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¿Qué es el arbitraje?
LECCIÓN 1 de 3
Concepto. Características
Como hemos visto en los módulos anteriores, con la aparición de los métodos
alternativos de resolución de disputas (RAD), encontramos al arbitraje. Si bien es
cierto que la solución de los conflictos interesa a toda la sociedad, en la mayoría de
los casos, sólo afecta el interés de las partes involucradas y pueden ser resueltos por
vías alternativas, como es el arbitraje, sin necesidad de poner en funcionamiento
toda la maquinaria judicial. También debe recordarse que no son pocos los
ciudadanos que por cuestiones económicas y sociales no recurren al servicio de
justicia tradicional, dejando, de esa manera, muchas controversias sin resolución o,
en casos peores, intentando hacer justicia por mano propia, lo que genera situaciones
de violencia, que todos los días se conocen por intermedio de los medios de prensa.
En este contexto,
… el arbitraje puede ser una de las fórmulas a través de las cuales se asegure a los
ciudadanos el acceso a una justicia eficiente, administrada por las propias partes dentro de
su esfera de libertad, y en el marco de sus derechos disponibles.
Caivano, 2000, p.25
… el arbitraje puede ser una de las fórmulas a través de las cuales se asegure a los
ciudadanos el acceso a una justicia eficiente, administrada por las propias partes dentro de
su esfera de libertad, y en el marco de sus derechos disponibles.
Caivano, 2000, p.25
Son muchas las conceptualizaciones que diversos autores han efectuado de este
procedimiento. Estas definiciones varían en virtud de las características en las que
ponen el acento, de esta forma, se pueden citar a título de ejemplo, las que siguen.
El juicio al que las partes concurren de común acuerdo o por voluntad del legislador,
y que se verifica ante tribunales especiales, distintos de los establecidos
permanentemente por el Estado, elegidos por los propios interesados o por la
autoridad judicial en subsidio, o por un tercero en determinadas ocasiones. (Aylwin
Azócar, citado en Caivano, 2000, p. 49).
Se podría continuar citando a muchos autores más, pero a los fines de dar una definición
más amplia, tomando en cuenta las características principales del arbitraje y tratando de
buscar una síntesis de diversos conceptos, lo definimos como un procedimiento mediante
el cual se pone un pleito, ya sea porque así lo decidan las partes o porque la ley lo
indica, a la consideración de un árbitro o un tribunal de varios árbitros que emite una
resolución (a la que se conoce como laudo). Esta decisión arbitral pone fin al pleito y
las partes deben acatarla obligatoriamente. Se trata de un proceso procedimiento
privado para evitar un procedimiento judicial.
Tomando en cuenta la clasificación de los métodos de resolución de conflictos que se
expuso en la primera lectura y siguiendo como criterios, por un lado, quienes tomaban la
decisión final, y por otro, cuál es la actitud de las partes en el proceso; se puede afirmar que
el arbitraje es un método heterocompositivo y adversarial de resolución de conflictos.
Teniendo en cuenta estos dos aspectos, se visualiza que, dentro de los métodos alternativos,
el arbitraje es el más parecido, por sus características, al litigio y, en consecuencia, marca
sus diferencias con otros métodos como la conciliación o la mediación.
En el caso del arbitraje voluntario, la decisión final surge de un tercero neutral, pero a los
fines de llegar al arbitraje, es necesario que exista un acuerdo entre las partes para resolver
los conflictos por esta vía, renunciando a la instancia judicial. Es por esa cuestión, que parte
de la doctrina sostiene que este método, si bien es heterocompositivo, requiere un principio
de autocomposición, por el que las partes, voluntariamente, aceptan resolver sus
controversias y diferendos por esta vía. Pero lo que no tiene discusión alguna es la
heterocomposición en la decisión final, acercando el arbitraje al litigio, más que a la
mediación o a la conciliación.
Es adversarial por la actitud que las partes adoptan en el desarrollo de este método. Las
partes no llevan adelante conductas de cooperación o colaboración para encontrar juntas
una solución para el problema, fundamentalmente, porque no son ellas las que van a tomar
esa decisión, sino un tercero neutral, al que tendrán que convencer de que su planteo es el
más adecuado. Por lo tanto, la posición de cada una, en este proceso, es de adversarias,
enfrentadas entre ellas, cada una con el objetivo de imponer su posición. En ese aspecto, se
aproxima más al litigio que a los métodos alternativos, como la mediación o la conciliación.
Su estructura es, básicamente, la de un juicio. El rol del árbitro es similar al de un juez: las
partes le presentan un caso, prueban los hechos y, sobre esa base, el magistrado decide la
controversia. Incluso, ese pronunciamiento puede, en determinados casos, ser recurrido ante
otra instancia.
Aun con todas estas semejanzas, es importante destacar que el arbitraje es un método
alternativo de resolución de conflictos y mantiene con el juicio una diferencia sustancial: la
decisión final no emana de los jueces del Estado, sino de particulares libremente elegidos
por las partes, mediante un procedimiento flexible y con la menor cantidad de interferencias
formales posibles.
Ventajas del arbitraje
Además de ser más rápido y económico que el juicio, podemos decir que el arbitraje tiene
una serie de ventajas, sobre todo con relación al juicio. Estas son:
bullet
bullet
bullet
bullet
Esta corriente considera al origen del arbitraje desde un punto de vista contractual,
poniendo el acento en el aspecto privado del instituto y toda la institución se equipara al
régimen contractual, dado que, al inicio, las partes acuerdan someter la controversia al
procedimiento arbitral. Considera que los árbitros no cumplen la función de los jueces y, en
consecuencia, no administran justicia en nombre del Estado, sino que esta es consecuencia
de la voluntad de las partes.
