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Caso 1

Mohamed es un paciente de 63 años que ingresó en el hospital a causa de un


dolor creciente en reposo en el pie izquierdo. Este dolor le impedía caminar sin
ayuda, motivo por el cual llevaba más de una semana sin poder salir de su casa,
se sentía decaído e irritable. Tenía pie frío y pálido, y anteriormente había
tenido otros problemas vasculares. Además, tiene problemas de salud crónicos:
Diabetes tipo II, hipertensión arterial y EPOC. Le gusta mucho comer, sobre
todo alimentos salados, como encurtidos y suele acabar las comidas tomando
algún alimento dulce, como los típicos pastelitos árabes elaborados con miel,
almendras y azúcar. Su esposa refiere que él no tiene interés por conocer qué es
lo mejor para el cuidado de su salud, dice que no le ocurre nada para que tenga
que prestar atención a su alimentación y dejar de tomar algunos alimentos de
los que toma y tanto le gustan. No acude a las citas en la consulta de pacientes
crónicos de su Enfermera de Familia porque desconoce los riesgos que corre al
descuidar su salud. En la primera entrevista, su enfermera informa al paciente y
a su familia de los riesgos del no cumplimiento del tratamiento y le ofrece
aprovechar este ingreso para plantear sus dudas y sus necesidades de cuidados.

Desde su ingreso, se ha replanteado su situación de salud, y con su enfermera


referente con la que ha establecido una relación de confianza ha expresado sus
miedos y temores con respecto a la enfermedad. Se confiesa de religión
musulmana. Mohamed le dice a su enfermera que la enfermedad es una prueba
de Dios que sirve como señal de que deben reforzar su salud y la manera en la
que siguen los principios del islam; es parte del plan de Dios, que les permite
limpiar sus pecados durante el proceso, y que deben llevar con paciencia.
Mohamed piensa que la recuperación de la enfermedad también llega por la
voluntad de Dios, y que es el personal sanitario uno de los medios por los que
se les proporciona dicha recuperación. La enfermera le refuerza de forma
positiva esta forma de afrontar su proceso, pero incide en la importancia que
tiene su propia responsabilidad en el proceso de salud y la necesidad de su
participación activa para su recuperación.

Mientras estaba en el hospital, Mohamed desarrolló dolor abdominal y fue


sometido a una colecistectomía. Durante el postoperatorio manifestó que le
dolía todo el cuerpo y que tenía molestias muy importantes en la zona
intervenida. Tenía sensación de presión en la herida cubierta con el apósito y el
drenaje colocado durante la intervención quirúrgica estaba lleno. A las pocas
horas de volver de la sala de recuperación, insistía en que tenía hambre y pedía
a su familia que le llevarán un guiso de cordero hecho con abundante aceite y
embutidos realizados con ternera, que siempre le había gustado mucho y no
entendía por qué debía permanecer en dieta absoluta.

Mohamed tiene una gran familia, incluyendo una esposa, 5 hijos, 4 hijas y 18
nietos y nietas. Todos están casados excepto los dos pequeños, Alí de 19 años y
Fátima de 21, ambos estudiantes de Universidad. Su esposa insistía en que
todos los miembros de la familia lo visitaran cada día mientras estuviese en el
hospital. La familia quería que el hombre dirigiese la cara hacia la meca (hacia
el este) mientras rezaban con él. Trajeron diversos pasajes del Corán grabados y
se la ponían al lado de la cama. Otras familias que visitaban a sus familiares
enfermos se quejaban a las enfermeras de que la familia ocupaba toda la
habitación y no dejaba sitio para que nadie más se sentara. Uno de los hijos
explica a la enfermera que la familia es muy importante para los musulmanes,
toman muchas de sus decisiones más importantes, como aquellas relacionadas
con la salud, en común con su familia, y es habitual que muchos miembros de la
familia estén presentes durante los períodos de ingreso hospitalario.

Los hijos manifiestan que para ellos es fundamental ver a su padre a diario
porque la toma de decisiones de todos los asuntos y negocios familiares recaen
en él, y se ven incapaces de tomar decisiones sin la aprobación de su padre. El
padre se ocupa habitualmente de la gestión contable de la empresa familiar y,
concretamente, del pago a los proveedores, función que en estos momentos
ninguno de sus hijos o hijas está desempeñando por desconocimiento de la
tarea. De hecho, ya van retrasados con algunos pagos, y han recibido llamadas
de atención de las empresas. La organización de la familia se ha visto muy
alterada por la hospitalización de Mohamed, ya que la esposa pasa todo el
tiempo en el hospital, y las hijas e hijos están ocupados con sus respectivas
familias. La abuela se encargaba de recoger a los nietos del colegio y darles de
comer, función que ha recaído fundamentalmente en Fátima (hija soltera) que
ha dejado de ir a la Facultad para cubrir esta tarea. No obstante, sus hermanas
están dejando de realizar sus actividades habituales para echar una mano a
Fátima.

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