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%20Adolescente&lr&hl=es&pg=PP1#v=onepage&q=Psicolog%C3%ADa%20del
%20Adolescente&f=false
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1994

La adolescencia es el periodo de tiempo que trascurre entre el comienzo de


la pubertad y el final del crecimiento. Mientras la pubertad es un periodo de
cambios biológicos, la adolescencia se trata de una construcción social de los
países desarrollados. Los cambios ocurren en un corto periodo de tiempo y
afectan a los aspectos bio-psico-sociales. Los cambios observados dependen de
tres ejes hormonales: el hipotálamo-hipófisis-gonadal, el hipotálamo-hipófisis-
adrenal y el eje ligado a la hormona de crecimiento. En la adolescencia los hitos
del desarrollo psicosocial incluyen: la consecución de la independencia de los
padres, la relación con sus pares, el incremento de la importancia de la imagen
corporal y el desarrollo de la propia identidad como individuo. Aunque la
adolescencia ha sido tradicionalmente definida como una etapa turbulenta e
inestable, la mayoría de los adolescentes se desarrollan sin dificultades.
La adolescencia emerge con la aparición de los primeros signos de la
transformación puberal. Desde el comienzo de este periodo van a ocurrir cambios
hormonales que generan el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, con
la acentuación del dimorfismo sexual, crecimiento en longitud, cambios en la
composición corporal y una transformación gradual en el desarrollo psicosocial.
Todos estos cambios tienen una cronología que no coincide en todos los
individuos y es más tardía en los hombres que en las mujeres.
Los caracteres sexuales secundarios son la manifestación del desarrollo y
maduración sexual de los adolescentes. De su exploración concluimos el grado de
maduración y su correspondencia con la edad cronológica.
Conclusiones
La adolescencia es un periodo de múltiples cambios, las trasformaciones
físicas y la aparición de un mayor sentido de la realidad hace de esta etapa un
periodo crítico. La contradicción de querer ser adulto, pero sin dejar de ser niño
sigue alimentando la idea de una época convulsa, y lo es en muchos casos, pero
de ese examen, con la ayuda de los padres y del mejor conocimiento de su
desarrollo y sus problemas por parte de los profesionales que los tratamos, el
adolescente madura y se convierte, en la mayoría de los casos, en un adulto
competente.
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Por todo ello creemos muy importante hacer un análisis de los factores
psicosociales de riesgo en la adolescencia; para esto consideraremos como
principales factores de riesgo psicológicos los siguientes:

 Insatisfacción de las necesidades psicológicas básicas. Dentro de ellas


podemos destacar la necesidad de autoafirmación, de independencia, de
relación íntima personal y la aceptación por parte del grupo.4
 Patrones inadecuados de educación y crianza. Estos pueden ser:
o Sobreprotección: Se puede manifestar de una manera ansiosa (al
crear sentimientos de culpa en el adolescente) o de una manera
autoritaria (al provocar rebeldía y desobediencia).
o Autoritarismo: Limita la necesidad de independencia del adolescente
y mutila el libre desarrollo de su personalidad, para provocar como
respuesta en la mayoría de los casos, rebeldía y enfrentamientos
con la figura autoritaria y pérdida de la comunicación con los padres.
o Agresión: Tanto física como verbal, menoscaba la integridad del
adolescente, su autoimagen y dificulta en gran medida la
comunicación familiar.
o Permisividad: Esta tendencia educativa propicia la adopción de
conductas inadecuadas en los adolescentes por carencia de límites
claros.
o Autoridad dividida: Este tipo de educación no permite claridad en las
normas y reglas de comportamiento, y provoca la desmoralización de
las figuras familiares responsables de su educación.
 Ambiente frustrante. Cuando el adolescente no encuentra adecuadas
manifestaciones de afecto, cuando hay censura inmotivada y frecuente
hacia su persona, cuando se reciben constantes amenazas, castigos e
intromisiones en su vida privada y cuando se aprecia un desentendimiento
y alejamiento de las problemáticas que presenta.5
 Sexualidad mal orientada. Cuando por la presencia de prejuicios en relación
con los temas sexuales, la comunicación en esta esfera queda restringida y
el adolescente busca por otros medios, no siempre los idóneos, sus propias
respuestas e informaciones o en muchos casos mantiene grandes lagunas
que le acarrean grandes problemas por el desconocimiento, la
desinformación y la formación de juicios erróneos en relación con la
sexualidad.
En relación con el riesgo social del adolescente analizaremos algunos
factores sociales y ambientales que pueden conducir a resultados negativos
en los jóvenes. Como principales factores de riesgo social tenemos:

