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LAS MARCAS Y FRONTERAS COMO EXPLICACIÓN

A UN FRECUENTE TRABALENGUA MEDIEVAL

Emilio GARRIDO LANDÍVAR


egarrido@cop.es

I
ntroducción al complejo tema metros de Peralta y se denomina Marqués de
Falces... ¿No me dirán ustedes que no es un
Las fronteras en la Edad Media, son un te-
pequeño trabalenguas conceptual —
ma apasionante, cuando menos muy cu-
"trabaconcepto"—, en un término tan peque-
rioso, escurridizo y muy equívoco, aunque
ño y en una zona tan oscura como era en la
uno no sea historiador, y solo sea licenciado
Baja Edad Media la zona de la Ribera?
en Historia. Todos sabemos que para ser histo-
riador se necesita mucho “recorrido” y hacer Dando vueltas y vueltas al trabalenguas histó-
“oficio”, que no es mi caso, pero una primera rico-geográfico-humano, y tratando de bus-
vocación hizo que me interesara por la histo- carle un interpretación más acorde a una
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ria y etnología popular centrada en mi pue- realidad en su tiempo y para nuestro tiempo,
blo, que es posiblemente lo que afectiva- me he permitido reflexionar sobre las fronte-
mente más me atrae, y no deja de ser un ras que creo que pueden ser de mucha utili-
buena motivación para seguir con la curiosi- dad y comprensión del enorme y complejo
26 dad, llamémosla científica con todas las re- lenguaje y estructura —sin estructura—, me-
servas que uno pueda tener y que el lector dieval, necesarios para acercarnos de algún
debe presuponer. Pero pensar por un mo- modo a ese "singular enigma" de tantos Se-
mento y saber que las fronteras geográficas ñoríos y tan distantes geográficamente ha-
físicas, que hoy conocemos, no existían en la blando, como de hecho así han sido.
Edad Media, o por lo menos no eran conce-

L
bidas como hoy las entendemos, es una afir-
mación que está bastante consolidada. a Marca Hispánica, los inicios de un lími-
te, de una frontera (?)
De ahí viene la nomenclatura que yo tantas
veces he pugnado por darle un concepto Había fronteras geográficas, por supues-
más lógico, aunque solamente fuera por en- to, pero eran tan movibles y tan complejas
tendernos con un lenguaje instrumental... Pe- como las guerras continuas, que alargaban
ro no vale un lenguaje actual, moderno, con la frontera o la achicaban...; lo mismo de nor-
leyes excesivamente propias y minuciosa- te a sur que de este a oeste: En la mayoría de
mente escritas, para interpretar la de los años las situaciones, los ríos hacían de fronteras
iniciales de la Edad Media, donde los manus- naturales en casi todos los terrenos, y esas
critos eran mínimos y nadie sabía leer y me- eran casi las únicas fronteras o límites natura-
nos interpretar. Por eso se me hacía muy difí- les. Pero también las murallas hacían de fron-
cil, y aún me cuesta explicar y entender có- teras, siempre que hubiera manos gratuitas
mo puede ser alguien: Marqués de Falces en que las edificaran; los terrenos escarpados
Marcilla, Señor de Peralta, Barón y Señor de hacían de fronteras, los valles entre montañas
Marcilla, Señor de Andosilla y tener un Castillo eran fronteras y los riscos elevados eran las
o fortaleza en medio de un valle frondoso verdaderas y únicas fronteras... Pero unas u
regado por las últimas aguas del río Aragón otras, dichas fronteras medievales tenían
moribundo en busca de su hermano Arga otras connotaciones totalmente diferentes al
que con el Ega hacen al Ebro, varón. concepto de frontera que hoy conocemos.
Cuando se establecía una división jurídica,
Un ricohombre Señor de Peralta con casa
que la redactaba el Rey con una "Marca",
solariega en la misma localidad, que se hace
especialmente con la invasión de los bárba-
un Castillo-fortaleza en Marcilla, a cuatro kiló-
ros y los enemigos de turno, especialmente tos, que intentar interpretar la situación del
en las contiendas contra los árabes, esa siglo IX con los criterios del siglo XXI, es una
"marca" en alguna medida quedaba esta- utopía; que los límites, las fronteras como hoy
blecida hasta la siguiente invasión, pero esa las conocemos que datan minuciosamente
"marca" estaba protegida por una dotación del siglo XIX, y donde la neurosis perfeccionis-
que iremos abordando en este artículo. ta fue tan machacona, que los geógrafos
intentaron con todas sus fuerzas y no con po-
cos elementos mecánicos, instaurar fronteras
casi perfectas en mapas topográficos como
nunca jamás se habían planteado. Esa co-
rriente cultural con más o menos mecánica,
se ha seguido hasta nuestros días, pero esto
no nos vale para interpretar lo que pudo ocu-
rrir -que no ocurrió de la misma manera-, al
final de la etapa de la Alta Edad Media.

