
original, sino que fue añadido del versiculo 4 por algun comentarista y con el
tiempo se convirtió en parte de esta Epístola, como ha sucedido a menudo con la
escritura a través de los años.

La persona que agregó este texto probablemente sintió que el hecho de la


declaración de Pablo de la inocencia de la humanidad tenía que volver a
someterse a la conducta de una persona. La religión bajo la ley se sentía más
cómoda con la condición de contribución personal que con la conclusión de lo
que revela la fe. La revelación “en Cristo” es la clave para el trato de Dios con la
humanidad. Es el código PIN de la Biblia. [Ver 1 Cor 1:30 y Ef 1: 4].) du Toit,
Francois. Biblia de Estudio el Espejo. Comentario en Rom. 8:1
Como te das cuenta, Pablo no esta nuevamente separando a los que están en
Cristo de los que no están, pues ya vimos que toda la humanidad ha sido
puesta en El; Mas en el verso 4, Pablo se refiere a aquellos que ya no caminan
conforme a los requerimientos de la Ley, pues hemos comprendido lo que el
Nuevo Sistema “en Cristo” significa, como diciendo:

“si tu has entendido lo que Cristo hizo, y que por ello ahora tu eres esa Nueva
Creación en Cristo, cree también que el sistema viejo que trajo la muerte a
Adan y a la humanidad entera ya no esta vigente y que hoy vives bajo uno
nuevo, en donde ya no necesitas vivir como Adan vivió, condenado a la
incircuncision de tu carne, calificándote a ti mismo o a los demás de acuerdo a lo
que hacen, sino confiando en lo que Cristo hizo para sacarnos a todos de ese
viejo sistema y darnos su vida – ésto fue lo que hizo:

Y cuando ustedes estaban muertos en (por causa de) sus delitos y en la


incircuncisión de su carne, Dios les dio vida juntamente con Cristo, habiéndonos
perdonado todos los delitos, habiendo cancelado el documento de deuda que
consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de
en medio, clavándolo en la cruz. Col. 2:13-14
Y de ambos pueblos (judíos y gentiles) hizo uno, derribando la pared
intermedia de separación, poniendo fin a la enemistad en Su carne, la Ley de
los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en El mismo de los
dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a
los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la
enemistad. Y vino y anuncio paz a ustedes que estaban lejos, y paz a los que
estaban cerca. Porque por medio de Cristo los unos y los otros tenemos nuestra
entrada al Padre en un mismo Espíritu. Ef. 2:14-18
Como leemos, este “documento de deuda que consistía en decretos contra
nosotros”, esta “Ley de los mandamientos expresados en ordenanzas”
quedó finiquitado para siempre, para que que ahora el Espíritu de Cristo se
encargue de establecer Su vida en ti. A esto le llamamos “vivir bajo la Gracia”,
ésta es la verdadera “vigilia”. Los apetitos y pasiones pecaminosas, Pablo no los
llamó “la carne”, los llamó: “las obras de la carne”, pues son el fruto de vivir
“según la carne”, o sea, bajo la Ley, como te mostraré próximamente en el
estudio de los Gálatas.

Por ello, al igual que lo hacen en Sudáfrica para continuar el proceso de


liberación del pueblo sudafricano que vivía bajo el Apartaid, los que amamos el
Evangelio, anunciamos como podemos el Nuevo Sistema llamado por Jesús “el
Año “Favorable” del Señor”, para que todo aquel que en Él cree pueda vivir en
esta libertad y en una vida de tal calidad y abundancia que es Eterna.

Cuando te digo que Jesus murió por los pecados de todo el mundo, se hace
verdad cuando lo creemos? O seria mas acertado decir que es una verdad que
puedes creer y nacer de ella?

Todos sabemos la respuesta. Seamos libres para compartir el mensaje de perdón


e inocencia de todos, para que aquellos que crean lo que YA ES VERDAD se
salven de la muerte que creer la mentira traerá“. Nacido Inocente”. Brits, Bertie.
El Año de Placer y Deleite

Como te lo he mostrado en esta sección amado(a), Nueva Criatura eres, Las


cosas viejas – el Viejo Pacto – han pasado; todas las cosas han sido hechas
nuevas bajo el Nuevo Pacto por medio de Jesucristo, quien lo llamó: el Año
Favorable del Señor.