1. Inadecuado ambiente familiar. Cuando la familia es disfuncional, no


cumple sus funciones básicas y no quedan claros las reglas y roles
familiares se dificulta el libre y sano desarrollo de la personalidad del
adolescente. Es necesario que exista un soporte familiar abierto, capaz de
asimilar los cambios requeridos para la individualización del adolescente.6
2. Pertenencia a grupos antisociales. Este factor tiene como causa
fundamental la satisfacción de la necesidad de autoafirmación y la
necesidad del seguimiento del código grupal. Por lo general cuando los
adolescentes no encuentran una vía adecuada de autoafirmación tratan de
buscarla en este tipo de grupo donde fácilmente la encuentran, con el
reconocimiento grupal ante la imitación de sus patrones inadecuados.
3. La promiscuidad. Es un factor de riesgo social que no sólo puede ser
motivo de embarazos precoces y enfermedades de transmisión sexual, sino
que también propicia una autovaloración y autoestima negativas que puede
deformar la personalidad del adolescente.
4. Abandono escolar y laboral. Este hecho provoca que el adolescente se
halle desvinculado de la sociedad, y no encuentre la posibilidad de una
autoafirmación positiva, al disminuir las posibilidades de comprobar sus
destrezas para enfrentar los problemas y asumir responsabilidades, lo cual
resquebraja su autoestima, la confianza en sí mismo y en sus posibilidades
de desarrollo social.7
5. Bajo nivel escolar, cultural y económico. Estos son elementos
considerados como protectores del desarrollo y la salud y el hecho de
presentar un déficit en ellos le impide al adolescente un enfrentamiento
adecuado a las situaciones de conflicto.

De manera general podemos decir que el manejo de estos factores de


riesgo permite identificar a aquellos adolescentes que están más expuestos a
sufrir los daños que los aquejan, como accidentes, embarazos precoces, abuso de
sustancias psico-activas, enfermedades de transmisión sexual y el suicidio; por lo
que la sociedad y el sistema de salud deben propiciar el desarrollo de factores
protectores que apoyen el crecimiento y la maduración sana del adolescente,
como son el establecimiento y el logro de una adecuada autoestima, que le brinde
posibilidades de enfrentar problemas con responsabilidad; además de
oportunidades de autoafirmación positiva, y le proporcione espacios sociales
adecuados para lograr un soporte familiar abierto y brindar oportunidad de
superación educacional y cultural que le faciliten la solución a los problemas, pues
la ausencia de vías para la solución puede llevar al adolescente a alcanzar altos
niveles de desesperación y sentimientos de impotencia y por tanto a la
autodestrucción y al suicidio.

