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Trabajo Final de Máster

AFGANISTÁN DESDE LA INVASIÓN SOVIÉTICA


HASTA LA INTERVENCIÓN DE COMUNIDAD
INTERNACIONAL

Autor: Mohammad Salem Wahdat

Tutor: P. Dr. Francisco Galvache Valero

Universidad Carlos III de Madrid y Universidad Rey Juan Carlos

Máster Interuniversitario de Analista de Inteligencia

III Edición

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………….…….………4

I. MARCO GEOGRÁFICO, SOCIOPOLÍTICO, CULTURAL Y RELIGIOSO DE AFGANISTÁN……..……11


a. La geografía……………………………………………………………………………………………………….11
b. La historia………………………………………………………………………………………………………….12
c. Etnias…………………………………………………………………………………………………………………15
d. Cultura y Religión……………………………………………………………………………………………...19
II. LA INVASIÓN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA…………………………………………………………………………….22
a. Antecedentes y Aspectos Geopolíticos……………………………………………………………...22
b. Resistencia Nacional Afgana y Sovietización (1980-1983)…………………………………..26
c. La guerra de Liberación Afgana (1983-1986)……………………………………………………..28
d. La retirada Soviética (1986-1989)……………………………………………………………………...29
e. El Gobierno Islámico de los Mujahedin………………………………………………………………31
f. La Guerra civil: la fragmentación de Afganistán………………………………………………...33
g. El Talibán y su Movimiento………………………………………………………………………….…….35
III. OSAMA BEN LADEN Y EL NACIMIENTO DE AL-QAEDA……………………………………………….…….36
a. El auge Talibán (1994-1998)…………………………………………………………………………...…39
b. Los talibanes y Al-Qaeda……………………………………………………………………………….…..42
IV. AFGANISTÁN TRAS EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001……………………………………………………….…44
a. La intervención de la Comunidad Internacional…………………………………………………44
b. Participación de la OTAN…………………………………………………………………………………...59
V. EL FUTURO DE AFGANISTÁN DESPUÉS DE 2014………………………………………………………………70
VI. CONCLUSIONES……………………………………………………………………………………………………………...89

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………………………………………………………...97

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INTRODUCCIÓN:

El Objeto de este trabajo es dar a conocer la realidad actual de Afganistán y su


inmediato pasado, por estimar que tal conocimiento constituye el presupuesto básico
de cualquier estimación posible de su futuro a corto, medio y largo plazo.

Con sólo observar el mapa político del continente asiático se nota fácilmente la
especial y central ubicación de Afganistán. Quien controle Afganistán puede atacar
fácilmente a Irán o Paquistán y sus montañas también permiten hacerlo a los
territorios de Asia Central, especialmente de varias de las ex repúblicas soviéticas.

Históricamente esta ubicación ha hecho que Afganistán haya sido objeto de varias
invasiones y que también haya sido utilizado como base para invadir sus territorios
vecinos, situación que marcó su destino. Desde esta región provienen las tribus Arias
que conquistaron India e impusieron el sistema de castas. Aquí Alejandro Magno hizo
la guerra y se casó con Roksanda después de haber destruido el Reino de Persia y justo
antes de iniciar la conquista de India. Después de su muerte estos territorios eran
controlados por los descendientes de sus soldados y luego era parte del imperio Maurí.

En el ámbito religioso esta zona fue primero dominada por el Budismo, siendo
posteriormente desplazado por el Islam, traído a la región por los árabes en el siglo VII.
A la fecha el 99% de su población, que asciende a unos 30 millones de habitantes,
practica el Islam.

En el siglo XI las conquistas de Mahmud Gaznawi (El rey) tuvieron impacto


permanente, teniendo como principal resultado la posesión del terreno actual de
Afganistán. La expansión del Islam fue detenida en el siglo XIII por la invasión por parte
del Imperio Mongol. La hegemonía del imperio Mongol se extendió hasta el siglo XVIII,
hasta que Nadir Shah reconquista el país extendiendo el dominio Afgano hasta
Paquistán y su sucesor llegó conquistó la India.

A partir de este momento los afganos tuvieron innumerables guerras, pero no


permitieron ninguna nueva invasión duradera. Los Afganos sacaron 3 veces a los
británicos y 2 veces a los rusos. El primer intento británico por conquistar la zona se
produjo en 1838, pero tres años después la expedición terminó en una de las mayores

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catástrofes militares del imperio británico. El segundo intento británico se produjo en
los años 1878 y 1888, retirándose de la zona en 1919.

El Rey Amanulá Khan accedió al trono después de la salida de los británicos e intentó
implementar reformas similares a las de Mustafá Kamal Ataturk en Turquía. Sin
embargo, la fuerza de la tradición en Afganistán logró imponerse al poder del Rey quien
terminó por abdicar en 1929. Aún hoy en Afganistán existen luchas entre los
reformistas y los tradicionalistas. Desde la revolución Saur (segundo mes del calendario
de año solar) hasta la intervención de los estados unidos y sus aliados: Después de la
Segunda Guerra Mundial Afganistán se encontró atrapada entre la poderosa Unión
Soviética de un lado y del otro lado por Paquistán e Irán bajo la influencia de Estados
Unidos. Esta importante posición le reportó importantes beneficios, ya que ambos
bloques otorgaron facilidades a Afganistán con el objetivo de ganarlo como aliado. Sin
embargo, el deterioro de las relaciones entre las dos superpotencias afectó gravemente
a Afganistán de la misma forma en que sucedió con la ex Yugoslavia.

En el caso de Afganistán la desaparición de la influencia estadounidense en Irán


constituyó un factor importante de desestabilización. En 1973 fue derrocada la
monarquía por un cuñado del entonces Rey Zahir Shah. Daud Khan estableció una
“República” y se autoproclamó como Presidente. El era tradicionalista, pero permitió la
conformación de un partido de izquierdas, conocido como el Partido del Pueblo
Democrático de Afganistán. Este partido se hizo muy popular entre los miembros del
ejército. En 1978 se produjo un asesinato de un activista de este partido,
probablemente por órdenes del Presidente. Esto desencadena en una revolución
conocida como la Revolución Saur (segundo mes del año solar). El presidente Daud
Khan fue asesinado conjuntamente con toda su familia y al poder llega el Partido del
Pueblo Democrático con apoyo de la Unión Soviética.

Este partido de izquierda hizo una reforma muy radical. Pero no puso mucha atención
en la reforma agraria, además mato muchos miembros de la elite tradicional. Esto
junto con insistencia de la igualdad de género, y participación de las mujeres en todas
la esferas de la vida social, política y económica provocó resistencia en todo el país y la
apariencia de los primeros muyahidín. En el partido ocurrieron cambios quienes

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llevaron hasta el asesinato del presidente del partido y del país a Nur Mohmad Taraki y
a sus seguidores. A los soviéticos no les gusto este cambio violento y por eso atacaron
Kabul con aviones en 1979. El jefe de la policía secreta quien organizo asesinato y
quien llego a poder fue asesinado. Del Moscú trajeron al poder a Babrak Karmal,
político que logró a escaparse del país cuando empezaron con las matanzas de los
funcionarios del Partido del Pueblo Democrático.

La invasión soviética fue perjudicial para ambos países. La invasión a un país soberano
destruyó la imagen internacional del URSS. Para URSS que sufría de la ineficacia de su
economía planeada y que atravesaba por un período de decadencia de su modelo de
Estado, era muy caro mantener este régimen, pero intentaron a justificar la necesidad
de su intervención. Invirtieron mucho en Afganistán, en el intento de elevar la calidad
de la vida de la población. Construyeron la infraestructura, enviaron 150 000 de niños
afganos a recibir educación en URSS. Pero la intervención y las guerras posteriores
fueron un gran fiasco, quien hizo que se abusan todos los derechos humanos, y que
todos los índices deterioren.

Se supone que durante estas guerras murieron entre 600,000 y 2 millones de gente, la
mayoría civiles (los estimaciones se distinguen dependiendo si los fuentes son de
Estados Unidos o de URSS) en el pico de la guerra había como 6 millones de refugiados.
La duración de la guerra era provocada también porque los muyahidín tuvieron un gran
apoyo financiero. También la CIA les conseguía las informaciones, el ejército pakistaní
les prestaba sus campos para formación. En total Los Estados Unidos y Arabia Saudita
invirtieron en esta guerra 40 billones de dólares.

Las tropas soviéticas se marcharon en 1989, pero la guerra continúo y el régimen pro
soviético se quedo hasta 1992. Aunque ya no existía URSS el ejército afgano se
descompuso y varias fracciones de los muyahidín tomaron control en distintas zonas de
Kabul y otras ciudades. Empezó una nueva ronda de las guerras civiles que duro hasta
1996, y que metió el país en un estado del caos total, genero medio millón de los
refugiados y destruyó las pocas instituciones que funcionaban. La actividad preferida
de la guerra era atacar con ráfagas indiscriminadas las partes de la ciudad que

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controlaba el rival, sin ningún respeto a los civiles. Rápidamente crecieron las
oportunidades de ser asesinado, robado secuestrado para la población no armada.

Una fracción de los Talibanes por fin ganó. Los talibanes y su líder Mulá Omar. Este
grupo que se consistía en su mayoría de los alumnos de las escuelas religiosas, tuvo un
gran apoyo como ya mencione de los saudís, ejército pakistaní y CIA. Era un grupo
relativamente disciplinado y controlaba la mayor parte del país. Otras fracciones eran
reprimidas en el norte y oeste. En el tercio del territorio gobernaban las policías de las
minorías a los cuales no le gustaba la dominación de los Talibán. La más fuerte
oposición era las fuerzas de los (tayikos), dentro de esta policía estaba el famoso líder
héroe de la época de la guerra contra los soviéticos Ahmad Shah Masud. El conjunto de
estos ejércitos se llamaba la Alianza del Norte. La guerra entre los Talibán y sus
opositores era muy cruel. Como sugieren varias ONG esta agrupación es responsable
como mínimo 15 grandes masacres. Unas estimaciones dicen que en mayo de 1997, de
la parte de la policía uzbeka y azares mataron 2000 prisioneros Talibán.

El gobierno de los Talibanes también humillaba brutalmente a los civiles en los


territorios bajo su control. Introdujeron la ley musulmana sharia que en su forma
superaba mega conservador leyes de Arabia Saudí. No solamente que las mujeres
tenían que llevar burkas, si no se les prohibía salir de la casa sin compañía de un
hombre, se les prohibía educación y visitas al médico. Los deportes de oeste como
futbol también eran prohibidos y a todos quienes no obedecían estos órdenes eran
colgados en los arcos de los estadios. El mundo se quedo horrorizado frente el
comportamiento frente a su patrimonio cultural, la antigua estatua gigante de Buda de
Bāmiān, que había sido declarada patrimonio de la humanidad y estaba bajo la
protección del UNESCO, la destruyeron con tanques y dinamita. Esta política les alejó
de sus patrocinadores los saudís, los estadounidenses y los pakistanís, pero
encontraron nuevo patrocinador en el grupo extremista del millonario saudí Osama
Bine Ladin y su famosa Al Qaida. Esta agrupación hecha de varios voluntarios
musulmanes estuvo su principal aliado militar y también les ayudaba en los asuntos
que solos no pudieron resolver. Dos días antes de que ocurriera el S-11 dos saudís
disfrazados como periodistas hicieron el ataque suicidio en el líder de la Alianza del
Norte Ahmad Shah Masoud.
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Alianza con Al Qaida costó mucho a los Talibán. Las fuerzas aéreas de los
estadounidenses y británicos después de S-11 atacaron sus bases, enseguida sufrieron
los ataques de las fuerzas terrestres. Ahora aliados con la Alianza del Norte las fuerzas
de OTAN Y las tropas estadounidenses destrozaron el régimen talibán y ya en
noviembre de 2001 tomaron Kabul y otras grandes ciudades. Los restos de las fuerzas
Talibán dispusieron la retirada y se escondieron en los inaccesibles montañas junto al la
frontera con Pakistán. Este lugar es más conocido como la línea Durand el nombre de
diplomático británico que partió una etnia (pashtún) en dos países Afganistán y
Pakistán. En el 2002 y 2003 las fuerzas aliadas intentaron con poco éxito sacarlas de las
cuevas, del otro lado de la montaña el ejército paquistaní ataco sus bases. Aunque
completamente aislados y militarmente destruidos, la resistencia Talibán se mantiene
hoy en día y se estima que cuentan con unos dos o tres mil de combatientes,
organizados en pequeñas agrupaciones guerrilleras. Cambiaron la estrategia de sus
ataques, ahora usan carros bombas, pequeñas emboscadas y los ataques con los
cohetes.

Hasta el fin de 2012 el número de los combatientes estadounidenses que murieron se


estima 2.153 y más otros mil soldados de las fuerzas aliadas. Los Talibán y Al Qaida
también utilizan terroristas suicidas para poner miedo en las nuevas instituciones pro
Estados Unidos, sobre todo a la policía y al nuevo ejército Afgán. Los mismos
problemas que en el pasado tenían los británicos y soviéticos hoy tienen los
estadounidenses y sus aliados.

Para lograr la pacificación de Afganistán y derrotar a los talibanes extremistas hay que
atraer a la participación dentro de la acción antiterrorista y «reconstructora», a todas
las fuerzas civiles «sanas»; no sólo, claro está, a las fuerzas de la llamada Alianza del
Norte, que por historia, raíz étnica y vocación armada están radicalmente enfrentadas a
los talibanes, sino incluso a los talibanes «moderados», cuyo rechazo de la violencia
puede conseguirse si la sociedad civil recobra su protagonismo interno de modo que el
conjunto de pueblos afganos se sienta por una vez dueño de su destino político.

La inversión económica, la destrucción de la dependencia de amplios sectores de la


economía afgana de la producción y tráfico del opio, el desarrollo humano de la

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sociedad civil afgana dentro del respeto a sus tradiciones, la protección de los derechos
de las mujeres: he ahí la receta, pertinentemente destacada por los autores, para
contener al talibanismo y su extremismo terrorista, junto con la victoria militar.

La paz en Afganistán, si de verdad va a ser duradera debe afrontar el sellado eficaz de la


frontera con Pakistán, en acción conjunta con este país. En esa zona fronteriza
montañosa parecen encontrarse los núcleos centrales de las fuerzas talibanes
extremistas.

La paz o paces siempre precarias con las tribus montañesas tienen pues una dimensión
transfronteriza. Pero el caso es que ha habido persistentes noticias de falta de energía
frente los insurgentes islamistas por parte del Gobierno de Islamabad. Así, en (17 de
febrero 2009), celebrado por las autoridades paquistaníes con los islamistas del valle de
Swat en el noroeste del país abría la vía para la imposición de la sharia en toda la
región de Malakand. ¿Estaba así, de algún modo, facilitando el Presidente Asif Zardari
la aparición de santuarios protalibanes en esa región? ¿Podrá afrontar tan graves
desafíos el gobierno de Pakistán, como parece ahora intentar, lastrado por un ejército
no necesariamente inmune a los requerimientos islamistas radicales y que debe vigilar
al adversario indio cuya influencia en esas zonas no cabe descartar que vaya
aumentando?

Quizá más lejanamente, los intereses del régimen iraní, nunca completamente claro en
su rechazo a la utilización pacífica de la energía nuclear, parecen residir más bien en
extraer el mayor beneficio político de su apoyo a grupos de la naturaleza de la de
Hamas o Hezbolá y en proteger su papel central en la producción de crudo y su
condición de país estratégicamente situado para el tránsito de energías.

Las instituciones afganas centrales deben recibir mayor visibilidad frente a su propia
sociedad y su ejército nacional debe adquirir mayor protagonismo en la lucha
antiterrorista. Todos esos nobles objetivos pasan, sin embargo, (la acción de la UNAMA
está bien presente en todo ello) por la lucha contra la corrupción dentro de las
instituciones afganas, la erradicación del narcotráfico consentido y la renovación
democrática de las instituciones de gobierno.

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Todos estos esfuerzos deben ir acompañados de políticas apropiadas y avances en la
vía de un desarrollo humano, ya programado en cierto modo por la Estrategia Nacional
de Desarrollo de Afganistán, que incluye la mejor protección de los derechos humanos
y el reforzamiento inter aliado de la Comisión Independiente de Derechos Humanos.

La motivación de este trabajo ha sido los sufrimientos de un afgano que es ejemplo de


los jóvenes afganos, para que las autoridades de mi país dejen de jugar con la vida de
gente civil, y que los apoyos internacionales no estén en la mano de un grupo sino que
la cooperación y ayuda llegue a la población civil. Después un década de intentos de
comunidad internacional todavía no se ha conseguido lo que esperaba en Afganistán la
situación se está empeorándose.

Como se deduce del apretado resumen introductorio que antecede, he intentado


introducir al conocimiento de Afganistán no solo a través de su historia, sino también
de su geografía, su valor geoestratégico, los factores del conflicto que son los países
vecinos, efectos de la guerra, analfabetismo, el radicalismo y los intentos de los
terroristas que quieren tener santuario y redes en el país, las luchas de inteligencia y las
rivalidades de Pakistán-India E irán que no deja a OTAN y los internacionales estar en la
zona y otras causas del conflicto interminable en Afganistán que ustedes pueden leer y
estudiar. De todo ello he tratado de obtener las conclusiones que se recogen en el
capítulo pertinente.

Queda decir, por último, que para la elaboración del trabajo que a continuación se
desarrolla, me he ceñido a los criterios metodológicos propios del método histórico y, a
tales efectos he recurrido a fuentes primarias de carácter documental, de
informaciones propias de la experiencia personal y, en buena parte, de la observación
directa de los escenarios y acontecimientos. También he recurrido a obras y artículos
de referencia sobre las cuestiones tratadas, que además de orientar y enriquecer la
labor de contextualización me sirvieron también, ocasionalmente, como elementos de
contraste. De unas y otras referencias se da cuenta en el capítulo de bibliografía.

Espero que mi trabo sirva para los lectores.

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I. MARCO GEOGRÁFICO, SOCIOPOLÍTICO, CULTURAL Y
RELIGIOSO DE AFGANISTÁN

a. La Geografía

Afganistán está dominado por una elevada y extensa cadena montañosa, el Hindu
Kush, que discurre de noreste a suroeste y que articula las regiones naturales de un
país muy compartimentado. Las principales ciudades del país muy separadas unas de
otras se constituyen en centros de poder local con una acentuada tendencia centrífuga.
En el interior de la región montañosa hay amplios valles donde se concentra la escasa
población y que sirven, a su vez, de vías de comunicación. Aunque las cumbres de las
montañas que alcanzan entre los 4.500 y 7.500 metros y descienden en elevación hacia
el suroeste, permiten también pasos entre las diferentes regiones, éstos son escasos y
permanecen cerrados durante buena parte del invierno.

Al norte del Hindu Kush hay una extensa región que descendiendo por los valles de
montaña desemboca en el gran valle del Amu Daria y las llanuras de Asia central.
Teniendo como principales ciudades a Mazare- Sharif y Kunduz esta región hace
frontera al norte con Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán. Al sur y sureste del gran
macizo montañoso se encuentra la otra gran región de Afganistán que con capital en
Kandahar está separada de Pakistán al este por un gran ramal del Hindu Kush que
discurre en dirección norte sur. Los amplios valles de esta zona del país se abren sobre
una meseta en su mayor parte desértica. Al oeste y haciendo frontera con Irán se
encuentra una región históricamente vinculada a este último país y que tiene como
centro la ciudad de Herat. Por último, está la región en la que se encuentran la capital
Kabul y la ciudad de Jalalabad.

Encajonada entre altos macizos montañosos, esta región, que forma parte de la cuenca
hidrográfica del río Indo, está separada de Pakistán por el estrecho paso de Kiber. En su
parte más baja y próxima a la frontera el clima es tropical y muy distinto, por tanto, al

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clima seco y continental del resto del país. Esta región solo tiene un acceso fácil con el
resto de Afganistán por el suroeste siguiendo la carretera que por Ghazni y Qalat se
dirige a Kandahar.

La estructura orográfica ha favorecido la tradición guerrera e indómita de sus pueblos


que encuentran, en los profundos valles refugio y en las rugosidades del terreno las
condiciones propicias para las tácticas de guerrilla.

Las comunicaciones son escasas y de mala calidad. Hasta la apertura del túnel de
Salang por parte de los soviéticos, el paso entre Kabul y el norte del país era muy
precario. En la actualidad y tras la entrada de la coalición internacional se están
haciendo notables mejoras en las principales carreteras.

En general, las condiciones geográficas y climáticas no son nada favorables al desarrollo


económico del país. Como en otras partes de Asia central, la vida tiende a concentrarse
en los valles o en oasis alimentados por las aguas de las montañas. En las laderas de
éstas y hasta los confines de los desiertos del sur y del oeste se extienden estepas
dedicadas a la ganadería y donde hasta hace escasas décadas vivían poblaciones
nómadas. Solo el 12% del país permite la actividad agrícola.

b. Historia

Afganistán ha conocido a lo largo de la historia innumerables invasiones y ha formado


parte de varios imperios. No obstante los pueblos que han habitado esta región han
exhibido un gran apego por su independencia y han desarrollado grandes habilidades
como pueblos guerreros. La historia, de lo que es el actual Afganistán, también se ha
caracterizado por constantes luchas intestinas entre sus diversos pueblos y tribus.

En el siglo VII, los árabes alcanzaron este territorio y, si bien no lo sometieron,


propagaron el Islam. De este modo el país adquirió una de las características principales
que define a su sociedad, incorporándose al mundo islámico que de forma continua se
extiende desde las costas atlánticas del norte de África hasta el río Indo. Durante el

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(Gran Juego), que enfrentó a rusos y británicos por el control de Asia Central en el siglo
XIX, Afganistán empezó a definirse como un Estado-Nación. Se constituyó como Estado
tapón asentado sobre el gran obstáculo natural de Hindu-Kush que evitaba el contacto
directo entre los dos grandes imperios en expansión.

En Afganistán, los británicos alternaron las expediciones militares, muy costosas, con
políticas de subsidios a los soberanos favorables a la causa británica, lo que solo les
permitió un control relativamente tenue e intermitente de aquel territorio. En 1919,
tras la tercera guerra Anglo-Afgana y en el contexto del reordenamiento geopolítico
que sucedió a la Primera Guerra mundial, el país alcanzó su independencia.

El periodo de entreguerras se caracterizó por los intentos de modernización llevados a


cabo desde arriba y una creciente inestabilidad interna con sucesivos derrocamientos
en la cúpula del poder afgano. La tensión entre los esfuerzos modernizadores
impulsados desde el poder y la resistencia tradicionalista al cambio va a permanecer
como una constante de los sucesivos gobiernos afganos incluido el comunista. En la
dimensión exterior, aquellas décadas estuvieron marcadas por la tutela tanto de Gran
Bretaña como de la Unión Soviética, que sucedía a Rusia como potencia interesada en
los asuntos de la región.

Tras la Segunda Guerra mundial, en la que Afganistán permaneció neutral, Gran


Bretaña se vio obligada a conceder la independencia a la India dividiéndola en dos
Estados independientes: India y Pakistán. El Estado musulmán de Pakistán incluía un
extenso territorio de etnia pashtún fronterizo con Afganistán. Desde el poder político
afgano, mayoritariamente pashtún, se intentó reunir dentro de Afganistán a la totalidad
del territorio de esta etnia. Esta reclamación territorial produjo enconadas disputas
internacionales que lastraron tanto la política internacional como interna del país. La
Segunda Guerra mundial sirvió también para relegar a las potencias europeas de la
posición internacional preeminente, ocupando su lugar las dos superpotencias: Estados
Unidos y la Unión Soviética. Estados Unidos que era un recién llegado a la región y
mantenía una posición de apoyo a Pakistán en la disputa sobre el Pashtunistán3, no
llegó a sustituir a Gran Bretaña en su papel equilibrador. El nuevo reparto de poder
internacional permitió, por tanto, a los soviéticos aumentar su influencia en Afganistán.

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La estrategia soviética se llevó a cabo por medio de renovadas iniciativas diplomáticas,
ayuda económica y técnica y asistencia militar. En los años sesenta, durante el primer
mandato de Sardar Mohamed Daoud, la Unión Soviética intensificó sus esfuerzos para
controlar el país, llegando incluso a manipular el proceso político afgano.

En 1963, Sardar Daoud que era primer ministro y primo carnal del Rey Zahir Shah, tuvo
que dimitir bajo la presión del propio monarca debido principalmente a su
intransigencia con la cuestión del Pashtunistán (1). En los siguientes diez años el país se
embarcó en un incipiente experimento democrático que las circunstancias tanto
internas como internacionales iban a hacer fracasar.

En Julio de 1973, mientras el Rey Zahir Shah se encontraba en Italia, Daoud, apoyado
por varios dirigentes comunistas y con el visto bueno soviético, dio un golpe de Estado
y se declaró Presidente de la nueva República de Afganistán. No obstante, el nuevo
mandatario, una vez en el poder, empezó sutilmente a acercarse a Occidente y a Arabia
Saudí y a distanciarse de los soviéticos. El descontento tanto de los tradicionalistas,
opuestos a la modernización y centralización de Daoud, como del Partido Comunista
afgano que perdía peso político, terminó provocando un nuevo golpe de Estado en
1978 que costó la vida a Daoud y también a sus más allegados. Con la situación creada
en Afganistán parecía que la Unión Soviética había conseguido extender notablemente
su influencia sobre el país. Sin embargo, el nuevo gobierno de carácter comunista tuvo
que enfrentarse a una rebelión interna que hacía peligrar la supervivencia del régimen.
Esta circunstancia forzó a la intervención directa de tropas soviéticas en Afganistán
convirtiendo a este país en teatro del enfrentamiento entre las dos grandes potencias
de la guerra fría.

