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ROLANDO PÉREZ SÁNCHEZ

Un ministerio Evangélico comprometido con el


Equipamiento y Fortalecimiento del Cuerpo de Cristo
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Copyright © 2015. Rolando Pérez Sánchez


Caimanera. Guantánamo. CUBA
Categoría: Apologética/Doctrina

A menos que se indique en forma diferente, todas las


citas de la escritura son de la Versión Reina Valera de 1960
(RVR 1960) de la Santa Biblia. Todos los derechos
reservados. Ninguna parte de este libro puede ser
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Estados Unidos de América
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CONTENIDO
CAPÍTULO 1.DILEMA DOCTRINAL QUE POR SIGLOS
HA ATRAVEZADO LA IGLESIA
Enseñanzas Calvinistas
Posición Arminiana
Conclusiones teológicas de los Concilios
Antiguos de la Iglesia

CAPÍTULO 2. DEBATES TEOLÓGICOS QUE AÚN


DIVIDEN A LOS TEÓLOGOS Y LOS PUNTOS DÉBILES
QUE POCOS QUIEREN ADMITIR
Principales afirmaciones en torno a la Doctrina de la
Predestinación de teólogos destacados del periodo de la
Contrarreforma.
Principales enseñanzas de Teólogos
Contemporáneos
en relación a la Predestinación
La controversia de la Predestinación en la teología
apostólica:
Análisis del enfoque doctrinal

CAPÍTULO 3. DESCUBRE LA VERDAD DETRAS DE LA


DOCTRINA DE LA PREDESTINACIÓN CON ESTAS
ESENCIALES ACLARACIONES
Predestinación y Elección:
Desembalando el misterio de la elección
El libre albedrío: Navegando la tensión
La Soberanía de Dios: Una perspectiva bíblica
PRÓLOGO
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano se ha
cuestionado acerca de su destino y el papel que juega en el
universo. ¿Somos los arquitectos de nuestro propio futuro o
simplemente estamos destinados a seguir un camino
predefinido? La predestinación es un tema que ha fascinado
a filósofos, teólogos y científicos por igual, y en estas
páginas exploraremos sus diferentes facetas, desde las
creencias religiosas hasta las teorías filosóficas más
vanguardistas. Este libro te llevará en un viaje fascinante, así
que prepárate para cuestionar todo lo que creías saber
sobre este tema. De la misma manera que una historia bien
contada puede provocar el entusiasmo del oyente, también
una doctrina bíblica bien enseñaba, es capaz de provocar en
el creyente un deseo ardiente de conocer más y más acerca
de la fe. La pobreza espiritual de muchos cristianos de este
siglo es precisamente por el déficit de doctrina en las
iglesias.
Cerca del siglo XVI algunos teólogos reformadores
sobresalieron con algunos criterios relacionados a la
predestinación que revolucionaron la teología del aquel
momentos. Pero tanto fue el impacto de las enseñanzas de
estos maestros que aun en nuestro siglo, algunos ministros y
estudiantes de teología se han visto atraídos por algunas
doctrinas de la teología reformada. Si bien es cierto que no
pocos de estos reformadores como Calvino, Wesley y
Lutero otorgaron grandes aportes a la Iglesia, cabe aclarar
que en otros asuntos no tuvieron el mismo éxito. Es por ello
que con el devenir de los años, y el desarrollo de la teología,
se ha suscitado gran preocupación por algunos postulados,
entre los cuales se encuentra el que hemos tomado como
objeto de análisis. En los años que llevo ministrando como
pastor, puede notar en dos congregaciones que aunque bien
equipadas en cuanto a lo envangelístico y celular, algunos
hermanos no sabían qué es la Predestinación, y en el caso
de los que sí habían oído hablar de ella, lo consideraban una
doctrina hereje. A causa de que el tópico del presente libro,
es precisamente uno de los temas doctrinales menos
valorados y enseñados en la mayoría de las Iglesias, me
he propuesto abordarlo, con el único propósito de
encaminar a los creyentes, a un conocimiento equilibrado de
la teología.
Ahora bien, independientemente de que hay algunos
otros materiales que se han dado a la tarea del debate
filosófico y teológico, en torno al equilibrio entre la soberanía
divina y el libre albedrío del hombre, daremos continuidad al
debate, teniendo en cuenta el análisis de algunos teólogos.
Es importante aclarar que lejos de menospreciar el valioso
trabajo y esfuerzos de otros hermanos, más bien me he
propuesto, en un espíritu de respeto y armonía, analizare los
puntos concordantes y discordantes sobre el tópico, con tal
de identificar base apostólica dejada por Pablo y demás
apóstoles del Nuevo Testamento, con respecto a esta
Doctrina. Es mi más profundo anhelo la edificación de toda
persona que adquiera este libro.
Prefacio del editor
Aunque la Doctrina de la Predestinación es un tema
controvertido, ha sido estudiado a fondo por hombres
apasionados que han invertido recursos, tiempo y hasta su
vida personal en el análisis de las Escrituras a lo largo de la
historia cristiana. La base teológica de la Iglesia Evangélica
en todo el mundo descansa sobre los escritos de estos
grandes hombres de Dios, y esta obra literaria está dirigida a
creyentes apasionados que buscan profundizar en el estudio
de la Palabra de Dios. Gracias a la experiencia ministerial y
docente del Reverendo Rolando Pérez Sánchez, podemos
disfrutar de una obra rica en apologética y exégesis bíblica.

El propósito de este libro es que el lector alcance un


crecimiento cognitivo al comprender la Doctrina de la
Predestinación, y también avive su pasión por la Sana
Doctrina. Cada punto analizado y postura abordada se ha
realizado sin prejuicios doctrinales y con una mente abierta.
El autor no busca imponer su propio punto de vista, sino
resentar un análisis teológico de la doctrina, considerando el
criterio y los aportes de otros teólogos cristianos. Este libro
tiene como objetivo cumplir su propósito en quienes lo
adquieran. Que Dios les bendiga abundantemente.

Rev. Yunaisy Lantigua Corrales


Master en teología Practica y Ministerial (Facultad de
América Latina) y Profesora de la Universidad Teológica
Pentecostal de Cuba (UTPC)
CAPÍTULO 1
DILEMA DOCTRINAL QUE POR
SIGLOS HA ATRAVEZADO LA
IGLESIA
Gabriel Edgardo Pelagio, un monje de origen irlandés
que vivió en Roma desde comienzos del siglo V, mantuvo un
severoascetismo[1]. De él escribió Llugdar lo siguiente:
…al entrar en Roma las tropas de Alarico (410 d.C.),
huyó a Sicilia y después a Cartago, juntamente con el
abogado Celestio; y continuó predicando con fuego las
exigencias morales más estrictas, basándose en las
exigencias de la naturaleza y el valor del esfuerzo
humano por conseguir la virtud, dejando casi nada a
Dios la acción en la salvación. Esto sugería que Adán, lo
mismo que sus descendientes, podían salvarse con el
mero esfuerzo de su voluntad, sin que para Adán, ni para
sus descendientes fuera necesaria la gracia, ni para los
niños sea necesario el bautismo.[2]

Agustín al advertir la gravedad de tales afirmaciones,


con total rapidez condenó en un sínodo reunido en Cartago
en el 411 d.C a Pelagio. Pero el asunto no terminó ahí, sino
que Celestio se trasladó a Roma y logró, mediante una
tergiversación de la doctrina pelagiana que Zósimo, sucesor
de Inocencio, absolviera la postura pelagiana. Así que
durante los primeros pasos de la iglesia cristiana, los padres
apostólicos dejaron la Doctrina dela Predestinación casi sin
desarrollo. Años más tarde Guillermo de Ockham predicó
que la obra de Dios era inexcrutable hasta tal punto que
puede condenar al bueno y salvar al malvado, pensamiento
que cobró mucho vigor dentro de la reforma. Se cree que
posiblemente su pensamiento influenció a Calvino y Zwinglio,
al punto que las herejías de la doctrina de la predestinación
se vieron no solamente resucitadas sino amplificadas. Cerca
del 1350 d.C el traductor, teólogo y reformador inglés Juan
Wycliffe y Jonh Huss, expusieron la Doctrina de la
Predestinación en forma estricta, y durante el tiempo de la
Reforma Protestante, fue mantenida con énfasis por
Martín Lutero, Juan Calvino, Ulrico Zuinglio, Philipp
Melanchton, John Knox. No obstante, solo abordaremos a
Calvino y Lutero, por ser los máximos representantes del
movimiento que tomaría las riendas y reformaran el
pensamiento teológico de muchos creyentes de la época.

Enseñanzas Calvinistas
Juan Calvino, bautizado en la Iglesia Católica como
Jehan Cauvin, fue un teólogo francés que vivió entre 1509 y
1564, quien además fue considerado uno de los padres de la
Reforma Protestante por destacarse como hábil teólogo y
predicador. Enfatizó su doctrina de que Dios expresaba su
soberanía a partir de la gracia y no a través de la elección
para la salvación y/o condenación. A su deceso le sucedió
Teodoro de Beza, quien reconstruyó considerablemente las
ideas de Calvino, pero luego de su el sínodo de Dort (1618–
1619) dio a la teología reformada su forma fundamental y
actual, a la que se le conoce como Teología Reformada
Calvinista. Sin embargo lo curioso es que aunque el
calvinismo la teología que hoy se adjudica a Calvino, si el
hoy estuviera vivo, no estaría del todo de acuerdo con la
corriente doctrinal de la teología reformada. No obstante, las
enseñanzas más populares de Calvino fueron los que se
han identificado como los cinco puntos esenciales de su
doctrina.
Tras muchas disputas sobre la libertad y la gracia,
el calvinismo tendió a resaltar en el siglo XVI, el aspecto de la
doctrina agustiniana que parecía afirmar una doble
predestinación. Además, con la contrarreforma iniciada por
el concilio de Trento, se suscitaron intensas disputas sobre
la presciencia divina, y sobre el asunto de que si la
reprobación o condenación, era decidida o simplemente
permitida por Dios. Tales polémicas intentaban conciliar la
«gracia», por un lado, y el libro Albedrío por el otro. Theodore
Beza, sucesor de Calvino, fue quien dio más importancia a la
doctrina de la doble predestinación (que enseña que unas
personas han sido escogidas para salvación y otras para
condenación).
En el panorama denominacional norteamericano, casi
todas las iglesias presbiterianas son exclusivamente
reformadas, como también las denominaciones que llevan la
palabra «reformada» en su nombre. La Iglesia Unida de
Cristo es otra denominación norteamericana destacada
que tiene una herencia reformada. Pero cabe aclarar que
no todos los eruditos reformados concuerdan con la postura
de que estos puntos Calvinistas comunican con precisión los
cánones, aunque sí creen que son un marco útil para
expresar las diferencias fundamentales entre el
arminianismo clásico y las posiciones reformadas.
Con relación a la doctrina de la Predestinación el Calvinismo
enseñaba los siguientes postulados.

Depravación Total
Plantea que la naturaleza humana fue seriamente
afectada por la caída, a tal punto que el hombre es incapaz
de creer en el Evangelio y de ser salvo, porque está muerto,
ciego y sordo a las cosas de Dios. Así que por causa del
pecado el corazón es engañoso y perverso en gran manera,
siendo a la vez esclava del pecado. Por eso nadie puede
elegir a Dios. Para los calvinistas toda persona llega a ser
tan malvada como podría ser, y tiene ausencia total de
cualquier cosa que podría llamarse «buena». Un bloc
publicado bajo el título “Debates teológicos entre Calvinistas
y Arminianos” abunda más el asunto declarando que el
hombre es tan depravado que:
…su voluntad no es libre, sino que está esclavizada a
su naturaleza pecaminosa; por tanto, no quiere y, de
hecho, no puede escoger el bien y rechazar el mal en
lo que a las cosas espirituales respecta…La fe no es
algo con lo cual el hombre contribuye a la salvación
sino que es en sí una parte del don de la salvación, es el
don de Dios al pecador, no el don del pecador a Dios.[3]
Es por esto que los calvinistas sostienen que el ser
humano no puede ser predestinado para salvación
solamente, porque está en una condición muy depravada,
sino que también es predestinado para perdición, como lo
denuncia Correa de Andrade cuando escribe: “los teólogos
calvinistas ven la doctrina de la predestinación como que
Dios predestinó a algunos hombres a la perdición
eterna.”[4]

Elección Incondicional
Esta doctrina alega que nuestra elección es decidida por
Dios conforme a su propósito y conforme a su voluntad
soberana. O sea, no se basa en alguna condición prevista
que algunos de nosotros cumpliríamos y otros no, ni se
basa en nuestro querer o en nuestro hacer, sino en el
propósito soberano de Dios. Esto por lo tanto sugiere que
Dios ha escogido a ciertos individuos para salvación antes
de la fundación del mundo simplemente porque él así lo quiso,
independientemente a lo que los pecadores pensaran o
desearan. Además, esta postura insinúa que en el momento
en que esa persona debiera convertirse, entonces Dios
mismo le daría la fe y el arrepentimiento a cada persona que
él eligió. No obstante, aunque es un planteamiento bastante
cautivador, infiere el pensamiento de que al final siempre
sucederá lo que Dios quiso, pero al mirarlo con los lentes
bíblicos choca con no pocos problemas. La Enciclopedia
Herder, refiriéndose al asunto de la Elección declara que:
…La teología reconoce que no siempre se han
planteado estas cuestiones en los justos términos, y que,
en definitiva, toda afirmación metafórica sobre el
número de los elegidos no puede significar más que la
voluntad divina de otorgar misericordiosamente la
salvación a todos los hombres, concediéndoles la gracia
o ayuda necesaria para ello, pero admitiendo el libre
juego de la voluntad humana, que debe afirmarse en todo
momento, tanto como la voluntad y presciencia divinas.
La eternidad de Dios no es conmensurable con el tiempo
humano ni con el de toda la historia, por lo que, al estar
«fuera» del tiempo, Dios «conoce», desde la eternidad,
los méritos y deméritos del hombre, esto es, la libre
aceptación o libre rechazo de la salvación ofrecida, que
el hombre lleva a cabo a lo largo de su tiempo.[5]

