Asesoría

y Acompañamiento
en la
Pastoral Juvenil
~ CONSEJO EPiSCOPAL LATINOAMERICANO

Asesoría
y Acompañamiento
en la Pastoral Juvenil
Conclusiones y Aportes
del IX Encuentro Latinoamericano
de Résponsables Nacionales de Pastoral Juvenil

Sección de Juventud - SEJ

1994
 Presentación

Desde 1983, la Sección de Juventud del CELAM convoca

anualmente los Encuentros Latinoamericanos de Responsables
Nacionales de Pastoral Juvenil.

A lo largo del tiempo, estos Encuentros se han convertido

en un espacio privilegiado de comunión y participación para
obispos, sacerdotes y jóvenes que trabajan en la Pastoral Juve-
nil de la Iglesia Latinoamericana. El intercambio de experien-
cias y la reflexión teológico-pastoral que han generado
permitieron ir elaborando una propuesta global. la Civiliza-
ción del Amor; una metodología para el trabajo grupal y una
pedagogía para acompañar los procesos de formación humana
Diseño portada: Oiga Stella González y Cía. y cristiana de los jóvenes que han sido un gran aporte para
Diseño y Diagramación: Jesús David Trujillo Luna dinamizar la acción evangelizadora de las Comisiones Episco-
Impresión: Editorial Kimpres Ltda . pales de Pastoral Juvenil del Continente.
Tels. 2601680 - 4136884
El valor de los aportes presentados radica en que no son
© Consejo Episcopal Latinoamericano - CELAM
reflexiones teóricas sino experiencias vividas que se han recogi-
Carrera 5a. No. 118·31
Apartado Aéreo 51086 do. organizado, reflexionado y sistematizado, para ofrecerse
Te!. 6121620· Fax 6121929 luego como orientación de la acción pastoral.
ISBN 958 -625-273-6
Santafé de Bogotá, D.C. Del 2 7 de febrero al 6 de marzo de 1993, la SE.f-CELAM
Marzo de 1994 realizó en Zipaquirá, Colombia, el IX Encuentro Latinoameri-
cano.

7
 Participaron 77 agentes pastorales (13 obispos, 22 sacer-
dote s, 3 religiosos/as y 39 jóvenes laicos) integrantes de Comi-
siones Episcopales de Pastoral Juvenil de Argentina, Bolivia,
Brasil, Colombia, Gasta Rica, Cuba, Chile , Ecuador, El Salva-
dor , Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá, Paraguay,
Perú, Puerto Rico , República Dominicana, Uruguay y Venezu e-
la; junto a invitados del Pontificio Consejo de Laicos, del De-
partamento de Juventud de la Conferencia Episcopal de Españ a
y de la Coordinación de Institutos de Formación y Centros de
Juventud de América Latina.
de los agentes que trabajan en la Pastoral J uvenil Latinoame-
ricana y para promover un más eficaz acomp añamien to a los
procesos de formación en la f e de los j óvenes del Continente.
Dom RA YM UNDO DAMASCENO A SSIS
Obispo Auxiliar de Brasilia
Secretario Genera! de! CELAM

El tema central del Encuentro fue "As esoría y Acomp aña-

miento ". Dicho tema complementa la reflexión realizada en los
Encuentros Latinoamericanos de Caracas (1988) y Quito (1989)
sobre los procesos de educación en la fe de los jóvenes; asume
las orientaciones del Primer Congreso Latinoamericano de
Jóvenes en Cochabamba, que pedían "incentivar la formación Santafé de Bogotá, noviembre de 1993
integral de asesor es " (Concl usiones, 5) ; y es un aporte para
"reafirmar la opción pref erencial p or los jóvenes proclamada
en Puebla ... (que) debe significar una opción concreta por una
pastoral j uvenil orgánica, donde haya un acomp añamiento y
apoyo real con diálogo mutuo entre jóvenes, pastores y comu-
nidades " como lo piden las Conclusiones de Santo Domingo
(SD //4).

Esta publicación consta de tres partes: el Docum ento Final

del IX Encuentro Latin oamerican o sobre "Asesoría y Acom-
pañamiento", los Aportes presentados para la reflexión e ilu-
minación del tema en un panel que abordó los distinto s aspectos
de la realidad de la asesoría, y un Apéndice de materiales
trabajados en el mismo Encuentro sobre "Los Jóvenes en Santo
Domingo ", "Después de Cochabamba... " y "La Oración del
Asesor de Pastoral Juvenil ".

Presentamos hoy esta publicación, con la confianza de que

será un aporte valioso para impulsar la reflexión y el servicio

8 9
 Asesoría
y Acompañamiento
en la Pastoral Juvenil
Documento Final
del IX Encuentro Latinoamericano
de Responsables Nacionales
de Pastoral Juvenil
 e onvocados por la Sección de Juventud del C~LAM,
hemos reunido en Zipaquirá, Colombia, en el IX Encuentro Lati-
nos

noamericano de Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil ,

Obispos Presidentes, Sacerdotes Asesores y Jóvenes integrantes
de Comisiones Episcopales de Pastoral Juvenil de América Lati-
na, para compartir, reflexionar y profundizar las experiencias de
asesoría que se están dando en la Pastoral Juvenil del continente.
Ofrecemos aquí el fruto de nuestros trabajos, con el deseo de que
sean útiles para promover una más eficaz asesoría y acompaña-
miento de los procesos de educación en la fe de los jóvenes.

I. Realidad de la asesoría
y el acompañamiento en América Latina

l. Aciertos

1.1 La exigencia de los jóvenes de tener personas capacita-

das que den respuesta a sus desafíos actuales, los guíen' y los
acompañen integral y efectivamente desde su realidad, con uni-
dad de criterios y sin improvisaciones, ha producido una mayor
toma de conciencia y ha desarrollado la convicción de la
necesidad de una formación integral, sistemática, progresiva y
especifica de los asesores, tanto de quienes vienen trabajando
desde hace un tiempo como de quienes apenas están comenzan-
do. Esto ha llevado a la multiplicación y articulación de Institu-
tos y Centros de Formación de asesores al servicio de la pastoral

13
 juvenil orgánica, y al desarrollo de experiencias a nivel local ,
diocesano, nacional y latinoamericano que han producido una
mayor profundización teológica y un mejor acompañamiento pas-
toral. Se han incorporado y capacitado nuevos asesores, espe-
cialmente laicos, más madurQs_en~)' más aplos Rara el
servicio de acompañamiento a los jóvenes.
1.2 La relación de la pastoral juvenil con la pastoral de
conjunto y la necesidad de unificar criterios y líneas de acción ha
producido un avan ce progresivo en la coordinación y articu-
lación entre asesores y j óvenes a nivel parroquial, diocesano,
nacional y latinoamericano, que ha consolidado la pastoral juve-
nil orgánica. Esto está dando mayor eficacia al trabajo pastoral
y está creando espacios de encuentro y ayuda mutua que testi-
monian la comunión eclesial que se vive en las diversas instan-
cias de la pastoral juvenil.
1.3 La exigencia de los jóvenes para que el punto de partida
de la asesoría sea su propia realidad ha moti vado en los asesores
una mayor preo cupación por conocer y acompañar al joven en y
. desde su realidad personal y grupa l. Las respuestas dad as a esta
situación han hecho crecer la comun ión entre asesore s y j óvenes,
han posibilitado una formaci ón integral más efectiva; una mayor
encarnación de la realid ad de la ases oría y una lectura más
teológica de la realidad ju venil ; y han llevado a los aseso res a
profundizar en la mística y espir itualidad de su servicio.
2. Vacíos '
2.1 ' La asesoría de pastoral juvenil es una realid ad relativa-
mente nueva en la Igles ia. Por eso, se dan diversidad de significa-
ciones y características en los diferentes países de Amé rica Latina.
Como no ha hab ido todavía un proceso de reflexi ón común ,falta
claridad so bre la identidad del asesor en cuanto a su vocació n,
misión, esp iritualidad, mística y conciencia misionera.
14
Como consecuencia, no hay reconocimiento de la asesoría
como ministerio. No existiendo una orientación al respecto, algu-
nos asesores realizan tareas incorrectas, cambian el estilo y los
conceptos del acompañamiento de los jóvenes y no consiguen
una integración con otras instancias de pastoral j uvenil, hac iendo
una labor poco eficaz.
2.2 La subvaloración de la necesidad de trabajar con y para
el joven, partiendo de su realidad y teniendo en cuenta la dinámi-
ca de la cuiturajuvenil de hoy, produce unafalta de conciencia
de la nec esidad de autoformación permanente por parte de los
asesores, una falta de planes de formación sistemática y de un
esfuerzo por hacer una lectura científica y pastoral de la reali-
dad y de la cultura juvenil.
Cuando esto sucede, el trabajo con los jóvenes se hace impro-
visado, superficial y desencarnado, y los grupos juveniles dis-
minu yen porque ~ gl es i a no ~Ro n d e a sus necesidades e
inquietudes.
2.3 Con frecuencia, muchos en la Iglesia tienen temor a los
jóvenes, a su actitud cuestionadora y al despertar de su concien-
cia crítica, y por eso no asumen la opción preferencial por los
jóvenes con suficiente efectividad. Esto pone de manifiesto una
falta de convicción y de confianza sobre el valor y la importan-
cia de la pastoral juvenil, tanto por parte de obispos, como de
sacerdotes y laicos, motivada quizás porque se estima que el
tiempo de la juventud es " pasaj ero" y porque se prefiere invertir
en pastorales que se consideran más " permanentes" .
Una visión ec1esiológ ica clericalista, que no tiene suficiente
confianza en el laico como para encomendarle mayores respon-
sabilidades de asesoría, y lafalta de asesores a tiempo comp le-
to, que plantea dificultades insalvables por la escasísima inversión
de recursos humanos y materiales, producen discontinuidad en el
acompañamiento de los procesos de pastoral ju venil.
15
 2.4 La falta de asesores se acentúa en la pastoral juvenil de
los medios específicos. Una concepción de Iglesia que mira to-
davía demasiado hacia adentro no favorece la apertura y el tra-
bajo con los jóvenes en los diferentes ambientes donde viven. La
pastoral juvenil y la asesoría se hacen entonces muy generales y
no responden a las inquietudes vitales de los jóvenes.
2.5 La escasez de personas preparadas y dedicadas a la ela-
boración teórica, a la sistematización de contenidos y experien-
cias y a la producción de materiales, genera la ausencia de
espacios para la reflexión sobre la asesoría y lleva muchas
veces a reducir los trabajos a simples actividades sin reflexión.
La falta de recursos económicos no permite un mayor inter-
cambio de experiencias. subsidios y materiales. Tampoco hay
diálogo e interrelación orgánica entre las instancias latinoameri-
cana y mundial en lo relativo al trabajo de asesoría.
3. Dificultades
Al enumerar las dificultades, descubrimos algunas causas
generales que de alguna manera están provocando cada una de
ellas.
A pesar de los esfuerzos realizados, constatamos que todavía
no se ha profundizado suficientemente la eclesiología del Vatica-
no 11, sobre todo en lo que se refiere al sentido teológico del
Pueblo de Dios y a los ministerios y vocaciones en la Iglesia.
Puebla hizo una opci ón preferencial por los jóvenes. Sin em-
bargo, constatamos que no se ha hecho aún una real y efectiva
prioridad por una pastoral juven iI que brinde a los jóvenes una
atención integral y despierte en los asesores un compromiso pro-
fundo. Constatamos también, que hay en América Latina mu-
chas iglesias particulares sin una planificación y organización
16
suficientes y que falta en muchas de ellas mayor apertura al
mundo juvenil ya su cultura.
3.1 La pobreza material de la Iglesia latinoamericana, la
dependencia económica de los jóvenes, la falta de planificación
de lo financiero y la poca creatividad e iniciativa en este campo
producen una escasez de recursos económicos y de una infra-
estructura adecuada para hacer eficaz la acción de los asesores.
El hecho de que no haya una opción efectiva por la pastoral
juvenil orgánica desde el momento de la formación que se impar-
te en los seminarios, donde esta línea pastoral está muchas veces
descuidada, produce además una escasez de recursos humanos.
Por eso, muchas veces se da una pastoral juvenil dependiente,
que no avanza como debería.
3.2 La falta de equipos de asesores y de planificación de la
pastoral juvenil dentro de la pastoral de conjunto; el descono-
cimiento de lo que es la pastoral juvenil y el hecho de ser consi-
derada por muchos sólo como un ámbito para la iniciación,
preparación y transición en la actividad pastoral; la mentalidad
clerical que todavía existe en muchas de nuestras Iglesias latino-
americanas, la dificultad para delegar funciones y trabajar en
equipo, el desconocimiento de la psicología juvenil, la carencia
de asesores disponibles y su inadecuada formación hacen que se
den frecuentes cambios de asesores o que éstos tengan que de-
sarrollar múltiples actividades lo que no permite la continuidad
y estabilidad en el acompañamiento de los jóvenes.
Por eso, muchas veces, se dan pastorales juveniles superficia-
les y desorganizadas, con acompañamiento personal y grupal
deficiente, sin planeación ni visión de futuro, lo que provoca
frustración y decepción en muchos agentes pastorales.
3.3 El mutuo desconocimiento y los prejuicios entre Iglesias
particulares, Movimientos y Congregaciones, sus distintas con-
17
cepciones eclesiológicas y de la pastoral juvenil hacen dificil
encontrar espacios de diálogo para la complementación y la
coordinación entre los asesores que trabajan en esos ámbitos
pastorales. Surge así el "capillismo" y el estar "cada uno en lo
suyo", sin comunión, lo que debilita la acción eclesial y la mis-
ma pastoral juvenil y no perm ite aprovechar o hace perder recur-
sos humanos.
3.4 La mentalidad clerical todavía existente; el miedo y la
inseguridad de muchos pastores, su desconocimiento y conflicto
con las nuevas generaciones y su frecuente afán de control; la no
aplicación de los documentos del Magisterio de la Iglesia en
relación a la vocación específica de los laicos y la manera dua-
lista de entender la relación Iglesia-mundo, la falta de un plan
integral y progresivo para el acompañamiento de todo el proceso
de los jóvenes y el paternalismo de algunos asesores "de mayor
experiencia" que no permite el surgimiento de nuevos asesores,
hace que se experimente una falta de valoración y de aceptación
afectiva y efectiva de la pastoral juvenil por parte de diferentes
sectores de la Iglesia (pastores y laicos adultos), que no se
promueva y apoye a los asesores, especialmente a los asesores
laicos y que no se tenga en cuenta como posibles nuevos ase-
sores a muchos jóvenes que han hecho camino y se han forma-
do en la pastoral juvenil.
Por eso, hay pocos asesores laicos y una marcada indiferen-
cia y apatía por parte de muchos adultos hacia la pastoral juve-
nil. Por eso, ésta se queda muchas veces encerrada tan sólo en
los ámbitos intraeclesiales, sin una incersión y proyección en las
realidades temporales del mundo. Por eso, hay escasa presencia
de la Iglesia en las estructuras sociales (universidades, sindica-
tos, medios de comunicación, etc.).
3.5 La marcada carencia de planes pastorales a distintos
niveles de Iglesia, la falta de claridad sobre la identidad y rol del
asesor, la insuficiencia de asesores, la poca disponibilidad de
18
algunos agentes capacitados para este servicio y la muy fre-
cuente falta de consulta previa lleva a una inadecuada elección
de los asesores, no teniéndose en cuenta las capacidades y acti- .
tudes humanas y pastorales necesarias para este servicio.
Sin negar el esfuerzo, la riqueza, la integridad y el valor de
muchísimas experiencias pastorales con los jóvenes que son como
un fermento en medio de la masa, todas estas dificultades hacen
que en muchos lugares, "la pastoral juvenil sea superficial,
inorgánica e inmediatista.
11. Identidad del Asesor de Pastoral Juvenil
1. Antecedentes
Al tratar el tema de la identidad del asesor, podríamos referir-
nos a la riqueza etimológica de la palabra asesor, que viene de
"sedere ad" (sentarse junto a alguien) y que recuerda la actitud
de "estar cerca". También podríamos analizar los niveles que
hay en la asesoría e incluso las relaciones conflictivas que a
veces se suscitan en la vivencia de este servicio. Sin embargo, en
este momento de la vida y de la pastoral de la Iglesia, se hace
necesario comenzar planteando los antecedentes del camino históri-
co que han configurado lo que es hoy la asesoría en la Pastoral
Juvenil Latinoamericana, en la Iglesia y en la sociedad.
La asesoría de los jóvenes fue siempre una preocupación en
la vida de la Iglesia. Basta recordar lo que dice Medellín en su
capítulo sobre la juventud, y Puebla en su opción preferencial
por los jóvenes. y basta mirar las diferentes respuestas que se
han ido dando, tanto en la programación y realización de En-
cuentros a todos los niveles, como en el surgimiento de Institutos
dedicados específicamente a este servicio. El tema de este IX
Encuentro Latinoamericano de Responsables Nacionales de Pas-
toral Juvenil no es pues, una casualidad: la identidad del asesor
es hoy todavía objeto de búsqueda y de reflexión.
19
 La búsqueda de la identidad del asesor se relaciona con los
reflexión sobre la asesoría en la pastoral juvenil, y que ha ido
diferentes modelos históricos de Iglesia que han existido sucesiva
creciendo cada vez más, es que la asesoría de pastoral juvenil
o contemporáneamente. En un modelo de Iglesia que presta mucha
es un ministerio eclesial en una Iglesia que en su corazón es
atención a sus propias estructuras y a su organización interna, se
ministerial, a ejemplo de Cristo "que no vino a ser servido sino a
habla más bien de "director", con una presencia fuerte y directi-
servir'? .
- va. En un modelo de Iglesia más abierta al mundo y con otra
visión pastoral, aparece la figura del "asistente" : en este sentido,
El sentido de todo ministerio es la edificación de la comu-
es muy rica la experiencia de la Acción Católica. El Vaticano 11
nidad eclesial inserta en el mundo. Corresponde a esta comu-
hizo que la Iglesia avanzara en su comprensión de sí misma y de
nidad anunciar y vivir el Evangelio y despertar a la fe, dar
la pedagogía que más corresponde a su misión pastoral, revalori-
gracias y celebrar los sacramentos santificando la vida, servir a
zando el bautismo y la confirmación de todos los cristianos, y
la sociedad sobre todo a los más empobrecidos, y contribuir a la
haciendo que el laico recuperara el sentido profundo de su vo-
construcción de la justicia y de la fraternidad.
cación en la Iglesia. En ese contexto de Iglesia más servidora, se
abandona poco a poco el término "asistente" para introducir la
A partir de este carácter ministerial, podemos decir que el
figura del "asesor ". El asesor no coordina ni manda, sino que
asesor de pastoral juvenil es una persona llamada por Dios a
orienta y acompaña. La asesoría es un descubrimiento pedagógi-
ejercer un ministerio al servicio de los jóvenes; un ministerio
co del actuar pastoral de la Iglesia.
que es asumido como opción personal, al que se es enviado por
la Iglesia, y para el que se ha de contar con la aceptación de
Hoy tenemos ya una reflexión más sistemática y admitida
los mismos jóvenes.
sobre la asesoría, tanto en sus aciertos como en sus vacíos y
dificultades, que es fruto de la misma reflexión y de la práctica.
Estos son algunos aspectos referidos a la identidad del asesor
sobre los cuales hay ya consenso en la práctica y en la reflexión
En este tiempo privilegiado de la Pastoral Juvenil Latinoameri-
de la Pastoral Juvenil Latinoamericana.
cana nos parece oportuno compartir nuestras experiencias y nues-
tra reflexión sobre la identidad del asesor, porque éste está llamado
a ser un elemento valioso para "reafirmar nó sólo de modo afecti-
vo sino efectivamente, una opción concreta por una pastoral juve-
2.1 Identidad teológico-pastoral
nil orgánica , donde haya un acompañamiento y apoyo real con
diálogo mutuo entre jóvenes , pastores y comunidades" l .
La ministerialidad de la asesoría se fundamenta:

+ en Jesucristo servidor, que realiza el proyecto de amor libera-

2. La Asesoría como Ministerio Eclesial
dor del Padre, en su triple función sacerdotal, profética y
real;
La conciencia que ha ido surgiendo de la práctica y de la

l . Santo Domin go. 114 2. Mt 20.28

20 21 .
+ en la ministerialidad de la Iglesia, que sirve a la humanidad
actualizando la liberación integral realizada en Jesucristo;
+ en el carácter bautismal, por el que todo cristiano participa de
la misión ministerial de la Iglesia, en el Espíritu;
+ en la opción preferencial por los jóvenes asumida por la
Iglesia en América Latina, como resultado del discernimiento
sobre cuál es el proyecto del Padre para la juventud de nues-
tro continente.
Todo ministerio en la comunidad se define por el llamado y
por la misión específica que se le confia.
+ El llamado es iniciativa del Padre en Jesucristo: "Ven y
sígueme'" , "los haré pescadores de hombres" 4, interiorizado
por el Espíritu en el encuentro personal.
+ La misión, también iniciativa de Dios, es un "envío a trabajar
para el advenimiento de su Reino en la historia'? . Especifica
el ámbito del ejercicio del ministerio -los jóvenes- y el tipo de
servicio a desempeñar entre ellos -acompañarlos en sus pro-
cesos de educación en la fe-o
+ Este llamado y esta misión es mediada y discernida por la
Iglesia: los pastores, la comunidad local y los mismos jóvenes
perciben juntos una necesidad real de la comunidad -en este
caso, de los mismos jóvenes- y reconocen la utilidad de ese
ministerio.
Conviene desarrollar estos dos aspectos en relación a la misión.
/
+ El ámbito del ministerio del asesor son todos los jóvenes.
3. Me 10,21
4. Me 1.18
5. Christifideles Laici, 58
22
Esto implica para el asesor:
- superar los límites del pequeño grupo, o de los jóvenes que
están integrados en la Pastoral Juvenil ;
- sentirse enviado, dentro del conjunto de la juventud latinoameri-
cana, especialmente a los más pobres, ya los más alejados;"
- tener presentes, aunque se hable de la juventud latinoamerica-
na como un conjunto, los diversos medios específicos en los
que los jóvenes se agrupan, sea por sus actividades (obreros,
campesinos, estudiantes, universitarios), sea por sus culturas
(indígenas, afroamericanos), sea por sus situaciones de vida
(migración, marginalidad, situaciones críticas);
- continuar especificando cada vez más su ministerio de asesor
en función del ambiente juvenil al que es enviado.
+ El tipo de servicio: el asesor es enviado a los jóvenes para
acompañarlos en sus procesos de.educación en la fe.
Realiza así el triple ministerio profético, sacerdotal y real de
Jesucristo.
- Por su ministerio profético, el asesor lee a la luz de la Palabra
de Dios los signos de los tiempos manifestados en la cultura
juvenil, en la Iglesia y en la sociedad; denuncia el pecado, la
injusticia, la opresión y los signos de la cultura de muerte
presentes en la vida de los jóvenes; anuncia y propone un
camino de conversión a Cristo a los jóvenes, y desde ellos , a
la Iglesia y a la soc iedad, como voz de los mismos jóvenes
para construir la cultura de la vida.
6. Cfr. Santo Domingo. 112
23
 - Por su ministerio sacerdotal, el asesor -desde su estado de vida
y vocación laical, religiosa o sacerdotal- sirve a los jóvenes
para la celebración de su vida y de la salvación en los sacra-
mentos, ofreciendo su testimonio personal y asumiendo las
nuevas formas celebrativas de la fe de los j óvenes'.
- Por su ministerio real, el asesor acompaña a los jóvenes en su
propio caminar, como orientador y apoyo, sirviendo a su
p~oceso personal y grupal; y como articulador y nexo, sir-
viendo a la comunión eclesial del grupo o comunidad juvenil
con la Pastoral Juvenil Orgánica, con la Iglesia, y con el
mundo adulto en general.
2.2 Identidad espiritual
El asesor es una persona de fe, manifestada en la vivencia de
una espiritualidad. Para el cristiano, la espiritualidad es la rela-
ción personal con el Padre , con Jesucristo y con el Espíritu
Santo, desde la vivencia del Evangelio y desde las exigencias de
la realidad.
El asesor de pastoral juvenil concreta su espiritualidad en la
opción por los jóvenes. Esta opción es una respuesta al Padre
Dios que ha puesto su mirada en los jóvenes y le pide que se
entregue a ellos; es reconocer el amor de Dios por los jóvenes, es
participar del amor con que Dios ama a los jóvenes y tener la
experiencia del encuentro con Jesús en medio de ellos, por obra
del Espíritu Santo.
El asesor es una persona que ha clarificado ya su proyecto de
vida cristiana, que ha pasado por un proceso de discernimiento
vocacional y que lucha por ser fiel al llamado que Dios le ha
hecho. Es coherente con su opción, y procura integrar su fe y su
vida en todas sus dimensiones: por eso, su espiritualidad está
7. Cfr. Santo Domingo. 117
24
encamada en su vida, en la vida de los jóvenes, y en las circuns-
tancias y acontecimientos sociales.
En un discernimiento de la presencia de Dios en la juventud y
de su plan para con ellos , se encuentra con el joven empobreci-
do, sufriente y marginado, y hace de él su predilecto: este es un
rasgo esencial de la espiritualidad del asesor de juventud en
América Latina.
2.3 Identidad Psicológica.
El asesor es una persona que ha vivido ya un pro ceso de
maduración tal que le hace capaz de mirar el camino de los
jóvenes con otra perspectiva. Debe haber superado personal-
mente las diversas etapas de la juventud. Esa madurez humana le
permite tener un proyecto de vida, y lo ha llevado a alcanzar ya
una cierta estabilidad afectiva como para optar libremente y
asumir con responsabilidad los desafíos propios de su proyecto.
Tener un proyecto de vida asumido es de suma importancia,
porque -entre otras cosas- permite a los jóvenes tener modelos de
referencia en el momento de discernir sus propios proyectos.
El asesor es también una persona abierta, capaz de escu char
y discernir con los jóvenes. Por eso, debe conocer el entorno en
que desarrollan sus potencialidades y debe estar profundamente
encamado en su realidad. Esta encamación en la realidad no es
para que el asesor llegue a " ser uno más" entre los jóve~e~: sino
para ser capaz de entender y acompañar desde su v isron de
adulto el proceso personal y comunitario que ellos están reco-
.rriendo,
El asesor debe ser paciente, capaz de proponer y esperar,
porque acompaña un proceso que no es de. él, ~ino del joven.
Debe ser también muy jovial en su forma de relacionarse.
25
 Esta madurez humana no es un proceso cerrado y defin itivo,
sino un proyecto que se construye diariamente. El asesor deberá
ser consciente de que su proceso de maduración psicológica y de
formación es constante y permanente.
2.4 Identidad Pedagógica
El asesor es un educador que actúa de acuerdo a la peda-
gogía misma de Dios y tiene como modelo a Jesucristo. Como él,
tiene una propuesta clara y concreta para los jóvenes, pero no la
impone sino que la propone. Como Dios con s~ pueblo, el asesor
hace alianza con el joven, escucha su clamor, camina con él, le
da su vida y deja que vaya haciendo su camino con libertad.
Educa acompañando a los jóvenes en la búsqueda y defi-
nición de su estilo de vida, aportando principalmente el testimo-
nio de su propia vida.
Es un educador desde la vida y para la vida; tiene una teoría
y una práctica nuevas. Acompaña los procesos personales y
grupales integrando acción, reflexión, convivencia y oración en I
una propuesta de cambio; da un nuevo sentido al grupo y a las l
personas, promueve el protagonismo a través de la metodología
del ver-juzgar-actuar-revisar-celebrar; desarrolla una pedagogía
experiencial, participativa y transformadora",
2.5 Identidad Social
El asesor es una persona encarnada en la realidad social y
con un profundo sentido de pertenencia a ella . Conoce y asume
las esperanzas y el dolor de su gente y de su pueblo.
8. Cfr. Santo Domingo, 119
26
Siente empatía con la realidad, especialmente con la del jo-
ven. Llora con los que lloran , ríe con los 'que ríen, sufre con los
que sufren. Es una persona profundamente misericordiosa.
Es un actor social. No queda pasivo ante la realidad. Se
siente llamado a transformarla denunciando los signos de muerte
y anunciando los signos de vida , haciendo opciones por los más
pobres y marginados.
Es una persona abierta y respetuosa de la pluralidad de crite-
rios e ideologías. Es protagonista en la transformaci ón de su
ambiente, por lo que debe estar profundamente identificado con
la realidad específica que le toca acompañar: estudiantil, obrera,
campesina, indígena , etc.
Es una persona profundamente convencida de la fuerza de los
jóvenes para la transformación de la sociedad y para la construc-
ción del Reino.
111. Rol del Asesor de Pastoral
l. Introducción
La identidad del asesor de pastoral juvenil, con toda la rique-
za de dimensiones que integra, determina también el rol del
asesor, es decir, el conjunto de actitudes, quehaceres, tomas de
posición y estilos de vida y de acción que pone en práctica
para el cumplimiento de su misión , en íntima y coherente re-
lación con su propio ser y con su propia realidad.
Su identidad teológico-pastoral lo lleva a asumir su rol en
clave ministerial ; su identidad espiritual le hace vivir su rol
desde el amor de Dios a él y a los jóvenes, y con amor a Dios y a
27
los jóvenes; su identidad psicológica lo lleva a asumir con ma-
durez un rol de escucha, apertura, acompañamiento y encar-
nación; su identidad pedagógica determina su rol de educador
con una pedagogía de propuesta y acompañamiento y no de
imposición; y su identidad social se plasma en su rol de actor en
la transformación de la sociedad.
El asesor debe realizar este rol pluridimensional en diversos
ámbitos: en sí mismo, en el acompañamiento personal a los
jóvenes, en el acompañamiento a los grupos, en su relación con
los otros asesores y en su relación con la comunidad eclesial y
social.
Conjugando las dimensiones y los ámbitos obtenemos un
cuadro que nos aproxima a la descripción del complejo rol de
asesor de pastoral juvenil.
2. Dimensiones del rol
del Asesor de Pastoral Juvenil
2.1 En relación consigo mismo
+ Las exigencias del acompañamiento a los jóvenes hacen tomar
conciencia al asesor de la necesidad de una capacitación
teológica, científica y técnica, y de la importancia de contar
con herramientas pedagógicas que le permitan tener una visión
más clara y siempre actualizada de la realidad y de la cultura
juvenil.
+ El asesor de pastoral juvenil debe preocuparse por su for-
mación integral, gradual y permanente, participando en ins-
tancias especializadas para " formar formadores" . De esta
forma va asimilando también criterios para una educación
que parta del contacto con la realidad (acción-reflexión) como
parte de su proyecto personal.
28
+ Es importante la continua evaluación, tanto de su vida como
de su acción como asesor".
+ En la línea de la Nueva Evangelización", el asesor debe ser
capaz de acogere implementar nuevas formas de evangeliza-
ción, acompañando el ritmo de las realidades juveniles y
proyectando un Cristo vivo por la novedad "en su ardor, en
sus métodos y en su expresión" !'.
+ Todo proceso educativo exige la sistematización de sus ele-
mentos. Como educador, el asesor deberá utilizar los instru-
mentos adecuados para contar con aquellos elementos que le
permitan realizar, tanto a nivel personal como a nivel grupal,
el proceso de acompañamiento del joven. Esto le ayudará a
conocer mejor su realidad y a planificar mejor su trabajo.
+ Como persona madura, el asesor es capaz de distribuir sus
tareas y su propio tiempo para la mejor ejecución de su m i-
nisterio. De esta manera, no se verá afectada su vida pers ona l
y podrá responder a las exigencias del mismo trabajo.
2.2 Relación con la persona del joven
+ El acompaña m iento person al de los jóvenes es un elem ento
esencial de la tarea de l asesor. A tra vés de é l, el joven va
concretando aquellas opc iones que irán configurando su se r y
su quehacer. El acompa ñami ento personal debe ser integral ,
respondiendo a todas las dim en siones de la formación : su
relación consigo mism o, su relaci ón con e l grupo, su relac ión
con la sociedad, su rela ción con Dios liberador y su rel ación
con la Iglesia" .
9. Cfr . SEJ-CELAM , Los Procesos de Educaci ón en la Fe de los Jóve nes. 1992. pág 61
10. cs. Sanlo Domingo. 26
11. cs. Santo Domingo, 28
12. Cfr. SEJ-CELAM. Los Procesos de Educaci ón en la Fe de los Jóvenes, 1992. pags 20-24
29
+ En este campo, corresponde al asesor:
_ incentivar al joven para que tenga una participación más
activa, consciente y responsable en todos los aspectos de la
vida eclesial y social;
_ dar seguimiento personal procesual teniendo en cuenta la
vida afectiva, profesional y de militancia eclesial y social
del joven, para ayudarlo a clarificar, concretar y realizar su
propio proyecto de vida;
_ ayudar al joven a integrar su fe y su vida.
2.3 Relación con el grupo
El asesor debe dar también su aporte para acompañar los
procesos de los grupos. Este aporte, unido a la participación de
los jóvenes y a la presencia dinamizadora del Espíritu del Señor,
hace de los grupos verdaderos espacios de crecimiento y madu-
ración en la fe.
En tal sentido, el asesor debe:
+ Favorecer una experiencia comunitaria de fe, respetando y valo-
rando las expresiones religiosas de los jóvenes, llevando al gru-
po a profundizar la Palabra de Dios, y a tener una fuerte y sólida
vivencia y comprensión de la oración y de los sacramentos.
+ Desarrollar procesos de formación integral crítica y liberadora,
partiendo de la realidad personal y social de los jóvenes deL
grupo, siguiendo la metodología ver-juzgar-actuar-revisar-ce-
lebrar".
13. Cfr . Santo Domingo. 119
30
+ Dar seguim iento a los grupos en las diversas etapas de su
proceso de formación: nucleación, iniciación y militancia.
+ Dedicar especial atención a la formación y al acompañamien-
to de los coordinadores y animadores de los grupos.
+ Favorecer un clima de' confianza y amistad dentro del grupo,
educando a los jóvenes en el diálogo y en la vivencia de la
fraternidad.
+ Promover los diferentes liderazgos, descubriendo y potencian-
do las aptitudes personales de los jóvenes, y delegando fun-
ciones para fomentar el desarrollo de sus capacidades.
+ Educar a los jóvenes para la organización, ayudándoles a
clarificar las funciones que asumen al interior del grupo y
evaluándolas permanentemente.
+ Despertar en los jóvenes la sensibilidad y el compromiso
hacia los más débiles y empobrecidos.
+ Apoyar al grupo en su proyección socio-política, acompañán-
dolo desde la acción y brindándole elementos de formación y
discernimiento para entender su quehacer socio-político como
concreción de su fe cristiana.
+ Aportar al grupo una visión amplia del trabajo con jóvenes,
relacionándolos con otros grupos eclesiales y sociales e in-
fundiéndoles una mentalidad abierta, pluralista y ecuménica,
que les permita colaborar con todos los que luchan por la
construcción del Reino , sin perder su propia identidad cris-
tiana.
+ Vi vir la dimensión festiva de la vida de los jóvenes y de los
grupos, valorando especialmente los gestos, los signos y las
expre siones simbólicas.
31
+ Ofrecer a los jóvenes propuestas diversas y atrayentes, como
teatro, deporte, música, cine, etc 14.
+ Sus citar en ellos e l sentido de ide ntidad e integración latino-
americana y de solidaridad entre los pueblos.
+ Sistematizar las experiencias gru pales.
2.4 Relación con otros asesores
La asesoría de pastoral juvenil es un m inister io eminente-
mente colegial. El asesor no trabaja aislado en su gru po, sino
que se relaciona con otros asesores, especialmente en el Equipo
de Asesores.
El Equipo de Asesores posibilita la complementación no só lo
a nivel de aptitudes personales y de distribución de tareas, sino
principalmente a nivel del aporte que las distintas experiencias de
vida de los asesores -Iaical , religiosa, diaconal, sacerdotal ofrecen
a los jóvenes como modelos de proyectos de vida cristiana.
El Equipo de Asesores no es una instancia de plan ificación o
coordinación de actividades para los jóvenes. Es el ámbito natu-
ral donde el asesor encuentra el apoyo de los otros asesores en la
oración, en la reflexión y evaluaci ón de su servicio, en el d iscer-
nimiento comu nitario de los signos de la vida j uve ni l, en la con-
fro ntac ión de ideas y experie nc ias . Puede deci rse qu e e l Eq uipo
de Asesores es e l ámb ito en el que e l aseso r comparte correspon-
sablemente todos los aspectos referidos a su ident idad ya su rol.
Es responsabilidad del asesor zonal, diocesano y nacional
promover la formaci ón de estos Equipos de Asesores en los
niveles correspondientes.
14. Cfr. Santo Domingo. 119
32
2.5 Relación con la comunidad
La relación del asesor con la comunidad se da en dos aspec-
tos : el eclesial y el social.
+ El aspecto eclesial busca concretar una mayor presencia de
los jóvenes en la vida de la Iglesia.
Esto exige al asesor:
- Abrir a los jóvenes mejores y mayores "espac ios de parti ci-
pación en la misma Iglesia?" , tendiendo a que su acción
sea cada vez más intencionada y prospectiva:
- Atender también a los jóvenes que participan en la Iglesia
de forma espóradica y que no se integran en el proceso
orgánico de la Pastoral Juvenil.
- Animar la celebración de una liturgia "viva, participativa y
con pro yección a la vida? " , capaz de despertar el ánimo
y la vivencia eclesial de los jóvenes, asumiendo la peda-
gogía de los signos y promoviendo las nuevas formas cele-
brativas de la fe propias de la cultura juvenil 17.
- Promover la participación de los jóvenes en la vida de la
Iglesia, siendo nexo entre las generaciones adultas y jóvenes
que en ella conviven. Su tarea ha de ser fomentar la comu-
nión eclesial , promoviendo el "diálogo mutuo entre jóvenes,
pastores y comunidades?" , y animando una vivencia sa-
cramental que "comprometa a los jóvenes en la pastoral
de la Iglesia" !" . La vinculaci ón de las acciones de la
15. Santo Domingo. 119
16. Santo Domingo. 145
17. Santo Domingo. 114
18. Santo Domingo. 114
19. Santo Domingo. 115
33
 Iglesia local con la Iglesia latinoamericana y un iversal
mani fiestan la profunda pertenencia eclesial de la asesoría.
+ El aspecto social busca concretar una mayor presencia de
los jóvenes en la transformación de la realidad social.
Esto exige al asesor:
- Fomentar el análisis y el estudio sistemático de los hechos
sociales para desarrollar el potencial transformador de los
jóvenes. El asesor desarrolla su rol colaborando en la búsque-
da de respuestas a las necesidades de otros jóvenes y de la
sociedad en general.
- Promover la conciencia social de los jóvenes. La inserción
en la realidad capacita para "conocer y responder crítica-
mente a los impactos culturales y sociales que reciben los
j óvenes'?" .
Esta dimensión de la acción del asesor encuentra su funda-
inento en el relato evangélico de los obreros de la viña: "¿Por
qué están aquí todo el día parados? Vayan también ustedes a mi
viña'?' . El asesor invita a la acc ión concreta -"a nadie le es
lícit o permanecer ocioso?" - mediante la concientización y la
form ación de una mentalidad capaz de asumir a los j óvenes
como " suj etos activos de la misión de sa lvaci ón'?" y de prom o-
ver en ellos la búsqueda de "soluciones plenamente humanas'?"
en " un mundo que presenta situaciones económicas, social es,
políticas y culturales más graves respecto a aquél que describ ía
el Concilio Vat icano 11"25 .
20. Santo Domingo, 115
21. Mt 20, 6-7
22. Christifideles Laici, 3
23. Christifideles Laici, 3
24. Gaudium et Spes, 11
25. Christifideles Laici, 3
34
- Asegurar un compromiso "con las necesarias transforma-
ciones de la sociedad" 26 , 10 que implica una tarea contra
"ciertas mentalidades clericales que privan de dar respues-
tas eficaces a los desafíos actuales de la sociedad'?' .
En este sentido, el asesor debe buscar que los jóvenes sientan
"todo el respaldo de sus pastores?" , y debe saber crear y brin-
dar espacios de formación "en orden a una actuación política
dirigida al saneamiento, al perfeccionamiento de la democracia y
al servicio efectivo de la comunidad?" .
- Esta dimensión social permite al asesor educar a los jóvenes
en los valores democráticos. La proyección comunitaria los
lleva a un ejercicio de los deberes y derechos, especialmente
el "derecho y el deber de participar en la política" 30 . Así ,
las comunidades juveniles educan para la justicia entendida
como virtud y como fuerza moral.
- Finalmente, es rol del asesor servir de "vínculo" entre la
cultura y la soc iedad adulta y la nueva cultura y expresión
social de los jóvenes, "sea para interpelarlos, sea para de-
jarse interpelar por ellos " 31.
3. Niveles de Asesoría
3.1 Hay diferentes niveles de ase soría. La identidad y el rol
se enriquecen con funciones y responsabilidades que dan nue vos
contenidos y exigen posturas más determinadas frente a las reali-
dades que se van presentando. El primer nivel es la ase soría al
26. Santo Domingo. 115
27. Santo Domingo, 96
28. Santo Domingo, 99
29. Santo Domingo. 193
30. Christifideles Laici, 42
31. Santo Domingo, 24
35
grupo en la base. Lo más correcto es que un asesor comience allí
su servicio, para ev itar que se den realidatles de asesoría sin que
existan comunidades conc retas.
3.2 Cuando hay más grupos, empiezan las articulaciones,
que son una gran fuente de educación para los jóvenes. Es el
mo mento en que el ministerio rea l del asesor se actualiza, con-
virtiéndose también en un articulador. El asesor podrá estimular
así el protagonismo de los jóvenes en la Iglesia y en la sociedad
haciéndolos participar en los procesos de transformación.
Esta artic ulación se da a nivel parroq uial, diocesano, nacio-
na l y latinoamericano, tanto en los grupos parroquiales como en
los de los medios específicos.
3.3 El rol del asesor que participa en estas articulaciones se
define, en gran parte, por el propio nive l que asesora. El asesor
no pierde su identidad, sino que se va enriqueciendo por las
funciones que el protagonismo juvenil le va pidiendo.
3. 4 La inserción en los medios específicos presenta nuevas
ex igencias que deben ser respondidas con el espíritu de la encar-
nación y la inculturación.
Es un reto para la Pastoral Juveni l Latinoamericana clarificar
lo que se entiende de hecho por medio específico, incentivando
los que efectivamente ya existen e impulsando aquellos donde
todavía no se está trabajando. Haciendo esto, la dimensión políti-
ca del asesor va a imponer exigencias nuevas, y la Pastoral
Juvenil va a ganar mucho en eficacia y en su contribución a la
construcción de la Civilización del Amor.
También se debe dar apoyo y promover la articulación, for-
mación e inserción en la Pastoral Juvenil Orgánica, de los ase-
sores de los medios específicos: obreros-trabajadores, campesinos,
estudiantes y universitarios; de los asesores de grupos culturales:
36
indígenas y afroarnericanos; y de los asesores de grupos de jóvenes
en situaciones críticas: migrantes, alcohólicos, drogadictos, en-
fermos de sida, prostituídos, encarcelados, etc.
Corresponde a cada pastoral juvenil específica promover su
organicidad dentro de la Pastoral Juvenil Orgánica, así como
definir las funciones determinadas de cada medio.
IV. Orientaciónes para la acción
l. Valorar y promover la incorporación de laicos a la asesoría de
pastoral juvenil y profundizar el significado de la asesoría
como ministerio.
2. Elegir asesores con la mística del amor a Cristo y a los
jóvenes.
3. Promover procesos de formación de asesores, especialmente
en el estudio permanente de la cultura juvenil, en el desarrollo
de la conciencia crítica eclesial y social, en la formación de
animadores, en la aplicación de la metodología ver-juzgar-
actuar-revisar-celebrar, y en el fortalecimiento de su dimen-
sión misionera.
4. Profundizar la espiritualidad del asesor y generar actitudes de
acompañamiento a los jóvenes que favorezcan su experiencia
de Dios..
5. Promover la creación de equipos de asesores, la articulación e
intercambio pastoral a todos los niveles y la revisión de las
experiencias de asesoría a partir de la reflexión sistematizada
en este Encuentro.
37
6. Impulsar la formación integral y permanente de asesores para
la pastoral juvenil de los medios específicos.

