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Entonces me di cuenta que te extrañaba

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Archive Warning: Creator Chose Not To Use Archive Warnings
Categories: F/M, M/M
Fandoms: Superman - All Media Types, Smallville
Relationships: Clark Kent/Lex Luthor, Lana Lang/Pete Ross
Characters: Clark Kent, Lex Luthor, Lana Lang, Pete Ross, Oliver Queen, Lionel
Luthor, Lena Luthor, Martha Kent, Jonathan Kent
Language: Español
Stats: Published: 2022-06-21 Words: 13,791 Chapters: 1/1
Entonces me di cuenta que te extrañaba
by epifaniax

Summary

“¿Cuándo comenzaste a creer las ideas de tu padre?”

“No eres alguien para reclamarme por creerle a mi padre” sisea inclinándose hacia Clark
cuya expresión se vuelve dolorosa.

Notes

¡Hola! Aquí publicando este trabajo que tenia guardado de hace meses.
Espero que les guste.

See the end of the work for more notes

Translation into 中文-普通话 國語 available: 然后我意识到我想你了 by Furbenicillin


La guerra…la guerra ocurre y nadie se enteró. Es silenciosa para el mundo, para su
metrópolis de la cual sufre, sangra y llora. La guerra no son bombas ni ejércitos, no, claro que
no. La guerra es inteligencia y los Luthor son inteligentes, así que no es de extrañar que la
guerra sea entre los dos Luthor y la sangre nunca fue suficiente para sellar un destino, sino de
seguro, Lena también hubiera huido por su vida de su propia ciudad, de su propio padre.

¿A esto han llegado? ¿este fue el climax para el que su padre lo preparo? No lo sabe, pero
conociendo al bastardo es muy probable que sea así.

Y fue Lex quien lo comenzó, pero ¿Cómo se suponía que supiera que llegarían a este
extremo? Aunque debería de haberlo sabido ¿no? Son Luthor, cuando se sienten arrinconados
atacan, y él había comenzado a arrinconar a su padre. Ya no era un activo, ahora era un
pasivo y uno que necesitaba liquidarse lo más rápido posible, así que no es de extrañar que
una tarde, mientras trataba de convencer al quinto de una junta de diez en el directorio de que
se uniera a su causa, uno de sus guardaespaldas intentara atacarlo. Lástima que Lex andaba
últimamente con una pistola en la cadera porque de seguro hubiera acabado por su vida.

Los autos estacionándose no fueron un gran augurio, no le quedo otro que reducirse a tomar
una motocicleta y huir de la mansión dejando un cadáver y su sangre a su paso. Los
periódicos dirían que lo secuestraron, los más sensacionalistas que la locura lo alcanzó, los
teóricos estarían más cerca diciendo que su padre lo asesino, aunque ellos también dirían que
congelaron su cuerpo y lo enterraron en un ataúd de cristal dentro de algún subterráneo de
Luthorcorp. Su padre dice que Lex fue asesinado y da como prueba su sangre y el cuerpo del
guardia como el suyo mientras que, sus infiltrados en los barrios bajos le informaron que
Leonel ya había puesto un precio por su cabeza. Así que no le quedaba otra opción. Tenía que
huir de metrópolis para salvar su vida. Su propia empresa Lexcorp era poderosa, sí, pero no
tenía el poder suficiente para hacerle la competencia completa a Luthorcorp, es por eso que
paso al plan b, convencer a la directiva de destituir a su padre por deficiencia mental y al
parecer el anciano se había dado cuenta de eso.

Como si Lex no tuviera demasiado estrés en estos días.

Pero su vida importaba y si quería destronar a su padre tendría que hacerlo a la antigua, hacer
lazos con enemigos, expandirse a otros países, Luthorcorp era demasiado amplio, casi se
vuelve monopolista así que el mejor curso de acción es seguir el dicho del enemigo de mi
enemigo es mi amigo.
Eso no quiere decir que sea fácil.

Las tarjetas de crédito están fuera de consideración, serian fácilmente rastreables. Tendría que
sustentarse con efectivo y no es lo más óptimo porque después de salir de una estación de
servicio se dio cuenta tardíamente que alguien, había robado su motocicleta.

Ser una persona “normal” es demasiado agotador.

Termina comprando una camioneta de mal gusto a un hombre por el doble de su valor, pero
su desesperación por quedarse varado es más grande, así que tiene que doblegarse y ser
inteligente al negociar. La maldita se queda en pana un estado más allá, pero al menos está lo
suficientemente lejos de Metrópolis, ciudad Gótica y ciudad Star. Las conexiones de su padre
en esos lugares son demasiadas, donde sea que Lex pudiera estar alguien podría informar,
aunque en estos momentos el pánico de ser descubierto tiene su corazón al borde del colapso
cuando siente que alguien lo queda mirando por demasiado tiempo.

Es sorprendente lo mucho que la vida le obliga a cambiar. El adolescente mal humorado se


transforma en el joven adulto problemático que es desterrado a un pueblo olvidado por dios y
ahora, a base del dolor y la desesperación se vuelve un adulto.

Termina saliendo de estados unidos. Piensa primero en china, allí hay competidores de
Luthorcorp fuertes, pero también podrían vender su cabeza. Es demasiado pronto para estarse
moviéndose entre conocidos, sabe que debe desaparecer un tiempo.

Tailandia es el destino. El idioma suena nativo, las probabilidades de ser reconocido son
bajas. Se esconde en un templo de monjes y aprende medicina y la paz interior. Es agradable,
si tan solo el corazón anhelante no lo molestara. Extraña metrópolis, mirar desde abajo en la
torre de Luthorcorp a sus luces resplandecientes trayendo el cielo a la tierra. Un
sentimentalismos lo deriva a otro y otro y saca pensamientos que creía enterrados cuando una
noche, entre tigres durmiendo a su alrededor, recuerda a un cierto granjero que le rompió el
corazón.

Una obsesión. Los veinte son una buena edad para desarrollar una obsesión, el corazón es
pasional y la mente lo suficiente soñadora y realista para no dejarse llevar ¿fue su culpa? Es
probable, no sabía que estaba pensando, Clark era demasiado joven, inocente, un granjero
criado a la antigua, hijo de su padre tal como Lex lo era, ¿Qué había estado esperando?

Su padre tenía razón, Lex era demasiado emocional.

¿Oíste papá? Tenías razón.

Eso no significa que la guerra haya terminado.

Lleva tres meses en Tailandia cuando, en un mercado local, lo ve. Un celular, alguien le ha
tomado una fotografía. Se siente como si lo arrastraran de vuelta a la realidad. Un balde de
agua fría. Cuando le pregunta al hombre porque ha hecho eso, después de sobornarlo para
que elimine la fotografía de todos lados, y este contesta un animado “Lex Luthor” con esa
mirada emocionada de los turistas en metrópolis. Sabe que tiene que hacer algo.

La respuesta llega en Francia. Más específicamente en una clínica capilar. Le tomo


aproximadamente cinco segundos identificar aquello que lo hacia Lex Luthor, pero la
decisión termino tomando una media hora y cuando se despierta de la anestesia y la doctora
con sonrisa orgullosa pone un espejo delante suyo, Lex tiene que respirar profundo y
aferrarse fuertemente de sí mismo para no romper en llantos en ese momento.

Una vez, en una de sus tardes conversando, le conto a Clark con sonrisa divertida que él no
nació siendo calvo.

“Yo tenía una bonita cabellera colorina” había dicho orgulloso porque su madre también lo
era, y según palabras de su padre, Lex era de Lilian, con su cabello, sus ojos, y su alma
embriagada de debilidad.

Ahora, con los mechones de pelo cobrizos largos cayendo en cascada hasta su mentón,
rizándose en las puntas, se siente nuevamente como un niño de seis años corriendo por el
maizal inconsciente de como su vida cambiara de un segundo a otro. Si no hubiera
ocurrido…¿si no hubiera ocurrido Lex seguiría siendo Lex? No tendría que arrastrar el dolor
de la vergüenza publica al que su padre o los bullyins de la escuela lo sometieron, no tendría
que dar explicaciones que no tenía cáncer en su cuerpo, quizás hubiese sido popular, quizás
no sería tan fuerte como ahora porque el dolor te obliga a defenderte de los demás.

La especialista se ve repentinamente aterrada preguntando si hizo algo mal, si el resultado no


es el adecuado.

“…Es perfecto…” respira.

Tener cabello después de más de veinte años se siente extraño, puede sentirlo balancearse a
su paso, es molesto cuando sopla el viento, y por primera vez en muchos años se detiene en la
sección de productos para el cabello repentinamente perdido porque debería de comprar, no
puede permitirse el lujo ni mucho peso, pero tiene la necesidad de apreciar esta nueva parte
de sí mismo.

No reconoce del todo su reflejo.

Sus ojos han perdido ese brillo inocente, lo reconoce, el casi juvenil, no le extraña en
realidad. Podría ser su causa tener que viajar semana a semana negociando con personas que
antes nunca hubieras negociado. Su cuerpo también ha ganado un poco de masa muscular, se
ve más formado. Finalmente ha madurado y piensa con tristeza anhelando ese yo de veintiún
años que no tenía que mirar a su espalda cada cinco minutos y no se asusta de las cámaras
fotográficas. Ha cambiado. A veces no puede evitar preguntarse si Clark también ha
cambiado. ¿se ha olvidado de Lex? Es probable, no hay vuelta atrás, no para él, menos para
los Luthor.

Es mejor que siga viajando.

Gracias al cielo el dinero nunca se acaba sino no sabe lo que haría.

La soledad ya no es tan pesada, pero Mercy es una presencia bienvenida.


La conoce en Rusia. En medio de una negociación con uno de sus rivales a los cuales le
ofrece una lianza comercial cuando establezca su imperio, entrando a rastras, sujeta por
cuatro hombres corpulentos para ser arrojada sobre la mesa central sin dignidad en su rostro
destrozado. Ahora, no es que la mayoría de las empresas con los que los Luthor tenga
relación tiene un lado oscuro, pero para ser realistas la mayoría de las empresas poderosas lo
tiene y esta no fue la excepción.

“Es una mis guardaespaldas, me ha sido bastante irrespetuosa últimamente” explica el jefe a
cargo con la mujer murmurando algo sobre el siendo animal toqueteándola.

Lex estaría mintiendo si dijera que el fuego en su mirar no lo llamo para nada.

