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BARCELONA, ESPAÑA
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Índice
1. Carátula .………………………………………………….. Pág. 01
2. Índice ……….………………………………………………. Pág. 02
3. Capítulo I – Período de Desarrollo Papal ………… Pág. 03
4. Capítulo II- Historia Posterior del Arrianismo ... Pág. 06
5. Capítulo III – Carlomagno ……………………………… Pág. 08
6. Capítulo IV – Oposición a la Autoridad Romana.. Pág. 10
7. Capítulo V – Fuerte Dirección papal ………………. Pág. 13
8. Capítulo VI – La Reforma Occidental ……………… Pág. 15
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CAPITULO I
PERIODO DE DESARROLLO PAPAL
INTRODUCCIÓN AL PERÍODO
Del 325 a 1215 d.C. la Iglesia Católica Romana, encabezada por el papa, creció y alcanzó
su cumbre. La fecha inicial es la del primer concilio mundial, que inauguró una nueva
dirección; la fecha final del período señala también la reunión de todavía otro concilio—
el Cuarto Concilio Lateranense (también llamado el Decimosegundo Concilio Ecuménico
de la Iglesia Romana). El Cuarto Concilio Lateranense representa el pináculo alcanzado
por la Iglesia Católica Romana. De esta manera entre el Concilio de Nicea del 325,
cuando se tomó la nueva dirección, y el Cuarto Concilio Lateranense de 1215, la Iglesia
Católica Romana creció, se extendió y alcanzó su cumbre.
Los grandes movimientos de este período fueron políticos y militares. En los Siglos IV y
V los bárbaros germanos del norte y noreste, invadieron el mundo occidental trayendo lo
que ha sido llamado la Edad Media. La economía y cultura grecorromana fueron
arrolladas, pero las tribus en general fueron o ganadas del paganismo o doctrinadas
contra el Cristianismo ario, mediante los esfuerzos de la Iglesia Romana. Una de las
tribus, los Francos, se convirtieron en el poder militar dominante, y la Iglesia Romana
hizo alianza con ellos. Uno de los reyes francos, Carlomagno, fue coronado en el año
800 como el Santo Emperador Romano. La santa Iglesia Romana y el santo Imperio
Romano lucharon por el poder —lo “espiritual” contra lo secular— por todo el resto del
período.
El mundo occidental no fue invadido por las hordas germánicas, pero fue arrollado por
un destino aún peor. Los mahometanos de Arabia empezaron su conquista por la
dominación mundial a la mitad del Siglo VII. Casi toda la sección oriental alrededor del
Mediterráneo cayó ante los sarracenos en poco más de medio siglo; para el 732 ya habían
conquistado todo el Norte de África y España y amenazaban a Francia. En ese año Carlos
Martel los derrotó en Tours. El trato que estos mahometanos y sus sucesores ofrecieron a
la Europa occidental jugó un gran papel en el movimiento de la historia. Los siguientes
siete capítulos describirán este período desde el punto de vista de la historia eclesiástica.
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(2) Los registros de movimientos disidentes son muy escasos. La naturaleza del espíritu
religioso demandaría disidencia. La laxitud siempre produce ascetismo de alguna clase:
El rigor y la represión siempre alimentan la desobediencia o la disensión.
(3) El programa de largo alcance de los católicos romanos representa su fuerza más
grande. Los altos y bajos del poder eclesiástico romano algunas veces hicieron dudar que
alguna vez efectuara la dominación mundial. La política histórica del papado de nunca
retractarse de ninguno de sus reclamos hechos en los siglos primitivos, sin importar cuán
absurdo y arrogante pudiera ser, y hacer valer ese reclamo cuando la ocasión es
favorable, contribuyó directamente a la dominación mundial de los siglos doce y trece.
Tal unión de fuerzas fue algo nuevo, tanto para el imperio como para el Cristianismo.
Cada uno se desarrolló de manera diferente por esta alianza. El Cristianismo no pudo
salvar al Imperio Romano— había ido demasiado lejos; y Constantino estaba equivocado
también, al suponer que el Cristianismo actuaría como cemento para el imperio. ¿Cómo
podía el Cristianismo traer unidad al mundo político cuando el Cristianismo mismo no
poseía unidad? Ya tres escuelas de pensamiento habían desarrollado y desplegado
antagonismo unas contra otras. Alejandría era el centro de la más antigua de esas
escuelas. Un filósofo convertido, Panteno, organizó una escuela para instruir a los
Cristianos convertidos. Fue sucedido por Clemente, y Clemente por Orígenes; estos
dos últimos ya fueron mencionados en conexión con los monumentos literarios del
segundo período de la historia eclesiástica. Estos hombres veían la filosofía como el
medio de interpretar el Cristianismo. En la mejor tradición filosófica, la Biblia se leía
alegóricamente. Se daba gran énfasis a la redención, como una unión mística con Dios
por medio de Cristo.