El valor de la decisión que toman surge de la voluntad de las partes de resolver por medio
de ellas una controversia que versa sobre derechos disponibles por las partes. Sin embargo,
la efectividad de la decisión arbitral proviene del compromiso que las partes asumieron de
acatarla y, por tal motivo, el laudo arbitral no goza del efecto de cosa juzgada.
Así, se refuerza la idea de que el vínculo que se genera entre las partes y el árbitro es
eminentemente contractual, y al decir del profesor Caivano (2000) encuentra en la falta de
imperium de los árbitros un importante argumento que respalda a esta teoría.
Esta teoría concibe al arbitraje como un proceso jurisdiccional que debe regirse por sus
formas y cuya resolución (laudo) goza de los mismos efectos que una sentencia judicial.
Quienes defienden esa postura sostienen que el instituto del arbitraje, si bien tiene un origen
convencional, se separa luego de esa posición y el laudo adquiere los mismos caracteres de
una sentencia, más allá de las diferencias que existen entre el actuar de un árbitro y el de un
juez.
Además, consideran que los árbitros ejercen una verdadera jurisdicción, entendiendo a esta
como el ejercicio de una función cuyo objetivo es solucionar pacíficamente los conflictos
sometidos a la decisión de un órgano que tenga competencia para resolverlos, y se apoyan
en el carácter público de la administración de justicia. Pero, asimismo, es el mismo Estado
el que reconoce la posibilidad de los particulares de ejercer tales funciones e, incluso, con
la posibilidad de que, ante el incumplimiento del laudo final, la parte tenga la posibilidad de
recurrir al Poder Judicial y solicitar su ejecución, es decir, que es el mismo sistema quien le
reconoce el ejercicio de jurisdicción a los árbitros.
A diferencia de la posición contractualista, aquí se argumenta que los árbitros son jueces,
pero no solo porque las partes los hayan nombrado como tales, sino que el sistema los
reconoce en esa función y acepta la decisión tomada por ellos.
Esta teoría la que combina las dos anteriores para definir al arbitraje como una institución
contractual, pero en materia de efectos, estos serán de índole jurisdiccional. Aquí se trata de
una institución de carácter eminentemente privado, contractualista, pero le reconoce al
laudo eficacia legal, de naturaleza pública, y una expresión de jurisdicción. Esta es la
posición que ha adoptado el C. C. y C. N. de nuestro país.
Clasificación y tipos de arbitraje
La doctrina ha diferenciado diversos tipos de arbitraje, según distintos criterios a tener en
cuenta.
Arbitraje libre o institucional
Cuando el arbitraje sea de derecho, los árbitros están obligados a aplicar el derecho
positivo, resolviendo el caso del mismo modo en que lo haría un magistrado de la justicia
ordinaria. Aunque debe destacarse que las partes pueden determinar al árbitro y a las
normas que deberá aplicar para resolver el caso en cuestión, lo que marca una diferencia
sustancial con el accionar de los jueces, quienes aplican, al momento de dictar sentencia,
las disposiciones que consideran más oportunas.
Por el contrario, cuando el arbitraje fuera de derecho, por regla general podrán interponerse
los mismos recursos previstos para las sentencias dictadas por los tribunales ordinarios, a
menos que las partes los hubiesen renunciado expresamente. Nuevamente, la autonomía de
la voluntad es la que prevalece.
Arbitraje voluntario o forzoso
Esta clasificación toma como criterio el origen del arbitraje. En determinados casos y en
razón de la temática en cuestión o la complejidad del tema a tratar, la ley considera que es
conveniente resolver la disputa por ese medio e impone un arbitraje forzoso. Por el
contrario, si en virtud de un acuerdo arbitral las partes son las que decidieron renunciar a la
vía judicial y someter la disputa a arbitraje, este será voluntario.
El arbitraje será internacional, si alguna de las partes reside fuera de las fronteras del
Estado o el pleito contiene elementos de carácter internacional.
Un caso muy especial es el arbitraje de inversión, que pretende dar solución pacífica a los
conflictos entre un Estado receptor de inversiones e inversores extranjeros. Fue
estructurado a través del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a
Inversiones (CIADI) en el marco del Banco Mundial y de los tratados bilaterales de
protección de inversores extranjeros celebrados por un gran número de países.
El juicio de arbitraje se encuentra incluido dentro del Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación (C. P. C y C. N 4) y en los diversos códigos de procedimientos provinciales. Los
códigos procesales establecen reglas para el proceso del juicio arbitral, pero no regulan el
acuerdo de arbitraje ni los restantes acuerdos bajo los cuales se estructura el arbitraje, tales
como el acuerdo con la institución administradora y los acuerdos con los árbitros
designados. El C. P. C y C. N omite legislar el arbitraje internacional.
[3] Artículos 1649 al 1665, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
[4] Artículo 736 y ss., Ley N.° 17454 (1981). Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de t.ly/3rVi
Actividad de repaso
Toda cuestión o divergencia que surja entre las partes, incluyendo a la resolución de este
contrato, o que en cualquier forma se relacione con él, directa o indirectamente, será
resuelta definitivamente por arbitraje de acuerdo al Reglamento de Arbitraje del Centro de
Mediación y Arbitraje Comercial de la Cámara Argentina de Comercio (CEMARC) y su
anexo de Medidas Preliminares (el Reglamento), por tres (3) árbitros, elegidos por las
partes de común acuerdo, o en caso de no existir acuerdo, designados conforme lo
dispuesto por el Reglamento. El idioma del arbitraje será el castellano y la sede será Buenos
Aires. Las partes renuncian expresamente a interponer recursos contra las decisiones del
Tribunal Arbitral o del CEMARC, con excepción de los recursos expresamente previstos en
el Reglamento.
