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PREVENCIÓN
Y MEDIACIÓN DE
CONFLICTOS
EN EL AULA
primaria
DESTINATARIOS
INTRODUCCIÓN.
MÓDULO V: EL PROCESO DE
MEDIACIÓN.
Pasos previos a la mediación.
Pasos de la mediación.
Posibles errores que se pueden cometer
en el proceso de mediación.
Instrumentos empleados en la mediación.
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
__________________________________
Uno de los problemas que más preocupan
actualmente a profesores, padres y
alumnos son las situaciones de conflicto y de
acoso que se están produciendo
en las aulas y centros educativos.
La trascendencia es tal que continuamente
están apareciendo casos en los
distintos medios de comunicación sobre el
tema.
Este hecho se ha visto aumentado debido a las
nuevas tecnologías de la
información y la comunicación. La inadecuada
utilización de las redes sociales
en Internet está contribuyendo al aumento de
situaciones que provocan alarma
social y que ocasionan un grave daño a
alumnos y familias.
Al objeto de prevenir e intervenir, en su caso, el
profesorado debe ser
conocedor de estas situaciones y precisa
formación al respecto.
La atención a la diversidad en los centros es
sumamente enriquecedora, pero
también puede ser una fuente de conflicto.
Partiendo de que la socialización es
uno de los objetivos del quehacer educativo, ha
de procurarse generar un clima
adecuado al objeto de garantizar la calidad de
la educación.
El presente curso pretende delimitar conceptos
que, en ocasiones, se
confunden y, en consecuencia, dar unas pautas
para prevenir estas situaciones
e intervenir en los casos en los que ya se hayan
producido.
Iniciamos el curso, como acabamos de exponer,
delimitando los conceptos de
conflicto, problemas de conducta y problemática
conductual, y lo hacemos así
debido a que las situaciones serán diferentes y
su abordaje distinto en función
del origen de la problemática.
Cuando en la situación en la que surge el
conflicto hay personas con trastornos
conductuales, debemos ser conocedores de los
mismos debido a que el
abordaje será diferente a aquellas situaciones
en las que no están implicadas
personas con trastornos de la personalidad.
En nuestra opinión, no se puede simplificar la
problemática que estamos
abordando debido a la intervención de múltiples
variables que iremos
desarrollando a lo largo del curso.
Del mismo modo será diferente la situación en
la etapa de Educación Infantil
que en la de Educación Primaria y Secundaria.
El conocimiento de las
características madurativas de los alumnos de
las distintas etapas educativas
condicionará tanto la prevención como la
intervención ante los conflictos.
Por último, queremos resaltar la importancia de
la implicación de todo el centro
en el abordaje de los conflictos, aunque estos
se inicien en un aula, así como la
implicación de todo el profesorado, los
compañeros y, muy especialmente, las
familias.
MÓDULO I: DELIMITACIÓN CONCEPTUAL.
MARCO
SISTEMÁTICO DE LA INSTITUCIÓN
EDUCATIVA. PREVENCIÓN
DE CONFLICTOS.
__________________________________
DELIMITACIÓN DE CONCEPTOS:
CONFLICTO, PROBLEMAS
DE CONDUCTA, TRASTORNOS DEL
COMPORTAMIENTO Y DE
LAS EMOCIONES. ACOSO ESCOLAR.
Iniciamos el módulo delimitando los conceptos
mencionados, ya que, en
ocasiones, se han utilizado indistintamente y
puede originar confusión.
El concepto CONFLICTO es definido por el
diccionario de la Real Academia
como: antagonismo, pugna, oposición.
Situación de tensión entre deseos e
intereses opuestos y de intensidad similar.
Situación o proceso en que los
individuos o los grupos se oponen de manera
activa en la lucha por sus
intereses o ideologías respectivas.
Estas situaciones conflictivas generan un clima
inadecuado para una buena
convivencia y para lograr una enseñanza de
calidad.
La idea que asuma el centro respecto al tema
que nos ocupa va a ser decisiva
respecto al modo de abordarlo.
El centro puede decidir si el "conflicto" se trata
desde un enfoque educativo o
por el contrario comienza todo un proceso
sancionador tipificado en el R.R.I.
