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CUARTA JORNADA

SIGNIFICADO Y PROYECCIONES DE LA GESTA


INCOMPARABLE DE UN PUEBLO, QUE SE
AFIRMA COMO PRINCIPIO Y FIN DE TODO
PODER.

PRIMER TOMO

PUBLICACION DE LA SALA DE PRENSA


DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA

Quito — Ecuador
Talleres Gráficos Nacionales
1961
CUARTA JORNADA
4
PRESENTACION
"Cuarta Jornada", contiene el pensamiento del Presi-
dente Velasco Ibarra, que constituye, amplia y precisa ex.
plicación del mayor fenómeno sociológico y político que se
ha operado en este Continente en muchísimos años; la elec-
ción de un mismo hombre por cuarta vez, para la Primera
Magistratura de un país, hecho por si solo ya significativo;
es más aún, si se toma en consideración la abrumadora ma-
yoría de votos que hicieron esa elección.
El presente libro, no es otra cosa que la presentación
en orden cronológico de los discursos del doctor José María
Velasco Ibarra, a partir del ya famoso discurso que pronun-
ciara en Riobamba, durante la inauguración del monumento
al héroe, Capitán Edmundo Chiriboga, el que significa para
el país la afirmación de su nacionalidad, proyectada a nues-
tras amazónicas fronteras y para América y el mundo, el
llamado valiente, sereno e indeclinable, hacia el imperio de
~4Y '
la justicia y el derecho, como bases insustituibles de armonía,
paz y progreso para la humanidad.
Todos los discursos contenidos en "Cuarta Jornada", a
excepción del de la transmisión del mando y alguno que otro
de tipo protocolario, fueron hechos por el Presidente en con-
tacto íntimo con las multitudes, que le hicieron por cuarta
vez Presidente del Ecuador; son por lo tanto la expresión de
los anhelos de un pueblo en labios de su máximo conductor;
son principalmente voces de humanidad, que revelan su do-
lorosa e impresionante realidad y encuentran en el vigor, la
decisión, clarividencia, imaginación y realismo del hombre
que las expresa, su reivindicación en el presente y en el
futuro.
Son sus discursos la aspiración de solución exacta y hu-
mana a la infinidad de problemas, que enfrenta en el mo-
mento actual el pueblo ecuatoriano; son ellos, la teoría y prác-
tica de un Gobierno, que como en ningún otro país, siendo
producto del auténtico pueblo -la chusma gloriosa- se orien-.
ta a lograr. para aquel, el mayor de los beneficios posibles.
En el estado de crisis actual, por el que atraviesa la hu-
manidad, que no es otra cosa, que el resultado de la decisión
del hombre individuo y del hombre universo a lograr, digni-
dad, bienestar y cultura sin privilegios para unos pocos e in-
justicias para muchos; cuando corno consecuencia de ese es-
tado de crisis, la humanidad se debate en el temor y el ho-
rror a su posible destrucción; cuando en América y en otros
continentes, la decisión del hombre a ser digno y la necia
terquedad de los privilegiados al chocar, han creado el caos,
la destrucción Y la muerte; el doctor Velasco, como Presiden-
te de los ecuatorianos, realiza en el centro del mundo la par-
te de revolución universal que nos corresponde, en un am-
biente de paz y armonía; sin enfrentar con beligerancia una
clase social con otra, está logrando para el pobre la justicia
económica, social y cultural que haga plena su dignidad.
Sus discursos son la expresión magnífica de esa acer-
tada conducción de la revolución nacional, que cimentada en
la paz y unión de los ecuatorianos, habrá de resolver el pro-
blema del agro, mediante una reforma agraria que responda
a nuestra realidad y que lejos de producir el caos de la im-
productividad y la miseria, fortalezca la economía nacional
y eleve el nivel de vida de los ecuatorianos; habrá de reivin-
dicar al indio de la sierra y al montuvio de la costa, llevando
al páramo helado y al pantano insalubre la parte de civili-
zación y progreso a que ellos tienen derecho y para la que
ellos siempre fueron su base primera y última de sustenta
ción y existencia; habrá de llevar la Nación a todos los rin:
eones de la Patria, mediante sus planes realistas de vialidad;
habrá de llevar alimento, morada y saber á- Das ñlñás desval
lidos que deambulan famélicos y taciturnos por nuestras
grandes urbes y pequeñas aldeas; habrá de llevar la escuela
laica a todos los ángulos de la patria y elevará la condición
económica del maestro para lograr de él, mejor formación
del espíritu nacional; en fin, el Ecuador con Velasco, hace
sir parte de revolución en el mundo, al margen del odio, la
destrucción y la muerte; "Cuarta Jornada", es la doctrina y
aplicación de esa revolución, que bajo la vigorosa, serena e
inteligente conducción del Presidente Velasco Ibarra, la está
llevando a cabo el Ecuador y que en forma inevitable habrá
de servir de modelo para los demás pueblos del Continente.
SALA DE PRENSA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
EL PROTOCOLO DE RIO DE JANEIRO ES NULO

Discurso pronunciado en Riobamba por el


doctor José María Velasco Ibarra, el 17 de Agosto de 1960

"Honorables señores Legisladores,


Señor Alcalde de la Ciudad,
Señor Contralmirante Jefe de la Armada Nacional,
Señor Subjefe de Estado Mayor General,
Señor Jefe de Zona y Presidente del Comité Pro-Acerca-
miento Institucional de Riobamba.
Señor Gobernador de la Provincia,
Señor Presidente del Consejo Provincial,
Excelentísimo señor Obispo,
Señor Jefe, Oficiales y Soldados,
Señoras y señores:
Tan sólo por corresponder a la amabilidad de los distin-
guidos militares que se han dignado invitarme a tomar la
palabra esta mañana, puedo hacerlo de una manera tan im-
provisada y delante de un auditorio benemérito de las Fuer-
zas Armadas Nacionales, que ha escuchado ya palabras dig-
nas del día que hoy celebramos. Mis palabras, señoras y se- -
ñores, serán de absoluta sencillez. Ante lo que es infinitamen-
te grande y glorioso para un pueblo, no cabe sino la sencillez
y la modestia y yo no puedo menos de principiar con la más
grande modestia, diciéndoos que pido al Dios de la Patria que
bendiga y fortifique a las Fuerzas Armadas Nacionales y al
pueblo ecuatoriano, para que ambos sean siempre dignos de la
historia de la República, de la muerte de Chiriboga, de la glo-
ria de Calderón y del heroísmo de Bolívar y de Sucre.
He aquí, señoras y señores, mi modesto voto frente a este
acontecimiento para mí verdaderamente extraordinario. Mi-
rad cómo hay una verdadera fraternidad, una verdadera co-
munión profunda entre los pueblos y las Fuerzas Armadas de
esos pueblos. El día cinco de Junio el pueblo ecuatoriano se
pone de pie, expulsa, a los valores negativos de la patria, ex-
pulsa, a la antipatria y jura ante el recuerdo de Bolívar y de
Sucre, jura ante la historia de la República, ante los héroes'
IlaretTrITt=r1p~T-wrw_7-

—4—
del 10 de Agosto, ante los héroes del 2 de Agosto, que él, el*
pueblo ecuatoriano, está resuelto a mantener y afirmar a to-
da costa la nacionalidad autónoma de la República del Ecua-
dor con todos los componentes de esta nacionalidad.
Pasan dos meses y pocos días y las Fuerzas Armadas Na-
cionales conmemoran hoy el acontecimiento de un héroe mi-
litar y este monumento es hecho con el dinero del pueblo
ecuatoriano; entre soldados pobres y pueblos pobres levantan.
este monumento militar, que es el símbOlo de la grandeza del
pueblo ecuatoriano y que es la prueba terminante de que el
alma popular y el alma militar, se funden en un solo himno
por la inmortalidad de la patria.
Os pido que consideréis, señoras y señores, militares de
todas las armas: la identidad de ideales entre el pueblo y la
fuerza militar. Mirad al pueblo, en silencio trabaja y sufre„
en silencio lucha contra la naturaleza, en silencio rinde el
egoísmo de la tierra y de la naturaleza con su trabajo de siem-
pre, con su esfuerzo de siempre; el pueblo modesto va creando,
la futura patria, va creando la civilización y el momento que
es menester sentir el honor, el momento que es menester de-
fender la libertad, el momento que es menester proclamar la
justicia para todos, el pueblo que trabaja en el silencio, el
pueblo humilde, el pueblo de donde brotan chiflones de sabi-
duría cuando es menester que estos chiflones broten, ese mo-
mento se pone de pie y, como le vimos el cinco de Junio, arro-
lla todos los obstáculos, vence todos los cálculos y proclama
al Ecuador y proclama la libertad y la justicia como funda-
mento de la Patria Ecuatoriana.
Mirad ahora al soldado, él también está en el silencio, en
el más completo y absoluto silencio, él está obligado a obe-
decer; él tiene derecho a mandar, pero sea que mande, sea que
obedezca, la voz de mando o de obediencia son hechas única-
mente en homenaje a una gran obra de abnegación y de sa-
crificio. El soldado un día está en un clima, otro día está en
otro clima; un día está con su familia, otro día se le ordena
que abandone su familia y vaya a la frontera de la Repúbli-
ca; el soldado no tiene otra norma que la del honor, él no tie-
ne derecho a temer la muerte, el soldado tiene un grande y
noble concepto de lo que es la muerte. ¿Qué es la vida cuando
la vida se reduce a la vulgaridad cuotidiana? En cambio la
muerte es vida perdurable cuando con la muerte se conquista
el honor, la gloria y la inmortalidad de una patria.
Mirad la identidad profunda del ideal militar y del ideaL
popular; en un caso el desinterés sublime, en otro caso el he-
roísmo sublime; en un caso el dominio de la naturaleza para
que de ella brote la civilización, en el otro caso el dominio de.
uno mismo, el dominio de su voluntad, de su cuerpo y de su_
-5—

inteligencia para que de este dominio brote la inmortalidad y


fulgure la espada que redime pueblos y crea la justicia para
la humanidad. Dos almas que se complementan: el alma del
pueblo, el alma del soldado. Un homenaje al pueblo ecuato-
riano que ha contribuido para este monumento, un homena-
je a los soldados de la República del Ecuador que están orgu-
llosos al recordar al héroe. Las dos fuerzas, el pueblo y las
Fuerzas Armadas, harán que la Patria Ecuatoriana sea digna
de la gloria de Tarqui, del heroísmo del 10 de Agosto, del su-
blime sacrificio del 2 de Agosto.

EL ESPIRITU NO SE RINDE

"Mirad, jóvenes, vosotros que me estáis escuchando, vo-


sotros que lleváis en vuestros cuerpos jóvenes y en vuestras
almas virginales a la patria del futuro, mirad allí al héroe de
-veintitrés años. El, con veinticinco hombres, fué rodeado y
envuelto por fuerzas diez veces superiores, pero él supo hacer
Uso de la voluntad y de su espíritu. La voluntad del hombre
es inflexible ante la materia, el espíritu del hombre no se rinde
ante los cañones, y la voluntad de ese joven militar y el espí-
ritu de ese joven militar, supo electrizarse ante la gloria de la
patria y todos los ejércitos peruanos no pudieron rendirlo.
Se le insinúa un grito deshonesto y el grita: ¡Viva la Patria,
viva el Ecuador, viva el Ejército ecuatoriano!, y él triunfó,
porque trabajó para el futuro y nosotros en el futuro escu-
charemos las lecciones de él, y nosotros haremos la revancha
sublime que nos devuelva, por las instituciones jurídicas de
la América del Sur, aquello que en derecho tenemos que con-
quistar jurídicamente en el Oriente ecuatoriano.
El triunfó, mis queridos jóvenes, él triunfó, señores mili-
tares que me escucháis; no triunfa el que salva vulgarmente
su vida, triunfa el que sublima su vida mediante la muerte
heroica.
Tengo evidencia que un día u otro —es tan profunda la
jUsticia que ampara al Ecuador— que las nuevas generacio-
nes ecuatorianas, sea por la justicia, sea por las Fuerzas Ar-
madas defensivas de la patria, en el futuro llegarán al Ama-
zonas que es el suelo de Colombia, del Ecuador, del Perú. Si
el canal amazónico es para las grandes naciones a las cuales
les ha llegado la naturaleza, el Ecuador no tiene por qué estar
alejado del Amazonas. La muerte de Chiriboga es la vida de la
gloria allá en las márgenes del Amazonas, el que muere por
la gloria vive irradiando en el presente y proyecta su triunfo
al futuro.
CONCEPTO Y NECESIDAD DE
LAS FUERZAS ARMADAS
Yo no entiendo, señoras y señores, qué clase de mentali-
dad existe en algunos ecuatorianos que, con frecuencia, nos
recuerdan que las Fuerzas Armadas Ecuatorianas son impro-
ductivas, que las Fuerzas Armadas Ecuatorianas deberían ce-
der ellas para el presupuesto general de la Nación, que las
Fuerzas Armadas deberían ser reemplazadas por una fuerza
de seguridad y nada más. Yo no entiendo qué clase de men-
talidad es la de esta gente.
Yo no creo en la guerra por la guerra, yo creo en las ins-
tituciones jurídicas que el Derecho Internacional ha estable-
cido, yo creo que esas instituciones jurídicas deben dar efica-
cia a la inmolación sublime del Capitán Chiriboga, pero creo
también que mientras exista la Patria Ecuatoriana, esta pa-
tria tiene derecho a afirmarse en la mancomunidad política
internacional hispanoamericana; creo que la patria ecuato-
riana tiene derecho a mantener su espíritu, a mantener su
característica, a ser una personalidad frente a las demás per-
sonalidades internacionales que forman la comunidad hispa-
noamericana) y creo que es imposible la personalidad digna
de un pueblo si las Fuerzas Armadaá no son garantía sobera-
na y excelsa de la inviolabilidad del territorio de la patria,
de la inviolabilidad de la bandera nacional, de la gloria de la
historia, y de la tradición de un pueblo.
Las Fuerzas Armadas configuran la Nación; las Fuerzas -
Armadas son la columna vertebral de la República. Mientras
l'a:República del Ecuador quiera figurar como nación sobe-
rana y decir su palabra en el mundo internacional, tendremos
. urgencia de poseer Fuerzas Armadas llenas de disciplina, lle-
nas de' ciencia, llenas de abnegación, dispuestas al heroísmo,
al sacrificio y que miren la muerte únicamente como un paso
para la inmortalidad de la patria.

DOS PROBLEMAS TRAJO EL CINCO DE JUNIO


"Yo pensé, señoras y señores, terminar muy rápidamen-
te mi discurso, pero ¿cómo hacerlo ahora que pienso que el
pueblo ecuatoriano ha puesto sobre mis hombros una respon-
sabilidad tan trascendental, sin decir todo lo que siento de
las Fuerzas Armadas Ecuatorianas?
Podríamos decir que dos problemas encarnan el Cinco de
Junio: -el uno, un problema de política interna; hacer justi-
cia al pueblo ecuatoriano, regenerar económica y espiritual-
mete al pueblo ecuatoriano, precisamente para dar a la pa-
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tria y a la nación aquello que más vale en una patria y en


una nación: su pueblo, su multitud formando pueblo, pueblo
sano, pueblo inerte, pueblo abnegado, pueblo con bienestar
económico que es patria gloriosa llamada a proyectarse inde-
finidamente en la historia y en la civilización.
Y el otro problema que el Cinco de Junio puso sobre mis
hombros: el problema de dignidad de la República del Ecua-
dor. ¿Puede el Ecuador, señores militares, señoras y señores
que me escucháis, puede el Ecuador que descubrió el Amazo-
nas, que colonizó el Amazonas, que ocupó el Amazonas, pue-
de el Ecuador quedar reducido ahora a la cordillera oriental
y al mar con unos pequeños declives hacia el oriente? ¿Hay
justicia en esto? ¿Hay en esto americanismo? ¿Hay en esto
cooperación sudamericana? ¿Nó estamos restableciendo aquí,
en este continente nuevo _con tan pocas gentes y con tierras
tan extensas, el exclusivismo imperialista que ha sido la des-
gracia en muchas horas de Europa la grande? No, no hay
justicia en lá humillación, en el arrinconamiento del Ecua-
dor entre el mar y la montaña. El segundo problema, pues,
es el problema internacional. Yo estoy obligado a velar todos
los •dias, aún con mi vida, porque la patria un día se fortifiL
que tanto que regrese al lugar de donde ella nunca debió sa-
lir si hubiera habido justicia.

EL DE RIO DE JANEIRO ES UN TRATADO NULO

Ayer o esta mañana leí en un periódico que las autorida-


des peruanas reclaman que se cumpla el Tratado de Río de
Janeiro. Pero yo pregunto ante vosotros: ¿Es que ése es un
Tratado? ¿Cabe que se firme un Tratado con una provincia
invadida? ¿Cabe que se celebre un contrato con la pistola en
el pecho del contratante? El Tratado de Río de Janeiro es un
Tratado nulo.
Nosotros no queremos la guerra. Nosotros no provocamos
escándalos en el mundo sudamericano, pero nosotros no re-
conoceremos jamás el Tratado de Río de Janeiro. Para algo se
han creado tantas instituciones jurídicas internacionales, pa-
ra algo ha adelantado la sensibilidad jurídica de la especie
humana, para algo ha adelantado el Derecho Internacional,
para algo se habla tanto de fraternidad, de unión, de solida-
ridad. Pues bien, el Ecuador, patria de Espejo; el Ecuador,
patria de Calderón; el Ecuador, patria de Chiriboga; el Ecua-
dor, que ha cooperado espiritual y militarmente a la grandeza
hispanoamericana, exige de Hispanoamérica, exige de la Amé-
rica Latina, exige del panamericanismo que, para que haya
justicia en el continente, el Ecuador tenga un puerto en el
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gran río Amazonas, tenga un asiento geográfico en el Oriente>
base de la nacionalidad futura ecuatoriana.
No podemos prescindir de estos enunciados, señoras y se-
ñores, no es una cédula oscura, no es un punto y coma jurí-
dico, no es un papel viejo el que debe determinar la vida de
los pueblos ¡ ! Abrid un mapa del Oriente, ved esas tierras in-
habitadas, ved esas tierras desiertas, ved esas tierras que ja-
más el Perú podrá colonizar en los años próximos y decidme
si no hay allí puesto para que también el Ecuador tenga la
base geográfica de sus generaciones futuras!
Así como Colombia, así como el Brasil, así como el Perú
se preocupan del desarrollo de sus generaciones futuras, asi
tenemos nosotros que preocuparnos del desarrollo de las ge-
neraciones futuras, de la civilización, de la cultura de nues-
tras generaciones futuras. ¿Qué,podrá hacer la técnica en el
Oriente? ¿Qué podría hacer la técnica moderna en el Orien-
te? ¿Por qué el Ecuador, el descubridor del Amazonas ha de
ser la única nación excluída del asiento geográfico por el cual
tanto se ha afanado, por el cual tanto han peleado Brasil, Pe-
rú y Colombia?
Hombres de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas: ¡Yo no
os convoco a la guerra pero si os convoco al heroísmo en nom-
bre de este pueblo que os aclama y que os comprende!
Los políticos no os comprenden, los políticos no se ani-
man a mataros de golpe por el temor del escándalo en la pa-
tria; quieren mataros por inanición; el pueblo ecuatoriano, él
si es un pueblo nacionalista: yo, soldado civil de este pueblo,
soy nacionalista como este pueblo y por eso quiero que voso-
tros seáis fuertes, disciplinados y grandes para convertiros
en baluarte de la dignidad y soberanía de la patria y de la
bandera.

NO SOLO LA CULTURA
"Una vez oí decir: el Ecuador es un país pequeño, no pue-
de figurar militarmente, que figure en la literatura, que fi-
gure en el artesanado, que figure en el arte, que figure con
el pretil de San Francisco, que figure con la iglesia de la Com-
pañía de Jesús, que figure con sus glorias artísticas. Yo no
estoy de acuerdo con esto. Una patria es un complejo de fac-
tores que los unos complementan a los otros. Grecia fue gran-
de, fue sabia mientras el ejército supo garantizarla grande y
sabia, cuando Grecia sintió la bota triunfadora del extranje-
ro, desaparecio la grandeza de Grecia. Roma fue grande
cuando sus huestes militares supieron garantizarle y dignifi-
carie y estimularle; el momento que el bárbaro descompuso a
Roma, la sabiduría jurídica de Roma, la sabiduría poética de
-Roma se descompuso también. La patria toda se complemen-
ta; la fuerza militar de un pueblo le infunde aliento a este
pueblo y el aliento de este pueblo despierta la grandeza en los
corazones y el genio de los cerebros. ¿Querernos un Ecuador
artista, un Ecuador sabio, un Ecuador de grandes ideales?
Tengamos también un ejército fuerte para que este ejército
fuerte, creando y manteniendo la patria, sepa por obra de
ella infundir gloria en los letrados, en los poetas y en los sa-
- bios.
¡Es la hora de la patria, señoras y señores, es la hora de
la patria! Yo he pensado toda esta mañana, allá en esa tri-
buna, cómo la patria resuelve para cada cual el problema in-
terno de su vida. La vida de cada cual, por dentro, es una tra-
gedia, y por fuera muchas veces es una risotada, es una ale-
gría. Cuánta contradicción en la vida del hombre, cuántos
momentos de desesperanza, cómo le inquieta la pobreza, la
enfermedad, la insatisfacción de todas las cosas.
La patria resuelve este misterio interno del hombre, la
patria no puede subsistir si los hombres no aman el honor, si
los hombres no tienen sed de justicia, si los hombres no son
heroicos, si los hombres no desafían la muerte por los gran-
des valores superiores de la vida; entonces el hombre se en-
cuentra a sí mismo, entonces el hombre se supera; entonces
=el hombre desprecia lo pequeño, lo cuotidiano y lo empírico y
se vincula y se unifica con el cielo; el hombre por la patria
se unifica con el sacrificio, resuelve su problema interno; se
supera y se unifica con el cielo, única patria del espíritu hu-
mano. ¡Esto le pasó al gran Chiriboga! Cuando le hicieron
una insinuación sin honor, él se unificó con el heroísmo y
con el deber; es decir, él se fundió con la divinidad y resolvió
su problema-de la vida y nos irradió un ejemplo para que no-
sotros, como él, sepamos resolver el problema de nuestra vida
amando a la patria, es decir amando el honor, el desinterés,
la inmolación, el sacrificio de todos los días; y cada uno de
vosotros hombres y mujeres del Cinco de Junio. Y cuando a
cada uno de vosotros, soldados de la Repúbliica del Ecuador,
,soldados de la gran patria Venezolana que estáis aquí presen-
tes, que habéis invocado hace un instante las glorias de Co-
lombia la grande y de Bolívar, el excelso padre de la patria y
Libertador él sólo de toda la América del Sur, cuando a vo-
sotros alguna vez haya una tentación que insinúe un grito
vulgar, replicad a esta tentación: ¡Viva el honor! ¡Viva el
«Heroísmo! ¡Viva el Ecuador! ¡Viva la América Hispana!

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CUARTA JORNADA

Acto de la Trasmisión del Mando Presidencial,


el I'? de Setiembre de 1960.
- Excmo. Señor Vicepresidente de la República, Presiden-
te del H. Congreso Nacional,
Excmo. Sr. Cardenal Arzobispo de Quito,
Excmo. Señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia,
Excmo Señor Decano del H. Cuerpo Diplomático y
Excmos. Señores Representantes de las Naciones amigas,
Señor Presidente de la H. Cámara de Diputados,
Señores Ministros de Estado,
Señor Vicepresidente de la H. Cámara del Senado,
Señor Vicepresidente de la H. Cámara de Diputados,
Señores Alcaldes de las ciudades de Quito y Guayaquil,
Señor Ex-Vicepresidente de la República,
Autoridades Militares,
Honorables Legisladores,
Señoras y Señores,

Os presento mi saludo respetuoso y deseo para vuestras


-labores éxito cumplido. El instante histórico de la especie hu-
mana preséntase solemne y trágico. La hora de la Patria, an-
gustiosa; pero indestructible esperanza propia de colectividad
llamada gloria — consuela sus fatigas. Con sabiduría y ab-
negación, sin abandonar propias opiniones, estáis comulgan-
do con el esfuerzo profundo del pueblo ecuatoriano. Seguro es-
toy del feliz término de vuestra obra. Se revelará ésta en me-
didas eficaces para el bienestar económico del pueblo y el
afianzániento del vigor internacional de la República. El
aplauso de vuestras conciencias y de la opinión nacional será
_la única recompensa digna de vuestro sacrificio .
El señor Presidente cesante no ha querido estar presente
en esta ceremonia rompiendo tradicional hábito político. Lo
reemplaza el pueblo ecuatoriano fuente de la soberanía na-
cional.

Los esfuerzos purificadores de los pueblos, sobre todo


cuando están empapados en martirio y heroísmo, en sacri-
ficio y desinterés sublime, crean para quienes deben encau-
zarlo, responsabilidad magnífica.
El 5 de Junio de 1960 es para vosotros, Honorables Le-
gisladores, para el Poder Ejecutivo que hoy inicia sus tareas,
para los dirigentes del movimiento vencedor, el amanecer de
días que imponen trabajo patriótico, abnegado y decidido;
deliberaciones doctas y austeras; consagración a los ideales.
por los que las gentes lucharon y murieron.
Aparentemente el 5 de Junio de 1960 se propuso tan só-
lo determinar el ciudadano que debía ocupar la Presidencia
de la República en el período de 1960 a 1964 y los Legislado--
res llamados a decidir los ordenamientos de la razón para el
bien nacional. En el fondo el 5 de Junio fue el resultado de,
honda e intensa elaboración en el alma nacional, de trascen-
tales problemas relativos a valores políticos y jurídicos, re-
ligiosos y económicos. El 5 de Junio es la fecha más impor—
tante de la democracia ecuatoriana dentro de la historia de-
la República. No hubo improvisación, arrebato, emoción mo-
mentánea. No hubo lucha civil decidida por la fuerza física.
El 5 de Junio el pueblo ecuatoriano exteriorizó la intensa
profundidad de su interioridad ético-política. Elevó al plano
de lo realizable, lo ejecutable, de lo aparente, de lo institu-
cional una cantidad de sentimientos, ideales, anhelos orien-
tadores que venía almacenando, alimentando desde hacía
mucho tiempo en lo intimo de su espíritu.
El . 5 de Junio fueron iluminados ideales y afirmados
conceptos. Jamás en el Ecuador mayor número de afirmacio-
nes y negaciones, tesis y contratesis, planes y proyectos for-
mulados en una campaña electoral, se debatió sobre el sen-
tido de los partidos políticos, los derechos internacionales de
la República, la intervención de lo religioso en lo temporal,.
la urgencia de la justicia económica integral; se discutió so-
bre compañías y capitales extranjeros. La conciencia y la
subcondiencia nacionales fueron agitadas, sacudidas. El 5
de Junio el pueblo, por impulso de dentro hacia afuera, del
centro hacia la periferia, exprimió su alma; expulsó los fac-
tores negativos de la vitalidad nacional: el vasallaje ante el
extranjero, la falta de fe en las tradiciones históricas de la
Patria, la tendencia a la tranquilidad disolvente, a huír del
riesgo inevitable, aunque la fuga pueda sacrificar la integri-
dad territorial y el honor de la República. El 5 de Junio de
1960 el pueblo rechazó la farsa y la mentira fáciles como sis-
tema de propaganda y proclamó el reconocimiento de las rea-
lidades duras y concretas, estímulo a la acción creadora y pro-
funda.
El Gobierno que hoy termina, violando el numeral 2 9 del
Artículo 98 de la Constitución Política, expresó claramente
su apoyo simultáneo o alternativo, según las circunstancias
de la lucha, a los candidatos de su confianza; se denunciaron
— 14 —
(con nombres propios y precisiones claras. -mediante la prensa–
la intervención de altos empleados del Estado en favor de las
candidaturas oficialmente patrocinadas. El Gobierno no alte-
ro su conducta. A veces negó, a pesar de la evidencia de los
hechos que a todos constaba. El Gobierno intervino con hoom
bres y cosas a favor de sus candidatos. En provincias como
las de Loja. y Manabí la presión delictuosa de las autoridades
administrativas (y de parte del clero católico en favor de uno
de los candidatos de la simpatía oficial), adquirió caracteres
escandalosos, como se denunció públicamente por la prensa
en momento oportuno. La actitud del Gobierno irritó a las -
gentes y fue causa directa de escenas dolorosas o manifesta-:,
clones ridículas de gente pagada. La opinión se agitó extraor-
dinariamente. El apasionamiento llegó al máximum. Hubo
calumnias y tergiversaciones de la verdad; pactos y acuerdos
desconcertantes. Hubo cálculos de toda especie y maniobras
deshonestas. Previendo la visita del candidato triunfante a
Celica, se prepararon sucesos con el fin de destruirlo política
y moralmente.
El 19 de Marzo se quiso disolver en Quito a balazos la
manifestación popular pacífica y estupenda con que el pue-
blo bravo, sereno, respetable expresaba legalmente la simpa-
tía por su candidato. El único interés del pueblo de Quito
—como era lógico— consistía en que su manifestación tu-
viese éxito. En las alturas se resolvió que la manifestación
fracasase para desorientar así a la opinión popular de todo el
País. El atentado fue cometido con expresa tolerancia y coope-
ración de las autoridades. La autoridad fue advertida oportu-
namepte de lo que preparaba. Por otra parte, lo que se pre-
paraba era por todos sabido. se permitieron desde temprano
contramanifestaciones lúgubres y tendenciosas, perversas y
de mal gusto. Cuando el pueblo se congregó para escuchar la
palabra del Candidato hoy triunfante fué abaleado por la es-
palda, se asesinó vil, cobardemente a seis ciudadanos y veinti-
cinco fueron heridos. La Policía habilmente colocada para de-
fender a los agresores actuó en el momento determinado lan-
zando gases lacrimógenos contra el pueblo pacífico que se en-
contraba en actitud de escuchar a sus oradores. Desde la tri-
buna se pidió al pueblo calma previendo los horrores que ha-
bría podido producir el legítimo enojo de la multitud. Esta
obedeció. Poco después del atentado ruin se escucharon de-
claraciones oficiales, antes de que hubiese materialmente
tiempo para investigar la verdad de lo sucedido, en que se
insultaba al Candidato y á la multitud velasquista y en que
a los muertos —que no podían ya hablar— se les afiliaba a
los partidos oficialmente favorecidos. Se pretendió desviar la
opinión pública calumniando porfiadamente, tenazmente al
velasquismo y dando importancia ridícula a reacciones rela-
tivamente insignificantes de la multitud, provocada por ac-
titud totalmente inconveniente de los partidarios de los can-
didatos oficiales. Ninguna sanción, ninguna averiguación se-
ria de parte del Gobierno en acontecimiento tan cargado de
criminalidad e infamia. Testimoniaron sobre las circunstan-
cias de este acontecimiento criminal, caballeros de honradez
insospechable; uno de ellos desempeñaba muy elevada fun-
ción en el Estado. Las circunstancias del delito constan ade-
más en expediente seguido ante la autoridad competente.
Empero, el 5 de Junio el pueblo ecuatoriano en actitud
intensa y vibrante, estimulado por la profundidad de su espí-
ritu, lo arrolló todo y burló maniobras. La abundancia de la
votación popular hizo imposible los preparativos fraudulen-
tos. El sentimiento de las mujeres, el vigor de los obreros, la
fe renovadora de los jóvenes rechazó para siempre los fac-
tores negativos y enarboló con glriria una esperanza que de-
be ser mantenida alimentada y satisfecha.
En esta fecha magnífica de que nos estamos ocupando,
el pueblo ecuatoriano, el intuitivo pueblo ecuatoriano que sa-
be más de las realidades profundas de la vida que los sabion-
dos y petulantes, proclamó que la religión es vínculo perenne,
sagrado, individual, de lo más íntimo y excelso del hombre
con lo Absoluto que todo lo explica y a lo que todo tiende, y
afirmó que el sacerdote no puede jamás, sin crimen de felo-
nía y sacrilegio, convertir las enseñanzas religiosas y normas
eclesiásticas en sofismas para obtener resultados políticos
transitorios e interesados. Mi homenaje a los sacerdotes, re-
ligiosos y religiosas, que supieron sentir los dolores y esperan-
zas de la mayoría popular ecuatoriana. Esos sacerd k;es, re-
ligiosos y religiosas, han salvado el prestigio de la Iglesia
Católica, comprometido gravemente por quienes tienen la
obligación de inspirarse eh mayor prudencia y justicia fren-
te a los sucesos.
Actitud religiosa injusta en luchas políticas complica-
das en que existe legítima división entre electores honrados,
conceder a un candidato la exclusiva de católico, abriendo el
camino para que sacerdotes sin ilustración ni amor convier-
tan los sacramentos en factores de tortura para la conciencia
de gentes sencillas.
Del 5 de Junio surgen dos afirmaciones llamadas a orien-
tar en adelante la vida de la Patria. Una afirmación de nacio-
nalidad, y una afirmación que separa la religión de la utili-
zación bastarda de lo sagrado en beneficio de odios y ambi-
ciones.
Como es urgente para la orientación del momento histó-
rico nacional precisar los ideales del 5 de Junio de 1960 y de-
terminar las normas de la consecuente actuación política,
no sería modestia sino hipocrecía, falla histórica, nada decir
del velasquismo.
El movimiento nacional llamado velasquismo, ha cum-
plido obras trascendentales que explican el triunfo del 5 de.
JUNIO. Ante todo es un movimiento en sincera comunión
con los valores populares, que conquistó la confianza de las
multitudes mediante obras prácticas que las multitudes an-
helaban y que las vieron gradualmente realizadas en distin-
tas etapas históricas, desde la construcción de la Aduana de-
Guayaquil hasta el Colegio "24 de Mayo" en Quito.
Nadie ha trazado mejor la historia y los caracteres dcl
velasquismo que el señor Minisro de Gobierno en 1954 —se-
ñor doctor don Camilo Ponce Enríquez— en el Informe a la
Nación, firmado en Quito, el 30 de Junio de 1954.
"El velasquismo", dijo el señor Ministro de Gobierno en
1954, al concluir su larga exposición histórica y doctrinaria
al respecto, "a manera de movimiento medular ha alcanza-
do encuadrar la acción ecuatoriana por senderos de extrapar-
tidismo y continuará escribiendo una página de historia de
magnífico contenido. Partió del establecimiento de las liber-
tades civiles y políticas esenciales, orientó la caótica situa-
ción interna; libra una lucha tenaz por motivos tan altos y
va consiguiendo la afirmación de la nacionalidad de manera
precisa y firme como nadie lo consiguió hasta la fecha".
En efecto, el velasquismo estableció como sistema la
práctica del sufragio libre, convertido antes en burla por to-
dos los partidos políticos. "El Gobierno es la mejor maquina-
ria electoral de un País": esta sentencia de hipocrecía y de
absurdo fue la norma de toda la política ecuatoriana desde
que nació la República. El velasquismo hizo efectivas --en
nombre del liberalismo— la libertad de conciencia, la de ense-
ñanza, la de expresión, proclamadas siempre y violadas siem-
pre por un liberalismo petulante y libresco. Encontró obs-
táculos peligrosos para su tendencia política profunda como
lo recordó atinadamente en su Informe a la Nación el señor
Ministro de Gobierno en 1954. Tuvo que romperlos. Era su
deber so pena de cobardía y de ridículo. Pero el acto de fuer-
za no fue sino momento transitorio en beneficio de la liber-
tad como lo prueban las Asambleas Constituyentes de 1944
y 1946 convocadas por honda convicción republicana contra
el parecer de muchos que alardeaban de demócratas. Vigorizó
el cuerpo nacional, fortificando las Fuerzas de aire, mar y
tierra. Fomentó la economía y el progreso material de la Repú-
blica. Creó escuelas, colegios, grandes edificios en Guayaquil,
en Quito, en muchas otras ciudades. Inició con eficacia y am-
plitud la política de regadío en Pichincha, Manabí, Chimbo-
-- 17 —
4.
cazo, Guayas, Azuay. Expidió la Ley Agraria de 1954, llartia-
da ahora a ser ampliada y que produjo resultados de impor-
tancia jurídica entre los campesinos de las regiones respec-
tivas. Se adelantó a las exigencias de estos días construyen-
' do viviendas baratas en muchos lugares. Con el primer plan.
vial creó la unidad geográfica entre la Sierra y la Costa. Es-
e. tableció las bases financieras para la construcción del Co-
legio "Aguirre Abad" por Decreto de 1953. En Febrero de
195Q gracias a la cooperación del Comité Ejecutivo de Via-
lidad del Guayas, obtuvo la promesa del Banco Internacio-
nal de Reconstrucción y Fomento, de conceder un emprésti-
to para la construcción del Puerto Nuevo de Guayaquil.
El velasquismo procuró atender en toda la medida de
sus posibilidades .a las exigencias progresistas del País. Por
Decreto Ejecutivo de 9 de Setiembre de 1955, publicado en el
Registro Oficial N9 917, se autorizó al Ministro de Obras Pú-
blicas y Comunicaciones para que celebrara un contrato con
la firma "Marconi Wireless Telegraph Company Ltd." a fin de
obtener la instalación de una red de telecomunicaciones para
el servicio interior de la República. El plazo para la entrega
del servicio era de veinte meses a partir de la suscripción del
pedido y en ningún caso era mayor de veintiseis meses desde
la fecha de la ratificación del contrato. Por Decreto Ejecu
tivo de 28 de Diciembre de 1955, se autorizó al Ministro dé
Obras Públicas y Comunicaciones para que contratara con la
firma Smith Engineering and Construction Company, la
construcción de los edificios terminales de los aeropuertos de -
Quito y Guayaquil. El antecedente del contrato fue el prés
tamo concedido por el Banco de Importación y Exportación.
Se realizaron todas las actuaciones necesarias para la cons-
trucción en Quito y Guayaquil de los Hospitales para traba-
jadores y empleados afiliados al Seguro Social. La construc-
ción fue aplazada sin ningún motivo racional y últimamente
en estos días, se la ha festinado de manera inconveniente.
Jamás el velasquismo negó méritos ajenos ni se apropió
de obras iniciadas o consumadas por otras Administraciones,
ni jamás pretendió haber terminado obras que a todos cons-
tan que no han sido terminadas ni realizadas.
El plan vial de 1953 fue el primer esfuerzo serio para el
mejoramiento económico de las condiciones del pueblo ecua-
toriano. Así lo reconocieron los mismos que poco después lo
calumniaron con acrimonia, con tendenciosos fines políticos,
para desacreditar la obra más grande del Gobierno velasquis.,
-la y los mismos que no han hecho sino continuar en parte el
plan vial de 1953.
Antes se abrieron caminos que consistían principalmen-
te en movimientos de tierra. Con el plan vial de .1953 sur-
gen las carreteras técnicamente construídaá, con infraestruc-
tura, curvas, cortes, desagües científicamente realizados; co-
nectadas entre sí para unir las ricas y económicamente com-
plementarias regiones del Ecuador y obtener además la uni-
dad geográfica de la República. Despliéguese un mapa del
Ecuador y estúdiese el plan vial de 1953 y se comprenderá
cómo fue indispensable para hacer efectiva la potencialidad
productora del País mediante la coordinación de los principa-
les centros de la vida económica nacional.
Las carreteras Durán-Gún; Ambato-Babahoyo; Latacun-
ga-Quevedo; Santo Domingo-Quevedo (parte de la famosa
troncal de la Costa contratada el 27 de Agosto de 1953); la
Quevedo-Vía Flores; la que conecta la carretera Durán-Tam-
bo con la Girón-Pasaje; la Quevedo-Manta; la Quinindé-Es-
meraldas; los dos brazos de la carretera hacia Macará están
ados a transformar la fisonomía geográfica de la Repú-
'ea y relevar la verdadera potencialidad económica del País.
Antes de presentar el plan vial de 1953 fue urgente el
arreglo de la deuda externa descuidado por todos los Gobier-
nos anteriores; fue necesario establecer, el impuesto a la ga-
solina después de largos y difíciles debates en que el trabaja-
do' ecuatoriano demostró su comprensión ampha. El País en-
tero sintió una vibración de trabajo y de optimismo y las
inundaciones del río Chanchán dejaron de ser devastadoras
para la República del Ecuador.
Dije que el plan vial —ampliado por orden de los Congre-
sos de 1954 y 1955— fue violentamente, superficialmente im-
pugnado por los ciegos adversarios del velasquismo con pro-
pósitos tendenciosos de política malsana. Para comprobar es:-
to. baste recordar que el más acerbo de ellos, después de crear
todo un escándalo, confesó en documento público de 23 de
Octubre de 1956, dirigido al Presidente de la Cámara de Di-
putados, que no podía referirse al estado de cada una de las
obras viales por el poco tiempo de que había dispuesto para
realizar el estudio e inspección indispensables y que se esta-
ba (precisamente en los días del escándalo) inspeccionando
los trabajos por una comisión de Ingenieros que aún no había
presentado el informe total. Así procede el odio y el apasiona-
miento ciego. Se predica la continuidad para las obras admi-
nistrativas. Pero el momento que aconsejan la rivalidad y la
envidia, se practica la calumnia y la persecución que destru-
yen por un tiempo la continuidad, obligan a perder el tiem-
po, provocan la reacción de los pueblos resentidos.
Urgente restablecer el imperio de la moralidad pública
y desterrar como' sistema de Gobierno el bastardo cálculo po-
Mico.
El Gobierno que tuve a honra presidir de 1952 a 1956,
creó instituciones públicas para la economía nacional y el
año de 1955 fue de auténtico auge productor. La exportación
de 1955 fue superior al monto de las exportaciones entre 1948-
1950; a su vez tres veces superior al promedio correspondiente
a los cuatro arios comprendidos entre 1948 y 1951.
En todos los informes técnicos de las distint2s corpora-
ciones económicas se reconoce el auge de los años de 1954 y
1955. Se citan las causas para este desenvolvimiento. Y uno
de los principales factores fue el plan vial que creó la pro-
ducción en regiones antes selváticas o separadas completa-
mente de los caminos y puertos comerciales. El mismo Banco
Central del Ecuador lo confiesa en la página 25 de su Memo-
ria de 1956:
"Este período de crecimiento", dice la Memoria del Ban-
co Central, "estuvo acompañado por el desarrollo de los otros
sectores de la economía, y en especial con la incorporación de
nuevas tierras al proceso productivo, con la construcción de
vías de transporte, con la intensificación de las labores de in-
vestigación y extensión agrícolas, con el aumento del crédi-
to agrícola y ganadero y con el incremento de la superficie
regada del País".
El anterior pasaje refuta sin réplica racional posible a
quienes han pretendido negar la obra práctica y civilizadora
del velasquismo.

El Ecuador afirma su nacionalidad histórica. El 5 de


Junio es una afirmación de nacionalidad. Afirma el 10 de
Agosto de 1809 y el 2 de Agosto de 1810; el 9 de Octubre de
1820 y el 27 de Febrero de 1829; el 6 Marzo de 1845 y el 5
de Junio de 1895. Afirma todas las otras fechas gloriosas y
las hazañas inmortales creadoras de la Patria. No admite la
teoría de ciertos pedagogos modernos que quieren fundar la
paz en la negación de la historia. El Ecuador ama la paz y
quiere la paz, pero acepta los riesgos y dificultades que presen-
ta la vida. Sabe que toda vida noble y eficiente supone ries-
gos que hay que correr y dificultades que vencer.
Conoce el Ecuador los peligros y amenazas de la hora pre-
sente y considera justo y benéfico que los Estados Unidos de
Norteamérica ejerzan eficiente y sano equilibrio internacio-
nal y sean baluarte de las libertades del Mundo Occidental.
El Ecuador cree que la cooperación en defensa de la civiliza-
ción occidenal es imperativo inevitable que debe ser obedeci-
do con satisfacción. Pero cree también que la América Lati-
na, que la América Hispana tiene su tradición y espíritu pro-
pio, tradición y espíritu que han de ser desenvueltos y culti-
prwiln77 •

— 20—
vados para que Hispanoamérica llene su misión histórica.
Hispanoamérica —como toda personalidad— tiene su propia
originalidad, su propia misión histórica. Ha de defender, en
consecuencia, su personalidad quijotesca, enamorada de los
valores superiores, dispuesta a todo por los valores superiores.
El Panamericanismo, para ser eficaz y popular, ha de
convertirse cuanto antes en verdadera, sincera colaboración
económica, técnica y jurídica dentro del respeto a la sobera-
nía nacional, estimulando las sanas iniciativas y originalida-
des espirituales de cada pueblo. Si Sudamérica ha de contri-
buir en las consecuncias de una política internacional, que
ella en definitiva no dirige, es de estricta justicia que se com-
pensen los riesgos y esfuerzos sudamericanos procurando el
levantamiento de las condiciones económicas y culturales de
sus pueblos. Es la hora de que los Estados Unidos se abran a
una amplia y profunda comprensión de los problemas del
mundo y de las tendencias que apuntan hacia un futuro
próximo que el estadista verdadero está obligado a intuir.
El Ecuador respeta las iniciativas en favor del desarme
de los pueblos; pero cree que previo a todo desarme se debe
establecer la equidad y la justicia en el Continente. En un
Continente como el americano en que falta población y-so-
bran tierras, absurdo e insoportable resulta cualquier impe-
rialismo exclusivista que, basado en la obscuridad de un es-
tatuto, pretenda negar gloriosas e innegables actividades his-
tóricas que dieron base física a una personalidad territorial.
obligada a garantizar el futuro de sus generaciones. Un pue-
blo consciente no puede jamás despreciar el asiento geográfi-
co que le dieron sus descubridores y sus héroes y que, por
obra de la técnica, de los milagros de la técnica moderna,
construirá en el futuro la indispensable base de su nacio-
nalidad.
Varias veces diplomáticos peruanos reconocieron que. el
Ecuador era dueño de vastas regiones en el Oriente amazóni-
co. Excluir al Ecuador del Amazonas es atentado contra la
conciencia jurídica sudamericana; es un abuso artificioso de
la fuerza que no puede subsistir, que no subsistirá. Si se quie-
re la paz, si la palabra Derecho significa algo más que una
simple palabra, es urgente que los países a quienes la natura-
leza concedió el maravilloso canal amazónico lleguen a un es-
tatuto de convivencia racional y equitativa en ventaja de to-
das ellas y de las futuras generaciones.
El principio de la no intervención de un Estado en los
asuntos internos o externos de otro Estado, debe ser respeta-
do y con ningún pretexto se puede atentar contra él. El mal
de la tiranía, el mal de la momentánea desorientación de un
pueblo, se corrigen por la reacción de la conciencia pública.
— 21 --
) Hay que educar la conciencia pública, que elevarla; hay que
preocuparse por aclarar la conciencia continental latinoame-
ricana. La intervención franca o disfrazada no es remedio a
los males de la tiranía o de la desorientación momentánea
de un pueblo. Hay remedios peores que las enfermedades, por-
que producen derivaciones imprevistas y morales. Ante todo,
duélanos o nó, cuéstenos o nó, reconozcamos la verdad de lás
cosas. l as ideas no se contienen con alambres de púas. Lo di-
jo Pascal: el mundo tiende al reposo por la agitación, pero
no halla sino la agitación que le conduce a un nuevo movi-
miento. Vivimos un período crítico. Procuremos el equilibrio
momentáneo sin pretender extinguir lo que de profundo tie-
nen las ideas. Sólo la justicia procurará el equilibrio. Y, por
otro lado, a medida de la facilidad de comunicaciones e in-
formaciones y de que ésta armonice y unifique la conciencia
continental, la soberanía de cada nación irá cediendo en lo
que tenga de anárquico y peligroso ante el lento progreso de
la soberanía moral del Continente y, tal vez un día quede es-
tablecida la saludable presión de la conciencia continental pa-
ra corregir delitos y crímenes que puedan cometerse dentro
de un territorio. Esperemos ese día. Acelerémoslo intensifi-
cando la formación de la conciencia continental. No preten-
damos que la intervención definida desde afuera lo justo y lo
útil en los asuntos internos o externos de un Estado. Un Es-
tado tiene perfecto derecho a defenderse y defender sus insti-
tuciones; no tiene derecho a intervenir en otro Estado.
Difícil saber desde afuera con exactitud los factores ín-
timos de un pueblo. Hoy puede tal vez hacerse un bien. Pero
mañana puede cometerse un atentado irreparable. En todo
caso, la intervención es fuente de inseguridad, injusticia y
sangre.
El Ecuador sabe que para su progreso le son indispen-
sables la ayuda de la técnica y de los capitales extranjeros.
Solicitará esta ayuda en nombre de la solidaridad, de las re-
soluciones panamericanas, de la interdependencia humana.
Garantizará plenamente a los inversionistas extranjeros. Pe-
ro no subordinará jamás su dignidad de Nación ni aceptará
que se le impongan las normas de su proceder internacional.
Capital y técnica extranjera para cumplir su tarea de coope-
ración civilizada han de respetar las leyes nacionales.
Para los hombres ecuatorianos del 5 de Junio de 1960,
los intereses nacionales priman sobre todas las demás cues-
tiones y es completamente inadmisible predender que "se
congele" un reclamo vital y justo de' la Patria llamado más
bien al más hábil y eficiente dinamismo hasta obtener sa-
tisfacción indispensable.
71."-":2793TreM'Ill~1,11197~i
— 22 —
Hace pocos días, Honorables Legisladores, restaurasteis
la vigencia de un principio. Se trataba de un principio y na-
da más que de un principio; pero de un principio vital para
la República del Ecuador y de un principio básico para to-
do el Derecho Internacional Público. No se trataba de un
asunto de extensión territorial ni de métodos jurídicos para
recuperar territorios.
Persona que lleva en sus hombros muy alta responsabi-
lidad Oficial en el orden internacional, enunció en hora su-
mamente importante para el destino internacional de la Re-
pública que los intereses continentales primaban sobre todas
las demás cuestiones. Pendiente la cuestión limítrofe entre el
Ecuador y el Perú, la opinión nacional no pudo por menos de
intranquilizarse ante las posibles consecuencias de declara-
ción tan inoportuna y superficial. Cuando en Río de Janeiro,
en 1942, se entregó la mitad del territorio nacional sin una so-
la protesta valiente en el seno de la Conferencia de Cancille-
res, sin una sola exposición vibrante, sin un golpe de puño en
la mesa anunciando al mundo que, mientras se pretendía re-
chazar la agresión totalitaria contra la democracia occiden-
tal, en esos mismos momentos el Ecuador tenía invadido par-
te de su territorio, se utilizó la excusa absurda de que el Ecua-
dor se había sacrificado por el Panamericanismo. Los ecua-
torianos escucharon por consiguiente con alarma la repeti-
ción en 1959 y en otros términos de la misma excusa de 1942.
Aquello de que los intereses continentales priman sobre las
demás cuestiones, era para nosotros una inquietante ame-
naza.
El Congreso de 1959 no pudo adoptar resolución alguna
sobre la declaración peligrosa del señor Ministro de Relacio-
nes Exteriores, porque la mayoría gubernativa impidió que
el Congreso borrase de la historia diplomática de la Repúbli-
ca ese principio absurdo e inmoral. Vosotros, Honorables Le-
gisladores, representantes de la soberana popular expresada
el 5 de Junio, soberanía popular que afirmó el vigor de la na-
cionalidad ecuatoriana, no podíais quedar indiferentes ante
el hecho de que continúe flotante una norma diplomática que
en definitiva, se traducía en la subordinación del Ecuador
so pretexto de tranquilidad internacional, en la posible en-
trega de derechos territoriales ecuatorianos so pretexto del va-
lor superior de los intereses continentales.
Vosotros, Honorables Legisladores, en la noche del 18 de
Agosto de 1960, al rechazar el concepto de que los intereses
continentales priman sobre las demás cuestiones y, por con-
siguiente, la política del Ministerio de Relaciones Exteriores
entre 1956 y 1960 que se sintetizaba —en lo que fundamental-
te afecta al Ecuador— en ese concepto, anunciasteis a la Amé-
-23 —.
rica que erais Representantes de un Estado soberano resuel-
to a defender por todos los medios posibles la integridad de
su territorio y con éste su vida misma, pues el Ecuador jamás
aceptará como legal y justo el permanecer arrinconado entre
el Mar y el Ande después de haber descubierto el Amazonas
y colonizado y administrado inmensas regiones del Oriente
amazónico. Los Tratados celebrados con el cañón en el pe-
cho de los contratantes, son nulos de acuerdo con las normas
panamericanas.
Aquello de que los intereses continentales priman sobra
todas las demás cuestiones, jurídicamente es algo abstracto,
algo vacío de todo sentido en el Derecho Internacional Públi-
co. Sólo el total desconocimiento de lo que es el Derecho In-
ternacional Público, de su diferencia con el. Derecho Consti-
tucional, de lo que es una Conferencia internacional, pudo
permitir esa afirmación abstracta, superficial y que, dado él
momento en que se la hizo, constituía una verdadera ver-
güenza para el Ecuador. Un Continente es un conjunto de
Estados soberanos. Un Estado soberano no es como una Pro-
vincia dentro de un Estado unitario. Cada uno de los Estados
soberanos lucha por su vida y busca su desarrollo, y lo único
real y positivo es el equilibrio entre los intereses legítimos de
un Estado soberano. El interés continental no es otra cosa
que ese equilibrio pacífico entre los Estados soberanos. No
hay un interés continental diverso de ese equilibrio.
Salvasteis el 1° de Agosto el honor nacional y, por obra de
los Legisladores, representantes del pueblo del 5 de Junio,
amaneció para la Patria un nuevo día en el que sin encender
odios ni buscar guerras, procuraremos que la República sea
inviolable en sus derechos, que se escuchen sus legítimos re-
clamos, que su futuro quede garantizado, y que sientan todos
el deber de perfeccionar y ennoblecer cada día en los distintos
aspectos la vida interna de la nacionalidad.
Quienes no han hecho sino motej arme y calumniárme eft
toda oportunidad y continuarán motejándome y calumnián-
dome, se permitieron citar un texto mío a propósito de la pe-
regrina tesis de interés continental. Pero mi texto es parte
de un contexto claro y preciso con motivo de una circunstan-
cia perfectamente determinada. Se lo aisló del contexto y se
me atribuyó una conclusión absurda. Por dicha, desde 1922
no he cesado de defender en toda oportunidad, con la palabra
y con la pluma, en las Cámaras Legislativas y en las Juntas
Consultivas, dentro del País y en el Exterior la tesis del Ecua-
dor Amazónico, la tesis de que el Ecuador está dispuesto a un
arreglo honrado, pero jamás a renunciar a su carácter de Na-
ción amazónica y a la Región Oriental indispensable para
su futuro desarrollo.
milrmiennwsmon~81~ zniw zr~~~~
— 24 —

¿No repugna que quienes entregaron humildes y silen—


ciosos la mitad del territorio ecuatoriano en 1942, y quienes
han mirado tranquilos el arrinconamiento del Ecuador entre
el Pacífico y la Cordillera de los Andes, y quienes han pro-
clamado que el interés continental prima sobre las demás
cuestiones y que era preciso "congelar" la cuestión limítrofe
ecuatoriana durante la Undécima Conferencia Panamerica-
na, me incriminen ahora porque proclamo que el Ecuador es-
tá resuelto a aceptar arreglos honrados, pero jamás abdicar
de su carácter de Nación amazónica?

Honorables Legisladores, vuestra penetración sabia com-


prende que, aunque no haya sangre ni movimientos milita-
res, estamos en el Ecuador frente a una revolución auténtica
frente a un cambio radical de perspectivas que las gentes di-
visan con pasión y que los servidores públicos debemos per-
seguir con vigor y claridad. Hoy el bienestar económico, sani-
tario y cultural del pueblo debe ser la meta. No cabe desorien-
tación posible. Las conferencias económicas que he convoca-
do en distintos lugares de la República desde el 5 de Junio no
dejan lugar a duda. Los hombres más ilustrados del País re-
conocen el derecho del pueblo ecuatoriano a reclamar su bien-
estar económico, sanitario, cultural.

He tenido a honra durante mi campaña electoral pre-


sentar los males y necesidades con toda franqueza, advirtien-
do, esto sí, que son males que requieren muchos recursos eco-
nómicos para ser corregidos y que exigen mucho tiempo, mu-
chos años de labor eficaz. Si el Gobierno, desde el principio,
trabaja con constancia e inSligencia, el pueblo esperará, No
exigirá milagros presenciando sobre todo cómo en estos úl-
timos meses, en estos seis últimos meses, se ha hecho lo po-
sible para vaciar y endeudar las arcas fiscales y dejar obs-
táculos en todo sentido a la nueva Administración. Mientras
no hay dinero ni siquiera para pagar a los maestros de escue-
la y atender cumplidamente a las Fuerzas Militares, se emi-
ten todos los días milones y' millones de bonos que de alguna
manera deben ser pagados.
Debemos ser fieles en el trabajo honrado, rápido, eficien-
te, desterrando el papeleo insensato, el retardo antihumano,
antipatriótico, que aplaza y aplaza y deja para el otro día,
para la semana próxima, para el mes, el año próximo lo que
podría cumplirse enseguida, si hubiese real preocupación por
el servicio, Dor el dolor y el padecimiento ajeno. La burocra-
cia debe trabajar y el burócrata que no trabaje debe ser rá-
pidamente separado de su cargo. Las garantías de estabilidad
de los burócratas proceden cuando previamente se ha forma-
do una burocracia honesta, consciente de sus deberes y no
deben coronar etapas de negocios ilícitos, negligencia y deca-
dencia cívica.
•t

En todo pueblo civilizado hay partidos políticos que re-


cogen las tendencias populares, las purifican y conducen has-
ta el Poder y la realización. Pero, ha sucedido entre nosotrps
que, preocupados únicamente con las ambiciones y los tras-
tornos y las conspiraciones y los tumultos y las jactancias
doctrinarias y los sectarismos, los partidos han despreciado
la doctrina y la austeridad en las ideas. No hay ideas ni doc.
trinas. Se ha reclamado orgullosamente, histéricamente con-
tra determinados sistemas o personajes. Apenas el sistema o
el personaje se apoderó del Gobierno, los declamadores de
ayer doblaron la rodilla, disculparon, silenciaron, cohonesta-
ron, concedieron esperas, claudicaron en suma. ¿Dónde en el
Ecuador la formación realmente liberal?
Se ha buscado el éxito, se han utilizado las oportunidades
para el éxito. Liberales han practicado el fraude electoral y
han contemplado tranquilos que se atentase contra la liber-
tad, dignidad y seguridad de las personas; que se arrojase a
un ciudadano a las selvas orientales y se lo atormentase pa-
ra impedir declaraciones comprometedoras. Socialistas han
vinculado su política con los deseos de compañías extranje-
ras monopolistas, odiadas por pueblos enteros. Personas que
se precian de amar el orden y la moral, para obtener Fus am-
biciones y satisfacer sus odios, han empleado los medios más
reprobables. Pactos innobles, calumnias descaradas. En el
Ecuador se ha perdido toda orientación doctrinaria, ideal. El
pertenecer o no pertenecer a un partido, es decir, el aceptar
intimamente un ideal —cosa del alma, de la espontaneidad
del espíritu, de la sinceridad de la conciencia— es para los
políticos eci)atorianas asunto que se determina desde afuera.
Lo detenninan los círculos de amigos, la proximidad de una
elección, el interés del momento electoral. Se acuestan inde-
pendientes o socialistas. y se levantan libe.'a les. cambiando
de ideas como de corbata.
Sin poderosas corrientes doctrinarias recogidas por los
partidos políticos no puede haber rumbo nacional. Sin doc-
trina y partidos doctrinales las naciones viven al acaso, a la
deriva; se debilitan y descomponen; pueden ser humilladas,
— 26 —
'abatidas por naciones más orientadas y por tanto, más po-
derosas. Los partidos sin doctrina, inspirados en un persona-
lismo vanidoso, hinchado y fofo, han sido desautorizados ra-
dicalmente por el pueblo ecuatoriano el 5 de Junio de 1960.
En el ambiente de libertad y republicanismo que se inaugu-
ra hoy, deberán surgir verdaderos partidos, con hombres nue-
vos, con personas sin historia manchada y triste; partidos
vinculados con el alma popular; en comunión con los dolores
y esperanzas nacionales; dispuestos a recoger los deseos, co-
rrientes y tendencias que brotan de lo hondo de la vida po-
pular. Antes de ,protestar contra lo que se pretende llamar
caudillismo, se debe corregir la propia incapacidad para en-
ténder a las gentes. Hay que descender de la propia Ma-
jestad, a la que se ha erigido un trono en la intimidad del
yo orgulloso, y tratar de sentir con las gentes, sufrir con
ellas, esperar con ellas. Hay un subjetivismo deliran-
te que se traduce en convicciones y declaraciones enteramen-
te contrarias a los hechos y a la objetividad de la vida. Ese
subjetivismo enfermo choca y se rompe ante la protesta de
las gentes engañadas, desdeñadas, y ante la resistencia de la
realidad que no ha sido estudiada con modestia.
Tenemos que comprender el mundo moderno, las multi-
tudes modernas. El pueblo es la entidad tradiciopal y psicoló-
gicas, que anima la historia, la mueve y empuja hacia lo alto;
estimula los ideales y los encarna a veces con sangre. Las
multitudes modernas que llenan nuestras calles, campos y
asambleas en sus movimientos espontáneos y legítimos, re-
presentan a los pueblos. de ayer y de siempre. Son los pueblos.
No las confundamos con una reunión o asociación artificio-
Sámente convocada para luchar por un interés momentáneo
y transitorio. Las multitudes en su espontaneidad jurídica
son el pueblo. El régimen de los pueblos puede tener sus in-
convenientes; pero es un hecho y nadie lo podrá destruír. Hay
que respetarlo y adaptarse a él. Napoleón, el Héroe, el Hombre
de una nueva edad, tan mal comprendido por superficiales
historiadores que se copian los unos a los otros, tenía el más
grande cuidado de sentir el movimiento de la opinión, de ha-
cerse informar sobre ella. Pudiendo imponerse a ella, no lo
hizo. El General Sucre, el Gran Mariscal de Ayacucho, cuan-
do gobernó Bolivia estaba pendientee-de la opinión de la gen-
te para obedecerla y renunciar al mando, si tal era el deseo
espontáneo y preciso del mayor número. El Gobierno del pue-
blo tiene más defectos que el de los déspotas o el de las oli-
garquías. Aquello de habla' de votos de calidad, es pura pe-
tulancia, pura extravagancia. La democracia consiste, en su
aspecto formal y externo, en el gobierno de las mayorías. El
voto de calidad es un disfraz del voto oligárquico. Para discul-
par las derrotas, hablan muchos del voto consciente sin caer
en cuenta de que están renegando de la democracia en la cual
fingen creer.
En las grandes sacudidas de la humanidad y de las na-
ciones es el pueblo, es la mayoría popular la verdadera cons-
ciencia; porque el pueblo está en contacto con la vida, con los
dolores y esperanzas de la vida, con las injusticias y promesas
de la vida, y la vida es la luz que ilumina a los hombres. Por
esto se escuchan discursos de humildes hijos del pueblo que
condensan más sabiduría que muchos libros.

Estamos frente a otra nueva edad del mundo. El pueblo


como entidad tradicional y ética con su hondura y misterio
psicológico, sociológico, con su dinamismo y capacidad de pu-
rificación, al impulso de sus dolores y afanes, de sus incon-
formidades y esperanzas, ha hecho su aparición en la historia
y exige que los Gobiernos le sirvan y que las ventajas de la
técnica moderna también a él le aprovechen. Sin necesidad
de esperar las complicaciones científicas del marxismo que
ofrecen al hombre la libertad, preconizando como método
convertirlo por tiempo indefinido en engranaje del mecanis-
mo estatal, el liberalismo ético-político del siglo décimo oc-
tavo —que nada tiene que ver con el llamado liberalismo eco-
nómico— proclamó el valor absoluto del hombres en la tierra,
del hombre-individuo. El verdadero, el genuino siglo décimo
octavo fue una verdadera crisis de la conciencia occidental,
se pronunció por una especie de cristianismo laico. Rousseu
.fue el verdadero gigante de ese siglo. Vió muy bien lo que al-
individuo se le debía en lo espiritual y en lo económico. To-
davía -están por aplicarse la mayor parte de los enunciados
respecto al hombre-individuo de ese siglo luminoso.
Pero, ese siglo grande no vió —porque cada época hace
su aporte al océano de la historia— el valor del pueblo COMO,
entidad moral y humana, como alimento de lo individual, co-
mo fuente de lo dinámico, como escuela de solidaridad, como
impulso hacia el progreso. El siglo décimo octavo fue el del
hombre-individuo. Al décimo noveno le tocó bregar por las
aplicaciones en distintos aspectos de la doctrina de la cen-
turia anterior.
rIT.711em"~""7115 ""11~~1.111
En el siglo actual, a través del caos creado por las dos
guerras mundiales, afloran los pueblos del Asia y del Africa
y de la América del Sur y de todas partes reclamando justicia
integral, regeneraorión económica y sanitaria; igualdad ante
el deber; las ventajas de la técnica.

El velasquismo que supo recoger el afán del pueblo por


la libertad sinceramente vivida, deberá ahora recoger los afa-
nes del pueblo por su regeneración biológica, económica y
cultural.
La humanidad ha vivido de todos y para pocos, muy po-
cos. La sensibilidad contemporánea está cambiando radical-
mente las finalidades jurídicas del Estado. La humanidad
continuará viviendo de todos, pero para todos, exigiendo que
la técnica, que el dominio de las fuerzas materiales y cós-
micas aprovechen a todos.
El Ecuador no quiere la debilitante y caótica lucha de
clases. Un combate odioso e incomprensivo entre clases, que
fomente la inseguridad, la fuga de hombres y el ocultamiento
de recursos, en poco tiempo nos pondría a los pies del Ex-
tranjero dada nuestra actual debilidad económica y política.
La clase vencida que prepara su revancha es el sucederse in-
definido de las tiranías. Lo importante, que cada clase cum-
pla con sus deberes: deber de trabajar, de producir; de orien
tar, de servir a la Patria, de fortificar la Patria, en suma, de
comprometerse cada cual en la vida. La vida, la vida humana
es miserable si no es un compromiso. El rico que produce ,y
trabaja merece respeto y estímulo. Queremos ser una Repu-
blica de trabajadores en el sentido elevado de los términos.
Quien no trabaje pudiendo y debiendo trabajar, no contará
con la simpatía del pueblo. Quien no crea en los valores eter-
nos de la Patria, no los respete y esté dispuesto a luchar por
ellos no contará cn la simpatía del pueblo.
La regeneración económica del pueblo ecuatoriano impo-
ne ]a reforma agraria. Nuestro país es esencialmente agríco-
la. Nada más indispensable que fomentar la producción agrí-
cola en toda la extensión posible y nada más humano y jus-
to que mejorar la condición individual del trabajador del cam-
po. Vincular el hombre a la tierra. Darle medios para que la
trabaje, garantizarle su esfuerzo, su seguridad e higiene, su
formación espiritual, equivale a crear energías personales sa-
nas y eficientes en bien del Ecuador.
— 29 —
En todas partes se habla de reforma agraria y en muchas
se la realiza. La obra entre nosotros será complicada y difí-
cil por la falta de recursos; pero hay que principiarla, hay que
poner bases adecuadas que nos lleve a su coronamiento.
Nuevo reparto dé tierras por expropiación y adjudicación,
compensación mediante el impuesto progresivo al uso y apro-
vechamiento de tierras que pasan de determinada extensión;
castigo por el impuesto absorbente a las tierras improducti-
vas por incuria del que las posee; colonización de tierras del
Estado, de tierras nuevas. Distintas formas de reforma
agraria.
Os ruego, Honorables Legisladores, que coma cuestión
básica para esta Legislatura y como jalón de la reforma so-
cial en el Ecuador, estudiéis y promulguéis una reforma agra-
ria adecuada a las condiciones del pais, a las de nuestras dis-
tintas provincias, a los recursos de que disponemos.
No es posible permitir que ciertas poblaciones permanez-
can ahogadas, inmovilizadas a causa del latifundio que las
rodea.
En las Constituciones modernas se dice que la propiedad
es función social. Pero no se determina con precisión cuándo
y cómo la propiedad deja de cumplir su función social y, por
consiguiente, deja de tener derecho al respeto. Las modernas
normas para la reforma agraria consideran contrario al prin-
cipio de la función social de la propiedad la existencia de fin-
cas incultas u ociosas especialmente en las regiones de desa-
rrollo económico: los sistemas indirectos de explotación de la
tierra mediante arrendatarios, aparceros, medianeros; y se
cree incultas u ociosas o cultivadas de modo indirecto median-
te cargas fiscales progresivas sin perjuicio de- la expropación
en caso necesario.
De estricta justicia y vital importancia la colonización
de las tierras baldías. Las carreteras descubren a poca dis-
tancia de las principales ciudades del pais tierras magníficas,
exhuberantes, llamadas a beneficiar al trabajador y a la Na-
ción. El plano aereofotogramétrico; el inventario de tierras
baldías; la Caja de Colonización basada en la garantía de las
tierras del Estado; la reorganización y capitalización de los
Bancos de Fomento procurando que éstos no sirvan —en mu-
chos casos al menos— de pesada maquinaria burocrática de-
dicada con frecuencia a zafar de apuros a oligarcas, amigos y
partidarios, sino que se conviertan en aliados ágiles e indisi
pensables para el fomento de la producción; la selección del
elemento humano aspirante a colono, inspirada en justicia; el
establecimiento de la unidad agrícola familiar; el fomento
del cooperativismo; los planes sanitarios y educacionales; el
seguro campesino; los conventos migratorios con naciones
— 30 —
extranjeras, son los requisitos para una colonización seria,
continuada, en beneficio del País, con destierro absoluto de
concesiones y aprovechamientos anárquicos, injustos, corrup-
tores. En nuestros tiempos de todo se aprovechan —aún de
las instituciones más humanas— para beneficiar a oligarcas
y amigos.
La reforma agraria es condición indispensable para el
desarrollo de la industria nacional. Mientras no haya reforma
agraria, es decir, mientras no aumenten los consumidores,
nuestra industria continuará desmembrada. La industria que
existe debe ser patrióticamente protegida en todo lo posible;
pero los industriales deben también cumplir sus deberes a
conciencia: procurar la mejora industrial, procurar la calidad
excelente para los productos en cuanto sea posible. La falta
de conciencia y rectitud moral son fracasos económicos y uti-
litarios.
Sin negar el mérito a cualquiera iniciativa favorable a
las viviendas populares, es el velasquismo quien tiene la gloria
de haber agitado este problema con todo brío. Inició la cons-
trucción de casas baratas y viviendas populares en Guaya-
quil, Quevedo, Cotacachi, en la provincia de Manabí y du-
rante la campaña electoral llevamos la conciencia nacional
hacia la convicción de que es preciso que desaparezcan el tu-
gurio, la convivencia del hombre con el animal, la casucha
inmunda sobre el pantano y el barro. Favoreced, Honorables
Legisladores, toda iniciativa que procure a los ecuatorianos
la habitación digna del cuerpo y del espíritu humano. Pro-
curemos una raza sana, si queremos una Nación fuerte.
Vivimos en una República en que se proclama el imperio
» de la igualdad y se toleran contrastes verdaderamente igno-
miniosos, Se ha construido, gastando ingentes millones, el lu-
josísimo edificio para la Caja del Seguro Social de esta Capi-
tal, que pudo ser mucho más modesto e igualmente cómodo,
y se ha postergado durante cuatro años sin otro motivo que
la animadversión política destructora de la continuidad ad-
Ininistrativa, la construcción de hospitales para obreros y em-
pleados de Quito y Guayaquil. Grupos populares verdadera-
mente trabajadores honestos se lamentan de la falta de ali-
mentación, casa y vestido, y se hacen lujosísimas importacio-
nes de artículos que fabrica la industria nacional. Así vivi-
mos: al margen de la vida y de sus necesidades reales y, lue-
go, nos erguimos terribles cuando la gente protesta en la for-
ma en que las _multitudes angustiadas suelen protestar en
todas las partes del mundo. Hay actitudes que no se pueden
justificar moralmente, pero que es preciso comprenderlas pa-
ra evitar males mayores y que continúen reacciones psicoló-
gicas peligrosas.
— 31

Ninguna animosidad contra el Banco Central; pero se


debe reconocer que existe censura general contra la política
monetaria y económica del Banco Central. El clamor de las
fuerzas vivas del que la prensa y una parte del País se ha he-
cho eco, tiende a pedir mayores facilidades de crédito, dice la
Junta Nacional de Planificación en la primera parte de su In-
forme Anual de 1958. Y la Junta proclama que el clamor es
legítimo y oportuno en la medida en que esa expresión de vo-
luntades se oriente a favorecer el crecimiento económico de la
República.
El Banco Central del Ecuador es institución nacional.
Existe por una ley que le ordena fomentar el desarrollo eco-
nómico. Subsiste, porque se mantiene la ley. El Banco Cen-
tral tiene que ser solidario con las necesidades, urgencias,
aflicciones del pueblo ecuatoriano. Tiene que convertirse
en instrumento modesto, ágil, flexible para el fomento nacio-
nal. Jamás la campaña electoral velasquista pretendió el
absurdo de desvalorizar la moneda. Aún a países de vigorosa
estructura, la inflación los enferma de alarmante manera.
Nadie puede querer para el País la inflación monetaria. Pero
hay falacia, como dice un técnico financiero argentino, en
hablar de estabilización monetaria sin expansión económica.
Si no hay producción, a la larga fracasa estruendosamente
la estabilización y a la corta impera la miseria. No me arre-
piento de haber procurado en mis administraciones anterio-
res que se empleen recursos ociosos en construir carreteras,
fomentar la producción, vigorizar el País, crear escuelas. Los
que me imputaron gastos, al día siguiente de mi descenso del
Gobierno, tuvieron cuidado para que el sofisma escandalizase
de no precisar en qué se gastó. Se gastó en vigorizar el País,
en hacerlo producir. Es decir, se gastó en procurar que se
mantenga la moneda sana.
La moneda sana es un bien, una necesidad. Pero lo
insensato es en un problema tan complicado, tan trascenden-
tal en todos los aspectos como el problema económico, te-
nerlo por resuelto y quedarse tranquilo y contento, porque se
ha obtenido un solo aspecto de este problema: el de la mone-
da sana. O procurarnos que también el hombre sea sano
estructurando y orientando hacia lo humano los factores eco-
nómicos, o la revolución caótica enfermará a los hombres y a
la moneda.
Procuremos la igualdad democrática en las diversas esfe-
ras administrativas de la Nación. Mientras en algunas de ellas,
en la mayor parte —en las pedagógicas, por ejemplo— se pa-
gan sueldos miserables, hay otros campos administrativos en
que los empleados ganan más que un Ministro de Estado. So-
f."-y—zynrr—T-5,-"TnT"--Te—PPrw ll!~P
— 32 —
mos los técnicos de la desorganización nacional y administra-
tiva. El País no ptiede, no puede aceptar injusticias seme-
jantes y es urgente corregir estos absurdos privilegios. El
pueblo no permitirá que continúen estos privilegios.
Causa horror el recorrer la República y comprobar el es-
tado de pobreza absoluta de los trabajadores, de loscampesi-
nos ecuatorianos. La vida de nuestro pueblo es una verguen-
za nacional; una peligrosa debilidad en este mundo de agu-
das y constantes competencias internacionales en el `que so-
brevivirá tan sólo el fuerte militarmente, económicamente,
culturalmente. Para nuestro pueblo no existen agua potable,
regadío, fuerza eléctrica, asistencia médica, escuelas. Sin
embargo, el pueblo es el factor más poderoso e importante de
una nacionalidad. Por él vive, progresa. Por él se encarna
la racionalidad en campos y ciudades. La falta de un pueblo
orientado, sano, económicamente fuerte puede determinar un
fracaso total. La Francia invadida y humillada un momento
por el insolente nazi, agresivo y feroz, se restableció poco a
poco y hoy está en el esplendor por el esfuerzo de un pueblo
rico y sabio.
El Estado moderno, sin dejar de ser jurídico, es, en su
apariencia ante todo, un Estado de servicios públicos, de ser-
vicios técnicos. Todo es técnica en el Estado moderno. La
moneda, el circulante, la actividad bancaria; la administra
ción aduanera; la importación y la exportación; los emprés-
titos internos y externos; la planificación de obras e inver-
siones; todo exige trabajo técnico. El Estado moderno es el
de los servicios de asistencia y obras públicas y sanidad y do-
cencia y exportación e importación y regadíos y fuerza eléc-
trica.
Estado esencialmente técnico y moderno; pero sin con-
ciencia fracasa la técnica. Hay que moralizar el cuerpo de
burocráticas; que trabajen, que sirvan al público con acuciosi-
dad y cortesía; que cada día adquieran más competencia en la
esfera de su actividad. La Ley de Carrera Administrativa
—que en el Ecuador sólo se la reglamenta cuando otros deben
sufrirla— es consecuencia lógica de la actividad burocrática,
concienzuda y competente. Sin actividad burocrática concien-
zuda y competente, la Ley de Carrera Administrativa es la ga-
rantía y estabilización del constante fraude al público, de los
aprovechamientos ilícitos, de la negligencia y, por consiguien-
te, el inevitable antecedente para la caída y el fracaso de un
régimen. Y cuando se produce una revolución contra una
administración corrompida, la Ley de Carrera Administrati-
va es simplemente una necedad.
e

El progreso material del Ecuador será imposible mientras


desde Quito se deba atender a todas y cada una de las nece-
sidades de las más apartadas parroquias, de los más apar-
tados cantones, de las apartadas provincias. No hemos sa-
bido organizarnos como Estado ni como Administración. Por
esto experimentamos tantos desastres y deficiencias en nues,-
tra vida nacional.
En Colombia, en Argentina se luchó durante años para
buscar la mejor forma de organización administrativa. Un
ilustre estadista colombiano salvó a su Patria proclamando él
la fórmula:: "Centralización política y descentralización ad-
ministrativa'. Es la única verdad para el Ecuador. Fuera de
ella no nos queda sino el feudalismo disolvente; o. el centra-
lismo que paraliza toda actividad progresista, sobre todo la
que debe llegar a la periferia nacional.
Comprendamos al fin, comprendamos ya que hay una des-
centralización impuesta por la fatalidad de los hechos, por
la fatalidad de la geografía y de las distintas circunstancias
geográficas; impuesta de modo ineludible por la distancia.
a esta generosa y noble ciudad de Esmeraldas. Yo vine aquí
por el carácter objetivo y las urgencias de los núcleos de po-
blación. A esta descentralización geográfica, impuesta por
la distancia, por los núcleos de población, deben corresponder
la vida provincial con el respectivo Consejo Provincial, la vida
■■■ cantonal con el respectivo Concejo Cantonal.
A esta descentralización ineludible para el progreso de la
vida nacional, jamás le hemos dado importancia. Por esto, es
de ayer la existencia de los Consejos Provinciales. Y tanto los
Consejos Provinciales como los Concejos Cantonales carecen
de amplia y sólida organización, carecen de recursos econó,
micos, de planes administrativos. Su vida es artificiosa, desor-
denada. Dependen constantemente del auxilio, del aparte
extraordinario del Poder Central. Los pueblos no tienen con-
fianza ni en los Consejos Provinciales ni en los Concejos Can-
tonales. Estas Entidades se dedican casi siempre a la poli-
tica sectaria, Pequeña, infecunda, repugnante; a luchas per-
,sonalistas; a lucros indecentes. Rindo homenaje a los pocos
Concejos Cantonales y Consejos Provinciales que saben ser
responsables y patriotas. Pero hay Concejos Cantonales con
recursos suficientes y, sin embargo, dentro de su jurisdicción
imperan la calle inmunda, barrosa, llena de baches, el tugu-
rio, la falta de luz, de agua, de modestos caminos vecinales.
Toca a los pueblos, a los pueblos del 5 de Junio tener más
carácter y orientación para elegir autoridades provinciales y
municipales. Deben negar sus votos los pueblos del 5 de Ju-
nio a los farsantes y deshonestos mercaderes de la política
provincial y local.