Redención Particular o Expiación Limitada


En el Sínodo de Dort o Dordrecht (1618 -1619), los
Sumos Calvinistas prevalecieron en su declaración de que la
obra o muerte de Jesucristo en la cruz fue suficiente para
salvar solo a aquellos que habían sido predestinados por
Dios para la salvación. Esto indica que la expiación de Cristo
fue efectiva solo para un grupo selecto de personas, y no
para toda la humanidad. Por supuesto, este pensamiento ha
traído mucha controversia y debate entre los teólogos
cristianos durante siglos. Pues sus exponentes sostenían
que la gente que creía no podía perder la gracia, y que la
elección de Dios no dependía de ninguna condición. Así que
lo que Cristo en su muerte sufrió, fue simplemente por los
elegidos en particular, y se apoyan en los siguientes pasajes
bíblicos:

1. (2 Pedro 2:1): “Pero hubo también falsos


profetas entre el pueblo, como habrá entre
vosotros falsos maestros, que introducirán
encubiertamente herejías destructoras, y aun
negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre
sí mismos destrucción repentina”. Los
redencionistas particulares enseñan que este texto
no está reconociendo el rescate de los no elegidos
(Falsos Maestros), sino que Pedro está repitiendo lo
que alegaban estos maestros falsos, que el Señor
los había comprado, cuando en realidad Él no lo
hizo, porque El sólo había muerto por los elegidos.
Jonh Owen, explica que la palabra griega ἀγοράζω
(agorázō), que se traduce como “rescató” siempre
se usa en contextos donde hay una compra real, así
que este rescate no se puede referir a una compra
salvífica puesto que no ocurrió una posesión real.[6]
Sin embargo curiosamente el mismo verbo se usa
en (Lucas 14:18), donde se hizo una compra real de
una hacienda y aun así el comprador ni siquiera la
había visto.
2. (1 Juan 2:2): “Y él es la propiciación por
nuestros pecados; y no solamente por los
nuestros, sino también por los de todo el mundo”.
En esta porción éstos declaran que la palabra
“nuestros” se refiere a los elegidos que vivían en
Asia Menor donde estaba el apóstol Juan; mientras
que la frase “Mundo” no siempre se refiere a
todas las personas (Jn. 12:19). Por lo tanto, la
conjugación “el mundo entero” hace alusión a los
elegidos de entre los gentiles. Según Murray la
expiación según este versículo es geográfica,
étnica, o cronológicamente universal, pero sólo con
relación a los elegidos, no a todas las personas.[7]
No obstante, cabe aclarar que en otras ocasiones
Juan hace uso de la palabra κόσμον (kósmon), que
se traduce como “mundo” (Jn. 3:16, 17 ó 1 Juan
5:19), y que evidentemente incluye a todas las
personas.

La Gracia Irresistible
Los reformadores creían que las personas a quienes
Dios determinó salvar se acercarán inevitablemente a la fe
salvadora. Así que en este sentido, y en última instancia, la
obra del Espíritu Santo no puede ser resistida, aunque los
elegidos sí pueden resistirla antes de su decisión final. Ahora
bien, como puede apreciarse, este postulado se relaciona
con la creencia de la elección incondicional, y ambas niegan
la participación humana a la hora de responder al llamado de
Dios a la salvación. Sin embargo el escritor de la epístola a
los hebreos afirma que la Gracia Divina si puede ser
resistida, como bien aclara, que es imposible que los que una
vez gustaron el don celestial y «recaen», nunca se
arrepentirán (He. 6:4–6). Además también enseña que una
persona puede pecar voluntariamente después de haber
recibido el conocimiento de la verdad (He. 10:26). Buswell
por tanto refuta esta doctrina con el siguiente enfoque:
El plan de salvación no es simétrico, así que los que
perdidos lo son «por cuanto» han resistido la gracia de
Dios en Cristo (Juan 3:18). Los que son salvos lo son
porque Dios los salva, y por ninguna otra razón
(Romanos 9:16). Es preferible llamar esta doctrina «la
gracia infalible». La palabra «irresistible» parece poner
el énfasis en el concepto finito de resistencia, mientras
que la palabra «infalible» coloca la fuerza donde es
pertinente, dentro de los decretos eternos de Dios y las
eventualidades definitivas de su programa redentor. Dios
salvará a sus elegidos infaliblemente.[8]

Posición Arminiana
Muchas iglesias protestantes han preferido abandonar la
postura reformadora y afiliarse a la posición Arminiana.
Jacobo Arminio que vivió entre el 1560 al 1609, había sido un
elogiado estudiante de Beza. A principios del siglo XVII
sostuvo en un debate público con su colega Francisco
Gomar, un rígido calvinista, y en cuyo debate expuso su
posición en cuanto a la soberanía de Dios y la libre voluntad
humana. Con el tiempo Arminio llegó a tener varios
discípulos, los cuales fueron integrantes del movimiento que
se identificó como el oponente de la doctrina calvinista de la
predestinación. Luego de su muerte, en el año 1610 sus
seguidores desarrollaron sus pensamientos con mayor
profundidad, que los registraron en un documento conocido
como “Los cinco artículos de la oposición” o “Los cinco
artículos de reproche”. Pero nueve años después, en el
sínodo de Dort, los teólogos reformados respondieron en
detalle con un documento denominado “Los cánones de
Dort”. Esta respuesta contenía muchos «artículos» o
«rechazos de errores» para cada uno de los cinco artículos
de la oposición. Juan y Carlos Wesley llegaron a ser
partidarios destacados de la teología arminiana,
introduciéndola como una posición dominante en la teología
norteamericana.
Juan Wesley, un teólogo británico del siglo XVIII, estudió
y afirmó la obra de Arminio en su movimiento metodista de
Inglaterra. Además mejoró la apologética Arminiana, por eso
hoy muchos conocen el “Rótulo de wesleyano” y no
“Posturados Arminianos”. Pero aunque George Whitefield y
Jonathan Edwards era defensores del pensamiento
reformado, aun así Wesley y Whitefield eran amigos y
compañeros de trabajo. Los metodistas, la mayoría de los
bautistas (excluyendo a los bautistas «particulares» o
«reformados»), y las denominaciones carismáticas y
pentecostales tienden a ser arminianas. La teología
arminiana o wesleyiana no exige un argumento filosófico
complejo, pues parece ajustarse de forma más natural a la
Biblia. En la Postura Arminiana la experiencia humana,
nuestra comprensión de Dios y de la Escritura son fáciles de
comprender y no se requiere la creación de un sistema
teológico complejo para justificar el llamado a la
evangelización de todas las personas. Así que en sentido
general, el arminianismo sostiene que:

Libre Voluntad
La postura arminiana reconoce que el hombre es
pecador y que fue seriamente afectado por el pecado de
Adán, lo que lo hace no merecedor del Favor Divino, pero
aun así el hombre no ha perdido del todo su capacidad
espiritual. Además Dios le capacita a fin de que por su propia
voluntad se arrepienta y crea. Esto sugiere que cada
pecador tiene voluntad de escoger y su destino eterno
depende de cómo lo use. Pero aunque esta posición parece
aceptable, en realidad no es una correcta definición del libre
albedrío, porque a pesar de reconocer que el hombre es
libre de hacer lo que desea, fallan en el hecho de que
sostienen que Dios le capacita a fin de que por su propia
voluntad se arrepienta y crea. ¿Dónde está el problema con
esta afirmación? En que si el hombre no se arrepiente o no
cree, entonces la culpa es de Dios, que no lo capacitó
correctamente. La Libre voluntad del hombre para escoger
el bien y rechazar el mal o viceversa es innata a su
naturaleza. Pablo se refiere a esto cuando escribe a los
romanos: “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no
hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo
que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena” (Ro.
7:15).
La Biblia enseña que el pecador puede amar o rechazar
la Gracia de Dios, e incluso puede escoger cual camino
andar (Jos. 24:15; Det. 30:15-17, 19). Así que no se trata de
una capacitación que Dios da, sino de la libertad que tiene el
hombre para tomar decisiones, que de ante mano Dios
conoce, pero decide simplemente no interferir, pudiendo
hacerlo. Por lo tanto, los arminianos aceptan que ninguna
persona es merecedora del Amor y Misericordia de parte de
Dios (2 Sam. 7:18; Mr. 1:7), pero rechazan la idea de hacer
nula la Gracia de Dios. Según Pablo la gracia de Dios se
manifestó por medio de Cristo para salvación a todos los
hombres (Tito. 2:11). Por la cual también somos salvos
mediante fe (Efesios. 2:9). Para Porter la definición esencial
de gracia es “un favor recibido que no era merecido”. Así
que cuando nosotros no merecíamos nada de Él, nos amó e
hizo todo lo necesario para que recibiéramos la vida y toda
clase de bendiciones.[9] Pablo advierte que el pecador
arrepentido no peca porque desea hacerlo, sino porque su
naturaleza humana le lleva a ello (Ro. 7:17), pero aun así
Dios en su misericordia le perdona y le salva.

Dios no eligió a algunos para Salvación y a otros para


perdición
Los arminianos trataron balancear a la doctrina
calvinista sosteniendo, que el hecho de que Dios haya
escogido a ciertos individuos para salvación antes de la
fundación del mundo se debe al hecho de que Dios vio de
antemano que dichos individuos habrían de responder a su
llamado. Por ello, escogió sólo a aquellos que él vio de
antemano creerían en el Evangelio de su propia voluntad.
Además refutaron la postura Calvinistas argumentando que
si en realidad toda persona que acepta a Cristo, lo hace
porque Dios le había escogido de antemano y le dio
además la fe y el arrepentimiento para expresarlo, entonces
qué explicación se podría ofrecer cuando esa misma
persona decide apartarse de la fe. ¿Acaso sería porque tal
individuo no había sido escogido? De ser así ¿Qué sentido
tiene que Dios haya permitido que esa persona se acercara
a sus caminos, si al apartarse vendrá mayor condenación.
Cuestiones como estas son las que hacen que la postura
calvinista de la Elección, ponga a Dios en tela de juicio,
mostrándolo como uno que no sabe hacer justicia, o como
quien tiene un complejo muy alto de autoridad, ya que
simplemente se hace lo que él quiere o se le antoja. En
cambio la Biblia revela a un Dios sabio y misericordioso, y
desea la salvación de todos los seres humanos:

1. (2 P. 3:9): “El Señor no retarda su promesa,


según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento”.
2. (Hebreos 2:9): “Pero vemos a aquel que fue
hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra, a causa del
padecimiento de la muerte, para que por la gracia
de Dios gustase la muerte por todos.”
3. (Marcos 10:21): “Entonces Jesús, mirándole, le
amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo
lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás
tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu
cruz.” Nótese la intensidad del amor de Dios,
Cristo expresó Su amor por un hombre no salvo (y
aparentemente no elegido).
4. (Hechos 17:30): “Pero Dios, habiendo pasado
por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora
manda a todos los hombres en todo lugar, que
se arrepientan.” Este versículo declara el asunto
en la forma más amplia posible. Dios manda a
hombres en todos los lugares que se arrepientan.

La Redención Expiación de Cristo fue completa y


Universal
La postura Calvinista entra en desacuerdo con muchas
declaraciones bíblicas en cuanto al sacrificio de Jesús, y
como bien lo cataloga Ryrie, sería entonces una expiación
limitada, porque Cristo no vino al mundo para salvar a todos
los hombres.[10] Ahora bien, para analizar la doctrina en
cuestión cabría preguntarnos:
1. ¿Si Cristo solo murió por los escogidos,
entonces qué se les dirá a los no escogidos en el día
del juicio?
2. ¿En qué clasificación entra Juan 3:16-17 que
establece que Cristo no vino a condenar al mundo,
sino a salvarlo?
3. ¿Cómo se interpretaría la enseñanza de pedro
de que Dios no desea la perdición de “Nadie” (2 P.
3:9).
4. ¿Se propuso Cristo al venir al mundo hacer
provisión para la salvación de todas las personas,
consciente de que el Padre misteriosamente
atraería solo a los elegidos, permitiéndole a otros
rechazar la provisión hecha?