Termina saliendo de Rusia con una alianza comercial realizada y Mercy caminando a su
costado. Se vuelve una pieza fundamental en su vida, sobre todo cuando le enseña a Lex a
pegar un buen puñetazo como ella lo llamo y, sinceramente, no puede evitar recordar un poco
a aquella hermana que abandono.

La llamada de una de sus secretarias de confianza llega en la tarde. Clark Kent y Chloe
Sullivan junto a otros periodistas van a dar una vuelta por Luthorcorp, invitados por la
caridad de su padre. Claramente el hombre aun no olvida los lazos de Lex, quiere matar toda
imagen, aunque con Clark no le queda nada, aun así, ordena que Samantha se mantenga al
margen de su vista. Hace unos años, cuando Clark iba en primero de universidad, Jonathan
Kent fue llevado al hospital de urgencias. El diagnóstico: necesitaba una complicada
operación. Los costos de contratar y traer al especialista desde Estambul eran demasiado altos
para que el estado lo costeara solo por un humilde granjero, además Lex casualmente tenía el
teléfono de aquel cirujano, pero aun necesitaba a alguien de confianza para manejar todo el
papeleo y no permitir que su donación se descubriera por lo que envió a Samantha, una de
sus asistentes más antiguas. Una mujer de edad que había conocido antes a su madre. Ella fue
quien les dio las noticias a los Kent en nombre del hospital, la que envió al transporte, la que
firmo los papeles y hablo con el doctor.

El mensaje de confirmación dice que todo salió bien.

Vándalo el salvaje no estaba en sus planes, aun no, pero es a los seis meses que el hombre
(para su molestia) lo arrincona en Alemania.
“Vándalo” saluda Lex con un arma apuntándolo entre los ojos y Mercy tirada en el piso
inmovilizada.

El hombre o mejor dicho inmortal, es molesto, exige y amenaza y cuando Lex le dice que los
planes de su padre son destruir el meteorito y sacarlo del camino (una mentira, no está
confirmado, pero Lex conoce a su padre y sabe que lo hará en algún momento) se detiene
para por fin razonar entre ambos. Promete no tocar el estúpido meteorito (otra mentira) y una
alianza para la tecnología Lexcorp.

Es un año después, con Vándalo, Ra’s al Ghul, Black Manta, otros villanos y más alianza de
las que su padre alguna vez pensó que llama por primera vez a Lena quien llora y lo maldice
al teléfono.

“Eres un bastardo. Una llamada Lex, ¿te hubiera matado una llamada?” pregunta y Lex tiene
que sonreír porque Lena ni se imagina la cantidad de personas que han intentado matarlo.

Lena siempre fue más humana de todos. Ella llora un poco, se enoja, lo maldice y al final le
dice que lo quiere en ese tono de no es para tanto porque aun así están demasiado estreñidos
en todo lo sentimental.

¿Cuál es el costo de vivir una vida en paz? La respuesta es solo una bala. Algo poético en
realidad, aunque no puede evitarse preguntar si su padre apretó el gatillo por venganza o
desesperación personal. Es muy probable que sea la primera, después de todo siempre
aseguro que nunca le daría a Lex el gusto de verlo en sus últimos momentos. El mundo
entero se paraliza en shock, ha caído un grande por los próximos cinco meses solo se hablará
de Leonel Luthor y su trágica historia, pero Lex tiene el consuelo de una vez transcurrido ese
tiempo solo será recordado como el padre del Luthor más grande.

“Ha caído un grande” dice el título del planet.

“Leonel Luthor fue encontrado muerto en su despacho. Un suicidio” aseguran en la televisión


y un grupo de alumnos de periodismo en la universidad de metrópolis publica un artículo con
el título “el padre de una familia rota”
Hablan de Leonel Luthor y Lex como si lo conocieran, su tono es aquel nivel de sarcasmo y
sin vergüenza que tiene que cerrar los ojos un segundo y respirar. Dicen que su familia es el
epitomé de toda aquello que pretende estar bien, lo comparan con una banana madura por
dentro y cuando ve a los co-autores siente que se termina de romper por dentro.

Clark y Chloe escriben bien. Espera que en la vida le vaya mucho mejor que a él.

Lena lo llama esa tarde y llora en su oído con la voz embriagada. No sabe porque, no sabe si
lo ama o lo odia ¿Cómo saberlo cuando no te han enseñado a hacerlo correctamente?

“¿Ha acabado todo?” pregunta con voz pequeña a las tres de la mañana y por primera vez en
mucho tiempo, Lex mira las estrellas y se siente en calma.

“Sí…ha acabado todo”

Leonel Luthor es enterrado un sábado a cajón abierto para asegurarse que el bastardo no lo
está engañando. El funeral debió de haberse hecho para el mundo, pero como Lex aun esta
“muerto” Lena fue la voz con peso en el asunto y su hermana siempre fue más privada y
menos luthoriana por lo que negó a todos la entrada.

¿Un último acto de rebeldía tal vez?

Lena vuelve a llorar cuando Lex sale del automóvil. Ella lo abraza, enmarca su rostro con sus
pequeñas manos, acaricia su cabello, alaba su apariencia que lo hace sonreír adolorido.

Termina prometiéndole una visita agradable al estilista cuando todo esto se haya calmado.

Su padre es enterrado junto a la tumba falsa de Lex. Esta limpia, completamente abandonada
y no puede evitar sentirse melancólico por ello. Lena parece sentir su malestar pues sigue la
dirección de su atención explicando sin necesidad de ello que no se sentía bien venir a dejar
flores.
“…No importa” cierra la conversación para centrarse en la próxima tumba que estará
abandonada.

Permanece de incognito por un mes aproximado, aunque eso no significa que este fuera del
juego. Guía a Lena en el papeleo y se encarga de hacer una llamada a todos los inversionistas
y accionistas grandes informándoles de ante mano que Lex Luthor está muy vivo y es dueño
del tablero. También se cuida mucho, va manicuristas para reparar el daño de sus manos por
el difícil viaje, revisa que el cabello este creciendo adecuadamente, lo peina y arregla de tal
manera que las curvas caen hasta un poco más debajo de la mandíbula, es suave, le gusta
como parece encenderse bajo el sol.

“Te ves hermoso” alaba Lena cuando sale del salón.

La fiesta de metrópolis es una reunión consolidada desde que Lex estaba en pañales.
Recuerda que sus padres solían llevarlo por la alfombra repleto de periodistas y aspirantes
captando sus gestos, cazando sus fallas, nunca se perdió una hasta el año pasado. Si no mal se
equivoca estaba en Francia por esas fechas. No está muy seguro al respecto. Aun así decide
que es el momento, es hora de retomar el control.

Esa noche, antes de partir, toma una copa de champan que levanta frente al periódico titulado
“el padre de una familia rota” enmarcado en su nueva oficina.

“Esto es gracias a ti papá. Tú me hiciste quien soy hoy”

Es lo típico. Un auto tras otro. Lo normal. El auto anterior al que antecede a Lex se detiene, le
abren la puerta, una mujer sale, las cámaras enloquecen, los periodistas piden atención. Se
pregunta por un segundo si Clark está en alguna parte, tercer año no es extraño al trabajo de
campo si les va bien a los estudiantes. Pasa el auto delante suyo. Una sonrisa se forma en su
rostro cuando nadie más que Oliver maldito Queen sale agitando su brazo como un ganador.

La sonrisa se extiende por su rostro. Mercy junto a él se acomoda las gafas oscuras, murmura
“diez segundos para la salida”.
Puede escuchar a Queen soltar un “¿Acaso no lo sabes Luthor? No tienes amigos"; sentir su
presencia empujándolo contra la pared.

¿Qué mejor?

Su limusina se detiene. Mercy sale echando al paje quien mira ligeramente descolocado a su
guardaespaldas para dar un paso al costado. Pasa el tiempo establecido. Queen aún se está
acicalando en medio de la alfombra. Si quiere que lo humillen no necesita ser tan obvio al
respecto, Lex lo hará gratis.

Es hora del show.

Tiene su cabello suelto, peinado ligeramente en ondas hacia atrás, una melena de león diría su
madre hace años atrás, el colorín contrastando con su piel pálida y sus ojos verdes. El traje
Armani negro nunca se vio tan bien en él. Son tres segundos, Mercy estira su mano
perfectamente elegante, Lex puede verse a sí mismo este último año, escuchar a todo el
mundo hablar a sus expensas, decir que nunca fue lo suficientemente bueno como para vivir,
sostiene el picaporte, decide que es hora que el mundo lo escuche rugir, la puerta se abre, Lex
Luthor sale, el mundo se congela, se silencia y luego…enloquece.

Clark nunca entendió la magia de ser visto. Solía preguntarle si no le incomodaba tener tantas
cámaras a su dirección, pero esa era exactamente el punto, el mundo realmente lo estaba
viendo a él, no a otros. Lex era el centro.

“¡¿Lex?!” exclama Queen volteando a verlo.

“Queen” saluda asegurándose de darle unas buenas palmaditas en la espalda, es un buen


chico, solo ayuda a darle el estrellato “demos unas buenas fotos” anuncia para indicarle a
donde mirar y sonreír encantadoramente con su mano aun colocada dominantemente en su
hombro.

Es su ciudad después de todo. No lo pueden culpar por querer el estrellato.


“Señor Luthor ¿Qué nos dice respecto a las declaraciones de su muerte?”

“¿En verdad murió señor Luthor?”

“¿La compañía quedara a manos de Lena Luthor?”

“¿A qué se debe el cambio de look?”

“¡Señor Luthor denos una declaración por favor!”

“¡Señor Luthor!” exclaman Chloe empujada por la multitud.

El periódico en su estudio está enmarcado en caoba de la mejor calidad.

Decide que lo mejor se espera, así que simplemente da una vuelta para entrar justo a tiempo
que Mercy llega a la puerta por el costado siguiéndolo al interior como una sombra mientras
la multitud dentro del salón lo mira atónita.

Es un buen tiempo para vivir, sobre todo cuando la mayor parte de tu vida la pasaste
sobreviviendo.

“Eres un demonio” suelta Queen con un brillo divertido en sus ojos.

Toma un sorbo de su copa de champan.

“¿Y debería de ofenderme?” pregunta sin impresionarse viéndolo acercarse.


Queen, el buen y querido Queen. El hijo rebelde. El hijo amado. El popular. El adorado.

“No, solo estoy en punto de creer que no importa que, nada puede detenerte”

“Si has venido alagarme tengo un salón completo para ello” informa apuntando alrededor con
la mano, pero no parece el objetivo de Queen que lo mira de soslayo pensando en voz alta
sobre algunos competidores de él que recientemente han adquirido más poder comercial.

