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RECIRCULACIÓN DE LAS SOLUCIONES NUTRITIVAS.

MANEJO Y
CONTROL MICROBIOLÓGICO (Del apartado 1. al 2.1.1.)
Autor: MAGÁN CAÑADAS, J.J.

Estación Experimental "Las Palmerillas" - Caja


Rural de Almería

1. INTRODUCCIÓN
2. SISTEMAS RECIRCULANTES DE CULTIVO SIN SUELO
2.1. EL SISTEMA DE CULTIVO NFT (NUTRIENT FILM TECHNIQUE)
2.1.1. Elementos constituyentes de una instalación de NFT
2.1.2. La solución nutritiva en NFT
2.2. SISTEMAS RECIRCULANTES DE CULTIVO EN SUSTRATOS
2.2.1. Elementos constituyentes de una instalación de recirculación con cultivo en sustratos
2.2.2. La solución nutritiva en un sistema recirculante de cultivo en sustrato
2.3. VENTAJAS E INCONVENIENTES DEL SISTEMA NFT FRENTE A LA RECIRCULACIÓN EN SUSTRATOS
3. CONTROL MICROBIOLÓGICO EN SISTEMAS DE CULTIVO CON RECIRCULACIÓN
3.1. INTRODUCCIÓN
3.2. PATÓGENOS INFECCIOSOS RADICULARES QUE PUEDEN AFECTAR A LOS CULTIVOS SIN SUELO
3.3. MÉTODOS DE CONTROL DE PATÓGENOS INFECCIOSOS RADICULARES EN SOLUCIONES RECIRCULANTES
3.3.1. Métodos culturales
3.3.2. Métodos biológicos
3.3.3. Tratamientos físicos
3.3.3.1. Ozonización
3.3.3.2. Ultrafiltración
3.3.3.3. Tratamiento térmico
3.3.3.4. Radiación ultravioleta
3.3.4. Métodos químicos
4. BIBLIOGRAFÍA

1. INTRODUCCIÓN

Se estima que en el Sureste peninsular existen unas 2500 ha de cultivos sin suelo, según comentarios de las empresas
comercializadoras de sustratos, en base a las ventas que se realizan de éstos. Del global, aproximadamente 1700 ha se
encuentran en Almería y unas 800 en Murcia. En Almería la superficie mencionada se reparte, aproximadamente, al 50 % entre
lana de roca y perlita, mientras que en Murcia la mayor parte, un 90 %, corresponde a arena y el resto a perlita. Esta superficie
parece pequeña si la comparamos con el área global dedicada a cultivos hortícolas en invernadero en la zona (en Almería los
últimos datos oficiales, que datan de finales de la campaña 94/95, arrojan una cifra de unas 25000 ha de invernadero; y otras
estimaciones no oficiales posteriores hablan de una superficie mayor aún), sin embargo, el ritmo de crecimiento de la superficie
dedicada a cultivos sin suelo es elevado y, de hecho, muchas de las nuevas explotaciones que se construyen actualmente en el
Poniente almeriense se orientan hacia este sistema de cultivo.

Hay varias razones que explican esta situación, aunque quizás la más importante sea la de reducir los costes de inversión, ya
que la superficie que queda de terreno inculto con un suelo original de características apropiadas para el cultivo es cada vez más
pequeña. Ello obliga a utilizar terrenos de poca calidad agronómica en los que es necesario aportar tierra exterior, lo que, junto
con la incorporación del estiércol y la arena para la ejecución del enarenado tradicional, supone unos costes importantes. Ante
ello, el agricultor prefiere muchas veces optar por la simple nivelación del suelo original y la colocación sobre él de un sustrato
de cultivo. Junto a ésta razón, también existen otras causas que explican la situación comentada: algunos agricultores tienen
graves problemas de suelo, bien fitopatológicos (nematodos, fusariosis, etc.), que es lo más frecuente, o por acumulación de
sales; finalmente existen algunos productores que han optado por este sistema para conseguir un mejor control del cultivo y
mayores productividades. Del mismo modo, en el Campo de Cartagena se crea un importante problema para los cultivos de
pimiento y melón en suelo con la prohibición del bromuro de metilo, ya que este desinfectante se aplica anualmente en la zona
para poder controlar de manera eficaz los graves problemas fitopatológicos existentes; ante ello los cultivos sin suelo pueden ser
una buena alternativa. Por tanto, éstos van a cobrar cada vez más importancia en el Sureste peninsular.

Sin embargo, hasta ahora el cultivo en sustratos en esta zona se ha venido realizando a solución perdida. De esta forma, el
drenaje se elimina directamente al suelo y en él percola hacia horizontes profundos, lo que provoca la contaminación de los
acuíferos, ya que de todos es conocido el elevado contenido en nitratos y otros iones de estas aguas. Esto a pequeña escala no
llega de ser grave pero, conforme se incremente la superficie de cultivos sin suelo, el problema se irá acentuando hasta alcanzar
niveles preocupantes. Por ello, esta forma de trabajar, con drenaje libre, aunque más sencilla, no parece la más adecuada a
largo plazo. De hecho, se espera que en pocos años la Unión Europea legisle en contra de este sistema y lo prohiba, obligando
así a la recirculación del drenaje como ocurre en Holanda.

Además de un menor impacto medioambiental, la recirculación tiene otro aspecto de interés, que es el ahorro de agua y
fertilizantes que conlleva. Sin embargo esto no quiere decir que sea más rentable desde un punto de vista económico pues,
lógicamente, la acumulación de ciertos iones en el drenaje puede afectar negativamente a la producción y, además, la
instalación de un sistema de cultivo sin suelo recirculante resulta, en general, más cara, al tener que recoger el drenaje y
desinfectarlo.

En definitiva, sea o no más rentable, hay que plantearse ya la necesidad de trabajar en recirculación, con el fin de conocer este
sistema y adaptarlo para transferirlo posteriormente al agricultor en el momento en el que estemos obligados a utilizarlo.