Los Arminianos defienden la postura de que Dios, con la


muerte de Cristo, brindó a todos los hombres la oportunidad
de ser salvos pero no garantizó la salvación de ninguno. Es
decir, que a pesar de que Cristo murió por todos los
hombres, sólo los que creen en él son salvados. Sin embargo
es demasiado evidente el alto nivel de equivocación de
esta enseñanza. Pues el hecho de que la muerte de Cristo
no garantizara la salvación de todos los seres humanos, no
hace la expiación limitada como sugieren los calvinistas, sino
que la hace incompleta e inservible. Por lo que en pocas
palabras, la muerte de Cristo fue un fracaso, al no lograr el
deseo del Padre (Jn 3:16). Sin embargo eso no fue lo
enseñado por los apóstoles: (1) Padeció una sola vez y por
todos (He. 9:28); (2) Su muerte libra al hombre de todo
pecado (1 Jn 1:7); (3) Vino para rescatar a todos (1 Ti. 2:6).
Por esta posición los evangélicos arminianos fueron
totalmente censurados en Holanda hasta 1630, y quedaron
sin reservas hasta 1795. Sin embargo, la tradición
arminiana se mantuvo en los Países Bajos a finales del siglo
XX. Pablo mismo responde a cada una de estas preguntas
declarando que Cristo proveyó el pago por los pecados de
todas las personas (2 Co 5:14-15), posición que se ajusta al
pensamiento soteriológico de Juan: “…que todo aquel que
crea no se pierda nadie se pierda, sino que todos procedan
al arrepentimiento” (3:15).
Cuando analizamos el texto griego notamos que la
palabra Todo”, del griego πᾶς (pas) no habla de un grupo
selecto, sino de cualquiera que crea. Claramente vemos en
el Nuevo Testamento que Cristo murió por un grupo de
personas en particular, sino por “todos los pecadores”. Él
mismo enseñó que “el que creyere y fuere bautizado será
salvo; mas el que no creyere será condenado” (Mr. 16:16),
dejando por sentado que: (a) La salvación o condenación no
es para un grupo selecto, sino que cualquiera puede
acceder a ellas; (b) No se trata de una decisión divina, sino
de una libre decisión del ser humano. Por lo tanto, a manera
de resumen de esta postura se puede decir que la
Redención Particular carece de fuerza bíblica, ya que Cristo
sí murió por todos los pecadores, sin embargo, no vendrá a
recoger a todos aquellos por los que murió, sino solo a los
que han creído y se han guardado para él (Hebreos 9:28).

Se puede caer de la Gracia


El pensamiento arminiano sostiene que la salvación o
condenación final de una persona está condicionada por la fe
o la incredulidad de esa persona. Por eso los que
defienden el pensamiento arminiano no aceptan la doctrina
de la seguridad eterna ni la noción que deriva de esa
enseñanza: “una vez salvo, siempre salvo”. En mi libro: “La
puerta peligrosa” hago un análisis de esta corriente doctrinal,
así que para no redundar solo resumiré que la salvación del
creyente está segura en Cristo, pero éste puede perderla si
vive de manera liberal ante los placeres de este mundo, por
el escritor a los hebreos aconseja: “Por tanto, es necesario
que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos
oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra
dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda
transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una
salvación tan grande?” (2:1-3). Lo que indica que la gracia
de Dios, aplicada por el Espíritu Santo, es la única fuente de
bien y de salvación humana, sin embargo, el hombre puede
resistir esta gracia.
Solo vale aclarar que el arminianismo resumía la idea de
que no existe la predestinación y que la gente es libre de
seguir o rechazar el Evangelio. Esa es la razón por la que en
el protestantismo hay diferentes matices y posturas
contrapuestas. Pero no dejó de defender la predestinación
condicionada por las obras en el futuro de dichos individuos,
y que por ende, la causa fundamental de la salvación es la
decisión del pecador de escoger a Cristo. Por eso, dicha
enseñanza, lejos de equilibrar el extremo Calvinista, en un
intento de exaltar la omnisciencia de Dios, y por otro lado, la
decisión del hombre, fracasó al ignorar la soberanía de Dios

Conclusiones teológicas de los Concilios


Antiguos de la Iglesia
La verdad acerca la Doctrina de la Predestinación no
fue escubierta en el siglo XVI, ni por Calvino ni Arminiano,
sino que siempre estuvieron allí, aunque ciertamente
ignoradas. Afortunadamente los Concilios de la Iglesia
registraron algunos de sus debates teológicos, en los que se
observan notablemente el rechazo al semipelagianismo y a la
predeterminación o predestinación rígida del calvinismo. En
estos concilios, o sínodos antipelagianos se pueden notar
dos líneas de pensamientos: (1) Uno que condena al
predeterminismo (el tipo de predeterminismo calvinista; (2)
Otro que anuncia la Gracia Preveniente o Gracia suficiente y
eficaz. El arminiano suscribe las declaraciones de estos
concilios, porque condena el semipelagianismo (que
considera la voluntad del hombre anterior a la gracia) y
censura el determinismo (que afirma que los que se salvan
no podrían perderse y los que se pierden no podrían
salvarse). Analicemos algunas de las Conclusiones
teológicas de algunos de estos Concilios.
Los concilios africanos del siglo V
En mayo del 418 d.C se reunieron más de 200 obispos
para deliberar los problemas doctrinales sobre el pecado
original y la Gracia, y el resultado fue confirmado por Zósimo,
obispo de Roma, quien integró las doctrinas veinte años más
tarde en una colección conocida con el nombre de lndiculus
que en su capítulo I dice así:
Por la prevaricación de Adán, todos los hombres han
perdido su natural posibilidad e inocencia, y nadie
hubiera podido por medio de su libre albedrío
levantarse del abismo de aquella ruina, si la Gracia de
Dios misericordioso no lo hubiera levantado, como lo
declara el papa Inocencio, de feliz memoria, en su carta
al concilio de Cartago: «Víctima un día de su libre
albedrío, al usar inconsideradamente de sus propios
bienes, el hombre cayó en las profundidades de su
prevaricación y no encontró medio alguno para salir de
allí. Y engañado para siempre por su libertad,
yacería oprimido por esta ruina, si no lo hubiera
levantado por su gracia la venida de Cristo, quien
mediante la purificación de un nuevo nacimiento, lavó
con el baño del bautismo todo delito pasado.[11]

Agustín, cerca del año 420 d.C hizo de la Gracia Divina


la única base de la salvación del hombre. Defendió la
soberanía de la gracia con los siguientes argumentos: (a)
Todos los actos que conducen a la salvación, se hacen con
ayuda de la gracia; (b) La salvación es un don gratuito de
Dios; (c) Dios quiere la salvación de todos; (d) La libertad del
hombre queda intacta bajo el influjo de la gracia. Más
adelante, para la Edad Media los teólogos Tomás de
Aquino, Anselmo de Canterbury y Pedro Lombardo siguieron
la postura de Agustín, pero no del todo, porque identificaron
la predestinación más o menos con el dominio total de Dios
sobre todas las cosas. Pero la resistencia más seria a
estas doctrinas provino del sur de Francia por los monjes
Juan Casiano y Vicente de Lerins. Agustín creía que Dios
predestina gratuitamente a los que quiere, pero sus
opositores enseñaban que para la primera Gracia bastan
los méritos propios y luego Dios da su gracia salvífica a
aquellos que con su propia libertad se han hecho acreedores
de ella. Según Collantes, a pesar de las oposiciones, el Papa
Celestino escribió una carta a los obispos franceses en
defensa de San Agustín, pero sin tomar partido a favor de
todas sus posiciones. El texto decía: “Donde se encuentre
una doctrina claramente fundada en Agustín, puede
mantenerse y enseñarse absolutamente, sin necesidad de
tener en cuenta ninguna bula pontificia.”[12] En resumen, en
estos concilios se discutió el tema de la predestinación y se
llegó a la conclusión de que la salvación es un don gratuito de
Dios, pero también se reconoció la importancia de la libre
voluntad del ser humano en su respuesta a la gracia divina.
Estas conclusiones se reflejaron en las enseñanzas de la
Iglesia Católica y en la teología cristiana occidental en
general.

Concilio de Arlés (473 d.C)


En sentido general, aunque este Concilio no llegó a una
conclusión específica sobre la predestinación, sí
discutió el tema y enfatizó la importancia de la libre voluntad
del ser humano en su respuesta a la Gracia divina. También
se reafirmó la enseñanza de que la salvación es un don
gratuito de Dios. Y esto lo hizo estableciendo cuatro puntos
básicos de la doctrina de la predestinación:

1. El libre albedrío colabora con la gracia, pero sin


la gracia nada puede
2. Cristo murió por todos los hombres y no por unos
cuantos escogidos
3. El libre albedrío está debilitado más no
extinguido
4. Los que se condenan no lo hacen por voluntad de
Dios.

Llegaron a estas convicciones partiendo de las posturas


de Lúcido, escritas por el obispo Fausto de Reji y
enviada a los treinta obispos sinodales de la Galia. Según
Lúcido: “…de acuerdo con los recientes decretos del
Concilio venerable, condeno juntamente con vosotros
aquella sentencia... Orad por mí, señores santos y Padres
apostólicos! Yo. Lúcido, presbítero, firmé por mi propia
mano esta mi carta, y lo que en ella se afirma, lo afirmo, y lo
que se condena, condeno.”[13]

II Concilio de Orange (3 julio 529)


En ese tiempo la doctrina agustiniana corría peligro de
ser fingida. Pues se creía que Lúcido había exagerado la
Tesis de Agustín, declarando el influjo de la Gracia, con
detrimento de las obras y de la libertad humana, y
subrayando de tal manera el don de la predestinación, que se
viera comprometida la voluntad salvífica universal. No
obstante, como observa Denzinger, un sínodo en Arlés
(hacia el año 473), y poco después otro sínodo en Lyón,
dejaron testimonio de una serie de proposiciones contra
ciertas desviaciones fundamentales.[14] El segundo Concilio
de Orange estableció pautas en contra de los
semipelagianos y reafirmó la doctrina de la
predestinación de la siguiente manera:
También creemos según la fe católica que, después
de recibida por el bautismo la gracia, todos los
bautizados pueden y deben, con el auxilio y cooperación
de Cristo con tal que quieran fielmente trabajar, cumplir
lo que pertenece a la salud del alma. Que algunos,
empero, hayan sido predestinados por el poder divino
para el mal, no sólo no lo creemos, sino que si hubiere
quienes tamaño mal se atrevan a creer, con toda
detestación pronunciamos anatema contra ellos.
En resumen este Concilio afirmó la predestinación divina
y la gracia divina como necesarias para la salvación, pero
también enfatizó la importancia de la libre voluntad del ser
humano en su respuesta a la gracia divina. Además rechazó
la idea de que la predestinación excluye la libertad humana
y afirmó que la Gracia divina no anula la responsabilidad
humana. Por lo tanto, condenó las enseñanzas de los
seguidores de Pelagio, que negaban la necesidad de la
gracia divina y afirmaban que el ser humano podía alcanzar
la salvación por sus propias obras.
CAPÍTULO 2
DEBATES TEOLÓGICOS QUE
AÚN DIVIDEN A LOS TEÓLOGOS
Y LOS PUNTOS DÉBILES QUE
POCOS QUIEREN ADMITIR
En el capítulo anterior analizamos la teología reformada
calvinista, los postulados arminianos y algunas de las
conclusiones a las que llegaron tres de los Concilios más
importantes del cristianismo. En cada postulado pudimos
apreciar que cada cual llegó a algún acercamiento positivo,
pero lamentablemente no se logró resolver el dilema de la
Predestinación. En el presente capítulo analizaremos
otros debates suscitados en la actualidad alrededor de la
doctrina en análisis, y sus puntos doctrinales débiles.

Principales afirmaciones en torno a la Doctrina de la


Predestinación de teólogos destacados del periodo de
la Contrarreforma.
La Contrarreforma o Reforma católica como también se
le conoce, comenzó en el 1545 y se extendió hasta el 1700,
o sea, desde el Concilio de Trento hasta el final de la Gran
Guerra Turca. Fue precisamente la respuesta de la Iglesia
católica a la Reforma rotestante. Durante la Contra Reforma,
los teólogos católicos afirmaron que la salvación o
condenación de un individuo estaba predeterminada y que
Dios había elegido a ciertas personas para ser salvadas.
Esta creencia fue una respuesta a las enseñanzas de
Arminio que afirmaba que la salvación estaba disponible para
todos. Pero lo católicos enfatizaron que los esfuerzos
individuales y la fe eran necesarios para obtenerla. En el
presente capítulo no se abordará los argumentos más
desafiantes de periodo de la reforma católica, tocante a la
Doctrina de la predestinación.