Por supuesto, ellos fueron aliados suyos.

Hace un ruido pensativo.

“Las molestias del libre mercado” suelta dejando la copa en un plato. A lo largo de su noche
se han acercado solo los más valientes, aquellos que no le asustan o son lo suficientemente
curiosos para asegurarse que no están ante la presencia de un fantasma. Los periodistas se
han quedado a fuera, acampando acechantes de las pobre presas que se atreven a salir por la
puerta delantera.

Es allí a por donde sale con la frente en alto y los hombros relajados. Los guardias de
seguridad deben de sujetar la valla mientras los periodistas se tropiezan con sus pies
intentando acercarse lo máximo posible.

Comienzan nuevamente “¡señor Luthor!” “¡señor Luthor por favor!” “¡Lex!”

Gira sobre sí mismo elegante mirando a todos alrededor. La limusina se detiene al final de la
alfombra. Les sonríe encantador, casi disfrutando de su inquietud, puede verlos ansiosos por
quitar una palabra de sus labios.

Tendrán que esperar al menos dos días cuando cita una rueda de prensa que se transmite a lo
largo del todo mundo. Explica que su pobre padre lastimamente estaba en su límite mental,
de cómo persiguió a Lex por todo el mundo mientras este intentaba quitarle el control por el
bien de su integridad. Remarca que el dominio de Luthorcorp pasara a sus manos y no a las
de Lena y que por lo tanto él se transformara en el dueño e inversionista principal.

Los medios de todo el mundo lo titulan como el conquistador volviendo a la tierra bendita.

“¿Y ahora qué harás Lex?” pregunta Lane y Lex sonríe suavemente.

Primero, borra a su padre de todos los lugares. Luthorcorp pasa a ser Lexcorp. El edificio
frente al planet ahora es la sede principal. De niño su padre nunca lo dejó subir al último piso.
Los laboratorios no estaban para sus juegos infantiles así que es en la azotea, con el viento
desordenado su cabello, enfriando su nariz cuando lo decide.

“Quiero que construyan un pen-house aquí"

“¿Todo el ancho señor?” pregunta el trabajador ligeramente descolocado abarcando todo el


espacio que los rodea.

Sí. Todo.

Toma aproximadamente un mes que su casa esté terminada. El estilo de decoración es actual,
compuesto de decoraciones simples, salas amplias, donde su padre prefería lo elegante y
antiguo Lex coloco un piano sobre una alfombra peluda y un sillón en forma de L frente a un
gran y plano televisor.

Es su hogar y es perfecto.

El rumor de su nueva propiedad se extiende como la pólvora junto a la cantidad de


entrevistas y charlas que ocupan su agenda.

Después de todo Lex no llevo a la compañía a la quiebra.


“Yo gane” suelta dejando el ramo de lirios blanco sobre la tumba de Leonel Luthor.

Por supuesto que los accionistas y rivales no son lo único de lo que deba de preocuparse. Las
bandas delictuales, aunque minoritaria e invisibilidades, son demasiado peligrosas como para
no controlarlas. Meterse entre estas es un suicidio. No para los Luthor, si su padre podía
hacerlo y salir vivo Lex no tendría problemas.

O eso pensó.

La empresa va bien por unos dos años más, claro, hasta que aparece el dichoso Superman con
su capa roja ondeando al viento y la mirada de un viejo conocido en sus ojos. Lex lo
reconoce, no necesita demasiado tiempo sus ojos tienen ese frio idéntico a la última vez que
hablaron.

Discuten mucho, se le acusa de tanto, la mayoría son ciertas, pero Superman es ciego, no ve
el cuadro completo, no sabe cuánto ayudara lo que está creando en ese laboratorio en un
futuro. Gracias al cielo Batman es mucho más visionario. El murciélago, aunque tiene
pésimos modales (se cola a su oficina sin invitación) le propone un puesto como su científico
principal en lo que él llama “la liga de la justicia”

Cree saber un poco como se sienten los superhéroes cuando ve uno de sus inventos salvando
el día. Es una sensación de grandeza, plenitud, pronto esta implementado a cada superhéroe
con gadget que facilitan su tarea incluido al mismo Superman que obtiene lo que Lex con
orgullo denomino su “estrella solar en miniatura”. Un artículo del porte de su palma que
absorbe la energía del sol y puede imitarla en situaciones de gravedad.

Ayuda mucho. Nunca obtiene un gracias de alguno de ellos, pero sus trabajadores, la cara
visible de su trabajo sí y está bien, no necesita la atención del equipo expande, aunque sería
agradable que Superman dejara de intentar gritarle en la cara. No se puede obtener todo en el
mundo.

¿O sí?
Una mueca de dolor se le escapa involuntariamente, le duele las costillas, estar sentado no
ayuda en la presión, pero los malditos traficantes de armas no comparten la aversión por el
dolor que él siente así que lo obligan a estar en esa posición menos autoritaria y amenazante.

“¿Cuántas veces tengo que decirlo?, no tengo armas” suspira cansado recibiendo el cañón de
una pistola frente a la cara.

Bien, no es la primera vez, sin duda ha perdido cierto encanto porque no se ve asustado solo
irritado y el idiota que la empuña lo mira molesto por ello.

“Uno de tus trabajadores en la liga te apunto como el cerebro de su armamento” informa uno
de los secuestradores.

Genial. Le dijo al idiota de Batman que esto pasaría y paso. Más vale que no pierda sus
dientes o el murciélago lo pagara.

“Sí, pues…no tenemos la mejor relación, aunque si quieres puedes ir al murciélago, dudo que
sea tan conversador como yo” bromea recibiendo un maldito culatazo directo a la mejilla que
lo hace ver estrellas por unos minutos y parpadear al sentir algo cálido corriendo por su
rostro.

Sangre…y por lo que ve tiene el cabello pegado a la cara. Ahora está viendo las desventajas
de mantenerlo hasta la mandíbula, será una maldita odisea limpiarlo.

Debe de verse fantástico.

“Tiene unas lindas uñas, envíalo a Nial para que haga su magia” ordena a lo que los lacayos
lo toman de los brazos levantándolo bruscamente, sacándole un gruñido de dolor por las
costillas, para en caminarlo a otro cuarto donde lo ponen en una camilla con ataduras de
cuero en los pies y manos.
Es en su quinta uña que ya no puede más. Pide un segundo para respirar. El rostro le late.
Murmura algo sobre saber que no debió de meterse con la liga. La visión le nada, no puede
respirar correctamente y está seguro que soltó un comentario en alemán que solo le gano otro
maldito puñetazo en el mentón. Gracias al cielo todo se va a negro rápidamente.

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Cálido….

Es curioso, no hubiera pensado que se sentiría cálido, pero lo hace, abre sus ojos con
dificultad cerrándolos adoloridos cuando la luz de la mañana lo ataca. Intenta cubrirse el
rostro con su mano derecha sin embargo le duele por lo que la mira con asco al ver las vendas
cubriéndolas.

Está en su cuarto. La cama amplia. Las sabanas de seda. Las malditas plantas que no sabe
porque las consiguió, pero en ese momento creía ridículamente que le faltaba un poco de
verde al cuarto; están allí junto a la ventana. ¿Cómo llego aquí? Piensa levantándose con una
mueca de incomodidad que no llega del todo porque su rostro se siente extraño.

Lo primero que piensa es que Lane va a tener un día de campo con él. Casi puede verlo. Lex
Luthor tomo más de lo que pudo y ahora se está ahogando.

Levantándose de la cama lo primero que nota es que alguien le ha cambiado de ropa, todo
excepto la ropa interior. Ahora viste su pijama. Y la sangre de sus manos y rostro se han
lavado con metodicidad. Tiene que apretar los dientes y respirar profundo en cada paso que
da. Quizás Mercy fue quien lo termino salvando. De a poco logra llegar al baño. Donde suelta
un “mierda” enfurecido al ver su rostro en el espejo. Es la definición de un arcoíris en tonos
morados.

Ellos pagarían por esto. Lo jura, le daría el infierno. A ellos y Batman, decide con pasión
apoyándose en el marco de la puerta y volviendo a la cama donde se acuesta soñando con
impartir el temor de dios. Vuelve a despertar un buen tiempo después. Abre sus ojos
suavemente sintiendo la presencia de alguien a su lado, girando su cabeza. Lo primero que
nota es que en su mesita de noche hay un jarrón con un ramo de lirios blancos que no estaban
allí la última vez que se despertó, siguiendo la línea de visión a una silla, también fuera de
lugar, ocupada por Clark Kent con un periódico en sus manos, esas gafas horrendas en su
rostro, y su cabeza ligeramente inclinada a un costado para mirar a Lex despertar.

¿Es esto acaso alguna clase de ilusión producto de una droga que le inyectaron? ¿quizás lo
golpearon demasiado fuerte? Su cerebro lo está engañando. Piensa rápidamente mientras ve a
Clark Kent o la ilusión de Clark Kent acercarse con una mirada suave impropia de él.
¿Cuánto ha pasado? seis años. Es suficiente para que Lex tenga que levantar un poquito la
mirada. Lo necesario para quitar ese cierto toque de inmadurez e inocencia.

¿Qué decía el refrán?

Un hombre no puede cruzar un rio dos veces, porque nunca serán el mismo hombre ni el
mismo rio.

“…Deben de haberme golpeado bastante fuerte…” piensa en voz alta viendo al Kent
pestañar, alejando ese brillo suave y pegajoso de hace unos segundos atrás para reemplazarlo
con preocupación.

Clark se inclina hacia él. Esa franela cuadrilles no debería de verse también en alguien. Tiene
que apartar la mirada para centrarse, comenzando a impulsarse con una ligera mueca para
sentarse en la cama y encontrar a Clark levantado de la silla, de pie junto a él acomodando las
almohadas en su espalda. Se congela un segundo para mirarlo sospechoso antes de inclinarse
suavemente sobre el fuerte.

“Gracias” responde sin saber muy bien cómo actuar mientras el “otro hombre” lo mira con
demasiada atención.

“¿Cómo te sientes? ¿te duele algo?” y el primer instinto de Lex obviamente lo comanda a
soltar un “no” porque es una pregunta normal después de todo. ¿Papá te golpeo demasiado
fuerte?, no te preocupes, está bien. ¿Su madre murió?, pero está bien. ¿Su mejor amigo le dijo
que no tenía alma?, no hay problema, está bien.

