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PROCESOS ESPECIALES

TEMA 13

PROCESOS SOBRE CAPACIDAD Y FILIACION.

PROCESOS SOBRE CAPACIDAD Y FILIACION

I. INTRODUCCIÓN

La LEC regula en su libro IV una serie de procesos especiales caracterizados porque se


rigen por normas imperativas de Derecho Privado: los procesos de capacidad, filiación,
matrimonio y menores, división judicial de patrimonios y monitorio y cambiario.

La voluntad del legislador es doble: por un lado, ha querido establecer procesos especiales
imprescindibles. muchos de ellos justificados por sus indiscutibles particularidades y por
otra, acabar con la dispersión normativa que existía.

En cualquier caso, se trata de procesos declarativos, radicando su especialidad en el


carácter indisponible del objeto y en ser relativos al estado civil, o en servir de cauce a la
división de patrimonios (división de herencias o liquidación del régimen económico
matrimonial) o en conferir una tutela privilegiada del crédito (juicios monitorio y cambiario).

En relación al primero de este grupo de procedimientos especiales, en atención a las


especiales características que tienen las personas objeto de estas actuaciones procesales,
que son más débiles o vulnerables se estima necesaria una regulación con especialidades
que refuerzan la idea de procesos no dispositivos.

A estos procedimientos de capacidad, maternidad, paternidad y filiación se añaden los


procesos matrimoniales por la especial relevancia de los hijos menores o incapaces y la
necesidad de velar por sus intereses.

II. CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LOS PROCESOS CAPACIDAD,


MATERNIDAD, PATERNIDAD Y FILIACIÓN Y PROCESOS MATRIMONIALES

Objeto indisponible, principios inquisitivos y de oficio en contraposición a los principios


dispositivos y de aportación de parte característicos del proceso civil.

Se prohíbe la renuncia, allanamiento, transacción excepto en pretensiones que sí son


disponibles y que se refieren a aspectos patrimoniales en separación y divorcio. Para el
desistimiento se precisa la conformidad del MF.

Los hechos debatidos y probados pueden ser introducidos en cualquier momento de la


tramitación del procedimiento.

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- Partes

Comienzan siempre a instancia de parte, nunca de oficio.

Legitimación del MF activa o pasiva. Su función principal es velar por el interés superior
de la persona afectada “tomar parte en defensa de la ley y del interés público y social
en los procesos relativos al estado civil y a los demás en que establezca la Ley” o
“asumir la representación y defensa en juicio de quienes por carecer de capacidad de
obrar o de representación legal no pudieran actuar por sí mismos. Por lo tanto, le
corresponde actuar o bien en representación de alguna de las partes o bien como mero
interviniente.

El MF puede actuar como parte activa instando la declaración de incapacidad, como


sustituto de los que perciben alimentos del pródigo o están en situación de
reclamárselos instando la declaración de prodigalidad, como representante o defensor
del presunto incapaz o pródigo o como interviniente vigilando la regularidad del proceso.

La ley determina la legitimación activa y pasiva de las partes que es muy restrictiva

Necesidad siempre de abogado y procurador.

- Prueba

Normas especiales sobre hechos y valoración de la prueba

Como especialidad sobre los hechos es independiente el momento en que hubieran sido
alegados o introducidos en el procedimiento.

En cuanto a la prueba, junto con las pruebas propuestas por las partes y por el Ministerio
Fiscal el tribunal podrá decretar de oficio cuantas estime oportunas (art. 752.1 II LEC).
La conformidad de las partes no le vincula, el silencio o las respuestas evasivas no
presuponen dar por probados los hechos sobre los que se pregunta.

No existen reglas de valoración legal.

- Procedimiento

Por los trámites del juicio verbal, si bien la contestación a la demanda se realizará por
escrito en el plazo de veinte días al igual que en el proceso ordinario.

Son de tramitación preferente en caso de menores, incapaces o ausencia legal

Se puede excluir la publicidad de determinados actos orales, acordándose que la vista


se celebre a puerta cerrada y que las actuaciones sean reservadas.