Referencias Bibliográficas

1. Organización Panamericana de la Salud. Manual sobre enfoque de riesgo


en la atención materno infantil. Washington D.C. ,OPS;1986.
2. Jessor R. Risk behavior in adolescense: a psychosocial framework for
understanding and action. J Adolescent Health 1991.
3. Rutter M. Psychosocial resilience and protective mechanism. Am J
Orthopsychiatr 1987;57(3).
4. Bozhovich LI. La personalidad y su formación en la edad infantil. La
Habana; Editorial Pueblo y Educación,1976:195-241.
5. Arce LM. Dinámica familiar con hijos adolescentes. Teoría y metodología
para la intervención en familia. Universidad Nacional de Costa Rica;
1995:89-93.
6. Arce LM. Conflictos en la evolución del adolescente. Teoría y metodología
para la intervención en familias. Universidad Nacional de Costa Rica;
1995:94-8.
7. Larson R. The junior high school theme as an adolescent rite of passage. J
Youth Adolesc 1988;17(4).
CONOCE LOS ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LA
ADOLESCENCIA
¿TE GUSTARÍA CONOCER LA PSICOLOGÍA DE TU HIJO O HIJA
ADOLESCENTE?
En mi trabajo como psicóloga atiendo con
frecuencia a adolescentes que acuden a consulta
por diferentes motivos: problemas de conducta,
dificultades para manejar sus emociones,
complicaciones en las relaciones sociales y
familiares, desajustes con la imagen,
desmotivación… Cuando mantengo entrevistas
con la madre y el padre para obtener información relevante, independientemente
del motivo de consulta, me encuentro con verbalizaciones muy parecidas, que tal
vez sean una aproximación a la percepción que tienen los padres de
la adolescencia.
He elegido los comentarios más frecuentes:
“Mi hijo ya no quiere pasar tiempo con nosotros, ya no somos importantes”.
“Mi hija me exige mayor intimidad, no lo entiendo, siempre lo hemos
compartido todo”. “A mi hijo le encantaba que le hicieras mimos viendo la
televisión juntos y ahora parece que no le gusta estar conmigo y le
avergüenza que quiera darle un beso”. “Mi hija me dice que lo más
importante de su vida son sus amigas. ¿Cómo puede ser eso? ¿Y nosotros?
¡La opinión de sus amigas le importa más que la nuestra!”. “Nada le parece
bien, protesta por todo, cuando era más pequeño no ponía tantas pegas y
acataba las normas sin problemas, ahora parece que le gusta desafiarnos”.
“Da igual lo que yo le diga, no acepta mis consejos, no tiene en cuenta la
opinión de su madre, y me da rabia, porque la veo pasarlo mal”.
¿Os reconocéis en alguna de estas frases?
¿QUÉ ES LA ADOLESCENCIA Y QUÉ ETAPAS TIENE?
La adolescencia es una etapa del
desarrollo que se sitúa entre la infancia y
la adultez, en la que ocurre un proceso
creciente de maduración física, psicológica
y social, que lleva al ser humano a
transformarse en un adulto. (Gaete, 2015).
Es difícil establecer límites cronológicos para
este período. La revista médica “The Lancet”, en un artículo de opinión, sugería
que, como consecuencia de la ampliación de la fase educativa en los hijos, el
retraso a la hora de “irse de casa”, formar nuevos hogares, casarse o tener
hijos…, la adolescencia se extendía, incluso, más allá de los 20 años.
De acuerdo con los conceptos convencionalmente aceptados por la
Organización Mundial de la Salud: La adolescencia es la etapa que transcurre
entre los 10 y 19 años, considerándose dos fases: la adolescencia temprana (10 a
14 años) y la adolescencia tardía (15 a 19 años).
La Adolescencia es una etapa compleja, que cambia con los tiempos. Es
difícil establecer que edades comprende. Algunos autores dicen que
sobrepasa los 20 años. La psicóloga aclara estas y otras dudas de los
padres
Básicamente en cada etapa destacan:
ADOLESCENCIA TEMPRANA.
 Rápidos cambios físicos.
 Gran curiosidad y expectación sobre estos cambios corporales.
 Tendencia al “egocentrismo” y polarización en las ideas.
 Mayor necesidad de privacidad.
 Comienza el interés por las relaciones románticas.
ADOLESCENCIA TARDÍA.
 Avanzan los cambios físicos.
 Aumenta el interés por las relaciones románticas.
 Interés por el sexo y la sexualidad. Se producen los primeros encuentros
sexuales.
LOS PADRES Y MADRES FRENTE A LA COMPLEJIDAD DE LA
ADOLESCENCIA
Pensad en cuál es la principal dificultad que todas y todos tenemos. Yo diría
que realizar o afrontar cambios. Imaginad una etapa de vuestra vida donde la
principal constante fuera que “todo está cambiando”. Así se siente una persona
adolescente.
Un objetivo básico en mi trabajo con adolescentes es ayudarles a que
integren de manera adecuada los cambios que experimentan durante esta etapa
en la que construyen su identidad y en la que comienzan a tener mayor
independencia psicológica y social.
Los cambios que experimentan a nivel físico, psicológico y emocional
ocurren de manera muy rápida y abrupta, y no siempre pueden procesar estos
cambios de forma favorable. Se sienten en una montaña rusa, llena de vaivenes
emocionales que no esperan y que no siempre comprenden.
Las psicólogas y psicólogos enseñamos estrategias para que los
adolescentes logren comprender y aceptar esta etapa. Pero es importante
destacar que los adolescentes forman parte de una unidad familiar. Sin una
adecuada interacción y colaboración entre los hijos e hijas adolescentes y sus
padres, no será fácil avanzar adecuadamente en este período tan importante.
Los padres y madres a menudo se sienten perdidos e incomprendidos ante
la adolescencia de sus hijos e hijas, y es algo muy normal. Se producen muchos
cambios en ellos y ellas y a una gran velocidad. Ofrecer a las padres herramientas
de manejo repercutirá positivamente en la persona adolescente y en el clima
familiar, y ambas esferas se alimentan mutuamente en la buena dirección.
Las figuras parentales son indispensables en este proceso. Durante la infancia son
las que enseñan a los hijos e hijas a establecer apegos, a vincularse, y ahora, en
la adolescencia, son también fundamentales en esta nueva etapa de aprendizaje.
Y aquí conviene destacar un interesante fenómeno biológico en la persona
adolescente. En esta etapa ocurre a nivel cerebral la denominada “poda sináptica”.
En dicho proceso mueren y se degradan gran cantidad de neuronas, y ello cumple
la función de optimizar el funcionamiento del cerebro, esto permite abandonar
aprendizajes que no se utilizan y adquirir nuevos aprendizajes.
¿Qué significa esto? Que la etapa adolescente es uno de los momentos de
la vida en los que más cosas nuevas se aprenderá, conocimiento que se