Antioquía era el segundo centro. Esta escuela fue fundada por Luciano al final del Siglo
III. Representando la tradición del apóstol Juan, esta escuela de pensamiento exaltaba
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las Escrituras como las mejores intérpretes de sí mismas. Por causa de la intensa lucha
con el gnosticismo, la filosofía se volvió sospechosa. Se procuraba el significado literal de
un texto, a la luz de su fondo gramatical e histórico. La escuela occidental del
pensamiento reclamaba escritores tanto del continente como del Norte de África. Como
el centro de Antioquía, también desconfiaba de la filosofía y colocaba su principal énfasis
en la aplicación práctica del Cristianismo.
Enseguida de este credo se tuvo la condenación de todos los que negaran su doctrina,
mencionándose específicamente la declaración de los arrianos de que Cristo no existió
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por toda la eternidad. Debe notarse que este credo hace hincapié en la unicidad de Cristo
con Dios el Padre. Las palabras claves eran “de una esencia con el Padre”. Constantino
decidió entonces que este credo traería paz religiosa y política, indudablemente con el
consejo del obispo Osio de Córdoba, su consejero eclesiástico. Por eso, con su aprobación
fue adoptado el credo, y se dirigió un decreto de deportación contra Arrio y los que
siguieran su criterio.
CAPITULO II
HISTORIA POSTERIOR DEL ARRIANISMO
Había mucha insatisfacción dentro del Cristianismo después de la decisión del concilio
de Nicea. El lenguaje del credo llevaba a unos a temer al triteísmo (tres dioses) y a otros a
temer al modalismo (la pérdida de la personalidad individual). Por medio de maniobras
políticas y burlándose de los temores de los pensadores religiosos sinceros, el arrianismo
obtuvo la ventaja por una generación. El segundo concilio universal el año 381 d.C. en
Constantinopla, reafirmó la posición del primer concilio relativo a la persona de Cristo.
Otro resultado del movimiento arriano fue la adopción, por Constantino, de una política
general de persecución física contra los disidentes eclesiásticos. Es cierto que los
donatistas (movimiento religioso Cristiano) habían sufrido persecución física a manos de
Constantino en 316, después de negarse a aceptar la decisión del concilio de Arlés.
Después de cinco años Constantino dejó de cerrar las iglesias donatistas y de exiliar a sus
obispos, sintiendo que los resultados del uso de la fuerza no eran satisfactorios. Con esta
experiencia, hubo alguna duda sobre si Constantino, como único emperador, continuaría
tal política. Su determinación de continuar sugiere su profundo deseo de asegurarse
cuando menos conformidad externa. Además, el concilio de Nicea proveyó un precedente
y una norma para futuros concilios de esta clase.
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contra toda religión “ilegal” habían seguido siglos de persecución secular. El esfuerzo por
ajustar las relaciones entre el Cristianismo y el poder secular, forma una gran parte de la
historia del Cristianismo en los siglos que seguirían.
PRESTIGIO POLÍTICO: Roma había sido el centro del mundo político por varios
siglos cuando el último de los Apóstoles murió. No puede estimarse cuánto prestigio le
dio a la iglesia de la ciudad esta situación política.
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CAPITULO III
CARLOMAGNO
El más grande de los gobernadores francos fue Carlos el Grande (771-814). Rey de los
francos y de los lombardos Imperator Romanum gubernans Imperium. Como
líder político y militar no tuvo paralelo en la Edad Media. Él duplicó la extensión
geográfica de su imperio. Y aún más que eso, el imperio fue consolidado y bien
administrado durante su reinado. Su contribución a la expansión de la Iglesia Romana
fue más grande que la de cualquiera de los papas. Al llevar adelante sus conquistas
militares seculares, Carlomagno llevaba el cristianismo romano con él. Para el 777 ya
había destruido completamente el reino de los lombardos en el norte de Italia,
reemplazándolo con pobladores que reconocían la autoridad del papa. Él ordenó
enérgicamente a los sajones de Alemania noroccidental, aceptar el cristianismo. Cuando
él vencía a países ya cristianos nominalmente, les ordenaba entrar en la órbita del papa
romano, como en el caso de la guerra contra Bavaria.