En cambio, por una aberración difícil de comprender,


por una verdadera desgracia nacional nos encantan la des-
centralización anárquica, la descentralización dentro del ser-
vicio público nacional, dentro del servicio público provincial
o que debería ser provincial, dentro del servicio público can-
tonal o que debería ser cantonal.
Por ejemplo, la Nación mediante el servicio nacional de
asistencia pública, de beneficiencia, debe atender a enfermos,.
ancianos, huérfanos. Lejos de robustecer este servicio, de en-
riquecerlo, se crean Juntas especiales para atender a deter-
minadas enfermedades y a estas Juntas se las alimenta con
impuestos coactivamente cobrados, con impuestos nacionales.
Y las Juntas crean su cuerpo burocrático con toda clase de
dependencias, y se duplican los gastos. Y, de hecho, los en-
fermos son asistidos en parte por la Asistencia Pública, por
la Beneficencia Pública, y en parte por las Juntas
autónomas. Pero tanto la Asistencia Pública, la Bene
ficencia Pública, como las Juntas autónomas son po-
bres, paupérrimas porque los recursos atomizados, desparra
mados no alcanzan ni para la úna ni para las ótras. El resul-
tado, que a la larga las Juntas tienen que cerrar sus depen-
dencias y que ni la Asistencia Pública, ni la Beneficencia Pú-
blica pueden ejercer su actividad humana, caritativa en la
forma amplia en que deberían hacerlo, sobre todo en ventaja
del pueblo pobre, especialmente ahora en que la agitada vida
moderna, la nerviosidad moderna, la decadencia orgánica por.
multitud de factores, generalizan y multiplican todo género
de enfermedades.
Se crean Juntas autónomas para hacer carreteras, para
reconstruir provincias, para mejorar regiones. Se atomiza, se
desparrama lo poco que hay en lugar de intensificar el ser-
vicio nacional, el servicio del Consejo Provincial, el servicio
del Concejo Contonal, se debilita todo, fomento la burocra-
cia y casi siempre fomentando las corruptelas odiosas que
sublevan a los pueblos.
No sé de dónde nos viene la fe en las tales Juntas autó-
nomas. Se dice que son resultado de la desconfianza frente
al Gobierno; y no se cae en cuenta que las Juntas autónomas,
77.5177.Y-
41 7 "

— 35 --
que también manejan fondos públicos y no- fbndos propios
de las personas que las componen, incurren, por manejar
fondoá ajenos, en los mismos defectos que el Gobierno. Digo
mal: incurren en defectos mucho más graves y de peores: con-
secuenciás; porque al Gobierno le limitan la crítica periodís-
• 4 tica, la protesta de la opinión pública, el temor del trastorno'
cívico, mientras que las Juntas Autónomas, sin tun verdadero,
responsable personal, hacen lo que les parece y abusan como•
les place sin preocuparse de la opinión pública.
Hay provincias en que para el servicio de agua potable
existen tres Entidades que ninguna ha podido hasta ahora
atender a ese servicio.
Naturalmente toda regla tiene excepción y ciertas Jun-
tas autónomas por la honorabilidad y competencia de sus
miembros han hecho bienes al País y suplido la deficiencia y
descuido de la Nación, de los Consejos Provinciales y Conce-
jos Cantonales. Estamos tan mal organizados que ciertas ano-
malías administrativas hacen bienes relativos. Pera, si que-
remos reajustar realmente nuestra vida nacional y ponerla
a la altura de lo que exigen los tiempos, tenemos que coordi-
nar y unificar lo que debe ser unificado y coordinado. No po-
dremos comprender de golpe el mal funesto de la anarquía y
dispersión de las Juntas autónomas. Os ruego sí, Honora-
bles Legisladores, que lo enmendéis prudente y gradualmen-
te. Hay Juntas autónomas compuestas de muchísimos miem-
bros con numerosas dependencias. Las hay que, dentro de
ellas mismas, abrigan otras Entidades autónomas. No sé por
qué los caminos al Oriente han de quedar encargados a una
Junta Autónoma. El 5 de Junio no producirá los efectos que
el pueblo espera, si no dictáis ciertas medidas respecto a cier-
tas Juntas Autónomas.
La Junta de Beneficencia de Guayaquil no es, bajo nin-
gún aspecto, la Entidad autónoma contra la cual se dirigen
mis observaciones. Esa benemérita Junta tiene larguísima
tradición y su vida obedece a circunstancias jurídicas muy
especiales completamente ajenas al espíritu anárquico y
perficial que nos ha inspirado en el orden administrativo. La
Junta de Beneficencia de Guayaquil es una Entidad ilustre,
de servicio público nacional.

Realmente nos hemos organizado mal. No tenemos el'


sentido de la organización. El Estado moderno es esencial-
mente el que maneja lo económico. Se prestigia por lo eco-
nómico bien manejado o sucumbe por lo económico malma- su-
171.1"1"
'" "1111,
, 111-:
111"1"1
1'- 1
11
—36—
nejado. Las dolencias económicas del pueblo son un reclamo
directo contra el Gobierno, y los pueblos se sublevan contra
el Gobierno que maneja mal lo económico. En el Ecuador,
_fundamentales, vitales aspectos de lo económico son mane
jados por una Junta autónoma, por la Junta Monetaria. El
Gobierno. no tiene en ella sino un solo voto. Está en absoluta
y total minoría, y la Junta Monetaria resuelve a su antojo
sobre importaciones y exportaciones, determinando así toda
la política aduanera y pudiendo impedir en un momento da-
do todas las obras. gubernativas. Es, simplemente la locura, el
absurdo-La revolución del 5 de Junio, el pueblo soberano me-
diante la revolución del 5 de Junio ha puesto en manos de los-
Poderes Legislativo y Ejecutivo la obligación y la responsa-
bilidad de modificar radicalmente, por el método de la regu-
laridad legal, nuestra vida nacional. Cumplid valientemente,.
Legisladores, vuestro deber. Reorganizad la Junta Monetaria
que la Patria os agradecerá y que el pueblo sabrá aplaudiros
al reconoceros fíeles a sus esperanzas.

Se habla hoy de la segunda independencia, es decir de la.


Independencia económica de la América del Sur. Está bien
nue se hable de ella. Ojalá se lo haga sincera y austeramente:
No creamos sinembargo que este ideal es uná, innovación y un
descubrimiento. Simón Bolívar quiso la independencia polí-
tica, diplomático y económica de la América del Sur. Pero
liemos olvidado de Simón Bolívar y de sus enseñanzas. Seudo
historiadores no comprenden el mal que hacen a las genera-
ciones sudamericanas al falsear la personalidad de Bolívar.
La América del Sur fue toda ella libertada por Simón Bo-
lívar. Llegó al Perú en 1823. Encontró la anarquía, la lucha
entre autoridades, el caos económico. El pueblo patriota pe-
•ruano no tenía conductores eficaces. Después de un año de
administración milagrosa dió las batallas de Junín y Ayacu-
cho que libertaron a la América del Sur. Esta es la verdad
histórica contra la cual se levanta hoy de modo persistente y
sofístico la novela histórica, que ya llega a perturbar aún a
llamados historiadores del Ecuador. No hay historia sin pro-
funda comprensión psicológica de los sucesos. Por esto la his-
toria es la ciencia más difícil. Simón Bolívar supo bien que la
América del Sur no podía ser libre sin el despertar de la con-
ciencia sudamericana, sin la cooperación económica entre
países sudamericanos y sin redimir económicamente a los
pueblos sudamericanos. Por esto abolió la esclavitud; recla-
mó incensantemente la educación de los individuos sudaine-
ricanos, quiso establecer un Poder moral para estimular la
virtud y condenar el vicio, y propugnó la reforma agraria pa-
ra que los hombres de los campos sudamericanos tuviesen
verdadera personalidad y medios de existencia. Un escritor y
diplomático venezolano ha comenzado ya eficazmente la ver-
dadera visión y revisión de Bolívar. Este escritor ni repite elo-
gios ni repite calumnias miserables. Que la revolución del 5
de Junio, regrese al estudio de la vida de Bolívar y compren-
sión de su doctrina como complemento iluminador, de la ac-
ción heroica por ella realizada.

-
Emprendamos en una profunda reforma constitucional_
Si no queremos que desaparezca radicalmente la separación
de Poderes y el equilibrio republicano, reformemos el fun-
cionamiento de nuestras Cámaras Legislativas y que la Cons-
titución, ella misma, reglamente en su texto el funcionamien-
to del Congreso. ••
Comisiones de Legisladores debidamente establecidas,
deberían estudiar y elaborar las leyes en principio aceptadas,
y éstas quedarían aprobadas o rechazadas en un solo debate•
én la Cámara respectiva con la intervención de oradores de-
signados para sostener los diversos puntos de vista. No todos
pueden tratar todos los problemas en discursos de' extensión
indefinida.
Error conceder al Senado y a la Cámara de Diputados las
mismas atribuciones. También en esto nos debe ilustrar Si-
món Bolívar. Tuvo de la misión del Senado moderno una an-
tevisión genial. La Cámara de Diputados es el órgano de la
soberanía popular y debe aprobar o rechazar en última ins-
•Lancia todas las leyes y decretos. El Senado debería ser un
Cuerpo técnico funcional, de ponderación y equilibrio. Daría
el pase a toda ley definida como de carácter técnico con las
indicaciones necesarias para obligar a la Cámara de Diputa-
dos a una nueva consideración de las leyes.
La Constitución debería determinar en detalle qué son
decretos legislativos de emergencia económica y en qué cir-
cunstancias pueden ser expedidos.
He observado ya que junto al Estado Político ha surgida
el estado técnico, el de los servicios públicos, el de la produc-
ción, de salubridad de la asistencia social, de la importación
y exportación exige una coordinación sin la cual el fracasa
económico es una amenaza sumamente grave. en todas par-
tes, el Estado técnico se coordina como dependencia de la
Presidencia de la República. Las Juntas de Planificación al
— 38

'Mismo tiempo inspiradas por la Presidencia de la República


y consejeras son los resortes que transmiten la acción cohe-
rente y unificadora a los diversos servicios y actividades ad-
ministrativas. Tiene que haber ordenamiento, coordinación,
adecuada 'distribución de recursos para que sean atendidas
con eficacia las diversas necesidades que reclaman los pueblos
de los Estados modernos. La coordinación técnica no se opo-
ne a la democracia. Está con sus propios órganos, vela por la
libertad y la justicia. La coordinación técnica se preocupa
por adaptar los recursos económicos y científicos al cumpli-
miento de los servicios para el mejoramiento de los ciuda-
danos,

No cabe sociedad culta y civilizada, no cabe pensar en


democracia moderna sin un verdadero Poder Judicial garan-
te austero, severo, indiclinable del derecho objetivo, de la ley
escrita, del pacto =social por 'todos -aceptado para" hacerposi-
ble la convivencia humana. No cabe juez socialista o liberal,
conservador o católico. El juez en cuanto juez llamado a la
excelsa función de juzgar, ha de dejar en la puerta del juzga-
do sus etiquetas _o emociones partidistas, y ha de estar siem-
pre dispuesto a fallar de acuerdo con la ley, con el claro te-
nor liberal de la ley. A falta de sentido claro de la ley, me-
diante las reglas positivas de la hermaneútica determinadas
en la misma ley. El juez ha de fallar sin excepción de perso-
nas. El juez político, el juez sometido a las maniobras u ór-
denes del Poder Ejecutivo, el juez sectario, el juez inspirado
en odios o partidos, es simplemente un criminal creador del
caos social, de la anarquía, del sálvese quien pueda.
Mejoremos material y económicamente al Poder Judicial.
Démosle toda la dignidad económica y externa indispensa-
bles. Pero urgentísima, moralizar a los jueces, educar su con-
ciencia. Rocafuerte creía que se debía establecer una escuela de
jueces para formar la propia mentalidad del juez así como
hay seminarios eclesiátiscos para formar la mentalidad de, los
futuros socerdotes.

La enseñanza nacional merece especial atención. Hay


profesores eminentes; apóstoles de la niñez y de la juventud
que, a pesar de 'su pobreza y del olvido y- posposición en que
se encuentran, aman a la niñez y a la juventud y cumplen el -
— 39 —

deber de modelarla y redimirla del mal y de la ignorancia.


Pero, por regla general, estamos olvidando la misión esencial
del profesor; despertar la conciencia; poner al niño, al joven
en contacto con la vida, con la Naturaleza y estimularle gra-
dualmente a la comprensión y al deber; formar la voluntad,
dirigirla hacia el bien y el heroismo; forjar personalidades;
fomentar en niños y jóvenes el respeto a la justicia, la curio-
sidad por saber, estudiar y comprender. Tal la función del
maestro. La estamos olvidando Vamos haciendo de la ense-
ñanza uno como hábito rutinario de transmitir cuestiones
consabidas por deber confesional o por deber oficinesco. Se lan-
za así a la vida, no personas ,personas libres que es la única fi-
nalidad de la enseñanza sino simples actividades individuales
que serán juguetes de los eventos sin otra propulsión interna
que la pasión y el apetito.
En nuestro País en cada cambio de Gobierno sin otro
criterio que la novelería superficial, y a veces la ignorancia,
se ensayan sistemas y planes pedagógicos. El concepto de la
segunda enseñanza, llamada enseñanza secundaria, es pro-
fundo y trascendental. Se han hecho para ella planes larga y
debidamente meditados; y, se los modifica sin competencia
ni experiencia, muchas veces obedeciendo indicaciones de téc-
nicos pedagogos que tienen la experiencia de otras razas, de
,otras mentalidades distintas de la nuestra. La segunda en-
señansa aquí y en todas partes ha de formar el hombre, al
hombre integral. Le ha de enseñar a ser realmente humano,
a pensar justo y sentir hondo, bello y alto. La segunda ense-
ñanza no se subordina a ninguna ótra. No tiene por finalidad
formar hombres prácticos sino hombres capaces de aplicar
su mente con sensatez y comprensión a las urgencias de la
vida. Los grandes periodistas, los conductores y maestros, los
que más tarde tomarán diversos senderos, según su vocación,
salen, deben salir de la segunda enseñanza. No forma utópi-
cos como se repite con vulgaridad desesperante. Debe formar
gente orientada y sensata, si el profesor de segunda enseñan-
za entiende de su vocación. Eminentes críticos en los Estados
Unidos reaccionan ahora contra la tendencia exclusivamente
pragmática de ciertos centros norteamericanos de enseñansa.
Esto no significa que no estamos en la época de la técni-
ca del dominio de la naturaleza por el hombre. Cremos en
cuanto nos sea posible escuelas profesionales y técnicas so
pena de ser aplastados por el dinamismo económico y mate-
rial del mundo moderno. Que se multipliquen los institutos
de enseñanza profesional y técnica a medida que aumenten
las posibilidades económicas. No olvidemos que una escuela
técnica, un colegio de segunda enseñanza cueste mucho di-
nero, requieren un personal rico y de variada competencia.
— 40 —

Mejor tener pocas y buenas escuelas profesiones y técnicas


que tenerlas en nombre con gastos inútiles y sin ningún re-
sultado eficiente. Que el orgulo lugareño de tener en cada
cantón un colegio de enseñanza secundaria o un instituto
técnica ceda ante la necesidad de formar verdaderos hombres
educados y capacitados en los institutos o colegios que pue-
dan- ser debidamente dotados.
Dignifiquemos al profesor Levantemos su condición eco-
nómica. Inspirémosle confianza. Hagámosle sentir la respon-
sabilidad que sobre él pesa. Facilitémosle los medios de lle-
gar a la sabiduría. Que el profesor sea ante todo un psicólo-
go inspirado en el amor al alumno y a la humanidad.
Respetemos la enseñanza particular en nombre del libe-
ralismo, en nombre del laicismo. Que ésta se mueva dentro
del marco de la ley, la moral y el patriotismo. Pero respeté-
mosla en sus iniciativas, en la legítima competencia que des-
plegue para educar al pueblo ecuatoriano. La cooperación
de la enseñanza particular es útil a la cultura general, ya
porque el Estado no tiene recursos para proporcionar escue-
las y colegios a todos los niños y jóvenes, ya porque es menes-
ter que la enseñanza pública sienta el acicate de la compe-
tencia de la enseñanza particular. Los grandes progresos de
la pedagogía se deben a iniciativas de sabios particulares. No
destruyamos las ventajas de la libertad de enseñanza exacer-
•bándola con toda clase de medidas entorpecedoras, con exac-
ciones económicas injustas que no se justifican ni a título de
impuesto ni i título de tasa sino a título de abuso despótico,
-antipático.
Que impere el ambiente de laicismo en la enseñanza o fi-
cial, es decir, que imperen la imparcialidad, la serenidad pa-
ra contemplar todos los puntos de vista que orienten la trá-
gica y honda totalidad de la vida. La enseñanza religiosa, si
ha de ser eficiente y educadora, incumben a la familia, al sa-
cerdote. El Estado no puede enseñar ningún dogma ni pue-
de hacer guerra a ningún dogma, pues esta guerra idelógica
ella misma sería un dogma. El Estado se compone de ciuda-
danos y no de fieles, ciudadanos autónomos en su conciencia.
La enseñanza no puede ser sino laica en el actual fomento
de la humanidad.
Tenemos que fomentar el legítimo orgullo nacional que
inspirar fe en la Patria y en su destino. Que nuestros niños
y jóvenes escuchen todos los días que el futuro de la Repú-
blica ha de ser digno de las glorias de su pasado histórico:
Espejo, Mejia, Maldonado, Rocafuerte, Montalvo.
Permitir el debilitamiento de- las- Fuerzas Armadas, insi-
nuar que se hagan economías precisamente en las Fuerzas
.Armadas; repetir oportuna e importunamente en calles, cam-
-- 41 --
pos y plazas, en conversaciones privadas y discursos que las
Fuerzas Armadas son improductivas, que se las debe reem-
plazar por una amplia y fuerte Policía de orden y seguridad,
es acusar irresponsabilidad traicionera, escandalosa; es no
comprender media palabra de la vida internacional moder--
na;. es olvidar los elementos psíquicos y morales que levantan
y tonifican el alma popular y mantienen la cohesión nacional.
Hay quienes creen que se tiene todo con que los indivi-
duos trabajen y sean ricos, conversen, se diviertan y pronun-
cien discursos. Se alvidan de que los individuos florecen en
un pueblo y de que un pueblo se sustenta sobre todo por su
aspiración moral, por su tendencia y pasión moral. Bórrense •
los valores nacionales y a la larga no habrá sino individuos
calculadores y un territorio constantemente humillado, en,
una u otra forma, por el Extranjero.
Hechos últimos, de estos días están revelando cómo na-
ciones hispanoamericanas de un momento a otro acuden a .
su potencia militar para poner en salvo su dignidad. La dig-
nidad ecuatoriana, la vida misma del Ecuador exigen Fuer--
zas Armadas —pequeñas en número por falta de recursos
económicos— pero disciplinadas, ágiles, con los elementos
indispensables, preparadas para la defensa; respetuosas de la
ley, de la jerarquía, del honor; consagradas al trabajo, al
sacrificio.
Un día se unificará Sudamérica, y más tarde el Conti-
nente y mucho más tarde el Mundo; y la visión del Padre
Suárez será un hecho. Nada es imposible gracias a la rapidez
de comunicaciones y de informaciones. Se mezclarán los sen-
timientos y las ideas y los idiomas. Se creará la fraternidad
de los cuerpos y de las almas. Todo en el Cosmos tiende a la .
Unidad. Todos los días se revela un grupo más de unificación.
Pero para que cada una de estas etapas se configuren debi-
damente pasarán muchos años -y las Fuerzas Armadas Ecua-
torianas serán indispensables por muchos años también en
su actual misión nacional, y más tarde por muchísimos años-
como componentes de las Fuerzas Armadas de la América
éspañola.,.;

La diplomacia ecuatoriana necesita orientaciones pa-


trióticas, claras y precisas, mantenidas por todos los partidos
y por todos los Gobiernos. Quien crea que los intereses nacio
nales deben subordinarse a otra clase de intereses no puede
llegar al Gobierno. Sin una diplomacia inteligente, ágil, ca-
paz de herir durante muchos años en la conciencia continen-
tal, jamás se le 'hará justicia a nuestro País. Nuestra diplo-
macia tiene que hablar con claridad y con valor y contar con
todos los elementos personales y económicos para su eficien-
-tia. Si realmente queremos vivir como Estado Nacional tene-
mos que gastar en una diplomacia que sepa cumplir con sus
deberes indispensables. Hagamos el esfuerzo económico ne-
cesario para que quede organizada nuestra vida nacional en
lodos sus aspectos. Os ruego, Honorables Legisladores, que si
es necesario nombréis una comisión de patriotas y doctos que
'busque los recursos que nos son urgentes para actividades
inaplazables, si los anhelos del 5 de Junio han de producir
efectos, y que, de acuerdo con la Comisión Técnica, recomen-
dada por la Conferencia Bancaria de hace pocos días, dé al
-País los elementaS fiscales y económicos para una verdadera
vida nacional. Toda organización humana exige gastos indis-
pensables para el cumplimiento de sus fines. Con mucha ma-
yor razón la organización de un pueblo en Estado nacional
impone ingentes e indispensables gastos para el cumplimien-
to de su destino. Se trata de ser o no ser Nación, Estado na-
lcional.

Hemol perdido mucho tiempo en nuestro camina hacia


el progreso material y político. Es un hecho. Estamos ante
una nueva sensibilidad que impone el mejoramiento radical
en la condición de los pueblos, de los trabajadores, de las gen-
tes llamadas humildes. He aquí dos hechos que debemos siem-
pre tener presentes. La pérdida de nuestro territorio nacional
es demostración sintética del primer hecho. La pobreza actual
,de nuestro pueblo y la irritación que ella provoca atestigua
el segundo.
No será fácil la tarea del Gobierno que principia. Procu-
saré la justicia para tódos sin excepción de persona. Solicita-
ré la cooperación de todo- ecuatoriano de buena voluntad que
crea en los valores afirmativos de la Patria. Pero, las dificul-
tades que el Gobierno encontrará, serán muy grandes. El mo-
vimiento triunfante el 5 de Junio tendrá que vencerlas inspi-
rado en la energía y la prudencia, la justicia y la fe en los des-
tinos nacionales.
Los países modernos se rigen por el sistema representa-
tivo constitucional. El pueblo no gobierna directamente, por-
que no podría gobernar directamente, porque el gobierno di-
-recto sería el caos y la anarquía, el pueblo gobierna por me-
dio de los Poderes. Legislativo,. Ejecutivo,- Judicial, Electoral.
-Sólo el despotismo y la tiranía sistemáticos que la opinión
_ 43 —

pública .siente y denuncia, dan lugat, deben dar lugar a la


intervención revolucionaria del pueblo libre y consciente. Pe-
ro, para evitar legítimas protestas y sacudidas populares, es
necesario que el Gobierno representativo, constitucional, es-
te en comunión con los ideales populares, ausculte las nece-
sidades públicas para satisfacerlas so pena de desorden y la
protesta. El gobernante moderno no es una Majestad, no es
superior sino en cuanto es el mejor intérprete de la necesidad
nacional.
El régimen político que hoy termina no adoptó la .acti-
tud psicológica propia de un gobierno moderno. Prefirió la
tendencia majestuosa, imponente, separada. Esto le condu-
jo naturalmente a la desconfianza, al espionaje en todas par-
tes. Esto le llevó a tratar de absorber todos los resortes polí-
ticos e institucionales. Esto le llevó a descuidar la eficacia ad-
ministrativa. En la mayor parte de los organismos adminis-
trativos imperan la negligencia burocrática, la inútil abun-
dancia de burócratas, la poca delicadeza económica, el favori-
tismo en favor de amigos y parientes. Como de este modo no
puede ser gobernado un pueble moderno; no ha habido paz
que han prolamado noche y día los gobernantes que hoy ter-
minan y los amigos de los gobernantes actuales. Al contrario,
muy pocas épocas del Ecuador con mayores y más desgracia-
dos tumultos en Guayaquil, Cuenca, Quito, tumultos que
constituyen inquietantes antecedentes. Ha habido asesinatos
y masacres.
El Mensaje presidencial dirigido el 10 de Agosto de esté
:año al Honorable Congreso Nacional repite muchas veces
que han reinado la paz y el equilibrio público durante estos
cuatro últimos años; pero el mismo Mensaje reconoce que los
embates de la oposición han sobrepasado los conocidos lími-
tes; que en la Legislatura de 1958 y de 1959 los más disímiles
elementos se unieron para crear incidentes; que al inaugu-
rarse el Estadio Olímpico de Guayaquil se consumó uno de
los actos más censurables que conoce la República". El Men-
saje omite incidentes análogos en Cuenca, en Quito. Habla sí
de los sucesos terribles del 3 de Junio de 1959 en Guayaquil y
dice que, ante la gravedad de los sucesos y sobre todo de sus
posibles repercusiones, "prácticamente las Fuerzas Armadas
tomaron el control del País". Esta declaración de suma gra-
vedad traduce todo un estado de vehemente revolución popu-
lar. Y hubo también los espantosos acontecimientos de la
víspera, del 2 de Junio.
Alguna razón de fondo tienen tamañas rebeliones contra
la autoridad realizadas por inmensas masas populares en
ciudades de tan distante psicología como Guayaquil, Cuenca,
Quito. Para que las Fuerzas Armadas tomen prácticairiente
'el control del País, hay que reconocer que una rebelión formi-
dable hervía en el País.: Los acontecimiento extraordinarios
tienen su razón de ser. Acaso de 1956 a 1960 se guardaron tan.
sólo apariencias democráticas, y se destruyó radicalmente la
realidad democrática. Sea como fuere, los graves desórdenes
—que produjeron sangre en ocasiones— a que se refiere el
Mensaje presidencial que se os dirigió, Honorables Legislado-
res, el 10 de Agosto plantea situaciones y problemas que de-
ben ser seriamente meditados.
Otra razón del malestar de estos últimos años, es la si-
guiente: es un heho que desde 1934 ha venido vigorizándose•
el movimiento velasquista. El señor Ministro de Gobierno en_
1954 estudió este fenómeno político, en largas páginas y ter-
minó por ensalzar al movimiento velasquista y reconocer su
fuerza. Empero, quienes debían al velasquismo todo, absolu-
tamente todo en la vida política; quienes se solidarizaron ín-
tegramente con tóda la actividad_ gubernativa del velasquis-
rno hasta los últimos meses del gobierno velasquista; quienes
'gobernaron con el velasquismo y fueron responsables desde
- el Gobierno de la labor política y económica, financiera e in-
ternacional del velasquismo, iniciaron su propia administra-
.ción —que debió ser continuación de la anterior en lo que
ésta tuvo de bueno y rectificación tranquila y caballerosa en
lo que tuvo de malo— demostrando pública reiteradamente'
al régimen velasquista, exagerando sus defectos de manera
tendenciosa, calumniándolo, acusándolo de haber dejado la.
Nación en quiebra. Se imputó a eminentes funcionarios de-
litos que no cometieron, que nunca se probaron y el Ministra
de Gobierno en forma ilegal les entregó al Poder Judicial.
Con este sistema a la violación de la libertad se une la ca-
lumnia contra el honor. Una fortuna fue prácticamente con-
fiscada por hacer daño indirectamente a un notable y pa-
triota funcionario del régimen anterior. A un leal y traba
jador ciudadano se le arrojó a las selvas orientales, desafian-
do al Congreso entonces reunido y luego de atropellar a los
representantes de la justicia, para evitar declaraciones com-
prometedoras. Al ciudadano desterrado se le vejó y atormentó.
El pueblo velasquista demostró su fuerza incontrastable
hace dos meses. Y se comprende que actos gubernativos co-
mo los citados hayan despertado el enojo popular, el resenti-
miento, la insurrección. Nuestros actos nos siguen, dice la.
Escritura. Esto le pasó al Gobieno que hoy termina. En todo
caso estamos hoy ante situaciones políticas y sociales difíci-
les, peligrosas si no se las orienta por los senderos de la man-
comunidad de esfuerzos en favor de la Patria común.
Alarmados ciertos hombres de la oligarquía ante el po-
der incontrastable del velasquismo pretenden infamarlo ahora-
y asustar a las gentes acusándolo de monopolizar la agitación,
el insulto, el ataque. Se olvidan los hombres de la oligarquía
vencida el 5 de Junio de 1960 cómo fueron las barras del Con-
greso de 1958 y 1959, compuestas a menudo, en buena parte,
para afrenta del Régimen, de detectives disfrazados. Se olvi-
dan que en todas partes imperan hoy la agitación, el descon-
cierto a causa de esta búsqueda por la humanidad desasose-
gada de un nuevo equilibrio; se olvidan que ha ce poco en la
Cámara italiana —Italia es, acaso, el país más culto del,
mundo con Francia— los diputados lucharon y se agredieron
en forma conveniente, muy poco ejemplar. Se olvidan, sobre
todo, que nuestros hombres del velasquismo son casi siempre
provocados.por la alusión injusta y calumniosa por el concep-
to y la palabra hiriente.
En todo caso, el pueblo euatoriano es bueno. Es original
en sus procedimientos. Y respetará a los poderes constitucio-
nales mientras le conste que éstos están trabajando en be-
neficio de la República. Serán inevitables los errores y abu-
sos individuales. Pero el pueblo sabe que el Gobierno Ecua-
toriano es representativo Es decir, gobiernan los poderes pú-
blicos inspirándose en la conciencia popular respecto a la
orientación profunda de la justicia y el derecho.
Como tercera causa de malestar político y moral, se debe
recordar que hay ciertos grupos políticos que se han creído
llamados a gobernar a toda costa en nombre de llamadas
ideas de orden, o progresistas, o en nombre de la calidad, de
la sabiduría, de la serenidad, de la técnica. Esos grupos cuen-
tan con todos los medios de propaganda y se apoyan, se elo-
gian, difunden y repiten toda clase de enunciados que per-
turban lá conciencia nacional y llegan hasta el Exterior des-
figurando radicalmente la realidad de las cosas. Estos gru-
pos estuvieron en expreso o tácito acuerdo con el Gobierno
que hoy termina para aplastar al velasquismo y eliminarlo
para el tiempo de la lucha electoral presidencial pasada. Por
esto, ante los abusos del Poder, callaron, dieron plazos, coho
nestaron. El apasionamiento de estos políticos adquirió ,ca
racteres increíbles. Fueron derrotados. Están resentidos.
Cualquier error o deficiencia del Gobirno que hoy principia
será aprovechado —no para la crítica constructiva, aunque
severa— sino para el escándalo con que se ha combatido
siempre la actividad gubernativa del velasquismo.
Y tenemos, por último, para hacer difícil y complicado
el Gobierno futuro el terrible malestar fiscal. Estamos escu-
chando el clamor de los profesores que no reciben sus suel-
dos, de los Municipios a los que no llegan las subvenciones
indispensables. Aún a las Fuerzas Armadas no se les paga-
con la debida oportunidad.
El País ha perdido el ritmo progresista que tuvo haStas.
41955. Lo reconoce el Informe anual de la Junta Nacional t;k
Planificación y Coordinación Económica de 31 de Julio de
1958.
"El País ha dejado de crecer en término relativo, es de-
cir, con respecto al crecimiento demográfico", dice el Informe
y continúa: "Esta pausa puede ser considerada bajo distin-
tos ángulos. Algunos verán en ella una consolidación de lo
ganado en años anteriores; otros un reflejo de recesiones ex-
ternas que se han hecho sentir en el Ecuador corno en otros
países latinoamericanos; otros más, el resultado de la actituct
pasiva contra la cual se revelan. Todos, en realidad tienen
algún fundamento en sus modos de apreciar el momento
presente".
Cree, pues, la Junta Nacional de Planificación que ha.
habido una actitud pasiva en la administración pública. Es-
ta actitud pasiva fue confirmada en Enero de 1959 por los
reclamos de los Legisladores representantes de la Provincia.
del Azuay. El Senador señor don Enrique Arízaga Toral, ilus-
trado exponente de la llamada Derecha, expuso:
"Nuesto deber es vigilar por el feliz éxito de un gobierno
católico y, si advertimos una persistente desatención a las
necesidades de esta Provincia y nuestros reclamos no hallan
eco en despachos ministeriales, nuestra obligación de Repre-
sentantes de un pueblo que se precia de católico y que ha
dado constantes pruebas de patriotismo hasta el sacrificio e
inmolación de sus hijos, es llevar a conocimiento del Magis-
trado que rige los destinos del País, esa desatención y esos
reclamos insatisfechos como la mejor colaboración para el
mayor éxito de sus gestiones".
Y el Senador Arízaga agregó, anticipándose a fácil y
consabida defensa: "No hemos alvidado el estado de la Ha-
cienda Pública y tenemos presente el Informe del Senado en
1956; pero, si hemos de ser justos, no podemos atribuir toda.
la .actual desfinanciación fiscal únicamente a Gobiernos an-
terioras, pues recordamos que precisamente el Congreso de
1956, vista la situación del Tesoro Nacional, autorizó al Eje-
cutivo y al Banco Central la celebración del contrato de em-
préstito que consolide sobregiros existentes y más saldos deu-
dores del Gobierno; y fue así cómo se firmó el contrato de
consolidación por $ 150'000.000,00; y recordamos también
que con estos mismos antecedentes y para cubrir deudas an-
teriores y en lo posible evitar déficets presupuestarios el Go-
bierno dictó el Decreto-Ley de Emergencia N° 01 que al es-
tablecer el impuesto de timbre para permisos de importación,
creaba rentas por más de SETENTA MILLONES DE SUCRES.
Estos son hechos incontrovertibles".
47

En su exposición de fecha 14 de Enero de /959, el señor. Se-


nador 21-x zaga Toral terminaba manifestando lo sorprendente
que era que ante una situación fiscal de angustia y desespa-
ción "se mire con tranquilidad la creciente importación al.,
margen de la ley, de miles de toneladas de mercaderías, mu-
chas de ellas de lujo con total perjuicio para las arcas fiscales-
e instituciones que coparticipan de los derechos arancelarios:
para luego tomar por el camino que se conceptúa más fácil,
esto es el de recurrir a un nuevo empréstito en el Banco Cen-.
tral".
El Gobierno que hoy termina jamás ha perdido la ocasión.
oportuna o importuna de incriminar al Gobierno de 1952 a
1956 del que fue Ministró en la más importante Cartera, el
señor Presidente de la República que cesa hoy en sus funcio-
nes), y en el Mensaje Presidencial de 10 de Agosto se habla
nuevamente de la abrumadora situación del Erario Público.
al 31 de Agosto de 1956 y se cita la renovación en 1956 de los
sobregiros contra el Banco Central: Enero 5, por $ 63 millo-
nes; Febrero 29, por 63 millones; Abril 13, por 74 millones;.
y Agosto 1°, por 74 millones. Pero, los sobregiros en 1960 han
sido superiores. En marzo 11, por 70 millones; en Julio 6, por
83 millones y en Agosto 11, por 118 millones, además 20 millo=
nes contratados en Marzo 11 para los Monopolios del Estado.
El Gobierno de 1952 a 1956 dejó un sobregiro de 74 millones.
Y el actual dejará una de 118 millones. De éstos no existe a
la fecha ninguna disponibilidad.
El Gobierno cesante se entregó a la política de emisión de°
millones y millones de bonos, política combatida hasta por hom-
bres de la llamada derecha solidaria con el Gobierno, Sobre to-
do en estos últimos meses, pre-electorales y post-electorales, to-
dos los días han aparecido nuevas emisiones por millones de
bonos y una administración que ha revelado lentitud por todos-
reconocida en materia de obras públicas, en estos últimos me-
ses ha celebrado contratos para toda clase de obras y ha emiti-
do bonos aumentando las dificulades de la futura Administra-
ción. Lo expresó hace pocos días el mismo Director del Par-
tido Conservador, ciudadano de experiencia fiscal, con estas,
textuales palabras:
"Al Partido Conservador no se le oculta el gran compro=-
miso que el doctor José María Velasco Ibarra ha adquirido fren-
te al pueblo y al País; no se le oculta que le corresponde actuar
cuando los déficets presupuestarios han llegado a ser los más
altos de la historia y el nivel de la deuda pública acusa las ci-
fras del mayor volumen y de crecimiento más grave y preo-
cupante".
— 48 —
En otro pasaje de su Manifiesto dice el Director del Par-
tido Conservador:
"El problema es más hondo y profundo de lo que puede
creerse: Tenemoá desocupación, tenemos depresión y crisis,
falta de medio circulante, tierras sin cultivadores y cultiva-
,dores sin tierras; posibilidades en potencia y en realidad ne-
Cesidades de las mayorías ciudadanas".
En la Memoria del Gerente General del Banco Central del
Ecuador correspondiente -a 1958 se hallan afirmaciones y da-
tos que comprueban el espantoso malestar económico del pue-
blo y el caos y la pobreza fiscal. Dice la Memoria:
"Si bien el País como un todo está creciendo económi-
camente y su producción aumenta, aunque con lentitud, en
cambio constatamos que el pueblo ecuatoriano realiza cada
vez un mayor esfuerzo productivo por el mismo ingreso, es de-
cir, sin conseguir un mejoramiento real en su nivel de vida".
Se refiere el Banco Central al descenso de los precios del
café, a la menor demanda del banano ecuatoriano, a la dis-
minución del ritmo de construcciones privadas en la ciudad
de Guayaquil, al despido de varios miles de trabajadores y em-
pleados de los Ferrocarriles del Estado, y agrega:
"Los factores negativos mencionados afectaron en mayor
grado a ciertas zonas de la Costa, especialmente a las Pro-
vincias de Manabí y Guayas, lo que se tradujo en una reduc-
ción del nivel de ocupación y, consecuentemente, del ingreso
nacional".
El Banco Central reconoce que los hechos anteriores pro-
dujeron una baja en la demanda por importaciones así como
por bienes de producción nacional ocasionando serios trastor-
nos a la actividad comercial del País y a ciertas ramas de la
industria nacional, especialmente la textil ya acosada por el
contrabando.
Respecto a la política gubernativa se ve obligado el Ban-
Co Central a reconocer que:
"Al acentuar el correctivo en el volumen de la inversión
pública dejó un vacío de demanda efectiva que, por la lenti-
tud de los mecanismos administrativos, no pudo ser compen-
sada a tiempo con la iniciación más oportuna de los progra-
mas de inversiones".
Lo anterior, afirmado por el Gerente General del Banco
Central, demuestra que no es animadversión politica afirmar
que antes del período pre-electoral y post-electoral, el Gobier-
no que hoy termina fue lento en realizaciones de bien público.
Ha habido un verdadero descuido, una auténtica desmo-
ralización en la administración pública. Contratación de
obras públicas con personas vinculadas franca o disfrazada-
mente con quienes han manejado la administragión; licita-

• _•■••■ •..,~111111•11i
ciones con términos angustiosos que impedían la competen-
cia de nacionales y extranjeros para obras que habían de con-
tratarse en las postrimerías del régimen, aplazadas injusta-
mente durante cuatro años; favores de instituciones de cré-
dito con finalidad específica a personas de influencia guber-
nativa en asuntos sin relación con esas finalidades específi-
cas; el nepotismo escandalosamente enriquecedor; la incuria
y desorden en servicios vitales para el Estado. La Exposición
hecha hace pocos días por los Miembros de la Asociación de
Trabajadores de Telecomunicaciones de Pichincha al Minis-
tro de Obras Públicas y Comunicaciones, es una de las prue-
bas de la decadencia y corrupción administrativa contra las
cuales deberá luchar bravamente el Gobierno futuro mediante
el trabajo, la honradez y la justicia obligando a todos a que
cumplan su deber. Se ha llegado a vender cargos de la edu-
cación pública en ciertas provincias. Tal vez nunca ha ha-
bido Administración más floja y corrompida que la que hoy
termina.
El Gerente General del Banco Central se refiere en la
Memoria que he citado, a una de las más espantosas llagas
del ordenamiento fiscal ecuatoriano: la dispersión de los in-
gresos públicos en toda clase de entidades autónomas y en
una burocracia infecunda:
"La participación del Gobierno en los ingresos públicos
totales que alcanzó el 42 % en 1957, se redujo al 4170 en 1958.
Este es, quizá, uno de los males más graves que afectan al sec-
tor público de la economía ecuatoriana, porque la dispersión
de los recursos y gastos estimula el crecimiento de la burocra-
cia, dificulta la coordinación administrativa e impide el fi-
nanciamiento adecuado de las inversiones de desarrollo".
Los graves males anteriormente apuntados no se compen-
san bajo ningún aspecto con la construcción de ciertos gran-
des edificios, algunos enteramente desproporcionados a las
posibilidades económicas de la República y para los cuales se
han hecho importaciones absolutamente inconvenientes con
el fin de favorecer intereses particulares. La Junta de Pla-
nificación y Coordinación Económica en su Informe de 1958
hace observaciones serias a propósito de ciertas inversiones
de las Cajas de Previsión. Se lee en el Informe:
"Tampoco puede la Junta dejar de señalar las repercusio-
nes potenciales que involucran un volumen de construcción,
ejecutado en forma masiva, en un solo lugar y en un período
tan corto. Es muy probable que se haga sentir un fuerte im-
pacto inflacionario a través del alza del costo de Ios mate-
riales y talvez de los salarios sin contrapartida de bienes y
servicios disponibles".
— 50
En resumen, la deuda externa que al 31 de Agosto de 1956
fue de $ 376'223.910,50 al 31 de Mayo de 1960 llegó a $
429'053.222,08, y la deuda interna que el 31 de Agosto de 1956
llegó a $ 490'924.955,79 al 31 de Mayo de 1960 llegó a $
808'490.496,24. Por tanto del 19 de Septiembre de 1956 al 31
de Mayo de 1960 la deuda externa se elevó "en $ 52'829.312,58,
y la interna en $ $17'565.540,45. El Presupuesto de operación
se ha incrementado grandemente, y se ha mantenido estáti-
co en el curso de los cuatro años últimos el Presupuesto de
capital.

Es absurdo hablar de quiebra cuando se trata de la vida


del Estado. Lo interesante únicamente es el esfuerzo necesa-
rio para superar la dolencia y corregir los defectos que la ha-
yan producido. Se habla mucho de los presupuestos desequi-
librados y es justo que de eso se hable; pero hay que reco-
nocer también que el País ha crecido, que los pueblos care-
cen de todo y que reclaman que se atiendan sus necesidades;
mientras en contraste los recursos fiscales, por diversas cau-
sas, son paupérrimos, incapaces de satisfacer las necesidades
de un País que crece y de un pueblo cada vez injustamente
más pobre.
De los sesenta y dos impuestos que componen el Presu-
puesto de operación, varios son antieconómicos por costar
más su recaudación que el valor producido y por las facilida-
des para evadir él pago. Se debe simplificar el sistema imposi-
tivo y reducir a ocho o diez los sesenta y dos impuestos. Para
esto, indispensable un estudio profundo. La Misión Klein and
Sacks, de fama perfectamente cimentada, que ha aconsejado
a muy importantes países, recomendada en la última Confe-
rencia Económica realizada en Guayaquil, llegará después de
pocos días a nuestra República para estudiar con los técnicos
nacionales nuestra situación fiscal.
En la actualidad la gente de menores posibilidades es la
que paga más impueátos. Si no es posible suprimir el impuesto
indirecto 'hay que procurar que mediante el impuesto directo
pague más quién más tiene. Lo contrarió es inmoralidad inso-
portable. Revisar el sistema aduanero, el impuesto a la renta,
son necesidades urgentes, y, sobre todo, organizar adecuada-
Mente, moralizar las, organizaciones administrativas que re-
caudan los impuestos. Si el empleado no vigila la recauda-
ción, si no se preocupa por ella, si no la realiza, si imperan el
favoritismo y el soborno, fracasará toda técnica financiera.
Un Informe técnico de la actual Administración expresa lo
siguiente:
"El comercio ilícito de aguardiente, ya sea por parte de
productores o ya también por la de los propios funcionarios
y empleados del Estado, es una de las razones fundamentales
para que este negocio de los Monopolio marche a la deriva".
En las conferencias bancarias realizadas en Guayaquil,
Quito, Cuenca, Portoviejo se han indicado procedimientos
para el mejoramiento económico del País. Se los puede re-
sumir así:
a) Desocupación: programa de obras públicas especia-
les tendientes a ocupar el mayor número de trabajadores. Fi-
nanciación de fondos para obras públicas.
b) Protección de las fuentes de trabajo: limitación y
aún prohibición, previo estudio, de la importación de bienes
de lujo, de bienes necesarios, pero no indispensables, prefe-
rentemente de aquellos que produce o puede producir el País.
c) Incremento de la renta nacional: explotación de tie-
rras nuevas; apoyo a la industria nacional; legislación ade-
cuada para la legitimación de títulos de propiedad (cosa im-
portantísima para dar tranquilidad, seguridad y permitir ope-
raciones económicas a infinidad de trabajadores); créditos
iniciales; protección arancelaria a la industria nacional; ro-
bustecimiento del mercado interno mediante protección a los
productos agropecuarios; tecnificación; créditos adecuados.
d) Electrificación.
e) Ampliación de los mercados externos: misiones es-
peciales para la propaganda comercial; Cónsules que sepan
realmente cumplir con su deber.
f) Incorporación económica de las clases populares me-
diante leyes agrarias adecuadas; créditos especiales para el
campesino y el artesano; salarios mínimos; seguro social; vi-
vienda campesina.
g) Capacitación de los Bancos del Sistema de Fomento.
h) Política monetaria. Ni inflación ni deflación. Fo-
mento de la producción, del trabajo.
Honorables Legisladores: Sois conductores de una verda-
dera revolución. Llevadla a feliz término con comprensión
y con audacia sin transigir en nada de lo fundamental, sin
violación de la justicia, y mereceréis el bien de la Patria. No
es esencial para la revolución el trastorno sangriento. Lo
que la constituye es el cambio radical y apasionado de las
perspectivas, la fé intensa y el esfuerzo constante en perse-
guirlas. Son necesarias ciertas medidas especiales dentro de
la Constitución del Estado para llevar a cabo. Dictad estas
medidas sin las cuales será imposible reformar, purificar, ace-
lerar. Nada más glorioso, Honorables Legisladores, .que presi-
dir la marcha de un gran pueblo hacia días mejores y tierras
promisoras. Con el respeto que os debo, os ruego, una vez más,
que seáis audaces sin perder nunca el sabio sentido del límite.
Sin audacia, nada se haría. Si se perdiera el sentido del límite,
vendrían legítimas reacciones que, por ser legítimas, destrui-
rían nuestra obra debilitando el País y provocando o satisfa-
ciendo el cálculo ruin del reaccionario lleno de venganza,
odio y amargura. No hagamos el juego a nuestros adver-
sarios. Os están contemplando ellos con hipócrita ironía
y con vengativa amargura. Pero también os contempla
fervoroso, optimista, esperanzado el pueblo ecuatorino, el
pueblo mártir del 2 de Agosto de 1810 y del 19 de Marzo de
1960; el pueblo abnegado y valiente que no aspira a Ministe- •
rios ni Embajadas, que quiere solo que triunfen los ideales
de honor y de justicia, de seguridad e igualdad republicanas.
El pueblo nos pide tan sólo un poco más de verdad, de sin-
ceridad, de equidad en ventaja del espíritu y cuerpo de la Pa-
tria. Habéis mantenido, Honorables Legisladores, durante
cuatro años una lucha difícil y desigual por todos los aspec-
tos, en medio del silencio de los unos y de la agresión, de la
amenaza agresiva de los otros. Habéis sido superióres al_aban-
dono y al desaliento. Aclarad situaciones deIiCtuosas para
satisfacción de la conciencia pública, para restauración de las
normas de moralidad. Es vuestro deber. El pueblo os pide.
La estricta verdad a nadie daña; a todos aprovecha. Pero
sed superiores a todo resentimiento personal, a toda tenta-
ción que pueda dividiros, que pueda dividirnos, y la Nación
agradecida grabará vuestro nombre en el corazón de las gen-
tes humildes, y las lágrimas de fervor y el reconocimiento de
las gentes humildes, es decir, el merecer bien de la justicia es
lo único digno de nobles espíritus y excelsos corazones como
son vuestros espíritus y como son vuestros corazones.
Honorables Legisladores.
Quito. Agosto 31 de 1960.
— 53 --

EL MUNDO ESTA AGITADO


Discurso del Presidente de la República, con ocasión del ban-
quete ofrecido a las misiones diplomáticas acreditadas a la
transmisión del mando, el 19 de Septiembre de 1960 en Quito

Os agradezco con toda efusión que os hayáis dignado a-


compañar al pueblo ecuatoriano, en estos días de la transmi-
sión del Poder Presidencial y la renovación de las Cámaras Le-
gislativas.
La presencia de Ilustres Representantes de tan numerosas
y beneméritas Naciones que han concurrido muchos de ellos
a pesar de la distancia; el viaje hasta nosotros de personajes
de encumbrada posición política e internacional, constituyen
para el pueblo ecuatoriano magnífico estímulo. Creemos y
tenemos fe que, a pesar de los obstáculos geográficos y de la
variedad de idiomas, imperarán un día en el mundo la solida-
ridad y la paz, mediante la aproximación gradual de los hom-
bres y la comprensión entre ellos.
Sed bienvenidos, ilustres Señores.

LOS CAMBIOS DE GOBIERNO SON SIGNIFICATIVOS


Constantemente nos afanamos todos entre angustias y
dolores, estimulados por la esperanza, por alcanzar un poco
más de justicia, algo más de bienestar, más auténtica y vivien-
te libertad. Los cambios de gobierno son significativos. La
esperanza humana se rejuvenece por ellos, se enardece y mo-
mentáneamente se alegra. Los cambios de gobierno pueden y
deben ser realidades, pero son también símbolos: símbolos de
anhelos, aspiraciones y fe en la vida.
EL 5 DE JUNIO DE 1960
Sobre todo, Excelentísimos Señores, en el 5 de Junio de
1960 se expresó el Ecuador. Todo un pueblo, se sacrificó, lu-
chó, venció obstáculos aparentemente irreductibles e impuso
su voto por una Nación digna dentro de la solidaridad ameri-
cana; por una Patria noble dentro de la humanidad que avan-
za hacia el bien, la verdad y la belleza; por una República con-
— 54 —
recuente con sus tradiciones históricas, en que se practique la
justicia para los pobres de cuerpo, muy a menudo ricos de es-
píritu, espíritu que no puede irradiar por el miserable e injus-
to decaimiento de los cuerpos.
VOSOTROS Y NOSOTROS

Vosotros, Representantes de Estados e Instituciones ex-


celsas, os asociáis a nosotros los ecuatorianos por lo que yo-
zotros y nosotros tenemos de profundamente humano. Voso-
tros y nosotros con nuestros cambios políticos, nuestros deba-
tes jurídicos, no hacemos en el fondo sino anhelar que ama-
nezca el día en que el amor vincule al género humano, comul-
gue con el Ideal Eterno.
EL MUNDO ESTA AGITADO
El mundo está agitado. Sus bases vacilan. Hay un des-
cubrir, un anhelar que espanta. El dinamismo Histórico, la
audacia de la muerte, desorientan todo cálculo. En estos mis-
Mos días está surgiendo un Nuevo Derecho Internacional.
Cierta conciencia colectiva fundamental quiere imponerse y re-
gir los acontecimientos. Se revela el fenómeno en los proble-
mas del Congo, en los asuntos del Caribe; surge una inespe-
rada modalidad internacional. Por otra parte, los viajes si-
derales de seres vivos, revelan la pujanza de la potencia men-
tal humana. ¿A dónde llegará la mente humana? ¿El cere-
bro se rendirá ante las imposiciones éticas del sentimiento?
la fuerza colectiva ¿reconocerá las normas básicas del Dere-
cho?* estas son grandes interrogaciones que rinden nuestros
cálculos. Pero sea lo que fuere el porvenir; lo que nos toca
ante la imposición de los valores éticos y sobre todo, ante la
norma religiosa que todo esclarece, es preparar el futuro tra-
bajando todos porque aumente la justicia, la fraternidad uni-
versal entre hombres y naciones.
Estos móviles de fraternidad os han movido a vosotros.
ilustres Representantes de Estados e Instituciones a compar-
tir con el pueblo ecuatoriano sus horas de vigor, de renovación.
y de esperanza. Una vez más para vosotros mi reconocimien-
to. El pueblo que intuye con penetración los valores perma-
nentes que ennoblecen la vida, siente para con vosotros respe-
to, simpatía.
Mis votos más sinceros por el bienestar de los ilustres Je-
fes de Estado a quienes representáis; por el éxito en las fun-
ciones excelsas que ejercéis; por la prosperidad de vuestras
nobles personalidades y por el constante progreso y grandeza
de vuestros pueblos.
- 55 ---

AMERICA LATINA: LIBERTAD Y JUSTICIA

El doctor José María Velasco Ibarra, ofreció un banquete a las misio-


nes diplomáticas especiales y permanentes a la misma. En la foto-
grafía podemos ver la doctor Velasco dirigiéndose a las r.plett
personalidades asistentes.
LA AMERICA LATINA DEBE COOPERAR EN TODO
LO QUE FAVOREZCA A LA LIBERTAD Y A LA
JUSTICIA
Discurso pronunciado por el Jefe del Estado, en el banquete
ofrecido por las Misiones. Diplomáticas acreditadas en nuestro
País, el 2 de Septiembre de 1960

"Excelentísimo señor Vicepresidente de la República, Pre-


sidente del Honorable Congreso Nacional;
Excelentísimo señor Presidente de la Corte Suprema de
Justicia;
Excelentísimo señor Legado Pontificio de Su Santidad el
Papa Jlian XXIII;
Decano del Honorable Cuerpo Diplomático;
Señor Ministro de Gobierno de Colombia;
Señor Ministro de Economía de Cuba;
Señor Ministro de Agricultura del Paraguay;
Señor Presidente de la Cámara de Diputados de Venezuela;
Señor Presidente de la Cámara de Diputados del Ecuador;
Excelencias; señores Ministros de Estado, Señoras y Se-
ñores:

SIGNIFICADO DE ESTE ACTO

Este espléndido banquete, expresión de vuestra simpatía,


de vuestra amistad, oblígame a manifestares reconocimiento
profundo.
Exigente mirada de pensador jansenista podría estimar
un banquete como algo superficial, fruto de los vacíos con-
vencionalismo sociales; 'pero, grande sentido tiene el viaje has-
ta Quito de eminentes personajes, Representantes de Ilustres
Estados, muchos de ellos están lejanos para participar de las
esperanzas ecuatorianas con motivo de la Transmisión de los
Poderes Ejecutivo y Legislativo. En el fondo, la humanidad
es buena, en el fondo, en su fondo inquieto desasocegado,
el hombre es bueno. Siente el imperativo de la fraterni-
dad. Desea conocer hermanos, sus costumbres e inquie-
tudes. Los problemas que los afectan y el modo cómo estos
se resuelven, según la variedad de circunstancias. Un ban-
quete, como éste constituye la hora benévola de la amistad y
comunión social.
AGITACION DE LA HUMANIDAD

Nuestra especie está agitada. Luchas, debates, incom-


prensiones étnicas, diplomáticas, sociales, económicas, nacio-
nales, religiosas. Aparentemente, nadie se entiende con na-
die. Un Continente contra otro, una raza contra otra; una
concepción social contra otra. En el fondo todas se unirnig-
man en la búsqueda de algo más humano, de un ideal que ex-
plique fnlídor el sentido del hombre y de la vida, de una mayor
serenidaU para los cuerpos y para las almas, para el presente,
para el futuro. Por eso Excelentísimos Señores, a la vez que
destruyen van construyendo también. Por esto esa serie de
Instituciones Internacionales que surgen a medida que bro-
tan los intrincados problemas.
La ONU y la OEA y la OTAN y el Mercado Común y el
Pacto de Varsovia. Por esto ese Derecho Administrativo In-
ternacional que ha creado tantos servicios positivos, durables,
eficientes en favor de refugiados, enfermos, subdesarrollados,
ignorantes. Este Derecho Administrativo Internacional, en el
que todos cooperan, orientales y occidentales, tan distinto del
Derecho Internacional Político y Diplomático, es una de las
pruebas que, por debajo de los odios, fruto de la incompren-
sión, se agita el hombre eterno que espera y ama, que cree
en un ideal y no puede evadirse al imperativo de la fraterni-
dad. Las destrucciones son imponentes y magnas, pero, las
pequeñas y grandes construcciones, obra del dolor y de la fé,
van sacando lentamente a la humanidad de la barbarie.

EL DERECHO DEL HOMBRE COMO FIN


El Ecuador, Eminentes Señores, cree con Teilhard de
Chardin que en el Cosmos todo tiende a la unidad. Con ma-
yor razón tiende a la unidad el género humano. Dentro de
cada Continente se está elaborando la unidad; la rapidez de
comunicaciones e informaciones trabajan por la unidad que
abarcan a los Continentes.
En América estamos unidos por la Geografía y por cier-
ta fundamental doctrina respecto al grupo humano. El gru-
po humano para todos los americanos --del Norte y del Sur—
es esencialmente un medio, no un fin. El fin es el derecho
del Hambre. Que a esta unidad americana de geografía y
concepto político se junte cuanto antes la verdadera soli-
daridad, que ha detraducirse en rápida y eficiente coopera-
ción.
En la América del Sur, en la América Latina, tenemos
otras fuentes de unidad, amamos quijotescamente los grades
— 58 —
y absolutos valores de la vida. Perseguimos un común ideal:
la personalidad del hombre. Somos discípulos de Bolívar, de
Rodó, de Montalvo.
ROBUSTEZCAMOS LA PERSONALIDAD DE
AMERICA LATINA
De especial manera os agradezco, Excelentísimos Señores,
por haber designado al Señor Doctor Don Rafael Caldera, Pre-
sidente de la Cámara de Diputados de Venezuela, para que
tenga la dignación de ofrecerme este homenaje. El Ilustre
Presidente de la Cámara de Diputados de Venezuela repre-
senta a una Patria sudamericana, Venezuela, ejemplo de per-
sonalidad robusta. Si queremos que América Latina, que Amé-
rica Española diga su palabra original en el mundo, obliga-
dos estamos a robustecer al máximun la personalidad de los
países latinoamericanos, la personalidad de la América La-
tina. La América Latina, la América Española debe cooperar
en todo lo que favorezca a la libertad y a la justicia, pero
manteniendo su originalidad. Venezuela perdió trescientos
mil hombres en la magna lucha por la independencia sudame-
ricana, título subrime que consagra su personalidad.
LA VICTORIA NO MATA EL ALMA DE LOS PUEBLOS
Procuremos, Excelentísimos Señores, que se aumente la
justicia gradualmente, cada día en el mundo; porque sin jus-
ticia es imposible la paz, es imposible el desarme. Una gue-
rra victoriosa quebranta física y transitoriamente a un pue-
blo; pero jamás extingue el alma de un gran pueblo. Un día
u otro éste se yergue, enriquecido su subconciente de todo
lo que acumuló la reflexión dolorosa, que fué resultado de la
humillación.
Lleváos, Eminentes Señores, no sólo el recuerdo de nues-
tras viejas catedrales, de nuestro paisaje, sino principalmente
de nuestra fé ecuatoriana en la libertad y en la justicia, el de
la compostura y buena educación con que nuestro pueblo ce-
lebra sus horas de alegría cívica, cuando frente a él encuentra
sinceridad y cuando no tiene que romper el obstáculo de la
falsía hiriente.
Levanto esta copa por los Jefes de vuestros Estados; por-
que la humanidad acelere el ritmo hacia la verdad y el bien.
Levántola por vosotros, Ilustres Embajadores en Misión Espe-
cial, por vuestras nobilísimas Señoras y permitidme que os
pida que la levantemos todos, porque el pueblo ecuatoriano
continúe siempre tan noble y sano en sus demandas, como
hasta ahora intuitivo del bien y optimista en la esperanza".
-59 -

SENTIR A LA PATRIA

El señor Presidente Constitucional del Ecuador hace uso de la palabra


en la población de Tachina, Provincia de Esmeraldas.
— 60 —

MANIFESTAR DESINTERES, MANIFESTAR AMOR


POR LAS CAUSAS NOBLES, ES SENTIR A LA PATRIA
Discurso del señor Presidente de la República en l'achina, el
7 de Septiembre de I960

Señor Gobernador;
Señor Obispo; -
Señor - Alcalde;
Autoridades Militares;
Distinguidas señoras y señores:

Les agradezco mucho que hayan tenido ustedes la ama-


bilidad de detenerme en mi viaje a la ciudad de Esmeraldas,
para hacerme sentir la benevolencia de esta noble parroquia.
Las palabras que acabo de escuchar son palabras del más vivo
y ejemplar patriotismo, los- que han hablado han dicho con
grande emoción: NO PEDIMOS MINISTERIOS, CARGOS DI-
PLOMATICOS, NO PEDIMOS CONSULADOS, PEDIMOS ES-
CUELAS, PEDIMOS UNA PLANTA ELECTRICA, PEDIMOS
CARRETERAS", esto es lo que se llama sentir a la Patria, esto
es lo que se llama ser verdaderos agentes de la redención na-
cí:anal Manifestar este desinterés, manifestar este honor pon:
a causa noble, por la cultura, por el bienestar económico y
Material de los pueblos, esto es sentir a la Patria. Yo les feli-
cito con toda mi alma y pueden estar ustedes firmemente
convencidos, de que, a pesar del desastre fiscal en que nos en-
cnotramos, yo no cejaré un momento en trabajar por el bien-
estar cultural y material del pueblo ecuatoriano. Desde ahora
le ruego a la señorita que acaba de hablar con tanta inteli-
gencia sobre la escuela, que después de un mes justo, de aquí
a un mes, que podamos desahogarnos un poco de las prime-
las preocupaciones, puesto que hoy estamos recién en el ter-
cero o cuarto día de administración, se digne venir a Quito,
anunciándome con un telegrama que viene con el fin de ha-
cer práctica la oferta que le hago de la escuela, a fin de lla-
marle al señor Ministro de Educación, que es un hombre de
grande actividad, un pedagogo, un hombre que ha vivido
siempre entre profesores y tratar de hacer ya la escuela, y,
después, con el Ministro de Obras Públicas vamos a tratar de
hacer esta carretera que, en definitiva, —no tiene que ser muy
cara por ser una carretera corta—. que les dará a Uds., bienes-
tar y tranquilidad.

NUESTRO INTERES ES EL MEJORAMIENTO DEL PUEBLO

Acabo de saber con grande gratitud que todo el pueblo


de aquí ha sido velasquista. Desde luego mi deber de
Gobernante lo habría cumplido aún cuando ustedes no hubie-
ran sido velasquistas. Pero, sabiendo que son velasquistas, se-
ría menester tener un corazón de palo, para no hacer lo que
hoy hago: agradecer con toda mi alma a la parroquia de Ta-
china, y rogarles que continúen de velasquistas porque sólo
el velasquismo en el momento actual del Ecuador, se propone
resolver los problemas profundos de la Patria. A nosotros no
nos interesa las cuestiones transitorias del señor Liberal, del
señor Conservador o del señor Socialista, a nosotros nos inte-
resa la Patria, el progreso de la Patria, a nosotros nos inte-
resa el pueblo ecuatoriano, el mejoramiento económico y es-
piritual del pueblo ecuatoriano, todo lo demás son palabrerías
vacías que no han hecho sino destruir al Ecuador.

ME QUEDO AQUI CON EL CORAZON AGRADECIDO

Como yo debo estar en Quito a lo más a la una de la tar-


de, como yo he venido a resolver un problema político urgen-
t,t2 en Esmeraldas, les ruego a ustedes me perdonen el no de-
morarme más; pero si yo me voy corporalmente, me quedo
aquí con mi corazón agradecido a esta noble parroquia que ha
hecho gala de ser ella íntegramente velasquista. Quedan com-
prometidos los señores oradores que han hablado ahora para-
después de un mes, después de permitimos que caigamos en
cuenta lo que estamos haciendo, porque hay un tumulto de
acontecimientos de que cada Ministro llegue al ejercicio de su
función que me hagan el favor de reclamar la escuela, pero
pidiéndome audiencia previa. Las puertas del Palacio están
abiertas para el pueblo ecuatoriano".

*
LA PATRIA SERA GRANDE

El 7 de Setiembre de 1960, durante su primer viaje por las provincias


del Ecuador, el doctor José María Velasco Ibarra, pronuncia
un discurso en Esmeraldas.
NO PODEMOS ABANDONAR A LA PATRIA, TENE.
MOS QUE SUFRIR CON ELLA, SENTIR CON ELLA
Y TRIUNFAR CON ELLA

Discurso del Primer Mandatario, el 7 de Septiembre de 1960,


en la ciudad de Esmeraldas

Señores Ministros de Estado;


Señor Gobernador;
Señor Alcalde;
Señor Embajador de México;
Señoras, señores:

Saludo con el más grande respeto, con la mayor gratitud


a esta generosa y noble ciudad de Esmeraldas. Yo vine aquí
simplemente por un asunto político urgente; yo no quería que
aquí desperdiciemos el tiempo en disputas inútiles, cuando te-
nemos tanto y tanto que trabajar: por Esmeraldas y por la
República del Ecuador.
ESTE ES MOMENTO DE CONSTRUCCION DE LA PATRIA

Y, vuestra amabilidad, vuestra generosidad, ha querido


hacer de esta visita, por un concepto político de servicio, una
estupenda manifestación, una especie de renovación del 5 de
Junio; todavía más generosa —si cabe— que el 5 de Junio. Yo
sé, que aquí han habido velasquistas y no velasquistas; pero
en este momento de la construcción de la Patria, todos los es-
meraldeños no tienen sino un solo corazón creador de la Pa-
tria, civilizador de esta excelsa provincia tan digna de mejor
suerte, que ha gastado tanto tiempo en disputas inútiles, en
personalismos miserables y que hoy está resuelta a imponer
su voluntad de honradez y de reconstrucción, por la ciudad,
por la Provincia y por la Patria Ecuatoriana.
REPRESENTAIS EL ALMA DE LA PATRIA
Vosotros no debéis tener cuidado ninguno de que por no
haber triunfado yo en Esmeraldas, mi amor por Esmeraldas
y mi trabajo por Esmeraldas sea menos intenso. Vosotros,
durante el período electoral teníais perfecto derecho a expre-
sar vuestros pareceres; para mí no hay sino la Patria 'Ecua-
toriana, para mí no hay sino el pueblo del Ecuador y mi obli-
gación única es sacrificarme por vosotros, haciendo todo cuan-
to me sea dable por el adelanto cultural, material, económico
y sanitario vuestro. Vosotros sabéis cuanto estímulo me dá
a mí el veras aquí congregados en medio de este sol, de este
calor, a pesar de ser día de vuestras ocupaciones, escuchando
discursos, sin que nadie se mueva. Vosotros, estáis represen-
tando hoy, aquí, en Esmeraldas, el alma inmortal de la Patria
Ecuatoriana que quiere ser fuerte en el Continente, y que quie-
re ser grande y justa dentro del Territorio Nacional.