1-Se trata de una suerte de agrupación de nacionalidades de corte pashtún que se emplazan en Pakistán
y que en 1947 reivindicaron la independencia de Pashtunistán, pero que no fueron reconocidos ni por
Afganistán ni por Pakistán

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c. Etnias

Afganistán es un país multiétnico donde podemos encontrarnos con hasta 25 etnias


distintas. Para entender las relaciones con los países vecinos es muy importante tener
en cuenta la presencia de estas diferentes etnias en los países fronterizos, ya que
muchos de ellos tienen vínculos con los distintos grupos étnicos que pueblan este país
centroasiático.
Históricamente, el grupo dominante y la etnia más identificada con el nacionalismo
afgano han sido los propios afganos pero en la actualidad si se quiere encontrar la
igualdad se debe tener en cuenta a otras etnias minoritarias para conseguir que la paz
se instaure en Afganistán. La totalidad de la etnia afgana está repartida a partes
similares entre Afganistán y las regiones fronterizas de Pakistán. En Afganistán hay dos
grupos étnicos conforman el grueso de la población, los pashtunes y los tayikos, y que
sobresalen por encima del resto; y son:

Los Pashtunes
En la actualidad, casi 35% de la población total que habita en Afganistán pertenece a
este grupo étnico. Los pashtunes han dominado la escena política del país desde el
siglo XVIII cuando el rey Ahamd Shah Durani bautizó al país con el nombre de
Afganistán (tierra de los afganos) y es considerado como el fundador del estado afgano.
El grueso de los pashtunes se concentran en el este y el sur del país aunque es posible
encontrar numerosos núcleos pashtunes en otras regiones del país. Profesan la rama
del sunismo y de origen indoeuropeo, los pashtunes se dividen internamente en tres
confederaciones compuestas de tribu, subdivididas a su vez en clanes. No forman un
grupo homogéneo y son frecuentes las rencillas entre las diferentes tribus y entre
clanes de una misma tribu.
Dentro de la amalgama de tribus que conforman a los pashtunes, las más famosas son
Durani y Ghilyahi; otras tribu son Wardak, Jaji, Tani, Jadran, Mangal, Khugiani, Safi,
Mohmand y Shinwari y las nómadas, se distinguen de otras etnias por el idioma Pashto.
Su estructura social se basa en el Pashtunwali, el código tribal por el cual es
requerimiento absoluto la adhesión a un número de costumbres establecidas.

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Los Tayikos
Los tayikos son comerciantes en bazares y son la clase social con el nivel más alto de
educación. Ello les ha permitido dominar los altos cargos del clero, la administración,
las universidades y las profesiones liberales; aunque esto no significa que los pashtunes
no tengan posiciones relevantes dentro del estado afgano; el problema reside en el
idioma. Y es que el Dari fue escogido como el lenguaje a utilizar en las administraciones
y en la literatura persa por su riqueza, hasta que los reyes pashtunes como Shah Shuja
durante el régimen británico tenía su Divan (colección de poemas) en Persa (Dari) y el
rey Zahir Shah y su familia han hablado en Dari y es un idioma que los reyes antiguos
han utilizado en sus reinos.
La enorme influencia política de los tayikos les ha conducido frecuentemente a
enfrentamientos en el poder con los pashtunes. Los tayikos viven en Kabul, en las
provincias norte de la capital, norte y noreste: Parwan, Takhar, Badakhshan, Baghlan,
Samangan, en el oeste y noroeste de Afganistán Badghis, Herat, Farah y Ghor. Los
tayikos prefieren identificarse por su región y provincia como Panshiri, Badakhshani,
Kabuli, Samangani y Andarabi o Kabuli.

Los Hazaras
Son la tercera minoría de Afganistán en importancia, representan alrededor del 12% de
la población y que se concentran en las provincias centrales de Afganistán, donde
conforman el 80% de la población de estas provincias. La región con mayoría hazara es
denomina Hazaryat y es un área montañosa, lo que ha facilitado que los hazaras
vivieran, relativamente, aislados del resto de las étnicas y gozaran de una
independencia casi absoluta hasta el siglo XIX. Los hazaras hablan un dialecto del persa
conocido como Dari y son musulmanes shiítas duodécimanos, a excepción de una
minoría que practica el sunismo y otra el shiísmo septimano. El origen de los Hazaras 2
no es desconocido. Se les ha querido ver rasgos típicos de los mongoles y se afirma que
son descendientes de los soldados de Genghis Khan.

2
Dupree, L. 1970, “Afghanistan”

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Otras hipótesis señalan orígenes turcos. La hipótesis más plausible y la más aceptada
hoy en día es que los hazaras proceden de la mezcla de grupos mongoles con
poblaciones persas y turcas (2).

Los Uzbekos
Los uzbekos viven el norte de Afganistán. Profesan el sunismo y hablan uzbeki. A
diferencia de otras étnicas de Afganistán, los uzbekos no tienen problema en contraer
matrimonio con las otras etnias del país. Últimamente se ha publicado un diccionario
uzbeko a Dari, hay idiomas en Afganistán que se hablan pero no tienen posibilidades de
publicar y desarrollar a estos idiomas por pobreza y limitaciones de analfabetismo de la
población afgana.

Los Turkmenos
Otra minoría importante. Representan alrededor del 6% del total de la población.
Muchas de ellas están estrechamente emparentadas con las poblaciones de las
antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central. Dedicados históricamente a actividades
agrícolas, la mayoría de estas etnias se concentran en el llamado Turkestán afgano, que
comprende la región al sur del Amu Darya (el río de Amu), a excepción de Badakhshan,
y con el Hindú Kush como frontera sur. Las etnias turcas han sido las pioneras en la
aparición de industrias y actividades empresariales en el país, básicamente en el sector
del textil gracias al cultivo del algodón. Los uzbekos y los turkmenos, hacen de este
tejido su identidad étnica.

Los Nuristanis
Son una de las minorías más fascinantes del país. La región del Nuristan se encuentra
en el este del país, en la frontera con Pakistán. Se trata de un territorio montañoso en
su totalidad, con valles frondosos y donde las comunicaciones son extremadamente
complicadas. Los pueblos de la región nunca constituyeron una unidad política,

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lingüística o religiosa e incluso étnicamente es discutible asignarles a una misma etnia.
Son de origen indoeuropeo, de tez clara, con cabellos rubios y pelirrojos y con los ojos
azules y verdes, y vivieron aislados en las montañas de la región, entonces llamada
Kafiristán (tierra de los infieles), hasta finales del siglo XIX. Los nuristanís recibían el
nombre de kafires (infieles), eran refractarios al Islam y practicaban cultos paganos
ligados a la naturaleza. Se trata de una religión preislámica y prehindú, hoy casi
desaparecida, basada en un sistema politeísta donde predominan las divinidades
masculinas, como Imra, dios creador y que reina sobre las otras divinidades, o Gish, el
dios de la guerra.

Los Baluches
Viven en las provincias de Helmand, Kandahar y Faryab. La mayor parte de los
baluches viven en Pakistán e Irán. Muchos de los baluches pueden hablar y entender
Baluchi, Dari y Pashto.

Otros Grupos Étnicos


Aimaq
Viven en el oeste de Badghis, las provincias de Ghor y Herat. Son sunitas y hablan
dialectos Dari.
Árabes, Qizilbash y Wakhis son otras minorías del país.

Los No Musulmanes
Sikh-Hindu

18
d. Cultura y Religión
Los afganos se conocen hospitalarios y los turistas antes de las guerras civiles escribían
libros de aventuras y su estancia en Afganistán y se sentían bien recibido en los pueblos
uno de estos libros es (A Short Walk to Hindu Kush) viaje corto a Hindu Kush las
montañas famoso de Afganistán.
Con el gobierno nuevo y los esfuerzos de Comunidad Internacional ahora cinco
millones de estudiantes masculinos y hembras estaban alistados en escuelas a todo lo
largo del país y hay unos 9000 escuelas. Sin embargo, hay todavía obstáculos
significativos para la educación en Afganistán, resultando de falta de edificios
financiadores, inseguros de la escuela y las normas culturales.
El Sistema Educativa; La Primaria, La Secundaria, El Licyeo. La Educación superior:
• La Universidad de Kabul se fundó en 1934
• Las primeras facultades eran medicina y derecho
• Otras universidades centrales en las provincias centrales del país.
• Anualmente más de 70000 estudiantes pasan el examen de concurso que unos
30000 se aprueban y el resto por nota baja y la poca capacidad del matricula por el
ministerio no pueden estudiar y hay unos 40000 estudiantes que quedan sin resultado
en la selectividad y tampoco hay trabajo y empelo para ellos.
• Ahora hay las escuelas y universidades privadas pero muchas familias no
puedan pagar para que estudien sus hijos
• La tasa de analfabetismo es mayor unos 70%

Relaciones Familiares:
Las familias son numerosas, hay familias que son entre 5 a 8 personas.
Los afganos tenemos cultura de respetar mucho a los padres y los maestros, cuando el
maestro en la escuela o el profesor se entra o se sale de la clase todos los alumnos se
levantan como el respeto, hay las familias cuando sus hijos vienen de la escuela o el
trabajo besan la mano de sus padres. Hoy días sale en las noticia de las violencias
contra las mujeres, es por la analfabetismo, y porque ha habido 30 años de guerra,
pero en la realidad las familias universitarias y educadas respetan a sus mujeres los

19
hijos a sus madres y los hermanos a sus hermanas. Tenemos el refrán de que (el
paraíso está bajo los pies de las madres es decir si la madre no sea satisfecha de su hijo
el dios no le perdona(3).

La Boda:
Los matrimonios se arreglan o ahora en las ciudades centrales los jóvenes se conocen
en las escuelas y las universidades luego dice a su padre que pide la mano de la chica
que le gusta y le ama. Se gasta mucho en los matrimonios.

El Ocio
Los días festivos son el año nuevo que coincide en el 21 de marzo antes de la
celebración de este se prepara 7 tipos de frutos secos.
• Eid Adah (Fiesta de Cordero) y , Eid Feter después mes de Ramadan
• El día del maestro, la madre etc.

DEPORTE:
Buzkashi el juego nacional del país.
También los jóvenes están aficionados en futbol y conocían a España por Real Madrid
ahora por el campeonato conocen más a España.

Literatura:

Muchos de los poetas afganos famosos de la décima parte para los siglos quinces
descienden de Khorasan donde es ahora conocido como Afganistán. Fueron en su
mayor parte también estudiosos en muchas disciplinas como lenguajes, ciencias
naturales, medicina, religión y astronomía.
Mawlana Rumi, quien fue nacido y educado en Balkh en el decimotercero siglo y se
movió para Konya en la de hoy en día Turquía
Literatura Contemporánea:

3
FARIBA, N. (october 2006), Afghanistan

20
Khalilullah Khalili, 64 Sufi Ghulam Nabi Ashqari, 65 Sarwar Joya, Qahar Asey, Parwin
Pazwak y otros. En 2003, Khaled Hosseini publicó al Kiterunner que aunque la ficción,
mucho captado de la historia, política y la cultura experimentó en Afganistán de los
1930s para presentar el día.
Cientificos: La mayoría de persona célebre fue Avicenna (Abu Ali Hussein Ibn Sina) cuyo
padre granizó de Balkh, es conocido por algunos estudiosos como "el padre de
medicina moderna". George Sarton le llamó a ibn Sina "el científico muy famoso de
mahometismo y uno de lo muy famoso de todas las carreras, los lugares, y por". Sus
obras muy famosas son El Libro de Sanación y El Canon de Medicina, también conocido
como el Qanun.

La Religión
El otro aspecto, en el que nos centramos, el ideológico-religioso de predominio
islámico y mayoría sunita, influida por la escuela jurídica hanafita y que hasta la
década de los 80 se habían manifestado como tolerantes. Pero el radicalismo,
principalmente de tendencia wahabita, se está mostrando cada vez más influyente y
con mayor virulencia. Fundamentado en las doctrinas panislamistas de Abdul Wahab,
1787, que intentaban despertar al pueblo musulmán, aletargado desde el siglo XIV y en
paulatina decadencia, tratando de devolver su pureza al Islam. Es la base ideológica del
movimiento talibán, Al Qaeda y el Hibz-i Islamí de Gulbudin Hetmatiar y Haqqani.

Esta vuelta a las costumbres estrictas ya se produjo en la época muyahidines, pero a


mediados de los años 90 se hizo muy rigurosa con los talibán, que impusieron la
manera de vestir, prohibieron la educación y el trabajo de la mujer y la mayor parte de
las actividades lúdicas como TV, radio, determinados juegos, quería convertir a los
jóvenes como si mimos. Actualmente, salvo tímidos pasos en contrario, se mantiene el
rigorismo en la forma de vestir y en los asuntos relacionados con la religión. No está
permitida en el país ninguna práctica religiosa distinta de la del Islam excepto que hay
una minoría de Sikh-Hindu.
Se ha utilizado de la religión como una arma, y se ha utilizado de Afganistán tierra de
Yihad y los centros de entrenamiento de los terroristas han querido realizar sus ataques

21
en Afganistán, durante las lecciones que se dan a los niños, jóvenes y muyahidines
contra los occidentales y el gobierno afgano se ha explicado que Afganistán ha sido
ocupado y tenemos que defender de esa tierra y nuestra obligación es hacer Yihad, los
que se entrenan no saben nada más que atacar, matar y ir al paraíso. No solo eso, estas
personas que se consideran muyahidines y defensores de las tierras islámicas contra los
occidentales y el gobierno afgano, especialmente los que se entrenan en Pakistán, no
saben sus precios, es decir, últimamente los ataques suicidas se ha convertido en un
negocio, hay atacantes económicos y caros, cuando se manda hacia la persona y las
autoridades, ellos se avisan y negocian con la persona que ha mandado al atacante y
hay señores de la guerra comprando el atacante, lo utiliza contra su enemigo y rival.4

II. LA INVASIÓN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

a. Antecedentes y Aspectos Geopolíticos

En el año 1978, oficiales del Ejército y de la Fuerza Aérea afganas derrocaron a Daoud
con un golpe de estado comunista conocido como la Revolución Saur (el mes segundo
del calendario afgano). En un principio el nuevo gobierno siguió una política moderada
y consiguió mantener el país bajo control mientras resolvía asuntos internos del
partido, pero en octubre una serie de reformas radicales, bruscamente aplicadas y
acompañadas del cambio del verde islámico de la bandera nacional por el rojo
comunista provocó una rebelión generalizada por todo el país. La defensa del modo
tradicional de vida y de la religión islámica, que se sentía amenazada por el ateísmo
comunista, dio a la lucha un fuerte carácter ideológico. El Partido Democrático del

4
FOLLOROU, J. (30 diciembre 2009), “Les violences entre chiites et sunnites
déstabilisent le Pakistan” Le Monde, p. 7.

22
Pueblo Afgano, único legal, era contrario a las estructuras tribales tradicionales y
propugnaba una política mezcla de modernización y credo comunista que alteraba por
completo el modo de vida de la población. Si bien el nuevo gobierno afgano, siguiendo
las mismas pautas que el partido comunista soviético en las repúblicas de Asia Central,
no pretendía erradicar por completo la religión, así era percibido por los campesinos
afganos convencidos de que comunista significa (el que reniega de Dios) del pashto
(kum) «Dios» y de la negación persa (nist) también ha habido opinión de los
comunistas son ateos, y quieren reflejar el ateísmo en Afganistán.

Una vez iniciada la rebelión, las masacres y atrocidades se hicieron comunes tanto por
parte del gobierno como de los rebeldes, atacando éstos también a los asesores
soviéticos. La situación en el país fue evolucionando hacia una guerra civil en toda
regla. La profunda división del partido comunista en dos facciones, Khalq y Parcham,
que habría de ser una constante a lo largo de todos los años de la guerra, no ayudaba
nada a resolver el conflicto. En Moscú se reconoció que debían aumentar su
implicación en Afganistán si querían que el gobierno comunista afgano sobreviviera. En
primer lugar intentaron impulsar cambios en la cúpula del poder afgano. Como
consecuencia del fracaso de esta política y del continuo deterioro de la situación, el 26
de noviembre de 1979, el Politburó consideró la decisión de invadir militarmente el
país.

A medianoche del 24 de diciembre, tropas de la 105 División Aerotransportada


empezaron a aterrizar en el aeropuerto de Kabul. Otras fuerzas aterrizaron en las bases
aéreas de Bagram en el norte de Kabul y Shindand de Herat y en el aeropuerto de
Kandahar. La 360 División de Infantería Motorizada cruzó la frontera soviético afgana
cerca de Termez en Uzbekistán y se dirigió hacia Kabul. Otras divisiones la siguieron y el
1 de enero de 1980 las fuerzas soviéticas, que ascendían a 80.000 hombres, ya
controlaban el gobierno y las principales ciudades del país. Al frente del gobierno
afgano se puso a Karmal, un líder más propicio a los intereses soviéticos. La invasión
había sido un completo éxito.

Los factores geopolíticos han impulsado a los imperios, británicos y a rusos y después
soviéticos a extenderse hacia Afganistán era su búsqueda de un corredor terrestre

23
hacia el Océano Indico que permitiera a este inmenso país disponer de un puerto
abierto de forma permanente a los océanos. Gran Bretaña se opuso a este designio
expansivo porque temía que la presencia rusa en el océano índico pusiera en peligro su
posición privilegiada en la India. Afganistán se creó como Estado colchón para evitar
fricciones entre ambos Imperios. Cuando, tras la Segunda Guerra mundial, Gran
Bretaña perdió su posición de gran potencia y la Unión Soviética salió reforzada, este
último país aprovechó la ocasión para aumentar su influencia sobre Afganistán,
considerando incluso su anexión. Estados Unidos no estaba suficientemente
consolidado en la región para contrarrestar la estrategia de Moscú.

Para la invasión soviética de Afganistán se sumó, a la razón geopolítica tradicional,


también una motivación propia de la guerra fría: la doctrina Breznev que, siguiendo el
ejemplo de la invasión de Checoslovaquia en 1968, propugnaba la común
responsabilidad de los Estados socialistas para responder a amenazas contra el
socialismo en cualquiera de los Estados de la comunidad socialista.

Una vez que se produjo la invasión soviética entraron en escena nuevos actores e
intereses geopolíticos. Para Pakistán, con un enfrentamiento tan enconado y duradero
con la India, Afganistán tiene una importancia estratégica capital. Dada la enorme
desproporción de riqueza y población a favor de la India, Pakistán pretendía ganar
profundidad estratégica evitando a toda costa que este país pudiera caer bajo
influencia de la India o un aliado suyo. La presencia de tropas soviética, un país aliado
de la India, que era percibida, en consecuencia, como una amenaza estratégica de
primero orden. Había otros objetivos menores que el gobierno paquistaní buscaba en
esta guerra: la cohesión interna frente a una amenaza exterior, reforzar su papel en
política internacional y resolver el problema que le creaban los refugiados afganos en
su territorio.

Estados Unidos en el contexto de su estrategia de contención frente al bloque socialista


quería desgastar a su rival soviético, le preocupaba también que la posición de la Unión
Soviética pudiera terminar amenazando el flujo libre de crudo por el Golfo Pérsico.
Arabia Saudí, como país líder del credo islámico, tenía intereses en este país por una
doble razón: tanto para evitar que el Islam fuera barrido de aquel país por el credo

24
comunista, como para atraer hacia Afganistán la atención de los radicales internos que
de ese modo no dirigían sus iras contra el poder de la familia Saud. La gran comunidad
musulmana del mundo compartía con Arabia Saudí la preocupación de que «la sagrada
tierra del Islam» retrocediera en esa región de Asia Central. Irán, el país líder del credo
shiíta, pretendía además apoyar a la minoría shiíta de Afganistán y seguía con atención
todo lo que pudiera ocurrir en el país vecino.

Más adelante, cuando Afganistán fue ganando en importancia geopolítica como lugar
de paso de los recursos energéticos de Asia Central y el mar Caspio, se añadió otro
motivo de disputa. El paso de oleoductos y gaseoductos por Afganistán hasta Pakistán y
el océano índico diversifica las salidas de estos recursos naturales lo que favorece a la
mayoría de los países de la región pero perjudica a Rusia que pretende tener el máximo
control sobre la salida de los hidrocarburos de aquella región. Pakistán se beneficiaría
doblemente porque le facilitaría el acceso a estos recursos naturales de tanto valor
estratégico y por que obtendría beneficios económicos tanto del tránsito como del
puerto de salida.

La estabilidad de Afganistán es una condición necesaria para la construcción de dichos


oleoductos y gaseoductos, lo que hizo que, por ejemplo los Estados Unidos,
encontraran factores positivos en la unificación de Afganistán bajo el poder talibán.
Este régimen daba una mayor estabilidad a la región que la caótica situación propiciada
por los señores de la guerra. Existe por tanto una relación directa entre las condiciones
geopolíticas de la región y los intereses económicos vinculados a los recursos naturales
enclavados en la región de Asia Central.5

En el juego de influencias que se desencadenaron tras la caída del régimen talibán,


como consecuencia de la intervención de la coalición internacional liderada por los
Estados Unidos, Pakistán era el gran perdedor, este país tuvo que pagar el precio de
haber apoyado a los talibanes y, en consecuencia, tanto Rusia como Irán y la India
consiguieron que sus protegidos se hicieran con una importante porción del poder
afgano. Esta circunstancia tenía una importancia estratégica enorme, por dos razones:

5
COOLEY, A. (11 diciembre 2009),“The Afghanization of Central Asia” Eurasia
Insight,

25
primero, porque Pakistán se podía ver tentado a desestabilizar al gobierno afgano para
promover un cambio que le fuera más favorable y segundo, porque el fracaso de su
política afgana podía crear enormes tensiones en el precario equilibrio político interno
pakistaní. Una gran crisis en Pakistán podría tener consecuencias devastadoras en la
situación estratégica general de la región.

Las elecciones presidenciales de octubre de 2004 fueron favorables a los intereses


paquistaníes. Al dar como ganador a Karzai, debilitaron la posición de los líderes más
opuestos a Pakistán. No obstante, la permanente crisis afgana ha terminado minando
la precaria estabilidad política paquistaní lo que añade otro problema a la estabilidad y
la seguridad de toda la amplia región de Oriente Medio y los territorios limítrofes.

b. Resistencia Nacional Afgana y Sovietización (1980-83)

Tras la invasión soviética de Afganistán la comunidad internacional y especialmente los


Estados Unidos tomaron medidas muy limitadas: embargo de cereales, boicot a los
Juegos Olímpicos de Moscú y condena de las Naciones Unidas. La Unión Soviética
ignoró la desaprobación internacional y se preocupó de consolidar su posición en el
país. Mientras tanto la rebelión se transformó en una revolución nacional contra el
gobierno cliente de Karmal y su mentor soviético. La lucha fue creciendo en extensión
e intensidad. En la primavera de 1980 las tropas soviéticas se elevaban a más de
100.000 efectivos; a lo largo de la guerra llegaron hasta los 125.000.

En un principio, el 40 Ejército, así es como se denominó a las fuerzas militares


soviéticas al mando del Mariscal Sokolov, dominaban sólo las principales ciudades y
vías de comunicación. Los muyahidines la resistencia afgana, practicaban la guerra de
guerrillas y atacaban desde las montañas.

Los soviéticos, para reducir la presión sobre las ciudades y vías de comunicación,
respondían con ofensivas convencionales a lo largo de los valles. Los rebeldes afganos
consiguieron en ocasiones ganar el control de Herat, Kandahar y otras ciudades,
especialmente de noche. En agosto de 1980, el ejército soviético lanzó la primera
ofensiva a gran escala a lo largo del valle de Panysher persiguiendo al escurridizo líder
26
tayiko Ahmed Shah Massoud que llegó a ser el más notable de todos los generales
afganos. Una vez que la fuerza soviética se retiró, los muyahidines volvieron a tomar el
control del valle. En la región de Herat adquirió relevancia, como líder de la resistencia
Ismail Khan de origen mixto tayiko-pashtún y entre los pashtunes el más notable fue
Mawlawi Jalaludin Haqqani hoy el líder del grupo insurgente (terrorista) contra las
fuerzas internacionales y afganas.

Poco a poco las fuerzas soviéticas el Ejército afgano leal al gobierno jugó solo un papel
secundario fueron consolidando sus posiciones en las llanuras del norte fronterizas con
la Unión Soviética, en las ciudades y a lo largo de las carreteras que a modo de gran
anillo unen los centros urbanos más importantes. Con solo un 20% del país bajo su
dominio, ninguna de las 29 provincias afganas permaneció leal al gobierno de Kabul.

Las fuerzas iniciales que Moscú había enviado a Afganistán, una combinación de
unidades aerotransportadas y motorizadas, no eran las más adecuadas para aquella
guerra. Ni el alto mando esperaba encontrar la enconada resistencia que allí se
desarrolló, ni las fuerzas armadas soviéticas disponían de una doctrina de contra
insurgencia apropiada. La falta de un adecuado desarrollo doctrinal en este campo se
debió fundamentalmente a que el Ejército soviético estaba focalizado para otro tipo de
escenarios propios de la guerra fría: tanto la guerra nuclear como la lucha entre
enormes formaciones convencionales. También influyó la dificultad del pensamiento
marxista para interpretar una situación con categorías que no fueran las identidades de
clase. Hubo que esperar hasta 1983 para que las unidades del 40 Ejército desarrollaran
una doctrina adecuada a aquellas circunstancias.

