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la II internacional

Ainhoa Ocaña Benítez


Natasha Rosa Freire
índice

01 Fundación y estructura
04 Eventos históricos

02 Objetivos y principios
05
Influencia en los
movimientos obreros
Tendencias y divisiones en
el seno del socialismo

03 Líderes y destacados
06 Legado
Biografía líderes
destacados
1.Fundación y Estructura
La Segunda Internacional fue fundada en París, Francia, en 1889
durante el Congreso de la Internacional Socialista. El objetivo principal
de esta organización era unir a los partidos socialistas de diferentes
países en una plataforma común para promover los derechos de los
trabajadores y luchar por el socialismo.
La estructura organizativa de la Segunda Internacional se basaba en
congresos regulares. Estos congresos se celebraban cada dos años y
reunían a representantes de los partidos socialistas y trabajadores de
todo el mundo. Durante estos congresos, se discutían y debatían
temas políticos, económicos y sociales relevantes para el movimiento
obrero internacional.
Además de los congresos, la Segunda Internacional contaba con una
oficina central ubicada en Bruselas, Bélgica. Esta oficina central tenía
como función principal coordinar las actividades de los partidos
socialistas y servir como punto de contacto entre ellos. También se
encargaba de publicar publicaciones y difundir información a través
de su red de contactos.
2.Objetivos y principios
Los objetivos principales de la Segunda Internacional eran la lucha por los derechos de los trabajadores en
todo el mundo, incluyendo la abolición del trabajo infantil, la implementación de una jornada laboral de ocho
horas, y la búsqueda del sufragio universal.En cuanto a los derechos de los trabajadores, la Segunda
Internacional buscaba mejorar las condiciones laborales, luchar contra la explotación y garantizar salarios
justos y condiciones de trabajo dignas para todos los trabajadores.
La anulación del trabajo infantil era otro objetivo importante. La Internacional promovía la protección de los
niños y su derecho a recibir educación en lugar de ser forzados a trabajar en condiciones peligrosas y
perjudiciales para su desarrollo.
La implementación de una jornada laboral de ocho horas fue también un objetivo clave. La Segunda
Internacional abogaba por limitar la cantidad de horas que un trabajador podía ser obligado a trabajar, con
el fin de garantizar tiempo libre para el descanso, la recreación y el desarrollo personal.
El sufragio universal era otro objetivo fundamental. La Internacional defendía el derecho al voto para todos los
ciudadanos, independientemente de su género, raza o clase social. Buscaba promover la participación
democrática y asegurar que todos tuvieran una voz en las decisiones políticas.
En resumen, los principales objetivos de la Segunda Internacional eran luchar por los derechos laborales,
abolir el trabajo infantil, establecer una jornada laboral justa y promover el sufragio universal como un medio
para lograr una sociedad más justa e igualitaria.
3.Líderes y destacados
-Karl Kautsky fue un influyente teórico y político socialista alemán. Fue conocido como el "Papa
del marxismo" y desempeñó un papel crucial en la Segunda Internacional. Sus escritos, como "La
dictadura del proletariado" y "La cuestión agraria", contribuyeron al desarrollo del pensamiento
socialista y marxista.
-Jean Jaurès, líder socialista francés, fue una figura destacada en la Segunda Internacional.
Defendió la unidad de los trabajadores y luchó por la justicia social, los derechos laborales y la
paz. Su oposición a la Primera Guerra Mundial le valió el reconocimiento como defensor de la paz
y los derechos humanos.
-August Bebel fue un líder socialista alemán y cofundador del Partido Socialdemócrata de
Alemania (SPD). Jugó un papel importante en el desarrollo del movimiento obrero alemán y
promovió la igualdad de género, siendo un defensor destacado del sufragio femenino.
Estos líderes influyentes de la Segunda Internacional contribuyeron significativamente a la
promoción de los ideales socialistas, la defensa de los derechos de los trabajadores y la lucha
por una sociedad más justa e igualitaria.
Karl Kautsky Jean Jaurès August Bebel
4.Eventos Históricos
El Día Internacional de los Trabajadores, celebrado el 1 de mayo, tiene
su origen en la lucha por la jornada laboral de ocho horas. En 1886,
miles de trabajadores en Estados Unidos se manifestaron exigiendo
esta jornada y mejores condiciones laborales. La Revuelta de
Haymarket en Chicago fue un evento clave, donde se produjeron
enfrentamientos violentos entre trabajadores y la policía. Como
resultado, varios manifestantes fueron arrestados y algunos fueron
condenados a muerte.