Esta palabra “favorable” es el hebreo “ratsown” y significa:

Placer, deleite, favor, buena voluntad, aceptación

Este Año de Placer y Deleite del Señor, esta era de su aceptación, y buena
voluntad aun está abierta para todos los humanos desde el año 30 D.C; sin
embargo, cada humano necesitará entrar por la Puerta – Jesucristo, y estar de
acuerdo con su Nueva Constitución, antes de recibir ese nuevo sello en su
pasaporte de su nueva ciudadanía, que es el Sello del Espíritu, pues este sello
solo se recibe al creer el Evangelio de Gracia.

En él también ustedes, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de su


salvación, y habiendo creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo que
había sido prometido. Ef. 1:13
Y puesto que recibimos ese sello al creer, lo único que Satanás tiene que hacer
es “restringir la verdad” y es aquí donde la gente pinta su linea divisoria y no
Dios.

Imaginemos por un momento, en una economía controlada por “gigantes”, que


tu, siendo propietario de un laboratorio pequeño, descubrieras la cura que
erradica totalmente la raíz del cáncer; la industria gigante del cáncer – en el
presente la quimioterapia, la cual no puede eliminar la raíz de esta fatal
enfermedad, no sólo perdería su gran inversión, sino toda una fuente de empleos
y de riqueza. Su intento por remover “tu cura” del mercado, o por tratar de
desprestigiarte y difamarte para destruir tu credibilidad, sería algo que tendrías
que enfrentar con el mismo dilema que el pastorcito David: vivir rodeado de
intimidación y amenazas o matar al gigante con una piedrita de río.

Aunque toda similitud con el ejemplo anterior es simple coincidencia, no lo fue


en el caso del Evangelio de Pablo (cuyo nombre significa “Pequeño”), el cual
erradica la raíz del pecado que es precisamente La Ley del Viejo Pacto (1 Cor.
15:56).

Aquellos que se benefician con mantenerte enfermo, (satanás y sus ministros)


desde el principio han tratado de “remover del mercado” la cura de Pablo, su
Evangelio de Gracia, ya sea prohibiendo su distribución, desacreditando o aun
matando a los que lo distribuyen o por lo menos y desacreditando “Su cura”.

Puesto que el portador de la cura revelada a Pablo es el Espíritu Santo, todo


intento por erradicarla será vano; sin embargo, en su afán por conservar el
mercado de enfermos que les ayuda a preservar su subsistencia, han producido
“quimioterapia espiritual”, que solo retrasa o disfraza la muerte, con la ilusión de
que “funcionó”, la cual nos suministra a través de sus muchas vías de
comunicación masiva, comenzando por muchos púlpitos, de todas las religiones
posibles, en donde compite contra el mensaje de Pablo por el corazón de la
gente.

Al igual que muchos líderes raciales, lo único que el diablo necesita es evitar
que la gente crea en el Nuevo Sistema o hacer que se sienta descalificada o
excluida del mismo para mantenerlos enfermos “como viejas criaturas”,
trabajando arduamente por su “renovación” y su libertad con su confianza
puesta en su carne (que ya expliqué en esta sección) lo cual le trajo la muerte a
Adán; trágicamente, similar a pertenecer a una banda de gangsters, o a ser
arrestado durante el holocausto, una vez cayendo en su engaño, difícilmente se
sale de ahí con vida, a menos que lo hagamos en brazos de Cristo Jesús.

Mas si tu amado(a) estuvieras contento ahí, déjame decirte que el querer vivir
bajo las cosas viejas te hará sentirte viejo, agotado y fracasado desde muy
temprano, pues bajo ese viejo sistema no existe descanso y de alcanzar lo que
con tanto esfuerzo buscas, descubrirás que nunca será suficiente.

No solo la Ley no puede hacernos perfectos, ni tampoco justificarnos (ver Heb.


7:11-12), sino que buscar la perfección y la vida Abundante bajo la Ley del
Viejo Pacto hará salir lo peor de ti, al revelar tus imperfecciones (lee 1 Cor.
15:56), lo cual te dará una imagen de ti mismo que es “vieja” y falsa de
acuerdo al Nuevo Pacto. Esta imagen distorsionada de ti, aunque
tuviera apariencia de belleza y santidad, tarde o temprano producirá “olor de
muerte para muerte” (2 Cor. 2:16), como un bebé que muere lentamente en
un vientre hostil en donde será imposible albergar y formar a una Nueva Criatura
con la vida de Cristo.