En la celebración de la vista, una vez practicadas las pruebas el Tribunal permitirá a las
partes formular oralmente sus conclusiones.

Las sentencias se inscriben de oficio en los Registros Públicos correspondientes

Las sentencias no son susceptibles de ejecución provisional excepto en cuestiones


patrimoniales.
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En procedimientos matrimoniales en determinados casos de violencia sobre la mujer el
Juez pierde su competencia en favor del Juez VsM (competencia exclusiva y excluyente
conforme determina el artículo 49 bis LOPJ)

- Procesos

Todos regulados en el Libro IV de la LEC.


Se trata de procesos relativos a la capacidad de las personas, capacidad, filiación,
maternidad y paternidad, nulidad, separación y divorcio (y modificación de medidas),
guarda y custodia de hijos menores o sobre alimentos reclamados por un progenitor
contra otro en nombre de sus hijos menores, reconocimiento de eficacia civil de
resoluciones o decisiones eclesiásticas en materia matrimonial, restitución de menores
en casos de sustracción internacional, oposición a resoluciones administrativas en
materia de protección de menores y necesidad de asentimiento en la adopción.

III. PROCESOS SOBRE LA CAPACIDAD DE LAS PERSONAS.

Históricamente estos procedimientos especiales tenían por finalidad modificar la capacidad


de la persona que no puede gobernarse por sí misma o administrar sus bienes
determinando la extensión y límites de dicha restricción de capacidad.

También tenían por objeto modificar dicha declaración de incapacidad o reintegrar la


capacidad de una persona ya declarada incapaz

La Ley 8/2021, de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para el
apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica supone un
importante cambio en el tratamiento de la materia.

La presente Ley supone un hito fundamental en el trabajo de adaptación de nuestro


ordenamiento a la Convención de Nueva York de 13 de diciembre de 2006 sobre los
derechos de las personas con discapacidad, así como en la puesta al día de nuestro
Derecho interno en un tema, como es el del respeto al derecho de igualdad de todas las
personas en el ejercicio de su capacidad jurídica.

La nueva regulación está inspirada, como nuestra Constitución en su artículo 10 exige, en


el respeto a la dignidad de la persona, en la tutela de sus derechos fundamentales y en el
respeto a la libre voluntad de la persona con discapacidad, así como en los principios de
necesidad y proporcionalidad de las medidas de apoyo que, en su caso, pueda necesitar
esa persona para el ejercicio de su capacidad jurídica en igualdad de condiciones con los
demás.

Esta Ley reforma Ley del Notariado con ocho apartados; el Código Civil; la Ley Hipotecaria,
la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, la Ley 41/2003, de 18 de noviembre,
de protección patrimonial de las personas con discapacidad y de modificación del Código
Civil, de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la Normativa Tributaria con esta finalidad; la Ley
20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil,o la Ley 15/2015, de 2 de julio, de la Jurisdicción
Voluntaria y Código de Comercio
El Título XI del Libro Primero del Código Civil se redacta de nuevo y pasa a rubricarse «De
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las medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio de su capacidad
jurídica», de suerte que el elemento sobre el que pivota la nueva regulación no va a ser la
incapacitación de quien no se considera suficientemente capaz. Muy al contrario, la idea
central del nuevo sistema es la de apoyo a la persona que lo precise, apoyo que, recuerda,
es un término amplio que engloba todo tipo de actuaciones: desde el acompañamiento
amistoso, la ayuda técnica en la comunicación de declaraciones de voluntad, la ruptura de
barreras arquitectónicas y de todo tipo, el consejo, o incluso la toma de decisiones
delegadas por la persona con discapacidad. Cabe añadir, incluso, que en situaciones donde
el apoyo no pueda darse de otro modo y solo ante esa situación de imposibilidad, este
pueda concretarse en la representación en la toma de decisiones. Es importante señalar
que podrá beneficiarse de las medidas de apoyo cualquier persona que las precise, con
independencia de si su situación de discapacidad ha obtenido algún reconocimiento
administrativo. Es también relevante que, a diferencia de lo que hacían los códigos
decimonónicos, más preocupados por los intereses patrimoniales de la persona que por la
protección integral de esta, la nueva regulación trata de atender no solo a los asuntos de
naturaleza patrimonial, sino también a los aspectos personales, como pueden ser los
relativos a decisiones sobre las vicisitudes de su vida ordinaria –domicilio, salud,
comunicaciones, etc.–.