Lex está bien incluso cuando no lo está y Clark parece saberlo porque lo mira por demasiado
tiempo hasta el punto que tiene que soltar un “¿Qué?” sin romper el contacto visual. Su
corazón parece tener una crisis mecánica cuando el granjero acerca su mano, pasando casi en
una caricia fantasma sus nudillos contra su mentón.

¿Qué está pasando aquí?

Quizás se haya olvidado de respirar de paso, pero no parece ser notado. Eso ni su confusión
ante la situación porque Clark se endereza y le informa que le traerá algo para almorzar,
dando media vuelta, saliendo del cuarto mientras Lex trata de entender que rayos está
ocurriendo.

Para su suerte Mercy es la siguiente en entrar. Le informa que la pandilla que lo secuestro en
su mayoría ha sido encarcelada con las pruebas de sus fechorías entregadas por Superman a
la policía.

Superman…

Superman lo rescato.

“Intente convencerlo de que se marchara, pero se negó”

No sabe que pensar o sentirse al respecto por lo que cuando vuelve a verlo entrar con una
bandeja en sus manos tiene intenta explicarle que no es necesario, que no está enfermo.

“No, claro que no, solo tienes una pintura abstracta en tu cara, tres costillas rotas y una mano
sin uñas” suelta molesto congelándolo. De inmediato se gana una expresión de
arrepentimiento “lo siento…yo-” se detiene avergonzado “no estoy enojado contigo, solo-
solo estaba preocupado” traga.

No lo piensa correctamente ante de soltar un incrédulo y desconfiado “¿por mí?” que parece
hacer sentir peor a Clark porque su expresión cambia a un shock, abriendo su boca y
cerrándola para apartar la mirada.
Tiene que aclararse la garganta en un intento de disipar el incómodo ambiente.

Clark pone suavemente la bandeja en su regazo. Es jugo de naranja acompañado de un


sándwich de pavo que grita que fue hecho por la misma persona que insiste en que coma
porque su chef estaría horrorizado.

“…Gracias” suelta de manera automática y Clark no se va. Se sienta en la silla junto a su


cama con Lex mirándolo por el rabillo del ojo mientras se lleva el sándwich a su boca. Le
duele la mandíbula. No lo hace notar.

Si hay algo que aprendió en sus años de amistad es que con Clark las preguntas podían ser un
arma de doble filo. ¿entonces qué hizo? Pues como todo buen conquistador aprendió a pelear
sus batallas desechando temas en lo que sabía que la probabilidad de obtener una verdad era
mucho más baja.

Comienza con la universidad. Efectivamente Clark le dice que se graduó de periodismo hace
dos años, se ve un poco modesto cuando le informa que está trabajando en el planet haciendo
equipo con Lois Lane algo que obviamente Lex ya sabía. Lee sus publicaciones, puede
diferenciar perfectamente que parte escribió cada uno.

Terminado el sándwich echa a Clark muy educadamente agradeciendo su presencia y


preocupación.

Es más fácil sacarlo, doloroso, pero necesario. Sin embargo, no termina allí porque Clark
vuelve en la tarde con una mochila al hombro mirando a Lex como si fuese un niño con la
mano en el tarro de galletas porque esta con su traje de negocios levantado.

“¡¿Qué haces aquí?!” Chilla vergonzosamente. Clark se arregla la mochila en el hombro


informándole que no puede dejar a Lex solo cuando está herido “¿disculpa?”. La ligera
añoranza por el adolescente desconfiado nace en su pecho cuando el hombre simplemente
entra a su casa preguntando por Mercy.
Tiene que cerrar y abrir la boca varias veces hasta que logra infórmale que esta a cargo de
Lexcorp mientras está recuperándose obteniendo una mirada satisfecha que siente no merecer
ya que si el traje indica algo es que intento asistir a algunas reuniones, pero no le fue muy
bien. El maquillaje en su rostro no dura lo suficiente ni se ve adecuado para visitas sociales.

“Ve a la cama, prepare la cena” ordena Clark metiéndose en su cocina, su tono es confiado,
relajado, totalmente seguro de su lugar con Lex siguiéndolo indignado.

Ni cama ni cocina esto es el colmo.

“Sal de mi casa” ordena apuntando a la puerta y el maldito de Clark lo mira como si estuviera
haciendo una rabieta.

“¿Te apetece pizza? ¿qué tal si te quitas el traje? Comeremos en tu cama”

En su-

¿Qué?

“¿Acaso no tienes trabajo?” pregunta yéndose a la segura. Es día de semana ¿no?, Clark no
puede estar metido toda la noche en su casa jugando a la niñera.

“Le dije a Lois que tenía una emergencia familia” informa con simpleza como si eso no
pusiera brevemente su mundo de cabeza.

“Pues ve con tu familia, yo puedo cuidarme bien solo” incita recibiendo una mirada atenta
“yo-yo agradezco tu interés en mi bienestar, pero-” comienza como un viejo guion gasto que
Clark interrumpe con una suave sonrisa hacia él con el delantal de cocina ya puesto, sacando
los ingredientes de su mochila.

“Entonces vete a la cama”


“¡NO!” exclama demasiado fuerte para su gusto cerrando la boca, masajea el puente de su
nariz con una mueca de dolor alejando la cabeza cuando siente algo frio contra su mandíbula.
El Kent le tiende una compresa fría que toma un poco perdido mientras le informa que paso a
la farmacia para comprarlas.

Esto…esto es ridículo.

La realidad parece deformarse este último año. Normalmente a base de acciones, pero ahora,
son las palabras, aquellas que salen de la boca de Clark diciendo un “Soy Superman”
informa, así de sencillo, como si no se la pasó todos estos años intentando evitar una verdad,
inventando mentiras para cubrir lo inexplicable, como si Lex no hubiera soñado con esta
situación demasiadas veces. El tiempo transcurre, un tic tac del reloj de la pared mientras lo
mira visiblemente cansado observando como la expresión ansiosa pasa a realización y
después a tristeza lo que es muy molesto cuando el otro hombre murmura un “pero por
supuesto, tú ya sabias eso” como si estuviera tratando de convencerse más a sí mismo, eso se
confirma cuando murmura que Lex siempre lo ha sabido.

No puede tener esta conversación. Da media vuelta con Clark siguiéndolo, llamando su
nombre y recibiendo un portazo en la cara que sabe que no le dolerá, pero desearía que lo
hiciera.

“Lex. ¿Lex podemos hablar?” intenta con voz demasiado madura. Continúa insistiendo por
unos dos minutos cada vez más ansioso.

Es bueno que su casa se haya forrado en plomo después que se revelara cierta debilidad. Seria
vergonzoso que Clark lo vea sentado en la cama tratando de tranquilizarse y conseguir el
control.

¿Por qué vino a salvarlo? ¿Por qué está actuando así? no lo entiende. Piensa en círculos
mientras a fuera el Kent pasa de intentar convencerlo de hablar a intentar convencerlo de salir
y luego de comer.

Metiéndose al baño mira su reflejo. Tiene el cabello despeinado, intenta arreglarse, pero
pierde los nervios y termina fulminándose con la mirada. Ha tenido suficiente de esto decide
saliendo del baño, cruzando su cuarto, abriendo la puerta para encontrar a Clark esperando.

“¿Qué-mierda-quieres?” escupe furioso con la mandíbula apretada de Clark mirándolo “¿Y


bien?” ínsita a lo que Clark le pide que guarde la calma lo cual tiene un efecto contrario “No,
quiero saber que rayos planeas, ¿Por qué estás en mi casa?, ¿Por qué me salvaste? Y ¿Por qué
me estás diciendo esto?” escupe sintiendo a sus traidoras manos temblar dejando un silencio
a su paso con Clark pareciendo respirar profundo y armarse un poco de valor.

“Hace un tiempo…fuimos a una misión en el espacio, un planeta lejano que resulto tener un
sol rojo” informa haciendo un ademan de explicar cómo aquello le quita sus poderes y Lex ya
maneja esa información, él ha creado un traje para limitar aquella exposición junto a la
kryptonita “la cosa es que era una trampa, nos quedamos…atrapados, yo no podía hacer nada
hasta que Batman me entrego un pequeño sol, en miniatura, y pensé ¡wow! Esto es fantástico,
es increíble” suelta ligeramente emocionado creando un sentimiento conflictivo en el pecho
de Lex “estaba…encantado y tan agradecido que fui a los centros de investigación de la liga
y…hablé con todo el que pude intentando alcanzar a la persona que había ayudado con ello.
Resulta que no trabajaba allí, y también resulta que no era lo único que había hecho para mí-”

“¿Y qué? ¿no me digas que te sentiste especial por eso?” responde a la defensiva “déjame
decirte que no eres el único a quien destino mis proyectos” informa lo que termina en un mal
movimiento pues Clark levanta las cejas apuntando a eso exactamente y Lex aún no ve el
punto.

“Yo…sentía mucha admiración y agradecimiento por esta persona. Batman solo me daba
pistas cuando insistía demasiado, me entere que era un humano. Sentí esperanza…porque
había mucho bien en el mundo…” respira acercándose lentamente a Lex.

Bien…

“Creo que te equivocaste entonces” contesta porque Lex no es bueno. Su padre lo sabía, la
gente de Smallville lo sabía, los periódicos lo recuerdan cada vez que tiene la oportunidad,
Clark lo sabía, pero Clark parece leer su mente porque inclina su cabeza hacia abajo,
mirándolo directamente, con sus ojos suaves y arrepentidos para soltar que sí, siempre estuvo
equivocado.

Se siente un poco como una puñalada al corazón.


Todo da un giro en ciento ochenta grados cuando suelta un “lo siento, Lex. Perdóname” muy
suave dejándolo levemente descolocado y preguntando por ello.

“Aquel día…yo dije cosas horribles y tú…lo estabas intentando a pesar de todo, aun con tu
padre, o el resto del mundo” comienza.

Da un paso atrás.

Aguarda.

“NO. Suficiente. ¿es por eso que me salvaste? ¿Por qué cree unas máquinas y
automáticamente ya no soy el malo de la historia?”

“No”

“Por supuesto que no” suelta con sarcasmo.

“Solo quiero decir que no eres una mala persona, Lex” continua y él pone los ojos en blanco
diciéndole que haga lo que quiera, pero que lo deje en paz.

Irónicamente eso parece ser la respuesta correcta porque Clark le sonríe grande, doloroso,
niega con la cabeza, aparta la mirada insistiendo nuevamente en que guarde reposo. Esta tan
confundido. Irritado se acerca hacia el mesón quejándose al respecto, pero Clark se mantiene
firme en su decisión de que Lex debe guardar reposo y cuidarse.

