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PARROQUIA

DE LA SANTA CRUZ
CATECISMO PARROQUIAL
(ANTOLOGÍA)

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INTRODUCCIÓN

Estimados adolescentes y jóvenes de la catequesis de nuestra


parroquia Señor de la Santa Cruz, nos alegramos al poder poner en
tus manos este pequeño manual que es una antología catequética para
la preparación hacia el sacramento de la Confirmación, así mismo al
final se presenta un compendio de oraciones básica que todo cristiano
católico debe de resguardar en su mente y corazón. La vivencia de la fe
como bautizado permite que el evangelio de nuestro Señor Jesucristo
se haga presente en nuestras vidas, y en nuestras familias.

Al iniciar la catequesis que te preparará para poder recibir el sacramento


de la Confirmación, procura desde ya ir conociendo y amando a nuestro
Señor, verle como amigo, tener en Él una confianza plena que te
permita ir a su presencia tal como lo narra el evangelio, 13 Entonces le
fueron presentados unos niños para que les impusiera las manos
y orase; pero los discípulos les reñían. 14 Mas Jesús les dijo:
«Dejad que los niños vengan a mí; y no se lo impidáis, porque de
los que son como éstos es el Reino de los Cielos.» 15 Y, después
de imponerles las manos, se fue de allí. (cf. Mateo 19, 13-15).

Que tus motivaciones y deseos sean siempre encontrarte con Jesús,


este tiempo de catequesis te ayudará a discernir y reconocer el camino
que te lleva a Jesús. No permitas que las atracciones de este mundo te
roben tus sueños e ilusiones por ser plenamente amigo de Dios.
También aprenderás a reconocer a Santísima Virgen María, Madre de
Dios y madre nuestra, y podrás dirigirte a ella con las oraciones
marianas que vienen en este pequeño manual, también podrás dialogar
con tu ángel de la guarda el que te acompaña siempre, aprovecha al
máximo estos recursos que como parroquia te ofrecemos.

Aprendemos a orar en ciertos momentos escuchando la palabra del


Señor y participando en su Misterio Pascual; pero, en todo tiempo, en
los acontecimientos de cada día, su Espíritu se nos ofrece para que
brote la oración.

Pbro. Miguel Ángel Rodríguez


Párroco

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11 Adviento, símbolos y signos

Oremos:
Concédenos, Señor, llegar a la noche santa de la Navidad con un
corazón renovado y lleno de fe, esperanza y caridad. Ilumina nuestros
pasos y haz que tu Luz sea nuestra luz. Guíanos por el camino que
conduce a Belén, para contemplar allí a tu Hijo amado y experimentar
su presencia. Amen
¿Qué es el Adviento?
el tiempo de Adviento no es, desde luego, un tiempo penitencial como
la Cuaresma, en que se pone un gran acento en nuestra conversión del
pecado para poder celebrar la Pascua. El Adviento no es así, sino que
se mantiene un clima de paz gozosa en la espera del Señor: por
ejemplo, a diferencia de la Cuaresma, en el Adviento no dejamos de
cantar el Aleluya. Pero, de todos modos, el Adviento sí es un tiempo
litúrgicamente austero, porque es un tiempo de preparación, que
conducirá a la gran alegría de la Navidad.
Por ello es conveniente que la Iglesia esté adornada con discreción,
más bien con plantas que con flores, y que guardemos la mejor
iluminación y otras ornamentaciones para cuando llegue la Navidad. Y
por eso también, durante el Adviento no cantamos el Gloria, que es el
himno de los ángeles en Belén: en Navidad lo cantaremos con toda
propiedad. Pero ello no quita, por ejemplo, que adornemos la Iglesia con
un buen cartel que diga “¡Ven Señor Jesús!”, o una frase semejante,
para recordarnos el camino que estamos recorriendo.

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Esta es su triple finalidad:


- Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en
Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne,
lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre
los hombres. Esta fue su primera venida.
- Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria
la "presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo.
Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la
justicia y en el amor.
- Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda
venida de Jesucristo en la "majestad de su gloria". Entonces vendrá
como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo
a los que han creido en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos
buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la
salvación y la vida eterna sin sufrimientos.
Signos y símbolos del Adviento
La corona de Adviento

Es una costumbre procedente del


norte de Europa, pero que se ha
arraigado ya en muchos otros lugares,
y que puede resultar muy interesante
como recordatorio de este tiempo.
Consiste en una corona de ramas
verdes, colocada en un lugar visible y
digno, y que sostiene cuatro velas
vistosas, por los cuatro domingos de Adviento. Y lo que se hace es
encender el primer domingo, una vela, el segundo, dos velas, el tercero,
tres, y el cuarto las cuatro, mientras se dice una oración, o se canta un
canto, o se lee una lectura. Se puede tener la corona en la Iglesia, y
entonces las velas se encienden al principio de la Misa, y se puede
poner también en casa, y entonces se encienden el domingo antes de
comer, o el sábado por la noche, o en cualquier otro momento que vaya
bien.

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Árbol de Navidad
Es de origen nord-europeo. Los
germanos adornaban el árbol que seguía
siendo verde durante el invierno. Los
romanos se apropiaron de los signos
nórdicos y los unieron a los suyos. En la
Roma imperial los jóvenes salían en
primavera a dar vueltas con un pino para
anunciar la llegada de esa estación.
Los cristianos encontraron que tales
signos podían tener afinidad con los misterios que celebraban y
comenzaron a usar un abeto cargado de manzanas, y también un mástil
adornado con globos de colores y antorchas. En los siglos XVI y XVII,
se combinaron los dos símbolos y surgió el actual árbol de Navidad.
Para los cristianos el árbol de Navidad es el símbolo de Jesús, el Árbol
de la Vida, que va creciendo año tras año en nuestro corazón e ilumina
como "Luz de las Naciones". Sin duda Jesús es esa Luz y el mejor
regalo que Dios Padre nos ha hecho. Una familia que prepara el árbol
de Navidad y se esfuerza por irradiar a Cristo, está creando el ámbito
más preciado para vivir y acrecentar la fe.

Pesebre
Según la tradición fue san Francisco
de Asís quien, en 1223, en una gruta
de Greccio, provincia de Rieti,
preparó el primer pesebre viviente.
Puso un bebé sobre unas pajas y
acercó un asno y un buey. Por su
parte los frailes hacían una pequeña representación teatral. Este
pesebre tuvo una gran repercusión, primero en Italia y luego en todo el
mundo. Con el tiempo los personajes reales fueron reemplazados por
figuras agregando a san José, la Virgen, los pastores.

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Estrella de Navidad
En la buena nueva del nacimiento de Jesús los
evangelistas narran que apareció en el cielo
una estrella. Los magos, que vinieron del
Oriente buscando a Jesús, fueron guiados por
esta estrella hasta Belén.
La estrella tiene cuatro puntas luminosas que
representan las cuatro direcciones de la tierra:
norte, sur, este y oeste de donde vienen los hombres para adorar la
gran luz que es el Hijo de Dios.

Los ángeles
La palabra ángel quiere decir mensajero. Los
ángeles son espíritus bienaventurados que
protegen de los peligros a cuantos
peregrinamos sobre la tierra y al mismo tiempo,
están ante Dios para alabarlo y servirlo.
Honrando a los ángeles exaltamos la bondad
infinita de Dios, porque él resplandece en los
ángeles y a través de ellos manifiesta su
bondad y su grandeza.
El ángel Gabriel fue el mensajero en la anunciación a María. En la
Noche Santa, son también los ángeles quienes llevan el mensaje a los
pastores de Belén: "Hoy en la ciudad de David, les ha nacido un
Salvador, que es el Mesías, el Señor" (Lc 2, 11). Y luego en el establo,
se oye el canto de alabanza de una multitud de ángeles: "Gloria a Dios
en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él" (Lc 2,
14).

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Actividad
Te parece bien, si elaboramos una corona de adviento.
Material:
o Armazón o base de plástico para corona de
adviento
o Guía de pino navideña
o Esferas rojas pequeñas
o Piñas navideñas
o Estrellas rojas
o Estrellas plateadas
o Silicón caliente
o 4 velas
-Acomoda la guía sobre la
base o armazón para dar
volumen.
-Pega las velas con el silicón,
estas deberán estar de
manera simétrica.
- Distribuye las esferas, las
estrellas y las piñas, es
recomendable pegar de lo
más grande a lo más
pequeño.

Oración
Santísima Virgen María, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y
Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que día a
día intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.
Amen.

