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VIOLENCIA SEXUAL INTRAFAMILIAR

La familia es el espacio en el que se inicia la vida humana y aquel en que, sobre un


entramado de lazos afectivos e intergeneracionales, se espera que las personas se
desarrollen. El espacio familiar es, más allá de las características que cada familia defina en
su organización interna y su composición, el lugar en el que acontece el desarrollo de la
niñez y adolescencia, en alianza con otras instituciones de la sociedad.

Sin embargo, lamentablemente en muchas familias no existe un espacio seguro dentro de


estas para algunos de sus miembros (niños, adolescentes y mujeres), ya que son victimas de
cualquier tipo de violencia (física, emocional, psicológica), de parte de otros miembros de
la familia.

Para ser mas especificas nos centraremos en el abuso sexual intrafamiliar, el cual es un
fenómeno que se ha presentado desde siempre, pero que solo en los últimos años se ha
considerado como un problema que afecta la dinámica familiar.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia sexual incluye cualquier


acto dirigido contra la sexualidad de una persona y comprende situaciones como
tocamientos, roces, agresiones, acoso sexual callejero, exhibicionismo o violaciones.

El abuso sexual implica la transgresión de los límites personales, el acercamiento físico con
intención sexual de una persona contra otra sin el consentimiento de ésta última (Bravo, M.,
1994). El abuso sexual al interior de la familia es una manera particular de abuso de poder
por parte del agresor hacia la víctima, y se refiere a todo contacto o interacción sexual
realizada en forma voluntaria por una persona que es miembro de la familia de la víctima,
incluidos los parientes no biológicos.

El abuso sexual que ocurre al interior de la familia es un problema considerable no sólo en


términos epidemiológicos, sino también por las consecuencias psicológicas y sociales que
trae consigo (Martínez, J., 2000). Se ha evidenciado una alta prevalencia de agresiones
sexuales que ocurren en el ámbito familiar, tanto en la familia nuclear como en la familia
extensa.

Según estudios de UNICEF, el abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes es


perpetrado en el ámbito familiar, es el tipo de maltrato infantil menos denunciado;
adicionalmente señalan que en América Latina y el Caribe, en la mitad de los casos, los
agresores viven con las víctimas y en las tres cuartas partes son familiares directos.
Mientras que entre el 70% y el 80% de los casos las víctimas de abuso sexual son niñas.

A nivel mundial, 1 de cada 3 mujeres ha vivido situaciones de violencia física y sexual, y


por su propia naturaleza, es la que menos se denuncia y la que más queda en la impunidad.
En Estados Unidos hay medio millón de niños agredidos sexualmente, y de éstos entre un
30 y un 50% ocurre al interior de la familia (Quirós, P., 2006).

Un informe de septiembre del 2018, del Comité de los Derechos del Niño de Naciones
Unidas, señalaba que El Salvador es uno de los países con mayor índice de violencia sexual
contra las niñas: en los primeros 8 meses del 2017, se reportaron 1029 casos contra niñas
entre 13 y 17 años, de estos, 769 fueron violaciones que, en su mayoría, quedan en la
impunidad. El fenómeno se ve agravado en aquellos territorios dominados por las pandillas
que, al someter a las niñas a abusos sexuales, son consideradas como novias o esposas
forzadas. Hay casos de niñas de 10 años que ya han sido violadas por los miembros de las
pandillas y como consecuencia quedan embarazadas. Destacándose preocupación por el
alto número de embarazos adolescentes que muchas veces son productos de abusos
cometidos dentro de la propia familia.

ALGUNAS CAUSAS DE LA VIOLENCIA SEXUAL INTRAFAMILIAR

- En muchas familias el tema de sexualidad no es importante y por tanto no se preocupan


por educar correctamente a sus hijos sobre el tema, sin enseñarles sobre pautas de
autocuidado, reconocimiento de actitudes abusivas, formas de establecer límites desde el
cuidado de su cuerpo, entre otras, lo que desencadena que los niños y niñas no saben como
actuar frente al abuso sexual, que en la mayoría de casos el agresor es un familiar o un
conocido de confianza de la familia.

-Desprotección de las familias, las cuales se dejan a los hijos e hijas bajo el cuidado de
terceras personas (hermanos mayores, tios, padrastros, padrinos, vecinos, etc).

-Desorganización familiar.

-La ruptura de vínculos.


-El consumo de drogas o sustancias psicoactivas.

-La falta de atención de hijas e hijos.