(Reglamento de Régimen Interior). No tienen
que ser posturas excluyentes,
pero sí con la suficiente entidad como para
merecer una reflexión del equipo
educativo.
En la mayoría de los centros los valores que
suelen pretenderse y explicitarse
en el Proyecto Educativo y en el Reglamento de
Régimen Interior suelen
contener declaraciones de intenciones del tipo:
"considerar los valores
convivenciales no como algo adquirido
previamente por los alumnos, sino como
objetivos a lograr en el proceso educativo", y se
añade "considerar las
cuestiones disciplinarias como netamente
educativas y no simplemente
ejemplares y/o sancionadoras".
Sin embargo, en la práctica a veces olvidamos
estos principios y ante un
problema de conducta, ante un conflicto,
iniciamos casi con exclusividad todo
un procedimiento sancionador.
Pasamos a definir el término PROBLEMA DE
CONDUCTA; diversos autores
señalan que es un concepto ambiguo.
Reyzábal y col. (2006) afirman que "el concepto
problemas de conducta resulta
ambiguo, detectándose gran disparidad en la
conceptualización y definición del
mismo, dependiendo del ámbito desde el que
se aborde: social, sanitario,
educativo, político o económico. Este hecho se
evidencia tanto en la
bibliografía como en el vocabulario
habitualmente utilizado, en el ámbito
docente y en la sociedad en general. La
consecuencia más directa es que
aparece un gran número de etiquetas y
términos que se usan
indiscriminadamente como sinónimos
(problemas de conducta, conducta
disruptiva, conducta inadaptada,
caracteriopatías, comportamiento antisocial,
trastornos de conducta etc.)".
Siguen afirmando que "se suele entender que
una determinada conducta
puede considerarse problemática cuando
responde a los siguientes criterios: el
alumno exhibe conductas que los adultos de su
medio ambiente consideran
como excesivas, deficitarias o inadecuadas a la
situación en que se producen;
tales conductas se desvían significativamente
en frecuencia, duración e
intensidad, ha de ser suficientemente
significativa como para producir deterioro
en la adaptación personal, social o académica:
los excesos, déficits y/o
inadecuaciones pueden expresarse a través de
uno o más sistemas de
respuesta (actividad motora, verbal…) y ocurren
en situaciones, momentos y
contextos distintos (el aula, el hogar, la calle);
sigue produciéndose, en niveles
inaceptables, después de una intervención
directa (avisos, pautas de
control…), llevada a cabo con recursos del
propio medio donde se produce"
Brioso y Sarriá (1991) definen las alteraciones
comportamentales como "ciertas
conductas que afectan a la relación del sujeto
con su entorno e interfieren
negativamente en su desarrollo: que no son
patológicas en sí mismas, sino que
el carácter patológico viene dado por su
exageración, déficit o su persistencia
más allá de las edades en la que pueden
cumplir un papel adaptativo, que son
estables".
Rodriguez de la Mota (1995) expone que los
problemas de conducta son "toda
una amplia gama de manifestaciones
conductuales que por exceso, déficit o
inadecuación, teniendo como referentes a los
patrones evolutivos micro y
macrosociales, están interfiriendo en el proceso
de desarrollo y adquisición de
repertorios conductuales adaptados, adecuada
socialización y habilidades y
contenidos académicos de un determinado
sujeto, la familia, la escuela, los
compañeros y, en definitiva, el medio próximo y
distal en el que se
desenvuelve".
El DSM IV (Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales) define
el trastorno de conducta como "un patrón
persistente y repetitivo de conducta
en el que destaca la violación de los derechos
fundamentales de los demás".
Otro de los aspectos mencionados en el
epígrafe es el de los trastornos del
comportamiento y de las emociones, entre ellos
podemos citar: trastornos
por déficit de atención con/sin hiperactividad,
comportamiento agresivo,
trastorno disocial y depresión. Todos ellos se
verán más ampliamente en los
módulos siguientes.