“YO puedo cuidarme, solo” suelta y Clark lo mira directamente. Levanta su cabeza, el mar de
rizos se balancea.
Un segundo después está en la cama cubierto por las mantas, apoyado en las almohadas
cómodamente apiladas en su espalda. Su traje se ha ido reemplazado por el pijama. Mira
alrededor repentinamente perdido y después a Clark acusatorio porque él tenía razón. Clark
hacia cosas fuera de lo normal.

Se gana una mirada de disculpa.

“Yo-” se detiene avergonzado “traeré la pizza cuando esté lista” termina desapareciendo.
Mira a su dirección enojado por unos minutos hasta que prende su televisor para ver dibujos
animados. Termina quedándose dormido. Se despierta de mal humor. Clark lo sabe apenas
cruza la puerta con la pizza en la mano y una compresa fría para su rostro bajo su brazo.

Es con la pizza a medio terminar y una compresa fría contra en su mejilla que finalmente el
sentimiento disminuye por la curiosidad. Mira ligeramente a Clark tanteando mentalmente su
próximo movimiento, pasa los segundos, repasa algunas de las preguntas que puede hacer y
Clark parece llegar a su tope porque baja la rebana de pizza que estaba comiendo para decirle
que le pregunte.

“¿Qué cosa?” pregunta haciéndose el desentendido que no le resulta pues se gana una mirada
sabionda de Clark diciéndole que sabe que Lex quiere hacer preguntas.

“Tienes esa expresión en tu cara”

“¿Qué expresión?”

“La de querer desentrañar algo, pero no tienes idea de por dónde empezar” explica. Bien, Lex
baja la rebana.

“Así que…un alíen. Todas esas apariciones repentinas y…rescates…” gestualiza viendo a
Clark respirar profundo y moverse inquieto asintiendo al respecto.
Deja caer el tema conforme para reajustar la compresa. Clark parece ligeramente interesado y
sorprendido de que no intente sumergirse más al respecto lo que lo confunde en su mayoría
ya que él era el que siempre andaba tratando de ocultar aquella parte.

La noche los alcanza. Mercy lo contacta para informarle como fue el día en Lexcorp,
haciendo hincapié en que Lena quiere que la contacte, pero se conforma con solo enviarle un
mensaje, no está de ánimos para seguir hablando por teléfono.

Le pregunta a Clark que está haciendo cuando lo ve con el pijama acomodándose en el sillón.
Resulta que el Kent planea quedarse a dormir y en este punto Lex sabe que no ganara así que
decide jugar bien sus batallas indicándole que hay una habitación de invitados que puede
ocupar. Está en proceso de volver a su cuarto cuando Clark sujeta su brazo preguntándole si
quiere ver una película juntos. Bueno… ¿Qué puede perder? Acepta. Se sienta a una distancia
respetable con cuidado, Clark desaparece en un borrón para aparecer con una manta que pone
en su regazo cerrando ligeramente la distancia mientras Lex trata de comprender que se
demoró menos de dos segundos en ir y venir.

La película trata de viajes en el espacio, una búsqueda por encontrar otro planeta que termina
con viajes en agujeros negros que Lex explica cada vez que Clark lo mira, sin decir nada,
buscando una explicación. En algún punto Clark termina junto a él en el sofá, acariciando
ligeramente su mano vendada ignorante de lo que le hace a Lex.

Clark se queda por dos días antes de volver a su departamento. Le trae compresas frías cada
cinco horas incluido una crema que consiguió de la farmacia, en una salida a comprar comida
china. Conoce mejores productos considerablemente más efectivos, sin embargo la acepta
con agradecimiento, diciéndole que no era necesario, como era de esperar Clark lo pasa por
alto prefiriendo cambiar las vendas de sus manos.

En si su comportamiento vacila entre lo respetuoso y lo cercano, se acerca a veces


demasiado, lo mira de una forma no apta para mirar a Lex o para ser Clark quien lo observa
sobre todo cuando lo pilla cepillándose el cabello frente al televisor.

“Te queda bien” murmura sin apartar la mirada sentadose junto a él.

Tiene que dejar de cepillarse cuando la atención persiste y la repentina vergüenza por su
acicalamiento comienza a surgir. Normalmente no se siente tan expuesto decenas de personas
han comentado su cambio de apariencia, pero siempre tendrá un punto débil por el Kent así
que no se siente tan confundido prefiriendo indagar en otros temas.

Se entera que Jonathan se encuentra bien después de su operación, no puede hacer tanta
fuerza como antes, pero es mejor que pasar a la otra vida, o al menos eso opina Clark
mientras le cuenta algún momento divertido de la familia Kent como si Lex fuese algún
miembro perdido.

Trata de no sentirse personal al respecto.

Pete y Lana se casarán. El primero ha decidido dejar la universidad para dedicarse a la granja
de la familia mientras Lana está recibiendo buenos frutos por el talón. Es agradable escuchar
como todos han crecido en algún sentido.

Clark se marcha en la tarde de su segundo día, cuando ya se está casi completamente curado
sino fuera por las uñas faltantes de sus manos, gracias al cielo está llegando el invierno, será
una buena excusa para usar sus guantes de cuero. Lex lo despide hasta la puerta viéndolo con
la mochila al hombro y demasiado alto para su tranquilidad mental. Clark se pasea un poco,
murmura sobre Lex teniendo cuidado, cambiar las vendas, aplicar la crema para los
moretones hasta que parece quedarse sin excusas porque ambos se quedan en silencio con él
en la puerta de su casa y Clark en el pasillo junto al ascensor.

Ha llegado el momento de decir adiós.

“Lo siento…” suelta en su lugar Clark con tristeza escrita en cada rasgo sobre su mirada
confundida “yo…lamento mucho como acabo todo. Lo he pensado, reviso el momento
constantemente y me pateo bastante mentalmente” explica con un vocabulario que casi lo
hace sentir orgulloso. Le gusta pensar que influyo un poco.

No entiende muy bien de donde viene todo esto, pero Clark se aclara la garganta jugueteando
con el tirante de su bolso.

“Yo…no tengo problemas en que trabajes con nosotros en la liga, actué de manera muy
grosera, lo he estado haciendo de hace algún tiempo” hace una mueca mirando el suelo
avergonzado “si quieres…ya sabes, hacer algún proyecto o…instrumento para ayudarme en
las misiones…estaría muy agradecido”

“…De acuerdo” contesto vagamente recibiendo una mirada recelosa con Clark haciendo eco
y el asintiendo con la cabeza.

Finalmente, el Kent se marcha con una ligera mirada hacia atrás.

Superman comienza a molestarlo menos y a pararse más en la barandilla de su balcón


mirando el cielo. En ningún momento Lex sale a curiosear, prefiere mantenerse en la
seguridad de su hogar que exponerse a lo que sea que están creando. Su límite es en una
misión en que el traje de Superman no es lo suficientemente resistente para la exposición de
la kryptonita. Sabe cómo arreglar aquella falla, solo tiene que crear su propia versión del
traje. No necesita consultar medidas cuando las tiene en los registros, ni probarlo
constantemente gracias a la maravilla del holograma, pero aun así encuentra a
Superman/Clark de pie dentro de su laboratorio personal.

“Pregunta cada vez que viene si necesitas ayuda en algo. Déjalo ayudarte” se queja Batman y
Lex no tiene más opción que mirarlo irritado ganándose una mueca de vergüenza y simpatía.

“¿Qué es eso?”

“Es nanotecnología”

“¿Para qué?” insiste curioso inclinándose sobre Lex, pasando un poco la barrera del espacio
personal hasta el punto de que cuando levanta ligeramente el rostro está a milímetros de tocar
la nariz de Clark con la suya. Sus ojos azules miran con demasiada atención su rostro.
Termina apartando la mirada y explicando que la idea no es que se esté cambiando de ropa
cada vez que use el traje, sino que, simplemente active un sensor y este despliegue la
nanotecnología con el traje sobre la superficie.

Clark lo mira maravillado.


“¡Es fantástico! ¡eres un genio!” exclama con Lex informándole que no es nada de otro
mundo y como cada vez es más utilizada esta clase de tecnología, aunque Clark no baja su
ánimo regodeándose que ni Batman tiene algo así.

Lex no lo mira por unos buenos minutos firmemente concentrado en su proyecto, aunque su
corazón parece tener una idea contraria por lo cálido que se siente por dentro.

Es obvio, pero Clark se ve glorioso con el traje.

Con esa tarea terminada piensa que su tiempo de trabajo en equipo ha llegado a su fin.

No es así.

Comienza con café. Una taza en el laboratorio cuando le toca trabajar para la liga o un vaso
desechable cuando está en el pen-house, esto escala rápidamente por un desayuno completo
con croissant tan bien hechos que sospecha que vienen de Francia directo. Aquello pasa a
reuniones en la casa de Lex para modificar o discutir misiones que después son llevadas a
casa de Clark sin recordar muy bien el motivo, de todas maneras, todo adquiere un tono más
tangible cuando el Kent le sugiere quedarse a dormir.

Lex solo tiene que hacer una llamada y vendrán a buscarlo. Clark lo mira ligeramente
esperanzado diciendo que puede dormir en su cuarto, aunque insiste en que no es necesario y
que puede dormir en el sofá.

Al día siguiente Clark le tiende un cepillo de dientes que deja en el baño y que permanece
aún en el cuarto para su próxima visita. El pequeño gesto lo hace sentir en conflicto. Van y
vienen, se le queda una bufanda en el departamento pequeño. Un día entra a su casa y casi se
cae con un par de zapatos que no son suyos. De repente sus vidas se han mezclado
nuevamente, solo que ahora no hay mentiras de por medio, son verdaderamente ellos. Solo
Lex Luthor y Clark Kent.

Se siente como un nuevo comienzo.


Debería de haber previsto el surgimiento de antiguos sentimientos conflictivos respecto a
amigo. El calor persistente donde sea que Clark lo toque, la ligereza en sus entrañas, el ansia
de verlo de nuevo. Con cualquier persona normal Lex hubiera actuado, si se trataba de follar
no lo hubiera pensado, pero no es una persona normal, es Clark y el terror de cometer un paso
en falso era demasiado, aunque sospecha al mes que quizás…hay una ligera probabilidad que
sus sentimientos sean correspondidos, pero no está seguro, su amigo siempre fue alguien
demasiado táctil; confiado, toca a Lex demasiado. No toques rápidos, claro que no,
simplemente mantiene su mano demasiado tiempo sobre su brazo cuando están sentados en el
sillón o en su espalda baja cuando están de pie en la cocina preparando algo. Las miradas
persistentes son otra cosa también, Lex no es obtuso, sabe ignorar perfectamente cuando
alguien lo observa y pretender no darse cuenta y Clark lo observa mucho, sobre todo cuando
simplemente no hace nada que valga la pena como leer un libro o revisar la contabilidad en el
estudio.