LOS CONCEJOS

Creedme, señoras y señores de Esmeraldas, que me dá ver-


dadero terror cuando veo el atrasa de esta ciudad, de esta Pro-
vincia, y considero la enorme riqueza, la enorme hermosura,
la enorme potencialidad económica de esta provincia magní-
fica. Vuestro atraso depende, de que muchas veces ha impe-
rado en las provincias del Ecuador, el espíritu caudillesco, el
espíritu personalista, la falta de amor al pueblo; se le invoca
al pueblo, se le llama al pueblo, se triunfa por el pueblo y, una
vez en el poder, una vez en los Concejos, durante la mayor par-
te de nuestra vida republicana, no ha habido otra cosa que el
hurto, la indiferencia, el abuso, el lucro personal. Oídmelo
bien, yo rindo homenaje ferviente al actual Alcalde de la ciu
dad de Esmeraldas, porque con la conversación que he tenido,
he visto qu es un hombre de acción, de patriotismo, de fana-
tismo por el progreso vuestro, por el progreso de la República.
Pero creedme, creedme sinceramente, que yo no puedo menos
que tener la aversión más espantosa para esa serie de Con-
cejos Municipales que han existido en la República, que han
existido, en la Costa ecuatoriana, que han existida en la Pro-
vincia de Esmeraldas; que, lejos de utilizar los recursos del Mu-
nicipio y los recursos de la Provincia en construir carreteras,
en construir edificios, han sacado miserables provechos perso-
nales, han sacado lucros e indecencias personales, explotan-
do, abusando del candor, de la generosidad de los pueblos, pero
el pueblo del 5 de Junio está en franca rebeldía y no permiti-
rá jamás que aparezcan los ladrones en los Municipios de las
Provincias del Ecuador.
ME SIENTO MIL VECES MAS REVOLUCIONARIO
QUE 'A LOS 20 AÑOS
Yo lo único que les pido es un tiempo prudencial, de diez
o veinte días, para que los Ministros se apersonen de sus
carteras, para que principie el mecanismo administrativo a
funcionar, y creedme que hoy, a los 67 años de edad, me sien-
to mil veces más revolucionario que cuando tenía veinte años.
Tenemos que poner en orden, en orden pondremos a todos los
explotadores que, de un modo o de otro, han abusado de la Pa-
tria, han abusado del pueblo ecuatoriano, han abusado de la
Provincia de Esmeraldas. Nosotros no odiamos a nadie, noso-
tros sabemos que el capital extranjero y la técnica extranjera
nos son indispensables para nuestro progreso material; pero
no aceptaremos que nadie falte al deber: rico o pobre, extran-
jéro o nacional tendrán que ajustarse a las normas de la Ley,
del honor, de la moral.
CUANTA INTRIGA
Cuanto tiempo ha perdido, ilustre habitantes de Esme-
raldas, que me estáis aquí escuchando con tanta ansiedad y
benevolencia, cuánto tiempo ha perdido esta ciudad en su pro-
greso, por miserables ambiciones de un grupo. Sabéis voso-
tros, por ejemplo, por qué estoy aquí presente este momento.
Pues he tenido la facilidad de estar con vosotros y de asistir
a esta magnífica manifestación de triunfo cívico, por una oca-
sión en sí misma miserable. Intrigas, ambiciones personales
de quienes os han explotado, de quienes han abusado de voso-
tros, una serie de caudillejos sin comunión con el pueblo, sin
comunión con la ciudad de Esmeraldas, que han dejado a Es-
meraldas en el atraso, a pesar de la riqueza de Esmeraldas. Han
acudido a decirme que el actual Gobernador no tiene ninguna
popularidad. Véis vosotros cómo son las cosas, cómo se pre-
tende jugar con los destinos de un gran pueblo, en aras de la
venganza, en aras de un aprovechamiento y del lucro perso-
nal, porque se imaginan que yo voy a permitir que el pueblo
ecuatoriano, que la ciudad de Esmeraldas, que la Provincia
de Esmeraldas se convierta en feudo de quienes nombran la
palabra liberal y no sienten sino la palabra lucro y deshones-
tidad.
PUEBLO SOBERANO
Vosotros, pueblo soberano de Esmeraldas y de la ciudad,
vosotros que no sóis propiedad de nadie, nadie tiene derecho
a levantarse sobre vuestros hombros sino para serviros humil-
-- 67 —

demente; yo estoy levantado a la Primera Magistratura de


la Patria por obra de vuestra bondad, y no me creo sino el
modesto, el humilde servidor vuestro. Yo os ruego en nombre
de la Patria, os ruego, en nombre de la amistad que tenéis la
bondad de manifestarme este momento, os ruego por el sa-
crificio que hacéis ahora aquí, que en la elección de los Con-
sejos Provinciales hagáis sentir vuestra conciencia, vuestra
soberanía, y que expulséis del templo de la Patria a todos
aquellos que se aprovechan de vuestros sudores y sacrificios

EL VELASQUISMO TIENE QUE GOBERNAR 40 AÑOS

Yo he dicho habitantes de la ciudad de Esmeraldas, que


el Velasquismo tiene que gobernar 40 años ¿no es verdad?
Pero para esto tenemos que conquistar moralmente la opinión
del pueblo ecuatoriano, tenemos que hacer vuestra canaliza-
ción, vuestra pavimentación, aquí en esta ciudad. Para esto
tenemos que proveeros de agua potable, de fuerza eléctrica,
de escuelas, de asistencia médica, de viviendas higiénicas; para
esto tenemos que reprimir a todo aquel que abuse del cam-
pesino, que lo intranquilice y abuse de su pobreza, que como;
intermediario no sepa tener defensa moral ni humanidad. Pa-
ra esto tenemos que hacer que el Banco de Fomento, sea un
verdadero Banco de Fomento con plazos prudenciales e inte-
reses adecuados. Para esto tenemos que sacrificarnos día y
noche, para levantar la condición material, económica y cul-
tural del pueblo ecuatoriano. Hace un momento decía en la
Parroquia de Tachina a la Profesora que me hablaba un len-
guaje magnífico: "Señorita, le decía, justo después de un mes,
después que me desahogue de esas ocupaciones aplastantes,
después que la administración tome su rumbo, venga usted
a reclamar su escuela; para, cuanto antes, ordenar que se cons-
truya una modesta escuela allí en Tachina"; y, hace una hora
le decía a vuestro Alcalde, que realmente me impresiona un
hombre de acción y de patriotismo, como él; véngase usted,
después de diez días para tratar a fondo la obra de canaliza-
ción, la obra de pavimentación, la obra portuaria, la obra de
la carretera. Y, si después de diez días no podemos terminar el
asunto como no lo terminaremos, regrese dentro de diez días
y regrese siempre, hasta poner en práctica el deseo práctico de
•.hacer prácticamente el bien del pueblo ecuatoriano.
SERVIRE AL PAIS A PESAR DE TODO

Vosotros sabéis la situación trágica en el orden fiscal que


ihe heredado del Gobierno del doctor Ponce Enríquez. El
día sábado había en caja UN MILLON QUINIENTOS MIL,
sucres y la deuda de caja era de DOSCIENTOS TREINTA_
Y OCHO MILLONES DE SUCRES. Ya véis vosotros, que para
tener la satisfacción de serviros, a mí no me ha importado ex-
ponerme a perder el poco prestigio personal; vosotros fuísteis,
leales conmigo a pesar de todas las calumnias durante treinta
años, yo debía retribuíros viniendo a serviros a vosotros; pá-
seme a mí lo que me pasare; con una caja fiscal, que, con un
millón en efectivo, tiene doscientos treinta y ocho millones
pasivos.
Pero no podemos renegar de la Patria, no podemos aban-
donar a la Patria. Tenemos que sufrir con ella, sentir con ellal
y triunfar con ella. Yo triunfé con vosotros, y la Patria será
grande. A vosotros, pueblo Soberano, os pido disciplina y tra-
bajo, nada puede hacerse sin disciplina y trabajo. Cuando
vosotros sintáis que de una manera permanente y sistemáti-
ca, hay abuso, hay tiranía, hay amenaza al Gobierno Velas-
quista, salid a la calle a imponer el honor y la justicia; pero
cuando esto no haya, yo os ruego disciplina y permitáis quer
trabajemos sin otra norma que la grandeza de la República,.
el prestigio de la Provincia de Esmeraldas, la grandeza de la.
ciudad de Esmeraldas.
ADMINISTRACION SOCIAL CRISTIANA CORROMPIDA
Señor Gobernador, Señor Ministro de Gobierno, señor Mi-
nistro de Defensa, hemos encontrado una administración So-
cial Cristiana corrompida y negligente en todas y cada una de
las esferas administrativas, lo mismo en las Telecomunicacio-
nes o en la Escuela Politécnica de Quito, o en cualquier parte_
en donde pongamos las miradas. Señores Ministros, Señor Go-
bernador, Jefe Político, Autoridades policiales, distinguidas y
eminentes autoridades militares, ayudadme a establecer en el
país la ley, el trabajo, la ley de la honradez, la ley del patrio-
tismo, si queremos que la Patria surja. Que la gente trabaje,
que el funcionario trabaje y atienda bien al público, que las
carreteras se hagan, que las obras se cumplan, que no se deje
para después de un año lo que debía hacerse inmediatamen-
te. He aquí las bases firmes de la redención radical de• la Pa-
tria Ecuatoriana.
HA AUMENTADO MI RESPONSABILIDAD
Yo voy a terminar, porque tengo que estar en Quito, a la
una de la tarde. No sectarismos, no odio de clases, no perso-
nalismos ambiciosos; justicia para todos, deber para todos, li-
bertad verdadera en bien de todos. No sólo la libertad que se-
goza en una gran capital: Quito, Guayaquil, Ambato, Esmeral-
das, sino también la libertad en el campo, en donde el campe-
sino es víctima de la tiranía de la explotación.
Señoras y señores, esta manifestación me tiene abrumado,
'pero ha levantado mi ánimo; ha aumentado la sensación de mi
deber, la sensación de mi responsabilidad; pero al mismo tiem-
po, una ciudad tan buena y generosa espero que al ver mi bue-
na voluntad y la buena voluntad de mis colaboradores, se dig-
ne darme el plazo suficiente para poner las bases materiales
del progreso de la República.
Por lo demás, yo no,' el modesto servidor del cuarto Ve-
lasquismo, sino vosotros, los jóvenes, las mujeres jóvenes que
-me estáis escuchando, sois los llamados a entregar esta Patria,
en CUARENTA AÑOS, de gobierno legítimo Velasquista, más
fuerte, más digna y más grande que lo que hoy la hemos he-
(cho.
LEGISLAR FUNCION FUNDAMENTAL DEL PAIS

"hasta en el Exterior se aprecia el fenómeno político del Cinco'


de Junio", dijo el señor Presidente de al República, en el ho-
menaje que le rindieron los Legisladores Velasquistas
el 13 de Septiembre de 1960.

Señores Presidente y Vicepresidente de las Cámaras;

Señores Legisladores;

Señores Ministros:

El propósito profundo de esta reunión señores, es un pro-


pósito amistoso antes que político. La política a veces acerca.
los espíritus, y acerca a las personas, y se establecen esos la-
zos tan profundos y tan hondos de la amistad.
Yo, a causa de la lucha política en que ustedes, se han:
dignado tomar una parte tan eficiente y tan activa, me sien-
to hoy sobre todo, amigo de todos ustedes, un amigo que
guarda para con ustedes todo género de aprecio y de consi-
deraciones, pero sobre todo y principalmente un. amigo.
Sobre esta base de la amistad señores, se ha creado una.
cooperación política tan importante. Son ustedes, ante todo'
los representantes del famoso y admirable 5 de Junio. Ese 5.
de Junio que hasta en las Naciones Extranjeras se lo aprecia.
en debida forma, como un voto poderoso del pueblo ecuato-
riano hacia una nueva vida, una vida de mayor justicia inter-
na, una vida de mayor valor dado al pueblo ecuatoriano, fac-
tor principal de la nacionalidad; de una vida de mucho más
dignidad y mucho más personalidad en lo internacional de
la República. Hasta en el exterior se aprecia en debida forma;
con mucha más razón debo apreciar ese fenómeno político
del 5 de Junio, y veo en ustedes a los amigos que aún mili-
tando en distintas ideas políticas, sin embargo convergen en
aquello de tratar de ser leales servidores del pueblo del 5 de
Junio; esto en el fondo me unimisma con ustedes y a la vez.

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que yo respeto en ustedes la altísima misión, la altísima fun-
ción que hoy desempeñan; a la vez, también me siento vincu-
lado con esos lazos de una misma aspiración nacional, de
una misma solidaridad humana, de un mismo concepto a
favor del Ecuador. —~1045~
SUPERVIGILAR LOS ACTOS DE LOS GOBIERNOS
Yo les agradezco a ustedes infinito señores, por toda la
labor fundamental que están haciendo aquí en el Congreso.
No importa que los críticos del Congreso deseen que el Con-
greso no intervenga en política, deseen que el Congreso no
critique los actos políticos, pero es cierto que desde la serena
y tranquila Inglaterra, hasta la ilustre y bulliciosa Italia, to-
dos los Parlamentos tienen como función principal en el mo-
mento actual y lo han tenido siempre desde que nacieron„
el supervigilar los actos de los Gobiernos; ya de los Gobiernos
que fueron, ya de los Gobiernos presentes, pero la supervigi-
lancia de los actos políticos, la orientación de la política, la
orientación de las bases fundamentales sobre las cuales un
pueblo quiere vivir, eso corresponde fundamentalmente al
Parlamento, sin que esto quiera decir, que el Parlamento no
legisle, que el Parlamento no trabaje legislando, sin que esto
quiera decir que una función fundamental elimine las otras
funciones de carácter igualmente importantes, como son la
de dictar la Legislación del País.

BORRAR SIGLOS DE IGNOMINIA


Yo les agradezco a ustedes, señores además, porque con
un solo gesto, tuvieron ustedes, la amabilidad y el valor ecua-
toriano y sudamericano de borrar siglos de ignominia; siglos
de entrega del Ecuador al extranjero, aquel concepto de la
nulidad del Protocolo de Río de Janeiro, un concepto eminen-
temente jurídico que más tarde, una vez que la conciencia
americana se haya aclarado, podrá traducirse en otras acti-
tudes técnicas de orden diplomático, para que el Ecuador
llene su legítimo deseo; pera aquella declaración jurídica ge-
neral a la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro, equivale
a borrar un siglo y medio de infamia, equivale a recordar la
grandiosa obra administrativa que hizo la Presidencia de
Quito, durante dos siglos y medio, en las regiones de MaMas,
Jaén, Túmbez, al norte y sur del Amazonas; esos dos siglos
y medio de civilización de la Presidencia de Quito, esa Bata-
lla de Tarqui, que fue eliminada por una política entreguista
e indigna, fue borrada por ustedes con la declaración inter-
nacional, que yo nunca la aplaudiré suficientemente; decla-
PWW"YT/911'rT"Trl""
- 1"-47
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ración que nada tiene de amenaza agresiva porque en un


mundo, en donde no se vive hablando sino de libertad, de de-
mocracia, de instituciones jurídicas no cabe, que porque un
país denuncie una norma jurídica, este país ni quiera agre-
dir, ni admita que nadie le ataque.

TRATADOS IMPUESTOS POR LA FUERZA SON NULOS


En la llamada Declaración de Costa Rica, se dijo que los
países sudamericanos están obligados a creer en las institu-
ciones Interamericanas; si esa obligación tenemos; tenemos
pues también derecho a decir que de acuerdo con las normas
interamericanas los tratados impuestos por la fuerza son nu-
los. Con esto ni amenazamos a nadie, ni herimos a nadie. To-
dos los demás problemas señores ustedes, están tratando en
el Congreso con tanta erudición, con tanta competencia.
Ayer no más he leído los discursos respecto a la nueva ley de
la Junta Monetaria, y los Senadores que defendieron el asun-
to desde el punto de vista de la reforma de ley, agotaron el
asunto y lo hicieron con tanto brío y con tanta competencia,
que yo no puedo menos de felicitarlos.
TODO MI HOMENAJE Y MI GRATITUD
Señores, a ustedes exponentes de los ideales cívicos del
5 de Junio, a ustedes magníficos luchadores por una patria
nueva, todo mi homenaje y mi gratitud. Quiero que este sea
un acto en el que principalmente vean ustedes mi amistad,
amistad que naturalmente no puede depender de la política
en un ambiente y en un modo especial político. Yo brindo
por ustedes, señores y brindo por los nobles colaboradores Mi-
nistros de Gobierno, y brindo de una manera especial por las
autoridades que ustedes, han elegido, para la dirección de los
destinas legislativos. Salud señores".
Señor Vicepresidente de la Cámara de Diputados noble
amigo y noble luchador del velasquismo.
SOMOS HOMBRES DEL FUTURO
Yo estoy verdaderamente confundido con las palabras
que usted, se ha dignado pronunciar, y confundido al com-
prender que esas palabras están noblemente ratificadas por
la emoción y el sentimiento de los señores miembros de la H.
Cámara de Diputados, mis nobles amigos, aquí reunidos. Yo
le agradezco a usted, señor profundamente, y en la persona
de usted, agradezco a todos los señores miembros de la Cá-
mara de Diputados. Agradezco a todos los miembros de la
— 73 —
Cámara del Senado, que seguramente han escuchado con
simpatía las generosas palabras de usted. Quiero sí subrayar
algunas expresiones que son de grandísima importancia. Us-
ted se ha dignada hablar del futuro, y es lo que a nosotros
nos interesa, señor, cualquier velasquista de los aquí presen-
tes, que hubiere sido elegido para Presidente de la República,
habría dicho lo que yo he dicho. No he dicho nada original al
pensamiento velasquista. El pensamiento velasquista vive y
siente las palabras que yo pronuncié en la ilustre ciudad de
Riobamba. No es pues una novedad individual mía, es una
cuestión colectiva del Movimiento Velasquista. Yo no he he-
cho sino traducir lo que todos los velasquistas sienten, pien-
san y acaso lo habrían expresado mejor que yo. Pero sí me ha
gustado mucho, señor Vicepresidente de la Cámara de Dipu-
tados, que usted se haya dignado hablar del futuro. Nosotros
somos hombres del futuro. Nosotros debemos ser futuristas.
Nosotros debemos preparar el futuro de la Patria. No es posi-
ble que la generación actual, borre dos siglos y medio de his-
toria de la Presidencia de Quito, dos siglos y medio de sus
civilizadores, colonizadores de Quijos, de MaMas, de Jaén. No
es posible que nosotros borremos lo que hizo la espada de Su-
cre y la espada de Bolívar. Es menester que nosotros prepa-
remos otras generaciones, es menester que nosotros ponga-
mos los cimientos para el futuro desarrollo de la República
del Ecuador. ¿Qué sería del futuro de la República del Ecua-
dor ?, señor Presidente de la Cámara de Diputados, señor
Vicepresidente, señores Legisladores todos, qué sería del fu-
turo de la República del Ecuador, reducido a la estrecha Cor-
dillera Oriental y al Pacífico; en medio está el desarrollo ver-
tiginoso de Colombia, junto al imperio militarista del Perú.
¿Qué sería ? Esta mañana he repetido con angustia, la lec-
tura de dos autores peruanos, del. señor Arturo García que
fue Ministro del Perú en Quito en el año de 1890 y del señor
Smore, que fue Ministro de Relaciones Exteriores de esa épo-
ca. Uno y otro al pedir al Perú que acepte la línea HERRERA-
GARCIA, sostenía que cualquier línea menor a la HERRERA-
GARCIA, sería el desaparecimiento del Ecuador, absorbido
por Colombia y el Perú. Si tenemos en cuenta que la línea ac-
tual no tiene nada que ver con la línea HERRERA-GARCIA,
sino que la' recorta, estrechándole al Ecuador de manera ab-
surda; cómo nosotros los ecuatorianos podemos pensar me-
nos bien respecto al futuro ecuatoriano que dos ilustres pe
ruanos pensaron en 1890?
PONER LOS CIMIENTOS DEL ECUADOR FUTURO

Mil gracias señores Diputados por vuestra bondad y mi/


gracias Sr. Pólit, luchador tantos años en el velasquismo, por
haber dicho que nosotros tenemos que poner los cimientos del
Ecuador futuro. Es al futuro, a las generaciones futuras, a
las que tiene que dirigirse toda nuestra acción, ya en la po
lítica interna, ya principalmente en la Política Internacional.
Tenemos que salvar al Ecuador como Entidad Nacional Co-
lectiva entre Colombia y el Perú, y hacer que este como el
Uruguay como Suiza, sino por su extensión, por su virilidad,
por su grandeza de alma por su heroísmo, por su afirmación,
ocupe el puesto a que está llamada toda Nación digna y de-
cente".
LOS MAESTROS SON LOS FORJADORES DE LA
PATRIA

El Maestro es la quinta esencia de la virtud y abnegación,


dijo el Dr. Velasco Ibarra, al clausurar los Cursos de Verano
organizados por los Maestros Laicos de Pichincha, el 14 de
Septiembre de 1960

Señores Ministros de Estado,


Distinguida Legisladora de la República,
Distinguidas autoridades escolares,
Distinguidos maestros y maestras,
Señoras y señores:
Quiero confesaros que me siento muy corto esta noche,
para poder agradeceros dignamente uor todas vuestras bon-
dades para conmigo y para con mi Sra. Por vuestros magní-
ficos obsequios, por las palabras elocuentes de estímulo con
que os habéis dignado honrarme, habéis exaltado y elevado
el espíritu nacional. En este tiempo en que necesitamos ser
serenos y firmes, en este tiempo en que necesitamos sembrar
en el presente el futuro que cosecharán las generaciones
venideras.
LA QUINTA ESENCIA DE ABNEGACION Y VIRTUD
Yo siento señoras y señores el no haber podido tener es-
te día un solo minuto de tiempo para poder preparar un
agradecimiento, que en algo pueda ser digno de vosotros; pe-
ro vosotros no exigís flores literarias, lo que vosotros exigís
es la sinceridad del corazón. A los maestros no se les puede
hablar, sino es con el corazón, a los heroicos escultores de
la República no se les puede hablar sino con sinceridad y
amor. Yo con todo el amor de mi corazón, os digo a vosotros,
mil gracias porque vosotros sois los grandes forjadores de la.
Patria del mañana.
Es impresionante en verdad, el pensar lo que significa el
maestro en general, y lo que significa y es de una manera
particular, el maestro ecuatoriano. Si principiamos por pen-
— 76 —

;sar lo que es el maestro ecuatoriano, tendremos que recono-


,cer en él, la quinta esencia de la abnegación y la virtud. Suel-
dos bajos, casi ningún estímulo, casi ninguna seguridad para
.su trabajo, muchas veces en montañas abandonadas, en
montañas de inclemencia y de frialdad, uno escucha el Him-
_no de la Patria, uno vé levantarse la bandera de la Patria, y
allá en una casucha, casi en una choza, ahí está la abnegada
maestra de escuela con su pequeño grupo de campesinos,
,suspendiendo por un momento el silencio aplastante de los
campos con el Himno Nacional, que dá vida a la naturaleza
ecuatoriana.
Vosotros no podéis imaginaros cuánto aprecio yo y cuán-
to amo la obra del maestro ecuatoriano. Ya en mis ejercicios
_presidenciales, ya en mis luchas electorales, he tenido que
caminar por tantos lugares, por tantos lugares desolados, sin
carreteras, sin pueblos vecinos y donde quiera he encontrado
siempre al maestro ecuatoriano, siempre la maestra ecuato-
riana saturada de amor, saturada de esfuerza, al margen de
la civilización, ella vive su vida interior con su ideal; el único
alimento del maestro y de la maestra en algunos lugares de la
Patria, en medio de la soledad, es el ideal interno con que co-
mulga, el ideal de la humanidad, el ideal eterno que a todos
los hombres debe iluminar y consolar.
SERVIR A LA PATRIA
Podéis pues estar seguros, maestras y maestros del Ecua-
-dor, de que haré yo todo lo posible en esta administración, pa-
ra sin averiguar qué maestro ha sido Velasquista o qué maes-
tro no ha sido Velasquista, —eso a mí no me interesa—, a mí
:lo que me interesa, a mí lo único que me interesa es servir
a la Patria, con gente honrada y eficiente, haré todo lo po-
sible por ayudaros.
Dos condicionts para servir a la República; ya en lo re-
lativo a maestros y maestras, ya en lo relativo a toda clase
-de funcionarios públicos. Nosotros necesitamos una verdade-
ra reacción, reacción a favor de la honestidad personal, reac-
,ción a favor de la eficacia y a favor del patriotismo. Todo lo
-demás no me interesa.
Yo comprendía ya, desde mucho tiempo atrás, el estado
pavoroso en que iba a encontrar las finanzas. nacionales. El
estado de pobreza y de pauperismo del Fisco. Vosotros compren
fiéis lo que representa UN MILLON QUINIENTOS MIL SU-
'ORES EN LA CAJA FISCAL, DOSCIENTOS TREINTA Y
OCHO MILLONES DE DEUDA CONTRA LA CAJA FISCAL.
Una terrible bancarrota. Comprendiendo eso, yo he temblado,
, os lo aseguro, que llegase el día de subir a la Presidencia de
la República; tenía pavor del 31 de Agosto porque, no se trata
--- 77
tanto de subir al poder, se trata de aceptar las responsabilida-
des del Poder; no se trata tanto de ser Presidente, se trata de
cumplir con el deber sagrado de ser Presidente, cuando hay una
Patria que espera; yo temblaba, os digo con verdad, el día de-
llegar a la Presidencia de la República. Aceptaba para mí el
sacrificio, de venir a serviros como candidato y posiblemente
como Presidente; pero eso, que para muchos era una ambición
de mando, era para mí simplemente el sacrificio que debía
de lealtad al pueblo ecuatoriano.

NI NIÑOS SIN ESCUELA, NI MAESTROS SIN TRABAJO

Y por eso, desde que columbré rue se acercaba mi triun


fo, a causa del fervor y el entusiasmo con que me recibían
los pueblos, pensé que debía ser Ministro de Educación Pú-
blica, un hombre como el Dr. Quirola, que haya sido profesor,
que haya sido Rector, que conozca a los Profesores, que sien-
ta y viva la vida del maestro, y que una vez en el Poder,
esté resuelto a hacer todo lo posible, para que no haya niños
sin escuelas ni maestros sin trabajo, como decía muy bien una
de las oradoras. Ni niños sin escuelas ni maestros sin traba-
jo, todo un panorama de Justicia Social, que esta noche se
me presentó. Yo no había jamás pensado en esta fórmula
tan condensada de Justicia Social y de protesta. Cuántos miles
de niños sin escuela, cuántos nobles maestros sin trabajo.
Es menester, sin odios, sin luchas de clases, es menester lu-
char valientemente, por un esfuerzo mancomunado de la es-
pecie humana, especialmente los ecuatorianos ir destrozando-
entre todos, en beneficio de todos, inspirados en la justicia
y en el amor, ir destrozando los cimientos de la injusticia so
cial poco a poco, y reconstruyendo una sociedad nueva en la
cual, no hayan niños sin escuelas, no haya maestros sin tra-
bajo. Todo un programa de evolución social, que yo os con;
vido a que lo hagamos todos los días, sin odios ni pasión, pe-
ro con energía y constancia, procurando el esfuerzo man-
comunado de todos los ecuatorianos de buena voluntad.

Si fuimos originales .el 10 de Agosto, si fuimos originales


el 9 de Octubre, si somos originales en nuestra pasión en
nuestro ideal, seamos también originales en la manera de-
forjar la sociedad nueva, anhelada por los hombres. Cuánta
injusticia en la organización social, cuánto tenemos que ha-
cer todos los días para forjar las bases de una sociedad en_
que impere la justicia, el amor y la fraternidad.
— 78 —

ESCULTORES DE LAS NACIONES

Yo tengo el más alto concepto del maestro en general,


de los maestros en general, vosotros sois los escultores de las
naciones; vosotros sóis el sol que ilumináis y calentáis, voso-
tros sóis la forja en que se van forjando los caracteres y las
voluntades, vosotros sóis realmente los arquitectos, los escul-
tores de la Patria. El Ecuador del futuro, será lo que vosotros
queráis que sea, el Ecuador del futuro.

TODO PROCEDE DEL INDIVIDUO

Todo arranca del individuo, todo procede del individuo.


Del individuo procede el descubrimiento científico, del indi-
viduo procede el descubrimiento artístico, el individuo es el
soldado heroico, el individuo es el conquistador, el individuo
es el descubridor, del individuo procede todo el bien en la
tierra. Vosotros maestros, estáis en el colegio, en la escuela,
ell el aula, por humilde que ésta sea, en contacto precisa-
mente con el individuo, vosotros sóis los hombres del indivi-
duo, los foj adores del individuo, con vuestra palabra, con vues-
tra emoción, con vuestra indicación sobre todo con vuestro
ejemplo, hasta con un gesto, hasta con una palabra clara es-
táis impresionando el alma del niño individuo, del joven in-
dividuo, de aquel que es la raíz de la vida de la Patria, voso-
tros sóis los forjadores, los escultores de esa materia prima
espiritual, si se me permite la contradicción, de vosotros tie-
ne que salir el tallo, y la flor y el fruto, y la palmera que
arranque hacia el cielo; vosotros sóis en verdad, los arqui-
tectos, los forj adores del alma de la Patria, de la Nación del
futuro. Yo os rindo pues, el más grande homenaje, porque
de vosotros depende todo lo que tengamos de bueno en la Re-
pública del Ecuador.
CON VUESTRO ESFUERZO

Una nación necesita de héroes y de almas santas, y de


grandes madres de familia, y de soldados, y de inventores, y
de matemáticos y de filósofos. Todo- lo hacéis vosotros.
Cuando un profesor se dirige a un grupo de alumnos, no
sabe si está dirigiéndose a un Montalvo del futuro, a un Pas-
teur del futuro, a un Bolívar del futuro. Qué misión tan sa-
grada y tan augusta la vuestra. Todo lo que nosotros poda-
mos hacer, por vuestro bienestar, por vuestra tranquilidad
económica, por infundiros esperanzas y estímulos. Todo lo
que el profesor normal pueda hacer por forjar maestros, de
grandeza, de honor y de dignidad, todo es poco, porque es in-
definido el espíritu del hombre, porque la evolución de la
historia es indefinida, y porque vosotros con vuestro esfuerzo
estáis poniendo las bases para lo indefinido y aún para lo in-
finito y para lo eterno.

HACER ESCUELAS

Yo, por eso, me permito rogar al Dr. Quirola, que, él que


siente la vida del maestro, él que siente lo que significa la
educación; permanezca siempre en comunión con la inquie-
tud del maestro, con la inquietud de lo que significa la edu-
cación; necesitamos señor doctor Quirola, construir escuelas,
hacer escuelas, para los maestros. Hay que sacar el dinero de
cualquier parte, hay que buscar donde está el dinero para to-
marlo, e invertirlo en hacer escuelas, edificios escolares, for-
jar maestros, tener maestros, dar tranquilidad al maestro.

FORJAR LAS ALMAS

Pero vosotros tenéis que pagar el tributo a vuestra gran-


deza; si vosotros sóis lo que sóis, tenéis también el deber gran-
de de saber forjar las almas de los hombres del futuro. Yo os
ruego fervorosamente no dejéis de meditar nunca en lo que
significa en el fondo un profesor; no creáis que es profesor
o profesora, o maestro o maestra, aquel que desenvuelve la
tesis sin programa, para que los niños repitan y den el exa-
men, eso es lo de menos importancia, claro que es necesario,
es menester que el niño comprenda la naturaleza, es menes-
ter que el niño sepa la geografía, la historia, la aritmética, es
indispensable claro está, hay que hacer eso; pero no es eso
lo esencial de vuestra misión, ese es un desarrollo de vuestra
misión, ese es un capítulo indispensable en vuestra misión;
pero otra es la base del libro, otra es la esencia de vuestra
misión; tenéis vosotros que forjar al honibre del mañana,
tenéis que tomar al niño en vuestras manos, al joven en vues-
tras manos, y sacar de él, el hombre del mañana.

CUAN SAGRADA VUESTRA RESPONSABILIDAD

Allí en esa alma de ese pequeño niño, en esa alma de


ese pequeño joven, hay una cantidad de virtualidades infi-
nitas de todo orden. Un individuo humano es un misterio, es
un ser misterioso, dentro de su alma cuántas cosas en po-
tencia, cuántas cosas aletargadas, cuántas cosas que reciben
vuestra acción para surgir e ir a la vida. Allí en potencia la
sabiduría, en potencia las más grandes emociones, en po-
— 80 —

tencia el genio, en potencia la facultad de invención, en po-


tencia la facultad de vivir con honor, en potencia la facultad_
más augusta aun de morir con grandeza y con gloria por la
bandera de la República. Vosotros sois los forjadores, los que
ponéis en alto esa potencia, los que hacéis que esa potencia
pase al acto. Vuestra responsabilidad es grande, justa y pro
funda. El niño que tenéis en vuestras manos, es el Bolívar
tal vez del futuro, es el Pasteur del futuro, es el Rodó del
futuro. Cuán augusta, cuán sagrada es vuestra responsabi-
lidad, vuestra tarea.

EL LAICISMO ES LA QUINTA ESENCIA DE LA CULTURA

Vosotros sois maestros laicos, yo tengo la idea de que en


el momento actual de la cultura humana, en el estado actual
de los tiempos, el laicismo, es la quinta esencia de la civili-
zación. Las gentes no quieren entender esto, a las gentes les
disgusta el desnudarse de sus prejuicios, de su pereza de pen-
sar, de ahondar en la profundidad de las cosas; pues yo re-
pito aquí, dada la actualidad de los tiempos, dada la modalidad
de los tiempos modernos, el laicismo es la quinta esencia de
la cultura del hombre y de la civilización de una naciona-
lidad.

LIBERTAD Y DEMOCRACIA
No habéis notado vosotros cómo los hombres hablan de
libertad y odian la libertad. Se vive hablando de libertad y
de democracia y los mismos que hablan de libertad y de de-
mocracia, odian en su fondo la libertad y la democracia. Li-
bertad y democracia, para pronunciar discursos, libertad y
democracia para ser aplaudidos en los discursos, libertad y
democracia para engañar a los pueblos, pero en realidad, vi-
ven los hombres temblando la libertad y viven los hombres
temblando la democracia; cómo el hombre católico tiene te-
rror a la libertad del protestante; hablará de libertad, pero
en la práctica tiene terror al protestante; y cómo el protes-
tante habla de libertad, pero si puede le impedirá que hable
el católico, tiene terror de que hable el católico; cómo el hom
bre que no es judío, tiene terror de que el judío actúe y le
inculpa toda clase de crímenes, incapaz de comprender la
libertad del judío, la vida del judío, la evidencia del judío, la
originalidad del judío; cómo los occidentales tienen terror de-
los orientales y cómo los orientales tienen terror de los oc-
cidentales; todos hablan de libertad y todos se tienen terror,
todos se tienen miedo; nadie comprende la eterna verdad que
está en el fondo de cada hombre, la eterna verdad por la
cual todo hombre padece, la eterna verdad que agita la huma-
nidad; nadie es capaz de llegar a esta eterna verdad y vincu-
lados con esa eterna verdad respetar los matices, las ramifi-
caciones y las ramas, que no son otra cosa que el aspecto de
. la misma savia, del mismo tallo de angustia con que el hom-
bre busca el ideal que lo oriente, que lo salve, que lo libre.
La antipatía del ateo al creyente, la antipatía del creyen-
te al ateo, la antipatía del francés al alemán y del alemán al
francés; la Antipatía de un hombre de una nación al hombre
de otra nación; hasta dentro de una Patria, las reticencias,
las rivalidades de una provincia a otra, aspectos todos de te-
rror a la Libertad. El hombre no se ama, los hombres no se
aman, los hombres se temen. Decir que el •laicismo es la quin-
ta esencia de la cultura es una gran verdad. El profesor laico
este sí que respeta la conciencia, este sí que no le cohibe al
niño católico, ni al niño libre pensador, ni al niño judío, ni al
niño protestante. El Profesor laico sube a la cima del ideal, y
desde allí, desde la cima del ideal, ve cómo se mueven los se-
res vivos, ve cómo se mueven los campos, ve cómo se mueve
el trigo movido por el viento, arriba está contemplando lo que
pasa por debajo, arriba en el ideal de verdad y de tolerancia,
el maestro laico contempla sin odio que haya niños católicos,
niños protestantes, niños nacionalistas, niños masones o de
padres masones, lo comprende todo, lo respeta todo, todo tie-
ne una razón de ser, todo arranca de una raíz de verdad, el
maestro laico no cohibe, no define, el maestro laico no hace otra
cosa que determinar ante los niños aquello que es indestruc-
tible, aquello que es cierto, aquello que se ha llegado en la
convicción común, aquello que demuestra la ciencia o aquello
que la ciencia dice que es discutible, sin cohibir las almas, sin
perturbar los criterios.
Yo creo que el laicismo, es la quinta esencia de la cultu-
ra, porque es la quinta esencia de la comprensión y porque
comprendiendo se ama; el que todo lo comprende, lo ama to-
do y lo perdona todo. Todo tiene señoras y señores, su razón
de ser en el temperamento de un individuo, en su formación
anterior, en su sistema nervioso, en los libros que lee, en las
impresiones primeras de la vida, todo tiene su razón de ser.
Esto lo comprende el maestro laico. El maestro laico es la su-
prema garantía 'de las conciencias, el maestro laico, es la su-
prema garantía de tranquilidad a los padres de familia. Así
he visto yo el laicismo en una república como Chile. Así he
visto yo el laicismo en uno de los paises más cultos del mundo,
en la Francia heredera de la Grecia antigua por la delicadeza
de su espíritu.
Que nadie crea, que estas mis palabras a favor del laicis-
mo pueden bajo ningún aspecto lastimar la enseñanza parti-
-82—.
cular, religiosa o no religiosa, ese es otro aspecto. Estoy- reco-
nociendo al católico el derecho de ser católico, y al protestan-
te el derecho de ser protestante, y al indiferente el derecho de
ser indiferente. Por consiguiente por obra de la libertad den
hombre, por obra de la libertad de expresión, reconozco el de-
recho de la escuela católica, de la escuela protestante y de la
escuela nacionalista; a nada de esto me opongo, respeto estas
expresiones de la libertad; lo que digo es que la escuela laica
es la garantía en los estados modernos de paz social, de res-
peto a las conciencias, de tranquilidad de las familias si es
que la escuela laica como es el caso, entre vosotros, sabe ser
real y verdaderamente la escuela laica..
FERVOR DEL ALMA
Yo oigo ese deseo de muchas personas de que en
la escuela laica, a los niños que deseen aprender religión
ses les dé clases de religión; yo oigo, respeto este deseo, pe-
ro yo no participo de ese deseo. Yo tengo de la Religión otro:
concepto, yo no creo que haya religión por el- hecho de hacer
que un niño repita cosas religiosas, por el hecho de que un ni-
ño oiga repetir de una manera obligatoria, de una manera fría
tales o cuales normas religiosas, y que esto sea el deber reli-
gioso que haya que cumplir, yo no concibo, así la Religión; la
Religión es fervor del alma, y esto no es cuestión, postiza,
esto no es un reglamento postizo escolar, no es una tarea obli-
gatoria de donde brota el concepto religioso. La Religión, la
única maestra de verdadera Religión es la madre, que conoce
la intimidad de su hijo. La Religión es algo muy grande. ¿Qué
sacamos -de una repetición externa, reglamentaria y obligato-
ria de una cosa religiosa? el el alma queda fría, si no se encien-
de el amor a Dios y el amor al prójima; única norma religio-
sa: EL AMOR A DIOS Y EL AMOR AL PROJIMO.
Ojalá hubiera en el mundo actual mucha religión. Ojalá
hubiera habido mucha religión, ojalá hubiera tenido Cristo
quién le siga. No estaríamos hoy reclamando escuelas para to-
dos los niños y trabajo- para todos los maestros. Yo espero que
el avance de la humanidad, yo espero que el profundo dolor-
de los tiempos contemporáneos, yo espero que este dolor que
producen los Sputnics de un lado, y los Pioners por otro lado,
y las bombas Yanquis y las bombas Rusas, que el enorme do-
lor del hombre, haga que el hombre sea más religioso y que
después de 1.000 años se transforme la sociedad, por obra de
l- a religión verdadera. Amar al Prójimo, es Amar a Dios.
Mientras tanto, señoras y señores, procuremos nosotros
cumplir nuestro deber aquí en esta Patria Ecuatoriana, pro-
curemos nosotros forjar al hombre heróico, al hombre que ame

kilábda~ .
Alelb • k..'d"....""^'
- _
el saber, aI hombre escrupuloso, al hombre que no sepa mu-
cho de los elogios externos, al hombre que mire la gloria hu-
mana como debe ser mirada la gloria humana, al hombre
que mire sobre todo la vida interior, el cumplimiento de sus
deberes, las normas de fraternidad, las normas de auxilio a sus
semejantes, procuremos formar a los buenos patriotas. Hoy
mismo en el Ecuador estamos en un momento en que cuanta
falta nos hacen los profesores que sepan forjar al hombre, los
religiosos que sepan enseñar el deber a las conciencias de los,
hombres; hoy mismo estamos planteando ante el mundo el
SER o NO SER de la República del Ecuador. A este dilema del
SER o NO SER de la República del Ecuador, yo os convoco a
todos vosotros a que adoptéis no. el NO SER, sino el SER..
TENEMOS QUE SER VALIENTES
Nosotros no estamos atacando a nadie, no estamos desa-
fiando a nadie, pero tenemos perfecto derecho a proclamar
que nosotros como todos los países americanos, como•Panamá.,
como Guatemala, como Colombia, como el Perú, tenemos de-
recho a nuestro puesto digno en la tierra para el desarrolla
de nuestras generaciones futuras. Es una cosa que me impre-
siona; cada vez que el Ecuador habla de sus derechos, por ele-
vadamente que hable de sus derechos, por dignamente que Ios
formule, la prensa peruana nos insulta. He leído hace poco,
unos insultos tan horribles en-un periódico de Lima a la mis-
ma República del Ecuador, que uno no puede menos de indig-
narse. Nosotros no queremos la guerra, nosotros no la provo-
caremos, nosotros no atacaremos, pero nosotros somos tan dig-
nos y tenemos tanto derecho a la nacionalidad como el Perú,
NI UN MILIMETRO MENOS, igualdad ante la ley, igualdad
ante el derecho.
Perfecta igualdad ante la ley Internacional. Qué' signifi-
ca, ese desprecio con que se nos dice, que nosotros hemos sido
nada, que todo lo que hemos sido, lo debemos al Perú; qué
significa esa calumnia contra la historia de la Presidencia de
Quito; acaso aquí en Quito, no se desarrolló una cultura físi-
ca, una de las más grandes después de México, igual a la de
México? Qué tenemos nosotros que pedirle limosna de cul-
tura a ningún país sudamericano. Acaso la Presidencia de Qui-
to por sus misioneros, no fue la que paseó de un lado a otro
Mainas y Quijos fundando culturas, fundando ciudades, evan-
gelizando, pereciendo en mano de los salvajes y civilizando
también a los salvajes, haciendo actos de heroísmo y haciendo
acto de apostolado. La. Presidencia de Quito no tiene por qué
pedir misericordia de honor y de glorias, a ninguna tierra su-
damericana,.
— 84 --
-La Universidad de Quito, los Sabios de Guayaquil que
undaron museos científicos en España, la Revolución del 10
de Agosto, el sacrificio del 2 de Agosto; acaso no significa esa
un comprimido de cultura, un comprimido de espíritu nacio-
nal, que en un lado y en otro lado estalló, fue a la guerra, fue
al triunfo. Tenemos que ser serenos, pero, tenemos que ser va-
lientes. Nosotros no provocaremos, nosotros no atacaremos a
nadie; si alguien nos ataca nosotros nos defenderemos de ra-
ma en rama y de roca en roca. Qué significa aquello de por
INSPIRACION del PERU reunir una conferencia de Canci-
lleres en donde se escribe que los países sudamericanos • te-
nemos obligación de creer en las Instituciones Interameri-
canas, obligación de aceptarlas, de creerlas y adaptarnos a
ellas; pues bien, el momento que cumpliendo esta obliga-
ción proclamamos que los tratados hechos con el cañón
en el pecho, son TRATADOS NULOS, por falta de voluntad
libre, esos momentos se nos amenaza con que van a
imponer los tratados por la fuerza. Ningún tratado se impone
por la fuerza; por la fuerza podrán matar, por la fuerza no
•conquistarán los corazones; y si hoy día mueren un millón de
ecuatorianos, no por eso se habría impuesto ningún tratado,
porque tres millones de ecuatorianos estarían protestando al
día siguiente contra la injusticia, en un momento en que to-
dos hablan de garantías, de democracia, de igualdad, de auto-
determinación de los pueblos; de aquí la gran mentira moder-
na, hablar de verdades morales y ser incapaces de creer en
,éllas.
PRACTICAR EL DERECHO
Grande función la vuestra maestros que creéis en el fu-
turo, y que sabéis que infaliblemente la justicia triunfará en
América Hispana. La justicia triunfará en América Hispana,
porqUe la raza Latina y •la raza Hisuana tendrán un día que
zer las dueñas del mundo Occidental si el mundo Occidental
--ha de humanizarse alguna vez. La raza Latina y la Raza His-
pana, nosotros creemos en la estabilidad de la raza Latina, de
la raza Hispana y queremos que el Ecuador sea uno de los
factores del triunfo de esta raza Latina, de esta raza Hispana
y creemos que todos los países hispanoamericanos están es-
trictamente obligados no a hablar de cooperción sino a prac-
ticar la cooperación, no a hablar de derecho sino practicar el
derecho, no a hablar contra las tiranías sino a no practicar la
tiranía; tanta tiranía ejerce un salvaje contra los ciudadanos
aislados, como un. pueblo prepotente que sin razón ni justicia
pretende excluir al- pueblo débil de las ventajas que la civili-
-mación ha dado a todos los pueblos grandes y débiles.
— 85- —
Ayudadme pues maestros a poner: las bases: del; Ecuador
del futuro. Estamos en pobreza, no importa. Aguantemos un
poco la pobreza, pero ya mismo pongamos las bases que nos
lleve a todos a la plenitud, al bienestar, a la salud, a la justi-
cia; eso exigidme a mí, eso exigid a mis colaboradores, sino po-
demos daros hoy todo, pongamos las bases que nos lleven a
una nacionalidad distinta, a un continente hispanoamericanG
distinto y lo diré en una palabra a un Pamericanismo distin-
to, un Panamericanismo de justicia entre pueblos, de respeto.
entre pueblos y de verdadera solidaridad- económica entre
pueblos.
JUSTICIA PARA TODOS
Ayudadme a que se practique la disciplina. No podemos
llegar a nada sino tenemos disciplina. Si todo el mundo aspira:
a todo, no podremos llegar a nada. Hay nomás decían unos
partidarios míos: no puede el Velasquismo, barrer con todos
los empleados, no puede barrer con los empleados que han da-
do pruebas de idoneidad, de técnica y de lealtad a- su- servicio;
si el Velasquismo aspira a durar cuarenta años, principie por
conquistar moralmente al pueblo ecuatoriano; practicando et
desinterés y la justicia para con todos.
Esta bien que se remueva al emPleadwdeshonestb, al hom-
bre que ha hecho negociados, al hombre que ha comprado ili
citamente caballos que no debía comprar. Está bien que el Go-
bierno se defienda de los enemigos asérrimos, enemigos asé-
rrimos que lo van a:sabotear, que no le van a dejar Gobernar;
pero aparte de ésto, todo empleado eficaz, honesto debe ser
respetado si queremos que el Velasquismo principie por prac-
ticar la justicia y la verdad.
TRABAJO Y DISCIPLINA\
Ayudadme pues maestros a predicar a- los hombres er de-
sinterés, el espíritu de sacrificio, la disciplina Muchos aquí;
en el Ecuador admiran a Rusia y no hay como negar, que en.
Rusia ha progresado el núcleo' ruso extraordinariamente, no-
hay como negar. Por qué ese progreso? Obra- de la- disci-
plina, por obra del misticismo -de ese pueblo-, por obra» del- es-
fuerzo en el trabajo y en la disciplina. Queremos salir nosotros.
de nuestra pobreza, queremos nosotros las carreteras, quere-
mos nosotros la vivienda popular, queremos nosotros electrifi-
cación, pues tenemos que trabajar, tenemos que trabajar con
dureza, disciplina y abnegación. El burócrata que trabaje las
ocho horas que el reglamento le impone y que todos trabaje-
mos y todos empeñemos en ser los obreros forjadores de. la Pa,-
tria del 10 de Agosto.
— 86 --

NO HE PODIDO CONTENER MI EMOCION


Señoras y señores, yo había pasado un día tan ocupado,
puedo decir que desde las seis de la mañana hasta la hora que
vine acá, por eso os pedí que me perdonarais las pocas pala-
bras que iba a hablar, Pero entiendo que estas palabras han
sido muchísimas. Perdonadme hoy las muchísimas palabras.
1.43 que pasa es, que es muy difícil contener la emoción, cuando
un hombre que tiene la responsabilidad que yo tengo, se diri-
ge a personas de las cuales dependen tantas cosas grandes y
buenas. Quién puede contener la emoción. Sería menester que
yo tenga un corazón de piedra, para contener mi emoción ante
los maestros y maestras de la República del Ecuador, ante los
maestros abnegados de la escuela de verano, ante las madres
de familia que han puesto a sus hijos en las escuelas de verano
te todos estos seres que tiene el culto de lo bello, el culto
saber, el culto de los símbolos de la naturaleza. Yo no 'Le
podido hoy contener mi emoción. He visto en vosotros los for-
j'adores de la Patria, las intuiciones y sentimientos que forjan
la Patria. Una de las oradoras decía que la especie humana
hoy requiere del hombre y de la mujer, es la verdad. El sér
humano no es ni mujer, el ser humano es la síntesis del hom-
bre y de la mujer: la inteligencia razonante de lo uno, la in-
tuición fulminante de la otra; la voluntad creadora del uno,
del sentiimento enardecedor del otro; la masculinidad de un la-
do, la feminidad de otro lado; el uno buscando la gloria, la
otra inspirando la gloria; el uno miserable sino conquista la
gloria, la otra desdeñando a aquel que no ha sabido por me-
dio eh la gloria, hacer grande y sublime la femeidad de la
mujer.

• 21.1-.-
REIVINDICACION DE LA DIGNIDAD NACIONAL

Palabras pronunciadas el 20 de Setiembre de 1960, por el


Excmo. Señor Presidente de la República en la Reunión qu
tuvo con los Legisladores Velasquistas del Ecuador.

Distinguidas Autoridades de ambas Cámaras;


Distinguidos Señores;
Senadores y Diputados:

Una vez más me he permitido señores Senadores y Di-


putados, abusar de la amabilidad y bondad de ustedes., para
rogarles que me permitan un diálogo amistoso sumamente
respetuoso con ustedes. La razón que me impulsa a abusar
de la generosidad y bondad patriótica de ustedes señores, es
la urgencia que tiene la República por medio del trabajo de
ustedes, de hacer la labor más eficaz posible que corresponda
a los anhelos de la gran transformación nacional, que se efec-
tuó el día 5 de Junio.

No se oculte señores a la penetración patriótica de uste-


des que el problema ecuatoriano ahora, es un problema su-
mamente difícil y trascendental; ya en el orden internacional,
ya e nel orden interno. En el orden internacional, cada vez
que yo veo el mapa ecuatoriano, creo que la obra que ha he-
cho el Congreso actual es una obra extraordinaria, que sin
duda alguna está llamada a figurar en los anales de la His-
toria Patria, es la verdadera reinvindicción de la dignidad Na-
cional, es la verdadera afirmación de que el Ecuador es una
verdadera nacionalidad, una Nacionalidad resuelta a vivir
con dignidad, como vive el Perú, como vive Colombia, y co-
mo viven todos los demás países. En estos últimos días con
motivo de la dificultad con el Perú, he tenido ocasión de re-
visar ciertos documentos, que me confirman que el grado de
indignidad que nos condenó el Perú con su tratado de Río
de Janeiro, no tiene verdaderamente límite posible.
88 —

TRIUNFO DE LA NACIONALIDAD

El año de 1860 el 24 de Septiembre de 1860, el Ecuador


realizó una verdadera hazaña, él solo se reconstruyó, ahogó
la anarquía interna que habían creado 4 Gobiernos, que tenían
al país dividido en 4 Gobiernos. Luchó con las fuerzas perua-
nas que bloqueaban la ciudad de Guayaquil, y triunfó la Na-
cionalidad, y lo que más enardeció a los ecuatorianos para que
hagan una hazaña verdaderamente extraordinaria que so-
lo las antipatías políticas„ la falta de historias austeras
a hecho que esté pasada inadvertida en estos días; fue e/
atado llamado de Mapasingue en el que se reconoció la Cé-
dula de 1.802, y sin embargo ese tratado de Mapasingue es
mucho más ventajoso, en materia territorial, al tratado , de
Río de Janeiro; y ese tratado de Mapasingue hizo• que el país
vibrase todo entero que destruyese la anarquía de los cuatro
iernos, que se reconstruyese, que pelease con las fuerzas
disolventes anárquicas ecuatorianas y con las fuerzas perua-
nas, y que triunfase el Ecuador; y como digo, ese tratado mu-
cho menos grave para la dignidad nacional que el tratado ac-
tual de Río de Janeiro. Por consiguiente, cada vez que yo
pienso en la obra que hizo el Honorable Congreso actual, me
siento más satisfecho.

CONCIENCIA DE LOS PUEBLOS'


Yo espero que el Perú, no se lanzará a una agresión, no
creo que el Perú quisiera ponerse a relieve, no creo que el Pe-
rú quiera dar ese escándalo y testimoniar una vez más con
hechos indiscutibles su espíritu de conquista, espero qué así no+
pase, pero si pasara espero también que el Ecuador esté resuel-
to como dijo la Francia revolucionaria: "a sucumbir en su
propia ceniza, antes que dejarse intimidar, o antes que de-
larse arredrar". No importa que haya actualmente muchos
Gobiernos que hayan manifestado' su opinión indirectamente
en contra de la opinión ecuatoriana. Tenemos nosotros que
acentuar nuestra propaganda y contar con la conciencia de los
pueblos de América. Si los gobiernos estuvieran en contra, que
no estarán mucho tiempo, los pueblos estarían a favor. Lo
que necesitamos es dirigirnos a los pueblos en una obra de•
propaganda que penetre, en estudiantes, en obreros, en ma-
sas populares, sudamericanas. Los argumentos nuestros na
pueden ser más satisfactorios. Se trata de que los pueblos
americanos no pueden permitir que un pueblo• por llamarse
pequeño, desaparezca de la Geografía, hoy que se• habla tanta
de democracia y de libertad.


•,
SACRIFICIO PATRIOTICO
' Creo pues señores, que la obra hecha por el Congreso Na-
cional en materia Internacional, no puede ser más grande;
pero tenemos la obra interna. Obra interna que forzosamente
tiene que traducirse en vigorizar nuestra obra internacional;
hay una absoluta solidaridad entre la obra interna y la obra
externa; la obra externa es gloriosa pero sucumbirá si no po-
nemos de pie al pueblo mediante la obra interna; y esta obra
externa exige señores Diputados y señores Senadores, vues-
tro noble sacrificio patriótico. No dejéis por favor, por la Pa-
trip., no dejéis bajo ningún aspecto la obra sin terminarse.
Necesitamos organizar definitivamente lo que buenamente po-
damos el país en el momento acual, para que la obra interna
guarde armonía, no tengamos las penas de que falle la obra,
externa, en la cual ustedes, son héroes de la Nacionalidad tal.
como la palabra suena, HEROES DE LA NACIONALIDAD:
e
TODOS LOS ECUATORIANOS TENEMOS QUE SER
HEROES

Desde la Tribuna del Estadio, el Jefe del Estado se dirige a los estu-
diantes universitarios de la Central, que ofrecen su respaldo a la po-
litica internacional, en una espontánea manifestación,
el 20 de Setiembre de 1960.
— 92 — .

YO NO OS TRAICIONARE NUNCA

Discurso pronunciado por el Presidente de la República en la


manifestación_ de respaldo de los Universitarios el 21 de
septiembre de 1960

Distinguidos Jóvenes Universitarios;

Ilustre pueblo de Quito:

Yo desearía tener este momento toda la fuerza necesaria


para poder corresponder en algo a vuestro magnífico, a vues-
tro ejemplar acto de patriotismo, que vá a irradiar por toda
la República del Ecuador, que va a manifestar a la América,,
que este pueblo ecuatoriano, eminentemente pacífico y res-
petuoso del Derecho es a la vez eminentemente conciente y
fuerte para que se respete su existencia y que se respete la
integridad de sus derechos nacionales.

TRABAJO ASIDUO

Vosotros jóvenes universitarios, ilustre pueblo de Quito,


vosotros sabéis que en estos momentos tengo obligación, pa-
ra poder satisfacer en algo siquiera la responsabilidad que
contraje ante vosotros de trabajar intensamente para con-
trolar la marcha de la Administración Pública y para cum-
plir con el programa que yo os anuncié, a pesar de la pobre-
za, del caos económico, de la desorientación moral y política
de la República; yo estoy resuelto a poner en marcha median-
te un trabajo asiduo, una administración digna del pueblo
ecuatoriano.
NO OS TRAICIONARE NUNCA

Yo por eso os agradezco a vosotros, que superiores a to-


das las intrigas, superiores a todos los apresuramientos sin
razón ni motivo, continuéis siendo mis amigos y confiando:
en mí. Yo no os traicionaré nunca. Tenemos tan sólo 20 días
i.
93

de administración; podemos errar, porque de hombres es


errar, pero corregiremos nuestros errores cuando se nos de-
muestre que hemos errado, y contamos con el tiempo sufi-
ciente para poner en marcha en todos los órdenes, una Ad-
ministración Pública digna por todos los aspectos, de la
grandeza, de las esperanzas, de los votos y del valor del pue-
blo ecuatoriano.

UNIDOS Y FUERTES
No captéis intrigas, no os dejéis sorprender por las intri-
gas. Que el velasquismo permanezca unido y fuerte. El Palacio
Presidencial está abierto a vosotros; con vuestra ayuda y vues-
tra inspiración rectificaremos los errores, pero permaneced
unidos y fuertes en defensa de la dignidad de la Patria, de la
Soberanía Nacional y de la Justicia que debemos a todos y
cada uno de los ecuatorianos. El cuarto Velasquismo ha prin-
cipiado su Administración con un gesto verdaderamente mag-
nífico que lo consagrará ante la Historia. El cuarto Velasquis-
mo; inspirado por vosotros, con la repercusión que vuestros
anhelos patrióticos han tenido en las Cámaras Legislativas,
ha principiado por proclamar qua el Protocolo de Río de Ja-
neiro es NULO.

IMPUESTO POR LAS ARMAS Y POR LA GUERRA


El Protocolo de Río de Janeiro es nulo, porque fue im-
puesto por la fuerza de los cañones, porque fue impuesto
cuando la Patria estaba invadida, es nulo, porque fue impues-
to cuando nuestras ciudades fueron incendiadas; por eso es ju-
rídicamene nulo. No existe ese Protocolo. Nuestra posición
es absolutamente jurídica; no puede menos de herir profun-
damente la conciencia de América, de toda la América, de la
América española, de una manera especial; son las Confe-
rencias Panamericanas las que declaran que el territorio de
los Estados es inviolable, y que són nulos los tratados reali-
zados a base de coacción militar o de coacción de cualquier
otro género; por consiguiente, como el Tratado de Río de Ja-
neiro fue impuesto por la fuerza de las armas, con una Na-
ción invadida, con ciudades incendiadas, como esto consta en
el mismo protocolo de Río de Janeiro; nue las fuerzas milita-
res peruanas no se retirarán sino después de la ratificación
del protocolo; como esto consta de una manera matemática
y evidente ante el Derecho Internacional Panamericano, ese
protocolo es nulo porque fue impuesto por las armas y por la
guerra. Nuestra posición es absoluta y evidentemente j urídi-
ca, civilizada, democrática.
ri.":11,17

— 94 —

LA VICTORIA NO CONSTITUYE DERECHO

No olvidéis que un gran argentino, Sarmiento proclamó,


hace un siglo: "La victoria, no constituye derecho". Entre
países civilizados, entre países americanos, la victoria, la fuer-
za, el abuso, no constituye derecho bajo ningún aspecto. Estas
frases de Sarmiento, pronunciadas hace un siglo, han sido
ratificadas por las Conferencias Panamericanas, ratificadas
por el Derecho Internacional; puesto que se habla de solida-
ridad americana, puesto que se declara ante la ley de los gran-
des y de los fuertes, puesto que se declara la igualdad de to-
dos los estados soberanos, el Ecuador es igual en todo al Perú,
es igual en todo a Colombia, es igual en todo a los Estados
Unidos, y nosotros tenemos tanto derecho a amparamos erv
la justicia como el Perú, como Francia, como Colombia, como
los Estados Unidos y como todos los pueblos de la tierra. EL
' cuarto Velasquismo ha establecido un cambio radical, total
y absoluto, en la Política Internacional, desarrollada o lleva-
da hasta el 5 de Junio de 1960; hasta esa fecha la entrega
paulatina del territorio de la Patria a una Nación extranjera;
anteayer el tratado Herrera-García; ayer, el protocolo infa-
me de Río de Janeiro. Pero desde el 5 de Junio de 1960 el
Ecuador proclama que no puede haber paz donde no impera
la justicia, que no puede haber orden donde no impera el de-
recho, que no puede haber convivencia y solidaridad donde
una Nación relativamente más fuerte, pretende, ahogar a
una Nación relativamente más débil en el orden material, pe--
ro fuerte y grandiosa en el orden moral, como fuerte y gran-
!lb dioso el 10 de Agosto, el 9 de Octubre, la voz de Rocafuerte,
la pluma de Montalvo; pueblo así es pueblo inmortal, moral-
011 mente igual a todos los pueblos.
Hasta el 5 de Junio de este año, los hilos diplomáticos,
- -como decía muy bien el sabio doctor González Suárez—,
iba a quedar ahogado, asfixiado entre esos hilos sofísticos y
leguleyos. El 5 de Junio el Ecuador rompe los hilos diplomá-
ticos del sofisma, se dirige a la conciencia de América, se abre
a las normas verdaderas del derecho abre los tratados y con-
ferencias Interamericanos y proclaman ante la concencia de
los pueblos que el tratado de Río de Janeiro es nulo, porque
fue impuesto por la fuerza y por la invasión, cosa clara, lu-
minosa y terminante; aquí no hay leguleyos, sino un pueblo
viril que tiene derecho a proclamar la justicia.

DEBEMOS MANTENERNOS FIRMES

Nosotros debemos mantenernos firmes en la actitud ju-


rídica, civilizada, democrática que hemos adoptado. Podría
. • . _ •

'95

ser que algunos gobiernos, por compromisos políticos en mr.


momento dado, aparentemente no quieran estar con noso-
tros, pero todos los pueblos de América, inclusive el pueblo
peruano, comprenderán la justicia de nuestra causa y esta-
rán con nosotros, porque los pueblos tienen por escencia la
intuición de la justicia; ya que hoy se habla de la era de los
pueblos y de la justicia por obra de los pueblos, nosotros ape-
-lamos a todos los pueblos de América, para que amparen y
protejan la justicia que también sirve a la República del
Ecuador.
HEROES INVENCIBLES
Yo tengo la idea de que debemos mantener con serenidad,.
la causa de la justicia ecuatoriana. No provocar, no atacar,.
no dar ningún pretexto para que se nos ataque. Entendiendo,
que el Perú —después de haber invadido, incendiado y ma-
tado a los ecuatorianos en 1941—, no pretenderá invadir, in-
cendiar y matar: eso sería salvaje, eso sería contrario a la"
conciencia actual de América entera, del mundo entero, de'
las Instituciones Americanas. Debemos mantenernos serenos:
pero si el peligro viene sín buscarlo nosotros, si la hora) del'
sacrificio llega sin nosotros provocarla, todos los ecuatorianos.
tenemos que ser héroes invencibles, héroes serenos, héroes'
audaces, para defender el derecho y para que la conciencia
americana contemple un pueblo resuelto a sacrificarse antes-
que ceder en su honor, en su dignidad, en sus títulos histó-
ricos, en su tradición civilizadora, que son los actuales va-
lores que levantan y engrandecen la moral ecuatoriana.
Permaneced serenos, no olvidéis que el verdadero valor
es del hombre sereno, el del pueblo sereno; no olvidéis que el
verdadero heroísmo es aquel que sabe que la vida vulgar my
sirve para nada, que la verdadera vida es aquella que consis-
te en inmolarla en los altares del honor y de la Patria, para
vivir para siempre en el recuerdo y en el ejemplo de las ge-
neraciones futuras.

ABRID UN MAPA DEL ECUADOR

Yo quiero que se me entienda bien. Yo no os convoco a


la guerra, al contrario, os pido que no la provoquéis, os pido
que tengáis ese valor sereno del hombre que confía en su cau-
sa. Yo a lo que os convoco es a manteneros firmes en la clara
convicción de vuestros derechos; yo tengo absoluta seguri-
dad de que si así permanecemos, todos los pueblos de Amé-
rica, me refiero sobre todo a los pueblos, sin excepción de una
solo, comprenderán sin más que extender sobre una mesa eI.
— 96 — 1

mapa del Ecuador que el tratado de Río de Janeiro es el más


cruel y la más infame ignominia que un vencedor pudo im-
poner a un vencido.
Contra eso protestamos, eso rechazamos. Abrid un mapa
-del Ecuador, no necesitáis leer libros, no necesitáis sino sa-
ber, que hasta el año 1853 el Ecuador bañaba sus pies y sus
manos en las orillas del Amazonas.
Ved, dónde está ahora, contemplad dónde estuvimos, y
decidme si la generación actual pudo jamás de los jamases
ratificar ahora, cometer el crimen de ratificar ahora a sangre
fría, el ignominioso tratado de Río de Janeiro.

CONFIAD EN LOS PUEBLOS


Yo espero en los ilustrados y respetables gobiernos de
.América, yo espero sobre todo en los pueblos; yo os pido a
vosotros, ecuatorianos que améis a todos los pueblos; todos
• los pueblos sufren, todos los pueblos lloran, todos los pueblos
forjan su futuro día a día, con su esfuerzo y con su brazo;
todos los pueblos tienen la cabal intuición de la justicia, tie-
..nen la conciencia americana que nos hará justicia y nosotros
tendremos el asiento que debemos tener en las orillas del
Amazonas, en el gran canal amazónico llamado a ser el fu-
turo de las generaciones sudamericanas que lindan hacia el
canal, sobre todo ahora que la agricultura y la técnica están
transformando todas las regiones. Confiad en el futuro, con-
-fiad en la justicia, confiad en la democracia, confiad en los
pueblos.

ENAMORADOS DEL FUTURO


Jóvenes, jóvenes ecuatorianos, jóvenes universitarios, vo-
sotros que representáis siempre la Patria nueva, la Patria re-
generada, la Patria optimista, vosotros enamorados del futu-
ro, enamorados del progreso, estoy seguro que veréis al Ecua-
dor en las márgenes del Amazonas si permanecéis fieles en
propagar la verdad y la justicia.
Quiero rendir homenaje a este pueblo trabajador, a este
pueblo que se llama humilde, a este pueblo tan ajeno a las
ambiciones y que sin embargo está vibrando en este momen-
to, por la noble y legítima causa del Ecuador Amazónico.
Quiero agradecer y rendir mi respetuoso homenaje a las Cá-
maras Legislativas, que con tanto vigor y generosidad han
sabido interpretar, aplaudir y ratificar los votos del pueblo
velasquista del Ecuador; quiero agradecer a la persona ecua-
toriana por la manera valerosa, inteligente y patriótica con
— 97 —

que está sosteniendo la causa ecuatoriana en estos momen-


tos decisivos para nuestro país.
SER o NO SER! en este dilema elegimos nosotros vale-
rosamente el SER; el ser en la plenitud del término. Ruego
a la Prensa ecuatoriana, delante de este ilustre pueblo de
Quito, delante de estos universitarios, que como nuestra ac-
tuación ahora es una actuación de propaganda de la verdad
y de la justicia, no deje pasar un solo sofisma de esos que dia-
riamente está echando sin pudor la Prensa peruana. Yo por
mi parte creo que el auténtico pueblo peruano será sensible
a la causa de la justicia en el Ecuador. Cuando yo regresaba
al Ecuador, el día 19 de Febrero, fuí recibido en el aerodromo
del Perú por una enorme multitud del pueblo, del trabajador
peruano; quiero creer que el pueblo peruano será sensible a
la causa ecuatoriana; pero muchos periódicos peruanos han
tomado como un privilegio propio de ellos, pretender audaz-
mente, insolentemente, disminuír la grandeza del pueblo
ecuatoriano en su historia, en su obra civilizadora, en su obra
colonizadora, en su obra descubridora. Ahí Montalvo, ahí Ro-
cafuerte, ahí González Suárez, ahí Maldonado y Sotomayor,
ahí mil almas más que han salido de las entrañas del pueblo
ecuatoriano. Trátese del origen histórico de la Presidencia de
Quito, de su admirable labor civilizadora de MaMas; trátese
de nuestros descubrimientos, la Prensa peruana puede de-
cirse que casi todos los días no puede nombrar al Ecuador sin
ultrajar al Ecuador. Yo pido y ruego a toda la Prensa ecua-
toriana que no devuelva insulto por insulto, porque eso no
es caballero ni noble; sino que devuelva razón contra sofis-
ma, hecho histórico contra fábula miserable.

SOLDADO VUESTRO ,

Aquí tenéis, soldado vuestro en la paz y en la guerra. Hoy


soldado para procurar todos los días que cuánto antes prin-
cipie nuestra obra administrativa; nuestras carreteras que ya
están principiando, nuestras viviendas que deben principiar,
nuestra electrificación que debe principiar. Hoy soldado de la
paz. Ojalá jamás una infame guerra entre países americanos,
manche el suelo de la América Española; ojalá esto no suceda
jamás; pero si alguna vez tengo yo que defender a la Patria,
yo seré el primero en dar ejemplo. Yo espero, espero del Dios
de la Patria, que sea yo el primero en daros a vosotros ejem-
plo de sacrificio y abnegación, sin más limites que morir gri-
tando: "VIVA LA GRANDEZA DEL PUEBLO ECUATO-
RIANO'.
- 99 -

MOMENTO DECISIVO PARA NUESTRO PUEBLO:


SER O NO SER

El Dr. José Maria Velasco Ibarra, se dirige a una multitud que respal-
da al Gobierno, en la ciudad de Guayaquil, el 24 de Setiembre de 1960.
— 100 —

"EN PAZ O EN GUERRA, NO OS TRAICIONARE


JAMAS"
Discurso pronunciado el 24 de Septiembre de 1960 desde losa
balcones de la II Zona Militar en Guayaquil:

Señor Presidente de la Honorable Cámara de Diputados,


Señor Alcalde de la Ciudad de Guayaquil,
Señores Ministros de Estado,
Honorables Legisladores,
Señor Gobernador de la Provincia,
Distinguidas Autoridades Militares,
Señoras, señores:

Estáis aquí de pie ante el altar de la Patria, dispuestos a.


entregarlo a vuestros hijos más grande y más glorioso que lo
que actualmente se encuentra; dispuestos a mantener la digni-
dad internacional inconmovible de la República, y dispuestos
también en la vida interna del país, a hacer del pu-eblo ecuato-
riano un pueblo cada día más fuerte, cada día más orientado,
cada día con mayor bienestar, cada días más consagrado al
ideal, a la justicia, a los grandes valores que hacen inmorta-
les a los hombres y a las naciones.

ACTITUD CONSTRUCTIVA

El 28 de Mayo de este año, os saludé en una asamblea


extraordinaria, estábais allí en una actitud destructora, esta-
bais destruyendo la ignominia; por un lado se había declara-
do que los intereses continentales primaban sobre todas las
demás cuestiones, anulando de un tajo y para siempre la vida
de la República del Ecuador, como Nación Soberana, grande,
amparada en el derecho, como todas las demás naciones del
mundo deben vivir amparadas en el derecho; de otro lado, en
la vida interna estábais también en actitud destructora, es-
tábais destruyendo esa separación abismática entre el pueblo
y el Gobierno, separación tan monstruosa, que cuando voso-
— 101 —
aros quisistéis elegir libremente a vuestro Presidente, allá en
-Quito se os asesinó miserablemente por la espalda. Destruis-
teis la infamia, hoy estáis en actitud constructiva. Yo os agra-
dezco que el Velasquismo todo, llene hoy día esta plaza, llene
hoy día esta inmensa calle, en un grito unánime de solidari-
dad y de unión con el futuro de la Patria, con la grandeza de
la República del Ecuador.
NO OS TRAICIONARE JAMAS
Tened confianza en mí, que en paz o en guerra, no os trai-
cionaré jamás. No os inquietéis en la política interna, por las
dificulades de los primeros días, de las primeras horas. Es muy
natural que los hombres yerren, que se equivoquen, sobre todo,
cuando nosotros hemos heredado UN MILLON QUINIENTOS
MIL SUCRES, de capital activo, y DOSCIENTOS TREINTA Y
OCHO MILLONES DE SUCRES, de déficit para la caja. Es
muy natural que maquinemos, es muy natural que nos devo-
remos, pero día y noche estamos trabajando por vosotros y
con vosotros. Gobernaremos 40 años, porque 40 arios o más
:mereceremos la confianza del pueblo ecuatoriano.
OBRA GRANDE Y FUERTE
Tenemos perfecto tiempo para día tras día, hacer la obra
'grande y fuerte que vosotros anheláis con tanta razón, con
tanta justicia, como premio a vuestra grandeza moral, como
premio a vuestra abnegación incesante de todos los días. Mi.
Tad aquí, señores del Gobierno, este inmenso pueblo, a él no
llegará Ministerio alguno, a él no llegará Embajada alguna y
'sin embargo, entusiastas por el honor de la Patria, fervientes
por la dignidad de la Bandera, enamorados hasta la pasión de
la justicia y del derecho.
MOMENTO TRASCENDENTAL
Estamos ahora, en un momento trascendental para la vida
internacional de la República. Pero a vosotros esto no os in-
timide; recordad vosotros la gesta ecuatoriana de hace un si-
glo, recordad vosotros cómo las pasiones políticas lanzaron ha-
ce un siglo, al país en un caos que le pusiera en po-
der del extranjero, recordad vosotros que hace un siglo, ha-
bía en la República frente al extranjero invasor, cuatro dife-
rentes gobiernos; el extranjero nos amenazaba con quince mil
hombres, la Ría de Guayaquil estaba ocupada, cuatro gobier-
nos para hacer frente a la crisis semejante y sin embargo de
este caos, de este anonadamiento jurídico, la Patria ecuato-
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riana, los guayaquileños, sacaron la fuerza, la cohesión, la
energía indispensable, para destruir un tratado internacional
mil veces traidor, para poner en fuga al traidor, para vencer
a los peruanos y para unir para siempre con vínculos de soli-
daridad eterna, a la Patria Ecuatoriana, a la Nación unitaria
ecuatoriana. Yo os he dicho muchas veces y no cesaré de repe-
tiros, que los grandes dolores prueban a los grandes caracte-
res y forjan a los grandes pueblos. El dolor de 1859, el más
grande dolor que ha tenido la historia de la Patria, supo for-
jar por obra de la grandeza del alma ecuatoriana, por obra
de la generosidad magnífica del pueblo de Guayaquil,
forjar para siempre la unidad indestructible de esta Patria, que
preferiría undirse en las cenizas sola o acompañada, oídmelo
bien: que 'preferiría sola o acompañada undirse mil veces en
sus propias cenizas, antes que vivir para la infamia y con la
infamia, grabada en su frente mil veces augusta.
NADIE SELLARA NUESTROS LABIOS
Lo que nosotros hoy día reclamamos, ante los gobiernos
civilizados de todo el mundo, ante todos los gobiernos de to-
da la América, y sobre todo ante la conciencia de los pueblos
americanos es que también, respecto a nosotros se apliquen los
principios jurídicos consignados en la Carta de las Naciones
Unidas y repetidos mil veces en las Conferencias Panameri-
canas y consagradas de una manera definitiva en la Carta de
la Organización de los Estados Americanos; esto es lo que re-
clamamos, esto es lo que exigimos, y nada ni nadie sellará
nuestros labios, intimidará nuestros corazones, perturbará-
nuestras mentes firmes en el derecho hispanoamericano. Fir-
mes lo reclamaremos!
ES NULO
(En este instante, un guayaquileño de entre los presen-
tes exclamó: "Combata el Protocolo Doctor"), y el Presidente
contestó:
Este protocolo al que usted se refiere, es NULO, porque,
así lo declaran de una manera terminante, precisa y clara,
las Conferencias Panamericanas. La Séptima Conferencia Pa-
namericana, hizo esta declaración magnífica: "El territorio'
de los Estados es INVIOLABLE, y por consiguiente son NU-
LOS, todos los tratados y acuerdos internacionales, que se
hagan bajo amenaza de guerra, bajo coacción diplomática,
bajo coacción económica, o de cualquier otro modo violento
que perjudique al concepto de libertad y democracia, que al-
gún día debe vivir real y sinceramente en las tierras hispanoa-
mericanas, en las tierras americanas”.