Conforme al modo de elegir los árbitros y el procedimiento, esta cláusula refiere a un
arbitraje ………………………
ENVIAR
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Al estar incluida esta cláusula en un contrato entre las partes, en relación a la clasificación
ENVIAR
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En relación a las partes que están involucradas en este contrato, el arbitraje es
………………
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Contrato de arbitraje en el C. C. y C. N. argentino
Luego de estas caracterizaciones volvemos a cómo ha sido regulado en nuestro país, en el
C. C. y C. N.:
ARTÍCULO 1649. Definición Hay contrato de arbitraje cuando las partes deciden someter
a la decisión de uno o más árbitros todas o algunas de las controversias que hayan surgido o
puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no
contractual, de derecho privado en la que no se encuentre comprometido el orden público.5
El arbitraje es una justicia privada de fuente convencional, ya que su origen inmediato es el
acuerdo a través de la cual las partes exteriorizan su voluntad de excluir la intervención de
los tribunales judiciales y someterse a la decisión de árbitros. En conclusión, este acuerdo o
convenio arbitral configura un contrato en sí mismo y es la estructura adecuada para su
desarrollo.
[5] Artículo 1649, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
LECCIÓN 2 -
Referencias
ArbitrajeSIGUIENTE
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LECCIÓN 1 -
¿Qué es el arbitraje?
Referencias
LECCIÓN 2 de 3
C.S.J.N. “Color S.A. c/ Max Factor Sucursal Argentina”, C. 950. XXIV (1994).
Ley N.° 17454 (1981). Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-19999/16547/texact.htm
Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm
LECCIÓN 3 -
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Acuerdo ArbitralSIGUIENTE
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Cláusula compromisoria y compromiso arbitralCláusula compromisoria y
compromiso arbitral 100 Percent Complete
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ARTÍCULO 1649.- Definición. Hay contrato de arbitraje cuando las partes deciden
someter a la decisión de uno o más árbitros todas o algunas de las controversias que
hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación
jurídica, contractual o no contractual, de derecho privado en la que no se encuentre
comprometido el orden público. 2
[2] Artículo 1649, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
El acuerdo arbitral implica la obligación de las partes de resolver sus conflictos por
vía arbitral, obligándose, al mismo tiempo, a no deducir acciones judiciales respecto
de esos conflictos. En definitiva, el acuerdo arbitral produce dos efectos principales:
bullet
Las partes intervinientes, con renuncia expresa de su fuero propio o de cualquier otro que pudiera corresp
acuerdan que todo litigio, discrepancia o cuestión que pudiera surgir en la interpretación, aplicación o ejecu
presente contrato, se resolverá mediante arbitraje de la Asociación de Arbitraje Inmobiliario “ARBIN”, a l
encomienda la administración del arbitraje y la designación de los árbitros, de acuerdo con la Ley de Arbitra
su Reglamento.
Si los datos anteriores se modificaran durante la vigencia del presente contrato, los nuevos datos serán comun
la otra parte por cualquier medio que deje constancia expresa, quedando unidos al mismo, a modo de anexo.
El orden público
A los fines de poder determinar si una controversia es susceptible de ser resuelta por
medio del arbitraje o no, debemos analizar lo que se conoce como arbitrabilidad de
la controversia. La última parte del artículo analizado involucra una limitación a las
materias que pueden ser objeto de un arbitraje, estableciendo que no pueden
someterse a arbitraje las cuestiones en que se encuentre comprometido el orden
público. Es decir que, la relación jurídica de la que surja la controversia objeto del
contrato debe ser de derecho privado y no encontrarse afectado el orden público. La
falta de un concepto preciso, claro e invariable puede dar lugar a dificultades de
interpretación. También, en lo que hace al contenido de lo que se entienda por orden
público comprometido, dado que podría dejar fuera de la competencia arbitral
cuestiones que, si bien pueden comprometer normas de orden público, son
disponibles para las partes.3
[3] Artículos 736, 1644, 1651, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
ARTÍCULO 1650.- Forma. El acuerdo de arbitraje debe ser escrito y puede constar en una
cláusula compromisoria incluida en un contrato o en un acuerdo independiente o en un
estatuto o reglamento. La referencia hecha en un contrato a un documento que contiene una
cláusula compromisoria constituye contrato de arbitraje siempre que el contrato conste por
escrito y la referencia implique que esa cláusula forma parte del contrato. 4
[4] Artículo 1650, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
En el ejemplo transcripto más arriba, podemos apreciar que se cumplen con los requisitos
de forma, en este caso es una cláusula arbitral inserta en un contrato inmobiliario: …
acuerdan que todo litigio, discrepancia o cuestión que pudiera surgir en la interpretación,
aplicación o ejecución del presente contrato, se resolverá mediante arbitraje…
Causas excluidas del contrato de arbitraje
ARTÍCULO 1651.- Controversias excluidas. Quedan excluidas del contrato de arbitraje las
siguientes materias: a) las que se refieren al estado civil o la capacidad de las personas; b)
las cuestiones de familia; c) las vinculadas a derechos de usuarios y consumidores; d)
los contratos por adhesión cualquiera sea su objeto; e) las derivadas de relaciones
laborales. Las disposiciones de este Código relativas al contrato de arbitraje no son
aplicables a las controversias en que sean parte los Estados nacional o local.5
[5] Artículo 1651, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Otra situación parecida se presenta en el inciso d) sobre las cuestiones que surjan de
contratos por adhesión. La norma plantea una interpretación restrictiva del acuerdo arbitral,
partiendo de la base de una desigualdad entre los contratantes en el poder de negociación,
lo cual alcanza a los contratos celebrados entre empresarios, en los que, en algunos casos,
no será necesaria la tutela con la misma intensidad que la prevista para el caso de los
consumidores.
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial. “Sur Mobile S.R.L. c/ Telecom Argentina S.A.” Fallos. MJ
118056-AR. MJJ118056. MJJ118056 (2019).
