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CAPÍTULO 2 - CALIDAD DE VIDA
1 - Introducción
65. La calidad de vida es un concepto más amplio que la producción económica y el nivel
de vida. Incluye toda la gama de factores que influyen en lo que valoramos en la vida, llegando
más allá de su aspecto material. Aunque algunas extensiones de la contabilidad económica
(analizadas en el capítulo 1) permiten incluir algunos de los elementos que conforman la
calidad de vida en las medidas convencionales de bienestar económico, todo enfoque basado
en los recursos (o en el dominio de las personas sobre las mercancías) sigue siendo limitado
en aspectos importantes. En primer lugar, los recursos son medios que se transforman en
bienestar de formas que difieren entre las personas: los individuos con mayor capacidad de
disfrute o mayores habilidades para alcanzar logros en ámbitos valiosos de la vida pueden estar
mejor aunque dispongan de menos recursos económicos. En segundo lugar, muchos recursos
no se comercializan, e incluso cuando lo hacen, los precios difieren entre los individuos, lo
que hace problemático comparar los ingresos reales entre las personas. Por último, muchos de
los determinantes del bienestar humano son aspectos de las circunstancias vitales de las
personas: no pueden describirse como recursos con precios imputables, aunque las personas
hagan concesiones entre ellos. Estos argumentos son suficientes para sugerir que los recursos
son una medida insuficiente de la calidad de vida. Qué otra métrica debería utilizarse en su
lugar para evaluar la calidad de vida depende de la perspectiva filosófica que se adopte.
66. Mientras que una larga tradición de pensamiento filosófico ha abordado las cuestiones
de lo que da calidad a la vida, los recientes avances en la investigación han dado lugar a
medidas que son a la vez nuevas y creíbles. Estas investigaciones sugieren que la necesidad
de ir más allá de las medidas de los recursos económicos no se limita a los países en vías de
desarrollo (en los que tradicionalmente se ha centrado gran parte del trabajo sobre "desarrollo
humano" en el pasado), sino que es aún más importante para los países ricos industrializados.
Estas medidas, aunque no sustituyen a los indicadores económicos convencionales, brindan la
oportunidad de enriquecer los debates políticos y de informar a los ciudadanos sobre las
condiciones de las comunidades en las que viven. Y lo que es más importante, las nuevas
medidas tienen ahora el potencial de pasar de la investigación a la práctica estadística habitual.
Mientras que algunas de ellas reflejan condiciones estructurales relativamente invariables a lo
largo del tiempo, pero que difieren sistemáticamente entre países, otras responden mejor a las
políticas y son más adecuadas para supervisar los cambios en periodos de tiempo más cortos.
Ambos tipos de indicadores desempeñan un papel importante en la evaluación de la calidad
de vida.
2. Las pruebas y referencias que respaldan las afirmaciones presentadas en este Resumen se presentan en un
informe técnico complementario.
Informe de la Comisión para la Medición del Rendimiento Económico y el Progreso Social
BREVE RELATO SOBRE EL CONTENIDO DEL INFORME
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países de forma fiable. Sin embargo, lo más importante es que estas medidas proporcionan
información sobre los determinantes de la calidad de vida a nivel de cada persona. Estos
determinantes incluyen tanto las características del entorno en el que viven las personas como
sus condiciones individuales, y varían en función del aspecto considerado. Por ejemplo, las
actividades (como desplazarse, trabajar o socializar) pueden ser más importantes para los
afectos, mientras que las condiciones (como estar casado o tener un trabajo gratificante)
pueden ser más importantes para las evaluaciones de la vida. En ambos casos, sin embargo,
estas medidas proporcionan información que va más allá de la transmitida por los ingresos.
Por ejemplo, en la mayoría de los países desarrollados, las personas más jóvenes y las de más
edad hacen una evaluación más alta de su vida que las personas de edad avanzada, un patrón
que contrasta fuertemente con los niveles de ingresos de los mismos grupos.
74. Uno de los aspectos en los que coinciden diversas medidas subjetivas del bienestar de las
personas es en señalar los elevados costes del desempleo para la calidad de vida de las personas.
Las personas que se quedan sin trabajo manifiestan una menor valoración de la vida, incluso
después de controlar sus menores ingresos, y con poca adaptación a lo largo del tiempo; los
desempleados también manifiestan una mayor prevalencia de diversos afectos negativos (tristeza,
estrés y dolor) y menores niveles de afectos positivos (alegría). Estas medidas subjetivas sugieren
que los costes del desempleo superan la pérdida de ingresos de quienes pierden su trabajo, lo que
refleja la existencia de efectos no pecuniarios entre los desempleados y de los temores y ansiedades
que genera el desempleo en el resto de la sociedad.
75. Aunque las iniciativas de los investigadores individuales y de los proveedores de datos
comerciales han dado lugar a importantes avances en la medición del bienestar subjetivo, los
datos siguen siendo limitados en cuanto a las inferencias estadísticas que permiten. Los
sistemas estadísticos nacionales deben aprovechar estos esfuerzos e incorporar preguntas sobre
diversos aspectos del bienestar subjetivo en sus encuestas estándar. También deben desarrollar
estudios longitudinales que puedan apoyar inferencias más válidas sobre la importancia
relativa de los distintos factores en juego.