Como podemos deducir de lo expuesto hasta el
momento, el abordaje del
conflicto en el aula y en el centro va a estar
condicionado por el origen de la
problemática a tratar, aspecto que es olvidado
con demasiada frecuencia.
El siguiente término que nos parece importante
definir es el de acoso escolar
o bullying, término inglés que significa
intimidación. Se refiere a todas las
formas de actitudes agresivas, intencionadas y
repetidas, que ocurren sin
motivación evidente, adoptadas por uno o más
estudiantes contra otro u otros.
El que ejerce el acoso lo hace para imponer su
poder sobre el otro a través de
amenazas, insultos, agresiones o vejaciones y,
así, tenerlo bajo su dominio a lo
largo de meses e incluso años.
Estadísticamente, el tipo de violencia dominante
es el emocional y se da
mayoritariamente en el aula y patio de los
centros educativos.
La persona maltratada sufre una serie de
secuelas psicológicas: vive asustado,
nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana.
MARCO SISTEMÁTICO DE CENTRO Y AULA.
La relación entre los miembros de una
institución (y en este caso al ser
educativa ha de incluirse a la familia) no es
lineal sino circular.
El modelo sistémico propugna la importancia de
analizar e intervenir en todo el
sistema (padres, alumnos, otros profesores)
debido a que el alumno está en un
contexto educativo, familiar determinado y
existe una relación estrecha entre
las actuaciones de unos y otros. El alumno
interactúa en un contexto y, a su
vez, éste influye en él.
Selvini Palazzoli, M afirma " la clase se
caracteriza por la "totalidad". Cada uno
de sus miembros está en una relación tal con
los demás que al experimentar
un cambio, cualquiera que sea, origina un
cambio en todo el sistema. Todo
comportamiento de un miembro de la clase
influye en los demás y es influido
por estos. Así, en la homeostasis del sistema
son tan complementarios los
educandos "equilibrados y conscientes" como
los "inquietos y rebeldes". Si
aceptamos que la conducta de cada individuo
en la clase está en relación
estrecha con la conducta de todos los demás,
se puede deducir que la
patología aparente de unos es funcional para la
aparente normalidad de los
demás y que es posible que la homeostasis del
grupo se apoye precisamente
en la presencia de determinados trastornos
conductuales. El axioma de la
totalidad contradice un difundido prejuicio
respecto de la interacción humana: el
de que existen nexos unilaterales entre los
elementos, es decir que A puede
influir en B, pero no a la inversa.
La relación entre los miembros de una clase, al
igual que toda relación en el
interior de un sistema interaccional es circular.
Continúa afirmando que en los sistemas
patológicos aparece la tendencia,
cada vez más rígida, a repetir de modo
obsesivo soluciones memorizadas al
servicio de la "homeostasis".
Las clases que se caracterizan por la presencia
de sujetos definidos como
"muy perturbadores" en el plano conductual,
son clases de tendencia
"homeostática rígida".
En los sistemas de tendencia homeostática la
"patología" de algunos miembros
es condición para el mantenimiento del
equilibrio y todo el sistema -en su
conjunto- reacciona con rapidez y eficiencia
ante cualquier intento interno o
externo que amenace su organización.
La mencionada autora sigue afirmando:
- Las propiedades de un sistema abierto son:
- La totalidad entendida no como una sumatoria
de componentes,
sino que posee una complejidad y originalidad
propia.
-Todo cambio de una de las partes afecta a
todas las demás y hace que
todo el sistema pase a ser diferente de lo que
era antes.
-La autorregulación: (homeostasis y
transformación). Las
realimentaciones pueden ser:
-Positivas: amplían y refuerzan los estímulos
para el
cambio. Negativas: atenúan o anulan el impulso
al cambio,
favoreciendo la homeostasis. La Equifinalidad:
de
condiciones iniciales iguales pueden surgir
resultados
diferentes. Lo decisivo no son las condiciones
iniciales,
sino los parámetros organizativos del sistema
en el
momento preciso.
