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TEMA 13
I. INTRODUCCIÓN
La voluntad del legislador es doble: por un lado, ha querido establecer procesos especiales
imprescindibles. muchos de ellos justificados por sus indiscutibles particularidades y por
otra, acabar con la dispersión normativa que existía.
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- Partes
Legitimación del MF activa o pasiva. Su función principal es velar por el interés superior
de la persona afectada “tomar parte en defensa de la ley y del interés público y social
en los procesos relativos al estado civil y a los demás en que establezca la Ley” o
“asumir la representación y defensa en juicio de quienes por carecer de capacidad de
obrar o de representación legal no pudieran actuar por sí mismos. Por lo tanto, le
corresponde actuar o bien en representación de alguna de las partes o bien como mero
interviniente.
La ley determina la legitimación activa y pasiva de las partes que es muy restrictiva
- Prueba
Como especialidad sobre los hechos es independiente el momento en que hubieran sido
alegados o introducidos en el procedimiento.
En cuanto a la prueba, junto con las pruebas propuestas por las partes y por el Ministerio
Fiscal el tribunal podrá decretar de oficio cuantas estime oportunas (art. 752.1 II LEC).
La conformidad de las partes no le vincula, el silencio o las respuestas evasivas no
presuponen dar por probados los hechos sobre los que se pregunta.
- Procedimiento
Por los trámites del juicio verbal, si bien la contestación a la demanda se realizará por
escrito en el plazo de veinte días al igual que en el proceso ordinario.
En la celebración de la vista, una vez practicadas las pruebas el Tribunal permitirá a las
partes formular oralmente sus conclusiones.
- Procesos
La Ley 8/2021, de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para el
apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica supone un
importante cambio en el tratamiento de la materia.
Esta Ley reforma Ley del Notariado con ocho apartados; el Código Civil; la Ley Hipotecaria,
la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, la Ley 41/2003, de 18 de noviembre,
de protección patrimonial de las personas con discapacidad y de modificación del Código
Civil, de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la Normativa Tributaria con esta finalidad; la Ley
20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil,o la Ley 15/2015, de 2 de julio, de la Jurisdicción
Voluntaria y Código de Comercio
El Título XI del Libro Primero del Código Civil se redacta de nuevo y pasa a rubricarse «De
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las medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio de su capacidad
jurídica», de suerte que el elemento sobre el que pivota la nueva regulación no va a ser la
incapacitación de quien no se considera suficientemente capaz. Muy al contrario, la idea
central del nuevo sistema es la de apoyo a la persona que lo precise, apoyo que, recuerda,
es un término amplio que engloba todo tipo de actuaciones: desde el acompañamiento
amistoso, la ayuda técnica en la comunicación de declaraciones de voluntad, la ruptura de
barreras arquitectónicas y de todo tipo, el consejo, o incluso la toma de decisiones
delegadas por la persona con discapacidad. Cabe añadir, incluso, que en situaciones donde
el apoyo no pueda darse de otro modo y solo ante esa situación de imposibilidad, este
pueda concretarse en la representación en la toma de decisiones. Es importante señalar
que podrá beneficiarse de las medidas de apoyo cualquier persona que las precise, con
independencia de si su situación de discapacidad ha obtenido algún reconocimiento
administrativo. Es también relevante que, a diferencia de lo que hacían los códigos
decimonónicos, más preocupados por los intereses patrimoniales de la persona que por la
protección integral de esta, la nueva regulación trata de atender no solo a los asuntos de
naturaleza patrimonial, sino también a los aspectos personales, como pueden ser los
relativos a decisiones sobre las vicisitudes de su vida ordinaria –domicilio, salud,
comunicaciones, etc.–.
