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EL EFECTO PIGMALIÓN EN LA CRIANZA.

A lo largo de la vida todo ser humano tiende a tener expectativas respecto al mundo
que percibe. Las expectativas son aquellas creencias e ideas propias anticipadas
respecto a algo que podría suceder. Son suposiciones al futuro que influyen en el
comportamiento y nos pueden llegar a generar opiniones positivas o negativas
sobre alguien.
El efecto Pigmalión se remonta en la mitología griega. Pigmalión fue un rey de
Chipre el cuál esculpió en marfil, la figura de una mujer perfecta de la que poco a
poco fue enamorándose: Galatea. A tal punto llegó su pasión por la escultura que
llego a creer que estaba viva. Afrodita, diosa del amor y la belleza, al ver el amor
que éste sentía por la estatua, decidió darle vida, y al tacto de un beso de Pigmalión,
es como Galatea cobra vida.
El efecto Pigmalión describe aquellas expectativas y creencias que se tiene
respecto a una persona, y como estás van a influir en su comportamiento de tal
manera que tiende a confirmarlas provocando así una profecía autocumplida.
Por lo tanto el efecto Pigmalión es de suma importancia en la crianza, claro está si
se refuerza de manera positiva, pues es capaz de provocar que las expectativas se
cumplan.
La crianza es el conjunto de acciones de atención dirigidas a los infantes, que
implican brindar cuidado, alimento y soporte afectivo para poder desarrollar
conocimientos y habilidades que les permitan subsistir en la infancia.
Las figuras de apego cumplen con una función vital, ya que en la manera en la que
se interactúa con el infante, puede influir, en el, alterando positiva o negativamente
sus capacidades, gustos y conductas.
Por lo tanto las figuras de apego tienen una enorme responsabilidad , ser
influenciadores positivo, practicantes de una crianza respetuosa, la cuál
proyectará en el infante una imagen de confianza y motivación . La cual hará que
la gente a su alrededor tenga una percepción, de como es y según sea está idea,
serán tratados
Por lo tanto si desde pequeños incentivamos la confianza en si mismos, motivamos
y fortalecemos la autoestima con refuerzos positivos, les permitirán alcanzar los
objetivos que persigan. Siempre teniendo en cuenta que cada persona desarrolla
su autoconcepto en función de las expectativas que depositan sobre nosotros, las
personas de nuestro entorno, y de esta forma el efecto Pigmalión se lleva acabo.

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