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EL DERECHO COMO CIENCIA

En general, como señaló Aristóteles, hay dos formas


Razonamiento: Teoría y práctica; primeras consideraciones qué
son las cosas y sacar conclusiones abstrayendo sus propiedades
Esencia; sujeto al razonamiento práctico, no lo que ya, pero ¿qué
se puede hacer para ser específico? el resultado. Por ejemplo, la
física es una ciencia teórica que hace inferencias sobre las
propiedades de la materia. el edificio es uno Ciencia práctica
utilizando conocimientos teóricos. La física y otras ciencias
finalmente señalan lo que hay que hacer Crear un trabajo
específico. Anatomía y fisiología Estas son ciencias teóricas; la
medicina es una ciencia practica Con base en los conocimientos
teóricos de otras disciplinas, se indica Qué hacer para prevenir o
curar enfermedades.
El derecho es una ciencia práctica que tiene por objeto distinguir
¿Cuál es el comportamiento apropiado para implementar en la
situación dada? relaciones, justicia. En otras palabras, es una
ciencia práctica. Define lo que es justo en las relaciones
interpersonales, especialmente en situaciones específicas. Son
ciencia práctica esencial. Por la ley: ética que determina la
conducta justa para el beneficio personal y una política que
separa lo que conviene al bien Con frecuencia; estos hábitos
intelectuales científicos son la prudencia, el hábito de juzgar el
comportamiento apropiado Justicia (jurisprudencia), interés
propio (prudencia moral) y Intereses comunes (prudencia
política).
NUMERUS APERTUS Y NUMERUS CLAUSUS
Las expresiones latinas numerus apertus y numerus clausus
aluden a dos posiciones enfrentadas en la controversia sobre la
posibilidad de creación de nuevos derechos reales, es decir,
sobre la creación de derechos reales atípicos.
NUMERUS APERTUS
Los defensores del numerus apertus entienden que la lista de
derechos reales recogida en la Ley es una lista abierta a la que
pueden añadirse nuevos derechos reales. Esta doctrina se
fundamenta en los artículos 2.2 LH y art. 7 RH
El artículo 2, segundo apartado de la Ley Hipotecaria señala que
en el Registro de la Propiedad se inscribirán <<los títulos en que
se constituyan, reconozcan, transmitan, modifiquen o extingan
derechos de usufructo, uso, habitación, enfiteusis, hipoteca,
censos, servidumbre y otros cualesquiera reales>>. La coletilla
del artículo 2.2, <<y otros cualesquiera reales>>, parece dejar
abierta la posibilidad de crear nuevos reales. El artículo 7 del
Reglamento Hipotecaria parece incidir en esta regulación
aludiendo a ciertos derechos reales, así como a <<cualesquiera
otros relativos a derechos de la misma naturaleza>>. En base a
estos preceptos la lista parece no ser exhaustiva. Además
también puede fundamentarse en la autonomía de la voluntad
del art. 1255 CC: << Los contratantes pueden establecer los
pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente,
siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral, ni al orden
público>>.
NUMERUS CLAUSUS
Por el contrario, la doctrina del numerus clausus defiende que no
existen más derechos reales que los regulados en nuestras leyes
debido a que la creación de los mismos afecta al orden público,
puede frenar la libre circulación de bienes y provocar que
terceros deban soportar cargas a cuyo nacimiento fueron ajenos.
Mantienen que el derecho positivo contiene una lista cerrada de
derechos reales y que los particulares no pueden crear nuevos
derechos. Fundamentan esa imposibilidad de crear derechos
reales en la falta, en el ámbito de los derechos reales, de un
artículo que cumpliese con la labor del art. 1255 CC en el caso de
lo contractual. el art. 2.2 LH como, por ejemplo, la anticresis y
rechazan que el artículo 7 RH pueda decidir sobre esta cuestión
dado su rango reglamentario. Estas ideas, de origen romano, se
asentaron en países de nuestro entorno como son Alemania,
Suiza, Austria, Suecia, Finlandia o Portugal. para otros países de
su misma cultura jurídica) estaba presente el temor de que se
volviese a formas feudales de relación, y eso inspiraba la idea de
que los derechos reales sobre cosa ajena debían ser
perfectamente tasados. Este sistema es el que sigue el Derecho