Si la conducta de algunos de los miembros llega
a amenazar la homeostasis y
no es posible utilizar medios de persuasión de
que el sistema dispone para
modificar ese comportamiento, algunos
miembros pueden solicitar la
colaboración de un "experto", suelen acudir al
psicólogo/ psicopedagogo. Ello
refleja que el Centro quiere "cambiar lo
necesario para no cambiar" al servicio
del pretendido equilibrio (homeostasis).
De lo expuesto, podemos deducir que las
actuaciones puntuales y aisladas no
suelen producir los resultados deseados.
El concepto de disfunción sistémica implica a
viarias personas, además del
individuo señalado y de quienes lo señalaron.
Por tanto, el abordaje de este problema debe
realizarse a nivel de Centro y de
aula teniendo en cuenta a todos los implicados
en el conflicto: alumno,
compañeros, profesores, familia. La prevención
e intervención debe abarcar,
por tanto, a todos los componentes de la
comunidad educativa.
Y abundando en esta línea todos conocemos la
importancia del efecto
"Pigmalión" (fenómeno estudiado por
Rosenthal) y que consiste en la
importancia de las expectativas de los adultos
respecto a los alumnos y cómo
estas expectativas influían tanto en su
rendimiento como en su conducta.
Si los profesionales consideramos que los
alumnos pueden modificar sus
conductas y emitimos "mensajes" en este
sentido, el cambio puede producirse.
Se suele cumplir la "profecía". Del mismo modo
ocurre en sentido contrario.
Esta afirmación nos lleva a reflexionar sobre
nuestro papel como profesionales
y a realizar una autoevaluación sobre nuestra
práctica. Debemos evitar pensar
que todo el “problema” radica en el alumno y
replantearnos nuestra práctica
profesional. Esto no quiere decir que se obvien
las limitaciones que pudieran
tener los alumnos, pero estas no han de ser
consideradas como atributos
“estables e inmutables”, sino en relación con su
medio y sujetas a cambios. Si
se parte de la concepción de que el alumno no
puede cambiar, que incluso su
capacidad intelectual no evoluciona, la
respuesta que se le ofrecerá será muy
distinta a si se parte de la posibilidad de cambio
con la ayuda de todos:
profesores, familia, compañeros…
GARDNER y otros psicólogos como CECI,
1990; FEUERSTEIN, 1980;
PERKINS afirman que la inteligencia es
educable y está influida, como venimos
exponiendo, por factores genéticos y
ambientales. Esta afirmación contradice
otras posturas como la de SPEARMAN, 1904;
MURRAY, 1994… que
aseveraban que la inteligencia no cambia y que
permanece en todas las
situaciones.
Las repercusiones de una u otra postura en el
campo educativo son evidentes.
En el primer caso el sujeto, la familia, los
compañeros, los profesores pueden
lograr una evolución positiva del potencial
intelectual. La segunda postura es
determinista y poco o nada se puede hacer al
respecto.
La misma observación que hemos realizado
respecto al potencial intelectual es
aplicable al conductual.
Del mismo modo la percepción que tendrá el
alumno sobre sus capacidades y
potencialidades, derivadas de los mensajes
más o menos explícitos que recibe,
influirán de forma decisiva en su motivación,
conducta y aprendizaje.
Una educación global es aquella en la que se
conjuga la dimensión cognitiva
con la afectiva y con la acción moral (BOLIVAR,
2002).
EL GRUPO Y SU INFLUENCIA EN LA
PREVENCIÓN DE
CONFLICTOS
La inserción de un alumno en un centro
educativo se produce, primariamente,
en un grupo de iguales. En éste pasa la mayor
parte del tiempo, recibe
formación y desarrolla relaciones. En definitiva,
va configurando una relación
importante con el grupo. Esta relación puede
ser de rechazo o de aceptación.
Para el propio centro un alumno es alguien que
pertenece a un grupo concreto.
El grupo no lo elige el alumno, sino que se lo
impone la institución y es un
factor importante a tener en cuenta.
El grupo cobra importancia no solo en la medida
en que puede afectar al
desarrollo afectivo y social del alumno, también
la tiene desde la perspectiva
del desarrollo cognitivo o de aprendizaje. Una
parte importante del aprendizaje
(en el más amplio sentido) se produce
horizontalmente, bien porque se ayudan,
porque hacen trabajos juntos…
El grupo es importante para todos los
integrantes de la Comunidad Educativa.