En honor a estos eventos, la II Internacional proclamó el 1 de mayo
como el Día Internacional de los Trabajadores. A partir de entonces,
este día se convirtió en una fecha emblemática para la lucha obrera
y la reivindicación de los derechos laborales en todo el mundo.
Además, las huelgas generales fueron una estrategia utilizada
por los trabajadores para hacer valer sus demandas. Estas
huelgas implicaban la paralización total de las actividades
económicas en un país o región durante un período
determinado. A través de las huelgas generales, los
trabajadores buscaban presionar a los empleadores y a los
gobiernos para obtener mejoras en sus condiciones laborales,
salarios justos y derechos sindicales.
Las huelgas generales tuvieron lugar en varios países a lo largo
de la historia, siendo algunas muy significativas. Por ejemplo, la
huelga general de 1917 en Rusia fue un factor clave que condujo
a la Revolución Rusa y al derrocamiento del zarismo. Otro
ejemplo destacado es la huelga general de 1936 en España, que
marcó el inicio de la Guerra Civil Española.
Estos eventos históricos, como el Día Internacional de los
Trabajadores y las huelgas generales, han dejado un legado
importante en la lucha por los derechos laborales y la justicia
social. Siguen siendo recordados y celebrados en todo el
mundo como símbolos de solidaridad y unidad entre los
trabajadores.
5.Influencia en los movimientos obreros
La Segunda Internacional desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de los movimientos obreros en varios países al fomentar
la formación de partidos socialistas y sindicatos. Este impacto se evidenció de diversas maneras:
1. Consolidación de Partidos Socialistas:
En Alemania, la II Internacional influyó en la consolidación del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), fundado en 1875. El SPD adoptó
un programa revolucionario marxista en su Congreso de Erfurt en 1891, pero mantuvo una estrategia dual, combinando la lucha
parlamentaria con la búsqueda de mejoras inmediatas y reformas democráticas.Otros países europeos, como España, Bélgica e
Italia, experimentaron la fundación de partidos socialistas, como el Partido Socialista Obrero Español (1879), el Partido Obrero Belga
(1885) y el Partido Socialista Italiano (1892), influenciados por los principios de la Segunda Internacional.En el Reino Unido, la fuerza del
sindicalismo, impulsada por los Trades Unions, condicionó la formación del Partido Laborista en 1905, mostrando la adaptabilidad de
la influencia internacional en contextos nacionales distintos.
1. Unificación de trabajadores:
La II Internacional contribuyó a la unificación de los trabajadores bajo una única bandera en países como Alemania y Francia. Esta
solidaridad internacional permitió a los movimientos obreros compartir experiencias, estrategias y políticas comunes.En Francia, la
creación de la Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO) en 1905, resultado de la fusión de dos partidos socialistas con
orientaciones diversas, ilustra cómo la Internacional facilitó la cohesión de fuerzas políticas divergentes.
3.Foro para Líderes Obreros:
La Segunda Internacional proporcionó un foro crucial para los líderes
obreros discutir estrategias y formular políticas comunes. El Congreso
Internacional fue un espacio donde los representantes de diferentes
movimientos podían intercambiar ideas y coordinar acciones.
4.Promoción de Ideas y Acciones Colectivas:
A nivel mundial, la Internacional jugó un papel destacado en la
promoción de las ideas socialistas. Esto se tradujo en la organización
de acciones colectivas, como huelgas y manifestaciones, que
desempeñaron un papel crucial en la consecución de mejoras en las
condiciones laborales.
En resumen, la Segunda Internacional fue un catalizador clave en la
consolidación de partidos socialistas, la unificación de trabajadores y
la promoción de ideas y acciones colectivas, influyendo
significativamente en el desarrollo de los movimientos obreros en
diversos países a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.
6.Tendencias y divisiones en el seno del socialismo
En la Segunda Internacional, las tensiones entre los defensores del reformismo, buscando mejoras
graduales, y los partidarios de la revolución total, influyeron en la dirección del movimiento socialista.
En el Congreso de Basilea en 1912, las discusiones acerca de la guerra y la militarización evidenciaron
profundas divisiones entre estas perspectivas. Sin embargo, la crisis real se desató con la Primera
Guerra Mundial en 1914.
La guerra expuso las diferencias fundamentales, ya que algunos partidos socialistas respaldaron a sus
gobiernos en lugar de oponerse a la guerra, generando una crisis interna y fracturando la unidad del
movimiento. Incluso la Conferencia de Zimmerwald en 1915 no pudo resolver estas tensiones.