Arbitraje- competencia arbitral - compromiso arbitral - tribunal arbitral - contrato de adhesión - Código Civil y
Comercial de la Nación.
La cláusula compromisoria no es operativa, si la accionada asumió cierta estandarización o uniformida
contenido de sus políticas empresariales, lo cual acreditaría la fenomenología de los contratos de adhesión.
Por otra parte, tal como se dijera, debe ser restrictiva la interpretación de la exclusión en
relación a los contratos de adhesión, lo que puede apreciarse en los párrafos siguientes
correspondientes a un fallo de la Corte de Justicia de la Provincia de San Juan:
[6] Sala 1, Corte de Justicia de la Provincia de San Juan “MC Servicio de Consultora SRL c/ Minera Argentina Gold SA
MAGSA s/ ordinario.” MJ-JU-M-87350-AR | MJJ87350 | MJJ87350 (2014).
[7] Artículo 1649, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Clases de arbitraje reguladas por el C. C. y C. N.
[1] Artículo 1652, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
[9] Sala A, Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial. “Tecmetal S.R.L. c/ Tecnología en Servicios Urbanostesur
S.A. s/ ordinario.” MJ-JU-M-82960-AR | MJJ82960 (2013).
[10] Artículo 1657, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Podemos ver un ejemplo en el acuerdo arbitral que se transcribe más arriba, donde indica
que “…se resolverá mediante arbitraje de la Asociación de Arbitraje Inmobiliario
“ARBIN”, a la que se encomienda la administración del arbitraje y la designación de los
árbitros, de acuerdo con la Ley de Arbitraje y con su Reglamento…”.
[11] Artículo 1653, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
d) el plazo en que los árbitros deben pronunciar el laudo. Si no se ha pactado el plazo, rige
el que establezca el reglamento de la entidad administradora del arbitraje, y en su defecto el
que establezca el derecho de la sede;
[12] Artículo 1658, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Actividad de repaso
Une la siguiente situación con la definición que corresponda teniendo en cuenta lo leído
Contrato de arbitraje.
Causa excluida.
Cláusula facultativa: confidencialidad.
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LECCIÓN 2 -
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Acuerdo ArbitralSIGUIENTE
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LECCIÓN 1 -
Cláusula compromisoria y compromiso arbitral
Referencias
LECCIÓN 2 de 4
Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm
Sala 1, Corte de Justicia de la Provincia de San Juan “MC Servicio de Consultora SRL
c/ Minera Argentina Gold SA MAGSA s/ ordinario.” MJ-JU-M-87350-AR | MJJ87350 |
MJJ87350 (2014).
LECCIÓN 3 -
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Los árbitrosSIGUIENTE
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Los árbitros
LECCIÓN 1 de 3
Designación
El número y modo de designación de los árbitros está establecido en el artículo 1659
del C. C. y C. N., que se transcribe a continuación.
a) en el arbitraje con tres árbitros, cada parte nombra un árbitro y los dos árbitros así
designados nombran al tercero. Si una parte no nombra al árbitro dentro de los
treinta días de recibido el requerimiento de la otra parte para que lo haga, o si los dos
árbitros no consiguen ponerse de acuerdo sobre el tercer árbitro dentro de los treinta
días contados desde su nombramiento, la designación debe ser hecha, a petición de
una de las partes, por la entidad administradora del arbitraje o, en su defecto, por el
tribunal judicial;
[1] Artículo 1659, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Este artículo sienta, como principio general, que las partes son libres de determinar
la cantidad de árbitros y el tribunal deberá integrarse con el número pactado,
siempre que sea impar. Esta condición se justifica porque las decisiones se toman
por mayoría y un número par de árbitros podría llevar a empates que harían más
compleja la toma de decisiones. Como regla supletoria, frente al silencio de las
partes sobre el número, se establece que deben ser tres.
El último párrafo del artículo 1659 se refiere al caso de arbitrajes con partes
múltiples, casos cada vez más frecuentes, especialmente en arbitrajes
internacionales, lo que justifica plenamente su previsión, así como la solución que
brinda, es decir, que los árbitros sean designados por la institución que administre el
arbitraje (arbitraje institucional) o por la autoridad judicial. Esta norma ha tenido en
cuenta la conflictiva interpretación que, históricamente, se hacía del principio
general que autoriza (y obliga) a cada parte a designar un árbitro, en el sentido de
que los varios demandantes o demandados se pusieran de acuerdo en un mismo
árbitro y que, a falta de ese acuerdo, aplicaba la regla supletoria que manda designar
ese árbitro por la entidad administradora del arbitraje o el tribunal judicial.
“ARTÍCULO 1660. Calidades de los árbitros. Puede actuar como árbitro cualquier
persona con plena capacidad civil. Las partes pueden estipular que los árbitros
reúnan determinadas condiciones de nacionalidad, profesión o
experiencia.”3 Siguiendo una regla habitual en las legislaciones de arbitraje, el C. C.
y C. N. establece apenas requisitos básicos para ser árbitro.
El C. P. C. y C. N., por ejemplo, permite que lo sea cualquier persona mayor de edad
y que esté en el pleno ejercicio de los derechos civiles 4. Aunque, con toda lógica,
admite expresamente que las partes puedan convenir cualificaciones especiales. A
modo de comentario práctico, conviene señalar que esta facultad de las partes debe
ser ejercida con prudencia. Por un lado, tiene la ventaja de que, al señalar ciertas
condiciones en los árbitros, las partes se aseguran que aquellos que, finalmente, sean
designados tendrán el perfil que ellas tuvieron en mira al pactar el arbitraje. Una
estipulación en el contrato de arbitraje que establezca ciertas cualidades
es vinculante para cualquiera que deba designar a los árbitros; la entidad
administradora del arbitraje, la entidad nominadora de los árbitros y, aun, el tribunal
judicial deberá respetar esa condición. Sin embargo, tampoco es razonable que se
convengan tantas cualidades, para que luego no sea difíciles de encontrar árbitros
que las reúnan, lo que puede ser fuente de dificultades o demoras en la constitución
del tribunal.