FEUDALISMO
Cuando no hubo un rey central, los caciques locales fuertes se organizaron a sí mismos y
a los que ellos podían gobernar, en pequeños ejércitos y reinos. El tamaño del reino
dependía de la fuerza del cacique. Algunas veces consistía simplemente de una ciudad;
algunas veces incluía grandes áreas. Cada reino se convirtió en una completa monarquía.
El soberano o gobernador requería que todos los del área de su reino le juraran fidelidad
personal a él. La clase más baja en este sistema era la de los siervos. Estos hombres y
mujeres eran los esclavos laborantes y eran tratados como enseres pertenecientes a la
tierra. Arriba de ellos en dignidad estaban los libertos, que no eran esclavos, pero que no
tenían privilegios y tenían muy poca libertad.
ANARQUÍA Y CONFUSIÓN
Entre 451 y 1050 la Iglesia Católica Romana y el papado que la dirigía hicieron notables
avances. Las invasiones bárbaras eran bendiciones disfrazadas. El monasticismo
(Monacato) proveyó soldados militantes y preparados. Las misiones extendieron las
influencias católicas romanas aún más allá de los amplios límites del nuevo Santo
Imperio Romano bajo Carlomagno. Las controversias doctrinales generalmente obraron
para beneficio del papado, aunque Honorio fue condenado como hereje y Virgilio fue
humillado por los concilios orientales. La alianza de Roma con los francos durante los
Siglos VIII y IX le trajo tierras, prestigio y autoridad. El derrumbe de ese gobierno
central trajo pérdida y humillación al papado. La iglesia se había vuelto tan dependiente
de la fuerza militar y política del estado, que no podía sostenerse sin ellas.
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era difícil, de acuerdo con el pensamiento de los líderes cristianos primitivos. Los
primeros obispos romanos acerca de los cuales hay información histórica directa eran
censurados por los obispos vecinos por infracciones en asuntos eclesiásticos y
doctrinales. Antes del fin del Siglo II, los obispos romanos fueron condenados por seguir
la herejía montanista y fueron excomulgados por laxitud eclesiástica. Difícilmente se
hubiera esperado de los hombres que estaban al tanto de esta historia que aceptaran al
pie de la letra las arrogantes pretensiones que después se desarrollaron.
Había varias flaquezas definidas en las pretensiones del primado (obispo o arzobispo
que tiene preeminencia sobre los demás) de la iglesia romana. Algunas de ellas pueden
notarse. Relativa a la sucesión Apostólica. Roma no era la única iglesia con una fuerte
tradición. Tanto Ireneo (185) como Tertuliano (200) señalan que muchas iglesias habían
sido fundadas por los Apóstoles y tenían escritos apostólicos. Corinto, Filipos, y Éfeso se
mencionaban en particular. Aún más: Gregorio I (590-604), uno de los más grandes
papas romanos, admitía que las iglesias de Alejandría y Antioquía tenían el mismo fondo
que Roma. Su carta decía: “Como yo mismo, vosotros que estáis en Alejandría y en
Antioquía sois sucesores de Pedro, viendo que Pedro, antes de venir a Roma tuvo la silla
de Antioquía, y envió a Marcos su hijo espiritual a Alejandría. Entonces, no permitáis que
la sede de Constantinopla eclipse vuestras sedes, que son las de Pedro”. En otras
palabras, si la base de la autoridad romana, como se pretendía, es la sucesión de Pedro,
entonces Antioquía y Alejandría deberían tener una pretensión anterior a la de Roma. De
hecho, si la tradición constituía la base de la autoridad, entonces Jerusalén, donde Jesús
estableció la primera iglesia, debía tener el primado.
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CAPITULO IV
OPOSICIÓN SECULAR A LA AUTORIDAD ROMANA
En el concilio de Nicea (325) Constantino mostró una actitud paternal, y hasta su muerte
en 337, cualesquiera que hubieran sido sus motivos, mantuvo una actitud singularmente
constante hacia el movimiento Cristiano. Después de la muerte de Constantino un
segmento del Cristianismo católico fue consciente del aspecto antagonista o represivo del
poder secular por el resto del período. Antes de discutir ejemplos específicos de esto, es
bueno dar un resumen del por qué apareció la oposición secular.