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HEMOS HECHO MIL VECES MAS POR LA INDEPENDENCIA

Nuestra tarea actual es mucho más fácil, mil veces más


fácil que la tarea que tuvieron los hombres ilustres de 1860,
a pesar de todos sus defectos, gran conductor en la obra de
1860, esa fue tarea de leones, esa fue tarea terrible; la nues-
tra es más fácil: proclamar que el Ecuador es Nación Sobera-
na, proclamar que el Ecuador es uno de los Países americanos.
proclamar que el Ecuador es absolutamente igual al Perú, ab-
solutamente igual a Colombia, absolutamente igual a los Es-
tados Unidos o a Francia. Si para estos países existe el dere-
cho, si para estos países están escritas las reglas de la Orga-
nización de los Estados Americanos; por qué no para nosotros
que tenemos tanto derecho como el Perú, que valemos tanto
como el Perú, que hemos hecho mil veces más por la Indepen-
dencia Sud Americana, que lo que ha hecho el Perú?

CREER EN LAS INSTITUCIONES INTERAMERICANAS

Por actividad del Perú, quedó escrita la declaración de


Costa Rica; en esta declaración de Costa Rica de estos últi-
mos días, se nos impone el deber a los americanos de "creer
en las Instituciones Americanas"; lo que estamos haciendo
ahora, lo que hemos hecho desde hace dos meses, es cumplir
el deber que el mismo Perú indirectamente nos impuso, "creer
en las Instituciones Jurídicas Hispanoamericanas, y por, con-
siguiente creer, que el Tratado de Río de Janeiro, obra de la
invasión, obra del incendio, obra de la matanza, obra de la
fuerza superior a otra fuerza relativamente más débil, ese tra-
tado que se firmó, según consta en el mismo Protocolo, es-
tando ocupada la República del Ecuador, ese tratado es NU-
LO de NULIDAD ABSOLUTA.

POSICION LIMPIA
Nuestra posición, heroico pueblo de Guayaquil, nuestra
posición no puede ser más limpia, no puede ser más neta, no
puede tener más fuerza que la que hoy, nosotros le hemos da-
do. Proclamar que en la América no puede haber paz, mientras
no haya el cumplimiento estricto del derecho; proclamar que
que no se puede hablar de desarme, mientras no se principie
por devolver a nuestra Patria, la región por ella descubierta,
por ella colonizada, por ella civilizada, y en la cual estuvo has-
ta el año de 1857 el Encargado de Negocios de la República de
los Estados Unidos.
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— 104 —

DERECHO CONTRA FUERZA


Mirad, mirad la actitud del Perú en cambio. Apenas el
Ecuador y el Congreso, declararon la nulidad del Tratado de
Río de Janeiro, se nos dijo que las fuerzas armadas peruanas
impondrían la integridad en este tratado. Qué falta de con:
ciencia jurídica, qué falta de perspectiva jurídica; a una enun-
ciación de derecho, una amenaza de la fuerza bruta; a una
enunciación del derecho, el Perú amenazándonos con poner-
se una vez más de frente como nación invasora y conquista-
dora. Contra el derecho: la fuerza, he aquí la primera actitud.
Por otra parte, jamás, suponiendo que el Peru venciera sobre
bre el cadáver del último ecuatoriano y se quisiera imponer un
tratado a algún residuo humano de la República ecuatoriana,
jamás lograría ratificar el Tratado de Río de Janeiro, porque
el alma nacional saldría de sus cenizas, el alma nacional re-
sucitaría y continuaría su protesta en nombre de la verdad y
del derecho, hasta hacerse oir por los espíritus de todas las
naciones hispanoamericanas.
Después se nos dijo que el Perú está perdiendo ya la pa-
ciencia; es decir que para que el Perú mantenga la paciencia,
es. menester que el pueblo ecuatoriano permanezca esclavo,
sin decir una palabra, sin poder pensar en el Derecho Interna-
cional Americano y sobre el Amazonas; si el Ecuador piensa
sobre el Derecho Internacional Americano y vincula su pen-
samiento con el pensamiento del Amazonas, el Perú lo ame-
naza con perder la paciencia. Mirad la diferencia de armas;
de nuestro lado la nobleza, la comprensión; del otro lado siem-
pre la fuerza, siempre la conquista, siempre el acto imperia-
lista y exclusivista.
DESCUBRIDOR DEL AMAZONAS

Después se quiere hacer creer que hay un momento de


derrota en la discusión, se quiere hacer creer que nuestro mo-
vimiento de reinvindicación jurídica, es un movimiento co-
munista, oid el absurdo, oid la iniquidad del absurdo; ¿qué tie-
ne que ver el pobre Nikita Krushev con la invasión criminal
de 1941? ¿qué tiene que ver el comunismo con el acto median-
te el cual, cualquiera de vosotros abre el mapa sudamericano,
el mapa ecuatoriano, lo extiende en una mesa, recuerda que
un día estuvimos más abajo de la orilla del Amazonas, hacia
la costa? Recuerda que en 1857 ocupábamos toda la orilla nor-
te del Amazonas, y hoy ¿a qué estamos reducidos? A un rin-
cón de longitud limitada entre los Andes orientales y el mar;
¿qué tiene que ver el comunismo con el alma de un pueblo que
pide un espacio para vivir en la tierra, con el alma de un pueblo
que proclama sus derechos a las zonas geográficas indispen-
sables para su desarrollo futuro? Colombia, Brasil, Perú no se
han esforzado por garantizarse zonas en el Amazonas? El
Ecuador colonizador del Amazonas, que ocupó la orilla iz-
quierda del Amazonas, no tiene perfecto derecho a proclamar
la necesidad de una base geográfica oriental para el desarro-
llo de su vida futura.

VENCEREMOS

Ahora el Perú esperanzado en otro terreno, en este terre-


no podemos 'discutir. Los periódicos de esta mañana, dicen que
el Perú, regresando a la razón, al buen sentido, a la equidad,
va a enviar misiones diplomáticas, a convencer a los gobier-
nos de la justicia de su causa; ya hay un terreno más acep-
table, ya es un terreno civilizado, pero en este terreno le te-
nemos derrotado, infinitamente derrotado, vencido, mil ve-
ces vencido, porque el Perú tendrá que demostrar que el Tra-
tado de Río de Janeiro. fue obra de paz, cuando fue obra de
invasión, fue obra de justicia, cuando fue obra perversa para
arrebatar a un pueblo, su espacio geográfico y su dignidad;
una obra de americanismo, cuando fue una obra de exclusi-
vismo. En un continente en que abundan tierras y falta po-
blación, empeñarse en que el Ecuador no ha de acercarse al
Amazonas, es un acto de exclusivismo infame, y nosotros en
ese terreno de la civilización, terreno al cual el Perú acaba de
retornar, le venceremos ante el tribunal de los pueblos sobre
todo.

LOS PUEBLOS

Hoy es la hora de los pueblos. Nada ni nadie puede dañar


la intuición profunda y feliz de los pueblos; nosotros con-
fiamos en las ilustres naciones americanas, confiamos en los
gobernantes americanos, confiamos en que ellos practicarán
el derecho internacional americano, pero confiamos también
en la conciencia de los pueblos; los pueblos son los purifica-
dores de la historia, los pueblos son los que saben imponer la
verdad y el 'derecho; yo estoy convencido de que si yo pudie-
ra hablar al auténtico pueblo peruano, a las auténticas masas
peruanas, ellas conmigo estuvieran de acuerdo, en que su pue-
blo hermano, la República del Ecuador, tiene derecho a la vi-
Ida, a la libertad, a la legítima expansión geográfica.
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PELEAREMOS DE ROCA EN ROCA

Yo os ruego, nobles trabajadores, obreros, ciudadanos, mu-


jeres de Guayaquil, hombres del Ecuador, yo os ruego que no
manchemos nuestra causa, nuestra causa es la más noble que
se puede presentar. Nosotros reclamamos nuestro espacio geo-
gráfico, el espacio geográfico que nos reconoció el año 1829 el
tratado de Guayaquil, haciendo con el Perú el acto de mayor
generosidad que un vencedor puede hacer con el vencido; en.
1827 el Perú estuvo derrotado de extremo a extremo; tenía-
mos al frente, la espada de Bolívar, la espada de Sucre, la es-
pada de los famosos soldados y capitanes de la ciudad de Gua-
yaquil, de la Patria Ecuatoriana, y sin embargo, el Libertador
Bolívar les dió una concesión territorial tan grande, que ofi-
cialmente años después el Gobierno peruano agradeció y ben-
dijo al Libertador -Bolívar, por boca sobretodo de un ilustre
estadista peruano, el estadista UNAMUNE que agradeció a Bo-
lívar las concesiones hechas después de la victoria. Que nin-
guna violencia empañe ese tratado, que ningún acto menos
elegante empañe nuestra causa; no repugna que agentes pe-
ruanos para querer dar apariencia de verdad a esa afirmación
de que el comunismo está viviendo en el Ecuador, pretenda
atacar a naciones amigas. No aceptéis la tramoya de algún
agente peruano, tomádlo a él y ponédlo en manos de la Poli-
cía; que la violencia no empañe nuestra causa. Si alguien nos
atacara, si alguien invadiera 'de una manera pertinás nuestro
territorio, ahí sí, con serenidad magnífica, con heroísmo bri-
llante, pelearemos de piedra en piedra, de roca en roca, de ár-
bol en árbol, de pantano en pantano, y el que pretendiere ho-
llar nuestra Patria sería nuestro también por las manos y los
brazos de nuestra Patria. Pero mientras esto no pase, démos a
América el ejemplo de circunspeción, de serenidad en derecho,
de valor tranquilo, de tranquilidad que es propia del hombre
valiente y fuerte que sabe que en cierto momento en que
tenga que hacer, tenga que exponer su vida en alas de la glo-
ria, sabrá entregar su vida, para vivir inmortalmente en el
recuerdo de las generaciones.

HOMBRES DE CORAZON

Consagrémonos a la obra de paz en la vida interna, man-


tengamos al velasquismo unido, no nos desalentemos ante el
primer error, no nos desalentemos en un instante si no están
satisfechas nuestras aspiraciones; veinte días de Gobierno y
yo no ceso, señores de Guayaquil, en trabajar por el bienestar
de la Patria desde las cinco o seis de la mañana hasta las diez
de la noche; yo os aseguro que así es.
Necesitamos para salir de nuestro atraso, para salir de la
miseria de ciertas clases sociales, necesitamos el trabajo, la
disciplina en el trabajo, la fé en la justicia, la fé y la resolu-
ción de obtener nuestro bienestar mediante el trabajo y la
práctica de la verdad y de la justicia. Yo os invito a esta gran
obra, señoras y señores, nobles habitantes de Guayaquil; vo-
sotros los hombres del corazón, vosotros los hombres del sen-
timiento; este es un momento decisivo para nuestro pueblo:
SER o NO SER, yo les dije a los quiteños hace pocas noches,,
que en este dilema, la voluntad ecuatoriana no podía ser otra
cosa que SER. SER de una manera definitiva, SER de una
manera poderosa, SER de una manera grande, culta y jurí-
dica, para bien de la Patria, e irradiación de nuestros dere- -
chos en todos los países hispanoamericanos.
CENTENARIO DE LA BATALLA DE GUAYAQUIL

Discurso pronunciado por el Excmo. Señor Presidente de la


República, el día 24 de Septiembre, en el Salón de Sesiones del
Concejo Municipal de Guayaquil, con motivo del Centenario
de la Batalla de Guayaquil.

Señor Ministro de Obras Públicas, Excmo. señor Arzobis-


po de Guayaquil, distinguidas autoridades civiles y militares,
;señoras y señores:
La bondad exquisita de mis compatriotas, su generosidad
para conmigo, suele hacerse improvisar en repetidas ocasio-
nes, discursos para los cuales, ni el tiempo, ni la capacidad,
me permiten prepararlos debidamente; sobre todo para mí es
.especialmente grave, el hablar en esta fecha en que se conme-
mora un acontecimiento tan grandioso. Si por algo tal vez me
'consuelo de hablar en este momento, es para lamentar, el no
ver esta sala llena de ecuatorianos, celebrando debidamente
.esta fecha; habría que dejar pasar al pueblo, ya que las lla-
madas altas clases se creen extrañas a las grandes fechas de
la Patria, habría que dejar que entre el pueblo que está con-
gregado abajo; porque es el pueblo el que siente verdadera-
mente a la Patria, y es por el pueblo y con el pueblo con el
cual salvaremos a la República del Ecuador; salvaremos la
justicia en la República del Ecuador y salvaremos a las mis-
mas clases llamadas aristocráticas y oligárquicas. En todas
partes hay una verdadera indignación de los pueblos ante la
:indiferencia patriótica de ciertos elementos que debían dar
kejemplo de rodear la bandera nacional, de dar brillo a ciertas
rog —
fechas que representan la sangre tradicional de los países y,
de las naciones; el pueblo ecuatoriano que no tiene venganza,
el pueblo ecuatoriano que es original en todos su actos, el pue-
blo ecuatoriano que tiene una reforma original, tiene una re-
forma de amor, de solidaridad y de paz; haremos la reforma
y con esta reforma daremos vigor a la Patria y dentro de la.
Patria aún a las clases que parecen que no tienen nada que
ver con los destinos de la Patria.
FELIZ COINCIDENCIA
Yo le felicito distinguido seriar Presidente del Comité pro
Celebración del Centenario de la Victoria de Guayaquil, por
haber tenido Ud., el valor de llevar a cabo la celebración de
esta fecha, en medio, —hay que confesarlo—, de la indiferen-
cia y de casi el silencio, de quienes debían haber exaltado esta
fecha, aclamado esta fecha, dando a cada cual lo suyo; al que_
faltó, reconocerle su falta, pero si al mismo tiempo supo borran
su falta con su heroismo, reconocerle también su heroismo y
su grandeza, esa es la justicia. Porque no podemos negar, la
feliz y providencial coincidencia en que hoy nos encontramos.
Hace pocos días, el pueblo ecuatoriano y como eco del pueblo
ecuatoriano las Cámaras Legislativas, proclamaron que el Tra-
tado de Río de Janeiro es NULO; NULO por haber sido im-
puesto mediante la invasión militar; NULO por haber sida,
impuesto 'mediante el incendio, mediante la destrucción de
nuestras ciudades; NULO por ser contrario a todos los princi-
pios de la Organización de los Estados Americanos; NULO por
contrario al Panamericanismo, por contrario- a todas las. Con-
ferencias Panamericanas. El Ecuador fue vencido, por des-
gracia, fue vencido; el Ecuador por desgracia fue momentá-
neamente humillado, y la bota vencedora ocupó a sus provin-
cias y al último dispuso un tratado: ese tratado es NULO, por-
que entre pueblos civilizados, la fuerza y la victoria no cons--
tituyen derecho, como lo ha hecho eI Perú.

ESTIMULO PARA LAS GENERACIONES FUTURAS


Y precisamente hace un siglo, en un tratado todavía más,
favorable al Ecuador, se hablaba de la posibilidad de que
el Ecuador, reclame algo en la región de Quijos; se re-
conocía esa posibilidad, se reconocía la posibilidad de que la
Cédula de 1802 por falta de verdadera demarcación, puesto
que en tiempo de la colonia la demarcación era totalmente
arbitraria, se reconocía al Ecuador la posibilidad de reclamar-
secciones territoriales en 'dos inmensas regiones orientales; era.
1'171~
- 111PTiggegr'
110 —

pues ese trato obra de traición y era más favorable toda-


vía, al tratado actual que ha arrinconado al Ecuador, entre
los declives de la Cordillera Oriental y el Océano Pacífico. y
sin embargo de ser más favorable la Patria se levantó; toda'
ella, derrotó a las fuerzas militares traicioneras, derrotó al
buque Túmbez del Perú, y sin hacer caso de la amenaza de
quince mil peruanos que los amenazaban, Guayaquil y el Ecua-
dor pisaron y borraron para siempre, la afrenta de la Cédula
de 1802. Debía este día, señoras y señores, ser motivo en pri-
mer lugar de una serie de estudios para levantar y enardecer
el ánimo de los ecuatorianos; en segundo lugar, esta sala de-
bía estar llena de patriotas que celebren esa fecha, estímulo
para las generaciones futurás.

LA HISTORIA ES EL DOLOR HUMANO

¿Qué es la Historia? La Historia es el dolor humano,


que queda grabado en la tierra y en los documentos, ese do-
lor humano cuando es glorioso, debe ser estímulo para levan-
tar los pueblos actuales, de sus 'dolores hacia la gloria.

LAS PASIONES POLITICAS

Yo lo felicito, Señor Presidente, por haber tenido Ud. el


valor de celebrar esta fecha, y de nombrar con valor, con arro-
gancia, el nombre de Dn. Gabriel García Moreno; ¿quién no re-
cuerda, cómo estuvo la Patria el año de 1859? Jamás el
Ecuador pasó por una crisis tan grande de descomposición y
de total destrucción; las pasiones políticas ciegas, en una cie-
ga oposición al General Robles, crearon el caos nacional; se le
acusará a Dn. Gabriel García Moreno de haber creado él ese
caos nacional, sí, pero no el solo, él era demasiado jóven, no
tenía el prestigio que iba a tener más tarde, era jóven; él creó
el caos nacional, como lo creó Pedro Moncayo, como lo creó
Pedro Carbo, como lo creó José María Avilés, como lo crearon
los elementos liberales y conservadores y todas las altas cla-
ses ecuatorianas, el odio a los Tauras, el odio a Robles, suce-
sor de Urbina creó en el Ecuador el caos, las pasiones políti-
cas se desencadenaron, y no García Moreno sino García Mere-
llo y los demás, hombres superiores en edad a García Moreno
cayeron en el engaño de Castilla y 'del Perú. Castilla era muy
astuto, él sabía muy bien lo que perseguía y engañó a los ecua-
torianos e hizo creer que su avance sobre el Ecuador, era con
el fin unicamente de vengar ofensas de Robles y del Gobier-
no ecuatoriano, hacia el Perú; las pasiones políticas, la cegue-
ra de las pasiones políticas, los odios políticos dieron gusto a
— —,
Castilla, y todo el Ecuador fue levantado en distintas formas,
en distintos sectores, contra el Gobierno de Robles por obra de
las pasiones políticas de García Moreno, sí, pero también de
Avilés, también de Gómez de la Torre, también de Pedro Mon-
cayo, también de Pedro Carbo, también de eminentes persona-
jes ecuatorianos.

EN LA HISTORIA NO CABEN NI SANTOS DE LA ESPADA,


NI SANTOS DEL PATIBULO.

La historia no es novela. En la historia no caben santos de


la Espada ni santos del Patíbulo; la historia es comprensión
sincera de la vida, no caben falsificaciones en la historia, no
se puede tomar un hecho aislado, no se puede inspirar en un
criterio de partido político, hay que tomar el hecho en su com-
plejidad, hay que tomar el hecho en todas sus raíces; es lo
cierto que las pasiones políticas crearon el caos nacional; cua-
tro gobiernos hubo un instante en la República del Ecuador
y Castilla que todo lo calculaba, y Castilla y el Perú que sabían
las consecuencias ventajosas de esos cuatro gobiernos de esa
anarquía, en un momento dado se descubrió el horizonte,
en un momento dado los patriotas que habían contribuido a
crear el caos, descubrieron también la infámia y la felonía de
Castilla, y entonces Dn. Gabriel García Moreno que había si-
do uno de los promotores del caos nacional, se convierte subi-
tamente en Hércules extraordinario de la nacionalidad
ecuatoriana, nombre formidable; ya está en Ibarra, ya: está en
Loja, ya está en Paita, ya está en Tumaco, ya está en Quito,
ya está en Riobamba; castiga y levanta el ánimo, estimula la
nacionalidad, convence la necesidad de la unidad; lanza pro-
clamas magníficas llenas de elocuencia, de aire militar, se ex-
pone el mismo y expone su vida, fusila terriblemente a uno,
azota a otro, porque la Patria es su acción, porque la Patria es
la luz de su inteligencia. Absurdo pretender comparar y poner
en la misma línea al General Juan José Flores y a Dn. Gabriel
García Moreno en este momento; Dn. Gabriel García Moreno,
cuando comprendió el fondo del pensamiento de Castilla, no
tuvo otra finalidad que salvar al Ecuador de la afrenta y de la
succión del Perú, no tuvo otra finalidad. A los hombres, a los
acontecimientos históricos, tenemos que clasificarlos, por las
finalidades profundas que ellos se proponen; podemos perdo-
nar los medios, con tal que las finalidades profundas, estén en
el sentido del honor, de la vida y de la grandeza. Flores nó.
Flores quiso invadir el País tres veces, por intereses pecunia-
rios, por defender sus propiedades, sus rentas; por la venganza
de que los patriotas de Guayaquil no le dejaron que gobernará
— 112 —

cuatro veces; lo que hizo Dn. Gabriel García Moreno es utili-


zar a Flores, utilizar la espada de Flores, así como el cirujano
utiliza el instrumento para cortar el tumor, así García More-
no utiliza a Flores que era buen militar, para que ayude a sal-
var al Ecuador de Castilla; pero mientras el uno se proponía
rectamente la unidad nacional, al otro se lo utilizaba después
de que había fracasado en intereses personales y miserables,.
se lo utilizaba simplemente por su destreza en manejar la es-
pada, y qué hazaña tan extraordinaria, como recordaba el
presidente del Comité "Pro Celebración del Centenario", aque-
lla hazaña del 23 de Septiembre al 24 de Septiembre, cuando-
los soldados ecuatorianos, enterrados en los manglares, envuel-
tos en las raíces, con el fango hasta la cintura, ahogados mu-
chos de ellos, van llevando los cañones y la fusilería, para lu-
char contra los traidores y para luchar contra el buque "Tum-
bes" que cañoneaba nuestras costas; estos actos heroicos, son
heroicos quien quiera que los consume.

YOME RINDO ANTE LA VERDAD Y LA JUSTICIA

Nadie tendrá derecho a negar mi absoluta fidelidad al li-


beralismo democrático, nadie; yo tengo fé en la libertad de
conciencia, yo tengo fé en que la religión no puede ser jamás
instrumento externo de reino, ni orden; yo tengo fé en que la,
religión si no es devoción interna, la religión si no es emoción
interna, es hiprocresía ridícula. Por consiguiente nadie pue-
de dudar, de la absoluta separación que tengo yo, frente a la
escuela política de don Gabriel García Moreno. Don Gabriel
García Moreno, sobre todo al finalizar su vida, llegó a fana-
tizarse y a creer que el Ecuador estaba llamado a convertirse'
en un convento de católicos, de católicos hechos por la fuer-
za, de católicos impuestos por la Constitución de la República;
para ser ciudadano se necesitaba ser católico, y si nó, era pa-
ria, fuera de la Patria. Estoy pues, muy lejos yo, de la men-
talidad de don Gabriel García Moreno, sobre todo en la últi-
ma etapa de su vida, pero esto es una cosa; otra cosa muy dis-
tinta, negar los capítulos excelsos y grandes del hombre, otra
cosa muy distinta, silenciar lo que ese hombre hizo el año
1859, el año 1860, esa es pequeñez mental, ese es el terror que
tienen los hombres a la verdad; los hombres hablan de ver-
dad, hablan de libertad, hablan de democracia y tienen terror
a la libertad, tienen terror a la verdad, la verdad aterra a los
los hombres, la verdad respecto al acontecimiento ecuatoria-
no 1859 — 1860 desbarata multitud de pasiones internas, de
odios internos, de repugnancias internas, entonces, lo mejor
es ocultar y dejar que solo el Comité "Pro Celebración del Cen-
— 113 —
tenario de la Victoria de Guayaquil" actúe. Lo felicito señor
yo no soy garciano como usted señor Presidente, pero yo es.:
trecho su mano, porque yo me rindo ante la verdad y la jus-
ticia y para mí no hay otro Dios que la verdad,121110451,:zz,
.y la justicia.
FE EN LOS PUEBLOS HISPANOAMERICANOS
Se me podrá decir, que 1859 es el año de la carta de TRI-
NITE o a TRINITE; infortunada carta, desgraciada carta que
nosotros no podemos aprobar. Para defender a García Mo-
reno de esta carta, se inventa la calumnia y la falsedad que
cosa análoga hizo el Libertador Bolívar, porque así lo dice un
historiador mejicano, el señor Alamán; que lo digan 20 Ala--
manes, jamás Bolívar pidió la protección de nadie, para sal-
var a Colombia del desastre del año 28 o 29; jamás su Con-
sejo de Gobierno, mientras él estaba aquí en Guayaquil, tra-
tó de algo relativo a la Protección de Inglaterra; temblaba el
Consejo de Gobierno de esa anarquía colombiana; los perua-
nos habían invadido la Patria de sus Libertadores, los perua-
nos habían invadido la Patria, de aquellos a quienes deben la
libertad, entre otros a los ilustres guayaquileños que pelea-
ron en Ayacucho. La Santa Alianza vagaba por otros lados
desde Cuba, Obando al sur, Santander en Bogotá, todo es un
caos, entonces coincidió el Consejo de Gobierno, por atrás de
Bolívar que estaba en Guayaquil, de atentar una posibilidad
de protección de Inglaterra; apenas el Libertador lo supo, de-
sautorizó terminantemene a sus Ministros, manifestó su tris-
teza, manifestó su duda, manifestó un poco de pesimismo res-
pecto al futuro de Colombia "La Grande"; hombre era y te-
nía derecho de manifestar tristeza, pero desautorizó total y
radicalmente a su Consejo de Gobierno porque el Libertador
Bolívar, era uno de los pocos hombres que en América del
Sur, tenía fé en las virtualidades de los pueblos hispanoame-
ricanos. Por qué solamente Francia, Inglaterra, Bélgica, Es-
tados Unidos? ¿Por qué no los pueblos hispanoamericanos, por
qué no los pueblos latinoamericanos? Dejémosles que se abran
su campo en la historia; el Libertador Bolívar tuvo fé y desau-
torizó; de manera que querer defender a García Moreno, ci-
tando a Bolívar, es una falsedad; pero creer que don Gabriel
García Moreno, fue traidor, por traidor, por la vulgaridad de
la traición, es otro absurdo que sólo la pasión política ciega,
la falta de sutileza para comprender los infinitos repliegues
del alma humana, puede permitir . Don Gabriel García Mo-
reno, ese hombre dogmático y terrible, este hombre que ter-
minó siendo casi una manía para él la cuestión cotólica y el
meter todo el pensamiento universal en el catolicismo impues-
— 114 —

to, —lejos de mi ánimo atacar al catolicismo—, digo el cato-


licismo impuesto, se propuso siempre fines grandes y trascen-
dentales, se equivocó grandemente, pero fue siempre noble.
Ante el caos de 1859, el pensó que el Ecuador estaba llamado
a destruirse. La Carta a Trinité, si no me equivoco, es de di-
ciembre, y seis meses antes, es el Tratado entre Perú y Co-
lombia para repartirse el territorio ecuatoriano, la mitad se
llevaba Colombia y la mitad se llevaba el Perú; de manera que
hay que considerar la cosa en su cuadro verdadero, en todos
sus aspectos. Había un tratado para dividirse al Ecuador en-
tre Colombia y el Perú, había el caos al que nos hemos refe-
rido, había cuatro gobiernos, había la hemogenia de los bu-
ques peruanos, había el bloqueo de Guayaquil, entonces el
concibe: estos paises americanos, están llamados a caer bajo
la hemogenia anglo sajona, sin remedio alguno; los Ingleses
y los norteamericanos van a acabar con estos países, van a
quitarles su alma,- van a borrarles de la historia autónoma de
los pueblos; la raza anglosajona es un peligro, mucho mejor
el protectorado de una nación latina y comete la barbaridad
de escribir su carta a Trinité, y todavía comete la peor bar-
baridad, de pasados los acontecimientos, siendo Presidente
de la República, ratificarse en su carta a Trinité pidiendo el
protectorado y el amparo de Francia. Don Gabriel García Mo-
reno, en eso si estoy de acuerdo con él, era un gran admira-
dor de Francia, admiraba mucho al Emperador Napoleón III,
cuya historia es de lo más interesante y de lo más notable;
estoy de acuerdo con García Moreno en la admiración a
Francia, pero quiero aclarar bien, nunca jamás en pedir la
protección de nadie para la República Ecuatoriana.

CONTAMOS CON JUN PUEBLO

Necesitamos, señores y señoras, sentir un poco más las


glorias de la Patria, necesitamos sentir un poco más al Ecua-
dor; si el Ecuador fue capaz de sobreponerse al caos de 1859,
tengamos fé, en que el Ecuador se sobrepondrá a la pobreza
económica de 1960 y a la crisis internacional de 1960. Sí, nos
sobrepondremos, porque contamos con un pueblo incisivo y
heroico, contamos con un pueblo que no aspira Embajadas,
que no aspira Ministerios, y que sin embargo día y noche,
está acompañando en las calles de Guayaquil, en las calles de
Quito, y en las calles de Ambato, a todos aquellos que creen
en la verdad, que creen en la libertad, que creen en la de-
mocracia.
-- 115' --

SURJA LA JUVENTUD

Me complazco mucho, que mi excelente amigo, el Sr. Dr,


Wilfrido Loor, haya escrito este libro de 600 páginas. Mi no-
ble condiscípulo y amigo, Sr. Dr. Loor, si no me equivoco, si
acaso yo no hiero su conciencia, admira de una manera muy
cerrada a Dn. Gabriel García Moreno, pero otros lo odian
de una manera muy cerrada al Dr. Gabriel García Moreno;
unos escriben "El Santo del Patíbulo", otros escriben "La
Victoria de Guayaquil", pues que entre los dos libros cha
quen, y que de ese choque surja la juventud que renueve
pronto, pronto, la historia ecuatoriana.
NO HAY HISTORIA EN SUDAMERICA
,54' No hay historia en Sudamérica, no hay historia sobreto-
do en el Ecuador; las pasiones políticas, los odios políticos,
los sectarismos internos, han agotado en Sudamérica el cri-
terio histórico. Todos nuestros países quieren tener héroes de
primer orden, y los inventan; todos nuestros países tienen al
primer libertador de la América del Sur, todos los países, ca-
da cual tiene al primer fundador de la Democracia, al primer
fundador de la Política Social y al primer fundador de! Esta-
do, y para probar estos acertos apriorísticos, el silencio, la
adulteración de documentos, hasta la ruptura de documen-
to, hasta el incendiar de documentos. En Sudamérica, ya
en el Uruguay, en la Argentina, sobre todo en Chile, hay una
reacción para acercarse a ese santuario venerable de la His-
toria, el más venerable de los santuarios, en donde está el
esfuerzo de nuestros mayores, en donde está el heroismo de
nuestros padres; acercarse con respeto, comprenderlo en su
integridad, estudiarlo en todo su aspecto psicológico, estudiar-
lo en toda su generalidad; hay ya una reacción, no me acuer-
do ahora el nombre, pero en la Argentina por ejemplo, un se-
ñor Palacio, nó el señor doctor Alfredo Palacio, con un gran
valor, con una gran energía está reescribiendo la historia de
la Nación Argentina. Ahí aparecerán Rosas, y Sarmiento ,y
Mitre, y Sáenz Peña, no como santos ní como superhombres
ni como nada, sino dentro de su verdadero marco, cumplien-
do su función, en función de las circunstancias que los han
rodeado y los han estrechado. Es menester que en el Ecuador.
cuanto antes se haga lo mismo, es menester que la juventud
ecuatoriana escriba la historia del Ecuador, es menester qua
nos apasionemos por comprender el alma de la Patria; la ver-
dadera historia ecuatoriana nos hará comprender el alma de
la Patria, la profundidad del alma de la Patria; comprender
116 —
sectariamente 1859 — 1860 es comprender el alma de la Pa-
tria en su apasionamiento ciego, en su espíritu destructivo,.
en su tendencia individualista, defectos del alma de la Pa-
tria; pero, ante el acontecimiento que amenaza borrar
la Patria, esa alma de la Patria surge de sus cenizas
de pasión negativa, y se convierte en faro de pasión positiva,.
de heroismo, de grandeza, de unidad y de universalidad, esto
nos enseña 1860.
AFIRMACION DEL ALMA DE LA _PATRIA -
Tenemos que regresar a esto, señoras y señores, si quere-
mos salvar a la República; tenernos qué resucitar- el alma de.
la Patria, con sus defectos negativos y con sus aspectos cons-
tructivos. Por fortuna, no creo yo faltar a mi deber, al decir
que los aspectos positivos sobrepujan siempre los aspectos ne-
gativos. ¿No fué así en 1860? ¿No es así en 19602
1860 -- 1960 la afirmación del alma de la Patria, sobra sus
valores negativos.
HOMENAJE A LA VERDAD
Seriares que habéis festejado esta fecha, haciendo esfuer-
zés que no siempre han sido comprendidos ni secundados, re-
cibí& mi fervoroso homenaje y mi gratitud. Seguid en vuestra
tarea. Este pueblo que nos está escuchando, es muy sensi-
ble a todo lo grande, a todo lo justo, a todo lo verdadero, y
sobre todo sensible a los hombres que pisotean el respeto hu-
nimio; por respeto humano, no se ha nombrado con toda arro-
gancia el nombre de. don Gabriel García Moreno; vosotros lo"
habéis nombrado habéis pisoteado el respeto humano en. ho-
menaje a la verdad. Os rindo mi homenaje.
POLITICA MODERNA

En esta Política Moderna uno está obligado a sumirse en las


entrañas populares, dijo el Dr. Velasco Ibarra, en el Concejo
de Babahoyo, el 6 de Octubre de 1960

Señor Vicepresidente de la República, Señor Alcalde de


la Ciudad de Babahoyo, Señor Presidente del Consejo Pro-
vincial, Distinguidos Legisladores, Distinguidas Autorida-
des Militares y Eclesiásticas, Señoras y señores:
Con cierto temor debo confesaros, que voy a tomar la pa-
labra en este momento. He visto la jornada magnífica que
habéis tenido, comprendo perfectamente el sacrificio. Cuando
vosotros, por rendir homenaje a la Patria, estáis probable-
mente de pié, desde las siete u ocho de la mañana; pero esto
mismo al fin, no puede menos de producirle a uno, sobre todo
cuando tiene tan graves responsabilidades como las que yo
tengo, una gran emoción, un grande estímulo; así como la
política vulgar, de intereses rutinarios de todos los días, es al-
go antipático, algo que quita el duelo del alma, así esta poli-
tica moderna en donde uno está obligado a sumirse en las en-
trañas populares, en donde está uno obligado a sentir por el
pueblo, a creer en el pueblo y a fiar en el pueblo, y a no creer
en definitiva sino en el pueblo, es una política purificadora,
porque solo en el pueblo, en el auténtico pueblo, en ese que
está desde las siete de la mañana para asistir a un acto cí-
vico semejante, sin aspirar a nada ni desear personalmente
nada, encuentra uno motivo de especial gratitud, motivo de
fe, de valor y de audacia, para cumplir los deberes de la vida.
_ EL PUEBLO APLAUDE LAS GLORIAS
DE LA REPUBLICA
j.;

Yo pensaba esta mañana, al asistir a este gran desfile,


tan elegante y estimulador como el aire; y, al veros a voso-
tros de pié, fervorosos siempre, aplaudiendo y estimulando
con vuestra presencia a los jóvenes que circulaban por las ca-
lles, allí aprecia uno lo que tiene de grande el corazón hul-
mano, allí aprecia uno lo que tiene de noble y de trascenden-
— 118 —
tal: he venido de Quito, cansado hasta la saciedad con el re-
clamo de empleos y sin poder dar empleos a nadie y aquí en
Babahoyo el pueblo humilde, que no aspira Embajadas, Mi-
nisterios, Jefaturas de Sección, que no aspira nada porque
sabe que los cargos son muy limitados y que ellos son tres o
cuatro millones, ese pueblo que a nada aspira, está allí aplau-
diendo como no lo hacen otros, las glorias tradicionales au-
ténticas de la República.

QUIERO MERECER VUESTRA CONFIANZA

Yo os felicito de todo corazón. Yo quiero merecer vues-


tra confianza, si mis obras me traicionan por falta de talen-
to o de eficacia, no me traicionarán por falta de corazón; por-
que yo sé comprender vuestros dolores, vuestras angustias y
yo lo único que deseo es serviros y ser siempre leal a los an-
helos vuestros. Recibid el homenaje de mi ferviente grati-
tud. Vosotros en la Provincia de Los Ríos y los habitantes de
la provincia de El Oro, puedo decir que unánimemente dis-
teis el 5 de Junio el triunfo al Velasquismo, que es el sistema
político que ha declarado guerra a muerte a los farsantes y
a la farsa; al Velasquismo, que sinceramente extiende la ma-
no para felicitar al Alcalde de la ciudad de Babahoyo, porque
ha hecho una obra creadora, civilizadora, tiene bastante fuer-
za interna para despreciar todo lo que es farsa, todo lo que es
engaño, aunque se revista de literatura; porque sabe que la
farsa revestida de literatura, es peor que la farsa vestida de
literatura.
Aquí estoy yo, con la llave de la ciudad, que me ha dai-
do por breves momentos, Vuestro Alcalde; permitidme Señor
Alcalde, que yo con esta llave, eche llave a los corazones de
los hombres de la Provincia de Los Ríos, para que la simpa-
tía que me tiene ahora, no se esfume jamás, para que quede
siempre echada llave la voluntad de sus corazones, por obra
de la simpatía y el amor, con que yo os devuelvo vuestro voto
del 5 de Junio.
LAS PASIONES POLITICAS RABIAN CREADO EL CAOS
Este desfile cívico, esta fecha magnífica que hoy conme-
morais, constituye una gran lección para vosotros, a que per-
manezcáis siempre fieles a vuestra tradición histórica; cons-
tituye una tradición, para toda la Patria Ecuatoriana, a la
cual vosotros debéis contagiar con el brío y la grandeza de
vuestra tradición histórica; al recordar así, con elocuen-
cia, con galanura, lo que representó hace un siglo la Repú-
blica Ecuatoriana. Cuatro gobiernos había en la República del
— 119 —
Ecuador, había más caos que ahora, había tanta pobreza o
más pobreza que lo que hay ahora, había una inquietud por
todas partes; y, el enemigo, el extranjero, bloqueaba a Gua-
yaquil y nos amenazaba con 15.000 hombres; las pasiones po-
líticas como se ha dicho bien habían creado el caos, y noso-
tros los ecuatorianos, hemos sido víctimas de no tener jamás
una verdadera visión internacional, de tener siempre las pa-
siones políticas de unos ciudadanos contra otros, y lo más
grave de la exasperación, y lo más alto de la injusticia; por
obra de las pasiones políticas, de las cuales no es exacto que
haya tomado parte únicamente don Gabriel García Moreno,
él y los otros, por obra de esas pasiones políticas, la Patria
era un caos; no sabíamos a dónde volver nuestros ojos; es
cierto que don Gabriel García Moreno, escribió las cartas a
Trinité que no podemos perdonarle, pero es cierto también,
que antes de las cartas a Trinité, ya hubo el tratado entre
Mosquera y el peruano, para dividirse nuestra Patria: la mi-
tad para Colombia, la mitad para el Perú, esa ha sido la his-,
toria de nuestra pobre República del Ecuador.

ALMA ECUATORIANA
Pero el alma ecuatoriana, es alma ecuatoriana; alma de
hombres apasionados y bravos, alma de resoluciones extre-
mas, y por lo mismo que es alma de resoluciones extremas: al-
ma que tiene grandes cualidades y grandes defectos; utiliza-
mos nuestras grandes cualidades, y aquí, en la que es actual
provincia de Los Ríos, se puso las bases de la gran audacia,
que justificada por la unión a los hombres de Babahoyo, los
hombres de Los Ríos de los hombres de Guayaquil en un mo-
mento dado arrasó al enemigo extranjero de la Ría de Gua-
yaquil y venció al traidor enfermo y consolidó por primera
vez, la unidad nacional de la cual estamos viviendo ahora.
No había entonces, la unidad nacional que ahora existe, esto
hasta cierto punto, no del todo, pero hasta cierto punto, esto
es una excusa, no solamente a Dn. Gabriel García Moreno, sine
a las personas que con él, trataron con Castilla en odio a Ur-
bina y Robles. Entonces eran Guayaquil, Quito y Cuenca, tres
grandes potencias que se asociaban; no había la unidad nacio-
nal que existe ahora, sino especie de preocupación de los ame-
ricanos del Sur por lograr soberanía, los conservadores lla-
maban a los emperadores, llamaban a Europa para que de-
fiendan ellos, y los que diríamos Liberales, ahora, llamaban a
los Estados Unidos de manera que no teníamos entonces, la
fé en los destinos americanos, dudábamos de los destinos
americanos y unos llamaban a España, y otros llamaban a Es-
tados Unidos; vosotros, con vuestra victoria, establecisteis
que los hombres de América Hispana son capaces de imponer
unidad, de abatir al traidor Extranjero y de vencer al traidor
de nuestro territorio patrio.
EL LIBERALISMO, ES VERDAD
Es admirable. Yo he admirado cómo las pasiones políticas,
han logrado perturbar el alma y la pluma de los hombres
ecuatorianos; ha sido menester llegar aquí a Babahoyo, para
que tanto el pueblo como los oradores, pronuncien sin tener
vergüenza y elogien sin tener vergüenza el nombre de Dn.
Gabriel García Moreno; nos llamamos liberales y tenemos
un liberalismo tan flojo, tenemos un liberalismo tan va-
cío, un liberalismo donde todo el mundo falsea, un libe-
ralismo sin armas, sin constancia, sin robustez para de-
cir que somos liberales; tenemos que ignorar ante el pue-
blo entero la hazaña formidable en que Gabriel García
Moreno, él, él solo, corrigiendo sus errores, estuvo un día en
Loja y otro en Ibarra, y otro en el Oriente y otro en el Occi-
dente, y logró unificar la Patria, con una voluntad férrea, con
unas dotes de acción extraordinaria, infundiendo en todo el
ambiente entereza, fusilando al traidor, latigeando a otro, es-
timulando la virtud, salvando a la Patria; este hecho los libe-
rales tenemos que aplaudir, porque el liberalismo es verdad
y nosotros no podemos tener otra norma que la verdad; pre-
cisamente ahora, este Ecuador, ha declarado una tesis jurí-
dica, que yo la he de sostener, sólo o acompañado con los go-
biernos que me apoyen o sin ningún gobierno que me apoye,
confiado únicamente en dos cosas: en la fuerza inmediata de
la verdad y en la fuerza poderosa e infalible de los pueblos que
siempre tienen la verdad, y a la larga proclaman estar siem-
pre con la verdad.
LA O. E. A.
La Tesis ecuatoriana• es muy sencilla: "Hay que respetar
los tratados, sí señor. La O. E. A. en el artículo catorce, dice
que hay que respetar los tratados, y nosotros sabemos que hay
que respetar los tratados; pero también hay un artículo en la
O. E. A., creo que el 17, dice: "que el territorio de los estados
es inviolable, y que por consiguiente son nulas las adquisicio-
nes territoriales hechas por medio de las armas, por medio de
la invasión, por medio de la coacción aún diplomática, aún
económica, mucho más por medio de la coacción de las armas";
nosotros que creemos en el primer artículo, creemos en el se-
gundo, y creemos que el Perú que invadió nuestros territorios,
— 121 —
que hasta incendió nuestras poblaciones, que nos impuso un
tratado como consta en el mismo tratado, mientras él tenía
el territorio invadido, carece de derecho adquirir ese territo-
rio vital para la República del Ecuador, por obra de la inva-
sión y por obra de las armas; nosotros no reconoceremos esa
adquisición terriorial hecha por obra de las armas, de acuerdo
con los Estatutos de la Organización de Estados Americanos,
nada más.
NO RECONOCEREMOS LAS ADQUISICIONES POR OBRA
DE LA FUERZA
No decimos más, y desafiamos a cualquier entidad publi-
cista, sindical o de estado y de sentido común, a cualquier go-
bierno, a que contradiga estos hechos: si esta tesis es escamo-
teada por los intereses de los estados; esta tesis si sabéis per-
sistir en ella, tarde o temprano será aclamada por el corazón
de los pueblos inclusive por los peruanos, el auténtico pueblo
peruano aclamará nuestra tesis. Nosotros nos dirigimos a la
conciencia de los pueblos; ni amenazamos con guerra, ni pro-
vocamos con guerra; yo no estoy de acuerdo que nuestras ma-
nifestaciones cívicas en las calles sean una provocación; no
faltaba más que en un momento de decencia con esta Patria
acostumbrada en entregarse plenamente al extranjero, no
hubiera pueblo que en las calles y plazas que protesten, que
no reconocemos las adquisiciones hechas por obra de la fuer-
za de acuerdo con los estatutos de la Organización de los Es-
tados Americanos.
Tenemos que imitar lo que el Vicepresidente de la Repú-
blica, Dr. Carlos Julio Arosemena Monroy, hizo con grande
eficacia, con grande elegancia en un discurso magnífico, im-
provisado y preciso, allá en México ante las Cámaras Legisla-
tivas de México; cuatro palabras para revelar que también el
Ecuador es una Nación Hispanoamericana. ¿Creíais vosotros
que el Ecuador no es una Nación Hispanoamericana? El
Perú, parece que cree que no somos una Nación Hispanoame-
ricana; nos amenaza, porque decimos que no sabremos noso-
tros reconocer, las adquisiciones territoriales hechas por las
armas, nos amenazan, nos dicen que estamos conmoviendo,
perturbando la conciencia continental; habría que preguntar:
¿Quién perturba la conciencia continenal: el tirano que
pretende subyugar al hombre orgulloso, o el hombre orgulloso
que dice al tirano: TU NO TIENES DERECHOS, YO ESTOY
AMPARADO EN LA VERDAD Y LA JUSTICIA?
¿Esto es perturbar la paz continental?
¿Es tan miserable la paz hispanoamericana, que ha de ci-
mentarse en la injusticia y en la barbarie?
Tenemos que buscar otra clase de paz hispanoamericana;
una paz en que estos pueblos —todos ellos— cuenten con ele-
mentos geográficos y económicos necesarios para garantizar,
su vida actual y para garantizar el futuro de la nación.
En total, lejos de aprovechar la recordación vuestra pa-
ra hablar en el lenguaje franco y claro que debemos hablar.
lo cual no es una provocación, lo cual no es amenaza, se haya
ocultado, no se haya dado a esta victoria, a este hecho histó-
rico, el valor que necesitan, sólo por antipatía a Dn. Gabriel
García Moreno. Yo por mi parte estoy muy lejos de Dn. Ga-
briel García Moreno en lo espiritual, sobre todo del Gabriel
García Moreno último, el joven era mucho más audaz, el joven
García Moreno era mucho más audaz, mucho más liberal;
mas tarde este hombre eminente, admirablemente patriota y
honrado, concibió un concepto político-religioso, que real-
mente lo aleja de los que tenemos un criterio laico y liberal
para concebir un estado, pero vosotros en nombre de ese crite-
rio laico y liberal sabemos que el liberalismo es bastante f uer-
te para reconocer y aplaudir al héroe, en el momento que el.
héroe es héroe, sea cual fuere el partido o la doctrina política
que lo ampare.

SOIS UN PUEBLO LIBRE

Que la vida internacional asumida hoy en el Ecuador,


esté pendiente de vuestra serenidad, de vuestro valor; no os
dejéis intimidar, que jamás tengáis ese complejo, -cuidado
que os falte yo al respeto-, pero permitidme que termine
yo mi frase; que jamás tengáis el complejo de inferioridad
frente al Perú; el Perú tiene el complejo de superioridad fren-
te a nosotros, de aquí es que canaliza y patalea y protesta
cuando decimos que no podemos reconocer las adquisiciones
territoriales hechas por obra de la fuerza; vosotros no caigais
jamás, en la creencia de que sois inferiores a nadie; sois un.
pueblo libre, y. por consiguiente tenéis todas las virtualidades
intuitivas, que tiene el alma humana: virtulidades de acuer-
do con vuestra geografía y de acuerdo con vuestra historia,
pero en definitiva, virtualidades humanas llamadas a tener
toda la excelsitud que tiene el hombre grande, que tiene el
hombre noble, dentro de su límite, dentro de su geografía y
dentro de su tiempo. Yo creo en vosotros, creed vosotros en
vosotros mismos, no os creais sumisos de nadie. Pero voso-
tros hicisteis el 5 de Junio, también con otro propósito —si es
cierto que este propósito tiene un valor inferior al primero—
pero sin embargo este propósito es fácil de fundamento, fácil
de primer propósito: vosotros queréis reclamar vuestro pues-
to en el Amazonas, vuestro puesto bajo el sol; no lo reclama-
113 -
remos con eficacia, sino levantamos biológica, cultural y eco-
nómicamente a nuestro pueblo. ¿Queremos ser eficaces en la
vida internacional? Tratemos de ser eficaces en la vida
interna, redimiendo económicamente al pueblo ecuatoriano,
redimiéndolo por la justicia integral a las masas nacionales
ecuatorianas.
Treinta días de gobierno, infinitas obras pedidas, es decir:
No tengo empleos que daros; varios meses para ver cómo os
doy empleos; infinitas obras pedidas de distintos lugares, y
total habéis oido la lista de las obras públicas que planea el.
Gobierno, para Babahoyo, para la Provincia de Los Ríos.
MENSAJE A GUAYAQUIL

El señor Presidente, doctor José María Velasco Ibarra, se dirige al


Congreso Nacional en la ciudad de Guayaquil el 8 de Octubre de 1960
— 126' —

GUAYAQUIL ES LA PATRIA DE LA
PASION Y DEL SENTIMIENTO

Discurso del Señor Presidente de la República en la Sesión


Solemne del Congreso Nacional en Guayaquil con ocasión de
las Fiestas Octubrinas, el de ~bre de 1960.

Señor Presidente del H. Congreso Nacional,


Señor Presidente de la Cámara de Diputados,
Señor Arzobispo de Guayaquil, Representante del Decano
del Cuerpo Diplomático,
Señor Representante del Presidente de la Corte Suprema,
Señores miembros del Poder Judicial de Guayaquil,
Señor Alcalde de la ciudad de Guayaquil,
Señores Ministros de Estado,
Señor Gobernador de la Provincia,
Señor Presidente del Consejo Provincial,
Señores Legisladores,
D'tstinguiclas señoras, distinguidas Autoridares Militar%
awtre pueblo de ~agua, hombres del Ecuador:

Me habéis hecho, MI. Legisladores, una distinción que


agradezco cordialmente, al invitarme a que asista a este lto-
menaje que vosotros dirigís a la gran ciudad de Guayaquil,
y Vos, señor Presidente del Congreso, me habéis puesto en sin-
gular aprieto al decirme que debo dirigir hoy mi mensaje a
la ciudad de Guayaquil, al pueblo ecuatoriano. Para hablar
ante una asamblea tan augusta, para hablar en fecha tan so-
lemne, para hablar a la Patria y para hablar a Guayaquil, ha-
bría sido menester que yo pudiera meditar despacio no sólo
mis ideas sino meditar la manera de expresarlas. Por rendir
homenaje a vuestra bondad, HH. Legisladores, y por obedeceros
a Vos, señor Presidente del Congreso, que allá en México de-
jasteis oir con firmeza y precisión grandiosa, la voz de la Pa-
tria en demanda de justicia; por obedeceros a Vos, acepto el
„ir unas pocas palabras.
— 127 —
Después de los magníficos discursos que todos hemos
aplaudido y en que todos nos hemos ilustrado, pocas palabras
de homenaje quedarían por decirse a esta ciudad verdadera-
Mente ilustre, corazón y sentimiento de la Patria, que con la
fragua de su noble y excelsa pasión está hoy alumbrando el
nuevo rumbo que toma la nacionalidad ecuatoriana, nuevo
tumbo de orientación, nueva orientación de pedir sincera jus-
ticia en Sudamérica, que haya en el mundo más justicia y más
equidad para todas las naciones y para todo ser humano.
PATRIA TAN GRANDE COMO TODA PATRIA
Muy justo, señores Legisladores, que hayáis venido a sa-
ludar a la ciudad de Guayaquil; esto revela que vosotros te-
néis fé en la República del Ecuador, que vosotros tenéis fé en
las virtualidades de González Suárez, de Montalvo y de Roca-
fuerte; Patria tan grande como toda Patria que quiere ser due-
ña de sus propios destinos, que no acepta la tutela de nadie
y que está resuelta a hablar de su derecho ante todo el mun-
do y ante todas las conciencias. Esta República del Ecuador
es una República realmente compleja: por allí el fuego perso-
nal poderoso y formidable de Montalvo; por allá meditación
augusta y trascendental y orientadora de González Suárez
que un día dijo "si ha llegado la hora de que el Ecuador desa-
parezca, que desaparezca, pero no enredado en los hilos di-
plomáticos, sino en los campos del honor, al aire libre y con
el arma al brazo; no lo arrastrará la guerra, la codicia, sino el
honor". He ahí las palabras de un genio ecuatoriano, austero,
guiando las generaciones ecuatorianas. Por allá la bravura
.de los hombres del Carchi; por allá la lealtad de los hombres
de Loja, la resistencia de los hombres de El Oro. Patria ésta
rica -en virtualidades diferentes, cuya síntesis constituye la
grandeza de la República del Ecuador, que toda Sudamérica,
que todo hombre de bien tiene que reconocer en homenaje
a la objetividad de los hechos.
CIUDAD DE PASION
Pero Guayaquil tiene una virtud excelsa, Guayaquil es la
patria de la pasión y del sentimiento; por eso, todos los gran-
des momentos, todos los grandes momentos en que es menes-
ter sacudir la entraña de la República para que desde el fon-
do de la historia brote el alma orientadora de la Nación, Gua-
yaquil está a la cabeza, porque Guayaquil es fuego, pasión y
sentimiento. Yo pensaba hace unos momentos, oyendo las pa-
labras de los oradores, se me vino a la mente el pensamiento
de Pascal, "todos nuestros razonamientos se reducen a obede-
"I431-1:

— 128 —
cer al sentimiento"; no hay cosa más profunda, no hay cosa
más grande; creemos que obedecemos a la razón, pero en el
fondo estamos obedeciendo a ese cáliz impetuoso de la pasión,
de la intuición humana. Cuando la pasión es generosa capta
irradiante al contacto con las dificultades de la historia; to-
dos nuestros razonamientos se reducen a obedecer al senti-
miento. Guayaquil, ciudad de sentimientos, es por ésto, la que
empuja, la que impulsa todas las grandes revoluciones ecua-
torianas.

AFIRMACION DE LA VERDAD

Con el respeto que debo, a este magnífico auditorio en


donde tengo el honor de ser escuchado, por lo que representa,
por esencia, la soberanía del Estado, la soberanía del pueblo
ecuatoriano en el acto de determinar lo justo y lo recto; con
el respeto que debo al Cuerpo Diplomático acreditado ante
nuestra capital, -demostración viviente de la solidaridad hurra,
na, demostración viviente de la fraternidad dignificadora que
debe imperar entre los hombres; con el respeto que debo al
pueblo qué me escucha, yo no puedo menos que afirmares, se-
ñoras y señores, que jamás en la historia ha habido una hora
de mayor pesimismo, ha habido una hora de mayor farsa, ha
habido una hora en que nuestra necesidad sea la afirmación
integral de la verdad y del derecho por hombres que amen y
sientan lo que es la verdad y lo que es el derecho. La hora del
pesimismo, señores Legisladores del- Ecuador. El día de ayer
trae la prensa la opinión de los grandes hombres que han ido
a la Asamblea de las Naciones Unidas; todos ellos pesimistas,
todos ellos con razón pesimistas, porque tollos ellos sienten la
farsa que impera ahora en en el mundo. Unas razas amargan-
do a otras razas; unas nacionalidades quieren extinguir a otras
nacionalidades; todos quieren ejercer influencia; todos quie-
ren monopolizar el pensamiento humano, la acción colectiva
de los pueblos; todo es interés de potencias hacia sus hege-
monías nacionalistas. Y la gran farsa está en que todos in-
vocan la igualdad, todos invocan las instituciones jurídicas,
todos invocan la libertad y odian la libertad; todos invocan
las instituciones jurídicas, y cuando un pueblo se levanta
a pedir que a él también se le aplique las instituciones
jurídicas, si es pueblo es débil se le dice que está per-
turbando la paz continental! En qué quedamos, señoras y se-
ñores! Hablamos de instituciones y hablamos de democracia,
hablamos de libertad y temblamos que se invoque las institu-
ciones y nos horroriza que se aplique prácticamente la liber-
tad y tenemos pavor de vivir realmente la democracia y la au-
— 129 --
todeterminación de los pueblos. Hablamos de la autodetermi-
nación de los pueblos, hablamos del derecho internacional y
y no queremos el Derecho Internacional y queremos que los
ueblos callen, sobre todo si los pueblos son pequeños.
NADIE CONTIENE EL FLUIR DE LA VIDA
Pero, señores Legisladores que me escucháis, la verdad se
abre paso por dentro y por encima de las pasiones de los hom-
bres; nada contiene el fluir de la vida, nada contiene el fluir
poderoso y progresista de la existencia. Hay algo que vive, que
está latente en las entrañas de los pueblos; hay algo eterno
que es la justicia y la belleza que está limando la entraña del
pueblo; hay algo inmortal que es todo lo que es justo, todo lo
que es honorable, todo lo que es heroico, todo lo que es sacri-
ficio, que los intereses ignoran muchas veces, pero los pueblos
imponen e imponen por fuerza subyugante, y el que no quie-
re reconocer el interés del pueblo está sometido a que el pue-
blo lo destruya e imponga poco a poco la justicia por obra de
la intuición formidable. De otro modo, cómo hubiera avan-
zado la humanidad. Al fin y al cabo algo ha progresado la
humanidad, al fin y al cabo por lo menos sabemos dónde está
el crimen y donde está la dignidad.
`;-
DOLOR DE LOS PUEBLOS
Algo ha progresado la humanidad; este progreso no es
obra de los gobernantes. Yo también soy gobernante, de ma-
nera que no tengo a quien pedir perdón por mis palabras; este
progreso de la humanidad no es obra de los gobiernos, de los
Estados, es obra del dolor de los pueblos que ha venido puri-
ficando la historia desde la época de las cavernas hasta la épo-
ca de la Organización de las Naciones Unidas. El dolor de los
pueblos es el gran purificador de la historia. Por ésto, seño-
res, he sostenido que nunca más pesimismo, nunca mayor far-
sa y nunca mayor necesidad de la afirmación de la verdad y
de la justicia. Ecuador debe singularizarse en esta etapa de
su historia nacional por tener la bandera de la verdad inte-
gral, de la justicia integral, y nada mejor, señores Senadores
y Diputados, que venir aquí a Guayaquil, tierra de pasión, tie-
rra de sentimiento enardecido, para que la pasión guayaquile-
ria , unida a las otras cualidades de las otras provincias de la
República, haga que nuestra Patria tome hoy la bandera his-
pana de la justicia integral, sin odio de clases, sin humillacio-
nes, cuando se trata del derecho, ante ningún poder de la tie-
rra. Vosotros sabéis, señoras y señores, cuán criminal ha sido
"Tgri"~Prold,

— 130 —

la guerra en el mundo, cuántos crimenes ha cometido la gue-


rra en el mundo; con razón un gran pensador francés, un
hombre tan injustamente olvidado, tan injustamente desdeña-
do, Voltaire, sostenía que la historia humana no es más que
la historia de los crímenes, la historia de los crímenes imagi-
nables o posibles; con razón otro pensador francés, Renault,
decía: si un individuo usara de las maldades y de las astucias
de un Estado, este individuo viviría eternamente en la cárcel;
cuán dolorosa ha sido la historia de la especie humana por
obra de la engañifa, por obra de la conquista, por obra del ava-
sallamiento a los pueblos débiles, esperando naturalmente, la
revancha del pueblo débil contra el pueblo fuerte. Guerra de
todos contra todos, guerra permanente de todos contra todos,
ésta ha sido la historia de la especie humana. Muy lentamen-
te, por obra del dolor de los pueblos, de la rebelión de los pue-
blos, de la protesta de los pueblos, hemos venido callando a la
guerra y haciéndola cada día más antipática y más repugnan-
te ante la conciencia moral de la especie humana y poco a
poco, por obra del dolor de los pueblos, al quitarle a la guerra
su prestigio, al quitarle a la guerra los horrores de ser, del
triunfo del más fuerte, hemos venido a reconocer poco a poco,
que la victoria no confiere derechos, que la victoria del más
fuerte, por el hecho de ser más fuerte, no le da poderes para
definir la verdad y la equidad; la verdad y la equidad deben
ser definidos por la mente serena y por el sentimiento espon-
táneo de los hombres y nunca por la acción brutal del vence-
dor contra el vencido. Así ha sido la evolución de la humani-
dad en todas partes; esta evolución era más fácil en la Améri-
ca Hispana; en la América en primer lugar, en la América
Hispana en segundo lugar; en la América porque en la Amé-
rica prepondera el mismo concepto del Estado, aunque no lo
practicamos, pero decimos y repetimos que el Estado es un me-
dio y el individuo un fin. Claro que no lo practicamos. Qué
vamos a practicar si en raras partes se•aplica la justicia, pero
por lo menos lo repetimos.
MISION DE HISPANOAMERICA
Existe el concepto jurídico universal y en toda la Améri-
ca, pero aparte de esto existe Latinoamérica, Hispanoamérica;
existe la América que no solamente tiene un concepto jurídi-
co de la persona y del individuo; existe la América Latina que
tiene el fanatismo de la personalidad; existe la América que
cree que la personalidad sólo se define y se engrandece por los
altos valores eternos de la vida; existe la América Latina por
la cual la personalidad humana no es grande sino cuando es
quijotesca, es decir, cuando corre por montañas y peñascos,
— 131 —
buscando injusticias que desarraigar, débiles que engrande-
cer; ésta es_ nuestra América Latina, nuestra América Espa-
ñola, que debe saber conservar su personalidad, nuestra Amé-
rica Española a la que le quieren subyugar por todas partes.
Pero, nosotros, solidarios con todas las naciones que defienden
la libertad, solidarios con todas las naciones que atacan el
despotismo y la tiranía absorbente, tenemos que saber conser-
var nuestra personalidad hispanoamericana, quijotescamente
humana, porque el mundo actual necesita una inyección de
personalidad gigantesca para dar de suyo algo noble, digno de
ser recordado en los anales de la humanidad.

BASES DE SU PERSONALIDAD
Y aquí más fácil establecer un derecho internacional ame-
ricano a causa de esta base fundamental de un mismo credo
político en Hispanoamérica, de una misma raza, de .una mis-
- ma educación, de una misma tradición, de una misma religión,
de una misma modalidad fundamental del ser; de aquí ha re-
sultado fácil hablar del Derecho Internacional Americano, so-
bre todo de un derecho internacoinal hispanoamericano, cen-
tro-americano, sudamericano, hispano-latinoamericano. No
es monstruoso, por consiguiente que Latinoamérica, heredera
de Caballeros, heredera del Quijote, aleccionada por Bolívar,
por Rodó, por Sarmiento; no es ridículo que en esta América
Española, en donde abundan las tierras y falta población, trai-
gamos la invasión ridícula, ultra-ridícula del imperialismo ex-
clusivista europeo para pretender asfixiar a un pueblo peque-
ño, arrebatándole las bases en que se constituye su nacionali-
dad? Hay o no hay tierras abundantes en América Latina?
Hay o no hay falta de población en América Latina? En el
Amazonas ha habido o no ha habido naciones que han ido allá
a hacer su asiento jurídico, su asiento claro, su asiento termi-
nante? Un poco más de tierras en medio de la indefinición
- ‘> * de límites en la colonia, un DOC() más de tierras más al norte,
j
más al sur, pero, quién puede negar que en el canal amazó-
11. nico el Ecuador, el Perú, Colombia, el Brasil, tienen su campo
propio y su canal puesto por la naturaleza en beneficio de la
América Hispana, en beneficio de los hombres, en beneficio de
la paz, del progreso y del desarrollo que deben tener las gene-
raciones futuras? Quién puede negar esto, señores Congresis-
tas de la República del Ecuador? El Perú no va a negar. Este
momento tengo presente la memoria de 1853, del Ministro de
Gobierno y Relaciones Exteriores del Perú, José Manuel Tira-
do, reconociendo expresamente el carácter amazónico de su
propio país, del Ecuador, de Colombia y del Brasil; este m0-
— 132 —

mento tengo presente la memoria de José de la Riva-Agüera


en 1875, proclamándolo expresamente que las posesiones he-
chas por el Perú a determinadas firmas extranjeras, en nin-
gún caso afectaban a las vastas posiciones que en el Amazo-
nas tiene o tenía —tiene mejor— la República del Ecuador.
Yo pregunto por qué el exclusivismo? Por qué traer de los ca
bellos para que venga a imperar en el continente el absurdo,
dé modo artificioso, el imperialismo exclusivista, cuando la
norma de nuestros países debe ser la justicia, la equidad y el
orden como medio para que, habiendo paz en Hispanoamérica,
pueda Hispanoamérica cumplir su deber en la historia?

HABEIS HECHO BIEN

Habéis hecho bien, Señores Legisladores, en rendir a Gua-


yaquil el homenaje de vuestra presencia; todas las fechas gua-
yaquileñas son fechas trascendentales para el Continente. El
9 de Octubre significa el triunfo de la democracia en el conti-
nente joven hispanoamericano; el 6 de marzo significa la pu-
rificación de la raza del factor esclavizante, tirano y codicioso,.
oligárquico y miserable que estaba dirigiendo los destinos de
nuestra República, aprovechándose del rebaño que formaba
para él una pequeña oligarquía odiada por el pueblo y expul-
sada por la ciudad de Guayaquil; el primer 5 de junio repre-
senta la conciencia del hombre emancipado, representa la re-
ligión como elemento de purificación eterna para el hombre,
y no miserable instrumento del gobierno; eso significa el 5 de
junio, guayaquileños. Habéis hecho bien, por lo tanto, seño-
res Legisladores, en venir aquí a rendir homenaje a Guayaquil,
ahora que necesitamos afirmarnos poderosamente como na-
ción y como pueblo, para contribuir con nuestros nobles her-
manos hispanoamericanos, con nuestros nobles hermanos de
la América entera, a crear una nueva historia, una historia en
que el hombre, la dignidad del hombre, la conciencia del hom-
bre, ocupe el puesto que le corresponde, por encima de las ti-
ranías y de los bastardos intereses.

PUEBLOS: FUERZA PURIFICADORA


DE LA HISTORIA

No tengamos temor de la incomprensión transitoria de


ciertos periódicos sud-americanos; no necesitamos nosotros de
la comprensión de ciertos periódicos oficialistas sud-america-
nos; nosotros, necesitamos dirigirnos a la conciencia moral de
los ilustres Gobiernos de la América Hispana. Necesitamos
sobre todo, crear confianza en el alma de los pueblos, pues los
— 133 —
pueblos son la fuerza purificadora de la historia. No importa
que estemos aparentemente solos. Estamos acompañados por
el sentimiento y la intuición de la justicia de los pueblos; no
necesitamos sino perseverar, resistir, ser valientes en la resis-
tencia, ser valientes en el esfuerzo pacifista y jurídico para
que los pueblos, a poco menester , nos den la razón, y si los
pueblos nos dan la razón nuestra causa ha triunfado no so-
lamente en el orden del pensamiento, como ahora está triun-
fante, sino en el orden material de los hechos.
¿QUE LOS TRATADOS SON INVIOLABLES?
Que los tratados son inviolables! ; distingamos, amigos; si
hoy lo decís de manera absoluta, estáis contra las instituciones
y las doctrinas modernas; la institución, la revisión de los
tratados, cuando estos tratados, por el cambio de las circuns
tancias, se confunden con la injusticia y con el crimen y pue-
den producir la guerra y la hecatombe; nada en la vida es in-
mutable, no hay sino un ser inmutable, ese ser es el Espíritu,
ese ser es la Divinidad, ese ser es la plenitud de lo espiritual,
de lo bello, ese ser es Dios. Todo lo demás cambia, toda lo de-
más cambia y se modifica; lo que ayer fue bueno, puede tro-
carse en criminal cuando cambian las circunstancias. De ma-
nera que el periodista oficialista que venga acá a sostener que
los ecuatorianos trastornamos la paz porque no respetamos los
tratados, se equivoca de extremo a extremo; nosotros respeta-
mos los tratados, pero sabemos que los tratados, aun cuando
justos, pueden ser revisados cuando las circunstancias hacer►
que deban ser revisados en homenaje a la paz, a la conviven-
cia, a la justicia y a la razón; eso cuando son tratados, pero,
cuando en Sudamérica, dadas las actuales instituciones positi-
vas del derecho internacional americano, los tratados son im-
puestos por la invasión, son impuestos por el vencedor, son
impuestos por el incendio, el asesinato, el fusilamiento, el ejér-
cito arrollador; cuando los tratados son obra de la coacción
del vencedor que no hace otra cosa que decirle al vencido "Ud.
firma ésto o le sigo bombardeando sus ciudades", esos trata-
dos están anatematizados, esos tratados están anatematizados
no por la opinión de los juristas, no por la opinión de ningún
sabio, no por la opinión de Sarmiento, de Bolívar, no, están
anatematizados por las instituciones positivas jurídicas escue-
tas, en todos los caracteres legibles, en los estatutos de la Or-
ganización de los Estados Americanos; de manera que estos
estatutos de los Estados Americanos se aplica a todos; al Ecua-
dor que es un pueblo eterno, que tiene su alma eterna y na-
turalmente, se proclama igual a todos; Panamá reclama, Hon-
duras reclama, Argentina reclama, Guatemala reclama,
Y:, CF

— 134 —
Cuba reclama, por qué no va a reclamar el Ecuador?; nosotros
no alteramos la paz al reclamar; no altera la paz nunca la
víctima, sino el victimario; no altera nunca la paz el pueblo
que siente que se asfixia, sino el pueblo que lo tiene al otro
injustamente asfixiado. Cuando por tener generosidad de es-
píritu jurídico amplio, podríamos tener aquí una América.
Hispana llena de esperanzas, con capacidad de desarrollo eco-
nómico, con capacidad de vigorizar al pueblo sud-americano,
con capacidad de ilustrar a nuestras masas sudamericanas,
Con plena capacidad de dar el pan, el abrigo, la carretera, el
regadío a nuestros pueblos sudamericanos, a nuestros campe-
sinos sudamericanos, para que sea el capital humano, la fuer-
za humana de la raza hispanoamericana la que haga cumplir
alguna vez su función purificadora en nuestra historia.

