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LA NOCHE ETERNA

Maria Luisa estaba muy entusiasmada, por fin se reuniría con su


pequeña hermana que se había quedado al cuidado de su madre, en la
pequeña villa en la que vivían, mientras ella se dedicaba a terminar su
carrera en la gran ciudad.

Realmente poco había convivido con su familia, desde pequeña la había


alejado mandándola a la casa de familiares, para después seguir con la
carrera, pero ahora que era toda una mujer y que había completado sus
estudios, nada la detendría de convivir con sus seres queridos, que solo
en ocasiones especiales los veía, o que la única comunicación era por
vía telefónica.

Era una sorpresa su visita, ni su madre ni su hermana, sabían de su


llegada y cuando llego a la villa, noto algo que no recordaba cuando aún
era una niña y fue separada, que el lugar estaba casi desértico, ni un
alma se veía en la calle, tuvo que ir de la estación de autobuses a la
casa, caminando ya que nunca apareció ningún taxi ni personas en la
calle y las que veía a lo lejos, al verla se metían en sus hogares.

Llegando a su hogar después de más de una hora de camino y cubierta


en sudor, se dispuso a entrar en su hogar, del cual pocos instantes en su
memoria se actualizaron, y lo único que recordaba bien, era el ahincó
que tenía su madre, por meterla apenas empezaba a oscurecer.

Al fin abrieron la puerta, al ver a su pequeña hermana, demacrada, con


un color blanco de la piel, no pudo más que suspirar, la hermana ni
siquiera la había reconocido, si no es porque Maria Luisa la abrazo, pero
algo noto, y fue que su hermana empezó a temblar al verla, al principio
pensó que era por la emoción de verla, pero después descubrió que no
era así.

La llevo con su madre, que estaba igual que cuando era niña, la única
que se había acabado era su hermana, su madre seguía igual, pero no
hablaba ni se movía, solo se quedaba mirando fijamente.
La abrazo y le dio un beso a su madre, pero con los ojos que la hermana
tenia, parecía como si tuviera miedo de la reacción de la mama, así que
se la llevo a la cocina, para después en lugar de preguntarle de su vida y
de todo lo que había pasado, solo le cuestiono del porqué de su llegada,
algo que a Maria Luisa le dolió.

"No te preocupes" le dijo a su hermana, no estaré mucho tiempo, solo


quería venir a saludar a mi familia y preguntarte a ti, si con mi recién
carrera, no te quisieras ir conmigo y dejar a nuestra madre en un lugar
para personas enfermas y de su edad, puede ser aquí o en donde vivo
ahora, pero te quiero tener en mi vida, hermana mía.

Su hermana no contesto, solo una lagrima se le salió de los ojos, con lo


que más las dudas llegaron a la mente de Maria Luisa, se alojó en lo que
fue su antigua recamara, que aún estaba igual, y se quedó dormida,
despertó por los ruidos que en la parte superior se escuchaban, ya era
de noche, pero no había nadie en la casa.

Se asomó por el pórtico de la casa, y claramente vio volando a su madre,


con una carcajada que hizo que se le erizara la piel, pensó que todo era
un sueño, y quería despertar, la noche eterna parecía nunca terminar, no
sabía que pasaba, hasta que cerró los ojos, como queriendo despertar,
así la tocaron en el hombro y se levantó, era su pequeña hermana, que
le decía, "debes regresar", pronto será la noche eterna y no podrás
escapar.

Por lo que le contó la hermana, la mama era la bruja del lugar, y llegaría
la luna llena, y en el pueblo, todas las brujas de la región se juntarían, a
lo que le llamaban la noche eterna, entonces pregunto, porque no te
vienes conmigo hermana mía, contestando, que ella estaba marcada,
para ser el sustituto de su mama.