No se trata, pues, de un mero cambio de terminología que relegue los términos tradicionales
de «incapacidad» e «incapacitación» por otros más precisos y respetuosos, sino de un
nuevo y más acertado enfoque de la realidad, que advierta algo que ha pasado durante
mucho tiempo desapercibido: que las personas con discapacidad son titulares del derecho
a la toma de sus propias decisiones, derecho que ha de ser respetado; se trata, por tanto,
de una cuestión de derechos humanos. Y es que muchas limitaciones vinculadas
tradicionalmente a la discapacidad no han procedido de las personas afectadas por ella,
sino de su entorno: barreras físicas, comunicacionales, cognitivas, actitudinales y jurídicas
que han cercenado sus derechos y la posibilidad de su ejercicio. La reforma normativa
impulsada por esta Ley debe ir unida, por ello, a un cambio del entorno, a una
transformación de la mentalidad social y, especialmente, de la de aquellos profesionales
del Derecho –jueces y magistrados, personal al servicio de la Administración de Justicia,
notarios, registradores– que han de prestar sus respectivas funciones, a requerimiento de
las personas con discapacidad, partiendo de los nuevos principios y no de visiones
paternalistas que hoy resultan periclitadas
El Título XI del Libro Primero del Código Civil se redacta de nuevo y pasa a rubricarse «De
las medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio de su capacidad
jurídica». El elemento central de la nueva regulación no será ya la incapacitación de quien
no se considera suficientemente capaz ni la modificación de una capacidad que es
inherente a su condición de persona humana sino el apoyo a la persona que lo precise.
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Podrá beneficiarse de las medidas de apoyo cualquier persona que las precise, con
independencia de si su situación de discapacidad ha obtenido algún reconocimiento
administrativo. Y la nueva regulación trata de atender no solo asuntos de naturaleza
patrimonial sino también aspectos personales, como los relativos a decisiones sobre las
vicisitudes de su vida ordinaria
La nueva regulación otorga preferencia a las medidas voluntarias, es decir, tomadas por la
propia persona con discapacidad. Dentro de ellas adquieren especial importancia los
poderes y mandatos preventivos, así como la posibilidad de la autocuratela. Se refuerza
además la figura de la guarda de hecho, que se transforma en una institución jurídica de
apoyo y deja de ser una situación provisional cuando resulta adecuada para la salvaguarda
de los derechos de la persona con discapacidad. Cuando se requiera que el guardador
realice una actuación representativa, se prevé la necesidad de que obtenga una
autorización judicial ad hoc, previo examen de las circunstancias.
El nuevo texto recoge también la figura del defensor judicial, prevista para situaciones en
que exista conflicto de intereses entre la figura de apoyo y la persona con discapacidad o
imposibilidad coyuntural de que la figura de apoyo habitual lo ejerza.
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Tramitación tutela mediante expediente de jurisdicción voluntaria En relación con
el expediente para el nombramiento de tutor (para el menor) o curador (para la
persona con discapacidad), se modifica el procedimiento para la rendición de
cuentas: por un lado, la comparecencia ante el juez sólo será necesaria cuando
algún interesado lo solicite; por otro, se permite que el tribunal ordene de oficio
una prueba pericial contable o de auditoría aun cuando nadie haya solicitado la
comparecencia, si en el informe se describieran operaciones complejas o que
requieran una justificación técnica.
Artículo 235.
1.º Cuando en algún asunto exista conflicto de intereses entre los menores y sus
representantes legales, salvo en los casos en que la ley prevea otra forma de
salvarlo.
2.º Cuando, por cualquier causa, el tutor no desempeñare sus funciones, hasta
que cese la causa determinante o se designe otra persona.
Artículo 236.
Serán aplicables al defensor judicial del menor las normas del defensor judicial
de las personas con discapacidad. El defensor judicial del menor ejercerá su
cargo en interés del menor, de acuerdo con su personalidad y con respeto a sus
derechos.
Artículo 237.
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2. Procederá la declaración de situación de desamparo de los menores cuando,
además de esta circunstancia, se den los presupuestos objetivos de falta de
asistencia contemplados en el artículo 172.
Artículo 238.
Serán aplicables a la guarda de hecho del menor, con carácter supletorio, las
normas de la guarda de hecho de las personas con discapacidad.
Artículo 239.
Artículo 240.
Artículo 241.
Para que tenga lugar la emancipación por concesión de quienes ejerzan la patria
potestad, se requiere que el menor tenga dieciséis años cumplidos y que la
consienta. Esta emancipación se otorgará por escritura pública o por
comparecencia ante el encargado del Registro Civil.
Artículo 249.