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La espera del Señor en los
12 personajes bíblicos del Adviento

El Adviento celebra la manifestación del Señor. Esta manifestación


salvadora de Dios exige una actitud, una postura de parte del hombre
creyente. Los textos bíblicos que nos ofrecen las Misas del Adviento,
como también las de la Liturgia de las Horas, son auténticos e ideales
modelos de respuesta y de sensibilización ante las manifestaciones
salvadoras del Señor.

Señalamos los principales personajes bíblicos del Adviento: Isaías,


Juan Bautista, María, San José.

ISAÍAS, el hombre de la esperanza

* Su nombre hebreo sería Iesayaú, que


traducido significa Yavé es ayuda, se siente
llamado al profetismo más o menos a los 25 años
de su edad y profetizará al Pueblo de Dios
durante cuarenta años. Su misión fue difícil:
debía anunciar a sus compatriotas la huida de
Israel y de Judá, en castigo de las infidelidades
e idolatrías de su pueblo.

* Recibió en el Templo de Jerusalén su vocación


de profeta, Is 6, 1-13, y esa manifestación de Dios, muy calcada en el
género literario de otras vocaciones bíblicas, lo marcó profundamente.
Por una parte, Dios le muestra su grandeza y su trascendencia, la
inmensidad de lo que Él es, el Santo de Israel, Yavé de los Ejércitos; y
esta manifestación pone muy en claro la poquedad del elegido y la
desproporción de sus potencialidades para desempeñar la difícil misión
que le encomienda Yaveh. Estas dos realidades antagónicas, la
trascendencia de Dios y su propia limitación e indignidad de su persona,
marcarán a fuego todo el aporte y el servicio profético de Isaías y su
lucha constante por lograr la pureza del Yavismo en Israel y la fidelidad
a la Alianza.

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* El ambiente político que le tocó vivir fue muy tenso y difícil por la
amenaza constante y creciente de Asiria: La superioridad del enemigo
es muy clara y, de nuevo, esa claridad ahonda aún más y pone de
relieve la pobreza y la limitación del profeta y del pueblo.

* Isaías interpreta el peligro y la amenaza extranjera desde su punto de


vista profético, y no como lo habría hecho un observador político: Es
Dios el que habla y frente a este Dios que se manifiesta, hay que tomar
algunas actitudes concretas para purificar nuestra relación con Él y para
asumir el camino que el mismo Señor nuestra a su Pueblo.

* Tal vez el mensaje y el modelo de Isaías podríamos resumirlo en


estos puntos:

a) sustituir los criterios y las seguridades humanas por los ideales


propuestos por Dios; confiar más en el Señor que en las ayudas
de salvación que nos puedan venir de los hombres, de las
instituciones, de los pactos con los poderosos;

b) redescubrir el verdadero rostro del Yaveh, despojarnos del


concepto negativo que se tiene de Dios y descubrirlo como el Dios
clemente, compasivo, misericordioso, siempre dispuesto a
perdonar y comprender;

c) aceptar nuestra indigencia, nuestra falta de méritos, nuestra


pobreza, como punto de partida en la vuelta a Dios; jamás uno
que no se sienta indigente, saldrá de sí para pedir ayuda o perdón;

d) condiciones para lograr el reencuentro con Dios: La fe


incondicional en el Señor; la confianza absoluta en su bondad y
en sus promesas de salvación que, aunque hayan estado
limitadas por el castigo, este castigo era el correctivo necesario
para el pueblo lograra comprender la bondad salvadora de Yaveh.

Actividad
* Textos bíblicos leerlos: Vocación de Isaías Is 6, 1-12;
La promesa de salvación, Is 32, 15 al 33, 6;
Dios se manifiesta salvando, Is 61, 1-3.

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Responde las siguientes preguntas

1. ¿Quién fue el profeta Isaías?


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2. ¿Por qué es importante el profeta Isaías en el tiempo del adviento?


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3. ¿Qué podemos aprender del profeta Isaías?


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JUAN BAUTISTA, el predicador de la


conversión.

* Es otro de los modelos bíblicos clásicos del


Adviento. Es santificado por Cristo en el seno
de su madre Santa Isabel aun antes de nacer.
Lleva una vida austera y de profunda
comunicación con Dios en el desierto.
Adquiere conciencia clara de su rol de profeta
y no de cualquier profeta, sino el que ha de
señalar con su dedo al Mesías. Y eso lo hace descubrir, igual que Isaías,
la trascendencia de Dios y la poquedad de su persona. Y toda esta
experiencia la comparte con los israelitas en una predicación fuerte y
valiente que lo lleva a desenmascarar la mentira y el vicio y a anunciar
con entereza la conversión, la verdad y el bien hasta el supremo
sacrificio.

* Por esta conciencia de la trascendencia de Dios y de su propia


poquedad es que se declara indigno hasta de desatar la correa de las
sandalias de Jesús. Es necesario que el Mesías crezca y Juan mengue
ante Él. No quiere bautizar a Cristo.

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* Hombre de profunda fe y de valiente compromiso en el seguimiento


de su vocación. Hasta dar su vida por los valores y por la verdad que
predica.

* Pero su fe sufre la prueba: Mt 11, 1-6. Se siente desconcertado


[¿defraudado?] por la pobreza de Jesús, por sus medios demasiado
simples o rutinarios: Cristo asume como discípulos a hombres de poca
cultura; predica a los sencillos y se pelea con los dirigentes del pueblo
judío; su lenguaje es demasiado simple. Y esto desconcierta al Bautista,
hombre profundamente anclado en las categorías religiosas israelitas y
para quien era tan clara la trascendencia, la infinitud y la grandeza de
Dios. En su concepto, el enviado de Yaveh no podía rebajarse tanto.

* Y en esa situación Juan Bautista acude a Cristo mismo: ¿Eres tú... o


debemos seguir esperando?... Y la respuesta de Jesús fue el testimonio
bíblico de las características del Mesías: hace oír a los sordos, hablar a
los mudos, evangeliza a los pobres... Y Jesús añade una respuesta
específica a Juan, al escandalizado Juan: ¡Dichoso el que no tomare de
mí ocasión de tropiezo...!

* Así Juan Bautista, frente a la manifestación de Dios en Jesucristo, nos


entrega varias lecciones:

a) Aceptar y apreciar la grandeza trascendente de Dios y nuestra


poquedad, miseria y limitación. Nos enseña a ubicarnos delante
de Dios, a asumir nuestro lugar y rol en la salvación que Dios
quiere protagonizar en nosotros a través de su Hijo: Conviene que
Él crezca...;

b) Tener sensibilidad ante el paso del Señor; saber descubrir su


cercanía. Y cuando no logremos descubrirla, acudir al Señor para
que sea Él quien ilumine el camino de nuestra fe y de nuestra
experiencia con Él;

c) Tener una flexible capacidad de conversión, de acomodamiento


a los planes de salvación que el Señor tiene para salvarnos,
planes que no siempre coinciden con nuestros criterios y
categorías. O más bien, que son siempre distintos y lejanos a los
nuestros,

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

* Juan Bautista nos enseña, por una parte, que es necesario aceptar la
humildad de la manifestación divina: ¡Dichoso el que no se
escandalizare en mí! Y resulta también un admirable ejemplo de
pobreza y limitación: Conviene que Él crezca y yo disminuya. Para llegar
a Dios, Juan Bautista asumió dos actitudes de humildad: aceptó la
pobreza de los medios de manifestación de Jesús y experimentó la
cercanía de la Salvación, no sólo en forma pasiva en el seno de su
madre, sino sobre todo en la aceptación dificultosa de los planes de Dios
en su Hijo Jesucristo.

Preguntas para compartir en grupos

1.- ¿Qué te llama la atención de la misión de san Juan Bautista?

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2.- ¿Qué necesitas en tu vida para poder imitar a san Juan Bautista?
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MARÍA, la mujer que oyó, meditó y vivió la


Palabra

* El que logró realmente ser pobre del Señor pudo


percibir la manifestación y la presencia salvadora
de Dios en su vida. El Evangelio nos presenta a
María, la Madre de Jesús, como una mujer dichosa
por haber creído, por haber descubierto a Dios y
por haberse sabido fiar de Él.

* El Evangelio nos la muestra en un proceso de esa aceptación y de


este acercamiento al Dios que se le manifestaba. La Virgen escuchó
meditó y vivió el contenido de la Palabra o manifestación de Dios a
través de su Hijo.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

* María escucha la Palabra. Y por esa razón fue dichosa. Tuvo estrecho
contacto con su Hijo en el hogar de Nazaret, en donde Cristo vivía los
contenidos que después, en los días de su vida pública, habló; oyó
atónita el mensaje del ángel el día de la Anunciación; escuchó la
profecía que Simeón le hacía.

