Está en la página 1de 3

Crisis láctea

Fue líder 80 años y una alianza rara con el chavismo los dejó al borde de
la quiebra: la historia agridulce de SanCor
Surgió de la unión de productores de leche de Santa Fe y Córdoba y se
posicionó como una de las principales empresas del sector. Sin embargo,
en 2016 tocó fondo y tuvo que vender gran parte de su negocio.

Actualizado el 6 de Agosto de 202117:00


Escuchar
4:00 minutos

Supo ser punta de lanza y uno de los jugadores más importantes


dentro de la industria láctea argentina. Con más de 80 años en el
negocio, SanCor está en el podio de las marcas más reconocidas en el
segmento. Sin embargo, en los últimos años atravesó una profunda
crisis que la llevó a achicarse y hoy mira el sector desde otra
posición.Todo comenzó en 1938 con un grupo de 16 cooperativas
de Santa Fe y Córdoba. Estas se dedicaban a la producción primaria
de leche y decidieron unirse para elaborar manteca y caseína (proteína
presente en la leche).Primero conformaron Cooperativas Unidas
Limitada Fábrica de Manteca y abrieron una planta en Súnchales, pero
al ver que sus productos se vendían bien llegaron a la conclusión de
que precisaban un nuevo nombre para su marca. Algo así como una
estrategia de marketing para posicionarse mejor. Tras varias
reuniones, alguien pensó en unir los nombres de ambas provincias y
así se conformó Fábricas de Manteca SanCor Cooperativas
Limitada en 1942.
La compañía tuvo su primera sede en Sunchales (y aun la mantiene)
donde elaboraba manteca y caseína.
En sus comienzos crecieron dentro del segmento de las mantecas. Por
eso, en 1943 abrieron una planta en Brinkmann, Córdoba, para
elaborarla con calidad de exportación. Pero también se fueron
diversificando. El mismo año iniciaron la producción de dulce de
leche y para 1947 ya contaban con un depósito en la ciudad
santafesina de Gálvez que podía albergar unos 2 millones de kilos de
quesos.
Para los 60 sumaron leche pasteurizada y en polvo, una década más
tarde desarrollaron su línea de productos frescos con yogures, flanes
y postres. Ahí aparecieron algunas marcas que llegaron a convertirse
en genéricos de su rubro como Yogs y Shimy. También supieron tener
bajo su ala las marcas de queso fundido untable Tholem y la
de queso crema Mendicrim. Abrieron filiales en Estados Unidos y
Brasil, sin embargo el nuevo milenio a su vez trajo el inicio de la
crisis.
DECLIVE Y RENACIMIENTO
La deuda crecía, el tamaño de la compañía también y el negocio no
acompañaba. Fue así que en 2006 llegó a firmar un preacuerdo con
Adecoagro, que contaba con el apoyo financiero del magnate George
Soros, para vender un 62 por ciento de la nueva sociedad. Pero
apareció otra propuesta acercada por el Gobierno
nacional. Finalmente, SanCor rubricó un contrato con
Venezuela para proveerle productos lácteos a cambio de una
inyección de US$ 80 millones.
Este convenio le trajo más dolores de cabeza que soluciones a la
empresa. Y solo atrasó algunos años la crisis que finalmente se
desencadenó en 2016, en parte impulsada por la caída en los precios
internacionales de la leche.
Una de las primeras medidas fue vender su línea de flanes, postres y
yogures, la cual se quedó Vicentin. En 2017 presentó un plan de
reestructuración, conocido como Plan SanCor, que incluía una
serie de ventas de marcas y fábricas para afrontar los pagos de deuda
comercial, financiera e impositiva que superaba los $ 10.000 millones.
Una década después de aquel frustrado preacuerdo, Adecoagro se
hizo con la firma. En abril de 2018 la Asamblea de SanCor aprobó la
creación de una sociedad a la que le transferiría sus activos y la cual
pasaría en un 90 por ciento al holding.
La línea de postres, yogures y flanes quedó en manos de ARSA, que
pertenece a Vicentín.
Así se desprendió de las unidades de Morteros y Chivilcoy y las
etiquetas Las Tres Niñas y Angelita, que fueron para Adecoagro; la de
mozzarella fue para La Tarantela; la planta elaboradora de queso azul
se la quedó San Gotardo. En total fueron siete las unidades
productivas vendidas.
La crisis le valió perder terreno en el negocio lácteo. En su momento
de esplendor llegó a recibir casi 5 millones de litros de leche por
día. Para 2017 se ubicaba cuarta en el ranking elaborado por el
Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, con un 3,8 por ciento de
participación y un procesamiento de 1 millón de litros
diarios. Actualmente, tiene un share del 1,8 por ciento con poco
más de 570.000 litros por día y se encuentra en el 11° escalón.
Hoy la compañía maneja seis plantas, de las cuales tres están en Santa
Fe (Sunchales, San Guillermo y Gálvez) y las otras en Córdoba
(Devoto, Balnearia y La Carlota). De 5100 empleado que solía tener
en 2016, ahora maneja una plantilla de 1800.
Desde hace tres años discontinuó su línea de leche refrigerada por una
cuestión de rentabilidad y así enfocarse en los productos con mayor
margen, como crema, manteca, dulce de leche y
quesos. Su objetivo está puesto en alcanzar los 1,5 millones de
litros diarios.

También podría gustarte