Aun así, no hace nada y por primera vez en su vida Lex Luthor se conforma con migajas con
tal de preservar la calma, una que se rompe gracias a un extraño comportamiento de Clark
Kent.

Comienza con la escena de una película. Una chica, personaje secundario que el principal
recoge de un bar, le hace una mamada en el baño al protagonista y Lex se pregunta cómo es
que llegaron de star wars a esto.

“Eso debe ser incómodo” piensa Clark en voz alta. Quizás a Clark nunca le han hecho una
mamada o simplemente está empatizando con la chica. Lex no lo puede saber. No va a
preguntar al respecto.

Es entonces cuando comete el error. Suelta, despreocupado y natural que solo tiene que
relajar los músculos de la garganta. Es exactamente cinco segundos después que cae en la
cuenta de que no debería de haber dicho eso.

Su rostro se calienta cuando siente la mirada de Clark y tiene la fuerte tentación de soltar un
“o eso me han dicho” pero su parte racional le dice que toda metrópolis sabe de las locuras de
su adolescencia así que el mejor camino para preservar su dignidad es cerrar la boca.

Evita a Clark y sus miradas demasiado profundas por aproximadamente un mes hasta que
Chloe es quien le tiende la trampa llamándolo en ese tono suyo de “sé que no somos amigos,
pero” pidiéndole una entrevista bajo la excusa de que necesita una fuente verídica para su
doctorado.

Debió de haberle llamado la atención que ella no es esa clase de persona que se preocupa por
agregar títulos a su vida, sin embargo en aquel momento solo se mete al café con una
vestimenta más relajada (aunque no lo crean a veces trata de no llamar la atención), para
detenerse, mirar alrededor, fruncir el ceño cuando no encuentra a Chloe, pero sí a Clark
sentado en la mesa que le habían indicado.

“¿Dónde está Chloe?” pregunta haciéndolo saltar ligeramente.

Es un poco divertido ya que esas horribles gafas casi se le caen de la cara y Clark parece,
sinceramente, confuso.

“¿Q-qué?” balbucea.

Lex levanta las cejas soltando un “Chloe, ¿Dónde está? Me pidió una reunión” especifica.
Algo muy parecido a la realización y molestia pasan por el rostro de Clark quien cierra los
ojos irritado. El estómago de Lex hace un movimiento incómodo.

Bien. Lo que le faltaba.

“No te enojes con ella. Es culpa mía” pide Clark confusamente sacando su maletín del
asiento frente a él. Hace una seña para que lo ocupe.

“¿Culpa tuya? Que yo sepa ella me pidió la reunión”

Clark hace una mueca.

“Yo…bueno…quizás estoy un poco más deprimido y Chloe decidió, como siempre, tomar
todo en sus manos” suspira a lo que Lex podría sonreír por aquello, típico de Chloe, sino
fuera por la otra información.

“¿Tu deprimido?”

Clark juguetea con su tasa de café vacía. Lex lo mira expectante.

“Estaba un poco preocupado por haber hecho algo para incomodarte” confiesa ignorante del
ligero calor en el pecho de Lex que florece junto a la culpa porque es él quien se siente
nervioso a su alrededor. Decidiendo que esto será algo incómodo toma un menú a lo que
Clark capta esa señal para mirarlo.

“No seas ridículo, no has hecho nada para molestarme” murmura.

“¿Entonces por qué me estas ignorando?” pregunta tranquilamente y Lex se siente entre los
faros de un auto con la piel de un siervo.

Inconscientemente no puede evitar fruncir el ceño, cruzarse de brazos. Es simplemente


complicado y demasiado sentimental lo que por ende débil en cuanto a su carácter, pero Clark
esta aun allí, esperando con la paciencia de un santo que ponga en orden todo lo que está
corriendo en su cabeza.

Tiene que aclararse la garganta, incómodo, para murmurar que le cuesta acostumbrarse en un
tono demasiado bajo para que una persona que no tenga súper audición pueda escucharlo, con
los ojos fijos en el suelo. No quiere ver la mirada lastimosa de Clark en su rostro pensando en
cómo el pobre Lex Luthor no ha tenido a nadie cercano para prestarle atención de modo que
un poco más de lo normal lo hace querer salir huyendo.

La mano de Clark se posa sobre la suya, lenta, pausada, como si el movimiento estuviera
profundamente medido para no asustar. Le quita un poco el aliento.

“No quise sobreponerme…” tranquiliza Clark mirándolo fijamente. Sintiéndose


repentinamente expuesto aparta la mano el contacto cálido para aclararse la garganta justo a
tiempo que la joven deja el café en su lado lo que le recuerda que para salir del lugar primero
deberá de tomarlo, tiempo de más agregado y a considerar en todo su creciente pánico.

Se encoge de hombros “No te estas sobreponiendo…solo estoy…” se detiene pensando en


sus palabras haciendo una mueca de asco “atrofiado emocionalmente…” lo cual es una
pésima elección de palabras frente al hombre blandengue que es Clark pues este de inmediato
baja el tono de voz en ese arrullo tranquilizador y sexy grave consolando a Lex con que no es
así, que Lex está bien, que no hay nada de malo en querer un poco de espacio lo cual es un
error porque no es que quiera espacio de Clark (el Kent podría vivir con él si lo desea). El
problema está en que Clark no quiere lo que Lex quiere y no sabe que rayos se apodera de él
para soltar un “No es eso…solo…”

Mierda hacía años que no le costaba tanto crear una oración.

“No sé a dónde vamos… con todo esto” responde frustrado.

Su corazón va al doble de latido cardiaco cuando mira hacia el otro hombre y este tiene una
expresión sorprendida. El primer instinto por tanto es huir.

“Entonces que ya sabes que estoy bien, ya no tienes motivo para estar deprimido y, por tanto,
Chloe no estará en mi espalda” concluye y Clark respira profundamente, sentándose más
erguido. Parece tomar una decisión mental por la seguridad que parece desprender.

La adultez pesa en sus hombros, es irreal el cambio de la adolescencia a ello.

“Ya que no quieres a Chloe en tu espalda y yo no la quiero en la mía podemos asegurarnos


que eso no ocurra” propone dejándolo confundido “tú…” pronuncia un poco tímido para
aclararse la garganta “¿te gustaría salir algún día?”

“¿Con Chloe?” pregunta ligeramente aterrado haciendo resoplar a Clark divertido.


“No. Bueno, si quieres…, pero me refería a salir a algún lado…conmigo” termina
suavemente mirándolo con los ojos suaves y ansiosos.

¿Con Clark?

¿Solos los dos?

Aguarda.

¿Es una cita? No, no cree ¿verdad? Clark no se inclina hacia aquel lado, no por él. Menos por
Lex.

Abriendo la boca sorprendido, siente ligeramente la presión de la rodilla de Clark junto a la


suya y recuerda un periódico enmarcado en su oficina.

“¿Por qué?”

Clark lo mira con tristeza jugueteando con sus manos. Mira el café vacío de Lex decidiendo
que les vendría bien dar una vuelta informándole que hay un parque cercano en la zona.

Terminan recorriendo un camino bastante lindo de tierra y arboles alrededor.

“¿Sabes que Pete y Lana van a casarse?” pregunta y Lex levanta las cejas.

“Bien por ellos, mi pésame por ti” consuela con Clark sonriendo ligeramente mientras niega
con la cabeza.

“Ya no se trata de Lana” murmura pateando una piedra, recibiendo una mirada entre curiosa y
burlesca de Lex quien suelta un sarcástico “felicidades entonces” por superarla y preguntarle
si hay otra chica en escena que tenga el corazón de Clark en sus manos a lo que el granjero lo
mira de soslayo con la cabeza inclinada “no” informa

Ah, de acuerdo.

“Aun no me explicas que estamos haciendo aquí” recuerda.

“Voy para allá. Escúchame” tranquiliza Clark metiendo sus manos en los bolsillos “Como
decía, Pete y Lana se casan, Chloe y yo apenas nos vemos, pero no es lo mismo que antes,
todo es más individual, distinto a-”

“¿Un pueblito pequeño afuera de la ciudad?” completa con Clark sonriendo.

“Yo…he aprendido muchas cosas” suelta con tono sorpresivo hacia Lex como si quisiera dar
a entender algo, la confusión debe verse en su rostro “estos últimos años, me han hecho
darme cuenta que…la mayoría de las relaciones son bastantes pasajeras, hay muy pocas
reales”

O ni una. Piensa con burla.

El sol brilla sobre sus cabezas, sin embargo el aire frio del invierno lo hace frotarse las manos
buscando alejar la congelación de sus dedos. Otra mano toma las suyas, Clark las acuna en
las suyas considerablemente más cálidas que Lex toma curioseando.

“Dios, ¿Qué tienes una especie de calefactor debajo de la ropa?” pregunta con sarcasmo.

“No soy una persona muy fría. Mi punto en esto es, que analice mis relaciones y…me di
cuenta que soy un idiota y que te extrañe” concluye para mirarlo fijamente, recorriendo el
rostro de Lex bajo el sol con un brillo desconocido antes en su rostro, casi anhelante, casi
tierno para respirar un “te extrañe mucho Lex” acariciando las manos de Lex con la yema de
sus dedos y Lex no puede evitar picar aquello “pero yo no fui quien decidió que esto debía de
terminar”
“Hiciste cosas malas, Lex” acusa Clark con dolor haciendo que ponga los ojos en blanco y se
aleje del contacto “heriste a personas”

“Hablas mucho de herir a los demás ¿pero crees que tu no haces daño Clark?” replica
acercándose con los ojos azules sobre él.

“Yo no mate a personas”

No, claro que no.

“¿Qué puedo decir? Soy el hijo de mi padre y no tengo alma para sentir o recibir amor hacia
el prójimo” excusa sintiendo la electricidad en el aire.

“…Eso no es cierto…”

“Claro que sí”

“¿Entonces por qué me harías un traje a prueba de fuego?” pregunta Clark a lo que él le
frunce el ceño irritado intentado alejarse con Clark tomándolo del brazo “¿Cuándo
comenzaste a creer las ideas de tu padre?”