* Pero en la aceptación de la Palabra y en su proceso de fe, María


también siguió el caminar corriente de todos los creyentes. Como no
comprendía el sentido y la proyección de lo que escuchaba como
manifestación del querer y de los planes de Dios, la Virgen meditaba y
reflexionaba, guardaba en su corazón el mensaje de Dios.

* Y la grandeza de la Madre de la Iglesia consistió en vivir el contenido


de esa manifestación de Dios, vivencia que no le fue fácil, sobre todo
cuando veía la marginación que se hacía de su Hijo en los días de su
vida pública, y más todavía cuando estaba de pie junto a la cruz de su
Hijo, asumiendo su rol y viviendo su hora junto a Jesús Salvador. Así se
constituyó en madre de los creyentes y medianera del pueblo de Dios.

* Frente a la nueva manifestación de Jesucristo como Salvador, que


sacramentalmente celebramos en este Adviento, la Iglesia nos propone
el modelo bíblico de María para que nosotros también asumamos este
ejemplo de docilidad, docilidad que, en el itinerario de fe de la Virgen,
no estuvo exenta de dudas e incertidumbres, pero que supo apoyarse
en la bondad infinita del Dios que nos ama y que, por ese amor, nos
salva en su Hijo.

Actividades
Lee y comparte con tus compañeros de catequesis las siguientes citas
bíblicas:
San Lucas 1, 26-38.
San Lucas 1, 46-56.

Escribe una pequeña oración a la Virgen


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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

SAN JOSÉ, el hombre justo

* No son muchos los datos que los


Evangelios nos entregan de la vida y
misión de San José. Pero afirman
categóricamente que era un hombre
justo, Mt 1, 19. Y descubrimos esa
justicia en las actitudes que tomó
frente a la difícil manifestación de los
planes divinos.

* Es descendiente de la familia de David y a través de él llega la


promesa mesiánica a Jesús. Jesús aparece legalmente como el Hijo de
José y es, a través de esta característica, que Él asume el título y la
prerrogativa bíblica de Hijo de David.

* El calificativo bíblico de justo solemos entenderlo ordinariamente con


relación a una buena conducta moral. En el caso de San José su justicia
radica más bien en su conformidad a la voluntad y al querer de Dios.
Como María y como tantos otros fieles del Antiguo Testamento, José es
el pobre del Señor, el hombre capaz de despojarse de sí mismo y de la
lógica de sus criterios y planes para asumir en obediencia total la
voluntad y los caminos de Dios. Por difíciles que éstos resulten.

* Es el hombre de la fe y de la obediencia incondicional que, aun con


dificultades en la comprensión y en la ejecución de lo manifestado por
Dios, se le mantiene fiel. Es el hombre justo que entra en diálogo
existencial y siente y experimenta la cercanía de Dios.

Actividad

Responde con la ayuda de tus catequistas las siguientes preguntas

1. ¿Habías oído hablar antes de sobre San José?


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1. ¿Quién fue San José?


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2. ¿Fue San José un hombre fiel, prudente y silencioso?
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Oración comunitaria

María de la Esperanza

María de Nazareth María,


madre de nuestro Señor, virgen de la Esperanza.
compañera de nuestras marchas, Contágianos tu fuerza,
ven a visitarnos, acércanos el Espíritu
quédate con nosotros. que llena tu vida.
Te necesitamos, madre buena, ayúdanos a vivir con
vivimos tiempos difíciles, alegría,
atravesamos bajones, a pesar de las pruebas y las
tenemos caídas, cruces
nos agarra la flojera que encontramos en el
nos inmoviliza la apatía, seguimiento
nos da rabia la solidez de la de tu hijo.
injusticia. AMEN.

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13 Navidad

Oremos
Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento
de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño
Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para
adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras
vidas. Amen

Introducción
La Navidad es una de las fiestas más importantes de la Iglesia porque
en ella celebramos que el Hijo de Dios se hizo hombre para abrirnos las
puertas del Cielo, para enseñarnos el camino para la vida eterna

La Navidad, a pesar de ser una fiesta cristiana, se ha popularizado en


todo el mundo. Efectivamente, hasta los no creyentes celebran "las
fiestas de diciembre", como se les dicen. Los regalos, los pinos
adornados y los Santa Claus abundan en esta época y el gasto familiar
se eleva a las nubes.

Por desgracia, el verdadero sentido de celebrar el nacimiento de Cristo


se ha transformado en un mero intercambio de regalos, tal como lo
hacían los paganos griegos y romanos para las fiestas de la Saturnalia,
es decir, el inicio del invierno.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

Un poco de historia
Emmanuel significa Dios con nosotros.
La celebración de la Navidad nos
recuerda que Dios no está lejos, sino
muy cerca de nosotros. En Navidad,
celebramos al Niño Jesús que es Hijo de
Dios. En Él, Dios nos mostró su rostro
humano, para salvarnos y amarnos desde la tierra.
Jesús es el Hijo unigénito de Dios, imagen perfecta del Padre, lleno de
gracia y de verdad
¿Qué nos enseña la Navidad?
La celebración de la Navidad es un momento privilegiado para meditar
en el texto evangélico de San Lucas 2, 1-20, en donde se narra con
detalle el Nacimiento de Cristo.
Podemos reflexionar las virtudes que encontramos en los diferentes
personajes involucrados y luego, aplicarlas a nuestra vida:
La virgen María nos enseña a ser humildes, a aceptar la voluntad de
Dios, a vivir cerca de Dios por medio de la oración, a obedecer a Dios y
a creer en Dios.
San José nos enseña a escuchar a Dios y hacer lo que Él nos diga en
nuestra vida, aunque no lo entendamos y a confiar en Dios.
Jesús nos enseña la sencillez. A Dios le gusta que seamos sencillos,
que no nos importen tanto las cosas materiales. Jesús, a pesar de ser
el Salvador del mundo, nació en la pobreza.
Los pastores nos enseñan que la verdadera alegría es la que viene de
Dios. Ellos tenían un corazón que supo alegrarse con el gran
acontecimiento del nacimiento de Cristo.
El 25 de diciembre se celebra la Navidad. Dios se hizo hombre para
abrirnos las puertas del Cielo y enseñarnos el camino para la vida
eterna.
Jesucristo es luz, amor, perdón y alegría para todos los hombres y
mujeres de buena voluntad.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

La Sagrada Familia nos da ejemplo de la aceptación de la Voluntad de


Dios, viviendo con sencillez, humildad y alegría el nacimiento de Jesús
en el Portal de Belén.
Encuentro con Cristo
En la fiesta de Navidad leemos que los pastores de Belén fueron
convocados los primeros al pesebre a ver al recién nacido: «Fueron con
presteza y encontraron a María, a José y al Niño acostado en un
pesebre» (Lc 2, 16).
Detengámonos en ese encontraron. Esta palabra indica la búsqueda.
En efecto, los pastores de Belén, cuando se pusieron a descansar con
su rebaño, no sabían que había llegado el tiempo en que iba a acontecer
lo que habían anunciado desde hacía siglos los profetas del pueblo al
que ellos mismos pertenecían; y que iba a tener cumplimiento
precisamente aquella noche; y que se realizaría en las proximidades del
lugar donde se hallaban. Incluso después de despertarse del sueño en
que estaban sumidos, no sabían ni qué había ocurrido ni dónde había
ocurrido. Su llegada a la gruta de la Natividad era el resultado de una
búsqueda. Pero al mismo tiempo habían sido llevados y conducidos -
según leemos- por la voz y la luz. Y si nos remontamos más en el
pasado, los vemos guiados por la tradición de su pueblo, por su espera.
Sabemos que Israel había recibido la promesa del Mesías.
Buscar siempre a Dios para encontrarlo
«Encontraron» indica «la búsqueda».
El hombre es un ser que busca. Toda su historia lo confirma. También la
vida de cada uno de nosotros lo atestigua. Muchos son los campos en
que el hombre busca e investiga y luego encuentra, y a veces, después
de haber encontrado, comienza de nuevo a buscar. Entre todos estos
campos en que el hombre se revela como un ser que busca, hay uno,
el más profundo. Es el que entra más íntimamente en la humanidad
misma del ser humano. Y es el más vinculado al sentido de toda la vida
humana.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)
Actividad

Encuentra las palabras enlistadas que se encuentran escondidas y


márcalas o enciérralas con color.