Ésta se caracterizaba por la descentralización del mando y tácticas no lineales basadas


en operaciones independientes desarrolladas a nivel de brigada y batallón a lo largo de
toda la segunda fase, la resistencia afgana estaba políticamente dividida y era
militarmente débil, limitándose a las tácticas de guerrilla con armamento ligero. La
fuerza soviética, absolutamente superior en medios y capacidad de combate, al no
poder distinguir a los muyahidines de la población no combatiente, arrasó numerosos
poblados y produjo enormes matanzas entre la población civil, produciendo un éxodo

27
masivo de refugiados: en 1983 ya eran tres millones los que había en Pakistán y
probablemente otro millón y medio en Irán.

No obstante las limitaciones de orden militar que tenía el 40 Ejército, había un


problema de naturaleza estratégica más difícil de resolver. Con la intervención, la Unión
Soviética pretendía reforzar al gobierno afgano, mientras que las operaciones militares
soviéticas, debido al enorme daño a la población, desacreditaban a dicho gobierno
frente a su pueblo. De ese modo los éxitos militares difícilmente podían contribuir al
objetivo estratégico. Con su cuartel general en Peshawar, Pakistán, se fue gestando una
oposición política afgana que se vio reforzada con el flujo de refugiados.

El apoyo occidental se fue desarrollando lentamente y la CIA norteamericana sólo


empezó a enviar cargamentos de armas cuando se puso en evidencia que los soviéticos
no eran capaces de hacerse con el control del país. El Servicio de Inteligencia paquistaní
se encargó de gestionar la ayuda exterior y entrenar a los muyahidines Arabia Saudí y
otros países árabes contribuyeron con importantes aportaciones económicas a la causa
afgana. La guerra atrajo también a innumerables voluntarios de los países musulmanes
que venían a luchar junto a sus hermanos de religión. De ese modo la lucha adquirió
pronto perfiles de guerra santa para una parte de la gran comunidad islámica.

Bajo presión de Pakistán las precarias organizaciones de los refugiados y la resistencia


se organizaron en siete partidos sunís en el exilio.

Los más importantes fueron: la sociedad islámica (Yamiat-i-Islami) liderado por


Burhanudin Rabbani, más moderado y con base en la minorías étnicas de afganas y el
partido islámico (Hezb-i-Islami), de corte fundamentalista y mayoritariamente pashtún,
liderado por Gulbudin Hekmatyar.

Este último partido fue el que recibió, hasta el auge talibán en 1994, la mayor parte del
apoyo paquistaní. No obstante, Pakistán fomentó el fraccionamiento de la oposición
afgana para tener un mayor control sobre ella. Irán también impulsó la formación de
una serie de partidos shiítas de menor influencia.

28
c. La Guerra de Liberación Afgana (1983-1986)

A principios de 1983 avanzaba la sovietización de Afganistán y Moscú estaba poniendo


los cimientos para una permanencia indefinida que respondía a una estrategia gradual.
Satisfechos con el grado de control alcanzado hasta ese momento, se buscó la forma de
debilitar a los muyahidines atacando sus bases en el interior del país o las zonas
controlados por ellos en las ciudades por medio de campañas de bombardeo aéreo.
También se llevaron a cabo ofensivas terrestres como en los años anteriores.6

Gracias al apoyo exterior, progresivamente mejor organizado, la resistencia afgana hizo


importantes progresos militares tanto en el combate como en la organización. El
empleo de armamento más pesado, lanzacohetes de 102 y 122 milímetros y misiles SA-
7, permitió a los muyahidines operaciones más ambiciosas, adquiriendo la guerra
mayor grado de alternativa. La resistencia practicó la interdicción de las
comunicaciones, realizó ataques a las ciudades con lanzacohetes y llevó a cabo
ofensivas de pequeña escala; en 1985 los muyahidines llegaron incluso a presentar
batalla en términos convencionales por primera vez en la guerra.

Los soviéticos respondieron con campañas de bombardeo más intensas que tenían por
objeto despoblar determinadas áreas donde la resistencia tenía su retaguardia. El
número de los refugiados y desplazados creció considerablemente. Al mismo tiempo,
como una mejor organización militar de la resistencia también suponía una mayor
dependencia de las líneas de comunicaciones que desde el exterior aportaban los
recursos de combate, los soviéticos desarrollaron nuevas tácticas con tropas
aerotransportadas y de operaciones especiales dirigidas a interceptar la llegada de
dichos recursos. No obstante, en 1986 la moral y la disciplina de sus tropas había
decaído y a pesar del enorme desgaste que habían sufrido las fuerzas de la resistencia,
las perspectivas de éxito ya no eran tan claras como tres años antes.

En el ámbito internacional tuvieron lugar repetidas rondas de conversaciones en


Ginebra, pero el factor más significativo para la evolución del conflicto, tuvo lugar en la

6
MOJUMDAR, A. (16 diciembre 2009) “Afghanistan: Russia Expresses Desire To
Raise Its Profile In Kabul” Eurasia Insight
29
Unión Soviética como consecuencia de la llegada al poder de Mikhail Gorbachov en
marzo de 1985. La guerra de Afganistán lastraba la economía y empezaba a ser un
obstáculo para la nueva política exterior de apaciguamiento y apertura que éste
iniciaría al año siguiente de su nombramiento como Secretario General del Partido
Comunista soviético.

d. La Retirada Soviética (1986-1989)

A pesar de los éxitos militares del Ejército soviético y del desgaste de los muyahidines,
la duración de la guerra estaba empezando a hacer mella en la moral y la voluntad
política de continuar la lucha por parte de Moscú que ya no presentaba esa solidez e
imperturbabilidad de las décadas anteriores.

Los gastos de guerra ascendieron a 60.000 millones de rublos y las fuerzas armadas
sufrieron en total 14.000 bajas. La resistencia que se mostraba incapaz de vencer por el
camino de las armas parecía estar ganando en el terreno político. En el interior, el
pueblo apoyaba mayoritariamente su causa y en el exterior, la opinión pública estaba
claramente de su lado.

Esta última fase se inició con los mismos patrones militares e intensidad de combate
con los que había acabado la anterior. Los muyahidines no obstante, habían ido
mejorando su eficacia gracias a una nueva generación de armamento que empezaron a
recibir desde los Estados Unidos. El más importante fue el misil antiaéreo portátil
Stinger de poco peso, fácil manejo y gran eficacia, que empezó a ser suministrado a
partir de octubre de 1986 y que hizo que cualquier avión o helicóptero soviético se
encontrase amenazado a no ser que volara a gran altura. Las tropas soviéticas tuvieron
que cambiar sus tácticas y reducir el número de misiones aéreas disminuyendo de ese
modo la eficacia de los bombardeos y la actividad de las tropas helitransportadas. Los
helicópteros artillados que se habían mostrado tan eficaces para combatir en todo tipo
de terrenos tuvieron que ser empleados con mucha mayor precaución.

30
El dominio del aire, que había sido la base de los éxitos soviéticos tanto para las
campañas de bombardeos como para reaccionar rápidamente ante los fugaces ataques
de la resistencia o para alcanzar sus líneas de abastecimiento en los parajes más
recónditos, quedó gravemente limitado. Aunque los esfuerzos militares soviéticos
mantuvieron o incluso aumentaron su intensidad ante la perspectiva de un futuro
repliegue, éstos ya no tuvieron la eficacia de antaño.

Gorbachov presionó a los generales soviéticos y al gobierno aliado afgano para que se
encontrara una salida a la guerra. La dirección política de Moscú, cansada de la
inoperancia de Karmal, intentó reconducir la situación poniendo a Dr. Nayibuláh, un
hombre enérgico y hasta entonces jefe de servicios secretos afgano, a la cabeza del
gobierno afgano. Este moderó su posición política distanciándose de los estrictos
planteamientos de la ideología comunista e intentó sin éxito formar un gobierno de
reconciliación nacional.

El acercamiento soviético-norteamericano en 1987 supuso una mayor presión para la


resolución del conflicto. Las conversaciones de Ginebra se intensificaron alcanzándose
el acuerdo de 14 de abril de 1988 por el que los soviéticos se comprometían a retirar
sus tropas de Afganistán en nueve meses. Aunque los combates se mantuvieron con
toda su intensidad durante aquel año, el 15 de febrero de 1989 se completó la retirada
soviética.

e. El Gobierno Islámico de los Mujahedin

La guerra no acabó con la retirada soviética, simplemente se transformó en una guerra


civil contra el gobierno de Nayibulá. La situación parecía muy desfavorable a dicho
gobierno con las ciudades de Kandahar y Kunar amenazadas y una gran presión en las
provincias fronterizas del este. En marzo de 1989 los muyahidines realizaron una
ofensiva conjunta contra Yalalabad para abrir la ruta hacia Kabul y dotar a la oposición
de una capital simbólica en el país. Las fuerzas del gobierno opusieron una tenaz
resistencia y las desorganizadas fuerzas de los rebeldes, insuficientemente preparadas
para la guerra convencional, fracasaron después de tres meses de sitio. El resto del año
31
continuó sin progresos significativos por parte de los rebeldes. El fracaso de las fuerzas
de oposición se debió principalmente a que los soviéticos continuaron apoyando
encubiertamente a su antiguo aliado y a la continua falta de unidad entre las distintas
facciones de la resistencia, pero también a la capacidad de resistencia del gobierno de
Nayibulá y a la drástica reducción del apoyo norteamericano a los muyahidines.

La ayuda aportada por los soviéticos se estima en un valor económico de unos 300
millones de dólares al mes, mientras que la norteamericana no llegaba a los 50
millones. A esto hay que sumar los miles de técnicos y asesores militares soviéticos que
permanecieron en el país y el apoyo aéreo que continuaba llegando desde bases en
Asia Central. Mientras los países occidentales iban perdiendo el interés por la causa
afgana los soviéticos llevaron a cabo una hábil campaña de propaganda que culpaba a
los Estados Unidos y sus aliados de la continuación de la guerra. Al preparar la retirada
soviética, los servicios secretos habían intensificado sus esfuerzos para debilitar el
apoyo paquistaní a los muyahidines.

En abril de 1988, habían hecho explosionar en Rawelpindi el masivo depósito de


material militar procedente de la CIA y en agosto fue asesinado el presidente de
Pakistán, Zia ul-Haq, eliminando al mayor apoyo con que contaban los muyahidines en
el país. La oposición al gobierno de Kabul intentó presentar un frente político unido
formando, en febrero de 1989, un Gobierno Afgano Interino. Éste nunca llegó a ser una
realidad eficaz debido a las disputas entre los partidos sunitas con sede en Peshawar y
a la exclusión tanto de los partidos shiítas como de los principales líderes de la
resistencia dentro del país. A finales de ese mismo año se dividió en dos por los
enfrentamientos violentos entre Hekmatyar y Massoud. Las diferencias entre
tradicionalistas, islamistas y partidos shiítas se superponían a las divisiones étnicas y
lingüísticas. La situación propiciaba las rivalidades entre Pakistán, Arabia Saudí e Irán
por el control del futuro Afganistán.

En 1990, Nayibulá hizo gestos conciliadores, realizó numeroso viajes diplomáticos e


impulsó varias iniciativas de paz. Todas fueron rechazadas por la resistencia. 1991, más
allá de algunas victorias militares de la oposición como la de Khost, estuvo
condicionado por la profunda crisis de la Unión Soviética. Tras el intento de golpe de

32
Estado de agosto contra Gorbachov, en septiembre, las dos superpotencias acordaron
suprimir toda ayuda militar a las partes para principios de 1992. El 25 de diciembre de
1991, Gorbachov dimitió y el gobierno de Nayibulá se encontró en una situación crítica,
cuando, en febrero del siguiente año, el jefe uzbeko de la milicia del norte, Abdul
Rashid Dostum, se sublevó contra el gobierno. Nayibulá aceptó el plan de la ONU que
proponía la formación de un Gobierno Multipartidista Interino y dejó el poder.

Mientras Afganistán vivía momentos históricos de gran trascendencia el mundo se fue


olvidando de este país. La realidad internacional se estaba transformando a una
velocidad vertiginosa: la caída del Muro de Berlín, la Guerra del Golfo, la desintegración
de la Unión Soviética, todos aquellos sucesos requerían una enorme atención por parte
de gobiernos y Organizaciones Internacionales. En aquel país, no obstante, la guerra
continuaba. Los muyahidines aprovecharon la caída del gobierno de Nayibulá, en abril
de 1992, y tomaron la capital del país (Kabul) sin apenas encontrar resistencia. Se
formó un gobierno interino de amplia representación en el que el ejecutivo debía rotar
entre los diferentes grupos políticos. Tras dos meses, el poder pasó a manos del tayiko
Burhanudin Rabbani ahora el líder de La Conciliación y Paz con los talibanes y
insurgentes, Burhanudin Rabbani también el líder del partido moderado Yamiat-i-Islami
en aquel tiempo debía ceder el ejecutivo en octubre a un nuevo gobierno permanente
salido de un proceso electoral.

No obstante, Rabbani permaneció en el poder con el apoyo de su propio partido y de


las otras minorías étnicas. Se trataba de la primera vez que el predominio secular de los
pashtunes había sido reemplazado por una coalición de las minorías étnicas afganas.
De hecho, la guerra había producido una transformación en la relación entre las etnias
del país. Por una parte, la etnia pashtún había sufrido las mayores calamidades y el
mayor descenso de población, por otra, tayikos y hazaras habían asumido una enorme
responsabilidad en la lucha, adquiriendo con ello también una mayor conciencia
política, y no deseaban volver con la paz a la posición subordinada de antaño.

33
f. La Guerra Civil: La Fragmentación de Afganistán (1989-1992)
El pashtún Gulbudin Hekmatyar, principal rival de Rabbani, líder del partido radical
Hezb-i-Islami, rechazó ese gobierno. La situación se intentó resolver con un nuevo
acuerdo entre Rabbani y Hekmatyar que además dejó fuera del poder tanto al líder
uzbeco Dostum como a los gobernantes de las importantes ciudades de Herat y
Kandahar. El descontento de los excluidos del poder así como las grandes tensiones
entre los que lo ostentaban produjo una intensa violencia política. Desde el mismo
gobierno de Rabbani se impulsó una campaña de asesinatos e intimidaciones contra
grupos políticos rivales.

La capital, que se había preservado en gran parte a los destrozos en los anteriores años
de guerra, se convirtió en el principal campo de batalla. En junio de 1993, Hekmatyar,
que era el líder que contaba con el respaldo paquistaní, llegó incluso a bombardear
Kabul con fuego de cohetes y artillería. La ciudad terminó (beirutizándose). El poder
real en el país se fragmentó en manos de los señores de la guerra locales: Kabul
disputada entre Ahmad Shah Massoud el comandante de Yamiat Islami y luego
ministro de defensa del gobierno de Rabbani, Gulbudin Hekmatyar y otros líderes
menores; el poder en Kandahar estaba repartido entre leales a Hekmatyar y Sayed
Ahmed Galiani del partido Mahaz-i-Mili, Ismail Khan el líder de Herat del partido
Yamiat controlaba Herat; el uzbeco Dostum tenía su capital en Mazar-i- Sharif y
gobernaba desde allí una extensa zona del norte del país; en Yalalabad y la carretera de
Kabul imponía su autoridad Hayi Abdul Qadir; la estratégica ciudad de Kunduz se la
disputaban Ahmad Shah Massoud y Abdul Rashid Dostum. Los señores de la guerra se
financiaban mediante la explotación de los recursos locales, la extorsión a la población
y el cobro de peajes a los contrabandistas que atravesaban sus dominios, recurriendo,
en algunos casos, también al cultivo y tráfico de opio. Si bien, este periodo puede
considerarse el más caótico de todos, desde el punto de vista de la mortandad y la
destrucción, con excepción de la capital, fue muy inferior a los demás años de guerra.

La combinación Rabbani el líder de Yamiat Islami- Ahamd Shah Massoud el


comandante militar, por una parte, y Gulbudin Hekmatyar, por otra, representaron el
enfrentamiento permanente de ese periodo, los demás líderes formaron alianzas, con

34
unos y otros, según las circunstancias. Ninguna iniciativa de pacificación o acuerdo tuvo
éxito. Ante la fragmentación y la violencia continua, el fracaso de Hekmatyar planteaba
a la dirección paquistaní la necesidad de buscar una solución alternativa para conseguir
su objetivo de abrir la ruta terrestre para comerciar con los países de Asia central y
tener acceso a los recursos energéticos, recién descubiertos y aún sin explotar. Pakistán
es la salida marítima natural para el crudo y el gas de la región y la guerra civil
imposibilitaba el paso necesario a través de Afganistán. El movimiento talibán fue la
nueva apuesta paquistaní a partir del verano de 1994.

g. El Talibán y su Movimiento

El fenómeno talibán buscadores de la verdad o estudiosos del Islam, según las distintas
traducciones– encuentra su primer fermento en las madrasas o escuelas de Qurán de
los campamentos de refugiados afganos de etnia pashtún situadas en las zonas rurales
de Pakistán próximos a la frontera afgana. Sus integrantes son jóvenes extraídos de sus
familias pobres e incultas, desarraigados de sus tribus y tradiciones y víctimas de los
horrores de la guerra. En las escuelas de Qurán recibían adoctrinamiento, educación,
alimento e instrucción militar y su dependencia de la ayuda económica exterior les
hacía vulnerables a la manipulación. En estas madrasas tuvo una gran influencia el
partido fundamentalista paquistaní Jamiat-e-Ulema Islam (JUI) de tradición Deobandí.
Esta interpretación del Islam había surgido en la India británica del siglo XIX con la
pretensión de restaurar los valores islámicos mediante la implantación de la sharia. La
corriente Deobandí defiende una visión antimoderna del Islam que rechaza toda idea
de progreso político o económico y que pretende una pureza de costumbres acorde a
la que predicaba profeta Mahoma hace catorce siglos. Entre sus características está su
concepto restrictivo radical del papel social de la mujer y su rechazo militante al
shiísmo. Las ideas Deobandís se fundieron, en las especiales circunstancias de aquellas
escuelas de Qurán, con la corriente salafí o wahabí, de influencia saudí, creando una
nueva ideología dentro del fundamentalismo islámico, nutrida del rigorismo wahabí y

35
del extremismo Deobandí, caracterizada por su negativa a aceptar compromisos con
cualquier sistema político y social del mundo exterior.7

Esta ideología formada en el exterior del país sintonizó fácilmente con el Mulá
Mohamed Omar, clérigo rural nacido en 1959 y antiguo luchador contra la ocupación
soviética, que se había enfrentado a la anarquía que reinaba en Kandahar durante el
régimen de «los señores de la guerra».

Su decisivo liderazgo al frente de una banda de muyahidines entregada al bandidaje le


revistió de una aureola de prestigio y autoridad ante un pueblo cansado de tantos
abusos. Kandahar, tenía además la importancia de ser la segunda ciudad del país y
capital de la etnia pashtún. En 1994 su fama atrajo a diversos grupos de estudiantes
que memorizan Qurán desorientados y traumatizados por la situación del país. El
ideario era muy sencillo y consistía en restaurar la paz y acabar con los señores de la
guerra reforzando el papel de la ley coránica o sharia y el carácter de estado islámico
de Afganistán. Pretendía ser un movimiento purificador más que una nueva facción
política. Este mensaje regenerador tuvo un éxito inmediato entre los jóvenes
procedentes de los campos de refugiados, desvinculados ya de las leyes tribales y de
clan que habían regido la confederación de tribus pashtunes. Este proyecto también
convenía a la mafia de camioneros contrabandistas que veían en él el instrumento para
acabar con los exorbitantes peajes exigidos por los señores de la guerra locales. El
impulso dado por el ejército paquistaní y el apoyo del partido JUI (Jamyat Ulama) fue
suficiente para situar al movimiento talibán en el primer plano de la guerra civil afgana.

7
Rashid, A. (2001), Los Talibán, Barcelona, Península

36
III. Osama Bine Laden y el Nacimiento de Al-Qaeda

Mientras se desarrollaba una despiadada guerra en Afganistán que tenía una


importancia estratégica de primer orden por la implicación de las dos superpotencias,
al otro lado de la frontera, en Pakistán, se estaban produciendo unos acontecimientos
cuyas nadie podía entonces prever. La guerra estaba sirviendo de caldo de cultivo para
una nueva amenaza que iba a manifestarse más tarde y que tendría un enorme alcance
atacando también a quienes habían contribuido a alimentar su gestación. Como ya se
ha señalado, la lucha contra el régimen comunista afgano y sus padrinos soviéticos fue
financiado principalmente por Estados Unidos y Arabia Saudí y organizada por el
Servicio de Inteligencia paquistaní creando una alianza contra natura con objetivos
distintos y en base a un enemigo común.

Peshawar se convirtió en la capital de unos banderines de enganche donde se entrenó


y adoctrinó entre 1982 y 1992 a unos 35.000 Muyahidines: combatientes procedentes
de 43 países de población musulmana. Los voluntarios que acudieron a esta lucha
procedían, por lo general, de los sectores menos moderados de sus países de origen, la
guerra contribuyó a radicalizar más sus convicciones, pero, sobre todo, a través de su
adiestramiento y participación conjunta en la lucha, este ejército de islamistas radicales
forjó entre sus miembros unos vínculos ideológicos y tácticos muy fuertes.

Se formó lo que con acierto se ha llamado (la primera brigada internacional islámica de
la era moderna). Estados Unidos se había desentendido, en exceso, del modo en que se
gestionaba la ayuda militar que proporcionaba a los muyahidines con tal de que ésta se
empleara contra el Ejército soviético. La participación de Arabia Saudí en la
organización de aquellos centros de reclutamiento favoreció la implantación de la
doctrina neosalafí, una interpretación rigorista que apela a la pureza del Islam en sus
orígenes. La guerra contra el infiel ateo, el peor de los infieles posibles para el Islam,
sintonizó perfectamente con el odio al infiel propio del salafismo. Cuando la guerra
contra los soviéticos llegó a su fin y el gran movimiento de solidaridad islámico se
quedó sin objetivo, se impuso el sector duro que proponía continuar la lucha por
medio de una deriva terrorista para alcanzar los objetivos de pureza y unidad del Islam.

37
El éxito militar alcanzado, nada menos que contra una de las superpotencias del
momento, reforzó la convicción en los ideales de este nuevo radicalismo y además de
legitimar la causa, auguraba grandes expectativas. Una vez de vuelta los combatientes
a sus naciones de procedencia, los propios países de población musulmana, como fue
el caso de Argelia, fueron las primeras víctimas con el renacer de extremismos
internos. El final de la guerra de Afganistán produjo una eclosión de guerrillas
fundamentalistas en muchos de éstos países. En las guerras donde el Islam se encontró
de alguna manera amenazado, como Bosnia, Chechenia o Cachemira, no faltaron los
«afganos», este nuevo tipo de combatiente islámico internacional Osama Bine Laden,
nacido en 1957 e hijo de una rica e influyente familia de Arabia Saudí, fue enviado por
el príncipe Turki bene Faisal, desde principios de la guerra, a Pakistán para gestionar las
contribuciones económicas saudíes de ayuda a los refugiados afganos y en apoyo a los
muyahidines.

En 1986 se estableció en Peshawar para impulsar un programa de entrenamiento y


despliegue de voluntarios árabes. La (experiencia afgana) hizo que él mismo se fuera
identificando con los principios ideológicos de aquella guerra santa. En aquellos años,
Bine Laden estableció además sólidos contactos con los servicios de inteligencia
paquistaníes (I.S.I) y con radicales islámicos de todo el mundo, llegando a formar parte
de la cúpula que dirigía aquella gran organización de reclutamiento. Allí también forjó
una estrecha relación con algunos destacados miembros de la yihad islámica egipcia
que llegarían a ser sus futuros colaboradores y lugartenientes en la red terrorista. Fue
precisamente, al tener que separarse en 1989, una vez retirada la fuerza soviética de
Afganistán, cuando Bine Laden creó Al Qaeda, que significa (la base o la norma) como
medio para mantener el contacto y coordinar acciones entre los radicales islámicos que
habían luchado juntos y retornaban a sus países de origen. Tras una época en la que,
sin perder la relación con sus viejos camaradas, se dedicó a sus negocios familiares y a
engrosar su ya cuantiosa fortuna personal, Bine Laden tuvo un virulento
enfrentamiento con algunos miembros de la familia real saudí por haber permitido
ésta, desoyendo la opinión de los ulemas, la instalación de bases militares
estadounidenses en la tierra del profeta Mohomad para combatir a otros musulmanes

38
con motivo de la primera Guerra del Golfo. Bine Laden fue privado de la nacionalidad
saudí y tuvo que buscar asilo en Sudán.

Esta circunstancia hizo que Bine Laden propusiera el odio a los Estados Unidos como
nuevo aglutinador de la comunidad islámica radical. Lo que para muchos creyentes
musulmanes suponía la profanación de los santos lugares del Islam, por la presencia en
Arabia Saudí de tropas infieles, ofrecía al movimiento fundamentalista, nacido de la
guerra de Afganistán, un objetivo al que combatir, un nuevo (Gran Satán). Los Estados
Unidos, como máximo representante de la hegemonía occidental, eran considerados
como el gran obstáculo para crear una (umma) o comunidad de creyentes que reviviera
el proceso de expansión musulmana de los siglos VII y VIII. De ese modo, Al Qaeda
recibió un nuevo impulso, revitalizando el fenómeno del radicalismo fundamentalista
de vocación terrorista que tras la desaparición del enemigo soviético había quedado
8
huérfano y un tanto disperso.

a. EL AUGE TALIBÁN 1994-98


En octubre de 1994, contando con medios militares suministrados por Pakistán, los
talibanes iniciaron sus operaciones militares en Afganistán conquistando la ciudad
fronteriza de Spin Buldak frontera con Pakistán y en noviembre se hicieron con
Kandahar provincia en el sur del país donde establecieron su capital y consolidaron su
posición en el país. Desde esta ciudad, desarrollaron una estrategia dirigida a
conquistar todo el país enfrentándose tanto a los señores de la guerra como al
gobierno de Rabbani. En una primera fase, hasta el verano de 1996, dirigiéndose según
dos ejes principales: Hacia el noreste y hacia el oeste, fueron dominando el sur este
pashtún del país, lo que les permitió convertirse en la principal fuerza militar de

8
GABRIEL PAZ, J. (Summer 2002) Definiendo el Objetivo de la Guerra: La Lucha Contra el
Fundamentalismo Islámico, Security and Defense Studies, Review, Vol. 2.

