Definición: Catecismo de la Iglesia Católica El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como El pecado es una palabra, un pensamiento, un acto, un deseo o una omisión contrarios al plan de felicidad que Dios tiene para el hombre. El pecado es una ofensa a Dios: “Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces” (Sal 51, 6). El pecado se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de Él nuestros corazones. Como el primer pecado, es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse “como dioses”, pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal (Gn 3, 5). El pecado es así “amor de sí hasta el desprecio de Dios” (San Agustín, De civitate Dei, 14, 28). Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación La raíz del pecado está en el corazón del hombre, en su libre voluntad, según la enseñanza del Señor: Por que mancha el alma el pecado: Respondo: La mancha se dice propiamente de las cosas corpóreas, cuando un cuerpo limpio pierde su esplendor por el contacto con otro cuerpo, v. gr., el vestido, el oro, la plata u otro semejante. En las cosas espirituales se debe hablar de mancha por analogía con esta mancha. Ahora bien, el alma humana posee un doble esplendor: uno por el resplandor de la luz de la razón natural, por la cual se dirige en sus actos; y otro, por el resplandor de la luz divina, esto es, de la sabiduría y de la gracia, por la cual también el hombre se perfecciona para obrar bien y decorosamente. Mas hay como un cierto contacto del alma cuando se adhiere a algunas cosas por el amor. Pero cuando peca, se adhiere a algunas cosas contra la luz de la razón y de la ley divina, como es claro por lo dicho anteriormente (q.71 a.6). De ahí que metafóricamente se llama mancha del alma el mismo menoscabo de su esplendor, proveniente de tal contacto. ¿Permanece la mancha en el alma después del acto pecaminoso? Respondo: La mancha del pecado queda en el alma pasado el acto del pecado. La razón de ello es que la mancha, como hemos dicho (a.l), implica una cierta falta de esplendor por el alejamiento de la luz de la razón o de la ley divina. Y por eso, mientras el hombre permanece fuera de esta luz, permanece en él la mancha del pecado; pero, después que por la gracia vuelve a la luz divina y a la luz de la razón, entonces cesa la mancha. Mas aunque cese el acto pecaminoso, por el cual el hombre se apartó de la luz de la razón y de la ley divina, sin embargo, no vuelve el hombre inmediatamente al estado en que estaba, sino que se requiere un movimiento de la voluntad contrario al movimiento anterior. Así como si uno se distanció de otro moviéndose (localmente), no se acerca a él inmediatamente al cesar dicho movimiento, sino que debe acercarse, volviendo con un movimiento contrario.
La culpa es la mancha que queda en el alma
después del pecado. La pena es el castigo que se merece al haber pecado.
La CULPA, sea grave o leve, se perdona con el
arrepentimiento del hombre y el Sacramento de la Reconciliación al igual que la PENA ETERNA que se produjo por el pecado mortal, y que nos priva de la comunión con Dios.
Como dijimos: La PENA ETERNA debida por los
pecados mortales, se perdona junto con la culpa (grave o leve) en el sacramento de la Reconciliación, que hace desaparecer el estado de enemistad que había entre el pecador y su Creador; más no así la PENA TEMPORAL.
La Iglesia enseña que por medio de la
penitencia impuesta y cumplida en el sacramento de la Reconciliación, el pecador obtiene el perdón de una parte de esa PENA TEMPORAL, pero queda debiendo la otra parte y para borrarla hay que seguir otros caminos.
Uno de ellos es la realización de obras que la
Iglesia señala como la limosna, el ayuno y la oración; la aceptación voluntaria y humilde de los males o sufrimientos que Dios nos permite vivir aquí en la tierra, otra es la recepción -con las debidas disposiciones- del sacramento de la Unción de Enfermos; y por último con las INDULGENCIAS, medio que el amor sin medida de Dios ofrece al hombre y que la Iglesia ofrece a sus hijos como última oportunidad de evitar las penas temporales del purgatorio y acelerar la entrada en la vida eterna al dejar este mundo. La Iglesia enseña lo siguiente:
Las INDULGENCIAS no liberan al hombre de
ninguna CULPA, ni grave ni leve, ni perdonan la PENA ETERNA. Para liberarse de la culpa y de la pena eterna, son necesarios el arrepentimiento y el Sacramento de la Reconciliación. Las indulgencias liberan al hombre, en cambio, de la PENA TEMPORAL.
Para que se produzca este efecto, se requiere
siempre que antes haya sido perdonada la CULPA en el sacramento de Reconciliación.
Una INDULGENCIA es:
1471 "La indulgencia es la remisión ante Dios
de la PENA TEMPORAL por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos" (Pablo VI, Const. ap. Indulgentiarum doctrina, normas 1).
"La indulgencia es parcial o plenaria según
libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente". "Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias" (CIC can 994).
Tipos de Indulgencias:
Existen dos tipos o clases de indulgencias: las
PLENARIAS, que liberan al hombre plenamente de la PENA TEMPORAL; y las PARCIALES, que saldan SÓLO UNA PARTE de esa pena.
En conclusión, con las indulgencias, sobre
todo si se trata de una indulgencia plenaria, te vas derechito al Paraíso sin tener que pasar por el Purgatorio. (Solo si antes la persona acudió al sacramento de Reconciliación y le fueron perdonadas la culpa grave o leve, así como la pena eterna). Por lo tanto, no es necesario que todo hombre pase por el Purgatorio antes de ir al Cielo.
CUALQUIER PECADO ES PERDONADO EN LA
TIERRA A TRAVÉS DEL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN (con excepción de la blasfemia contra el Espiritu Santo). ES PERDONADA LA CULPA YA SEA GRAVE O LEVE, ASÍ COMO TAMBIÉN ES PERDONADA LA PENA ETERNA MAS NO ASÍ CON LA PENA TEMPORAL QUE SOLO ES REMISIBLE CON LAS INDULGENCIAS U OTRAS OBRAS DE CARIDAD YA MENCIONADAS.