No se trata, pues, de un mero cambio de terminología que relegue los términos tradicionales
de «incapacidad» e «incapacitación» por otros más precisos y respetuosos, sino de un
nuevo y más acertado enfoque de la realidad, que advierta algo que ha pasado durante
mucho tiempo desapercibido: que las personas con discapacidad son titulares del derecho
a la toma de sus propias decisiones, derecho que ha de ser respetado; se trata, por tanto,
de una cuestión de derechos humanos. Y es que muchas limitaciones vinculadas
tradicionalmente a la discapacidad no han procedido de las personas afectadas por ella,
sino de su entorno: barreras físicas, comunicacionales, cognitivas, actitudinales y jurídicas
que han cercenado sus derechos y la posibilidad de su ejercicio. La reforma normativa
impulsada por esta Ley debe ir unida, por ello, a un cambio del entorno, a una
transformación de la mentalidad social y, especialmente, de la de aquellos profesionales
del Derecho –jueces y magistrados, personal al servicio de la Administración de Justicia,
notarios, registradores– que han de prestar sus respectivas funciones, a requerimiento de
las personas con discapacidad, partiendo de los nuevos principios y no de visiones
paternalistas que hoy resultan periclitadas

El Título XI del Libro Primero del Código Civil se redacta de nuevo y pasa a rubricarse «De
las medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio de su capacidad
jurídica». El elemento central de la nueva regulación no será ya la incapacitación de quien
no se considera suficientemente capaz ni la modificación de una capacidad que es
inherente a su condición de persona humana sino el apoyo a la persona que lo precise.

Este apoyo engloba todo tipo de actuaciones: el acompañamiento amistoso, la ayuda


técnica en la comunicación de declaraciones de voluntad, la ruptura de barreras
arquitectónicas y de todo tipo, el consejo, o incluso la toma de decisiones delegadas. En
situaciones donde el apoyo no pueda darse de otro modo, éste podrá concretarse en la
representación en la toma de decisiones.

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Podrá beneficiarse de las medidas de apoyo cualquier persona que las precise, con
independencia de si su situación de discapacidad ha obtenido algún reconocimiento
administrativo. Y la nueva regulación trata de atender no solo asuntos de naturaleza
patrimonial sino también aspectos personales, como los relativos a decisiones sobre las
vicisitudes de su vida ordinaria

La nueva regulación otorga preferencia a las medidas voluntarias, es decir, tomadas por la
propia persona con discapacidad. Dentro de ellas adquieren especial importancia los
poderes y mandatos preventivos, así como la posibilidad de la autocuratela. Se refuerza
además la figura de la guarda de hecho, que se transforma en una institución jurídica de
apoyo y deja de ser una situación provisional cuando resulta adecuada para la salvaguarda
de los derechos de la persona con discapacidad. Cuando se requiera que el guardador
realice una actuación representativa, se prevé la necesidad de que obtenga una
autorización judicial ad hoc, previo examen de las circunstancias.

La institución objeto de una regulación más detenida es la curatela, que será


primordialmente de naturaleza asistencial; sólo excepcionalmente podrán atribuirse al
curador funciones representativas.

Se eliminan del ámbito de la discapacidad la tutela, la patria potestad prorrogada y la patria


potestad rehabilitada, que la nueva ley considera figuras demasiado rígidas y poco
adaptadas al sistema de promoción de la autonomía de las personas adultas con
discapacidad.

El nuevo texto recoge también la figura del defensor judicial, prevista para situaciones en
que exista conflicto de intereses entre la figura de apoyo y la persona con discapacidad o
imposibilidad coyuntural de que la figura de apoyo habitual lo ejerza.

Todas las medidas de apoyo adoptadas judicialmente serán revisadas periódicamente en


un plazo máximo de tres años, o en casos excepcionales de hasta seis, y en todo caso ante
cualquier cambio en la situación de la persona que pueda requerir su modificación.