39
Afganistán. El avance del régimen talibán fue posible, en gran medida por la desunión
de sus oponentes que seguían luchando entre sí. Una vez conquistado un territorio, los
talibanes, tenían un comportamiento distinto en las ciudades y en las zonas rurales. En
las ciudades gobernaban de forma estricta imponiendo todas sus normas y
costumbres, mientras que en el campo y las poblaciones rurales su presencia era
menor y permitían que la vida siguiera en gran parte su curso normal.

Al final del verano de 1996, el ejército talibán empezó a presionar hacia la capital
Kabul mientras llevaban a cabo una inteligente operación de cerco. Manteniendo al
grueso de las fuerzas opositoras en las proximidades de Kabul, atacaron Yalalabad
provincia en el éste del país que cayó el 12 de septiembre. Desde allí se dirigieron por
la ruta de Kabul hasta Sorowbi el este de Kabul, alcanzando este estratégico punto el 24
del mismo mes. Dominando esta posición, los talibanes, mientras amenazaban la
capital desde el este, podían dirigirse por un amplio valle hasta Charikar centro de la
provincia de Parwan y aislar Kabul del resto del país. Comandante Ahmad Shah
Massoud, consciente del peligro de quedar rodeado si permanecía en la capital, se vio
obligado a abandonarla entre los días 25 y 26 de septiembre dirigiéndose al valle del
Panshir en norte Parwan.

En el oeste del país los talibanes conquistaron Herat. Tras los éxitos talibanes de
septiembre de 1996, quedaban tres centros de poder fuera del control de los talibanes:
El noreste montañoso a donde se había retirado Comandante Ahamd Shah Massoud
tras tener que abandonar Kabul, la región central de etnia hazara donde el líder shiíta
Muhamad Karem Khalili seguía oponiéndose y la región del norte con capital en Mazar
-e- Sharif donde Dostum tenía su feudo. La necesidad hizo que estos líderes formaran
una nueva alianza llamada Frente de Unidad Nacional Islámica para la Salvación de
Afganistán coloquialmente conocida como Alianza del Norte.

En 1997 y 1988, los mayores avances los consiguió el régimen talibán en el norte del
país tomando como bases de partida de sus ofensivas la ciudad de Herat. Dostum no
pudo contener las sucesivas embestidas. Las ciudades de Sheberghán y Mazar-e-Sharif
centro de la provincia Balkh cayeron en julio de 1998 y Kunduz en el mes de agosto. La
captura de estas ciudades fue seguida de grandes masacres y el asesinato de 9

40
diplomáticos iraníes. Irán reaccionó desplegando fuerzas a lo largo de su frontera con
Afganistán.

En la región noreste del país los frentes estuvieron activos si bien con desplazamientos
poco significativos. Reiteradas veces los talibanes se dirigieron a lo largo del valle de
Shomali norte de Kabul, junto a Kabul, contra las fuerzas de Comandante Massoud,
llegando incluso a destruir todo a su paso en la ofensiva de enero de 1997 y agosto de
1999. No obstante, el comandante tayiko supo contrarrestar la superioridad numérica y
de material militar de su adversario y se mantuvo firme en sus reductos montañosos.
En la región central hubo más alternativas. Para conseguir conquistar este territorio de
etnia hazara los talibanes combinaron un bloqueo para evitar la llegada de alimentos
con ataques con el fin de debilitar la capacidad militar del adversario. Después de
muchos esfuerzos y enconada lucha el 13 de septiembre de 1998 Bamian cayó en sus
manos. Esta ciudad fue reconquistada en dos ocasiones por fuerzas de la Alianza del
Norte, abril de 1999 y febrero de 2001. Una vez dominado el territorio, el odio talibán
hacia los shiítas hizo que en la persecución de los grupos de oposición fueran
especialmente crueles e implacables.

Desde la toma de Kabul y como consecuencia de su falta de consideración hacia los


derechos humanos, especialmente en el trato a las mujeres, los talibanes empezaron a
atraer la atención internacional. Esta situación hizo que el régimen talibán no obtuviese
el reconocimiento internacional con el solo respaldo de Pakistán y Arabia Saudí. El
gobierno de Rabbani, que sí seguía contando con reconocimiento internacional a pesar
de lo reducido del territorio que dominaba, tenía un fuerte apoyo diplomático de Irán,
Rusia y la India.

El caso de Estados Unidos era de una cierta indefinición. Por aquel entonces
Washington estaba interesado en que la empresa Unocal participara en la construcción
de un gaseoducto a través de Afganistán. La posición oficial estadounidense sobre el
conflicto era no apoyar a ninguno de los bandos y proceder a un embargo internacional
de armas a todas las facciones para forzar una solución negociada. Los servicios
secretos, por su parte, veían con simpatía a los talibanes por su postura antiiraní y
porque su colaboración era necesaria para permitir el paso del gaseoducto.

41
Las Naciones Unidas encontraron enormes dificultades para tratar con el régimen
talibán que no tenía reparo en bloquear la ayuda internacional o bombardear el
aeropuerto de Bamian mientras un avión de dicha organización internacional se
encontraba en sus pistas. El episodio que tuvo mayor resonancia de la actitud hostil de
los talibanes hacia el resto del mundo fue la destrucción de las enormes estatuas de
Buda de los siglos III y IV talladas en la roca junto a la ciudad de Bamian donde los dos
Budas gigantes de Bamian, esculpidos en arenisca durante los siglos III y IV, y situados a
unos 130 kilómetros de Kabul, fueron destruidos utilizando para ello poderosos
explosivos y pólvora. La destrucción había sido decretada días antes, pero se había
suspendido con motivo de la Eid al-Adh que es la fiesta islámica del sacrificio del
cordero. Para evitar su destrucción se reunieron el secretario general de la ONU, Kofi
Annan y el ministro de Asuntos Exteriores talibán, Wakil Ahmad Muttawakil; pero la
reunión acabó en fracaso y tampoco surtieron efecto las presiones diplomáticas ni
petición de la UNESCO. El día 9 de marzo de 2001 se destruyeron los Budas de Bamian,
los más grandes del mundo de 55 y 36,5 metros de altura, respectivamente. En
cualquier caso, el mayor de sus errores fue dar cobijo a una red terrorista.

b. Los talibanes y Al-Qaeda

Osama Bine Laden buscó asilo en Sudán donde estrechó aún más sus relaciones con el
mundo radical islámico, definiendo nuevos objetivos y modos de acción para la red que
había creado al salir de Afganistán. Desde allí, impulsó ataques terroristas por todo el
mundo y mantuvo también contactos y proporcionó armas a las fuerzas rebeldes que
se oponían a la presencia internacional en Somalia.

La experiencia somalí convenció a Bine Laden de que era posible quebrar la moral de
los EE.UU, reafirmando su convicción de que este país debía ser el principal objetivo a
batir en la lucha del panislamismo radical. Su relación con el atentado, en parte fallido,
contra el World Trade Center de Nueva York, en 1993, hizo que las presiones
42
internacionales y el acoso de los servicios de inteligencia le obligaran en 1996 a
abandonar Sudán y dirigirse a Afganistán.

Una vez de vuelta en este país, los servicios de inteligencia paquistaníes le pusieron en
contacto con el Mulá Omar. Entre ambos se estableció una estrecha alianza: el régimen
talibán ofrecía hospitalidad a Bine Laden y su red terrorista y éste a cambio hacía
importantes contribuciones económicas al ejército talibán. Con el tiempo, Al-Qaeda
aportaría, además, combatientes bien entrenados y motivados en la lucha contra la
Alianza del Norte, y Afganistán se convirtió en el santuario donde entrenar a sus
terroristas y planear sus operaciones. Al contar con una base segura donde no podían
alcanzarle, Bine Laden se convirtió en el mecenas más importante del terrorismo
radical islámico en el mundo, fomentando una escalada en la magnitud y el alcance de
los ataques. En agosto de 1996, tras su llegada a Afganistán, ya había lanzado su
primera declaración de Yihad contra los Estados Unidos y, a través de su red, llegó a
mantener hasta 28 campamentos de entrenamiento para militantes islámicos en
Afganistán, Egipto, Sudán y Yemen.

El régimen talibán que en su origen no era hostil a occidente y cuya lucha carecía de
objetivos más allá de las fronteras afganas, empezó a modificar sus planteamientos
internacionales por influencia de Bine Laden. Éste empezó a pesar cada vez más en los
círculos próximos al Mulá Omar, predicando tanto la enemistad hacia el mundo
occidental y su potencia hegemónica, los Estados Unidos, como la necesidad de
exportar el fundamentalismo talibán a los países próximos. La radicalización progresiva
del régimen talibán se vio favorecida, a su vez, por su falta de reconocimiento
internacional.

En agosto de 1998, Bine Laden se convirtió en el enemigo número uno de los Estados
Unidos al ser considerado responsable de los ataques contra las embajadas de
norteamericanas de Kenia y Tanzania. Dos semanas después el presidente Clinton
respondió ordenando que se atacara con misiles de crucero Tomahawk los campos de
entrenamiento terroristas cercanos a Yalalabad.9

9
GABRIEL PAZ, J. (Summer 2002) Definiendo el Objetivo de la Guerra: La Lucha Contra Fundamentalismo Islámico Security and
43
El ataque mató a unos pocos militantes radicales, pero el propio Bine Laden salió ileso,
lo que reforzó su popularidad dentro del mundo fundamentalista islámico. La respuesta
norteamericana resultó ineficaz. En el año 2001, Al Qaeda había incrementado el
número de sus campamentos de refugiados en Afganistán donde recibía a reclutas de
escuelas de Qurán y grupos radicales de todo el mundo y en algunas de sus
instalaciones se desarrollaban programas que tenían por objeto la obtención de armas
de destrucción masiva. A todo ello había que añadir el hecho de que ya contaba con
células de su red terrorista en más de cincuenta países, muchos de ellos occidentales.

La administración estadounidense era muy consciente de la importancia y naturaleza


de la nueva amenaza emergente, pero carecía de una estrategia de respuesta adecuada
más allá de las medidas diplomáticas y económicas dirigidas a aislar al régimen talibán.
Los Estados Unidos intentaron también acosar a Bine Laden por medio de su aliado
saudí y de Pakistán que presionaron al régimen talibán para que lo entregaran. El Mulá
Omar alegó como respuesta en ambos casos que entregar a Bine Laden contrariaba la
tradicional hospitalidad pashtún.

El gran talón de Aquiles de la superpotencia era la dificultad de transmitir a su


ciudadanía y a la comunidad internacional, en un momento histórico tan confuso y
acelerado, tanto la percepción de la amenaza como la necesidad de una estrategia de
respuesta. Es necesario recordar que en la campaña para la elección del presidente
George W. Bush, el partido republicano proponía una retirada de los Estados Unidos
hacia posiciones menos intervencionistas en materia de seguridad internacional.

Defense Studies, Review, Vol. 2.

44
IV. AFGANISTÁN TRAS EL 11-S

a. La Intervención de la Comunidad Internacional


A través de los Informes sobre el Afganistán presentados por los distintos Secretarios
Generales de las Naciones Unidas, que hemos seleccionados como más característicos,
podemos objetivar la compleja realidad en la que se encuentra sumido el país y nos
permiten esbozar un análisis de la situación que presenta la ventaja de darnos una
perspectiva distinta, pero no distante, siguiendo un hilo cronológico de interpretación
del proceso de reconstrucción afgano después de la caída de los talibanes.

Una vez derrotado el régimen talibán y puesto en marcha el proceso de


restablecimiento y reconstrucción de Afganistán y una vez celebrada la Conferencia de
Bonn (Alemania) con el fin de restablecer las instituciones permanentes de gobierno en
noviembre-diciembre de 2001, el Secretario General, a la sazón, el Sr. Kofi Annan,
presenta un Informe el 18 de marzo de 2002 sobre La situación en el Afganistán y sus
consecuencias para la paz y la seguridad internacionales (10) en el que, en sus
Observaciones, señala claramente y sin ningún tapujo que la sociedad del Afganistán es
una sociedad convulsionad el Afganistán es y posiblemente siga siendo un país
desesperadamente pobre lo que ya nos está marcando el sesgo del conflicto.

La cuestión es que los participantes en la Conferencia de Bonn han encomendado a los


dirigentes afganos y a sus ciudadanos una misión compleja para que, en un plazo de
aproximadamente tres años, intenten cerrar las heridas de más de veintitrés años de
guerra. Ante una misión de tanta responsabilidad se hacía necesario fijar objetivos
realistas y factibles de ser alcanzados.

Se debe, sin embargo, reconocer el esfuerzo que se ha ido realizando por parte del
Gobierno afgano y muy pocos podrían haberse imaginado en octubre de 2001 que a la

10- Informe del Secretario General de las Naciones Unidas, La situación en el Afganistán y sus
consecuencias para la paz y la seguridad internacionales, A/56/875-S/2002/278 de 18.3.2002, presentado
a la Asamblea General (quincuagésimo sexto periodo de sesiones, tema 43 del Programa) y al Consejo
de Seguridad (quincuagésimo séptimo año).

45
caída del régimen talibán seguiría, tan pronto, la instalación de una Administración
Provisional reconocida internacionalmente (11).

Pese a la destrucción de las infraestructuras y al hecho de que su población ha sido


asolada durante casi un cuarto siglo de guerra parece deducirse que los afganos de
todos los sectores de actividad se encuentran decididos a asumir su responsabilidad en
la reconstrucción del país, pero con la ineludible asistencia material y financiera de la
Comunidad internacional para poder cumplir con su cometido.

Por ello, el Secretario General, en el citado Informe de marzo de 2002, hace un


llamamiento a la necesidad de que se convoque, cuanto antes, la Loya Yirga de
emergencia que no debía retrasarse más allá de junio de 2002, según lo dispuesto en el
Acuerdo de Bonn, y que representaría un hito crucial en el proceso de paz. Ya que si la
Loya Yirga de emergencia puede convocarse con éxito según lo programado, decía
entonces el Sr. Annan, y si se logra instalar pacíficamente la Administración de
Transición seleccionada por la Loya Yirga y ésta es aceptada por todo el país, se
reducirá en gran medida el riesgo de que se reanude la guerra. No obstante, hemos
podido observar que ya entonces se consideraba que el proceso de paz seguía en
peligro, pues como señala el Informe, la serie de conflictos entre las fuerzas de
coalición y las fuerzas de Al-Qaeda y los talibanes de la región sudoriental plantea
diversas interrogantes fundamentales sobre el número de miembros de Al-Qaida y de
talibanes que se encuentran todavía en el Afganistán, cuán determinados están a
seguir luchando una batalla perdida, quiénes los ayudan y por qué, dónde se
encuentran las personas que salieron del Afganistán y cuántas son, cuáles son sus
planes y, lo que viene más al caso en el contexto del presente Informe, qué amenaza
representan para el proceso de paz los miembros de Al-Qaida que siguen en el
Afganistán y sus simpatizantes. Se agrega, también, que lamentablemente, los peligros
para el proceso de paz no provienen únicamente de los grupos terroristas. Como

11 -El Informe, Ibid. marzo, 2002, Observaciones agrega que en menos de tres meses de existencia
(la Administración Provisional) sus ministros se reúnen periódicamente a examinar cuestiones y adoptar
decisiones y, bajo la dirección del Presidente Karzai, representan hábilmente al Afganistán en el ámbito
internacional.

46
consecuencia de varios decenios de guerra, persisten la suspicacia y la desconfianza
mutuas entre antiguos rivales. Es preciso que todos comprendan que la única opción
en el Afganistán nuevo es realizar una labor paciente y tolerante para crear confianza
mutua, a fin de que se resuelvan todas las controversias mediante la contemporización
y otros medios pacíficos.

En el texto del Informe, de 2002, nos llama la atención la indicación de que los
insurgentes están librando una batalla perdida y qué anacrónicas resultan si las
comparamos con las recientes declaraciones, en 2008, del general británico Mark
Carlenton-Smith de «no vamos a ganar esta guerra» (12).

El Informe, insiste en que la cuestión de la seguridad es clave ya que es y seguirá siendo


el requisito fundamental para proteger el proceso de paz y se trata de una labor que
requiere un esfuerzo importante, no sólo por parte de la Fuerza Internacional de
Asistencia para la Seguridad (ISAF) sino, también, por parte de las fuerzas armadas y de
la policía civil del país, ya que si no se dispone de mecanismo de seguridad nacional
fiable a corto plazo y más adelante, todo lo que se haya alcanzado hasta la fecha se
perderá rápidamente.

Sólo unos meses más tarde, en julio de 2002, el Sr. Kofi Annan, vuelve a presentar un
subsiguiente Informe a la Asamblea General y al Consejo de Seguridad sobre la misma
temática que el anterior93 en el que resalta la importancia de que la Loya Jirga de
emergencia se haya celebrado sin incidentes importantes, más allá de los problemas en
la presentación de candidaturas y selección de los delegados y ciertos casos de
intimidación, pero que, finalmente, haya logrado elegir al Jefe del Estado y aprobado
las estructuras y composición del Gobierno de Transición, aunque, sin embargo, el
aumento de la inseguridad sigue siendo un motivo importante de preocupación.

En efecto, el proceso de paz iniciado en el Acuerdo de Bonn sigue avanzando, aunque


lentamente, pues no hay que olvidar que el proceso de Bonn consiste simplemente en
eso, en un proceso, y será un proceso largo e insiste en la idea, por otra parte muy
certera y de algún modo determinante sobre la evolución del conflicto en el futuro, de

12- The Times, 5 de octubre de 2008.

47
que tampoco hay que olvidar que la caída de los talibanes sólo puso fin a la lucha en
gran escala entre grandes formaciones militares. Las demás formaciones no han sido
disueltas ni desarmadas ni tampoco han sido integradas en ningún tipo de estructura
nacional.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que los propios talibanes no se dieron
oficialmente por vencidos y aunque, puede que se los haya debilitado
considerablemente y, a los que quedaron, la fuerza de coalición liderada por los
Estados Unidos se ocupó de contenerlos, no obstante, siguen presentes junto a los
restos de Al-Qaeda (13). Según su Secretario General, las Naciones Unidas han
cumplido su mandato con respecto a la Loya Yirga, pero admite que su función y su
responsabilidad no terminan ahí y que, en los meses venideros, el sistema de la
Organización y la Comunidad internacional, de conformidad con su mandato, deben
hacer todo lo posible por ayudar al Presidente Karzai y a su Gobierno. Sin duda, la
principal tarea que quedaba por realizar era el establecimiento de una Comisión
Constitucional para la redacción de la nueva Constitución y la convocatoria de una Loya
Yirga constitucional, así como los preparativos para las elecciones generales. El Sr.
Annan, vuelve a manifestar su preocupación por la falta de seguridad que sigue
habiendo en muchas partes del país lo que genera el riesgo de que (no se avance, e
incluso se retroceda, en el frente político) ya que hasta que no se haya formado un
ejército nacional y a falta de una presencia de la Fuerza Internacional de Asistencia
para la Seguridad fuera de Kabul, resultará difícil eliminar ese clima de inseguridad.

Para que el proceso de paz pueda tener éxito, en medio de tantas complicaciones y
dificultades, es necesario que se refuercen las actividades de carácter humanitario y
que las aportaciones de la Comunidad internacional no se debiliten. Hay que tener en
cuenta que frente a las agresiones sufridas por muchas organizaciones humanitarias,
los donantes se manifiestan reticentes a continuar con las ayudas y, así, desde que se
lanzó la Alerta de las Naciones Unidas a los donantes en octubre de 2001, la
financiación ha seguido una pauta muy desigual y a mediados de abril de 2002 las

13- Ibid, julio 2002, Observaciones.

48
ayudas disminuyeron considerablemente. El Secretario General, indicaba con
preocupación, que esta reducción de los desembolsos de los donantes ha ocasionado
trastornos potencialmente graves en la ejecución de los programas con los que se
atienden las necesidades más urgentes en todo el país, en especial los programas que
apoyan el regreso de los refugiados y los desplazados internos.

De todos modos, con el fin de cumplir su mandato y justificar la confianza depositada


por el pueblo afgano en las Naciones Unidas, la Misión de Asistencia (United Nations
Assistence Misión in Afganistán/ UNAMA), manifiesta el Sr. Annan, tiene la intención de
proseguir con su programa de los fondos y bienes de las Naciones Unidas en la zona.
Además, se compromete a seguir buscando medios de cooperación con el Gobierno de
Transición, con la intención de realizar la transferencia final de todos los programas a
un Gobierno afgano competente, con el apoyo permanente de la Comunidad
internacional y con el propósito de asegurar que se puedan llevar a cabo, con
suficientes recursos, las operaciones de socorro, recuperación y reconstrucción de un
modo coordinado y en tiempo oportuno.

Agrega, que a medida que avance el proceso de paz van a surgir nuevos problemas y
puede incluso que haya retrocesos, de ahí la importancia de que el Presidente Karzai y
su equipo, junto con el pueblo de Afganistán y la Comunidad internacional, tengan que
seguir colaborando en todos los frentes, ya sea el político, el de seguridad, el
monetario o el de recuperación; con paciencia y determinación, sin dejarse llevar por
los extremos de la autocomplacencia o el pánico, pues de lo contrario no se
consolidará la paz ni se logrará la estabilidad tan deseada.

No hubo que esperar mucho tiempo para que el Secretario General de las Naciones
Unidas, en apenas tres meses, elaborase un nuevo Informe dentro de la misma línea de
los dos anteriores, justamente cuando se aproximaba la fecha del primer aniversario de
la firma del Acuerdo de Bonn. En este nuevo Informe vuelve a insistir sobre la idea de
que el entorno político es problemático y sobre el empeoramiento de las condiciones
de seguridad, ya que los adversarios del proceso de paz no han renunciado al uso de la
violencia como instrumento para desestabilizar al Gobierno. Para estas fechas, ya
estaba funcionando el Gobierno de Transición como una nueva etapa de las necesarias

49
que debía ir cumpliendo y cubriendo el proceso de consolidación de la paz y de
reconstrucción del país. En efecto, la enorme tarea de la reconstrucción suponía una
dura carga para esta nueva Administración, para lo cual, se hacía necesario que el
Gobierno afgano aumentara su eficacia a nivel nacional y subnacional. Por ello, había
que acelerar la creación de capacidad gubernamental con el fin de lograr la aplicación
de programas subnacionales eficaces y adaptados a las necesidades de las distintas
provincias y alcanzar, con el apoyo de las Naciones Unidas y de los otros socios, un
papel cada vez más destacado en la coordinación de la asistencia.

Sin embargo, no se ha logrado controlar los abusos de los caudillos locales que han ido
resurgiendo, tras la caída de los talibanes, al abrigo de la desorganización que se vive
en importantes zonas del país y que intentan aprovechar la frustración popular, por el
lento ritmo de la reconstrucción y el aumento de la inseguridad, lo que indirectamente
está favoreciendo la reorganización de los grupos insurgentes talibanes, Recordemos
que como consecuencia del derrumbamiento del orden público, entre 1992 y 1995, en
Afganistán, se vieron fortalecidos los argumentos y las argucias de los talibanes y
fueron un factor decisivo de sus éxitos militares posteriores.

En este sentido, el Sr. Annan, recuerda que las milicias locales impiden que los
administradores civiles cumplan sus tareas, exigen tributos a los agricultores y
empresarios mediante la extorsión y entablan luchas entre facciones que provocan el
desplazamiento de la población local y crea un clima propicio para la violación de los
derechos humanos. De ahí, la importancia de montar fuerzas de seguridad nacionales,
tanto del ejército como de la policía, y del fortalecimiento del sistema de justicia, tan
primordial para la restauración de la ley y el orden. Se plantea la necesidad de alcanzar
un clima de consenso entre esas distintas facciones en pugna con el fin de impedir que
las divisiones existentes entre ellos vuelvan a empujar al país a la anarquía y, por el
contrario, permitan que el país se dote de unas fuerzas nacionales unificadas y eficaces.

El Informe insiste sobre la importancia de la dimensión política del programa de paz, ya


que el objetivo primordial del proceso de Bonn era el establecimiento de un gobierno
eficaz y plenamente representativo. Se debe reconocer que la Loya Yirga de
emergencia y el Gobierno de Transición lograron solucionar algunas deficiencias de la

50
Autoridad Provisional, con respecto a alcanzar una representación equitativa entre el
abanico de etnias que componen el país, sin embargo, persiste la desconfianza en
algunos sectores que se consideran desprotegidos en el marco de las estructuras en
funcionamiento.

Es dentro de esta línea de actuación donde deben realizarse los mayores esfuerzos por
parte de la Administración afgana y para ello disponen de una serie de instrumentos
que deben poner en funcionamiento con la mayor rapidez y eficacia. Aquí se enmarcan
las propuestas de creación de empleo y de nuevas oportunidades económicas, entre las
que hay que fomentar sistemas alternativos y viables para erradicación de los cultivos
de adormidera; el reasentamiento de los refugiados y de las personas desplazadas; la
desmovilización y el desarme de los ex-combatientes; el cumplimiento con los
objetivos a corto plazo del proceso de paz y, en definitiva, la reconstrucción de la
infraestructura física, económica y social de Afganistán.