mantendrá y nos servirá en la edad adulta.
¿Veis lo importante que es participar como padres en esta etapa de
aprendizaje tan decisiva para nuestros hijos e hijas?
PRINCIPALES CAMBIOS EN LA ADOLESCENCIA
Para ser conscientes de los
numerosos cambios que se producen
en la etapa adolescente quiero señalar
tres grandes categorías: los cambios
físicos, los cambios psicológicos o
emocionales, y los cambios a nivel
social. Todos estos cambios
interactúan entre sí.
CAMBIOS FÍSICOS
 Crecimiento corporal, aumento de peso y altura. Aumento masa muscular y
cambios a nivel hormonal.
 Desarrollo de órganos sexuales, aparición de caracteres sexuales
secundarios y comienzo de capacidad reproductiva.
 Mayor desarrollo cerebral.
CAMBIOS EMOCIONALES.
 Búsqueda y consolidación de la propia identidad.
 Fluctuaciones emocionales y desarrollo de competencias referentes a
la regulación de las emociones.
 Desarrollo de nuevas habilidades cognitivas como el pensamiento abstracto
y el razonamiento.
Mayor capacidad de reflexión.
Desarrollo de las competencias referentes a la regulación de afectos.
Desarrollo y consolidación de la identidad sexual.
Necesidad de experimentar.
Búsqueda de autonomía.
Incremento de la asunción de responsabilidad.
CAMBIOS SOCIALES
 Desarrollo de la competencia social.
 Crecimiento y consolidación de la autoestima.
 Alta necesidad de sentirse vinculado en un grupo de iguales que
promueve necesidad de aprobación por parte de los demás.
 Aumenta sus figuras de referencia.
 Búsqueda de un proyecto de ocupación en la edad adulta.
 Inicio de las relaciones sexuales.
 Búsqueda de simetría con los adultos.
4 IDEAS O CREENCIAS ERRÓNEAS SOBRE LA ETAPA
ADOLESCENTE
Todos estos cambios en nuestros hijos
adolescentes afectan a las relaciones en el
ámbito familiar.
En muchas ocasiones los padres no saben
interpretar las conductas de sus hijos e hijas.
Esto es normal, hay que tener en cuenta que
estos comportamientos suelen ser nuevos, en
ocasiones muy intensos y sorprendentes.
Es muy importante no realizar
interpretaciones precipitadas. Aquí interviene lo
que en Psicología denominamos “sesgo
interpretativo” que viene a decir que
interpretamos en función de nuestras propias
necesidades.
Quiero recordaros algunas de las
interpretaciones incorrectas más frecuentes:
1. Valorar nuestra labor o nuestra validez
como padres en función de las conductas
adolescentes de nuestros hijos e hijas.
“Ya no cuento en la vida de mi hijo. Mi opinión no vale”. “Prefiere estar con sus
amigos que, con su familia, no somos importantes”
Hay que evitar este tipo de deducciones. De partida, el comportamiento de
nuestra hija o hijo adolescente no está causado por nosotros o nosotras.
En esta etapa para los adolescentes es fundamental sentirse aceptados por
su grupo de iguales. Este es el momento en que comienza a conformar sus
propias creencias sobre el mundo, en base a lo aprendido en la familia y en los
nuevos aprendizajes.
En esta etapa aparece o se intensifica en lo que Psicología llamamos
“proceso de diferenciación”, a través del cual, el adolescente desplaza sus afectos
a otro punto diferente al de la familia, y comienzan a crear vínculos con personas
externas, principalmente de su grupo de edad, ello le ayuda a “buscarse a sí
mismo o a sí misma” a construir su identidad.
Por eso no es que no quieran estar con su familia, lo que ocurre es que
necesitan buscar su propia individualidad a través de la distancia del núcleo
familiar. Esta distancia es pequeña pero necesaria, y es normal que a los padres y
madres les cueste comprenderla, incluso en ocasiones les haga daño.
Los padres deben estar en la “retaguardia” en estos momentos y
comprender que esa distancia es necesaria para un desarrollo satisfactoria de sus
hijos e hijas.
2. Interpretar la disminución de las muestras de cariño como un síntoma de
desafección.
“Ya no es tan cariñoso, ya no nos quiere igual”. “Siempre salía del colegio y me
abrazaba y me besaba, ahora parece que le da vergüenza, hemos perdido su
afecto”.
3. Pensar que son incapaces de seguir las normas y que les gusta desafiar a
los adultos, en concreto a su padre y madre.
En esta etapa los y las adolescentes buscan una relación simétrica con los
adultos. Ante los argumentos de autoridad se muestran reticentes y los ponen en
tela de juicio porque están intentando sentir que forman parte de los límites y las
normas.
Ello no quiere decir que les guste desafiar todo lo que sus padres les dicen,
está más bien relacionado con la necesidad de dar su opinión, de demostrar que
tienen derecho a sentirse disconformes.
Es normal que los padres se sientan frustrados ante las negativas de sus
hijos e hijas y es importante tener en cuenta que los límites son necesarios y que
no hay que dejar de ponerlos, éstos tienen que ser lógicos y adecuados.
Los padres y madres representan las normas, la disciplina y las exigencias y eso no
les gusta, pero paralelamente también son la seguridad, las pautas y el afecto, por ello es
importante que ante las negativas y los desafíos los padres no sientan que el problema es
con ellos, sino que tiene más que ver –de nuevo– con su búsqueda de la
independencia.
4. Pensar que no están preparados para el mundo, porque este es peligroso
y su necesidad de experimentar los va a llevar a conductas de riesgo.
Es normal que los padres y las madres tengan miedo a que a sus hijos e
hijas les ocurra algo malo. En este momento las personas adolescentes están en
un periodo de experimentar cosas nuevas, de conocer gente, lugares o
sensaciones nuevas, pero ello no conlleva que esas cosas tengan que ser
peligrosas y perjudiciales.
Este es el momento en que los hijos e hijas pondrán en marcha todo lo
aprendido en la familia, los valores que les han transmitido los padres serán las
herramientas fundamentales para tomar buenas decisiones ante situaciones
nuevas.
La familia será el elemento más importante para que sepan los peligros que
se puedan encontrar, y ayudarles a saber cómo actuar ante ellos. Los padres y
madres pueden ser sus guías para empezar a conocer y afrontar el mundo.
No es sencillo conocer la psicología adolescente, en primer lugar, porque no
es uniforme y única. Lo que sí es común son algunas ideas nada acertadas
sobre la Adolescencia. La psicóloga destaca 4 creencias erróneas.
15 TÉCNICAS PARA PADRES PARA UN BUEN MANEJO DE LA
ETAPA ADOLESCENTE DE LOS HIJOS