Varias razones hicieron que los poderes seculares lucharan contra el Cristianismo.
(1) El antagonismo religioso movió a un hombre como el emperador Julián
(361-363) a oponerse al movimiento Cristiano.
(2) El deseo de gobernar el Cristianismo por motivos políticos o egoístas hizo que
muchos gobernadores seculares, tanto del Oriente como del Occidente, impusieran
severas restricciones sobre los caudillos Cristianos.
(3) Las posesiones materiales en manos de los obispos Cristianos daban la excusa para
que algunas de las tribus germanas intentaran apoderarse de la tierra y posesiones de la
iglesia.
(4) La rivalidad con los poderes seculares constituía otra razón de oposición secular.
Para el siglo V los papas romanos estaban empezando a declarar su derecho a gobernar,
no sólo el mundo espiritual, sino también el mundo secular.
(5) Las controversias internas añadieron otra razón para la restricción y la represión
seculares. Las controversias religiosas, particularmente en Oriente, podían ser muy
peligrosas, políticamente. Los gobernadores seculares pensaban que era una necesidad
política mantener el control sobre el Cristianismo.
Los tres hijos de Constantino lo sucedieron en 337. Uno fue muerto en batalla, uno se
suicidó, y el tercero, Constancio, gobernó hasta 361. Constancio era un Cristiano
arriano, y su largo gobierno trajo represiones y antagonismo para el Cristianismo niceno,
que incluía a Roma. Es significativo que Atanasio, (no el obispo romano) fue señalado
como el blanco de la persecución del Cristianismo niceno. El emperador Julián (361-363)
era anticristiano en actitud y obra. Si Constantino hubiera sido un Cristiano consistente
(o sencillamente si siquiera hubiera sido Cristiano), Julián muy bien hubiera llegado a
respetar el Cristianismo y a abrazarlo. El breve reino de Julián y la fundamental
debilidad del refinado paganismo que él trató de introducir, mitigaron la fuerza de su
antagonismo.
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autoridades seculares y religiosas, una contra la otra y magnificó su incompatibilidad.
Los papas del siglo V asieron su ideal, empezando muy pronto a describir la relación
entre los dos poderes como dos espadas: La espada espiritual más grande que la espada
secular.
REFORMA MONÁSTICA
Los monjes benedictinos habían sido uno de los primeros factores para la expansión del
papado y del sistema romano. Eran tan hábiles misioneros para llevar el Evangelio, como
granjeros para cultivar la tierra. El éxito del monje Agustín al ganar Inglaterra es más
espectacular que la obra de muchos de sus hermanos que formaban pequeños bandos y
conquistaban la naturaleza en grandes extensiones de la inmensidad europea, pero, las
realizaciones de estos últimos eran casi tan importantes. Los monasterios se esparcieron
por Europa Central consiguiendo grandes extensiones de tierra para el dominio de la
iglesia romana, y que servían también como lugar de refugio para los necesitados, de
retiro para los eruditos, y de preservación de la enseñanza durante el oscurantismo.
Estos monasterios, sin embargo, no escaparon del espíritu secular de sus tiempos.
Aunque los monjes tenían que hacer votos de pobreza, por ejemplo, nada se decía acerca
de las posesiones materiales del monasterio. Por medio de un severo esfuerzo común,
por los donativos de los admiradores, por las ofrendas religiosas especiales por servicios,
y por otros medios, los monasterios se hicieron extremadamente ricos. Los monjes no
podían tener posesiones, pero podían usarlas, y esta distinción hacía posible evadir
completamente la idea de la pobreza personal. Otros abusos se deslizaron en el sistema.
Los señores feudales algunas veces daban mercancías pródigamente a los monasterios,
demandando (y consiguiendo) en correspondencia el derecho de nombrar los abades
(Abad: Superior de un monasterio) y dirigir su política.