Oración Final del papa Juan XXIII


Dulce Niño de Belén, haz que penetremos con toda el alma en este
profundo misterio de la Navidad. Pon en el corazón de los hombres esa
paz que buscan, a veces con tanta violencia, y que tú sólo puedes dar.
Ayúdales a conocerse mejor y a vivir fraternalmente como hijos del
mismo Padre.
Descúbreles también tu hermosura, tu santidad y tu pureza. Despierta
en su corazón el amor y la gratitud a tu infinita bondad. Únelos en tu
caridad. Y danos a todos tu celeste paz. Amén

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24 La Semana Santa

Domingo de Ramos

¿Qué celebramos?
Recordamos la entrada triunfal de
Jesús en Jerusalén, la capital de Israel.
Sucedió unos días antes de su muerte.
Fue una entrada grandiosa, y al mismo
tiempo, humilde. La ciudad estaba llena
de peregrinos venidos del interior, y de
otras naciones, para celebrar la Pascua Judía.

Una gran multitud rodeó a Jesús, y con ramos de olivos y ramas de


palmeras, lo acompañó en su entrada en la ciudad, entre cantos y
aclamaciones. Muchos lo reconocían con fe y esperanza.
Jesús aceptó el homenaje de fe de su pueblo, sabiendo que se acercaba
"su hora", en la que daría su vida para ejemplo de todos, en la soledad y
pobreza de la Cruz.

¿Cómo se celebra este día?


La celebración de este día tiene dos aspectos importantes:

􀀀 La Procesión de las Palmas.


Esta procesión es la entrada a la Semana Santa. Se bendicen los ramos de
olivo y las palmas, y luego se realiza la procesión por los alrededores de la
iglesia donde se va a celebrar la Santa Misa. La procesión va encabezada
por la Cruz. Durante la celebración se canta a Jesús como el Enviado de
Dios y Salvador del
Mundo.

􀀀 La Lectura Solemne de la historia de La Pasión.


También durante la Misa, se lee La Pasión de Jesús. Este relato del
Evangelio nos hace ver cómo se cumplieron en Jesús las profecías del
Antiguo Testamento. Antes se canta el Salmo 21, que es un maravilloso
poema bíblico. Contiene las palabras con las que rezó Jesús antes de morir.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

Gestos y símbolos.

El levantar los ramos de olivos es un gesto que no necesita explicarse


demasiado. Es una forma visible de aclamar a Jesús con alegría y
entusiasmo. Lo reconocemos como nuestro Salvador.

Para reflexionar

􀀀 Seguramente nunca pensamos en esto: la Semana Santa comienza y


termina con alegría. Esto es porque sabemos que, pasando por el dolor de
la cruz, Jesús triunfó sobre el mal y la muerte. Así
mostró al mundo con su ejemplo el camino a la Vida y a la felicidad que
nunca termina.

􀀀 Todo lo que los hombres desean (que haya justicia, unidad, que nos
volvamos a encontrar
después de la muerte, que veamos a Dios), tiene su respuesta en Jesús,
que murió y resucitó por
nosotros. Seguir su vida es el camino para lograr todas estas cosas.

Jueves Santo

¿Qué recordamos?

En este día, la víspera de su muerte,


Jesús comió la cena pascual a solas con
sus amigos. Se trataba de una
cena tradicional y religiosa. En ella se
conmemoraba la Pascua Judía, es decir,
cuando el Mar Rojo se abrió
para que el Pueblo de Dios saliera de la
esclavitud de Egipto. Se celebraba (y los
judíos de hoy lo siguen haciendo) en
familia. El jefe del hogar explicaba el sentido de esta cena. El plato central
era un cordero (cordero pascual) que se sacrificaba en el templo y se comía
luego, mientras se cantaban canciones de acción de gracias.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)
esa comida, ya que el viernes, Él en persona sería el Cordero de Dios,
sacrificado por los pecados del mundo (en la Cruz). Antes de compartir la
mesa con sus amigos, Jesús les lavó los pies. Éste era un rito de
preparación para el banquete pascual, y les explicó que les dejaba ese
ejemplo para que lo siguieran (Juan 13, 1-38). Al final de la cena, Jesús
realizó un gesto que ahora nos parece familiar, pero imagínense cómo debió
sorprender a los apóstoles. Tomó el pan, e hizo lo mismo que recordamos
en el momento de la Consagración en la Misa. Ésta fue la primera misa, y la
consagración de los primeros sacerdotes.

Después, Jesús nos dejó su mandamiento: "Amaos los unos a los otros
como yo os he amado. En eso conocerán que sois mis discípulos.". La cena
terminó con una oración al Padre, muy conmovedora, donde Jesús pidió por
la unidad de su Iglesia y de los hombres.
Después se fue al Huerto de los Olivos, para rezar. Allí lo invadió la tristeza,
el desaliento y el miedo. Sudaba como gotas de sangre. Decía: "Padre mío,
si es posible, aparta de mi este cáliz. Sin embargo, que no se haga mi
voluntad, sino la tuya".
Fue el comienzo de su agonía. Allí lo encontró la fuerza pública, y lo
detuvieron. Después vino la noche triste: sus amigos lo abandonaron por
miedo, Pedro lo traicionó, lo torturaron...

Para reflexionar

􀀀 Jesús mostró su amor a Dios Padre, amándonos a nosotros,


compartiendo todo, hasta su persona, con nosotros. Él había dicho: "Nadie
ama tanto como el que da la vida por aquéllos que ama". Y esto lo selló con
su muerte en la Cruz.

􀀀 Nosotros debemos hacer lo mismo en su memoria, si nos queremos


llamar cristianos. No es fácil.
La única señal de que amamos a Dios, es que amamos a nuestros
hermanos. Y la señal de que amamos a los demás es que buscamos el bien
de ellos.

􀀀 La Eucaristía (la Comunión) es el Pan que nos sostiene en este camino


duro. No es un premio para los perfectos. Es el Pan que la Vida a los
necesitados, los débiles, los pecadores…

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

Viernes Santo

Es el día de la muerte del Señor en la


Cruz. Después de una noche interminable
de interrogatorios, injurias, soledad,
Jesús es finalmente condenado a muerte.
Lo condenan por decirse Hijo de Dios, y
por subversivo del orden público. Le
impusieron la muerte más vergonzosa: en
una Cruz. Al mediodía, Jesús, que antes
había sido azotado y “coronado” con
espinas (como burla, ya que decía que
era Rey), sale de Jerusalén y lo hacen ir al Monte Calvario. Él mismo lleva
la Cruz sobre sus espaldas.

Clavado en ella, entre dos ladrones que también habían sido condenados,
muere, perdonando a los que lo mataron, y dando su vida por la salvación
del mundo.

Murió solo, abandonado por sus amigos. Solamente su Madre y su amigo


más querido, estuvieron al pie de la Cruz. Antes de morir, Jesús confió al
discípulo amado el cuidado de su Madre, y nos dio a María como la madre
de todos. Murió en la mayor pobreza, como había nacido y vivido. Hasta sus
ropas fueron repartidas entre los soldados.

Todo estaba cumplido. Eran como las tres de la tarde. Antes de la bajada
del sol, sus amigos lo enterraron en un sepulcro nuevo, excavado en una
piedra, cerca del Calvario.

Para reflexionar
􀀀 La Cruz es la revelación más clara y total de la persona de Jesús y su
obra.

􀀀 Jesús es la imagen de Dios Padre, y en la cruz se nos revela el amor


misericordioso del Padre por la familia humana. Jesús es también la imagen
del Hombre, y en la cruz se nos revela el sentido del pecado y de nuestra
vida.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

􀀀 Jesús no busca morir porque sí. El amor


a Dios y a los hombres lo va guiando en
sus pasos. Su pasión y muerte son el sello
de su amor servicial y fiel. Su amor entró
en conflicto con el pecado del mundo: con
el egoísmo, el odio, la injusticia, la
falsedad, el orgullo.

􀀀 Dios quiere que seamos felices en el amor, pero esto no es fácil. Supone
paciencia, sufrimiento, constancia… En la victoria de Cristo está la fuerza
para llevar nuestra propia cruz.

Sábado Santo

¿Qué recordamos?
El Cuerpo de Jesús yacía sin vida dentro del sepulcro. Mientras los judíos
celebraban el día de la Pascua, los amigos de Jesús, que no pueden ir hasta
el sepulcro, porque el descanso festivo no se lo permitía, comenzaron a
reunirse para compartir su dolor y su desilusión. Poco a poco, la esperanza
se abría paso en sus corazones. Jesús les había anunciado en varias
ocasiones su resurrección. Y ellos lo recordaban.

Es un día de silencio y de espera. No existe el "sábado de Gloria”, como se


decía antes. Es un día apropiado para una buena confesión personal, que
nos prepare para renovar nuestro bautismo, y recibir la vida nueva que nos
trae Jesús Resucitado. Esto lo haremos durante la Vigilia Pascual. La
confesión y comunión pascuales no son un capricho: son la mejor manera
de sentir como propia la pascua de Jesús.