Sin embargo, sí que hubo ciertos conatos de


“marcar los territorios” en dos grandes blo-
ques: Territorios cristianos y territorios árabes, o
territorios conquistados por los cristianos y
aquellos que todavía permanecían en poder
Mapa con la composición de las fronteras medie- de los árabes. Todo esto se lo debemos a la
vales según el Imperio Carolingio. cultura que implantó o implantaron los
“notarios” del imperio Carolingio, y que esta-
Si analizamos brevemente la literatura al res- blecen en el nordeste de la península la fa-
pecto, observamos algunas curiosidades en- mosa “Marca Hispánica”, haciendo gala por
tresacadas de documentos y reflexiones anti- establecer la primera frontera que determi-
guas y actuales, una de ellas dice: «Este tipo naba en alguna medida los territorios de los
de noción de frontera no ha existido jamás reinos cristianos, bien separados y protegidos
en la Edad Media. La frontera en la Edad Me- de aquellos territorios musulmanes. 27
dia se concibe como una verdadera barrera

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entre dos sociedades que apenas se super- En esos territorios carolíngios se establecía la
ponen o se imbrican entre sí en ningún mo- figura de “Marqués”, nombre que proviene
mento, —esto no sería otra cosa que una de la “Marca Hispánica” y que consensua su
frontera o barrera social y psicológica—. Y, nombre como tal en un poderío, el cual tiene
esto se produce solamente en la periferia de unas “marcas” en los que mandaba un Mar-
la civilización occidental cristiana, donde no qués – de ahí su nombre, marqués, ya siento
se observa ninguna línea, pero existen zonas la redundancia-, y que tenía como objetivo
con tapones-mojones..., que intentan delimi- luchar contra aquellos pueblos que se opo-
tar. En la Edad Media la idea de territoriali- nían al Imperio Carolingio, imperio tan exten-
dad es anterior a la consolidación del con- so como era en el siglo IX. La "Marca", era
cepto e identidad de frontera. Como ha una primera frontera entre el Imperio Carolin-
puesto de manifiesto García de Cortázar, en gio y los pueblos musulmanes. Es la gran,
una fecha temprana como 1017 se recoge compleja y única frontera que se conoce en
una delimitación territorial entre Sancho Gar- esta etapa de la Alta Edad Media. Tan com-
cía, conde de Castilla y Sancho III, rey de pleja, que el rey va a dividir los territorios de la
Pamplona. Pero lo que observamos en este Marca Hispánica en condados, los cuales a
escueto documento es una delimitación de su vez van a ir evolucionando hacia un reino
lindes y mojones entre sus dos propietarios y independiente del Imperio Carolingio... Situa-
señores, no vislumbrándose todavía la per- ción inequívoca, al disponer de “límites-
cepción de una realidad de frontera, que marcas” de un determinado territorio, y que
atañe a instituciones, personas, derechos, esté a salvo de las invasiones árabes; la parte
bienes, recursos, etc.» (Alain Guerreau, en cristiana dentro de esa Hispania conquistada
Concepto de Frontera en la Edad Media, J. a los árabes, no tienen ni valoran estos inicia-
A. Barrio Barrio, 2011-2013). les reinos y no tienen la conciencia de una
España, como la hemos concebido cultural-
Con esta cita, y todo el artículo completo, mente en tiempo posterior y actual (?).
que no vamos a plasmar por simple sentido
común, nos quieren indicar los actuales erudi-
L
as “Marcas” empezaron a tomar con- gráfico nos puede ayudar a precisar mejor
cepto, si no jurídico-procesal, si adminis- este concepto; en lo alto de la pirámide apa-
trativo; aparecieron otros rasgos sociales. rece el Rey con todo su poder, le siguen los
duques, marqueses y altos prelados, a conti-
Durante este reinado de Carlomagno, como
nuación los caballeros, señores, obispos y
venimos diciendo, las marcas fueron los terri-
abades; siendo los soldados, campesinos y
torios fronterizos que habían sido conquista-
siervos los últimos de la pirámide.
dos desde que accedió al trono en el Año
771. Estos territorios fronterizos tenían un esta- Así el concepto “frontera”, empieza a tener
tuto diferente del resto de territorios del Impe- otro significado bastante diferente al que se
rio Carolingio, siendo ordenados por un Con- tenía en el imperio Carolingio. La frontera era
de, los cuales estaban vigilados por los "missi todo aquel terreno, que era propiedad de un
dominici", que no eran otra cosa que funcio- Señor Feudal, de un Noble, del Rey... Lo mis-
narios del Imperio Carolingio que controla- mo daba que dicho terreno o rentas, estuvie-
ban la administración de semejante imperio sen a cien kilómetros del "término diana" de
tan extenso y con tan pocas facilidades de donde vivía el Señor Feudal o Noble o Rey, o
desplazamiento. Fue una institución de ca- alrededor de su propio castillo... Ahí podemos
rácter compensatorio entre el poder central y entender y aclararnos el por qué un Señor
el territorial, siendo utilizado de forma habi- era Marqués de un terreno lejano, lejanísimo,
tual por Carlomagno. no viviendo en él, pero siendo Señor de dicho
territorio, con las complicaciones adherentes
al puesto y a la lejanía, pero sin renunciar a
los roldes y a su poder sobre dichas tierras.
Las marcas, en cambio, estaban encomen-
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dadas a un marqués o margrave (deno-