Años más tarde, y con un nuevo Secretario General de las Naciones Unidas, los
problemas de la Cuestión Afgana no se han solucionado todavía y siguen presentes los
mismos retos, en algunos casos algo más diluidos, pero en otros casos recrudecidos, tal
como se presentaban en los primeros años del proceso de reconstrucción de
Afganistán.

El Sr. Ban Ki-moon, nuevo Secretario General desde 2006, presenta un Informe sobre la
situación del Afganistán y sus consecuencias para la paz y la seguridad internacionales
en el que vuelve a manifestar la misma preocupación que su antecesor, dada la
escalada de violencia que se está viviendo en el país, ya que el terrorismo y los actos de
insurgencia se han intensificado y han impedido el proceso de paz y ello significa que
en 2008 estamos todavía hablando de lo mismo que en 2002, por lo que la Cuestión
afgana corre el peligro de enquistarse.

Urge fijar un orden de prioridades que bajo el liderazgo del Gobierno afgano logre
hacer frente al desafío en materia de seguridad y alcanzar la estabilización del país,
para lo que se necesitaría realizar un esfuerzo de solución, con un enfoque común que
integre la seguridad, la gobernanza, el estado de derecho, los derechos humanos y el
desarrollo económico y social. Cuando en 2006, se alcanzó el Pacto para el Afganistán
51
en la Conferencia de Londres, se puso en marcha un plan quinquenal de asociación con
la Comunidad internacional con el fin de mejorar las condiciones de vida del pueblo
afgano, sin embargo, como señala el Informe la construcción del Estado y la
coordinación internacional han demostrado ser difíciles.

Todos los asociados en este proyecto, que pretende ser común, deberán intensificar
sus esfuerzos de conjunto y, con este criterio, la Estrategia Nacional del Desarrollo de
Afganistán sigue siendo un compromiso fundamental para alcanzar los objetivos,
venciendo los permanentes obstáculos con los que tiene que enfrentarse, que podrán
ser superados, al menos eso se espera, con la complicidad del Gobierno afgano, la
Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad, las Naciones Unidas y la
Comunidad internacional.

De ahí que, el Secretario General haya saludado con agrado, en un Comunicado


emitido por el Departamento de Información de las Naciones Unidas, la decisión del
Gobierno japonés de retomar sus actividades de apoyo a las Fuerzas internacionales en
Afganistán que con las Fuerzas de seguridad afganas, están ayudando al Gobierno
afgano a afirmar la seguridad y el desarrollo de su pueblo Informe del Secretario
General de las Naciones Unidas, La situación en el Afganistán y sus consecuencias para
la paz y la seguridad internacionales. En el Informe se apunta que el Gobierno se ha
propuesto como meta el erradicar 50.000 hectáreas dedicadas al cultivo de adormidera
y que se aplique de una manera concreta la Resolución 1735 (2006) del Consejo de
Seguridad, en la que, en el contexto de su régimen de sanciones, se pide que se
individualice a los traficantes de drogas; o, también, que durante la visita que, en
noviembre de 2007, realizó la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos humanos indicó que el acceso a los centros de detención debe ser accesible a
las inspecciones y de este modo se pueda asegurar que todas las detenciones y juicios
se hagan de una manera transparente y de conformidad con las normas
internacionales. Sin duda, se trata de un trabajo difícil, por lo cual el Sr. Ban Ki-moon
agradece, en el Informe, la labor realizada por su Representante Especial, el Sr. Tom
Koenigs, que finalizó su misión el 31 de diciembre de 2007, así como al Representante
Especial interino, Sr. Bo Asplund, y a todo el personal de la Misión, que será sucedido
por el embajador Sr. Kai Eide.
52
La Estrategia Nacional de Desarrollo del Afganistán tenía como fecha de conclusión del
programa el mes de marzo de 2008 y uno de sus principales retos se enmarcaba en las
actividades del Servicio para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza, para lo que
necesita el apoyo efectivo de los donantes, la aplicación del Pacto para el Afganistán y
la gobernanza a nivel subnacional. En este último aspecto, se ha puesto en marcha la
Dirección Independiente de Gobernanza Local que tiene como función principal el
desarrollo de sinergias a nivel de los Distritos con el propósito de aplicar los programas
de reforma de la policía, estado de derecho, disolución de los grupos armados ilegales,
lucha contra el mercado de estupefacientes y desarrollo de una gobernanza eficaz. La
Junta Internacional de Coordinación Policial, que se encuentra presidida por el
Ministerio del Interior, está desempeñando un papel importante en la determinación
de estas políticas y su coordinación la Junta Mixta de Coordinación y Supervisión ha
realizado un examen exhaustivo del desarrollo institucional del Ministerio del Interior y
ha analizado la actividad policial en las operaciones policiales propiamente dichas y en
la lucha contra la insurgencia.

Siguen pendientes una serie de temas que después de tantos años de trabajo no
encuentran la solución adecuada. Nos referimos al tema continuamente emergente del
recrudecimiento de la inseguridad, la lucha contra el tráfico de drogas y la protección
de los Derechos humanos. La lucha contra la insurgencia debe enmarcarse en el
contexto de un estado de derecho y en la persecución y reclusión de los terroristas
ante la ola de atentados suicidas que asola el país , reprueba de manera enérgica el
atentado suicida perpetrado en Kandahar que dejó un saldo de ochenta muertos y
numerosos heridos de entre la población civil, lo que es un claro ejemplo del contraste
que se vive en el Afganistán entre aquellos que atacan de manera indiscriminada y
brutal a seres inocentes y los otros que trabajan junto al Gobierno afgano, con el fin de
construir un futuro promisorio para este país, lo que nos recuerda el trabajo que
debemos continuar haciendo para erradicar el clima de violencia permanente que
reina en Afganistán.

La lucha contra la droga implica, entre otros aspectos, la reforma del Fondo Fiduciario
de Lucha contra los Estupefacientes y que el Gobierno tenga la voluntad política de
tomar medidas contra los funcionarios públicos implicados en tramas de corrupción y
53
perseguir a los traficantes y a los grandes propietarios de tierras dedicadas al cultivo de
adormidera; y, por lo que respecta a la protección de los Derecho humanos se siguen
denunciando torturas y detenciones arbitrarias.

El Sr. Ban Ki-moon, en abril de 2008, con ocasión de la Conferencia sobre el Afganistán
celebrada en Bucarest (Rumania) en su discurso de inauguración insistió en la idea de
que las Naciones Unidas se comprometían a no dejar Afganistán mientras el pueblo
afgano las necesitase y se volvió a manifestar preocupación por la situación de
inseguridad del país provocada por las inhumanas tácticas empleadas por los
insurgentes que generan en la población intimidación, miedo y vulnerabilidad y, sobre
todo, por la producción de estupefacientes, en particular del opio. Producción de la
cual Afganistán es responsable de, aproximadamente, el noventa por ciento de la
producción global y que según el Banco Mundial, la producción de opio representaba
un cuatro del total de la economía de Afganistán. Además, se denuncia que existe una
nefasta relación entre los insurgentes y el fenómeno de la droga ya que las fuerzas
antigubernamentales utilizan los territorios que se encuentran bajo su control para
desarrollar los cultivos de las opiáceas. Luchar contra este mercado implica la
responsabilidad de todos, pero que comienza por el Gobierno afgano y sigue por la
Comunidad internacional. Se debe combatir, por un lado, la corrupción interna dentro
de la misma Administración afgana y detectar dónde se producen las relaciones con las
redes de traficantes y, por otro lado, ayudar a los pequeños agricultores a buscar otras
vías de producción alternativas con el fin de no ser utilizados por los señores de la
guerra, ni por los narcotraficantes, ni por ambos.

Resulta sumamente preocupante que en mayo de 2008 se hayan producido el mayor


número de incidentes en el país desde la caída de los talibanes en 2001, dado que los
insurgentes siguen lanzando ataques asimétricos que causan innumerables víctimas
civiles. Se trata de operaciones militares cada vez más complejas y coordinadas y sirvan
como ejemplos el ataque perpetrado en abril de 2008 contra el Presidente Hamid
Karzai durante el desfile militar en Kabul que, si bien el Presidente no se vio afectado,
provocó la muerte de dos miembros del Parlamento afgano y numerosos heridos entre
los que se encontraban miembros de la policía nacional afgana El presidente afgano,
Hamid Karzai, pudo escapar con vida de un atentado perpetrado por grupos talibanes
54
durante el desfile militar por el 16º aniversario de la liberación de Kabul del sistema
procomunista. El portavoz talibán Zabihulá Mujahid reivindicó el ataque, perpetrado
con lanzamiento de misiles desde un edificio cercano, indicando que no queríamos
golpear a alguien en particular, sino demostrar al mundo que podemos golpear donde
queremos. O la operación para liberar a los reclusos de la prisión de Kandahar en junio
de 2008 Militantes del Talibán en Afganistán atacó a una cárcel en la ciudad de
Kandahar y liberaron a cientos de prisioneros, entre los que se encontraban varios
militantes del grupo radical. Wali Karzai hermano del presidente Hamid Karzai y
presidente del consejo provincial de Kandahar anunció que en la cárcel había 1.000
reclusos y que todos ellos habían escapado. De esos, se estima que unos 350 son
miembros del movimiento Talibán. Un camión cargado de explosivos detonó en la
entrada de la prisión de esa ciudad en el sur del país matando a miembros de las
fuerzas de seguridad. Luego de la explosión, al menos 40 miembros del Talibán
entraron para liberar a los reclusos. Y por la segunda vez unos 500 talibanes escaparon
de la cárcel de Kandahar en julio de 2011.

En ese mismo mes de junio de 2008, el Sr. Ban Kimoon elabora un Informe Especial
sobre las actividades de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en el Afganistán
(UNAMA), y que presenta al Consejo de Seguridad, en el que reclama una dosis de
realismo dado que indica que la medida en la que la UNAMA pueda cumplir con su
mandato dependerá del grado en el que los asociados internacionales y el Gobierno de
Afganistán apoyen el fortalecimiento de su función coordinadora y estén a la altura de
los compromisos adquiridos en la Conferencia de París, pero, incluso agrega, que
aunque la UNAMA reciba los apoyos necesarios para cumplir con su mandato harán
falta recursos considerables en términos de personal y de seguridad, para lo cual el
Secretario General apela al apoyo de todos los miembros de las Naciones Unidas con el
fin de mejorar la vida del pueblo afgano.

Otro tema que comienza a preocupar, como ya hemos señalado, pero que en estos
últimos años se ha recrudecido, es la cuestión de la protección y asistencia de los
desplazados internos. En este sentido el Secretario General ha elaborado una Nota
sobre la cuestión, y la ha remitido a los miembros de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, y que contiene un apartado dedicado a Afganistán en relación con
55
una visita realizada por el Representante del Secretario General en agosto de 2007. En
el mencionado Informe en el apartado que corresponde a las Visitas de trabajo y
actividades de seguimiento, el punto 26, dedicado a Afganistán refleja la visita realizada
del 11 al 17 de agosto de 2007, con motivo de participar en una conferencia sobre la
Protección de la población civil organizada por las Naciones Unidas. De las
conversaciones que mantiene, con el Vicepresidente, el Sr. Karim Khalili, con distintos
ministros y representantes de instituciones internacionales y organizaciones no
gubernamentales, el Representante llega a conclusiones nada halagüeñas y se declara
preocupado al constatar que se corría el riesgo de que se aumentara
considerablemente el número de desplazados como consecuencia de las operaciones
militares y los combates en el sur del país si el conflicto seguía el ritmo actual. Ya, en
otras ocasiones, la Comunidad internacional y, en particular, las organizaciones de
carácter humanitario han levantado la voz de alarma sobre una situación que resulta
cada vez más preocupante ante el desplazamiento de refugiados que comienzan a
regresar masivamente desde el Pakistán y de la República Islámica del Irán cuando,
frente al escenario de permanente conflicto se ven imposibilitados de regresar a sus
comunidades de origen y deben integrarse en otras zonas que les resultan ajenas, si
tenemos presente la territorialidad de las etnias y sus rivalidades ancestrales.

Se está detectando como un serio problema, la incapacidad de absorción de la


sociedad afgana de los miles de desplazados. El Representante, apela a que se respete
el Derecho internacional humanitario a fin de que minimizar el alcance y la duración
del problema. En particular, la obligación de respetar la básica distinción entre civiles y
combatientes y el principio de proporcionalidad, así como la de adoptar todas las
medidas de precaución necesarias.

Además, los movimientos de desplazados generan conflictos adicionales como los


relacionados con la propiedad rural y la redistribución de las tierras, para los que el
Gobierno afgano debe arbitrar soluciones duraderas que solventen la necesaria
seguridad de la población civil, generalmente acosada por los grupos insurgentes y los
señores de la guerra y la posibilidad de acceder a un techo y medios de subsistencia
sostenibles.

56
En un reciente Informe de septiembre de 2008, el Secretario General de las Naciones
Unidas realiza un (feedback) con respecto al Informe de marzo de 2008 y un análisis de
la situación actual del Afganistán que deja mucho que desear sobre las expectativas y
las esperanzas volcadas en el logro de la paz.

Sin tapujos comienza diciendo que, como consecuencia de los ataques cometidos por
elementos antigubernamentales, (la situación es más compleja que en marzo) lo que
da lugar a que el entorno humanitario se haya empeorado y a lo que debe agregarse la
gravedad de la inseguridad alimentaria.

Resulta alarmante el aumento del número de víctimas civiles no sólo como


consecuencia de las actividades de los elementos insurgentes sino, también, como
resultados accidentales de efectos colaterales de las operaciones de las fuerzas
progubernamentales.

La cuestión que se plantea el Sr. Ban Ki-moon es si, ante este evidente deterioro de la
situación en solo seis meses (de marzo a septiembre de 2008), resulta factible lograr
invertir esta tendencia negativa. Parece oportuno reconocer que las acciones políticas
realizadas hasta el momento han resultado a todas luces insuficientes y que el pueblo
afgano se encuentra desmoralizado y defraudado. Si se quiere cambiar estas tornas
deberán detectarse y determinarse cuáles han sido las actividades internacionales y
afganas que han resultado insuficientes y detectar y determinar en cuáles otras se han
obtenido resultados con el fin de cambiar la estrategia de acción en las primeras y
afianzar y acelerar los posibles progresos en las segundas, ya que, como bien señala el
Secretario General, el pueblo afgano debe poder ver y experimentar resultados y
beneficios más concretos que la asistencia humanitaria ha prometido al país, pero
además tiene que ver que la corrupción se castiga y la competencia de premia.

Este Informe resulta señero dado que se exhorta a un cambio de ritmo y de dirección
en las estrategias que se han estado aplicando hasta el momento en Afganistán e
incluso en un alarde de (real politik) indica que los compromisos contraídos en la
Conferencia de París de junio de 2008 no se podrán cumplir a corto plazo. Es en este
nuevo escenario donde el pueblo afgano tendrá que comprobar de manera rápida y
clara que se ha emprendido un nuevo camino y que pueda ver los resultados para
57
lograr recuperar la confianza en las instituciones internacionales y en su propio
Gobierno. Y señala que, aunque la Conferencia de París fue un acontecimiento
importante, debería considerarse algo más que un acontecimiento, es decir, debería
utilizarse como un instrumento para invertir las tendencias negativas, inspirar a la
población afgana y generar más confianza en la Comunidad global de amigos de
Afganistán.

La situación general de Afganistán se está deteriorando a pasos agigantados y es


menester que se opere un giro de timón en las estrategias hasta el momento utilizadas,
pues a pesar del aumento de la capacidad tanto del Ejército Nacional Afgano como de
las Fuerzas internacionales, la situación de la seguridad se ha deteriorado
notablemente. Deterioro que se ha ido produciendo en la medida en que las fuerzas
insurgentes se han desplazado de las zonas más inestables para ir, progresivamente,
acercándose a Kabul utilizando sistemas de guerra de guerrillas, atentados suicidas y
tácticas asimétricas en donde el principio de igualdad de armas deja de ser aplicable y
en donde las principales víctimas son los componentes de la población civil, como lo
demuestran las estadísticas resultantes de los crueles asesinatos perpetrados.
Lamentablemente, hay que agregar otros desatinos en las muertes de civiles como
resultado de operaciones militares llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad afganas
o las fuerzas internacionales, en particular cuando los insurgentes utilizan las zonas
pobladas para camuflarse.

Veamos algunas cifras que nos pueden dar una mayor comprensión del problema.
Durante los ocho primeros meses de 2008, la UNAMA registró un total de mil
cuatrocientos cuarenta y cinco bajas civiles, lo que representa un aumento del 39% de
las mil cuarenta bajas registradas en el mismo periodo de 2007. De estas bajas, el 55%
se atribuyó a los ataques perpetrados por elementos antigubernamentales y el 40% a
las fuerza progubernamentales, quedando un resto de un 5% debidas a factores o
agentes desconocidos. Los estudios realizados sobre estas cifras, y reflejados en el
Informe, inducen a considerar que el aumento del número de fallecidos a raíz de las
operaciones de elementos antigubernamentales pueden atribuirse, en parte, al mayor
uso de ataques asimétricos, que con frecuencia se comenten en zonas civiles
densamente pobladas ya que desde la perspectiva de los terroristas, son también sus
58
enemigos, aquellos civiles que, desde su punto de vista, están colaborando con
Gobierno, la Comunidad internacional o las fuerzas militares, para lo cual llevan a cabo
una campaña sistemática de intimidación y violencia contra los civiles afganos. Estas
amenazas, intimidaciones y hostigamiento no se queda sólo en palabras sino que la
UNAMA ha registrado y contabilizado unas ciento cuarenta y dos ejecuciones sumarias
y entre sus víctimas se encuentran médicos, maestros, estudiantes, ancianos tribales,
empleados del Gobierno civil, antiguo personal militar y de policía o trabajadores que
participan en obras de construcción de interés público.

Por lo que respecta a las bajas civiles atribuidas a las fuerzas progubernamentales, son
los ataques aéreos los que siguen provocando el mayor número de efectos colaterales.
La UNAMA, en los ocho primeros meses de 2008, ha registrado trescientas noventa y
tres bajas civiles como consecuencia de cálculos mal realizados en los supuestos
factores de precisión.

El ejemplo más notable, que generalmente se señala, ha sido el que tuvo lugar, el 22 de
agosto de 2008, en el distrito de Shindand cuando, según los Informes de las Naciones
Unidas, un ataque aéreo causó la muerte de más de noventa civiles, entre ellos, de
sesenta niños, lo que ha revitalizado el debate público sobre el uso de ataques aéreos
en zonas pobladas.

Además, en el marco de estos combates, asimétricos y desiguales, los terroristas han


tomado como objetivo bélico a las organizaciones no gubernamentales y humanitarias
generando un deterioro, si se quiere aún más profundo, que deja sin ayuda a la
población que se sitúa en las zonas más desfavorecidas. Los ataques llevados a cabo
contra los trabajadores humanitarios es una comprobación de que los insurgentes
buscan por todos los medios desestabilizar al país, sin la menor consideración del
precio que ello implique en vidas humanas solidarias e inocentes y sin el más mínimo
respeto a las consideraciones elementales de humanidad como reclaman los Convenios
de Ginebra. En este contexto, la ayuda humanitaria es otro factor en regresión y que se
deteriora de manera alarmante. Así, por ejemplo, en 2008 ha habido más de ciento
veinte ataques contra programas humanitarios y de desarrollo en los que murieron
treinta trabajadores de asistencia humanitaria y noventa y dos han sido secuestrados.

59
En Septiembre de ese mismo año, un convoy de las Naciones Unidas que transportaba
personal médico para realizar vacunaciones contra la poliomielitis, que es un mal
endémico en la zona, fue objeto de un ataque suicida por parte de los talibanes
cegando la vida de dos médicos de la Organización Mundial de la Salud y un chofer de
la UNAMA.

En este panorama, la UNAMA ha indicado que sus trabajos se ven entorpecidos ante el
avance de las fuerzas de los talibanes y que según cifras aportadas por el propio
Gobierno de Afganistán a la fecha de 2008 ya son doce los distritos que se encuentran
fuera de control y, por su parte, el Departamento de Seguridad de las Naciones Unidas
ha calificado como zonas de riesgo extremo a noventa de los cuatrocientos distritos
dado que la insurgencia está utilizando tácticas envolventes que van aislando,
progresivamente, algunas zonas en las que la situación de seguridad es menos
preocupante, pero que su acceso a ellas resulta imposible y se tornan inaccesibles para
las Naciones Unidas o para el personal del Gobierno o los agentes no militares.

Como ya hemos señalado en repetidas ocasiones la geografía y el clima del Afganistán


hacen de este país una tierra dura con temperaturas extremas y tendencia a sequías
persistentes o grandes inundaciones. Desde hace algunos años, a la inestabilidad
política y a la falta de seguridad en sus más elementales requisitos hay que agregar la
una pertinaz sequía que está generando un problema humano y social de grandes
dimensiones y que está conduciendo al país a la hambruna ante la escasez de
alimentos y el alza de sus precios que en estos momentos está afectando a la sexta
parte de la población de Afganistán.

e. Participación de la OTAN

La Alianza Atlántica ha estado al mando de la Fuerza Internacional de Asistencia


para la Seguridad (ISAF) de las Naciones Unidas. Pronto expandieron sus
operaciones al sur de Afganistán para contribuir a la estabilidad de la zona y ayudar
al Gobierno afgano a extender su autoridad. Dentro de la OTAN desde el principio había
dos niveles de presencia en Afganistán: los miembros dispuestos a combatir como
60
Estados Unidos, Holanda, Reino Unido, Canadá y los que indicaron que sus presencias
sólo era participaron en la partir de 2005, los Equipos de Reconstrucción
Provincial de la OTAN, compuestos por militares y civiles, empezaron a
trabajar en las provincias afganas.
La ISAF no es la única presencia militar en Afganistán. La principal coalición
norteamericana, “Operación Libertad Duradera” (que incluye a otros Estados miembros
de la OTAN), ya estaban luchando contra los talibanes y los grupos de Al Qaida desde
2001. La misión de la OTAN es claramente distinta y, teniendo esto en cuenta, los
aliados han acordado hacer lo necesario para asegurar que las dos misiones no se
interfieran entre sí. Los miembros y aliados de la OTAN bien saben que los desafíos
en cuestiones de seguridad en toda la región y que la violencia se ha ido
intensificando recientemente. Estas fuerzas deben afrontar esos desafíos. Los militares
de la OTAN tienen las reglas de uso de la fuerza y el equipo necesario para hacer frente
a cualquier eventual peligro que pueda correr su misión. Por ejemplo un soldado de la
OTAN no puede hacer nada a un insurgente hasta que no se vea amenazado por él.
Desde el principio, la presencia operativa de la OTAN en Afganistán se ha
complementado con diferentes tipos de asistencia técnica y asesoramiento. Este plan
responde al requerimiento del presidente KARZAI para desarrollar un marco para las
relaciones con la Organización Atlántica a largo plazo, que se concentra en
actividades para apoyar a las autoridades afganas en el desarrollo de unas fuerzas
de seguridad controladas de una manera transparente, democrática y efectiva, que
puedan brindar seguridad al país. (14)
La intervención de la OTAN en el conflicto afgano ha puesto en juego prestigio OTAN
y el de su capacitación para afrontar los nuevos retos de la sociedad internacional,
pero el futuro pasa, en primer lugar, por el compromiso de sus miembros. En este
sentido, Afganistán juega con el prestigio de la OTAN porque es un escenario de
operaciones donde se va a calibrar la efectividad de una organización que se está
adaptando a las nuevas amenazas de la sociedad internacional.
14
SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, C. “La geometría variable del poder en política exterior III, la intervención de
EE.UU. en Afganistán (2001-2003) y la guerra contra el terrorismo tras el 11-S”.

61
La Conferencia de Bonn y diseño de futuro de Afganistán
La conferencia de Bonn empezó en el 27 de noviembre de 2001 en una colina llamada,
Petersburg, que pertenece a la ciudad de Bon, la antigua capital de Alemania. En ella
participaron 25 delegados. Se llamó conferencia interpagina y se hizo todo con la
supervisión de la comunidad internacional. Se celebró bajo los auspicios de las
Naciones Unidas. La conferencia fue inaugurado por el ministro de Asuntos Exteriores
de Alemania, Joschka Fischer, quien hizo un claro llamamiento a los presentes: ¨Os pido
encarecidamente que forjéis un compromiso verdaderamente histórico que ofrezca un
futuro mejor para vuestro país y para su pueblo¨.
Así dejó claro que eran propios afganos los que tenían que llegar a un acuerdo y luego
respetarlo y aplicarlo. Pero se sucedieron las presiones a la comunidad internacional a
los delegados afganos, se oyó mucho el¨ si no hay acuerdo, no hay dinero¨. En aquel
entonces había urgencia de que de Bonn saliese lo antes un pacto posible y un
calendario para la reconstrucción política del país. Antes que nada gobierno de
transición.

a) Grupos políticos en Bonn

La Alianza del Norte.