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diferencia para la vida de las personas, y que sus influencias no son captadas en su totalidad
por las medidas convencionales de los recursos económicos.
4.1 - Salud
78. La salud es una característica básica que determina tanto la duración como la calidad de la
vida de las personas. Su evaluación requiere una buena medición tanto de la mortalidad como de
la morbilidad. Las lagunas de datos siguen siendo importantes en ambos campos. Las estadísticas
de mortalidad por edad y sexo documentan el riesgo de muerte al que se enfrentan las personas y
se utilizan para calcular la duración prevista de la vida de una persona. Estos indicadores están
disponibles hoy en día en todos los países desarrollados, pero siguen siendo limitados en gran parte
del mundo en desarrollo, en particular para los adultos, lo que limita la posibilidad de supervisar
los avances en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU. Además, las
estadísticas de mortalidad por edad son vectores: para obtener una medida escalar de la duración
de la vida de las personas, es necesario agregarlas de forma adecuada y estandarizarlas para tener
en cuenta las diferencias en la estructura de edad entre países y a lo largo del tiempo. Aunque
existen diferentes fórmulas de agregación y métodos de estandarización, conducen a resultados y
clasificaciones diferentes cuando se comparan países con curvas de supervivencia (por edad) que
se cruzan entre sí. Esto sugiere que es necesario recopilar una variedad de medidas de mortalidad
y hacer un seguimiento periódico de las mismas. No obstante, es significativo que las medidas no
monetarias de la salud de las personas pueden divergir significativamente de las medidas
económicas convencionales. Por ejemplo, aunque Francia tiene un PIB per cápita inferior al de
Estados Unidos, su esperanza de vida al nacer es mayor, y esta ventaja ha ido aumentando (de
menos de 6 meses en 1960 a casi
2 años en 2006), incluso cuando su PIB per cápita en relación con el de Estados Unidos
estaba disminuyendo (Figura 2.1).
Figura 2.1. Diferencias en el PIB per cápita y la esperanza de vida al nacer entre Estados Unidos y Francia
0.85 1.03
0.80 1.02
0.75 1.01
0.70 1.00
0.65 0.99
PIB per cápita, precios corrientes y PPA (eje izquierdo)
Esperanza de vida al nacer, hombres (eje derecho)
0.60
0.98
Nota: Relación entre los valores franceses y los estadounidenses (los valores superiores a 1 indican mejores condiciones
en Francia que en Estados Unidos). Por ejemplo, en 2006 el PIB per cápita francés era el 0,82 del estadounidense,
mientras que la esperanza de vida de los hombres franceses era 1,025 veces la de los hombres de Estados Unidos.
Fuente: Datos de la OCDE.
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79. El estado de avance es mucho más limitado en lo que respecta a las estadísticas sobre
morbilidad, una situación que ha provocado desacuerdos de larga duración sobre si los
descensos de la mortalidad han ido acompañados de descensos similares de la morbilidad. Las
medidas de morbilidad existentes se basan en diversas fuentes: registros de la altura y el peso
de las personas, diagnósticos de los profesionales de la salud, registros de enfermedades
específicas y autoinformes elaborados para censos y encuestas. Algunas de estas medidas se
refieren a la prevalencia de enfermedades o lesiones, mientras que otras se refieren a sus
consecuencias en términos de funcionamiento de la persona afectada (que también depende de
la calidad del tratamiento). Las variaciones en las medidas y en los datos subyacentes son
inevitables dadas las múltiples manifestaciones de la mala salud, pero esto también supone un
verdadero obstáculo para comparar países y seguir los cambios en la morbilidad de las personas
a lo largo del tiempo. Las medidas son aún más escasas cuando se pasa de los trastornos físicos
a los mentales, a pesar de las pruebas de que éstos afectan (al menos en formas leves) a una
gran parte de la población, de que la mayoría de estos trastornos no reciben tratamiento y de
que su incidencia ha aumentado en algunos países.
4.2 - Educación
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Si bien es cierto que no existe una relación de causalidad entre la educación y estas otras
dimensiones de la calidad de vida (por ejemplo, los niños menos sanos pueden faltar más a la
escuela), hay consenso en que la educación aporta una serie de beneficios (monetarios y no
monetarios) que benefician tanto a la persona que invierte en la educación como a la comunidad
en la que vive. Medir la magnitud de estos beneficios más amplios de la educación es una
importante prioridad de la investigación, en la que los avances requieren mejores mediciones de
las características de las personas en una serie de ámbitos y encuestas que sigan al mismo individuo
a lo largo del tiempo.
