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Reseña: “Historia de la Academia de San Carlos México, aspectos económico-

político en su conformación, desde su fundación hasta mediados del s. XX”.

Por: Pacheco Rosales Aarón Alejandro


Grupo: 1102
Historia del arte I

Como alumnos de la Licenciatura en artes visuales dentro de la Facultad de Artes y Diseño,


es de suma importancia que comprendamos el desarrollo histórico en el cual se ha visto
envuelta nuestra ya mencionada Facultad. Para cumplir con lo anteriormente mencionado,
se planea reseñar la conformación de la academia de San Carlos, contemplando
los aspectos económicos y políticos.
Según las investigaciones realizadas por Báez (2008) antes de la creación de la Real
Academia de San Carlos, hubo dos intentos por abrir escuelas de artes; el problema recayó
en que los artistas creyeron que, como en el barroco, podían abrir academias con su propio
impulso aun estando en pleno siglo del absolutismo. Además de esto, encontramos que la
segunda escuela, cuyo intento de fundación fue por el criollo Oaxaqueño Miguel Cabrera,
arrastraba consigo el racismo, pues se habían redactado unos estatutos en los que se
daban absurdas disposiciones para seleccionar a los estudiantes (Garibay, 1990), mientras
que para ingresar a la academia de San Carlos, cuyas puertas abrieron el 4 de Noviembre
de 1781, no importaba la clase social (Fuentes, 1998).
La Academia de San Carlos nació sin problemas económicos, sin embargo tras la
independencia esto cambió pues ya no tenían la bonanza del rey y durante trece meses
no pudieron pagar a empleados (Báez, 2008) y tuvieron que cerrar las puertas en 1821;
más tarde, en 1824, esta fue abierta de nuevo gracias a Lucas Alamán y una reducción
dramática económica (Báez, 2008; Garibay, 1990).
Garibay (1990) menciona en su libro que en 1834 hubo una crisis aguda para la
academia, aunque no aborda más en ello. Tras esta crisis, según el mismo Garibay (1990)
y Galván (2001) Don Javier Echeverría, quien en su momento fue director de la Academia,
logró que el gobierno de Santa Ana reorganizara en 1843 la Academia, por lo que esta
disfruto de una prosperidad, que según Garibay (1990), nunca había tenido ni se ha vuelto
a tener.
La presencia de Maximiliano, Juárez y Porfirio en la academia es resumible en un solo
párrafo, puesto que Garibay (1990) menciona, el primero de los anteriormente mencionados
no hizo más que elogios y ofrecimientos de apoyo que quedaron en palabras; Por otro lado
Juárez no fue favorable para la Academia puesto que él necesitaba recuperar la estabilidad
política de un país varias veces ultrajado por intervenciones extranjeras, y esto lo hizo
liquidando el sentido europeizante de la Academia de San Carlos, para que el país
encontrara su propia identidad; por último, Porfirio tampoco favoreció a la academia porque
el presidente contrataba artistas franceses e italianos, lo cual se ve fuertemente reflejado
en las construcciones arquitectónicas del momento.
Tras lo anterior, La academia se incorporó a la Universidad Nacional de México en 1910.
Un año después de que San Carlos se incorporara a la universidad mencionada, en 1911
se produjo una huelga contra los métodos académicos y fue encabezada por, en aquel
momento estudiante, David Alfaro Siqueiros; esta huelga consiguió establecer escuelas al
aire libre, de entre las que existieron -las que me parece más importante mencionar- la
primera en funcionar que fue la de Santa Anita y la de Xochimilco que apareció después
(Garibay, 1990).
Más tarde, la Universidad Nacional de México, en 1929, consiguió su autonomía; con
esto la Academia se dividió en la Escuela Nacional de Arquitectura, que en 1953 se mudó
a Ciudad Universitaria; y en la Escuela Central de Artes Plásticas, que cambió su nombre
sencillamente a Escuela Nacional de Artes Plásticas en 1933 y que se mudó a Xochimilco
en 1979 (Garibay, 1990).
Como pudimos analizar, la Real Academia de San Carlos -como fue nombrada en un
principio según las investigaciones de Báez (2008)- atravesó por cambios políticos radicales
de un país entero; lo que intervino en la economía de la academia, la forma de gobierno así
como la enseñanza dentro de esta y muy ligado a lo anterior, los variados nombres que
tuvo a través del tiempo.
Bibliografía:

 Báez Macías, Eduardo. (2008). Historia de la Escuela Nacional de Bellas Artes:


Antigua Academia de San Carlos, 1781-1910. México: UNAM, Escuela Nacional de
Artes Plásticas.
 Fuentes Rojas, Elizabeth. (1998). Primeros directores oficiales, memoria gráfica.
México: UNAM, Escuela Nacional de Artes Plásticas.
 Garibay S., Roberto. (1990). Breve historia de la Academia de San Carlos y de la
Escuela Nacional de Artes Plásticas. México: UNAM, Escuela Nacional de Artes
Plásticas.

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