IV. PROCEDIMIENTOS REGULADOS LEY 8/2021 de 2 de junio. DISTINGUE ENTRE


MEDIDAS PREVISTAS PARA MENORES TITULO XI (TUTELA, DEFENSOR
JUDICIAL Y GUARDA DE HECHO), REGULACIÓN DE LA MAYORÍA DE EDAD Y
EMANCIPACICÓN Y MEDIDAS DE APOYO A PERSONAS CON DISCAPACIDAD
TÍTULO XI (CURATELA, GUARDA DE HECHO Y DEFENSOR JUDICIAL).

a. PROCEDIMIENTOS PARA MENORES.

TUTELA (CAPITULO I LIBRO IX CÓDIGO CIVIL)

Prevista para menores no emancipados en situación de desamparo y menores


no emancipados no sujetos a patria potestad.

Están obligados a promoverla los parientes llamados a ella y la persona física y


jurídica bajo cuya guarda se encuentre el menor.

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Tramitación tutela mediante expediente de jurisdicción voluntaria En relación con
el expediente para el nombramiento de tutor (para el menor) o curador (para la
persona con discapacidad), se modifica el procedimiento para la rendición de
cuentas: por un lado, la comparecencia ante el juez sólo será necesaria cuando
algún interesado lo solicite; por otro, se permite que el tribunal ordene de oficio
una prueba pericial contable o de auditoría aun cuando nadie haya solicitado la
comparecencia, si en el informe se describieran operaciones complejas o que
requieran una justificación técnica.

DEFENSOR JUDICIAL DEL MENOR (CAPITULO II LIBRO IX CÓDIGO CIVIL)

Artículo 235.

Se nombrará un defensor judicial del menor en los casos siguientes:

1.º Cuando en algún asunto exista conflicto de intereses entre los menores y sus
representantes legales, salvo en los casos en que la ley prevea otra forma de
salvarlo.

2.º Cuando, por cualquier causa, el tutor no desempeñare sus funciones, hasta
que cese la causa determinante o se designe otra persona.

3.º Cuando el menor emancipado requiera el complemento de capacidad previsto


en los artículos 247 y 248 y a quienes corresponda prestarlo no puedan
hacerlo o exista con ellos conflicto de intereses.

Artículo 236.

Serán aplicables al defensor judicial del menor las normas del defensor judicial
de las personas con discapacidad. El defensor judicial del menor ejercerá su
cargo en interés del menor, de acuerdo con su personalidad y con respeto a sus
derechos.

GUARDA DE HECHO DEL MENOR (CAPITULO III LIBRO IX CÓDIGO CIVIL)

Artículo 237.

1. Cuando la autoridad judicial tenga conocimiento de la existencia de un


guardador de hecho podrá requerirle para que informe de la situación de la
persona y los bienes del menor y de su actuación en relación con los mismos,
pudiendo establecer las medidas de control y vigilancia que considere
oportunas.

Cautelarmente, mientras se mantenga la situación de guarda de hecho y hasta


que se constituya la medida de protección adecuada, si procediera, se podrán
otorgar judicialmente facultades tutelares a los guardadores. Igualmente se
podrá constituir un acogimiento temporal, siendo acogedores los
guardadores.

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2. Procederá la declaración de situación de desamparo de los menores cuando,
además de esta circunstancia, se den los presupuestos objetivos de falta de
asistencia contemplados en el artículo 172.

En los demás casos, el guardador de hecho podrá promover la privación o


suspensión de la patria potestad, remoción de la tutela o el nombramiento de
tutor.

Artículo 238.
Serán aplicables a la guarda de hecho del menor, con carácter supletorio, las
normas de la guarda de hecho de las personas con discapacidad.

b. PROCEDIMIENTOS REGULADOS LEY 8/2021 DE 2 DE JUNIO: MAYOR


EDAD Y EMANCIPACION (TÍTULO X CÓDIGO CIVIL)

Artículo 239.

La emancipación tiene lugar:

1.º Por la mayor edad.

2.º Por concesión de los que ejerzan la patria potestad.