83. Los indicadores educativos disponibles abarcan una amplia gama de campos. Algunos
se refieren a los insumos (por ejemplo, la matrícula escolar, el gasto en educación y los
recursos escolares), mientras que otros se refieren a los resultados y los productos (por
ejemplo, las tasas de graduación, los años de escolarización completados, las pruebas
estandarizadas que miden los logros de las personas en términos de alfabetización y
aritmética). Cuál de estos indicadores es más relevante depende de la etapa de desarrollo de
un país y del objetivo del ejercicio de evaluación. Los indicadores disponibles ponen de
manifiesto grandes diferencias entre los países, y a veces los distintos indicadores educativos
ponen de manifiesto patrones contrastados. Algunos países, por ejemplo, pueden combinar la
excelencia de los estudiantes que llegan a la educación universitaria con el bajo rendimiento
generalizado de un gran número de jóvenes, principalmente de los hogares situados en la parte
inferior de la escala socioeconómica. Estas diferencias se anularían en las medidas resumidas
de la educación (por ejemplo, la media de años de escolarización), pero tienen importancia
para cualquier evaluación de la calidad de vida. Dentro de los países, las mediciones de la
desigualdad en los resultados del aprendizaje son especialmente importantes para los jóvenes
que se encuentran en la parte inferior de la escala de rendimiento y que corren el riesgo de caer
en la pobreza o de quedar excluidos de los trabajos bien remunerados y gratificantes en la vida
adulta. Dado que la educación es un importante factor de predicción de muchas dimensiones
de la vida de las personas, todas las encuestas sociales deberían incluir sistemáticamente
información sobre las experiencias de aprendizaje de los encuestados y de sus padres, así como
información sobre otras características que conforman la calidad de sus vidas.
84. Algunos de los indicadores más relevantes para evaluar el efecto de la educación en la
calidad de vida son las medidas de las competencias de las personas. En los últimos años se
han desarrollado varias herramientas para medirlas de forma estandarizada, aunque siguen
teniendo importantes limitaciones. En primer lugar, y lo más evidente, no todos los países
aplican actualmente estas encuestas. En segundo lugar, muchas de estas herramientas no se
desarrollaron desde la perspectiva de medir las capacidades de las personas en un sentido
amplio, sino con el fin de evaluar las políticas educativas, lo que normalmente requería
centrarse en un conjunto más limitado de competencias medibles. En tercer lugar, las
herramientas de evaluación existentes suelen tener una cobertura limitada, ya que la
escolarización es sólo uno de los insumos que conducen al conocimiento, al desarrollo de
habilidades y a la mejora de la calidad de vida. La información sobre las experiencias y las
competencias "blandas" adquiridas por los niños en sus primeros años sigue siendo limitada,
a pesar de que cada vez hay más pruebas de que las experiencias de la primera infancia son
importantes para el aprendizaje y la calidad de vida de las personas en años posteriores. Las
herramientas de medición también siguen siendo limitadas cuando se trata de comparar las
competencias de los estudiantes de la enseñanza superior y de evaluar las experiencias de los
trabajadores en materia de educación y formación de adultos (aunque esto cambiará a medida
que se desarrollen y apliquen nuevas encuestas sobre las competencias de los adultos). En
cuanto a otras características de la calidad de vida, el principal problema de los indicadores en
este ámbito no es la falta de información detallada sobre la educación en sí misma, sino la falta
de encuestas que midan tanto la educación como otros resultados importantes para la calidad
de vida a nivel individual.
4.3 - Actividades personales
85. La forma en que las personas emplean su tiempo y la naturaleza de sus actividades
personales son importantes para la calidad de vida, independientemente de los ingresos
generados. Las actividades a las que se dedican las personas tienen efectos en su bienestar
subjetivo, tanto en términos de sus experiencias hedónicas
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(Figura 2.2) y sus juicios evaluativos. En general, las personas no siempre "eligen" entre estas
actividades del mismo modo que asignan su presupuesto entre diversos bienes, debido a la
falta de alternativas eficaces. Además, estas elecciones suelen afectar a otras personas de la
familia y la comunidad, y algunas de estas actividades personales representan efectivamente
costes indirectos para la producción (por ejemplo, los desplazamientos) en lugar del consumo.
Figura 2.2. Clasificación de las actividades personales según las experiencias hedónicas de las
mujeres y el tiempo que les dedican en determinadas ciudades de Estados Unidos y Francia
Actividades clasificadas por orden decreciente de disfrute en Estados Unidos
Estados Unidos
0.4 25
Rango de actividades (eje izquierdo)
20
0.3
Porcentaje de tiempo (eje derecho)
15
0.2
10
0.1
5
0.0 0
Francia
0.4 25
Rango de actividades (eje izquierdo)
20
0.3 Porcentaje de tiempo (eje derecho)
15
0.2
10
0.1
5
0.0 0
Nota: La clasificación de las actividades se basa en la información sobre la proporción de intervalos de 15 minutos en los que la
experiencia hedónica de "estrés", "tristeza" o "dolor" superó a la de "felicidad". Los datos se refieren a una muestra de mujeres
de Columbus (Ohio, Estados Unidos) y Rennes (Francia), entrevistadas en 2006 con el Princeton Affect and Time Survey.
Fuente: Krueger, A.B., D. Kahneman, D. Schkade, N. Schwarz y A. Stone (2008), "National Time Accounting: The Currency of
Life", NBER, de próxima publicación en A. B. Kruger (ed.), Measuring the Subjective Well-being of Nations: National Accounts
of Time Use and Well-Being, University of Chicago Press, Chicago.
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86. Debido tanto a las exigencias políticas como a la viabilidad de proporcionar medidas
concretas y comparables, las principales actividades debatidas por la Comisión han sido el trabajo
remunerado, el trabajo no remunerado, los desplazamientos y el tiempo de ocio. La vivienda,
aunque no represente una actividad en sí misma, también se discutió porque proporciona el
escenario para una serie de actividades personales.