7. Buscar mecanismos de financiamiento y autofinanciamiento

que faciliten los trabajos de asesoría en los distintos niveles .

8. Continuar la reflexión sobre la identidad y el rol del asesor, el

animador y el coordinador en la pastoral juvenil.

Aportes de reflexión
sobre diversos aspectos
de la Asesoría

Texto de las breves ponencias

presentadas en el panel
realizado durante
el IX En cuentro Latinoamericano

38
 La Asesoria
en la Pastoral Juvenil
Enfoque Sociológico

P. Florisvaldo S. Orlando, cp
Asesor Nacional de Pastoral Juvenil
Brasil

Introducción

La caracterización sociológica de la persona y de la tarea del

asesor depende mucho de la perspectiva teórica que se adopta.
Esta, a su vez, está ligada a la visión social y política que se
tenga.

El asesor es , tradicionalmente, la persona que , poseye ndo

cierto conocimiento o experiencia, asiste y ayuda a la autoridad
o institución, ofreciendo análisis y pistas para la toma de deci-
siones, o ejecutando esas mismas decisiones en nombre de la
autoridad . Por tal razón, aunque esté siempre funcionalmente
subordinado al asesorado, su conocimiento le da poder e influ en-
cia y le confiere un cierto status social.

En una perspectiva funcional , su liderazgo se or igina en la

necesidad que se tiene de él para e l fun cionamiento equilibrado
de la institución.