“No eres alguien para reclamarme por creerle a mi padre” sisea inclinándose hacia Clark
cuya expresión se vuelve dolorosa.

Alejándose del otro hombre guarda sus manos frías en los bolsillos de su abrigo para
adelantarse en el camino.

No sabe si tiene suerte o no cuando Lana y Pete Ross lo invitan a su boda.


Sinceramente, no quiere ir, pero Clark vuelve a ponerse en contacto y por ello se refiere a
pararse en la puerta de su balcón. Sus ojos azules lo fijan y levanta las cejas cuando un ramo
de lirios se le tiende.

“Le creí a mi padre cuando dijo que los Luthor velan por sí mismos” admite “y lo hice por
bastante tiempo hasta el punto de que olvide que podía pensar por mí mismo, ignore las
opiniones de Lana, Chloe, mi madre, ellas estaban a tu favor ¿sabes?”

Lex lo mira sospechoso “¿Qué cambio?”

Clark suelta un sonrisa rápida y rota “las cosas cambian cuando uno se da cuenta que la otra
persona no volverá más. Cuando todo el mundo decía que moriste yo…sentí que no
importaba, escribí artículos para el periódico, fingí que no me afectaba, pero no era así…creo
que…simplemente tomaba el camino más fácil” teoriza para soltar algo que pone totalmente
en alerta a Lex “y luego mi padre se quejó de un dolor post operación y fui al hospital, en
donde lo operaron gratuitamente para preguntar si podía realizar un chequeo ¿quieres saber
que me dijeron?” pregunta “me dijeron que eso no se podía y no podía entender porque,
moleste mucho al respecto, Chloe indago y resulta que todo fue pagado particularmente por
Luthorcorp lo cual me enojo muchísimo. Pensé que Leonel Luthor estaba metiendo sus
manos de nuevo así que llamé a Lena y ella me dijo que tú habías autorizado aquella
transacción” informa con Lex queriendo taparse la cara con la mano y frotarse el rostro.
Clark saca una mueca de diversión “por supuesto ella también tuvo un par de palabras sobre
lo estúpido que soy y eres.

No entendía porque lo habías hecho, estaba molesto creyendo que era un comportamiento
obsesivo y controlador, pero luego comenzaste a trabajar con la liga, ayudaste a las personas,
fuiste herido por ello y pensé…que yo no era mejor que nadie…y me sentí como la peor
persona del mundo”

¿Sería este un buen momento para que se lo trague la tierra? Piensa maldiciendo a Lena y
esperando que su hermana no dijera demasiado, aunque por la expresión de Clark lo hizo,
está seguro.

“Y pensé, y recordé…muchas cosas, cosas que los adolescentes no notan porque están en su
mundo propio lejos de otros. Me di cuenta que te pedía mucho y daba poco” dice acercándose
con las flores aun en sus manos “perdóname” pide.

“Repites mucho eso”

“Creo que es lo adecuado” explica tendiéndole el ramo que Lex mira con el ceño fruncido, no
baja cuando lo recibe.

Sorprendiéndolo, antes de irse Clark toma su mano, inclinándose para besar sus nudillos para
desaparecer en el cielo.

Su excusa es que ya que Clark va a ponerse un traje adecuado es su obligación moral proteger
su honra de cualquiera que tenga intensiones de robarla.

Como él.

Solo que no llevara a cabo esas intenciones.

Pero Clark se lo está poniendo difícil.

“Dios, eres un niño” regaña después de encontrarlo en la recepción porque si hay algo de lo
que está seguro, es que no ira en compañía de Jonathan Kent. Ya se libró de su padre que lo
odia no necesita otra figura de autoridad deseando ver su cadáver. Y, aun así, se acerca a
Clark para acomodar su corbata con los ojos azules sobre su rostro.

Solo llevan media hora en la iglesia, ni siquiera saben dónde hay que sentarse y Clark ya
tiene la corbata colgando.

“…Me gusta tu cabello” suelta Clark en tono bajo, casi acariciando las pestañas de Lex con
su aliento.
No lo mira, continua con su tarea de poner orden en la imagen de Clark Kent, aunque
agradece el comentario desechándolo como la sinceridad natural del granjero.

Es entonces cuando algo parece envalentonar al otro hombre porque suelta un “eres la
persona más bonita que vi” que, en serio, es un cumplido nivel primaria, los niños de jardín
incluso pueden decírselo a la niña que le gusta y, sin embargo, congelan las mano de Lex en
el acto para levantar la mirada y encontrar LA mirada. Esa que le dice que hay algo profundo,
suave e íntimo que está sintiendo Clark Kent y Lex no sabe cómo rayos reaccionar porque
¡¿Qué mierda dices a eso?!

Gracias al cielo Martha y Jonathan Kent los encuentran.

A pesar de que Lex intenta alejarse del núcleo familiar la señora Kent insiste en que se siente
junto a ellos en las primeras bancas. Y, puesto que Clark será el padrino de bodas, se pasa la
mayor parte de la ceremonia sentado en el siguiente orden: Jonathan Kent, Martha Kent y
luego él. Decir que se siente un poco fuera de lugar en la ceremonia es quedarse corto.

Pero permanece, hasta el final.

“Estamos juntos en la recepción” anuncia Clark descolocándolo un poco ante la idea de


sentarse por toda la noche en la misma mesa que los Kent.

“Eso es fantástico” suelta en su lugar sin lograr disimularlo del todo por lo que Clark le
pregunta que está mal “no hay nada mal, Clark” niega ganándose la mirada de que no le cree.

“¿Es mi papá no? ¿te tiene inquieto?” pregunta porque es un chico inteligente.

“No te preocupes por eso”

“Eso debería decirlo yo” corrige mirándolo con atención demasiado suave “no te preocupes
por eso, estaré allí, no permitiré que te diga nada malo” promete haciendo que el deseo de
tomar su mano sea insoportable.
Ese el problema con Clark Kent. No se trata solo de lujuria. Lex sería feliz solo con poder
tomar su mano.

Tiene que apartar la mirada cuando la felicidad amenaza con desbordar por su cara.

“¿Ahora planeas ser mi caballero de armadura dorada?”

Clark le sonríe divertido.

“Yo sería todo lo que tu necesitaras” promete despreocupado de sus implicancias a lo que
Lex lo mira de reojo con sus ojos verdes encontrando nuevamente la mirada demasiado
profunda azulada.

Hay una ligera electricidad en el aire.

Pete interrumpe pidiéndole a todos por micrófono que tomen sus asientos correspondientes a
lo que termina entre Clark y la señora Kent ganando una mirada de Jonathan quien le
pregunta si no tenía ningún otro lugar en el que sentarse donde no hostigue a su familia.

“Los asientos fueron elegidos por Pete y Lana, además…Lex está perfecto aquí” responde
Clark con simpleza.

Padre e hijo intercambian una mirada.

Lex respira lo más imperceptiblemente profundo para calmar el deseo de ponerse de pie y
ofrecer cambiar de asiento con otra persona, Clark parece notarlo porque su mano se
encuentra con la suya debajo de la mesa sobre su pierna, lugar donde permanece aun cuando
sus dedos se entrelazan de una manera impropia para un par de amigos.
La comida es modesta, aunque contundente, típico del campo. El postre destaca, sobre todo,
un pastel hecho por la propia novia que sirve también como propaganda para su cafetería.
Todo toma una dirección de locura cuando anuncia que es hora de quitar la liga por lo que
ponen una mesa y los hombres alrededor animan a Pete mientras las mujeres se ríen
divertidas cuando los dientes toman la prenda.

Es entonces que vino lo esperado por todo el mundo. El lanzamiento del ramo y la liga.

“Dicen que quien lo atrapa será el próximo en casarse” le susurra Clark.

“Tratare de mantenerme alejado entonces” murmura en respuesta a lo que la expresión de su


amigo extrañamente cae.

“¿No te gustaría casarte?”

Lex hace una mueca.

“No tengo una buena experiencia con matrimonios” lamenta incomodo, demasiado consiente
de que tiene a la señora Kent a su derecha probablemente escuchando todo.

“Es porque te casas con gente que no te ama” responde Clark pinchando dolorosamente
porque si hay algo que le cree a su padre, es que no hay amor para los Luthores.

“Pues…no tengo esa clase de suerte en mi vida…” piensa más para sí mismo sintiendo los
ojos del Kent menor sobre él.

Debajo de la mesa la mano de Clark nunca se sintió tan pesada como ahora.

No sabía muy bien si ver a todos los solteros de smallville incluido Clark, que lo miraba de
vez en cuando divertido, esperando ansiosos a que Pete lance la liga de la novia era divertido
o ridículo, probablemente sea ambos, de todas maneras, estos hombres adultos parecían tan
ansiosos como las mujeres solteras esperando por el ramo.

“¡¿Listos?!” exclama Pete poniéndose de espaldas a lo que el resto corea.

Martha Kent a su lado suelta una risa divertida poniendo la mano en su brazo con
despreocupación.

Haciendo un falso intento de lanzarla el novio se burla de los solteros quienes reclaman en
broma.

Lex siente sus labios curvarse cuando Clark lo mira entre la multitud.

“¡¿Listos?!” vuelve a exclamar Pete para esta vez sí lanzar la liga de espaldas que va directo a
manos de…¿Withney?, No recuerda bien su nombre, aunque era el chico rubio que le hacia la
competencia a Clark en la secundaria por la actual novia, cuya mano está en el ángulo
correcto para agarrarla, sin embargo en un pestañeo otra mano se cruza cerrándose
firmemente en la prenda y Pete se ríe a carcajadas de Clark quien le devuelve el gesto
inocentemente fingiendo sorpresa.

Una mirada rápida alrededor demuestra varias expresiones de satisfacción y añoranza por
parte de varias invitadas que de seguro planean pelearse el ramo con uñas y dientes.

“Buenos reflejos, Clark” lo despierta de su mente el señor Kent para mirar a Clark volver a su
asiento con la prenda entre sus dedos.

“Solo fue suerte” excusa, aunque probablemente todos en esta mesa saben que no es cierto.

¿Acaso Clark tiene deseos de casarse?

Las mujeres ya están reuniéndose en un pequeño grupo animando a Lana a lanzar el ramo.
“Se ven bastante decididas” murmura Clark junto a él ganándose una levantada de cejas por
parte de Lex y una sonrisa divertida por parte de sus padres.

“Bueno, tú ya tienes la liga” responde con Clark mirándolo confundido.