Teólogos del Siglo IX


Gotescalco de Orbais, también conocido como
Gottshalk fue un monje de origen aristócrata que se dedicó a
estudiar a Agustín, Próspero de Aquitania, Fulgencio de
Ruspe y sobre la base de aquellos pensadores diseñó la
Doctrina de la Doble Predestinación, porque creía que
mientras Dios predestina a los ángeles y los electos para la
salvación, predestina también a los demonios y los réprobos
a la condenación eterna. Gotescalco había heredado
también el agustinianismo modificado, porque aunque
concordaba con Agustín en cuanto a la corrupción producida
por el pecado, y que el pecado se hereda a causa de la
concupiscencia, por otro lado, se negaba a seguir las
posiciones más extremas de Agustín sobre la predestinación,
negando que Dios predestine al mal o a la condenación.
Justo Gonzáles advierte que Gotescalco creía fielmente que
Dios destina al mal y a la perdición a quienes sabía que
habían de escoger el mal y la perdición.[15]
Pero John Scotus Erígena, un filósofo y teólogo
neoplatónico, se opuso a Godescalco porque sostenía una
mentalidad claramente pelagiana: por ello negaba
abiertamente la elección y la predestinación. Tampoco creía
en el infierno, porque creía que un Dios demasiado bueno no
sería capaz de crear un lugar tan terrible. Tal vez por esto es
que Lacueva considera que John Scotus coincidía con
Orígenes en cuanto a la restauración de todas las cosas.[16]
Buswell comenta que cuando se pidió a Escoto, en el reinado
de Carlos el Calvo, que escribiera contra la doctrina de la
predestinación de Gottschalk, arguyó que no había Dios ni
antes ni después, ni pasado ni futuro; y por tanto, ni
presciencia ni preordinación excepto en un sentido
antropopático.[17]

Teólogos del Siglo XV


Es cierto que los reformadores fueron responsables de
un tópico bastante controversial y oscuro, pero también se
debe reconocer que tanto Lutero, Calvino y Jacobo Arminio
Arminio, también ofrecieron grandes aportes a la Iglesia en
general. Pero aunque trataron de reformar la Iglesia
católica romana medieval, sus esfuerzos llevaron a la
efectos políticos, económicos, y sociales importantes que
además condujo a la creación de denominaciones
separadas. Por ello, también la Iglesia católica respondió con
una Contra Reforma, cuya base continúa hoy en día en
muchas Iglesias contemporáneas. Algunos de los teólogos
más sobresalientes fueron:

1. Hieronimus Hermes Bolsec, quien además


profesar la medicina, se dedicó al estudio de la
teología. Éste perteneció a la Orden de los
Carmelitas hasta ser expulsado de París en 1545
por sus sermones. Así que se refugió en Ferrara, y
luego en Suiza de donde también fue expulsado
porque: (a) Rechazaba la opinión de Calvino sobre
la Predestinación Doble como decreto de Dios; (b)
No entendía la Predestinación desde una
perspectiva de eternidad, como el resultado de una
especulación lógica de causa y efecto sin relación
con la historia; (c) Se alineaba al concepto
Arminiano de que el pecado es un hecho histórico
humano y no un decreto eterno. Por tanto enseñaba
que la salvación de la persona no dependía de
una elección antes de la creación, sino el pecador
mediante su libre voluntad daba lugar a la Gracia.
2. Roberto Belarmino fue otro teólogo notable de la
Contrarreforma, quien además se
destacó por defender la doctrina del libre albedrío
limitado, según las enseñanzas de Trento. Aunque
reconocía que el hombre pecador tiene libre
voluntad de elegir lo bueno o lo malo, consideraba
que como Dios conoce lo que cada ser humano va a
hacer, a la vez determina número de variantes
en que puede moverse el libre albedrío.
3. Juan Hus, un teólogo checo, enseñó que la
predestinación no era algo que pudiera ser conocido
por los seres humanos, sino que era una cuestión
que solo Dios podría conocer. Por eso
consideraba que el creyente debía enfocarse en
vivir su vida en fidelidad a Dios y en hacer lo que era
correcto, en lugar de preocuparse por si estaba
predestinado o no a ser salvo. Por su parte, criticó el
abuso de poder dentro de la iglesia y la
necesidad de reformas en la misma. Su postura
sobre la predestinación influyó en muchos de sus
seguidores y contribuyó a la Reforma Protestante
del siglo XVI.

Teólogos del Siglo XX-XXI


Varios teólogos de este siglo han enseñado de la
predestinación, aunque con diferentes enfoques y
perspectivas. Jacques Ellul, un filósofo y teólogo francés,
enseñó que la Predestinación era una doctrina peligrosa que
conducía a la complacencia y la arrogancia. En su obra "La
subversión del cristianismo", argumentó que el concepto de
predestinación implica la aceptación de una "voluntad de
Dios" que supuestamente controla todos los aspectos de la
vida y que lleva a la creencia de que ciertas personas son
elegidas para la salvación mientras que otras no lo son.
Por eso, en lugar de enfatizar la idea de la Predestinación,
promovió la importancia del libre albedrío en relación con la
elección.[18] Sin embargo Reinhold Niebuhr, quien fue un
teólogo y filósofo estadounidense, enseñó que la
Predestinación no debía ser vista como un destino individual
fijo, sino como una comprensión del amor y el plan de Dios a
través de Cristo para la humanidad en general. También
enfatizó la importancia del libre albedrío y sus puntos de
vista sobre este tema influyeron en la teología reformada y
en otros teólogos importantes de su tiempo,
como Karl Barth y Paul Tillich. Sin embargo, es importante
tener en cuenta que cada uno tuvo su propia interpretación y
perspectiva sobre la doctrina, por ello es recomendable
investigar y leer las obras específicas de cada cual, para
comprender su punto de vista. No obstante, en este
libro ofreceremos una síntesis de lo que defendieron, tocante
al tema en cuestión.

1. Karl Barth: Reelaboró radicalmente la doctrina de


la predestinación en la que enfatizó la
libertad y responsabilidad humanas y rechazó la idea
de una predestinación basada en el destino
individual fijo. Algunos de sus principales puntos de
vista fueron:

1. La Predestinación debe entenderse como un


aspecto de la elección de Dios, que se basa en su
amor incondicional y no en un conocimiento previo
de quiénes serán salvados.
2. La Predestinación no es una cuestión de
individuos, sino que se refiere a la elección de la
humanidad en Cristo.
2. Paul Tillich: Su postura sobre la Predestinación
fue que ésta debía ser entendida en el contexto más
amplio de la teología de la elección de Dios,
además, enfatizó la libertad y la responsabilidad
humanas, afirmando que cada persona tiene la
capacidad de aceptar o rechazar la gracia divina que
se les ofrece. Argumentó su postura de la siguiente
manera:

1. La Predestinación no debía ser vista como una


forma de determinismo, sino más bien como la
salvación de la humanidad en su totalidad a
través de Cristo.
2. La Elección de Dios es el resultado de su amor
incondicional por todas las personas, mientras que.

Principales enseñanzas de Teólogos


Contemporáneos
en relación a la Predestinación
Como ha sido evidente desde el primer capítulo hasta el
punto anterior de este segundo acápite, los criterios en torno
a la doctrina en análisis son bastante variados, lo cual es
evidente que se debe a interpretaciones literales o técnicas
exegéticas defectuosas. También
algunos teólogos contemporáneos que han hablado sobre la
Predestinación, entre los que se incluyen a John Piper,
Sproul, Paul Helm y James White, han proporcionado
diferentes perspectivas sobre el tema, lo que ha llevado a
debates y discusiones dentro de la comunidad cristiana. Es
interesante señalar que, aunque la idea de la predestinación
se ha discutido durante siglos, sigue siendo un tema
relevante en la teología y la religión en general en la
actualidad, como se observa en los siguientes postulados:

1. John Piper, un teólogo contemporáneo y pastor


calvinista, ha hablado extensamente sobre la
Predestinación en su ministerio. Su principal enfoque
ha sido que Dios soberanamente elige a algunos
para salvación y otros para condenación. Por cuanto
su inclinación es calvinista, enseñó que La Elección
de Dios no se basa en la buena conducta o en la fe
previa del individuo, sino que es una decisión
soberana y libre de Dios.
2. R.C. Sproul, otro teólogo contemporáneo,
enseñó que la Predestinación es una doctrina
bíblica que se basa en la soberanía de Dios y que
esto no anula la responsabilidad humana ni el libre
albedrío. Su fundamento doctrinal era arminiano, y
sostuvo que la Elección de Dios es la causa última
de la salvación. También consideraba que la
Predestinación no es algo que los seres
humanos pueden conocer o comprender
completamente, sino que es parte de la sabiduría y el
plan general de Dios.
3. Paul Helm, un teólogo contemporáneo, ha
hablado sobre la Predestinación en relación a la
Elección soberana de Dios. Al igual que Piper,
enseñaba que La Elección de Dios no se basa en
las acciones del individuo, sino que es una decisión
soberana e inalterable de Dios. Pero trató de
equilibrar La soberanía de Dios y el libre albedrío
humano, y sostuvo que la predestinación no significa
que Dios no sea justo, o que los seres humanos no
tengan responsabilidad por sus acciones, sino se
trata del plan y la sabiduría de Dios.
4. James White es un teólogo y apologista
Reformado prominente que ha escrito extensamente
sobre el tema de la Predestinación, ha enseñado
que ésta es una doctrina bíblica que afirma la
Elección soberana de Dios en la salvación. También
enfatiza la importancia de comprender la
predestinación dentro del contexto más amplio del
carácter de Dios, específicamente su santidad,
justicia y misericordia. Por lo que aclara además
que la Predestinación no es invalida la
responsabilidad o la libre albedrío del ser humano.
En general, la enseñanza de James White sobre la
predestinación refleja una perspectiva Reformada
tradicional que enfatiza la soberanía de Dios y la
centralidad de la gracia en la salvación.

¿Qué fue lo que motivó tanta variedad de criterios en


cuanto a la predestinación? Bueno, como hemos visto hasta
ahora, la variedad de criterios y debates en torno a la
predestinación se ha motivado por diferentes factores,
incluyendo la interpretación literal de algunos pasajes de la
Biblia, y la exégesis basada en ideas preconcebidas del
tópico. Es por ello que hoy podemos ver diferentes corrientes
teológicas y filosóficas, que sostienen puntos de vista
diversos en cuanto a la Predestinación. No podemos negar
que ciertos eventos históricos y sociales han influido también
en la evolución de los criterios sobre la temática en
diferentes épocas, como por ejemplo, la Reforma
Protestante en el siglo XVI, que incluyó la discusión y el
debate sobre el asunto en el ámbito teológico y eclesiástico.
Pero en resumen, la variedad de criterios sobre la
predestinación se ha motivado por una combinación de
factores teológicos, filosóficos y contextuales en diferentes
épocas de la historia cristiana. Por ello, analizaremos
algunos de los pasajes bíblicos que mayores problemas de
interpretaciones han tenido hasta el momento, y aunque no
pretendo insinuar que nuestro análisis acá es el más
adecuado, sí cabe acentuar que en algunos aspectos tendré
que exponer nuestro punto de vista

En los Evangelios
John Owen es uno de los predicadores más
controversiales actualmente, que a pesar de pastorear
una de las Iglesias más grandes de los Estados Unidos, la
mayoría de sus afirmaciones se contraponen a la postura
oficial de la mayoría de las iglesias evangélicas. De hecho,
también en cuanto a la Predestinación él afirma que Cristo no
pudo haber obtenido la redención de aquellos que no son
libres. Owen basa su afirmación según (Mateo 20:28), que
dice: “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Según su teoría, la palabra “Muchos” tal vez incluya a un
gran número de personas, pero deja fuera a otro. Por ello
una Redención Universal deja todavía en cautiverio a
muchas personas. Por eso Mateo dice que Cristo vino en
rescate por muchos, no por todos y concluye su comentario
diciendo: “Por tanto, la “redención” no puede ser “universal”,
como tampoco la Iglesia romana puede serlo...La
redención tiene que ser particular puesto que sólo algunos
son redimidos.”[19]
Pero no solo en Mateo se ha mal interpretado el tema,
sino que en el Evangelio de Juan, precisamente en su primer
capítulo del texto juanino podemos notar en el versículo doce
una declaración importante: “…todos los que le recibieron
y creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos
hijos de Dios.” Para otros predicadores contemporáneos el
texto sugiere que Dios había destinado para salvación a
unos y a otros no, y que esos predestinados para salvación
creerían en Jesús y por lo tanto, también serán llamados
“Hijos”. Y qué de (Juan 6:37,39), donde se lee:
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a
mí viene no le echo fuera. Porque he descendido del
cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del
que me envió. Y esta es la voluntad del que me envió:
que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino
que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad
del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo, y
cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el
día postrero”.
Y un último texto es (Juan.15:16) en el que se habla
directamente de la elección divina de los apóstoles. Según
Juan, Cristo declaró: “No me elegisteis vosotros a mí, sino
que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis
y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo
que pidiereis al Padre en mi nombre él os lo dé.” Ahora bien,
para poder entender el verdadero enfoque de tales verdades
es necesario atender al contexto del cual se habla, o en el
que se declaran. Así que juzgando a la temporada que
estaban viviendo los apóstoles, Juan se propone escribir a la
comunidad judía que estaba en contacto con el pensamiento
griego, y que habían abrazado el gnosticismo. Su principal
objetivo era demostrar que Cristo era verdaderamente el
verbo de Dios, el Cordero enviado por el Padre para la
Salvación de la Humidad. Lo que indica que Juan nunca tuvo
en mente a un grupo selecto, sino siempre fue claro en que la
muerte de Cristo abarcaba a todos los que en su libre
albedrío, recibían a Cristo en sus corazones y creían en él:
a. En Juan (1:12), cuando dice “a todos”, se usa el
vocablo griego ὅσος (hósos), que según el diccionario
completo de estudio de palabras del Nuevo
Testamento se usa para referirse a: “Magnitud”.[20]
Así que no infiera la salvación de un grupo selecto,
sino la aceptación divina de “HIJOS”, de esos que
voluntariamente han recibido a Cristo como su
Salvador.
b. El segundo texto de (Juan 6:37-39), no dice “Todo el
que el Padre me da”, sino más dice Πάς ὅς πατήρ μοι
δίδωμι (pás hós patḗr moi dídōmi), que traducido es:
“Todo aquello que el Padre me entrega por voluntad
propia y de buena voluntad, no lo rechazo” Entonces
el texto tampoco sugiere una redención específica, es
más bien una aclaración de que él como HIJO no
rechaza nada de lo que el Padre le da, incluyendo a
los que voluntariamente le reciben como Salvador.
c. En el último texto (Jn. 15:16), Jesús se dirige a los
doce, no a todos los creyentes, y es solo a ellos a
quienes les entrega instrucciones referentes al
objetivo de su elección como apóstoles, que es “ir y
llevar frutos”.