41
 Más recientemente, sobre todo en América Latina, está cre-
ciendo una nueva forma de asesoría: la del asesor popular. A
diferencia del modelo tradicional, el asesor popular no entiende
su papel como un cargo de confianza de la autoridad o como un
"empleo", sino como un "servicio a la causa liberadora del pue-
blo", y pone su saber a disposición de los grupos y movimientos
populares, sea con o sin remuneración.
En la Iglesia, se da con frecuencia que muchas personas son
designadas para la función de "asesores", con la misión definida
de transmitir y hacer cumplir lo que está determinado por la
autoridad o por la tradición, cuyo guardián es la propia autori-
dad .
Se espera, por tanto, que en una concepción típicamente fun-
cionalista de mantenimiento de la institución, el asesor sea el
canal de comunicación entre la jerarquía y la base.
Entre los asesores de Pastoral Juvenil y entre los propios
jóvenes de América Latina, parece predominar una comprensión
de la función de la asesoría que se acerca bastante a la definición
de "asesor popular", aunque no se pierde de vista su tarea de
facilitador de la relación orgánica del grupo o de la organización
pastoral con la institución eclesial.
Esto se expresa, por una parte, en la exigencia de tener
"opción, carisma y capacitación" para poder desarrollar la fun-
ción de asesor de la Pastoral Juvenil y en la exigencia de partici-
pación de los jóvenes en su elección; y por otra parte , en la
necesidad de su homologación por la autoridad eclesiástica. La
no atención a algunos de estos aspectos es causa de frecuentes
problemas y conflictos.
Algunos elementos de la soc iología pueden ayudar a com-
prender estos problemas y tensiones, ya definir la identidad y el
papel del asesor en la Pastoral Juvenil.
42
l. Diversas visiones
En una perspectiva sociológica weberiana" , se podría enten-
der el papel del asesor como el de un líder carismático. Es decir,
aquella persona que tiene tales cualidades personales reconoci-
das que le permiten desempeñar un papel de "dirección" del
grupo. El representa y "encarna" un ideal de vida, unas cuali-
dades individuales y sociales que "deben ser seguidas".
Pero el propio Weber señala que muchas veces el carisma
personal se transforma en un "carisma de función": es decir, se
burocratiza y se formaliza, convirtiéndose en un hecho "asegura-
do" por delegación a determinada persona, independientemente
de sus cualidades, por quien controla el ejercicio de esa función
dentro de la institución.
A partir de estas afirmaciones de Weber, se pueden señalar
dos consecuencias importantes:
- El asesor tiene fuerza en la medida en que es significativo y
es reconocido socialmente por el grupo, en la medida en
que basa su función en sus cualidades personales. Por tan-
to, tiene que "conquistar" el derecho a desarrollar esa fun-
ción .
- Cuanto más se asocia el papel del asesor a una función
conferida por vías burocráticas, más disminuye la impor-
tancia de su acción. El "carisma de función" es cada 'Vez
menos efectivo en el mundo moderno. Y esto es mucho más
acentuado cuando se da en relación a la juventud.
En una visión de teoría política, la asesoría puede ser entendi-
da como una especie de "v anguardia" . El asesor encama en sí la
\ . Cfr. WEB ER Max, Sociología de la Dominación. en "Eco nomía y-Sociedad". M éxico, Fondo
de Cultura Económica. 1977. vol 11
43
"verdad" de un grupo y el sentido de su lucha. El "dirige" el
grupo en una perspectiva determinada porque tiene consigo el
secreto de la historia. Es el papel que cumple el partido en la
concepción leninista: una visión dirigista de la acción, de carác-
ter iluminista, porque hay un "proyecto" para la historia, que
brota de mentes iluminadas que deben dirigir su proceso de rea-
lización.
La visión opuesta sería el "basismo" que, en sus posiciones
más radicales, afirma que no hay necesidad de asesores, porque
la verdad está en los más simples y los más pobres, en el "pue-
blo". En tal caso, el asesor sería el que es capaz de oir la base y
obedecerla. Tendría un papel pasivo e inerte.
Ciertamente, ambas posiciones están equivocadas. Al con-
trario de lo que piensan los "basistas", la asesoría es una nece-
sidad del proceso social, político y religioso de un grupo . Como
explica Weber, en la medida en que ejerce una "función directi-
va", la asesoría tiene un peso político, pero no en el sentido
"dirigista" de los leninistas y dogmáticos.
2. El Asesor como Educador Político
La función del asesor debe estar ligada a lo que Gramsci'
llamaba "función directiva", o sea, la función de quien encarna y
"conduce" la "reforma intelectual y moral ". Por sus cualidades
intelectuales y morales, el asesor "anticipa" la forma en que han
de ser los hombres de la sociedad que se está construyendo. Esta
noción de reforma intelectual y moral es importante porque supone
que el asesor debe tener la capacidad (teoría) y la moral (prácti-
ca) para desempeñar la tarea de indicar la dirección en que el
grupo debe caminar.
2. Cfr. GRAMSC I Antonio. El Intelecto y la Organiza ción de la Cultura, Rio de Janeiro, Civiliza-
cao Brasileira, 1978. Cfr. también: PORTELLI. HUGUES, Gramsci y la Cuestión Religiosa. Sao Paulo,
Paulin as, 1984; Grams ci y el Período Histórico, Sao Paulo, Paz e Terra, 1976; COUT INHO Carlos
Nelson, Gramsc i, Porto Alegre, LPM Editores, 1986
44
Partiendo de la juventud como un "nuevo cuerpo social'? y
de la Pastoral Juvenil como una organización pastoral de carác-
ter liberador, que quiere fermentar ese cuerpo social con los
valores evangélicos, podemos entender al asesor de Pastoral Ju-
venil en el sentido gramsciano del "intelectual orgánico", es decir,
"la persona que tiene una función de educación y articulación de
las clases populares " -en este caso, especialmente, de los jóvenes-
en vistas a desarrollar su protagonismo en el proceso de su
liberación.
De aquí se desprenden tres consecuencias inmediatas:
a) El asesor podrá desempeñar bien este papel en la medida
en que esté inserto en el grupo, tenga sensibilidad para
percibir sus aspiraciones, límites y cualidades, y sepa in-
terpretar todos estos elementos con claridad. Es necesario,
al mismo tiempo, saber oír, saber aprender y poseer ca-
pacidad suficiente para saber cuestionar. El asesor debe
"encarnarse" en el grupo -lo que no quiere decir "con-
fundirse " con él, en el sentido de nivelarse "por lo bajo"-
pues de esa manera no será ya capaz de "dirigir" más
nada.
b) La función del asesor supone la capacidad de hacer cami-
nar al grupo hacia la "ocupación de espacios ". El grupo
-en este caso la juventud- como sujeto social , debe ser
capaz de ir haciéndose "directivo", es decir, de ir haciendo
su "reforma intelectual y moral" en la instituci ón eclesiás-
tica y en la sociedad. No puede tener la pretensión de ser
el dueño de la verdad ni pensar que va a ser quien va a
cambiar la historia solo. Pero tiene que tener seguridad en
lo que piensa y quiere , para ser capaz de ir sumando
nuevas fuerzas.
3. Medellin, Juventud.
45
 e) El asesor de Pastoral Juvenil es asesor de un grupo cuya
identidad se define en y por la religión. Esto significa que
su acción está muy vinculada a su identidad. La identidad
define la acción y la acción asegura la identidad. El grupo
de Pastoral Juveni l no es un grupo político. Está movido
por una opción y por una mística religiosa que es su punto
de partida. Como grupo cristiano tiene que buscar la cons-
trucción de la paz, de la solidaridad y de la justicia. Esa es
tarea tam bién de los Partidos Políticos, de l Movimiento
Estudiantil y del Movimiento Popular. Pero el asesor de
Pastoral Juvenil tendrá que tener claro cuál es la contri-
bución propia y específica del grupo religioso a esa cons-
trucción. Deberá clarificar para el grupo y con e l grupo
-dentro de la situación histórica concreta- cuál es la es-
pecificidad de la acción cristiana del grupo de Pastoral
Juvenil al interior de l proceso social más amplio. Esto no
significa separar lo religioso y lo po lítico, sino descubrir
la especificidad simbólica de lo religioso y su contribución
"original" al proceso liberador.
3. El Aporte del Asesor
El servicio de educación y articulación de la juventud asumi-
do por el asesor, se traduce en la práctica, en:
a) "Anticipar" en sí mismo para el grupo , a través de una
teoría y práctica coherentes, cómo serán los hombres de la
sociedad que se está construyendo, y cómo será esta misma
sociedad -la " reforma intelectual y moral '" de que habla
Gramsci- para que el propio grupo se haga directivo.
b) Enseñar, en el sentido de transmitir elementos y dat os
culturales que sean de interés para la juventud, para su
4. CfL GRAMSC I Antonio. ib
46
crecimiento y su protagonismo en el proceso liberador. Se
trata de difundir la cultura acumulada y de transmitir in-
formaciones sobre la historia, la situación presente, los
principios, etc. Esta "enseñanza" sólo se puede procesar
en términos de "concientización", de descubrimiento, en el
que los jóvenes sean sujetos, y no en términos de "adoctr i-
namiento".
e) Asistir técnica y metodológicamente al grupo en su proce-
so pedagógico y en su acción, ofreciéndole elementos para
que pueda crecer en eficiencia, sin asistencialismo , dirigis-
mo o imposición.
d) Problematizar, formulando explícitamente los problemas
vividos por los jóvenes y por la Pastoral Juveni l, en forma
de cuestionamientos o planteos, procurando objetivar sus
intereses reales y posibilitar la búsqueda de soluciones.
e) Sistematizar, es decir, reunir en forma lógica las vivencias
y prácticas de los jóvenes y de la pastoral ya ela boradas
por ellos a su modo, confrontarlas con las teorías más
elaboradas y devolvérselas para su val oración y reelabo-
ración por parte de ellos mismos.
f) Articular y favorecer la unidad de las form as autó no mas
de organización y de acción de los j óvene s, parti end o de
sus situaciones vitales y de su concienci a actual. Vincular
la lucha que ellos sostienen con la lucha más globa l, pro-
piamente polí tica. Esto supone la inserci ón en el medi o, el
conocimiento real de la situación y de cómo la sienten los
jóvenes, y el conocimiento del sistema más amplio dond e
esa situación está inserta. Debe ser canal, además, de la
solicitud pastoral de la Comunidad Eclesial y prom over la
inserción de los jóve nes en ella .
g) Administrar personas y recursos, individualizando los líde-
47
 res y sectores más activos, promoviendo estrategias para
la captación y capacitación de nuevos agentes para servi-
cio del proceso, y facilitando los medios materiales'.
4. "Dirección" y Protagonismo de los Jóvenes
De lo dicho hasta ahora se concluye que la función de la
asesoría, en cualquier institución, en la Pastoral Juvenil o en el
Movimiento Popular, es desde del punto de vista sociológico,
una función de dirección.
¿Cómo conciliar entonces esta función directiva del asesor
con el principio del protagonismo de los jóvenes en su Pastoral?
La simple presencia del asesor junto a los jóvenes ya implica
una forma concreta de intervención. Según Touraine" , toda re-
lación social es una relación de fuerza. El miedo de intervenir,
con el pretexto del respeto al protagonismo o a la conciencia de
los jóvenes, no se justifica, pues " la vida social ya es, de por sí ,
una vida de influencias mutuas. Nuestra no intervención no im-
pedirá que otros agentes intervengan'",
La función de la asesoría, en el caso de la Pastoral Juvenil, es
una función pedagógica. "N o existe acción pedagógica absoluta-
mente no-directiva y totalmente libre'", Siguiendo a Bordieu",
afirma mos que toda acción pedagógica constituye el ejercicio de
un poder, el poder simbólico.
5. ere. 1I0FF Clodovis, Agente de Pastora l y Pueblo, en: Revista Eclesiastica Bras ileir a, vol 40,
rascisulo 158 (junio de 1980), págs 216-242
6 . TO URAIN E Alain . Palabra y Sangre . Política y Sociedad en América Latina, Campinas, Uni-
camp ,I989
7. n OFF Clodovi s, lb
8. 130FF Clodovis, lb
9. 130 RD IEU Pierre, L1 Reproducci ón. Elementos para una Teoría Critica del Sistema de Enseñanza,
Sao Paul o, Francisco Alves, 1975: también La Economía de los Ca mbios Simbó licos, Sao Paulo,
Perspec tiva, 1974
48
Pero, en el sentido gramsciano, no se trata de un mero dirigis-
mo. La cuestión no es influir o no influir-vdirigir'' o no dirigir:
la cuestión es cómo influir y en qué dirección influir.
El protagonismo de los jóvenes va a depender de la forma en
que actúa el asesor en su función pedagógica. Y habrá o nó una
nueva sociedad, según sea la direc ción que se imprima a esa
acción.
De esta función de educación y articulación que desempeña el
asesor de la Pastoral Juvenil se deduce su influencia política.
" Educar es un acto pol ítico !", recuerda Paulo Freire. Por eso,
afirma que "es necesario que seamos educadores profetas" I I , y
añade que " e l educador profeta es un sujeto empapado en su
tiempo, capaz de analizar el caos y de proyectar la utopía?",
Conclusión
Desde el punto de vista sociológico, el asesor de Pastoral
Juvenil está llamado a ser un " lider carismático", un educador
profeta profundamente inserto en la vida del pueblo y en medio
de los jóvenes, "empapado en su tiempo", y como "intelectual
orgánico", junto con los jóvenes, partiendo de su realidad y res-
petando su protagonismo, capaz de " ana lizar el caos -con ojos
creyentes- y proyectar la utopía", impulsando una acción trans-
formad ora con una mística cristiana.
10. FREIRE Paulo, La Edncación como Práctica de Libertad, Rio de Janeiro, Paz e Terra, 1967
11. FREIR E Paulo, ib
12. FRE IRE Paulo, ib
49
 Elementos
sobre la Madurez Psicológica
delAsesorde Pastoral Juvenil
Enfoque psicológico

Pbro. Feliciano Rodríguez

Secretario Ejecutivo
del Equipo Nacional de Pastoral Juvenil
Puerto Rico

El asesor anticipa en sí mismo cómo será la sociedad que se

proyecta en el grupo. La cuestión no es dirigir o no dirigir, sino
la forma como se realiza esa tarea directiva del asesor.

Por esa razón, es importante mirar al asesor en sí mismo,

como persona, y como tal, actor de su propio proyecto de madu-
ración. Esta es la razón para hablar de los elementos de ma-
durez psicológica del asesor.

Es necesario aclarar, previamente, que hay muchas escuelas

psicológicas que entienden a las personas y a sus procesos de
maduración de maneras muy diversas. Pero aquí vamos a obviar
esa discusión y vamos a asumir lo que es común en nuestro
humanismo cristiano. Procuraré, entonces, presentar un sencillo
perfil psicológico de la persona del asesor, obviando lo que se

