Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Search
Home My Network Jobs Messaging Notifications Me For Business Learning
Try it out
January 1, 2024
Es interesante ver cuál fue la respuesta de las public policies de Estados Unidos a
este fenómeno. La principal fue una: desregulación de la economía. En su
obra “Contrived Competition” -Harvard University Press, 1996-, Richard H. K.
Vietor narra la historia del surgimiento de la regulación económica en ese país con
el New Deal de Rooselvet, de su auge y de su declinación en los 70 cuando recibió
el golpe de gracia de la ya referida crisis del petróleo. Luego cuenta en sucesivos
capítulos el proceso desregulatorio de los casos más resonantes: aerolíneas, gas
natural, telecomunicaciones y bancos. ¿Por qué se llevó a cabo esta
desregulación? Sencillamente, para bajar costos en sectores económicos en los
cuales el establecimiento de un sistema regulatorio los había incrementado. Y
contrarrestar así el aumento de los otros costos -el precio del petróleo, por
ejemplo-, sobre los cuales el gobierno no tenía influencia.
De acuerdo, se me dirá, pero ¿era necesario hacerlo por DNU? ¿No podría haberse
enviado proyectos de ley al Congreso para que fueran sancionadas normalmente?
Después de todo, el proceso desregulatorio de Estados Unidos se tomó sus
tiempos con audiencias públicas -el caso de las aerolíneas, Vietor, ob. cit., cap. II-,
debates parlamentarios y cambios en las agencias reguladoras.
Para la primera, debemos atender al concepto de Philip Cagan que este trabajo
invoca, según el cual la hiperinflación comienza cuando su valor mensual excede
el umbral del cincuenta por ciento (50%) -ob. cit., p.4. Pues bien, la inflación
argentina de diciembre de 2023 habría alcanzado casi el treinta por ciento (30%)
- https://www.bloomberglinea.com/2024/01/01/inflacion-diciembre-2023-de-
cuanto-fue-y-que-esperar-en-enero/ - y se encuentra en un ciclo claramente
ascendente. De modo que nos hallamos peligrosamente cerca del umbral de
Cagan. Siempre según Saboin - García, estaríamos en la primera sub-fase del
ciclo hiperinflacionario “…que ha sido llamado fase de aceleración extraordinaria o
el camino hacia la hiperinflación…” -ob. cit. cap. III, p. 4, la traducción me
pertenece.
Las críticas que observé del mundo jurídico, en realidad, no suelen discrepar con
la gravedad de la crisis. Sí lo hacen con el instrumento normativo al que observan
con gran desconfianza - y no sin motivos. Tuve oportunidad de leer las
publicaciones de Alberto Bianchi - https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-
megadecreto-de-milei-frente-al-espejo-de-la-constitucion-nid23122023/ - y
Ricardo Ramírez Calvo - https://endisidencia.com/2023/12/tropezar-siempre-
con-las-mismas-piedras/ -, prestigiosos constitucionalistas y dueños de plumas
eximias que me hicieron muy grata su lectura. En el caso de Alberto Bianchi,
además, guardo un afectuoso recuerdo de mis inicios profesionales y académicos
bajo su magnífica guía. Ambos juristas manifiestan discrepancias con la figura del
decreto de necesidad y urgencia debido a su deficiente regulación, a la tensión
que genera con los frenos y contrapesos fundacionales de nuestro sistema y,
sobre todo, al abuso de que han sido objeto. No puedo menos que compartir esos
cuestionamientos, pero a la luz de la situación de emergencia que he analizado me
tomo el atrevimiento de añadir algunas reflexiones.
Tal vez debamos diferenciar, por una parte, las críticas generales a este instituto
jurídico - por su avasallamiento de la división de poderes, etc.-, del
cuestionamiento a específicos DNU dictados en ejercicio de competencias que,
mal o bien, confiere la Constitución. Con todos sus defectos, los decretos de
necesidad y urgencia integran el derecho vigente y el bloc legal -al decir de
Hauriou- que confiere atribuciones normativas al Poder Ejecutivo. Sin duda que
una futura Constituyente o bien el Congreso -respecto de la ley 26.122- harán
muy bien en acoger tales críticas. Pero mientras tanto, entiendo que la validez del
DNU deberá medirse contra el derecho tal y como existe, sin que el linaje del cual
proviene pueda servir como argumento para su descalificación. Creo, al respecto,
interpretar también el pensamiento de Alberto Bianchi en la nota que he citado.
Creo, entonces, que el DNU cumple con los requisitos para su validez
constitucional. Espero también que el desafío desregulatorio que lanza al Estado
corporativo en cuyo seno hemos vivido tanto tiempo, resulte exitoso y vuelva a
colocar a nuestro país en la senda del crecimiento y el bienestar que extraviamos
en algún momento de nuestra historia.
Report this
Published by
Pedro Lorenti
Abogado (City of Buenos Aires, Argentina) - Solicitor in England and Wal… 3 articles Following
Published • 3d
Reactions
+26
16 Comments
Most recent
Like Reply
Like Reply
Pedro Lorenti
Abogado (City of Buenos Aires, Argentina) - Solicitor in England and Wales (N.P.)
Following
Privacy & Terms Ad Choices Advertising Manage your account and privacy
Go to your Settings.
Sales Solutions Mobile Small Business