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Domingo II de Cuaresma

HOMILÍA

Cada año la liturgia del segundo domingo de cuaresma nos presenta el relato de la Transfiguración del Señor.
En este episodio somos testigos de una teofanía, es decir, una manifestación de Dios, que se da como una
parada antes de iniciar el camino que lleva a la cruz. En el momento en que ya se encuentra cerca el sufrimiento
de Jesús, se nos revela su verdadera gloria, es decir, Jesús les muestra a los discípulos su verdadera identidad y
los invita a superar las dificultades del seguimiento y a entender la pasión desde la experiencia de la
resurrección, porque la muerte, el sufrimiento no son el final, siempre la última palabra la tiene Dios.

Vamos al relato para comprenderlo mejor. El evangelio dice que Jesús sube con sus discípulos al monte para
orar. El monte en la biblia es el lugar donde Dios se manifiesta y el creyente puede encontrarse con él mediante
la oración. Vemos que siempre antes de que suceda algo importante, Jesús se pone a orar.

En el momento de la transfiguración aparecen dos personajes hablando con Jesús. Moisés y Elías. Ambos son
tenidos en la biblia como grandes profetas y se esperaba su regreso como anuncio de la venida del Ungido.
Aparecen al lado de Jesús, para significar que Jesús es el Mesías esperado. Los tres aparecen resplandecientes
de gloria, esto quiere decir que Dios estaba con ellos.

También se nos habla de una voz que sale de una nube que cubría a los discípulos. Una voz que les invita a
escuchar a Jesús y que es como una aclaración de lo que esta ocurriendo, es como la voz de Dios que habla para
hacer una revelación: la gloria de Jesús le viene del mismo Dios. Los discípulos no lo habían comprendido del
todo, por eso la voz del cielo se los aclara: Éste es mi Hijo elegido, escúchenlo.

Al final Jesús aparece solo, Moisés y Elías han desaparecido, es como si toda la atención se centrara solo en
Jesús, solo resuena su voz y su persona.

También hoy a nosotros, en medio de la cuaresma, Jesús se nos muestra Transfigurado y nos habla para que
descubramos su presencia en el camino del seguimiento, que muchas veces es un camino de cruz, para que no
perdamos de vista la meta en estos días de conversión.

Resumen

Cada año la liturgia del segundo domingo de cuaresma nos presenta el relato de la Transfiguración del Señor.
En el momento en que ya se encuentra cerca el sufrimiento de Jesús, se nos revela su verdadera gloria, es decir,
Jesús les muestra a los discípulos su verdadera identidad y los invita a superar las dificultades del seguimiento y
a entender la pasión desde la experiencia de la resurrección, porque la muerte o el sufrimiento no son el final.
Hoy en medio de la cuaresma, Jesús se nos muestra Transfigurado y nos habla para que descubramos su
presencia en el camino del seguimiento, que muchas veces es un camino de cruz, para que no perdamos de vista
la meta en estos días de conversión.

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