MORIR EN DEFENSA DE LA INTEGRIDAD


DE SUS BANDERAS
¡Ay del hombre que busque en la vida su comodidad de
modo exclusivo!, su bienestar de modo exclusivo, huyendo de
lo que lo rodea, porque ése es un hombre miserable; ¡ay de
la nación que olvida que tiene que correr riesgos eternos!,.
¡ay .de la nación que no acepta sus deberes en la historia!,
una nación tiene que aceptar la integridad de sus de-
beres frente a las pasiones de otros pueblos, deberes para im-
primir en nuestra alma, los valores que es menester irradiar
para orientación de la especie humana, deberes de coperación
en su vida eterna, deberes de robustecer cada día más la ver-
dad y el derecho; deberes de resistir a la agresión; una nación.
fuerte no debe ser una nación de matones; no debe ser una.
nación que provoque, no debe ser una nación que busque la
guerra, sino que debe ser una nación que de tal manera ten-
ga el concepto de la nobleza de la vida que no le importe mo-
rir en defensa de la integridad de sus banderas, aun cuando la
amenaza pueda convertirse en río de sangre, río de sangre
que purifica a los hombres; todos los ecuatorianos somos hom-
bres de paz, pero bonachones, no queremos ser. Una cosa es
ser hombres de -paz y otra cosa es ser bonachones; bonacho-
nes no queremos ser, no lo seremos.
BASADOS EN ESTATUTOS DE LA OEA
En el momento actual, perdonadme la expresión respe-
tables señores que me escucháis, necedad, tontería sería man-
char la nobleza de nuestra causa; nosotros reivindicamos un.
derecho a la existencia basados en los Estatutos de la Orga-
nización de los Estados Americanos, nosotros reivindicamos
7,109,191~7177"77.77Tr "z".'",`"7171P1Min!0P,, 131~111■11,
— 135 —
el derecho a nuestro territorio basados en los Estatutos de la
Organización de los Estados Americanos; estamos resueltos a
cualquier transacción honrada, a cualquier transacción hu-
mana; a lo que no estamos resueltos es a declinar en nues-
tra vida de pueblo y a renunciar a la existencia digna a que
tenemos derecho. Cuantas cosas tenemos que afirmar en
esta época de farsa! Instituciones en que nadie cree, insti-
tuciones forjadas por el alma dolorosa de los pueblos, ins-
tituciones sostenidas por la intuición de los pueblos en las
cuales los políticos no creen. Hace pocos días, en la famosa
Declaración de Costa Rica, qué se decía? Lás naciones ame-
ricanas tienen obligación de creer en las instituciones inte-
ramericanas y todo diferendo debe resolverse pacíficamente
ante las respectivas instituciones creadas por el derecho in-
ternacional; nosotros no hemos hecho otra cosa que eso; pero
se nos amenaza con invadirnos y se nos dice que odiamos al
pueblo contra el cual reclamamos.

HORA DE LOS PUEBLOS

Yo, odiar a un pueblo sudamericano, eso jamás; yo amo


a mi patria, la defiendo contra todos, pero no odio a nadie.
Amo a todos los pueblos hispanoamericanos. Cómo puede
sostenerse que el reclamar un derecho sea odiar al pueblo
que, sin culpa de él, oprime a otro pueblo por obra de las
instituciones políticas de ese pueblo; tengo la seguridad-de
que si hoy me pudiera acercarme al pueblo al que aludo, ese
pueblo me dará la razón; yo creo absolutamente en el alma
de los pueblos, yo creo que es la hora de los pueblos; todos
vosotros estáis viendo que los pueblos se levantan, ya en Asia,
ya en Africa, ya en América, todos los pueblos se levantan,
unos con exceso de injusticia, otros con equilibrio, unos en un
sentido, otros en otro; pero hoy es la hora de la revolución
de los pueblos y en nuestro pueblo joven tenemos que salvar
esa revolución; nosotros no admitimos el odio; la revolución
del odio imprime el carácter de odio de clases, de destrucción
a ciudadanos de un país por otros ciudadanos de otro país.
Esto no admitimos; nosotros creemos en la comunidad de log
hombres y nosotros creemos que la mejor manera de cumplir
el derecho, no es cumplirlo en un minuto y dejar de cumplirlo
en otro, por obra de la fuerza violenta, sino impulsar la evo-
lución, para que, por obra del tiempo, reine en ellos la jus-
ticia perdurable y establezca la paz que ennoblece; todo lo
demás es falsedad, falsedad, odio e incomprensión de -los pue-
blos.
— 136 —

PRACTICAR LA JUSTICIA

Cuánto tenemos que afirmar en la vida terrena! Tene-


mos que afirmar la libertad de nuestro país; no hay libertad
en nuestro país; tienen libertad los campesinos?, tienen li-
bertad los hombres humildes de los campos?; tenemos la li-
bertad integral?, el uso de la libertad no nos hace odiosos
los unos a los otros cuando dicen que usan de su libertad?; si
hubiera la verdadera libertad, habría solidaridad entre los
hombres libres, porque el hombre que ama la libertad, la com-
prende en tal forma que es objeto de amor y no objeto de sec-
tarismos odiosos. Tenemos que practicar la justicia los gober-
nantes; feliz Vos, señor Alcalde de Guayaquil, que estáis prac-
ticando la justicia para con los guayaquileños, aquí en vuestra
ciudad; esa serie de obras que estáis creando, esos barrios que
se perfeccionan, esas escuelas que todos los días creáis, ese
plan de viviendas; eso es practicar la justicia.

SERVICIO AL PUEBLO

Nosotros los velasquistas, con el Presidente de la Federa-


ción Velasquista a la cabeza, tenemos que vivir de la acción
creadora, señor Alcalde. Por dicha, Vos también sois velasquis-
ta, de manera que vuestra obra es también obra del Velasquis-
mo, no os enojéis porque así lo diga. Pero nosotros, señor Pre-
sidente de la Federación Velasquista, tenemos que hacer lo
mismo en todas partes, viviendas en Babahoyo, en Quito; es-
cuelas por todas partes, carreteras, etc. Señores Ministros, yo
os pido con gran fervor, aquí en esta fecha grandiosa, en esta
fecha de afirmaciones, en medio del pesimismo y de la farsa,
que no ceséis ni un momento de hacer práctica y efectiva de-
mocracia en la República, haciendo práctico y efectivo el ser-
vicio en las distintas esferas administrativas que tenéis bajo
vuestro mando. Una vez más, señores Legisladores, yo os
agradezco por haberme permitido el uso de la palabra en este
día tan solemne.

ES EL PUEBLO

Todos vosotros sabéis cómo amo al Ecuador, a cada provin-


cia la amo dentro de sus caracterísicas personales, pero voso-
tros sabéis que yo tengo deberes especiales para con Guaya-
quil, que fue cuna del velasquismo, que ha sabido tener siem-
pre latente el Velasquismo, que acaba de triunfar el 5 de junio
y que va a triunfar cincuenta o sesenta o cien años, porque
vamos a merecer la confianza de todos los ciudadanos; vamos
a triunfar 50, 60, 100 años, porque vamos a merecer la con-
fianza del pueblo ecuatoriano, porque vamos a desnudarnos
de los intereses políticos estatales, para dar el ejemplo de un
gobierno popular que siente al pueblo, que lo escucha, que su-
fre con el pueblo, que entiende con el pueblo, que protesta con
el pueblo, que se levanta a la gloria con al pueblo. Esta mis-
ma recordación del Nueve de Octubre fue obra del pueblo;
hay que reconocer, sin odio de ninguna especie, sin aversión
de ninguna especie, que las clases aristocráticas en todas par-
tes son un poco extrañas a las grandes fiestas; es el pueblo el '
que hace las grandes fiestas, y con qué esfuerzo! Ese desfile
de esta mañana, ese desfile de arte y de potencia de afirma-
ción cívica y de grandeza, cuánto esfuerzo, cuánto sacrificio
en cada colegio y en cada escuela, en cada colegial y en cada
profesor que preparó la magnífica manifestación de símbolós
de fuerza, de arte y de paz. Ahora, el desfile del Colegio Vi-
cente Rocafuerte, esos profesores consagrados a estudiar el
derecho internacional ecuatoriano, consagrados a iluminar al
pueblo, consagrados a dar conferencias, a ilustrarnos a todos
para que nos pongamos a la altura de los pueblos grandes.
Señores Ministros, seamos todos hijos del pueblo, seamos to-
dos dignos de la hora, hora de justicia, hora de verdad, hora
en que hay momentos de tinieblas pero que en el fondo pal-
pita la luz de la justicia, la luz de aspiración, la luz reivin-
dicadora de la muchedumbre que tuvo disciplina, porque pa-
ra tenerlo es menester que trabajemos por ella, que trabaje-
mos por la multiud, que seamos leales con la multitud, ya que
así la multitud se disciplinará, respetará a la autoridad, y con
la multitud el Ecuador triunfará. Que le quepa a Guayaquil,
que le quepa al Ecuador la gloria magnífica de influir pode-
rosamente para que la América Española diga al mundo su
palabra de quijotismo, de desinterés, de heroísmo y amor re-
dentores.
::;11411
- 139 -

SANTUARIO CIVICO

En la inauguración del Santuario Cívico, en Guayaquil, el Primer


Mandatario da un dircurso el 8 de Octubre de 1960.
--1

. :
J1/2, •
--140—

LO QUE NECESITAMOS ES VIVIR PERMANENTE.


MENTE EL ESPIRITU DE LA REPUBLICA

Discurso del doctor Velasco Ibarra, el 8 de Octubre de 1960,


en la inauguración del Santuario Cívico en Guayaquil.

Señor Vicepresidente de la República del Ecuador,


Señor Alcalde de la ciudad de Guayaquil,
Señor Gobernador de la Provincia,
Señores Ministros de Estado,
Señores Legisladores,
Señor Arzobispo de la ciudad de Guayaquil,
Distinguidas Autoridades Militares de la Provincia,
Ilustre Pueblo de Guayaquil,
Ilustre Pueblo Ecuatoriano,
Jóvenes Marinos:
Feliz idea vuestra, señor Alcalde, conmemorar el 9 de
Octubre, inaugurando el 8 de Octubre, el Santuario Cívico,
el Santuario en que el Pueblo de Guayaquil escuche la voz
de los héroes que sellaron la Patria. No sacamos nada abso-
lutamente con rememorar empírica y rutinariamente la his-
toria de la República, con eso no sacamos nada, una vulgari-
dad tras otra vulgaridad. Lo que necesitamos es vivir perma-
nentemente el espíritu de la República, lo que necesitamos es
vivir el alma de la Patria, tonificar el espíritu de la Repúbli-
ca, resucitar el alma de la Patria, para ser más grandes que
los hombres que sellaron la República.
LA VIDA HUMANA VIVE DEL SIMBOLO
La vida humana, vive del símbolo, la vida humana no
vive de rutinas materiales, la vida humana se engrandece
cuando comulga con el ideal, con los grandes símbolos espi-
rituales que la ennoblecen y la tonifican; cuando a este pue-
blo de Guayaquil, cuando a este pueblo ecuatoriano se le ha-
bla de honor, se le habla de virilidad, se le habla del sacrifi-
cio, de homenaje por los grandes valores, el pueblo vibra y
.el pueblo aplaude; porque el hombre no nació para vivir de
— 141 —

la vulgar rutina, sino para vivir sacrificándose por todo lo que-


es honor, por todo lo que es justicia, por todo lo que es vigor,
por todo lo que es luchar por la supervivencia del espíritu de.
la Patria. Nuestros padres, los que lucharon el 9 de Octubre,
los que vencieron en Pichincha, los que en Ayacucho dieron
libertad al Perú y a la América del Sur, supieron sentir el
misterio y la heroicidad de la vida, supieron sentir que la vi-
da humana no vale nada, sino cuando se inmola día a día
por la justicia y la gloria, y cuando sucumbe para vivir para
siempre en el recuerdo de las generaciones.
Hace un momento, una señora que está frente a mí, gri-
taba: VIVA EL ALCALDE DE LA CIUDAD!, VIVA CARLOS
JULIO AROSEMENA! ; muy bien inspirada señora. Es el al-
ma de las ancianas de la Patria, la que surge a la robustez
eterna de la República del Ecuador.
El Alcalde de la ciudad de Guayaquil, el Vicepresidente
de la República del Ecuador, han comprendido, rompiendo
una tradición nefasta que es menester hacer que la Patria
viva horas de heroísmo y de gloria.

LA PAZ NO ES EL SILENCIO DEL SIERVO

Nosotros, nosotros ecuatorianos, decía muy bien el Alcal-


de, no querernos la guerra, nosotros no provocaremos a nadie
a la guerra, nosotros queremos la paz en la América Hispana,
para que alguna vez la América Hispana cumpla el deber ori-
ginal, que puede cumplir en la historia del mundo. Pero.
nosotros sabemos, que no puede haber paz, donde haya un
pueblo injustamente oprimido, donde haya un pueblo al que
se le niegue el espacio geográfico legítimamente conquistado
por el esfuerzo de sus descubridores, de sus colonizadores, de
los fundadores de la nacionalidad ecuatoriana; nosotros al
reclamar contra el Perú que haya paz, que haya justicia en
el Continente, al reclamar contra el tratado de Río de Janeiro,
obra de la invasión, obra de la guerra, obra del incendio, no
estamos provocando, sino que estamos reclamando para que
en América Hispana, haya la verdadera paz humana; esta-
mos reclamando, digo, para que en América Hispana haya la
verdadera paz humana; la paz no es el silencio del siervo, la
paz, no es la cadena del esclavo; la paz es el imperio de la
justicia, y el pueblo ecuatoriano preferiría ahogarse todo él
en las olas del Pacífico, antes que aceptar la cadena de un es-
clavo y el silencio de un siervo; el pueblo ecuatoriano es tan
autónomo como el Perú, tan grande como el Perú, tan gran-
de como los Estados Unidos, tan autónomo como Colombia
o como cualquier otro país libre de América del Sur o del
mundo entero.
142 —

Vuestra voz, Señor Presidente del Congreso y Vicepre-


sidente de la República, vuestra voz en México fué la Patria
ergida en la cumbre de la verdad y de la justicia, reclaman-
do que para ella también se haga efectiva la libertad y
la justicia; por eso vuestra voz previsiva y vigorosa fue
aclamada en México y aclamada en toda América del Sur. Y
Vos, señor Alcalde, al tener la feliz idea con la cooperación
del Club Rotario de inaugurar este santuario de la Patria, es-
táis dando vida a lo muerto; lo muerto según Augusto Comte
son los únicos que viven en el tiempo y que viven en la eter-
nidad; el muerto deja su polvo en la tumba pero su espíritu
sale de la tumba, se mete en el alma de las generaciones, se
mete en la profundidad de los corazones heróicos, y les ha-
bla a las generaciones, y les habla a los corazones heróicos,
con el sabor de la muerte, con el sabor sublimador de la muer-
te cuando se la conquista por obtener la verdad y la justicia
para los pueblos. Muchos muertos heróicos dejó la invasión
del Perú en el Ecuador, la injusta invasión del Perú en el
Ecuador, la invasión del Perú cuando el Ecuador estaba ca-
si desarmado; muchos muertos dejó, pero la coñonera Calde-
rón, es para mí una lección elocuentísima; cuanta diferen-
cia de técnica entre el gran barco enemigo y la cañonera Cal-
derón, cuanta diferencia de elementos, cuanta diferencia de
potencialidad material, cuanta diferencia de número, cuanta
diferencia en todo sentido; pero en la cañonera Calderón había
la justicia, en la cañonera Calderón había el orgullo ecuato-
riano, en la cañonera Calderón había la historia de la Patria
ecuatoriana a la que se pretendía humillar; y este orgullo, y
esta fe, y esta Patria, y esta pequeña cantidad sublimada por
la infinidad del espíritu, reaccionó con pujanza, con fuerza,
y el gigante herido y humillado tuvo que retirarse de las
.aguas ecuatorianas.

NOSOTROS NO BUSCAMOS LA GUERRA

Sí señores, nosotros no buscamos la guerra, nosotros no


la provocaremos; provocarla, buscarla, sería manchar la cau-
sa ecuatoriana, causa cuyo triunfo está ya en la conciencia
del mundo, causa cuyo triunfo se concretará materialmente
en pocos años, si sabemos resistir, si sabemos ser fuertes, si
sabemos ser invencibles, si cada día vivimos dinámicamente
esperanzados, haciendo honor al alma de los antepasados. No
es cierto que la Organización de los Estados Americanos, así
como anuncia que hay que respetar los tratados, declara: "no
serán reconocidas las adquisiciones territoriales, hechas por
Medio de las armas"; no declara que "el territorio de los Esta-
dos, es inviolable"; no anatematiza, no sólo la coacción militar
• -

— 143 —
sino aún la coacción diplomática, aún la coacción económica;
pues bien, acaban los mismos Plenipotenciarios, los mismos Ge-
nerales peruanos en estos días, acaban de reconocer, QUE SUS
TROPAS ENTRARON A LAS ENTRAÑAS Y AL CORAZON
DE LA REPUBLICA, luego esa guerra de agresión, esa gue-
_, rra infame, no podía contener otro resultado, que un tratado
de agresión impuesto por la fuerza, violando las normas de
la civilización, de la convivencia hispanoamericana, y por
consiguiente, un tratado NULO, ABSOLUTAMENTE NULO,
y un triunfo al Ecuador AMAZONICO, SIEMPRE AMAZO-
NICO.
EL TRATADO DE RIO ES EL FRUTO DE LA
INSOLENCIA IMPERIALISTA
Sería el colmo de la tontería, que nosotros manchemos
nuestra causa, provocando, atacando, retando; nosotros no
provocaremos, somos demasiado inteligentes; si el Perú quie-
re atacar, que ataque y que se ponga al desnudo, se pruebe
una vez más el tratado de Río de Janeiro, obra de la inva-
sión, del abuso y de la insolencia imperialista e invasora.
Nosotros somos demasiado inteligentes para manchar nues-
tra causa en un momento actual, como el momento sudame-
ricano; en que tenemos instituciones que de una manera cla-
ra y terminante están a nuestro favor, instituciones que de
una manera matemática nos dan la razón; ¿nosotros atacar,
provocar?, jamás, pero el que nos invada, si alguna vez alguien
nos invade, por poderoso que sea, sepa que pagará con su
sangre, las venganzas invencibles de una Patria Soberana,
que no puede permitir que nadie la humille ni conculque.
- Nosotros no nos amedraremos, nosotros no perderemos la cal-
ma, nuestro frente interno, aun cuando otra cosa crean las
-5 radiodifusoras peruanas, nuestro frente interno permanecerá
..-1»t .absolutamente unido y solidario ante este modesto servidor
de la Patria, Presidente Constitucional de la República.

ESTAMOS OBLIGADOS A CREER EN LAS


FUERZAS ARMADAS

El Santuario que esta mañana se inaugura, es una prue-


ba terminante señor Alcalde, de que estamos obligados a creer
en las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, lo habéis dicho muy
bien en vuestro discurso. Hay distintas formas de traicionar;
no solamente traiciona el que se vende al Perú, el que entrega
secretos al Perú; yo creo que en este sentido, en el Ecuador
no hay ni pudo haber traición ni traidores, en este sentido
no hay traidores ni pueden haber traidores, pero hay actos de
— 144 —

traición por irresponsabilidad; aquello de predicar todos los


días, que "las fuerzas armadas son improductivas", aquello
de disminuir todos los días, el prestigio y la grandeza geo-
gráfica del Oriente Ecuatoriano; aquello de dejar a las Fuer-
zas Armadas de la Patria, fuerzas de tierra, fuerzas de mar,
fuerzas de aire, en un momento como el actual debilitadas,
sin equipos, sin servicios, sin dineros suficientes, so protexto
de moneda sana o de mejor administración, son distintas for-
mas, inconcientes e irresponsables de miserable traición a la
Patria. Este Santuario que se va a erigir aquí, por obra del
Alcalde, por obra del Club Rotario, os va a indicar la necesi-
dad de estructurar la fuerza, señores marinos, el derecho sin
fuerza, la diplomacia sin fuerza, son simples quimeras dadas
las miserables pasiones de la especie humana en el momento
actual de la historia. Necesitamos tener nuestro ejército,
pequeño pero fuerte y nuestra Armada pequeña pero ágil, y
nuestra Aviación pequeña pero eficaz; si el enemigo nos lan-
za una bomba, ojalá no nos lance nunca, en homenaje a la
paz americana, pero si alguna vez un enemigo nos lanza una
bomba, nosotros tenemos que lanzar dos bombas contra él,.
no hay otro remedio.

EL VELASQUISMO DEBE MANTENERSE UNIDO

Pueblo de Guayaquil, pueblo del Ecuador, el Gobierno que


surgió el 5 de Junio y al cual ya le están mostrando los pu-
ños, los mismos que vergonzosamente fueron derrotados el 5
de Junio, pues ya hablan de lucha de la Costa contra la Sie-
rra, queriendo crear en la Patria una división, para dizqu&
atacar al Velasquismo; mirad la antipatria, la antipatria que
está espiando para atacarnos en forma implacable, no lo per-
mitáis pueblo de Guayaquil, no lo permitáis. Si por un ex-
travío, los dirigentes se dividieran en Ambato, o en Quito, en
Riobamba o en Loja, que vuestro buen juicio mantenga las
bases Velasquistas perfectamente unidas para que jamás vuel-
va a imperar en el Ecuador, aquellos que declaran que las
Fuerzas Armadas son improductivas, aquellas que declaran que
el Oriente no sirve para nada.

HOY LA PATRIA DE PIE

Os he demorado ya más de lo que debía hacerlo, pero


quién va a limitar su emoción, en una reunión tan magnifica
como esta, a la que hemos asistido ahora. Ayer, la inercia en
la Patria; ayer, el peculado y nada más que el peculado; ayer,
la Policía empobrecida y desnuda; ayer, los institutos peda-
gógicos descuidados, desnudos ellos también; ayer, los intere-
— 145 —
ses continentales priman sobre todas las demás cuestiones;
hoy, la Patria de pie; ayer, hace veinte y cuatro horas, las es-
cuelas desfilando por el Gran Nueve de Octubre, con la ple-
nitud de ser de esos niños, en las esperanzas de la Patria, en
la grandeza de Guayaquil, en las glorias del Ecuador; ayer,
frente a la inercia, hoy erigiéndose un Santuario, a ese San-
tuario, tenemos que venir todoá de tiempo en tiempo; cuando
tengamos desaliento, cuando tengamos zozobra, acudamos al
Santuario Cívico de la Patria, pensemos en aquella voluntad
omnipotente que con David venció a Goliat; pensemos en la
disciplina de todos los seres, pensemos en la serenidad del
artillero invencible; pensemos en todos los recursos del alma
humana y del alma de la Patria. Señor Alcalde, una vez más,
recibid mi felicitación sincera por todo lo que habéis hecho
para que esta celebración del 9 de Octubre, tenga toda la
grandeza que está teniendo; señor Vicepresidente de la Re-
pública por décima vez, que no será la última, os estre-
cho la mano por vuestro discurso en México; pueblo ecua-
toriano que nunca habéis perdido la fé en la Patria, pueblo
ecuatoriano siempre leal y valeroso, que de vuestras virtudes,
de vuestra lealtad, de vuestra facultad de comprensión y de
perdón a los errores involuntarios que podamos cometer, bro-
te el árbol, el árbol majestuoso e inmortal de la grandeza
ecuatoriana y por irradiación de la grandeza ecuatoriana, de
la grandeza y gloria de la América Española.
— 146

AMERICA ESTA CON EL ECUADOR

Hemos lanzado una idea de orden moral, una idea que


fatalmente será aceptado por los pueblos americanos, mani-
festó el Dr. Velásco Ibarra en agradecimiento al Acuerdo sus-
crito por la Federación de Estudiantes Secundarios de Chile.
Quito, Octubre 24 de 1960.

Señor Subsecretario de Educación, señores estudiantes,


señores abanderados.

Yo he oído, con mucha emoción, las palabras del Sr. Martí-


nez Acosta, que acaba de hablar, y creo que he tenido, el más
grande éxito de mi vida, con el éxito que a su vez ha tenido él.

La idea que se ha lanzado al mundo, o que se ha lanzado


a América, respecto al Protocolo de Río de Janeiro, no es una
idea o un concepto de la vieja diplomacia; a mí no me inte-
resan tales o cuales procedimientos diplomáticos, a mí me in-
teresa que el día de mañana, después de un mes, después de
un año apresuradamente la tesis ecuatoriana tenga éxito; no
me va a desalentar el que los señores garantes, por ejemplo,
estén contra la tesis ecuatoriana, a mí nada de eso me preo-
cupa, a mí lo que me preocupa es, que la tesis ecuatoriana es
una idea de absoluta verdad, en la cual no cabe otro recurso. Se
ha dado un estatuto por escrito firmado por todos los países
americanos, lo ha firmado el Perú, ahí esta uno de los auto-
res, uno de los participantes, y qué ha firmado; ahí hay un ar-
tículo, el artículo 14 que se refiere a los tratados, hay el ar-
-- 147
'título 17 que se refiere a lo que llamaríamos nosotros LOS
DICTADOS, es decir esas imposiciones por la fuerza, a esos
pseudotratados, dictados, por obra de la invasión, del incen-
dio, de la sangre, y el Artículo 17 dice: "No se reconocerán las
adquisiciones hechas por medio de la fuerza, por medio de la
conquista", el objeto de este estatuto es moralizar al mundo,
moralizar a todas las naciones, conquistar un avance de los
pueblos, desautorizar a la guerra de conquista, a la guerra de
agresión, desautorizar el salvajismo humano, que hacía que
el hombre más fuerte o una nación más fuerte atropelle, robe
y mate y todavía quiera territorios ajenos. Nosotros hemos
lanzado pues, una idea de orden moral, una idea que fatal-
mente será aceptada por los pueblos sudamericanos, inclu-
sive por el pueblo peruano, por los jóvenes estudiantes de to-
do el mundo, inclusive los estudiantes peruanos; y, que un día
u otro, sin más que impulsarla, sinás que ser fiel a ella, ten-
drá que producir en América el trastorno popular suficiente,
para que esta idea se traduzca en una actuación diplomáti-
ca, jurídica, favorable a la República del Ecuador; ésta es mi
manera de plantear el problema, que muy pocos han com-
prendido, Uds., magníficamente; yo hablé con el Sr. Martínez,
si no me equivoco, antes de su viaje a Chile, yo le dije que el
Gobierno estaba listo a ayudar a la excursión que hagan los
jóvenes estudiantes, pero que vayan a conquistar al estudian-
tado, y el efecto está aquí, esto vale para mí mucho más, que
el que los garantes declaren una cosa o declaren otra; este es
el síntoma de que hoy son los estudiantes de Chile, mañana
es el pueblo de Chile, después serán los estudiantes de Costa
Rica y el pueblo de Costa Rica, después serán otros pueblos y
otros, y a la larga los Gobiernos se verán ahogados en sus po-
bres y miserables intereses y equilibrios por la opinión trans-
tomadora y revolucionaria de los pueblos, estudiantes y tra-
bajadores, universitarios, estudiantes de colegios secundarios,
eso se tiene que hacer. Realmente como Ud. decía Sr. Mar-
tínez perfectamente, este pergamino tiene una cosa extraor-
dinaria; si yo fuera un hombre vanidoso, me quedaría aquí
para siempre con ésto, pero yo a los 67 años de edad, no pue-
do mirar a estas cuestiones de orgullo personal que no valen
nada; uno desaparece de la historia y queda para que lo co-
menten cuatro historiadores falsearios, falseadores de la ver-
dad; pero cuanto representa el apoyo a la tesis ecuatoriana,
es de una trascendencia magna, y aún cuando esté aquí mi
nombre, en el fondo está la tesis ecuatoriana, y realmente
tienen importancia, y cómo decía muy bien el Sr. esto vale
cien veces más, que cualquier actuación diplomática, puesto
que ésto impone el arreglo diplomático. Uno o dos años de és-
to, y se impone la tesis ecuatoriana, a favor de la vida de la
148 —

República del Ecuador; porque si el Ecuador se queda con el


territorio que tiene, el Ecuador desaparece en 50 años, ya
previeron esto dos peruanos, el diplomático peruano en el
Ecuador Arturo García y el Ministro de Relaciones Exterio-
rios de entonces, ya lo previeron, "con un tratado inferior al
Herrera García, el Ecuador desaparece en 50 años" dijeron
ellos; el tratado actual, no solamente es inferior al Herrera-
García, sino que es una cosa monstruosa, sólo, para que el
Ecuador sea un simple apéndice de un departamento de Co-
lombia, la sierra, y la costa un apéndice de un departamento
peruano; por fortuna la Patria ha reaccionado, y aquello que
el 17 de Agosto fué en mis modestos labios, un grito de pro-
testa contra toda traición sin ningún alcance político, ha te-
nido sin que yo lo pensara, un alcance político tan grande,
que en estos instantes estamos celebrando, ayudado yo, por
los jóvenes de la Federación de Estudiantes.
149--

FE EN LOS DESTINOS DE LA REPUBLICA

El 27 de Octubre de 1960, el señor Presidente Constitucional da u:


discurso, durante la ceremonia solemne realizada con oportunida(
- .7"-e iF7 — ,711- - 7"rt7,111~1f
--- 150

Lo único que debo deciros es que tengo fe profunda en los


destinos de la República del Ecuador, dijo el Dr. Velasco
Ibarra en el discurso pronunciado el día Jueves 27 de Octubre.
de 1960, en homenaje al día de la FAE

Señor Ministro de Defensa,


Señor Coronel Jefe de Estado Mayor,
Señor Coronel Jefe de las Fuerzas Armadas de Aire,
Señores Jefes y Oficiales de las Fuerzas Armadas Na-
cionales:

Mi emoción es muy grande, señor Jefe de la Aviación Na-


cional, por haberos Vos, y por haber vuestros militares, aso-
ciado mi modesto nombre, a esta fiesta de la Aviación Na-
cional.

FUNCION VITAL

Habéis tenido la bondad de conferirme esta condecora-


ción, y la habéis conferido, en el día mismo en que celebráis,
la creación, el nacimiento de la Aviación Nacional; yo no ha-
llo palabras, señor Coronel, señores Jefes, Oficiales y Soldados
de las Fuerzas Aéreas del Ecuador; señores Jefes y Soldados
del Ejército Ecuatoriano, para agradeceros debidamente, pa-
ra expresar toda mi emoción; lo único que yo debo deciros,
es que tengo profunda fé en los destinos de la República del
Ecuador; creo que Bolívar y Sucre, creo que los hombres del
10 de Agosto y del 2 de Agosto, nos legaron una Patria, nos
legaron una entidad nacional de honor, de perspectivas futu-
ras, nos legaron una misión que debemos cumplir en la Amé-
rica Hispana, que debemos cumplir en la América y en el
mundo entero, y esta misión nacional, esta misión que nos
legó la historia, que nos impone ahora el honor, no la podre-
mos cumplir si no somos leales a las Fuerzas Armadas Na-
cionales, si no creemos en las Fuerzas Armadas Nacionales,
si no las estimulamos, si no las levantamos moralmente, si
no las fortificamos económicamente, si no les dotamos de to-
dos los instrumentos necesarios, para que las Fuerzas Arma-
das Nacionales puedan cumplir y tiendan siempre a cumplir,
su función vital; LA DEFENSA DE LA PATRIA,, LA DEFEN-
151

SA DEL HONOR DE LA REPUBLICA, LA DEFENSA DEL


IDEAL ECUATORIANO, en el consorcio de las naciones his-
panoamericanas, en el consorcio de toda la América y de todo
el mundo civilizado.

UN IDEAL NACIONAL

No se puede mantener una Patria con sólo dinero, con


sólo carreteras; no se puede mantener una Patria con sólo
progresos materiales, ni siquiera se la puede mantener, seño-
res miembros de las Fuerzas Armadas del Ecuador, con sólo
tener Universidades o Escuelas; una Patria es ante todo, un
IDEAL NACIONAL, una Patria es un ANHELO que hay que
conquistar todos los días, es un ESFUERZO, un SACRIFICIO
DIARIO; cuando este esfuerzo y este sacrificio diario no sub-
siste, la Patria se disuelve en concupiscencias, en egoísmos,
en corrupción, en un intelectualismo vacío, ineficaz e insin-
cero.

Esas virtudes que hacen una Nación, que dan la unidad


a una Patria, que todos los días la levantan y estimulan al
futuro, encuentran su principal encarnación en las Fuerzas
Armadas de un país. De aquí que, en este momento deseoso
yo de corresponder a la confianza extraordinaria del pueblo
ecuatoriano del 5 de Junio, creédmelo, que mi principal es-
peranza, mi principal base de apoyo, mi principal promesa
de éxito está en las Fuerzas Armadas Nacionales, y en las
virtudes de heroísmo, de sacrificio, de mando y obediencia que
representan las Fuerzas Armadas de la República del Ecua-
dor.

HEROISMO ANTE LA MUERTE

Antes de pensar yo, en ser alguna vez político, cuando


para mí la idea de una posible presidencia era una idea en-
teramente extraña, si acaso absurda, cuando era un simple
escritor, un modesto periodista, tuve el alto honor de defen-
der siempre, siempre a las Fuerzas Armadas como base, co-
mo ejemplo, como condición, sine-quanón, de la existencia
del Ecuador, de la personalidad de la República del Ecuador
frente a las demás naciones del Continente; en vosotros la
educación de la fuerza; sois fuertes, tenéis que ser fuertes,
porque en vosotros la fuerza se educa para finalidades mora-
les, vuestro esfuerzo se robustece, se hace más ágil y sensible,
para tener como base, para ser base y asiento del honor, de
la dignidad personal; en vosotros, el desprecio a la muerte, o
mejor el heroísmo ante la muerte, que conquistada por voso-
— 152 —

tros para defender la bandera, es la base de vuestra vida per-


durable en las regiones eternas de la espiritualidad, a la cual
un día u otro entraremos todos, unos vulgarmente, otros glo-
riosamente para participar de la grandeza del espíritu eterno.

CIELOS INVULNERABLES
Yo aprecio y respeto a todas las Fuerzas Armadas de la
República, yo sé lo que cada una de ellas técnicamente sig-
nifican y representan en una empresa militar; la empresa
militar es la quintaesencia de la intuición defensiva de los
hombres, por eso es que todo en las Fuerzas Armadas es sa-
bio, todo es psicológico, todo está perfectamente estudiado,
todo responde a diversas actitudes psicológicas y morales de
los hombres. Rindo pues mi homenaje, a las Fuerzas Arma-
das de Tierra, a las Fuerzas Armadas que custodian nuestras
costas y lo rindo con toda sinceridad„ que crean ellas, que
yo las comprendo, las aprecio, las amo y las respeto. Pero es
lo cierto, que las condiciones de la guerra moderna, han dado
a la aviación una misión muy especial, una misión excelsa,
yo os felicito a vosotros, jóvenes aviadores, yo os felicito a
vosotros Jefes de estos jóvenes aviadores, por la misión tras-
cendental que la milicia moderna os ha dado, que la guerra
moderna os ha dado, yo espero que los cielos de nuestra Pa-
tria, que los cielos de Guayaquil, y de Quito y de El Oro y de
todas partes, sean invulnerables por el heroísmo grandioso
de los jóvenes aviadores de la República del Ecuador.

ANHELO DE AVENTURA
La aviación misma, como está la aviación, es tan grande
y tan magnífica; la aviación corresponde a este anhelo de
aventura, sin el cual el hombre deja de ser hombre; vosotros
véis al hombre empírico, buscando su negocio, buscando su
salud, buscando su bienestar, ese pobre hombre, no repre-
senta a la especie humana, y vosotros no podéis saber cuántos
dolores, cuántas aflicciones, hay en medio de un hombre em-
pírico, consagrado al negocio, porque la especie humana na-
ció para otra cosa, no nació para conquistar únicamente ri-
quezas; la especie humana nació para conquistar el honor.
la verdad y la justicia, por el valor, por el heroísmo, por la
decisión en afirmar la verdad, el honor y la justicia.

COMUNION CON LO INFINITO

El Aviador es el hombre de la aventura; aquello de con


un inmenso aparato lanzarse a los cielos, lanzarse a tres mil
o cuatro mil metros de altura, por mucho que sepamos que
— 113
la ciencia tiene sus cálculos, y que ese aviador o ese avión
regresarán a la tierra; por mucho que así sea, el instinto de
la vida conoce el peligro, palpa y mide la altura, el abismo,
lo insoldable del abismo, y sin embargo, la sed de aventura,
la sed de audacia, la sed de ascender, hace que los hombres
se lancen a la aviación; la aviación es lo más 'excelso de la es-
pecie humana; es el hombre en busca de la aventura, es el
hombre que se desprende de la vulgaridad de la tierra, para
comulgar con la pureza del cielo y descender a purificar la
tierra, después de haber recibido la comunión con lo infinito.
Qué diremos del aviador militar, qué diremos del aviador
que al mismo tiempo que representa la sed de aventura del
hombre, la sed de comunión con el cielo, representa la Patria
que se defiende, que destruye concentraciones, la sed de la
Patria que se venga de que se la quiera vejar y de que se la
quiera oprimir; nosotros no amenazamos a nadie, nosotros no
declararemos la guerra a nadie, nosotros no insultamos a na-
die, pero si alguna vez, una bomba cae sobre nuestro terri-
torio, diez bombas deben caer y caerán sobre el territorio ex-
tranjero que se ha permitido injustamente, atacar a nuestro
territorio, por haber defendido la justicia en América His-
pana.

JUVENTUD Y BANDERA DE LA PATRIA


El Londres actual, debe su vida a los aviadores. Yo estoy
seguro que la Patria Ecuatoriana deveras admira a todas las
Fuerzas Armadas Nacionales; pero los accidentes momentá-
neos de un ataque que espero que nunca ensombrezca el te-
rritorio de América Hispana, serán paralizados inmediatamen-
te con las consiguientes represalias, por vosotros que en este
instante habéis jurado defender a la bandera de la Repúbli-
ca y lo habéis jurado con vuestra juventud; vuestra juventud
y la bandera de la Patria se unimisman; la bandera de la
Patria simboliza el esfuerzo de las generaciones, y vosotros
en vuestra juventud simbolizáis la sangre que perpetuará ha-
cia el futuro el heroísmo de las generaciones pasadas.

LENGUAJE DE SOLDADO

Señor Jefe de las Fuerzas Aéreas Nacionales, escuché con


toda atención vuestro discurso de soldado, así debe hablar el
soldado, no clesafíais, no insultáis; es miserable el contestar
al reclamo jurídico con el insulto y el ultraje, con la calum-
nia y la amenaza, es insultar a la América hispana, hacer lo
que hace todos los días la prensa peruana con nosotros; la
154

prensa peruana y el Perú están hoy faltando al respeto que


se debe a la conciencia de la América toda; Vos corno soldado,
habéis tenido frases de precisión, de honor y de valor; este
es el lenguaje del soldado y lo que yo deseó es que todo el
pueblo ecuatoriano, especialmente toda la juventud adquiera,
alma de soldado, que el espíritu militar se encarne en el pue-
blo, en la juventud, en la Patria toda.

OBRA DEL PRIMER VELASQUISMO

Vuelvo a deciros señores, que me siento turbado por esta


condecoración que yo no la merezco, yo no merezco nada; la
que la Patria ha hecho por mí es tanto, me ha llevado cuatro
veces a la Presidencia de la República; yo lo único que he
dado a la Patria es amor, fé en ella, fé en los destinos de la.
República del Ecuador, es lo único que yo he dado a la Patria.
Es cierto señores aviadores, que la aviación no como institu-
ción burocrática y por consiguiente institución vacía, no co-
mo simple reglamento y por consiguiente nada, sino como rea-
lidad efectiva, de disciplina militar para el fin determinada
de la defensa de la Patria, fué y es obra del primer Velasquis-
mo; en 1935 nacistéis vosotros a vuestra vida de gloria ala,
práctica y a la integridad de vuestra vida de gloria. 1935.
Permitidme este orgúllo, el hombre no puede desligarse
completamente, de sus ambiciones y de sus pasiones, y al ver-
me hoy rodeado de vuestra simpatía, yo no puedo hoy deciros.
otra cosa, que en cambio de vuestras simpatías yo os amo y os.
respeto, y como prueba práctica de mfamor, de mi colaboración
y de mi respeto, me he permitido recordaron, que como fuerza.
efectiva, viviente, reglamentada disciplinada, para operar en
defensa de la República, la Aviación Nacional, la Aviación Mi-
litar Nacional, es obra de la Primera Presidencia mía.
Señores Militares, Señor Ministro de Defensa, pública que
está a la distancia y que tal vez me escucha, tengamos fé en
la Patria, la Patria hasta ahora no ha caído en cuenta de su.
misión profunda, no ha caído en cuenta de su función inter-
nacional, no ha caído en cuenta de que debe vivir luchando,
por ir triunfando en la lucha constante, cumpliendo la ley
fatal de la vida, ley permanente, ley de la cual no podemos
escaparnos, la ley del esfuerzo, la ley de la lucha, la ley del
riesgo, la ley de la cultura; el pueblo que quiere escaparse
de esa ley, se disuelve, se corrompe; el individuo que quiere
escaparse de esa ley, se degenera y desaparece en el fango, en
la inmundicia de la tierra.
— 155 —

CUMPLAMOS NUESTRA MISION HISTORICA


Cumplamos señores militares, Jefes y soldados, cumpla-
mos pueblo ecuatoriano, pueblo velasquista, nuestra misión
histórica, nuestra misión de lucha, del perfeccionamiento por
la lucha; no aspiremos a la faz vulgar, no aspiremos a con-
quistar mañana, después de tres meses, después de cuatro,
nuestra tranquilidad vulgar, cumplamos todos los días, todos-.
los meses, todos los años, nuestro deber de lucha y el porve-
nir que es la voz providencial, sabrá engrandecer al Ecuador
y sabrá premiar, a los individuos ecuatorianos, y a las insti
tuciones ecuatorianas, como las Fuerzas Armadas Ecuatoria-
nas, como la Aviación Militar Nacional, que habrán inyecta- -
do en el cuerpo ecuatoriano, la fuerza necesaria, para que el
Ecuador cumpla cada día, su deber de lucha y de triunfo, so--
metiéndose a la ley eterna, del progreso por el dolor, de la
gloria por la lucha, y de la plenitud por la perfección pro—
gresiva del espíritu.
— 156 —

411
41,
ECUADOR — URUGUAY

Señores Ministros de Estado,


Señores Embajadores,
Eminente Señora que se digna visitarnos,
Señoras y señores:

NUNCA ESTUVE SOLO

No acierto a encontrar palabras para poder contestar


atinadamente el espléndido, el conmovedor discurso de la
señora María Sara Llobet de Faget; me ha recordado la señora
momentos en que, casi desterrado, me encontré un día solo
en la República del Uruguay. El Uruguay tiene un sentido
humano tan extraordinario, que descubrió que ese hombre
estaba destinado a estar solo, ese hombre, a pesar de todos
sus defectos, había tratado honradamente de servir a su pue-
blo, a un pueblo sudamericano, a un pueblo pequeño física-
mente, como es pequeño físicamente el Uruguay, pero un pue-
blo grande espiritualmente como es grande Moltalvo, como
es grande Rodó allá en el Uruguay; y este pueblo que sabe
- perdonar los errores y que sabe comprender el fondo de hu-
manidad que hay en un hombre que yerra, pero yerra de bue-
na fé, se dignó acercarse a mí, me rodeó desde el primer mo-
mento; nunca estuve solo espiritualmente; siempre estuve
animado espiritualmente, siempre volví a encontrar el sentido
de la vida, siempre volví a encontrar lo grande que es la hu-
manidad en su profundidad; ese pueblo uruguayo, ejemplo
-de vigor nacional, ejemplo de afirmación cívica, ejemplo de
excelsitud en el espíritu, en el arte y en la ciencia; ese pueblo
-en verdad, nunca me dejó espiritualmente solo.

BUSCAR EL DOLOR PARA AMARLO

Yo le amo, yo recuerdo de él con grande emoción y con


profunda gratitud y una de las primeras puertas que en ese
_ilustre pueblo se me abrió, fue la puerta de una casa de la
señora María Sara Llobet de Faget, luchadora política, poeta
eminente, mujer de fuego y de amor a los grandes ideales,
orina mujer de primer plano en la vida intelectual del Uruguay,
— 157 —
de ese Uruguay que como recordaba nuestro amigo, el Dr. Ca--
rrión, es Patria de Delmiro Agustín; ahí la señora Faget ocu-
pa un primer plano en la vida del corazón, porque en defini-
tiva la humanidad vive y debe vivir del corazón; allí donde el
corazón borbota, allí donde el corazón ama, allí la inteligen-
cia se inflama, allí el pensamiento ilumina; la señora Faget.
me ha iluminado esta noche, porque como vosotros habéis
sentido, en sus páginas palpita el amor humano, en sus ideas.
late la sensibilidad, el amor humano, la comprensión de los
dolores, el anhelo de los ideales. La señora Faget es una prue-
ba de lo que puede dar una mujer cuando se resuelve a in-
tervenir profundamente en la vida humana; la vida humana.
hay que purificarla ahora, hay mucha farsa, hay mucha in-
justicia, ocultas las palabras de derecho y de justicia, la far-
sa vive, hay que purificar la vida humana. Estamos en un mo-
mento de crisis de la conciencia humana, hay que purificar-
la América Hispana sobre todo. La señora Faget una de las
pruebas de lo que puede dar la mujer, cuando se encarna en
el cuerpo de una mujer todo el amor al bien, toda la ternura
y la inquietud por las desgracias humanas, todo el deseo de
comprender , todo el deseo de orientar; la señora Faget es una,
mujer docta, por que se angustia ante el gran problema de
la vida, la señora Faget es una mujer erudita, por que busca,
el dolor para amarlo y para redimirlo; nada más insensato;
que el pensamiento vanidoso y vacío en medio del dolor hu-
mano; nada más grande que el pensamiento, cuando inspira-
do en el dolor humano, cuando acicateado por el amor a la.
humanidad, cuando alentado por el afán de descubrir el mis-
terio de la existencia, trata de volar en alas del amor, por la
distancia y por las alturas, buscando cerebros que orientar y
dolores que consolar.

BUSCAR A UN PUEBLO

Mil gracias, señora, mil gracias, yo me siento conmovido;


el Uruguay se ha acordado de mí, y vos, señora, habéis venido,
desde Bogotá, como lo dijistéis tan amablemente, a buscarme
a mí; yo podría talvez enorgullecerme, pero yo no me enor-
gullezco, porque yo sé muy bien que el Uruguay mide siem-
pre las cosas en grande, y porque sé muy bien, que Vos se-
ñora, sois legítimo vocero de la grandeza moral del Uruguay;
Vos señora, no habéis venido a buscar al individuo, ni el Uru-
guay os ha mandado a que busquéis al individuo, el Uru-
guay os ha mandado y Vos habéis obedecido la orden del
Uruguay, ir a buscar a un pueblo al que hay que estimular,
al que hay que levantar, al que hay que manifestarle frater-
nidad, comprensión y amor, y como yo soy el servidor actual-
-158 —.

mente de este pueblo, el modesto servidor de este pueblo,


vuestra visita a mí no es sino para darme estímulos, para que
sirva a este pueblo ecuatoriano, que ama al Uruguay y que
rinde culto a la verdad y a la justicia en el Continente His-
panoamericano; por eso no me enorgullezco, señora, sino que
comprendo que vuestro gesto es uno de los gestos de la gran-
deza de la República del Uruguay; la fraternidad; el alma de
Rodó con el alma de Montalvo, la vinculación del alma del
Uruguay con el alma del Ecuador, es lo que hasta aquí os ha
traído, esta noche, señora, y es el mandato que habéis
recibido de esa tan noble y tan grande Patria, que se llama
la República Oriental del Uruguay.

VOCACION EMINENTEMENTE HUMANA

Yo habría querido, señoras y señores, sabedor porque sa-


bía, porque columbraba, porque algo se me había ya dicho,
de la bondad de que debía ser objeto; preparar palabras dig-
nas de la Casa de Cultura, dignas de su Presidente, escritor
y literato eminente, dignas de• vosotros, que en algo sean dig-
nas de vosotros; pero mis deberes no me lo han permitido;
no he podido preparar nada, pero vosotros sois también indul-
gentes cuando se trata de cosas del corazón; permitid que,
con toda la deficiencia de mi mente, haya esta noche querido
expresar únicamente las palpitaciones de mi corazón, pensan-
do en el pueblo, en el que estuve siempre acompañado, pen-
sando en el pueblo, en el que se dignaron comprender mis in-
quietudes, en el que se dignaron estimularlas; vosotros sa-
béis que este Uruguay, maravilloso en medio de dos gigantes,
Brasil y Argentina, resolvió ser, como debe resolver todo pue-
blo que se estime. El Uruguay envuelto en estos dos grandeá
colosos resolvió ser; y al resolver ser; cayó dentro de sí mis-
mo y trató de purificar ló más profundamente que él pudo
lo que tiene una Nación como el Uruguay, de eternamente
humano y de profundamente original; y este pueblo que cayó
dentro de sí mismo y vió dentro de sí lo universal y al mismo
tiempo lo original, lo plural y al mismo tiempo lo singular,
esta Nación desarrolló su vocación profundamente humana,
su vocación eminentemente humana como probablemente no
hay otra superior ni más original en el Continente; y porque
fue el Uruguay, profundamente humano, y porque resolvió
ser, creyó en las virtualidades de la raza hispanoamericana,
y cuando unos querían eliminar de la pampa Argentina y
Uruguaya al gaucho; y cuando otros proponían como método
de grandeza de los países del Río de la Plata en trasladar tro-
_ios enteros de Inglaterra, Estados Unidos o de Francia y po-
.Derlos en lugar del gaucho, Artigas tuvo fé en el gaucho,, y
159

tuvo fé en la vocación igualitaria de la América Española,


y tuvo fé por consiguiente en la democracia de la América
Española, y protestó contra todos aquellos que iban a buscar
reyes en Europa, que se imaginaban que la América Española
no podía ser, sin ser europea, sin ser una monarquía; Artigas
creyó que la América Española debía ser, siendo la América
Española gaucha, indígena e hispánica; y para imponer esta
magnífica idea blandió su espada, porque ¡ay del pueblo que
no sabe empuñar la espada, cuando debe afirmar su SER! ;
esa literatura blandengue moderna no nos conduce a nada
sino a dar un premio a los audaces; Artigas lo vió, profunda-
mente humano, un gran Capitán y manejó la espada, y con
su espada hizo que el Uruguay existiese, y que el Uruguay
salvase sus valores humanos, no se arredró ante el fuerte, no
tembló ante la amenaza, supo resistir y supo resistir con una
idea humana y como nadie puede derrotar a la idea realmen-
te humana, Artigas salvaguardó con su espada a ese pueblo
con vocación eminentemente humana, eminentemente gau-
cha, eminentemente hispanoamericana; y este Uruguay mag-
nífico, salvado por la espada de Artigas y afirmado en medio
de los dos colosos que le rodean y este Artigas cuyo nombre
era aclamado por los pueblos y seguido por los pueblos, mu-
cho más allá de las auténticas fronteras uruguayas, porque
los pueblos aman siempre la idea justa— sin que haya vallas
políticas que puedan oponerse a la idea justa lanzada por el
pueblo; este Artigas que supo ser comprendido y amado por
los pueblos, mucho más allá de las fronteras estrictamente
políticas de Artigas; este Artigas creó la patria sublime, en
donde más tarde pudo hablar el más grande, —en mi concepto—
el único filósofo que ha tenido la raza hispanoamericana:
JOSE ENRIQUE RODO, vuestro compatriota, señora, al cual
Vos amáis, al cual Vos respetáis.

JOSE ENRIQUE RODO EL ÚNICO FILOSOFO

América Española que ha tenido pensadores eminentes, en


mi concepto no ha tenido sino un gran filósofo, si a esa pala-
bra le damos su sentido estricto, su sentido verdadero, y si si-
quiera para usar esta palabra no nos andamos con rivalida-
des nacionalistas, queriendo encontrar filósofos en todas nues-
tras naciones; José Enrique Rodó es el iluminado de la Amé-
rica; después de Bolívar nadie ha pensado como él, ni con
más hondura que él en los destinos de la América Hispana;
y antes que nadie, que ningún filósofo de América, nadie ha
planteado como él el problema del hombre, el problema de la
aventura humana en medió de .este inmenso interrogante, en
medio de estos interrogantes qué son una nación, qué es el
— 160 —

continente, qué es el mundo, qué es la tierra, qué es el espa-


cio, qué es el infinito, qué es todo lo que ignoramos, todo la
que nos atrae, que nos estimula. Este José Enrique Rodó, que
ha tenido muy pocos críticos, porque casi nadie lo ha com-
prendido, muy pocos críticos, supo plantear con propia origi-
nalidad antes que Helderberg, antes que Russel, antes que el
insigne Sartre, este misterio interior que experimenta el hom-
bre de sensación, sentimiento, de amor y tristeza, esperanzas
y alegrías, y caídas dentro de nosotros mismos, y turbaciones
concientes y subconcientes, y olvidos y recuerdos, un conjun-
to, un depósito somos cada uno, de misterio infinito y Rodó
los conoció y Rodó se adelantó a muchos sabios europeos y
americanos, y Rodó creyó que todo era menester que no que--
de abandonado, sino que la voluntad del hombre, la voluntad
conciente del hombre, dé a todo ésto definición, marco y pro-
pósito; y Rodó es el hombre, el gran filósofo de la personali-
dad humana, el gran pensador de lo que es la vocación del
hombre; y este hombre forjado por su voluntad, este hombre-
que ha puesto coherencia y definición dentro de sus emocio-
nes, por obra de su voluntad y que llega a ser una persona-
lidad y que llega a ser una originalidad en toda cosa que en-
cuentra, que vive en el continente hispanoamericano, es Rodó.
Ya le inventaron a Rodó que calumniaba a los EE. UU., le inven-
taron que desacreditaba a los Estados Unidos, le inventaron
que oponía América Hispana a los Estados Unidos; es olvidar
que Rodó era un hombre muy inteligente; cómo vá Rodó a
calumniar, a odiar un hecho tan indiscutible, como el hecho
de la existencia de un gran pueblo que se llama Estados Uni-
dos; otra cosa quería él; quería que Hispanoamérica sea His-
panoamérica, no Norteamérica; quería que conservase su pro-
pia personalidad esencial y profunda, y no querer adquirir la
personalidad inglesa, porque no sería entonces ni Inglesa
ni Hispanoamericana, qué es lo que nos está pasando; no so-
mos ni ingleses ni hispanoamericanos; procuremos regresar
a lo que fuimos, y procuremos ser real y positivamente hispa-
noamericanos; ésa es nuestra sabia, ésa es nuestra substancia;
ser hispanoamericanos; y Rodó dijo que hay que aprender de
los Estados Unidos, y Rodó dijo que debíamos aprender la
lección que nos dan los Estados Unidos, la lección de técnica
que nos dan los Estados Unidos, la lección de dominio de la.
naturaleza que nos dan los Estados Unidos; pero para ésto
no hace falta pretender desnudarse de su propia esencia, pa-
ra adquirir esencia extraña y Rodó creía y creo yo, que sólo-
una América del Sur, una Hispanoamérica solidaria entre sí,
justa, justa entre sus países, en actitud de verdadera cola-
boración, de verdadero respeto al derecho, podrá subsistir
con gloria en el mundo actual, que José Enrique Rodó, ya pre-
vió, un mundo de confusiones y odios, un mundo de farsas,
un mundo de retos; unos retan en nombre de un derecho y
otros retan en nombre de una concepción de la vida, pero
todos viven retando, oscureciendo al mundo, odiando al hom-
bre, odiando las ideas, odiando las razas, todos odian y detes-
tan la libertad, todos odian y detestan la democracia y están
hablando de democracia, y están hablando de libertad.
José Enrique Rodó, maestro del hombre individual, maes-
tro del hombre colectivo, maestro de Hispanoamérica, el más
grande después de Bolívar, hombre excelso cuando se dirigía
al hombre individual para levantarlo y darle orientación.
¿Qué nos importa en definitiva nada si no entendemos el mis-
terio del hombre; qué nos importa en definitiva, la Sociolo-
gía y la Química moderna y la Historia, si no sabemos para
--' qué somos, ni para qué existimos?, estas son tragedias que
las planteó, con tanta fuerza José Enrique Rodó; la pampa
de granito, el dolor de la vida, la contradicción de la vida y
el hombre de la pampa de granito, rompiendo la roca con sus
dientes, recogiendo las semillas en el viento con sus fauces,
haciéndolas fructificar con sus lágrimas, y haciendo crecer
un árbol mucho más grande y mucho más glorioso, por obra
, de la voluntad omnipotente; el maestro de la voluntad om-
.‘;
nipotente, así decía María Eugenia Bass Ferreyro: "La Pam-
pa de Rodó, es un canto a la sublimidad de la voluntad hu-
mana"; el maestro que no dató, porque no creía que el cos-
mos actual se vaste a sí mismo.
Impulsad a la juventud y al hombre, a plantearse cons-
tantemente, el enigma del misterio, y tratar de pensar en él,
Nadie puede resolver el enigma de un misterio; si lo resol-
viéramos, lo empequeñeceríamos a él, y nos empequeñecería-
- mos nosotros mismos; la grandeza humana nuestra, está en
sentir este misterio, verlo palpitar afuera, acercarnos a él y
4-„1-, no poder resolverlo, pero saber que existe sin más que saber
que existe el gran misterio, estamos regenerados, estamos sal-
2 vados y nuestra vida tiene que ser dichosa; ésta era la idea,
%1„ ésta la enseñanza de José Enrique Rodó.
42~i4g1
. 1*
SOLIDARIDAD EN AMERi A HISPANA

Muy excelsa Señora poetisa y escritora; permitidme, que


t: no encontrando yo palabras adecuadas para agradeceros, ha-
ya querido expresaros la gratitud que tengo para con vuestra
Patria, lo que yo pienso de su historia, lo que yo pienso de
Rodó, lo que yo pienso de la lección que dá a los pueblos de
América Hispana, el Uruguay, Artigas, Rodó, el civilismo uru-
guayo, la hospitalidad uruguaya, las instituciones jurídicas
uruguayas, las instituciones científicas uruguayas, su mane-
— 162 —
ra de concebir la vida; hoy mismo acabo de recibir una nota
de unos jóvenes del Uruguay, que me honran diciéndome:
"ESTAMOS CON USTED", es decir estamos con su pueblo,
estamos con su causa; qué universalidad, qué nobleza, la de
ese país verdaderamente ilustre, qué esperanza para la Amé-
rica Hispana, qué esperanzas, hay un Uruguay, luego la Amé-
rica Española puede llegar a la plenitud de la cultura, luego
puede desarrollar sus virtualidades autóctonas para llegar a
la plenitud de su cultura, lo que nos falta es, entender y oir a
los maestros, a los maestros de verdad; a Rodó, a Bolívar, a
Sarmiento, a Montalvo, a esos hombres luchadores que no sa-
bían qué hacerse con la injusticia y que se precipitaron con-
tra ella para triturarla y proclamar el reinado de la justicia
en la tierra, el reinado de la solidaridad en América Española.

LLAMADA A TAN ALTOS DESTINOS


Señor Presidente de la Casa de Cultura, habéis recorda-
do con amabilidad, que yo tuve alguna parte aunque peque-
ña en la constitución de esta Casa de Cultura; cuán grande
la función de esta Casa de la Cultura señor Presidente; te-
nemos necesidad de que la Casa de la Cultura del Uruguay
y la Casa de la Cultura del Ecuador y todas las instituciones
que se llaman culturales de la América Española y todos los
hombres que piensan en Hispanoamérica, en Sudamérica, re-
suelvan ser fuertes y vigorosos; qué sacamos de los tales pen-
samientos que flotan en el aire, para halagar nuestra vani-
dad; tengamos pensamientos vida, pensamiento lucha, pen-
samientos purificación, pensamientos triunfo.
Me habéis honrado al recordar que yo he tomado parte
en esta Casa de la Cultura, llamada a tan altos destinos de
nuestra América, que pronto, pronto, pronto tiene que prin-
cipiar a decir su voz propia, su voz de ella, no de nadie; de
ella.
HERALDO DEL QUIJOTISMO URUGUAYO
Yo le agradezco señor, porque en este centro mi modesta
voz, ha hecho lo posible para agradecer a la señora María
Sara Llobet de Faget, para recordar al Uruguay; os agradez-
co con todo el corazón; y a vosotros todos porque os habéis
dignado escucharme, os habéis dignado asistir aquí, no sabéis
cuanto os agradezco, me parece que todos vosotros en este
momento, estáis pensando en las virtudes cívicas del Uruguay,
estáis pensando en su hospitalidad, en su capacidad de com-
prensión del hombre y que estáis dirigiendo vuestro corazón
y vuestras miradas hacia María Sara Llobet de Faget, a este
vocero del corazón Uruguayo, a este heraldo del pensamien-
to uruguayo, del espíritu quijotesco uruguayo e hispanoame-
ricano; que para estimular a un gran pueblo como el nuestro,
como el pueblo ecuatoriano, que es un gran pueblo, porque
es el pueblo del 2 de Agosto, del 9 de Octubre, el de Montalvo
y el de Espejo; para estimular a este gran pueblo, que es el
pueblo ecuatoriano, María Sara Llobet de Faget, ha venido
desde Bogotá; ella tiene tantas cosas que hacer en la política
uruguaya; ella tiene tantas cosas que hacer en los centros in-
telectuales uruguayos, ha desviado su camino, desvió su ca-
mino y se demora aquí, para extender su mano al pueblo ecua-
toriano. Vosotros asistentes, distinguidos e ilustres, con vues-
tro corazón, con vuestra bondad, me estáis haciendo hacer a
mí, lo que yo no puedo hacer; dar una gratitud a María Sara
Llobet Faget, digna de ella. Vosotros lo estáis haciendo. Mu-
chas gracias.
— 164 --

LAS FUERZAS ARMADAS

Discurso pronunciado por el Excmo. Señor Presidente de la


República, el día miércoles 16 de Noviembre en el Colegio
Militar "Eloy Maro", con motivo de la entrega de Despachos
a los nuevos Generales y Coroneles.

Excelentísimo Señor Presidente de la Corte Suprema de


Justicia,
Señor Ministro de Defensa Nacional,
Señores Ministros de Gobierno y Obras Públicas,
Señores Generales y señores Coroneles,
Señores Miembros de la Misión Norteamericana,
Distinguidos Jefes, Oficiales, Soldados, Cadetes, Señoras.

Ya comprendía, que la amabilidad de los señores miem-


bros del Ejército Ecuatoriano, me pediría que hablase en
esta ocasión verdaderamente conmovedora para mi espíritu;
el momento que, dada la bondad de mi buen amigo, el señor
Ministro de Defensa, entregara yo los distintos diplomas a los
Coroneles que ascendían a Generales y a los Tenientes Coro-
neles que subían a Coroneles, pensaba en la trascendencia de
los actos aparentemente pequeños, porque aparentemente eran
hasta cierto punto pequeños el que el Congreso ascienda a un
Coronel a General el que se firme el Despacho, el que el Minis-
tro de Defensa me entregue a mí para que yo, entregue a su,
vez a los Generales o Coroneles, los despachos respectivos, pero
esta apariencia está tan llena de significación sobre todo cuan-
do se trata de las Fuerzas Armadas en un momento como el
actual de la República del Ecuador.

UNA RESPONSABILIDAD TRASCENDENTAL

Cuando yo, a un Coronel amigo mío le entregaba su Des-


pacho de General pensaba en la responsabilidad que ese hom-
bre tenía sobre sus hombros. Cómo los hombres suelen huir
de la responsabilidad; cómo a nadie le gusta ser responsable
de sus actos, cómo los hombres aman envolverse en la vida.
— 165 —
..--.1cuotidiana y pasar uno y otro día y hacer negocio y reir, dor-
mir y descansar; pero ser responsables, he aquí lo que los hom-
bres temen, ser responsables de sus actos. Cuando yo entrega-
ba los Despachos de Generales a los distintos Coroneles que
acaban de ascender por sus méritos y los de Coroneles, a los
que ascendían un grado en su posición militar, yo sabía que
estaba confiriendo a éstos jóvenes, una responsabilidad tras-
cendental. Ser General de un Ejército, ser Coronel de un Ejér-
cito, cargar sobre sus hombros, todo el peso de una orden, una
orden que puede ser venturosa, pero que puede ser desgracia-
da, pero que en los Generales y Coroneles a quienes acabo de
entregar el Despacho, tengo fé que será una orden siempre
venturosa para dignidad de la República, para el honor de la
bandera y para la nueva era, para la nueva vida, para la nue-
va generación a la que con oportunidad acaba de referirse el
señor General Calle.
UNA IMAGEN DE DIOS EN LA TIERRA
Ser General, ser Coronel, tener mando en un ejército es
realmente adquirir las más trascendentales y complicadas res-
ponsabilidades, porque la paz y la guerra están siempre pen-
dientes de las Fuerzas Armadas Nacionales. Yo no creo en el
pacifismo bonachón y blandengue, del que se habla ahora, es
opinar contra la farsa y contra los farsantes, que sea en la
paz o sea en la guerra, en el un caso, o en el otro caso, los
pueblos dependen de sus Fuerzas Armadas de cómo funcionan
y cómo son sus Fuerzas Armadas en la paz y sobre todo en la
guerra. El ser General es cargar sobre sí toda la responsabili-
dad de la Patria y el hombre que sabe mandar, y el hombre que
sabe ser responsable, es para mí el hombre más grande de la
tierra, es una imagen de Dios en la tierra porque la responsa-
bilidad es la que acerca esta pobre, pobrísima vida humana
hacia regiones del espíritu y de la inmortalidad y las regio-
nes del espíritu y de la inmortalidad son las mansiones de
Dios; saber ser responsable en la tierra es saber ser divino aquí
en esta tierra.
SABER DESPRECIAR LA MUERTE
Fácilmente en tiempos de paz se puede vivir de los sabios
y de los literatos y de los agricultores, pero cuando algún pe-
ligro acecha a la Patria, entonces comprendemos todo el valor
latente de las Fuerzas Armadas de la Patria y, sobre todo, en-
tonces comprendemos todo el valor de las virtudes que usan
las Fuerzas Armadas de la Patria; más que la sabiduría y más
7wqr-T.
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— 166 —
que la constancia para sembrar la tierra y arrancarle sus fru-
tos, importan las virtudes que constituyen la esencia de las
Fuerzas Armadas de la Patria: el saber despreciar a la muerte.
Hace pocos días, un avión trágico cegó la vida de hombres
beneméritos, todo el país se consternó y se agitó. Pensaba yo
que la muerte con su poder misterioso, le hacía comprender
al Ecuador, que no está todo en tener fiestas y buscar rique-
zas y en jugar y en reir; que también hay horas trascenden-
tales. La muerte, la gran maestra de la vida. La muerte, por
la cual la vida vale. Qué fuera de la especie humana sin la
muerte que le hace valer a la vida humana!
El soldado no se arredra ante la muerte, respeta su mis-
terio pero la ve cara a cara, va hacia ella, corre hacia ella por
defender la bandera de la República porque sabe que la muer-
te es amiga del hombre heroico y que la muerte, lejos de ex-
tinguirlo, le hace vivir para siempre en las regiones del espí-
ritu, en las regiones de los hombres que aman el espíritu mien-
tras haya vida en la tierra. He aquí: el Ejército se alimenta de
estas virtudes, el heroísmo, la muerte, el saber mandar, el sa-
ber obedecer en silencio, el saber obedecer la injusticia; el he-
roísmo más grande, el saber callarse ante la injusticia. La Sa-
biduría del Reglamento Militar permite una reinvindicación
contra la orden injusta, pero una reglamentación, una regla-
mentación disciplinada y oportuna, nada más grande que las
virtudes humanas que en el Ejército se encarnan y por las
cuales las Fuerzas Aramadas existen en un momento como el.
del Ecuador.
Toda la Patria quiéralo o no lo quiera, conciente o incon-
cientemente los hombres de la moneda sana y los que creemos
que la moneda debe ser sana pero que debe ser más sano el
hombre; todos, todos sin excepción estamos alrededor de có-
mo estarán las Fuerzas Aramadas; cómo estarán las Guarni-
ciones de El Oro, cómo estará la Guarnición de Loja, alrede-
dor de esto, conciente o inconcientemente estamos todos, por-
que la Patria existe por las Fuerzas Armadas y porque la his-
toria existe por las Fuerzas Armadas, sin las Fuerzas Arma-
das no existiera la obra de la Revolución Francesa; sin las.
Fuerzas Armadas no hubiera existido la Grecia Inmortal, sin
Bolívar y su espada no hubiera existido este Continente His-
panoamericano.
MUERTOS O CON GLORIA
Cuánta es, jóvenes militares, vuestra importancia en la vi-
da nacional. Cómo encarnáis vosotros esas virtudes que son
humanas, que son de todos pero que la vulgaridad las esconde
o no las siente o no las usa porque vosotros las intensificáis,.
sobre todo en los momentos en que la Patria está en peligro.
Ser General, ser Coronel, en un momento como el actual del
Ecuador; ¡cuánta Gloria, mis amigos; no la gloria vacía de la
vanidad insubstancial sino la gloria, porque la Patria este día,
delante del pueblo, que está aquí presente, delante de las mu-
jeres, de los señores que están aquí presentes, ha cargado vues-
tros hombros con responsabilidad terrible de- las cuales ten-
dréis que salir muertos o con gloria, pero yo no quiero divagar,
no saldréis muertos, saldréis con la gloria que inmortaliza
las grandes voluntades cuando están resueltas a hacer frente
a los peligros con la iluminación de la inteligencia, con la ilu-
minación del amor, en estos momentos del amor a la perdura-
bilidad, a la supervivencia de la República del Ecuador, que
nos legara Calderón, Sucre y Bolívar, que la forjaron tantos
hombres heroicos y tanta sangre como la sangre del 2 de Agos-
to, como los hombres del 9 de Octubre, como los hombres que
murieron cuando la invasión peruana en 1941.

YO OS INVITO A QUE OS PREPAREIS PARA LA GUERRA


Yo no os invito Generales y Coroneles de esta tarde a que
hagáis la guerra a nadie. Yo no os invito a que provoquéis ni
ataquéis a nadie, pero yo os invito a que mantengáis grande y
glorioso el tricolor de la República. Yo os ruego que prepa-
réis a la Patria para la guerra si queréis la paz, si queréis la
dignidad de la República, si queréis que tenga valor la diplo-
macia, si queréis que la Undécima Conferencia tenga resulta-
dos. Yo no os invito a la guerra, pero yo os 'ruego por vuestra
juventud, por el amor que tenéis a vuestras esposas y a vues-
tros hijos, por el legado de honor que debéis dejar a vuestros
hijos, yo os invito que os preparéis para la guerra si queréis
una paz honrosa y digna para la República del Ecuador.
UN PUESTO BAJO EL SOL
Qué pide el Ecuador? Que se le reconozca un puesto bajo
el sol, no un puesto regalado por nadie, un puesto reconocido
cuando quedaron constituidas por España las colonias hispa-
noamericanas, un puesto que la Presidencia de Quito supo ci-
vilizar, en el cual supo fundar ciudades y crear una cultura
que nuestra ignorancia histórica lo ha olvidado, pero que fue
una realidad. Algún día habrá que hacer justicia a esos Mi-
,sioneros Jesuitas sobre todo, Franciscanos y Dominicos que
allá en las selvas, que hoy nos aterran, supieron dar forma a
una cilización no de intrusos cuando nuestra posesión fue in-
justamente disputada e invadida. La espada de Sucrela recon-
— 168 —

quistó para el Ecuador y como Sucre y Bolívar en su visión


extraordinaria antevieron un tiempo contemporáneo, un tiem-
po en el que a la guerra no se le reconoce corno guerra, títu-
los jurídicos para crear situaciones; Bolívar y Sucre regalaron
la parte Sur del Amazonas y el Perú agradeció a Unanúe, agra-
deció y el pueblo peruano se levantó contra los invasores y
puso hombres que supieron rendir a Bolívar el homenaje de
su gratitud y allí estuvimos hasta 1875 y todavía nos queda-
rnos un poco más y nuestra miopía internacional y nuestro
odio a las virtudes militares, nuestro deseo de comodidad y
de vida regalada, de ser agricultores, sabios y literatos sin nin-
gún esfuerzo, sin alma grande, sin alma trascendental para
páginas de honor. El uno le dice al otro: tú eres el mejor litera-
to de la tierra, el elogiado le dice al otro: tú eres el mejor ora-
dor del Continente, por este juego entre vanidosos, y concu-
piscentes del dinero renunciamos a la vida verdadera, a la ver-
dadera vida de lucha, por eso nuestra Patria está disolviéndo-
se entre corrupciones miserables. Por qué el Perú ganó 400.000
kilómetros cuadrados y nosotros los perdimos? Por qué? No os
habéis preguntado con angustia muchas veces esto?

INTERES CONTINENTAL

Yo os felicito, señor General Calle Dor haber hablado de


una nueva era, de una nueva etapa para - la Patria ecuatoria-
na; que esta etapa sea verdadera, que sea real, que si yo me
muero mañana, esta etapa no desaparezca, que esta etapa
continúe muchos años, que esta etapa sea carne y sangre del
alma ecuatoriana. Esposas y madres de los soldados, no pode-
mos volver a otra etapa en que el interés continental prime
sobre todas las demás cuestiones. ¿Qué es el interés continen-
tal?; la entrega del Ecuador; que insensatez, que falta de vi-
sión, que falta de corazón, jóvenes Cadetes, que falta de cora-
zón, jóvenes soldados, el interés continental prima sobre to-
das las demás cuestiones y ¿qué es el interés continental? In-
terés continental es el de Bolivia, de los Estados Unidos, del
Brasil, de Colombia, de Chile y el Ecuador no cuenta. "El in-
terés continental prima sobre todas las demás cuestiones", y
esto se dice a la faz de la Patria, a la faz del pueblo ecuatoria-
no, este pueblo intuitivo y grandioso que nos llevó al Poder con
todo sacrificio.