• Por último, a pesar de la importancia de la vivienda para una serie de resultados sociales
(como la educación de los niños), no existe actualmente un conjunto básico de
indicadores de vivienda para realizar comparaciones internacionales. Para remediar esta
situación sería necesario disponer de mejor información sobre el número de personas sin
hogar o que viven en refugios de emergencia y sobre la calidad de la vivienda (por
ejemplo, en cuanto a los servicios locales disponibles y el hacinamiento).
87. En varios casos, ya existen indicadores adecuados en estos diversos campos, y el reto
consiste en mejorar lo que se ha conseguido en el pasado. En otros ámbitos, sin embargo, las
medidas existentes siguen siendo muy deficientes, y el progreso requiere invertir en nuevas
capacidades estadísticas. Un ejemplo, que abarca todas las actividades personales descritas
anteriormente, es el de la medición del tiempo de las personas. El tiempo es la medida natural
para comparar las actividades personales y (como se argumenta en el capítulo 1) un dato
esencial para la construcción de las cuentas satélite de los hogares. Una de las prioridades
debería ser el desarrollo de herramientas de medición basadas en definiciones claras y en
encuestas con un diseño coherente que sean representativas de los patrones de todo un año y
que se realicen con suficiente regularidad, requisitos que rara vez se cumplen. Lo ideal sería
que estas encuestas abarcaran tanto la cantidad de tiempo dedicado a las distintas actividades
como los sentimientos que producen. Esto es importante, ya que una misma actividad puede
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generar diferentes experiencias hedónicas en función de las condiciones de las personas (por
ejemplo, si están desempleadas o no); esta información también es importante para evaluar las
desigualdades entre los distintos grupos de la sociedad (por ejemplo, por género). Aunque
estas inversiones en capacidad estadística son costosas y compiten con otras prioridades, su
rentabilidad para la investigación de la calidad de vida es potencialmente enorme.
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libertades, así como el funcionamiento del sistema judicial (por ejemplo, su independencia de
la corrupción y las influencias políticas, la rapidez con la que imparte justicia y su accesibilidad
tanto para los ciudadanos como para los residentes). Muchos de estos indicadores suelen ser
recopilados por organismos ajenos a los sistemas estadísticos nacionales y se basan
principalmente en la opinión de expertos. Estos indicadores deben ser complementados, y en
algunos casos sustituidos, por encuestas sobre la percepción de los propios ciudadanos acerca
del funcionamiento de las instituciones políticas, jurídicas y ejecutivas, las dificultades que
encuentran para acceder a ellas y la confianza que depositan en ellas. Dichas encuestas también
deben captar las desigualdades en el acceso a estas instituciones entre los distintos grupos
socioeconómicos.
92. Las conexiones sociales mejoran la calidad de vida de diversas maneras. Las personas
con más contactos sociales tienen una mayor valoración de la vida, ya que muchas de las
actividades personales más placenteras implican la socialización. Los beneficios de las
conexiones sociales se extienden a la salud de las personas y a la probabilidad de encontrar un
trabajo, así como a varias características del barrio en el que se vive (por ejemplo, la
prevalencia de la delincuencia y el rendimiento de las escuelas locales). Estas conexiones
sociales se describen a veces como "capital social" para destacar los beneficios (directos e
indirectos) que aportan. Como ocurre con otros tipos de capital, las externalidades derivadas
del capital social pueden ser a veces negativas: por ejemplo, la pertenencia a un grupo puede
reforzar un sentimiento de identidad personal única que alimenta un clima de violencia y
enfrentamiento con otros grupos. Sin embargo, esto subraya la importancia de analizar mejor
la naturaleza de estas conexiones sociales y la amplitud de sus efectos, en lugar de subestimar
su importancia. Los datos disponibles sugieren que las conexiones sociales benefician a las
personas de las redes, con efectos sobre los no participantes que dependen tanto de la
naturaleza del grupo como de los efectos que se consideren.
93. No siempre se comprenden bien los motores del cambio en las conexiones sociales de
las personas. Las conexiones sociales proporcionan servicios a las personas (por ejemplo,
seguros, seguridad), y el desarrollo tanto de los mercados como de los programas
gubernamentales puede haber reducido los vínculos de los individuos con su comunidad
gracias a la provisión de acuerdos alternativos. Lo que está claro es que la disminución de
estos vínculos puede afectar negativamente a la vida de las personas, incluso cuando sus
funciones son asumidas por alternativas de mercado o gubernamentales que aumentan el nivel
de actividad económica (como cuando la vigilancia informal de los vecinos es sustituida por
guardias de seguridad asalariados). Por tanto, para evitar una evaluación sesgada del bienestar
humano, es necesario medir estos vínculos sociales.