La autoridad judicial podrá dictar las salvaguardas que considere oportunas a fin
de asegurar que el ejercicio de las medidas de apoyo se ajuste a los criterios
resultantes de este precepto y, en particular, atienda a la voluntad, deseos y
preferencias de la persona que las requiera.
Artículo 250.
La guarda de hecho es una medida informal de apoyo que puede existir cuando
no haya medidas voluntarias o judiciales que se estén aplicando eficazmente.
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El nombramiento de defensor judicial como medida formal de apoyo procederá
cuando la necesidad de apoyo se precise de forma ocasional, aunque sea
recurrente.
Artículo 263.
(CAPÍTULO IV)
LA CURATELA
Artículo 268.
LA CURATELA
Artículo 269.
Sólo en los casos excepcionales en los que resulte imprescindible por las
circunstancias de la persona con discapacidad, la autoridad judicial determinará
en resolución motivada los actos concretos en los que el curador habrá de asumir
la representación de la persona con discapacidad.
Los actos en los que el curador deba prestar el apoyo deberán fijarse de manera
precisa, indicando, en su caso, cuáles son aquellos donde debe ejercer la
representación. El curador actuará bajo los criterios fijados en el artículo 249.
Artículo 275.
Podrán ser curadores las personas mayores de edad que, a juicio de la autoridad
judicial, sean aptas para el adecuado desempeño de su función.
Asimismo, podrán ser curadores las fundaciones y demás personas jurídicas sin
ánimo de lucro, públicas o privadas, entre cuyos fines figure la promoción de la
autonomía y asistencia a las personas con discapacidad.
Artículo 276.
2.º Al hijo o descendiente. Si fueran varios, será preferido el que de ellos conviva
con la persona que precisa el apoyo.
6.º Al hermano, pariente o allegado que conviva con la persona que precisa la
curatela.
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7.º A una persona jurídica en la que concurran las condiciones indicadas en el
párrafo segundo del apartado 1 del artículo anterior.
La autoridad judicial podrá alterar el orden del apartado anterior, una vez oída la
persona que precise apoyo
Artículo 282.
Artículo 291.
Artículo 295.
1.º Cuando, por cualquier causa, quien haya de prestar apoyo no pueda hacerlo,
hasta que cese la causa determinante o se designe a otra persona.
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4.º Cuando se hubiere promovido la provisión de medidas judiciales de apoyo a
la persona con discapacidad y la autoridad judicial considere necesario
proveer a la administración de los bienes hasta que recaiga resolución judicial.
V. ESTERILIZACIÓN
Este segundo párrafo el que se ha venido a suprimir por la reforma recién publicada en el
BOE, para erradicar el supuesto de que la esterilización de personas con discapacidad
permanente o incapacitadas judicialmente la pueda acordar un Juez, buscando de esta
manera la protección de esas personas, especialmente niñas y mujeres, y sus derechos,
según indica el Preámbulo de la Ley Orgánica, y evitar así la práctica de la llamada
“esterilización forzosa o no consentida”, más extendida de lo que se piensa, todo ello en
coherencia además con lo dispuesto en la Convención de Nueva York sobre los derechos
de las personas con discapacidad, de 13 de diciembre de 2006 y otras normas
internacionales y europeas sobre la materia.
VI. INTERNAMIENTO
Este proceso tiene por objeto el internamiento en centro especializado de persona para su
sometimiento a tratamiento médico, cuidado personal o cuando por razones de seguridad
pudiera poner en peligro su vida e integridad física o psíquica y la de los que le rodean.
Se caracteriza por su rapidez. El director del centro debe comunicar al órgano judicial el
hecho del internamiento en 24 horas para solicitar la autorización judicial, que deberá
producirse en 72 horas como máximo.
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Es necesario Procurador y Abogado o en su defecto la persona será asistida por el MF.
Artículos 764 a 768 LEC. regulan una serie de procedimientos que responden a la
necesidad de que la filiación, paternidad y maternidad sean declaradas judicialmente.
Tramitación, juicio verbal con especialidades, pero con una serie de reglas comunes:
Medidas cautelares. Pueden ser adoptadas por el Juez en cualquier momento, previa
audiencia de los afectados y sin caución. Se puede conceder de oficio alimentos
provisionales al demandado en las acciones de impugnación de filiación.
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