El declive de la Segunda Internacional se acentuó con las persistentes diferencias sobre la guerra. La
Revolución Rusa de 1917 intensificó las divisiones, con algunos partidos respaldándola y otros
mostrando escepticismo o incluso hostilidad. El Congreso de Estocolmo en 1917 marcó la ruptura formal
entre aquellos que buscaban cambios graduales y los partidarios de una revolución total, llevando al
colapso final de la Internacional.
En resumen, las disputas entre los enfoques reformistas y revolucionarios, exacerbadas por los desafíos
planteados por la Primera Guerra Mundial, provocaron el deterioro y la desaparición de la Segunda
Internacional. Este periodo fue crucial en la historia de los movimientos socialistas y obreros a nivel
mundial.
En cuanto a las tendencias
ideológicas dentro de los partidos
socialistas, a finales del siglo XIX se
perfilaban tres corrientes: la
revisionista, liderada por Eduard
Bernstein, abogaba por una vía
parlamentaria y reformista; la
izquierdista, encabezada por figuras
como Rosa Luxemburgo y Lenin,
abogaba por la lucha de clases y la
revolución; y la centrista, sostenida por (En las imágenes encontramos a
la mayoría de los partidos socialistas Eduard Bernstein,Rosa
europeos, buscaba un equilibrio entre Luxemburgo y Karl Kautsky,
los perfiladores de las tres
el marxismo y las prácticas
tendencias que se crearon a
reformistas, como representado por finales del siglo XIX.)
Karl Kautsky. Estas corrientes reflejan
la diversidad de enfoques dentro del
socialismo de la época.
Legado :1.Impacto en la lucha por derechos laborales
La Segunda Internacional dejó una marca significativa en la lucha por los
derechos laborales al abogar por mejoras sustanciales en las condiciones
de trabajo. Uno de sus logros más destacados fue respaldar la demanda
de la jornada laboral de ocho horas. Este llamado sentó las bases para la
celebración del 1 de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores,
con manifestaciones y movilizaciones en apoyo a esta causa.
Al unificar partidos socialistas y sindicatos a nivel internacional, la Segunda
Internacional fortaleció la solidaridad entre los trabajadores,
permitiéndoles abogar por derechos fundamentales de manera conjunta.
Su influencia contribuyó a la creación de normas laborales más justas y al
reconocimiento de los derechos de los trabajadores como una
preocupación global.
Aunque la Segunda Internacional se disolvió antes de la Primera Guerra
Mundial, su impacto perduró en la configuración de la agenda de los
derechos laborales y su legado influyó en los movimientos subsiguientes
que continuaron luchando por condiciones de trabajo más equitativas en
el siglo XX.
Legado:2.Influencia en el posterior surgimiento de
movimientos socialistas (Siglo XX)
La influencia de la Segunda Internacional en el siglo XX fue palpable en el surgimiento de
movimientos socialistas y laboristas en diversas partes del mundo. La unificación de
partidos socialistas y sindicatos bajo esta Internacional proporcionó una base ideológica
y organizativa para futuros movimientos.
La Segunda Internacional influyó en la configuración de ideologías políticas y estrategias
de lucha. Su llamado a la solidaridad internacional y la defensa de los derechos laborales
resonaron en movimientos posteriores, sirviendo como referencia para aquellos que
buscaban mejorar las condiciones de los trabajadores y lograr una distribución más
justa de la riqueza.
Este legado se manifestó en la creación de partidos socialistas y laboristas en el siglo XX,
que heredaron la visión de la Segunda Internacional y adaptaron sus objetivos a
contextos nacionales específicos. Estos movimientos continuaron abogando por
reformas sociales, derechos laborales y justicia económica, llevando consigo el espíritu
de solidaridad y cambio social promovido por la Segunda Internacional. Aunque la
Internacional se disolvió antes de la Primera Guerra Mundial, su influencia perduró y
resonó en la evolución de los movimientos socialistas y laboristas a lo largo del siglo XX.
Biografías 1.Karl Kaustky
Karl Kautsky, nacido en 1854, fue un destacado teórico y líder socialista alemán. Su
influencia en la Segunda Internacional, formada en 1889, fue significativa. Kautsky
contribuyó a la consolidación del pensamiento marxista, siendo un defensor y
intérprete clave de las ideas de Karl Marx.
Durante su vida, Kautsky desempeñó un papel crucial como editor de la revista
"Neue Zeit", donde promovió y desarrolló las teorías marxistas. Su obra más
influyente, "La doctrina económica de Marx", publicada en 1887, analiza y explica los
principios fundamentales del marxismo, consolidando su posición como uno de los
principales intelectuales socialistas de su tiempo.