En los últimos años del siglo IX los monasterios se convirtieron en lugares de servicios
placenteros y cómodos. Se necesitaba una reforma, y pronto vino. Bajo la dirección de su
fuerte abad, el monasterio de Cluny empezó esta reforma en los primeros años del siglo
X. Otra vez se exaltó la vida ascética estricta. Tuvo lugar la completa separación de los
favores y control seculares. El papa se convirtió en el inmediato superior en vez del
obispo local. Las comunidades monásticas severas se unieron bajo la dirección del abad
de Cluny para llevar adelante esta reforma. La sinceridad y el fervor religioso de tal
movimiento iban a inducir apoyo y admiración. Hasta los gobernadores seculares de
Alemania, los mismos emperadores, alentaron la reforma desde 962. Es un comentario
revelador de la condición decadente del papado en esos siglos, notar que los papas de
Roma se opusieron a este movimiento, aunque el principal propósito, mediante la
reforma espiritual, era exaltar el papado.
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LAS CRUZADAS
Otro factor que contribuyó grandemente al rápido surgimiento del papado es conocido
como las Cruzadas. Este movimiento empezó como un esfuerzo por recuperar Jerusalén
de manos de los infieles. La Iglesia romana por siglos había puesto gran énfasis en las
peregrinaciones como medios de conseguir perdón de los pecados cometidos después del
bautismo. Una peregrinación a Jerusalén era considerada la gran satisfacción por el
pecado. En el siglo VII los mahometanos capturaron la Tierra Santa, pero permitían a los
peregrinos visitar Jerusalén con propósitos religiosos. En el siglo XI la tierra fue invadida
por los turcos Seljuk, un nuevo poder sarraceno de Asia Menor. Estos turcos eran
completamente hostiles a las peregrinaciones de Cristianos. Por siglos la Europa
occidental se había recreado con la idea de un vasto ataque sobre los mahometanos para
rescatar la Tierra Santa. Grandes ímpetus vinieron con la conversión de los normandos
en 911, un pueblo guerrero al que nada le gustaba más que la lucha feroz.
Las Cruzadas abrieron los ojos de muchos a un nuevo mundo. Nueva literatura, nuevos
intereses, y nuevas ideas se apiñaron sobre los que habían invadido el mundo oriental, y
ellos regresaron trayendo esas cosas con ellos. Hasta algunos de los papas se prendaron
de los remanentes y estilos de la literatura antigua, e hicieron hincapié más en la cultura
que en el Cristianismo. No estaba lejos el Renacimiento, cuando las mentes y corazones
de la gente estaban animados e iluminados. Tal difusión de la iluminación no podía dejar
de socavar una institución que estaba basada en la superstición y el temor. Las Cruzadas
introdujeron nuevas reformas económicas y sociales. El comercio y los negocios fueron
fomentados, y nuevos artículos para manufacturar requirieron industria. La clase media
se desarrolló; los que no eran ni campesinos ni príncipes. Los que regresaban de las
guerras invadieron las ciudades y cambiaron las formas sociales y económicas.
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ESCOLASTICISMO
Algunos de los principales escolásticos fueron Juan Escoto Erígena (c. 810 c. 877),
Anselmo (1033-1109), Juan Roscelino de Compiègne (c. 1090), Abelardo (1079-1142),
Alejandro de Hales (c. 1245), Alberto Magno (1206-80), Tomás de Aquino (1225-74),
Juan Duns Escoto (1265-1308), y Guillermo de Ockham (c. 1347).
CAPITULO V
FUERTE DIRECCIÓN PAPAL
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Gregorio VII (1073-1085)
(3) Conseguir cooperación de los gobernantes seculares para alcanzar los ideales del
papado.
En contraste con teólogos más antiguos como Agustín (que murió en 430), que pensaba
que todos los ministerios de la iglesia eran sacramentos, y teólogos posteriores como
Hugo de San Víctor y Abelardo (contemporáneos de Pedro Lombardo), que hacían
hincapié en cinco sacramentos, las Sentencias señalaban siete sacramentos. Las
Sentencias de Pedro Lombardo se enseñaron en prácticamente todas las escuelas de
preparación teológica durante los siguientes siglos. Es probable que Tomás de Aquino
(1225-1274), que dio la síntesis más influyente de doctrina católica para el período
moderno, siguiera a Pedro Lombardo al declarar que la iglesia tiene siete sacramentos.
Como fueron desarrollados por Pedro Lombardo y Tomás de Aquino, los siete
sacramentos eran el bautismo, la confirmación, la penitencia, la cena del Señor
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(Misa), la extremaunción, la ordenación y el matrimonio. Bastará una palabra
de descripción de cada una.