3.º Por concesión judicial.

Artículo 240.

La mayor edad empieza a los dieciocho años cumplidos.

Para el cómputo de los años de la mayoría de edad se incluirá completo el día


del nacimiento.

Artículo 241.

Para que tenga lugar la emancipación por concesión de quienes ejerzan la patria
potestad, se requiere que el menor tenga dieciséis años cumplidos y que la
consienta. Esta emancipación se otorgará por escritura pública o por
comparecencia ante el encargado del Registro Civil.

c. MEDIDAS DE APOYO A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD PARA EL


EJERCICIO DE SU CAPACIDAD JURÍDICA (TÍTULO XI DEL CÓDIGO
CIVIL, ARTÍCULOS 249 Y SIGUIENTES)

Artículo 249.

Las medidas de apoyo a las personas mayores de edad o menores emancipadas


que las precisen para el adecuado ejercicio de su capacidad jurídica tendrán por
finalidad permitir el desarrollo pleno de su personalidad y su desenvolvimiento
jurídico en condiciones de igualdad. Estas medidas de apoyo deberán estar
inspiradas en el respeto a la dignidad de la persona y en la tutela de sus derechos
fundamentales. Las de origen legal o judicial solo procederán en defecto o
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insuficiencia de la voluntad de la persona de que se trate. Todas ellas deberán
ajustarse a los principios de necesidad y proporcionalidad.

Las personas que presten apoyo deberán actuar atendiendo a la voluntad,


deseos y preferencias de quien lo requiera. Igualmente procurarán que la persona
con discapacidad pueda desarrollar su propio proceso de toma de decisiones,
informándola, ayudándola en su comprensión y razonamiento y facilitando que
pueda expresar sus preferencias. Asimismo, fomentarán que la persona con
discapacidad pueda ejercer su capacidad jurídica con menos apoyo en el futuro.

En casos excepcionales, cuando, pese a haberse hecho un esfuerzo


considerable, no sea posible determinar la voluntad, deseos y preferencias de la
persona, las medidas de apoyo podrán incluir funciones representativas. En este
caso, en el ejercicio de esas funciones se deberá tener en cuenta la trayectoria
vital de la persona con discapacidad, sus creencias y valores, así como los
factores que ella hubiera tomado en consideración, con el fin de tomar la decisión
que habría adoptado la persona en caso de no requerir representación.

La autoridad judicial podrá dictar las salvaguardas que considere oportunas a fin
de asegurar que el ejercicio de las medidas de apoyo se ajuste a los criterios
resultantes de este precepto y, en particular, atienda a la voluntad, deseos y
preferencias de la persona que las requiera.

Artículo 250.

Las medidas de apoyo para el ejercicio de la capacidad jurídica de las personas


que lo precisen son, además de las de naturaleza voluntaria, la guarda de hecho,
la curatela y el defensor judicial.

La función de las medidas de apoyo consistirá en asistir a la persona con


discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica en los ámbitos en los que
sea preciso, respetando su voluntad, deseos y preferencias.

Las medidas de apoyo de naturaleza voluntaria son las establecidas por la


persona con discapacidad, en las que designa quién debe prestarle apoyo y con
qué alcance. Cualquier medida de apoyo voluntaria podrá ir acompañada de las
salvaguardas necesarias para garantizar en todo momento y ante cualquier
circunstancia el respeto a la voluntad, deseos y preferencias de la persona.

La guarda de hecho es una medida informal de apoyo que puede existir cuando
no haya medidas voluntarias o judiciales que se estén aplicando eficazmente.

La curatela es una medida formal de apoyo que se aplicará a quienes precisen el


apoyo de modo continuado. Su extensión vendrá determinada en la
correspondiente resolución judicial en armonía con la situación y circunstancias
de la persona con discapacidad y con sus necesidades de apoyo.

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El nombramiento de defensor judicial como medida formal de apoyo procederá
cuando la necesidad de apoyo se precise de forma ocasional, aunque sea
recurrente.

Al determinar las medidas de apoyo se procurará evitar situaciones en las que se


puedan producir conflictos de intereses o influencia indebida.