Lo es para el profesor de cualquier materia o
área, lo es para la realización de
la acción tutorial, para los alumnos que lo
conforman y para los padres.
Lograr un grupo que predisponga al trabajo, en
el que impera la cooperación, la
ayuda al otro, el respeto y la participación suele
ser muy útil para el aprendizaje
de todos los alumnos y para el adecuado
desarrollo de su personalidad.
M.A. Bany y L.V. Johnson afirman "puede
decirse que existe un grupo cuando
dos o más personas poseen como una de las
cualidades de sus relaciones,
cierta interdependencia y cierta unidad
reconocible. Los que componen el
grupo se hallan frente a frente y forman
opciones distintas unas de otras. Los
individuos que componen el grupo no solo
actúan unos sobre otros
recíprocamente, sino que muchas veces actúan
juntos de manera uniforme
hacia su entorno".
Según la definición, un grupo se caracteriza por:
- Tener una cierta personalidad; los miembros
se perciben a sí mismos
como pertenecientes a una unidad.
- Estar dotado de una finalidad común y una
existencia propia.
- Establecer diversas relaciones de
interdependencia.
- Estar dotado de una organización interna que
puede apreciarse en la
existencia de normas compartidas (explícitas o
no) y de roles.
Entre los aspectos a tener en cuenta respecto al
grupo, (Fernández Torres, P.)
destacamos:
- En la medida en que los grupos tengan metas
y objetivos explícitos y
compartidos por sus miembros, el grupo
funcionará mejor. Además, que
los objetivos sean compartidos significa que sus
integrantes tienen
objetivos personales compatibles con ellos.
- En los grupos se puede distinguir una
estructura formal y una informal.
En los grupos de clase, la estructura formal
viene dada por los objetivos
asignados por la institución -que constituyen los
objetivos de tarea- por
algún tipo de norma pública que, en nuestro
caso, son las normas del
centro y las establecidas por el profesor
correspondiente. La estructura
informal es la que surge de la configuración real
de los roles, de la
dinámica establecida en el grupo y suele no
coincidir con la estructura
formal.
Su falta de coincidencia puede conducir al
grupo a no desarrollar la
tarea, que no alcance los objetivos. Trabajar
porque ambas estructuras
se aproximen es una tarea importante.
- Además del nivel de tarea, coincidente con la
estructura formal del
grupo, es importante el clima del mismo, el nivel
emocional o
socioafectivo. En todos los grupos se
desarrollan mecanismos de
carácter afectivo que influyen en su dinámica.
Trabajar por crear un
clima de aceptación mutua, de colaboración, de
libre comunicación y
que tienda a potencia el nivel de tarea,
favorecerá el funcionamiento del
grupo.
- Muy relacionado con el nivel emocional se
encuentra el grado de
cohesión del grupo. Este grado dependerá de la
existencia de relaciones
de interdependencia, de que haya más o menos
atracción entre los
miembros. Está relacionado con el clima del
grupo porque suele coincidir
que un grupo poco cohesionado desarrolla un
clima emocionalmente
poco satisfactorio.
- Es también importante tener en cuenta el
desarrollo de los distintos roles
que surgen en los grupos y especialmente los
líderes. Conocer las
interacciones que se producen en un grupo
permite darse cuenta de los
roles, que configuran actitudes y nos facilita el
conocimiento del
funcionamiento del mismo.
- La capacidad de comunicarse que tenga un
grupo facilitará o impedirá la
marcha del mismo, su capacidad para
estructurarse y progresar.
Tipos, ámbitos y etapas en el desarrollo de la
vida de los grupos. El taller
de Zafra propone los siguientes tipos de grupo:
- Grupo natural o primario (familia, grupo de
amigos) se caracteriza por:
- Estar unidos por afinidades naturales o
primarias.
- Dirigidos por un líder dotado de más edad,
fuerza, destreza,
agudeza o experiencia.
- Usan un lenguaje significativo basado en
gestos.
- Están en su ámbito natural.