2. SISTEMAS RECIRCULANTES DE CULTIVO SIN SUELO

Podemos distinguir dos tipos de sistemas de cultivo sin suelo que integran la recirculación como forma de trabajo.
El primero es el NFT que, dentro de estos sistemas recirculantes, es el más típico por ser el que en primer lugar se empezó a
utilizar allá por los años 70. Consiste en mantener las raíces del cultivo inmersas en una corriente de solución nutritiva, continua
o intermitente de muy alta frecuencia, sin que exista ningún sustrato de sostén.

En cuanto al segundo, se trata del cultivo en un sustrato cualquiera (perlita, lana de roca, arena, etc.) con recogida del drenaje,
para su posterior mezcla con agua de aporte exterior e inyección de fertilizantes hasta alcanzar un nivel nutricional concreto. En
este último sistema, a diferencia del primero, el riego no es continuo y ni siquiera intermitente a intervalos periódicos, sino
puntual, en función de las necesidades del cultivo a lo largo del día, aportando una determinada dosis de agua cada vez para
conseguir la rehidratación del sustrato y la renovación de la solución en él contenida.

Sobre la base de lo anteriormente expuesto, ambos sistemas, aunque mantienen la misma filosofía, presentan un manejo de la
solución nutritiva diferente, como a continuación se pretende reflejar.

2.1. EL SISTEMA DE CULTIVO NFT (NUTRIENT FILM TECHNIQUE)

El NFT se basa en la circulación continua o intermitente de una fina lámina de solución nutritiva a través de las raíces del cultivo,
sin que éstas por tanto se encuentren inmersas en sustrato alguno, sino que simplemente quedan sostenidas por un canal de
cultivo, en cuyo interior fluye la solución hacia cotas más bajas por gravedad.

El agua se encuentra muy fácilmente disponible para el cultivo, lo que representa una de las mayores ventajas del sistema, al
ser mínimo el gasto de energía que debe realizar la planta en la absorción, pudiendo aprovechar ésta en otros procesos
metabólicos. La renovación continua de la solución nutritiva en el entorno de la raíz permite un suministro adecuado de
nutrientes minerales y oxígeno, siempre, claro está, que se realice un correcto manejo del sistema.

2.1.1. Elementos constituyentes de una instalación de NFT

Como puede observarse en la figura 1, que representa un esquema sencillo de una instalación de NFT, en ella pueden
distinguirse los siguientes elementos principales:

a)Tanque colector

b)Bomba de impulsión

c)Tuberías de distribución

d)Canales de cultivo

e)Tubería colectora

Figura 1:Esquema de una instalación de NFT

Fuente: Cooper(1979)

El tanque colector es el elemento encargado de almacenar el drenaje procedente de los canales de cultivo que escurre hasta
aquél por gravedad, por lo que resulta conveniente que se encuentre en la parte más baja de la explotación. El material de
fabricación puede ser polietileno, PVC o fibra de vidrio, aunque también puede ser de metal tratado interiormente con pintura
epóxica.

En lo que se refiere a su volumen, éste vendrá determinado fundamentalmente por la superficie de cultivo. En muchas
instalaciones la capacidad del tanque sólo representa entre el 10 y el 15 % del volumen total de solución que circula en el
sistema, ya que el resto se encuentra contenido en las tuberías y canales. Sin embargo, cuando se realiza riego intermitente, el
volumen disponible tiene que ser bastante mayor para acumular toda el agua en el momento de parada.

El tanque colector debe incorporar una boya que cierre la tubería de aporte de agua exterior al sistema, con el fin de mantener
constante el nivel en el depósito y evitar su desbordamiento. De este modo, al producirse el consumo hídrico por parte del
cultivo y bajar dicho nivel, a su vez descenderá la boya, permitiendo así que entre agua exterior a la instalación.

En cuanto a la inyección de fertilizantes, ésta se realiza directamente al tanque a partir de unos depósitos de soluciones madre
en base a las lecturas tomadas por unas sondas que controlan la conductividad eléctrica y el pH de la solución que se aporta al
cultivo. De esta forma, unas electroválvulas permiten la caída por gravedad de los fertilizantes al tanque, hasta que las lecturas
se igualan con las consignas introducidas en el equipo electrónico encargado de controlar la apertura y cierre de dichas
electroválvulas. También se pueden utilizar bombas inyectoras para incorporar las soluciones madre.

La bomba de impulsión se encarga de verter la solución nutritiva, del tanque colector, en el extremo superior de los canales de
cultivo. Dado que normalmente la diferencia de cotas a superar es pequeña, el requerimiento de potencia resulta mínimo,
aunque hay que tener en cuenta que funcionará permanentemente durante un largo periodo de tiempo, por lo que debe integrar
componentes sólidos y de calidad.

Con el fin de hacer frente a posibles averías de la bomba o fallos en el suministro eléctrico, resulta conveniente instalar en
paralelo un equipo de bombeo accionado por un motor diesel, que entre en funcionamiento en caso de ser necesario.

Las tuberías de distribución son las encargadas de conducir la solución nutritiva desde el tanque hasta la parte superior de los
canales de cultivo. Serán de PVC y/o polietileno y su diámetro estará en función del caudal que deba circular por ellas, teniendo
en cuenta que debe existir un caudal por cada canal de 2-3 litros por minuto para así establecer una oferta adecuada de oxígeno,
agua y nutrientes.

Los canales de cultivo constituyen el medio de sostén de las plantas y además la base sobre la que fluye la solución nutritiva.
Dado que es necesario que la altura de la lámina de agua en el interior del canal no supere los 4 ó 5 mm con el fin de conseguir
una adecuada oxigenación de las raíces, resulta muy conveniente utilizar canales de sección plana y no cóncava.
En lo que se refiere a su longitud, ésta no debe superar los 15 m para asegurar unas condiciones adecuadas y homogéneas en
todo el canal y evitar la falta de oxígeno disuelto en la parte final del mismo. Por último, la pendiente longitudinal debe estar
entre el 1 y el 2 % ya que, si resulta inferior, queda dificultado el retorno de la solución al tanque colector y la altura de la
lámina de agua puede ser excesiva. Por otro lado, no es conveniente que sea mayor del 2 %, ya que entonces se dificultaría la
absorción de agua y nutrientes, especialmente cuando las plantas son pequeñas, por una excesiva velocidad de circulación de la
solución en el canal.