[2] Artículo 1661, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
[3] Artículo 1661, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
[4] Artículo 743, Ley N.° 17454 (1981). Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de t.ly/3rVi
ARTÍCULO 1663.- Recusación de los árbitros. Los árbitros pueden ser recusados
por las mismas razones que los jueces de acuerdo al derecho de la sede del arbitraje.
La recusación es resuelta por la entidad administradora del arbitraje o, en su defecto,
por el tribunal judicial. Las partes pueden convenir que la recusación sea resuelta
por los otros árbitros.6
[5] Inciso 2, artículo 12, Ley Modelo de la CNUDMI Sobre Arbitraje Comercial Internacional (1985). Comisión de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (con las enmiendas aprobadas en 2006). Recuperado de
t.ly/5mHN
[6] Artículo 1663, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Retribución de los árbitros
Las partes y los árbitros pueden pactar los honorarios de éstos o el modo de determinarlos.
Si no lo hicieran, la regulación se hace por el tribunal judicial de acuerdo a las reglas
locales aplicables a la actividad extrajudicial de los abogados.7
El criterio general es, entonces, la libertad y la plena autonomía para convenir el régimen
de honorarios de los árbitros. Con todo, es preciso aclarar que ese pacto, de existir, debe ser
hecho entre todas las partes y todos los árbitros. Podemos, además, señalar que, si las partes
adoptan un reglamento que establece un régimen de honorarios para los árbitros y estos
aceptan el cargo con base en dicho reglamento, lo que disponga este, en relación con su
remuneración, debe considerarse un acuerdo entre las partes y el árbitro. Recuérdese que el
artículo 1657 del mismo cuerpo normativo dispone que los reglamentos de las entidades
administradoras “integran el contrato de arbitraje” 8. Como regla supletoria, para el caso en
que no existiera acuerdo, la norma manda aplicar la escala de honorarios para los abogados
correspondiente a la actividad extrajudicial.
[7] Artículo 1664, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
[8] Artículo 1657, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Competencia
Se ha reconocido que este principio genera un efecto positivo y otro negativo. El primero,
tendiente a permitir que sean los propios árbitros quienes decidan acerca de su
competencia; y el negativo, se configura con la obligación impuesta a los tribunales
judiciales a declinar su competencia ante la invocación de un acuerdo arbitral, salvo que
este resulte manifiestamente nulo o inaplicable. Este segundo efecto se observa en la
primera parte del artículo 1656 C. C. y C. N. Conforme esta norma,
En relación a estas cuestiones de competencia, te invitamos a leer algunos párrafos del fallo
de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Sala/Juzgado A, del 6 de marzo de
2013 (Cita: MJ-JU-M-78855-AR | MJJ78855), que resuelve sobre la competencia del
Tribunal Arbitral para intervenir ante el incumplimiento del contrato entre Grupo Propeller
S.A. y Hincubu S.A. al ser esto pactado en el mismo, correspondiendo, además, una
indemnización por su rescisión. No se transcribe todo el fallo por su longitud:
Buenos Aires, 6 de marzo de 2013.- Y VISTOS: 1.) Apeló la actora la resolución dictada en
fs. 200/202 que hizo lugar a la excepción de incompetencia opuesta por la parte demandada
en fs. 158/159.- El Sr. Juez de Grado estimó que el reclamo indemnizatorio derivado de la
rescisión por incumplimiento del contrato celebrado entre las partes que constituye el
objeto de este proceso, se encuentra comprendido en los términos de la cláusula
compromisoria contenida en dicho contrato que, a efectos de resolver las diferencias
relacionadas con la interpretación y ejecución del acuerdo, fijó la jurisdicción del Tribunal
Arbitral de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. …4.) Así planteada la cuestión, cuadra
poner de relieve que el arbitraje es un método de solución de controversias al que las partes
acuden de común acuerdo, o en ocasiones, por disposición del legislador. Supone una
controversia o conflicto de intereses entre partes que recurren a la decisión de un tercero/s
(árbitro/s) a quien le dan el carácter de juez para que resuelva el litigio. El arbitraje es
entonces, una jurisdicción especial, admitida como alternativa al ejercicio de la jurisdicción
a través de los órganos del propio Estado, tanto en el orden nacional como en el orden
internacional (véase: Uzal, María Elsa, "Solución de controversias en el comercio
internacional", p. 52 y ss.). - El compromiso arbitral constituye un convenio por el que las
partes deciden someter algunos asuntos a arbitraje, sustrayéndolos al conocimiento de los
jueces ordinarios. En términos generales se atribuye a este compromiso el doble carácter de
convención civil, en su condición de acuerdo de voluntades y de pacto procesal, en tanto su
objeto es producir efectos netamente procesales como la derogación de la jurisdicción
estatal y la sumisión a un tipo particular de resolución de disputas. La obligatoriedad que
surge de este acuerdo se traduce en acciones y excepciones tendientes a hacer efectivo el
pacto arbitral. Por un lado, si alguna de las partes se niega a celebrar el compromiso, la
contraria tiene una acción judicial para compelerlo a fin de determinar las cuestiones
concretas sobre la que versará el arbitraje y todos los elementos necesarios para que quede
habilitada la instancia. Por el otro, si se inicia la demanda en sede judicial, el accionado
podrá oponer la excepción de incompetencia y el juez deberá declinarla en favor de los
árbitros (véase: Caivano Roque J., Arbitraje, p. 115).- A fin de evitar indebidas
intromisiones del Poder Judicial en la esfera de actuación de los árbitros, las legislaciones
modernas, basadas en la Ley Modelo de UNCITRAL, procuran reducir las vías de revisión