Vigilia Pascual

El Sábado Santo al llegar la noche se reúnen los cristianos para la


celebración de la Vigilia Pascual.
Como su nombre indica, es una Vigilia: una velada de oración que
desemboca en la Fiesta de la Pascua.
Nos reunimos para esperarla juntos. Es una noche feliz. La Noche Santa.
La más importante y grandiosa.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

Es una celebración como la Misa, pero con más momentos, por lo que es
algo más larga. Pero es hermosa, si vamos entendiendo lo que celebramos.
Es muy difícil de analizar en detalle, pero vamos a ver algunos momentos.

LITURGIA DE LA LUZ
Cristo es la Luz del mundo

􀀀 Bendición del Fuego Nuevo: se hace fuera del templo, y con ese fuego se
encenderá el Cirio Pascual.

􀀀 Bendición del Cirio Pascual: se adorna con una Cruz, el año, y otros
símbolos. Representa a Cristo Vivo y presente en medio de nosotros.

􀀀 Procesión de la Luz: con velas que encendemos en el cirio, vamos hacia


el altar.

􀀀 Pregón Pascual: es un canto que anuncia explícitamente la resurrección


de Jesús, como si fuera una noticia. Es largo, y con mucho contenido. Hay
que escucharlo con el corazón.

Actividad

1. ¿Qué recordamos en semana santa?


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2. ¿Quién es Jesús para tí?


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Oración final
¿Seré yo? (Jose María Rodríguez Olaizola, sj)

¿Seré yo, Maestro, ¿Seré levita, indiferente


quien afirme al herido del camino,
o quien niegue? o samaritano conmovido
¿Seré quien te venda por su dolor?
por treinta monedas ¿Seré espectador
o seguiré a tu lado o testigo?
con las manos vacías? ¿Me lavaré las manos
¿Pasaré alegremente para no implicarme,
del «hossannah» o me las ensuciaré
al «crucifícalo», en el contacto con el mundo?
o mi voz cantará ¿Seré quien se rasga las
tu evangelio? vestiduras
¿Seré de los que tiran la piedra y señala culpables,
o de los que tocan la herida? o un buscador humilde de la
verdad?

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25 Jesús resucitado nos envía su
espíritu, importancia de la resurrección

La resurrección de Cristo da sentido a toda su vida y muerte. San Pablo


es contundente en este punto: "y si Cristo no ha resucitado, nuestra
predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo." (1 Cor 15,14).

*** PROPUESTA DE REFLEXIÓN EN GRUPO


+ ¿Qué imagen del cristianismo prevalece en ti: la triste-dolorosa o la
gozosa-optimista? ¿Te has quedado en el Viernes Santo, o has llegado
al Domingo de Pascua?

CRITERIOS DE HISTORICIDAD
Son muchos los indicios histórico-críticos
que nos indican que la resurrección no pudo
ser un relato inventado por los discípulos o
por los evangelistas. Así, por ejemplo, no es
posible que los evangelistas inventasen esa
historia, poniendo a unas mujeres como
primeras testigos de la tumba vacía y de
Cristo resucitado, porque en el mundo judío
el testimonio de una mujer no tenía valor.
Además, sin la resurrección no se explica el
cambio tan radical producido en los
discípulos de Jesús, quienes días atrás
habían abandonado a su maestro y se
habían dispersado, decepcionados por su muerte y aparente "fracaso".

*** PROPUESTA DE REFLEXIÓN EN GRUPO


+ ¿Fue su fe la que sugestionó a los discípulos hasta inventar la
resurrección o, por el contrario, fue el hecho de la resurrección el que
encendió en ellos la fe?. Para responder, lee Jn 20,24-29.

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

¿QUÉ SIGNIFICA LA RESURRECCIÓN?

1.- Jesús vive.


Sin la resurrección, el evangelio sería una colección de bellas historias
y relatos de un hombre maravilloso que vivió en el pasado... pero nada
más. Sin embargo, por la resurrección, Jesús es una persona viva que
nos invita a seguirle aquí y ahora. Ser cristiano no es sólo creer unas
doctrinas, sino que es seguir a una persona viva -Jesucristo-.

2.- Sello de aprobación.


El fin de la vida de Jesús en la muerte y el fracaso hubiese descreditado
todo lo que había dicho y hecho. Dios Padre, al resucitar a su Hijo, avaló
cuanto había dicho y hecho Jesucristo. Es algo así como el sello de
aprobación de su vida. De lo contrario sus afirmaciones de que era "la
resurrección y la vida" hubiesen resultado falsas: "Dios lo resucitó
rompiendo las ataduras de la muerte, no era posible que la muerte lo
retuviera bajo su dominio" (Hech 2, 23-24).

3.- La derrota de la muerte.


La resurrección de Jesucristo no fue un hecho aislado en la historia. El
Evangelio nos dice que Cristo compartió con nosotros la muerte para
que nosotros podamos compartir también su victoria sobre ella. Cristo
resucitó de entre los muertos como garantía de que los que murieran
también resucitarían. Él mismo nos dijo: "Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en mí aunque haya muerto vivirá" (Jn 11,25).

*** PROPUESTA DE REFLEXIÓN EN GRUPO


+ Lee 1 Cor 15,19-26. ¿Por qué se llama a Cristo el nuevo Adán?
+ Lee el texto conclusión de toda la biblia que a continuación indicamos,
y reflexiona en lo que supone que éste sea el último mensaje escrito de
la Palabra de Dios: Apocalipsis 22,20

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

CRISTO RESUCITADO NOS DERRAMA SU ESPÍRITU

Tras su resurrección, Jesús se apareció a sus


discípulos durante cuarenta días, al término de
los cuales ASCENDIÓ a los cielos
(Hch 1,9-11).
En este período Jesucristo insistió a sus
discípulos en la conveniencia de su marcha:
"Os conviene que yo me vaya para que el
Espíritu Santo descienda sobre vosotros". Al
desaparecer Cristo físicamente de nuestra
presencia pasa a estar presente a través del
Espíritu Santo: "Salí del Padre y he venido al
mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al
Padre". Es la época del Espíritu. El llevará a término la obra comenzada
por Cristo.

Finalmente, el día de PENTECOSTÉS a los diez días de la Ascensión


fue derramado este Espíritu Santo en plenitud: "Al llegar el día de
Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente
vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que
llenó toda la casa. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que
se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos
llenos del Espíritu Santo" (Hch 2,1-4)

¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?


No es algo impersonal como lo podría ser cuando nos referimos al
"espíritu valeroso" de un determinado personaje. Se trata de una
persona divina que con el Padre y el Hijo (Jesucristo) forman la
TRINIDAD.

Es aquel por el que Jesús se hizo hombre en las entrañas de María: "...y
por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre" (Del Credo). Es aquel que animó e impulsó a Jesús en su vida:
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido, me ha
enviado a dar la Buena Noticia a los pobres" (Lc 4,18).

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Parroquia de la Santa Cruz, Catecismo parroquial (Antología)

¿CÓMO ACTÚA HOY EL ESPÍRITU SANTO?

1.- Nos hace vivir espiritualmente


*** PROPUESTA DE REFLEXIÓN EN GRUPO
+ Profundiza en cuales son los frutos del Espíritu
comparando con los frutos del materialismo (lo
carnal); para ello lee y comenta el siguiente texto:
Gálatas 5,1326.

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________________________________________________________
________________________________________________________

2.- Vivifica y guía a la Iglesia


El Espíritu Santo suscita una gran diversidad de carismas dentro de la
Iglesia. Pero dentro de esa diversidad, el Espíritu nos une a todos en lo
fundamental, en el ser Hijos de Dios. Lee y comenta: 1 Cor 12,4-11.
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________

3.- Espíritu Misionero


El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para que
seamos testigos de Cristo resucitado delante de todos los hombres. La
historia de la Iglesia es la historia del Espíritu que trabaja en ella y a
través de ella para que su mensaje llegue al confín de la tierra. Lee y
comenta: Jn 20,19-23.
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________

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Oración comunitaria

(Verso)
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
(Respuesta)
Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
(Verso)
Envía tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.
(Respuesta)
Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos:
¡Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

NOTA:
"Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en
ellos el fuego de tu amor." Así empieza la oración al Espíritu Santo que
muchos conocemos. Dos palabras resaltan en esta plegaria: llena y
enciende. La fiesta de Pentecostés nos recuerda que Dios llena y
enciende con su presencia y amor toda realidad.

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35 Oraciones
La oración es la elevación del alma a Dios o la petición
a Dios de bienes convenientes”
(San Juan Damasceno, (Catecismo 2559).