Mas contra ello existe una cura a tu alcance – la cura de Pablo, La Ley de Vida y
Libertad del Nuevo Pacto – el Vientre de Gracia donde nos es otorgada la Vida,
la perfección, rectitud, amor y aceptación de Cristo como un regalo y no como
un premio, lo cual al apropiarnos de ella con fe produce “olor de vida para vida”,
una vida abundante llena de descanso y de fruto.

Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas,
según la tradición de los hombres, conforme a los principios (las normas)
elementales del mundo y no según Cristo. Porque toda la plenitud de la Deidad
reside corporalmente en El, y ustedes han sido hechos completos (han alcanzado
plenitud) en Él, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad.
Col. 2: 8-10

Como Reconocer La Verdad

Como lo expuse en mi blog anterior, la Medicina de Pablo – el Evangelio de


Gracia nos ha sido cambiado por quimioterapia espiritual, que lejos de erradicar
el pecado, lo ha fortalecido mas, como lo escucharás en tu noticiario favorito.
Lamentablemente la gente está tan confundida y acostumbrada a la mentira, que
temen que el Evangelio de Gracia sea el falso evangelio.

¿Mas cómo sabemos si lo que hemos creído es la verdad que cura, o si sólo es
quimioterapia espiritual, especialmente cuando cada “evangelio diferente” afirma
ser la única verdad?

La Buena Noticia es que Jesús mismo nos contestó esta pregunta, cuando dijo:

“Guárdense de los falsos profetas, que vienen a ustedes vestidos de ovejas, pero
que por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán” Mat. 7:15
(ver Mat. 7:15-20)
Aunque Mateo 7 merece una sección por separado, su contexto es la hipocresía
de querer vivir bajo la Ley. Jesús les estaba hablando fuertemente a los fariseos,
quienes queriendo juzgar a la gente bajo la Ley, no aceptaban que ellos mismos
no podían seguirla.

Por ello Jesús enseguida dijo, refiriéndose a ellos:

No todo el que me dice ‘ Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mat. 7:21).
Bajo la Ley, nadie podía hacer la voluntad de Dios, y esta fue justamente la
razón por la cual Jesús encarnó como un humano, Él vino a hacer la voluntad de
su Padre: quitó lo viejo para establecer lo nuevo (ver Heb. 10:1-9).
Jesús confirmó la Ley al entregar su carne y su sangre por todos nosotros y una
vez confirmada o cumplida, la dejó clavada en la Cruz! (Ver Col. 2:14).

Hoy solo queda “Lo Nuevo” y Jesús mismo nos aclara que es esto nuevo:

Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él
tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final. Juan 6:40
Jesús le dijo:
—Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y
todo aquel que vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees esto? Juan
11:25-27
El apóstol Juan también nos aclara cuales son los “nuevos mandamientos” bajo
el Nuevo Pacto:

Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que


nos amemos unos a otros, como él nos ha mandado. 1 Juan 3:23
De hecho, no tendrás que esforzarte para obedecer este mandamiento, Jesús es el
Autor de tu fe y su amor se manifestará a través de ti hacia los demás como un
fruto de conocerle, amor por el cual a su vez seremos conocidos como suyos (ver
Juan 13:35) y así nos lo muestra el primer capítulo de Colosenses:

pues hemos oído de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por (hacia)
todos los santos, a causa de la esperanza reservada para ustedes en los
cielos. De esta esperanza ustedes oyeron antes en la palabra de verdad, el
evangelio (las buenas nuevas) que ha llegado hasta ustedes. Así como en todo
el mundo está dando fruto constantemente y creciendo, así lo ha estado
haciendo también en ustedes, desde el día que oyeron y comprendieron la
gracia de Dios en verdad Col. 1: 4-6
Este amor no es un amor fingido, o interesado, o forzado por la etiqueta o el
convencionalismo, es un amor que sale del espíritu (v.8)
Una vez mas te invito a leer el resto del Capítulo, para que te des cuenta a que se
refiere Pablo (y la Biblia entera) cuando habla de “La Verdad”.