minación en alemán de marca-marqués- de
Mark, frontera, marca, y Graf, conde, equiva-
lente a marqués. La esposa de un margrave
se le denominaba margravina en alemán.
28 Equivale al título de marqués o marquesa en
Alemania, que tanto allí como en nuestra zo-
na, era el jefe militar y ejercía las mismas fun-
ciones administrativas que cualquier otro
Conde en su demarcación, es decir, poseía
Retrato de Carlomagno (771).
poderes civiles y militares). Ponemos este
Esta situación de vasallaje real, les hacía estar ejemplo para valorar que todo el Imperio Ca-
en estrecha relación con el soberano, a cam- rolingio tenía las mismas normas para estable-
bio de lo cual tenían sus prevendas, aunque cer las "marcas"; incluso cuando se indepen-
en alguna medida éstos tenían un control de dizaron del Imperio.
vigilancia por los mensajeros del rey: Missi do-
Las marcas estaban en permanente alarma
minici. Estos “inspectores” eran constituidos
militar, ya que las incursiones estaban a la
por un laico y un nombre de iglesia —un ecle-
orden del día y los terrenos podían distar lar-
siástico—, que su labor consistía en recorrer
gas leguas del centro —base de la residencia
los “condados-de conde-”, para recordarles
del Rey, Conde, o Noble respectivo—, así
sus obligaciones, controlar las fronteras, re-
que empezaron a estar bien dotados militar-
caudar impuestos e inspeccionar el derecho
mente para cualquier enfrentamiento que
y la administración siguiendo las normas del
ocurriese en ausencia del Señor, del Marqués
Imperio Carolingio. Esta institución que salía
o del Conde respectivo. (El marqués, en sus
de los altos miembros del clero —abades,
territorios ejercía las mismas funciones que un
obispos y capellanes—, en la sociedad ecle-
conde: Tenía poderes civiles y militares).
siástica y entre los laicos, se asignaban a los
¡Hasta donde podía llegar el poder de la
condes y vasallos “no asentados” en el terri-
“demarcación” territorial, que en ese contex-
torio al que hubieran de inspeccionar.
to de posesión y límites, entraban también:
Algunos autores insisten o remarcan que esta Las personas, los animales, los terrenos, las
nueva institución a modo “de control admi- cosas, los cultivos, las casas, etc.; eran fronte-
nistrativo y legal”, hizo sin nadie pretenderlo ra y también poderío para los Señores feuda-
una nueva pirámide de población, que tuvo les. Por supuesto los campesinos, que esta-
gran vigencia en toda la Baja Edad Media, el ban colocados en la base de la pirámide so-
cial, pagaban unos censos o rentas — quejó por carta, Carlos III, padre de la reina.
denominados roldes— al Señor feudal a Esos viajes eran costeados por este gran Se-
quien alquilaban las tierras para su cultivo. ñor de Peralta, Barón de Marcilla y emparen-
tado con la familia real desde sus abuelos.
Este Señor, fue acumulando tantos feudos
que llegó a ser uno de los hombres más ricos
y con más tierras en su señorío, además de
aquellas que había heredado de sus abuelos
y padres. Tanta fortuna y poder alcanzó, que
su Saga estuvo en el candelero de la historia
de Navarra casi dos siglos completos, primero
su familia, siguiendo él como Mosén Pierre el
Viejo, continuando su hijo Mosén Pierre el Jo-
ven, y su nieto Alonso Carrillo de Peralta, que
tuvo el honor de ostentar por fin el título de
Marquesado de Falces como premio a su
gran ayuda en el casamiento e entronización
Foto aérea del Castillo de Marcilla, de Fernando el Católico en Navarra.
con sus partes defensivas más importantes.
«Esta villa (Falces) fue otorgada a mosén Pie-
rres de Peralta en 1457, por Don. Juan de
La foto nos revela de forma visual, un feudo
Aragón, en pago a 55.407 florines de oro que
característico del que fuera poder de un Se-
éste le debía. Tenemos entendido procede
ñor feudal, Marcilla. Castillo-fortaleza, en el
de este hecho la existencia del marquesado
centro; monasterio al este como todos los
de Falces; el señorío pasó luego a Doña Isa-
monasterios cirtercienses —en la fotografía
bel de Foix condesa de San Esteban, al enviu-
desde el siglo XVIII, en el norte—, por el terre-
dar de su esposo Mosén Pierres de Peralta;
moto de Lisboa, para evitar nuevas inunda-
más tarde recayó en la reina Dña. Catalina,
ciones y por salubridad de los monjes, y el río
prima y heredera de dicha Condesa, y por
como frontera en el sur de la zona, hacia el
fin, en el tesorero y canciller de la Reina, Juan 29
reino de Aragón.
del Bosquete, en garantía de 600 ducados