alemán que facilita la llevanza del Registro y refuerza la
seguridad jurídica puesto que es suficiente conocer el derecho
real para saber con precisión el alcance y contenido de las
facultades que confiere a su titular.
La decodificación
comienza con la capacidad de relacionar las letras con los
sonidos que producen. Pero también requiere poder separar los
sonidos que forman las palabras (segmentación) y mezclar los
sonidos. Cuando los niños pueden hacer todas esas cosas, son
capaces de pronunciar las palabras. Los lectores principiantes
empiezan decodificando palabras de una sílaba y luego trabajan
con palabras más largas.
El proceso de decodificar permite que los niños averigüen cómo
se pronuncian la mayoría de las palabras que han escuchado
pero que nunca han visto escritas (la decodificación se basa en
las reglas fonéticas. Los niños necesitan memorizar las palabras
que no siguen esas reglas). También los ayuda a pronunciar
palabras que no conocen. Es un proceso en parte auditivo, y en
parte visual.
OBJETO DE DERECHO
es aquello sobre lo que se exterioriza el poder del sujeto titular
de un derecho, dicho de otra manera, aquello sobre lo que
exterioriza el contenido del derecho subjetivo. En consecuencia,
mientras derechos subjetivos de diversa clase puedan tener un
mismo objeto, tienen necesariamente diverso contenido. Así por
ejemplo, mientras la propiedad y el derecho de hipoteca puedan
tener objeto tienen necesariamente diverso contenido.
En la doctrina existen tres concepciones típicas sobre la noción
del "objeto del derecho".
1.- La primera considera que es el objeto todo lo que se
representa como estando fuera del sujeto, sean cosas
materiales, acciones humanas o fenómenos inmateriales.
2.- La llamada "concepción clásica", que se considera derivada
del derecho romano, identifica el objeto del derecho con las
cosas materiales.
3.- Por último, la tercera concepción, denominada a veces como"
concepción moderna "sostiene que el único objeto del derecho
es la conducta humana (sea de acción u omisión). Esta
concepción suele llevar a algunos partidarios a distinguir entre el
objeto inmediato de los derechos que sería la conducta humana
y su objeto mediato o practico o substrato del derecho que sería
la cosa a esa conducta se refiere. En todo caso, esta concepción
frecuentemente (aunque no siempre), lleva a borrar la distinción
entre los derechos reales y los derechos de crédito, distinción
que es fundamental en el Derecho Privado.
El objeto del derecho es uno de los términos de referencia de la
relación jurídica, o sea del deber jurídico y del derecho subjetivo.
Así pues. Por objeto debe entenderse, en general, todo lo que en
una relación jurídica no es sujeto.
QUE ES LA PERSONA
El concepto de persona (del latín persōna, ‘máscara del actor’,
‘personaje teatral, y este del griego [prósôpon]) es
principalmente filosófico, aunque también en sociología y
psicología se expresa como la singularidad de cada individuo de
la especie humana,234 en contraposición al concepto filosófico
de «naturaleza humana» que aborda lo supuestamente común
que hay en ellos. Sin embargo, en Ética y en Derecho no solo
existen personas de la especie humana.
El significado actual de persona tiene su origen en las
controversias cristológicas de los siglos IV y V. En el transcurso
del debate entre las diferentes escuelas teológicas, se
desarrollaron conceptos hasta entonces no conocidos. Se trataba
de disponer de herramientas de pensamiento filosófico, sobre las
que mantener un debate intelectual honesto y riguroso acerca
de los dogmas referidos al Λóγος (Logos: «Palabra»), y que
permitiesen esclarecer sus diferencias o similitudes con Dios
Padre. Para ello, la filosofía tomó prestado del teatro griego el
término πρόσωπον [prósôpon], y lo convirtió en un término
filosófico, definiendo al Λóγος (Logos) como Persona divina. Por
afinidad, el concepto fue posteriormente aplicado al Espíritu
Santo, a los ángeles y a los hombres.
Aunque el concepto más común de «persona» es el de ‘ser
dotado de razón, consciente de sí mismo y poseedor de una
identidad propia’, su significado puede tratarse desde diferentes
perspectivas.

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