Que por eso habían alejado de la familia, porque solo una podría ser la
sucesora, y si había dos una de ellas tenía que morir, fue así, como
Maria Luisa, al otro día se regresó a la ciudad, y nunca más volvió a la
villa, la que un día fue su hogar
EL NIÑO PSICÓPATA
Uno de los primeros casos que han sido conocidos sobre niños
psicópatas ha sido la historia de Jesse Pomeroy, un niño de 15 años que
cometió una serie de asesinatos hasta esa edad. Sobre las víctimas...
El primero de sus víctimas fue un niño de 7 años, William Paine que fue
hallado el 1 de diciembre de 1871 por dos hombres que andaban por una
calle solitaria. Escucharon un lloro apagado, y mientras se acercaban a
una pequeña cabaña, fue entonces cuando al entrar al lugar, vieron al
niño atado de manos y colgado del techo del lugar. Apenas estaba
consciente y lloraba, con grandes heridas y moratones en su espalda. No
pudo denunciar a quien se lo hizo.
A mediados de abril de 1872, prometió llevar al circo al jovencito Robert
Maier. Cuando llegaron a lugar apartado lo desnudó, pegó, y se
masturbó delante de él haciéndolo sufrir con todo ello. También mientras
lo golpeaba con una vara lo obligaba a maldecir. Al terminar lo soltó y le
juró matarlo si decía algo a la policía. Después huyó del lugar. La policía
comenzó a interrogar a todos los jóvenes del lugar con cabello castaño.
Ruth, la madre de Jesse Pomeroy, decidió irse a vivir al sur de Boston.
George Pratt fue otra de sus víctimas, que cuando andaba por la calle
fue abordado por Pomeroy quien dijo de recompensar con dinero si le
traía lo que le pedía. Cuando lo llevó a un lugar apartado y comenzó a
hacerle igual que a otras víctimas. Lo desnudó, le pegó bien fuerte por
todo el cuerpo con un cinturón. Le mordió en un cachete y lo arañó por
todo su cuerpo. Incluso le metió una larga aguja en diversas partes del
cuerpo. Ésta quiso clavársela en un ojo pero Pratt se puso en posición
fetal y no pudo hacerlo. Antes de irse le mordió un glúteo.
Otro fue Joseph Kennedy, que parte de golpearlo le hizo un fuerte corte
en la cara y luego lo llevó a la orilla de mar y le echó agua salada para
mayor sufrimiento. Luego último fue Gould, un niño de 5 años, que cogió
a punta de navaja por el cuello amenazándolo en las vías del ferrocarril,
pero que tuvo que huir pronto cuando vio unos ferrocarrileros acercarse.
Gould dio más pistas a la policía, diciendo que uno de los ojos era
completamente blanco. A finales de 1872 fueron por varios colegios, pero
Gould no encontraba al sospechoso, incluso fueron al colegio de
Pomeroy, pero no supo identificarlo. Después de esto, Pomeroy se
acercó a la estación de policía los cuales estaban con Kennedy, y fue
este quien lo identificó y la policía pudo cogerlo.
Desde que salió del reformatorio pasaron 2 meses y vino una chica que
quería un cuaderno a la tienda de su madre donde trabajaba, tenía su
misma edad y se llamaba Katie Curran. Jesse se las apañó para que se
fueran los otros empleados de allí. Se la llevó adentro y le degolló con su
navaja. Su madre la buscó, pero no la encontró.
Después Horace Millen, un niño de cuatro años, también fue asesinado
por él. Primero le compró un pastelito y se lo iba llevando hacia una zona
alejada mientras se lo comía. Le había prometido que le enseñaría un
barco de vapor. Cuando llegaron a un pantano le hizo que se sentara y
allí le clavó con gran fuerza un cuchillo que llevaba en el bolsillo. Aun así,
Millen no murió y luchaba por salvar su vida. Cuando lo encontraron tenía
18 puñaladas y otra en un ojo. También tenía intentos de castrarle, pero
no lo llego a hacer.
Sobre el joven psicópata...
Jesse Pomeroy nacido el 29 de noviembre de 1859 en el pueblo de
Charleston, Masachussets, segundo hijo del matrimonio compuesto por
Thomas y Ruthan Pomeroy. Vivían en lamedianíaa económica. El padre
era alcohólico y abusivo. Por cualquier cosa que enfureciera llevaba a los
niños a una cabaña donde los desnudaba y los golpeaba brutalmente
hasta calmarse. De esta conducta Jesse no sacó el concepto de que
había que portarse bien, sino todo lo contrario, cogió la parte perversa y
mala.
Su aspecto inspiraba miedo, su cuerpo era muy grande para su edad, así
como su cabeza, orejas y rasgos faciales poco favorecedores. Su ojo
derecho carecía de iris y pupila, dando un aspecto que daba miedo,
incluso su padre no podía mirarlo a los ojos sin que le diera un terrible
escalofrío al mirarlo.
Fue condenado a estar en el reformatorio de los 15 hasta 15 meses
después, en el reformatorio juvenil de Westborough. Tuvo un buen
comportamiento, mientras su madre luchaba por su liberación.
Finalmente, a los 15 meses lo liberalizan y su madre lo pone a trabajar
en una papelería que tenía.
Pasaron 2 meses y comenzó de nuevo a hacer, pero esta vez con
asesinatos. Finalmente, después de todas las víctimas que dijimos
anteriormente lo encontraron. Al principio lo habían condenado a pena de
muerte, pero por mucho que hubiera matado a tanta gente era muy triste
que un niño de tan solo 15 años muriera ahorcado. Después eligieron
que tuviera una cadena perpetua para toda su vida. Además, la tenía que
cumplir en solitario. Aún así en 1917 le rebajaron la condena y pudo
reunirse con otros compañeros para no estar solo. Murió en 1931,
después de pasar dos años lleno de enfermedades.