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que éste alcanzaba al real patrimo-

S
nio» (Geografía del País Vasconavarro, T.II,
ímbolos claros y específicos de los Se-
pág. 713, en P. Fabo, pp. 151-52).
ñores Feudales, que nos ayudan a com-
prender este "trabalenguas conceptual". Un gran Señor, como era, tenía que disponer
de un castillo para poder demostrar su pode-
Todos sabemos que feudal, viene ni más ni
río y fuerza ante sus vasallos, las ayudas que
menos de feudo-territorio, que los reyes da-
recibió en 1424 de su gran amigo y Rey Car-
ban como premio y pago a los nobles por sus
los III el Noble, tanto de dinero como de ma-
servicios y ayuda en las contiendas constan-
teriales sobrantes del castillo real de Olite; de
tes a las que acudían en urgente llamada del
alguna manera era su consejero —Mosén
rey...; los nobles, gracias a estos feudos recibi-
Pierres de Peralta, Barón de Marcilla y Señor
dos por sus hazañas, acababan siendo tan
de Falces...—, muchas fuentes escritas de la
poderosos o más que los propios reyes me-
época, de igual modo se cita la concesión
dievales. Tanto es así que tenemos un sin fin
del Señoría de la Villa de Marcilla, pasando a
de documentos y anécdotas que nos han
ser Señor de la misma (1429), concesión asig-
llegado hasta nuestros tiempos, aclarando su
nada por real decreto de la reina Doña Blan-
poder, su dinero, su fuerza y prestigio ante el
ca y su esposo Juan II de Aragón. Ya es Señor
rey. Todos podemos recordar el viaje que hizo
de Marcilla, y tiene su Castillo, uno de los ele-
el Marqués de Marcilla, —todavía no ostenta-
mentos fundamentales en un feudo.
ba el título de marqués, aunque lo era—, en-
tonces Señor de Peralta, Señor de Falces; Mo- El castillo era un elemento que él solo por sí,
sén Pierres el Viejo, cuando tuvo que ir en ya generaba miedo y mostraba el poderío
busca de la reina Blanca de Navarra, reina que suponía a los habitantes de la fortaleza,
consorte del reino de Sicilia, al quedar viuda y cierta tranquilidad de quienes estaban al
de su esposo Martín, y la pérdida a su vez de cuidado del mismo y del pueblo que le ro-
su hijo infante, por la mala salubridad en el deaba, sabiéndose defendidos por la guarni-
castillo en el que vivían y que tantas veces se ción militar que defendía la fortaleza-castillo
y al pueblo o riquezas circundantes, así como dicamos a la historia “de verdad”, y quienes
si hubiera monasterio en su recinto, en el ca- de alguna manera tienen la curiosidad -que
so de Marcilla, así ocurría: Las monjas bernar- son muchos-, de querer entender la historia
das del Císter y después de haber sido des- partiendo de la historia y leyenda de cada
pojadas de sus bienes por artes inquiriosas, los municipio de Navarra, preguntan muchas
monjes cistercienses pertenecientes al Mo- veces y, yo también por supuesto, qué supo-
nasterio de la Oliva. ne históricamente hablando de ese lío, que
haya tantos títulos y diversos nombres sin sa-
El Castillo era una fortaleza con su almenado
ber exactamente a qué corresponden:
y torre del Homenaje, foso rodeando toda la
“Señor de Peralta, Barón y Señor de Marcilla,
fortaleza, para ser llenado de agua en el mo-
Señor de Falces, Señor de Andosilla, Señor de
mento oportuno de la contienda, y la falda
Undiano, Señor de Azagra y Señor de Capa-
de la fachada oeste en forma de talud para
rroso... y, tener un castillo de Cabo de Arme-
deslizar la artillería y evitar los enormes y posi-
ría en Peralta, porque era la casa de su fami-
bles daños materiales del muro; así como el
lia y hacerse semejante fortaleza a cuatro
puente fijo y otro levadizo con una sola y úni-
kilómetros de Peralta en Marcilla, y acabar
ca puerta de entrada, para defender mejor
siendo en el siglo XV Marqués de Falces...
la fortaleza.
¡Esto, que para gente erudita puede ser bala-
dí, el pueblo llano —entre los que me en-
cuentro—, preguntan de qué va este lío de
títulos y pueblos con los que nada les une a
unos y a otros! La confusión está más que ser-
vida, pero creo que algo ya, aclarada.
No me digan, queridos amigos, que a una
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persona de a pie, no le supone un trabalen-


guas cuanto menos, todos estos títulos y to-
dos estos nombres tan alejados en el tiempo
y en la demarcación geográfica y en el pen-
30
samiento conceptual de hoy en día. Por su-
puesto que no podemos y no debemos inter-
pretar la historia y las costumbres de la Baja y
Distintos tipos de saeteras como defensas en la
Alta Edad Media con el pensamiento cogniti-
ronda o adarve del castillo de Marcilla.
vo que hoy utilizamos, por eso se me ha ocu-
rrido dar una visión más aproximada a la
Todo sistema feudal, tal como estaba conce-
realidad histórica —con lo que yo sé y he po-
bido en la Edad Media, tenía un carácter mi-
dido averiguar—, a todo este problema de
litar especialmente, de ahí que uno de los
títulos y encomiendas.
signos más evidentes y diferenciados era una
fortaleza-castillo que suponía como principal La Saga de Los Peraltas, fue una saga empa-
objetivo: Defender los territorios, derechos rentada con la realeza de Navarra, tanto la
adquiridos, bienes, rentas y personas que es- Baja Navarra como el reino en su totalidad.
taban bajo la protección del Señor del Casti- Esto como decimos en castellano, "de raza le
llo. Sin olvidar que era el Señor quien impartía viene al galgo", que no significa otra cosa
justicia, lideraba militarmente la contienda, que dicha Saga que se remonta al siglo XII y
llevaba la administración de sus territorios y permanece en el candelero del poder, hasta
cobraba los roldes a sus vasallos, los cuales el siglo bien entrado del XVI, les hace de
una vez terminada las guerras o en períodos trampolín en nobleza, posesiones y donacio-
de paz, acabaron por cultivar los campos y nes o feudos, en los momentos más cumbres
pagando a cambio de la protección un ca- de la historia de la Alta y Baja Edad Media. Es
non económico o en especie. estar en el lugar y en el tiempo correcto... Sus
abuelos eran el infante Pedro de Navarra,

