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Henrich, Dieter, “Der Ursprung der Doppelphilosophie”

p. 14 (libro): la crítica de Jacobi a Kant llevó a Fichte y a Schelling a ubicar los fundamentos
de la concepción kantiana en una dimensión más profunda

p. 15: la idea de la naturaleza de Schelling, en relación con la cual ha de expresar el artista lo


verdadero, es sólo una realidad aparente producida por la construcción del filósofo. El
lenguaje de Schelling se engaña al desplazar la realidad que no se deja construir en
conceptos, y pasa en silencio sobre lo verdaderamente incondicionado. Schelling niega lo real
por propio derecho en favor de lo real por derivación racional

p. 16: la polémica con Schelling marca el punto final de una época durante la cual los jóvenes
buscaban coincidir con Jacobi. Por sí misma, no nos deja ver por qué la cosa había sido así

p. 17: en la contraposición, los polos se codeterminan. La obra de Jacobi está atravesada por
la idea de que la verdad que se opone al error ha de ser captada sobre todo haciendo ver los
caminos que llevan al error de un modo en que no pueden hacerlo aquellos que transitan estos
caminos. La fuerza de este diagnóstico es el criterio de verdad de aquello contrario a lo que se
deja ver en el diagnóstico

p. 19: Jacobi es también fundamental en la unión de literatura y filosofía // Jacobi fue


influyente por las fuerzas que desató, aunque eran las fuerzas por las cuales él no hubiera
optado. Con derecho se vio como pionero de las teorías posteriores

p. 20: cuando Lessing dice que no puede genießen los conceptos ortodoxos, Jacobi está
dando voz a los jóvenes que estudian en las escuelas ortodoxas. También indica con eso que
la divinidad no puede enfrentarse al mundo como un poder extraño y que había prometido
redimir y bendecir esta vida

p. 21: el mismo Jacobi no proponía retomar los conceptos ortodoxos. Su superficie de salt es
la consecuencia invivible del spinozismo. “Revelación”=saber desde el cual debe partir el
hombre en cada momento sin poder fundamentarlo. “Creencia”=saber de la existencia de las
cosas y de los otros hombres, que tampoco se deja fundamentar y que con todo es la base
para descubrir y revelar la existencia, lo que no se deja explicar. Los jóvenes postkantianos
no querían el método matemático. Querían encontrar los puntos esenciales que ya están en
vigencia allí donde la razón se configura y que están unidos inmediatamente con la
conciencia de la libertad. Entonces p. 22: no querían el o bien, o bien de Jacobi, sino otra
relación entre los polos de la doble filosofía. Había que encontrar un fundamento en que
pudieran ser comprendidas las imágenes del mundo opuestas como correlatos de distintos
modos en que la vida consciente de sí misma llega a una comprensión de sí misma. Jacobi
insistió en la polarización. Su punto fuerte no era el análisis ni la construcción, sino la
concepción de campos de problemas y de posibles fundamentaciones
p. 23: Jacobi habló tanto desde el punto de vista del problema de lo absoluto como desde el
de la autoexperiencia. Fundó su spinozismo sobre el “ser sin más”, que tiene que ser siempre
presupuesto y sin embargo no es mero pensamiento. Rechazó la derivación racional y sostuvo
que lo real sólo puede ser mostrado reveladoramente. Esto podría ser asociado al empirismo

p. 24: pero el empirismo no corre para lo incondicionado natural. También Jacobi responde a
una exigencia típica de la época: en el saber sobre sí mismo, el primero y el más cierto, ya
está colocado un saber sobre lo incondicionado sobrenatural. Algo real que no podemos
querer derivar en su condicionalidad

p. 25: no es difícil reconocer el salto en el razonamiento de Jacobi, pero su punto innovador


está en que expresó la concepción de que no pueden separarse la autocerteza y la certeza de
una existencia incondicionada. El spinozismo y Jacobi se fundan en que lo infinito está ya
presente en lo finito. Ambos parten de que las formas conceptuales que articulan el
conocimiento sobre el mundo, los hombres y Dios no son las apropiadas para expresar la
verdad sobre la vida y el conocimiento

p. 26: para Henrich, hay que llegar a alguna visión fundamental desde la cual se puedan
abarcar las dos vías que Jacobi formuló. p. 27: así se convierte a Jacobi en uno de nuestros
contemporáneos

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