En el libro de los hechos de los Apóstoles


Lucas en su segundo tratado a Teófilo se refiere a los
que “estaban ordenados para vida eterna” (Hch.13:48), y al
parecer apoya la tesis de que Dios determina a unos para
VIDA ETERNA y a otros para PERDICIÓN. Pero en el
griego existe el vocablo προτάσσω (protasso), que aunque a
veces se traduce como “Ordenados”, su significado real es:
“señalar antes”. Pero en el texto en cuestión el término que
aparece es τεταγμένοι (tetagmenoi), un participio que
deshace toda idea de “Elección”, y que significa
simplemente: “Estar Listos”. Por lo tanto se han elaborado
dos interpretaciones que no apoyan el pensamiento
Luterano, pero que al analizarlos solo uno se acerca más al
sentido bíblico:

1. Johannes Louw y Eugene Albert Nida consideran


que Pedro tal vez se estaba refiriendo a la
asignación de una tarea, función o rol en particular.
[21] O sea, según ellos, es más que una cuestión de
selección, ya que se asigna específicamente una
relación.
2. Por otro lado, Alford enseña que Pedro al
referirse a los que “estaban ordenados”, estaba
apuntando a todos los que estaban listos para
la Vida Eterna. [22]

La frase “ordenados para la vida eterna” tiene un


significado histórico, y destaca la iniciativa de Dios en la
obra de salvación humana. Por eso, para nadie debe ser
inadmisible que el Padre conoce de antemano quiénes
creerán y se salvarán, por ello, en su conocimiento
anticipado:

1. Predestinó para Salvación a los que en su


omnisciencia había visto ver aceptar a Cristo como
Salvador (Ro 8.29-30)
2. Según su gracia los preparó, es decir, arregló
cuidadosamente acontecimientos particulares que
los guiaron a la Salvación (Pr. 16:9; Dn. 4:34-35;
Hch. 2:22-24; Ef. 1:3-5; 2:8; Ro. 9:23; Fil. 2:13).
3. Escogió para ser salvos a los que en su Libre
albedrío se santificarían en el Espíritu Santo y
aceptarían la redención de Cristo, quien es la única
VERDAD (2 Tes.2:13).

Es crucial que al leer la Biblia, no se violente el texto


bíblico, sino que el lector debe precisamente en el texto en
análisis la palabra clave no es que: “Ordenados”, sino más
bien “Creyeron”. Por eso es más sano interpretar el pasaje
como que éstos, que por cuanto creyeron en sus corazones,
estaban listos para abrazar la salvación, y por consiguiente
alcanzaron la salvación. La pregunta es: ¿Si no hubiesen
creído, habrían sido salvos?

En las cartas apostólicas


No hay muchos registros en las fuentes históricas
bíblicas que muestren abiertamente cómo los apóstoles de
Cristo enseñaron específicamente la doctrina de la
Predestinación como se entiende en la teología Reformada.
De hecho, también en los tiempos de los apóstoles la
doctrina fue objeto de debate y controversia. No obstante, el
apóstol Pedro se refirió a la elección del creyente en (1Pe.
1:2) diciendo: “elegidos según la presciencia de Dios Padre
en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados
con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean
multiplicadas”. Los calvinistas argumentan que los
arminianos yerran en este texto porque lo interpretan usando
la preposición κατά (katá), que significa “Según”, como si
fuera ἐπὶ (epi), que se traduce como: “sobre la base de…”
Pero Buswell desmiente tal declaración argumentando que
Pedro no está indicando que la base o razón de la elección
sea la presciencia. Ninguna exégesis sintáctica adecuada lo
corroboraría porque la preposición usada aquí (kata), indica
sencillamente la armonía de la elección y la presciencia. Así
que el texto no tiene nada que decir respecto a si la elección
depende de la presciencia o si la presciencia depende de la
elección. El texto dice solamente que los dos armonizan y
son paralelos. [23]

La controversia de la Predestinación en la teología


apostólica:
Análisis del enfoque doctrinal
Pablo estaba consiente que Dios no había destinado a
algunos para salvación y otros para perdición. Antes bien en
sus escritos dejó claro: (a) El deseo de Dios es que todos los
hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la
verdad (1Ti.2:4) (b) El Libre Albedrío (Pr. 16:1); (b) La
responsabilidad moral del hombre ante Dios; (c) La salvación
por Gracia mediante la Fe en Jesucristo. Ahora bien,
aunque Dios no traza un destino a nadie, sí usa cada
acontecimiento para encaminarlo a su diseño (Ro. 8:28),
en el cual puede estar incluido permitirle a satanás que dañe
el cuerpo de la persona, para que mediante el dolor sea
renovado (Job 9:12-15; 33:12-13; Isa.29:16), o que mediante
el sufrimiento Cristo se pagara el rescate por todos los seres
humanos (1Ti.2:6; 1Co.8:11), y se constituyera abogado de
todos los creyentes (1Jn. 2:1-2), reconciliando consigo al
mundo (2 Co.5:19).
¿Pero por qué motivo los Apóstoles enfatizaron tanto en
esta doctrina? Porque aún desde aquella época hubo
quienes enseñaban que ya que Dios sabe quiénes se
salvarán, no es necesario predicar el Evangelio”.
Argumento que se aparta por completo del pensamiento
apostólico. Por supuesto que Dios conoce quiénes vendrán a
la fe, pero el asunto de la Evangelización no es una
alternativa, sino una orden (Mt 28:19-20). Porque con
nuestra predicación anunciamos públicamente:

1. Que somos afortunados por haber sido llamados


por Dios a ese ministerio, cosa que los mismos
ángeles quisieran disfrutar (1 P. 1:12)
2. Nuestra gratitud a Dios por habernos salvados
según su conocimiento anticipado (2 Tes.2:13)
3. Que Cristo vino y vendrá otra vez a consumar su
misión en la Tierra (Ro. 10:13-15).

Los apóstoles enseñaron que Cristo murió por todos los


hombres, aunque no todos lleguen a acercarse a él.
La doctrina de la Predestinación enseña aunque una
persona haya sido predestinada no es automáticamente
salva. Los primeros tres Evangelios comienzan narrando el
nacimiento de un niño indefenso, pero majestuoso, que en su
adultez se convertiría en el Salvador del Mundo. Dios no
soportó ver sus criaturas perdiéndose y les envíó a su único
hijo para que por medio de la muerte, expiara todos los
pecados (Jn 3:16). Pero al analizar los manuscritos griegos
se puede ver claramente que el deseo juanino, no era
simplemente anunciar una verdad bíblica, sino ofrecernos
una revelación extraordinaria de la magnitud del Amor de
Dios. El texto griego dice: γὰρ Οὕτω ἠγάπησεν ὁ θεός τὸν
κόσμον ἵνα ὁ κόσμος σωθῇ διʼ αὐτοῦ[24], que al traducirlo
dice: “Ciertamente, de tal modo amó tan fuertemente Dios a
los habitantes de la tierra a fin de que la humanidad fuera
rescatada por medio de él mismo.”
Así que intención de Dios no fue entregar a su hijo como
un símbolo de amor, sino como una solución a la perdición
de la humanidad. Aquí vemos un argumento Novo
Testamentario a favor de la Predestinación, pero no como la
enseñan los Calvinistas o Arminianos. ¿Si el Padre escogió
a quienes salvar, por qué hizo pasar a su Hijo unigénito por
tan cruel muerte? La salvación es únicamente mediante el
Sacrificio de Jesús (Mat.20:28). Por eso Pablo enfatiza que
la salvación no depende del que quiere (Romanos 9:15-18),
o de aquel que sueña o anhela la salvación, ni del que corre
(apuntando a obras, o esfuerzos humanos), sino de Dios que
tiene misericordia (Efesios 2:8).

Pablo enseñó que la Predestinación es directamente


proporcional a la Omnisciencia de Dios.
La omnisciencia de Dios es un concepto central en la
teología cristiana, porque enseña que Dios conoce todas
las cosas, incluyendo el pasado, el presente y el futuro.
Aunque el Apóstol Pablo no es el único que habla de la
omnisciencia divina, sus enseñanzas son especialmente
destacadas por su énfasis en la importancia de confiar en la
sabiduría de Dios, por ejemplo:

1. Frecuentemente se enfoca en la soberanía de


Dios y en la importancia de someterse a su
voluntad y sabiduría, como bien dice en (1 Corintios
2:14) que el hombre natural no percibe las cosas
que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de
discernir espiritualmente.
2. También se refiere a la soberanía de Dios como
un elemento de profunda riqueza. En (Romanos
11:33-34), Pablo dice: "¡Oh profundidad de las
riquezas de la sabiduría y del conocimiento de
Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e
inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió
la mente del Señor? ¿O quién fue su
consejero?".
3. Por último, también hace referencia a la
Soberanía de Dios como un Misterio, como se
observa en (Colosenses 2:2-3), donde Pablo dice:
"para que sean consolados sus corazones, unidos
en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de
pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de
Dios el Padre, y de Cristo, en quien están
escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento". Solo el Espíritu de Dios puede
conocer las cosas de Dios (1 Corintios 2:11).

Los apóstoles nunca enseñaron la Doble-


Predestinación
Como vimos en el primer capítulo la doble predestinación
fue una de las posturas más atrayentes de la posición
teológica calvinista, porque sostenía que Dios, antes de la
creación del mundo había destinado a algunos para
salvación y a otros para la condenación eterna, en base a su
libre y soberana elección. Sin embargo es válido acarar que
ni Pablo ni los otros apóstoles enseñaron esto, de hecho, el
verbo Pre-conocer no es sinónimo de Predestinación. Pre-
Conocer o conocer de ante mano apunta más bien a la
omnisciencia, atributo divido que diferencia a Dios de los
seres humanos (1 Jn 3:20). Boettner en su libro The
Reformed Doctrine of Predestination esboza que:
Los infralapsarios [25] afirman que aquellos
escogidos para la salvación fueron contemplados
como miembros de una raza caída. El orden de los
eventos es entonces así: Dios se propuso (1) crear; (2)
permitir la caída; (3) elegir a algunos de entre la masa
caída para salvación, y dejar a los demás en dicho
estado; (4) proveer un redentor para los elegidos; y (5)
enviar el Espíritu Santo para aplicar esta redención a los
elegidos. Según este plan, la elección sigue a la caída”.
[26]

Como vimos en el comentario anterior, este grupo


calvinista consideraba que Dios sabiendo que algunos seres
humanos fallarían en el cumplimiento de los mandamientos
divinos, a éstos los escogió como una raza "caída" o
"lapsus" original. Pero qué sentido tiene el amor de Dios si en
realidad escogió a unos pocos y desechó a otros. La Palabra
de Dios afirma que los que han creído fueron escogidos de
este mundo (Jn. 15:19); y el alfarero, del mismo barro hizo
vasos nuevos, para honra y usos ordinarios (Ro. 9:21). Dios
no hace acepción de personas (2 Cr 19:7), pero esto no
quita de entre todos, escoge a unos para tareas específicas,
y a otros para tareas ordinarias, pero en cuanto a la
Salvación, todos estamos incluidos dentro de su plan
salvífico. Por lo tanto, Predestinar no significaba que tiene
que suceder lo que Dios tuvo como criterio anticipado, de lo
contrario no hubiera permitido que Cristo fuese a la cruz (2 P.
3:9). Pedro, que había entendido las enseñanzas de Pablo
abundó sobre paciencia de Dios, y ésta siempre fue para
salvación de la humanidad (2 P. 3:15).
CAPÍTULO 3
DESCUBRE LA VERDAD
DETRAS DE LA DOCTRINA DE LA
PREDESTINACIÓN CON ESTAS
ESENCIALES ACLARACIONES
En capítulos anteriores hemos presentado claras
evidencias de que Dios siempre ha anhelado la salvación de
todo ser humano. Analizamos además algunas
interpretaciones y expusimos algunas verdades bíblicas. En
este capítulo, exploraremos diferentes argumentos y
presentaremos nuestra perspectiva teológica sobre este
tema tan complejo. Si bien sea presentado algunas
evidencias y por consiguiente se han expuesto algunos de
los errores más comunes en la interpretación de los textos
bíblicos, entendemos que existen otras perspectivas, por lo
que se anima al lector a interactuar con su propia Biblia. Por
lo demás, es mi anhelo que las aclaraciones que se
brindarán en este acápite, pueda enriquecer su conocimiento
y reflexión sobre la doctrina en cuestión.