judicial de las decisiones arbitrales distintas del laudo definitivo o los canales de acceso a la
justicia ordinaria para cuestionar el alcance de la jurisdicción arbitral. Ello se logra,
principalmente, a través de tres reglas que operan de manera coordinada: a) un principio
general conforme al cual las únicas intervenciones judiciales son las previstas en la ley; b)
el reconocimiento de los principios conocidos como "kompetenz-kompetenz" y de la
"independencia del acuerdo arbitral"; y c) la obligación que se impone a los jueces de
declararse incompetentes -a pedido de parte- cuando se promueve una acción judicial
relativa a una materia reservada a decisión de árbitros de acuerdo con el convenio arbitral,
salvo que la materia sea manifiestamente no arbitrable o el acuerdo arbitral sea
manifiestamente nulo (véase: Caivano Roque J., "El control judicial en el arbitraje", LL,
2008-D, p.1274).- En el caso, la cláusula 28° del "Contrato de prestación de servicios"
objeto de este proceso refiere que las "divergencias respecto de la interpretación y
ejecución del contrato que no pudieran resolverse de común acuerdo entre las partes, serán
sometidas y/o dirimidas por decisión del Tribunal de Arbitraje de la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires, con expresa sujeción a las reglas de arbitraje dicha entidad, vigentes a la
fecha de la controversia ." (fs. 66). Estímase claro pues, que dentro de la facultad de
interpretar el contrato a la que alude la cláusula arbitral se halla la de entender y dilucidar el
alcance mismo de la cláusula de compromisoria lo cual importa, en definitiva y en lo que
aquí interesa remarcar, que en ella va incluido el principio "kompetenz-kompetenz", en
tanto faculta a los árbitros a decidir, en primera instancia, sobre los límites de su propia
competencia, aun cuando la validez del contrato que contiene la cláusula arbitral hubiese
sido cuestionada. …El principio "kompetenz-kompetenz" manda entonces que sean
siempre los árbitros quienes juzguen sobre su competencia, cualquiera sea el argumento en
que se base el cuestionamiento -la inexistencia o invalidez general del contrato o, aún, la
extensión misma de la cláusula arbitral en particular- (véase:Caivano Roque J., "El control
judicial en el arbitraje", cit.).- …Sobre tales bases, recuérdase que en tanto la obligación de
comprometer contenida en la cláusula compromisoria implica una renuncia al principio
general del sometimiento de los conflictos a los jueces naturales, corresponde interpretar el
alcance de aquélla con criterio restrictivo (cfr. Palacio, Derecho Procesal Civil, T° IX, pág.
40 y ss.).- Desde tal prisma, no puede soslayarse entonces que el juicio arbitral importa el
sometimiento de un litigio a la decisión de jueces privados, apartándolos de los magistrados
que integran el Poder Judicial. …A esta altura, cuadra tener presente que la cláusula 28° del
"Contrato de prestación de servicios" titulada "Jurisdicción", expresa que: "Las
divergencias respecto de la interpretación y ejecución del contrato que no pudieran
resolverse de común acuerdo entre las partes, serán sometidas y/o dirimidas por decisión
del Tribunal de Arbitraje de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, con expresa sujeción a
las reglas de arbitraje dicha entidad, vigentes a la fecha de la controversia". (véase fs. 66). -
En este contexto, estímase que la controversia objeto de esta acción se encuentra alcanzada
por dicha cláusula, pues no es posible soslayar. como se lo ha dicho, que de acuerdo a la
exposición realizada por la accionante en el escrito de inicio, la rescisión del vínculo
negocial y los daños y perjuicios reclamados encontrarían su causa en el incumplimiento de
las obligaciones contractuales asumidas por la demandada, extremo que aparece
inescindiblemente vinculado a la "ejecución" del contrato. En suma, la cláusula prevé el
sometimiento a arbitraje de las diferencias que se suscitaren con relación a la interpretación
y ejecución del acuerdo, sin advertirse que hayan sido excluidas del compromiso las
controversias que debieran dilucidarse por efecto de la rescisión del acuerdo, en tanto
ninguna referencia obra allí que autorice a interpretar que las partes pretendieron excluir el
reclamo de daños y perjuicios por dicha causal, de la regla general plasmada en la cláusula
28° analizada.- En el caso, la amplitud de lo acordado en tal sentido evidencia la intención
de las partes de excluir la intervención del órgano jurisdiccional en sus diferencias
contractuales puesto que la mentada cláusula arbitral alude inequívocamente al universo de
las divergencias que podían suscitarse en torno a la ejecución del contrato, lo cual incluye
como nexo inexorable las conductas llevadas a cabo por las partes durante el iter de la
relación contractual en cumplimiento de las diversas obligaciones asumidas.- Finalmente,
ha de señalarse que el ordenamiento legal autoriza a someter a arbitraje toda cuestión entre
partes, con la única limitación de aquellas materias que no resulten susceptibles de
transacción (artículos 736 y 737 CPCC), por lo que no se visualizan cuáles serían las
razones de prudencia que llevarían a excluir del acuerdo arbitral el reclamo de los daños y
perjuicios ocasionados por el incumplimiento de un contrato comercial. …Con base en
todos estos antecedentes y sin perjuicio de señalar que hubiese correspondido incluso
deferir a los árbitros la decisión sobre su propia competencia, se torna procedente que la
cuestión de fondo sea resuelta mediante un tribunal arbitral en las condiciones pactadas en
la cláusula compromisoria de marras, por lo que se rechazará el agravio introducido sobre
el particular…10
[10] Sala A, Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial “Grupo Propeller S.A. y Hincubu S.A.” MJ-JU-M-78855-
AR | MJJ78855 (2013).