Por experiencia, podría yo asegurarte que cuando escuchas la verdad sin


adulterar, tu corazón lo sabe y salta de alegría, su paz te inunda con
una sensación de descanso, como si un gran peso te ha sido quitado de encima
(la piedra de la Ley); tus problemas o preocupaciones se sienten pequeños, te
sientes amado(a), aceptado(a), protegido, completo(a), limpio(a), “como
ofrenda de aroma agradable”; principalmente, el vivir escuchando
continuamente esta verdad produce transformación como un fruto del Espíritu y
no de nuestro esfuerzo y una libertad que no conocías antes para ser la persona
que Cristo creó, pues lo que te ataba o controlaba deja de ejercer dominio sobre
de ti (Rom.6:14); a esto yo me refiero como a “vivir en el vientre de la Gracia”.

Lo contrario a la verdad producirá emociones y efectos contrarios a los


anteriores, colocándote en lo que yo llamo “un vientre hostil”, en donde cada día
experimentarás más los efectos de este veneno espiritual.

Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas,
según la tradición de los hombres, conforme a los principios (las normas)
elementales del mundo y no según Cristo. Col. 2:8
Aqui Pablo nos da una clave de lo que es la mentira. ¿Cuales son los principios
elementales del mundo?

Aunque mi próximo estudio de los Gálatas lo establecerá con claridad, como un


adelanto conoce que estos principios elementales del mundo son todo aquello que
te mueve a producir con tu propia habilidad y fuerza, el fruto y la calidad de Vida
que sólo el Espíritu de Dios puede producir; en esto consiste la Ley, sea la de
Moises, o la de tu religión, filosofías, tradiciones humanas, normas, reglamentos,
mandamientos de hombres, y todo lo que venga del “conocimiento de la ciencia
del Bien y el Mal”, árbol que trajo la muerte a la humanidad. De ello hablaré
la próxima semana.

Mentiras Que Matan


Habiéndote mostrado en la Biblia lo que el Apóstol Pablo anuncia como “la
Verdad”, hoy continuaré ampliando acerca de lo que él anuncia como la
mentira a evitar: “los principios elementales del mundo”, que él llama “la Ley”.

Para tal efecto, traduje el siguiente fragmento de Colosenses 2 de la versión en


inglés “El Mensaje”, para que lo compares con tu Biblia preferida.

16-17 Así que no permitas que nadie te presione con detalles de dieta*, los
servicios de adoración, o días festivos**. Todas esas cosas son meras sombras
proyectadas ante lo que estaba por venir; la sustancia es Cristo.
* Prohibiciones o normas referentes a alimentos puros o impuros

**Festividades religiosas

18-21 No toleres a la gente que intenta controlar tu vida, ordenándote a hacer


zalemas** , o insistiendo en que te unas a su obsesión con ángeles o a buscar
visiones. Son sólo un globo inflado de aire caliente, eso es todo lo que
son. Están completamente fuera de contacto con la fuente de la vida, Cristo,
que nos une en un solo entero, cuyo mismo aliento y flujo sanguíneo corre a
través de nosotros. Él es la cabeza y nosotros somos el cuerpo. Podemos crecer
sanos en Dios tan sólo con él nutriéndonos.
** postrarte o arrodillarte en reverencia

20-23 Así, pues, si con Cristo has puesto atrás toda esa religión pretenciosa e
infantil ¿por qué te dejas intimidar por ella? “¡No toques esto! ¡No pruebes
eso! ¡No te acerques a esto! “¿Crees que las cosas que hoy están aquí y mañana
se esfuman valen la pena ese tipo de atención? Tales cosas suenan
impresionantes si se dicen en un tono suficientemente profundo, y aun dan
la ilusión de ser piadosas, humildes y abnegadas, pero son sólo otra forma de
presunción y de hacerse ver importantes.“
Contrario a las palabras de Pablo, mucha gente desconfía o rechaza todo aquello
que no les de esta “ilusión de santidad o piedad”, por lo que prefieren someterse
a este tipo de líderes y engaños, antes que creer el Evangelio de la Gracia de
Dios sin añadiduras; ganar su justificación a base de méritos y esfuerzo propio
(creyendo que esto es posible), es mas satisfactorio o gratificante para ellos que
confiar en algo que consideran falso por ser gratuito y sin esfuerzo.

A muchos otros les gusta que los reten y les hablen con dureza porque esto los
“motiva a hacer algo”, o los inspira a “ser mejores”; tristemente a muchos de
ellos así los motivaban de pequeños, por tanto aprendieron a responder
solamente a este tipo de “motivación”.
Curiosamente, aunque te sientas mas motivado a hacer más, a esforzarte más, a
“ser mas” o a “ser mejor”, lo que logremos con nuestro esfuerzo solo
permanecerá mientras por esfuerzo podamos conservarlo, asumiendo que las
demandas auto impuestas o impuestas por otros sobre nosotros no acabaran con
nuestra salud, con nuestra familia o aun con nuestra misma vida; sea que el
resultado final te enorgullezca o te decepcione, siempre habrá algo mas que
alcanzar en esta lista sin fin.