51
puede decir con validez para cualquier persona en otros ámbitos
y tratando de ceñirme a la realidad del asesor en cuanto tal.
Quiero comenzar citando tres textos del Magisterio de la
Iglesia.
El primero, es del Decreto "Optatam Totius" del Concilio
Ecuménico Vaticano Il, sobre la Formación Sacerdotal: "La
madurez humana se comprueba sobre todo en cierta estabili-
dad afectiva, en la facultad de tomar decisiones ponderadas y
en el recto modo de juzgar sobre los acontecimientos y los
hombres'",
El segundo, está tomado del Documento "Orientaciones para
la Educación en el Celibato Sacerdotal" de la Sagrada Congre-
gación para la Educación Católica: "Se ha convenido en juzgar
madura, en general, a la persona que ha realizado su vocación
humana..., que ha consegu ido la suficiente capacidad habitual
para obrar libremente; que ha integrado sus bien desarrolla-
das capacidades humanas en hábitos virtuosos; que ha con-
seguido un fácil y habitual autocontrol emotivo, con la
integración de las fuerzas emotivas que deben estar al servicio
de una conducta racional; que prefiere vivir comunitariamente
porque quiere hacer partícipe a los demás de su donación ; que
se compromete en un servicio profesional con estabilidad y
serenidad; que demuestra saber comportarse según su autonomía
de la conciencia personal; que posee la libertad de explorar,
investigar y elaborar una experiencia, es decir transformar los
acontecimientos para que resulten fructíferos en el futuro; al
ser human o que ha logrado llevar al debido nivel de desarr ollo
todas sus potencias y posibilidades especificam ente humanas "2 .
l . Concilio Vatican o 11, Decreto "Optatam Totius ", 11.
2. Sagrada Congregaci ón para la Educación Católica. Orientaciones para la Educación en el Celiba-
to Sacerdo tal. 19 74, n° 18
52
El tercero, es del Mensaje de Juan Pablo Il a los sacerdotes,
el Jueves Santo del Año Internacional de la Juventud. Les decía
que se trata de "ser modelos para los jóvenes y dar respuesta a
sus inquietudes hasta el paso de llegar a una mutua identifi-
cación con ellos, pero sin perder la identidad adulta y madu-
ra " 3 .
A partir de esta repetida insistencia en la necesaria madurez
del asesor para poder ayudar y acompañar a los jóvenes, voy a
mencionar ocho rasgos que caracterizan la madurez psicológica
de una persona.
l. La misma opción por la madurez como tarea permanente:
querer ser y seguir siendo maduro, tanto a nivel personal,
lo que abarca la dimensión humana, cristiana, social y
profesional, como a nivel apostólico.
Si pudiéramos decir que la vida de la persona humana se
divide en etapas psicológicas, las caracterizaríamos di-
ciendo que básicamente el niño recibe , el adolescente bus-
ca y el adulto da . La madurez humana puede describirse
como la etapa de la persona que está en actitud de dar. Ya
ha pasado del egoísmo egocéntrico del niño, que sólo quie-
re recibir, a la capacidad de dar y producir. La madurez
humana se define ante todo por esta capacidad de dar.
Nosotros sabemos bien, por nuestra experiencia de trabajo
en la Pastoral Juvenil, que todo adolescente y todo joven
debe procurar desarrollar en su etapa juvenil el triple pro-
ceso de conocimiento de sí mismo, de aprendizaje del amor
y de ubicación en la vida . Se supone que esos tres proce-
sos , que deben desarrollarse durante la juventud, estarán
ya asumidos por el asesor en su aspecto de maduración
humana.
3. Juan Pabl o 11, Cart a a todos los Sac erdotes de la Iglesia co n ocas ión del Jueve s San to, 3 1 de
marzo de 1985
53
 No es maduro quien vive añorando el pasado. No es ma-
duro el adulto que quiere mantenerse joven, porque es
bueno seguir siendo joven. Es bueno ser adulto y hay que
llegar a ser adulto, aunque la juventud se mantenga com o
un estado del alma y del espíritu.
2. En términos del entorno social , la persona madura tiene un
claro sentido de la realidad. Es radical, sabe valorar lo
positivo y lo negativo en sus raíce s, interpreta tanto con el
análisis como con la síntesis, es capaz de ver el conju nto y
no sólo las partes , sabe tomar posición ante los confl ictos,
y tiene la prudencia nece sari a para no imponer su opc ión
propia a los jóvenes.
3. La persona madura tiene estabilidad en medio de las cri-
sis y los conflictos: no rehúye las dificultades y continúa
adelante sin desesperación porque tiene seguridad en sí
misma.
4. La persona madura es responsable. Su resp onsab ilidad
nace de la necesidad de responder a las situaciones que le
van planteando la realidad. El compromiso con una ca usa
implica y/o desemboca en una ubic ación vocaciona l dis-
cernida. La persona madura discierne su vocació n y act úa
por su propia convicci ón y no por lo que le sug ieren, por
lo que hicieron otros o por lo que hicieron sus padres.
Aquí sería con veniente plant ear las posibles diferencias
entre el estilo de un ase sor laico y de un asesor religioso o
sacerdote, pero no es este el mom ento de tratar ese asunto
que puede ser motivo de discusión más ade lante.
5. Otra característica de la persona madura es la comun ita-
riedad, que es la modalidad adulta del amor. El amo r se
puede definir de diferentes man eras a lo largo de la vida .
En la etapa adulta, el amor se ex presa com o co munita-
riedad , a la que hacía referencia el texto de la Co ngre-
54
gación para la Educación Católica citado al comenzar. Se
prefiere vivir en comunidad porque se quiere ser partícipe
con los demás de la propia donación, en una actitud de
amor que implica la armonía de los afectos.
El asesor adulto tiene amigos verdaderos y permanentes,
no sólo complacientes; sabe tener empatía y no mera sim-
patía, sabe ponerse en el lugar de los otros no simplemente ·
porque le agrada o desagrada, tiene una alta autoestima
porque ha alcanzado su propia identidad. En este sentido,
identidad equivale a autenticidad, es decir, ser uno mismo,
tener claridad en relación a su sexualidad, a sus afectos, a
su relación con el sexo propio y con el de los demás.
La madurez da también a la persona, capacidad de auto-
crítica y de autoperdón, lo que hace vivir con mucha liber-
tad y con el deseo genuino de superar los mecanisnios de
defensa negativos que lo llevan a huir yana enfrentar su
propia realidad.
La comunitariedad implica, además, la preferencia por el
trabajo en equipo. La persona madura trabaja en equipo,
disfruta haciéndolo así , no se siente amenazada por el
liberato ajeno , y busca comprometerse voluntariamente.
6. La madurez de la persona se expresa también en el predo-
minio de la generosidad, sacrificada si es necesario, so-
bre el egocentrismo. En clave apostólica, esta generosidad
se prueba en el aprecio del sentido misionero, en la soli-
daridad, en la conciencia diocesana, nacional y universal.
Mientras más locali sta es una persona, es más inmadura.
No se trata solamente de " hacer" cosas, sino de "ser"
hermano y testigo.
7. La persona madura tiene pasión por la verdad. La libertad
55
 personal se somete a ella, de tal manera que se es tan libre
como para poder obedecer. La pasión por la verdad hace
al asesor realmente humilde, -siguiendo la definición de
Santa Teresa de que " la humildad es la verdad"- , fiel y
participativo. Le hace aspirar a la excelencia, lo que le
permite ser tan realista como para equivocarse y tan idea-
lista como para proponerse la excelencia total , tan hori-
zontal que nada de su entorno le escandaliza y tan vertical
.La Asesoría como Ministerio
que no se contenta con ello. La pasión por la verdad le
hace reconocer en el otro la misma capacidad de apasio-
Enfoque Teológico
narse por la verdad que él mismo vive: por eso es paciente
y sabe esperar. Nada de lo de los jóvenes le es ajeno, pero
es tan consciente de sus límites que no asume nada de lo
que sólo a ellos les toca asumir. Mo ns. Braulio Sáez Ga rcía
Obispo de Oruro
8. Por último, otra característica de la persona madura es la Vocal de la Comisión Episcopal de Pastoral Juvenil Vocacional
jovialidad. Toda actitud de amargura indica conflictos in- Bolivia
ternos sin resolver. Claro que se trata aquí de la verdadera
alegría, de mostrar un modelo de vida feliz capaz de en-
tusiasmar a los demás, y no de una j ovial idad fingida, que
presente una careta o una máscara de felicid ad. Al preparar esta presentación, he dedic ado bastan te tiempo a
leer cosas que se escriben en estos días sobre la ju ventud.
Estas características definen, a mi modo de ver, el perfil de
una persona madura en clave del asesor. En esa lectura, encontré algunas frases que me impactaron y
que quiero co mpartir con ustede s: "tenemos laj uventud que nos
Quiero añadir solamente que la madurez es un proyecto, que merecemos ", "los j óvenes de hoy no son verdaderamente que-
hay que proponérselo cada día . Se podría caer fácilmente en la ridos po r sí mismos ", "las generaciones jóvenes están heridas
tentación de pedir a Dios que nos ayude y nos guíe y que él se en su afectividad. en su equilibrio psicológico. en la estructura
encargue de todo. Es cierto que Dios va a capacitar a qu ienes de su personalidad: hay que recuperarles su salud y curarles
llame para desarrollar trabajos de asesoría, pero nosotros tene- de sus heridas afectivas ", "el problema de la fe de los jóvenes
mos que proponernos un proyecto de madur ez personal que se va es un problema de la fe de los adultos, que no son capaces de
ir alcanzando poco a poco, y en el que la misma comu nidad nos transmitir esa fe a los jóvenes, y no tienen capacidad para
va a ir señalando lo que necesitamos y lo que todavía nos hace infundirles una nueva esperanza ''.
falta .
y para habl ar de "E l Ministerio del Asesor" o de " La Ase-
soría como Ministerio en la Pastor al Juvenil " quiero partir tam-
bién de una frase del Evange lio de Marcos: "No se pone vino
56 57
nuevo en vasijas viejas, porque se romperían, y así se echarían a
perder el vino y las vasijas. ¡A vino nuevo, vasijas nuevasl '",
Es una realidadque hoy tenemos jóvenes nuevos. Hemos
comentado en estos días las diferencias que hay entre los jóvenes
que estaban hace unos años en los grupos juveniles y los jóvenes
que están hoy en esos mismos grupos. Hablábamos, por ejemplo,
de las diferencias entre la dinámica de las reuniones de hace
cinco, seis ú ocho años y la dinámica de las reuniones de hoy.
Esto quiere decir que si hay una realidad juvenil nueva, necesita-
mos también asesores nuevos, hombres y vasijas nuevas para
ese vino nuevo que es la vida de los jóvenes de hoy .
1. Asesoría y Ministerio
Hay dos palabras que se interrelacionan mutuamente y que
son fundamentales para el tema que estamos tratando: asesoría y
ministerio.
Cuando hablamos de asesor, estamos .pensando en un servi-
dor, en un compañero y acompañante, en un guía y orientador
del joven y del grupo. Es, por tanto, mucho más que una persona
-sacerdote, religioso o laico- que tiene tiempo libre, que está
disponible, y a quien el obispo o el párroco encargan para que
pase el tiempo y "entretenga" a los jóvenes.
Cuando hablamos de ministerio, estamos entrando en la es-
fera de lo sagrado. Es una palabra clave para entender la Iglesia.
Toda la Iglesia es ministerial y todo en la Iglesia es ministerial.
Hay dos formas principales de ministerio en la Iglesia: los
ministerios ordenados y los ministerios instituidos.
1. Me 2,22
58
Los ministerios ordenados son los que se refieren a una mi-
sión ministerial en la comunidad: el diaconado, el sacerdocio o el
episcopado.
Los ministerios instituídos son funciones o servicios que la
Iglesia da a determinadas personas para beneficio de la comu-
nidad. No es, por tanto, algo de lo que ahora se habla porque no
hay sacerdotes y entonces los laicos tienen que asumir sus tare-
as, sino que es parte de la esencia misma de la Iglesia. Lamenta-
blemente, a partir del siglo VI, se fueron perdiendo, y el sacerdocio
comenzó a reemplazar y absorber estos ministerios que los laicos
ejercían dentro de la comunidad.
Hablar de ministerio por tanto, es hablar de vocacton. El
ministerio no es un título, ni un cargo, ni una función, sino un
servicio. Y hablar de servicio es hablar de vocación, de llamada
y de misión. El ministerio es una misión dentro de la Iglesia, y
toda misión dentro de la Iglesia es un servicio para la misma
Iglesia y para la comunidad.
Toda vocación nace en el bautismo y, como dice el Concilio
Vaticano 11, por el bautismo todos 'somos iguales y formamos
parte del mismo pueblo de Dios: es nuestra primera vocación,
Como miembros del pueblo de Dios, todos estamos llamados a la
santidad, a configurarnos con Cristo y a participar de su mensa-
je, de su palabra, de su proyecto y de su Reino. Este llamado a
participar del Reino de Dios es la primera y más grande vo-
cación de todo cristiano, y es un llamado que nos compromete
además con la Iglesia y con el mundo. Estam os llamados, pues,
a identificarnos con Cristo, a identificarnos con la Iglesia y a
identificamos con el mundo.
Si estamos llamados a identificarnos con la Iglesia, todo lo
que es de la Iglesia nos importa a tod os. Si los j óvenes son parte
de la Iglesia, son importantes; y del mismo modo. la Pastoral
Juvenil tiene que ser también importante para toda la Iglesia.
59
 Por eso Medellín trató la realidad de la juventud" , Puebla
hizo la opción preferencial por los jóvenes) y Santo Domingo
habla del protagonismo de los laicos y especialmente de los
jóvenes en la Iglesia", La gran pregunta que tenemos que hacer-
nos como Iglesia es cómo hacemos para dar a los jóvenes ra-
zo nes para vivir , cómo hacemos para dar a la juventud razones
para existi r.
Por eso nos planteamos el tema de la asesoría como ministe-
rio eclesial, con la misma seriedad con que anteriormente, en
otros Encuentros Latinoamericanos, nos hemos planteado asun-
tos sobre metodología, procesos de formación , cultura, etc.
Cuando hablamos de ministerio como vocación y como servi-
cio , estamos diciendo que esta vocación y este ministerio no son
excl usivos del sacerdote , de la religiosa o del religioso, sino que
también y fundamentalmente es una vocación y un ministerio del
laico .
Es urgente, entonces, revalorizar el papel del ases or de Pasto-
ral Juvenil en la Iglesia y es necesario también discernir con
rnayor claridad los carismas dentro de la comunidad cristia na.
No se trata de "cumplir" o de " meter gente" en la asesoría
porque es agradable, porq ue es simpática o simplemente porque
vale: se trata de ir descubriendo los ca rismas que cada persona
tiene y debe poner al servic io de la comunidad.
2. El Ministerio del Asesor
Al hablar del ministerio del asesor quisiera detenerm e breve -
mente en tres aspectos: la relación entre el ases or y el joven, el
ser del asesor, y su quehacer en el grupo y en la Pastoral Juven il.
2. en. Medellín. 5
3. ce. Puebla 1186
4. Cfr. Santo Domingo 293
60
a) Hay una relación fundamental entre el joven y el asesor o
entre el grupo juvenil y el asesor. El joven exige al ase-
sor, le ayuda a crecer, a madurar en su ser y en su queha-
cer en el grupo y en su servicio a la comunidad. El asesor
no mira desde fuera un proceso que otros están desarro-
llando. Es alguien que va creciendo, va insertándose, va
viviendo, va madura ndo, va haciéndose asesor dentro del
mismo grupo. Por eso los jóvenes esperan de él que sea un
educador en la fe. Y para esto tiene que ser una persona
de Dios: una persona de fe, de oración, de testimonio, que
habla desde dentro, desde la p¡ofundidad y la experiencia
de la vida y no desde fa teoría y de las cosa s sabidas.
b) Como se ha dicho ya, el asesor es un amigo, un compañe-
ro, alguien que habla el mismo lenguaje de los jóvenes,
que sabe escuchar, etc. Pero antes que todo eso, el ase~gr
es un vocacionado, un llamado, alguien que tiene una
misión a cumplir. La vocación no es un llamado para sí
mismo, es siempre un llamado para servir a los demás,
para ser en viado, para ser misionero. El ase sor no es en-
viado desde sí mismo sino desde la comunidad, a travé s
del obispo o del párroco que lo elije como signo de comu-
nión en la Iglesia, discerniendo así su carisma para ejercer
el ministerio de la asesoría y serv ir a los jóvenes.
El ser asesor no nace de alguien que dice "yo quiero ser
asesor". Ni tampoco se es asesor porque el grupo elige a
alguien como tal. El grupo y la comunidad pueden presen-
tar a sus candidatos, pero es la Igle sia, a través de la
co munidad, qu ien los envía a los jóvenes para que estén
entre ~Ilos en su nombre y en nombre de la comunidad.
Co mo vocacionado, el asesor debe ser una persona identi-
ficada con Cristo, de una profunda y só lida espiritual idad
cristocé ntrica y eclesial, pero también de una espirituali-
dad abierta al mund o y a la transformación de las reali-
dades temp orales.
61
 Es una persona eclesial que conoce, ama y sirve a la
Iglesia. De ahí, la importancia de su comunión con ella, de
su fide!idad a su doctrina y a su~ líneas pastorales, espe-
cialmente a las orientaciones de la Iglesia local en la que
está trabajando. Esta fidelidad debe tenerse también en
relación a los lineamientos de la Pastoral Juvenil Latino-
americana y a la propuesta de la Civilización del Amor Aspectosprácticos
como núcleo central de ese proyecto. Un asesor que no
está en comunión con la línea pastoral y con el camino sobre laAsesoría
que vamos recorriendo en América Latina, no es -para mí-
un asesor fiel a la Iglesia. Un asesor que no conoce y no ...
Enfoque Pastoral
impulsa la dinámica de la Civilización del Amor, no está
en fidelidad y en comunión con la Iglesia de América
Latina. Este es un elemento muy importante a tener en
cuenta a la hora de discernir el carisma y el ministerio de
Tere Lanzagorta
los asesores. Esta comunión con la Iglesia es necesaria,
Directora del Centro de Promoción Juvenil Integral (CEJUV)
porque el asesor es enviado y actúa siempre en nombre de
Coordinadora del Servicio de Capacitación
ella.
y Acompañamiento a Asesores de Juventud (SERAJ)
México
e) Y una palabra también sobre el quehacer del asesor. El
asesor es para, desde y con el joven: tiene que estar en
comunión con él; pero es también para, desde y con la
comunidad. Su quehacer tiene que atender siempre la rea-
Quiero compartir con ustedes algunos aspectos de la práctica
lidad del joven, ser hecho desde el joven y con el joven;
y de la experiencia de la asesoría, que nos pueden ayudar a
pero también debe tener presente siempre la comunidad,
ubicar mejor los elementos que se han venido presentando hasta
ser hecho desde la comunidad y con la comunidad.
ahora, en relación al quehacer cotidiano con los jóvenes y con
los grupos.
El asesor forma comunidad con los jóvenes y hace que los
jóvenes sientan la Iglesia como comunidad. Pero hace tam-
bién comunidad con los otro s asesores: no trabaja solo , no
1. El Asesor, un Educador
es independiente, forma una comunidad de asesores y vive
en comunión con ellos.
Mi primera afirmación es que entendemos el asesor como un
educador.

Quiero explicar qué entiendo por educador, y desde qué óptica

5. Cfr. SEJ·CELAM. Pastoral Juvenil Si a la Civilización del Amor . 1987
y con qué sentido estoy afirmando que el asesor es un educador.