No podrán ejercer ninguna de las medidas de apoyo quienes, en virtud de una


relación contractual, presten servicios asistenciales, residenciales o de
naturaleza análoga a la persona que precisa el apoyo.

d. PROCESOS PARA MAYORES DE EDAD (CAPÍTULO III TÍTULO XI


CÓDIGO CIVIL)

GUARDIA DE HECHO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Artículo 263.

Quien viniere ejerciendo adecuadamente la guarda de hecho de una persona con


discapacidad continuará en el desempeño de su función incluso si existen
medidas de apoyo de naturaleza voluntaria o judicial, siempre que estas no se
estén aplicando eficazmente.

(CAPÍTULO IV)

LA CURATELA

Artículo 268.

Las medidas tomadas por la autoridad judicial en el procedimiento de provisión


de apoyos serán proporcionadas a las necesidades de la persona que las precise,
respetarán siempre la máxima autonomía de esta en el ejercicio de su capacidad
jurídica y atenderán en todo caso a su voluntad, deseos y preferencias.

Las medidas de apoyo adoptadas judicialmente serán revisadas periódicamente


en un plazo máximo de tres años. No obstante, la autoridad judicial podrá, de
manera excepcional y motivada, en el procedimiento de provisión o, en su caso,
de modificación de apoyos, establecer un plazo de revisión superior que no podrá
exceder de seis años.
Sin perjuicio de lo anterior, las medidas de apoyo adoptadas judicialmente se
revisarán, en todo caso, ante cualquier cambio en la situación de la persona que
pueda requerir una modificación de dichas medidas.

e. PROCEDIMIENTOS PARA MENORES.

LA CURATELA

Artículo 269.

La autoridad judicial constituirá la curatela mediante resolución motivada cuando


no exista otra medida de apoyo suficiente para la persona con discapacidad.
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La autoridad judicial determinará los actos para los que la persona requiere
asistencia del curador en el ejercicio de su capacidad jurídica atendiendo a sus
concretas necesidades de apoyo.

Sólo en los casos excepcionales en los que resulte imprescindible por las
circunstancias de la persona con discapacidad, la autoridad judicial determinará
en resolución motivada los actos concretos en los que el curador habrá de asumir
la representación de la persona con discapacidad.

Los actos en los que el curador deba prestar el apoyo deberán fijarse de manera
precisa, indicando, en su caso, cuáles son aquellos donde debe ejercer la
representación. El curador actuará bajo los criterios fijados en el artículo 249.

En ningún caso podrá incluir la resolución judicial la mera privación de derechos.

Artículo 275.

Podrán ser curadores las personas mayores de edad que, a juicio de la autoridad
judicial, sean aptas para el adecuado desempeño de su función.

Asimismo, podrán ser curadores las fundaciones y demás personas jurídicas sin
ánimo de lucro, públicas o privadas, entre cuyos fines figure la promoción de la
autonomía y asistencia a las personas con discapacidad.

Artículo 276.

La autoridad judicial nombrará curador a quien haya sido propuesto para su


nombramiento por la persona que precise apoyo o por la persona en quien esta
hubiera delegado, salvo que concurra alguna de las circunstancias previstas en
el párrafo segundo del artículo 272. La autoridad judicial estará también a lo
dispuesto en el artículo 275.

En defecto de tal propuesta, la autoridad judicial nombrará curador:

1.º Al cónyuge, o a quien se encuentre en una situación de hecho asimilable,


siempre que convivan con la persona que precisa el apoyo.

2.º Al hijo o descendiente. Si fueran varios, será preferido el que de ellos conviva
con la persona que precisa el apoyo.

3.º Al progenitor o, en su defecto, ascendiente. Si fueren varios, será preferido el


que de ellos conviva con la persona que precisa el apoyo.

4.º A la persona o personas que el cónyuge o la pareja conviviente o los


progenitores hubieran dispuesto en testamento o documento público.

5.º A quien estuviera actuando como guardador de hecho.

6.º Al hermano, pariente o allegado que conviva con la persona que precisa la
curatela.

