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Momento de Cenáculo: Fe práctica en la la divina Providencia

Momento de Cenáculo
Fe práctica en la divina Providencia
(Poner música de fondo mientras se lee)

Canto inicial:
Puedo confiar en el Señor
(pág. 8, Nº 20) en la intimidad con Cristo...
en la cercanía de María...
Voz 1: El Padre Dios tiene un Hijo predilecto.
"Miren cómo nos amó el Padre"... A él le da todo su amor.
"Quiso que nos llamáramos A él escucha en cada instante,
hijos de Dios en él se manifiesta transparente...
y nosotros lo somos realmente..." "Este es mi Hijo muy amado"
dice con un gozo imposible de ocultar.
Voz 2:
Dios, para mostrarse a los hombres (pausa de silencio - música mayor)
como Padre,
se ha hecho conocer Canto:
por medio de su Hijo único, Jesús, estoy aquí.
y nos dio una Madre (pág. 9, Nº 22)
que nos conduce hasta él.
Todos:
Voz 3: Señor, tú viniste a la tierra
El amor, la bondad, para familiarizarnos con el Padre.
el poder vivificante de Dios como Padre Por eso, hoy hemos querido
se han manifestado llegar hasta este Santuario,
visiblemente en Jesucristo... inundado por tu presencia.
"El que me ha visto, ha visto al Padre"... Queremos contemplarte,
estar contigo,
Voz 1: sin apuros, lentamente...
Por eso, Y contemplarte en el corazón
hace falta contemplar a Cristo, de nuestra Madre y Reina.
en la cercanía de la Madre y Reina,
para conocer al Padre providente. Voz 1:
En tu presencia, Señor,
Hace falta contemplar a Cristo queremos conocer al Padre Providente,
con los ojos de María, y aprender a ser sus hijos,
para transformarse, al igual que él, a semejanza tuya,
en hijos de ese Padre providente; el Hijo amado del Padre.
para parecerse más y más a él,
el Hijo amado del Padre. Voz 2:
Señor,
Voz 2: hace falta estar en tu presencia,
Hace falta estar contemplarte largamente, gratuitamente
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así como el hermano pequeño admira Voz 3:
El Padre es el Dios del amor eterno,
es el Pastor,

y ama al hermano mayor.


que, lleno de solicitud,
Ciertamente, Señor, por tierras de agitación desolada
tú quisiste ser nuestro hermano mayor busca a la pequeña oveja perdida
en quien descubrimos al Hijo hasta contarla nuevamente en el rebaño.
que nos anunció al Padre.
Voz 1:
Voz 3: ¡Si supieran cómo es el Padre...!
Sí, Señor, te pareces al Padre. Muchas veces,
Ya lo dijiste tú mismo: la mayoría de las veces,
"El que me ve a mí, el Padre se queda esperando
ve también al que me envió..." el regreso del hijo ingrato
"El que me ha visto, ha visto al Padre"... que se escapó de la casa paterna...
"El Padre y yo somos una misma cosa"... Sale a atisbarlo todas las tardes
para ver si lo ve venir...
Señor, si permanecemos unidos a ti, Y cuando el hijo retorna a la casa,
el Padre, lleno de felicidad, el Padre organiza una gran fiesta....
nos contempla desde lo eterno.
Voz 2:
Todos: El es el Padre que al hijo pródigo
Señor, hoy queremos escucharte, lo sienta en el trono de hijo
hacer silencio, y le prepara un banquete....
para que tú nos hables del Padre,
de ese Padre Providente Voz 3:
que a cada uno nos lleva inscritos Y el hijo, reclinado en su corazón,
en la palma de su mano. parece escuchar al Padre:

(pausa de silencio - música mayor ) Voz 4:


Sabes que perdono todos tus ofensas
Canto: incluso antes que las cometas...
Dios está aquí (pág. 22, Nº 48) Por eso, te pido que hagas lo mismo
con los que a ti te ofenden.
Voz 1: Y para que nunca caigas en la tentación,
¡Señor, háblanos, del Padre... cógete fuerte de mi mano
Háblanos del amor del Padre! y yo te libraré del mal.

Voz 2: Voz 2:
¡Si supieran cómo es el Padre....! Sí, el Padre es el Rey que,
A veces toma la forma de un pastor con su escudo potente,
y sube a las montañas lleno de amor y sabiduría
y se asoma a los riscos y recorre los valles nos rodea y protege,
para encontrar a una oveja perdida... para que aun en las batallas más feroces,
ni la más pequeña nube
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turbe nuestra paz. que hoy son y mañana desaparecerán
¿qué cosas no hará por ustedes?
Voz 3: No sean como las personas del mundo
¡Si supieran cómo es el Padre...!

Ni un pajarito cae en la trampa


que le ponen los niños que viven angustiadas por estas cosas.
sin la permisión expresa Ustedes preocúpense solamente
del amado Padre. de abandonarse confiadamente
¡Hasta los pelos de sus cabezas en las manos del querido Padre,
están numerados! y todo lo van a tener por redundancia..."