62 63
 Para eso , quis iera dec ir algunas cosas sobre lo que no es ser
asesor, para ir aclarando así lo que sí queremos entender cuando
hab lamos del asesor de la Pastoral Juvenil.
a) Muchas veces, especialmente en cierta época de la Pasto-
ral Juvenil, se ha entendido al asesor como un técnico.
Hoy decim os que el asesor no es U[l técnico especialista en
dinámicas y en métodos de trabajo , y que no se debe poner
el énfasis en este sentido del asesor como el facilitador de
técnicas para el trabajo con los jóvenes: el asesor de Pas-
toral Juvenil es mucho más.
b) Tamb ién se ha ident ificado erróneam ente al aseso r con un
psicólogo. La etapa misma de la ju ventud y las caracterís-
ticas de los jóvenes hacen que éstos busquen y necesiten
muchas veces un psicólogo que los ayude en el momento
de conformación de su personalidad. Pero tamp oco es ése
el rol del asesor de Pastoral Juvenil , y es frecuente ver el
error de quienes quieren suplir una atención psicológica o
de quienes confunden la asesoría con una atención psi-
cológica a los jóvenes.
c) Creemos que tamp oco corre sponde considerar al asesor
como a un director espiritual. Un aseso r de Pastoral Ju-
venil no es un director espiritual en sentido estricto, aunque
para desarrollar su tarea de acompañamiento a los jóvenes,
retome muchos elementos de la dirección espiritual.
Se pued en asum ir algunos elem entos de las téc nicas y las
dinámicas, de la psico logía y de la direcc ión espi ritual, pero la
figura del aseso r de Pastoral Juvenil que queremo s no se identifi-
ca con ninguna de ellas.
Cuando decimos que el aseso r es un educado r estamos dicien-
do que es una perso na que tiene una prop uesta educativa. para
los jóvenes. Por ser un educador, el aseso r no va a hacer solo lo
64
que los jóvenes digan y como los jóvenes quieran, cayendo así en
el extremo de hacerse " un joven más", de no tener ninguna
propuesta clara para ellos , y de recorrer con ellos un camino sin
realizar ninguna intervención educativa que promueva un cam-
bio para sus vidas.
El asesor tiene una propuesta nueva y diferente para la vida
de los jóvenes y tiene claridad sobre la meta a la que quiere
llegar en el ~amino que propone a los jóvenes. Es un camino que
propone, no Impone.
. .
Este elemento pedagógico es profundamente ~i st i ano, y se
deriva de la pedagogía misma de Dios que nos invita a cambiar y
a convertirnos, pero con un profundo respeto por nuestra liber-
tad de seres humanos.
El asesor es, pues, una persona que acompaña a los j óvenes,
que tien e una propuesta de vida distinta para ellos, que.la.pro-
pone sin imponerla: no es directivo.
Entendiendo al asesor de esta manera, eliminamos la idea de
que el asesor pueda ser un joven del mismo grupo , porque un
joven del mismo grupo que está viviendo su propio proceso de
crecimiento y de madurez no puede tener la capacidad y la visión
necesarias para poder acompañar a los demás.
Debe ser, más bien , un joven adulto o un adulto en cualquier
estado de vida , que ha pasado ya por un proceso de crecimiento
y de maduración, y que está ahora en condiciones de acompañar
a otros en su crecimiento y en su maduración.
2. Las Dimensiones de la Asesoría
La tarea del asesor , entonces, es una tarea educativa de acom-
pañam iento a los jó venes.
65
2.1 En relación con los grupos
Nuestra Pastoral Juvenil Latinoamericana ha hecho una opción
pedagógica por los grupos; es decir, entiende el grupo como un
espacio privilegiado que ofrece a los jóvenes la posibilidad de
hacer un camino de crecimiento y de maduración integral.
Es muy importante, por tanto, ubicar cuál es el aporte pasto-
ral del asesor a los grupos juveniles. En ese sentido, voy a
presentar cinco elementos importantes que el asesor debe favore-
cer y acompañar en su relación con los grupos.
* El primer elemento es que el asesor debe ser u!1a persona
integradora, dialogante, capaz de entablar un tipo de rela-
ción horizontal y de igualdad con los jóvenes que va crear o
a favorecer el clima de amistad y de confianza que debe
vivirse en los grupos para que sea posible el proceso de
conversión y de crecimiento. Este primer elemento es muy
importante en la tarea pastoral: el asesor es un elemento de
cohesión, un elemento integrador, un elemento de amistad.
* El segundo elemento es la tarea del asesor en relación a la
organización del grupo. El asesor debe r~seetar_ o ser ca-
paz de respetar la propuesta de organización que surge de
los jóvenes. El cambio en la culturajuvenil es cada día más
acelerado y llega también a las propuestas organizativas. El
asesor no puede llegar con un esquema de organización
preestablecido: tiene que descubrir-y respetar.la.organiza-
ción que los m ismos jóvenes proponen y favorecer así tam-
bién su creatividad.
Con todo, es muy importante ~d u ca r para la organización .
El joven no sabe ser organizado; tiene propuestas, pero
generalmente no es constante y firme para ponerlas en prác-
tica. El asesor deberá exigir el cumplimiento de los com-
promisos asumidos y estar en actitud de permanente
66
ev~ón. Debe saber que tiene un rol educativo en rela-
ción a la organización, y que la organización no es sólo
para la vida misma del grupo, sino para que el joven pueda
ir asimilando e interirorizando esta capacidad organizativa
tan importante para su vida.
* Un tercer elemento es la posición del asesor en relación a la
formasián de los jovenes. La formación es un proceso de'
crecimiento integral y de crecimiento hacia la madurez. Por
tanto, el asesor debe tener muy claro que sólo podrá acom-
pañar el proceso de formación de los jóvenes si está inserto
en su realidad y en la realidad de su grupo. Debe reconocer,
al mismo tiempo, que todo proceso l'1s muy personal.Aunque
hablemos de procesos grupales, no hay que _Qlv idar que hay
una dinámica de crecimiento de cada uno de los jóvenes que '
el asesor tiene que saber observar para poder acompañar y
exigir a cada uno el ritmo de crecimiento adecuado.
No debe olvidar, además, la constante relación que existe
entre la formación, la vida del joven y la vida del grupo,
para evitar separar los elementos formativos de los elemen-
tos de la vida, y ayudar a caminar hacia su integración.
* El cuarto elemento, en relación al grupo, es la proyeccián
social, la proyección comunitaria, la dimensión socio-políti-
ca . Es muy importante saber acompañar el proceso de los
grupos desde la acción _y no sólo desde las premisas de
refle-xión y de convivencia.
Para realizar esta tarea, el asesor está desafiado a ser capaz
de comprender cada vez más los procesos sociales y a des-
cubrir que es allí donde se va a concretar el compromiso y
la militancia del cristiano para la construcción del Reino.
No es posible tener una visión del compromiso y de la vida
de grupo solamente hacia adentro, hacia el compromiso
67
 cristiano en el Movimiento o en la Iglesia local: hay que
tener una visión del compromiso cristiano hacia la sociedad.
Para eso, el asesor debe tener apertura de horizontes, ca-
pacidad de elaborar proyectos a corto, mediano y largo
plazo, capacidad de intercambio, mentalidad pluralista para
saber encontrarse con otras instancias que también están
comprometidas en la lucha por un mundo más humano y
por un mundo mejor, y aceptar que eso no se da solamente
en nuestras experiencias cristianas y eclesiales.
* El último elemento se refiere al aspecto de la espiritualidad
de los grupos. El asesor debe ser también una permanente
r¿erencia a Jesús y al Evangelio. Debe tener muy presente
que el proceso que se éstá viviendo en el grupo tiene como
modelo de referencia la vivencia de Jesús y la vivencia del
Evangelio. Esto exige que el asesor sea una persona de fe
muy encamada, ubicada en el momento histórico, con pro-
fundo espíritu de oración y con profunda integración entre
su fe y su vida. El asesor es también educador en el proceso
de integración de cada uno de los aspectos de la vida del
joven en su dimensión de fe.
En este sentido, es importante su capacidad de animar, de
invitar, de enseñar en los grupos qué es la vida de oración,
los sacramentos, las celebraciones, etc.
Estos cinco elementos muestran brevemente cuál es la tarea
del asesor en relación con los grupos juveniles.
2.2 En relación con la persona de cada joven
Pero hay que tener en cuenta también, que el asesor tiene una
tarea a realizar en relación con la persona de cada uno de los
jóvenes.
68
Generalmente, todo asesor inicia su experiencia animando y
acompañando grupos juveniles. Pero la misma vida lo va llevan-
o luego a un nivel mucho más delicado, más profundo.y.de,
mayor responsabilidad que es el acompañamiento personal de
cada joven, a través del cual pretende ayudarlo de una manera
más directa y concreta a clarificar y definir su proyecto de.vida,
Quiero señalar algunos elementos que considero importantes
para esta tarea.
* El acompañamiento personal tiene que ser integral, es
decir, tiene que atender todos los aspectos y dimensiones de
la vida del joven. Es también un acompañamiento procesual
y gradual: es un camino que tiene una lógica y que no
puede realizarse sólo de una manera espontánea.
* Más en concreto, al hablar de acompañamiento integral,
quiero señalar que tiene que atender, en primer lugar, la ,
dimensión afectiva del joven, es decir, la manera en que va
integrando todos los aspectos de su afectividad: su relación
de pareja, su relación con la familia, su relación con los
amigos, etc. Allí hay toda un área para un seguimiento
personal del asesor que ayude a la integración de la afecti-
vidad del joven.
* También hay que acompañar al joven en el desarrollo de su
profesionalidad. El acompañamiento personal no puede di-
rigirse solamente a los jóvenes universitarios -que son un
porcentaje mínimo en nuestro continente- sino a la enorme
cantidad de jóvenes campesinos, trabajadores, etc., a quienes
hay que ayudar a encontrar el sentido de su mundo de
trabajo y a desarrollar su vida como profesión y como
servicio a la sociedad.
* Otro aspecto a tener en cuenta es el que se refiere a la
militancia del joven, sea la militancia eclesial -su quehacer
69
 en la Iglesia, en los servicios que se pueden ir dando en la
misma Pastoral Juvenil o en otras pastorales- como la mili-
tancia social. Es necesario acompañar a los jóvenes en los
pasos que van dando para entender y desarrollar su com-
promiso y su participación en las estructuras sociales y
políticas. Esto está unido también al seguimiento de su
espiritualidad, de su crecimiento y de su maduración en la
fe, y de la forma en que van haciendo una opción por
Cristo cada vez más madura y consciente, integrada en su
proyecto global de vida.
Muchas veces, en nuestra Pastoral Juvenil, se enfatiza el
compromiso eclesial del joven y su participación en las
coordinaciones, en la animación de la misma Pastoral Juve-
nil, en eventos, etc., y se escapan otras dimensiones tam-
bién importantes de la vida.
Esto ha traído como consecuencia que muchos jóvenes, una
vez terminada su misión y su período de servicio en la
Pastoral Juvenil, encuentren serias dificultades para poder
ubicar el sentido de fe en los demás aspectos de la vida que
no son el quehacer pastoral.
Así se ven, por ejemplo, muchos militantes con proyectos
de vida matrimonial o de pareja totalmente contrastantes
con el proyecto cristiano, o con proyectos profesionales
contrastantes con los principios sentidos y trabajados en el
grupo y recibidos en su pasaje por la Pastoral Juvenil.
Por eso, es necesario que el asesor tenga claro que es im-
portante ayudar a los jóvenes a descubrir la vida como
unidad y a descubrir la presencia y el plan de Dios en todos
sus aspectos y actividades, y no acentuar solamente lo refe-
rido al queha cer del joven dentro de la misma Pastoral
Juvenil.
70
2.3 En relación con la comunidad
Un último aspecto a señalar, es la tarea del asesor en relación
a la comunidad, es decir, en relación al mundo adulto.
Aquí no se está haciendo referencia sólo a la comunidad
eclesial, en sentido estricto, sino a la sociedad toda. El quehacer
de un asesor de juventud es también en ir ayudando al mundo
adulto a entender el mundo juvenil. Muchos problemas de los
jóvenes no son problemas de la juventud en sí misma, sino pro-
blemática del mundo adulto reflejada en los jóvenes. y buena
parte del problema de la juventud está precisamente en el rompi-
miento de la relación con el mundo adulto, en la distancia que
hay entre mundo adulto y mundo juvenil.
Una tarea muy importante del asesor de Pastoral Juvenil es ir
hablando y discutiendo con el mundo adulto sobre su concepto
°de juventud e ir influyendo para que el mundo adulto pase de
pensar que losjóvenes son un problema o un estorbo.a ir descu-
briendo en los jóvenes un potencial, un valor y un aporte.
Más allá del acompañamiento ál joven en sí mismo y del
acompañamiento a los grupos juveniles, el asesor tiene la gran
tarea de ayudar al mundo adulto a ver y a entender mejor a la
juventud.
71
 Apuntes sobre la Espiritualidad
delAsesor
Enfoque de Espiritualidad

Mons. Julio Bonina

Obispo de Tacuaremb á\
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil
Uruguay

Vaya co me nza r con una pequ eña anécdota que cuenta el

Padre Segundo Ga lilea en e l libro "Mi vida en el diálogo con un
obre ro". Dec ía: "La espiritualidad cristiana se parece a la hu-
I medad y al agua que mantiene empapada la hierba para que
J! ésta esté siempre verde y en crecimiento. El agua y la humedad
I
! del pasto no se ven, pe ro sin ella la hierba se seca. Lo que se
ve es el pas to. su ardor y su belleza, y es el past o lo que
11
queremos cultivar. Pero sabemos que para ello debemos regar-
lo y mantenerlo húmedo " '. Con esta senci lla parábola un obre-
ro le explicaba qu é era para él su vida cr istiana.

Dada la brevedad de esta ponencia, yo elegí muy intencion al-

mente hacer una única afirmación fundamental. Y vaya pro cu-

l . Galile a Segundo, El Cami no de la Espiritualidad. Bogot á, 1982. pá~ 18

73
rar que todo lo que diga sea una preparación para esa afirmación
fundamental, de la que voy a hacer luego una pequeña deri-
vación.
Tal vez ustedes se han preguntado alguna vez entre ustedes
mismos: ¿tú rezas? Como todos estamos tan ocupados, es una
pregunta que muchas veces puede tener su lugar. Yo me he
encontrado la mayoría de las veces con asesores que me contes-
tan : "sí, cuando vaya la reunión le pido a Dios que me ayude,
que me ilumine , para hacer lo que tengo preparado".
Al respecto, quiero contarles una pequeña anécdota de mi
vida personal. Al día siguiente de mi ordenación episcopal, cuan-
do ya todos se habían ido para sus casas, yo me miraba de frente
a la diócesis en la que tenía que trabajar y tenía muchos deseos
de pedirle a Dios que me ayudara a afrontar lo que tenía que
vivir. Entonces me fuí a la capilla privada del obispado, me
senté en un sillón grande que había allí, y me puse a hablar con
Jesús. Y tuve una experiencia que fue muy fundamental , que me
ha hecho mucho bien, y que ahora se la quiero contar a ustedes
asesores: al principio, me pareció que lo que yo iba a hacer era
-hablar con Jesús y decirle "esto es lo que tú tienes que hacer
para ayudarme" ; y sin embargo, sentí y descubrí que el servicio
que yo iba a hacer en la diócesis no era más que la continuación
de la obra de Jesús hoy, sentí que era él mismo quien debía
decirme lo que yo tenía que hacer para ayudarlo.
A veces nosotros, sin damos cuenta, invertimos el orden de
las cosas. Yo quiero insistir en que la espiritualidad del asesor, o
los cursos de espiritualidad para asesores de Pastoral Juvenil que
a partir de este evento surjan en América Latina, no pueden
reducirse a ser técnicas y dinámicas o ritos y fórmulas para
hacer que Dios nos ayude en lo que nosotros nos estamos propo-
niendo. Está muy mal pensar que Dios es como un "grupo de
apoyo" de la Pastoral Juvenil. El planteamiento no puede ser ése.
74
Gracias a Dios, para mi vida personal, un día encontré una
carta que un obispo del Uruguay, qué no estaba dedicado al
trabajo con jóvenes, les escribió planteando las cosas muy bien
para fundamentar lo que debe ser la espiritualidad de un asesor
de Pastoral Juvenil. Más adelante vaya citarla explícitamente.
1. La Espiritualidad Cristiana
La primera afirmación que quiero hacer es que la espirituali-
dad del asesor de Pastoral Juvenil tiene que ser una espirituali-
dad cristiana.
¿Qué es lo que hace que alguien tenga una espiritualidad
cristiana y no budista, teísta o atea?
J. J Relación con el Padre,
con el Hijo y con el Espíritu Santo
Una espiritualidad es cristiana cuando nos pone en relación
personal con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. Yo
no creo en un asesor que dice "a mí me basta Jesús y no me
hablen de otra cosa porque ya tengo mucho para hacer". Ese
asesor no tiene una espiritualidad cristiana.
Desde que éramos niños nos enseñaron a decir "en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", "Gloria al Padre, al
Hijo y al Espíritu Santo".
Yo quiero decirles con mucha fuerza y convicción que quien
no se relaciona personalmente con el Padre, con el Hijo y con el
Espíritu Santo, es alguien que no tiene una espiritualidad cris-
tiana, porque ése es el Dios de Jesús , el que él reveló. No impor-
ta que todavía no lo hayamos conseguido: lo importante es que
estemos en camino, que estemos abiertos a seguir a Jesús en este
aprender a relacionamos con el Dios verdadero.
75
 y otra afirmación fundamental en la que. tenemos que insistir,
para evitar esa visión de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
son como un "grupo de apoyo" a la Pastoral Juvenil, es tener
bien claro que es Dios quien tiene la iniciativa, que Dios es el
comienzo de todo. Dios es quien creó el mundo, Dios es quien
redimió al hombre que había pecado, Dios es quien libera: El es
el primero. Y nosotros, asesores de Pastoral Juvenil, si queremos
tener una Pastoral Juvenil que no se seque, como en el ejemplo
del texto que cité al comenzar, tenemos que tener claro que Dios
es el primero. Dios es quien ama primero: si nosotros podemos
amar a alguien de verdad , es porque hemos sido amados primero
por Dios .
Cuando ayer nos preguntábamos cómo somos acompañados
y cómo acompañamos a los jóvenes, yo pensaba: si logro acom-
pañar a un joven con el estilo de Jesús, es porque antes he tenido
la experiencia de ser acompañado por él. Dios Padre es quien
toma la iniciativa. Yo entonces, como asesor, debo saber decirle
a los jóvenes cómo relacionarse con el Padre , para ayudarlos a
descubrir que él tomó la iniciativa, que él nos amó primero, que
es él quien . nos busca a todos, que es él el primero en buscar al
joven.
Antes que a nosotros se nos ocurriera hacer la Pastoral Juve-
nil, Dios ya quería a los jóvenes. Tenemos que creer esto , aunque
hoy sea muy dificil. Mirando lo que están viviendo los jó venes y
lo que está sucediendo en América Latina , se hace dificil creer
que Dios existe, creer en el Dios que reveló Jesús. Pero sin fe no
hay espiritualidad: esta es la mayor dificultad del tema que esta-
mos conversando.
El Padre tomó la. iniciativa, nos amó primero y nos busca.
Esta iniciativa se nos ha revelado única y plenamente en Jesu-
cristo, por lo que no hay modo de buscar y de encontrar a Dios ,
si no es conociendo y siguiendo a Jesucristo.
76
D
y quiero decirles también con ,mucha fuerza,. q~~ e.s muy
. ortante relacionarse con el Espiritu Santo. La iniciatrva del
Imp . . d J .
or del Padre, del conocimiento y seguimiento e esucnsto, se
:ce experiencia por el Espíritu Santo. La espiritualidad cris-
tiana no es solamente seguir a Jesús, el camino que nos conduce
al Padre , sino vivir la vida de Jesús, que sólo se logra por la
acción del Espíritu.
La primera afirmación, pues , es que la espiritualidad cristia-
na es la relación personal con el Padre, con el Hijo y con el
Espíritu Santo. Si alguien no tiene relación con alguna de estas
personas , todavía está al inicio del camino.
1.2 Espiritualidad y espiritualidades
La segunda afirmación se refiere a las espiritualídades.
Normalmente hablamos de la espiritualidad de la Pastoral
Juvenil , de la espiritualidad del asesor de Pastoral Juvenil, y no
está mal hacerlo. Al interior de la única espiritualidad cristiana,
se dan diversas espiritualidades, que son concreciones históricas
en proyectos de vida, opciones y vocaciones diversas, de esa
única espiritualidad cristiana.
En todas las espiritualidades se procura siempre seguir a
Jesús , pero cada una subraya o valora determinados aspectos de
su mensaje y de su vida.
2. La opción preferencial por los jóvenes,
fidelidad al querer de Dios
Hablamos mucho de la "opción preferencial por los jóvenes",
y de la necesidad de convencer de ella a los obispos, a los
sacerdotes, a los adultos, a todos.
77
 Pero, ¿en nombre de qué vamos a convencerlos? ¿Acaso en
nombre de que somos un grupo simpático, de que hemos trabaja-
do y nos hemos esforzado mucho, de que hemos hecho todo lo
posible para que exista una opción preferencial por los jóvenes?
¿Vamos a convencerlos de que tienen que optar por los jóvenes,
como si fuera una cosa que sólo se nos ocurrió a nosotros?
No es así. La opción preferencial por los jóvenes es un ele-
mento fundamental de la espiritualidad del asesor de Pastoral
Juvenil.
Hablar de espiritualidad del asesor de Pastoral Juvenil es
hablar de una concreción de la espiritualidad cristiana, que tiene
como inspiración primordial la opción preferencial por los jóv~.
Esta opción no es una mera estrategia voluntarista: surge del
discernimiento eclesial de la iniciativa del amor de Dios Padre .
y aquí quiero leer esa carta del obispo del Uruguay que a mí
me pareció preciosa y que contiene magníficamente lo que les
quiero decir.
Dice así: "La Iglesia entera del Continente ha hecho una
opción preferencial por los jóvenes. Esta opción significa que
Dios, el Padre, ha fijado su mirada en ellos y que nos pide que
vayamos a ellos. Significa que nosotros reconocemos el amor
de Dios por esos jóvenes y la confianza que deposita en no-
sotros. Significa que nosotros aceptamos poner nuestra aten-
ción, nuestra pre-ocupación, nuestro tiempo donde Dios ha-
puesto su voluntad cariñosa...
Sólo podremos hacerlo si estamos muy convencidos de que
el Padre Dios, antes que nosotros , quiere en la Iglesia de su
Hijo, a cada uno de los jóvenes; si estamos muy convencidos de
que independientemente de todas sus características y de todas
sus deficiencias, el Padre ha decidido ofrecerles nuestra Igle-
78
sia. para que vivan en ella plenamente y trabajen en nuestra
misma obra de evangelización "} .
•
Así, todos los gestos, actitudes, y el acompañamiento que
1; damos a los jóvenes tienen que ser un reflejo del amor que Dios
n les tiene. Yo siempre rezo: ¡que cuando acabe el camino de esta
\;
I vida , Señor, no haya podido hacer otra cosa más que asegurar-
I
les, porque estaba muy convencido, que tú quieres de verdad y
con amor entrañable a los jóvenes!. Este es el fundamento de la
espiritualidad del asesor de Pastoral Juvenil.
--
¿Nosotros creemos que Dios,quiere ofrecer esta Iglesia a los
l!.
li
jóvenes? Yo digo que ningún obispo ni sacerdote ni ningún
adulto podrá decir que no, si nosotros llegamos a hacerle enten-
der que esto no es una ocurrencia de la Pastoral Juvenil Latino-
americana, sino que es Dios mismo quien quiere ofrecer a los
jóvenes su Iglesia. . -
En este sentido, yo comprendo a quienes me dicen que no
están muy seguros, porque no tenemos una fe como la del grano
de mostaza. Si tuviéramos la fe del grano de mostaza, las cosas
cambiarían ... Pero nuestra fe es pequeña, y tenemos que ser
humildes para pedir el don de la fe, que también es un regalo de
Dios.
"Por eso, -sigue el obispo, y a mí me parece que aquí hay
una clave para entender cómo debe rezar el asesor de Pastoral
Juvenil- quiero proponerles a todos, antes que nada, que en
algún rato de oración contemplen al Padre mirando y amando
a esos muchachos y chicas : unos estudiando, otros trabajando;
unos en la plaza, en los bares, en los clubes , otros en el campo ;
unos viviendo para el deporte , otros para la "p inta ", los bailes,
otros preocupado s y hasta angustiados porque no saben qué
2. SEIJAS Herbé Mons., Presentación del Plan Pastoral Juvenil de la Diócesis de San José de
Mayo, Uruguay, 1980
79
sentido tienen todos los llamados que reciben. Contemplen en-
tonces al Padre decidiendo encargarle a su Hijo, en su Iglesia,
en nosotros, esta j uventud'" :
3. Vivir como Asesores de Pastoral Juvenil
el seguimiento de Jesús
Voy a hacer una tercera afirmación sobre cómo leo yo, como
asesor, el documento de Santo Domingo.
El obispo cuya carta acabamos de citar, presentaba de esa
manera la realidad de la diócesis de San José de Mayo, en
Uruguay. Pero' ahora, la Iglesia Latinoamericana hizo para no-
sotros un cuadro de lo que Dios está mirando cuando mira a los
jóvenes.
Creer que en América Latina Dios quiere con un amor prefe-
rencial a los jóvenes y nos llama en Jesús a servirlos como
asesores, significa estar convencido de que los mira con ternura,
en las situaciones en que se encuentran, tal como se describen
all í.
" Muchos jóvenes son víctimas del empobrecimiento y de la
marginación social, de la falta de empleo y del subempleo, de
una educación que no responde a las exigencias de su vida, del
narcotráfico, de la guerrilla, de las pandillas, de la pro stitución ,
del alcoholismo, de abusos sexuales. Mucho s viven adormecidos
por la propaganda de los medios de comunicación socia l y a lie-
nados por las imposiciones culturales, por el pragmatismo inme-
diati sta que ha generado nuev os problemas en la maduración
afecti va de los adolescentes y de los jó vene s'" .
J. lh
4. Sal110 Dom ingo. ) )2
80
Pero, los Obispos en Santo Domingo, no nos dicen que sólo
miremos a los jóvenes como un bolsón de lacras y de problemas,
que realmente los tienen y les carcomen lo más hermoso de sus
vidas.
Dicen, también, "constatamos que hay adolescentes y jóvenes
que reaccionan al consumismo imperante y se sensibilizan con
las debilidades de las gentes y el dolor de los más pobres. Bus-
can insertarse en la sociedad, rechazando la corrupción, generan-
do espacios de participación genuinamente democráticos. Cada
vez son más los que se congregan en grupos, movimientos y
comunidades eclesiales, para orar y realizar distintos servicios
de acción misionera'? .
¡Qué bueno sería que en nuestros momentos de oración, po-
damos decirle a Dios que nosotros estamos en la Pastoral Juvenil
porque creemos que él quiere mucho a los jóvenes; que queremos
vivir la opción preferencial por los jóvenes porque entendemos
que así somos fieles a su querer de Padre! .
No quiero terminar sin decir que creer que Dios ama a los
jóvenes y viv ir como asesores de Pastoral Juvenil el seguimiento
de Jesús, implica aceptar en la fe que Jesús está presente en
medio de ellos.
Esto lleva al asesor de Pastoral Juvenil que quiere vivir esta
espiritualidad, a dos compromisos. Uno, discernir y descubrir la
presencia de Jesús en los signos de la vida juvenil: " En medio de
ustedes hay uno a qui en ustedes no conocen '" . El otro , seguir a
Jesús' en el camino que él quiere hacer con los j óvenes. Para eso
les rec omiendo leer el " Mensaj e a los Pueblos de América Lati-
na", en los números en que va glo sando el camino de Emaús 7.
5. Santo Domingo, ) )2
6. Jn 1,26
7. Mensaje a los Pueblos de América Latina. 13-27
81
Decir "seguir a Jesús" implica hacer un camino tan precioso
como el que él hizo en Emaús, compartiendo, calentando el
corazón, evocando las Escrituras y repartiendo el pan de su vida
con ellos.