Predestinación y Elección:
Desembalando el misterio de la elección
A causa de la concepción errónea de esta doctrina, se han
un sin número de enseñanzas que lejos de alinearse al
concepto bíblico, más bien se apartan de toda verdad. Por
ejemplo, vimos que para algunos reformadores la
Predestinación fue el acto de Dios de determinar de
antemano quiénes serán salvados (elegidos) y quiénes no lo
serán (condenados). Por otro lado, la Elección fue el suceso
en el que Dios seleccionó a aquellos que ha escogido para
ser salvados y recibir su Gracia. Pero aunque la
Predestinación y La Elección son dos conceptos teológicos
relacionados, también son distintos entre sí.

La Predestinación según Pablo.


Pablo abordó directamente la doctrina de la Predestinación
en (Ro. 8:29), donde declaró: “Porque a los que antes
conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos”. Pero para entender
mejor a Pablo debemos analizar paso a paso este versículo,
del cual se pueden extraer las siguientes verdades.

1. A los que antes conoció a estos predestinó:


Pablo entendía que Dios conoció de antemano a sus
criaturas, por eso usó la palabra προγινώσκω
(proginōskō) , que según el Diccionario VINE
expresa ese conocimiento anticipado de Dios que
involucra su Gracia en la Elección, pero sin anular la
voluntad del hombre[27]. Algunos profetas del
Antiguo Testamento así lo revelan (Jr. 1:5; Ef. 1:4).
Por lo tanto, la Predestinación se relaciona
estrechamente con el conocimiento anticipado de
Dios. Pero esto no sugiere que Dios trazó un
destino, ni determinó que cosas debían hacer sus
criaturas. Sino que Proginōskō indica que Dios tuvo
una opinión, un criterio, de que cada persona debía
ser salvo.
2. Y a los que predestinó, a éstos también llamó:
En el llamamiento de Dios se ponen de manifiesto el
propósito, la dirección y el mensaje que
caracterizará nuestro llamado. Así que todos los
hombres y mujeres fuimos llamados a cumplir un rol
muy importante en la historia de la humanidad.
No obstante, la Predestinación cumple dos
objetivos: (1) Ser hechos conformes a la
imagen de Cristo; (2) Que Cristo se convirtiera en el
primogénito entre muchos hermanos, en decir, que
los salvos ahora fuesen hijos de Dios, hermanos de
Cristo.
3. Y a los que llamó, a éstos también justificó:
Posterior al llamado sigue la justificación. El
pasado no puede imperar más en el presente,
por eso, Dios al conocer con antelación todas
aquellas cosas malas que íbamos a realizar,
una vez que voluntariamente nos
acercamos a él, entonces nos justifica, para que ni
aún el Diablo tenga argumentos acusatorios en
contra de nosotros. Jesús con su sacrificio anuló el
acta de decretos de Satanás (Col 2:14), y se
presentó como abogado defensor (1 Jn. 2:1).
4. Y a los que justificó, a éstos también glorificó:
Glorificar viene del griego δοξάζω (doxazō), y se
emplea para referirse a la acción de magnificar,
exaltar, alabar, hacer glorioso, manifestar la propia
gloria de Dios en nosotros (2 Tim 1:10). Según
Swanson Dios cuando Dios nos justifica, también
hace resplandecer su gloria en nostros.[28]

Es ese el motivo por el cual fue necesario escribirle a los


efesios sobre el propósito de la predestinación, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él (Ef.1:3,4).

La Elección y los Términos se han vinculados a ella


pero que no significan lo mismo.
La Elección también significó mucho en los tiempos del
Antiguo Testamento. Por medio de ella Dios demostró su
misericordia a su Creación, y se vio presente únicamente
con el pueblo de Israel, a quien Dios eligió como su nación de
entre todas las naciones, para poner en ella su nombre.
Según Justo l. González la elección es un decreto inalterable
de Dios, por el cual él eligió a un número determinado de
personas.[29] Pero el error de González es que al igual que
los Calvinistas, considera que los elegidos desde antes de la
fundación del mundo, fueron señalados para que fuesen
salvos. Parcker también afirma este enfoque, argumentando
que Dios escogió de entre la raza humana, que Él preveía
que iba a caer, a aquéllos a quienes redimiría, traería a la fe,
justificaría y glorificaría en Jesucristo y por medio de Él
(Romanos 8:28–39; Efesios 1:3–14; 2 Tesalonicenses 2:13–
14; 2 Timoteo 1:9–10).[30] Teniendo en cuanta estos
criterios vamos a abordar el tema de la doctrina de la
Elección de manera detallada, con el objetivo de profundizar
en la enseñanza apostólica y entender su fundamento. Esta
doctrina es completamente diferente a la de la
Predestinación, y es importante analizarla para tener una
comprensión completa del pensamiento teológico cristiano.
Pablo hace referencia a la Elección en (Ro. 9:11), donde
leemos: “pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún
ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la
elección permaneciese, no por las obras sino por el que
llama.” El Apóstol hace uso del vocablo griego ἐκλογὴν
(eklogen), para dar a entender que Dios había elegido a
Jacob antes que a Esaú. Pero como debe notarse, el
vocablo no sugiere una acepción de personas, sino una
elección incondicional, no basada en las obras de los
elegidos, sino en la soberanía de que elige. Así que partiendo
de este concepto entendemos que la Elección es el acto que
Dios realiza al elegir a unos u otros, mediante su Gracia y
Voluntad (Ro. 9:11; 11:5, 7,28). Pero esta elección nada tiene
que ver con la Salvación, sino que es un acto de Amor o
Gracia de Dios, en el que como bien explica Ryrie Dios en su
soberana y beneplácita voluntad, sin tomar en cuenta ningún
mérito visto de antemano en ellos, elige cierto número de
hombres para hacerlos recipientes de gracia especial.” [31]
En el Comentario Bíblico Mundo Hispano de Isaías, sus
autores observan que:
Por elección se entiende una actitud y una acción
unilaterales nacidas exclusivamente en el ser amoroso
de Yahveh en la que Dios muestra una opción por
convertir a los descendientes de Abraham que
experimentaban la esclavitud egipcia en pueblo suyo….el
pueblo de Dios sabía que existía sólo en reacción a la
acción de Dios en la elección. [32]

El Apóstol Pablo, como excelente erudito logró combinar


varios sucesos del Antiguo Testamento para demostrar
cómo se manifestó la Elección de parte de Dios hacia su
Pueblo. ¿Por qué Israel? ¿Por qué Dios elige a uno y no al
otro?
Porque la palabra de la promesa es esta: Por este
tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto,
sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac
nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían
hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios
conforme a la elección permaneciese, no por las obras
sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al
menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú
aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en
Dios? En ninguna manera. (Ro. 9:9-14)
Primeramente se pone de manifiesto la soberanía de
Dios, y luego, la bendición de toda la humanidad por
medio de esa nación (Gén. 18:18). Es por eso que la
Elección comienza con Abraham, luego Jacob es elegido
para venir a ser consignatario de la revelación divina y
testigo del Dios vivo (Is.43:10). Ahora bien, existen dos
términos que usualmente se usan de manera incorrecta con
relación a esta doctrina:

1. El primer término es “Escogidos”, usado por los


apóstoles en repetidas ocasiones mediante el
vocablo griego ἐκλεκτούς (eklektous), pero
aunque parece tener alguna conexión con la
Elección, el sentido del vocablo ya no correspondía
exactamente al concepto de aquella, porque ahora
los “escogidos” son los creyentes, que formarán
parte del Reino de Dios. Así que los súbditos de
dicho Reino no serán los descendientes naturales
de Abraham o de Jacob, sino los arrepentidos de
sus pecados. Quienes recibirán la palabra de su Hijo
Jesucristo, y aunque no serán la simiente carnal del
Patriarca, si se constituirán la simiente espiritual
(Lc.3:8; Mt.9:10-12; Ro.11:13-16; Gá.3:14,29). Una
manera de reflejar la diferencia entre Escogidos y
Elegidos se muestra en (Hch.15:40), donde Pablo
escoge a Silas, y el término griego usado es
ἐπιλεξάμενος (epilexamenos), dando a
entender un llamamiento específico, para una labor
específica. De igual manera, Dios escoge a algunos
para labores únicas en el Reino. Pero la Elección es
solo aplicativo a Israel (Dt.7:6, 7; 26:18), y no tiene
que ver con un llamamiento a una labor.
2. Otra palabra que se usa es “Seleccionado”, su
infinitivo griego es προεχειρίσατό (proecheirisato),
que tiene un significado más individual o personal.
Aunque se traduce en la versión Reina-Valera de
1960 como “Escoger” (Hch. 22:14), su verdadera
idea apunta a “seleccionar para uno mismo”, y en
este sentido Pablo fue seleccionado por Dios. Burt
arguye que esta acción divina nos proporciona
seguridad en nuestra salvación, aun a pesar de
nuestra debilidad humana, es saber que hay un Dios
soberano que vela por nuestra plena salvación.
Indica además que lo que él ha empezado, ya antes
de la fundación del mundo, lo completará
(Filipenses 1:6). Bajo la soberanía de Dios, los
eslabones de la cadena de la salvación no se
rompen (ver Romanos 8:28–30, 33; Efesios 1:4–
14).[33]

Carácter Justo de la Predestinación y la Elección


Mediante su omnisciencia Dios tuvo el criterio de que
todos los hombres alcanzaran la Salvación (Predestinación),
pero en su voluntad del que eligió de entre todos los hombres
a un solo pueblo (Israel), como pueblo suyo (Elección). Pero
la justicia de Dios se refleja en que tanto en uno como en el
otro, Dios respeta la voluntad de los seres humanos (Libre
Albedrío), por ejemplo:

1. Entre la Israel y las Naciones gentiles, el primero


es elegida por cuanto Abraham tuvo fe (He. 11:6).
Dios, conociendo anticipadamente todos
los acontecimientos de la Historia, y a todo ser
humano, eligió la descendencia de Abraham, para
luego, por medio de tal descendencia
bendecir a las naciones.
2. Entre Esaú y Jacob, el segundo fue el elegido por
Dios, ya que era el único que tenía el carácter
necesario para alcanzar metas altas. No así Esaú,
quien fue capaz de rechazar lo que por
derecho propio le pertenecía, por algo tan vil. Un
hombre así no podía ser el procreador del linaje de
Jesús. No obstante, aunque se manifestó la
Omnisciencia de Dios, se puede notar cómo Dios le
dio la oportunidad a Esaú de escoger libremente.
Ambos tomaron decisiones y por consiguiente
recibieron recompensas, Esaú obtuvo su plato de
lenteja y Jacob la primogenitura.
3. Entre el Faraón y los otros reyes de la tierra (Ro.
9:17): Nótese que Dios no dice del Faraón: “para
esto has nacido”, sino “para esto te he levantado”.
Esto deja claro la diferencia entre
Predestinación y Elección. Dios sabía que el este
monarca se reusaría a libertar a su pueblo, por
ello lo levantó como rey de Egipto. De ahí las
palabras de Dios a Moisés, de que el faraón se
rehusaría a oír (Éxodo 7:4-5). Pero aún y cuando
Dios conocía las intenciones del monarca egipcio,
Dios le ofreció muchas oportunidades para
que se retractara:

1. Dios hizo que la vara de Moisés se convirtiera en


serpiente, pero Faraón se endureció (Ex. 7:10-13)
2. Dios convirtió el agua en sangre, pero tampoco
ablandó su corazón (Ex. 7:20-22)
3. Envió varias plagas pero el faraón no salió de su
posición (8:13-14), y se mantuvo rebelde (Ex. 8:18-
19).
La Justicia forma parte de la naturaleza de Dios y se
pone de manifiesto en cada circunstancia de la vida.
Naturalmente el hombre juzgará a Dios como injusto cuando
no reciba lo que él considera lo más apropiado para sí, pero
muchas veces, como bien declara Daniel y otros autores:
“Dios para hacer justicia a sus hijos, a menudo tendrá que
“destruir” los poderes malignos y las instituciones que
dependen de ellos.”[34] Esos poderes malignos muchas
veces serán deseos, sueños y proyectos, de ahí que
Walvoord y Zuck aclaran que: “Al Dios condenar a la raza
humana, la justicia personal e infinita de Dios se revela en
el hecho de que ningún ser humano, con excepción del
Señor Jesucristo, ha podido o podrá cumplir con la norma
divina gracias a sus méritos y por consiguiente, ser
aceptado por Dios…” [35] En el caso del faraón, no fue
hasta la muerte de los primogénitos que el Faraón se retractó
y dejó ir al pueblo. Así mismo Dios se ha mostrado como el
Padre amoroso, misericordioso y dador de muchas
oportunidades con la humanidad siendo en todo momento
paciente (1 P 3:9), pero en cambio, el hombre cada vez más
se aleja de Dios mediante rebeldía e incredulidades. Según
Bertuzzi, las naciones son la audiencia de la vida religiosa,
social y política de Israel; son la audiencia de la bendición o
la maldición de Dios sobre Israel; son una amenaza o una
tentación a Israel al compromiso con el paganismo, la
idolatría o el sincretismo. [36] Como bien lo aclara Pablo:
…habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como
a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en
sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron
necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en
semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios
los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de
sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus
propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios
por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas
antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Amén (Ro. 1:22-26).