La tubería colectora es la que se encarga de recoger la solución nutritiva al final de los canales de cultivo y llevarla hasta el
tanque colector por gravedad. Suele ser de PVC y debe tener una pendiente suficiente para asegurar la evacuación.

2.1.2. La solución nutritiva en NFT

Cuando se empezó a desarrollar la técnica del NFT en los años 70, lo primero que se pensó fue que, al no existir un medio sólido
con capacidad tampón, la formulación de la solución nutritiva debería ser alterada de acuerdo con la etapa de desarrollo del
cultivo, y que se requerirían distintas formulaciones para diferentes cultivos, lugares y épocas del año, de forma que la técnica
no sería práctica para producción comercial, ya que se necesitaría la elaboración de análisis químicos frecuentes en los que poder
basar los ajustes del aporte nutricional.

Sin embargo, pronto se vio que esto no era así, sino que, al existir una recirculación continua de la solución nutritiva a través de
las raíces del cultivo, el rango de tolerancia a la concentración de nutrientes era muy grande, no obteniéndose diferencias
significativas en cuanto a crecimiento del cultivo, cosecha e incluso absorción de nutrientes en amplias bandas de
concentraciones iónicas. Así, por ejemplo, no se observaron diferencias trabajando en un intervalo de nitrógeno de 10 a 320
ppm, y se consiguieron resultados similares con el fósforo entre 5 y 200 ppm y con el potasio entre 20 y 375 ppm (Cooper,
1979). No obstante, a nivel práctico, no es aconsejable trabajar con niveles muy bajos de nutrientes, ya que entonces apenas
existiría una reserva disponible, de la que poder nutrirse la planta, en el caso de estar utilizando un equilibrio desajustado para
algún ion. En la tabla 1 se presentan las concentraciones nutritivas mínimas, óptimas y máximas para el cultivo de tomate en
NFT ofrecidas por Winsor et al. (1979).

Tabla 1: Concentraciones de nutrientes para tomate en NFT

Concentración (mg×l-1)

Elemento Mínima Óptima Máxima

NO3-N 50 150-200 300

P 20 50 200

K 50 300-500 600

Ca 125 150-300 400

Mg 25 50 150

Fe 1.5 3 6

Mn 0.25 1 5

Cu 0.01 0.1 1

Zn 0.05 0.1 5

B 0.1 0.2 2

Mo 0.01 0.05 0.1

Na - - 250

Cl - - 400

Fuente: Winsor et al. (1979)

En definitiva, cuando se trabaja con NFT, hay que mantener unas relaciones adecuadas entre los distintos iones presentes en la
solución para que no haya competencia entre ellos, especialmente en lo que se refiere a los de más difícil absorción como el
calcio o el magnesio, aunque las concentraciones absolutas de los diferentes elementos pueden ser muy variables. Esto es lo que
diferencia fundamentalmente al NFT frente a los sistemas en sustrato recirculantes.

Por otro lado, los nutrientes incorporados por los fertilizantes más los que lleva el agua de aporte exterior deben ajustarse a los
coeficientes de absorción del cultivo para cada uno de dichos elementos (el coeficiente de absorción de un elemento es la
cantidad del mismo que es absorbida por el cultivo por cada litro de agua que éste a su vez absorbe) ya que, si no es así,
aunque en un principio la solución final esté bien balanceada, se producirá una acumulación progresiva de los iones que se
suministran a una concentración mayor que su absorción y una disminución de los que se aportan a menor concentración,
desequilibrándose finalmente dicha solución. Por tanto, se entiende que es necesario conocer los coeficientes de absorción del
cultivo para la etapa de desarrollo y época del año que correspondan, y éste es un trabajo importante a realizar a nivel de
investigación.

Un caso extremo de lo anteriormente comentado se presenta cuando se emplean aguas salinas de baja calidad, en las que la
presencia de sodio y cloruros es elevada y muy superior a la capacidad de absorción del cultivo. En tal caso, la presencia relativa
de estos iones es mucho mayor que la del resto de nutrientes y su acumulación se produce rápidamente, de forma que en pocos
días gran parte del valor de la conductividad eléctrica de la solución, que se ha marcado como consigna, viene determinado por
estos elementos y el resto está casi ausente, al ser cada vez menor el aporte que se realiza de fertilizantes. Es esto último,
principalmente, lo que produce una fuerte depresión del cultivo, ante la imposibilidad de nutrirse adecuadamente, y obliga a una
renovación del agua en recirculación por otra nueva exterior.

Las dificultades que se plantean en NFT con el uso de aguas salinas es uno de los mayores problemas que tiene este sistema. Sin
embargo, pueden paliarse en gran medida mediante la incorporación de ciertas modificaciones. Así, por ejemplo, se puede hacer
entrar al tanque colector solución nutritiva previamente preparada en lugar de agua sola conforme se produce el consumo
hídrico, lo que asegura el mantenimiento de unos niveles mínimos de los distintos iones que necesita la planta. En cualquier
caso, a partir de aquí, conforme se lleve a cabo la recirculación y tenga lugar la acumulación de los elementos en exceso, se
producirá un aumento progresivo de la conductividad eléctrica. La renovación total o parcial del agua presente en el sistema por
solución nutritiva nueva cuando se alcancen ciertos niveles indeseados, permitirá rebajar la salinidad y evitar que se superen
tales niveles.

Otra modificación del sistema que podrá ser factible en un futuro no lejano gracias al avance de la instrumentación química, será
la incorporación de electrodos de medida en continuo de iones selectivos. De este modo, los valores medidos servirán como
datos de entrada de un programa informático capaz de calcular continuamente las necesidades de aporte de las diferentes
soluciones madre para alcanzar unos niveles deseados que previamente se habrán introducido como consigna. En este caso lo
más lógico parece que es utilizar distintas soluciones madre de abonos líquidos de calidad con una riqueza constante conocida.
Con todo ello mantendremos los niveles deseados de nutrientes, aunque igualmente se seguirá produciendo una acumulación de
los iones que estén en exceso en el agua y esto obligará a realizar una renovación parcial de la solución nutritiva
periódicamente.