Desde la psicología hay una serie de pautas que podemos trabajar para un
buen manejo de la etapa adolescente de nuestros hijos e hijas:
1.Crear un espacio de comunicación abierto y un entorno familiar seguro y
cálido. Evitar sermones o “dar lecciones”, es importante que sientan que
existe una simetría en la comunicación para poder opinar o expresar lo que
necesiten.
2.Saber escuchar y que se sientan escuchados.
3.Fomentar un entorno familiar con demostraciones de afecto. Recordad que
en esta etapa los hijos e hijas pueden “parecer más ariscos”, es algo normal,
pero es importante que las muestras de cariño entre los miembros sean
explícitas para promoverlas en las personas adolescente de manera
espontánea.
4.Favorecer una buena regulación y expresión emocional –este punto desde
la Psicología del adolescente es clave–. La mejor forma es que los padres den
ejemplo de comunicación en la pareja. Si los adolescentes experimentan cómo
sus figuras de referencia hablan de forma abierta y sana de sus emociones y
las regulan de forma adecuada será un modelo adecuado para que ellos
también lo repitan.
5.Es muy importante no bromear superficialmente con sus cambios de humor
o sus cambios físicos, tampoco hablar de ello en público o restarle
importancia, porque puede hacerles sentir ridiculizados. Es una etapa de
cambios a nivel general y los padres y madres son la herramienta esencial
para que integren y acepten esos cambios de manera adecuada, que
aprendan lo que significa y los cambios que aún les esperan.
6.Ayudar a construir una autoestima sólida, ayudarles a descubrir sus puntos
fuertes. Utilizar el refuerzo positivo por medio del elogio o las muestras de
afecto cuando hacen algo bien. Esto ayudará a elevar su autoconfianza.
7.Poner límites y normas claras y razonables. Puede ser bueno razonar y
argumentar las decisiones junto a la persona adolescente, evitar el “por qué lo
digo yo” o “lo haces y punto”. Ayudarles a entender el “para qué” se hacen las
cosas puede favorecer que cumplan las normas con mayor facilidad. Es
importante aplicar las normas con autoridad, pero no con autoritarismo.
8.Hablar abiertamente sobre temas clave para su educación, como
la sexualidad y los derechos sexuales o los riesgos de adicciones a
sustancias, alcohol, apuestas, internet… Con relación a la sexualidad es
importante que dispongan de información sobre la práctica segura de las
relaciones sexuales, y que conozcan sus derechos sexuales. La familia es un
contexto muy propicio para reflexionar y hablar de cuestiones como el respeto
a la libertad sexual, la integridad de las personas o la violencia de género. En
el tema de las adicciones, conviene que conozcan sus efectos a corto plazo,
pero sin duda lo decisivo es que sean conscientes de las drásticas
consecuencias que pueden tener para su futuro.
9.Consistencia en las pautas educativas. Debe existir una coherencia entre las
pautas interparentales, es decir, que el padre y la madre estén de acuerdo con
las mismas normas y las apliquen al unísono. También tiene que existir una
estabilidad en esas pautas, es decir, que cada miembro de la pareja no incurra
en contradicciones y unas veces ponga un límite y otras no. Esto confunde a
los adolescentes y puede generar inseguridad e incertidumbre, así como la
creencia de que manipulando a su padre o madre pueden conseguir lo que
quieran.
10. Predicar con el ejemplo es la mejor manera de que los adolescentes acaten
normas.
11. Fomentar autonomía e independencia, –enseñarles a tomar decisiones–,
este es un elemento fundamental para el desarrollo de los adolescentes como
individuos.
12. Inculcar responsabilidad, asignándoles tareas del hogar para que participen
en la organización familiar.
13. Transmitir valores de familia. Es importante que confiemos en que hemos
transmitido a nuestros hijos e hijas unos valores adecuados y firmes y confiar
en que sabrán ponerlos en práctica. Como decía Aristóteles: “Los buenos
hábitos formados en la juventud marcan toda la diferencia”.
14. Al ser una etapa de muchos cambios a nivel físico, psicológico y emocional, es
importante estar atentas y atentos a que integran todos esos cambios de
manera adecuada. Que aceptan sus cambios físicos como normales les
ayudará a aprender a quererse y cuidarse, que entienda que es un momento
fluctuante en lo que refiere a las emociones y que es necesario gestionarlas
de manera adecuada.
15. Si se detectan dificultades en algunas de estos aspectos que se manifiesten
en comportamiento como: “problemas con la comida”, verbalizaciones
negativas sobre su aspecto, dificultades para gestionar la ira, un ánimo
frecuentemente bajo y desmotivado, entre otras cosas, no dude en consultar
con un psicólogo o psicóloga. Si se intervienen a tiempo en las dificultades
que puedan surgir en la adolescencia el pronóstico es mucho más favorable y
se incrementa la probabilidad de superarlas y mejorar su afrontamiento.
Y recuerda que tu autocuidado emocional siempre va a contribuir al cuidado
emocional de tus hijos e hijas adolescentes.