El libre albedrío: Navegando la tensión


Predicadores y maestros de la Biblia hallan lagunas en la
doctrina de la Predestinación al confundirse entre la Voluntad
de Dios y su Soberanía. Gillis observa que Dios es
soberano y puede mandar a una nación a que destruya a
otra, y agrega que nadie tiene derecho a criticarle.[37] En el
ejemplo proporcionado por Gillis, se puede observar un error
importante. Es necesario tener en cuenta que la voluntad de
Dios no es que una nación destruya a otra. Algunos
predicadores pueden caer en el error de justificar la
soberanía de Dios a expensas de inculparlo por los
desastres que ocurren. Esto daría lugar a preguntas
importantes sobre la naturaleza de Dios y la relación entre su
voluntad y los sucesos que ocurren en el mundo. Por
eso, es muy diferente decir que es la Voluntad de Dios a
que Dios en su Soberanía lo permite.

Principales definiciones del Libre Albedrío


Según Sproul el célebre teólogo Jonathan Edwards en su
obra clásica On the Freedom of the Will definía la voluntad
[humana] como “la mente escogiendo.”[38] El creyente no
desea hacer lo que sabe que desagrada a Dios, pero es
seducido por su naturaleza pecadora (Stg 1:14). Pablo lo
explica al decir: “hago lo que no quiero, por tanto no lo hago
yo, sino el pecado que mora en mí” (Ro. 7:19-20). Además,
Sproul cita a otros autores que consideran el Libre Albedrío
como como la capacidad que tiene el hombre de hacer
elecciones según sus deseos.[39] Lo que sugiere que toda
persona debe actuar desde una posición de neutralidad, sin
prejuicio alguno en absoluto. Para Grudem el Libre Albedrío
es la libertad de tomar decisiones voluntarias que tienen
efectos reales, pero que tales decisiones no son
determinadas por Dios.[40] Y Corrêa de Andrade lo detalla
como la capacidad que posee el ser humano de pensar o
actuar teniendo como única motivación su voluntad, y agrega
que:
…el ser humano tiene de optar entre el bien y el mal.
La voluntad humana, aunque libre, está sujeta a la
soberanía divina. De las consecuencias de nuestras
opciones jamás estaremos libres. Si con ellas violamos
los mandamientos divinos, seremos llamados a dar
cuentas ante aquel que nos concedió tal regla. Y si
sobrepasamos los límites que nos trazó el Señor, el libre
albedrío acaba por perjudicar la libertad de elección del
prójimo. Como guardián de nuestras libertades, el
Todopoderoso no tolera semejante abuso. [41]
Es cierto que Dios soberanamente puede impedir que
ocurran muchos males, pues él puede hacer lo que quiere y
nadie posee la facultad de corregirle (Sal. 135:6). Pero aun
y cuando es poderoso para impedir que ciertas cosas
sucedan no lo hace, como bien lo aclaró Jesús: “no cae ni
un pajarillo sin el conocimiento de vuestro Padre” (Mt.
10:29). Es por eso que Pedro deja bien claro que Dios: “es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 P.
3:9).

Problemas comunes con el Libre Albedrío en diferentes


denominaciones: Interpretaciones erróneas y desafíos
más relevantes
Algunos filósofos y teólogos han argumentado que el
libre albedrío es incompatible con la predestinación divina.
Algunos de los teólogos que se han posicionado en contra de
este punto fueron San Agustín y Santo Tomás de Aquino. Y
aunque parezca incierto, aún en nuestra época existen
creyentes que niegan el libre albedrío, porque consideran que
el ser humano posee una voluntad neutral, o sea, que nada
de lo que hace es producido por sus propios ambiciones,
sino que lo hace porque debía por cuanto Dios así lo dispuso
desde antes de la fundación del mundo. Tristemente algunos
de estos maestros usan el ejemplo de los hermanos de José,
quienes lo venden según lo había planificado Dios para que
se cumplieran sus planes con el joven. Pero haciendo un
análisis más serio de esta historia encontramos que el
mismo José, descarta cualquier posibilidad de una
planificación anticipada de Dios. En su declaración dijo:
“Vosotros pensasteis mal contra mí, pero JAH lo encaminó
a bien” (Gn. 50:20). Nótese que no dice: “ustedes
pensaron mal contra mí, porque Dios así lo determinó”, más
bien dice que Dios utilizó la circunstancia negativa para que
produjera un efecto positivo. Es literalmente lo más tarde
Pablo confirmaría: “Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados” (Ro. 8:28). La
composición “Ayudan a bien” del griego συνεργέω εἰς
ἀγαθός (sunergéō eis agathós), indica literalmente: “ Por
cuanto amamos a Dios, todas las cosas que nos
acontezcan, trabajan junto a Dios como cooperación para
nuestra ayuda.”[42] Por otro lado José enfatiza mediante el
pronombre “Vosotros”, que fueron sus hermanos los que
pensaron mal, no Dios. Toda vez que nos acontece algo, que
fue anunciado [profetizado] con anticipación, no estamos en
presencia de una voluntad neutral, sino ante la omnisciencia
de Dios, que implica el conocimiento infinito de qué decisión
tomaremos voluntariamente frente a distintas circunstancias
(Hch 17:28).
Otro problema que tiene que ver con el Libre Albedrío,
es la postura que sostiene Dios lleva al hombre a escoger lo
que él había determinó para él. Algunos se apoyan en (Lm.
2:8), que dice: “Jehová determinó destruir el muro de la hija
de Sion; Extendió el cordel, no retrajo su mano de la
destrucción; Hizo, pues, que se lamentara el antemuro y el
muro; fueron desolados juntamente.” Sin embargo, haciendo
esto cometen un grave error. El verbo “determinó”, del
hebreo ‫( חָ ַשׁב‬hashav) no sugiere predestinación, sino que
describe claramente de la Soberanía de Dios. Moisés
Chávez nos dice que el verbo en análisis significa: “estimó,
valoró o consideró realizar tal acción”[43].

Aunque Dios es poderoso para hacer lo que él quiera,


también ha decidido no quebrantar el libre albedrío de
ninguna persona (Dt. 30:19). La Biblia está repleta de
ejemplos que demuestran cómo Dios respeta las decisiones
de los seres humanos, por ejemplo:
1. Adán y Eva escogieron comer la fruta antes que
obedecer a Dios (Gn. 3:6)
2. Josué escogió servir a Dios, él y toda su casa
(Jos. 24:15)
3. Daniel escogió no contaminarse con la comida ni
el vino de Nabucodonosor (Dn. 1:8).

La justicia de Dios en el Libre Albedrío del hombre


Algunos, tratando de justificar lo malo citan la popular
pregunta ¿Por qué Dios juzgará a los hombres, si al final
todos han hecho lo que él había determinado con antelación
(Rom.9:19)? Sin embargo tal cuestionamiento es del todo
infundada, ya que Dios no determinó lo que la gente hará. El
Libre Albedrío nos declara seres totalmente libres con
independencia y capacidad para hacer lo que nos dé la gana.
Sin embargo tal libertad puede llevarnos a un terrible
cautiverio. hompson nos dice que al ver las decisiones
tomadas por lo personajes de la Biblia concluimos
correctamente que el hombre tiene libre albedrío, pero el gran
problema no está en la libertad para actuar, sino en la
habilidad que tiene el ser humano para cambiar de lo que es.
[44] Pablo por su parte explicó a los creyentes en Roma que
cuando el ser humano en su libre Albedrío escoge lo bueno o
lo malo, él mismo está decidiendo su destino. Es cierto que
Dios siempre hará lo que él quiere (Ro. 9:20-22 c.p Isa.45:9),
pero dentro de lo que él desea, está violar esa libertad que él
mismo otorgó a los hombres.
Si Dios no espetara el libre albedrío, entonces cómo se
explicaría, el consejo Salomónico de que hay caminos que al
hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte
(Pr. 14:2). Un hombre sin voluntad sería como lo plantea
Sanders: “…deja de ser hombre y se transforma en robot”.
[45] En cambio, como Dios siempre respetó el libre albedrío
del ser humano, éstos, en su libertad escogieron
desobedecer a Dios. Charles Caldwell Ryrie advierte que: “…
el pecado se originó en un acto de libre albedrío en el cual
la criatura a propósito, responsablemente, y con
entendimiento adecuado de lo que había en el asunto
escogió corromper el santo carácter de piedad con el cual
Dios había dotado a Su creación”. [46] Si el ser humano no
tuviera esa libertad, entonces jamás sería
responsabilizado moral o judicialmente delante de Dios. En la
rama del derecho se establece que el desconocimiento de la
ley no exime al comiso de la responsabilidad penal, de igual
manera la Soberanía de Dios no le quita al hombre su
responsabilidad. Dios es justo y da a todo ser humano una
oportunidad de redimirse de su pecado y volverse a él. A
pesar de que Dios como alfarero Divino puede hacer con su
Creación lo que desee.

La Soberanía de Dios: Una perspectiva bíblica


Para comprender en profundidad esta doctrina es
importante evitar la confusión con ideas ajenas. Debemos
tener presente que, si bien Dios tiene conocimiento completo
de todo lo que acontece al ser humano, no siempre todo se
debe a su voluntad; aunque permite ciertas circunstancias,
no las realiza activamente. Además, Dios nunca vulnera la
libertad del ser humano. Spurgeon lo explica así:
La elección de Dios hacia su pueblo es la razón para
que permanezca con ellos y no los desampare. Él los
escogió por su amor, y los ama por su elección. Su
propia voluntad es la fuente de Su elección, y su elección
es la razón de la continuidad de Su agrado en ellos.
Sería una deshonra para su grandioso nombre que los
desamparara, pues mostraría, ya sea que cometió un
error en Su elección, o que era voluble en Su amor. El
amor de Dios tiene esta gloria: que nunca cambia, y Él
nunca empañará esta gloria.[47]

Teniendo en cuenta toda la problemática que hay en


torno a este tema, en la presente sección se analizará la
doctrina en cuestión, atendiendo a las enseñanzas de los
Evangelios y las Epístolas Paulinas. El objetivo es que el
lector pueda llegar a una conclusión objetiva, y deshaga
todo concepto errado de la doctrina de la
Predestinación.

Análisis etimológico
La Soberanía según el calvinismo implica la
involucración de Dios de una manera activa y providencial en
toda su creación. O sea, se trata de una es SOBERANÍA
DIRECTA y ABSOLUTA de Dios sobre todas las cosas. Van
Til define la soberanía de Dios según el calvinismo como: “…
el absoluto derecho de Dios en gobernar al mundo y hacer
lo que le plazca puesto que Él es el Creador”.[48] Sproul
comenta que cuando hablamos de la soberanía divina,
estamos hablando acerca de la autoridad de Dios y el
poder de Dios. Como soberano, Dios es la suprema
autoridad del cielo y la Tierra. Toda otra autoridad es una
autoridad inferior. Cualquier otra autoridad que exista en el
universo se deriva y es dependiente de la autoridad de Dios.
Todas las demás formas de autoridad existen bien por el
mandato de Dios o bien con su permiso.[49]
En Génesis 24:44 leemos que rebeca debía cumplir
ciertos vellones para que el criado de Abrahan supiera que
era la mujer elegida para Isaac. En dicho pasaje los
traductores usaron el verbo “Destinó”, pero la palabra hebrea
es ‫( ָיכַח‬yāḵaḥ), se traducía como “Eligió.” Entonces, según la
narración mosaica Dios no había destinado que la Mujer de
Isaac fuera Rebeca, sino al conocerla desde antes de la
fundación del mundo la elegió de entre todas las mujeres omo
la futura esposa del patriarca, de quién emanaría la
descendencia abrahámica. La palabra que sí significa
“destinar, colocar, comicionar o establecer” es el hebreo ‫ָתן‬ ַ ‫נ‬
(nāthan), pero ésta no aparece en el relato del Génesis, sino
en (Jos. 9:27), y en Isaías (Is. 65:12) se usa una variante
del berbo que ‫( ָמנָה‬mānāh), que aunque se traduce como
“destinaré”, su significado lejos de guarder relación con el
destino o futuro, más bien indica la acción de registrar, contar
o numerar. Según Warren Baker y Eugene se usa en (Gn.
13:16; Núm. 23:10; 2 Sam. 24: 1).[50] Por lo tanto, la profecía
de Isaías lo que dice es que Dios contaría el número de los
rebeldes y los asignaría a la espada.