En la Segunda Internacional, Kautsky se convirtió en un referente teórico, abogando
por la unión de los partidos socialistas y promoviendo la lucha por los derechos de
los trabajadores. Sin embargo, su postura reformista y gradualista generó críticas,
especialmente de figuras más radicales como Rosa Luxemburgo.
A medida que avanzaba el siglo XX, Kautsky fue objeto de controversia, ya que
algunos lo percibían como un traidor a las ideas revolucionarias debido a su apoyo
a la participación en la política parlamentaria y su actitud más moderada.
A pesar de las críticas, la figura de Karl Kautsky sigue siendo relevante para
comprender la evolución del pensamiento socialista y la dinámica de la Segunda
Internacional, donde su influencia, aunque controvertida, dejó una marca duradera
en la historia del socialismo.
2.Jean Jaurès
Jean Jaurès, nacido en 1859, destacó como político y pensador socialista francés,
desempeñando un papel crucial en la Segunda Internacional, fundada en 1889. Su
contribución se centró en la promoción de la unidad entre los partidos socialistas y
la defensa apasionada de los derechos de los trabajadores.
Jaurès, además de su carrera como diputado en la Tercera República Francesa,
dejó un impacto duradero con su obra "Estudios Socialistas", que refleja su
compromiso intelectual con la causa socialista. Su participación clave en la
formación de la "Sección Francesa de la Internacional Obrera" (SFIO) subraya su
papel en la estructuración del movimiento socialista francés.
En el contexto de la Segunda Internacional, Jaurès se destacó por su postura
antimilitarista y su firme defensa de la cooperación internacional para prevenir
conflictos bélicos. Durante la crisis que precedió a la Primera Guerra Mundial, luchó
contra la escalada armamentista y abogó por soluciones pacíficas.
Aunque la Segunda Internacional se fragmentó durante la guerra, Jaurès mantuvo
su compromiso con la paz y la justicia social. Su trágico asesinato en 1914, justo
antes del estallido del conflicto, privó al movimiento socialista de uno de sus líderes
más carismáticos y pacifistas.
El legado de Jean Jaurès persiste como un símbolo del internacionalismo socialista
y la lucha por la paz. Su influencia se extiende más allá de su tiempo, dejando una
huella perdurable en el pensamiento socialista y progresista.
August Bebel
August Bebel, nacido en 1840, fue un destacado político socialista
alemán y figura clave en la formación del Partido Socialdemócrata de
Alemania (SPD). Inicialmente un obrero metalúrgico, Bebel ascendió
para convertirse en copresidente del SPD.
Su impacto en la Segunda Internacional, fundada en 1889, fue
significativo. Bebel abogó por la cooperación internacional entre los
partidos socialistas y sindicatos, defendiendo la solidaridad obrera y
oponiéndose al militarismo imperialista. Su obra "La Mujer y el
Socialismo" (1879) destacó su compromiso con la igualdad de género,
abriendo el camino para discusiones futuras sobre la emancipación de
las mujeres en el socialismo.
Bebel, aunque falleció en 1913 antes del estallido de la Primera Guerra
Mundial, dejó un legado perdurable en la resistencia contra la guerra y
la promoción de ideales socialistas. Su influencia persiste como parte
integral del desarrollo de políticas sociales progresistas y su
contribución al internacionalismo obrero.
Rosa Luxemburgo
Rosa Luxemburgo, nacida en 1871, fue una destacada teórica y
revolucionaria socialista polaco-alemana. Su vida y obra dejaron una
profunda huella en la Segunda Internacional. Luxemburgo, desde joven, se
involucró en actividades políticas y se convirtió en una figura central en el
Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD).
En la Segunda Internacional, Luxemburgo desafió las corrientes reformistas y
revisionistas, destacándose por su posición revolucionaria. Su obra "Reforma
o Revolución" (1900) criticó las tendencias gradualistas y abogó por la
transformación socialista radical.
Luxemburgo también fue una crítica aguda de la participación de los
partidos socialistas en la Primera Guerra Mundial, destacando su oposición
al nacionalismo y al militarismo. Su activismo antimilitarista la llevó a la
cárcel, pero no menguó su influencia.
Aunque la Segunda Internacional se fracturó durante la guerra, Luxemburgo
persistió en su lucha por la revolución. Co-fundadora del Partido Comunista
Alemán, su papel en la revuelta espartaquista en 1919 reflejó su dedicación a
la transformación social.
El legado de Rosa Luxemburgo es duradero, influyendo en la teoría marxista,
el pensamiento feminista y la resistencia revolucionaria. Su valiente
oposición a las fuerzas opresivas y su compromiso con la libertad y la
justicia siguen inspirando a generaciones posteriores.

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