2.2. SISTEMAS RECIRCULANTES DE CULTIVO EN SUSTRATOS

Los sistemas de cultivo en sustratos (lana de roca, perlita, arena, etc.) originalmente surgieron como sistemas con solución
pérdida, tal y como se siguen empleando en el Sureste peninsular, de manera que el drenaje producido no es reutilizado en el
riego del cultivo, sino eliminado al medio. Esta forma de actuar resulta más sencilla que hacer recirculación, ya que se dispone
de un agua de entrada de composición más o menos constante a la que sólo hay que aportar ciertas cantidades de fertilizantes
para alcanzar el equilibrio nutricional deseado. Se controla el drenaje para que no se produzcan incrementos bruscos de la
conductividad eléctrica y el pH, y para saber que se mantienen unos niveles adecuados de los distintos iones que eviten la
competencia de unos sobre otros.

Sin embargo, la legislación medioambiental restrictiva que se ha empezado a aplicar en el norte de Europa, principalmente
Holanda, en los últimos diez años, ha motivado que los productores de esta zona adapten sus sistemas de cultivo en sustratos,
que conocen perfectamente, a las nuevas exigencias, no habiendo prosperado los sistemas recirculantes clásicos como el NFT.

2.2.1. Elementos constituyentes de una instalación de recirculación con cultivo en sustratos

En un sistema de cultivo en sustratos con recirculación del drenaje podemos distinguir los siguientes elementos principales:

a)Sistema de mezcla del drenaje y el agua de aporte exterior

b)Bomba de impulsión

c)Sistema de inyección de fertilizantes

d)Tuberías de distribución y goteros

e)Sustrato de cultivo

f)Canales de recogida del drenaje

g)Depósito intermedio de acumulación del drenaje

h)Sistema de desinfección del drenaje

i)Depósito de acumulación final del drenaje

En la figura 2 se refleja el esquema básico de una instalación de recirculación con cultivo en sustratos.
Figura 2: Esquema de una instalación recirculante de cultivo en sustratos.

La mezcla del agua de aporte exterior y el drenaje puede realizarse en un depósito al que se añaden unos volúmenes
determinados de los mismos en función del porcentaje de drenaje al que se esté funcionando. Estos volúmenes pueden
establecerse mediante la colocación en el depósito de sondas de nivel a una altura adecuada.

También se puede llevar a cabo mediante una válvula motorizada que permita el paso de una mayor o menor cantidad de
drenaje para que, en su mezcla con el agua de aporte exterior, se alcance un determinado valor de conductividad eléctrica, el
cual se habrá previamente establecido en función del porcentaje de drenaje que se pretende recircular.

La bomba de impulsión es la que se encarga de aspirar la mezcla formada por el drenaje y el agua de aporte exterior, haciéndola
pasar por el sistema de inyección de fertilizantes y, una vez obtenida la solución nutritiva final, impulsándola a los goteros a la
presión necesaria.

El sistema de inyección de fertilizantes tiene por objeto mezclar, de forma homogénea, los fertilizantes de aporte exterior con el
agua de riego. Este sistema puede utilizar tanque de mezclas o inyección directa, y a su vez la incorporación de las soluciones
madre se puede hacer con venturis o con bombas inyectoras.

Las tuberías de distribución se encargan de llevar la solución nutritiva final desde el cabezal de riego hasta el cultivo. Deben
estar dimensionadas en función del caudal y la presión del agua que vaya a circular por ellas. Los goteros deben ser
autocompensantes y antidrenantes.

El sustrato de cultivo puede ser cualquiera de los utilizados en sistemas con solución perdida. Deberá ser el productor quién elija
aquél que más le interesa en función de su precio, facilidad de manejo, etc.

Los canales de recogida del drenaje conducen a éste desde el sustrato de cultivo hasta el depósito intermedio de acumulación.
Debe tratarse de un sistema barato para que resulte asequible al agricultor. Las bandejas metálicas suelen ser costosas y es
necesario acudir a algún soporte de polipropileno o poliestireno expandido cubierto por una lámina de plástico.

El depósito intermedio de acumulación del drenaje no debe ser de gran capacidad, ya que únicamente sirve para acumular un
cierto volumen de agua, de forma que sea suficiente para hacerlo pasar a través del equipo de desinfección.

Hay varios sistemas de desinfección del drenaje: radiación ultravioleta, por calor, ozonización o ultrafiltración. No es
imprescindible su instalación, pero sí aconsejable para reducir el riesgo de un ataque generalizado por parte de alguna especie
fitopatógena. En Holanda casi todas las explotaciones agrícolas cuentan con uno u otro sistema

Por último, el depósito de acumulación final del drenaje es el que va a almacenar éste hasta que se vuelva a utilizar en mezcla
con el agua de aporte exterior. Debe tener un volumen suficiente como para contener al menos todo el drenaje que se va a
producir entre riegos sucesivos, aunque es conveniente disponer de un cierto volumen adicional de seguridad.

2.2.2. La solución nutritiva en un sistema recirculante de cultivo en sustrato

Cuando se recircula el drenaje, previo al riego es necesario mezclarlo con agua de aporte exterior, tal y como se ha comentado
anteriormente, con el fin de reponer la absorción realizada por el cultivo. Dado que la idea que se persigue es conseguir un
sistema estacionario en el que no se produzca la acumulación de ningún ion, la cantidad de fertilizantes a aportar desde el
exterior, junto con los nutrientes que incorpora el agua de entrada, debe ser tal que, por cada litro de agua absorbido, se añada
para cada ion el coeficiente de absorción del cultivo.