Se presentó el Frente Unido bajo la dirección de Yunus Qanuni, quien al formar el
gabinete del gobierno acordado en Bonn fue su ministro interior. Representaba una
unión antiguos partidos de muyahidín y los comandantes de la guerra que desde la
caída de los talibán en Afganistán, tenían de nuevo el poder en sus manos. El equipo
estaba compuesto principalmente por tayikos de Panjhir, y así delegados de los demás
grupos étnicos dentro de la Alianza del Norte. Los uzbecos de Dostum, los tayikos del
oeste del país se habían representado por Ismail Khan y los chiíes o hazaras estaban
presentes, lo que causó un profundo resentimiento en estos grupos.
Así en el grupo se encontraba personajes como Abdullah Abdullah, que luego fue
ministro de Asuntos Exteriores, Yunus Qanuni, los dos hermanos más jóvenes de
Ahmad Shah Masud, miembros del servicio de inteligencia que había creado Masud.

62
El grupo de Roma
Lo dirigía Abdul Sattar Sirat y componía a la amplia clientela alrededor del rey Zahir
Shah. De los delegados ninguno había estado en Afganistán en las últimas dos décadas.
Y estaba Hamid Karzai, su miembro más conocido que acabaría convirtiéndose en el
presidente del país.

El grupo de Chipre
Lo dirigía el yerno de Gulbuddin Hekmatyar, que se llama Homayun Jarir. Tenía lazos
con Irán. Este grupo era una alianza de políticos de diferentes colores que en el pasado
se habían reunido de forma dispersa en Chipre.

El grupo de Peshawer
Se fundó de manera urgente, en noviembre de 2001. Unos partidarios de de Pir
Gailani, quien en los años ochenta había dirigido el partido muyahidín llamado Mahazii
Melli. Hace mucho tiempo fue relacionado de manera estrecha con Pakistán. La
delegación de Peshawar la formaba casi enteramente la familia de Pir Gailani.
Los tres últimos grupos, Roma, Chipre y Peshawer no tenían presencia militar en
Afganistán. Necesitaban apoyo internacional para tener su presencia política en el
futuro del país.
No había delegados pashtones del sur o de Kandahar, se sentía el temor de que de la
Conferencia de Bonn saliese un gobierno dominado por los tayikos y otros grupos
étnicos minoritarias. Lo que después mostraría como un grave problema terribles
consecuencias fue el que no estuviera en Bonn ni el señor de la guerra Hekmatyar,
refugiado en Teherán, ni los talibán., los más radicales. Pocos años después volverían a
la escena pública para combatir a la comunidad internacional y al gobierno afgano de
Karzai. Hoy, son junto a la red de Haqqni, el núcleo de la insurgencia.
Los talibán no habían aceptado la derrota. Llegar a un acuerdo en Bonn no fue la firma
de un armisticio entre vencedores y vencidos, ni un alto fuego, ni supondría la
desmovilización de fuerzas. Mucho dijeron que los talibán deberían haber estado en
Bonn y que aquello fue un pecado original.
La unión de diferentes grupos en Bonn se basaba en planteamientos políticos y las

63
cercanías familiares o en obligaciones de lealtad temporal. Hamid Karzai por ejemplo,
había sido viceministro de Asuntos Exteriores con Rabani en 1992, había apoyado a
los talibán en 1994 y desde 1996 pertenecía al grupo de Roma.
Durante la conferencia creó una crisis en el seno de la Alianza del Norte, Rabani
rechazada entregar el poder y la delegación de Alianza pidió un receso de 10 días para
poder consultar con Kabul pero las Naciones Unidas se negaron e insistieron en que
había que formar un gobierno inmediatamente.
Además de las partes, los principales donantes también estuvieron presentes en la
Conferencia de Bonn. El programa de desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), el
Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Asiático jugaron un papel muy importantes en
el diseño de un programa de reconstrucción y ayuda. Estimaron 14.600 millones de
dólares en 10 años y así 4.800 millones de dólares fue prometido para cinco años.
Desde el principio los Estados Unidos tuvo un papel dirigente en la conferencia. No
tenía en cuenta la necesidad de que otros donantes supiesen lo que quería hacer.
Tampoco mostró que EEUU actuaba de manera tranparente en proceso de decisiones.
Lo único que se entendía era de USAID, el brazo ejecutivo de Estados Unidos relativa a
cuánto se daba, con qué propósito y a lo largo de qué tiempo. Los demás no eran
accesibles (15)
Al final, llegaron a un acuerdo, llamado, Acuerdo de Bonn. Fue firmando el 5 de
diciembre de 2001. De ello nacía un nuevo Afganistán. El acuerdo de Bonn hacía
llamamiento a la formación de un gobierno amplio, y a la creación de un Banco
Central, un Tribunal Supremo, un Comisión Independiente de Derechos Humanos y una
comisión para convocar un Loya Jriga antes de julio de 2002, que decidiría la formación
de un nuevo gobierno de transición.
El acuerdo previó las elecciones presidenciales y parlamentarias. Se formaría una
comisión preparadora de nueva Constitución y un Loya Jirga para aprobarla. Hasta
llegar a hacer la nueva constitución fue restaurado la constitución de 1964. La
constitución de la monarquía de Zahir Shah.
La Alianza del Norte pudo ocupar 17 cargos del gobierno transitorio, entre ellos los más
importantes: Defensa, Interior y el de Asuntos Exteriores. También consiguieron 3 de

15
RAQUEMA, P. (2011), Afganistán, Madrid, Síntesis

64
vicepresidencias. Al grupo de Rama le dieron nueve ministerios. Al de Peshawer,
cuatro y al Chipre rehusó ocupar puesto alguno. La composición étnica de los
ministerios quedó con unce pashtunes, ocho tayikos, cinco hazaras y tres uzbecos. No
representaba nadie del sur a menos que el propio, Hamid Karzai.
El Acuerdo de Bonn diseñó una hoja de ruta para las Naciones Unidas y el gobierno de
Afganistán hasta finales de 2005, un periodo que debía permitir el establecimiento de
todas las estructuras de un estado democrático moderno, un ejército y un sistema
legal. El Acuerdo de Bonn también era un pacto ente la comunidad internacional y los
afganos a través de cual ambas partes tenían que llegar al diseñado destino.
El tema fundamental en aquel entonces era el desarme de las milicias de los
muyahidín. Lo que resolvió de forma ambigua. Se eligió como presidente transicional a
Hamid Karzai, su padre Abdul Ahad Karzai era un político afgano asesinado en exilio por
Al Qaeda en Pakistán. Karzai era pashton, de Kandahar.
En el 22 de diciembre de 2001 Karzai empezó a trabajar en Kabul. En principio para su
seguridad se colocó en Kabul, capital, la Fuerza Internacional de Asistencia para la
Seguridad (ISAF), que entonces sólo había 5.000 soldados y actuaba bajo el mando de
la ONU.

La misión de la ISAF y los PRT


Según muchos analistas, ¨La operación de Libertad Duradera¨ no fue dotado por
marco legal. Las fuerzas de la coalición dirigidas por Estados Unidos se emplearon en
operación de contrainsurgencia contra los talibán y Al Qaeda sobre todo en las
provincias del sur. El 20 diciembre de 2001, Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
aprobó por unanimidad la Resolución 1386.
En ella, se autorizaba el establecimiento, por un periodo de seis meses, una nueva
misión llamada ISAF, en apoyo al gobierno provisional de Kabul y sus alrededores. Fue
previsto en la cooperación con el gobierno de Afganistán y la lucha contra el
terrorismo, el tráfico de drogas y el crimen organizado para garantizar la seguridad y la
estabilidad del país. En los primeros años, y al principio la misión de ISAF sólo quedó
en Kabul y las provincias cercanos a Kabul, porque Estados Unidos impidió su
desarrollo.
65
En el 8 de agosto de 2003, la OTAN se responsabilizó el mando de la ISAF eso fue a
través de una resolución de Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó a la
ISAF a desplegarse fuera de la capital. Sin duda, tarde y mal. El primer despliegue fue
de 200 soldados alemanes y 40 asesores civiles en Kunduz, en el noreste. Allí se
montó un PRT (Equipo de Reconstrucción Provincial).
Desde entonces, se creó dos estructuras de mando separadas para las fuerzas
extrajeras en Afganistán. El mando conjunto OTAN-ISAF era el responsable de mantener
la paz en Kabul y otras provincias mientras que la coalición encabezada por
norteamericanos seguía encargándose de combatir contra los terroristas por medio de
la operación ¨Libertad Duradera¨.
¨Hicimos hincapié en la importancia de expandir las fuerzas de la OTAN por las
provincias para ayudar a estabilizar al país, mejorar la gobernabilidad y enviar un
mensaje contundente a los talibán. Una respuesta desganada de la OTAN solamente
habría dado a los talibán una ventaja propagandística. Algunos de los embajadores de
la OTAN estaban claramente desinteresados en aumentar el despliegue, o bien esta
posibilidad les ponía nerviosos, o bien no se tomaban en serio el resurgimiento de los
talibán¨, recuerda el escritor y analista, Ahamad Rashid que en septiembre de 2003 fue
invitado junto a otros expertos a informar a los embajadores de la OTAN en Bruselas

Todavía cuesta mucho entender este ¿por qué los países de la OTAN tenían problemas
para enviar tropas a Afganistán? Los gobiernos europeos habían conseguido en
respaldo de sus parlamentos y de sus ciudadanos a intervenir a Afganistán con la
promesa de que sus tropas iban a realizar labores pacificadores, humanitarias y de
reconstrucción. Nadie hablaba de la guerra, de muertos en combate o de luchar contra
insurgencia de talibán. Pero lo peor fue establecer limitaciones a las actuaciones de las
tropas. Estas restricciones dificultaron mucho y muy pronto a los esfuerzos de la OTAN,
que se había planteado unos objetivos muy ambiciosos. Las limitaciones suponían un
cáncer para la operatividad y efectividad de la OTAN-ISAF y una mostraba enorme
debilidad.
La expansión de las tropas de la OTAN fue llevada a cabo en cuatro fases en todo el
país. La primera fase se inició, en junio de 2004 con el despliegue de las tropas

66
alemanas en el norte. Luego se estableció el Cuartel General en Mazari Sharif. La
segunda fase se debía completar tres con el despliegue de la OTAN en Herat y la parte
occidental de Afganistán. La tercera y cuarta fase, que para sus realizaciones no se
había fijado fechas concretas, la OTAN se expandió a las provincias del sur y este del
país.
Por las restricciones y tardanzas la OTAN fue capaz de cumplir su extensión en
calendario marcado en los plazos. Lo que provocó una gran frustración en las
elecciones presidenciales de 2004. Estados Unidos ya había atacado a Irak y necesitaba
que la Alianza Atlántica asumiera más responsabilidades para poder retirar sus propias
tropas. Además, las tropas de la OTAN no fue ni todavía está autorizado a atacar a los
talibán, ni estaban autorizadas a ayudar en la erradicación del opio y en la detención de
los transportes de drogas, no podían meterse con los señores de la guerra, ni se
podían interponer para separarlos mientras luchaban entre sí por desacuerdos entre
ellos y así no podían proteger a las ONG´s, escuelas, edificios gubernamentales o
grandes proyectos de infraestructura públicas. Tampoco podían colaborar en los
programas de desarme o registros de votantes de la ONU para las elecciones y otros
programas gubernamentales.
Los cooperantes comentaba cínicamente que los primeros en adentrarse en las
regiones peligrosos eran las organizaciones humanitarias, seguidas por otras
organizaciones internacionales, y que los últimos en hacer eran los soldados de la OTAN
fuertemente armados, que tenían prohibidos proteger a ninguno de los anteriores
Estados Unidos buscaba sus propios intereses estratégicos, pero quería también tener
la mayor legitimidad. Cuando se presentó la oportunidad de tener fuerzas
internacionales en Afganistán bajo mando de la OTAN, la apoyó con fuerza.
En julio de 2006 apareció otra expansión a las provincias del sur y el resto de las
provincias situados al este, quedaron bajo liderazgo de la OTAN en octubre de 2006. Así
ISAF cubrió la totalidad del territorio afgano. Esta expansión al sur y al este se produjo
en medio de una escalada de violencia que ya se incluía ataques suicidas de estilo
iraquí y se generalizaba a estas zona, es decir que llegaron muy tarde.
La principal dificultad se debía a la penetración militar en regiones donde nunca se
habían entrado, donde regían los intereses tribales y el feudalismo y en las que había

67
aumentado la presencia de los talibán. Era necesaria una visión a largo plazo era
conseguir la paz. Los insurgentes pensaban que al ISAF era un blanco fácil y que se
retiraría ante la virulencia de los ataques.
Frances Vendrell el Representante, Especial de la Unión Europea había advertido de
que no se podía tener éxitos en dos o incluso en cinco años en un país destruido por la
guerra. Y había añadido que una parte fundamental de la tarea de la comunidad
internacional era entretener y preparar a los afganos porque el país había
experimentado una fuga de cerebros durante 25 años. El objetivo principal según
Vendrell era ayudar al gobierno afgano a extender su influencia y crear un ambiente de
estabilidad, seguridad y apoyar el proceso de reconstrucción.
Era una de las misiones más duras, más complicados y uno de los mayores retos en la
historia de la Alianza que hasta entonces iba a experimentar. El objetivo en el sur era
pacificar y estabilizar limpiar de los talibán en la parte que históricamente apenas ha
habido presencia del gobierno de Kabul. La Alianza del Norte iba jugar su credibilidad
en la zona en la que en la historia han fracasado los soldados extranjeros. Además el
sur que es fronterizo con Pakistán, cómoda alberque para los talibán.

Los PRT, s (Equipos de Reconstrucción Provincial)


Desde el inicio de la intervención a Afganistán en 2001 en la que hasta el momento
ISAF es un actor más se consideró necesario establecer una autoridad efectiva como se
expresó en capitulo anterior nacida de los Acuerdos de Bonn que fuera capaz de
implementar el concepto de ANDS (Afghan National Development Strategy) para lograr
un país viable, democrático con estabilidad político y económicamente con un enfoque
integradora. Las dificultades del gobierno afgano para ejercer su autoridad estaban
claro desde el primer momento.

El problema de Afganistán surgía porque en muchas zonas la situación se encontraba


en la fase de transición. Dicha fase necesitaba a parte de militar capacidades
diplomáticas civiles y de las agencias de desarrollo. Ninguna actor por si sola podía
actuar para solucionar este problema. Habría que crear un ámbito y estructura cívico-
militar. Los PRT,s nacieron en el año 2002 dentro del entorno de la coalición
68
encabezado por Estados Unidos aunque el concepto no era expresamente reconocido
en la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hasta el año 2004.

El proyecto fue diseñad en febrero de 2003, los Estados Unidos, a través de su


embajada en Kabul y, en colaboración con la Misión Especial de las Naciones
Unidas para Afganistán (UNAMA) y el Gobierno central, decidieron cuales iban a
ser los principios básicos de los PRT:

- Dotar a las instituciones afganas de un marco de seguridad estable en la provincia


correspondiente al PRT.
- Reducir los indicadores de pobreza de la provincia;
- Proyecto mirando a sentar las bases del desarrollo;
- La afganización definitiva del proceso .
A operación de la ISAF estaba estructurada a través del llamado PRT (Provincial
Reconstruction Team), Equipo de Reconstrucción Provincial. Seguía el modelo de los
equipos establecidos por la fuerzas de la coalición de Estados Unidos en las provincias
del sur. Era una misión difícil y arriesgada con el reto de construir un Estado que la
guerra se había llevado por delante. El concepto de PRT suponía que una presencia
miliar estratégico internacional podría ayudar a enfrentar las causas de la inestabilidad
local mientras se reforzaba la influencia de la administración central y se mejoraba la
vida de los civiles. Pero parecía que ningún elemento de este concepto se basaba en la
realidad.
Los principales objetivos eran el apoyo a las instituciones y autoridades afganas, la
creación de un nuevo Ejército y una Policía Nacional que pudiera velar por la seguridad
de afganos, la reforma profunda del sistema judicial, el desarme de los grupos armados
y la lucha contra el narcotráfico.
Los PRT, s constituían la piedra angular de este trabajo. Constaban de un componente
militar y otro civil y son el medio que se consideró más apropiado para lograr la
estabilidad de Afganistán mediante un proceso de reconstrucción económico y social,
facilitando a la vez el establecimiento de estructura de gobierno afgano en las distintas
provincias. Ayudar al gobierno en extender su autoridad en las provincias y facilitar el
desarrollo en un ambiente seguro. En total, un PRT empezó formarse por 100 o más

69
soldados y civiles, entre los que hay expertos en la ingeniería, agricultura y especialistas
civiles que trabajaran junto con los afganos.
A pesar de haber una estrategia gubernamental acordado con la comunidad
internacional a nivel nacional, en realidad, cada PRT establecía y todavía establece sus
propias prioridades y objetivos en consulta con las autoridades locales. El éxito de los
PRT dependía de que los administradores afganos estuviesen bien formados para poder
trabajar conjuntamente y mejorar el gobierno local. Pero Karzai no planificaba bien la
formación de los administradores ni su competencia. Y hasta mucho tiempo los
norteamericanos tampoco le presionaron lo suficiente.
Según Ahmad Rashid, el escritor y periodista en consecuencia, los PRT acabaron
recurriendo a los señores de la guerra o los comandantes de las milicias locales para la
seguridad y para la administración por su falta de conocimiento de las zonas donde se
habían desplegado.
Eran evidentes que así era imposible para los PRT poder proporcionar seguridad a la
población afgana. No realizaban ninguna función pacificadora ni de mantenimiento de
la paz.
Los ONG occidentales y las agencias de ayudas humanitarias se oponían a los PRT.
Según ellos la implicación de los militares en las actividades para el desarrollo
desorganizaba los principios de la ayuda y que los PRT no les ofrecían seguridad ni a
ellos ni tampoco a la población. Porque ellos no querían ser vistos como colaboradores
del ejército norteamericano y convertirse en objetivo de los talibán El Comité
Internacional de la Cruz Roja, en cuyos estatutos se prohíbe buscar la protección de los
militares, así negó colaborar con los PRT,s. Luego otras ONG siguieron este ejemplo.
En julio de 2006 después de hacerse cargo de las provincias del sur, la ISAF se vio
enfrentada a los problemas en inmediato. Sus esfuerzos se vieron minados por los
talibán. Las fuerzas de ISAF también eran el objetivo de los ataques. En provincia de sur
Helmand, la situación se empeoraba al ser el mayor centro del cultivo y tráfico de
drogas.
Lo que conseguían en cada lugar dependía en gran parte de lo que asegura que fuese
cada región y de la clase de relación que el comandante del PRT tuviera con el señor de
la guerra y con la administración afgana.

70
La idea de PRT era destinar un PRT a cada una de las 34 provincias afganas. En marzo
de 2010, operaban en Afganistán 26 PRT, dirigidos por países de la ISAF. Unos se
componían de fuerzas militares y personales y civiles de una única nación y otros eran
multinacionales. Había una amplia variedad de proyectos de los PRT: construir
escuelas, establecer sistema de irrigación, de embalses y pozos, que han llegar agua
potable a la población local y agua a los agricultores, reparación de las infraestructuras
o mayor acceso a la sanidad, etc.

V. El futuro de Afganistán después del 2014


Se habla de Afganistán después del 2014 por haberse prolongado más de una década
la guerra y presencia cívico-militar de la comunidad internacional encabezado por
EEUU y OTAN en este país. Se ha ido cambiando muchos aspectos en la escena
internacional. Crisis económica y financiera iniciada hace 2007, las bajas cada vez más
en la guerra contra talibán, la presión de la opinión pública y en consecuencia la llegada
de los partidos que inspiran de ellas al poder ha obligado a muchos países involucrado
en caso de Afganistán que reemplazaran su papel y compromisos y repensaran en ello.
Además la muerte de Osama en 2 de mayo de 2011 en una operación de Fuerzas
Especiales estadounidense en Abattabad de Paquistán ha tenido afectos en la opinión
pública norteamericana por haber conseguido acabar con el responsable de atentados
de 11/S de 2001 y la cabeza de la red de Al Qaeda.
En 2009 llegada la administración de Obama a la Casa Blanca y como pretendía en su
campaña la retirada de la tropa norteamericana de Irak y dar mayor prestar mayor
atención y tropa a la guerra contra terrorismo en Afganistán con el objetivo de poner
fin a esta guerra. La administración de Obama con su estrategia, en su primero año
envío 30.000 efectivos adicional de corto plazo para controlar muchas aéreas y
presionar a los talibán y así en permitir marcar el esquema de la retirada de la OTAN y
fuerzas norteamericanas de Afganistán.
Así en la cumbre de Lisboa la OTAN las partes aprobaron el esquema de la salida
progresiva de las tropas internacionales de Afganistán, según cual comenzó en

71
la primavera de 2011 con el objetivo de concluirla a finales de 2014. La decisión dicha
cumbre que reunió en Lisboa a los 28 países de la OTAN y a otras 20 naciones que
tienen tropas desplegadas en el país asiático dentro de la misión de ISAF.
A partir de las declaraciones del propio Presidente de Estados Unidos, el retiro de
tropas de Afganistán comenzó en el verano de 2011, en tanto y en cuanto que las
fuerzas de seguridad afganas estén lo suficientemente capacitadas para hacerse cargo
de la transición de las responsabilidades. Este concepto, de que mejorando la
capacidad de las fuerzas afganas es la forma más rápida de concluir con las
operaciones, ha sido la guía para el aumento del envío de tropas desde 2009 y para que
la misión de formación y entrenamiento en general se haya afrontado de forma más
eficiente y racionalizada. La entrega de las primeras regiones a la seguridad afgana
comenzó en julio de 2011 y la segunda fase tuvo lugar en diciembre del mismo año.
A continuación el presidente afgano hace poco, el día 13 de mayo de 2012 anunció
que la tercera fase de la transición de la seguridad cubre un total de 122 nuevas
unidades administrativas, y que esta se completará en un plazo de entre 12 y 18 meses
que abarcar en total el 75% del territorio del país.
Por otro lado y paralelamente la administración de Obama y el gobierno de Karzia en
muchas veces separado uno de otro han iniciado llamamientos y rondas negociación
con los talibán. Por su parte el gobierno afgano también formó Alto Consejo de Paz,
incluyendo lideres ex Yahadista anti la Unión Soviética, figuras religiosas de y de alto
peso en la sociedad afgana.
Así presidente Karzai hace poco de un año hace conseguido firmar Acuerdos
Estratégico con varios países. Iniciado por India, aliado tradicional de Afganistán,
Francia, Italia, Gran Britania, Alemania y lo más discutible que llevo dos años su
negociación ha sido la firma de un Acuerdo Estratégico con EEUU firmado por
presidente Obama y Karzai el día 2 de mayo en Kabul.
Considerando todo lo anterior mencionado voy analizar ¨El futuro de Afganistán
después del 2014: Riesgos y posibilidades¨. Intentaré tener en cuenta varias variantes y
aspectos en este tema. Contaré con las opiniones de los analistas involucrados en el
tema de Afganistán, las apreciaciones los Centros de Análisis y Estudios, los periódicos
y la prospectiva afgana sobre el tema.

72
Negociación
En la Asamblea Consultiva de la Paz (Jirga Consultiva de la Paz) celebrada en Kabul de
2 a 4 de junio de 2010 los delegados participantes acordaron crear una ¨comisión de
reconciliación¨ que se encargara de negociar con los talibanes. Así se constituyó el
denominado Consejo Superior de la Paz, que debía encargarse de tal asunto. El 18 de
septiembre el presidente Karzai hizo pública la lista de personan que conformarían
dicho consejo. La cúpula superior de dicho consejo eran importantes líderes militares e
ideológicos Yehadistas contra la Unión Soviética. A este consejo de entonces presidido
por Burhaniddin Rabbani ex presidente de Afganistán durante los años 90 y líder el
partido Jamiat-e-Islami. El Consejo Superior de Paz encabezado por Rabanni durante
un año hizo muchos esfuerzos y varios viajes a los países involucrados con el tema de
Afganistán y talibán. Hizo viajes a Paquistán , acusado a dar alojamiento, las bases y
dar apoyo a los talibán así a otros países islámicos que de alguna manera influyen en el
caso de Afganistán como Emirato Árabe, Arabia Saudita, Qatar, y etc.
Los esfuerzos de dicho consejo no tuvo mucho éxito, por varios razones: la mayoría de
sus miembros han sido involucrados en las guerras de tres décadas. Estos intentos se
quedaron congelados cuando en el día 20 de septiembre de 2011 el jefe del Consejo
Superior de la Paz Rabbani fue asesinado en un atentado suicida en su casa en Kabul. El
suicido se supondría que fuera un representante de los talibán. Desde hace entonces
las actividades del Consejo Superior de Paz se quedó congelado. Y, hace pocos días el
día 13 de mayo otro miembro del consejo, Arsala Rahmani fue asesinado en Kabul.
Era el ex ministro talibán se sumó ayer a la lista de mediadores asesinados o apartados
del proceso negociador entre Kabul y los insurgentes.
Su muerte se produce apenas un mes después que el mulá Zaeef, ex embajador talibán
en Pakistán, decidiera abandonar Kabul y buscar refugio en Emiratos Árabes Unidos
debido a «motivos de seguridad». Zaeef denunció persecución por parte de fuerzas de
Estados Unidos.
La negociación iniciada por parte de EEUU, al principio ha habido un poco avanece. Sus
diplomáticos y su servicio de inteligencia tenían varias rondas de negociación con la
delegación con los talibán en Alemania y concretamente de Qatar.
En estos encuentros por parte de los talibán, Agha jan Motasim, entonces encargado

73
de Comité de Asuntos Políticos del Consejo de Quetta presidido por líder de
movimiento talibán, Mula Omar. El auge de estas negociaciones llego a punto de
acordar que para que los talibán tuvieran una dirección oficial, las partes se habían
acordado abrir una oficina de los talibán en Qatar.