PRIMERA PARTE TERCERA


PARTE LA
LA PROFESIÓN DE LA FE VIDA EN
CRISTO

SEGUNDA PARTE CUARTA PARTE


LA CELEBRACIÓN DEL
MISTERIO CRISTIANO LA ORACIÓN CRISTIANA

189
PRIMERA PARTE
LA PROFESIÓN DE LA FE

Cuando profesamos nuestra fe, comenzamos diciendo: "Creo" o "Creemos".


Antes de exponer la fe de la Iglesia tal como es confesada en el Credo, celebrada
en la Liturgia, vivida en la práctica de los mandamientos y en la oración, nos
preguntamos qué significa "creer". La fe es la respuesta del hombre a Dios que se
revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al
hombre que busca el sentido último de su vida. (CEC 26).

• LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

• ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas
las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me
pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de
vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y
cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.

• YO CONFIESO
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he
pecado mucho de pensamiento, palabra, obra, y omisión. Por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos, y ustedes, hermanos, que intercedan por mí
ante Dios, nuestro Señor.

• EL PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a
nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal. Amén.

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EL CREDO DE NICEA
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien
todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra
salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día según las Escrituras, y subió al cielo, y está
sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para
juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, que procede del
Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo reciben una misma
adoración y gloria. Y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo
bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de
los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

• GLORIA
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. Como era en
el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

191
SEGUNDA PARTE

LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO


«Cristo el Señor realizó esta obra de la redención humana y de la perfecta glorificación
de Dios, preparada por las maravillas que Dios hizo en el pueblo de la Antigua Alianza,
principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, de su resurrección
de entre los muertos y de su gloriosa ascensión. Por este misterio, "con su muerte
destruyó nuestra muerte y con su resurrección restauró nuestra vida". Pues del costado
de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia» (SC 5).
Por eso, en la liturgia, la Iglesia celebra principalmente el misterio pascual por el que
Cristo realizó la obra de nuestra salvación. (CEC 1067)

MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS

1.Amarás a Dios sobre todas las cosas: Dios se da a conocer recordando su


acción todopoderosa, bondadosa y liberadora en la historia de aquel a quien se
dirige: “Yo te saqué del país de Egipto, de la casa de servidumbre”. La primera
palabra contiene el primer mandamiento de la ley: “Adorarás al Señor tu Dios y le
servirás [...] no vayáis en pos de otros dioses” (Dt 6, 13-14). La primera llamada y la
justa exigencia de Dios consiste en que el hombre lo acoja y lo adore.

2.No tomarás el Nombre de Dios en vano: Entre todas las palabras de la


Revelación hay una, singular, que es la revelación de su Nombre. Dios confía su
Nombre a los que creen en Él; se revela a ellos en su misterio personal. El don del
Nombre pertenece al orden de la confidencia y la intimidad. “El nombre del Señor
es santo”. Por eso el hombre no puede usar mal de él. Lo debe guardar en la
memoria en un silencio de adoración amorosa (cf Za 2, 17). No lo empleará en
sus propias palabras, sino para bendecirlo, alabarlo y glorificarlo (cf Sal 29, 2; 96,
2; 113, 1-2).

3.Santificarás las fiestas: Jesús resucitó de entre los muertos “el primer día de la
semana” (Mt 28, 1; Mc 16, 2; Lc 24, 1; Jn 20, 1). En cuanto es el “primer día”, el día
de la Resurrección de Cristo recuerda la primera creación. En cuanto es el “octavo
día”, que sigue al sábado (cf Mc 16, 1; Mt 28, 1), significa la nueva creación
inaugurada con la resurrección de Cristo. Para los cristianos vino a ser el primero
de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor (Hè kyriakè
hèmera, dies dominica), el “domingo”:

192
4.Honrarás a tu padre y a tu madre. El cuarto mandamiento se dirige expresamente
a los hijos en sus relaciones con sus padres, porque esta relación es la más
universal. Se refiere también a las relaciones de parentesco con los miembros del
grupo familiar. Exige que se dé honor, afecto y reconocimiento a los abuelos y
antepasados. Finalmente se extiende a los deberes de los alumnos respecto a los
maestros, de los empleados respecto a los patronos, de los subordinados respecto
a sus jefes, de los ciudadanos respecto a su patria, a los que la administran o la
gobiernan.

5.No matarás. “La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su
inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial
relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su
comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el
derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente” (Congregación para
la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae)

6.No cometerás actos impuros: “Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de


comunión personal de amor. Creándola a su imagen [...] Dios inscribe en la
humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente la
capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión” (FC 11).
“Dios creó el hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27).
“Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28); “el día en que Dios creó al hombre, le hizo a
imagen de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó “Hombre” en el
día de su creación” (Gn 5, 1-2).

7.No robarás: El séptimo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien del prójimo
injustamente y perjudicar de cualquier manera al prójimo en sus bienes. Prescribe la
justicia y la caridad en la gestión de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de
los hombres. Con miras al bien común exige el respeto del destino universal de los
bienes y del derecho de propiedad privada. La vida cristiana se esfuerza por
ordenar a Dios y a la caridad fraterna los bienes de este mundo.

8.No dirás falso testimonio ni mentirás: El octavo mandamiento prohíbe falsear


la verdad en las relaciones con el prójimo. Este precepto moral deriva de la
vocación del pueblo santo a ser testigo de su Dios, que es y que quiere la verdad.
Las ofensas a la verdad expresan, mediante palabras o acciones, un rechazo a
comprometerse con la rectitud moral: son infidelidades básicas frente a Dios y, en
este sentido, socavan las bases de la Alianza.

193
9.No consentirás pensamientos ni deseos impuros: En sentido etimológico, la
“concupiscencia” puede designar toda forma vehemente de deseo humano. La
teología cristiana le ha dado el sentido particular de un movimiento del apetito
sensible que contraría la obra de la razón humana. El apóstol san Pablo la identifica
con la lucha que la
“carne” sostiene contra el “espíritu” (cf Ga 5, 16.17.24; Ef 2, 3). Procede de la
desobediencia del primer pecado (Gn 3, 11). Desordena las facultades morales del
hombre y, sin ser una falta en sí misma, le inclina a cometer pecados (cf Concilio
de Trento: DS 1515).

10.No codiciarás los bienes ajenos: l décimo mandamiento desdobla y completa


el noveno, que versa sobre la concupiscencia de la carne. Prohíbe la codicia del
bien ajeno, raíz del robo, de la rapiña y del fraude, prohibidos por el séptimo
mandamiento. La “concupiscencia de los ojos” (cf. 1 Jn 2, 16) lleva a la violencia y
la injusticia prohibidas por el quinto precepto (cf. Mi 2, 2). La codicia tiene su
origen, como la fornicación, en la idolatría condenada en las tres primeras
prescripciones de la ley (cf. Sb 14, 12). El décimo mandamiento se refiere a la
intención del corazón; resume, con el noveno, todos los preceptos de la Ley.
LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
1. Oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar: Todos tenemos la
obligación de emplear parte de nuestro tiempo para consagrarlo a Dios y darle
culto, esta es una ley inscrita en el corazón. Es ley natural darle culto a Dios, y
la Misa es el acto fundamental del culto católico.
2. Confesar los pecados graves cuando menos una vez al año, en peligro de
muerte y si se ha de comulgar: Hay que acudir a este sacramento – como
todos los demás, signo sensible eficaz de la gracia, instituido por Cristo y
confiado a la Iglesia - para asegurar la preparación para la Eucaristía mediante
su recepción que continua la obra de conversión y perdón del Bautismo. No
basta con acudir, sino que hay que cumplir con todos los requisitos que el
sacramento impone.
3. Comulgar por Pascua de Resurrección: Este mandamiento garantiza un
mínimo en la recepción del Cuerpo de Cristo. Siempre hay que comulgar en
estado de gracia y cumplir con el ayuno eucarístico. Se debe de recibir la
comunión dentro de la Misa, los enfermos incapacitados para asistir a Misa
deben de recibir el viático.

1 Mandamientos de la Iglesia. P. Jorge Loring, S.J. Pág 822 No. 73

194
4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia: La
abstinencia es una práctica penitencial por la que se le ofrece a Dios el sacrificio
de no tomar carne u otro alimento, recordando así y uniéndose a los dolores de
Cristo por nuestros pecados.

5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades: El mandamiento señala la obligación de


cada uno según sus posibilidades a ayudar a la Iglesia en sus necesidades
materiales, para poder continuar con su misión. Las necesidades de la Iglesia son
muchas.

• LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA CATÓLICA

1) Bautismo: El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico


de la vida en el espíritu ("vitae spiritualis ianua") y la puerta que abre el acceso a
los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados
como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la
Iglesia y hechos partícipes de su misión (cf Concilio de Florencia: DS 1314; CIC,
can 204,1; 849; CCEO 675,1): Baptismus est sacramentum regenerationis per
aquam in verbo" ("El bautismo es el sacramento del nuevo nacimiento por el agua
y la palabra": Catecismo Romano 2,2,5).

2) Confirmación: Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación


constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciación cristiana", cuya unidad
debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepción de
este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal (cf Ritual de la
Confirmación, Prenotandos 1). En efecto, a los bautizados "el sacramento de la
Confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una
fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma quedan obligados aún más,
como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y
sus obras" (LG 11; cf Ritual de la Confirmación, Prenotandos 2).

3) Eucaristía: "Nuestro Salvador, en la última Cena, la noche en que fue entregado,


instituyó el Sacrificio Eucarístico de su cuerpo y su sangre para perpetuar por los
siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz y confiar así a su Esposa amada, la
Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección, sacramento de piedad, signo de
unidad, vínculo de amor, banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el alma se
llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura" (SC 47).

1Mandamientos de la Iglesia. P. Jorge Loring,


S.J. Pág 822 No. 73
195
4) Reconciliación o Penitencia: "Los que se acercan al sacramento de la
penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados
cometidos contra El y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la
que ofendieron con sus pecados. Ella le mueve a conversión con su amor,
su ejemplo y sus oraciones" (LG 11).

5) Unción de los Enfermos: "Con la sagrada unción de los enfermos y con


la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los
enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve.
Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y
contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" (LG 11).

6) Ordenes Sacerdotales: El Orden es el sacramento gracias al cual la


misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia
hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico.
Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado. [Sobre
la institución y la misión del ministerio apostólico por Cristo ya se ha tratado
en los números 874-876. Aquí sólo se trata de la realidad sacramental
mediante la que se transmite este ministerio].

7) Matrimonio: La sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del


hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26- 27) y se cierra
con la visión de las "bodas del Cordero" (Ap 19,9; cf. Ap 19, 7). De un
extremo a otro la Escritura habla del matrimonio y de su "misterio", de su
institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin, de sus
realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, de sus
dificultades nacidas del pecado y de su renovación "en el Señor" (1 Co 7,39)
todo ello en la perspectiva de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf Ef
5,31-32)

196
• DONES DEL ESPÍRITU SANTO

1. Sabiduría: Es concedido por el Espíritu Santo que nos permite


apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.

2. Entendimiento: Es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino


de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

3. Consejo: Saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente


y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.

4. Fortaleza o Templanza: Es el don que el Espíritu Santo concede al


fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

5. Conocimiento o Ciencia: Es el don del Espíritu Santo que nos


permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano
para sostener la fe del bautismo.

6. Piedad: El corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente.


El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad,
que el Espíritu Santo derrama en las almas.

7. Temor de Dios: Es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que
lo debemos todo a la misericordia divina.

197
• LOS 12 FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

1. 1. Caridad o Amor: Es el primero de los frutos del Espíritu Santo,


fundamento y raíz de todos los demás. Siendo El, la infinita caridad, o
sea, el Amor Infinito, es lógico que comunique al alma su llama,
haciéndole amar a Dios con todo el corazón, con todas las fuerzas y con
toda la mente y al prójimo por amor a Dios.

2. Gozo: Es el fruto que emana espontáneamente de la caridad, como el


perfume de la flor, la luz del sol, el calor del fuego da al alma un gozo
profundo, producto de la satisfacción que se tiene de la victoria lograda
sobre sí mismo, y del haber hecho el bien. Esta alegría no se apaga en
las tribulaciones crece por medio de ellas. Es alegría desbordada.

3. Paz: La verdadera alegría lleva en sí la paz que es su perfección,


porque supone y garantiza el tranquilo goce del objeto amado. El objeto
amado, por excelencia, no puede ser otro sino Dios, y de ahí, la paz es
la tranquila seguridad de poseerlo y estar en su gracia. Esta es la paz
del Señor, que supera todo sentido, como dice San Pablo (Fil. 4,7) pues
es una alegría que supera todo goce fundado en la carne o en las cosas
materiales, y para obtenerla debemos inmolar todo a Dios.

4. Paciencia: Siendo la vida una permanente lucha contra enemigos,


visibles e invisibles y contra las fuerzas del mundo y del infierno, es
necesaria mucha paciencia para superar las turbaciones que estas
luchas producen en nosotros, y para encontrarnos en armonía con las
criaturas con que tratamos, de diferente carácter, educación,
aspiraciones y a menudo dominadas por ideas fijas de todo tipo.

5. Longanimidad: Este fruto del Espíritu Santo, confiere al alma una


amplitud de vista y de generosidad, por las cuales, ésta saber esperar la
hora de la Divina Providencia, cuando ve que se retrasa el cumplimiento
de sus designios y sabe tener bondad y paciencia con el prójimo, sin
cansarse por su resistencia y su oposición. Longanimidad es lo mismo
que gran coraje, y gran ánimo en las dificultades que se oponen al bien,
es un ánimo sobrenaturalmente grande en concebir y ejecutar las obras
de la verdad.

6. Benignidad: Es disposición constante a la indulgencia y a la fabilidad en


el hablar, en el responder y en el actuar. Se puede ser bueno sin ser
benigno teniendo un trato rudo y áspero con los demás; la benignidad
vuelve sociable y dulce en las palabras y en el trato, a pesar de la
rudeza y aspereza de los demás. Es una gran señal de la santidad de
un alma y de la acción en ella del Espíritu Santo.
1 https://es.catholic.net/op/articulos/57658/cat/1075/los-doce-frutos-del-espiritu-santo

198
7. Bondad: Es el afecto que se tiene en beneficiar al prójimo. Es como el fruto de la
benignidad para quien sufre y necesita ayuda. La bondad, efecto de la unión del
alma con Dios, bondad infinita, infunde el espíritu cristiano sobre el prójimo,
haciendo el bien y sanando a imitación de Jesucristo.

8. Mansedumbre: La mansedumbre se opone a la ira y al rencor, se opone a la ira


que quiere imponerse a los demás; se opone al rencor que quiere vengarse por
las ofensas recibidas. La mansedumbre hace al cristiano paloma sin hiel, cordero
sin ira, dulzura en las palabras y en el trato frente a la prepotencia de los demás.

9. Fidelidad: Mantener la palabra dada, ser puntuales en los compromisos y


horarios, es virtud que glorifica a Dios que es verdad. Quién promete sin cumplir,
quien fija hora para un encuentro y llega tarde, quien es cortés delante de una
persona y luego la desprecia a sus espaldas, falta a la sencillez de la paloma,
sugerida por Jesucristo e induce a los demás a la incertidumbre en las relaciones
sociales.

10.Modestia: La modestia, como lo dice su nombre, pone el modo, es decir, regula


la manera apropiada y conveniente, en el vestir, en el hablar, en el caminar, en el
reír, en el jugar. Como reflejo de la calma interior,
mantiene nuestros ojos para que no se fijen en cosas vulgares e
indecorosas, reflejando en ellos la pureza del alma, armoniza nuestros labios
uniendo a la sonrisa la simplicidad y la caridad, excluyendo de todo ello lo
áspero y mal educado.
11.Continencia: La continencia mantiene el orden en el interior del hombre, y como
indica su nombre, contiene en los justos límites la concupiscencia, no sólo en lo
que atañe a los placeres sensuales, sino también en lo que concierne al comer, al
beber, al dormir, al divertirse y en los otros placeres de la vida material. La
satisfacción de todos estos instintos que asemejan al hombre a los animales es
ordenada por la continencia que tiene como fin energía, el amor a Dios.

12.Castidad: La castidad es la victoria conseguida sobre la carne y que hace del


cristiano templo vivo del Espíritu Santo. El alma casta, ya sea virgen o casada
[porque también existe la castidad conyugal, en el perfecto orden y empleo del
matrimonio] reina sobre su cuerpo, en gran paz y siente en ella, la inefable alegría
de la íntima amistad de Dios, habiendo dicho Jesús: Felices los limpios de corazón,
porque verán a Dios. Con la gracia de Dios.

199
TERCERA PARTE LA
VIDA EN CRISTO

Cristiano, reconoce tu dignidad. Puesto que ahora participas de la naturaleza


divina, no degeneres volviendo a la bajeza de tu vida pasada. Recuerda a qué
Cabeza perteneces y de qué Cuerpo eres miembro. Acuérdate de que has sido
arrancado del poder de las tinieblas para ser trasladado a la luz del Reino de
Dios” (San León Magno, Sermón 21, 3). (CEC 1691).

