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Reyes Fernández Oliver Jeremy

Por su naturaleza, la humanidad se ha encontrado con un conflicto bastante


fuerte, somos seres sociables que cooperan con otras personas para desarrollarse
de mejor forma, pero al mismo tiempo nuestros instintos (que podríamos llegar a
catalogar como salvajes) nos hacen problematizarnos con otros humanos, les
tenemos desconfianza a otras personas, nos dan inseguridad, lo cual provoca
peleas constantes y esto no permitiría la estabilidad social que se necesita para la
funcionalidad de una comunidad, así que para evitar confrontaciones violentas que
se pudiesen dar por la inclinación de las personas a seguir sus pasiones, es que
surgen las normas para poder ejercer la justicia, una serie de leyes guiadas por la
razón que buscaran la paz, y dichas leyes serán supervisadas por soberanos
capacitados.

Esta forma de regulación de la conducta se lleva a cabo por medio de un poder


que gobernara por sobre toda la gente, el poder del estado. Por lo que, podemos
decir, que esta imposición hacia la libertad fue un acuerdo común entre las
personas para hacer posible una convivencia, y por lo tanto vivimos en un contrato
social con el estado y sus leyes, que se encargan de repartir lo que le corresponde
por justicia a cada persona.

Ahora, el limite a la libertad de poder hacer el mal a otra persona es lo que se


castiga por el estado, pues la labor del estado, en parte, es monitorear que las
personas vivan en un ambiente socialmente pacifico, pero, por ejemplo, no
estamos obligados a renunciar a nuestro derecho de poner resistencia ante un
asalto, esto quiere decir que incluso más allá de las categorías en las que pueden
caer nuestras acciones por si solas (como malas o buenas) hay otro punto a tomar
en cuenta, el uso de la razón aplicada para decidir optar por una respuesta
violenta contra otra persona, pues aunque hagamos una acción en contra de las
leyes impuestas por el estado, el soberano debe tener a consideración si es que
hubo un uso correcto de la razón que eximiría de culpa a la persona que cometió
la falta.

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