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LEYENDA DEL SOMBRERÓN

Se afirma en la tradición oral que El Sombrerón recorre las calles y los barrios de Guatemala
acompañado de cuatro mulas. Su propósito es enamorar a jóvenes mujeres, especialmente a
las de ojos grandes y cabello largo. Las enamora y atrae interpretando canciones con su
dulce voz y los mejores acordes de su guitarra.
Se dice que este ser concreta su hechizo al amarrar las cuatro mulas frente a la casa de la
joven de la cual se ha enamorado. Las jóvenes al notar la presencia de El Sombrerón,
quedan embrujadas e hipnotizadas por él, quien luego las persigue, les trenza el cabello, no
las deja comer ni dormir.

POESÍA
LAS SEIS CUERDAS DE FEDERICO GARCÍA LORCA
La guitarra
hace llorar a los sueños.
El sollozo de las almas
perdidas
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula,
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.
“BOTELLA AL MAR”, DE MARIO BENEDETTI
Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.

CUENTOS
TÍO TIGRE Y TÍO CONEJO
Una calurosa mañana, se encontraba Tío Conejo recolectando zanahorias para el almuerzo.
De repente, escuchó un rugido aterrador: ¡era Tío Tigre!
—¡Ajá, Tío Conejo! —dijo el felino—. No tienes escapatoria, pronto te convertirás en un
delicioso bocadillo.
En ese instante, Tío Conejo notó unas piedras muy grandes en lo alto de la colina e ideó un
plan.
—Puede que yo sea un delicioso bocadillo, pero estoy muy flaquito —dijo Tío Conejo—. Mira
hacia la cima de la colina, ahí tengo mis vacas y te puedo traer una. ¿Por qué conformarte
con un pequeño bocadillo, cuando puedes darte un gran banquete?
Como Tío Tigre se encontraba de cara al
sol, no podía ver con claridad y aceptó la
propuesta. Entonces le permitió a Tío
Conejo ir colina arriba mientras él
esperaba abajo.
Al llegar a la cima de la colina, Tío
Conejo gritó:
—Abre bien los brazos Tío Tigre, estoy
arreando la vaca más gordita.
Entonces, Tío Conejo se acercó a la
piedra más grande y la empujó con todas
sus fuerzas. La piedra rodó rápidamente.
Tío Tigre estaba tan emocionado que no
vio la enorme piedra que lo aplastó,
dejándolo adolorido por meses.
Tío Conejo huyó saltando de alegría.
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
Durante todo un verano, una cigarra se dedicó a cantar y a jugar sin preocuparse por nada.
Un día, vio pasar a una hormiga con un enorme grano de trigo para almacenarlo en su
hormiguero.
La cigarra, no contenta con cantar y jugar, decidió burlarse de la hormiga y le dijo:
—¡Qué aburrida eres!, deja de trabajar y dedícate a disfrutar.
La hormiga, que siempre veía a la cigarra descansando, respondió.
—Estoy guardando provisiones para cuando llegue el invierno, te aconsejo que hagas lo
mismo.
—Pues yo no voy a preocuparme por nada —dijo la cigarra—, por ahora tengo todo lo que
necesito.
Y continuó cantando y jugando.
El invierno no tardó en llegar y la cigarra no encontraba comida por ningún lado.
Desesperada, fue a tocar la puerta de la hormiga y le pidió algo de comer:
—¿Qué hiciste tú en el verano mientras yo trabajaba? —preguntó la hormiga.
—Andaba cantando y jugando —contestó la cigarra.
—Pues si cantabas y jugabas en verano —repuso la hormiga—, sigue cantando y jugando en
el invierno.
Dicho esto, cerró la puerta.
La cigarra aprendió a no burlarse de los demás y a trabajar con disciplina.
TRABALENGUAS
Cosas de querer
Cómo quieres que te quiera,
si el que quiero no me quiere,
no me quiere como quiero que me quiera.

El perro de San Roque


El perro de San Roque no tiene rabo
porque Ramón Ramírez se lo ha cortado.
Y al perro de Ramón Ramírez, ¿quién el rabo le
ha cortado?

REFRANES

“No hay mal


que dure cien años”.

“A mal tiempo,
buena cara”.
+FABULAS
LA MOSCA Y LA POLILLA
Una noche cualquiera, una mosca se posó sobre un
frasco rebosante de miel y comenzó a comerla
alrededor del borde. Poco a poco, se alejó del borde
y entró desprevenida en el frasco, hasta quedar
atrapada en el fondo. Sus patas y alas se habían
pegado con la miel y no podía moverse.
Justo en ese momento, una polilla pasó volando y,
al ver la mosca forcejear para liberarse, dijo:
—¡Oh, mosca insensata! ¿Era tanto tu apetito que
terminaste así? Si no fueras tan glotona estarías en
mejores condiciones.
La pobre mosca no tenía cómo defenderse de las
certeras palabras de la polilla y siguió luchando. Al
cabo de unas horas, vio a la Polilla volando alrededor de una fogata, atraída por las llamas;
la polilla volaba cada vez más cerca de estas, hasta que se quemó las alas y no pudo volver
a volar.
—¿Qué? —dijo la mosca—. ¿Eres insensata también? Me criticaste por comer miel; sin
embargo, toda tu sabiduría no te impidió jugar con fuego.
Moraleja: Piensa en tus propios errores antes de criticar a los demás.

RONDA
Yo tenía 10 perritos, yo tenía 10 perritos,
uno se quedó en la nieve:
solo me quedaron 9.
De los 9 que quedaban, de los 9 que quedaban,
uno se tragó un bizcocho:
no me quedan más que 8.
De los 8 que quedaban, de los 8 que quedaban,
uno se fue en un cohete:
solo me quedaron 7.
De los 7 que quedaban, de los 7 que quedaban,
uno se comió un ciempiés:
no me quedan más que 6.
De los 6 que me quedaban, de los 6 que me quedaban,
uno se golpeó el hocico:
solo me quedaron 5.
De los 5 que quedaban, de los 5 que quedaban,
uno se perdió en el teatro:
nada más me quedan 4
De los 4 que quedaban, de los 4 que quedaban,
uno se volteó al revés:
solo me quedaron 3.
De los 3 que me quedaban, de los 3 que me quedaban,
a uno lo atacó la tos:
y ahora solo quedan 2.
De los 2 que yo tenía, de los 2 que yo tenía,
uno se lo llevó Bruno:
¡ay!, que solo queda 1.
El perro que me quedaba, el perro que me quedaba,
se fue a acampar al cerro:
¡ya no tengo ningún perro!
.

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