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7.º A una persona jurídica en la que concurran las condiciones indicadas en el
párrafo segundo del apartado 1 del artículo anterior.

La autoridad judicial podrá alterar el orden del apartado anterior, una vez oída la
persona que precise apoyo

Artículo 282.

El curador tomará posesión de su cargo ante el letrado de la Administración de


Justicia.

Una vez en el ejercicio de la curatela, estará obligado a mantener contacto


personal con la persona a la que va a prestar apoyo y a desempeñar las funciones
encomendadas con la diligencia debida.

El curador asistirá a la persona a la que preste apoyo en el ejercicio de su


capacidad jurídica respetando su voluntad, deseos y preferencias.

El curador procurará que la persona con discapacidad pueda desarrollar su


propio proceso de toma de decisiones.

El curador procurará fomentar las aptitudes de la persona a la que preste apoyo,


de modo que pueda ejercer su capacidad con menos apoyo en el futuro.

Artículo 291.

La curatela se extingue de pleno derecho por la muerte o declaración de


fallecimiento de la persona con medidas de apoyo.

Asimismo, la curatela se extingue por resolución judicial cuando ya no sea precisa


esta medida de apoyo o cuando se adopte una forma de apoyo más adecuada
para la persona sometida a curatela.

DEFENSOR JUDICIAL DE LA PERSONA CON DISCAPACIDAD (CAPÍTULO


V)

Artículo 295.

Se nombrará un defensor judicial de las personas con discapacidad en los casos


siguientes:

1.º Cuando, por cualquier causa, quien haya de prestar apoyo no pueda hacerlo,
hasta que cese la causa determinante o se designe a otra persona.

2.º Cuando exista conflicto de intereses entre la persona con discapacidad y la


que haya de prestarle apoyo.

3.º Cuando, durante la tramitación de la excusa alegada por el curador, la


autoridad judicial lo considere necesario.

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4.º Cuando se hubiere promovido la provisión de medidas judiciales de apoyo a
la persona con discapacidad y la autoridad judicial considere necesario
proveer a la administración de los bienes hasta que recaiga resolución judicial.

5.º Cuando la persona con discapacidad requiera el establecimiento de medidas


de apoyo de carácter ocasional, aunque sea recurrente.

Una vez oída la persona con discapacidad, la autoridad judicial nombrará


defensor judicial a quien sea más idóneo para respetar, comprender e interpretar
la voluntad, deseos y preferencias de aquella.

V. ESTERILIZACIÓN

Artículo 156 del Código Penal (DEROGADO)


No será punible la esterilización acordada por órgano judicial en el caso de personas que
de forma permanente no puedan prestar en modo alguno el consentimiento al que se refiere
el párrafo anterior, siempre que se trate de supuestos excepcionales en los que se produzca
grave conflicto de bienes jurídicos protegidos, a fin de salvaguardar el mayor interés del
afectado, todo ello con arreglo a lo establecido en la legislación civil.

Este segundo párrafo el que se ha venido a suprimir por la reforma recién publicada en el
BOE, para erradicar el supuesto de que la esterilización de personas con discapacidad
permanente o incapacitadas judicialmente la pueda acordar un Juez, buscando de esta
manera la protección de esas personas, especialmente niñas y mujeres, y sus derechos,
según indica el Preámbulo de la Ley Orgánica, y evitar así la práctica de la llamada
“esterilización forzosa o no consentida”, más extendida de lo que se piensa, todo ello en
coherencia además con lo dispuesto en la Convención de Nueva York sobre los derechos
de las personas con discapacidad, de 13 de diciembre de 2006 y otras normas
internacionales y europeas sobre la materia.

VI. INTERNAMIENTO

Artículo 763 LEC.

Este proceso tiene por objeto el internamiento en centro especializado de persona para su
sometimiento a tratamiento médico, cuidado personal o cuando por razones de seguridad
pudiera poner en peligro su vida e integridad física o psíquica y la de los que le rodean.

Está sometido a estricto control judicial.

Juez competente, el del lugar de residencia de la persona o donde radique el centro de


internamiento.