- Toman decisiones a través de la voluntad del
líder u optando al azar
de manera individual.
- Son cerrados.
- Grupo de aprendizaje (grupos de aula,
educativos) se caracteriza por:
- Estar unidos por vínculos formativos,
conocimientos, por estar
inmersos en un proceso común de aprendizaje.
- Dirigidos por el profesor o profesora, dotado
de más conocimientos
sobre la materia.
- Usan un lenguaje significativo basado en la
palabra hablada.
- Están en un lugar extraño: aula.
- Toman decisiones mayoritarias.
- No son ni abiertos ni cerrados.
- Grupo de tarea (grupos de trabajo) se
caracteriza por:
- Estar unidos por la función a realizar, unidos
para la realización de
una tarea autónoma.
- Dirigidos por un coordinador.
- Usan un lenguaje significativo basado en la
palabra escrita.
- Toman decisiones mediante el consenso.
- Son abiertos.
El tipo de grupos con los que nos enfrentamos
los profesores/tutores son, en
relación con los alumnos, grupos de aprendizaje
y, en relación con otros
profesores, grupos de tarea.
No todos los grupos de aprendizaje son iguales.
Dependen de la edad de sus
miembros y de la voluntariedad con la que
eligen incorporarse a un grupo u
otro. En nuestro caso, algunas características
son: la razón de su
agrupamiento no responde a metas iniciales y
conscientemente comunes,
tampoco es fruto de una elección, si bien según
los niveles educativos crece la
elección de grupos por la enseñanza, no se
produce espontáneamente, ni la
finalidad es elegida.
Más bien el agrupamiento es fruto de procesos
administrativos, su finalidad
está definida de antemano y su estructura es
impuesta.
El Taller de Zafra diferencia tres ámbitos que
son útiles para analizar el
desarrollo de los grupos: afectivo, conceptual y
operativo. Así pues, los grupos
realizan actividades relacionadas con estos
ámbitos:
- Lo afectivo (el querer del grupo) se caracteriza
por:
- Actividades y fenómenos que se dan en los
grupos centradas en
la relación entre sus miembros, la
comunicación, la tolerancia, las
impresiones, lo personal y los afectos.
- Lo conceptual (el saber del grupo) se
caracteriza por:
- Actividades de carácter conceptual: analiza,
discute, crea, piensa,
sintetiza.
- Lo operativo (el poder hacer del grupo) se
caracteriza por:
- El grupo aborda tareas concretas, realiza
proyectos, se organiza
para actuar, reparte roles.
Los grupos se configuran y evolucionan. Esto
que ocurre en todo grupo, se
produce de una forma especial en este caso. La
duración del grupo suele
coincidir, aproximadamente, con un curso
escolar, a lo sumo dos. Es
importante conocer la evolución de los grupos
para poder orientarlo hacia la
última fase.
En los grupos escolares se pueden identificar
tres momentos diferenciados 1:
a) De contacto y conocimiento mutuo, de
introducción a los temas, a la
tarea.
b) De profundización grupal y conceptual, de
maduración formativa.
c) De conclusión de las tareas y generación de
subgrupos e intereses.
Como venimos exponiendo, el conocimiento de
los grupos, sus tipos, su
desarrollo, es clave en el tema que nos ocupa.
El primer paso en todos los
campos es el conocimiento profundo de aquello
en lo que vamos a intervenir.
Nos resultaría muy difícil prevenir y/o intervenir
en los conflictos que surgen en
un grupo si no conocemos las relaciones que se
establecen en el seno del
mismo.
A partir de ahí, nuestra función con respecto al
grupo, aún antes de iniciar
ningún proceso de mediación y en la línea en la
que venimos incidiendo, de la
prevención, consistirá en lograr que el grupo se
configure como tal y funcione,
que responda a la finalidad de un grupo de
aprendizaje. Esto es, que el grupo
tenga metas, que se de la conciencia de
pertenencia, que esté cohesionado,
que se satisfagan las necesidades de sus
miembros. Para ello debemos tener
en cuenta los siguientes aspectos:
- Facilitar su configuración.
- Establecer metas comunes.