Esta orden fue aprobada por el papa Inocencio III en 1216. Las inclinaciones del mismo
Francisco lo separaron de la organización formal y efectiva, pero por medio de amigos
capaces, especialmente del papa Gregorio IX (1227-1241), el movimiento franciscano se
desarrolló y se extendió rápidamente. Después de la muerte de Francisco en 1226 sus
seguidores se dividieron por la interpretación de sus enseñanzas. Tanto los dominicos
como los franciscanos incluían preparativos para conventos para monjas, donde las
mujeres pudieran servir a la causa. Estas dos órdenes mendicantes han sido una fuerza
tremenda en el desarrollo del sistema católico romano.
CAPITULO VI
EL PERIODO DE LA REFORMA OCCIDENTAL
(1215-1648 d. J.C.)
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diversos tipos de revueltas contra la iglesia romana ocurrieron entre 1517 y 1534. El
Concilio de Trento (1545-1564) representó la reforma católica romana. El período de
reforma termina con la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que hasta cierto punto
trajo mutua tolerancia entre los católicos romanos y sus oponentes.
CAÍDA DEL PRESTIGIO PAPAL Es significativo que los factores que contribuyeron a
establecer el prestigio del papado romano también cooperaron para producir su caída. La
misma altura que por varios siglos alcanzó la monarquía papal era una garantía de que
debía haber una declinación. Los gobernadores seculares no podían dejar de ver que el
papado era una institución de este mundo, no del siguiente. La política papal era con
frecuencia codiciosa y perversa. A pesar de las declaraciones de que el caudillaje romano
no podía equivocarse, los soberanos civiles vieron muchos ejemplos de errores de
doctrina y política. La admisión papal de las Cruzadas y la Inquisición fueron ejemplos.
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CLAMOR POR UNA REFORMA
ITALIA Las más fuertes protestas de Italia contra el sistema papal se basaban en la
renovación intelectual y en el humanismo resultante. Humanismo era el nombre
arbitrariamente dado a la renovación clásica y literaria que empezó en Italia alrededor
del siglo XIV. Era en gran manera patriótica tanto como cultural. Se esperaba que la
gloriosa historia de los días pasados, desplegada ante los ojos y mentes de la presente
generación, produjera la inspiración para conseguir una nueva unificación de Italia y
asegurar otra vez la supremacía romana en la esfera secular. Una parte no pequeña de
este anhelo se debía al cambio de la silla papal de Roma a Aviñón, Francia.
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la imprenta contribuyó a extender el Evangelio del humanismo, de la misma manera que
medio siglo después reproduciría los escritos de los reformadores Cristianos para
trasmitirlos a todas partes del mundo.
Dos eventos dieron gran impulso al movimiento de reforma. Uno fue el matrimonio de
Ana de Bohemia con el rey Ricardo II de Inglaterra en 1382; el otro fue el intercambio de
eruditos y de correspondencia entre las universidades de Praga y Oxford, como resultado
de nexos más íntimos entre las dos naciones por causa del matrimonio. El intercambio
de eruditos y la correspondencia entre las universidades familiarizó a Bohemia con los
escritos de John (Juan) Wycliffe.
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El hombre que heredó estos factores y encabezó el movimiento de reforma en Bohemia
fue Juan Huss (1369-1415). Huss era nativo de Bohemia, educado en la Universidad de
Praga. Cuidadoso estudiante de las escrituras y de Wycliffe, ocupaba algunos de los
puestos más altos en la Universidad de Praga. Por su lucha contra los alemanes en la
universidad, pudo conseguir del rey un cambio en la constitución de la escuela en enero
de 1409, que dio a los nativos checos una posición ventajosa sobre la mayoría alemana.
Como consecuencia, los maestros y estudiantes alemanes se retiraron. Huss se volvió
cada vez más arrojado en sus ataques contra las usurpaciones extranjeras y papal. En
1410 fue excomulgado y sus enseñanzas fueron condenadas. Huss publicó entonces su
tratado Concerniente a la Iglesia, en el que repetía los conceptos de Wycliffe, a veces
copiando página tras página de los escritos de Wycliffe.