[11] Artículo 1665, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Medidas previas
Las medidas previas adoptadas por los árbitros según lo establecido en el presente artículo
pueden ser impugnadas judicialmente cuando violen derechos constitucionales o sean
irrazonables.12
Este artículo deja atrás una histórica discusión acerca de las atribuciones cautelares de los
árbitros, discusión que tuvo lugar a partir de normas procesales que motivaron
interpretaciones erradas, infiriendo que los árbitros no podían dictar medidas cautelares
(artículo 753 del C. P. C y C. N.). El acuerdo arbitral importa una prórroga de jurisdicción a
favor de los árbitros, desplazando la de los jueces del Estado, cuya sustracción se produce.
Es por esta razón que los árbitros serán los responsables del dictado de la medida cautelar,
aunque requerirán del auxilio de los jueces para la ejecución compulsiva de la misma. La
falta de imperium, entendida como la falta de poder de coerción de los árbitros, no
perjudica la obligatoriedad de sus decisiones. Los árbitros serán, en consecuencia, quienes
tengan la potestad de evaluar la procedencia o improcedencia de las medidas cautelares que
las partes le soliciten durante el procedimiento, lo cual implica, también, reconocerle
facultades para decidir sobre las condiciones para su dictado, levantamiento, sustitución y
eventuales pedidos de ampliación o mejora.
Con relación a las medidas cautelares, se permite la opción de impugnar judicialmente las
que fueran tomadas por el tribunal arbitral. Teniendo en cuenta la búsqueda constante por
tratar de evitar los contactos con los poderes judiciales locales (tratando de que sean
mínimos y necesarios), con el fin de no dilatar ni atentar contra la naturaleza arbitral,
consideramos riesgosa esta regulación. Los tribunales judiciales habrán de ser muy
cuidadosos para evitar factores de conflicto entre ambas competencias.
[12] Artículo 1655, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Obligaciones de los árbitros
ARTÍCULO 1662. Obligaciones de los árbitros. El árbitro que acepta el cargo celebra un
contrato con cada una de las partes y se obliga a:
a) revelar cualquier circunstancia previa a la aceptación o que surja con posterioridad que
pueda afectar su independencia e imparcialidad;
En todos los casos los árbitros deben garantizar la igualdad de las partes y el principio del
debate contradictorio, así como que se dé a cada una de ellas suficiente oportunidad de
hacer valer sus derechos.13
El primero, y quizá el más importante, de los deberes del árbitro consiste en ser y
permanecer independiente e imparcial. Aunque apuntan al mismo objetivo, asegurar una
adecuada administración de justicia, ambos conceptos son diferentes: la independencia es
una noción objetiva, que se relaciona con la inexistencia de vínculos del árbitro con las
partes o sus abogados que puedan condicionar su juicio; la imparcialidad, en cambio, es una
cuestión subjetiva, propia del estado de conciencia del árbitro, que le permite no tener
favoritismos ni prejuicios respecto de las partes. El deber de revelación al que alude el
inciso a) de la norma en comentario es una herramienta preventiva para asegurar la
independencia e imparcialidad. Siguiendo las normas usuales del derecho comparado, el C.
C. y C. N. obliga a los árbitros a poner en conocimiento de las partes “cualquier
circunstancia” que pueda afectar aquellas condiciones. Algunas normas, sin embargo, van
un poco más allá y lo obligan a revelar cualquier circunstancia “susceptible, desde el punto
de vista de las partes, de poner en duda su independencia, así como cualquier circunstancia
que pudiere dar lugar a dudas razonables sobre su imparcialidad”. Como puede apreciarse,
el estándar de revelación de esta última norma es más amplio que el de nuestro Código,
pues incluye la revelación de circunstancias que, aun cuando a criterio del árbitro puedan
no afectar su independencia e imparcialidad, sean apenas “susceptibles” de crear una “duda
razonable” sobre esas cualidades, “a los ojos de las partes”.
Las restantes obligaciones son una consecuencia del carácter intuitu personae de la
actuación de los árbitros. La atención de los actos procesales (incluyendo la asistencia a las
audiencias, a las deliberaciones con los otros árbitros y la redacción del laudo) es
absolutamente personal e indelegable. La condición de juez que una persona adquiere por
su designación como árbitro y la responsabilidad de la tarea, que le cabe en la
determinación de los derechos y obligaciones de las partes, le exigen no solo una atención
personal, sino diligente. La parte final de la norma incorpora una regla que, si bien es una
de las obligaciones de los árbitros, es, al mismo tiempo, un principio fundamental del
procedimiento arbitral. La igualdad de las partes y los principios de contradicción y
audiencia se vinculan con la garantía del debido proceso, capaz de afectar no solamente la
responsabilidad de los árbitros, sino, además, la validez del laudo. Justamente, una de las
causales universalmente aceptadas de nulidad de los laudos es, precisamente, la
irregularidad en el procedimiento o la afectación del debido proceso.
[13] Artículo 1662, Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de t.ly/UXo3
Actividad de Repaso
Une las siguientes frases estableciendo qué tema es al que se está refiriendo la situación
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LECCIÓN 1 -
Los árbitros
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LECCIÓN 2 de 3
Ley N.° 17454 (1981). Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-19999/16547/texact.htm
Ley N.° 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm
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Laudo arbitral
LECCIÓN 1 de 4
Laudo arbitral. Naturaleza, efectos y ejecución del laudo
Puede definirse el laudo como la resolución que dicta un tribunal arbitral, con el
objeto de dirimir una controversia jurídica determinada. En consecuencia, la
naturaleza jurídica del laudo es conclusiva y, en tal sentido, pone fin a una disputa
sometida a arbitraje. Dado dicho fin instrumental, el laudo se asimila en todo a una
sentencia, y así obliga a las partes. El arbitraje presupone la coincidente voluntad de
las partes para que su conflicto, presente o futuro, se desate mediante esta figura. A
diferencia de la jurisdicción, o la justicia permanente, la concurrencia al arbitraje
debe ser consensuada, de manera que el laudo es precisamente la concreción de la
habilitación que se le otorga a los árbitros para poder decidir un litigio. El arbitraje
está llamado a desembocar en un laudo, prácticamente sin que se contemple,
normativamente hablando, otro tipo de resolución llamada a finiquitar la actuación
de los árbitros.