(pausa de silencio - música ) Voz 2:


¡Si conocieran al Padre ,
Voz 4: si se abandonaran
Hijo mío que estás en la tierra, confiadamente en sus manos...!
preocupado, solitario, tentado... Pasarían por el mundo
Yo conozco perfectamente tu nombre con la serenidad de los grandes ríos...
y lo pronuncio como santificándolo
¡porque te amo! (pausa de silencio - música)

Voz 2: Todos:
¡Si supieran cómo es el Padre...! Señor, sumergidos en
Extiendan la vista por los campos. tu corazón,
Observen las flores... inundados con tu presencia,
nadie las plantó ni las regó ni las cultivó. podemos escuchar la voz
Y, sin embargo, miren qué preciosas del Padre que nos habla.
a pesar de que no tienen
tejedoras ni talleres. (pausa de silencio - música )
¡El Padre es quien las vistió...!
Canto:
Voz 4: Busca primero el Reino de Dios
Hijo mío, no estás solo (Pág. 8, Nº 18)
sino habitado por mí
y juntos construimos este Reino Voz 4:
del que tú serás el heredero. Hijo mío, quiero decirte claramente
Me gusta que hagas mi voluntad que fui yo quien te llamó a la vida.
porque mi voluntad es que tú seas feliz, Yo te concebí primero
ya que la gloria de Dios en mi inteligencia.
es el hombre viviente. Vives en mi corazón desde el principio.
No viniste a este mundo
(pausa de silencio - música ) por casualidad
ni eres fruto del azar.
Voz 1: Yo te llamé a vivir.
¡Si supieran cómo es el Padre...! A ti,
"Si él se preocupa de las flores exclusivamente a ti.
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Te hice irrepetible. cuando respiras
Nadie tiene tu misma voz, y te cuido cuando duermes.
ni tus ojos,
ni tus mismos rasgos interiores. No lo dudes.
Te di cualidades. Si tú lo haces con tus hijos,

Son un regalo de mi amor.


¿Las conoces? yo lo hago contigo,
pues soy tu Padre.
(pausa de silencio - música ) No lo dudes.
Mis ojos están puestos
Voz 4: en tus ojos.
Te hice hermoso Mi mano la tengo colocada
con mis propias manos. sobre tu cabeza.
Te comuniqué mi vida. Te amo,
Deposité en ti aunque me olvides
mi propio amor con abundancia, o me rechaces.
para que amaras
a los tuyos... (pausa silencio - música)
A ese tú que camina a tu lado
y con el que eres uno solo, Te amo
a ese fruto del amor de ambos. aunque no me ames.
En ellos está mi amor... Ya lo sabes.
Podrás ir donde puedas
(pausa de silencio - música ) y donde quieras.
Hasta allá
Voz 4: te seguirá mi amor
Te hice ver el paisaje y el color. y te sostendrá mi diestra.
Te di el oído
para que escucharas ¿O es que crees
el canto de los pájaros que yo, como Padre,
y la voz de los hombres. puedo olvidar
Te di la palabra para decir a mi hijo?
"padre", "madre", ¡Aunque una madre se olvidara
"amigo", "hermano". de su hijo,
yo no lo olvidaré!
Te di mi amor ¡Ni lo sueñes!
más profundo. Desde que te hice
No sólo te di vida. ya no puedo dejarte solo.
Te estoy sosteniendo en ella.
Tú eres mi hijo amado. Camino y sonrío contigo.
Vivo en ti.
Así como tú lo haces Te lo escribo de mil maneras
con tus hijos, y te digo susurrando al oído y en silencio,
yo te conozco y también a veces a gritos:
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Eres mi hijo. tú me acompañas a cada hora.
Te amo. Tú me perdonas con alegría
y me esperas con paciencia
(pausa de silencio - música ) cuando de ti me he alejado.

Canto: ¿Cómo podría yo


El Jardinero (pág. 24, Nº 53) devolver con amor
a tanto amor?

Voz 1:
Señor, despertaste en nuestro corazón Me pongo a tu disposición,
un anhelo inexorable por el Padre. úsame como instrumento
Hemos nacido para vivir como sus hijos, para encender el mundo
para vivir en su casa paterna. en ése tu amor paternal;
para construir, ahora,
Todos: un matrimonio fundado en tu amor,
Gracias, Abbá, Padre amado! para construir una familia santa
¡Gracias por engendrarme a la vida que sea templo de tu presencia.
y por sostenerme en ella!
Gracias por vigilar mi sueño Instrumento tuyo
y caminar conmigo. para anunciar a todos
De ti he recibido todo que tú eres mi Padre
y por eso todo te lo ofrezco y te lo doy! y yo soy tu hijo;
que quieres ser Padre
Padre mío y Padre nuestro, de todos los hombres
Padre amante y Padre amado, y que ellos sean tus hijos.
Padre del cielo y de la tierra,
tú me tienes en tus ojos Tú eres mi Padre... quiero amarte.
y me sostienes en tus manos. Yo soy tu hijo... porque me amas.
Me conoces desde siempre Que esta verdad nadie me la arrebate.
y me amas a cada instante. Padre de la vida y la belleza
Me emociona tu misericordia, Padre de la verdad y la esperanza,
me encanta recibir tu fuerza y tu ternura. te amo porque tú me amas.
Tú eres mi Padre.
Me diste una Madre; Soy tu hijo.
en ella recibo toda tu bondad,
todo tu amor maternal, (pausa de silencio- música)
toda tu preocupación y misericordia.
Ella está siempre a mi lado Canto final:
y me habla y me conduce hasta ti. Himno de la Rama Familiar
¡Realmente no puedo imaginar pág. 56, Nº 105)
tanta bondad para conmigo!

Tú confías en mí.
Tú nunca me rechazas.
Tú me cuidas,

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