¿No tienes el manual sobre cómo actuar con los hijos adolescentes? Ni tú ni
nadie, porque NO EXISTE. Sólo podemos conseguir más información,
ponerle sentido común, practicar y aprender de nuestros errores para
hacerlo lo mejor posible
CONCLUSIONES
He querido dejar para el final la herramienta más potente que puedo
revelaros para un buen manejo de la etapa adolescente de vuestros hijos e hijos,
y es… ¡acordarse de cuando nosotros y nosotras éramos adolescentes! Esto nos
ayudará a reflexionar sobre cómo nos sentíamos, qué necesidades teníamos o
que es lo que pensábamos.
La clave esencial para lograr esto es la empatía, ponernos en el lugar de la
persona adolescente e intentar comprender que es una etapa de muchos cambios
en todas las esferas de su vida. Desde esta mirada nos será más fácil poner en
marcha conductas adecuadas para manejar los conflictos que pudieran surgir.
¡No existe la madre o el padre perfecto! No existen respuestas correctas, no hay
que saberlo todo, ni adivinar las necesidades de los hijos e hijas.
La adolescencia es una etapa de aprendizaje, un tiempo de tropezar y
equivocarse, de intentar volar, de buscar el camino propio… Y en todo ello es
fundamental que la familia sea la guía, una brújula ayudándoles a encontrar su
propio camino.