Aunque el gobierno afgano encabezado por Karzai al enterarse de la negociación


americana-talibán fue muy crítico por no falta de respeto a la soberanía del gobierno,
pero resultó acordar con la apertura de una oficina en Qatar. Los analistas creen que
con eso EEUU y el gobierno afganos intentaron sacar a los talibanes de la influencia
pakistaní. A través de dichas negociaciones los talibanes alcanzaron liberar varios de
sus presos de la cárcel Bagram en el norte del país. Hasta 20 prisioneros fueron
liberados según Washington durante los últimos dos años de la prisión militar de
Bagram, la mayor base militar estadounidense en Afganistán, al norte de Kabul. Se trata
de una parte del programa de "liberaciones estratégicas, confesaron unos funcionarios
estadounidenses Gavin Sundwall, un portavoz de la embajada estadounidense en
Kabul, afirmó que el programa de 'liberaciones estratégicas' lleva dos años ya, lo "han
utilizado raramente". Según este programa, se han liberados menos de 20 detenido¨.
La decisión de liberar a cualquier detenido tiene en cuenta si ellos plantean alguna
amenaza para la seguridad", detalló Sundwall. Según Sundwall, los liberados
"estuvieron de acuerdo en denunciar la violencia y tomar parte en el proceso de
reconciliación".
Así la estrategia central del Gobierno de Barak Obama para la salida de las tropas de EE.
UU. de Afganistán en 2014 a través de la negociación no ha dado resultados fiables
porque la demanda de los talibán llegar insistir de EEUU a liberar a cinco prisioneros
de la base militar de Guantánamo para trasladarles a Qatar, un gesto que según los
talibán era como la condición para seguir continuar las negociaciones de paz.
Sin embargo, en el caso de Guantánamo estas liberaciones llamados ¨estratégicas¨
tienen que ser aprobadas por el Congreso estadounidense. Mientras que la liberación
de los prisioneros de la cárcel secreta de Bagram no requería un permiso del Congreso
de EE. UU. El hecho de la oposición del Congreso les dio la escusa a los talibán de no
continuar las negociaciones y de la acordada oficina situada en Qatar tampoco ha sido

74
conseguido en práctica. Posteriormente los talibán en otro comunicado suyo
anunciaron que el negociador por parte de ellos, Motasim, por haber negociado sin
consulta del Consejo Superior de los talibán está expulsado del movimiento de los
talibán.
Hay que preciar que actualmente, Agha jan Motasim lleva en exilio en Turquía. (16)

Cumbre de Chicago y la definición del futuro posicionamiento de


la OTAN para Afganistán

En poco meses antes de su despedido de la Casa Blanca Goegre W. Bush, entonces


presidente de EEUU en su discurso así apostaba sobre su estrategia en Afganistán:
“Nuestro cometido en Afganistán es ayudar a la ciudadanía de ese país a derrotar a los
terroristas, establecer un estado estable, moderado y democrático, que respete los
derechos de los ciudadanos, gobierne eficientemente y sea un aliado de confianza en
esta guerra contra los extremistas y los terroristas¨.
En cambio, en una circunstancia similar, Barak Obama, en la cumbre de la Alianza
Atlántica en Chicago ha puesto de manifiesto un cambio sustancial en los planes de EE
UU: del ideal de una democracia estable en Afganistán a una salida rápida que promete
simplemente al Ejército nacional de Gobierno dar le apoyo financiero, entrenamiento y
medios necesarios en la lucha contra los talibán.
Es evidente que la Casa Blanca ha disminuido notablemente sus aspiraciones en la
guerra frente a los insurgentes o talibán. Pero en su discurso presidente Obama ha
hablado de la salida responsable y otros líderes de los países del mundo también en sus
discursos se han manifestado que no dejarán al pueblo afgano sólo después del año
2014 frente a las amenazas del terrorismo y los talibán.
La declaración de la OTAN sobre Afganistán, la OTAN señaló que su estrategia marcada
en la Cumbre de Lisboa en 2010 "irreversible transición". Según el proceso iniciada en

16
http://www.thedailybeast.com/articles/2012/04/25/afghanistan-a-moderate-defies-the-
taliban.html

75
el verano de 2011 se pretende transferir de la completa responsabilidad de seguridad
de parte de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) a las Fuerzas
de Seguridad Nacional Afganas que está en marcha para cumplirse a finales de 2014.
Promete proporcionar un "apoyo político y práctico fuerte y prolongado a través de
Asociación Duradera con Afganistán" después del retiro.
La OTAN ha indicado que está dispuesta a trabajar por el establecimiento cuando lo
solicite el gobierno de Afganistán en nueva misión después del año 2014 de forma
diferente en Afganistán, que sería sólo para entrenar, asesorar y ayudar a las Fuerzas de
Seguridad Nacional Afganas, incluidas las Fuerzas de Operaciones Especiales Afganas
(Las que han asumido la responsabilidad de llevar a cabo la Operaciones Especiales
contra el terrorismo y talibán según un acuerdo separado firmado el día 9 de abril de
este año).
En esa declaración también cifran en 4.100 millones de dólares el coste anual de una
fuerza de 228.500 policías y soldados.
La declaración también marca responsabilidades a la parte afgana. Afganistán tendrá
que asumir el gasto de sus fuerzas de seguridad a partir del año 2024. Así la Alianza
Atlántica obliga que mucho más antes de 2024 el gobierno afgano tiene que pagar
una parte de gasto de sus efectivos. A partir del 2015, un año después de la fecha
prevista para la retirada de las tropas internacionales de Afganistán tendrá que aportar
al menos 500 millones de dólares al año.
Además como la estabilidad de un país no sólo se limita con Fuerzas Armadas y su
fortalecimiento sino Chicago le impone al gobierno afgano las tareas de buena
gobernabilidad, reforma administrativa, y lucha anti corrupción y tráfico de droga.
Según la OTAN, actualmente Afganistán cuenta con un ejército con 195.000 soldados,
la policía nacional con 149.208 hombres y una fuerza aérea con 5.728 militares. En
total suman a 349.936 militares y la OTAN se ha planteado aumentar el número de
soldados y policías afganos hasta llegar a 352.000 en octubre de este año.
La OTAN no menciona en su declaración no ha definido el estatuto de otros cuerpos
de seguridad complementarios. Hay fuerzas especiales con 10.000 efectivos, una
policía local con 13.412 hombre que está previsto aumentar su número hasta llegar a
30.000 a final del 2014-, y una Fuerza de Protección Pública con 10.000 hombres que

76
según el ministerio interior afgano van a asumir las funciones que las empresas de
seguridad privadas han realizado hasta ahora.
Por lo tanto, la cumbre de Chicago da respuestas a muchas preguntas como la futura
relación de la OTAN con Afganistán pero también abre unas dudas. Y, es si cuando las
tropas internacionales se retiran de Afganistán las fuerzas afganas tendrán la eficacia
suficiente a luchar contra el terrorismo y la insurgencia de talibanes, y mantener la
seguridad a la vez. No hay que olvidar que día a día se está aumentado los ataques y al
parecer la OTAN no va a entregar un país estable y seguro a fuerzas afganas. Eso ya es
evidente de las zonas entregadas a las fuerzas afganas.

Acuerdos estratégicos bilaterales y multilaterales firmados con la


comunidad internacional
Frente a los incertidumbres y preocupaciones sobre el futuro del país a partir de la
retirada de las tropas de la OTAN el gobierno de Hamid Karzai y la comunidad
internacional por su parte para mostrar su compromiso y que Afganistán no se
convierte a un país como antes de 11 de septiembre de 2001 hasta la fecha se ha
firmado Acuerdos Estratégicos o de Colaboración y Asistencia con India, Francia, Reino
Unido, Italia, EEUU, Australia, así las negociaciones a firmar Acuerdos con la Unión
Europea, la OTAN y China sigue en marcha.
En este apartado por su importancia y como la causa de inicio de la intervención de la
comunidad internacional se hace un breve recorrido a Acuerdo Estratégico entre
Afganistán y EEUU, firmado el día 2 de mayo en imprevisto viaje de Barak Obama a
Afganistán.

El acuerdo se firma de Kabul en primer aniversario de la muerte de Bin Laden, en


Abattabdad, Paquistán, por Fuerzas Especiales de EEUU. La muerte de Bin Laden probó
el inhonesto papel de Paquistán contra el terrorismo. En acuerdo se fija para próximo
10 años a partir de 2014 hasta 2024 que en su apartado 3 de artículo 3 EE.UU le
califica a Afganistán como Aliado fuera de la OTAN, lo que facilita tener una
colaboración bilateral de largo plazo en materia Defensa y Seguridad.
77
A continuación en apartado 9 del mismo artículo viene: ¨ Este acuerdo reconoce que
la estabilidad en Afganistán apoya a estabilidad y prosperidad en Asia Central y sur de
Asia, por eso EEUU se promete reaccionar muy fuerte a cualquier invasión extranjera
a Afganistán. Si ocurre invasión extranjera, EEUU y Afganistán en consulta entre sí
temarán medidas adecuadas sea política, diplomática, económica e incluso militar. ¨
Francesc Vendrell, ex representante especial de la UE a Afganistán en una entrevista
con El PAÍS en respuesta a la pregunta si s el Acuerdo de Partenariado Estratégico que
EE.UU ha firmado con Afganistán es para evitar que este país vuelva a convertirse en un
agujero negro contesta que ese acuerdo, aún a falta de conocer de su complementario
(Pacto de Seguridad que defina la presencia de las tropas de EEUU más allá de 2014)
que se va a negociar y a discutir el año próximo, deja claro que Estados Unidos no va a
permitir que Afganistán sea una base para grupos de Al Qaeda, que utilicen el territorio
afgano para actos de terrorismo internacional. Según Vendrell, el Departamento de
Estado y la Casa Blanca diferencian entre talibanes y Al Qaeda, algo que no tienen tan
claro ni el Departamento de Defensa ni la CIA. Así que dentro de dos años, todo va a
depender de cómo se perciban las eventuales ofensivas de los talibanes si como peligro
para la seguridad internacional o como una guerra civil.
En este último caso, ex representante de UE en Kabul no cree que EE.UU vaya más allá
a menos de facilitar información de inteligencia y apoyo aéreo en proteger el gobierno
de Afganistán después del año 2014. Vendrell cree si se percibiera a los talibán como
ligado con Al Qaeda, entonces sería distinto.

Vendrell sobre la firma de Acuerdos Estratégico entre Afganistán - EE.UU y la


declaraciones de Irán cree que
Mientras la relación de Irán y EE UU mantenga el actual nivel de tensión, Irán no va a
aceptar una presencia militar estadounidense en Afganistán. Irán tiene la sensación de
estar rodeado por bases norteamericanas tanto en el Norte, como en el Oeste, en
Turquía, como en el Sur, en el golfo Pérsico, y ahora en Afganistán. Irán tiene la
capacidad de dañar la situación en Afganistán. Hasta ahora, aunque ha jugado varios
juegos al mismo tiempo y obviamente no le interesa un régimen dominado por los
talibanes, tampoco quiere aceptar un Afganistán alineado con EE UU. Karzia ha dicho

78
varias veces que Afganistán convencido no va a permitir que EE UU utilice su territorio
para desestabilizar a Irán, pero Vendrell cree que eso no está claro hasta qué punto
puede impedir a EE UU que utilice sus bases para realizar vuelos de espionaje sobre
Irán, o dar apoyo a ciertos elementos anti régimen, sobre todo minorías como la
baluchi, en la frontera común.
Así en escala regional se ha firmado un Acuerdo Estratégico con la India en lo que las
partes se llaman Aliados Regionales. Así se está negociando firmar otro acuerdo con
China. A revés de eso, el gobierno de Karzai intenta responder a cada vez menos
colaboración por parte de Paquistán E irán la lucha contra la insurgencia talibán.
Así la Unión Europea se comprometió el día 14 de mayo a mantener hasta el final de
2014 su misión de formación policial en Afganistán y a seguir apoyando más allá de
prevista fecha de que las tropas internacionales hayan abandonado el país.

"La policía civil seguirá siendo el foco de la asistencia de la UE en el sector de la


seguridad", señalaron en una declaración los ministros de Exteriores.

El plan de los Veintisiete es mantener su misión Eupol de formación de policías en


Afganistán -que complementa la operación de formación de militares de la OTAN- al
menos hasta el fin de 2014, cuando está prevista que se complete la salida de la mayor
parte de los soldados aliados.

Más allá de esa fecha, está por determinar qué forma tendrá el apoyo europeo a la
seguridad de Afganistán, algo que los países comunitarios quieren decidir en breve.

"El Consejo reitera el compromiso de la UE de apoyar los esfuerzos de Afganistán para


reforzar el mantenimiento del orden y el estado de derecho más allá de 2014 y tiene
intención de tratar este asunto pronto", señalaron los ministros en su declaración.

En ella, subrayaron que la planificación para el futuro del sector de la seguridad afgano
debe asegurar que "el tamaño, la estructura y las misiones de la Policía Nacional Afgana
permitan un reenfoque hacia tareas civiles y de mantenimiento del estado de
derecho".

79
"El Consejo recuerda que asegurar el profesionalismo y la calidad de la policía afgana es
una prioridad mayor que la simple financiación de un número suficiente de efectivos",
señalaron los ministros.

La prospectiva afgana
La sociedad afgana cansada de las décadas de guerras en el país, por eso, a cualquier
intento de que se espere paz y seguridad que la vez permite a desarrollo ve con mirada
optimista. La invasión de la Unión Soviética en el año 1979 hasta 1989, la guerra civil de
los años 90 y el régimen de los talibán resultó de Afganistán un país destruida, frágil y
olvidado por la comunidad internacional.
Tras 11 de septiembre de 2001 y la intervención de la comunidad internacional en el
mismo año abrió una nueva fase de la historia del país que aunque todavía sufre por la
guerra provocada por los talibán con atentados suicidas y explosiones de bombas pero
se ha mejorado en varios aspectos como la educación, las instituciones civil- militar, la
sanidad, la participación de las mujeres en la actividad diaria etc. La gente aunque no
están muy satisfecho de los logros pero tampoco quieren perder lo conseguido en esta
última década.
La estrategia de salida anunciado en la Cumbre de Lisboa y reiterado en la cumbre de
Chicago creó una incertidumbre de dejar solo Afganistán enfrentado a los talibán y los
países vecinos que siempre han sido involucrados en los conflictos de Afganistán
apoyado directamente o indirectamente a las partes de la guerra y conflicto en
Afganistán. La guerra civil de los años noventa, el régimen de los talibán hasta la fecha
de hoy de alguna manera ha tenido sus papeles.
A partir de 2001 siempre Paquistán ha sido el más crítico por dar refugio a la
insurgencia talibán que luchan contra el gobierno y la OTAN encabezado por EE.UU.
Tanto las aclaración de las autoridades de seguridad de Afgana como de la OTAN
indicaba y sigue mostrando que Paquistán a pesar de recibir apoyos para luchar contra
el terrorismo y la insurgencia de talibán.

Así poco días después de la firmar de Acuerdo Estratégico Afgano-estadounidense el


embajador Irán en Kabul, Abolfazi Zohrehvand, trató de influenciar a parlamentarios
afganos para que se opongan al acuerdo EE.UU.-Afganistán. En su visita del senado del

80
parlamento afgano, Zohrehvand había dicho a los senadores que no ratificarán el
Acuerdo.

Según Nasar Hares, el senador afgano presente en la visita el embajador de Irán


consideró que el acuerdo EE.UU.-Afganistán es contra intereses de la región. Así varios
otros senadores afirmaron que el embajador de Irán amenazaba que en el caso de
ratificación del Acuerdo su país echaría los refugiados afganos que son dos millones.

La posesión oficial del gobierno iraní coincidía mucho a las aclaraciones de


Zohrehvand. El portavoz de ministerio de Exteriores de Irán, Rameen Mehmanparast
fue muy crítico de la firma de dicho acuerdo entre Afganistán y EE.UU. y decía el día 5
de mayo que este acuerdo no ayudará a la estabilidad de la región sino seria causa de
continuación de inseguridad en la región. ¨El poco claro definido en cuanto a las
fuerzas estadounidenses y sus bases militares constituyen grandes fuentes de
preocupación para Irán y otros países de la región. El Acuerdo no puede resolver los
problemas de seguridad de Afganistán y desestabilizará aún más el país y empeorará la
seguridad.

La República Islámica de Irán cree que el establecimiento de paz y seguridad en


Afganistán es posible mediante la retirada total de las fuerzas extranjeras, el cierre de
bases militares y el diálogo entre los afganos en el marco del Alto Consejo de la Paz.¨,
paralelamente, comenzó una campaña en los medios, en la que se afirma que Irán se
propone expulsar a refugiados afganos que viven en Irán como reacción contra el
gobierno de Karzai por el acuerdo firmado. En poco día el tema abrió el sentimiento
anti-iraníes y se convirtió a un tema de independista y nacional entre todos los afganos
y particularmente en el parlamento del país. El día 12 de mayo las Fuerzas de
seguridad afgana atraparon el jefe de la agencia noticiosa semioficial de Irán, Fars,
Abdulvahed Hakimi, en Kabul. Fue una acción provocativa e inconcebible sin la
aprobación de un alto nivel en la administración en Kabul.

Las revelaciones a los medios daban a entender que Hakimi es acusado de espionaje.
Radio Free Europe/Radio Liberty pronto comenzaron a transmitir informes en dari y

81
pashtún diciendo que la seguridad afgana había destruido una red de espionaje que
supuestamente trabajaba para Irán.

Irán en varias ocasiones ha destacado que el Acuerdo EE.UU. -Afganistán es


controvertido entre los vecinos de Afganistán. Irán tiene influencia sobre ciertos
sectores dentro de Afganistán que van más allá de las divisiones regionales y religiosas.
(Teherán tiene mucha influencia en el líder del insurgente Hezb-i-Islami, Gulbuddin
Hekmatyar, quien vivió durante casi cinco años en el exilio en Irán a fines de los años
noventa hasta que dejo a Irán en 2002 a otro destino desconocido así influye a los
líderes de la etnia Hazara que son Chiita que están tanto en el gobierno como al lado
de la oposición y tienen presencia considerable en el parlamento afgano.

El embajador iraní en Kabul en entrevista con la Agencia Fars, el miércoles 9 de mayo


opinaba que el gobierno de Karzai preste atención a las preocupaciones de Irán sobre
el Acuerdo Estratégico EE.UU.-Afganistán. Refiriéndose a su reunión del día antes en el
Ministerio de Exteriores afgano, reveló:

¨La observación que he formulado a los funcionarios afganos fue que desde nuestro
ponto de vista las consecuencias de este acuerdo no se limitaran a Afganistán sino
tiene un impacto regional y transnacional y pueden desestabilizar la estructura de
seguridad regional. Pedimos a los funcionarios afganos que lo reconsidere el pacto de
seguridad con más cuidado. Los afganos debieran considerar nuestras preocupaciones
y tomar sus decisiones considerando los intereses del pueblo afgano y las
consideraciones de seguridad de los países de la región¨, según la declaración iraní.

Es probable que Teherán ya haya consultado a otras potencias regionales. Pero la


declaración del Ministerio de Exteriores del sábado 5 de mayo sólo 2 días después de la
firma de Acuerdo por Karzai y Obama, las declaraciones de Ministerio Exterior de Irán y
del embajador iraní en Kabul del día 8 se referían a la opinión regional opuesta al
pacto de seguridad entre EE.UU. y Afganistán. Aunque ninguna otra capital regional se
ha pronunciado contra el Acuerdo estadounidense-afgano hasta el día.

82
Según Tolonews y otros medios de comunicación afgana, Irán había intentado
sobornar con 15 millones de euros al diputado de la cámara baja Hazrat Alí, para
convencer a sus colegas diputados de que rechazaran probación del acuerdo.

Es prácticamente impensable lo que pasaría con la imagen política de Obama si el


parlamento afgano no ratificara el pacto de seguridad. Los políticos pueden cometer
errores fatales de juicio. Obama se las jugó cuando viajó a Kabul para firmar el pacto
justo antes del comienzo formal de su campaña de reelección.

Evidentemente, Kabul anticipó que Teherán se pronunciaría en algún momento contra


el Acuerdo y trató de prevenir la capacidad de influir de Irán y unir a la oposición
afgana para ratificar el Acuerdo en el parlamento afgano. La formulación de todo eso y
la opinión pública cada día más preocupada sobre el futuro resultó que el 26 de mayo
la cámara baja del Parlamento de Afganistán( Wolesi Jirga) apruebe el Acuerdo
Estratégico que regulará la presencia estadounidenses en el país más allá de 2014,
según informa la cadena afgana Tolo. El acuerdo ha sido aprobado con solo cinco votos
en contra de los casi 200 diputados que acudieron a la sesión parlamento lo que era
imprescindible para la entrada en vigor definitiva del acuerdo firmado el 1 de mayo en
Kabul por el presidente de EEUU, Barack Obam y Hamid Karzai y posteriormente el día
4 de junio también lo ratificó, el Sendo (Meshrano Jirga) como ratificación final
legislativa.

¨ Los representantes ratificaron este el acuerdo con EE.UU. Nosotros necesitamos


acuerdos con otros países porque apoya a Afganistán en el ámbito de la seguridad, la
economía y social¨, Shukria Barekzai, la representante de Kabul en la cámara baja.

Los opositores a este acuerdo pretendían que el acuerdo en ámbitos particulares


necesita aclaraciones. Según ellos no haber bien definido la presencia de las tropas
estadounidenses en Afganistán esta ambiguo y tampoco está claro el estatuto jurídico
de los soldados norteamericanos si cometen crímenes en el país. Así la crítica se centra
también en fijar y reiterar el modelo de gobierno central en este acuerdo.

83
A: Posibilidades y riesgos en el ámbitos social y política

En ciertos aspectos, ha habido una mejora, sobre todo hablando de grandes ciudades.
Por ejemplo la capital tiene cinco millones de habitantes de un millón [que tenía en
2001] y aunque ese cambio no sea en sí una mejora, muchos de ellos forman parte de
una creciente clase media-baja, aunque todavía hay muchos por debajo de la línea de
pobres. Pero sobre todo, el 60% tiene menos de 20 años y no ha vivido bajo las
talibanes, o en cualquier caso, no quiere volver a ese régimen porque la forma de vida
ha cambiado. Donde ha habido un avance más notable es en la Sanidad, donde se ha
reducido de forma significativa la mortalidad infantil y de las mujeres durante el parto.
En educación, también ha habido mejoras: hay siete millones de niños y niñas
escolarizados (unos 30% niñas). Hay muchos centros de educación terciaria, lo que es
bueno y malo porque su calidad es desigual y van a salir muchos jóvenes titulados con
escasas posibilidad de encontrar trabajo ni dentro ni fuera de Afganistán.

Entre la gente y los políticos del país hay una concienciación de lo que supone el
pluralismo político y de lo que supone tener un Gobierno que responda a las
necesidades de la gente, es algo que no existía antes. Sobre todo, hay una gran
libertad de expresión que es la primera en la historia de Afganistán sobre todo en
Kabul, y otras ciudades principales del país lo que permite a los ciudadanos decir lo
que piensan en los periódicos, en la radio, televisión, etc.

En el ámbito político ha habido los avances importante durante estos diez años ha sido
una mayor tolerancia y pluralismo entre los adversarios enfrentados en los años 80 y
90 y de hace poco, pero ahora están en el gobierno, en el parlamento o otras
instituciones administrativas.

Los partidos comunistas y de los muyahidines que durante la invasión de la Unión


Soviética y el último régimen comunista, pro soviético de Najibullah luchaban entre sí
hoy el día además de que están representados en la cámara alta y baja del parlamento
afgano han formando una coalición entre sí. Presentaron a Abdullah Abdullah como
candidato de su coalición en las elecciones presidenciales de 2009 que por varias
circunstancias y mucha polémica Karzia fue anunciado como ganador de las elecciones
84
y Abdullah acusándole a Karzai por haber hecho enorme fraude no le aceptaba el
ganador y no se presentó en la segunda ronda entre él y Karzai.

Actualmente hay dos coaliciones políticas muy importantes también formadas por los
de Alianza del Norte que son Jabha-e Melee, encabezadas por Ahamad Zia Masoud, ex
primer presidente de Karzai hasta 2009. Y otra coalición es Etelaf Melee Afganistán
presidido por Abdullah Abdullah, ex ministro de asuntos exteriores del gobierno de
Karzai hasta 2005, quién obtuvo en elecciones presidenciales de 2009, el 30% de
voto. Ambos coaliciones coincides en muchas partes de sus planes de acción.
Proponen el cambio de régimen presidencial, centralizado a un régimen
descentralizado, parlamentario. A demás son muy críticos de Karzai por su policita de
negociación. No parecen tan dispuestos a hacer negociación y cederse en ella. Se
habla también de un futuro integración de las dos coaliciones y presentar un candidato
único en las elecciones de 2014.

Cabe destacar que la propuesta de un sistema político descentralizado es apoyada por


algunos miembros del Congreso de EE.UU. En torno a esta cuestión, el día 22 de abril
de 2012 una delegación del Congreso de los EE.UU en su visita con los líderes de Jabha
e Melee (la coalición de las oposiciones de gobierno) insistieron en la reforma
profunda del sistema político actual de Afganistán y consideraron que el mejor sistema
para la situación actual de Afganistán es parlamentario que facilite distribución del
poder administrativo a las provincias. La delegación del congreso estadounidense
encabezado por LOUIE GOHMERT en una conferencia de prensa junto con Ahamad Zia
Masoud, líder de la coalición de los opositores del gobierno de Karzai en Kabul
consideraba que la mayor parte del problema administrativo y la corrupción en el
gobierno es dada por el sistema central.