Este aporte exterior de nutrientes, junto con los elementos nutritivos que lleva de por sí el drenaje, va a dar lugar a la solución
final, la cual debe mantener un equilibrio adecuado entre los diferentes iones, tal y como es sabido para los sistemas de cultivo
en sustratos con solución perdida. En el caso de que esto no suceda, habrá que variar el aporte de determinados fertilizantes
hasta recuperar el equilibrio óptimo.

Por tanto, a diferencia del NFT, en recirculación en sustrato no es posible trabajar a concentraciones finales de nutrientes muy
variadas ya que el suministro de solución nutritiva al cultivo no es continuo, sino puntual en función de sus necesidades hídricas,
y la cantidad de agua que se aporta es justo la que absorbe el cultivo más un cierto porcentaje de drenaje.

A la hora de calcular las cantidades de fertilizantes que es necesario añadir al sistema, hay que tener en cuenta que el agua de
aporte exterior ya lleva unas ciertas cantidades de elementos minerales que es necesario descontar de los coeficientes de
absorción. Por tanto, sólo habrá que añadir el resto hasta alcanzar los niveles marcados por dichos coeficientes.
Si el agua de riego ya de por sí incorpora algún ion en una concentración superior a la que es capaz de absorber el cultivo, como
es el caso de las aguas salinas con respecto al sodio y los cloruros, resultará inevitable la acumulación de ese ion en el drenaje,
por lo que no quedará más remedio que eliminar periódicamente dicho drenaje o, lo que es mejor, tirar pequeñas cantidades de
éste de forma más o menos continua. Esto se podría conseguir recirculando una menor cantidad de agua de la que es drenada,
con lo cual el depósito de acumulación se desbordaría y el exceso saldría del circuito. De esta manera se evitaría la acumulación
de ese ion por encima de un nivel dado. En concreto, llamando:

X = diferencia entre el porcentaje de agua drenada y recirculada (porcentaje de agua eliminada del sistema)

Pa = porcentaje de agua que es absorbida por el cultivo

Cg = concentración del ion limitante en el agua de aporte exterior

Ca = coeficiente de absorción del cultivo para ese ion

Cm = concentración máxima que se permite para ese ion en el drenaje,

se obtiene que:

de donde:

expresión que permite calcular el porcentaje del agua total aplicada en el riego que es necesario eliminar del sistema para evitar
la acumulación del ion por encima de su concentración máxima permitida.

La inyección de fertilizantes tradicionalmente se viene realizando mediante la regulación de la conductividad eléctrica y el pH. Sin
embargo, una forma más racional y exacta de añadir al agua de riego unas cantidades de fertilizantes concretas es a través del
sistema de inyección proporcional o por caudal. Mediante este sistema es posible añadir por cada litro de agua unas cantidades
exactas de cada fertilizante, con lo cual se estará echando lo que realmente se quiere.

El siguiente paso sería, al igual que en NFT, la utilización de sondas selectivas para distintos iones, de manera que la
concentración de éstos pudiera ser medida en continuo y la adición de fertilizantes se llevara a cabo de forma automática para
mantener unos niveles determinados de los diferentes elementos, que previamente se habrían indicado al sistema de control.

2.3. VENTAJAS E INCONVENIENTES DEL SISTEMA NFT FRENTE A LA RECIRCULACIÓN EN SUSTRATOS

El sistema de cultivo hidropónico NFT presenta una serie de ventajas frente a los sistemas recirculantes en sustratos, dentro de
las cuales se pueden destacar las siguientes:

· El agua y los nutrientes se encuentran en contacto directo con las raíces del cultivo y están fácilmente
disponibles para éste, al no existir retención alguna por la ausencia de sustrato. Esto permite que el gasto de
energía que debe realizar la planta en el proceso de absorción sea algo menor y que, por tanto, esa energía
ahorrada se pueda derivar hacia una mayor producción. No obstante, mucho más importante que esto resulta aún
el hecho de que, en un NFT, el cultivo está sometido a una menor presión osmótica que en un sustrato, debido a
que se puede trabajar con niveles de nutrientes menores como consecuencia de la continua circulación y
renovación de la solución nutritiva, y a que todas las plantas del cultivo disponen prácticamente de la misma
solución en el medio radicular, al ser éste acuoso, mientras que en una tabla o saco de sustrato sí se presentan
diferencias de concentración en función de la distancia que haya al gotero.

· En NFT la renovación continua de la solución nutritiva, que se produce en la zona radicular, permite evitar
posibles déficits locales de nutrientes. Todo ello puede repercutir en un crecimiento más acelerado y en la
obtención de una mayor precocidad.

· La instalación de un NFT resulta más sencilla (menor número de bombas para trasiego del agua, inyección
de fertilizantes más simple, se evita la obturación de los goteros, etc.).

En cuanto a los inconvenientes del sistema NFT frente a la recirculación en sustratos, destacan los siguientes:

· En NFT la solución nutritiva puede alcanzar temperaturas excesivamente elevadas, mayores que en
sustrato, que perjudiquen al sistema radicular, especialmente en cultivos bajo invernadero en épocas calurosas.
Ello obliga, para este tipo de cultivos, a incorporar algún sistema de refrigeración de la solución, mientras que en
sustratos no es necesario si se evita un excesivo calentamiento de dicha solución en las tuberías de distribución.

En lo que se refiere a la situación contraria, el enfriamiento excesivo de la solución nutritiva en NFT, también llega a ser un
factor limitante y, para contrarrestarlo, hay que instalar una caldera que permita el calentamiento del agua, cuando sea
necesario, antes de aportarla al cultivo.

· Los niveles de oxígeno en el agua pueden llegar a ser excesivamente bajos en NFT, lo que impide una
adecuada oxigenación de las raíces del cultivo y origina la muerte de éstas. Esto puede ser especialmente
preocupante con altas temperaturas, ya que se reduce la solubilidad del oxígeno en el agua, mientras que la
actividad metabólica de la planta es superior y tiene, por tanto, mayores necesidades de dicho elemento. Para
evitar estos problemas, es necesario crear la mayor turbulencia posible en las caídas del agua a diferentes niveles
(desde los canales de cultivo a la tubería colectora y desde ésta al tanque colector) con el fin de aumentar su
oxigenación. Asimismo, no se deben disponer canales excesivamente largos.