• LOS PECADOS CAPITALES


1. – Orgullo: Consiste en una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que
busca la atención y el honor y se pone uno en antagonismo con Dios
(Catecismo Iglesia Católica 1866)
2. – Avaricia: Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Es
uno de los pecados capitales, está prohibido por el noveno y décimo
mandamiento. (CIC 2514, 2534).

3. – Gula: Es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la


bebida. Este deseo puede ser pecaminoso de varias formas:
• Comer o beber muy en exceso de lo que el cuerpo necesita.
• Consentir el apetito por comidas o bebidas costosas, especialmente
cuando una dieta lujosa está fuera del alcance económico.
• Comer o beber vorazmente dándole más atención a la comida que a
los que nos acompañan.

4. – Lujuria: El deseo desordenado por el placer sexual. Los deseos y actos son
desordenados cuando no se conforman al propósito divino, el cual es propiciar
el amor mutuo de entre los esposos y favorecer la procreación.

5. – Pereza: Falta culpable de esfuerzo físico o espiritual; acedia, ociosidad. Es


uno de los pecados capitales. (CIC 1866, 2094, 2733).

6. – Envidia: Rencor o tristeza por la buena fortuna de alguien, junto con el


deseo desordenado de poseerla. Es uno de los siete pecados capitales. Se
opone al décimo mandamiento. (CIC 2539).

1 Fuente: corazones.org
200
7. – Ira: El sentido emocional de desagrado y, generalmente, antagonismo, suscitado
por un daño real o aparente. La ira puede llegar a ser pasional cuando las
emociones se excitan fuertemente.

• LAS VIRTUDES TEOLOGALES

1. Fe: Es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha
dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma.
Por la fe “el hombre se entrega entera y libremente a Dios” (DV 5). Por eso el
creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios. “El justo [...] vivirá
por la fe” (Rm 1, 17). La fe viva “actúa por la caridad” (Ga 5, 6).
2. Esperanza: Es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la
vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de
Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del
Espíritu Santo. “Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el
autor de la promesa” (Hb 10,23). “El Espíritu Santo que Él derramó sobre nosotros
con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador para que, justificados por
su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna” (Tt 3, 6-
7).
3. Caridad: Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo (cf Jn 13, 34). Amando a
los suyos “hasta el fin” (Jn 13, 1), manifiesta el amor del Padre que ha recibido.
Amándose unos a otros, los discípulos imitan el amor de Jesús que reciben
también en ellos. Por eso Jesús dice: “Como el Padre me amó, yo también os he
amado a vosotros; permaneced en mi amor” (Jn 15, 9). Y también: “Este es el
mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 15, 12).
4. Prudencia: Es la prudencia quien guía directamente el juicio de conciencia. El
hombre prudente decide y ordena su conducta según este juicio. Gracias a esta
virtud aplicamos sin error los principios morales a los casos particulares y
superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar.
5. Justicia: s la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a
Dios y al prójimo lo que les es debido. La justicia para con Dios es llamada “la
virtud de la religión”. Para con los hombres, la justicia dispone a respetar los
derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que
promueve la equidad respecto a las personas y al bien común. El

1 CEC # 1805- 1806-1807-1808-1809- 1814-1817-1823.

201
hombre justo, evocado con frecuencia en las Sagradas
Escrituras, se distingue por la rectitud habitual de sus
pensamientos y de su conducta con el prójimo.

6. Fortaleza: Es la virtud moral que asegura en las dificultades la


firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la
resolución de resistir a las tentaciones y de superar los
obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace
capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente
a las pruebas y a las persecuciones. Capacita para ir hasta la
renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa
justa. “Mi fuerza y mi cántico es el Señor” (Sal 118, 14). “En el
mundo tendréis tribulación. Pero
¡ánimo!: Yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).

7. Templanza: Es la virtud moral que modera la atracción de los


placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados.
Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y
mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La
persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles,
guarda una sana discreción y no se deja arrastrar “para seguir
la pasión de su corazón” (cf Si 5,2; 37, 27-31). La templanza es
a menudo alabada en el Antiguo Testamento: “No vayas detrás
de tus pasiones, tus deseos refrenan” (Si 18, 30). En el Nuevo
Testamento es llamada “moderación” o “sobriedad”. Debemos
“vivir con moderación, justicia y piedad en el siglo presente” (Tt
2, 12)

202
CUARTA PARTE
LA ORACIÓN CRISTIANA
“Este es el misterio de la fe”. La Iglesia lo profesa en el Símbolo de los
Apóstoles (primera parte) y lo celebra en la Liturgia sacramental (segunda
parte), para que la vida de los fieles se conforme con Cristo en el Espíritu
Santo para gloria de Dios Padre (tercera parte). Por tanto, este misterio
exige que los fieles crean en él, lo celebren y vivan de él en una relación
viviente y personal con Dios vivo y verdadero. Esta relación es la oración.
(CEC 2558).

LOS PASOS DE LA CONFESIÓN

1.EXAMEN DE CONCIENCIA
La confesión no tendrá efecto y fruto si entramos en la Iglesia y rápido
nos confesamos, sin haber hecho primero un buen examen de
conciencia sereno, tranquilo, pausado, y si es por escrito mejor, para
que así, no nos olvidemos ni un pecado.

2.DOLOR DE LOS PECADOS Y LA CONTRICIÓN DEL CORAZÓN


No basta sólo hacer un buen examen de conciencia para una buena
confesión: es necesario un segundo paso: dolerme interiormente por
haber cometido esos pecados, porque ofendí a Dios, mi Padre. Es lo
que llamamos dolor de los pecados o contrición del corazón

Contrición de corazón o arrepentimiento es sentir tristeza y pesar de


haber ofendido a Dios con nuestros pecados.

1 P Antono Rivero LC | Fuente: Catholic.net

203
3. CONFESAR TODOS LOS PECADOS

El sacramento de la penitencia o confesión está en crisis en algunas


partes porque, como dijo el Papa Juan Pablo II, “al hombre
contemporáneo parece que le cuesta más que nunca reconocer los
propios errores… parece muy reacio a decir ‘me arrepiento’ o ‘lo
siento’; parece rechazar instintivamente y con frecuencia
irresistiblemente, todo lo que es penitencia, en el sentido del sacrificio
aceptado y practicado para la corrección del pecado” (Reconciliación y
Penitencia n. 26).

4. PROPÓSITO DE ENMIENDA.
Es una firme resolución de nunca más ofender a Dios. Y hay que
hacerlo ya antes de confesarse. Jesús a la pecadora le dijo: “Vete y
no peques más” (Jn. 8,11). Esto es lo que se propone el pecador al
hacer el propósito de enmienda: “no quiero pecar más, con la
ayuda de Dios”. Si no hay verdadero propósito, la confesión es
inválida.

No significa que el pecador ya no volverá a pecar, pero sí quiere


decir que está resuelto a hacer lo que le sea posible para evitar
sus pecados que tanto ofenden a Dios.

• 5- CUMPLIR LA PENITENCIA.

Es rezar o hace lo que el confesor me diga. Esta penitencia, ya sea


una oración, una obra de caridad, un sacrificio, un servicio, la
aceptación de la cruz, una lectura bíblica, es para expiar, reparar el
daño que hemos hecho a Dios al pecar. Es expresión de nuestra
voluntad de conversión cristiana.

El pecado, sobre todo si es grave, es ofensa grave a Dios.


Mereceríamos las penas eternas del infierno. Esta penitencia que me
da el sacerdote en parte desagravia la ofensa a Dios y expía las
penas merecidas.

204
• ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
¡Oh, Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame,
fortifícame, consuélame, dime que debo hacer, ordéname. Concédeme
someterme a todo lo que quieras de mí, y aceptar todo lo que permitas
que me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.

• EL ÁNGEL DE LA GUARDA

Ángel de mi guarda dulce compañía no me desampares ni de noche ni de


día. No me dejes sólo que me perdería.

• BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies
nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo
peligro, oh, Virgen gloriosa y bendita. Amén.

• EL AVEMARÍA
Dios te Salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
• LA SALVE
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza
nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti
suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues,
Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh, dulce Virgen María!

• BENDITA SEA TU PUREZA


Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en
tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te
ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me
dejes, Madre mía. Amén.

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• ALMA DE CRISTO

Alma de Cristo,
santifícame. Cuerpo de
Cristo, sálvame. Sangre
de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo,
lávame. Pasión de Cristo,
confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.


Dentro de tus llagas,
escóndeme. No permitas que
me aparte de Ti. Del maligno
enemigo, defiéndeme En la
hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te
alabe. Por los siglos de los
siglos. Amén

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