La señora Kent se suma alagándolo como un excelente partido por lo que las chicas están
muy ilusionadas de combinar. Clark enroje duplicando el tamaño de sus ojos para
tartamudear que eso no significa que vaya a salir con alguna de ellas. Su pánico y vergüenza
hacen sonreír divertido y burlón al señor Kent quien le anima diciendo que hay muchachas
muy guapas entre la multitud y que no pierde nada con mirar.

“E-es una tontería, no es necesario” excusa con el rostro rojo mirando hacia las mujeres
excitadas.

Lex se encoge de hombros en su silla temiendo que alguna de esas mujeres acabe sobre él ya
que esta justo hacia el pasillo.

“Quizás tu futura esposa este allí”

“No quiero una esposa” responde Clark con un tono extraño y Lex va a corregirse y decir que
entonces su futuro esposo cuando recuerda con quien está sentado y en qué lugar. Smallville
es un pueblo pequeño con viejas tradiciones.

Prefiere mantener la boca cerrada.

Es entonces que Lana lanza el ramo. El conjunto de flores vuela por el cielo, demasiado alto
para el grupo de mujeres reunidas que chillan saltando infructuosamente para intentar
interceptarlo, pero el arco es demasiado profundo, simplemente las pasa por arriba y Lex no
tiene que pensar demasiado para calcular la trayectoria y destino. Terminará cayendo en el
pasillo, contra el suelo, es probable que se dañe por el impacto o cree aún más desastre de lo
que ya hay. La decisión la toma instintivamente, extiende el brazo inclinándose ligeramente
en su asiento y-
Lo atrapa, sosteniendo el paño de encaje color crema entre sus dedos estirados.

Agarrándolo correctamente va a tenderlo a quien sea la afortunada que quiera reclamarlo,


pero se congela cuando aproximadamente diez pares de ojos de mujeres apasionadas quieren
ver su cadáver mientras el resto de los invitados pasan de la sorpresa a la risa con lana como
protagonista riéndose de su desgracia. Ella incluso se le acerca a abrazarlo divertida,
envolviendo sus brazos en su cuello y pegando su mejilla a su cabello rojizo mientras lex
frunce el ceño intentando devolvérselo.

No resulta bien.

La señora Kent y ella casi lo desollan vivo exclamándole que es de mala suerte por lo que
termina con el ramo de la novia incómodamente en su mano, levantando la mirada para
encontrarse con la de Clark que tiene un brillo demasiado suave para su comodidad y
tranquilidad.

El resto de la fiesta es un ir y venir de bebidas alcohólicas, baile de los novios, discursos,


Clark da uno que hace llorar a Pete quien lo abraza con fuerza.

“¿No crees que ya has bebido suficiente, Luthor?” pregunta el señor Kent y tiene razón. Lex
ha bebido demasiado, esta es su…¿quinta copa de champan? Aunque también tomo una de
vino.

Va a decir que está en lo correcto cuando la señora Kent interfiere.

“Oh, Jonathan. Déjalo beber. Es una fiesta” contesta divertida, sentimiento que su marido no
comparte poniendo los ojos en blanco y diciendo que después habrá que llevar a Lex a la
mansión “Bueno, ¡eso no es problema! Se puede quedar con nosotros” concluye haciendo
que el señor Kent y él se atoren con su bebida.

Él, ¿en casa de los señores Kent? ¿después de todos estos años?
Casi se toma otro sorbo de su copa por el pensamiento. Es Clark quien le impide
preguntándole a Lex si va a bailar.

“No se puede ni parar” suelta el señor Kent malhumorado lo que provoca una mirada
preocupada de Clark sobre él preguntando si necesita un vaso de agua a lo que tranquiliza
diciéndole que está bien.

“Quizás lo mejor es salir a tomar un poco de aire” teoriza.

La señora Kent asiente de acuerdo quejándose de como todo el aire caliente está encerrado
junto a la mezcla del aroma de la comida de modo que Clark y él terminan caminando al
patio del recinto. Un hermoso jardín, aunque pequeño, con una fuente en el centro y arbustos
con figuras geométricas. Este lugar debió de ser difícil de conseguir para Pete, en Smallville
no hay muchos de este estilo. Lo bueno es que los Kent tenían razón, respirar aquí es mucho
más fácil, o lo era hasta que Clark le pregunto si quería bailar.

“¡¿Aquí?!” exclamo nervioso.

El otro hombre se encoge de hombros sonriendo ligeramente avergonzado.

La música de adentro es un fantasma suave que intenta alcanzarlo.

Bueno, ¿Qué puede salir mal?

Todo.

Todo puede salir mal.


Encuentra fallas en su lógica envuelta en licor apenas la mano grande, cálida y pesada de
Clark se posa en su cintura reduciendo el espacio personal. No debió de aceptar, tiene que
parar, pero el Kent lo mira suave comenzando a guiar sus pasos con perfecta confianza.

Un giro a la derecha, lo suelta unos segundos para hacerlo girar sacándole una sonrisa cuando
el mundo pasa rápido y su cabello cobrizo se mece con el movimiento para ser encontrado y
volver en el paso.

Se siente borracho, ni el champan ni el vino lograron hacerlo sentir de aquella manera. Solo
Clark Kent con sus ojos suaves y su sonrisa melosa.

Lex lo ama.

Lo ama tanto.

Pero la música termina demasiado pronto y la realidad tiene que alcanzarlo así que…como
siempre lo ha hecho, suelta a Clark, antes el adolescente, ahora el adulto que atrapa su mano
antes de alejarlo, manteniéndolo cercano mientras el ambiente se torna eléctrico, asfixiante y
cálido.

Y de repente-

La mirada de Clark cae más debajo de los ojos de Lex, hacia sus labios, y su corazón parece
estar corriendo una maratón.

“¿Puedo besarte?” susurra Clark con voz ronca y las cejas de Lex se disparan junto al calor
corporal que está seguro que sonroja sus mejillas.

¿Acaso escucho bien?

“¿Q-qué?” respira.
Y Clark vuelve a preguntar un “¿Puedo besarte?”

Besarte.

El cerebro de Lex parece tener problemas muy graves para procesar correctamente esa
oración, pero el silencio no parece ser un problema para Clark cuya mano que antes estaba en
su cadera se envuelve alrededor de su cintura pegándolo a la vez que la cabeza del Kent se
inclina y sin esperar una respuesta, Clark lo besa.

Todo el mundo sabe que existe un club de fans para Superman donde cada persona narra sus
experiencias con el superhéroe y como es de esperar, también hay una pequeña sección de
aquellas mujeres mal habladas que aseguran acostarse con el kryptoneano. Descripciones de
sus besos pasionales y salvajes son un comentario habitual, no es que Lex lo lea a menudo es
simplemente para refrescar sus armas de manipulación y burla.

Pues a la mierda porque son puras tonterías.

Los besos de Clark son malditamente suaves, tan metódicos que parecen tener como misión
de existencia saber a qué rayos sabe cada rincón de la boca de Lex. Mordisquea su labio
inferior y superior, enreda su lengua con la suya, es pasional, es demasiado emocional, su
mundo se pierde alrededor y su cuerpo parece amoldarse al del Kent que simplemente lo
abraza y aprieta como si no quisiera dejarlo ir nunca. Separándose ligeramente, pero nunca
totalmente, terminan con las frentes juntas, compartiendo la respiración mientras se
balancean suavemente haciendo sonreír al granjero cuando la música vuelve a comenzar esta
vez más animada rompiendo ligeramente el intimo ambiente.

“¡Vamos a bailar!” anima Clark con los ojos rejuvenecidos, sosteniendo con fuerza, aunque
cariño su mano para tirar a Lex al interior quien suelta un “¿ah?” para comenzar a enrojecer
en cada paso que da al interior de la pista de baile donde la señora y señor Ross bailan junto a
otras parejas.

“¡C-clark!” cuando el Kent envuelve sus manos en su cintura y lo pega sin ninguna
vergüenza intentando bailar un vals que no funciona pues Lex está al borde del colapso
emocional.
El Kent lo mira sinceramente curioso por lo tenso que debe de estar. Los ojos azules se fijan
en su cara y parpadean.

El maldito sonríe “tu cara combina con tu pelo” se burla y la cara de Lex nunca se ha visto
tan indignado porque un segundo después está tirando al kryptoneano de la oreja quien
probablemente se queja por habito más que por dolor.

“¡Tu papa esta allí!” le chilla con sus grandes ojos verdes en tono bajo avergonzado.

Clark mira en la dirección, parece ver algo que lo divierte, Lex se niega a voltear cuando
siente el rostro aun ardiente.

“¿No me digas que quieres bailar con él?” pregunta haciéndose el tonto. Es enseguida que
sonríe tomando en serio su preocupación “no te preocupes, saldrás conmigo no con él” dice
dejando atónito.

No sabe de dónde saca el ingenio que le sale “¿salir contigo? No me has pedido que salga
contigo, Kent” dice haciéndose el tonto a lo que Clark parpadea como un búho ligeramente
sorprendido.

Entonces se inclina hacia adelante, delante, delante, que el corazón de Lex late cada vez más
rápido y está seguro que el Kent lo escucha porque su boca se curva más y más divertida para
depositar un beso en su mejilla, cercano a su oído para susurrar un “sal conmigo, Alexander”
en un ronco que le pone la piel de gallina.

Oh.

“Bien” responde inmediatamente abrazando al enorme granjero quien se ríe suavemente


balanceándose tontamente. No tiene idea lo que están tratando de bailar, pero Lana intercepta
su mirada con él y sonríe extremadamente divertida.
No vuelven a la mesa hasta que todo a acaba y Lex esta extrañamente en alerta esperando a
ver el próximo movimiento de Clark. ¿lo acompañara a su casa? ¿van a follar? Casi se siente
saltar cuando finalmente llega la fuente de sus atenciones, un toque en su brazo, suave se
siente como una descarga de voltios.

“¿Vamos?” pregunta Clark.

Lex no pregunta a donde, solo lo sigue. Le entrega las llaves de su Ferrari, se sienta en el
asiento del copiloto, se brocha el cinturón cuando los ojos azules se fijan en él con una
demanda silenciosa.

Pone los ojos en blanco “no es como que me pase algo contigo allí” dice inconsciente de la
confianza que pone hasta que Clark sonríe como si hubiera llegado navidad y la vergüenza
amenaza con volver a adueñarse de él.

¿Qué diría su padre ahora?

Nada, porque esta muerto y Lex es libre de hacer lo que se le da la gana por lo que siente el
ronroneo del Ferrari y mira a Clark enamorado. Sí, esta imagen esta archivada para futuras
noches.
End Notes

Abrazos <3

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