Frente a ello, para conseguir una buena oxigenación de las raíces del cultivo en un sistema recirculante en sustratos, sólo es
necesario mantener en éstos una adecuada relación agua-aire, evitando su encharcamiento.

· Los canales de cultivo del NFT son caros ya que han de ser de un material rígido y de calidad para mantener
una lámina de agua correcta, mientras que en recirculación en sustratos, los canales de recogida del drenaje
pueden ser mucho más sencillos, ya que su única función es la de llevar dicho drenaje hasta el tanque de
acumulación.

Recientemente se ha desarrollado en el Sureste peninsular un nuevo sistema de cultivo hidropónico denominado NGS (New
Growing System), que presenta unas características de instalación y funcionamiento muy parecidas al NFT, aunque no se puede
considerar como tal ya que no es necesario mantener a nivel radicular una lámina de solución nutritiva tan estricta. Este sistema
parece solventar algunos de los inconvenientes del NFT.
El sistema NGS básicamente incorpora como novedad la sustitución del canal de cultivo del NFT por una bolsa de polietileno que
contiene otras dos capas de plástico. Éstas dos últimas están perforadas de forma que los agujeros no coincidan en la misma
vertical en las diferentes capas, lo que evita que la raíz se acumule directamente en el fondo de la bolsa, ya que ello acarrearía
problemas de encharcamiento. De este modo, antes de que el sistema radicular alcance el tercer nivel, habrá realizado un
crecimiento en escalera que reducirá la acumulación de raíces en el fondo. Esta manera sencilla de sustituir los canales de cultivo
clásicos del NFT permite reducir drásticamente los costes de instalación.

Por otro lado, este sistema ha conseguido mejorar, de forma aparentemente exitosa, la oxigenación de la solución nutritiva y
reducir los problemas de encharcamiento que se producen muchas veces en los NFT clásicos, gracias al sistema de bolsa
comentado.

3. CONTROL MICROBIOLÓGICO EN SISTEMAS DE CULTIVO CON RECIRCULACIÓN

3.1. INTRODUCCIÓN

Aunque uno de los objetivos que se persiguen con la implantación de los cultivos sin suelo es reducir la incidencia de ciertas
enfermedades radiculares, no cabe duda que en dichos cultivos los ataques fúngicos en la raíz son relativamente frecuentes e
incluso algunos hongos, como Pythium aphanidermatum, pueden llegar a ser más peligrosos que en suelo, causando importantes
podredumbres. En ocasiones, las enfermedades radiculares pueden alcanzar un rápido desarrollo, al igual que ocurre con algunas
enfermedades foliares, debido a que los agentes infecciosos, una vez introducidos en el sistema, son favorecidos como resultado
de la abundancia de un huésped genéticamente uniforme, la existencia de un medio físico con un régimen de humedad y
temperatura más constante, y la disponibilidad de un mecanismo para la dispersión rápida y uniforme del agente infeccioso
radicular a través del sistema de cultivo.

Cuando se trabaja en sistemas de cultivo en sustratos abiertos, aunque los daños pueden ser graves, no existe el riesgo de una
invasión generalizada a partir de un foco inicial, pues las plantas se desarrollan en unidades de sustrato independientes que no
pueden infectarse entre sí a través del agua de riego. Sin embargo, si el drenaje es recogido y utilizado nuevamente en el riego
del cultivo, los propágulos de patógenos radiculares que pudieran existir en un punto concreto conseguirán una rápida dispersión
por toda la plantación, pudiendo ocasionar daños devastadores que en cultivos con drenaje libre habrían sido sólo locales.

Ante esta posibilidad, no parece lógico plantearse la recirculación de las soluciones nutritivas sin la utilización de algún método
de control efectivo de los patógenos infecciosos. Hay que tener en cuenta que la producción hortícola se parece cada vez más a
una producción de tipo industrial en la que los inputs son muy costosos y el agricultor tiene que optimizar el empleo de los
factores de producción.

.2. PATÓGENOS INFECCIOSOS RADICULARES QUE PUEDEN AFECTAR A LOS CULTIVOS SIN SUELO

Los cultivos sin suelo se ven afectados por una menor diversidad de microorganismos infecciosos radiculares que los cultivos
convencionales en suelo. Sin embargo, las pérdidas originadas en aquéllos son ocasionalmente mayores que en éstos.

En la tabla 2 se indican los agentes infecciosos que han sido aislados de las raíces de especies hortícolas que crecen en cultivos
sin suelo. Con la excepción de Fusarium oxysporum f. sp. radicis-lycopersici, la mayoría de las enfermedades radiculares
destructivas que aparecen en estos cultivos se han atribuido directa o indirectamente a hongos de los géneros Pythium,
Phytophthora, Plasmopara y Olpidium, que producen esporas móviles conocidas como zoosporas. Estas especies se ven
favorecidas en un medio acuático, habiéndose demostrado experimentalmente su propagación por recirculación de la solución
nutritiva infectada.

Tabla 2. Agentes infecciosos aislados de las raíces de especies hortícolas en cultivos sin suelo.