Evidencias de posturas filosóficas como el fatalismo y


escepticismo dentro de algunas iglesias evangélicas.
Pablo en (Efesios 1:5), donde dice: "habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad". Hace uso
de la palabra griega προορίσας (proorizo), que se traduce
como “Predestinado”, es una palabra compuesta donde pro
se usa para referirse a la anticipación, y orise, implica: “tener
una opinión con anticipación acerca de un asunto o
persona.” [51] Entonces aquí cabe hacer la diferencia entre
dos vocablos griegos sumamente relacionados:
Proginosko Proorizo
Pablo lo usa en se utiliza en Pablo lo usa Efesios 1:5 para
Romanos 8:29 para referirse al referirse a la opinión anticipada
conocimiento previo que Dios tenía de que Dios tiene acerca de un asunto
sus criaturas. o persona
Tristemente algunas personas han pasado por alto estas
diferencias gramaticales y, como resultado, pueden haberse
alejado del diseño bíblico. Uno de los textos bíblicos más
tergiversados ha sido (Ro. 9:22), en el que Pablo habla de
los “vasos de ira preparados para condenación”. La verdad,
parece afirmar que Dios seleccionó a ciertos individuos para
el castigo. Pero conociendo el pensamiento paulino, y al
recurrir al texto griego en el que encontramos el texto
siguiente: δὲ εἰ Θεὸς θέλων ἐνδείξασθαι τὴν ὀργήν καὶ
γνωρίσαι αὐτοῦ τὸ ἤνεγκεν ἐν πολλῇ μακροθυμίᾳ σκεύη
ὀργῆς κατηρτισμένα εἰς ἀπώλειαν.[52] Notamos entonces al
traducirlo que Pablo no sugería tal preparación anticipada
para ira, traduciendo el texto encontramos lo siguiente: “¿Y
qué si Dios dispuesto en dar prueba de su cólera y mostrar
su autoridad, soportó acusaciones con grande
longanimidad, de los vasos de castigo completados para
ruina total.” Si bien es cierto que la Reina-Valera de 1960
usa el verbo κατηρτισμένα (katertismena) no solo significa
“Preparados”, también se suele traducir como
“Completados”.
La idea de Pablo era que estos vasos de ira (personas
impías), habían llenado escogido voluntariamente pecar y
revelarse contra Dios, y de esta manera llenaron su copa,
por lo que ya estaban completos, listos o preparados para su
propia condenación. Esto fue precisamente lo que le ocurrió
a Judas Iscariote. Dios sabía que uno cercano a Cristo le
había de entregar (Salmo 41:9), pero aun
sabiéndolo no dijo que se llamaría Judas Iscariote. La razón
es obvia, Dios le permitió a Judas tomar sus propias
decisiones. En el momento de su elección por Cristo, Judas
tenía cualidades de un verdadero Apóstol, pero se descuidó
y permitió que Satanás entrara en él (Lc. 22:3), luego se
volvió una persona codiciosa y fraudulenta (Jn. 12:6). Nótese
que si Dios lo hubiera destinado para perderse como algunos
enseñan, entonces porqué Jesús en varias ocasiones le
alertó (Mt. 26:24). En cambio, Judas en su libre albedrío
prefirió entregar a Cristo por unas miserables piezas de plata
(Zacarías 11:12-13 c.p Mateo 26:14), desechar las palabras
de Jesús (Mateo 6:19) y ahorcarse en vez de arrepentirse
(Mateo 27:5). Según Duffield:
Dios sabe desde la eternidad que hará cada hombre,
si dará lugar al Espíritu Santo y aceptará a Cristo, o si
resistirá al Espíritu y rehusará a Cristo. Aquellos
que lo recibirán están destinados a la vida eterna. Si
alguno se pierde es simplemente porque no no
quiso venir a Cristo y por lo tanto obtener la vida eterna
(Jn. 5:40). El que quiera puede venir (Ap. 22:17), y todo
el que viene será recibido (Jn. 6:37).[53]

El Determinismo
También hay una enseñanza muy popular que trata de
invalidar el Libre Albedrío. Se trata de la doctrina "Salvos
siempre salvos". Es una enseñanza teológica muy defendida
por diferentes líderes religiosos y pensadores a lo largo de la
historia cristiana. De hecho, creyentes de varias
congregaciones como bautistas, pentecostales,
presbiterianos, calvinistas y otros grupos evangélicos han en
sido víctimas de ella. Pero sus defensores más notables han
sido Juan Calvino, Charles Spurgeon, Max Lucado, R.C.
Sproul, Charles Stanley y John Piper, y encuentra su apoyo
en los siguientes textos bíblicos (2 Cor 1:18-20; Heb.6:16-
18; Rom.3:1-4; Isa.25:1; Deut 9:4-6; Tito 1:1-2). No obstante,
es importante señalar que esta enseñanza cuenta con el
rechazo de otros teólogos y denominaciones cristianas, que
consideran que la salvación puede perderse. En mi libro: “La
puerta peligros”, presento una apologética detallada sobre
este tema en específico que tal vez, te sirva de ayuda. Pero
en particular, considero que en la Biblia hay abundantes
argumentos de que una persona después de haber sido
salva por su confesión de fe, puede perderse, si se desvía
del camino de luz, por ejemplo:

1. Dios confronta a Caín por su mala actitud


(Génesis 4:7)
2. Moisés le dice a Dios que lo quite del Libro que
había escrito, o sea, el Libro de la Vida (Éxodo
32:32), y de acuerdo a la respuesta que Dios le
da, parece indicar que los creyentes deberíamos
temor enserio nuestra Salvación (Éxodo 32:33 c.p
He. 2:3).
3. El Salmista escribe en su Salmo que aquellos que
se han levantado contra el ungido de Dios
sean raídos del libro de los Vivientes (Salmos 69:
28).
4. Según Salomón el hombre recibe el juicio
conforme a cómo actúa (Pr. 24:12)
5. El Apóstol Pablo dijo que por causa del Evangelio
golpeaba su cuerpo, y lo ponía a servidumbre, no
sea que habiendo sido heraldo para otros, él
mismo fuera a ser eliminado (1 Co 9: 27 ).
6. Al apóstol Juan mientras recibía las revelaciones
del tiempo del fin se le aclaró que el que venciere
será vestido de vestiduras blancas; y no sería
borrado su nombre del libro de la vida (Ap. 3:5). Por
último enfatiza que todos seremos juzgados por
nuestras obras (Ap. 2:23; 20:12-13).

La Predestinación básicamente fue entendida por


muchos años como una Doctrina determinista[54] que
sostiene que el hombre se salva o condena según decida la
libre, omnipotente y eterna voluntad divina. Agustín de
Hipona en su tratado Sobre la predestinación de los santos,
Sobre el don de la perseverancia, acentuó contra el
pelagianismo, la omnipotencia y libertad divinas, con lo que
resulta que Dios elige desde toda la eternidad a quienes se
salvan, pero no es cuestión muy clara si también decide (de
forma positiva o meramente negativa) el número de los que
libremente se condenan por sus pecados. Por eso también
se han elaborado algunos planteamientos que intentan
demostrar cómo Dios hace lo que quiere, sin importarle la
dedición de los seres humanos.
Declaración Refutación
En primer lugar Pablo no insinúa a los Romanos
El siempre
una salvación eterna, él solo se refiere de cómo
cumple lo que
Abraham estaba consciente d que Dios era
promete
poderoso para cumplirlo que había prometido en
(Ro.4:21), por
cuanto a su descendencia. En toda la Biblia es
lo tanto si
evidente que para Salvo se requiere Fiel a Dios,
prometió
Creer en Jesús, Arrepentirse de todos los
salvarme lo
pecados y nacer de nuevo) Todo esto se hace
seré aunque yo
posible con la simple morada del Espíritu Santo en
no sea fiel.
nosotros.
Dios nos La fidelidad de Dios obedece al cumplimiento de
predestinó, por sus promesas, las cuales cumplirá conforme a su
tanto él es fiel llamado. Pero solamente mediante Jesús es que
en cumplir su podemos presentarnos delante de Dios sin culpa (1
decisión y Jn. 1:7; 2:22)
puede
presentarme sin
culpa (1
Tes.5:24)
Él nos
predestinó para
ser adoptados
(Ef.1:5), lo Ciertamente nos predestinó, o sea, tuvo el
que indica criterio de que seríamos sus hijos adoptivos, según
que ya soy su omnisciencia, pero la salvación
salvo desde depende de nuestra decisión.
antes del
mundo ser
creado.
No hay
Permanecer en Cristo no
condenación
necesariamente significa ir a la Iglesia. Muchos
para mí
que van a la Iglesia fielmente, hace mucho se han
mientras vaya a
alejado del Señor. Permanecer en el Señor
la iglesia
implicar: “permanecer en su Palabra”
(Ro.8:1)
Ha sido demostrado, tales planteamientos dan una idea
errada acerca de Dios, como dijera Susana Wesley a su hijo
John: "la doctrina de la predestinación, mantenida por los
calvinistas rígidos es muy chocante y debe ser aborrecido
absolutamente, porque acusa al más Santo Dios de ser el
autor del pecado".[55] Nuestro Dios no es así, él es
Bondadoso, todo Amor y su misericordia se extiende a todo
el que desee buscarle, de hecho: “Un Dios que juega con
sus criaturas es también un Dios que coarta la libertad del
hombre, haciéndolo prisionero de su propia voluntad”. Por
eso el escritor de la carta a los hebreos alerta lo siguiente:
Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis
hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, Como
en la provocación, en el día de la tentación en el
desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me
probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. A causa
de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije:
Siempre andan vagando en su corazón, Y no han
conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No
entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya
en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad
para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a
los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para
que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del
pecado. Porque somos hechos participantes de
Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra
confianza del principio. (Hebreos 3:8-14)
CONCLUSIÓN
Como se ha podido apreciar, la doctrina de la
Predestinación ha sido objeto de debate y controversia a lo
largo de la historia cristiana. Debido a que es una cuestión
teológica compleja que involucra la relación entre la voluntad
divina y el libre albedrío humano, las interpretaciones y
puntos de vista varían entre diferentes corrientes teológicas,
filosóficas y religiosas. Pero aunque las interpretaciones y
enfoques sobre la predestinación han sido diversos, lo cierto
es que esta cuestión nos invita a reflexionar. En última
instancia, sea cual sea nuestra postura en cuanto al tema, lo
importante es reconocer que Dios nos ha dado la capacidad
de tomar decisiones y que nuestra Salvación depende de
nuestras elecciones. Por tanto en el presente libro
perseguimos buscar un equilibrio entre confiar en la
providencia divina y asumir nuestra responsabilidad como
seres libres y autónomos. Al final, es en esta tensión donde
encontramos el verdadero sentido de la predestinación como
un llamado a la reflexión y la acción en nuestra vida cotidiana.
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[1] Ejercicio y práctica de un estilo de vida austero y de renuncia
a placeres materiales con el fin de adquirir unos hábitos que
conduzcan a la perfección moral y espiritual.
[2] Gabriel Edgardo Llugdar. La Predestinación, en los
Concilios de la Iglesia:
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[3]Iglesia Evangélica Pueblo Nuevo:
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[4] Claudionor Corrêa de Andrade, Diccionario Teológico: Con
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[11] Qué dice el pequeño catecismo romano sobre el pecado
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[12] Justo Collantes. La fe de la iglesia católica las ideas y los
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[13] Enrique Denzinger. Enchiridion symbolorum:
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[22] J. Oliver Buswell Jr., Teología sistemática, tomo 3,
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[23] J. Oliver Buswell Jr. Teología sistemática, tomo 3,
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[24] Transliterado: gar houto egapesen ho theos ton hosmon
hina ho kosmos sothe di autou
[25] Fueron un grupo de teólogos calvinistas del siglo XVI.
[26] Boettner, L. 2006. PREDESTINACIÓN. In E. F. Harrison, G.
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[27] W.E. Vine, “Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo
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[28] James Swanson, Diccionario De Idiomas Bı́blicos : Griego
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[29] Justo l. González. Obras de Wesley. Tratados Teológicos.
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[30] J. I. Packer, Teologı́a Concisa: Una Guı́a A Las Creencias
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[31] Charles Caldwell Ryrie, Teologı́a Básica (Miami: Editorial
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[32] Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.)
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[33] David F. Burt. La Conversión Auténtica: 1 Tesalonicenses
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[34] Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.)
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[35] John F. Walvoord and Roy B. Zuck. El Conocimiento
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[36] Federico Bertuzzi. Misión transcultural (Sante Fe, Argentina:
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[37] Carroll Gillis, El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre
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[38] R.C. Sproul. Escogidos Por Dios (Graham, NC:
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[39] Íbid, 54.
[40] Wayne Grudem. Doctrina Bíblica: Enseñanzas esenciales
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[41] Claudionor Corrêa de Andrade, Diccionario Teológico: Con
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[42] Spiros Zodhiates. The complete word study dictionary: New
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[43] Moisés Chávez. Diccionario De Hebreo Bıb ́ lico, 1. ed. (El
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[44] Leslie Thompson. Más que maravilloso: La inmensurable
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[45] J. Oswald Sanders. ¿Están Perdidos? (London: Ediciones
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[46] Charles Caldwell Ryrie. Teologı́a Básica (Miami: Editorial
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[47] Charles H. Spurgeon, <<14 de junio>> La Chequera Del
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[48] Van Til, 51. http://www.contra-
mundum.org/castellano/libros/concepto/CCC04.pdf

[49] R.C. Sproul, Escogidos por Dios (Graham, NC:


Publicaciones Faro de Gracia, 2002), 16.

[50] Warren Baker y Eugene E. Carpenter. The complete word


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[51] Vine, W.E. Diccionario Expositivo de las palabras del
Antiguo Testamento y del Nuevo testamento Exhaustivo. Nashville:
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[52] Transliterado: “de ei ho Theos thelon endeixasthai then
orgen kai gnorissi autou todynaton, enenken en polle
makrothymia skeue orgés katertismena eis apoleian”
[53] Guy P. Duffield y Nathaniel M. Van Cleave, Fundamentos De
Teologı́a Pentecostal (San Dimas, CA: Foursquare Media, 2006), 81.
[54] Sostiene que nada sucede al azar, sino que todo se debe
a causas necesarias, de forma que, conociendo las causas o la suma
de condiciones necesarias de un suceso es posible prever la
existencia y las características del efecto.
[55] TBC Staff. The Berean Call. 11/08/2017:
https://www.thebereancall.org/content/cap-tulo-17-pre-conocimiento-
y-predestinaci-nelecci-n. (accedido el 21 de marzo 2019)

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