94. La investigación sobre las conexiones sociales se ha basado tradicionalmente en medidas
indirectas, como el número de miembros individuales en asociaciones, o la frecuencia de las
actividades que se supone que son resultado de las conexiones sociales (por ejemplo, el
comportamiento altruista y la participación electoral). Sin embargo, hoy en día se acepta que estas
medidas no son buenas para medir las conexiones sociales y que para obtener medidas fiables es
necesario realizar encuestas sobre los comportamientos y las actividades de las personas. En los
últimos años, varias oficinas de estadística (en el Reino Unido, Australia, Canadá, Irlanda, los
Países Bajos y, más recientemente, Estados Unidos) han iniciado encuestas que miden diversas
formas de conexiones sociales. Por ejemplo, los módulos especiales de la encuesta sobre la
población activa en Estados Unidos preguntan a los ciudadanos sobre su compromiso cívico y
político, su pertenencia y trabajo voluntario en diversas organizaciones, su relación con los vecinos
y los miembros de la familia, y cómo obtienen la información y las noticias. Deberían realizarse
encuestas similares en otros países, basadas en preguntas y protocolos que permitan realizar
comparaciones válidas entre países y a lo largo del tiempo. Progreso
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También se debería medir otras dimensiones de las conexiones sociales (como la confianza en
los demás, el aislamiento social, la disponibilidad de apoyo informal en caso de necesidad, la
participación en el lugar de trabajo y en las actividades religiosas, la amistad por encima de la
raza, la religión y la clase social) aprovechando la experiencia acumulada por algunos países
en estos ámbitos.
95. Las condiciones ambientales son importantes no sólo para la sostenibilidad, sino también
por su impacto inmediato en la calidad de vida de las personas. En primer lugar, afectan a la
salud humana tanto de forma directa (por la contaminación del aire y el agua, las sustancias
peligrosas y el ruido) como indirecta (por el cambio climático, las transformaciones en los
ciclos del carbono y el agua, la pérdida de biodiversidad y las catástrofes naturales que afectan
a la salud de los ecosistemas). En segundo lugar, las personas se benefician de los servicios
ambientales, como el acceso al agua potable y las zonas de recreo, y sus derechos en este
ámbito (incluido el derecho a acceder a la información ambiental) han sido cada vez más
reconocidos. En tercer lugar, las personas valoran los servicios ambientales o los
inconvenientes, y estas valoraciones afectan a sus elecciones reales (por ejemplo, de dónde
vivir). Por último, las condiciones medioambientales pueden provocar variaciones climáticas
y catástrofes naturales, como sequías e inundaciones, que dañan tanto las propiedades como
las vidas de las poblaciones afectadas.
96. Sin embargo, la medición de los efectos de las condiciones ambientales en la vida de las
personas es compleja. Estos efectos se manifiestan a lo largo de diferentes escalas de tiempo
y sus repercusiones varían en función de las características de las personas (por ejemplo, dónde
viven y trabajan, su consumo metabólico). Además, a menudo se subestima la fuerza de estas
relaciones debido a las limitaciones de los conocimientos científicos actuales y a la medida en
que los diversos factores ambientales han sido objeto de investigaciones sistémicas.
97. En las dos últimas décadas se ha avanzado mucho en lo que respecta a la medición de
las condiciones medioambientales (mediante mejores datos medioambientales, el seguimiento
periódico de los indicadores y las herramientas de contabilidad), la comprensión de sus
impactos (por ejemplo, la evaluación de la morbilidad y la mortalidad relacionadas, la
productividad laboral, los retos económicos asociados al cambio climático, el cambio de la
biodiversidad, los daños causados por las catástrofes) y el establecimiento de un derecho de
acceso a la información medioambiental. Para medir la presión humana sobre el medio
ambiente, las respuestas de las administraciones, las empresas y los hogares a la degradación
del medio ambiente, y el estado real de la calidad del medio ambiente, se puede utilizar una
serie de indicadores medioambientales.
98. Sin embargo, desde la perspectiva de la calidad de vida, los indicadores existentes siguen
siendo limitados en aspectos importantes. Por ejemplo, los indicadores de emisiones se refieren
principalmente a las cantidades agregadas de diversos contaminantes, y no a la proporción de
personas expuestas a dosis peligrosas. Por lo tanto, los indicadores existentes deben
complementarse de varias maneras, incluyendo el seguimiento regular del número de muertes
prematuras por exposición a la contaminación atmosférica; el número de personas que carecen
de acceso a los servicios de agua y a la naturaleza, o que están expuestas a niveles peligrosos
de ruido y contaminación; y los daños infligidos por los desastres ambientales. También es
necesario realizar encuestas sobre los sentimientos y las evaluaciones de la gente sobre las
condiciones medioambientales de su barrio. Dado que muchos de los efectos de las condiciones
medioambientales sobre la calidad de vida difieren entre las personas, estos indicadores deben
referirse a personas agrupadas según diversos criterios de clasificación.
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Informe de la Comisión para la Medición del Rendimiento Económico y el Progreso Social
99. La inseguridad personal incluye factores externos que ponen en riesgo la integridad
física de cada persona: la delincuencia, los accidentes, las catástrofes naturales y los cambios
climáticos son algunos de los más
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factores obvios. En casos extremos, estos factores pueden conducir a la muerte de la persona
implicada. Aunque estos elementos sólo representan una minoría de todas las muertes y se
recogen en las estadísticas generales de mortalidad, una de las razones para disponer de
medidas específicas de su frecuencia es que su efecto en la vida emocional de las personas es
muy diferente al de las muertes relacionadas con afecciones médicas, como demuestra el gran
impacto del duelo en el bienestar subjetivo de las personas.