Vivir como asesores de Pastoral Juvenil según el Espíritu,

participar del amor con que Dios ama a los jóvenes y tener la
experiencia del encuentro con Jesús en medio de ellos, es obra
del Espíritu Santo. La vocación del asesor de Pastoral Juvenil,
como todo carisma y ministerio en la comunidad, es siempre una
intervención del Espíritu que lleva al creyente a seguir a Jesús de
esta manera.

Yo creo que es muy lindo que Dios, siendo Dios, lo elija a

uno personalmente y le tenga confianza. Nuestra grandeza es la
Anexos
confianza de Dios. Nuestra grandeza es que el Espíritu Santo
nos convoca. La grandeza de este Encuentro es que Dios quiere
hacemos partícipes del amor con el cual él ama a los jóvenes.
Nuestra grandeza es que el Espíritu Santo es quien nos hace
desear que todos los jóvenes de América Latina puedan decirle a
Dios "Abba'" y que la Iglesia sea cada vez más ofrecida, porque
así el Padre lo quiere en Jesús, a los jóvenes. Los Jóvenes
en el Documento de SantoDomingo
¡Que crezcamos en esta fe y que esto sea algo fundamental en
la espiritualidad que tratemos de hacer crecer en nosotros como
asesores de Pastoral Juvenil! Despuésde Cochabamba:..

Oración del Asesor de PastoralJuvenil

Lista de Participantes

8. Gál4.6

82
 Los Jóvenes
en elDocumento
deSanto Domingo

Introducción

La realidad de los jóvenes y de la pastoral juvenil estuvo

presente en la IV Conferencia General del Episcopado Latino-
americano en Santo Domingo.

Si bien en las plenarias no hubo muchas intervenciones sobre

la juventud, ésta apareció propuesta en la lista de asuntos a
tratar con los que se formaron las treinta Comisiones Especia-
lizadas (la Comisión 15 trabajó sobre "Niñez, Adolescencia y
Juventud") y estuvo presente con 11 votos en el sondeo realiza-
do sobre cuáles serían las cinco opciones que se deberían apro-
bar como conclusiones de la Conferencia.

y -lo que es más importante- quedó explícitamente estableci-

da en las Líneas Pastorales Prioritarias (302), donde , en vistas
a la Nueva Evangelización, se llama a un "esp ecial protagonis-
mo de los laicos y entre ellos de los jóvenes ", a quienes se

85
convoca "una vez más; para que sean fuerza renovadora de la
Iglesia y esperanza dé! mundo " (293).
.> El Documento
La realidad de "los Adolescentes y los Jóvenes " ocupa espe-
cíficamente los números 112 a 120 del Documento.
En ellos se atienden diferentes asuntos.
l. La Realidad Juvenil
Es interesante notar que al plantear la situación de los jóvenes
( 112) se hace una doble referencia:
+ no se señalan sólo los aspectos negativos: "losjóvenes son
víctimas del empobrecimiento, de la marginación social,
de la falta de empleo y del subempleo, de una educación
que no responde a las exigencias de sus vidas, del narc~­
tráfico, de la guerrilla, de las pandillas, de la pr~sti­
tución, del alcoholismo, de abusos sexuales, muchos Vi ven
adormecidos por la propaganda de los medios de comuni-
cación social y alienados por imposiciones culturales y
por el pragmatismo inmediatista... ";
+ sino que se marcan también muchos aspectos positivos:
"constatamos que hay jóvenes que reaccionan al consu-
mismo imperante y se sensibilizan con las debilidades de
la gente y el dolor de los más pobres. Buscan insertarse
en la sociedad rechazando la corrupción y generando es-
pacios de participación genuinamente democráticos. Cada
vez son más los que se reúnen en grupos, movimientos y
comunidades juveniles... ".
Frente a esta realidad surgen dos tipos de desafíos ( 113):
86
+ los que se refieren a la propia vida de los jóvenes: "están
cargados de interrogantes vitales..., tener un proyecto per-
sonal y comunitario que dé sentido a sus vidas, ser acom-
pañados en su proceso de crecimiento... ";
+ y los que se refieren a la pastoral juvenil: "los j óvenes
piden a los pastores acompañamiento espiritual, apoy o en
sus actividades y líneas pastorales claras para una pasto-
ral j uvenil orgánica ".
2. De Pu ebla a Santo Domingo
Hay dos afirmaciones fundamentales en relaci ón a lo que se
había dicho de los jóvenes y de la pastoral juvenil en el Docu -
mento de Puebla:
+ Sant o Dom ingo se propone "reafirmar la opción prefe-
rencial por los jóvenes proclamada en Puebla ", (1 14) Y
pide que esta opción sea hecha "no sólo de modo afectivo,
sino efectivamente ".
y explica que esto significa "una opción concreta por una
pastoral juvenil orgánica, donde haya acompañamiento y
apoy o real, con diálogo mutuo entre jóvenes, pastores y
comunidades ". lo que exige dedicar "may ores recursos
personales y materiales por parte de las parroquias y de
las diócesis ".
+ Sant o Domingo pide también "tener en cuenta y fortale-
cer todos los procesos orgánicos válidos y largamente
analizados por la Iglesia desde Puebla hasta ahora" ( 119).
Esta afirmación es un reconocimi ento y un impul so para el
largo proceso de Pastoral Ju venil Orgá nica que se ha veni-
do implementando a nivel continental , con la anim ación de
la Sección de Juven tud del C ELAM . Este proceso tiene
87
 como sus momentos más importantes, los Encuentros Lati-
noamericanos de Responsables Nacionales de Pastoral Ju-
venil iniciados en 1983, la publicación del libro " Pastoral
Juvenil, Sí a la Civilización del Amor" (1987) Y la realiza-
ción del Primer Congreso Latinoamericano de Jóvenes (Co-
chabamba, Bolivia, 28 de diciembre de 1991 al 5 de enero
de 1992) .
3. Elementos de la Propuesta de la Pastoral Juvenil
La propuesta de acción pastoral para la evangelización de los
jóvenes que presenta el Documento, reasume y confirma la
mayo-ría de los elementos que se han ido consolidando en el
proceso de reflexión desarrollado por la Pastoral Juvenil Latino-
americana desde sus inicios hasta el momento actual. Pero in-
corpora, también, algunos elementos nuevos.
3.1 Elementos que se reasumen y se confirman:
+ El proceso de formación humana y de crecimiento en la
fe (115) como elemento central de la propuesta educativa
de la pastoral juvenil: "la necesidad de acompañar a los
jóvenes en todo el proceso de formación humana y cre-
cimiento en la fe ''. Se señala, especialmente, la atención
que debe darse para responder a las necesidades de madu-
ración afectiva de los jóvenes.
La misma idea de proceso integral de maduración humana
y crecimiento en la fe aparece en el párrafo 119.
Se recoge así la reflexión de los Encuentros Latinoamerica-
nos de Caracas y Quito', y una de las orientaciones funda-
mentales del Congreso de Cochabamba',
l . Cfr. SEJ-CELAM. Los Procesos de Educación en la Fe de los Jóvenes , 1992
2. Primer Congreso Latinoamericano de Jóvenes, 1991-1992 , Conclusi ones , I
88
+ La formaci ón de una conciencia critica que "capacite a
los jóvenes para responder críticamente a los impactos
culturales y sociales que reciben" y los lleve a un verda-
dero compromiso en la Iglesia y en la sociedad (115).
+ La espiritualidad del seguimiento de Jesús (116) plantea-
da ya como la orientación de la espiritualidad de la Pastoral
Juvenil Latinoamericana', y descrita ahora con unas ca-
racterísticas muy concretas: "que logre el encuentro entre
la fe y la vida, que sea promotora de la justicia y de la
solidaridad, que aliente un proyecto esperanzador y gene-
rador de una nueva cultura de vida ".
Se describen además (119), las características con que se
debe presentar la persona de Jesús a los jóvenes: "presen-
tar a Jesucristo... de modo tal que sea para ellos el cami-
no, la verdad y la vida que responde a sus ansias de
realización personal y a sus necesidades de encontrar sen-
tido a la misma vida ''.
+ El protagonismo de los jóvenes (119), como elemento fun-
damental del proceso educativo promovido por la Pastoral
Juvenil. Para que ese protagonismo sea posible, se pide que
la Pastoral Juvenil "abra espacios de participación en la
Iglesia ", utilice una pedagogía que sea experiencial, par-
ticipativa y transformadora" y promueva la "metodología
del ver-juzgar-actuar-revisar-celebrar ".
En lo referente a pedagogía y metodología, los Obispos en
Santo Domingo tomaron en cuenta la evaluación y la re-
flexión realizada en el Congreso de Cochabamba, asumien-
do -especialmente en lo referido a la metodología- la
profundización que aportan al tradicional método "ver-juz-
gar-actuar" los nuevos elementos "revisar" y "celebrar?'.
3. Cfr . SEJ-CELAM, Pastoral Juvenil Si a la Civilización del Amor, 1987, págs. 197-204
4. Primer Congreso Latinoamericano de Jóvenes, 1991-1992 , Conclusiones, 6
89