Debe anotarse que existen elementos comunes que se predican del laudo y de las
sentencias, premisa que ha convocado a que la jurisprudencia califique al arbitraje
como un verdadero “equivalente jurisdiccional”. Desde la otra cara de la moneda, la
intervención jurisdiccional en el laudo se encuentra limitada, bien al conocimiento y
definición del recurso de anulación, a su ejecución forzosa, o al exequátur de laudos
extranjeros.
Fallo-argentino-en-materia-de-AI.-Pluris-Energy.pdf
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Refuerza estos conceptos Anaya cuando dice que “los árbitros integran un tribunal
de justicia aunque no formen parte del Poder Judicial”. Pero, si bien no integran la
organización judicial estatal, es el Estado el que reconoce a las partes la facultad de
resolver las divergencias que las separan mediante el arbitraje. El hecho que los
árbitros sean designados por las partes no quita su calidad de jueces cuando realizan
la tarea arbitral, ni el carácter de sentencias a sus decisiones. Conforme se ha
señalado, si bien el arbitraje es una jurisdicción de fuente convencional y voluntaria,
se convierte en obligatoria para las partes cuando acuerdan someter ciertas
cuestiones de sustancia patrimonial o disponible a una jurisdicción especial
constituida por personas libremente designadas por ellas.
Vinculante y obligatorio.
Temporal.
Limitación material.
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La jurisdicción de los árbitros está sujeta a límites temporales, pues sólo pueden
pronunciarse sobre las cuestiones que las partes le sometieron y deben dictar el laudo
Vinculante y obligatorio.
Temporal.
Limitación material.
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La jurisdicción de los árbitros, a diferencia de la que tienen los jueces estatales, no es
Vinculante y obligatorio.
Temporal.
Limitación material.
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Revisión de los laudos arbitrales
ARTÍCULO 1656. Efectos. Revisión de los laudos arbitrales El convenio arbitral obliga a
las partes a cumplir lo estipulado y excluye la competencia de los tribunales judiciales
sobre las controversias sometidas a arbitraje, excepto que el tribunal arbitral no esté aun
conociendo de la controversia, y el convenio parezca ser manifiestamente nulo o
inaplicable.
Los laudos arbitrales que se dicten en el marco de las disposiciones de este Capítulo pueden
ser revisados ante la justicia competente por la materia y el territorio cuando se invoquen
causales de nulidad, total o parcial, conforme con las disposiciones del presente Código. En
el contrato de arbitraje no se puede renunciar a la impugnación judicial del laudo definitivo
que fuera contrario al ordenamiento jurídico.1
Para el análisis de esta norma seguimos los comentarios realizados por la Dra. Verónica
Sandler Obregón a los artículos específicos del Código Civil y Comercial de la Nación,
publicado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. La autora señala
que la norma determina claramente los efectos del contrato de arbitraje respecto de la
jurisdicción estatal y establece una regla de interpretación favorable a la eficacia del
acuerdo arbitral. La parte final de la norma remite a causales de nulidad “conforme las
disposiciones del presente Código”, e impide la renuncia a la impugnación judicial del
laudo definitivo que resulte contrario al ordenamiento jurídico (vale decir, susceptible de
nulidad parcial o total); además hace judicialmente revisables los laudos en cuanto al fondo,
aunque se hubiese renunciado al recurso de apelación.
El primer párrafo del artículo 1656 CCyC reconoce el efecto negativo del acuerdo arbitral,
que hemos explicado al comentar el artículo 1649 CCyC, al convenir el sometimiento de
ciertas cuestiones a juicio de árbitros las partes están renunciando a ser juzgadas por los
tribunales judiciales. Adicionalmente, siguiendo las normas más modernas del derecho
comparado, establece que esa renuncia se mantendrá aun cuando el arbitraje no se hubiese
iniciado, obligando al juez estatal a quien se someta una controversia para cuya resolución
se hubiese pactado el arbitraje a declararse incompetente, salvo que el acuerdo arbitral
aparezca como manifiestamente nulo o inaplicable.
a) que alguna de las partes hubiese estado sujeta a alguna incapacidad susceptible de
invalidar el acuerdo arbitral;
c) que el laudo estuviese referido a una diferencia no sometida a juicio de árbitros, es decir,
no incluida en el acuerdo arbitral, o contuviese decisiones en exceso de los términos del
acuerdo arbitral;
d) que la constitución del tribunal o el procedimiento arbitral no se hubiesen ajustado al
acuerdo celebrado por las partes, o en su defecto, a la ley;
LECCIÓN 2 -
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LECCIÓN 1 -
Laudo arbitral
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LECCIÓN 2 de 4
Anaya, J. L. (2000). Las facultades de los árbitros, en Revista Verba Iustitiae. Revista de
la Facultad de Derecho de Morón 10, 45. Recuperado de http://www.saij.gob.ar/jaime-luis-
anaya-facultades-arbitros-dacf000082-2000/123456789-0abc-defg2800-00fcanirtcod
Bustillo, M. del R. (2019). El orden público como barrera para la ejecución de laudos
arbitrales dictados en el extranjero. Recuperado de https://abogados.com.ar/el-orden-
publico-como-barrera-para-la-ejecucion-de-laudos-arbitrales-dictados-en-el-extranjero/
24770
LECCIÓN 3 -
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