100. Las manifestaciones menos extremas de inseguridad personal, como la delincuencia,
afectan a la calidad de vida de un número significativamente mayor de personas, con un
número aún mayor de informes sobre el miedo a ser víctima de una agresión física. Una de las
características más notables de los informes sobre el miedo subjetivo a la delincuencia es su
escasa relación con la victimización experimentada: los países con una mayor proporción de
personas que declaran tener miedo a la delincuencia no experimentan una mayor
victimización, mientras que, dentro de los países, las personas de mayor edad y más ricas se
sienten más inseguras que las más jóvenes y pobres, a pesar de tener menos probabilidades de
ser víctimas de la delincuencia.
101. Estos patrones ponen de manifiesto la importancia de desarrollar medidas más regulares
y fiables de la seguridad personal para orientar el debate público. Las encuestas de
victimización son una herramienta esencial para evaluar la frecuencia de los delitos y el miedo
que generan. Es necesario movilizar otras herramientas para evaluar otras amenazas a la
seguridad personal, como la violencia doméstica y la violencia en países asolados por
conflictos y guerras.
102. La incertidumbre sobre las condiciones materiales que pueden prevalecer en el futuro
refleja la existencia de una serie de riesgos, en particular de desempleo, enfermedad y vejez.
La materialización de estos riesgos tiene consecuencias negativas para la calidad de vida,
dependiendo de la gravedad del choque, su duración, el estigma asociado a él, la aversión al
riesgo de cada persona y las implicaciones financieras.
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BREVE RELATO SOBRE EL CONTENIDO DEL INFORME
104. La enfermedad puede causar inseguridad económica tanto directa como indirectamente.
Para las personas sin seguro médico (o con un seguro parcial), los costes médicos pueden ser
devastadores, obligándolas a endeudarse, a vender su casa y sus bienes, o a renunciar a un
tratamiento a costa de peores resultados de salud en el futuro. Un indicador de la inseguridad
económica relacionada con la enfermedad es el porcentaje de personas sin seguro médico. Sin
embargo, el seguro médico puede cubrir diferentes contingencias, e incluso las personas
aseguradas pueden incurrir en elevados gastos sanitarios de bolsillo en caso de enfermedad. A
estos gastos sanitarios de bolsillo hay que añadir la pérdida de ingresos que se produce si la
persona tiene que dejar de trabajar y el seguro de enfermedad (u otro) no proporciona ingresos
de sustitución.
105. La vejez no es un riesgo en sí mismo, pero sí puede implicar inseguridad económica
debido a la incertidumbre sobre las necesidades y los recursos tras la retirada del mercado
laboral. Dos tipos de riesgo, en particular, son importantes. El primero es el riesgo de
insuficiencia de recursos durante la jubilación, debido a la insuficiencia de los futuros pagos
de pensiones o a las mayores necesidades asociadas a la enfermedad o la discapacidad. El
segundo es el riesgo de volatilidad en los pagos de las pensiones: si bien todos los sistemas de
ingresos por jubilación están expuestos a algunos tipos de riesgo, el mayor papel del sector
privado en la financiación de las pensiones de jubilación (tanto en forma de pensiones
profesionales como de ahorro personal) ha permitido ampliar la cobertura de los sistemas de
pensiones en muchos países, pero a costa de trasladar el riesgo de los gobiernos y las empresas
a los individuos, aumentando así su inseguridad.
106. Los múltiples factores que configuran la inseguridad económica se reflejan en la variedad de
enfoques utilizados para medirlos. Algunos enfoques tratan de cuantificar la frecuencia de riesgos
específicos, mientras que otros se fijan en las consecuencias de un riesgo que se materializa y en
los medios de que disponen las personas para protegerse de estos riesgos (especialmente los
recursos que proporcionan los programas de seguridad social). Lo ideal sería que una medida global
de la inseguridad económica tuviera en cuenta tanto la frecuencia de cada riesgo como sus
consecuencias, y se han hecho algunos intentos en este sentido. Otro problema es el de la
agregación de los distintos riesgos que conforman la inseguridad económica, ya que los indicadores
que describen estos riesgos carecen de una métrica común para evaluar su gravedad. Un último
problema, aún más difícil de resolver, es el de contabilizar las consecuencias a largo plazo para la
calidad de vida de las distintas políticas utilizadas para limitar la inseguridad económica (a través
de sus efectos sobre el desempleo y la participación de la población activa).
5 - Cuestiones transversales
107. La mayoría de los retos de medición descritos anteriormente son específicos de cada
dimensión de la calidad de vida, y la Comisión sólo ha insinuado algunos de los trabajos
necesarios, dejando a las agencias con experiencia en cada campo el detalle de los planes de
acción concretos. Otros retos, sin embargo, son transversales y es improbable que se recojan
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mediante iniciativas emprendidas por separado en cada campo. Tres de estas cuestiones
merecen especial atención.
5.1 - Desigualdades en la calidad de vida
108. El primer reto transversal de los indicadores de calidad de vida es detallar las desigualdades
de las condiciones individuales en las distintas dimensiones de la vida, en lugar de limitarse a la
media
6. Si bien la inseguridad se trata como un factor objetivo que determina la calidad de vida, también puede
considerarse como una cuestión transversal debido a la gran variedad de riesgos a los que están expuestos los
individuos. La ubicación de la inseguridad entre los factores objetivos se ha debatido largamente y es convencional.