+ La dimensión vocacional que debe tener siempre toda pas-
toral juvenil (114).
3.2 Elementos nuevos que se aportan:
+ El anuncio del Dios de la Vida (118). El tema de la vida,
especialmente sensible para los jóvenes, había comenzado a
ser parte ya de la reflexión y de la prop~esta de ,~a Pastoral
Juvenil Latinoamericana, como alternativa a la cultura de
muerte" que crece en el Continente.
+ Santo Domingo pide que se haga un anuncio misio~e~o y
comprometedor del Dios de la Vida, con caracterísncas
capaces de responder a las aspiraciones m~s profun~as de
los jóvenes: "que anuncie en los compromisos asumidos y
en la vida cotidiana, que el Dios de la Vida ama a los
y
jóvenes quiere para ellos un futuro distinto sin frust:a-
ciones ni marginaciones, donde la vida plena sea accesible
para todos" (118).
+ Para la realización de este anuncio se insiste por dos veces
en la necesidad de un lenguaje capaz de llegar a los jóvenes:
"presentar a Jesucristo en forma atractiva y motivante"
(119), "presentar con fuerza y de un modo atra~t~vo ~
accesible a la vida de los jóvenes, los ideales evangélicos
(120).
+ Asumiendo la reflexión de la Pastoral Juvenil en los últi-
mos años y recogiendo otra de las Conclusiones d~l Con-
greso de Cochabamba', propone »:
relevancia. a la-
pastoral juvenil de los medios especificos donde ~,ven y
actúan los jóvenes: campesinos, indígenas, afroamerlcanos,
trabajadores, estudiantes, pobladores de p~risf~rias ur~~­
nas, marginados, militares y jóvenes en suuaciones Criti-
cas" (119).
5. PrimerCongresoLatinoamericano de Jóvenes,1991-1992, Conclusiones. 2
90
Esta orientación tiene mucho que ver con dos grandes acen-
tuaciones de la Conferencia de Santo Domingo: la incultu-
ración y la dimensión misionera.
+ En la misma línea de la inculturación, se pide que la Pasto-
ral Juvenil "asuma las nuevas formas celebrativas de la/e
propias de los jóvenes y fomente la creatividad y la peda-
gogía de los signos, respetando siempre los elementos
esenciales de la liturgia" (117).
+ Se ubica el sacramento de la confirmación dentro del
proceso de formación humana y cristiana de los jóvenes
(115) con la finalidad de que "su celebración lleve a los
jóvenes al compromiso apostólico y a ser evangelizadores
de otros jóvenes ".
+ Finalmente, se hace una nueva descripción de lo que debe
ser una Pastoral Juvenil que responda a la realidad cultural
actual, y se priorizan nuevamente los grupos y comunidades
juveniles como opción pedagógica para los procesos edu-
cativos de los jóvenes: "para responder a la realidad cul-
tural actual, la pastoraljuvenil deberá presentar con fuerza
y de un modo atractivo y accesible a la vida de los jóvenes,
los ideales evangélicos. Deberá favorecer la creación y
animación de grupos y comunidades juveniles vigorosas y
evangélicas que aseguren la continuidad y perseverancia
de los procesos educativos de los jóvenes y los sensibili-
cen y comprometan a responder a los retos de la promo-
ción humana, de la solidaridad y de la construcción de la
civilización del amor" (120).
Esta afirmación retoma las cinco dimensiones del proce-
so de formación integral de los jóvenes con el que viene
trabajando la Pastoral Juvenil Latinoamericana: lo per-
sonal, 10 grupal, la relación con Dios, la Integraci ón en la
91
 comunidad eclesial y el compromiso por la transformación
social 6.
4. Otras referencias a los Jóvenes en el Documento
El Documento de Santo Domingo trae otras siete menciones
explícitas a los jóvenes en diferentes situaciones:
+ como destinatarios de la pastoral vocacional y promovien-
do la "estrecha vinculación " que debe existir entre pasto-
ral vocacional y pastoral juvenil (79-81);
+ constatando como un signo de los tiempos que "los jóvenes
evangelizan a los jóvenes " (95) ;
+ como uno de los grupos que "se apartan de la Iglesia y no
se identifican con ella " cuando se hace referencia a "vivifi-
car la fe de los bautizados alejados" ( 130);
+ como grupo a partir del cual "emprender una tar ea de
reeducación" a nivel ecológico (169) ;
+ como parte de "la multitud de hombres y mujeres qu e
sufren el insoportable pe so de la miseria y de div ersas
formas de exclusión social, étnica y cultural " en el cap ítu-
lo dedicado a "empobrecimiento y solidaridad" (179 );
+ como grupo que tiene "pocas o nulas opo rtunidades de
trabajo " (183); Y como desafío para la acción ed ucativa
de la Iglesia (270) .
5. La situación de los Adolescentes
La presencia de la realidad de los adolescentes const ituye
6. Cfr. SEJ-CELAM . Los Procesos de Educación en la Fe de los Jóvene s. 1992. págs. 20-24
92
una agradable novedad en el Documento, pues impulsa la toma
de conciencia sobre la necesidad de aterrder este sector tan par-
ticular del trabajo pastoral que no había sido explícitamente
señalado en documentos anteriores.
Todo el capítulo está titulado "Los adolescentes y los
jóvenes ", y en varias ocasiones se habla indistintamente de am-
bos grupos (111 , 112, 119). Pero, en realidad, el texto se refiere
principalmente a la Pastoral Juvenil , y no hace un estudio deteni-
do de las características de una auténtica " pastoral de la adoles-
cencia". Es una tarea que queda para el futuro, ya que no es
posible aplicar esta etapa de la vida con características muy
particulares, los mismos criterios que se utilizan para la atención
pastoral y el acompañamiento de los jóvenes.
Conclusión
Los numerales 111 a 120 del Documento de Santo Domingo
dan orientaciones claras sobre las características de la Pastoral
Juvenil Latinoamericana.
Puede afirmarse que después de trece años del Documento de
Puebla y después de muchos años de trabajo de Pastoral Juvenil
en todo el Continente, los Obispos en Santo Domingo definen
muy claramente un estilo de acción pastoral para la evangeliza-
ción de los jóvenes, que deberá ser, de ahora en adelante, criterio
de orientación y de juicio para valorar los innumerables esfuer-
zos de trabajo juvenil que se realizan.
93
 Después de Cochabamba...

Los partrcipantes en el IX Encuentro Latinoamericano de

Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil hicieron una eva-
luación sobre la puesta en práctica de las Conclusiones del Pri-
mer Congreso Latinoamericano de Jóvenes (Cochabamba, Bolivia,
28 de diciembre de 1991 al 5 de enero de 1992) en los países.

Estas son las principales opiniones recogidas en el tra bajo

realizado en grupos regionales:

l. El Congreso de Cochabam ba ha prom ovido la integración

de las diócesis dentro de los procesos de Pastoral Juvenil
Orgánica de los países, ha ayudado a tom ar co ncie ncia de
la necesidad de trabajar más coordinadament e, com par-
tiend o esfuerzos y experiencia s, y ha fortalecido la inte-
graci ón regional.

2. Las Conclusiones de Cochabamba, según las ca racterísti-

cas y posibilidades de cada realidad, han sido integr adas a
los proceso s nacionales, y han servido de guía y orien-
tación para la elaboración de los nuevos planes de Pasto-
ral Juvenil a nivel diocesano, nacional y regional.

3. El Congreso ha desarrollado una mayor conciencia de la

95
 Pastoral Juvenil como una propuesta orgánica, con líneas
y objetivos comunes a nivel latinoamericano.
4. Ha impulsado, también, el crecimiento de las Pastorales
Juveniles de los Medios Específicos, especialmente a nivel
universitario, obrero, indígena y campesino.
5. A partir del Congreso, se percibe en los jóvenes una alegre
y renovada conciencia de latinoamericanidad. Se consi-
dera que su realización fue un aporte para promover la
integración latinoamericana.
6. La gran mayoría de los jóvenes que participaron en Cocha-
bamba continúan hoy trabajando con esperanza y entu-
siasmo en sus países. Animados por el hecho de sentir que
sus aportes son importantes, son cada vez más los que
procuran ejercer su protagonismo: la motivación recibi-
da, la mayor toma de conciencia de su ser Iglesia y la
experiencia de fe juvenil vivida explican esta situación .
7. Los participantes en el Congreso procuraron motivar a los
Obispos para que retomaran las Conclusiones de Cocha-
bamba en la IV Conferencia General del Episcopado. Hay
conciencia. de que Santo Domingo -en lo referido a la
juventud- ha asumido gran parte de esas propuestas.
8. Aunque se han realizado cursos, se han elaborado folletos,
libros, videos y otros materiales para difundir y ayudar a
trabajar las Conclusiones de Cochabamba, se siente que
faltó una mayor difusión de éstas entre los grupos de base
de las parroquias y de los Movimientos.
96
Oración
delAsesorde Pastoral Juvenil
Señor,
soy uno de aquellos
que contemplando la vida escondida de la juventud de tu Hijo,
vive la alegría de asesorar a los jóvenes,
y sueña con integrarlos a la tarea de construir tu Reino.
Yo sé que el sueño del joven, en su pureza,
es parte de tu sueño de amor.
No quiero rezar por mí, sino por él,
que, en su lucha y en su búsqueda,
es y puede ser un compañero de camino.
Que los jóvenes encuentren en mí
aunque no lo sepan,
la alianza que he realizado con ellos.
Que sea fiel a esta alianza,
como tú fuiste fiel
en los altos y bajos del camino de tu pueblo.
Señor, tú eres para nosotros un Enmanuel:
concédeme la gracia
de percibir los clamores que brotan del corazón de los jóvenes,
y ser signo de tu presencia entre ellos.
97
 Enséñame a escuchar,
para que sepa discernir entre el bien y el mal.
Tú que dijiste a Moisés que estabas con él,
concédeme vivir.-en cercanía con el joven.
Como tu Hijo es camino,
haz de mí un camino abierto, comprometido y seguro,
que sea imagen de Jesús de Nazaret. Lista de Participantes
Concédeme un corazón eucarístico,
en el IX Encuentro Latinoamericano
capaz de una donación sin límites: de Responsables Nacionales
transforma mis debilidades e inseguridades.
Que tenga un corazón de pastor de Pastoral Juvenil
que se alegre viendo crecer al joven
Z ipaquirá, Colombia, 2 7 de f ebrero al 6 de marzo de 1993
cuando quiere construir el mundo al que tiene derecho.

Señor, que no huya de la urgencia de ser profeta

y sepa dejar crecer en mí
la sabidu ría que descubro en tu corazón de Padre.
Que en el ministerio de la asesoría Argentina
sepa embarrarme las manos con la realidad Srta . HeIga Dagmar
y ayude a plantar lo cotidiano Pbro. Jorge Eduardo Schein ig Nava Rodríguez
San Isidro . Oruro.
y la utopía.
Sr. José Luis Pagliettini
Derrama, Señor, tu bendición San Isidro.
sobre todos los asesores de la Pastoral Juvenil : Brasil
que su trabajo sea una opción de vida, Sra. Adriana Massone
y que el joven, sea para todos, de Pagliettini Dom Aloysio José Penna sj
f uente de eternos desafios. San Isidro. Baurú.

Bendice, Señor, a los jóvenes que ya he encontrado Boli via P. Florisvaldo S Orlando
y a los que vaya encontrar. Bras ilia.
Que en la alegría de tu servicio, Mon s. Brau lio Sáez García ocd
Oruro. Sr. Anto nio Luis Femandes
no me olvide nunca de la Madre de tu Hijo
y que ella, j unto con Juan Bautista. Sao Paulo .
Dr. Juan Pablo Moreno Lora
me den el agua necesaria para animar la vida La Paz.
que brota de la sinceridad j uvenil. Srta . Lourdes A.
Pereira Silva
Sr. Marcial Chupinagua Sosa
Mara nhao .
Amén . Ribera lta.

98 99
Chile Srta. Carmen María Navarro L. Ecuador Honduras
Zipaquirá.
P. Derry Healy Mons. Virgilio López Irías Ofm
Mons. Jesús Esteban
Santiago . Srta. Sandra Milena Serrano M. Sádaba ofmcap Trujillo.
Bucaramanga. Aguarico.
Pbro. Paul Andre Amaudon
Santiago. Sor Amparo Ore llana González
Ing. Manuel Buenaño B Comayagua.
Pbro. Juan Tapia Ubilla Costa Rica Quito.
Santiago. Sr. Héctor Orlando Martínez
Sr. Douglas Chacón Sandi Sr. Pablo Xavier Del Hierro Tegucipalpa.
Sr. Mauricio E. Diaz Aravena San José. Quito.
Temuco. Sr. Mauricio Núñez Zablah
Pbro. Eduardo A. Abarca Srta. Gabriela Medina San Pedro Sula.
Guanacaste. Ibarra.
Colombia
Pbro. Luis Enrique Arce Araya México
Mons. Jorge Jiménez cm. Limón. El Salvador
Zipaquirá. Mons. Carlos Suárez Cazares
Pbro. Rolando Herrera Mata Mons. Roberto Joaquín Ramos Campeche.
Pbro. Luis Eduardo Torres San José. San Salvador.
Santafé de Bogotá. Pbro. Francisco Moreno Barrón
Sr. Juan Carlos Quesada Q. Sr. Edwin Alfredo Velis Morelia.
Pbro. Carlos Julio Moreno C. San Isidro del General Santa Ana.
Zipaquirá. Srta . Patricia Camacho Moreno
Srta. Margarita del Carmen Morelia.
Pbro. Campo Elías Robayo C. Cuba Malina
Zipaquirá. San Salvador. Panamá
Mons. Carlos Baladrón
Pbro. Juan Carlos Rodriguez La Habana. Srta. Lyla Dolores Parada Pbro. Angel Batista Rodríguez
Zipaquirá. San Salvador. Santiago de Veraguas.
Hno. Luis Franco Aguado
Diác. Guillermo Campuzano Santiago de Cuba. Guatemala Srta. Nidia Ester Paliares
Funza. Colón.
Srta. Liana Lorigados Pedre Mons . Rodo lfo Bobadilla
Srta. Carmen Lucia Beltrán M. La Habana. Mata cm Sr. Adolfo Arauz Sánchez
Santafé de Bogotá. El Petén . Ciudad de Panamá.

100 101
Paraguay P. Francisco Lizardo sd b
Pontificio Consejo
Mao, Valve rde. para los Laicos
Mo ns . M ari o Me lanio Me d ina
Benj amín Aceva l. Sr. José M aría Medina Rey
Mons. Renato Boccardo
Higü ey. Ci udad del Vaticano.
Sr. Juli o Otaz ú S ilvero
Asunción . Srta. Yanaire Rodríguez A.
San Cri stóbal. España
Srta. Perl a C. Elize che A va los
Carapeguá . Pbro. A nd rés Picón Picón
Uruguay Mad rid .
Perú
Mon s. Juli o César Bonino
Mon s. Hu go Ga raycoa H. Tacuare m bó. Coordinación de Institutos
T ac na . y Centros de Formación
Pbro. Dani el Bazzano
S r. César A ug us to Cas ta ñeda Mont evideo. P. Hilário Dick sj
Lima. Porto Alegre, Bras il.
Sr. J ust Te rre u
María del Carme n O rbegozo Montev ideo . Srta. Tere La nzagorta Bo nill a
Lima. Méx ico D F, Méx ico .
Srta . Ma ría Fe rna nda Tri go
Puerto Rico Tac ua rcrn bó.
SEJ-CELAM
Pbro. Fe liciano Rodríguez
C ag uas. Venezuela Mons. Luis Kéb reau sd b
Puerto Príncipe, Haití.
S r. O rla ndo G. Porte la Dra. M igda lia Carrasq ue l So to
Sa n Ju a n. Ca racas . P. Ho racio G . Penen go sdb
Sa ntafé de Bo gotá, Co lomb ia.
Srta. A urora 1. Sr. Jh onn y R. Sá nc hez R.
Rivera A rg uinzoni - C id ra . Co ro .

República Dominicana Srta. Z ulay O rtega Go nzá lez

Cabimas .
P. Lui s Ros ari o sd b
Sa nto Domi ngo.

102 103
 Tabla de Contenidos

Presentación 7

Asesoría y Acompañamiento
Documento Final del IX Encuentro Latinoam ericano
de Resp onsables Nacionales de Pastoral Ju venil 11

Realidad de la Asesoría y el Acompañamiento

en América Latina 13
l . Aciertos 13
2. Vacíos 14
3. Dificultades 16

Identidad del Asesor de Pastoral Juvenil 19

l . Antecedentes 19
2. La Asesoría como Ministerio Eclesial 20
2. 1 Identidad Teológico-Pastoral 21
2.2 Identidad Espiritual 24
2.3 Identidad Psicológica 25
2.'¡ Identidad Pedagógica 26
2.5 Ident idad Socia l 26

Rol del Asesor de Pastoral Juven il 27

l. Introducc ión 27
2. Dimensiones del Rol de Asesor de Pastoral Juvenil 28
2. 1 En Relación Consigo mismo 28
2.2 Relación con la Persona del Joven 29
2.3 Relació n con el Grupo 30

105
 2.4 Relacián con Otros Asesores 32
2.5 Relación con la Comunidad. 33
3. Niveles de Asesoría 35

Orientaciones para la Acción 37

Aportes de Reflexión sobre diversos aspectos

de la Asesoría 39

La Asesoría en la Pastoral
Enfoque sociológico.
P. Florisvaldo S. Orlando cp 41

Elementos sobre la Madurez Psicológica

del Asesor de Pastoral Juvenil
Enfoque psicológico.
P. Feliciano Rodríguez 51

La Asesoría como Ministerio

Enfoque teoló gico.
Mons. Braulio Sáez G. 57

Aspectos prácticos sobre la Asesoría

Enfoque pastoral.
Srta. Tere Lanzagorta 63

Apuntes sobre la Espiritualidad del Asesor

Enfoque de espi ritua lidad.
Mons. Juli o César Bonino 73

Anexos 83
Los Jóvenes en el Docum ent o de Sa nto Domingo 85
Despu és de Cocha ba m ba. .. 95
Orac ión del Asesor de Pastoral Ju venil 97
Lista de participantes en e l IX Enc uentro Latinoame rican o
de Responsabl es Nac iona les de Pastoral Ju ven il 99

Tabla de Contenidos 105

106
 CELAM - ITEPAL

BIBLIOTECA
CARDENAL JOSEF HOFFNER

Editado por el Centro de Publicacion es del CELAM

Asesoría y Acompanamiento en la Pastoral
TransversaI 67 No.1 73-71- A.A. 510 86 CELAM, Sección de Juventud
Impreso : Editoria l Kimp rcs Ltda ,
Santafé de Bogo tá, Marzo de 1994
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