Huéspedes malditos
Se mudaba la familia con mucha ilusión a una derruida casa, la cual a pesar de
su mal estado, significaba mucho para ellos, ya que esto les abría las puertas a
una nueva vida. En su primera noche, por fuerza de la costumbre, se
acomodaron los seis hijos en el mismo cuarto; aquel con un gran árbol junto a la
ventana. Aunque la emoción de su nuevo hogar era mucha, mayor era el
cansancio y cayeron todos dormidos.

Cercana la media noche, un ruido constante y rítmico, despertó al padre; él fue


directo a la habitación de los chicos con intención de reprenderlos por seguir
despiertos, sin embargo, no fue capaz si quiera de llegar a la puerta. A la mitad
del pasillo, la luz de la Luna fue suficiente para revelarle la figura de una persona
colgada en el centro del cuarto, meciéndose aún, y chocando sus flácidos pies
contra la pared.

Pensando en no alarmar a su familia, quiso tragarse las emociones, pero la idea


de que el colgado fuera alguno de sus hijos, le sacudió el cuerpo, sin ser capaz
de contener los gritos. Los chicos saltaron alarmados ante aquellos alaridos y
uno de ellos encendió las luces mientras los demás se abrazaban temerosos.

Ya con la habitación iluminada, la temible silueta pendiendo de una soga había


desaparecido, y el señor se fue calmando de a poco. Igual esa noche, les
prohibió quedarse ahí, los llevó consigo al cuarto contiguo, donde pasó toda la
noche en vela, nervioso, comiéndose las uñas y desesperado porque
amaneciera.

Pero quería el destino que la noche se tornara eterna, y el pobre hombre


angustiado escuchara retumbar en sus oídos, aquellos pies golpeando el muro.
Cuando reunió valor para presenciar la escena de nuevo, fue a investigar, pero
en esta ocasión, el escandalo lo provocaba un joven debilucho y malhumorado,
abriéndole la cabeza a una chica con un bate.
Esta vez, el señor tenía la calma suficiente para encender la luz, logrando que
aquellas visiones se fueran; entendiendo también, que esto era una solución
temporal. La cual al paso de los minutos resultó mala idea, pues los espectros se
trasladaron hasta la habitación que ahora ocupaban. Una anciana cargando un
hacha, y arrastrando un bulto sanguinolento, atravesó el portal, y bañó de
sangre los cuerpos de los niños que dormían en el suelo. Horrorizado, el hombre
encendió la luz, el espíritu desapareció junto con su víctima y llevándose sus
rastros. En un arranque de aparente locura, el individuo fue iluminando cada
rincón, ante las miradas confundidas de sus familiares.

Noche tras noche sucedió lo mismo. Las macabras escenas de muerte se


presentaban cerca de las doce, a veces el hombre alcanzaba a iluminar toda la
casa a escondidas de su durmiente familia, pero en otras se veía envuelto en esa
terrible historia de terror la cual no comprendía, pues según le dijeron en esa
casa habitó una dulce anciana acompañada de un enfermizo y agradable nieto.
Pero, solo se conoce de verdad a las personas cuándo se vive con ellas, sin
importar que ya pertenezcan al mundo de los muertos.

Historias de terror Huéspedes malditos

Eso solo lo dejaban con opciones: llevarse a su familia de ahí o aprender a


convivir con sus huéspedes malditos

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