D
conde de Mortain (hijo del rey de Navarra
eshaciendo el trabalenguas concep- Carlos II el Malo) y Ana Martínez de Peralta y
tual histórico y medieval. Sánchez Ruiz de Azagra. Disponían de un Pa-
lacio de Cabo de Armería —"cabeza de lina-
El lector tiene que pensar que quizás
je"—, en lo que actualmente conocemos co-
me estoy atreviendo, con esta reflexión histó-
rica y costumbrista, a cosas banales, poco mo Peralta.
importantes; pero que a quienes no nos de-
caso "Marqués de Falces", no lo necesitó en
ningún momentos como tal título, pues la
"marca" ya la tenía como frontera con ser
Señor de Falces y de Andosilla, que hacían
frontera o límite con la siguiente "marca" del
Conde de Lerín, que ambos siempre estuvie-
ron enfrentados ideológica e históricamente
por territorios colindantes y por "partidos" muy
diferenciados y que no vamos ahora a des-
cribir.
Es cierto, que el hecho de obtener el título de
"Marqués de Falces", donado por Fernando el
Católico, como hemos dicho anteriormente,
hace que dichas "marcas" o fronteras man-
tengan en el límite al poder del Conde de
Lerín, con cuyo título estuvieran bien
"remarcadas y consignadas" por el rey, rey de
Aragón y rey de Navarra, viviendo con más
tranquilidad legal, al estar refrendado por el
mismísimo rey, que lo nombra "Marqués de
Falces"; aldabonazo administrativo y jurídico
Título-merced del Marqués de Falces, firmado frente a sus enemigos tan próximos en fronte-
por Carlos V (1513). Gentileza del Conde de ra, como era el Conde de Lerín. Entre líneas
Tepa, D. Manuel Gullón y de Oñate. se puede leer mucho más de lo que dicen los
historiadores de la época, que no siendo mu-
El título de "Señor", ya hemos dicho que tiene
chos y siendo muchos de ellos posteriores a
su implicación en los enormes feudos que re-
dicha época, tuvo el nieto Alonso Carrillo de
cibe la Saga de los Peraltas -Monsén Pierre el
Peralta, la enorme satisfacción de conseguir
Viejo-, gracias a las numerosas contiendas
o refrendar jurídicamente este Marquesado o
que realiza en favor del rey navarro, una vez 31
"Marca" por el poder real, para justificar y re-
el reino se independiza del Imperio Carolin-

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marcar con más fuerza procesal si cabe, fren-
gio. Luego a fuer de toda la situación, fue en
te a su opositor y poderoso también Luis de
un momento dado un Señor feudal con una
Beaumont. Creemos que no pudo ser otra
enorme cantidad de feudos (Marcilla, Falces,
cosa que un honor y una venganza el men-
Azagra, Undiano, Andosilla, Caparroso...),
cionado Marquesado, llamado de Falces por
que aunque no tengan socialmente hablan-
estar en unos límites muy próximos a su con-
do nada que ver unos con otros, solo les une
trincante conde de Lerín.
la dominación y el poder de vasallaje que le
otorga el rey, unas veces con célula acredi-
tativa y otras por la costumbre que hace ley Bibliografía:
y es aceptada por el resto de los nobles, en
función de su poder y de alto prestigio frente  Garrido, E. (2012). Castillo de Marcilla: Pasa-
a la Casa Real y frente a otros señoríos cir- do, presente y futuro. Ulzama, Pamplona.
cundantes tanto geográficamente, como
tan distante en leguas, que a caballo o en  Turner, F. J. (2019). The Frontier in American
carroza, eran necesarios varios días hasta lle- History. Nueva York.
gar a los mismos, para controlar, recabar im-
puestos y lograr el equilibrio social y político  Barrio, J. A. (2011-13). Concepto de Fronte-
cuando era necesario. ra. en la Edad Media. Universidad de Ali-
cante.
No tiene la mayor importancia que unos terri-
torios fueran del mismo Señor y no tuvieran  Fabo, P. (1914). Historia de Marcilla.
ninguna relación entre ellos por mucha dis-
tancia que hubiera entre los mismos. Sola-  Garrido, E. (2013). Castillo de Marcilla: Histo-
mente las poblaciones admitían el mismo Se- ria breve para visitantes. Ulzama, Pamplo-
ñor feudal, con sus normas y sus leyes y privile- na.
gios, nada más y nada menos.
En cuanto al título de Marqués, en nuestro

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