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA SEXUAL INTRAFAMILIAR

Las victimas de agresiones sexuales intrafamiliares no sólo sufren un abuso físico y un


daño en su identidad personal, sino que también el abuso de confianza y muchas veces un
abuso de afecto, les perturba significativamente su desarrollo y su salud mental. El abuso
sexual intrafamiliar afecta no sólo a la víctima, sino que, a todos los miembros de la
familia, teniendo consecuencias emocionales para todo el sistema familiar al tener que
mantener el secreto, provocando un estilo de relación anómalo que compromete la relación
de la familia consigo misma y con el entorno (Navarro, C., 1998)

En los niños la violencia sexual intrafamiliar no sólo les provoca dolor y humillación, sino
que implica consecuencias psicopatológicas a largo plazo, alteraciones a nivel emocional y
relacional, sentimientos de culpa y vergüenza, así como también dificultad de interpretar las
claves interpersonales y en mantener vínculos sanos. Con frecuencia, los niños que han sido
objeto de constantes abusos sexuales dentro de la familia tienen dificultades de aprendizaje
y desempeño escolar, problemas emocionales como ansiedad, depresión, estrés
postraumático, baja autoestima, etc., dificultades en el sueño y en la alimentación,
problemas psicosomáticos como alergias, asma, etc., problemas en las relaciones sociales,
problemas conductuales como agresividad, conductas desafiantes, falta de empatía, etc. Y
en el peor de los casos pueden tener conductas autodestructivas.

El impacto de la violencia sexual en la salud mental de las mujeres es múltiple, existe por
ejemplo, mucha ansiedad que habitualmente es desplazada al cuerpo desembocando en
diversos trastornos somáticos y alteraciones emocionales, corriendo riesgo
significativamente mayor de sufrir depresión y trastorno por estrés postraumático que las
mujeres no maltratadas.

Algunas de las principales alteraciones emocionales que presentan las víctimas son: culpa,
ansiedad, angustia, miedo, inseguridad, enojo, tristeza que puede convertirse en depresión,
irritabilidad, baja autoestima; también pueden presentar alteraciones en diversas esferas,
somáticas: alteraciones para dormir como insomnio, hipersomnia, pesadillas, alteraciones
de la alimentación, aumento o disminución de peso, cefaleas, dolor muscular, fatiga.
Cognitivas: alteraciones en la atención y la concentración, alteraciones en el contenido del
pensamiento: ideas circulares y recurrentes respecto al evento traumático. Conductuales:
hipervigilancia, desinterés en actividades significativas, aislamiento, fobias, hipoactividad e
hiperactividad.

COMO ABORDAR LA VIOLENCIA SEXUAL INTRAFAMILIAR

Comprender el abuso sexual intrafamiliar como un proceso interaccional que se da en el


marco de una dinámica familiar, no significa eximir la responsabilidad del agresor, sino que
permite avanzar en la comprensión de cómo es que llega a producirse este fenómeno. La
consideración del abuso sexual intrafamiliar como un proceso relacional transgeneracional
intenta comprender el fenómeno en toda su complejidad de interacciones, contexto e
historia. Lo anterior es importante para la temprana detección, protección y tratamiento de
las víctimas, así como para diseñar programas de prevención que fortalezcan relaciones
familiares más saludables disminuyendo la posibilidad de ocurrencia del abuso.

Las terapias mas utilizadas para el tratamiento psicológico del abuso sexual son las terapias
individuales y grupales con enfoque psicodinámico y psicoanalítico; las terapias cognitivo-
comportamentales que utilizan técnicas como la desensibilización sistemática,
inundaciones, reestructuración cognitiva, entre otras.

BIBLIOGRAFIA

Bravo, M. (1994). Incesto y violación: características, implicaciones y líneas terapéuticas


del abuso sexual.Santiago: Editorial Santiago.

Quirós Bustamante, Paula. (2006). “Tesis: comparación de las dinámicas familiares en


familias que presentan abuso sexual con otros tipos de familias”. Universidad de Chile.
Facultad de ciencias sociales, departamento de psicología. Santiago, Chile.
Martínez, J. (2000). Prevención del abuso sexual infantil: Análisis crítico de los programas
educativos. Rev.Psykhe, 9 (2), 63-74.
Ministerio de Educación del Ecuador, “Prevención de violencia sexual en las familias.
(2016), Quito, Ecuador.
Navarro, C. (1998). Patrones de vinculación en madres víctimas de abusos incestuosos. Los
peligros del vínculo.
Tesis para optar al título de psicólogo. Universidad de Chile.

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