Se caracteriza por su rapidez. El director del centro debe comunicar al órgano judicial el
hecho del internamiento en 24 horas para solicitar la autorización judicial, que deberá
producirse en 72 horas como máximo.

Si la persona no está declarada incapaz, el Juez deberá instar su incapacidad dando


traslado al MF.

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Es necesario Procurador y Abogado o en su defecto la persona será asistida por el MF.

Procedimiento: es necesario oír a la persona afectada y cualquier otra persona que se


considere conveniente o lo solicite.

Se debe examinar a la persona cuyo internamiento se debe autorizar.

Se debe oír el dictamen de un facultativo y practicar las pruebas pertinentes.

La decisión es apelable y sometida a control periódico (normalmente cada seis meses).

VII. FILIACIÓN, PATERNIDAD Y MATERNIDAD.

Artículos 764 a 768 LEC. regulan una serie de procedimientos que responden a la
necesidad de que la filiación, paternidad y maternidad sean declaradas judicialmente.

Tramitación, juicio verbal con especialidades, pero con una serie de reglas comunes:

- es requisito de procedibilidad que se presente con la demanda un principio de prueba


de los hechos en que se funde, dado que de lo contrario no se admitirá a trámite.
- no se admitirá la demanda que ejercite una acción de determinación o impugnación
de una filiación que sea contradictoria con otra establecida por sentencia firme.
- las acciones de determinación o impugnación de la filiación que corresponde a
menores de edad o incapacitados serán ejercitadas indistintamente por el
representante legal o Ministerio Fiscal pudiendo continuar los herederos las acciones
ya entabladas.
- será admisible la investigación de la paternidad o maternidad mediante toda clase
de pruebas, inclusive las biológicas pudiendo surtir eficacia probatoria la ficta
confessio además del reconocimiento expreso o tácito de la posesión de estado, de
la convivencia de la madre en la época de la concepción o de otros hechos análogos.
La negativa injustificada a someterse a la prueba biológica de paternidad o
maternidad permitirá al tribunal declarar la filiación reclamada siempre que existan
indicios de la paternidad o maternidad y la prueba de ésta no se haya obtenido por
otros medios.

Medidas cautelares. Pueden ser adoptadas por el Juez en cualquier momento, previa
audiencia de los afectados y sin caución. Se puede conceder de oficio alimentos
provisionales al demandado en las acciones de impugnación de filiación.

Acumulación de acciones. Normalmente se acumularán la acción de reclamación de


filiación y la impugnación de la filiación que resulte contradictoria, aunque la ley no lo
menciona.

La LEC diferencia dos posibles pretensiones: acción de reclamación de filiación a la que se


denomina pretensión de “determinación legal de la filiación” cuyo objeto es que se
determine por el Tribunal una filiación, paterna o materna, matrimonial o no matrimonial
(artículo 764.1 y 131 a 135 Código Civil) y acción de impugnación de la filiación legalmente
determinada por medio de la cual se pretende negar la condición de padre, madre o hijo
(artículos 764.1 y 136 a 141 del Código Civil).
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Es necesaria la declaración judicial de estas situaciones mediante sentencia que debe ser
inscrita en los Registros oportunos.

Sólo para filiación por naturaleza, excluida la filiación por adopción.

El objeto es determinar legalmente la filiación matrimonial o no o impugnar la filiación


legalmente establecida.

La demanda no se admitirá a trámite sin un principio de prueba de los hechos en que se


funde (verosimilitud o probabilidad). Puede tratarse de documentos, grabaciones o
cualquier otro medio de prueba.

Legitimación activa para la filiación basada en constante posesión de estado: el padre, la


madre o el hijo. Por los hijos menores o incapaces actuará el MF o el representante legal.
Por tanto, el MF puede actuar en interés y representación del menor o como mero
interviniente.

Legitimación pasiva: Cuando se pida la determinación de la filiación serán parte demandada


si no hubieran interpuesto ellos la demanda las personas a las que se atribuya la condición
de progenitores y de hijo.

Cuando se trate e impugnar la filiación quienes aparezcan como progenitores e hijo en


virtud de la filiación legalmente determinada. Si hubieren fallecido será parte legitimada los
herederos.

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