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Informe de la Comisión para la Medición del Rendimiento Económico y el Progreso Social
las condiciones de cada país. En cierta medida, el hecho de no tener en cuenta estas
desigualdades explica la "creciente brecha" -señalada por la Presidencia francesa al crear la
Comisión- entre las estadísticas agregadas que dominan los debates políticos y el sentimiento
de los ciudadanos sobre sus propias condiciones.
109. Mientras que las metodologías y las fuentes de datos establecidas pueden utilizarse para
medir las desigualdades en la distribución de los recursos económicos de forma bastante fiable,
la situación es mucho menos satisfactoria en lo que respecta a las dimensiones no monetarias
de la calidad de vida. Esto es especialmente cierto dado que estas desigualdades no siempre
pueden describirse mediante información sobre el tamaño de la distribución de estas
características en torno a su media. Por ejemplo, las diferencias en la duración de la vida de
las personas pueden reflejar diferencias genéticas que se distribuyen aleatoriamente en la
población: en estas circunstancias, reducir la distribución general de la duración de la vida no
haría que la sociedad fuera menos "desigual" de ninguna manera moralmente convincente.
110. Sin embargo, los problemas van más allá de la elaboración de medidas adecuadas. Hay
muchas desigualdades, y cada una de ellas es significativa en sí misma: esto sugiere que
debemos evitar la presunción de que una de ellas (por ejemplo, los ingresos) siempre englobará
a todas las demás. Al mismo tiempo, algunas desigualdades pueden reforzarse mutuamente.
Las disparidades de género, por ejemplo, aunque son omnipresentes en la mayoría de los países
y grupos, suelen ser mucho mayores en los hogares con un estatus socioeconómico más bajo:
en muchos países en desarrollo, el efecto combinado del género y el estatus socioeconómico
suele excluir a las mujeres jóvenes de los hogares pobres de la asistencia a la escuela y de la
obtención de trabajos gratificantes, negándoles posibilidades de autoexpresión y voz política,
y exponiéndolas a peligros que ponen en riesgo su salud. La medición de algunas de estas
desigualdades (como las relacionadas con la clase y el estatus socioeconómico) ha contribuido,
a lo largo de los años, a una amplia gama de políticas e instituciones destinadas a reducir su
intensidad y sus consecuencias. Otros tipos de desigualdad, como la que se da entre grupos
étnicos, son más recientes (al menos en los países que han experimentado grandes oleadas de
inmigración) y están llamados a adquirir mayor relevancia política en el futuro a medida que
continúe la inmigración.
111. Es fundamental que estas desigualdades se evalúen de forma exhaustiva, examinando
las diferencias en la calidad de vida entre personas, grupos y generaciones. Además, como las
personas pueden clasificarse según diferentes criterios, cada uno de ellos con cierta relevancia
para la vida de las personas, las desigualdades deben medirse y documentarse para una
pluralidad de grupos. Deben desarrollarse encuestas adecuadas para evaluar las
complementariedades entre los distintos tipos de desigualdad y para identificar sus causas
subyacentes. Corresponde a la comunidad estadística alimentar regularmente estos análisis con
datos adecuados.
55
BREVE RELATO SOBRE EL CONTENIDO DEL INFORME
113. Evaluar estos vínculos entre las distintas dimensiones de la calidad de vida no es fácil,
ya que los sistemas estadísticos siguen estando muy segmentados entre disciplinas, y los
instrumentos de medición de cada campo apenas prestan atención a la evolución de otros
ámbitos. Pero se puede avanzar desarrollando información sobre la "distribución conjunta" de
las características más destacadas de la calidad de vida (como las experiencias hedónicas, el
estado de salud, la educación, la voz política) en todas las personas. Aunque el desarrollo
completo de esta información sólo podría lograrse en un futuro lejano, podrían darse pasos
concretos en esta dirección incluyendo en todas las encuestas unas cuantas preguntas estándar
que permitan clasificar a los encuestados en función de un conjunto limitado de características,
y que describan sus condiciones en una amplia gama de ámbitos. También habría que invertir
en el desarrollo de encuestas longitudinales que permitan tanto controlar las características
personales de las personas como analizar mejor la direccionalidad de la causalidad entre los
distintos factores que conforman la vida.
56
Informe de la Comisión para la Medición del Rendimiento Económico y el Progreso Social
117. En general, los diferentes enfoques darán lugar a distintas medidas escalares de calidad
de vida para cada país, y a distintas características de las personas clasificadas como "peor".
Por ejemplo, en una muestra de encuestados rusos, las personas situadas en el quintil inferior
de la distribución de ingresos equivalentes declaran tener una peor salud y una mayor
incidencia del desempleo en comparación con las personas identificadas como "peor situadas"
sobre la base de su gasto en consumo o de sus evaluaciones subjetivas de la vida (gráfico 2.3).
Esto sugiere que, en lugar de centrarse en la construcción de una única medida resumida de la
calidad de vida, los sistemas estadísticos deberían proporcionar los datos necesarios para
calcular varias medidas agregadas según la perspectiva filosófica de cada usuario.