Patógeno Propagación por la solución nutritiva infectada

Bacterias

Clavibacter michiganense Inconsistente

Psedomonas solanacearum Sí

Hongos no zoospóricos

Colletotrichum coccodes Inconsistente

Fusarium oxysporum f. sp. Lycopersici Inconsistente

F. o. radicis-lycopersici Inconsistente

F. o. cucumerinum No

Pythium ultimum Inconsistente

Verticillium dahliae No

V. tricorpus No
Thielaviopsis basicola No probado

Hongos zoospóricos

Phytophthora cryptogea Sí

Phytophthora nicotianae Sí

Plasmopara lactucae-radicis Sí

Pythium aphanidermatum Sí

Pythium debaryanum Sí

Pythium dissotocum Sí

Pythium intermedium Sí

Pythium irregulare No probado

Pythium myriotylum Sí

Pythium sylvaticum No probado

Olpidium brassicae Sí

Olpidium radicale Sí

Virus

LBVV (transmitido por O. brassicae) Sí

MNSV (transmitido por O. radicale) Sí

TMV Sí

CGMMV Sí

Fuente: Stanghellini y Rasmussen (1994)


3.3. MÉTODOS DE CONTROL DE PATÓGENOS INFECCIOSOS RADICULARES EN SOLUCIONES RECIRCULANTES

El conocimiento de las vías de acceso de los patógenos es fundamental para mantener un medio libre de éstos. Además, es
esencial la identificación exacta del patógeno específico implicado para la selección o el desarrollo de una estrategia apropiada de
control, ya que no se puede aplicar ningún método simple a todos los patógenos infecciosos radiculares.

En la tabla 3 se enumeran diversos métodos de control de patógenos infecciosos radiculares.

Tabla 3. Métodos de control microbiológico.

A. Métodos culturales

1. Sanidad

2. Manipulación del medio físico

B. Métodos biológicos

1. Empleo de cultivares resistentes

2. Empleo de microorganismos antagonistas

C. Tratamientos físicos

1. Ozonización

2. Ultrafiltración

3. Tratamiento térmico

4. Radiación ultravioleta

D. Métodos químicos

1. Uso de fungicidas

2. Uso de productos oxidantes

3. Uso de otros biocidas

Un adecuado control microbiológico debe implicar la combinación de varios de estos métodos de lucha, de forma que, a través
del conocimiento de las especies patógenas que pueden afectarnos en cada momento y del riesgo real existente, podamos elegir
la estrategia más conveniente. Así por ejemplo la desinfección de la solución con un tratamiento físico (radiación ultravioleta,
tratamiento térmico, etc.) puede no ser necesaria durante todo el periodo de cultivo, y su intensidad de aplicación puede que no
tenga que ser constante, lo cual repercutirá en una disminución de los gastos de desinfección. Sin embargo esto requiere de un
mayor nivel de investigación del que actualmente se dispone. A continuación se comentan brevemente cada uno de los distintos
métodos de control existentes.

3.3.1. Métodos culturales

En la lucha contra cualquier enfermedad es muy importante mantener una adecuada sanidad ya que ello va a reducir el nivel de
inóculo y a su vez la intensidad del ataque. En este sentido, en la lucha contra patógenos radiculares de cultivos sin suelo resulta
conveniente eliminar todos los desechos de las plantas infectadas, así como desinfectar los sustratos reciclados.

Otra forma de lucha consiste en la manipulación del medio físico para que éste sea lo más desfavorable posible al desarrollo
del patógeno. Así, la temperatura y la humedad son los dos factores ambientales conocidos más importantes que gobiernan el
ciclo de vida de los patógenos infecciosos radiculares. Pero, dado que en los cultivos sin suelo el medio se encuentra casi
constantemente saturado, no se puede incidir sobre la humedad de la zona radicular con el fin de controlar el desarrollo de la
enfermedad. Es por tanto la temperatura de la solución nutritiva el factor sobre el que hay que actuar para lograr un medio lo
más desfavorable posible al patógeno. Así, por ejemplo, Pythium aphanidermatum es más peligroso a temperaturas superiores a
los 25 ºC, con lo cual disminuyendo la temperatura de la solución se conseguirá un control económico de la enfermedad. Por el
contrario, Phytophtora cryptogea se ve favorecido por una temperatura fría y, elevándola a 25 ºC, será mejor controlado
(Kennedy y Pegg, 1990; Kennedy, Pegg y Welham, 1993).

3.3.2. Métodos biológicos


Un método biológico de lucha contra patógenos radiculares consiste en utilizar cultivares resistentes. Aunque pueden
aparecer nuevas razas del patógeno capaces de superar esa resistencia, se trata sin duda de una primera línea de defensa
contra la enfermedad. El problema es que actualmente se dispone de pocas variedades resistentes a patógenos infecciosos de
raíz. No obstante es una línea en la que se debe seguir investigando.

Otro método biológico se basa en el empleo de microorganismos antagonistas de aquellos que son patógenos. El aporte de
estos antagonistas no provoca una reducción de la densidad de los agentes patógenos sino de su actividad, lo que permite
disminuir la gravedad de la enfermedad. Aunque se dispone de algunos preparados a nivel comercial contra fusariosis, en este
campo todavía queda mucho por desarrollar. El principal interés de este método puede ser el de limitar la propagación del
patógeno en la solución nutritiva después de haber sido sometida a algún tratamiento físico de desinfección, ya que ésta puede
que no llegue a ser absoluta.

3.3.3. Tratamientos físicos

Los métodos físicos consisten en desinfectar de forma más o menos completa la solución nutritiva para evitar así la presencia de
algún agente infeccioso que pueda extender la enfermedad. El principal problema de estos métodos, aparte de que pueden llegar
a no ser totalmente efectivos, es que resultan costosos, por lo que es necesario trabajar con volúmenes pequeños de drenaje
para evitar que se eleven excesivamente los gastos de desinfección. Por este motivo, tales métodos sólo son aplicables a cultivos
en sustrato y no a sistemas hidropónicos (NFT y similares). No obstante, en éstos últimos, los riesgos de ataque radicular
generalizado son menores de lo que pudiera pensarse en un principio debido a que, al no existir sustrato y establecerse una
circulación continua, no tiene lugar una acumulación de la solución en el entorno de las raíces, con lo cual las posibilidades de
fijación de las especies fúngicas presentes en el medio son mucho menores. Normalmente estos patógenos actúan como formas
saprofíticas que se alimentan de exudados radiculares, restos de raíces, etc., no afectando a partes vivas del cultivo. De este
modo en estos sistemas hidropónicos se puede realizar un buen control haciendo uso de otros métodos de lucha.