Su predicación era dirigida contra los abusos papales y demandaba una reforma. Fue
requerido para el Concilio de Constanza en 1415 para discutir sus conceptos, y se le
prometió su seguridad si asistía. El obispo romano violó su promesa, sin embargo,
haciendo hincapié en que la iglesia no necesita cumplir su palabra con herejes. Huss fue
condenado por el concilio y quemado en la estaca en 1415. Un seguidor, Jerónimo de
Praga, sufrió la misma suerte meses después. La quema de Huss y de Jerónimo originó
que Bohemia abriera la revuelta. Las guerras husitas, tanto políticas como religiosas en
naturaleza, duraron sólo hasta cerca de 1435, pero la influencia del partido estricto, los
taboritas, llevó a la formación de los Hermanos Bohemios.
MISTICISMO
El misticismo consideraba al hombre como poseedor de una afinidad interior con Dios
que no requería maquinaria eclesiástica para establecer contacto. La presencia de Dios
podía sentirse en el corazón y el alma sin referencia a los sacramentos. Puede observarse
que esta actitud podía pasar por alto completamente toda la maquinaria de la iglesia
romana, porque si uno podía tener una visión de Dios intuitiva e inmediata, sería
innecesario usar los servicios del sacerdote y de la iglesia. La mayoría de los místicos, sin
embargo, no se oponían activamente a los ejercicios espirituales externos de la iglesia
romana. Estaban dispuestos a utilizarlos como auxiliares para reforzar su propia
conciencia de la cercanía de Dios. Ellos tenían un verdadero interés en la corrupción y los
cismas de la institución visible.
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ESFUERZOS DE REFORMA
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Consecuentemente, el concilio de Basilea fue desacreditado y en 1449 se sometió a
Nicolás V (1447-1455), que había sucedido a Eugenio. Los esfuerzos conciliares por
reformar al papado habían fracasado.
INOCENCIO III Y LA DISENSIÓN El papa que cerró el período anterior y que abrió
el presente (Inocencio III, 1198-1216) tuvo contacto con dos grupos disidentes: Los
Valdenses y los Cátaros. Ambos movimientos tenían una larga historia antes de ese
tiempo. El origen de los valdenses está en disputa. Hasta el origen de su nombre está en
duda. Tal vez lo empezó Pedro Waldo de Lyon, Francia, en los últimos años del siglo XII.
Él encabezó un movimiento en que los laicos deliraban por la enseñanza y el canto de las
Escrituras. El grupo fue excomulgado en 1184, pero continuó extendiéndose rápidamente
por el sur de Francia, por Italia, España y por el Valle del Rin.
PRINCIPALES REFORMADORES
Los reformadores fueron conocidos como “Protestantes” porque protestaron contra las
prácticas de la Iglesia Católica Romana.
1. Martín Lutero, sacerdote alemán.
2. Huldrych Zwinglio, sacerdote suizo.
3. Juan Calvino, francés.
Cada uno de los principales reformadores creyó que la iglesia y el estado no deberían de
estar separados. Tanto Lutero como Calvino estuvieron fuertemente endeudados con el
concepto Agustiniano de la gracia. Lutero, Zwinglio y Calvino no estuvieron de
acuerdo entre ellos mismos acerca del significado de la Santa Cena.
Los anabaptistas fueron aún más radicales en sus denuncias de la iglesia católica romana
y sus prácticas y basaron todo lo que hicieron en la simple lectura de la Escritura.
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Rechazaron la idea de una iglesia del Estado. Se opusieron a toda guerra, así como al
bautismo de los infantes. El Luteranismo vino a ser la iglesia oficial de Alemania y de los
países Escandinavos. El Presbiterianismo, la forma de gobierno favorecida por Calvino,
vino a ser dominante en ciertas ciudades Suizas, y a través de los esfuerzos de Juan Knox,
en Escocia. Los Anglicanos —como fueron llamados los miembros de la Iglesia
Anglicana— retuvieron muchas de las prácticas tradicionales de la iglesia católica
romana que directamente no contradecían la Escritura.
Respuesta católica
El Concilio de Trento (1545-1563) fue convocado para señalar los desafíos del
protestantismo. El Concilio hizo universal algunas de las doctrinas y prácticas de la
iglesia que habían sido previamente solamente locales. A diferencia de los reformadores,
la iglesia católica romana defendió la necesidad de las obras como medio de demostrar y
retener la gracia. La iglesia católica romana tomó ventaja de su organización y de las
prácticas colonizadoras de España y Portugal para esparcir el Cristianismo alrededor del
mundo. Por casi 300 años después de la Reforma, los católicos romanos en lugar de los
protestantes fueron a la vanguardia de las misiones Cristianas.