HOMBRES DE CORAZON

Señores Generales, señores Coroneles de esta tarde: la Pa-


tria, la Patria toda, los pueblos, el Ecuador, vuestros conmi-
— 169 —
litones, esta juventud oficial que os contempla, el Ministro de
Defensa, este joven Ministro del cual tanto espero, porque es
honrado, caballero y valiente, porque es hijo de un Coronel
que supo regalar la mitad de sus posesiones al pueblo, en ho-
menaje a la justicia social; este joven Ministro, el Presidente de
la Corte Suprema, los señores Ministros de Estado y todos os
hemos colocado en vuestros hombros la responsabilidad te-
rrible; vosotros sois dignos de llevarla, hombres de corazón, la
Patria no necesita sabios, la Patria necesita ante todo, hom-
bres de corazón porque del corazón procede la sabiduría bien-
hechora; maldita la sabiduría si no hay amor que la inspire,
entonces los sputniks no sirven, sino para aterrar a la. huma-
nidad. Que a vosotros os inspire el amor de la República, os
inspire el honor.
Recibid mis palabras como el modesto homenaje que yo
os hago y que en la persona vuesta yo hago a todas las Fuer-
zas Armadas Nacionales, a todas ellas infundidles el coraje
que os anima, el espíritu de sacrificio que os anima. Amad al
soldado, el soldado necesita amor, el soldado necesita bienes-
tar y que al mismo tiempo, que se le de bienestar, se le diga
• que ese bienestar, tiene que abandonarlo por la muerte cuan-
• do la Patria lo llame a pasar del bienestar a la muerte.
EL DIOS DE LA PATRIA OS BENDIGA
Recibir, pues, mi homenaje, mantened siempre el presti-
gio de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, no volváis a permi-
tir el desdén al Oriente, no lo permitáis aún en el orden sim-
• plemente material. Un hombre del pueblo, un hombre humil-
de, caminando el otro día en medio de la llovizna, vino a ver-
me en Limón, hace ocho días; pronunció palabras ese hombre
tan noble: "Señor —me decía— el Oriente es una sede agrí-
cola de primer orden, en ninguna parte, una mejor ganade-
ría, que la que se puede cultivar en la Región Oriental"; pero
francamente hablar de esto a vosotros no os puede cuadrar y
no le cuadró ni le convino al hombrecito que esa tarde me
hablaba, de la parte económica, ese hombre humilde, que ha-
bla caminando tres días para verme y saludarme me habló de
la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro. Véis vosotros, có-
"= mo en el alma del pueblo está la trascendencia del Oriente
Ecuatoriano, no sólo como la sede económica, como un esta-
blecimiento para la nacionalidad futura de la República del
Ecuador sino sobre todo como símbolo del honor de la Patria.
Señores Militares, Coroneles actuales, Generales actuales:
recibid mi homenaje, que el Dios de la Patria os bendiga. Hé
aquí mi voto.
— 170 —

AMERICA ANTE EL MUNDO

Discurso pronunciado por el Excmo. Sr. Presidente de la Re-


pública Doctor José María Velasco Ibarra, con ocasión de la
ceremonia de entrega de Cartas Credenciales del nuevo
Embajador de los Estados Unidos.

• Señor Embajador:

Recibo de vuestras manos las Cartas Credenciales que os


acreditan Embajador Extraordinario y Plenipotenciario del
Excelentísimo Señor Presidente de los Estados Unidos de Amé-
rica ante el Gobierno del Ecuador.
Podéis estar seguro de que en el desempeño de vuestra
noble tarea encontraréis la amistad y simpatía del pueblo y la
cooperación rápida y eficaz del Gobierno.
Vuestra preparación universitaria y diplomática os capa-
cita para una labor idealista y comprensiva de las realidades
ecuatorianas y sudamericanas.
Indicáis que vuestra misión coincide con los preparativos
que se hacen para la Undécima Conferencia Interamericana
que se efectuará en Quito —Ciudad del 10 de Agosto de 1809
y del 2 de Agosto de 1810— como generosamente lo recordáis
en vuestro discurso.
La próxima Conferencia Interamericana estudiará tras-
cendentales problemas políticos, sociales, económicos que an-
gustian y preocupan a las gentes.

CRISIS EN EL MUNDO

Hay en el mundo una muy grave crisis. Son las bases mo-
rales —y no otras— las que están sacudidas y como consecuen-
cia de ésto se ha producido la confusión y las tinieblas en los
órdenes internacional y económico, diplomático y social.
La humanidad busca la paz. Aparentemente hay sólo lu-
chas y confusiones. En el fondo, es la paz lo que la humani-
dad quiere. Y esta paz no puede ser obtenida sin el imperio
del derecho para grandes y pequeños, débiles y fuertes. La
igualdad ante el deber y ante la ley, la sinceridad en la bús-
queda de la justicia, la cooperación para que Estados e indi-
viduos puedan vivir, desenvolverse y obtener finalidades espi-
— 171 —
rituales —sin las cuales todo sucumbe— son condiciones in-
dispensables de una convivencia realmente humana.
El egoismo exclusivista territorial o económico no permi-
tirá la paz; porque los pueblos grandes o pequeños se manten-
drán en indomable rebelión contra el egoismo exclusivista te-
rritorial o económico. Los pueblos muerden el freno de la de-
rrota, porque nada pueden contra una mayor fuerza, pero pre-
paran con inagotable reacción, los días de rebelión y de re-
vancha.
MISION DE LOS EE. UU.
Los Estados Unidos de Norte América, ilustre Patria vues-
tra, señor Embajador, tiene en el momento actual la misión
sagrada de mantener en el mundo el equilibrio y de defender
la libertad y democracia realmente amadas, efectivas y vividas.
En su misión los Estados Unidos de Norte América encontra-
rán de parte del Ecuador y de su pueblo espontánea, fácil, en-
tusiasta cooperación. La civilización de nuestro tiempo
—como la de todas las épocas— tiene mortales enemigos. Los
enemigos de la hora son la tendencia cuantitativa en todo y
para todo, en lo individual y lo nacional, en lo continental y la
mundial, en lo público y en lo privado, con su amenaza de con-
vertir al hombre en simple engranaje de la sociedad o del Es-
tado; la lucha de clases con su odio ciego y sus revanchas in-
definidas; la preponderancia de un Estado sobre los demás Es-
tados con toda clase de recursos y artificios.
EL REMEDIO
El remedio contra estos males es regresar al idealismo es-
piritualista; es la fé en la libertad y la justicia como valores;
efectivos. Demos a los pueblos la impresión sincera de que la-
boramos por hacer efectiva la libertad por convertir la justi-
cia en efectividad, y no preponderarán los actuales enemigos
de la civilización.
La América, el Continente americano, en el cual, todas las
Naciones son iguales en derechos y obligaciones, está llamada
a procurar para la humanidad una nueva edad un nuevo mo-
mento histórico de idealismo, de respeto a los derechos, de coo-
peración y fraternidad. El panamericanismo con sus declara-
ciones es la protesta contra la política que casi destruyó al
Viejo Continente y que tantas desgracias ha ocasionado en el
nuestro por no haber escuchado las sabias enseñanzas de Bo-
lívar, genio universal magnífico, y de los pocos discípulos que
Bolívar ha tenido: un Rodó, un Martí, en cierto sentido un
Wilson.

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— 172 —

NO INTERVENCION
Tenemos que procurar que en América haya justicia. Que
las declaraciones panamericanas no queden escritas sino que
:sean efectivas. Toda intervención de cualquier Estado en los
-asuntos de otro Estado tiene que quedar condenada, anatema-
- tizada. Toda intervención extracontinental o dentro del Con-
tinente es inmoral y antijurídica. Los sinsabores de las Na-
ciones Unidas en el Congo donde los factores nacionales están
apenas en embrión, demuestran que prácticamente la inter-
vención conduce al caos. ¡Qué diremos de una intervención
en un Estado con factores nacionales definitivos y diversas
fuerzas nacionales precisas y determinadas que desde afuera
no pueden ser debidamente conocidas! Quede a la conciencia
popular del Continente ir rectificando los desvíos de la políti-
ca interna de los pueblos. Puede ser que con el tiempo la con-
ciencia continental de los pueblos y de la opinión pública de-
termine intervenciones colectivas con bases reales y justas. Es-
peremos estos tiempos que aún no llegan.
PROSCRIPCION DE LA GUERRA
La guerra debe quedar proscrita para siempre. El esfuer-
zo de la civilización ha consistido precisamente en desautori-
zar la guerra, en negarle —en cuanto esencia bélica— efectos
jurídicos. La invasión, el incendio de ciudades y pueblos para
conquistar territorio son actos abominables para la conciencia
contemporánea y constituyen ignominia jurídicas después
de las declaraciones panamericanas aceptadas por todos
los Estados de la América. La primera Conferencia Paname-
ricana de Washington del 2 de octubre de 1889 al 19 de abril
de 1890 declaró ya que "las cesiones de territorio serán nulas
y se tendrán como no acontecidas si se verifican bajo amena-
za de guerra o con presión de fuerzas armadas". Urgente que
después de estas declaraciones y de las normas y estatutos de
la Séptima Conferencia de Montevideo de 1933 y de la Octava
Conferencia Interamericana de Lima de 1938 y de la Carta de
la Organización de los Estados Americanos, se vivan práctica-
mente estas normas, declaraciones y estatutos. De otro modo
la conciencia popular se cree envuelta en farsas y reacciona
poderosamente, a veces, en forma primitiva.
EL ECUADOR
Nuestro País señor Embajador, está empeñado, como lo
observáis con sagacidad, en el mejoramiento de las condiciones
— 173 —
sociales y económicas de sus habitantes. Anhelamos para
nuestro empeño una cooperación financiera fácil, rápida, efi-
ciente. Hay que aprovechar los momentos en que pueblos y
gobiernos se empeñan por su mejoramiento económico y social.
Talvez las demoras indefinidas con diversos pretextos traigan
el recurso cuando ya los espíritus no están en capacidad de
aprovecharlos y agradecerlos.
Laudable el recuerdo vuestro de que la actuación de los-
Estados Unidos en la última Conferencia de Bogotá representa
el anhelo de vuestro País por ayudar a los latinoamericanos.
Si nos empeñamos rápida y eficientemente en la práctica de
la cooperación, si educamos para la verdadera libertad y la au-
téntica democracia, no tendrán éxito los enemigos de la civi-
lización en su lucha que jamás terminaría, porque siempre será
el dolor en la historia.
Recordáis en vuestro discurso que el Ecuador dió el Pri-
mer Grito de la Independencia en el Continente sudamericano.
Por feliz coincidencia la Undécima Conferencia Interamerica-
na que será por antonomasia la Conferencia preocupada con
el problema de la libertad en el Continente y del respeto entre
sus pueblos, se realizará en Quito la Ciudad del 2 de Agosto de
1810. Colombia, la Grande dió la libertad a la América del
Sur e inició la doctrina que desconoce a la guerra —en cuanta
tal— capacidad intrínseca para crear situaciones humanas
como lo demostró después de Pichincha, después de Tarqui.
Colombia la Grande —la de Simón Rodríguez, de Espejo y de
Nariño— la de Bolívar, ante todo anunció los principios que
siglos después consagrarían el panamericanismo y la Sociedad
de las Naciones de Wilson y de Briand.
Presentad al Presidente de los Estados Unidos de Norte
América toda mi amistad y consideraciones. Las declaracio-
nes idealistas y afirmativas, humanas y futuristas del Presi-
dente Electo de los Estados Unidos han llenado de esperanza
las corazones del mundo y especialmente los de América espa-
ñola. Formulo fervientes votos por el progreso creciente de
los Estados Unidos y por vuestro éxito personal Señor Emba-
jador. }

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— 174 —

NUEVA VIDA NACIONAL


Discurso pronunciado por el Excelentísimo Señor Presidente
de la República, en la Sesión del H. Consejo Provincial del
Carchi, el día sábado 19 de Noviembre de 1960.
Señor Presidente del Consejo Provincial,
Señores Ministros,
Señor Gobernador,
Señor Alcalde,
Distinguidos señores Concejales y Consejeros,
Distinguido público:
Yo no debo hacer otra cosa en este momento, que agra-
deCer las nobilísimas palabras con que se han dignado hon-
rarme, sin yo merecerlo: el señor Presidente del Consejo Pro-
vincial, el señor Consejero Orbe, el distinguido Presidente del
Concejo de Montúfar, los señores Rectores que hablaron, la dis-
tinguida señora aquí presente.
EL IDEAL
Yo espero, que con esfuerzo y sacrificio, y con continuidad,
vamos a triunfar de nuestra miseria, de nuestro atraso. El
pueblo Ecuatoriano es un gran pueblo; el pueblo ecuatoriano
es noble por la manera como se entrega a los ideales; el pue-
blo ecuatoriano tiene una profunda intuición. de lo que es ver-
-dadero y de lo que es justo; él sabe perfectamente quien le está
hablando la verdad, quien le está hablando no para engañarle
sino para procurar aumentar algún bien en esta tierra ecua-
toriana; él sabe distinguir perfectamente las cosas internas
del alma, de aquellos que le hablan; sabe consagrarse al bien,
a la libertad, a la justicia y sabe sacrificarse por esto. Voso-
tros mismos, aquí en el Carchi sois ejemplo de lo que represen-
ta el amor apasionado a las ideas; cuánto habreis luchado en-
tre liberales y conservadores; cuánta sangre han derramado
los conservadores y cuánta sangre han derramado los libera-
les en busca de un ideal, en busca de un amor apasionado tal-
vez un poco mal dirigidos, pero siempre noble, generoso y
grande, porque aquí hay quien sabe morir por una idea; aquel
que sufre por una idea, aquel que acepta dolores, infortunios
• 9.; „-• • ' •

— 175 —
por una idea, aquel que cruza como cruzasteis vosotros tantas
veces, campos desolados, noches lóbregas para combatir por
aquello que creísteis que era la verdadera religión o por aquello
que creísteis que era la verdadera libertad; aquellos hombres,
aquellas mujeres merecen bien de la humanidad, porque la
humanidad vive del ideal y de la pasión por el ideal; esas son
las grandes pasiones que no hay más que canalizarlas para
formar a los grandes pueblos, para formar a los grandes paí-
ses; canalicemos vuestras pasiones, hombres del Carchi, ca-
nalicémoslas hacia una Patria Ecuatoriana vigorosa, fuerte,
justa y poderosa en el orden internacional, y triunfaremos; y,
con vuestras glorias, dolores, exaltaciones y pasiones, veréis
un día el bienestar económico como consecuencia, como pre-
mio de vuestra grandeza ideal, porque la economía se rinde
ante el hombre espiritual, al paso que el hombre que niega
del espíritu, la economía lo corrompe y lo degrada.

LAS RESPONSABILIDADES DEL TRIUNFO

Yo agradezco infinitamente los discursos amables de es-


ta tarde, con los cuales vosotros habéis tenido la bondad de
estimularme para que yo siga haciendo frente a la responsa-
bilidad y al deber enorme, que sobre mis débiles hombros pu-
so el pueblo ecuatoriano. Yo triunfé en forma aplastante, pe-
ro al mismo tiempo adquirí responsabilidades y deberes aplas-
tantes, y si mis deberes y responsabilidades no están a la al-
tura de mis triunfos, yo descenderé a la tumba como un mi-
serable, y yo no deseo descender sino subir apoyado en vues-
tros consejos, en vuestro estímulo, en vuestro valor, en vues-
tra comprensión, en vuestra generosidad patriótica para com-
prender las verdaderas necesidades de la Patria.
ORDENADOS PARA EL DESORDEN
Para mí tiene una honda trascendencia el día que hoy se
celebra: el nacimiento de la Provincia del Carchi. Nosotros
no hemos sido sabios sino para la desorganización, no hemos
sido ordenados sino para desordenar al país, para destruir al
país; por eso nos invadió el Perú, porque no hemos sido or-
denados sino para el desorden. Cómo imaginar, por ejemplo,
que desde Quito, por buena voluntad que un Presidente ten-
ga, por competencia que se le suponga a un Presidente, pue-
da desde Quito, conocer todas las necesidades del último Can-
tón, de la última parroquia, del último reducto ecuatoriano?
'Cómo imaginar que desde Quito se pueda hacer la felicidad
de El Oro, y se pueda hacer la felicidad del Carchi y se pue-
— 176 —
da hacer la felicidad del Oriente, y de cada parroquia y de'
cada rincón retirado; eso es absurdo, eso es imposible, es me
nester que junto al Estado Nacional que funciona desde Qui-
to funcione infaliblemente el Consejo Provincial que rija a la
Provincia; es menester, pues, la existencia de provincias, pero
no nominativas como las tuvimos hasta el año 1944, mera-
mente una denominación geográfica; no pobres de recursos,
carentes de autoridad, como las tenemos desde el año 44 has-
ta acá, sino provincias dotadas de autoridad, dotadas de re-
cursos para gobernar y atender las necesidades provinciales
que de una manera son en el Carchi y de otra manera son en
la provincia de Los Ríos, que de una manera son en Cuenca
y de otra manera son en Ibarra. Distintas secciones geográ-
ficas, distintas necesidades; en un lugar es menester la pes-
ca, en otro las carreteras; en una provincia es menester el re-
gadío, en otra no hace falta el regadío sino el cultivo del tri-
go; en unas partes es menester cultivar algodón: total, una
provincia es una entidad distinta de otra provincia, una en-
tidad que debe ser gobernada por una autoridad provincial,
por un Consejo Provincial que tenga recursos propios, abun-
dantes para atender las necesidades provinciales.

REALIDAD NACIONAL
Si vosotros hubiérais tenido, como Colombia tiene sus De-
partamentos; si hubiérais tenido vuestro Consejo Provincial
desde hace muchos años, pero no como una simple denomi-
nación jurídica, no como una simple circunscripción teórica-
geográfica, sino con autoridad propia, con recursos propios,
con abundantes recursos propios; si las entradas nacionales
se hubieran distribuído en tres tendencias nacionales, unas
entradas, unos recursos nacionales para la Nación, para la
Nación como totalidad, para las necesidades nacionales; otros
recursos para las necesidades provinciales; otros recursos pa-
ra las necesidades cantonales; si hubiéramos tenido una Na-
ción fuerte, con Consejos Provinciales fuertes, con propia au-
toridad, con propios recursos, y con Concejos Cantonales fuer-
tes, con propios recursos, y con propia autoridad, no lamen-
taríamos el lamentable, el desastroso atraso que hoy hay en_
el Ecuador; ¡qué escuelas las ecuatorianas! ¡en qué bancos
se sientan los niños!, en qué textos aprenden; hay lugares
donde no existe ni el Mapa Ecuatoriano; hay lugares donde no
llega la Geografía Ecuatoriana, llega la historia y la geogra-
fía peruana; y queremos formar Patria y vivimos en ese des
cuido, y vivimos en este atraso; ¡qué cárceles las ecuatoria-
nas!, qué monstruosidad de cárceles; ¡qué servicios de asís-
— 177 —
tencia!, nos complacemos con cambiar nombres; un día era la
Beneficencia Pública, otro día en la Asistencia Pública,
hoy en la Asistencia Social; estamos ufanos con los
nombres y qué pobreza esencial, y qué carencia y mi-
seria; sea Asistencia Pública, Asistencia Social o Bene-
ficencia, da lo mismo, la misma realidad de pobreza. Por eso
me complazco, señores, de que hoy se celebre esto que se lla-
ma la Provincia del Carchi, el nacimiento del Carchi como
provincia; hasta el año 44 fue una simple denominación geo-
gráfica, desde el 44 para acá es una entidad con escasos re-
cursos, con escasos poderes que vive en gran parte de la de
pendencia del Estado, que tiene que estar pidiendo al Esta-
do recursos y ayuda; pues hoy, que tenemos una nueva vida
nacional, hoy que creemos que somos una entidad igual al
Perú, igual al Brasil; hoy que creemos que tenemos derechos
que defender en el Continente; hoy que el pueblo ecuatoriano
y el Congreso han levantado la frente, tenemos necesidad de
reorganizarnos por dentro, en el orden institucional, en el
orden de la justicia social. Al Congreso le supliqué que hicie-
ra un pequeño esfuerzo para esta reorganización, el Congre-
so, —que ha hecho muy buenas cosas por cierto—, ha dado
ciertas leyes importantes, se descuidó de esto. Alguna vez,
tenemos necesidad de una organización decente; la Nación, la
provincia, el municipio; recursos nacionales para las necesi-
dades nacionales; recursos provinciales, para las necesidades
provinciales; recursos cantonales para las necesidades canto-
nales; alguna vez tenemos que hacer este esfuerzo; ayudadme
a cumplirlo y hacerlo, ayudadme a desautorizar esa tenden-
cia malvada a destruir la Patria creando toda clase de enti-
dades autónomas; en muchas partes, —no aquí en Tulcán
por dicha— pero en muchas partes se quiere dar agua pota-
ble a la población, lejos de encargarle al Municipio, darle re-
cursos para que de agua a la población, se crea una junta au-
tónoma y se le dota de recursos para que tenga empleados,
secretarías, máquinas de escribir, burocracia propia, y ella dé
agua a la población, con lo cual se han duplicado los gastos, se
ha desautorizado al Concejo Cantonal y se ha creado una en-
tidad inmoral. En alguna provincia hay tres entidades autó-
nomas encargadas de dar agua potable, —creo que esas tres
entidades existen hace quince años— es una provincia que se
muere de sed, pero los intereses creados están rebosando de
agua fresca, cosa tan inmoral. Hemos sido técnicos en desor-
ganizarnos.

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— 178 —

TRABAJO PRACTICO Y CONCRETO

Señor Presidente del Consejo Provincial, vuestra palabra


tan emocionada y tan buena para conmigo, me ha conmovi-
do profundamente, y lo mismo digo respecto de todos los de-
más señores oradores. Esta mañana os decía que algo ha he-
cho el Velasquismo por el bien práctico y concreto del pueblo
ecuatoriano. Cuando salíamos esta mañana de aquí y me lle-
varon a una gran escuela que yo me había olvidado que se
creó cuando el Tercer Velasquismo, aquí no más está una gran
escuela, y por ahí se ayudó a los Hermanos de las Escuelas
Cristianas a crear otro gran instituto; y por ahi la Goberna-
ción, etc., prueba de que el Velasquismo tiene interés en el
trabajo práctico y concreto, que ha hecho trabajo práctico y
concreto, es talvez el único partido que ha penetrado en la
esencia nacional para modelarla, sacudirla, transformarla y
ponerla en pie para las grandes reivindicaciones de justicia,
y las grandes reivindicaciones de carácter internacional. Hoy
mismo, aun cuando algunos no lo crean, estamos trabajando
en todo sentido. El señor Ministro de Obras Públicas acaba de
venir inspeccionando los trabajos del asfaltado de la carrete-
ra. En Loja dos mil hombres trabajan hoy llenos de gratitud y
aplauso en la carretera San Pedro-Las Chinchas, y nos pro-
ponemos en Loja y en El Oro hacer muchas carreteras y mu-
chas construcciones a causa de la circunstancia de que son
provincias fronterizas con el Perú, y que es menester conquis-
tar el amor cada día más, el amor de las provincias que son
leales, a pesar del olvido, pero que es menester tenerlas a ma-
no;, aquí, ya os he dicho a. vosotros, que vamos a hacer cuanto
este de nuestra parte, para luchar, para vencer en la lucha;
yo no admito la derrota, yo no admito la posibilidad de que
el Ecuador continúe pobre, yo no admito la posibilidad de que
vosotros continuéis pobres; vamos a hacer las carreteras y de
aquí a un año estaremos en Maldonado.

UN GRAN PUEBLO NO MUERE NUNCA

Y si junto con esta labor de carreteras hacemos la labor


de la electrificación, que creará las industrias, electrificación
para las provincias; si en otras hacemos el regadío, y si como
se lo insinuaba con justicia esta mañana, principiamos a te-
ner un sentimiento nacional que nos prohiba importar pro-
ductos extranjeros, cuando podamos tener los nuestros; la pro-
hibición de importar trigo, para fomentar la producción del
trigo en la República del Ecuador; si fomentamos el café en
--- 179 —
la Provincia de Loja, si conquistamos mercados, en el exterior
`tenemos perspectivas generosas, señores y señoras. No nos
desalentemos, un gran pueblo no muere nunca, y el Ecuador
,es un gran pueblo, lo que pasa es que no hemos sabido explo-
- tar el alma de nuestro gran pueblo; lo hemos dirigido todo
hacia la lucha política. Un tiempo, cuando había valor, vo-
sotros os matabais, y el Ecuador se mataba; por lo menos te-
:nía la aureola del valor, la grandeza del hombre que muere
por las ideas.

SECTARISMO LIBRESCO
Después vino la época libresca y nos dedicamos al secta-
rismo libresco que no sirve para nada. En lo uno hay la hom-
- bría, en el otro hay amargura. Hoy enfoquemos toda vuestra
fuerza de hombres, toda vuestra pasión de hombres del Nor-
te, todo vuestro amor a las causas grandes; enfoquemos vues-
tra fuerza, dirijamos vuestra fuerza, dirijamos el personalis-
. mo de los ambateños, dirijamos la sentimentalidad del coste-
ño, dirijamos el espírítu meditativo del quiteño, dirijamos la
fuerza de combate del riobambeño, todo, toda esta multiplici-
,dad de factores que forman una gran Patria, que nos han da-
do un Montalvo, que nos han dado un Rocafuerte; dirijamos
- todo esto hacia dos cosas: la reivindicacón internacional del
Ecuador y el levantamiento económico y social del pueblo
ecuatoriano.
Señor Presidente: yo he abusado de vuestra bondad, por
. mi culpa habéis consentido en que distinguidos oradores ha
'bien a pesar de que eso no estaba en el orden del día, por mi
culpa y por vuestra bondad me habéis tolerado un largo dis-
curso, pero por lo menos recibid, señor Presidente, toda mi
gratitud y que el pueblo del Carchi, los hombres del Norte,
.sepan que yo no averiguo quien ha dado el voto por mí yo no
averiguo eso, yo respeto la libertad de la persona, yo respeto
,e1 sentimiento ajeno, yo respeto las simpatías ajenas, yo no
averiguo eso; de hecho hoy soy Presidente del Ecuador, y de
'hecho hoy quiero serviros con todas las fuerzas de mi alma, y
Jquiero que me ayudéis a salvar a la Patria Ecuatoriana.
-
CIVISMO

El Jefe del Estado pronuncia un discurso en el Municipio de Tulcán


el 19 de Noviembre de 1960.
182 --

SACAREMOS A TULCAN DE LA MISERIA

Discurso pronunciado por el Excmo. Señor Presidente de la'


República en la Sesión Solemne del I. Municipio de Tulcán,
el 19 de Noviembre de 1960.

Señor Alcalde de la ciudad,


Señor Gobernador de la Provincia,
Señor Presidente del Consejo Provincial,
Señores Ministros, señores Legisladores, señores Conceja-
les, señoras y señores:

Ante todo, debo agradeceros a vosotros con toda sinceri


dad, por haber tenido la amabilidad de invitarme a que yo
viniese aquí, en esta ocasión solemne para vuestra provincia,.
en este día de verdadera fiesta cívica.

SERVIR A LOS HUMILDES

Hubo un momento en que se me dijo que mi presencia>


aquí podía no ser agradable, a causa de medidas que_
el poder público ha tenido que tomar mientras no se dero-
guen las leyes; y a causa tal vez de abusos particulares, de:
los cuales yo no tengo la menor culpa. Entonces resolví no ve-
nir, y venir dos o tres días después, para vigilar la obra a la
que me he consagrado con toda la decisión de mi espíritu;
pero vosotros mismos en vuestra amabilidad, quisisteis que vi-
niera; y yo he venido ahora desde Loja. Ayer en Loja se ce-
lebraba la Fiesta Cívica de esa ciudad y no podía faltar a ella;
y hoy me he puesto en marcha a las siete de la mañana, ven-
ciendo todo inconveniente, inclusive los peligros del avión aún
a horas tempranas y en una salida en que hay que ir contor-
neando rocas inaccesibles, para tener la altísima satisfacción
de rendiros mi homenaje y deciros que yo sé servir a los hu-
mildes. Me complace mucho que a esta Fiesta Cívica vuestra y
a esta vuestra recordación de nacimiento como provincia, le
hayáis querido dar esta preocupación por el bienestar de la
Patria, por el bienestar material vuestro, por el bienestar eco-
nómico vuestro; realmente de esto tenemos que preocupar-
nos, pero tenemos que hacerlo con verdadera sinceridad; no.
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i83
hay que creer que porque se esboza un prográma abstracto,
este programa abstracto puede a rilicarse inmediatamente a
las realidades arduas, difíciles de la vida.
Hasta ahora el Ecuador ha vivido de declaraciones líri-
cas. Liberalés, conservadores, socialistas, declamaciones alre-
dedor de estos conceptos. No siempre los liberales, han sabido
ser liberales; no siempre los conservadores han sabido ser con-
servadores; no siempre los socialistas han sabido ser socialis-
tas; con mucha frecuencia estas denominaciones han ocul-
tado ansias de nombradía y casi siempre realidades de sacri-
ficio; por esto nuestra Patria un día perdió 200.000 kilómetros
cuadrados. ¿Por qué perdimos nosotros 200.000 kilómetros cua-
drados y por qué no los perdió el Perú? Porque el Perú a
pesar de sus luchas ha sabido tener el concepto de las reali-
dades, ha sabido gobernar para dominar las realidades; y no-
sotros hablamos de liberalismo, hablamos de conservadorismo
y hablamos de socialismo o comunismo, pero hemos deápre-
ciado las reales y positivas necesidades del pueblo: declama-
dores y sin gobierno, por eso estamos hoy presenciando la
miseria que amenaza a la República y de la cual yo trataré
de sacarla, porque yo sí sé servir a los humildes.
Para mí jamás la palabra pueblo ha sido una palabra de
declamación, jamás. Cuando subí a la Primera Magistratura
el año 34 lo primero que hice es decir a mi dinámico Ministro
de Obras Públicas y noble amigo de siempre: es me-
nester ensanchar y por lo menos empedrar la carre-
tera que conduce de Tulcán. a Quito; y nos empeñamos
en esa obra, salvamos los barrancos que existían cuando yo
llegué a la primera magistratura; y la carretera que hoy existe
con todos los defectos; la carretera empedrada con todos sus
inconvenientes, fué obra absoluta del Ministro Montero y de
Velasco Ibarra, en su Primera Administración en el Poder. Me
empeñé yo inmediatamente en hacer que Tulcán tuviese cier-
tos edificios públicos hasta por decencia frente a Colombia,
hasta por dignidad frente a Colombia; la Gobernación, tales o
cuales escuelas, porque he creído siempre que la declamación
'lírica no conduce a nada; es menester mezclarse en el barro- de
las necesidades, para sin mancharse en el barro, hacer del ba-
rro el sedimento de la civilización humana.
MEZCLADO CON EL HUMILDE
Cuando yo llegué a mi Tercer Gobierno, ya amenazaba a
Tulcán la terrible pobreza. Creí que el- camino para salvar a
Tulcán era conectándolo con carreteras, con carreteras al
Oriente y Occidente y con todo el deseo de servir a los humil-
des; Tulcán me vio a mí personalmente vigilando la carretera
T~TrTTITITT~T' ~15W
~9~1~1~~,n
, .
— 184 — *
Tufiño-Maldonado, en el barro, mezclado con el humilde, sin-
tiendo al humilde; como operario, como peón, como trabaja-
dor, a cuatro mil metros de altura, enterrado en el barro, en
el barranco; así estuve yo en el frío más glacial mezclado con
el operario; debe haber muchos aquí que me vieron, que con-
migo treparen a la altura y conmigo descendieron; porque
en verdad, sacar al Ecuador, sacar a Tulcán de la miseria, hay
que hacerlo y lo haremos.
Si Bolívar, si Sucre, dieron Independencia a la América
cuando todos los factores parecían absurdos, probándonos así
la potencia de la voluntad humana, cuando la volutad huma-
na está perfectamente dirigida por el cerebro, ¿no vamos no-
sotros a poder sacar a Tulcán de la miseria? Sí, la sacaremos.
LA CARRETERA SE HARA
El señor Ministro de Obras Públicas, que también está
con los humildes, y que está prácticamente con los humildes
terminará la carretera a Maldonado; a él, a este hombre de
trabajo, a este gran amigo mío le dije yo, desde antes que sea
Ministro, cuando yo pensé pedirle que me acompañara: "Ca-
rretera Tufiño-Maldonado, carretera Tufiño-Maldonado" por-
que eso os desahogará, eso y la conquista de mercados para
los productos ecuatorianos de los cuales se ha hablado cien
veces antes de ahora, eso dará desahogo, alentará al trabajo
del agricultor, eso será una fuente de reposo y de paz para la
ciudad de Tulcán, para la provincia del Carchi. Yo os respon-
do a vosotros que la carretera se hará, y tengo títulos para de-
cir que se hará. Yo convoco aquí a los que me vieron trabajar
esa carretera; mi acción en esa carretera era tan intensa co-
mo el deseo vuestro. Quiero insistir un poco en esto de que yo
practicamente estoy con el humilde; hace dos días me han
denunciado que en la cárcel de Laja había una huelga de
hambre, por la infelicidad económica en que habían caído los
reclusos, porque los Municipios no cumplían con su deber de
dar las rentas necesarias a esa cárcel de reclusos, y he aban-
donado el banqiiete, he ido inmediatamente allá, a ese lugar'
lóbrego y espantoso, a ese lugar en donde el estómago del hom-
bre más fuerte se revuelve, a ese tugurio infecto, allí he visto
cómo están los infelices, allí he estado con los infelices, ahí he
mejorado su situación en 24 horas, ahí han tenido pan abun-
dante en 24 horas, lo van a tener durante este mes y voy a
buscar un medio de financiación; y si este medio de financia-
ción me falla, seguiré con el método que he adoptado hasta el
momento; ahí he estado con los infelices, aliviando su situa-
ción, de hombre a hombre, casi solo con mis edecanes, con el
Alcalde de la ciudad y con el Gobernador de la ciudad de Laja.
— 185 —

NO ESTAREIS ABANDONADOS

Ah! Para mí el pueblo no es un valor abstracto; jamás


le pedí yo al pueblo ecuatoriano que me diera su voto, él me
trajo aquí; una vez convocado he hecho yo mi campaña elec-
toral, y en mi campaña electoral esta última vez, he trazado
todo el plan de la reforma agraria, de la reforma económica
que el Ecuador necesita; lo que pasa es que uno es el plan que
uno se propone, y otro lo que puede realizar en dos meses y
medio, en dos meses y medio de gobierno. No estaréis abando-
nado pueblo de Tulcán, no estaréis abandonado por mí. ¡No
estaréis abandonado!
Mis períodos presidenciales no han sido otra cosa que tra-
bajar practicamente, día a día, por el bien del país. Lo que
pasa es que hay tantas cosas que hacer, hay tan pocos recur-
sos; no siempre se encuentra por todas partes los colaborado-
res que uno necesita; que hay que acercarse al humilde prác-
ticamente. Hace ocho días estuve en Guayaquil, apenas se aca-
bó el Congreso —porque no siempre el Congreso deja traba-
jar, con excepción de mi noble amigo, el señor Salas Man-
chen°, pero no todos son como Ud., no todos son como Ud. mi
amigo, no todos son como otros respetables legisladores del
Carchi, no. Hay muchos legisladores, que pidiendo empleos no
dejan trabajar a los Ministros, y faltan a los quorums y se ex-
ponen a que el Velasquismo fracase, que el Gobierno fracase
porque no hay quorum; porque hay que ir a buscar empleos—.
De manera que apenas tuve un poco de respiro, fui a ver el
orrecional de niños. No puedo yo pintaros a vosotros lo que
era el correccional de niños de Guayaquil; ciento cuarenta ni-
ños desnudos, ciento cuarenta niños desnudos, en confusión,
en promiscuidad espantosa, sin pan, sin agua, sin nada, des-
nudos, sin comer, sin nada, así los encontré; mientras tanto
la despensa estaba con Atún, con Aceitunas para que tome el
personal director; los niños perecían de hambre, de desnudez
y sobre todo de odio. En un cuarto de hora quedó modificada
la casa, por la bondad del noble y caballero amigo mío, el
Alcalde de Guayaquil y por la eficiencia del Gobernador de
Guayaquil. Claro que yo me ocupo del pueblo y que estoy
prácticamente con el pueblo.
Un día, allá en Jaramijó, cuando principié mi tercer pe-
ríodo, una enorme inundación sembró de espanto al pueblo
de Jaramijó; y fui a ver inmediatamente, y el mar era una
pantera espantosa, no había sino miserables canoas para
acercarse a Jaramijó; allí me embarqué, allí estuve, allí se hi-
zo el primer ensayo de vivienda pobre, de vivienda barata an-
tes de ninguna legislación, el primer ensayo de vivienda para
los pobres; aquí cerca, en Cotacachi, ¿no hay un magnífico
— 186 —

ensayo de vivienda popular, sin que todavía haya ley de nin-


guna especie?; y en Quevedo, no hay unas tantas casas, ensa-
yos de vivienda popular, sin que haya todavía ninguna legisla-
ción? Y en Guayaquil, no hay dos enormes bloques para.
vivienda popular, antes que haya ninguna legislación? No
es que estoy yo haciendo un acto de vanidad, pero como yo he
hablado tanto del pueblo, de los derechos del pueblo, y se nos
aconseja que nos acerquemos al humilde, estoy dando prue-
bas concretas de mi amor al pueblo.
Se nos ha expuesto un gran plan para volver a la vida a
.las tierras ecuatorianas agotadas; el plan en dos meses,
es ya un programa detallado de acción hecho por el Ministro-
Nebot con los técnicos de la Junta de Planificación, en el cual
se contempla el fomento de la pesca, el fomento agropecuario,
la vivienda, el regadío, la electrificación; está terminado. Tran-
sitoriamente los técnicos extranjeros, dicen que está bien; eso'
está hoy en viaje para que el Banco apruebe, apenas el Banco
apruebe, eso será una realidad; y vosotros si me permitís, en
seis, ocho o doce meses veréis a la República practicamente
en un esfuerzo de trabajo concreto y práctico; si no pasa esto,
será porque el Panamericanismo es una de las tantas farsas
que tienen cansada a la humanidad moderna. De eso ya no
tengo yo la culpa. Se nos ha pedido planes concretos;
tenemos planes concretos; la Prensa casi no ha dicho
nada, claro. Ayer, en Loja, un socialista generoso me.
decía delante de los estudiantes universitarios: "por qué será
doctor, que la prensa no ha dicho nada, como debe decirlo, de
lo que Ud. ha hecho ya, en estos dos meses y medio: ya en
pedagogía, ya en carreteras, ya en planes') Es inútil pre-
guntar, por qué la prensa ignorará lo que hago yo? Esa
y'o no se, ella sabrá; pero vosotros lo intuís, vosotros lo intuís.

POLITICA DE VIVIENDA

Después de pocos días se resolverá el problema de la crea-


ción del Banco de la Vivienda. ¿Sabéis cuál es el déficit de
vivienda') Quinientas mil casas nos faltan; para pálida-
mente llenar nuestras necesidades; tendrenios que hacer 20.000
casas por año, para pálidamente llenar nuestras necesidades.
Hay que plantear esto, hay que planificar. ¿Cómo se hace?
Diciendo que se haga ¿Con qué plata, cómo? con la
plata del Instituto, se harán tres mil casas; el Instituto tiene
que atender un poco de cosas; ya mismo tengo que hoy sacarle
unos tantos millones para terminar el Palacio Municipal de.
Cuenea, para principiar el hospital de Cuenca, para resolver
el problema del agua potable de Loja; tengo que sacarle al
Instituto unos cuantos millones. Hay que construir veinte mil
Tot '%-7•—n-t--1•1.771-777-ag.TTPrelriefflITINI~~!

11$ -- 187 --a


casas por año; hay, pues, que esperar, por mucho que eL
alma le duela a uno, por mucho que se exponga a_
que el pueblo de buena fe crea que no se há hecho nada, hay-
que esperar. Dentro de pocos días, quedará aprobado el plan
de vivienda con capitales norteamericanos y capitales ecuato-
rianos; los norteamericanos nos ofrecen que ellos aumentarán
a medida de las necesidades; deben hacerlo hoy; ellos dirigen
la política mundial, ellos nos pueden arrastrar a nosotros a la
guerra sin que podamos decir media palabra; pero ya que es-
tamos con nuestras prespectivas, por lo menos que, mientras
vivamos, nos permitan vivir en casas higiénicas.
COMO HACEMOS?
Podéis estar seguros, señores del Carchi, que cualquiera
de vuestras necesidades apremiantes que no se haga, no será
porque yo la ignore o porque no quiera hacerla, sino porque
tendré dificultades prácticas imposibles de vencer, y hay que
ir venciéndolas, poco a poco, gradualmente. Parta Ud. los bie-
nes de la Asistencia Pública, lotice Ud. los bienes de la Asis-
tencia Pública; fácil decir, esto dura dos renglones, en dos
renglones se lo dice, pero vamos a la práctica: ¿Cómo hace--
mos para que vivan toda la cantidad enorme de huérfanos,
de dementes, de paralíticos, de leprosos, de hospitales, de
hombres que necesitan de asistencia; cómo hacemos?
Hoy mismo, hoy mismo, casi ya no existe la Asistencia Pú—
blica por la pobreza; hoy mismo el que quiere entrar al hos—
pital, tiene que principiar por pagar la droga; hoy mismo,
hoy mismo, casi ya no hay ni en Quito, ni en Guaya--
quil, ni en ninguna parte. Si cortamos en el tiempo interme-
dio de hacer la lotización, de hacer la partición, si cortamos
aun esas rentas, el fracaso es seguro; tenemos pues necesidad
de, con paciencia, buscar qué capital puede, o qué financiación
puede permitirnos, el que en un instante no se suspenda la
renta de Asistencia Pública; porque por poco que sea lo que
las haciendas producen, al fin producen; y si quitamos ese po-
co, con qué atendemos la Asis-tencia. Tenemos pues que pro-
curar financiar, para que ni 'un instante se suspendan esas.
rentas. El otro •día me hablaba el Ministro de Previáión So-
cial; me decía: haga un ensayb con una hacienda del Carchi;
pero para eso necesitamos pedirle al Instituto de Previsión So-
cial que en alguna forma reemplace esas rentas mediante un
empréstito; y tiene ya todas las dificultades el Ministro de que..
el Instituto acepte, de_que tenga capital, de que quiera hacerlo,
que discutamos, etc., etc, Este es un problema dificil, él proble—
ma de administrar es una cosa difícil, y lo vamos a hacer. Mien=-
tras vosotros me deis la confianza en estos cuatro años; y mien-
— 188 —
- trasla Providencia me dé vida en estos cuatro años, no habrá
día en que algo no hagamos; pero tendremos que tener pacien-
cia. Hay que hacerlo poco a poco. Yo no puedo en un momen-
to dado quitar a la Asistencia Pública sus bienes y repartirlos.
Yo no puedo. Y aquello de los Bancos de Fomento con crédito
fácil, con poco interés, con plazos largos, esto lo tenemos pen-
sado y lo tenemos estudiado. Y vosotros vais a ver: el Institu-
to de Colonización está hoy manejado por un caballero que no
era de mis simpatías, lo conocía poco; no había sabido que es-
te señor sea velasquista o no. Yo no estoy pregutando tal co-
sa; el señor Crespo durante todo el Gobierno anterior ha ve-
nido escribiendo una serie de artículos y exposiciones respecto
a Colonización. Cuando ví que la cosa era seria sin averiguarle
grandemente su partido –él siempre ha sido mi amigo–, sin
averiguarle a qué partido pertenecía, hice que el Ministro Ne-
bot le ofreciera la Dirección del Instituto de Colonización; está
hoy él de Director, y estoy feliz de que lo esté, porque de hecho
el Presidente de dicho Instituto está haciendo una labor bue-
na, útil y provechosa. Lo que pasa es que no es fácil que esta
labor se extienda por todos los ámbitos de la Patria, esto no
es fácil, pero lo está haciendo; y está haciéndolo en forma útil
-y provechosa, y va disponer de empréstitos para continuar y
extender y desarrollar toda su obra de colonización.

CONSOLAOS
Nada más tremendo, señoras y señores, que la pobreza en
:nuestras poblaciones y en nuestros campos, en nuestras cár-
celes, en nuestros Municipios, en nuestros Institutos escola-
res. No solamente hay pobreza, consolaos amigos míos y hom-
bres del Carchi, consolaos! no solamente hay pobreza en esta
provincia. Creedme que si visitáis el- sur de nuestra provincia
de Loja, encontraréis una pobreza espantosa. También allí el
problema del contrabando. Es un problema, creedme; pero qué
podemos hacer, ¿lanzarnos a una lucha de clases, lanzarnos
a un precipitado combate contra los capitales?; yo personal-
mente no lo haré, de manera que os digo con verdad, lo dije
antes de ser Presidente, no he ocultado y lo repito ahora: Una
lucha de clases en el momento actual incitando a unos ecua-
torianos contra otros, engendrando la desconfianza, haciendo
que huyan los pocos capitales de que disponemos, no haría
sino aumentar la miseria, provocar una hecatombre revolu-
cionaria de la cual no nos curaríamos jamás. Yo no haré ja-
:más lucha de clases; yo pediré a los ricos y les impondré a los
ricos que cumplan con su deber y pediré a todos que haya la
coordinación y unidad nacional como el único método para de-
fendernos de la miseria.
-- 189 --

Yo admiro la fuerza moral de Castro; admiro su entereza


de ánimo, su poder de aceptar responsabilidades terribles;
pero yo sospecho que aún en Cuba él está equivocado; yo sos-
pecho que aún en Cuba él ha perdido el sentido de límite, pe-
rc lo que es aquí sería una política suicida que le destrozaría
al país en seis meses. El señor Castro ha tenido una enorme
cantidad de capitales de los Estados Unidos; los ha confisca-
do todos y con ellos puede darse todos los lujos durante largo.
tiempo. Yo, qué capitales confiscaría. Aumentaría la pobreza,
aumentaría la miseria. No es que yo digo que esta mañana na-
die me ha dicho que yo confisque capitales, quiero prevenir la
objeción; pero está en la mente de muchos esto de Castro;
pero no, yo admiro la energía de Castro, yo no puedo imitar-
lo porque esta política en el Ecuador, en seis meses el Ecua-
dor se ha liquidado. Para mí no hay otro remedio que abrir
fuentes de trabajo al pueblo, fuentes de trabajo al pueblo. Se
ha hablado aquí de los abonos, pues debo deciros que con ca-
pital extranjero por obra de un plan ya requete - aprobada
por el Ministro Nebot se establecerán fábricas de abonos quí-
micos en gran escala para repartir a toda la República; ya
creo, señoras y señores, con toda verdad: los planes están a
vuestras órdenes; yo creo que si los Estados Unidos y Francia
y Bélgica y Alemania —que nos han ofrecido— nos ayudan
para estos planes, en seis meses más, en ocho meses más, tal-
vez en un año, el Ecuador será un laboratorio, un laboratorio
para adelantarlo de su postración económica. El señor Alcalde
tiene ya regulado en parte o en todo la electrificación de Tul-
cán, obras dignas de todo aplauso, obra digna de todo elogio,
esta electrificación mismo va a ayudar poderosamente la In-
dustria y más tarde viene la electrificación de toda la Pro-
vincia, de todo el norte de la República, de toda la costa ecua-
toriana, de todas las provincias del sur; vosotros podéis ver que
se abre para el trabajador una perspectiva grande; debemos
tener un poco de paciencia, si durante 150 años hemos vi-
vido sólo discutiendo de socialismo y liberalismo, y conserva-
dorismo y no haciendo nada, nada, nada, no podemos tampo-
co en dos años, en dos meses, en seis días componer las cosas..

- VERDADERA REFORMA AGRARIA

Podéis vosotros estar ciertos de que mi Gobierno ha to-


mado muy a lo serio lo que con abundancia de detalles lo di-
jimos mil veces en nuestros planes de gobierno, en mis dis-
cursos políticos sobre bancos, sobre industrias y sobre ley agra-
ria y sobre todas estas cosas; sobre la Ley Agraria preguntadle
al Congreso, pues, por qué no hizo caso a ninguno de los planes
- 19©--
que les mandé yo. Preguntadle al Congreso. Hoy nos toca a
nosotros trabajar en estos problemas con leyes de emergencia;
_pero entendamos que la Ley Agraria necesita también capita-
les; ha dicho el señor Alcalde, con razón, algo que ya lo ha-
bíamos dicho nosotros muchísimas veces. Qué sacamos de dar-
le tierras al trabajador, si el trabajador no tiene casa en qué
vivir, herramientas, cosas, animales; de manera que la Ley
_Agraria supone capitales. Tampoco podemos confiscar hacien-
das; tenemos que expropiarlas, pero por fortuna, señor Mi-
_nistro de Obras Públicas, tenemos las tierras del Oriente y del
Occidente; penetrad con vuestras carreteras, que el señor Cres-
po está haciendo una magnífica labor de terrenos baldíos, y
entre reglamentación de los terrenos baldíos, vamos a produ-
cir una verdadera reforma agraria de los terrenos baldíos, va-
mos a producir una verdadera reforma agraria para satisfac-
ción de los hombres del Carchi, sin causar el menor perjuicio
a lqs legítimos propietarios de sus respectivas haciendas. Si
liay algún latifundio impertinente, claro que habrá que ex-
propiar; pero necesitamos plata, claro que necesitamos plata!
EL CONTRABANDO
El señor Senador tocó el punto clave por el cual me dice
que ha habido cierto malestar: el problema del contrabando.
-Vosotros y yo arreglamos e hicimos durante mi primera ad-
ministración lo menos inexorable posible la Ley relativa al
Contrabando, y la población me agradeció; y cuando el Mi-
nistro de Economía pensó modificarla, me llamasteis y
y vine y quedamos en un arreglo que a todos nos sa-
-itisfizo; esto en punto a un arreglo circunstancial; pero ahora
vamos a tratar el problema en general: impedir el contraban-
,4o, mientras no haya una ley que declare lícito el contra-
J'ando.
Cuando yo vine a la Campaña electoral uno de los puntos
lue planteaban todos cuantos eran consultados, y los pueblos
mismos era: que se termine el contrabando. Por ejemplo en
aoja el contrabando ha terminado con la industria del cer-
do y ha terminado con la industria del maíz; el contra-
pando que viene por el Perú, la manteca, ha terminado con
los campesinos que cultivan cerdos y con los que sem-
braban maíz. Y estos hombres, pedían y protestaban que
se los ampare contra el contrabando. Imaginaos que- se con-
sintiera, y se consintiera largamente el contrabando: qué ca-
lástrofe para los trabajadores ecuatorianos! Colombia es una
nación de un poder dinámico extraordinario; Colombia con sus
industrias nos inunda, paraliza las fábricas, los trabajadores
_,se quedan el otro día sin tener en qué trabajar y qué comer.
— 191 —
-Es una cosa espantosa! No se puede tratar estos problemas a
base de lirismo, de discursos, no se puede! Claro que yo jamás
seré partidario, bajo ningún aspecto, que para corregir el con-
trabando a los hombres que viajen de Tulcán a Quito les tra-
ten brutalmente. Yo no lo he sabido, porque si lo hubiera sa-
bido podéis estar seguros de que eso no duraba 5 minutos. Que
yo lo hubiera sabido! Es la primera vez que lo sé. Cómo podéis
imaginar que yo consintiera que porque un hombre tome un
automóvil, o una señora tome un automóvil para irse a Quito
le traten brutalmente; el funcionario que esto haga, no dura
cinco minutos. No dura cinco minutos! Lo que pasa es que
por la necesidad de vivir unos hacen contrabando; así como
otros por la necesidad de vivir, combaten el contrabando; de
manera que no nos hagamos solamente al uno. Los unos por
la necesidad de vivir, hacen el contrabndo, los otros por la ne-
cesidad de vivir, impugnan el contrabando; pero los que están
hoy haciendo el contrabando están mucho mejor armados que
el Estado Nacional. En la policía no hay nada, no hay un fu-
sil, ni hay un cartucho, ni una pistola, ni un jeep; todo viejo,
todo malo, todo caído, todo malo. Cuando hay un fusil, es un
fusil viejo que al primer disparo puede destruírse todo. Todos
los contrabandistas hacen verdaderas batallas, y en esas ba-
tallas puede la desgracia querer que uno muera. podía morir
el agente de policía, podía morir el contrabandista; cosa dolo-
rosa, cosa muy triste, y muy triste para mí. Pero no os preo-
=cupéis, claro está que el país se industrializará con la electrifi-
cación, el país producirá más y más, procuraremos que nues-
tros productos se vendan en Rusia, se vendan en el Japón, se
vendan en China y se vendan en cualquier parte donde quie-
ran comprarlos; pero su remedio, sus remedios a corto plazo,
tiene que darlos. Yo le prometo que si su remedio es un re-
medio sensato (se dirige al Sr. Senador) , yo lo ejecuto inme-
diatamente. No lo voy a dejar para mañana! Tengo que ha-
cerlo hoy. La cosa más pavorosa en Política es dejar para ma-
ñana lo que se puede hacer hoy. En mi tiempo lo que podemos
hacer hoy, lo haremos. Y el funcionario que no haga hoy lo
que puede hacer hoy, deja de ser funcionario en el Gobierno
de Velasco Ibarra.

FUNCION DEL LEGISLADOR

Yo rindo mi homenaje, señores, a los legisladores del E-


, cuador; yo no me refiero ni a los legisladores del Carchi, ni a
los legisladores de Loja, ni a los legisladores de ninguna Provin-
cia; pero francamente, los legisladores en general, yo no me
refiero a nadie, sin herir a nadie —mucho menos a mi amigo
— 192 —

(se dirige al Diputado Salas Mancheno), que es mi amigo leal—


en general los legisladores deben elevarse también a la catego-
ría de su función. Un día me decía un legislador en Quito-
que él tiene dos funciones:"dar leyes y buscar empleos". Yo
le dije: señor Senador, no me lo diga porque me horrorizo, me
horrorizo. Cómo va a hacer esto! la gran función del legisla-
dor es dar leyes, la gran función del legislador es mantener
el quorum, la gran función del legislador es trabajr día y no-
che. Esa es la función del legislador! La gran función del le-
gislador es no obligar a los Ministros que hagan obras absur-
das, no aterrorizar a los ministros para que nombren un em-
empleado, nombren otro, y nombren otro, y nombren otro. Esa
la función del legislador: dejar que el Poder Ejecutivo cumpla
sus funciones, así como el Poder Ejecutivo debe respetar sa--
crosantamente las funciones de los legisladores, y sacrosanta-
mente las funciones del Poder Judicial. Cada cual en sus fun-
ciones, y cada cual viendo a la Patria en un ambiente de gran-
deza, en un ambiente de grandeza, cada cual preparando el
futuro de la Patria; hoy tenemos que preparar el futuro eco-
nómico de la República. Hoy tenemos que procurar que nues-
tros niños desnudos y descalzos, dejen de estar desnudos y
descalzos; hoy tenemos que procurar que la familia que vive
en el tugurio, deje de vivir en el tugurio; hoy tenemos que
procurar que Tulcán tenga su comercio con sus carreteras con
el oriente, con el occidente.
Hoy tenemos que procurar que haya electrificación, agua
potable, luz eléctrica. He aquí lo que se debe procurar. Hoy
tenemos que procurar que se acabe esa ignominia increíble de.
las cárceles ecuatorianas. Le insultan a García Moreno por el
Penal "García Moreno". Qué insensatez de la incomprensión
y del odio! Para el año en que se construyó el penal "García
Moreno" esa debía ser una mansión de primer orden. Compa-
ren con las cárceles que han tenido los liberales radicales del
Ecuador! con esas inmundicias, abominación de la civilización
cristiana, abominación del siglo 20, un ultraje a los gobiernos
que se han llamado "liberales radicales" del Ecuador; comparen
con la Cárcel de García Moreno. Y cuenten que yo no soy de la
escuela de García Moreno, yo soy liberal, liberal por mi cuenta.
Señores: cuando yo triunfé en las elecciones por obra de vues-
tra bondad, bueno, algunos no habrán dado su voto por mí, de
los aquí presentes, pero son igualmente mis amigos. Para mí
una vez en la Presidencia, no cuenta quién dió el voto por mí,
o quién no dió el voto. No existe sino mi deber de Presiden-
te de la República, mi deber de servidor público. Y vosotros
notaréis que yo he tratado de servir al Carchi, mucho más,
:me si hubiera yo ganado en el Carchi.
— 193 —

LIBERALIDAD VELAS (l'ASTA


Vosotros notaréis que apenas a mí me comunicaron mi,
triunfo a las doce de la noche del 6 de Junio, me dirigí al
país diciendo: "es la hora de la Unidad Nacional", es la hora
de todos los hombres de buena voluntad, y lo que ahí dije,
lo dije con la más grande sinceridad de mi alma. Quiénes
son los que tienen hoy exclusivismo? Yo os ruego que me
escuchéis con paciencia, porque si sólo me oís el principio os
vais a enojar conmigo, pero si me oís el fin vais a haceros de
buenas conmigo. Mejor es que no os hagáis de malas, para
que no tengáis que haceros de buenas. Quién es exclusivista
ahora; pues de una manera muy explicable y muy compren-
sible el exclusivista es el pueblo ecuatoriano velasquista; es
el pueblo al cual se lo nombra con tanto respeto; ése, el pue-
blo ecuatoriano velasquista es el exclusivista. Por qué?, por-
que no todos pueden ser santos: una lucha electoral tan te-
rrible como la que hubo antes del 5 de Junio; una lucha en
que al pueblo de Quito se lo asesinó por la espalda el 19 de
marzo; una lucha en la que hubo piedra, palo, calumnia y to-
da clase de infamias deja pues, al pueblo resentido. Entonces
el pueblo que ve hoy que en los cargos públicos por liberali-
dad velasquista hay muchísimos que entonces apedrearon,
calumniaron al pueblo, con mucha razón se enojan y dicen:
saque usted a ese hombre que apedreó al pueblo y estuvo con
los asesinos del pueblo. Eso es muy lógico! No hay necesidad
de mucha metafísica para comprenderlo; el corazón humano
es así. Yo le decía una vez a una señora muy inteligente, es-
posa de un embajador: estoy en el peor conflicto, tengo que
armonizar lo que dije: es la hora de la Unidad Nacional, con
este verdadero alboroto que me produce el pueblo queriendo
que se saque a ciertos empleados y ponga a otros; y me decía:
no, no se inquiete usted, la lucha fue terrible, la lucha fue
pavorosa, la lucha fue de sangre, palo, piedra y calumnia;
cómo quiere usted que la gente se convierta en santa después
del 5 de Junio. Es muy natural que haya estas cosas que yo
las trato de amainar en cuanto puedo; solamente cuando no
puedo, solamente cuando están metidos en las oficinas pú-
blicas hombres que hoy mismo después de haber asesinado
al pueblo socaban la administración velasquista, sólo enton-
ces ordeno que se los saque; por estar socabando actualmente
la administración velasquista; no por haber sido antes pla-
cista, corderista o poncista, sino porque hoy está socabando
la administración velasquista. Señoras y señores, yo tenía que
aclarar mi gobierno Yo tenía que aclarar mis planes, podéis
vosotros, si queréis una demostración terminante, pedir seáis
— 194 —

recibidos cuando queráis y como queráis en la Presidencia de


la República; todos los puntos que acabo de afirmar ahora,
me comprometo probaros a vosotros en Quito con documen-
tos; y muchos los conocéis vosotros. Mi obra en la carretera
Tulcán-Maldonado, eso lo conocen personas que tal vez están
aquí, que tal vez me acompañaron cuando yo andaba én mu-
la; mi obra en el carretero de Loja, cuando ahí andaba en
mula. En la provincia del Tungurahua cuando tenía que sal-
tar barrancos y pasar por encima del río Chambo, lo conocen
los pueblos, de manera que yo, en cuanto a que estoy con los po-
bres y con los humildes, yo no tengo muchas demostraciones
que haceros. Respecto a los otros problemas, yo estoy listo a
dards todas las demostraciones que queráis. Lo que yo os pi-
do fervorosamente es que ante estas dificultades económicas
de la República, ante esta pobreza de Tulcán encendáis vues-
tro pecho de esperanza; hemos de vencer las dificultades, he-
mos de hacer las carreteras, hemos de principiar las vivien-
das, hemos de hacer la electrificación; todo en corto plazo:
seis meses, ocho meses, no es mucho. Acordaos que yo recibí
una caja con un millón quinientos mil sucres en efectivo y
238 millones de deuda. Acordaos de eso. No teniendo fondos
contantes tengo que acudir al crédito. Eso supone tiempo.

ELEVEMOS NUESTRO ESPIRITU

Elevemos nuestro espíritu; sólo de la grandeza del espí-


ritu procede el dominio de la materia; muchas veces se cree
que dominando la materia y haciendo a los pueblos ricos se ob-
tiene todo. La riqueza por la riqueza, corrompe los pueblos,
no les da progreso; los corrompe y los divide en concupis-
cencias, en odios de unos contra otros; tengamos un gran
espíritu nacional, tengamos un gran espíritu de humanidad,
tengamos un gran espíritu de justicia, rindamos culto al ho-
nor, a la verdad, a la sinceridad. Amad a la verdad, a la since-
ridad, al trabajo verdaderos y veréis vosotros cómo de espíri-
tus fuertes, de voluntades poderosas, desciende la energía pa-
ra dominar la materia, pero para dominarla entonces en bien
del hombre, para dominarla en bien de la coordinación nacio-
nal, para dominarla en bien de la coordinación de los ecua-
torianos.

EL PROBLEMA INTERNACIONAL

Hoy hemos planteado un problema internacional muy


grave que no lo plantearon antes los que aman al pueblo ni
los que lo odian; el Congreso del Ecuador, Congreso Velas-
— 195 —

quista y el Congreso no velasquista, porque todos lo hicieron,


el congreso de 1960, es él el que ha planteado ante el mundo
el problema de que el Protocolo de Río de Janeiro es nulo. Es-
to ha tenido una virtud magnética; esto ha enardecido a es-
tudiantes y ha enardecido a militares, y a los obreros; vuelve
a creer el país que alguna posición tiene en América Hispa-
na; vuelve el país a creer que algo vale frente a Perú y algo
vale frente a Colombia, que algo vale frente al Brasil; vuelve
la cohesión nacional, vuelve la aspiración nacional, vuelve el
orgullo nacional, ya no es ese complejo de inferioridad –ab-
surdo– de que los intereses continentales priman sobre los
demás intereses, que hemos sido sacrificados por el paname-
ricanismo; una serie de palabrejas absurdas que lo único que
han hecho es crear un complejo de inferioridad. Hoy no, hoy
el país se presenta reivindicador. Hubierais visto en Loja el
día de ayer, en las barbas del adversario de Perú a los niños
de las escuelas cantando en las calles himnos patrióticos; pa-
recía que estábamos en otra edad. El General Calle así me de-
cía hace pocos días en Quito: "como que hubiéramos entrado
en una nueva etapa de la vida nacional", un pueblo que se
siente pueblo, un pueblo que principia a pesar en la balanza
hispanoamericana; pero para que pesemos en verdad, conser-
vando este ideal, necesitamos ir adentro, muy adentro; darle
al hombre ecuatoriano, al individuo, ecuatorianidad; esto sí;
permitidme que yo insista: nos hemos hecho muy comercian-
tes, nos hemos hecho muy negociantes, queremos hacer pla-
ta aunque sea ilícitamente. Esto no está bien, tenemos que
tornar al individuo ecuatoriano a un concepto elevado de la
vida, y junto con esta alta dosis de moralidad individual ha-
gamos todo lo posible por el progreso económico y material
de la República.

CARRETERA TUFIÑO - MALDONADO

Si queréis venid constantemente a decirme: cuándo prin-


cipia la carretera? Yo se lo voy a decir al Ministro: cuándo
principia la carretera usted señor Ministro, la carretera "Tu-
fiño-Maldonado". Vosotros a mí y yo al Ministro, y la princi-
piaremos, y haremos la fábrica de abonos químicos, y hare-
mos la Colonización; la ley agraria depende del Consejo Na-
cional de Economía, y haremos todo lo que necesitemos hacer
y procuraremos reformar a nuestros niños y procuraremos
mejorar esos correccionales de menores, esas "casas de me-
nores". Si no son casas correccionales, sino casas de miseria,
de corrupcción, de abandono y de tristeza; qué tristeza de la
vida tendrá el niño que tiene que pasar un día y otro día, un
— 196 —
año y otro año en nuestras casas correccionales. La mejor ma-
nera de corregir a un niño que se le supone delincuente, sería
decirle que la vida es buena, sería decirle que hay en el mun-
do belleza y amor. Qué puede sacar un niño al cual jamás
llega el amor en una de nuestras correccionales como la co-
rreccional de Guayaquil. Ayudadme a hacer esta gran obra;
aquí hay sacerdotes, aquí hay religiosas, aquí hay trabajado-
res, aquí hay universitarios y colegiales, aquí hay militares,
empeñémonos todos en esta gran obra. Seamos todos sinceros,
no creamos que con una exposición abstracta están domina-
das las realidades; que el que sea liberal, sea liberal en el ple-
no sentido de la palabra; que el que sea conservador, sea un
conservador en el pleno sentido de la palabra; que el que sea
socialista, sea socialista en el pleno sentido de la palabra. Que
los que nos contentemos con ser simplemente ecuatorianos
para recibir lo creador de todas las doctrinas y derramarlo en
beneficio del pueblo ecuatoriano seamos sinceros en nuestra
manera de concebir la vida, con tal que todos, unos y otros
vivamos todos los días, constantemente sirviendo al pueblo
ecuatoriano.
EL MAESTRO

El doctor José María Velasco Ibarra, dirige la palabra en un acto


celebrado en el Colegio Manuela Cañizares, el 28 de Noviembre de 1960
— 198 —

CADA PUEBLO TIENE SU ALMA

Discurso pronunciado por el Excmo Señor Presidente de la


República, en la Sesión Inaugural del Seminario de Planea-
miento de Educación Normal, realizado en el Colegio Normal
"Manuela Cañizares" el día 28 de Noviembre de 1960

Señor Ministro de Educación,


Señor Subsecretario de Educación,
Señor Director General de Educación,
Distinguidos Señores Técnicos y Expertos de la Coopera-
ción Educadora Extranjera,
Señor Rector del Instituto Normal "Manuela Cañizares",
Distinguidos Profesores,
Señoras y Señores:
MAESTRO Y PROFESOR
La bondad de los distinguidos oradores que han hablado
hace un momento, ha tenido la amabilidad de. llamarme a mí:
Maestro y Profesor; yo no me conceptúo, señoras y señores
ni Maestro ni Profesor; esa es una profesión muy alta, esa es
una tarea muy cumplicada; para ser profesor o maestro, es
menester mucho conocimiento del alma humana, es menes-
ter mucha técnica, mucho estudio, mucha experiencia de la
juventud y de la niñez; lo único que yo soy, es un modesto ser-
vidor del pueblo ecuatoriano, cargado de una responsabilidad
terrible en el momento actual.
COMPAÑEROS DE LA LUCHA
La humanidad está en una hora verdaderamente impor-
tante, a la vez trágica y a la vez creadora; a la vez obscura
y a la vez prometedora, una hora contradictoria pero enor-
memente importante; y esta hora ha llegado también a los
países que se llaman subdesarrollados, esta hora ha llegado
también a esta América Española, a esta América Latina,
muchas veces injustamente desdeñada e injustamente pos-
puesta pero que tiene y debe tener en el mundo, en la orien-
tación del mundo actual una importancia, una trascenden-
cia, un valor, en mi concepto más grande que lo pueden te-
ner los otros pueblos que también se llaman subdesarrolla-
dos; lo que yo sé son mis responsabilidades; el pueblo ecuato-
riano me ha puesto en la Presidencia de la República para
que yo lo sirva y para que trate de dirigirle en esta hora mun-
dial tan tremenda, y sé también que la única orientación que
podemos dar a nuestras patrias, es la orientación que venga
de los profesores, es la orientación que de ellos provenga.
Podrá un gobierno en un momento dado hacer una carretera,
construir un palacio, pronunciar un discurso diplomático im-
portante; todo esto quedará circunstancial, todo esto queda
rá transitorio y será superficial si no se forja verdaderamen-
te el alma nacional, el alma de la Patria, si no se le imprime
a la Patria un alma, un fondo, un espíritu de orientación;
no es en los gobernantes en donde reside la fuerza de un
pueblo, la fuerza de un pueblo reside en el alma de ese pue-
blo, la permanencia de un pueblo reside en el alma de la Na-
ción. En la orientación moral, científica, espiritual de la Na-
ción, allí reside el futuro, allí residen las esperanzas de una
nación; y quienes ésto crean son los maestros, no hay cómo
eludir el problema, es el maestro el que forja la Patria. es el
maestro el que forja el futuro, es el maestro el que dá toda
la tonalidad a un pueblo, es el maestro el que garantiza la
permanencia de un pueblo en medio del dinamismo destruc-
tor de las razas y de las naciones. Yo por eso no puedo menos
de saludaros a vosotros como compañeros de la lucha que el
pueblo ecuatoriano quiere que yo afronte; compañeros, soli-
darios, cooperadores en la enorme tarea que el pueblo ecua-
toriano ha puesto sobre mis hombros; recibid pues vosotros
maestros, forjadores de maestros, recibid mi sincera conside-
ración, aprecio y respeto.
FORJADORES DE MAESTROS
Yo no soy un político que busca el éxito circunstancial,
que busca quedarse en el poder, hacer que otros continúen
su obra para alguna vez regresar el mismo al poder o para
que puedan regresar sus amigos, yo no soy así; yo soy un po-
lítico que siente el dolor de la República Ecuatoriana, que
siente la necesidad de la República y que por consiguiente
a sus colaboradores como sois vosotros, los maestros norma-
listas, forjadores de maestros, preparadores de maestros, los
aprecia y los respeta como los futuros sostenedores del alma
ecuatoriana, como los creadores de la conciencia nacional;
yo haré todo lo que pueda porque vosotros en esta hora ver-
daderamente crítica de la República, tengáis el plano, la ba-
se económica indispensable para vuestra tranquilidad; no se
puede exigiros a vosotros el heroísmo espiritual, la consagra-
ción de vuestras fuerzas anímicas a una tarea tan trascen-
dental si no tenéis cierta tranquilidad económica: vosotros
merecéis esa tranquilidad económica, mucho más que mu-
chos funcionarios y muchos legisladores, vosotros la merecéis
en grado sumo y yo no seré jamás indiferente a ella.

VIVIMOS DE LA INJUSTICIA
Naturalmente yo estoy ubicado en situaciones legales,
dentro de engranajes administrativos, dentro de procedimien-
tos que unos se engranan con otros, que no me permiten dar
a mis afectos, dar a mis deseos, dar a mis afanes toda la rea-
lización que yo deseara; pero dentro de esa red de circuns-
tancias, en que un Presidente Constitucional se siente colo-
cado, dentro de ese engranaje de dificultades vosotros podéis
creer en la absoluta buena voluntad para con vosotros, en mi
deseo de aliviaros vuestra situación económica. Yo compren-
do lo que es la angustia de un hombre que necesita tener su
espíritu tranquilo para poder meditar en cosas profundas, y
que no lo puede hacer porque tiene que pagar el arrendamien-
to, y que no lo puede hacer porque tiene que alimentar una
mujer y a varios hijos; es la gran injusticia de la sociedad que
ja.ay que irla reformando y modificando poco a poco; las so-
ciedades están organizadas a base de injusticia, hay que irlas
reformando, no creando nuevas injusticias y nuevos odios
sino reformándolas con orientación firme y poderosa de quien
ansía que en la sociedad, cada persona ocupe el puesto que
debe ocupar, y de quien comprende que lo económico debe
ser para bien del hombre y no el hombre para vivir angustia-
do ante las miserables y bajas realidades económicas.