Por el contrario, en cultivos en sustrato sí existe una cierta cantidad de agua acumulada cerca de las raíces, con lo cual el riesgo
de contaminación es mayor. De ahí la conveniencia de desinfectar en estos sistemas, al menos en los periodos en los que las
posibilidades de ataque son más elevadas.

A continuación se describen brevemente los diferentes tratamientos físicos que existen.

3.3.3.1. Ozonización

Se trata de hacer burbujear ozono en la solución nutritiva a una concentración de 8 a 10 g·h-1·m-3. Previo a la desinfección es
necesario bajar el pH hasta un valor de 4 y además hay que eliminar el ozono tras el tratamiento ya que, de lo contrario, al
tratarse de un fuerte oxidante, afectaría a las raíces del cultivo. Este sistema tiene el inconveniente de ser gravoso.

3.3.3.2. Ultrafiltración

En este sistema la solución nutritiva se hace pasar a través de una membrana filtrante de 5 mm de luz, lo que permite retener
los propágulos infecciosos mientras que pueden pasar los iones minerales y no se modifica la solución. Para este propósito no
son válidas las membranas de ósmosis inversa ya que entonces se retendrían todos los nutrientes. Se trata de un método
bastante efectivo cuyo problema es la obturación frecuente de la membrana debido a su pequeño tamaño de poro.

3.3.3.3. Tratamiento térmico

Consiste en calentar la solución nutritiva a 95 ºC durante 30 segundos. Se trata de un método altamente efectivo aunque caro y
que además requiere bajar el pH de la solución hasta un valor de 3 ó 4 para evitar la precipitación de las sales cálcicas. En la
figura 3 se incluye el esquema original de una instalación para desinfección por calor presentada por Runia, van Os y Bollen
(1988). En ésta, la elevación de la temperatura se obtiene a través de dos intercambiadores de calor, el primero de los cuales
permite hacer un precalentamiento del drenaje, aprovechando como fuente de calor el agua ya desinfectada que procede del
segundo intercambiador. Éste utiliza una fuente de calor externa para calentar hasta la temperatura final. Variando la separación
entre los dos intercambiadores, se puede modificar el tiempo de exposición de la solución al tratamiento térmico.

Figura 3: Esquema de una instalación de desinfección por calor. T1: 80ºC < T1 < 90ºC, T2: > 95ºC, T3: 90ºC < T3 < 95ºC, T4:
105ºC, M: válvula comandada por el motor. TC: termopar.

Fuente: Ruina et al (1988)

Más recientemente, Steinberg et al. (1994) han visto el interés que puede tener el uso de una caldera de condensación
modificada, que combina el efecto térmico con el de los rayos ultravioletas producidos por la llama. Esto permite reducir de
forma eficaz la densidad microbiana con una temperatura menos elevada. En concreto los hongos testados se destruyeron con
un pase de 30 segundos a 58,9 ºC y las bacterias no productoras de esporas con un pase de 45 segundos a 65,2 ºC.

3.3.3.4. Radiación ultravioleta

En este sistema, la solución nutritiva se hace circular a través de una lámpara capaz de emitir radiación ultravioleta con una
longitud de onda de 253,7 nm, lo que permite reducir el nivel de agentes infecciosos gracias a su actividad biocida. Cada especie
patógena tiene unos requerimientos energéticos para su eliminación. No obstante, a nivel general se puede decir que en el caso
de hongos y bacterias son necesarios 100 mJ·cm-2, mientras que en el caso de virus se necesitan 250 mJ·cm-2.

Este sistema de desinfección es el más utilizado por su facilidad de aplicación práctica, aunque presenta algunos inconvenientes.
Por ejemplo, su eficacia depende de la densidad óptica de la solución, de forma que, si ésta presenta cierta turbidez, la radiación
no es capaz de penetrar completamente en la solución y la desinfección resulta no ser totalmente eficaz. Además, también
depende de la limpieza y de la edad de las lámparas, cuyo valor máximo recomendado por el fabricante no se debe sobrepasar.

Otro inconveniente es que la radiación ultravioleta destruye los quelatos de hierro presentes en la solución, aunque dicha
destrucción es diferente según el tipo de quelato y el pH. Según puede observarse en la gráfica 1 (Acher et al., 1997), al
disminuir el pH de la solución se produce una mayor fotodegradación de los quelatos. Además el quelato más estable es el
EDDHA, seguido (para tiempos de exposición bajos) del DTPA y finalmente del EDTA, por lo que éste último no debería ser
empleado en la formulación de soluciones nutritivas recirculantes sometidas a desinfección ultravioleta.

Gráfica 1: Efecto del pH de la solución nutritiva y el tiempo de exposición a UV sobre la fotodegradación de los quelatos. a,
pH=3,5; b, pH=6,0; i, Fe-EDDHA; ii, Fe-Na-EDTA; iii, Fe-DTA.

Fuente: Acher et al. (1997)

3.3.4. Métodos químicos

Existen diversos tipos de sustancias químicas tales como ciertos fungicidas, productos oxidantes, etc., que aplicadas a la solución
nutritiva pueden controlar con éxito los patógenos radiculares.

Entre los fungicidas, el más ampliamente utilizado es el propamocarb, fundamentalmente contra Pythium. También existen otros
como el pencicuron, que se usa contra Rhizoctonia. El mayor problema que tiene el empleo de estos productos es que pueden
provocar la aparición de resistencias en el patógeno, con lo cual dejarían de ser eficaces. Además algunos de ellos son sistémicos
y pueden originar problemas de residuos.

Las sustancias oxidantes, tales como el cloro o el permanganato potásico, son capaces de impedir con éxito el desarrollo de
organismos patógenos, pero para ello deben ser aplicados a dosis elevadas que pueden a su vez originar daños en el sistema
radicular del cultivo.

Finalmente existen otras sustancias factibles de ser utilizadas contra ciertos organismos patógenos. Así por ejemplo
determinados mojantes son capaces de controlar la dispersión de hongos o micetos como Olpidium, Pythium o Phytophtora.
Igualmente hay que evitar dosis de aplicación elevadas ya que pueden resultar fitotóxicos.

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