Irónicamente, si bajo la Ley lográramos checar cada punto de la lista, la Biblia


dice que por la Ley no heredamos las promesas, sino por la Gracia (ver Rom
4:13-16).

Por último, querer cumplir esta lista de requisitos contrarios a ti, que Pablo llama
“La Ley”, te dará un valor falso, pues este valor no es conforme al alto valor que
Cristo te dio, sino “conforme a la carne”.

Este fue el caso de Israel en el tiempo de Jesús, los fariseos se sentían de un valor
superior y puesto que tenían riquezas, creían que éstas eran el resultado de su
“piedad“, mientras que el pueblo se encontraba como quizá tu te encuentres:
enfermo(a), sintiéndose agobiado(a), lleno(a) de cargas y obligaciones,
temeroso(a), preocupado(a), inadecuado(a), frustrado(a), o fracasado(a),
culpable, sucio(a), imperfecto(a), rechazado(a), o incapaz de jamás poder
cumplir los requisitos de Dios y del mundo, lo cual te dejará sintiéndote con un
valor depreciado, que te motivará a esforzarte mas o por el contrario, te llevará en
espiral cuesta abajo, caído de la Gracia de Dios (Gal. 5:4)

Lo mas trágico de “la Ley” es que es la fuerza del pecado, por lo que éste se
manifestará tarde o temprano en formas aun desconocidas para ti, que tarde o
temprano te conducirán a la muerte (1 Cor. 15:56) .

A mi en lo personal, la Ley me robó mucho y casi me destruyó, dejándome llena


de temor, de inseguridad, de frustración, de dolor y de ira, que yo solía descargar
en mi misma y aun en mis propios amados, sin mencionarte cómo los dejó a
ellos. Gloria a Jesús que su Gracia nos encontró y en ella estamos siendo
sanados y restaurados, conforme aprendemos a descansar en ella.

¿Y a ti amado(a), cómo te ha dejado la Ley? ¿Cómo ha dejado a tus hijos?¿Cómo


manejas tu la lista de requerimientos contrarios a ti que Jesús ya cumplió? ¿La
has dejado en la Cruz donde Jesús la dejó clavada (Col. 2:14) o la sigues
llevando como cadenita a tu cuello, o al de los demás. Durante mi estudio de los
Gálatas que comenzaré en junio, quizá quieras dejar de cargarla.
Creer o no Creer

Habiendo conocido que hemos muerto a la Ley por medio del cuerpo de Cristo y
con ello liberados de la misma al haber sido unidos a aquel que resucitó de entre
los muertos, para poder servir en la renovación del Espíritu y no en lo antiguo de
la letra (ver. Rom. 7:5-6), solo nos queda creerlo o no creerlo.

Sea cual sea lo que tú decidas creer amado lector, tus creencias darán fruto, sea
fruto de vida para Dios, o fruto para muerte; sin embargo, aunque por los frutos
seremos conocidos, es importante que en el caminar diario no vivamos
inspeccionando los frutos, especialmente en los demás, pues “Ya no juzgamos
a nadie por la carne” (2 Cor. 5:16).

Los frutos son para disfrutarse, lo cual sólo podremos hacer cuando caigan del
árbol. Mientras no caen, dejemos que el que da el crecimiento – el Espíritu
Santo, los haga brotar y madurar y disfrutemos el proceso simplemente entrando
en ese descanso, en donde viviremos protegidos en el vientre de Su Gracia.

Mi exhortación final es la siguiente: no caigamos en el error de confundir la


Buena Dádiva de Dios, la cual cae sobre justos e injustos, con el fruto por el que
seremos conocidos; quiero decir, no permitas que cosas como el estar muy
“bendecido” financieramente, o el éxito o calidad de tu vida, carrera o ministerio,
o el número de almas que se añadan a tu iglesia, o el número de libros que
vendas, o tu posición de liderazgo en tu congregación, o tus dones físicos o
espirituales, los milagros o los sueños recibidos de Dios, o tu largura de vida o
aun tu juventud renovada, sean la voz que te diga lo acepto o amado que eres
por Dios, o por el contrario, la voz que te descalifique, si carecieras de lo que
anhelas, o experimentaras alguna pérdida.