Los 7 Hábitos de los Adolescentes Altamente Inefectivos:


Hábito 1: Ser Proactivo. Hacerte responsable de tu propia vida.
Hábito 2: Comenzar con el fin en la mente. Definir tu misión y metas en la vida.
Hábito 3: Poner Primero lo Primero. Marcar prioridades y hacer primero las cosas
más importantes.
Hábito 4: Pensar Ganar-Ganar. Tener una actitud de que "todos pueden ganar".
Hábito 5: Busca Primero Entender, Luego Ser Entendido. Escuchar sinceramente
a los demás.
Hábito 6: Sinergizar. Trabajar en conjunto para lograr más.
Hábito 7: Afilar la Sierra. Renovarte con regularidad.
Hábito 1: Reacciona Achaca todos tus problemas a tus padres, a tus estúpidos
maestros. o profesores, a tu pésimo barrio, a tu novio o novia, al gobierno, o.
cualquier otra cosa que no seas tú. Sé una víctima. No tomes ninguna
responsabilidad por tu vida. Actúa como bestia. Si tienes hambre, come. Si alguien
te grita, respóndeles a gritos. Si tienes ganas de hacer algo que sabes que está
mal, entonces hazlo.
Hábito 2: Comenzar sin un fin en la mente No tengas planes. Evita las metas a
toda costa. Y nunca pienses en el futuro. ¿Para qué preocuparte por las
consecuencias de tus actos? Vive el momento. Duérmete, desperdíciate y tómalo
todo a la ligera, porque mañana nos moriremos.
Hábito 3: Primero lo último Sea lo que sea más importante en tu vida, no lo hagas
sino hasta que hayas pasado el suficiente tiempo viendo la televisión, hablando
interminablemente por teléfono, navegando en Internet y platicando. Siempre deja
para mañana tu tarea. Asegúrate de que las cosas que no sean importantes
siempre sean antes que las que sí lo son.
Hábito 4: Pensar ganar-perder Ve la vida como una competencia perversa. Tu
compañero de clase te atacará, así que es mejor que lo ataques primero. No
permitas que los demás tengan éxito en alguna cosa porque, recuerda que, si
ellos ganan, tú pierdes. Si te da la impresión de que estás a punto de perder,
entonces asegúrate de arrastrar a los demás contigo.
Hábito 5: Primero hablar, y luego fingir que se escucha Naciste con una boca, así
que úsala. Asegúrate de hablar mucho. Siempre explica primero tu versión de la
historia. Una vez que te asegures de que los demás comprenden tu punto de vista,
entonces finge escuchar asintiendo y diciendo "ajá". O, si realmente quieres la
opinión de los demás, dala tú primero.
Hábito 6: No cooperar Afrontémoslo: otras personas son extrañas porque son
distintas a nosotros. ¿Para qué llevarse con ellos? El trabajo en equipo es para los
perros. Puesto que tú eres el que siempre tiene las mejores ideas, te irá mejor si
haces todo solo. Sé una isla.
Hábito 7: Desgastarse Ocúpate tanto con tu vida, de modo que nunca tengas
tiempo para renovarte o superarte. Nunca estudies. Nunca aprendas nada nuevo.
Evita el ejercicio como la plaga. Y, además, aléjate de los buenos libros, la
naturaleza o cualquier otra cosa que pueda inspirarte.

