El Jardín Encantado

Había una vez un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y colinas suaves.
En el centro del pueblo, se encontraba un jardín encantado, un lugar mágico
donde las flores bailaban al compás del viento y los árboles susurraban secretos
antiguos.

En este pueblo vivía una niña llamada Luna. Luna era curiosa y valiente, y le
encantaba explorar cada rincón del jardín encantado. Un día, mientras jugaba
entre los rosales y las enredaderas, descubrió un camino oculto detrás de una
cascada de flores.

Intrigada, Luna decidió seguir el sendero. A medida que avanzaba, el paisaje se

volvía cada vez más exuberante y misterioso. Pronto llegó a un claro en el
bosque, donde se encontraba una hermosa fuente de agua cristalina.

De repente, una voz suave y melodiosa la saludó d

esde las sombras. Era una hada anciana, con alas brillantes y una sonrisa
amable. La hada le contó a Luna sobre un tesoro escondido en el corazón del
jardín encantado: una flor mágica que concedía deseos.