No existe duda alguna que la lista anterior nos pueda ser añadida por Gracia, a
través de la revelación personal del Amor de Dios y de quienes somos en
Cristo, pues si Dios nos dio a su Hijo Jesús, cuanto mas nos dará junto con Él
todas las cosas (ver Rom 8:32); de hecho, Él ya nos ha dado todas las cosas para
que vivamos esta vida bajo su sonrisa ( ver 2 Pe. 1:3); mas Jesús NO dijo “por
mis buenas dádivas o dones los conocerás”, Él dijo: “Por sus frutos los
conocerás”.
El medir a la gente “conforme a la carne” (como lo explique en
mensajes anteriores), nos conducirá al error de los Saduceos – la clase alta del
sacerdocio levítico, quienes basados en su riqueza material, en la prosperidad de
su vida, en su linaje, o su posición sacerdotal, etc., se sentían superiores y libres
de la maldición de Deut. 28 que incluye gran pobreza y enfermedad y todo tipo
de dolores y tragedias.

Por tal razón, ellos reprobaban y oprimían al mismo pueblo bajo


su representación, y que ellos mismos habían empobrecido, descalificándolos del
Reino (ver Mat. 23:13-28); por esta razón, cuando vieron que Jesús frecuentaba a
éstos oprimidos, lo vieron como una amenaza contra su “administración de
Dios” y movieron su gran influencia para quitarlo de su camino.

Hoy el juicio con el que nos juzgamos y juzgamos a los demás es a través del
juicio que Jesús llevó en su cuerpo, aquel que ya “Consumado Fue” y por el cual
hizo volver al primer Adán al polvo, levantando al “Nuevo Adan”- Jesucristo,
quien nos ha sentado junto con Él en las alturas, unidos para siempre al Padre;
por ésto que Jesús hizo, Dios puso a toda la humanidad “en Cristo”, lo cual
somos “aceptos en el Amado”, y de valor excedentemente preciado; ésta es la
única verdad acerca de los hombres y la única voz que debes escuchar acerca de
ti.

Creer esta verdad dará el fruto al que Jesús se refería, el fruto que
su Espíritu producirá en ti, una persona cada día mas sana, mas libre, mas feliz,
más a semejanza de Cristo, viviendo su Vida “Zoe” – abundante y eterna, la
cual fluirá de ti sin poder evitarlo y sin tener que esforzarte por imitarla.

Y aunque es inevitable que en el mundo tengamos aflicción, puedo decirte con


certeza que su promesa “confía, yo he vencido al mundo”, tarde o temprano será
manifiesta. Después de todo, bajo la Ley la aflicción se llama “maldición” y
bajo ella todo es fruto para muerte.

Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra ustedes de que he puesto
ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida
para que vivas, tú y tu descendencia, 20 amando al Señor tu Dios, escuchando
Su voz y allegándote a El; porque eso es tu vida y la largura de tus días, para
que habites en la tierra que el Señor juró dar a tus padres Abraham, Isaac y
Jacob. Deut. 30:19
Así es amado(a), en esta serie he puesto delante de ti la vida y la muerte para que
no dudes en escoger la Vida que existe en la Palabra del Nuevo Pacto. Hoy el
cielo ya nos ha sido abierto y está a nuestro favor y no en nuestra contra, gracias
a que Jesús nos “allegó a Dios” a través de su muerte y resurrección; en Él sólo
hay bendición y no mas maldición; Él es nuestra vida y la largura de nuestros
días porque su vida es eterna.

Cuando tú conoces quien es Jesús, cuando logras entender Su Gran Amor por ti
revelado en su Evangelio de Gracia y vives contemplando tal belleza, no podrás
evitar amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas,
y a los demás como a ti mismo, no es un mandamiento, es una promesa y ésto
será el primero de muchos frutos.

Solo a través de este tipo de “conocimiento de Dios” podrás reconocer la


verdadera voz de Dios y la diferencia entre la Cura de Pablo y la quimioterapia
espiritual que es la Ley.

Sólo creyendo esta hermosa verdad podremos habitar en esa


Tierra Prometida llamada “Su descanso” – una tierra abundantemente fructífera,
con “olor de vida para vida eterna” (2 Cor. 2:15-16).

También podría gustarte