¿Qué es la Psicología de la Adolescencia?


La Psicología de la Adolescencia se
refiere a los tratamientos de la salud
mental ofrecidos a pacientes menores de
18 años. Se presta especial atención a los
problemas y a las influencias que un
adolescente puede encontrar en
las diferentes etapas de su
desarrollo hasta la edad adulta.
Por Adolescencia, generalmente,
nos referimos al período entre las edades de 12 y 18 años, el cual puede ser un
período particularmente difícil para los jóvenes, ya que pueden surgir varios
problemas, incluidos problemas de comportamiento, problemas de
concentración, Depresión, Abuso de Sustancias y Problemas con la Sexualidad.
¿Qué patologías trata?
La Psicología para Adolescentes se puede ofrecer por una amplia gama de
razones, y con tratamientos creados para satisfacer las necesidades individuales.
Algunas de las condiciones por las cuales un adolescente acude a un Psicólogo
de la Adolescencia son:
 Depresión.
 Ansiedad.
 Problemas de Autoestima.
 Problemas de comportamiento.
 Dificultades de comunicación.
 Aversión a la comida.
 Dificultades Alimentarias.
 Lidiar con eventos traumáticos.
 Terapia de Luto.
 Abordar un diagnóstico y tratamiento médicos.
Si un adolescente tiene Problemas Psicológicos, el médico deberá realizar
una evaluación completa y, sobre esta base, decidirá cuál será el mejor
tratamiento.
Tratamientos para la Depresión en Adolescentes
Hay estudios que demuestran que hasta una de cada cuatro personas
puede sufrir depresión antes de los 19 años. Los servicios para adolescentes
están dirigidos a la parte más joven de la población, ya que se cree que las causas
de la Depresión en las personas más jóvenes son diferentes de las de los adultos.
El niño puede sufrir Depresión debido a la intimidación, Abuso
Físico, Emocional o Sexual, o problemas de salud mental. Cualquier forma de
Depresión es considerada seriamente por el médico y el equipo de Psicólogos
Adolescentes, garantizando a los niños un nivel de asistencia igual al
proporcionado a los adultos. Se alentará al niño a confiar en el médico para que se
sienta libre de hablar sobre los problemas que enfrenta.
¿En qué casos debe acudirse a una consulta de Psicología de la
Adolescencia?
Siempre que un joven en edad adolescente tenga problemas de
Autoestima, Depresión, Ansiedad, comportamiento, comunicación, alimentación,
duelo, sexo, etc.
¿A qué especialista acudir?
El Psicólogo de la Adolescencia podrá ayudar a mejorar todas estas
situaciones de forma gradual en sus sesiones. Por este motivo, se recomienda no
esperar y acudir a la consulta lo antes posible, para que pueda ayudar a los
adolescentes a estar bien lo antes posible, evitando así que se les cree un Trauma
o derive en otras Patologías.

INTRODUCCIÓN

La adolescencia es una invencion occidental. En las sociedades no


desarrolladas, el tránsito entre la infancia y la adultez era procesado a traves de
los breves y traumáticos ritos de iniciación.
Pero, el proceso adolescente, parece que no recibe en Occidente otra
consideración que la educativa, que en la práctica, quiere decir instrucción
escolar, generalmente libresca, que ha convertido a nuestros adolescentes en
anoréxicos escolares, que vomitan toda imposición instruccional obligatoria. La
formación del adolescente para la vida adulta, tan presente en los ritos
iniciáticos, ha sido dejada un tanto a suerte, y las evaluaciones se centran
solamente en el rendimiento cognitivo, separado de la tarea de la búqueda de la
identidad y de la costrucción de la personalidad madura.
No es extraño que, por este camino, se hayan convertido las crisis, propias
de todo proceso de desarrollo, en alarmantes cuadros patológicos.
La adolescencia requiere un replanteamiento conceptual que responda a
las expectativas puestas en la renovación social y de construcción del futuro
inmediato.
La adolescencia se ha convertido en un tema, pues, de urgencia, donde
queremos dar respuestas conceptuales renovadoras y de redefinición.
Afrontaremos el estudio de la psicología de la adolescencia desde tres
perspectivas básicas: enfoque histórico de los estudios sobre la adolescencia, las
etapas del desarrollo adolescente y la cultura adolescente.

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