MAS JUSTICIA
Esto dicho, señores Profesores, no puedo menos de aplau-
dir el recuerdo que ha hecho el Ministro de Educación Públi-
ca de ciertas fechas ecuatorianas, que representan un paso
del Ecuador hacia adelante, hacia más humanidad, hacia
más justicia. Todo lo que sea anhelar el optimismo del alma
ecuatoriana es una cosa noble y sana, y los hechos históricos
citados por el dinámico y distinguido señor Ministro de Edu-
cación Pública, servirán para levantar el alma de la Patria
cuando a la República del Ecuador -se le decía hace pocos días-
"Que los intereses continentales primaban sobre las demás
cuestiones", cuando se le decía hace pocos días "Que se le ha-
bía sacrificado en aras del Panamericanismo", se estaba crean-
do con insensates en el país, un complejo de inferioridad; si
jos intereses continentales priman sobre los legítimos intere-
-- 201 --
'Bes ecuatorianos, si al Ecuador se le ha sacrificado para el
Panamericanismo, el Ecuador es un país inferior; eso es lo
-que poco a poco va cimentándose en la conciencia, y perdido
el brío nacional, perdido el arranque nacional, perdido el or-
gullo nacional; poco a poco invaden al país, la disolución, la
descomposición; el maestro también pierde su brío, el profe-
sor pierde la fe, el alumno pierde la esperanza y los elemen-
tos de disociación van actuando de una manera negativa;
pero cuando decimos que el Ecuador es la Patria de Espejo
y de Rocafuerte y de Montalvo, que la Patria Ecuatoriana tie-
ne tanto derecho como el Perú, tanto como los Estados Uni-
dos, como Francia, como España, y como todas las naciones
del mundo, entonces surge, poco a poco, la cohesión nacional,
el orgullo nacional; entonces tenernos algún objeto en la His-
toria, un objeto en Hispanoamérica; entonces sí el profesor
tiene interés en formar alumnos que sirvan a la grandeza de
la Patria y que digan algo a Hispanoamérica. Entonces el
profesor ya se dirige a seres vivientes, a seres actuantes, el
profesor ya es un ser activo que se dirige a elementos activos,
el profesor tiene una finalidad, el alumno una finalidad, por-
que la Nación Ecuatoriana, porque la América Hispana, por-
que la humanidad tiene una finalidad que está forjada por el
profesor que está preparando el alumno, que un día será pro-
fesor, conductor y maestro.
FORJADORES DE ESPIRITES
Apenas habrá, señores profesores, algo más respetable que
la función que vosotros tenéis: Maestros! Formadores de
maestros, creadores de maestros. Yo os decía al principio_ que
yo no soy ni un profesor ni un maestro, que agradezco la
amabilidad de los nobles oradores que han hablado antes, pe-
ro que yo no soy; pero más o menos en la mente tengo una
especie de idea, de concepto vago de lo que es o debe ser un
profesor y un maestro; y vosotros perdonaréis este modesto
diálogo mío, sólo en el afán de manifestaros mi interés por
vosotros, mi interés yo no podría manifestaros sino di ciéndoos
qué es lo que creo de un profesor y de un maestro; en defini-
tiva, qué es un maestro, qué es un profesor: es un espíritu
humano que se imprimé en otro espíritu humano; es el espí-
ritu del hombre o de la mujer experimentados que se imprime
en el espíritu del hombre o de la mujer sin experiencia, espí-
ritu de hombre o de mujer, lleno de plasticidad, lleno de ma-
leabilidad, del cual pueden brotar muchas grandes cosas, en
el cual pueden brotar muchos grandes males; el espíritu de
un hombre que se comunica con otro espíritu de hombre; el
uno dotado de poder activo, el otro principalmente de poder
— 202 —
receptivo; el uno ya forjado, el otro por forjarse; el uno tal vez
un poco rígido ya, por la experiencia de la vida, el otro lleno
de variabilidad; el uno ya con un horizonte con perspectiva
amplia, el otro con la curiosidad de la esperanza; sois pues
los creadores de espíritus, los forjadores de los espíritus que
un día se abrirán a la claridad de la vida, he aquí vuestra im-
portancia, he aquí vuestra responsabilidad. El profesor que ha-
bla delante de 20 alumnos en cualquier materia; lo mismo dá
que esa materia sea: Etica, o que sea Matemáticas, o que sea
Química; el profesor que habla delante de 10, 20 o de 30 alum-
nos, con su gesto, con su modo, con su irradiación, con sus pa-
labras, con sus enseñanzas está imprimiendo en un alma jo-
ven, está dejando una huella, está extrayendo de esa alma
jóven a la que se dirige todo lo que ella tiene de latencia, la-
tencia a lo grande, a lo afirmativo y a lo noble, como también
capacidad de negación y de delito; he aquí vuestra enorme res-
ponsabilidad, señores profesores.

SERES DEL AMOR

Qué condiciones debe tener un hombre que ejerce seme-


jante trascendencia, semejante profesión trascendente en la
vida; en mi concepto, una idea clara de la vida humana, un
fanatismo por esta idea clara que él tiene de la vida humana,
un profundo amor a las almas que estamos delante; el profe-
sor y la profesora, son los seres del amor; el amor baja y crea
y engrandece al verdadero profesor.
Amor de la manera como él ha concebido la vida, amor
del concepto que tiene de la humanidad, grande amor al niño
para imprimir en él, para crear en él, no diré las mismas ideas
del profesor. Jaures hablando sabiamente de los deberes del
profesor socialista decía: "el gran profesor socialista no es el
que trata de crear alumnos socialistas, -eso es postizo, eso es
artificioso- es el que trata de crear en el alumno todas aque-
llas virtudes humanas y justicieras, que en concepto del pro-
fesor socialista son indispensables, para que más tarde el alum-
no o la alumna -ellos espontáneamente- sean socialistas,'; ese
es el profesor socialista. Yo diría lo mismo del profesor cristia-
no o del profesor católico, o del profesor patriota, o de cual-
quier profesor. El nombre del amor, un grande amor al ideal,
un grande amor al alumno en el cual hay que imprimir ese
ideal amado. Por consiguiente, señores profesores, vuestra ta-
rea no es una tarea de burocracia, vuestra tarea no es nunca
una tarea rutinaria, vuestra tarea es una tarea de renovación
constante, de amor constante, de idealismo constante; vuestra
tarea es eminentemente técnica; el amor inspira vuestra téc-
nica, vosotros sabéis que nada se saca con que un alumno res-
— 203 —
ponda de memoria a una cantidad de nociones; para vosotros
el alumno que sabe no es el alumno que repite una cantidad
de nociones que ha aprendido de memoria, puede el alumno
de nociones que ha aprendido de memoria, puede el alumno no
saber responder a muchas y muchas interrogantes a muchas y
muchas cuestiones y sin embargo para vosotros, -sicólogos pers-
picaces porque sois profesores-, ese alumno que no responde a
muchas y muchas cuestiones puede ser infinitamente más
grande alumno, porque vosotros adivináis en él la capacidad
de vivir, porque vosotros le decís de vivido, de sentido y de
grande. Un alumno puede callarse y sin embargo vosotros vien-
do la mirada al alumno podéis ver que en ese alumno hay
vida, en ese alumno hay comprensión, en ese alumno hay sen-
sibilidad, en ese alumno están penetrando las nociones que
vosotros le infundís, en ese alumno hay duda, en ese alumna
hay emoción, ése es el alumno que vosotros formáis, la peda-
gogía no es ciencia de cantidades, es ciencia de cualidades, no
es ciencia de abundancia material, es ciencia de agudeza sico-
lógica, de creación sicológica, de capacidad anímica, ésa es la
pedagogía, ésa es la que debéis cultivarla, aquí en el Ecuador,
tierra hispanoamericana, y tierra esencialmente latinoamerica-
na.

CADA PUEBLO TIENE SU ALMA

Yo agradezco, yo aprecio eminentemente la generosa


cooperación que nos dan los Estados Unidos, ya para la Peda-
gogía ecuatoriana, ya para el desenvolvimiento económico
americano. Hoy el Perú, según lo acaba de declarar un emi-
nente sociólogo y pensador ecuatoriano, uno de los pocos que
sabe a conciencia lo que dice, está difundiendo que soy el peor
enemigo del Panamericanismo; no hay tal señores, yo no soy
enemigo del Panamericanismo, serlo sería carecer de sentida
común; los Estados Unidos existen, existen con su enorme
potencia, existen con su amor al trabajo, existen con su in-
mensa técnica, existen con su concepto liberal del Estado, son
un equilibrio en el mundo -esto hay que reconocerlo, es una-
cuestión de sentido común-, los Estados Unidos quieren co-
laborar con nosotros, nosotros aceptamos, nosotros agradece-
mos; pero los mismos hombres eminentes de los Estados Uni-
dos, como aquellos que forman la Asociación Científica Ame-
ricana que coopera con nosotros en el orden intelectual y pe-
dagógico, tendrán que reconocer que cada pueblo tiene su al-
ma; el griego tuvo su alma, y el inglés la tiene, y el romano
la tuvo, y el norteamericano la tiene, y el hispanoamericano la
tiene, y dentro de la América Hispana el Ecuador tiene su
manera de ser y Venezuela tiene la suya; qué mayor riqueza_
— 204 —
para la humanidad que cada uno desenvuelva su alma al
máximun, con todas sus originalidades y enriquezca el enor-
me océano- del dolor y esperanza de la especie humana. Qué
más? Nosotros tenemos nuestra alma ecuatoriana apasionada,
quijotesca, enamorada de ciertos grandes valores; hay que
conservarla, unirla y conservarla, hay que enriquecer nuestra
alma con la ciencia, con la disciplina, con austeridad, pero
conservar la esencia de nuestra alma, conservar la esencia
del alma hispanoamericana y conservar la esencia del alma
ecuatoriana dentro de la esencia del alma hispanoamericana,
he aquí nuestro deber y todos cuantos nos ayuden para esto,
merecerán bien de nosotros y bien de la Historia; lo único que
no aceptamos es que nadie pretenda alterar la esencia_ del al-
ma hispanoamericana y la esencia del alma ecuatoriana. To-
do lo demás, bienvenido sea.

ESTA VIDA TAN AMARGA

Una pedagogía de cualidad, no de cantidad, señores pro-


lesores, vosotros sabéis vuestra profesión, yo no la sé; yo no
,soy profesor, pero permitidme que os diga mis angustias; vo-
sotros no tenéis porque enseñar a los niños una enorme can-
tidad de materias, ni a los profesores una enorme cantidad
de materias; enseñadles a fondo las ideas madres de todas
las cosas; he aquí la esencia, las ideas madres de todas las
cosas, pero que estas ideas madres sean vividas a fondo por
.el niño, comprendidas a fondo, sentidas a fondo dentro de la
capacidad intelectual del niño, del joven, del estudiante uni-
versitario; que sean vividas a fondo, sin más que comprender
.a fondo las ideas madres de todas las cosas, las ideas madres
de todas las ciencias, el hombre en contacto con la vida se
desarrolla más y más y llega a la plenitud de la sabiduría, la
plenitud de la sabiduría es el coronamiento de la manera có-
mo uno comprende la idea madre de la ciencia que cultiva;
enseñad a los jóvenes todos, las ideas madres de las discipli-
mas que os preocupen, enseñadles a sentirlas, a medida de su
edad, a vivirlas, a apasionarse por ellas, y no -os preocupéis
mucho de la cantidad y desenvolvimiento de detalle; esos
,desenvolvimientos de detalles, cuando son numerosos, fatigan
la mente del niño, hacen antipática la enseñanza, hacen anti-
pática la escuela, al paso que la insinuación hábil de las ideas
madres de todas las cosas, que el niño vaya viviéndolas, vaya
„sintiéndolas, esa hace la enseñanza amable; el niño poco a
poco va ampliándose, va abriéndose a la comprensión de la
vida, a amar la vida con todo lo que ella tiene, sienta el or-
gullo de un día dominarla, ama los profesores que le descu-
— 205 —
bren con tanto amor, con tanta penetración, con tanta téc.
nica esta vida, esta vida tan amarga, esta vida en que vivís
vosotros, en que tienen que vivir los niños, en que vosotros
habéis triunfado y en que los niños tienen infaliblemente que
triunfar.

TRIUNFAR EN LA VIDA
Lo decía muy bien el distinguido profesor, que habló an-
tes que el señor Ministro de Educación Pública, (señor José
Blas Gimeno), y lo decía muy bien el señor Ministro de Edu-
cación Pública, y lo han dicho bien el Director General de
Educación y la señora Lea Hearn, que habló en representa-
ción del Director del Servicio Cooperativo Interamericano de•
Educación Pública; tenemos hoy una humanidad un poco ra-
ra, hay que orientarla, primero comprender y despues orien-
tarla, he aquí vuestra gran misión. Muchos creen que hoy esta--
mos al fin del mundo, tengo evidencia que hay muchos adven-
tistas que esperan ya mismo que Cristo descienda sobre la tie-
rra, y que San Pablo le sirva de Ministro de Relaciones Exterio-
res; yo creo como un sociólogo americano, Lester Wolf, que la,
humanidad apenas ha vivido un cuarto de hora, apenas ha vi-
vido un cuarto de hora, y estas inquietudes que nos afligen, y
estos trastornos que nos afligen no es más que el esfuerzo sub
terráneo, profundo, y eterno de la humanidad para abrirse a
una mayor justicia, a una mayor libertad, a una mayor sin-
ceridad; yo os ruego señores que miréis la vida con optimis-
mo, como decía el representante de la UNESCO: mirad la ho-
ra actual con grande optimismo, por terribles que sean las
dificultades ecuatorianas, hispanoamericanas, americanas y
mundiales, enseñad a los niños a que ellos se preparen para
triunfar en la vida, para que con ellos triunfe la civilización
y triunfe la humanidad y triunfe la especie humana; es lo
que con tanta fuerza ha visto un gran filósofo francés, Sartre,
al comentar últimamente el marxismo; a él le choca este mar-
xismo con fórmulas definidas; la humanidad va a llegar a tal
lugar, ahí va a quedarse estable, feliz y contenta; el profesor
Sartre, con mucha razón, quiere encontrar en el marxismo
una insinuación a una lucha de la humanidad indefinida que
no sabemos cuando terminará, en busca de la emancipación
general del hombre; estas contradicciones que nos aquejan,
estas injusticias que nos envuelven junto con anhelos de jus-
ticia, estos choques entre realidades, entre bloques, entre con-
ceptos, no es más que un empuje de donde surge la humani-
dad hacia mayores y más grandes esperanzas; tenemos
que formar a los niños para esta noble y grande tarea,.
— 206 —
la tarea del triunfo de la vida, la tarea de la esperanza, sobre
todo en Sudamérica, en América en general, pero de una ma-
nera especial para nosotros, en América Hispana, en el Con-
tinente.
HISPANOAMERICA ES CALIDAD
Bolívar, Rodó, Martí no son sino una dádiva en el enor-
me caos de la humanidad. Qué podría dar el yo hispanoame-
ricano, el espíritu Hispanoamericano, la Historia Hispanoame-
ricana, estimulada, forjada por vosotros, tecnificada por voso-
tros, mejorada por vosotros, aun cuando conservando su esen-
cia; la América Española no es tercera fuerza, ni cuarta fuer-
za, ni quinta fuerza en las clasificaciones ridículas con que
todo se reduce a cantidad; me repugnan con toda la inten-
sidad de mi espíritu; la América Hispana es una calidad, la
América es una innovación en la Historia, la América His-
pana tiene que dar la síntesis del indio Americano y del for-
midable colonizador español. La América Hispana,, no es del
-.español ni del indio, es la síntesis de dos poderosas fuerzas,
la una que comulgaba con el Chimborazo, con el Aconcahua,
la otra que se injertó en la primera trayendo toda la perso-
nalidad, el quijotismo, el amor a los grandes valores morales,
ésto hay que cultivar, ésto hay que enriquecer con la técni-
ca, ésto hay que enriquecer con el amor al trabajo, enrique-
cer con la disciplina, enriquecer con la austeridad, para que
la América Hispana sea un día la fuerza que le diga algo a
esta pobre especie humana dividida en bloques tremendos, en
odios, en razas que se consumen y se retan a muerte unos a
otros. Qué queda del espíritu en esta pelea, qué queda del
valor del hombre auténtico en esta pelea; con decir pueblos
amantes de la libertad, no hemos dicho nada, con decir pue-
blos amantes de la paz, no hemos dicho nada, con decir "el
comunismo abajo", no hemos dicho nada, con decir "los Es-
tados Unidos abajo", no hemos dicho nada, absolutamente
nada; conceptos miopes, conceptos sin amplitud, conceptos
sin trascendencia; unamos los valores todos de la especie hu-
mana, y que la América Española sea la que dirija estos va-
lores hacia la meta del espíritu soberano, he aquí el único
deber.

NOBLEZA, FRANQUEZA

Hablar delante de vosotros, distinguidos profesores, de


las cosas que aquejan a nuestra pobre Patria, quien sabe si
no es haceros pasar el tiempo, vosotros estáis muy lejos de
— 207 —
todo eso, no se concibe dentro del profesorado ecuatoriano la
corrupción económica, el cálculo económico, el mirarlo todo
por el lado económico, el mirarlo todo por el negocio econó-
mico, eso no se concibe dentro de vosotros; vosotros tenéis
vuestra angustia económica, yo lo sé, yo quiero eliminarla
en todo lo que yo pueda, pero para vosotros, lo que os angus-
tia en el fondo es vuestra tarea de profesores, lo que os an-
gustia es hacer que se cante el himno nacional, allá en los
páramos del Cotopaxi, allá en las selvas orientales, eso es lo
que os angustia, esta corrupción económica que ha invadido
nuestra Patria, este cálculo económico, esto de reducirlo to-
do a ambiciones económicas, a cuestiones de empleo y ern-i
-picadillos, ésto no entra en vosotros, vosotros miráis la cosa
con austeridad, con nobleza, con franqueza; la esencia del
profesor es la lucha contra la corrupción, la esencia del pro-
fesor es la austeridad de vida, para que la vida se purifique
por el camino de la ciencia.
Yo os saludo, pues; este magnífico Seminario que va a
aumentar más y más vuestra vocación de profesores, vuestros
profesores respetarán al alumno, vuestros profesores respe-
tarán al laicismo.
LAICISMO Y LIBERTAD
Creedme señores que en materia de enseñanza yo he te-
nido dos, mejor dicho, en materia de sistema jurídico de or-
ganizar la enseñanza, yo he tenido dos fanatismos: el del
laicisco y el de la libertad; lo propio de la enseñanza públi-
ca en mi concepto es el laicismo, y no puede ser de otra ma-
nera, eso es lo honrado, eso es lo leal y lo justo; si todos los
ecuatorianos pagan sus impuestos para la enseñanza públi-
ca, si entre los ecuatorianos hay hombres religiosos y otros
que no lo son, hay hombres que tienen un dogma y hay otros
.que tienen otro, o que no tienen ninguno; lo justo, lo correc-
to, es que el Estado sea laico y neutral, y la enseñanza oficial
laica v neutral, es decir absolutamente imparcial, absoluta-
mente- serena, contemplar los asuntos desde muy alto, ense-
ñar a los niños los datos ciertos de las cosas, sin querer pe-
netrar en sus conciencias. El Estado laico y neutral, la ense-
ñanza laica y neutral, no dogmas atacados, pero no dogmas
, enseñados. He aquí, para mí, el laicismo obra de honradez
republicana, obra de delicadeza, obra de respeto a las con-
ciencias. Junto con ello la libertad de enseñanza. Todo aquel
que honradamente, honestamente, eficazmente, tenga algo
que enseñar, debe tener derecho a enseñar, sin trabas, con
una supervigilancia sensata, pero sin trabas; hay que aprove-
char de los beneficios de las iniciativas: laicismo de un lado,
--208—
liberalismo de otro lado. Yo os pido, señores, en nombre de la
paz de la Nación que seáis fieles a estas dos normas: laicismo
de un lado, libertad de otro lado; nosotros somos liberales, al
menos el Gobirno que yo presido es un gobierno liberal, pero
para él la libertad consiste, no en el discurso declamador y
ridículo, que lo mismo se presenta delante de un republicano,
como delante de un ridículo traidor; para mí la libertad es
la práctica y el respeto a las originalidades enriquecedoras de
cada individuo ecuatoriano, de cada individuo de la especie
humana.
CREAR Y CREAR
Os agradezco, señor Ministro de Educación Pública, el
afán que tenéis por la creación de escuelas. El Ecuador real-
mente exige, que se creen muchas escuelas. Vuestro espíritu
constructor va a encontrar en este mismo edificio mucho que
hacer, hay que terminar este edificio; perdonadme la vani-
dad; -los hombres no podemos vencernos las pasiones por mu-
cho que queramos hacerlo- hay que terminar este edificio,
que tantas luchas y combates me costó personalmente a mí.
Hay que crear locales escolares en todas partes en el Ecua-
dor; ayer no más o anteayer, me hablaban de la situación en
que está el Jardín de Infantes "María Montesori" en Lata-
cunga, su situación horrible; una situación que pende de
vuestra generosidad y de vuestra facultad de crear plata don-
de no hay plata, es crecerse para siempre señor Ministro.
ESA NO ES LA JUVENTUD GENUINA
Os agradezco señores colaboradores del Ministro; os pido
que continuéis en vuestra labor de austeridad, de orientación
moral, de disciplina. La juventud es buena, señor Director de
Educación Pública; hoy había una agitación en las calles, esa
no es la juventud genuina señor, no; los estudiantes ecuato-
rianos, no tienen por qué odiarme a mí, eso es cuestión de un
grupillo de profesores católicos, con un grupillo mezclado, en
mezcla absurda, con socialistas que rinden culto a las com-
pañías monopolizadoras, con radicales amargados por la de-
rrota que han sufrido, que querían crear al gobierno el pri-
mer problema, el primer choque; esa no es la juventud, la
juventud no tiene por qué detestarme a mí, porque sabe que
yo la amo; mi primer acto de gobierno ha sido ordenar que
se continúen los trabajos en el Instituto Nacional "Mejía".
¿Podrá odiarme la juventud? No. Son politicastros amargados
y derrotados, que quieren crear al gobierno dificultades, para
después protestar en nombre de la democracia y de la liber-
tad, que ellos ni aman, ni sienten, ni quieren.
— 209 —

CONTINUAD CON VUESTRA LABOR


Continuad señores, en vuestra labor de estimular a los
profesores; un Seminario como éste es muy grande: ellos sien-
ten que se les toma en cuenta, ellos sienten que son factores
de la Patria, ellos a pesar de que viven en lugares apartados
-muchas veces pobres-, en lugares inclementes, saben lo que
representan en la verdadera alma nacional, con estos semi-
narios, con estos congresos, con estas conferencias que se ha-
cen en Jai grandes ciudades americanas.
DOLOR Y ESPERANZA
Os agradezco, señores de la UNESCO, señores del Servicio
Cooperativo Interamericano de Educación toda la cooperación
que estáis dando. La humanidad es una sola, como decía ha-
ce un momento la Dra. Lea Hearn; uno solo somos ante el
dolor y la esperanza, uno solo somos ante el clamor de justi-
cia de las muchedumbres; nos dirigimos a las muchedumbres,
las amamos, las orientamos, comulgamos con ellas, las espi-
ritualizamos, o las multitudes castigarán la injusticia social
ahogándolas y pisoteándolas bajo sus plantas. Es una de las
obras de la enseñanza, el orientar a estas muchedumbres
cuando reclaman claridad y luz.
EL ECUADOR QUE VOSOTROS ESTAIS FORMANDO
Señoras y señores, por el éxito de la Patria Ecuatoriana,
por el éxito vuestro que será el éxito fundamental de la Pa-
tria grande, -no de la que pasará conmigo, cuatro años en el
mejor de los casos, si es que no me arrojan del poder ciertos es-
tudiantes católicos-, cuatro años; pero es la Patria futura la
que os reclama a vosotros. Por el Ecuador que vosotros es-
táis formando; por la América Española, de la cual somos
nosotros componentes, por la América Española de Montalvo
y de Rodó, por la América toda, por el continente Ame-
ricano, que tiene un concepto liberal y democrático del hom-
bre y por toda la humanidad a la cual invocastéis vos señora,
a la cual invocamos. Muchas gracias.
NOBLE CHUSMA

Discurso pronunciado por el Excelentísimo Señor Presidente


de la República, en el Palacio de Gobierno, el día 28 de No-
viembre de 1960.

Noble pueblo de Quito;


Me parece que viene muy, bien la palabra "chusma", pa-
ra contrarrestar entre la actitud generosa, noble y desintere-
sada del pueblo con la actitud de ciertos intelectualoides amar-
gados, de ciertos profesores seudo-socialistas, seudo-liberales,
que pretenden valerse de la noble juventud para atacar al Go-
bierno que triunfó por medio de la "chusma", sin caer en cuen-
ta de las consecuencias funestas y desastrosas que un choque
así podría producir. Vosotros habéis impedido que estos pro-
fesores seudo-liberales, seudo-socialistas, pretendan descono-
cer la obra que el Gobierno está empeñado en realizar, en
construír carreteras, colegios, etc.
) Estos profesóres ya me censuran por haber empleado
palabra chusma; se la emplea, por que esta palabra, en la
conciencia de ciertos oligarcas, de ciertos intelectualoides, es
la palabra con que calificaron al pueblo sublime del Ecuador
que lo atacaron los asesinos del 19 de marzo; de este pueblo que
me dió el triunfo y que proclama con la Patria ecuatoriana su
soberanía, que los intereses del Ecuador son sagrados, así como
el "Oriente no es un mito" sino una cita de honor, y que el
Oriente es cita del Patriotismo.
Un humilde hijo del pueblo, un hijo de esta chusma, que
según un famoso liberal radical, cobarde y analfabeto, es una
chusma inconsecuente y despreciable, decía: no hemos reci-
bido cargo alguno, pero como usted es patriota, estamos dis-
puestos a dar la vida por usted.
BALANCE DE TRABAJO

Tres meses tiene solo el Gobierno, pueblo ecuatoriano,


pueblo de Quito, pero en estos tres meses os prometo que se
ha trabajado en todo el Ecuador, Se ha trabajado en el Ins-
tituto Nacional "Mejía", se hacen escuelas en Quito, en todas
partes se levantan planes de acción, se llevan a cabo planes
— 211 —

para el desarrollo de la Provincia del Azuay. Querido pueblo


del Ecuador, yo os puedo demostrar que en tres meses de Go-
bierno se ha trabajado. Que se lo sepa, que se haga saber a
los seudo intelectuales, seudo profesores que tienen la insolen-
cia de venir a levantar a los estudiantes, que podemos pre-
sentar un balance de trabajo de los tres meses de Gobierno.

PADRE DE LA PATRIA

Soy un padre, pero con muchos hijos y sin recursos. Soy


un padre sin tener que dar. Un padre que no tiene nada que
dar ni por testamento, ni por acto entre vivos, pero que tiene
un corazón para amar a la Patria: Tiene el corazón para amar
a la Patria y tiene el corazón para amar las virtudes -del pue-
blo ecuatoriano. Al régimen anterior no se le lanzó el 28 de
Noviembre la acusación, recordando al pobre joven Isidro Gue-
rrero, pobre víctima de no se qué sectarios a mi, que he defen-
dido la libertad, se me pretende lanzar un mitin tendencioso.
Pero vosotros me habéis defendido.
(Los Universitarios lanzan un grito por la Universidad).
No sabía que había Jóvenes Universitarios. Jóvenes uni-
versitarios, imponed en la Universidad Católica, en la Univer-
sidad Libre, imponed el respeto a la soberanía, a la ciencia, a
las autoridades. Yo comprendo que sóis minoría, pero estáis
enfatizando el respeto a un pueblo abnegado que se dejó
asesinar por un miserable asesino. Os debéis al pueblo, no a
los intereses mezquinos, os debéis a la Patria, a la libertad.
Os abrazo, os estrecho, recibid mí respeto, jóvenes, alma rege-
neradora de la Patria ecuatoriana.

Pueblo del Ecuador, una última vez os quiero agradecer


por vuestra nobleza y lealtad. Vosotros sabéis que mi progra-
ma es un programa de libertad, de coordinación de todos los
elementos -honrados de la República, en beneficio de su res-
petabilidad internacional. Yo sé muy bien de dónde provie-
nen estos movimientos subterráneos, ruines y miserables de
gentes que se atreven en eI Ecuador, como si la Patria no tu-
viera memoria, de sus miserias de hace poco tiempo, Yo sé muy
bien de donde provienen. Rocafuerte decía, cuando le adju-
raban para que castigue "espérense ustedes, que yo estoy lle-
nándome de justicia". Yo os digo lo mismo, también yo estoy
llenándome de justicia, y que cuando esté pleno de justicia,
y necesite sentar mi mano a ciertos individuos, yo la sentaré
de la manera eficaz; y que entonces no vengan los oligarcas,
amigos de los oligarcas, a pedirme clemencia porque la cle-
— 212 —

menda está' ahora, ahora que les dejo hacer lo que les dá la
gana, ahora' que les 'dejo con las intrigas, ahora que les dejo
con las calumnias, ahora que en paz han provocado a los alum-
nos; ahí está la clemencia, clemencia que, como decía Roca-
fuerte, "quiere llenarse de justicia", porque no se imaginen los
bellacos y amargados que yo voy a caerme de una manera ri-
dícula.
Me apoya el pueblo, me apoyan las fuerzas Armadas de la
Patria, y con el apoyo del pueblo, con el apoyo de las Fuerzas
Armadas, poco a poco haremos que la tesis jurídica de la Pa-
tria, triunfe con la conciencia de los pueblos sudamericanos, y
haremos que las carreteras, los regadíos, las viviendas, la elec-
trificación, haga poco a poco el progreso económico y biológi-
co de cada uno de los habitantes de la República del Ecuador.
Muchas gracias. Viva el pueblo, Viva la Patria.

In■
— 213 —

LA VIDA HUMANA TIENE SENTIDO CUANDO


SE DIGNIFICA

Discurso pronunciado el 4 de Diciembre de 1960, con motivo


de Ia Ceremonia de Graduación de los nuevos
Ingenieros Militares

Señor Ministro de Defensa,


Señor General Jefe del Estado Mayor,
Señor Teniente Coronel, Diréctor de la Escuela de Inge-
nieros,
Señor General,
Señores Oficiales, señores Profesores,
Señores Miembros de las Misiones Amigas,
Señoras y señores:

En este magnífico acto de graduación de nuevos oficiales


militares, en el cual se me ha conferido 11T1 anillo con el es-
cudo de mando de la Escuela de Ingenieros, tengo el júbilo y
la satisfacción de recibir el premio que viene de los hombres
armados, los que consagran su vida y sus fuerzas al servicio
del honor, de la obediencia, y que constituyen los únicos va-
lores, en definitiva, que hacen explicable, que hacen acepta-
ble la vida humana, porque la vida humana considerada en su
rutina diaria, considerada en su apariencia de todos los días,
podríamos decir que carece de sentido; la vida humana no se
dignifica, no adquiere sentido, no adquiere valor, sino cuando
el hombre se consagra a lo que se consagran los soldados, cuan-
do la vida humana tiene un sentido espiritual de valor, de
desprecio a la muerte cuando hay que despreciarla; de esfuer-
zo físico, cuando hay que hacer que el cuerpo sirva al espíri-
tu; de abnegación, de desafío a los riesgos y peligros; enton-
ces la vida humana se desprende de la materia inerte; enton-
ces la muerte trágica ya tiene un sentido, entonces ya el hom-
bre se eleva, se dignifica, el hombre adquiere un valor de dig-
nidad extraordinario. Por eso os decía a vosotros que yo voy
a conservar este obsequio, como debe conservarse todo lo que
-214 --

proviene del soldado. Yo me complazco, señor Teniente Co-


ronel, Director de esta Escuela, de este nuevo progreso de las
Fuerzas Armadas Ecuatorianas; estos cinco jóvenes ingenie-
ros significan un nuevo paso de las Fuerzas Armadas Ecua-
torianas hacia el progreso, hacía la ciencia; son cinco jóvenes
ingenieros que al desplegar las cualidades que han aprendido
aquí, en este Instituto, cuántos bienes pueden hacer a las
Fuerzas Armadas, al País en general, a la Patria, a su honor,
a su progreso.
NADA MAS ETERNO QUE EL EJERCITO
Nada más eterno ni nada más científico que el Ejército
que hoy se designa con el nombre de Fuerzas Armadas para
abarcar ahí todas las ramas; yo, para simplificar, diré simple-
mente del Ejército; ejércitos han existido desde la más remo-
ta antigüedad; ya los romanos fueron unos sabios militares,
y a medida que ha crecido la civilización, y a medida que las
naciones han ido formándose y ha ida desplegando cada na-
ción su propia personalidad; a medida que la tribu se ha con-
vertido en ciudad, y la ciudad se ha ampliado para la Nación
y se han desplegado las características de cada pueblo, los
ejercitos, las Fuerzas Armadas han tenido que continuar, pero
continuar perfeccionándose cada día más, incorporando a su
ser todos los adelantos de la ciencia en todo sentido; las Fuer-
zas Armadas son una empresa de arte y sabiduría, y todo el
aporte dé la ciencia, de un modo o de otro, es utilizado por
las Fuerzas Armadas; el ingeniero y el artillero, el aviador
y el marino, todos tienen necesidad de cada día comulgar
más y más con todos los adelantos de la ciencia, en todo sen-
tido, y todo esto dentro de la disciplina, dentro del saber
mandar y del saber obedecer, todo esto consagrado a una fi-
nalidad que en sí mismo es grande y es augusta.

NUNCA LAS FUERZAS ARMADAS FUERON MAS UTILES


Y' NECESARIAS QUE EN EL MOMENTO ACTUAL
DEL MUNDO
Cómo no voy, pues, a contemplar, con la mayor satisfac-
ción de mi alma, que esta Escuela de Ingenieros haya conce-
dido el título de Ingenieros a cinco jóvenes oficiales que nun-
ca olvidarán este momento, y que consagran sus vidas a su-
blimarlas, a engrandecer y dignificar la vida de la República
del Ecuador"; apenas habrá cosa más insensata que la ten-
dencia a querer disminuir el prestigio de las fuerzas milita-
res; "las fuerias Militares son inútiles porque son improduc-
tivas", "cine se las_ debe reemplazar con unas fuerzas de or-
410

den y seguridad"; yo sostengo que nunca las Fuerzas Arma-


das fueron más necesarias y útiles que en el momento actual
del mundo, en que hay una convulsión tal de los pueblos,
convulsión que va a definirse en distintos aspectos, y durante
muchísimos años; las actuales instituciones son postizas; por
dentro está el tumulto que está barriendo y transformando
todas estas instituciones que una mirada superficial puede
creerlas permanentes, pero son instituciones transitorias por-
que dentro hierven razas, pueblos y nacionalidades, y lo van
a borrar todo.
Esos tumultos últimos de nuestro país son insignificantes
al lado de los tumultos del mundo entero; es la humanidad
la que está en estado de tumulto, va a venir una nueva defi-
nición de la organización humana; en este tumulto una cosa
hay permanente: el alma de cada pueblo, el alma de Francia
y de Alemania, y de -Europa y de América, y de los Estados
Unidos dentro de América, y del Ecuador y de Colombia y de
Argentina; es necesario mantener nuestra alma dentro del tu-
multo; por debajo y por encima de esta inmensa preocupación
de las gentes, tenemos que mantener el alma ecuatoriana, co-
mo los colombianos tendrán que mantener el alma colombia-
na, como los árabes quieren mantener el alma árabe; nunca,
pues, más urgente el ejército, las Fuerzas Armadas y el tratar
de apoderarse de todas las adquisiciones científicas para dar
más y más vigor, más y más eficiencia a las Fuerzas Arma-
das en sus distintas ramas y una de las principales, sin duda
:alguna, la Ingeniería, la Ingeniería Militar.

SIGNIFICADO DE ARMAMENTISMO
Hoy se habla de armamentismo, pero el armamentismo,
ron boca de un hombre tan inteligente como Krushev es sim-
plemente un alarde sicológico de propaganda, y en boca de
los otros es una insinceridad; lo que Piensa cada cual son las
influencias, cómo conquistar, cómo ser más fuerte. No habría
que hablar hoy de la gran mentira del armamentismo mien-
tras los hombres no se desarmen moralmente; cuántos años
pasarán para que los hombres se desarmen moralmente.
Lo que a nosotros nos compete es saber que nunca corno en
este tiempo, en nuestra Historia, toda ella agitada y convulsa,
las Fuerzas Armadas tienen que ser vigorizadas, tienen que
ser ennoblecidas, hay que darles Perspectivas cada vez más
grandes y más nobles, hay que hacer que aprovechen en todo
el aporte científico. Nosotros, señores Generales y señor Mi-
nistro de Defensa, no podemos tener un ejército muy grande;
— 216 —
pero sí podemos tener uno muy intenso, que es lo que yo de-
seo con todo el fervor de mi alma, un ejército muy intensa,.
un ejército que no ataque, un ejército que no conteste a un
enunciado jurídico con la amenaza salvaje del ataque, pero sí
un ejército muy intenso que sepa que la Patria es inviolable
y que esté siempre dispuesto a dejarse matar para que la Pa-
tria sea inviolable.
Qué importa la vida sin dignidad! Sepamos morir unos
pocos años antes, pero sepamos ser invencibles en el momen-
to que se trate de atacar a la Patria; un ejército defensivo,
que al defender a su Patria sepa atacar para que la Patria sea
invencible. He aquí la norma suprema que debéis tener voso-
tros, distinguidos jóvenes militares.

DEFENDER EL INTERES DE CADA PAIS


He oído con mucho placer elogiar la obra del Dr. Alvara-
do, la obra que él hace aquí, en este Instituto, de la defensa
territorial del Ecuador; el Dr. Alvarado decía que su obra era
fácil, gloriosa y agradable; yo estoy de acuerdo porque es una
obra que prestigia al que la hace; una obra agradable, pera
en el momento actual de la República es una obra difícil; el
Dr. Alvarado ha tenido el mérito de hacer una obra difícil, a
pesar de las publicaciones que he leído esta mañana, pero es
cierto que en los últimos tiempos de la República lo que se ha
querido sembrar en el país es una especie de complejo de in-
ferioridad; en ningún sentido podemos admitir, ni en confe-
rencias multilaterales, ni en tratados bilaterales, podemos ad-
mitir aquello de que los intereses continentales primen sobre
los intereses nacionales; qué significa eso, cuál es el interés
continental, dónde está el interés continental; lo que vemos
en el mundo es que cada nación defiende lo más que puede
su propio interés; no hay todavía esa comunidad de las na-
ciones de que hablaba el Padre Suárez, que haga que los in-
tereses de la comunidad de las naciones puedan primar, legí-
timamente, sobre todas las demás cuestiones; no hay esta co-
munidad, no hay sino el interés, de hecho, de cada pueblo; se
trata de defender lo más que puede sus intereses; interés de
los Estados Unidos, interés de Rusia, interés de Chile, interés,
de Colombia, interés del Ecuador, interés del Perú, interés de
cada país, eso es lo que debe haber; la diplomacia no puede
aceptar aquellos intereses distintos de los intereses legítimos
de cada pueblo; la diplomacia lo único que tiene que hacer es
buscar el equilibrio entre intereses legítimos, procurando que
cada interés legítimo de cada nación esté respaldado por la
— 217 —
mayor fuerza, porque donde no hay fuerza, el derecho es nu-
lo, es una basura que los imperialistas lo pisotean y lo ultra-
jan: ¿Queremos la eficacia en el derecho? Debemos tener fuer-
za para defender el derecho. De manera que con esta serie-
de sofismas con que se pretende envolver el alma de la Pa-
tria, en un momento histórico en el que debía haber clari-
dad, precisión de los conceptos, es difícil defender debida-
mente los intereses ecuatorianos.
LEGITIMOS DERECHOS
La gente vive temblando, la gente tiene miedo, la gente
ama mucho su vida, tiembla en el riesgo, nosotros no atacamos:
a nadie; nosotros no disparamos el primer tiro, pero nosotros.
creemos que el Ecuador no puede ser eliminado de la Geogra-
fía sudamericana, no puede ser arrinconado porque ni la Pre-
sidencia de Quito, ni la República del Ecuador, ni la Patria
actual tienen por qué renunciar a aquello que, en un Conti-
nente en que abundan las tierras y en que falta la población,
es un elemento legítimo para el desarrollo armónico de to-
dos nuestros países; pretender imitar aquí el exclusivismo te-
rritorial de Europa es un absurdo inimaginable. Aquí hay
tierras en América, que permiten la armonía legítima, la:
cooperación y la vida de todos los pueblos, sobre todo de aque-
llos pueblos como el Ecuador, que tienen sus títulos legítimos.
a su territorio, al Amazonas por ejemplo.
NUEVA POLITICA
Es indudable, señor Teniente Coronel, como lo decía usted
muy bien, que hemos iniciado una nueva política en el orden
internacional. Esta mañana se dice que no, que ya esta nueva
política estuvo iniciada, pero por otro camino. No hay tal, no
es exacto. El Congreso de la República del Ecuador, no yo, el
Congreso de la República del Ecuador, el último, -sean cuales-
fueren sus errores-, y el pueblo ecuatoriano, iniciaron una:
nueva política al proclamar valientemente que el Tratado
de Río es Nulo. No tanto por la falta de consentimiento;
antiguamente había tratados en que tampoco había libre
consentimiento, y sin embargo eran tratados válidos, por-
que la guerra tenía un carácter jurídico distinto hasta
hace unos treinta arios; hasta hace unos treinta, cua-
renta años a la guerra se le concedía carácter jurídico y los
internacionalistas escribían páginas enteras respecto a la gue-
rra, y las condiciones de la guerra, y la guerra justa y la gue-
rra injusta, etc., etc.; ahí había tratados sin el con-
sentimiento del vencido y que eran tratados que producían
— 218 —

efectos jurídicos en el mundo civilizado; no es tanto por falta


de consentimiento, y no deben enredar nuestro problema ha-
ciéndolo discutible; el Tratado de Río de Janeiro es nulo, por
nulidad absoluta, porque es un Tratado del año 42, cuando ya
. se había producido, desde hacía medio siglo, la obra civiliza-
da de desautorizar a la guerra como fuente de derecho; la
América, en, ese sentido, se ha adelantado a Europa y ha crea-
do en América, tanto en el Norte como en el Sir, el Derecho
Internacional Americano, y la América se ha apresurado más
que Europa en desautorizar radicalmente a la guerra como
fuente de derecho, antiguamente la guerra era una fuente de
derecho, podría ser; hoy no es, porque la América lleva me-
dio siglo de luchar para desautorizar, y esta desautorización
llegó al colmo, en el año de 1933, por ejemplo; en el año de
1938, en la Conferencia de Lima, la América se adelantó y me-
diante un tratado multilateral, porq ue las declaraciones Pa-
namericanas, ¿qué son?, son tratada s en relaciones, tratados
de esos paises americanos; por un tratado solemne o por mul-
titud de tratados solemnes en las distintas Conferencias Ame-
ricanas, se ha desautorizado la guerra como fuente de dere-
cho, y se ha declarado que el territorio de los Estados es in-
violable y que se desconocerá, –cosa más clara no puede exis-
tir– que se desconocerá cualquier adquisición territorial he-
cha por obra de la fuerza, y aun por obra de la coacción, aun
por obra de la amenaza; esto hay que cumplirlo.

TRATADO QUE NO ES TRATADO

El Tratado del año 42, el Dictado de Río de Janeiro del


ario 42, le impuso al Ecuador, sin siquiera declaración de
guerra previa, una pérdida territorial de la mitad del terri-
-torio patrio, cosa inaudita; a cualquier pueblo se le quita unos
tantos kilómetros, pero al Ecuador le quitaron la mitad del
territorio después de las declaraciones Panamericanas del
año 38, del año 33 y de todos los otros años, principiando en
1890; violando esos tratados se le impuso al Ecuador algo
que no es Tratado, puesto que era violación de un compro-
miso, de un pacto multilateral de verdadero fracaso; de aquí
es que imaginar que los Garantes pudieran proclamar válido
el Protocolo de Río de Janeiro es injuriar a los Garantes; eso
no se les puede hacer, sería injuriar a los Garantes, porque
sería lo mismo que atribuirles el haber ellos violado los pac-
tos o tratados anteriores, permitiendo que al Ecuador se le
imponga un Tratado que no era Tratado.
-219 ,—

EL PROTOCOLO NO ES INTANGIBLE, ES NULO

El pueblo ecuatoriano y el Congreso del Ecuador, sean


,cuales fueren sus errores, tienen este mérito inmenso ante la
Historia: haber proclamado una nueva política. El año de 1959,
el 3 de febrero de 1959, lo que se hizo es proclamar la intan-
gibilidad del Protocolo de Río de Janeiro y someter la cues-
tión ecuatoriana a una simple cuestión de que existe un río
por una esquina del territorio, o una montaña, montaña o río,
a ello estaba reducido el problema ecuatoriano dentro de es-
ta proclamación de intangibilidad de una gran totalidad. Si-
tuación peligrosa, situación peligrosísima: aniquilar así a la
Patria; contra esto reaccionó el Congreso y dijo: el Protocolo
de Río de Janeiro es nulo, porque está en contradicción fla-
grante con todas las Conferencias Panamericanas, porque es-
tá en contradicción absoluta con el actual Artículo 17 de la
Carta de las Naciones Unidas; entonces no hay remedio: o es
nulo o estamos viviendo una gran farsa. Por eso es que los
pueblos, a pesar de todas las Conferencias Interamericanas y
Americanas, y a pesar de la OEA, de la ONU y de cuanto hay,
los pueblos se rebelan descontentos, insurrectos, porque o exis-
te la farsa o adivinan que va a haber la farsa. Pues hoy tene-
mos que saber si en América va a haber la farsa o si vamos a
tratar de vivir la indecisión.

ACEPTAMOS DEFENDERNOS

En todo caso, sea la solución que fuere, señor Ministro y


señores Generales del Ejército Ecuatoriano y señores oficia-
les, sea lo que fuere, las Fuerzas Armadas son más necesarias
que nunca, no para que ataquemos, porque nosotros también
desautorizamos la guerra, nosotros somos soldados que desau-
torizamos la guerra como fuente jurídica, pero sí aceptamos
la guerra cuando nos la traen, cuando nos la imponen, cuan-
do pretenden declararnos seres indignos. Nosotros no declara-
mos la guerra a nadie, ni amenazamos a nadie. Pero nos defen-
deremos. Para defendernos tenemos necesidad de las Fuerzas
Armadas, tenemos necesidad de la Aviación, de la Marina, de
la Caballería, de los Infantes. Sois, pues, un elemento de la
nacionalidad, vuestra finalidad nadie sabe cuál será con el an-
dar de los tiempos; pero en todo lo que mi imaginación puede
prever seréis cada día más necesarios en la Historia. ¿Qué
será la historia después de un siglo? No lo sabemos. Lo que
— 220
sí podemos colegir desde ahora, es que seréis necesarios dt.1--
rante muchos siglos. Mientras el Ecuador adquiera la pleni-
tud de su personalidad, mientras la América Hispana adquie–
ra la plenitud de su personalidad, mientras la América entera
resuelva el gran problema planteado en el Universo; no sabe-
mos lo que pasará con China, ni con Japón; no' sabemos lo que
pasará con el Asia, con esa Asia impenetrable, sabia, magní-
fica, no sabemos. Lo que sabemos es que nuestro- deber ahc›,-
ra es ser buenos ecuatorianos, buenos hispanaamericanos
buenos hombres de la humanidad; saber ser fuertes, saber ser
hombres de honor,, de disciplina, saber mandar y obedecer, pa-
ra bien del Ecuador, de la América Hispana y de la Humanii-
dad entera.
— 221 —

FUNDACION DE QUITO

:Saludo al pueblo de Quito en este nuevo aniversario de su


fundación, con estas palabras inició su discurso el doctor
':Velasco Ibarra al inaugurar los servicios radiales adscritos a
la Sala de Prensa de la Presidencia de la República, el
6 de Diciembre de 1960

"Compatriotas de Quito;
Compatriotas del Ecuador:

Saludo al pueblo de Quito en este nuevo aniversario de


.su fundación tan provechosa para el prestigio de la naciona-
lidad ecuatoriana, para la cultura de la América Española.

FALSIFICADORES DE LA HISTORIA

Falsificadores de la historia, con propósitos de exclusivis-


mo y absorbencia imperialista, han pretendido negar la per-
sonalidad colonial propia de la Presidencia de Quito, la origi-
nalidad de lo que hoy es la República del Ecuador que recibió
en los tiempos coloniales influjos propios de las distintas en-
tidades que integraban la Presidencia de Quito. Pero Francis-
co Pizarro comprendió y expuso con vigor el carácter de la
Gobernación de Quito con estas palabras dirigidas a Gonzalo
Pizarro:
"He sabido cómo desde los confines de Quito hacia el le-
vante se hallan dilatadísimas tierras no conquistadas, las cua-
les, de buena gana, te cedo, si te resuelves a su conquista co-
mo de tu valor espero y de tu prudencia me persuado. Para
fomentar la empresa te hago, desde luego, Gobernador de
Quito y de toda su jurisdicción vastísima. EN ESTA RICA
-CIUDAD BIEN POBLADA DE ESPAÑOLES, NUMEROSA
romo LA QUE MAS DE INDIOS FORZUDOS Y BIEN TRA-
ZADOS, ABUNDANTE DE VIVERES Y SOCORRIDA DE
, GRAN CONQUISTA".
Quito, ayudada con recursos y elementos de Guayaquil,
.supo descubrir, fundar y civilizar. Los misioneros francisca-
nos y jesuitas, cumplieron hazañas de abnegación, valor y cul-
— 222 —

tura. Aprendamos de nuestros mayores a emprender en gran-


des obras, a pensar en grande, a confiar en el futuro, a procu-
rar que la voluntad y el espíritu del hombre imperen sobre la
naturaleza estableciendo la irradiación del espíritu, del espíritu
ecuatoriano. Notables obras realizamos los ecuatorianos duran-
te la Colonia. Díganlo Maldonado y Pedro Franco Dávila; Espe-
jo y Mejía. Fechas inmortales son el 10 de Agosto de 1809 y el
2 de Agosto de 1810 y el 9 de Octubre de 1820 y tantas otras.
El 6 de Marzo de 1845, por ejemplo. Sin embargo, no podemos
negar que durante la época republicana hemos debilitado
nuestra nacionalidad por guerras civiles infructuosas, por
odios entre Partidos, para los cuales la doctrina ha sido un
pretexto de luchas y ambiciones, doctrinas sin contenido, sin
vitalidad, sin afán de realizaciones idealistas.

LA VERDADERA LIBERTAD

El 5 de Junio de este año el pueblo ecuatoriano se acordó


de sus estupendas fuerzas coloniales, de sus magnficas ha-
zañas cuando Junín y Ayacucho. El pueblo ecuatoriano el 5
de Junio resolvió volver a expresarse a sí mismo para fructi-
ficar los campos de la nueva etapa de la Historia destruyendo
las oligarquías egoístas, intensificando el afán de justicia in-
tegral en bien de todos los habitantes del territorio patrio, es-
forzándose por la verdadera libertad, no por la libertad libres-
ca, no por la libertad de los declamadores que se humillan an-
te los déspotas y los traidores, sino por la libertad que se vive
cuando se ha forjado el ambiente económico y moral propicio
para la expresión de la personalidad humana.

El 5 de Junio fueron aplastados en el Ecuador, por el vo-


to popular soberano, expresado a pesar de todos los fraudes, -
a pesar del inaudito crimen -esto sí verdaderamente inaudito,.
ésto sí único en la Historia del Ecuador-, del asesinato del 19
de Marzo, en las calles más céntricas de la Capital de la Re-
pública, los Partidos sin ideal y sin fe, sin comunión con el
pueblo ecuatoriano.

Triunfó el Movimiento Velasquista. El Movimiento Ve-


lasquista desde el poder, es decir, desde hace tres meses -na-
da más que tres meses- no ha cesado un instante en su tra-
bajo por cumplir lo que al pueblo ecuatoriano le prometió. Le
prometió libertades constitucionales. Y las libertades consti-
tucionales están imperando. Le prometió carreteras, escuelas,
viviendas higiénicas, electrificación, apoyo a los valores mo-
— 223 —

rales de la Patria, esfuerzos por restaurar la dignidad inter–


nacional del Ecuador, por poner los intereses legítimos del
Ecuador por encima de cualquier otro interés que signifique
humillación ante el extranjero. Y todo esto ha cumplido el
Velasquismo.
OPOSICION TENDENCIOSA

Lo justo habría sido que los Partidos políticos históricos


aprendan la lección que les dió el pueblo ecuatoriano el 5 de
Junio. Que interpreten el profundó dolor nacional y traten de
ayudar a restañar los dolores nacionales. Pero nada de esto
está pasando. En cambio reaparece la oposición tendenciosa,
negativa, obra de la amargura y de la venganza, calculada
para producir la perturbación pública. Hace unos días se pro--
clamó con torpeza, haciendo coro a voces peruanas, que el 5
de Junio triunfó el Caudillismo. Hace unas semanas palabra
que se pretende liberal y radical provocó el enojo popular ha-
blando con insistencia de la chusma ignorante, insolente, in-
capaz de gobernar. Soberana imprudencia, fruto de amargu-
ra y de odio, destinada a producir graves consecuencias. Ayer,
gentes que debieran respetar las normas de moral, azuzaron
a determinados jóvenes para que tendenciosamente recuer-
den una fecha malhadada y simulen defender al Laicismo.
¡Defender el Laicismo contra gobernantes que los primeros
han puesto un dardo ante el País en lo que consiste el Laicis-
mo y lo sacrosanto del Laicismo en los tiempos modernos!
Hoy ya levantan su cabeza los hombres contra los que se pro-
nunció el pueblo de manera clara, contundente y terminante
y acusan al Velasquismo de hechos inauditos olvidando los
crímenes inauditos del 2 y 3 de Junio de 1959, del 19 de Marzo
de 1960.
HACER JUSTICIA A LOS HOMBRES

Se echará en cara al Velasquismo que sus multitudes a


veces se expresan agresivas y vehementes. Pero se olvida, pri-
mero, que se las provoca con insensatez, y, segundo, que hoy
es la época de los tumultos de todas partes. Que el esfuerzo
civilizador actual es precisamente hacer justicia a los hom-
bres y al mismo tiempo realizar esfuerzos para disciplinar,
encauzar, elevar más y más moral y culturalmente a las
multitudes. Cada época tiene su problema. La nuestra, tiene
el suyo. Se nos acusa de que los Velasquistas buscan empleos;
pero los empleos han sido buscados siempre por todas las gen-
tes de todos los partidos. Si hoy la búsqueda es más angus-
tiosa obedece a que más angustiosa es la pobreza, en que se le
— 224 —

-ha dejado al pueblo ecuatoriano; obedece a que el justísimo


;.afán económico de tener moneda sana no se ha acompañado,
durante algunos años, del afán humano de tener al hombre
.sano. Se nos echa en cara graves indelicadezas económicas,
- pero el Gobierno y los dirigentes principales del Velasquismo,
censuramos con toda energía esas indelicadezas económicas y
proclamamos que el Velasquismo no se propone acaparar ri-
' quenas ni asaltar el tesoro sino purificar ideales y encarnar-
los en la vida.

TRABAJO INTENSO

Se inaugura este servicio de radiodifusión para hacer co-


nocer al país la obra del Velasquismo. Puedo aseguraros, com-
patriotas, que hoy se trabaja -intensamente en todas partes.
Ampliación de la pista aérea en Guayaquil, continuación de
la Avenida de las Américas, asfaltado Durán-Cochancay;
,construcción de la carretera Arenillas-Huaquillas; carretera
-Tufiño-Maldonado; intensificación de la carretera Conocoto-
'Bangolquí; carretera Latacunga-Quevedo. Estudios del Canal
de Riego de Manabí, del puente sobre el río Guayas; del plan
-de caminos vecinales de toda la República; reiniciación de los
trabajos del Internado del Colegio "Mejía" paralizados du-
rante cuatro años; terminación de la Casa de Gobierno de
Montecristi, paralizada durante cuatro años. Continuación
de la Aduana de Huaquillas, paralizada también. Construc-
ción de escuelas en Quito, Riobamba, Huaquillas, Tambo, Ta-
china, Guabo; iniciación de los_ trabajos del Colegio para va-
rones en Portoviejo. Construción de una cárcel humana para
los contraventores en Guayaquil. Planes precisos debidamen-
te estudiados y calculados para electrificación, fomento agro-
pecuario y pesquero, regadío, fomento industrial. Terminación
de la financiación y planes para la empresa de cemento de
Guapán, que después de 18 meses estará en pleno rendimien-
to. Pronta reiniciación de los trabajos para terminar la Casa
Municipal de Cuenca. Puente sobre El Palmar, abandonado
hasta hace poco, a pesar de los anuncios en contrario. Próxi-•
ma iniciación de los trabajos de los puentes sobre el río de
Balao, y de Chanduy, etc., etc. En suma, compatriotas ecua-
torianos, estoy satisfecho, plenamente satisfecho del esfuerzo
cumplido en estos tres meses. El Banco de la Vivienda será
una realidad después de poco. En eso estamos, pero todo su-
pone cierto tiempo y mucho dinero. Lo obligatorio, lo indis-
pensable el trabajo constante, el esfuerzo de todos los días.
Claro que uno sueña siempre mucho más. Hay que soñar,
compatriotas. Sólo el sueño explica la vida y la convierte en
algo digno. Pero hay que aceptar las realidades, las realida-
des con su aporte de pobreza, inercia, pasiones humanas, am-
biciones.
Yo no justificaré jamás ni las provocaciones ni el tumul-
to anárquico. Lamento las únas, rechazo la anarquía. Declaro
una .vez más que para mí el 5 de Junio fue la hora de la uni-
dad nacional. Ojalá reaparezca la unidad nacional; ojalá se
aquieten las ambiciones, disminuyan los odios y todos los
ecuatorianos se inspiren en lo que impone la Patria, prescri-
be la moral, estatuye el honor. Mis palabras pueden sonar a
utopía. Así será talvez por desgracia. Pero mi obligación és
repetirlas y sentirlas como las siento. Si en un momento da-
do seré inflexible para reprimir a quien quiera que .pretenda
perturbar gravemente el orden público y lanzarnos al abismo
por satisfacer venganzas y amarguras; debo antes repetir mil
veces que respeto toda opinión sincera, toda actividad honra-
da provenga de la ideología o del partido que fuere y que en
esta grave trascendental hora de la Patria sean la moral, el
honor y la decencia los valores que deben prevalecer.
— 226 —

QUITO ANTE EL MUNDO

Quito, ciudad de la meditación, este Pichincha formidable,


mole majestuosa y tremenda, que impone al hombre medita-
ción, dijo el Dr. Velasco Ibarra el 6 de Diciembre de 1960 en
la Sociedad "Unión de Quiteños"

Señor Vicepresidente de la República,


Señor Presidente de la "Unión de Quiteños",
Señores Ministros de Estado,
Señores Miembros del Cuerpo Diplomático,
Señor Alcalde de la Ciudad de Guayaquil, cuya solidari-
daridad con la fiesta de Quito agradezco efusivamente,
Señor Vicepresidente de la Cámara de Diputados,
Señoras y señores:

Ante todo yo debo disculparme por molestaros con mis


palabras. Cuando yo fuí invitado amablemente a esta reunión
espléndida, se me había comunicado que yo no hablaría, de
manera que vine con tranquilidad, porque yo tengo mucho
recelo de hablar en público, sobre todo después de un día co-
mo el de hoy, que ha sido día de puro discurso; y, después de
que vosotros habéis escuchado magníficas oraciones, habéis
escuchado magníficos trozos de arte, yo no habría queri-
do molestaros; pero obligado por vuestra bondad, obligado por
el programa, por la benevolencia del señor Presidente y de la
Sociedad "Unión de Quiteños", tengo que principiar por agra-
decer de la manera más efusiva, este diploma con que se dig-
nan estimularme, este diploma que yo no lo merezco. Yo lo
único que he hecho estimulado por el Congreso de la Repú-
blica, es tratar de cumplir mi estricto deber de patriota. El
Ecuador no tiene por qué ser en la América, un hijo de fami-
lia, no tiene por qué estar bajo la tutela de nadie, no tiene por
qué rendirse a la curaduría de nadie; el Ecuador tiene que ser
un pueblo soberano que reclame sus derechos con nobleza y
altivez.
— 227 —

DERECHOS DEL ECUADOR EN EL AMAZONAS


Estas fiestas para la fundación de Quito, forzosamente
'están demostrando los derechos del Ecuador en el Amazonas,
y entonces una de dos: o el Panamericanismo es una farsa y
los pueblos se desalentarán cada día más, los pueblos todos
de América se revelarán cada día más contra las injusticias,
las fuerzas y los artificios jurídicos, que en definitiva no ha-
cen sino ocultar intereses; o los pueblos o el Panamericanis-
mo hacen justicia al Ecuador que tiene tanto derecho como el
Perú, como Panamá, como Guatemala, como todo el mundo.,
El asunto es claro y es neto; aquí no hay artificio de ninguna
especie. Pretender que el Ecuador, porque invoca el derecho
escrito de los Estados Panamericanos, sólo por invocar, sólo
por citar una tésis jurídica, está rompiendo la paz; pretender
esto es ultrajar a la conciencia jurídica Hispanoamericana; yo
no creo que la América esté resuelta a vivir en la farsa, yo
creo en la honradez de los gobiernos y creo sobre todo en la
pujanza de los pueblos; y la honradez de los Gobiernos y la
pujanza de los pueblos, hoy o mañana harán plena justicia
a la República del Ecuador. Por esto, señores de la "Unión de
de Quiteños", merece gratitud absoluta, la gratitud de la Re-
pública entera, esta magnífica asamblea para celebrar un nue-
vo aniversario de la Fundación de Quito.
Vosotros tenéis bastante honradez política, tenéis bastan-
te corazón humano, bastante dignidad para no pretextar ja-
más un peligro próximo o remoto y dejar de hoñrar a Quito,
como los quiteños deben honrar a Quito en el día de su Fun-
dación.
BASTA DE FARSAS
Dejémonos de farsas, dejémonos de farsas que los pueblos
restán cansados de las farsás y de los farsantes. Los pueblos
conocen con intuición certera las farsas y los farsantes, a los
sectarios de derecha y de izquierda que se coaligan aparente-
mente; a los sectarios de derecha y de izquierda que aparente-
mente se unimisman para proclamar una misma farsa y un
mismo escándalo miserable y tendencioso.
Yo os agradezco, señor doctor Yépez del Pozo, por el va-
lor con que habéis descrito las farsas miserables de estos días;
pura política tendenciosa, pura política de farsa consumada
por la profanación a la ciudad de Quito, al no haberse hecho
presentes aquí, en un lugar en que debían estar presentes,
quienes debían dar ejemplo de honrar la fundación del Reino
.de Quito, sean cuales fueren, sean cuales fueren las amenazas;,"
17.

— 228 —
a mayores amenazas, mayor coraje debe haber en honrar la-
fiesta de Quito, por aquellos que de una manera especial es-
taban obligados a honrarla. Os agradezco, señor Dr. Yépez del.
Pozo, porque vuestra palabra neutral, y sensata, haya hecha
justicia a cierto movimiento político al cual pretenden ahora-
abrumarlo con toda clase de calumnias y tergiversaciones, to-
da clase de sofismas, maniobras y artificios, olvidando que por-
encima de todas las maniobras está la Patria a la que se de-
be honrar, sostener y vigorizar en esta hora no de miserables
farsantes ni de ruines conveniencias, sino hora en que se dis-
cute ante la conciencia hispanoamericana los derechos sobe-
ranos de la República a tener un puesto en el Río Amazonas.
En esta hora verdaderamente singular en que todos los ecua-
torianos desafiando cualquier peligro real o supuesto, efecti-
vo o tendencioso, sencillo o abultado, deberíamos repetir mil
veces las glorias de Quito, porque repetir las glorias de Quito
es repetir las glorias de quien supo poblar, civilizar y dar cul-
tura al Oriente que ahora nos ha sido arrebatado por obra de
la cobardía y de la traición.
Un grupo hace una demostración impertinente y contra
este grupo llueven los silletasos y llueven los garro-
tazos y a este grupo se le pone en fuga; este es el gran acon-
tecimiento que impide que los que debían celebrar la victoria
de Quito, no la celebren con lealtad y este acontecimiento con-
fuso, en el cual el pequeño grupo fue vencido y derrotado; co-
mo vos lo habéis aclarado; este acontecimiento sirve para to-
do un escándalo con el que, en estos días, que debían ser de
solemne patriotismo, que debían ser de sinceridad en homena-
je a Quito, se pretenda aplastar a un movimiento político que
vive en el corazón del pueblo ecuatoriano y que el pueblo ecua-
toriano, señor Presidente de esta sociedad de Quiteños, señor
Yépez del Pozo, que el pueblo ecuatoriano sabrá defenderlo
contra todos los farsantes, contra todos los que hoy hablan
de cosas inauditas; un choque entre dos grupos es una cosa
inaudita; inaudito es asesinar en las calles de Quito a uno de
esos dos grupos, asesinar en las calles de Quito al pueblo so-
berano de Quito que con perfecto derecho iba a oir a un can-
Clidato en tiempo electoral; eso es inaudito y por la falta de
sanción hoy se erigen en apóstoles de moralidad los que de-
bían estar en la cartel si hubiera verdadera justicia. Pero ya
vendrá la sanción, tiene que haber sanción; mientras más yer-
gan la cabeza, más reaccionaremos también para que haya
sanción. Yo debo garantizar a todos los ecuatorianos; a todos
consta que yo no he levantado mi voz en estos tres meses pa-
ra acusar ni maldecir a nadie, pero si se pretende injustamen-
te socabarme el terreno, si se pretende impedirme la obra, si
- 229--
mientras la gran mayoría del pueblo ecuatoriano me aplaude,
- pocos farsantes pretenden impedirme que yo sirva al pueblo
ecuatoriano, entonces sí, llámese como se llamare, yo me re-
vestiré de la suficiente fuerza para aplastar a los farsantes o
.ser aplastado por ellos.
LOS QUE CREEMOS EN QUITO

Soy el primero, señoras y señores, en censurar toda inde-


licadeza con los fondos públicos; toda indelicadeza que llegub-
a mis oídos con los fondos públicos, ;será ,censurada, sea quien-
quiera el que en esta indelicadeza incurra; pero tampoco se
pretenda aplastar sólo a un grupo político por cierta enorme
indelicadeza consumada hace poco, porque en la Cámara del
Senado, ese grupo político no tiene mayoría y en la Cámara
de Diputados ese grupo político esté equilibrado; si debe ha-
ber maldición contra indelicadeza, maldigamos como hom-
bres de verdad, a todos aquellos que contribuyeron a que se
consume esa indelicadeza y honremos al Senador velasquista
Loza que supo oponerse virilmente a que se consume la inde-
licadeza y el acto de impolítica que yo soy el primero en con-
.denarlo. No se pretenda hacer caer sobre un determinado gru-
po político aquello que por desgracia, por obra de la desmora-
lización, desde antes acumulada, está hoy pesando en muchos
ecuatorianos de la cual —de esta desgracia— la sacaremos
nosotros, nosotros los que creemos en un ideal, nosotros los
.que creemos en Quito, nosotros los que creemos en la Patria,
_nosotros a quienes no es una amenaza postiza la que nos im-
pedirá nunca rendir al Ecuador, a Guayaquil, a Ambato, a Qui-
lo, todo el honor que estas ciudades merecen.

HORA SUBLIME DE LA PATRÍA

Señores de esta Unión de los Quiteños, yo os agradezco


efusivamente que en esta hora de la Patria, que yo no llamo
trágica, -trágica sería la inercia-, trágico sería el conformismo,
trágica sería la rutina, yo diría en esta hora sublime de la Pa-
tria, habéis celebrado las glorias de la ciudad de Quito, como
, decía muy bien el mismo Dr. Yépez del Pozo, citando a algún
autor, una ciudad se distingue siempre por su alma; si no hay
alma no hay ciudad; allí donde una entidad colectiva tiene
alma, y alma fuerte, allí hay ciudad. Atenas tuvo su alma de
arte, de filosofía y de ciencia. Esparta tuvo su alma de virili-
dad, de fuerza física; Guayaquil tiene su alma de sentimenta-
lidad de la pasión, del enardecimiento, de las grandes
revoluciones sentimentales y jurídicas-; Quito, ciudad de la
— 230 —

meditación, este Pichincha formidable, esa mole del Pichincha.


majestuoso y tremenda, infunde al hombre meditación dentro-
de sí mismo, reconcentración dentro de sí mismo; ¿quién a las
seis de la tarde o seis y media, contemplando la mole del Pi-
chincha no cae dentro de sí mismo, o se olvida de sí mismo?,,
si no es un hombre vulgar; reflexiona en la grandeza inte-
rior de él mismo que la redime de la inmensidad augusta de
la naturaleza. A causa de este espíritu reconcentrado Quito
tiene sus defectos, y Quito tiene sus brillantes y magníficas
cualidades. Allí en esa vida reconcentrada, surge a veces el
impulso heroico, y allí lo tenemos, a cuatro mil quiteños y a .
unos tantos españoles, allá el Oriente, a la conquista, a descu
brir el Gran Río. Sólo la necedad puede pretender que me-
diante un decreto jurídico se niegue este gran hecho de Qui-
to, descubridor del Amazonas. Por obra de esta vida interior,
de esta reconcentración, por obra del paisaje imponente hacia
la tarde, estimulador y azul en la mañana, el misionero fran-•
ciscano, el misionero jesuita fueron a Mainas, fueron a la sel-
va a fundar ciudades, a fundar centros urbanos, centros que
desaparecieron por sectarismo de un rey por obra de la natu-
raleza, pero centros tanto más gloriosos cuanto fueron más
quijotescos; hombres de Quito que estáis celebrando hoy a la
ciudad de Quito, sed quijotescos que la naturaleza es para los
grandes quijotes, para Don Quijote y para Simón Bolívar.
Si vosotros estáis ahora celebrando a Quito, que no sea
una celebración rutinaria estática, sino una celebración en que
el alma de nuestros padres nos contagie de su dinamismo, de
su idealismo, de su amor a la aventura, al riesgo, a la creación,.
al esfuerzo, la historia no debe ser contemplación; la historia
debe ser estímulo. Vosotras niñas de los Colegios, que estáis
aquí presentes, que representáis toda la pasión de la mujer
joven, enardeceos con el ejemplo de los conquistadores del A-
mazonas, y que vuestra vida se impulse hacia lo bello y que
neguéis vuestro amor, al hombre que no sea capaz de conquis-
tar la belleza y la justicia todos los días y de poner a un lada
a la farsa y a los farsantes para honor y vigor de la Patria
Ecuatoriana.