Figura 2.3. Características de las personas más desfavorecidas según diferentes medidas de calidad de vida,
Rusia en 2000
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0.0
Compartir el
Consumo Satisfacción vital Salud Vivienda desempleo
gasto
Ingresos
Gastos de consumo Satisfacción vital equivalentes
Nota. Los datos se refieren a las personas consideradas como "peor situadas" (es decir, en el quintil inferior de la
distribución) según tres medidas diferentes de su calidad de vida: i) el gasto de consumo de los hogares (ajustado por el
número de personas en cada hogar); ii) la satisfacción vital (basada en la pregunta "¿En qué medida está usted satisfecho
con su vida en general en este momento?"con respuestas en una escala de cinco puntos); y iii) una medida de ingresos
equivalentes, basada en cuatro "funcionamientos", es decir, la salud autodeclarada, la situación laboral, la calidad de la
vivienda y el haber incurrido en retrasos salariales. Para cada una de estas tres medidas de calidad de vida, el gráfico
muestra los niveles medios de los diversos factores que determinan la calidad de vida entre los "más desfavorecidos",
basados en una medida, en relación con los basados en todas las demás.
Fuente: Fleurbaey M., E. Schokkaert y K. Decancq (2009) "What good is happiness?", CORE Discussion Paper,
2009/17, Université catholique de Louvain, Bélgica. Cálculos basados en datos de la Encuesta de Seguimiento
Longitudinal de Rusia.
57
BREVE RELATO SOBRE EL CONTENIDO DEL INFORME
118. La calidad de vida incluye toda la gama de factores que hacen que la vida merezca la
pena, incluidos aquellos que no se negocian en los mercados y que no son captados por las
medidas monetarias. Aunque algunas extensiones de la contabilidad económica incluyen
algunos elementos adicionales que conforman la calidad de vida en las medidas
convencionales del bienestar económico basadas en el dinero, este enfoque tiene límites. Otros
indicadores tienen un importante papel que desempeñar en la medición del progreso social, y
los recientes avances en la investigación han dado lugar a medidas nuevas y creíbles para al
menos algunos aspectos de la calidad de vida. Estas medidas, aunque no sustituyen a los
indicadores económicos convencionales, ofrecen la oportunidad de enriquecer los debates
políticos y de informar a los ciudadanos sobre las condiciones de las comunidades en las que
viven; hoy en día, tienen el potencial de pasar de la investigación a la práctica estadística
habitual. Las recomendaciones de la Comisión en este ámbito pueden resumirse como sigue:
Recomendación 4: Deberían diseñarse encuestas para evaluar los vínculos entre los distintos
ámbitos de la calidad de vida de cada persona, y esta información debería utilizarse a la hora
de diseñar políticas en distintos ámbitos.
122. Es fundamental abordar las cuestiones relativas a la manera en que la evolución de un
ámbito de la calidad de vida afecta a otros ámbitos, y cómo la evolución de todos los ámbitos
está relacionada con los ingresos. Esto es importante porque las consecuencias para la calidad
de vida de tener múltiples desventajas superan con creces la suma de sus efectos individuales.
El desarrollo de medidas de estos efectos acumulativos requiere información sobre la
"distribución conjunta" de las características más destacadas de la calidad de vida en todas las
personas de un país mediante encuestas específicas. También se podrían dar pasos en esta
dirección incluyendo en todas las encuestas algunas preguntas estándar que permitan clasificar
a los encuestados en función de un conjunto limitado de características. A la hora de diseñar
políticas en ámbitos específicos, los indicadores relativos a las diferentes dimensiones de la
calidad de vida deberían considerarse conjuntamente, para abordar las interacciones entre las
dimensiones y las necesidades de las personas desfavorecidas en varios ámbitos.
1. Introducción
124. En los dos primeros capítulos se ha tratado ampliamente la medición del bienestar actual,
ya sea en las dimensiones que se pueden resumir en unidades monetarias (capítulo 1), o en las
dimensiones que son menos susceptibles de convertirse en unidades monetarias (capítulo 2).
125. La cuestión de la sostenibilidad que se plantea en este último capítulo es de otra
naturaleza. La sostenibilidad plantea el reto de determinar si podemos esperar que el nivel
actual de bienestar se mantenga, al menos, durante los próximos periodos o generaciones
futuras, o si lo más probable es que disminuya. Ya no se trata de medir el presente, sino de
predecir el futuro, y esta dimensión prospectiva multiplica las dificultades ya encontradas en
los dos primeros capítulos.
126. A pesar de estas dificultades, se han hecho muchas propuestas para medir la
sostenibilidad en términos cuantitativos, a partir de trabajos seminales como la "Medida
sostenible del bienestar económico" de Nordhaus y Tobin en la década de 1970, o tras el fuerte
impulso dado por el Informe Brundtland en 1987 y la Cumbre de Río a principios de la década
de 1990. El presente capítulo comenzará con un breve repaso de estas propuestas. Veremos
que muchas de ellas no distinguen claramente entre la medición del bienestar actual y la
evaluación de su sostenibilidad. En pocas palabras, muchas propuestas intentan abarcar las
tres dimensiones examinadas por los tres subgrupos de la Comisión, y a veces tratan de
resumirlas en una sola cifra. Esta no es la forma en que la Comisión ha estructurado su enfoque,
y con razón. Creemos firmemente que la sostenibilidad merece una medición separada, y en
este capítulo nos centraremos en la cuestión de la sostenibilidad stricto sensu.
7. Las pruebas y referencias que respaldan las afirmaciones presentadas en este Resumen se presentan en un
informe técnico complementario.