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¿Ustedes han escuchado sobre alguien

perdido pero sin saberlo?


Era una noche estrellada, mágica,
cuando un niño sentado en las raíces de
un roble buscaba cada constelación
entre las estrellas. Él decía "las estrellas
alumbran y embellecen el firmamento,
¿les gustará hacer eso a las estrellas?".
Entonces pensó "Tal vez si, ellas
servían para iluminar la oscuridad de la
noche en compañía de la luna" "las
estrellas son muy especiales" dijo. De
pronto apareció una estrella fugaz y él
deseó encontrar en si una luz, como la
que dan las estrellas en la oscura
noche. Se hacia tarde, y Emilio fue a su
lecho a esperar la mañana siguiente.
Era un nuevo día, y acompañado del
canto de las aves, Emilio iba a ordeñar
a su vaca, Pastora, que lo saludaba con
un "Muuu" allí se dio cuenta de que las
vacas nos sirven con su leche, y deseó
que aquello en lo que sea especial
pueda servir a los demás también.
Emilio, curioso por descubrir aquello en
lo que el pueda servir fue donde el
naranjo y le preguntó "amigo naranjo
¿tú que sabes hacer?" Emilio espero la
aparición y de su amigo, hasta que
entre las ramas de aquel frondoso árbol
apareció un pequeño niño, y le dijo "Ay
humano ¿Acaso no te das cuenta? Doy
deliciosas naranjas para que ustedes
las disfruten". En Emilio surgió una
duda, y le preguntó al naranjo "¿y te
gusta hacer naranjas?". El naranjo
respondió con gran entusiasmado "!Si"
"¿como no? Si así evoluciono"
En Emilio surgió otra interrogante ¿Que
le gustaba hacer?.
Disfrutaba de muchas cosas, sembrar
plantas, ordeñar a pastora. Aunque no
creía que aquello en lo que serviría
sería eso. Es por eso que para conocer
que era aquella especialidad suya
comenzo un gran viaje, conoció
espesas selvas, llenas de animales y
plantas de muchos colores y tamaños, y
un día de esos él llegó a un pequeño
pueblo donde abundaba la arena, el
calor y casi no divisaba plantas más que
algunos cactus y unos amarillentos
tallos fuera de las casas que
amenazaban con secarse. Eso
entristeció a mu Emilio y mientras
pensaba en cómo estaría pasándola su
amigo naranjo en casa, escuchó una
voz dulce pero llena de miedo y tristeza
que le decía "Hola, tu crees que..
¿podrías ayudarme" Emilio vio a una
pequeña niña, era el espiritu del girasol,
a simple vista podía percibir su
cansancio, por lo que le preguntó
"Girasol ¿qué es lo que pasó aquí?
¿Porque las plantas están muriendo?"
El girasol le dijo "Humano, lo que pasa
es que las lluvias son escasas y los
humanos no nos cuidan ni a mi ni a mis
hermanos" Emilio se sintió mal, se daba
cuenta que no todos los humanos
cuidaban a los demás seres de la
creación. El se propuso a ayudar a las
plantas de tal pueblo y a educar a las
personas acerca de cuidado a la vida,
estas acciones se vieron reflejadas en
las plantas que ahora se veían con más
vitalidad, las plantas de ese lugar le
dieron las gracias por salvarlas. Emilio
siguió con su camino, paso por páramos
desiertos y trabajaba ofreciendo collares
de piedras preciosas que encontraba en
el camino. Es entonces cuando se cruzó
por una pequeña casa con algunas
hortalizas en su huerta, Emilio caminaba
para ir a su siguiente parada pero una
desesperada mujer lo detuvo, ella le
pidió ayuda por su hijo, que se
encontraba enfermo y no tenía como
llevarlo a un hospital, pues el más
cercano se encontraba a 10 horas de
camino. Emilio le dijo "Señora, lo siento,
no
soy médico, no sabría que hacer con su
niño"
La mujer seguía clamando a sollozos,
fue en ese momento cuando Emilio
escuchó una voz que le dijo "Usame a
mi, usame a mi, yo se que tiene mi amo,
él siempre me cuidó, quiero ayudarlo"
Era un eucalipto que penas llegaba a su
adultez, lo miraba con determinación.
Emilio hizo caso al eucalipto, con sus
indicaciones y en conjunto con algunas
plantas más de la huerta logró preparar
un remedio, que tiempo después surgió
efecto y el niño pudo sanarse. Emilio
llevo algunas plantas que la familia le
dio como agradecimiento y siguió con
su viaje, él avanzaba y siempre
descubría algo nuevo, veía atardeceres
de distintos colores, culturas, y animales
diversos. Emilio comenzaba a cansarse
y mientras caminaba cerca a una
carretera se encontró con un pequeño
animal, era un gatito que andaba solo
entre la inmensa carretera y cada auto
pasaba sin si quiera notarlo. Emilio le
dijo "gatito, hola, tal vez estés
extraviado, si tu quieres, te ofrezco ser
mi compañero en este viaje" El gato lo
miró y feliz, se acercó con un
entusiasmado "Miauu" y saltó para ser
atrapado por Emilio mientras
ronroneaba con fervor. Juntos ambos
seres se acompañaron. Y en una más
de las tantas paradas de aquellos
aventureros que encontraron una
cabaña, Emilio tocó la puerta y pidió
alojamiento por esa noche, entonces
abrió un hombre, un anciano que no
muy convencido los dejó en su casa.
Emilio notó que el hombre se
encontraba enfermo, le preguntó que
tenía y aquel anciano le respondió "No
te interesa, aunque te dijera no podrías
hacer nada"

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