La situación religiosa
La Reforma fue el resultado de una crisis religiosa. La iglesia católica romana estaba en
un período de decadencia moral entre los más obvios abusos del papado, por los años
1500, estaba el otorgar indulgencias. Las indulgencias fueron una fuente primaria de
ingresos para la iglesia. Entre otros abusos dentro de la iglesia estaba la compra y venta
de oficios eclesiásticos, particularmente obispados. Cuando eran acusados de crímenes,
los sacerdotes no podían ser juzgados en cortes civiles, sino solo en las cortes religiosas.
La situación intelectual
El Humanismo Cristiano en Europa Occidental fue caracterizado tanto por creer en Dios
como en el optimismo en su creación, especialmente optimismo en la razón humana. En
Erasmo de Rotterdam (1469-1536), el humanismo encontró su más articulado
portavoz. Erasmo fue educado en un monasterio Agustiniano. Fue ordenado sacerdote en
1492. Desarrolló un fuerte descontento por la teología escolástica medieval. Estudió en
Oxford bajo Juan Colet. Escribió La alabanza a la locura; clarificó su meta en la vida
encontrar y seguir la filosofía de Cristo. En 1516, publicó Novum Testamentum, una
traducción Latina del Nuevo Testamento, El método humanista —de regreso a los
principios o a la fuente— se opuso al método escolástico de la edad media, que recalcaba
la fidelidad a la tradición.
En un sentido, Erasmo era un moralista. Las tres palabras claves que reaparecen en sus
descripciones de Cristo fueron las virtudes monásticas de humildad, pobreza y
debilidad. Erasmo consideró el Nuevo Testamento como un texto histórico que
necesitaba ser estudiado por las reglas de la gramática. La erudición Bíblica, Erasmo
creyó, requería, antes que nada, habilidades lingüísticas. Para muchos, la principal
contribución de Erasmo al Cristianismo fue su Nuevo Testamento en griego.
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Pre-Reforma
El surgimiento del laicado como una fuerza que traería como resultado un creciente
aprendizaje y alfabetismo incrementado profesionalismo que desafió los altos status
previamente asumidos por el clero. Crecido escepticismo hacia la tradición, incluyendo
las estructuras eclesiásticas. Énfasis en el individualismo asociado con el Renacimiento.
Nuevo cuestionamiento de la autoridad previamente establecida en la iglesia y su
jerarquía. Nuevos patrones políticos que le dieron a la gente común mejores posiciones.
Bartolomé Díaz
Fernando de Magallanes
Cristóbal Colón
Avances Científicos
Copérnico (1473-1543)
Francisco Bacon (1561-1626)
Galileo (1564-1642)
Zwinglio (1484-1531)
Anabaptismo
Principio del Anabaptismo en Zurich, Suiza, en 1525. El punto principal de diferencia fue
en relación con la eclesiología de Zwinglio —la relación de la iglesia y el estado. Los
anabaptistas argumentaron que la Verdadera Iglesia fue conformada solamente de
creyentes— aquellos quienes voluntaria y conscientemente han pasado por una
experiencia evangélica de conversión. Los anabaptistas rechazaron el bautismo de los
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infantes. Los anabaptistas originaron la tradición de la iglesia libre que separó la iglesia
y el estado.
1. Bautismo, los anabaptistas creyeron que debía ser solamente de creyentes adultos,
y que era la práctica del Nuevo Testamento.
2. Excomunión.
3. Partimiento del pan.
4. Separación del mundo.
5. Las tareas de los pastores.
6. No resistencia.
7. No hacer un juramento.
Cristianismo en China
Jesuitas
Los términos teológicos jesuitas usados fueron chinos 100 porciento. Por ejemplo,
“Shang Ti” Supremo Señor, y “Tien” cielo, fueron tomados de los clásicos chinos
antiguos. Los jesuitas honraron el confucianismo como filosofía a la que le alienaron el
Cristianismo; el confucianismo era más un juego de reglas de etiqueta y prácticas sociales
y costumbres. Permitieron las ceremonias para honrar a los antepasados.
Las colonias del sur fueron establecidas sobre bases menos religiosas que económicas y
sociales y fueron creadas por leales anglicanos. El Obispo de Londres ejerció todo el
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control que era posible sobre las iglesias anglicanas de la colonia hasta la organización de
la Iglesia Protestante Episcopal después de la guerra revolucionaria.
Virginia
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