Por su parte el portavoz del ministerio exterior afgano, Musazai expresó que el
gobierno afgano las considera intervención en asuntos internos de Afganistán las
declaraciones de los ciudadanos extranjeras sobre el sistema político afgano.

85
El tema se aumentó tanto que la embajada de EE.UU en Kabul declaró que las
opiniones de los congresistas no expresaban la política estadounidense en Afganistán
sino eran consideraciones personales de los miembros del Congreso.

El asunto no se paralizó allí sin afectó la entonces la fase final de proceso de


negociación entre el gobierno de Afganistán y EE.UU. Finalmente el día siguiente de la
firma de Acuerdo Estratégico en Kabul, Karzai en una rueda de prensa refiriéndose a
las declaraciones de sus opositores dijo que han mencionado en Acuerdo entre que el
sistema político del país seguirá siendo presidencial o sea sistema centralizado.

La otra aérea muy polémica entre la oposición y el gobierno de Karzai ha sido la


negociación con los talibán. Incluso sus aliados de ex Alianza del Norte y los demás
partidos critica su política porque según ellos deja en ambiguo la definición entre
enemigo y el enemigo. Desde el mayo de 2011, los insurgentes aumentaron sus
ataques a los altos cargos de la Administración y del entorno de Karzia. Al final de ese
mes, fue asesinado el jefe de la policía en el norte del país, el general Daud Dauad, que
anteriormente había estado al frente de la unidad especial contra narcotráfico. En julio,
asesinaron a Ahamad Wali Karzia, un hombre fuerte en el sur del país y hermanastro
del presidente. Dos semanas después, también en Kandahar en un atentado suicida
mataron al alcalde, Ghulam Haider Hmidi. La cadena de muertos se había empezado a
los finales de año 2010 en la cual se había perdido la vida varios jefes de la policía
como la provincia del norte Kunduz y Takhar, en unos atentados suicidas en una
mezquita. También hubo varios atentados anti gobernadores de Parwan, Kapisa y
Kunduz en los cual sólo perdió la vida el gobernador de Kunduz.

A pesar de todo eso Karzai seguía llamando a los talibán ¨hermanos¨ en sus discursos
invitándoles a la negociación. No solo eso sino que los talibán siguieron atentados al
parecer contra objetivos militares internacionales y interiores no lo que se producía
masacre de la gente civil cada vez mayor. Todo esos acontecimientos fue muy crítico
por la opinión pública y la oposición política.

¨ El gobierno tiene que dejar de negociar con los talibán, a quién no tiene ninguna
voluntad que matar la gente y nuestros líderes. Los talibán en vez de negociar
86
responden con matar la gente. El gobierno tiene que presionar a Pakistán a través de
comunidad internacional con el fin de que este país deje de apoyar a los enemigos de
Afganistán¨, decía Abdullah Abdullah, ex ministro de gobierno de Karzia hasta 2005 y
jefe de la coalición de Etelaf Afghanistan en entrevista con los medios de comunicación
en Kabul 1día después de asesinado de Rabani, el jefe del Consejo Superior de Paz,
quién murió en un atentado suicido en su casa en Kabul, 20 de septiembre de 2011. Él
suicido se suponía un enviado por consejo talibán en Quetta, Pakistán.

Así el día 30 de septiembre de 2011, Hamid Karzai suspendió las negociaciones de paz
con los talibán. Dijo que el factor clave era Pakistán, donde estaban las bases de los
insurgencia de talibán y de Al Qaeda, y que era este país con quien había que hablar.

Meses después Karzai retomó el tema de negociación nombrando el hijo de Rabani


como jefe de Consejo Superior de Paz, este mes de noviembre el Consejo de Paz
dirigido por Salahudin Rabani y otros representantes visitaron al presidente de Pakistán
y han liberado 8 presos de los talibanes.

La opinión pública y los políticos tienen precisiones muy importantes sobre el proceso
de transición de la responsabilidad a los afganos.

¨La salida debería basarse en tres pilares: los afganos han de estar en primera línea. La
comunidad internacional debe quedarse detrás. Y debe haber dos vías: una militar y
otra civil. Mi única esperanza es que la generación vaya más allá de la religión y la
etnicidad¨, Shukria Barikzai, representante en la cámara baja del parlamento afgano.

B: Posibilidades y riesgos económicos

Económicamente Afganistán durante esta década ha vivido por las ayudas directas o
indirecta de la comunidad internacional que tiene un peso militar y civil muy
significante en Afganistán. Ciento mil personas directamente están trabajando con
militares (OTAN, PRT, ISAF) o civiles de (ONG´s, las organizaciones, las impresas
internacionales involucradas en la misión de Afganistán) y otras millones que se
benefician indirectamente.

87
El representante del Banco Mundial, Richar Hag y los analistas económicos creen que
después de 2014 Afganistán sufriría una crisis económica. Hag que hablaba en Kabul en
una conferencia sobre los efectos de la salida de las tropas extranjeras de Afganistán
opinaba que la salida de las tropas de la comunidad internacional de Afganistán tendrá
efectos negativos a la economía del país. Según él Afganistán es un país que
anualmente recibe mucha ayuda extrajera y después de la salida de las tropas
internacionales y el recorte de las ayudas a Afganistán afectará gravemente a su
economía sin buscar las medidas adecuadas previamente.
Saifudin Saihun, profesor de economía de la Universidad de Kabul cree que Afganistán
tiene que invertir en las infraestructuras y debe promover las pilas de su economía
antes de 2014 sino sufrirá shock económico muy grave.
El Banco Mundial en su declaración de día ha mostrado su preocupación de la
situación de la economía de Afganistán después de la salida de la comunidad
internacional del país. Según el portavoz del Banco Mundial en Kabul Rauof Zia, la
evaluación del Banco Mundial muestra que después de 2014 y la reducción de las
ayudas internacionales el PIN (Producto Interior Bruto) de Afganistán se disminuyera
6%.
La declaración de Banco Mundial también indica que las ayudas prestadas a Afganistán
por los países donantes no se han gastado de manera equiparada en el país. El nivel de
desarrollo entre provincias y sectores institucionales no ha sido justo e igual.
Así el día de mayo Omar Zajilwal, el ministro de Finanzas de Afganistán en el Senado
del parlamento afgano dijo que el país depende estrechamente a las ayudas
internacionales así calificó que uno de los grandes problemas de Afganistán desde 2001
hasta el día de hoy ha sido y es que los fondos extranjeros ha sido gastado y sigue
gastando independientemente por ellos y fuera del presupuesto de gobierno afgano.
Según él eso provoca que se presta atención a las prioridades en el gasto de estas
ayudas. ¨Tenemos programas a mejorarlo pero hasta que los fondos de apoyo de
comunidad internacional en Afganistán decidan por su propia cuenta nuestro programa
se fracasará¨, añadió Zajilwal.
El ministro de Finanzas se expresó optimista en cuanto a buscar una solución a las
preocupaciones sobre el futuro de la economía del país y llegar a un acuerdo con la

88
comunidad internacional en el previsto conferencia internacional de los países
donantes a programa de reconstrucción de Afganistán en Tokio.
Las autoridades afganas durante años se han quejado de la manera de gasto de las
ayudas de la comunidad internacional en proceso de reconstrucción del país. Según el
ministro de economía, Argandiwall, toda la cantidad de fondo pagado al gobierno
afgano esta registrado pero de 49 mil millones de dólares gastado por la comunidad
internacional no se sabe nada. Así Arqandiwall aclaraba que de un total 57 mil millones
de dólares prometido por la comunidad internacional sólo 8 mil millones ha sido
empleado por el gobierno de Afganistán.
Las alternativas a las ayudas de la comunidad internacional tienen que ver con las
fuentes e ingresos nacionales, a lo que no se ha trabajado mucho durante esta década.
Como una fuente que aportaría como a la economía del es seria explotaciones de las
minas y otros fuentes naturales del país. De momento las dos minas grandes ya hiero y
cubre están contratados con empresas de MCC China y la India.
El otro proyecto de alto ingreso a la economía del país que fue diseñado en la década
de 90 que por la causa de guerras en Afganistán no ha llegado a realizar es el
gaseoducto de TAPI. Este gaseoducto lleva gas natural de Turkmenistán a través de las
provincias de Herat y Kandahar de Afganistán a Pakistán e India, lo que genera un
ingreso importante al gobierno y muchas otras oportunidades de trabajo a la gente.
Por fin, el 26 de mayo las parte, Turkmenistán, Afganistán, Pakistán y India llegaron a
acuerdo sobre la cantidad de gas transportando por este gasoducto y impuesto de
transito a Afganistán. Los 735 kilómetros de una longitud de 1,735 que por la
provincia de Herat, fronterizado con Turkmenistán y sale la provincia de Kandahar que
tiene frontera con comunidad de Beluchistán de Paquistán.
La importancia de este proyecto no es sólo económico- energético para la región sino
una vez realizado aportaría a proceso de cooperación y colaboración entre Afganistán,
Pakistán y la India. A pesar de varios fracasos intentos durante décadas para generar
un ámbito de confianza y colaboración entre países de la región parece que el TAPI
acercando dependencias económicas entre estos país sería un paso hacia el aumento
de la confianza y colaboración en los ámbitos de político - económico – seguridad.

89
CONCLUSIONES

En Afganistán desde hace varios siglos hasta la actualidad, el racismo ha sido un activo
desde los niveles más ínfimos de la sociedad afgana hasta llegar a las élites más
poderosas del país. Esta cuestión, desde el punto social y político, ha creado varios
problemas de unión nacional y de identidad nacional para la gente de Afganistán.

Hoy en día, la gente en vez de identificar como afganos; se identifican como pashtunes,
tayikos, hazaras o uzbekos. Esta cuestión continúa en la actualidad y desgraciadamente
continuará en el futuro siendo fuente de innumerables conflictos multiétnicos en
Afganistán. Los pashtunes creen que son los verdaderos afganos, ya que cuando hablan
de afganos se refieren, exclusivamente a aquellos individuos que pertenecen a la étnica
pashtún. Porque, según ellos, el resto de grupos étnicos que pueblan Afganistán han
venido de otros lugares y de otros países.

Últimamente se habla de partir y dividir Afganistán entre las etnias, porque la gente
está harta, no quieren ser víctimas de otros grupos, etnias y autoridades que dan
santuario a los terroristas y talibanes en sus casas y les traen hasta el centro de la
capital, como tenemos el ejemplo de ataque al Hotel Intercontinental, ministerio de
defensa etc.
También hay intelectuales, analistas políticos, profesores de la universidad y jóvenes
que son de la opinión de fundar un sistema federal. Razonan que las etnias deberían
trabajar para su región en vez de para un bien común. Cada grupo étnico, según ellos,
debería elegir un representante político en función de sus necesidades y poder votarle
para que les represente a nivel nacional. Bajo esta premisa, por ejemplo el Mulá Omar-
líder de los talibanes, podría ser elegido como representante de los pastunes que lo
quieren y creen como los talibanes para que gobierne sobre ellos pero no sobre el
resto de las etnias que habitan en el país. Así se evitarían rencillas y conflictos
multiétnicos que desencadenarían en una guerra civil y para que una etnia no sea
víctima por las ideologías de otra etnia.

90
Conocer y comprender los conflictos que han afligido a este país nos permite tener una
visión más completa de la complejidad del mundo en que vivimos. La falta de paz,
desarrollo y estabilidad en Afganistán han demostrado tener consecuencias graves para
el resto del mundo, pues, como hemos podido comprobar, los ecos del conflicto afgano
han sido capaces de alcanzar los lugares más lejanos del planeta.

La invasión soviética hizo, de un país relativamente estable y alejado a la atención


internacional, un lugar de confrontación entre las dos grandes potencias. Afganistán se
fue transformado, dañando las estructuras en que se sustentaba su convivencia,
introduciendo factores de radicalismo ajenos al país y convocando hacia este país
grandes intereses estratégicos y geopolíticos que dificultaban una solución.

Como consecuencia de aquella guerra, que duró una década, se sembró la semilla de
una nueva forma de terrorismo, la mayor amenaza a la que se enfrenta el mundo en la
actualidad. Fue también en este país, tras la vuelta de Osama Bine Laden en 1996,
donde la red de Al-Qaeda, bajo la protección del régimen talibán, ahondó sus raíces y
adquirió una dimensión y una organización de primer orden. Gracias al santuario
afgano la red terrorista pudo llevar a cabo ataques cada vez de mayores dimensiones,
culminando su escalada en los dramáticos sucesos de 11-S.

Los ataques contra Nueva York y Washington pusieron a los EE UU en pie de guerra. La
gran potencia pasó de una cierta indolencia y del cansancio de tener que hacer el papel
no deseado de gendarme mundial, a la impaciencia en materia de seguridad y a querer
conformar el mundo por la fuerza, prescindiendo en gran medida de la cohesión
internacional. Frente a operaciones menos costosas y arriesgadas que hubieran
permitido afrontar la estabilidad mundial en el pasado, en la actual situación, con una
guerra envenenada en Irak, el horizonte de seguridad mundial se ha complicado.

El mundo occidental corre el peligro de dividirse y las posiciones que separan a unos
mundos de otros tienden a distanciarse. Pasiones intensas se han adueñado del
contexto intelectual de la seguridad.

A todo esto hay que añadir el problema de la droga y el crimen organizado, que ha
encontrado en el conflicto afgano un caldo de cultivo donde crecer y desarrollarse. Si

91
hoy se pudiera rebobinar el pasado, no hay duda que la Comunidad Internacional
reconsideraría muchas de sus decisiones en relación con las guerras en Afganistán,
tomaría medidas para parar éstas desde sus primeros estadios y no escatimaría
esfuerzos en la pacificación y reconstrucción del país.

Afganistán, ha demostrado de una forma muy clara que la guerra siembra la semilla de
la conflictividad y la violencia, y que contribuir a la pacificación y estabilización de los
países sometidos a prolongadas e intensas experiencias bélicas es una inversión
rentable en materia de seguridad mundial. Sin embargo, las consecuencias negativas
de una guerra no se pueden conocer con precisión hasta que éstas van tomando
cuerpo y resulta difícil convocar los esfuerzos necesarios para la pacificación desde una
argumentación anticipativa. Se necesitaría, pues, tomar medidas para curar una
enfermedad antes de que aparezcan los síntomas. Tampoco se sabe con certeza cuál va
a ser el conflicto, entre los múltiples que hay en el mundo, cuyas consecuencias van a
afectar de forma grave a la seguridad mundial.

El estudio y conocimiento del prolongado conflicto afgano y de sus consecuencias,


permite, no obstante, fortalecer la convicción en la necesidad de sumar las voluntades
internacionales para la pacificación de los lugares castigados por el azote de la guerra.

No en vano ha señalado Araceli Mangas Martín, que Afganistán se ha convertido en


una verdad incómoda ya que la invasión y ocupación del país por los ejércitos de
Estados Unidos y del Reino Unido no fue ni está siendo una modélica utilización de la
fuerza armada de conformidad con la legítima defensa tal como se regula en el artículo
51 de la Carta de la ONU y se interpreta por la Corte Internacional de Justicia. Por esta
razón conviene poner las cosas en su sitio, los internacionales no se están enfrentando
a una misión humanitaria, sino a una misión de clara naturaleza militar.

De todos modos, habrá que reconocer que la solución militar al conflicto afgano no
parece ser la vía más adecuada, incluso Washington comienza a reconocer que será, a
partir de ahora, necesario comenzar a ganar las mentes y los corazones de los afganos.
Como apunta Luis Elizondo Belden, habrá que tener en cuenta que históricamente
Afganistán ha sido el cementerio de diversas aventuras militares imperiales (basta con
recordar las experiencias del Imperio Británico y de la Unión Soviética). No obstante,
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con el General Petraeus a cargo del Mando Central es probable que se intente aplicar
en Afganistán la fórmula iraquí, es decir de aumentar las tropas y de armar a las milicias
locales con el fin de abatir a la insurgencia, aunque, como señala Elizondo, mayores
tropas estadounidenses en la zona podría significar importantes cambios en la cadena
de mando de la ISAF y, por tanto, en la relación entre la OTAN y el Pentágono. Por su
parte España ha apoyado la idea de que la estrategia seguida por la OTAN se oriente
hacia la afganización, a la mejora de la coordinación internacional, al incremento del
control político de la ISAF por el Consejo Atlántico y al equilibrio entre seguridad,
reconstrucción y desarrollo como elementos inseparables de la estabilización. Como
con acierto se apunta en el ARI, elaborado por Iñigo Pareja Rodríguez para el Real
Instituto Elcano251, sobre la estrategia a seguir, España mantiene una postura favorable
al control político de la operación que permita incorporar los demás elementos:
apropiación local, coordinación internacional, reconstrucción y desarrollo, enfoque
regional inclusivo o la prevención y gestión de bajas civiles, y que defendemos en los
demás foros relacionados con Afganistán, como son Naciones Unidas y la UE. Con estas
ideas eje, habrá que observar atentamente la política que siga el nuevo Gobierno de
Pakistán y las modalidades que se decidan para la implicación de la ISAF en la lucha
contra el narcotráfico, las condiciones de seguridad o los derechos de las mujeres en
Afganistán.

La inseguridad, la droga y la permanente discriminación femenina siguen siendo temas


pendientes de resolver y que como se mantengan sin control llegarán a enquistarse en
la sociedad afgana. No se ha bajado el índice de violencia e inseguridad, numerosos
atentados suicidas han dejado una enorme secuela de muertos y heridos la droga se
está convirtiendo en la principal economía del país ya que exporta el noventa por
ciento de la heroína que se consume en el mundo y, por otro lado, a pesar de las
importantes reformas a favor de la mujer se trata de un proceso muy lento que sólo ha
conformado reformas más formales que reales.

Afganistán vive una situación extremadamente compleja, por lo cual se hace necesario
un cambio urgente de estrategia, pues como ha señalado el escritor Tariq Alí, la guerra
de Afganistán está perdida. Por lo cual la Comunidad internacional se muestra
expectante ante el giro operado en la política exterior norteamericana con la nueva
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Administración de Barak Hussein Obama en la que, como ha señalado recientemente,
James Jones, el nuevo asesor de Seguridad de Washington, Estados Unidos reconoce
que se han cometido muchos errores en la política realizada de Afganistán y ha pedido
un cambio de estrategia. Además, ha agregado, que las acciones se han concentrado
demasiado en la parte militar, que si bien, es importante, no es la única vía, pues se
han descuidado otros campos como la lucha contra la droga y la coordinación
internacional, creo que hemos comprendido, poco a poco, que los problemas en
Afganistán no afectan a un solo país, sino que se trata de un problema regional. No
obstante, el almirante Mike Mullen, Jefe del Estado Mayor de los Estados Unidos, ha
anunciado que en este próximo año serán destinados a la zona entre veinte mil o
treinta mil soldados adicionales del ejército estadounidense. La situación es compleja.

En opinión de Norine MacDonald, directora del Senlis Council, la democracia en


Afganistán es tan frágil, que las elecciones presidenciales previstas para dentro de poco
más de un año son imposibles a menos que mejore la actual situación de seguridad y
estima que debería doblarse el vigente despliegue de cuarenta mil soldados que
operan bajo la férula de la OTAN y considera que para ello debería formarse una fuerza
directamente apoyada por el Consejo de Seguridad.

Afganistán se encuentra en una encrucijada que no sólo afecta al país, sino que su falta
solución política puede alterar el equilibrio inestable en la región, con serias
consecuencias en la Comunidad internacional.

Ha que evitar que Afganistán se convierta en un país controlado por los países vecinos
especialmente por aquellos que s han sido convertido en santuario de terroristas,
radicales islamistas y demás yihadistas cuyo fin último es conducir al país a la Edad
Media o, lo que es incluso peor, para poder beneficiarse de esa situación. Pero no solo
hay que cargar las tintas contra los radicales islámicos. Buena parte de los problemas
del país es culpa de los señores de la guerra que durante años se han enriquecido y han
empobrecido al país a golpe de rifle y de balas; si la paz se instaura en Afganistán estos
terratenientes de la guerra perderán su negocio y dejarán de ingresar cantidades
ingentes de dinero provenientes de la muerte y del sufrimiento de los más
desfavorecidos. Para que esto ocurra, y la paz sea una realidad en Afganistán, se debe

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disponer de unas Fuerzas de Seguridad capacitadas, entrenadas y con buen sueldo para
evitar la inseguridad, la corrupción y donde prevalezca la seguridad del ciudadano por
encima de los intereses personales de estos grupos desestabilizadores.

Esta paz es solo posible con la ayuda de la Comunidad internacional; quien debe
obligar a los países vecinos a que dejen de usar Afganistán como su campo de batalla
particular donde dirimir sus rivalidades. Pakistán ha sido uno de los países que más
beneficio ha sacado de la inestabilidad de Afganistán en su lucha con la India. Su lucha
contra el terrorismo islamista jamás ha sido efectiva y ha sido uno de los impulsores de
la creación de nuevos grupos radicales para combatir a la India y para conseguir que
Afganistán siguiera siendo un caldo de cultivo para redes internacionales donde poder
establecer sus bases de entrenamiento. Irán también ha sido un aliado poderoso de los
insurgentes en su lucha contra las tropas de la OTAN desplegadas en el país.
Se debe definir al enemigo de Afganistán, para que la policía y el ejército luchen contra
los terroristas, porque el Estado afgano todavía no tiene esa definición.
Tener un ejército que vele por los intereses del país y no por los propios (la corrupción
es uno de los lastres más pesados de las Fuerzas de Seguridad) porque en 2014 los
soldados de la coalición internacional abandonaran el país y si no existen unas fuerzas
capaces de mantener la paz y la seguridad, y lo que es más importante, que no sean
identificadas por el pueblo como su salvación, Afganistán caerá en una espiral de
violencia de la que le costará décadas salir.
Hay que definir el beneficio nacional del país, en estas últimas semanas Pakistán está
disparando cohetes contra territorio afgano, matando a civiles inocentes mientras las
autoridades de los dos países argumentan desconocer la situación del conflicto entre
ambos países.

La retirada de las fuerzas internacionales será un bien para el país cuando exista un
ejército y una policía capacitada porque sin tenerlos, la retirada de las fuerzas anima a
los insurgentes y talibanes en el combate y aumentan a sus ataques, también tenemos
experiencia cuando los soviéticos fracasaron y salieron muchos comandantes y
militares del gobierno de presidente Nayibulá se reunieron con los Muyahidines.

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El problema reside en la debilidad del gobierno de Hamid Karzai no existe una figura
emblemática y que tenga el poder suficiente para manejar el país; creando un vacío
institucional muy importante. Los afganos han comenzado a entender que su gobierno
se ve incapaz de atajar las agresiones provenientes del interior y del exterior. Además,
cuando un/a afgano/a preparado/a y profesional quiere trabajar no tiene sitio, si no
tiene relaciones con las altas esferas del país se verá abocado a una vida de pobreza y
lamento ya que no podrá trabajar en ningún sitio que requiera su valía y su
preparación. Los comerciantes y los profesionales cuando vienen de fuera del país lo
hacen con mucho presupuesto y con una experiencia que supera el nivel de los afganos
que han decidido quedarse en el país. Pero estos emprendedores se encuentran, a su
regreso al país, con que la clase política y las instituciones son corruptas y todos
quieren hacerse con una parte del pastel, corrompiendo el sistema y desmotivando a
los inversores extranjeros.
Acabar con la corrupción, pagar un sueldo suficiente para los funcionarios para que
puedan vivir con soltura, colocar a los jóvenes profesionales y destituir a los corruptos,
deben de ser las principales preocupaciones del gobierno afgano. La corrupción es un
riesgo que destruirá todo el fruto de estos años y el país perderá todo, porque nadie
piensa en beneficio nacional sino personal.

El tema de negociaciones lo primero, no hay conversaciones serias aún, al menos no


entre el Gobierno afgano y los talibanes. Ha habido un intento de diálogo entre Estados
Unidos y los talibanes explicadas en capítulos anteriores, pero se ha atascado en las
medidas de confianza, que implicaban la transferencia a Qatar de cinco talibán
detenidos en Guantánamo y sus liberaciones que fue rechazado por el Congreso por no
haber garantías de que dichos presos no vuelvan a luchar. Este mes de noviembre de
2012 el jefe Consejo de Paz Salahudin Rabani y otros representantes afganos visitaron
al presidente de Paksitán y han liberado a 8 presos de los talibanes.

La oposición de Hamid Karzia y la gente están muy críticas su plan de negociación. A


pesar de que ha pasado 6 años de este plan no se ha arreglado nada no ha habido
ninguna voluntad por parte de los talibán. La opinión pública y los políticos en cambio

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creen que la solución única es negociar y convencer a Pakistán hasta que este país
tome medidas adecuadas y verdaderas contra el terrorismo y los talibán.

Si la comunidad internacional no mantenga su influencia suficiente tanto en el ámbito


interno sobre los líderes políticos como en escala regional, a los vecinos de Afganistán,
es muy probable que el país vaya al otro conflicto, la otra guerra civil. Entre los factores
pesimistas internas se puede destacar: la corrupción, el opio, los señores de la guerra,
debilidad de las fuerzas armadas, no fortalecimiento del sistema democrático, ni
tampoco las instituciones civiles y. etc.

Las dos coaliciones grandes de la oposición presentes en Afganistán son partidarios de


cambiar el sistema actual centralizado presidencial a un sistema descentralizado
parlamentario. El gobierno del presidente Karzai y sus aliados internos están
absolutamente contra esta propuesta de la oposición.

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BIBLIOGRAFÍA

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p. 43
Ibid. marzo, 2002

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Fuentes 1
Documentos, las noticias, entrevistas

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Fuentes 2
Libros, artículos de prensa

Otras obras
Libros de referencia consultadas

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