POR OBRA DEL PICHINCHA

Por obra de esta vida reconcentrada, por obra de este Pi-


chincha majestuoso, y de las campanas de las grandes cate-
drales; ahí la austeridad de la Iglesia de San Francisco, ahí
el esplendor de la Compañía, allí la vida interior, allí la co-
munión con lo infinito, allí Espejo, allí el brote del alma de
Espejo, del Indio Espejo que comprende la Revolución Fran-
cesa, el momento en que el fanatismo, la superstición desfi-
— 231 —
guraba la grandeza de la Revolución Francesa; y Espejo a es-
ta distancia, allá én esas montañas, a esta distancia de Europa,
comprende muy bien lo que significa el fusilamiento del Rey
y comprende muy bien lo que significan los Jacobinos y com-
prende muy bien, el por qué del enojo de las masas francesas;
y donde otros ven herejía, él ve el foco de insurrección del al-
ma humana en favor de los derechos del hombre y del ciuda-
dano, y así lo proclama por toda la América,' y ve mucho más,
antes de Bolívar, antes del más grande de los genios, el Liber-
tador Bolívar; éste Indio Espejo ve, que la América Latina
Sudamérica, si quiere salvar su raza, si quiere salvar su idea-
lismo, tiene que confederarse; México cree que es menester un
mercado común para que el alma hispanoamericana se ponga
en comunión entre ella al amparo de la ley y del derecho; li-
bre como el alma hispanoamericana diciendo la verdad,
cuando el tiempo lo diga al anglosajón y al ruso y a todos cuan-
tos obscurecen el panorama de la humanidad con su tenden-
cia a la conquista, a la lucha y a la influencia hegemónica.
Por obra del Pichincha a las seis de la tarde, Mejía es el más
grande orador, uno de los más grandes oradores de las Cortes
Españolas, pidiendo la redención de los Indios; mirad vosotros
como la vida interior es la suprema liberación; el hombre que
se entrega a lo exterior, "el hombre que se entrega a lo exte-
rior vive una perpetua enajenación" como dice Marx, perpe-
tua enajenación, enajenación a lo externo, víctima de las ri-
quezas, víctima de la vanidad, o víctima del honor, o víctima
del oficio, del trabajo, o de la profesión. Para emanciparnos
tenemos que entrar dentro de nosotros mismos; ahí la riqueza,
ahí nos redimimos de la enajenación. Mejía, redimido de la
enajenación, es el más grande, uno de los más grandes orado-
res de las Cortes Españolas, defendiendo la libertad de los In-
dios.
CATASTROFE DE LA CONCIENCIA CRISTIANA
Y si queremos dar un salto, como he pensado yo en estos
días, en el doctor González Suárez, cuando uno ve esta catás-
trofe de muchas iglesias sudamericanas, no saben que hacer-
se; hoy adulan al tirano y mañana lo echan; hoy se rinde ante
Perón y ante Rojas Pinilla y mañana lo dejan. Cuando uno
ve esta catástrofe de la conciencia Cristiana, esta catástrofe
de la conciencia Católica, esta desorientación universal, cómo
no pensar en ese criterio formidable de nuestro coterráneo el
doctor González Suárez, qué solemnidad, qué austeridad, qué
vida solitaria, qué amor a la verdad; con él nada tienen que
ver los tiranos; él no se rinde a tirano alguno, ni al tirano del
oro, ni al tirano de la potencia, solo y pobre en su palacio es-
-232—
pañol, viejo y aislado proclamando que sólo la verdad hace li-
bres a los hombres, y proclamando que todo hipócrita es ene-
migo de Cristo, porque Cristo es amor, comprensión, liberación
y verdad. El doctor González Suárez este Ilustre Arzobispo de
Quito pudo perfectamente ser un gran prelado francés, un
gran prelado alemán, un gran prelado italiano; como nació en
Quito estuvo solo, solo y calumniado, enseñando que la Igle-
sia es una Institución intemporal, es una Institución sobre los
tiempos, sobre las naciones, sobre los partidos; Institución Uni-
versal, un solo gobierno moral e intelectual,
- si esta Iglesia se
mancha con el barro de las pasiones políticas, de los sectarios,
de los unos y de los otros, no hay faro para la especie humana.
Para que la Iglesia sea faro tiene que estar por encima de los
tiempos, por encima de las naciones, por encima de los parti-
dos; con el
- faro de la verdad eterna, con el faro de la dignidad
eterna, amor a Dios y amor al prójimo, y quien ama al próji-
mo no puede calumniar, no puede ser nunca un farsante. Ser
cristiano es purificar la sociedad, por eso detesto a los obispos
políticos, que pretendiendo servir a la Iglesia, la deshonran, la
destrozan; esos obispos no políticos son los que tienen el faro
del Evangelio, la verdad y la pureza por encima de todo.
Esta vida interior de la ciudad de Quito, esta vida interior
que le lanzó al Amazonas, que construyó los templos, e hizo de
Espejo un liberal, de Mejía un orador elocuente, de González
Suárez un prelado eclesiástico con el faro del Evangelio en la
mano; esta misma vida interior ha hecho de los quiteños hom-
bres revolucionarios, porque todo aquel que tiene vida inte-
rior, repugna la injusticia, la mala fé, el despotismo, y la ruin-
dad. Por eso el 10 de Agosto, por eso algo mucho más gran-
de: el 2 de Agosto, el 2 de Agosto probó Quito que cuando esta
ciudad sostiene una verdad es capaz de derramar mucha san-
gre por sostener esa verdad.
¿QUE IMPORTA LA VIDA SIN VERDAD?
¿Qué importa la vida sin la verdad. Un año más, diez años
más, qué es en el océano inmenso de la eternidad. Cuando
se piensa a fondo en lo que es la muerte, en lo que es el tiem-
po, en lo que es la eternidad, el hombre se hace valer; diez
años más, cinco años más, qué significan? La vida de gloria,
la vida de libertad, lo importante es no pasar la vida rutina-
riamente, inertemente, sin fuego en el alma, sin dejar una hue-
lla de fuego en las conciencias humanas, lo importante, si hay
que morir, es morir para vivir para siempre sembrando el ho-
nor y la libertad. Y así debemos pensar en este momento, ol-
vidando por un instante la bellaquería aquella de simular con
un peligro más o menos artificioso el no homenajear a Quito,
— 233 —
<olvidando ese disparate, yo tengo que dirigirme .a todos los
ecuatorianos, tengo que dirigirme a vosotros que sois la fuerza
de la Patria.
Los políticos no van a gobernar, aunque se den la mano
dos sectarios, el uno de derecha y el otro de izquierda, los po-
líticos van a gobernar si vosotros, pueblo .soberano, les dáis el
gobierno. Me dirijo, pues, a vosotros, y os digo que el 2 de A-
gosto de 1810 es una perpetua lección para vosotros; tenemos
que vivir una vida de acción; tenemos que vivir una vida de re-
forma; el 5 de Junio nosotros juramos hacer una política de
comunión con el pueblo y de reforma, creedme que lo estamos
cumpliendo; lo que pasa es que una cosa es el deseo, otra cosa
los medios; tenemos que esperar los empréstitos, tenemos que
esperar arreglos de carácter internacional para poder con ese
dinero entregarnos a nuestro plan integral, pero yo os asegu-
ro también, que mediante los milagros que hace el Ministro
del Tesoro, mediante los milagros que hacen los Ministros de
Estado, no hay hoy, señoras y señores, talvez una sola provin-
cia ecuatoriana en donde no haya demostrado mi trabajo para
cumplir mis promesas para con el pueblo ecuatoriano. Id a
Loja, id a Machala, id a Manabí, id a Sangolquí no más, id a
Tulcán, en todas partes carreteras, construcción de escuelas,
construcciones para la Policia, construcción de cárceles, ras-
pando los pocos recursos que hay como se dice vulgarmente, y
me perdonaréis, tapando un hueco y abriendo otro, porque ésa
es la pobreza en que estamos; pero en todas partes se trabaja,
y aunque me niegue, siendo un hombre de buena fe que no
niega, yo le invito a ir conmigo y con el Ministro respectivo
para cercioramos de este trabajo; pero claro que estos traba-
jos, que a mí me llenan de satisfacción, por ser trabajos de tres
meses, no son sino un prólogo de nuestro plan de fomento d,-
la riqueza nacional, de nuestro plan de viviendas, pero eso su-
pone plata, eso supone la cooperación Panamericana, eso su-
pone arreglos, supone viajes, supone tiempo; pero yo os ruego,
señoras y señores, que me ayudéis a hacer una obra profunda.
Qué me vienen con esos pactos tácitos de especies, ésto es inau-
dito. Qué me vienen con eso; de eso no vive el pueblo, de
eso no se robustece la Patria, con eso no se conseguirá a los
otros, más tarde el pueblo no va a dar votos por eso. Hoy
tenemos que hacer una obra profunda, si vierais vo-
sotros lo que yo presencio cuando doy audiencia los días jueves
de 8 a 12, si vierais vosotros lo que yo presencio; tanta angus-
tia, sobre todo de las mujeres, cuántas madres abandonadas,
cuántas madres a las que la angustia en el alma, el no poder
pagar 40 sucres de arriendo; éso es una enorme injusticia so-
cial; esa injusticia no la podemos aceptar; yo no admito la lu-
— 234 —
cha de clases; yo creo que la lucha de clases, sobre todo cuan-
do no hay capitales acumulados como en el Ecuador, sería una
cosa funesta y monstruosa; pero tampoco acepto la indife-
rencia de los ricos; ricos y pobres tienen que ayudarme a prac-
ticar la justicia integral en la República del Ecuador.
LIBREMOS AL PUEBLO DEL TUGURIO
Hay que hacer viviendas, hay que buscar algún medio para
que las madres tengan lo necesario para su vida, no hace falta
que tengan riqueza, pero que la madre pueda cumplir sus de-
beres humanos impuestos por la Naturaleza, impuestos por el
Creador, que pueda cumplirlos con dignidad, sin angustias, sin
muerte en el alma a todas horas; que la vida no sea un tor-
mento para tódos los seres humanos, es una cuestión de jus-
ticia, yo os invito a todos vosotros, que estáis celebrando a los
que fueron allá, a desafiar al pantano, a desafiar al jaguar,
estáis celebrando a los que fueron a batirse en Ayacucho con
las formidables huestes españolas, ayudadme amigos en esta
campaña nueva, en este surco nuevo; ayudadme a ver si ha-
cemos un poco de justicia, si cambiamos un poco las bases de
la República del Ecuador. Yo no concibo, por lo pronto, otra
cosa que crear fuentes de trabajo, estimular y fomentar la a-
gricultura, abrir caminos; yo no concibo otra cosa, debéis vo-
sotros ayudarme en todo caso
Ya que se nos exige a nosotros toda clase de cooperación
para tomar parte en la política internacional en la que noso-
tros no deliberamos nada, ya que ésto se nos exige y tenemos
que aceptar que ésto nos impone la civilización Occidental; hay
que aceptar Aceptemos, aceptemos sin restricción men-
tal; que nadie tema mis restricciones mentales; yo no las ten-
go, pero que nos presten también para una política de vivien-
da y para liberar al pueblo ecuatoriano del tugurio, para que
cuando sea menester contar con el ecuatoriano para la defen-
sa de la Patria, se cuente con un ecuatoriano robusto y bien
alimentado.
Señores yo pensaba hablar poco, pero es difícil hablar poco-
delante de un pueblo tan generoso, es difícil hablar poco de-
lante de esta gente quiteña, de estas gentes ecuatorianas tan
dadas al bien, tan dadas a lo grande, tan traicionada por los
farsantes; pero aquellos que cuando el pueblo rechaza sus far-
sas hablan de caudillismo, son rechazados por su inercia y le-
jos de reconocer su inercia o pedir al cielo que les libere de la
inercia, hablan de caudillismo.
Seguid, señores, en esta "Sociedad de Quiteños", seguid
con vuestra gran obra, cultivad las virtudes de Quito, culti-
vad la Historia de Quito, y haced que cada día el espíritu de
Quito se extienda hacia el futuro, se extienda hacia el porve-
nir mediante una creación digna del esfuerzo y de la grande-
za de Quito; no os detengáis en vuestra Institución, claro que
ella merece todo mi re3peto, toda mi gratitud, ensanchadla
que sea cada vez más grande, atraed gentes que cultiven más 5;.-
más todo lo que en esta ciudad se encierra, poesía, arte, reli-
gión, liberalismo, cristianismo, tantas cosas que se encierran
en esta ciudad, desde la Rebelión de las Alcabalas, hasta el
5 de Junio último. Pero la intención, señor Presidente, es ex-
tender el espíritu quiteño hacer de nuestra Patria, de nuestra
ciudad cada día más el frente de la Unidad Nacional; por fa-
vor desterremos el regionalismo de la Patria, Quito y Guaya-
quil un solo corazón. Por favor, por favor desterremos el re-
gionalismo del Ecuador, no demos ocasión con la impruden-
cia para que surjan infundados regionalismos; los problemas-.
tratémoslos, todos, sean económicos o no lo sean, tratémoslos
todos desde el punto de vista ecuatoriano; demos trigo a la
Sierra y trigo a la Costa; dos países, que más queremos, que la.
unidad nacional formada por dos países, que más queremos,
cuántos nos enviadiarían, el Perú tiene Lima, grandiosa, ¿ver
dad?, magnífico, pero Lima, pero Lima no más, que más que-
remos nosotros, Guayaquil y Quito corazón y pensamiento;
Ambato y Portoviejo, Riobamba y Quevedo, en todas partes un
aspecto nuevo, una riqueza nueva, un crecimiento nuevo. Se- -
ñores, si continúo pensando en Quito, ya será tarde y no ter-
minaré y me voy a quedar solo a pesar de la benevolencia del_
auditorio, por consiguiente yo termino, rindiendo con todo mi
corazón un homenaje a la República Ecuatoriana, mi más fer-
viente homenaje a Quito que invoca en el alma ecuatoriana
a aquello que se desprende de la vida interior, la meditación>,
la libertad, el amor al riesgo, el heroísmo y el corazón.
— 236 ---

FE EN LOS PUEBLOS

_Ay del Pueblo que no tiene fé en que la justicia se abrirá cam-


po en la historia, dijo el Dr. Velasco Ibarra a los estudiantes de
- la Universidad Central, que en manifestación de respaldo al
Gobierno, acudieron al Palacio Presidencial el 9 de
Diciembre de 1960.

Queridos y muy respetados jóvenes estudiantes de la Uni-


versidad: No tengáis ningún recelo de que vuestra aclama-
ción en este instante sea un apoyo a mi política interna; no
- tengáis ningún recelo. Me conceptúo bastante delicado fren-
te a los sentimientos humanos y me conceptúo bastante pa-
triota para saber que vuestra manifestación en este momen-
- to, es la manifestación por la dignidad, por la gloria, por la
inviolabilidad del territorio de la Patria y de la Bandera Na-
cional. Jamás me permitiré yo, violando normas de delica-
deza y de justicia, confundir lo interno que pasa, con la glo-
ria internacional del Ecuador que debe permanecer siempre
grande y venerable ante los ojos de todos los ecuatorianos. Yo
no puedo menos que felicitaros por esta actitud vuestra, por-
que a los grandes pueblos, a los grandes caracteres se les
prueba en el momento del combate y de la lucha y de la de-
silución, para los pequeños.

LOS PUEBLOS DE AMERICA


ESTAN CON NOSOTROS

Aparentemente, superficialmente el Ecuador ha sido de-


sautorizado por los Garantes. En el fondo hemos obtenido
el triunfo en una gran batalla, porque los pueblos de la Amé-
rica, como lo prueba la Confederación de Trabajadores de
Chile, están con nosotros; nosotros hablamos para los pue-
blos, nosotros hablamos para el sentimiento profundo de los
pueblos Sudamericanos y despreciamos mil veces las combi-
naciones artificiosas mediante las cuales se proclama el de-
recho como labor de propaganda y se da razón al fuerte para
crear intereses convencionales y apetitos momentáneos, que
a vosotros estudiantes os repugna.. La falta de optimismo
— 237 —
prueba siempre pequeñez en el ánimo y vosotros por ser jó–
venes, vosotros en cuanto jóvenes, vosotros por ser estudian-1
tes de las Universidades ecuatorianas, tenéis el alma bastan-
te fuerte y la intuición bastante profunda de aquello en que
se debe tener fé: es en la justicia; claramente expresada, viril-
mente expuesta, porque los intereses y las combinaciones pa-
san y la justicia es eterna, en la intuición y el sentimiento
de los pueblos, es lo único que perdura. Nosotros no podre-
mos tener políticamente éxito en tres meses, en cuatro me-
ses en una causa que la hemos tenido abandonada por más
de un siglo; nosotros tenemos que perseverar pero tenemos
que aprovechar este momento en que todos los pueblos: los'
de Asia y los del Africa y los de la América del Sur levantan
la bandera reivindicadora de la verdad, de la justicia y de la
sinceridad, para conquistar en pocos años hacia la causa ecua-
toriana, el sentimiento profundo, hondo, intenso que hay en
los países sudamericanos por un Panamericanismo de verdad,
por una Panamericanismo de integral justicia, por un Pana-
mericanismo que respete a los países y que haga que las De-
claraciones de Montevideo y la declaración de Lima y la Car-
ta de la Organización de Estados Americanos no sean el res-
paldo de una farsa vil, de un engaño miserable, sino la san-
ción de una vida que tenemos que vivirla todos los habitan-
tes.
SEGUID ESTIMULANDO AL PUEBLO ECUATORIANO
Yo os agradezco una vez más; seguid estimulando al pue-
blo ecuatoriano, seguid acompañándolo en esta hora de triun-
fo. Montevideo con sus estudiantes está con nosotros, Chi-
le con la Confederación de Trabajadores está con nosotros..
Panamá está con nosotros, el pueblo de Colombia está con
nosotros. Una declaración en que se dice que la víctima debe
pedir permiso al victimario para declararse justa o para di-
rigirse a la justicia está contra nosotros. ¡Qué mayor triun-
fo queremos! La insensatez contra nosotros, el corazón de
los pueblos con nosotros. ¿No estamos hoy de triunfo jóve-
nes estudiantes de la Universidad Central?

FE EN TRES COSAS

Yo os ruego que tengáis fé en tres cosas, que las man- -


tengáis y las alimentéis: fé en la justicia, ay del hombre que
duda del triunfo de la justicia, ay del pueblo que no tiené
fé en que la justicia se abrirá campo en la historia, sobre todo
en el actual momento de la América del Sur, ay de quien tu-
viera un poco de duda en la causa de la justicia; por consi--
— 238 —

_guiente fé en la justicia. Segundo, fé en los pueblos, fé en la


causa de los pueblos: yo no digo fé en los tumultos anárqui-
cos, yo digo fé en la causa de los pueblos; yo digo fé en los
pueblos, laboratorios de la historiz, forj adores de la historia,
sostén de nuestros ideales actuales, presentes, pasados y fu-
turos; y fé en las Fuerzas Armadas de la República del Ecua-,
dor. Yo, como hombre conciente, como civilizado, como hom-
bre responsable, jamás provocaré la guerra, jamás desafiaré
-a nadie, pero yo he preparado y prepararé a las Fuerzas Ar-
madas para una resistencia total, prepararé a las Fuerzas Ar-
madas para una resistencia tal, que AQUEL QUE ENTRE AL
TERRITORIO ECUATORIANO NO SALGA JAMAS.

EL ECUADOR RESPETARA LA PAZ

El Ecuador que se compone de gente franca, el Ecuador


, que odia la farsa y la hipocresía, tratará de hacer honor a las
Instituciones escritas Panamericanas; por consiguiente res-
petará la paz; pero si alguien invade la Patria, cuatro millo-
nes de ecuatorianos, sucumbirán primero, antes que permitir
que se consume la desmembración territorial de la Patria
Ecuatoriana, descubridora, civilizadora del Amazonas y triun-
fadora en la Batalla de Tarqui. Jóvenes, jóvenes de la Uni-
versidad del Ecuador, de la Universidad de Quito, seguid es-
timulando a la Patria. Que nadie tenga miedo, que nadie
tenga recelo, que nadie espere en lo artificioso y lo misera-
ble; que todos esperen en lo permanente y lo grande. La jus-
ticia y la justicia intuida por los pueblos sudamericanos.
Mil gracias a vosotros. Con mi corazón comulgo con el
vuestro, no en cuestiones de política interna, no tengáis re-
,celo, sino en cuestiones de grandiosidad.
Intervención del Primer Mandatario en la ceremonia de graduación
de Oficiales de la Marina, en Salinas, el 19 de Noviembre de 1960.—
La gráfica corresponde al Juramento ante la Bandera.
— 240 —

EN EL HONOR ESTA SINTETIZADA TODA LA VIDA.


DE UN HOMBRE, EL HONOR ES EL EJE DE LA
VIDA MILITAR

Discurso pronunciado en Salinas en- la ceremonia de gradua-


ción de nuevos Oficiales de Marina el 19 de Diciembre de 1960..

Señor Ministro de Defensa. Señor Comandante General


de la Marina. Señor General Jefe dele Estado Mayor del Ejér-
cito Ecuatoriano. Distinguidos Jefes, Oficiales de las Fuerzas
Armadas Nacionales. Señor Arzobispo de la Arquidiócesis. Se-
ñores Guardiamarinas. Distinguido Auditorio:

Con viva emoción asistí a vuestro juramento, señores.


Alféreces de Fragata, habéis dado un paso trascendental en
vuestra vida; habéis jurado ante la Bandera Nacional subli-
mar vuestras personas porque no otra cosa significa el jura-
mento de servir a la Patria, y no otra cosa significa también.
el ser militar; el ser hombre de las Fuerzas Armadas de la hu-, •
manidad. Os decía magníficamente el señor Comandante Di-
rector de la Escuela Naval: "es el honor la síntesis de las cua
lidades que es menester encarnar en un soldado, en un Alfé-
rez Ecuatoriano". En el honor, es la verdad, está sintetizada
toda la vida de un hombre, pero especialmente el honor es el
eje de la vida militar; yo ansío fervientemente que todos los
ecuatorianos comprendan lo que significa la vida militar, lo
que significa ser soldado; todas las otras actividades podría-
mos decir que no salen de la vida corriente de la especie hu-
mana; vida corriente en la cual preponderan más los aspec-
tos de la vulgaridad que los aspectos de la grandeza;; yo no
niego que puede haber comerciantes muy dignos y agriculto-
res magníficos y profesores de primer orden, nada de esto pue-
do negar; en toda profesión hay la posibilidad de la grande-
za; pero hay una profesión en la cual la grandeza constituye
la esencia, porque el honor, como decía muy bien el Coman-
dante Director de esta Escuela, constituye la esencia de una
profesión, esa es la profesión del militar.
— 241 —

LA MUERTE NO OS HARA DAÑO


Toda la intensidad de las capacidades del hombre, todas
las potencialidades internas del hombre, se sintetizan y se ci-
fran en el honor; el honor, como os decía hace un instante os
hará leales, el honor os hará héroes, el honor no permitirá ja-
más abandonar las Banderas de la República, y os permitirá
al contrario, mantenerla siempre gloriosa y morir mil veces
antes que rendirla a la ignominia. La muerte no os hará daño;
estamos todos condenados a morir; la gran vulgaridad de los
hombres piensa que la muerte no cuenta con ellos y no viven
sino huyendo de la muerte, pero para el soldado la muerte
constituye un constante desafío y vosotros tenéis que desa-
fiarla constantemente, sin hacerle caso porque no puede ha-
ceros daño; la muerte material y aparente no será sino la ba-
se de vuestra inmortalidad, vuestra inmortalidad en las re-
giones del espíritu, vuestra inmortalidad en el amor a las ge-
neraciones ecuatorianas, vuestra inmortalidad ante vuestros
camaradas que reconocerán siempre vuestros ejemplos, vues-
tra inmortalidad ante la juventud ecuatoriana que tratará de
inspirarse en vuestras hazañas.

LA VIDA ES UNA BATALLA


Es realmente grande y sublime la tarea militar; en un
país que vive de la desorientación, como estamos viéndolo to-
dos los días; un país en que los de arriba y los de abajo viven.
en constante desorientación pretendiendo desviar el sentido
de la República, pretendiendo aflojar el patriotismo, con du-
das e hipótesis mezquinas; sólo la vida militar está enmar-
cando en sus sabios reglamentos, en sus sabios estatutos a los
hombres ecuatorianos que tienen la dicha de pertenecer a las
Fuerzas Armadas Ecuatorianas. Aquí la obediencia, aquí no
se admiten dudas respecto al amor a la Patria; aquí todo el
mundo, si es necesario, sin dudar, sin inspirarse en hipótesis
artificiosas, no tiene que tener otra norma que morir por la
República, y en la paz prepararse constantemente para el
día de la batalla. La vida es una gran batalla y mientras haya
hombres con pasiones no proclamemos el pacifismo definitivo;-
la vida es una batalla constante, y en un momento o en otro,
vosotros tendréis que defender la gloria ecuatoriana y aún
fuera de la acción inminente de las armas vuestra sola pre-
sencia, señores marinos, vuestra sola existencia, los barcos en
que vosotros desafiás las olas del mar, la sola presencia de•
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— 242 —

ello, impide que el enemigo invada nuestros golfos, atropellé


nuestras costas, injurie nuestra dignidad; es lo que no entien-
den los miopes ridículos que hablan de la improductibilidad
del ejército; el ejército produce la Patria libre, y porque la Pa-
tria está libre trabajan los agricultores, se hacen ricos los co-
merciantes, se hacen millonarios los industriales, porque vo-
sotros existís, porque vosotros sois productivos; porque de lo
contrario esos hombres que no piensan sino en su interés,
esos hombres que por regla general salvo excepciones honro-
sas, están temblando de que plan tiernos el problema limítrofe
ecuatoriano por temor de perder en sus negocios, esos hom-
bres no serían sino servidores del extranjero; el extranjero
invasor que nunca perdona, el extranjero invasor siempre
tendría el concepto de su orgullo, de su triunfo y de su supe-
rioridad; por eso vosotros sois productivos, aún en este orden
económico bajo y miserable cuando se lo quiere sobreponer a
los valores del honor; es necesario conservarlo cuando es ele-
mento, cuando es base para que se desarrolle la nacionalidad
y para que prosperen las instituciones de honor, las institu-
ciones de decencia, las instituciones de superación humana.

VUESTRO JURAMENTO DE HONOR

Yo os felicito, señores Alféreces; mantened el espíritu


siempre ferviente, el espíritu militar; no olvidéis jamás de este
acto sublime mediante el cual os habéis consagrado a la excel-
situd humana al postraros delante de la Bandera Nacional;
y al jurar ante ella valor, heroismo y fidelidad; así como el
sacerdote, el buen sacerdote, aquel que siente al valor espiri-
tual, aquel que sabe amar al Universo y a los hombres, al mo-
mento en que se consagra debe sentir temor, debe sentir hasta
cierto punto, pavor de pasar de lo terrestre a lo divino; tam-
bién vosotros habéis pasado hoy de lo terrestre vulgar a lo
terrestre sublimado, porque vuestro juramento de honor, de
valor, de fidelidad a la Bandera Ecuatoriana, es un juramen-
to que os mantiene en la tierra, al servicio de la tierra, pero
de una tierra sublimada cuyos linderos se mezclan con el
azul del cielo, cuyos linderos se mezclan con la inmortalidad
y con lo divino. Cuántos momentos de tristeza tendréis jóve-
nes en vuestra vida de marinos, de Jefes de la Marina; el mar
tiene sus horas de tristeza; dejaréis en la tierra vuestras fami-
lias, os lanzaréis a las olas en busca del enemigo o para defen-
der la Patria contra el enemigo; tendréis como todo hombre
horas de quebranto; indudablemente que el mar, cuando va
a- anochecer, cuando el sol se pone, es tan misterioso que in-
- 243 .--
funde al hombre tristeza y a veces lo quebranta, a veces le
arranca esas lágrimas que no se sabe por qué salen de los
ojos, pero la redención vuestra está en recordar que habéis
jurado ser héroes y para el héroe tiene la vida sentido, que no
lo tiene el vulgar, que no tiene para el cobarde, que no tiene
para el traidor; para el héroe tiene la vida sentido y cuando
se siente el sentido de la vida, la tristeza se convierte en afir-
mación de la personalidad, en avance del hombre hacia las
regiones que dan sentido a la existencia humana.

UN SOLO PELIGRO
Ahora el Ecuador no tiene sino un peligro; no hay tal pe-
ligro inminente del comunismo, que pueda hacernos permi-
tir que aceptemos como hipótesis la pérdida de nuestros de-
rechos, no hay tal. Tampoco hay, como se anda diciendo por
otros lados, por otras miopías, el peligro del imperialismo
norteamericano; nada de eso. Nosotros sabremos mantener
nuestra independencia, en nuestras manos está ser indepen-
dientes; en nuestras manos está ser fieles al honor, a los prin-
cipios del Derecho Internacional; no hay tal enemigo comu-
nista que pueda perturbarnos en esta hora de unión nacional.
No hay tal peligro imperialista de otra índole que pueda per-
turbarnos en nuestra hora actual de unión y solidaridad na-
cional; actualmente no hay más peligro que el que pudiéramos
perder nuestro honor con una claudicación internacional; pe-
ro yo estoy divagando; ¿cómo hablar de perder el honor de-
lante de los militares de la Marina Ecuatoriana? ¿cómo ha-
blar de perder el honor delante de los soldados de la Repúbli-
ca y de los ecautorinanos que me escuchan?; Nosotros esta-
mos dispuestos a pelear, ciento o trescientos años, para de-
cirle a la América que no puede ella tener paz mientras no se
haga plena justicia a la República del Ecuador. Lo único que
reclamamos: plena justicia a la República del Ecuador.
Nuestras esperanzas están, no en los Gobiernos que pa-
san con una elección, pero en los pueblos que quedan y que re-
nuevan las aspiraciones; nuestra esperanza está en los pue-
blos y a los pueblos; a pesar de que no se da a estas noticias
la importancia que debiera darse, ya por los periódicos po-
demos ver cómo los pueblos y los partidos políticos empiezan
a sentir con el problema ecuatoriano. En tres meses hemos
logrado que los pueblos y los partidos políticos y la juventud
sientan con el pueblo ecuatoriano.
— 244 ---

ANHELO LA UNION DE TODOS LOS ECUATORIANOS

Yo os agradezco señor Arzobispo de Guayaquil, que para


prestigio del catolicismo ecuatoriano y para evitar que se de-
sate una verdadera lucha religiosa, habéis tenido la grandeza,
la nobleza de hablar aquí un corto y preciso discurso, en que
habéis proclamado, revestido de vuestras insignias pontifica-
les, habéis proclamado los derechos amazónicos de la Repú-
blica del Ecuador. Yo os agradezco, porque yo anhelo la unión
de todos los ecuatorianos, yo anhelo la unión de las fuerzas
morales ecuatorianas y esta unión no podría existir si alguien
pretendiera dividir a la Patria y con hipótesis absurdas pre-
tender debilitar este impulso nacional tan sublime que Vos,
Señor Arzobispo, lo habéis estimulado, al hablar ahora de los
Derechos Amazónicos del Ecuador. Yo os agradezco; por Vos
tendremos la unión y la paz en la República del Ecuador.
Distinguidos jóvenes Alféreces, recibid mi sincera, mi hon-
da simpatía; mi homenaje es para vosotros, para vuestros
profesores, para vuestros Comandantes. No permitáis jamás,
Señor Ministro de Defensa, por algo sois joven, por algo sois
hijo de un gran soldado de la República, no permitáis, ni vos,
ni los distinguidos Jefes de las Fuerzas Armadas Ecuatoria-
nas, que éstas se conviertan en una burocracia rutinaria; el
instante en que Fuerzas Armadas ecuatorianas, o servicios de
las Fuerzas Armadas ecuatorianas se convirtieran en rutina-
ria burocracia mejor sería señor Ministro que las suprimamos
y que nos hundamos todos avergonzados en las olas del mar,
si es que el mar es capaz de recibir a traidores.
Emplead vuestra juventud señor Ministro, emplead vues-
tra energía señores Jefes de las Fuerzas Armadas Ecuatoria-
nas en tener fuerzas reducidas en número, -no podemos más-
pero muy inspiradas en el honor, como se os decía esta ma-
ñana, muy técnicas, muy grandes en su parte espiritual, con
aquellos elementos de movilidad, de elasticidad, de flexibilidad
adaptadas a las condiciones de nuestras costas, de nuestras
selvas, que les permitan defender a la Patria, que por su mis-
ma existencia, permitan que la diplomacia hable alto y
grande.
No hay derecho señores militares y señor Ministro, cuan-
do no hay fuerza para mantener ese derecho; declaraciones
en contrario son simples utopías que el 5 de Junio, con la
cooperación de todos los ecuatorianos de buena fe, con la coo-
peración de los que hicieron el 5 de Junio y de los que des-
pués lo han aceptado, como hombres de honor, se acabaron
en la República del Ecuador.
Y
— 245 —

CUMPLIR EL DEBER

No es cuestión de decir, no voy a cumplir este deber, por-


que voy a cumplir este otro deber que es más apremiante, no;
la cuestión es cumplir todos nuestros deberes porque todo
lo que es deber del hombre, es robustecimiento de la vida, es
grandeza de las naciones.
No olvidéis señores Alféreces de la Escuela Militar del
Ecuador, no olvidéis lo que os han dicho vuestros profesores,
no olvidéis las horas de placidez en que aprendíais la ciencia,
en que aprendíais a amar el honor, a obedecer y a mandar;
no olvidéis; hay que saber mandar, hay que saber obedecer;
hay que saber mandar lo justo y muchas veces en el orden
militar, hay que aceptar las injusticias transitorias.
Yo terminaré haciendo los más fervientes votos por las
Fuerzas Armadas Ecuatorianas; por los militares de la Ma-
rina Ecuatoriana; por el pueblo Ecuatoriano; por el esplen-
dor inmarcesible de la Bandera Nacional que simboliza y sig-
nifica toda la historia gloriosa que fue, todo el presente aus-
tero que debe ser y toda la inmortalidad futura que debe su-
perarnos.
-9-
- 247 -

REVOLUCION DE LA PATRIA

Gráfica de los actos cumplidos con ocasión de la inauguración de la


carretera El Empalme - Guayas, el 23 de Diciembre de 1960.
— 248 —

UNA NUEVA CARRETERA

Discurso pronunciado por el Excmo. señor Presidente de la


República, doctor José María Velasco Ibarra, en el acto inau-
gural de la carretera El Empalme —parroquia Guayas—,
el día viernes 23 de diciembre de 1960.

Señor Presidente de la H. Cámara de Diputados,


Señor Ministro de Obras Públicas,
Señor Gobernador de la Provincia,
Señor Director del Comité Vial del Guayas,
Señor Alcalde de la ciudad de Guayaquil,
Señor Arzobispo de la Arquidiócesis,
Señor Jefe de Zona; señoras y señores:

El velasquismo no tiene razón de ser, no se explica, no


merece vuestro aplauso, en cuanto todos los días se esfuer-
ce con abnegación y constancia, por mejorar la condición eco-
nómica del pueblo ecuatoriano; por hacer justicia a todos los
ecuatorianos, por practicar la sinceridad, la verdad, la libertad
y la democracia. El velasquismo carece de razón de ser, si se
convierte, lo cual es un absurdo, en uno de tantos movimien-
tos políticos en que unas personas se sustituyen a otras y unos
bribones son reemplazados por otros bribones. El velasquismo
sólo tiene su razón de ser, para servir modesta y eficazmente,
todo el tiempo, al pueblo ecuatoriano.
Sí, esta magnífica carretera de doce kilómetros de longi-
tud, de seis metros de ancho, perfectamente hecha en tres me-
ses, es una de las pruebas de que el velasquismo tiene derecho
a ser servidor del Ecuador desde la Presidencia de la Repú-
blica. Es la prueba terminante de que el velasquismo no mien-
te, de que el velasquismo no es una vaguedad, de que el velas-
quismo es una realidad, una realidad concreta, una realidad
de servicio al país, una realidad de justicia hecha todos los
días.
Puede el velasquismo tener muchos defectos, como toda
cosa humana; puede cometer muchos errores, como cometen
todos los hombres, pero la tendencia esencial, el ideal esencial,
el afán del velasquismo, es el bien de la Patria y el servicio al
pueblo. Por eso está en el Poder y por eso, conquistando la yo-
— 249 —
Juntad del pueblo ecuatoriano, puede estar cuarenta o cin-
cuenta años, a pesar de la miseria de políticos bastardos, que
con intrigas y maniobras pretenden dividirlo El pueblo
no se divide, el pueblo ecuatoriano no se dividirá; el pueblo
ecuatoriano es leal a sus servidores; el pueblo ecuatoriano sabe
quiénes son los farsantes y sabe quiénes son los hombres que
interpretan sus ideales.
rs,
EN TRES MESES UNA CARRETERA

Esta carretera, como os decía, ha sido terminada en 3 meses;


carretera magnífica, como se la puede ver: doce kilómetros de
longitud, seis metros de ancho, de acuerdo con todas las ne-
cesidades e imposiciones de la técnica; honra al velasquismo,
lo honra, porque los que la hicieron, los que la han terminado,
tienen la amabilidad de ocultarse a sí mismo en gesto de no-
bleza, y dar el honor a este modesto servidor, que lo único que
quiere es impulsar a la Patria por el sendero del progreso.
Esta carretera es obra inmediata del Comité Vial del Gua-
yas, y como no podemos los hombres vencer la vanidad, debo
recordaros que el Comité Vial del Guayas es obra del segundo
velasquismo, que convencido de que una centralización exa-
gerada desde Quito, impedía hacer el bien a cada una de las
distintas secciones de la República, descentralizó la adminis-
tración de carreteras de la Provincia del Guayas y creó el
Comité de Vialidad del Guayas, con Pedro Menéndez Gilbert,
este gran constructor, este gran ejecutor, este gran amigo de
la Patria y del Guayas; este gran amigo mío, que hoy, con el
joven Gobernador de la Provincia, que se desvela todos los
días por atender a todas las necesidades de la Patria; que con
Nicolás Valdano, benemérito Presidente de la Cámara de Di-
putados, que lleva tantos años de luchar por la prosperidad
del pueblo ecuatoriano; que con Fernando Ponce y muchos
otros hombres, como todos los que acabo de nombrar, sienten
la responsabiliadd seria y austera del 5 de Junio, están resuel-
tos a que no pase un solo día, sin que se haga alguna obra en
provecho y beneficio del pueblo ecuatoriano, y nada más que
del pueblo ecuatoriano; de uno a otro confín de esta Repúbli-
ca, de la Sierra y de la Costá, no de regionalismos. Ser regio-
nalista es ser miserable y traidor; la Sierra y la Costa se abra-
zan con sus propias virtualidades y originalidades en un solo
himno a la grandeza imperecedera del tricolor ecuatoriano.
— 250 —

EL 5 DE JUNIO
Mi noble amigo de tantos años, el señor Julio Cárdenas,
nos recordaba hace poco, y se asociaba a los demás oradores,
al recordar la trascendencia del 5 de Junio. El 5 de Junio, no
es un triunfo cualquiera, no es el triunfo de la cantidad, no
es el triunfo del mayor número, no es el triunfo únicamente
del empuje de vuestros brazos, hombres del Ecuador, y de vues-
tras nobles pasiones, mujeres del Ecuador. El 5 de Junio, es
sobre todo, para quienes saben sentir el honor, una enorme
responsabilidad y un gran deber de redimir económicamente
al pueblo y de mantener intacto y glorioso el territorio y el ho-
nor de la República del Ecuador.
Fijémonos todos los dirigentes, no el pueblo, porque el
pueblo lo sabe, porque el pueblo lo siente, porque el pueblo lo
intuye, porque en el pueblo todo es sacrificio, todo es abnega-
ción; fijémonos los dirigentes, los que dirigen al velasquismo,
fijémonos en la responsabilidad enorme que el 5 de Junio pu-
so sobre nosotros, desde el punto de vista nacional, desde el
punto de vista moral, desde el punto de vista del trabajo, des-
de el punto de vista de luchar todos los días por la prosperi-
dad económica y social de este enorme pueblo que nos dio el
triunfo, no para satisfacer nuestras concupiscencias, no para
satisfacer nuesta vanidad y nuestro orgullo, sino para que des-
de las alturas del Poder, tengamos la grandeza, la única gran-
deza, de servir con humildad y constancia al pueblo ecuato-
riano.
Yo os aseguro señores de la parroquia Guayas, que
por obra del Ministro de Fomento, Jaime Nebot; por obra del
benemérito y mil veces apreciado amigo señor Ministro de
Obras Públicas, Carlos Valdano; y, por obra de los demás Mi-
nistros de Estado, hoy se trabaja eficazmente en todas las
Provincias del Ecuador. No importa que no tengamos en don-
de publicar esas obras, no importa que se las calumnie, no
importa que se les reste méritos; nosotros estamos trabajando
en todas las Provincias de la República del Ecuador. Carrete-
ras, cuarteles, escuelas, policías, teléfonos, telégrafos, todo, ab-
solutamente todo, en toda la República del Ecuador. La Patria
está recibiendo la sacudida del Movimiento Velasquista.
ESPERAD SEIS MESES
Yo decía en Cuenca, hace un mes, y lo repito ahora: es-
perad; esperad 6 meses y veréis al velasquistno en pleno cum-
plimiento de su deber de trabajar. No el absurdo que me hi-
cieron decir, que en seis meses iba a hacer la felicidad de la
— 251 —
Patria, iba a hacer el progreso económico de la República; ese-
absurdo nunca lo dije, ni vosotros lo decís, ni vosotros lo po-
déis pedir; lo que pedís es honradez y trabajo de todos los días.
Yo digo ahora, esperad cinco meses; ya se ha pasado un-
mes, y veréis cómo, en todas las provincias del país, el velas-
quismo está en pleno trabajo, para obtener no la grandeza de
una oligarquía, a nosotros no nos interesan las oligarquías, pa-
ra obtener la grandeza y el vigor del pueblo ecuatoriano, raíz
de la nacionalidad, fuente de la nacionalidad, apoyo de la Pa-
tria, brazo que hace carreteras y palacios y progresos, corazo-
nes de la mujer del pueblo que inflaman al pueblo en genero-
sidad, en nobleza, en orgullo nacional; he aquí lo que prometí
en Cuenca, he aquí lo que vuelvo a prometeros a vosotros.

LA DIVISION
Cuán triste es en verdad, la división, las polémicas, la
incomprensión entre velasquistas. Tengo evidencia de que vo-
sotros, cuando asistís a estas polémicas, sentís el alma pro-
fundamente entristecida; y yo, os acompaño en vuestra
tristeza.
Vosotros, hombres del pueblo, veis el panorama de la Pa
tria en su conjunto, desdeñáis las pequeñas cosas, veis la to-
talidad de la obra que se debe hacer; no os ocupáis de cositas
personales. Con qué tristeza debéis ver que vuestros esfuerzos
sublimes para el 5 de Junio, que el sacrificio de vuestras vidas,
el reto que hicisteis a los tiranos que os echaban piedras, que
os asesinaban, puedan quedar infecundos por pequeñas cosas,
personales, por pequeñas ambiciones; pero, yo espero siempre-
que el día de mañana será mejor. A cada día le basta su ma-
licia. Hasta hoy estamos teniendo ciertas tristezas; hasta hoy,
nos vemos a veces torpemente desautorizados, cuando debía-
mos ser noblemente estimulados. No importa, el pueblo que-
da y sus servidores quedan, y nosotros y vosotros haremos
grande la Patria, con nuestro amor a la Patria, con nuestro
amor al pueblo, con esa consagración al servicio de la Repú-
blica.
Que sigan los Ministros su tarea; que siga el Ministro de
Obras Públicas con sus carreteras, con sus regadíos, con sus
proyectos materiales para crear fuentes de trabajo, para fo-
mentar la producción, para mejorar higiénicamente a los hom-
bres de la República. Que siga el Ministro Nebot fomentando'
la agricultura y la industria. Que siga el Ministro de Educa-
ción creando escuelas por todas partes. Que siga el Alcalde de
Guayaquil removiendo por completo a su ciudad y restauran-
do un Guayaquil digno de su historia y de sus promesas. Que
— 252 —
siga el Gobernador y el Presidente de la Cámara de Diputados
y todos los dirigentes del velasquismo, que sienten el deber de
la Patria, que tienen conciencia, que tienen honradez, que sa-
ben lo que tienen cuando detentan un acto de Poder, que si-
gan cumpliendo sus tareas.
Poco a poco la Patria adquirirá más y más optimismo cí-
vico y como lo único que interesa en un hombre es el espíritu,
es el optimismo, el optimismo del pueblo ecuatoriano y de sus
dirigentes conscientes, la restauración económica, la restaura-
ción moral y el triunfo internacional de la República del
.Ecuador.
'153101r
EL PELIGRO DE LA PATRIA
Se nos ha advertido respecto al peligro del comunismo,
yo no veo sino un peligro en la Patria ahora: el dolor del pue-
blo ecuatoriano, su angustia por obra de la miseria, su angus-
tia por falta de viviendas, su angustia por falta de drogas, su
angustia por falta de trabajo; no hay otro peligro. El velas-
quismo con cada carretera que hace, con cada regadío que
_fomenta, está luchando contra el comunismo. El comunismo
•es una palabra tras de la cual algunos ocultan sus odios, sus
:rencores y algunos tal vez sus utopías; pero el comunismo en el
Ecuador es sobre todo una palabra que disfraza el profundo
-malestar de un pueblo que ama la libertad, de un pueblo que
.cree en Cristo, de un pueblo que cree en el Evangelio y que
-no quiere sino que se lo sirva, que se lo redima, que se lo le-
vante espiritualmente para ser heraldo de la libertad, de la
justicia y de la democracia, sin peligro alguno del tal comu-
;nismo.
Qué nos vienen con el peligro comunista para hacernos
perder el brío patrio! Apenas el Congreso de la República in-
sinuó que el Tratado de Río de Janeiro era nulo, apenas se
levantó una onda popular contra el Tratado de Río de Janei-
ro, el Perú dijo por sus periódicos que esta agitación era obra
comunista. Os fijáis?, es el Perú quien imputó al comunismo
la energía patria con que rechazamos el Protocolo de Río de
.Janeiro. Insensatez peruana.
Nosotros no invocamos la inviolabilidad del territorio de
la Patria por comunistas, señores del Perú, nosotros hablamos
de la inviolabilidad del territorio de la Patria y estamos resuel-
tos a mantener intacto su territorio, porque nosotros sabemos
lo que es el honor nacional, sabemos lo que es el tricolor na-
cional, sabemos lo que es la tradición histórica nacional, y sa-
ternos lo que representa el Amazonas para el futuro de los
países sudamericanos. No hay tal comunismo en nosotros.
-253—
Yo quiero antes dé terminar, daros una noticia que debe
ser grata a vosotros. No sé si El Universo y El Telégrafo hayan
publicado, pero en El Comercio de hoy aparece que una gran
revista mexicana defiende los derechos territoriales del Ecua-
dor con los mismos argumentos con que nosotros, que no so-
mos comunistas, hemos defendido los derechos territoriales
del Ecuador. Fijáos lo que dice esa revista; esa revista mexi-
cana dice: "O el Panamericanismo es una farsa o el Ecuador
tiene pleno derecho en sus reclamos". He aquí la voz de México,
después que oímos la voz de los partidos políticos de Chile
después que oímos la voz de la juventud de Montevideo.
Señores, al que no tiene espíritu lo poco de espíritu se lo
quita. Al que tiene espíritu como tiene el pueblo ecuatoriano,
al que tiene espíritu como tiene la Nación ecuatoriana se le
da espíritu en abundancia y aun las cosas materiales se rin-
den a la Patria con fe en el futuro, con espíritu y con esperan-
za en la justicia y en el bien.
LOS DOS GRANDES PROBLEMAS
Yo no he podido menos que hablar de esta cuestión inter-
nacional, porque en definitiva los dos grandes problemas fun-
damentales que el velasquismo tiene son: redimir al pueblo
del hambre, de la falta de higiene, del tugurio; al mismo tiem-
po, inmediatamente, redimirlo de todo lo que tenga de odio.
de toda doctrina disolvente; el Ecuador no está hoy para la
lucha de clases, el Ecuador está hoy para la unión sagrada al
rededor del tricolor nacional; y el segundo problema, induda-
blemente, es el problema internacional. Cómo la gente se ate-
rra de que el velasquismo haya levantado su voz; los hombres
de negocio, los hombres de bancos, de letras por cobrar, de
depósitos por hacer, de transacciones, están aterrados. Lo que
pudo hacer Panamá no puede hacer el Ecuador. Las quejas de
Guatemala no las puede tener el Ecuador. Las reinvindicacio-
nes de la Argentina no las puede tener el Ecuador. Hay que de-
jar a los hombres que hagan negocio. Nosotros tenemos otra
mentalidad. Nosotros ayudamos a los negocios porque establece-
mos el imperio del orden, el imperio de la regularidad; pero-
en nombre de los negocios, o en nombre del comunismo nadie
pretenda sellar nuestra protesta contra quienes quieren colo-
nizar la Patria y desmembrar a la República del Ecuador. Y
mirad cómo la gente es noble y buena, mirad cómo los pobres
son ricos y cuán pobres son los ricos. En verdad los ricos son
bien pobres, y cuán ricos son los pobres. Aquí se me entregan
$ 350,00 para la defensa nacional, os fijáis en el sacrificio que
eso representa en una pequeña parroquia, en un pequeño
pueblo; os fijáis el símbolo de amor, de consagración a la Re-
— 254 —

pública, de desinterés, de lealtad a la bandera nacional que


esto significa. Cuán ricos, cuán nobles son los pobres y los hu-
mildes. Bienaventurados los pobres, podemos decir ahora en
vísperas de Navidad, recordando las frases Evangélicas. Paz a
los hombres de buena volutad, bienaventurados los pobres,
bienaventurados los humildes, porque los pobres son ricos y
porque los humildes son el orgullo de las naciones que saben
comprender a los humildes y saben preparar el futuro de los
pueblos.
Estos trescientas cincuenta sucres, pedazo del corazón de
los pobres del Ecuador, irán a manos del señor Ministro de De-
fensa Nacional.
Nosotros tenemos que vivir militarmente. Tenemos que
luchar contra el mal, luchar contra la injusticia, luchar por
la justicia a favor del pueblo ecuatoriano. Tenemos que traba-
jar por carreteras, por regadíos, por viviendas, no podemos de-
salentarnos cuando veamos que nuestros hombres de dividen;
vosotros y yo debemos acudir a ellos con la bandera de la Pa-
tria en la mano, pedirles que se reconcilien, pedirles que no
hagan el juego a quienes son causantes del Tratado de Río de
Janeiro de 1942. Velasquismo unido, dirigentes velasquistas
unidos y conscientes de su responsabilidad, de sus deberes,
haremos la felicidad para el pueblo ecuatoriano.
Señores, Vísperas de Navidad, vísperas de Año Nuevo, es-
tas fechas tienen más de tristeza que de alegría; más de tris-
teza la fiesta de Navidad. Cuántos niños pobres no pueden
participar del goce de los niños ricos. Tristeza la del Año Nue-
vo: siempre dejando una base de dolor y de arrepentimiento,
un período que surge con todas sus incógnitas, con todas sus
responsabilidades. Yo no sé qué pasa, pero para mí el Año Nue-
vo es una noche no de alegría sino de tristeza. Yo lo amo por-
que me inclina a la meditación. Alguna vez los hombres debe-
mos meditar en nosotros mismos; pero en fin, siempre la in-
cógnita; qué será del futuro, qué habremos hecho en el pasa-
do, qué habremos hecho de mal, qué debemos rectificar, cómo
debemos enderezar esa vida. Pero en fin, tengamos la es-
peranza, pongamos toda nuestra voluntad en que el año 1961
sea un año propicio a la grandeza de la Patria, a la unión de
los ecuatorianos, a que cesen las luchas cívicas bastardas, a
que cese la incomprensión frente al pueblo ecuatoriano; haga-
mos votos sinceros porque el Pueblo Velasquista enarbolando
la bandera del honor, la bandera de la honorabilidad, la ban-
dera del progreso el año 1961, sea el año en que el velasquis-
mo siembre una Patria tan grande y gloriosa, como fue gran-
de el 10 de Agosto, como fue sublime el martirio de los héroes
el 2 de Agosto de 1810.
QUE LA CLARIDAD DE 1961 NOS DE
EL VALOR DE LA VERDAD

Discurso pronunciado con motivo del Saludo Protocolario


dirigido a las Misiones Diplomáticas acreditadas ante
el. Gobierno Ecuatoriano.

Os agradezco que os hayáis reunido en este histórico Pa-


lacio para expresar a los personeros del Estado ecuatoriano y
al pueblo de la República, en representación de vuestros ilus-
tres Gobiernos y en vuestro propio nombre, votos de amistad
con motivo de principiar mañana un Nuevo Año, una nueva
medida del tiempo, en esta historia dolorosa de la humani-
dad que carecería de todo sentido si no fuese por la fe en un
ideal que llene algún día el espíritu del hombre.
Un Año que termina; ótro que comienza. Un tiempo que
se hunde para siempre llevándose remordimientos, pesadum-
bres y quejas; ótro que surj e y se proyecta con su caudal de
dudas, sugerencias y esperanzas. En todo caso, día simbólico
el último del año, simbólico al extremo que a todos afecta tan
hondamente que en la copa del brindis con que se saluda al
Año que comienza cae ordinariamente también una lágrima,
furtiva expresión de la síntesis humana de promesas y aflic-
ciones, de alegría dolorosa y dolor esperanzado.
En fecha semejante, augusta como nunca resulta vuestra
presencia, eminentes Miembros del Cuerpo Diplomático, re-
presentantes de la Comunidad humana. Vuestra visita expre-
sa la solidaridad que en los instantes profundos nos vincule a
todos los hombres por el hecho de ser hombres.
El sentimiento con intensidad irresistible, que nada ni na-
die podrá paralizar, va creando la Comunidad humana. Se di-
buja ya con propias carreteras de Magna Civitas. Ya no soi4
Representantes de Naciones apartadas entre sí y radicalmen-
te diferentes. Cada día sois más, excelsos funcionarios de la
Magna Civitas.
En ciertas regiones del Globo estallan aún violentas dis-
crepancias, pero en estas mismas preponderan ya el acerca-
miento, la necesidad de recíproca ayuda, las inevitables aproxi-
maciones. La técnica nos vincula más y más todos los días; la
hostilidad del Cosmos nos hace indispensables los únos a los
ótros.
Uno de los mayores sabios de este tiempo Teilhard de
Chardin, físico y antropólogo, filósofo y teólogo, proclama que
todo, todo en lo cósmico y en lo humano tiende a la Unidad.
La Unidad es descubierta todos los días por los investigadores
de las energías del Universo, y la Unidad en lo humano debe
ser acelerada, en homenaje a nuestra conciencia de gentes li-
bres, por nuestra comprensión del hombre y de sus problemas
y por el sometimiento a las normas de fraternidad, justicia y
cooperación.
La Unidad vincula al blanco con el negro; a los del Orien-
te con los del Occidente, a los hombres del viejo Continente
con los del Nuevo.. Unos somos por espíritu y por el sentimien-
to; unos por las angustias y los anhelos.
Sobre todo, Excelentísimos Señores, en algunas regiones
hemos llegado ya a cierta Unidad integral. Cervantes y Pas-
cal, Geothe y Kafka fruto son de la misma alma europea, rica
k _ y compleja, en verdad y por dicha, pero una y la misma en
su tendencia profunda. América Latina es otra Unidad, más
• vigorosa aún por el vínculo de la raza y de la historia, de la
religión y del idioma.
La Unidad que en lo físico está fatalmente forjada por las
energías del Cosmos, en lo humano es también realidad ine-
ludible. Ha de ser acelerada por la acción de los hombres pa-
ra no convertirse -por obra de riguroso castigo- en infierno in-
soportable; son la comprensión y la justicia los grandes y úni-
cos elementos de una Unidad consciente, fecunda y sublime.
Todo atropello del que se cree más fuerte contra el que
se supone más débil, todo exclusivismo egoísta, toda falta a
los compromisos solemnes y claros que tienen por fin civilizar
la vida, sobre todo, toda fata de sinceridad ante la verdad en
que se dice creer, son determinantes de odios y combates.
Donde impera de hecho la Unidad y donde ésta debe ser re-
conocida por actos libres para convertirse en benéfica, si es
atropellada por la voluntad injusta, se cae en el abismo del
infierno. Nadie reniega de su propia naturaleza sin precipi-
tarse en el infierno.
Aprecio altamente el Mensaje del Pontífice Reinante
Juan XXIII con motivo de la Navidad última. El Papa Juan
XXIII que —según expresó— no quiso ser Papa-sabio, sino
Papa-pastor, ha escrito uno de los documentos teológicos y
sociales más excelsos y hondos de toda la fecunda historia
de la Iglesia. Juan XXIII sin herir a nadie con alusiones
ideológicas vulgares e imprecisas, ha determinado hechos cla-
ros que crean la angustia extraordinaria del momento. Uno
de ellos la traición sistemática a la verdad. La traición a la
verdad está llevando al abismo de sangre. Todos invocan la
verdad y la invocan ufanándose de poseerla, y todos la trai-
— 257 ,
cionan con la amargura, con el sectarismo, con la venganza,
con la ambición, con la inercia, con los convencionalismos,
con las rivalidades. Al servicio de éstos se usan la mentira, el
sofisma y el delito disfrazados de verdad.
Los espíritus imponen que se ame la verdad para no pe-
recer y la verdad es respeto al hombre y a los pueblos, equi-
librio jurídico, dar a cada cual lo suyo, cooperación para el
bien económico y para el desarrollo cultural.
Excelentísimo Señor Decano del Cuerpo Diplomático:
os agradezco vuestros nobles votos en bien del pueblo ecuato-
riano, del Excelentísimo Señor Vicepresidente de la Repú-
blica del Ecuador. Os agradezco vuestras benevolencias para
conmigo de ahora y de siempre.
Excelentísimos Señores: Que el Año de 1961 nos acerque
a la Unidad, que la claridad de 1961 nos dé el valor de
la verdad; que en 1961 las Naciones desenvuelvan más y máá
todas sus ricas originalidades y que se sientan vinculadas por
un derecho internacional positivo de paz, de paz dinámica y
creadora, de solidaridad y cooperación activa.
Para vosotros ilustres Señores, para vuestros eminentes
Jefes de Estado, para vuestros pueblos, la prosperidad, el opti-
mismo ante la vida, fruto de la buena voluntad, del respeto
a la justicia, de la fe en la verdad.


e.
BIENAVENTURADOS LOS POBRES:
ELLOS SON LOS RICOS

En la parroquia La Magdalena, Cantón Chimbo, el Primer Mandatario


es recibido calurosamente por la ciudadanía.
— 260 —

EL ECUADOR SABE SACAR GLORIA


DE SUS DOLORES

Discurso pronunciado por el Excelentísimo Señor Presidente


de la República en la Parroquia La Magdalena, Provincia
de Bolívar, Cantón Chimbo.
Señores Gobernadores,
Señores Alcaldes,
Autoridades del Velasquismo,
Señor Obispo de la Diócesis,
Señoras y Señores:
Llevo ya 24 horas de pasar de una emoción a- otra emo-
ción, y de una resolución patriótica a otra resolución patriótica,,,
de un temor de no ser digno de tanta bondad, a otro temor
más firme aún, de no ser digo de tanta bondad. Llevo veinte y
cuatro horas ya, en esta complejidad de sentimientos huma-
nos, de sentirme también orgulloso de que la bondad vuestra me-
haya puesto a la cabeza de un gran pueblo, que tiene grandes
esperanzas, que está haciendo la más grande de las revolucio-
nes. Feliz el hombre a quien la historia le destina para que
presida la gran revolución de un pueblo, por la libertad, la
justicia y la verdad. Hay una onda que está circulando por la
República del Ecuador desde el principio del año pasado; to-
dos los ecuatorianos están unimismados en una sola esperan
za, en un solo ideal; al Ecuador no le ha arredrada el fracasa,
casi de la República durante un siglo, el Ecuador sabe sacar
gloria de sus dolores, sabe sacar valor de sus derrotas, sabe
convertir las derrotas en los más gloriosos triunfos, y si no
sotros casi hemos desperdiciado más de un siglo de vida re-
publicana, está resuelto el Ecuador en su revolución profun-
da a hacer que el futuro recupere el tiempo perdido, y a pro-
curar que la justicia descienda del cielo en beneficio de los.
hombres humildes, de los pueblos retirados y olvidados que son
sin embargo el alma, la fuerza y la esperanza renovadora de
la República del Ecuador.
En verdad que esta mañana me he puesto a oír las pa-
labras del señor Presbítero Villagómez en el pueblo de Asun-
ción; después os ví desfilar a vosotros en esta Parroquia de la
Magdalena, anhelando que el desfile sea lo más estético, lo
más representativo y lo más afirmativo posible; después de oír
las palabras del señor Presbítero Aguirre, he quedado yo pro-,
— 261 —
`fundamente conmovido, profundamente emocionado y lo úni-
co que yo digo a vosotros, a vosotros hombres del pueblo, a
-vosotras señoras y señoritas que estuvisteis tres horas espe-
rándome aquí, a vosotros señores Presbíteros, lo único que
yo os digo, es que las fuerzas espirituales son siempre in-
vencibles, las fuerzas morales no pueden tener falla. Si vo-
sotros, hombres del pueblo, permanecéis unidos, si voso-
tros dirigentes del velasquismo caéis en cuenta de vues-
tras responsabilidades y de vuestros deberes ante la his-
toria, y si vosotros Sacerdotes, que sentís el evangelio, que
sentís el evangelio en este mundo corrompido de cálculos, de
concupiscencias y de hipocresía, si vosotros Sacerdotes con-
tinuáis fieles al Evangelio de Cristo, el Ecuador triunfará,
triunfará materialmente, y tendremos viviendas que reem-
placen el tugurio, y tendremos carreteras que reempla-
cen a nuestros baches, y tendremos escuelas para nuestros ni-
ños, y tendremos asistencia médica, y tendremos Ley Agraria
allí donde sea menester la Ley Agraria, y tendremos Bancos
, de Fomento verdaderos, y tendremos funcionarios que
sean verdaderos funcionarios, hombres de conciencia,
hombres de servicio, hombres que respeten los dineros
públicos, hombres que miren el poder como un deber y no
como una explotación de vanidad. Y tendremos a la Patria
triunfante en el Amazonas como resultado de su triunfo in-
terno, porque nada puede resistir a las fuerzas morales man-
comunadas y heroicas, y nada puede resistir a la fuerza del es-
píritu; tened pues fe en las fuerzas morales, tened fe en la
Patria, en la tradición nacional, en los destinos del pueblo
ecuatoriano, tened fe señores, en el Gobierno velasquis-
ta, que puede tener todos los defectos que se quiera, de-
fectos humanos, pero que por lo menos tiene recta intención,
que por lo menos es un gobierno que se propone servir y no
dominar; yo os aseguro el triunfo integral del Ecuador porque
he buscado el ideal y la materia se rendirá humillada y mo-
derada por el ideal.
AFINIDAD

Hay una especie de afinidad, señor Párroco Aguirre, entre


el velasquismo y el Evangelio; cuando yo oía vuestras expre-
siones yo pensaba en tantos textos bíblicos que el velasquismo
sin saberlo nos quiere hacer vivir en la Patria Ecuatoriana.
Vuestro velasquismo señor Dr. Villagómez, vuestro velasquis-
mo señor Dr. Aguirre, es vuestra afinidad de hombres de Cris-
to a los dolores, a las esperanzas del pueblo ecuatoriano.
Por instinto, por intuición espontánea, al margen de to-
da doctrina, yo concebí el poder que me conferisteis en 1934,
,como un deber constante de estar pensando día y noche qué
-- 262 --
es lo que debía hacer para el bienestar moral, espiritual y
material del pueblo ecuatoriano, y para su prestigio en la vi-
da internacional dentro de los países hispanoamericanos; pen-
samiento de un hombre laico, pensamiento laico, pensamiento
espontáneo mío, pero qué armonía guarda, señores Presbíteros,
con los textos que vosotros manejáis todos los días; los prín- •
cipes de la tierra buscan el principado, para dominar sobre
las gentes, mas entre vosotros no es así, pues aquel que ocupe'
la superioridad será como el que sirve, ¿no es esto un texto,
evangélico; no hay una armonía entre el pensamiento laico,
del velasquismo, con el pensamiento evangélico que vosotros
cultiváis?
Esta gran revolución nacional no es entendida por los in-
telectualoides librescos. porque no saben nada del pueblo, de
las realidades, de la historia; por eso tienen la insolencia de
preguntarme de qué revolución hablo, si ha habido un triun-
fo constitucional. Claro que hubo un triunfo constitucional,..
pero la revolución no está en romper la Constitución, no está.
en sustituir un tirano con otro tirano, un ladrón con otro la-.
drón, un dictador con otro dictador. La revolución está en
modificar las tendencias de un pueblo, la aspiración de un
pueblo; la revolución está en tomar a un pueblo disgregado
y darle cohesión; a un pueblo que se cree derrotado, darle la
fe del triunfo; a un pueblo que se cree decaído, infundirle el
fanatismo de la verdad, de la-justicia y del triunfo, para que
la verdad y la justicia no sean simples palabrerías de los li-
bros, sino para que de una vez desciendan a conquistar la
tierra, a conquistar imperfectamente, a conquistar poco a po-
co, pero a conquistar de alguna manera la tierra; de manera_
que la generación actual sea mejor que la generación pasada.
y la venidera sea más rica, más poderosa y más noble que la.
generación actual.
Yo os agradezco, humildes hombres- de la Magdalena;
no humildes en el sentido mundano de la palabra; sino en el
sentido evangélico de las bienaventuranzas. Vosotros los hu-
mildes de esta tierra, sois los orgullosos de la tierra; vosotros
los pobres de esta tierra ecuatoriana -sois los ricos de esta
tierra ecuatoriana; humildes sois y orgullosos,. pues apenas-
se habla de la integridad territorial, salta vuestro orgullo.
Os ponéis de pie, amenazáis al invasor, que si pasa un,
centímetro en el territorio nacional, lo vamos a recibir caluro-
samente y a procurar que nada de él regrese a las fronte-
ras peruanas.
Orgullosos vosotros de la dignidad nacional; vosotros los
humildes, como dice la gente aristocrática en forma despec-
tiva, y ricos también; los pobres son. ricos y los ricos son.
pobres.
Esta serie de ideales que nos enamoran, esta serie de ca-
rreteras y de viviendas y de justicia social y de higiene y de
enseñanza técnica, de dónde viene, de dónde viene? Quién fue
fiel a Velasco Ibarra, durante 30 años a pesar de las calumnias,
a pesar de los destierros, a pesar de la sistemática tendencia a
infamarme, a pesar de todas las barbaridades que se cometie-
ron en las elecciones pasadas; quién fue fiel a mí, quién fue
un amigo, quién murió por mí en las calles de Quito?, el pue-
blo ecuatoriano, nada más que el pueblo ecuatoriano.
n BIENAVENTURADOS LOS HUMILDES
Bienaventurados los humildes porque ellos son los orgu-
llosos; bienaventurados los pobres, porque ellos son los ricos,
ellos son los renovadores, ellos son los que están inyectando
hoy a la Patria: optimismo, grandeza moral, esperanzas. La
oligarquía, qué dirá de mí la oligarquía con motivo de nues-
tra declaración de la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro;
en qué nos metió este loco, en qué nos metió este loco, cómo
iremos a salir de ésto, qué pasará con nuestros depósitos ban-
carios, qué pasará con nuestro comercio del cacao y el café;
nos metió en el comunismo, el comunismo viene ya, que se
entrega a la patria, que el comunismo viene; he aquí la oli-
garquía, y vosotros qué hacéis, vosotros los humildes, los po-
bres que sois los ricos, qué hacéis; por un lado ofrecéis vuestra
sangre para salvar la República, sin permitir que un centíme-
tro nacional, sea hollado por el extranjero, y por otro, obede-
ciendo a vuestra conciencia religiosa que yo la respeto, prepa-
ráis los terrenos para levantar una iglesia; he aquí el pueblo,
he aquí los pobres que son ricos, y los humildes que son orgu-
llosos y saben comprender la historia y no plantean dilemas
absurdos.
Tenemos que hacer muchas cosas, no lo vamos hacer en
cuatro años, no creáis que sea vuestra provincia la más olvi-
dada; tan olvidada como vuestra Provincia, han sido todas las
Provincias de la República del Ecuador, todas, a todas les fal-
ta todo.
No podemos ahora, cuando todavía no tenemos los em-
préstitos que nuestros amigos nos han ofrecido, pero que no
nos dan. No podemos emprender ahora en obra, al mismo
tiempo en todas las obras que a la Patria le falta. Hagámos-
la con orden porque el velasquismo tiene que durar cuaren-
ta años si queremos que la Patria se salve.
Cuál es el movimiento que ha creído en una patria, cuál
es el movimiento que ha reinvindicado la gloria nacional? el
velasquismo; necesitamos gobernar cuarenta años. Y veréis
cómo se hace y veréis cómo las generaciones futuras os agra-
decen. El único enemigo del velasquismo no va a ser los par-
tidos políticos, no van a ser las conspiraciones maniobreras,
el único enemigo del velasquismo sería la inmoralidad, si la
inmoralidad se filtrara en el velasquismo, si el velasquismo
redujera todo el triunfo del cinco de Junio a buscar empleos,
y si el velasquismo fuera indelicado con los fondos públicos
y si los Legisladores no se consagran a dar leyes y si los Alcal-
des y Autoridades no se consagran a servir, si cunde la in-
moralidad económica, cáncer miserable de la civilización
burguesa contemporánea; toda la civilización burguesa con-
temporánea, está roída por un cáncer, la concupiscencia de
la plata, el amor a la plata, la indelicadeza con los fondos
públicos. Si el velasquismo cae en esta red no gobernará cua-
renta años, no gobernará cuarenta meses, pero si el velas-
quismo reacciona, si los hombres no lo buscan por el em-
pleo; si se da el empleo a quien sea capaz de servir
cuarenta años y gobernando cuarenta arios nuestra patria
tendrá toda la grandeza material que tiene por ejemplo la
República del Uruguay, en esa grandeza material se elevará el
estandarte de nuestro ideal popular ecuatoriano, el ideal más
puro y más grande de todos los pueblos que yo haya conocido.

EN NUESTRAS MANOS

En nuestras manos el triunfo o la derrota, en nuestras


manos el éxito de la patria o su fracaso; o hacemos honor al
cinco de Junio o somos unos miserables que seremos enterra-
dos por la reacción negativa del pueblo ecuatoriano.
Ayudadme señoras que me esperasteis allá, símbolo de lo
que puede hacer una mujer ecuatoriana; ayudadme señores
Presbíteros, ayudadme humildes trabajadores de la Magda-
lena de Bolívar, del Ecuador entero, ayudadme a hacer frente
con honor a las responsabilidades que sobre mis hombros ha
puesto el pueblo ecuatoriano.
Yo os saludo señor Obispo de esta Diócesis; sois chileno,
representáis el símbolo del pueblo de Chile, que ama al pue-
blo ecuatoriano y porque lo ama lo sirve; representáis el sím-
bolo de lo que alguna vez debe ser la América Española, si no
quiere fracasar triturada entre conceptos utilitarios y mise-
rables de la vida humana.
Yo os saludo, agradezco vuestra acción en beneficio del
pueblo, en beneficio de la Provincia de Bolívar. Yo os felicito
señores de que tengáis sacerdotes como los que hoy estoy vien-
do aquí, sacerdotes evangélicos, sacerdotes que en sus sotanas
traducen pobreza y su noble y sublime cristianismo que des-
precia a las miserables riquezas de esta tierra. Qué sacaríais
vosotros señores Presbíteros con ser ricos, qué sacaríais; el pue-
blo intuitivo comprendería vuestro fracaso, porque comprende-

Tía vuestra traición a vuestro excelso carácter sacerdotal; nada
más excelso que el carácter sacerdotal. Habéis elegido la me-
jor parte, yo os felicito. Esas sotanas modestas que es lo único
que tenéis como cosa material, están cobijando a la humani-
dad triste que espera, a esta humanidad tan rica en miserias
,y tan rica en sublimidades y esperanzas.
Os felicito señor Obispo de que en este tiempo de claudi-
caciones clericales tengáis sacerdotes que sean dignos mode-
los y dignos discípulos de Cristo.
Señores: se ha dicho que yo voy a llevar vuestro corazón;
,es la única equivocación del Ilustre Presbítero que lo dijo; yo
lo tengo muy arraigado, vuestro corazón va a vivir en una co-
munión con el mío, yo dejo en Quito en comunión con vuestro
.corazón y vuestro corazón aquí inflamando más y más el pa-
triotismo ecuatoriano confundido hoy en Quito con el corazón
mío.
Por la prosperidad de la Patria señores de La Magdalena,
por la grandeza del pueblo ecuatoriano, y por la grandeza y
gloria del velasquismo, si el velasquismo sabe cumplir su de-
ber moral y comprende su responsabilidad moral.
LA HUMANIDAD SE HA PUESTO DE PIE

Discurso pronunciado loor el Excelentísimo señor Presidente-


de la República del Ecuador, en San Miguel, Provincia
de Bolívar

Señor Gobernador de la Provincia, señor Presidente del


Concejo, señor Jefe Político, señor Alcalde, señor Obispo de la
Diócesis, distinguidos señores, señoras, señoritas, jóvenes de
San Miguel:

No creáis que vuestra abnegación de este instante, vues-


tro entusiasmo de este momento, el haber elegido este día y
sacrificado -todas estas horas, el haber preparado a vuestros
niños, a vuestros jóvenes para este día solemne, no creáis que
nada de esto va a caer en el vacío. Estad convencidos de que
yo no soy sino una simple ocasión para este florecimiento de
la vida nacional, para esta verdadera restauración de la Re-
pública, para este empuje de abajo hacia arriba, de la tierra
hacia el cielo, el esfuerzo grande y generoso por fortificar la
Patria, fortificar al Ecuador, por levantar la condición del
pueblo y de los niños y de todas las clases sociales ecuato-
rianas.
Este esfuerzo vuestro, estos sacrificios no van caer en el
vacío, porque yo por mi parte, si soy deficiente desde el punto
de vista de la capacidad técnica, en cambio yo os ofrezco con
toda la sinceridad del alma todo el amor al pueblo ecuatoria-
no, toda la gratitud a vuestra manifestación, estupenda lec--
'ción gloriosa para toda la Patria ecuatoriana.

No creáis que vuestra simpatía, esta marcha de la juven-


tud orgullosa en homenaje a mí, me va a enorgullecer; yo no
me enorgullezco con las glorias vuestras, yo no me enorgu-
llezco con la grandeza vuestra, yo no me enorgullezco con ese
tratar de vuestros sentimientos nobles, de vuestras aspiracio-
nes grandes; lo que hago es confundirme ante ellas, sentir eI
peso de mi responsabilidad y prometerme que la vida mía, la
vida entera mía, estará consagrada a serviros todos los días:
en la medida de mis posibilidades.
— 267 —
Nuevo momento de la Patria ecuatoriana, nuevas horas
en la República del Ecuador; hay algo que está sacudiendo-
a la humanidad moderna, hay algo que está sacudiendo des-
de su raíz sentimental a los pueblos modernos; en el Africa,
en el Asia, en la América Latina, en todas partes los pueblos
están de pie, los pueblos tienen intuición de que algo anda
mal en la sociedad moderna. los pueblos tienen la intuición
de que hay una profunda injusticia en la sociedad moderna;
los pueblos tienen la intuición de que muchas veces el casti-
go es para el hombre más débil, y la impunidad para el hom
bre más fuerte, para el que adula, para el que presiona. Los
pueblos tienen la intuición de que algo hay que hacer para
levantar y liberar a los hombres de esa angustia económica,
de su miseria económica, para librarlos del tugurio, para li-
brarlos del arrendador que sacrifica la angustia de las ma-
dres de familia pobres, que no tienen con qué pagar su arren-
damiento. Algo anda mal en la sociedad moderna; el pobre
no tiene derecho ni siquiera a enfermarse; para el pobre so-
bre todo hoy en el Ecuador no hay asistencia pública; el niño
pobre tiene que pagar las drogas caras, o si no se deja morir,
víctima de su dolencia, víctima de su enfermedad.
NUEVO EQUILIBRIO
Los pueblos, señores de San Miguel, los pueblos tienen
la intuición de que la humanidad necesita un nuevo equi-
librio, la humanidad necesita que sea efectiva la igualdad an-
te la Ley; la humanidad necesita que sea efectiva la justicia
para todos, no la justicia disfrazada sino la justicia verdadera
sin excepción de personas, para el fuerte y para el débil, para
el indio y para el caballero, para el blanco y para el negro.
Algo anda mal en la sociedad moderna, algo hay infame
en las mismas relaciones entre los pueblos; no estáis viendo.
a la humanidad dividida en razas que se amenazan a muerte,
que se amenazan con el odio y con el asesinato? no estáis vien-
do a nuestra Patria sudamericana, a la Patria hispanoame-
ricana, a la Patria ecuatoriana sacrificada ante los intereses
mundiales de las grandes Potencias? Sí, algo anda mal en la
sociedad moderna; la humanidad tiene su intuición, la hu-
manidad se ha puesto de pie y vosotros aquí en San Miguel,
no sois sino ilustres, valerosos, excelso pueblo que protesta
contra la iniquidad y que pide justicia para la Patria y para
el pueblo ecuatoriano.
A vuestra inteligencia no se oculta lo que está pasando
en el Ecuador desde hace un ario. Es algo análogo a lo qua-
está pasando en el Africa, a lo "que está pasando en el Asia,
solamente que nosotros resolveremos nuestro problema con.
— 268 —

-originalidad ecuatoriana, nosotros no desataremos la guerra


del rico contra el pobre ni del pobre contra el rico; nosotros
no desataremos el odio de las clases; nosotros sabemos de
- nuestra débil y pobre economía, que nuestro país, débil mili-
tarmente, si desata el odio sería pisoteado en seis meses por
el extranjero; por eso nosotros lo que exigiremos de la ma-
=nera más serena es que grandes y ricos cumplan con su de-
ber humano, grandes • y ricos cumplan con su deber humano
y que todos los ecuatorianos disciplinados, alertas y entusias-
tas, trabajemos cada uno en su esfera, cada uno en su plano
-por fortificar, aumentar, levantar al país en el orden económi-
co, en el orden moral, en el orden cultural, en el orden bioló-
gico; dar nuestro programa original, programa ecuatoriano,
-programa revolucionario en cuanto recoge la inquietud de la
humanidad, programa original en sus métodos y en sus siste-
-mas.
He pronunciado tantos discursos, desde ayer hasta este
_momento, que cuando yo entraba y me acercaba a esta po-
blación yo pensaba: qué voy a decir a los ilustres amigos de
San Miguel? es que yo ya he dicho todo, ya no tengo nada
.qué decir, a mí no me gusta repetirme; qué voy a hacer ahora
en San Miguel delante de estos nobles amigos? Pero me olvi-
-daba una cosa, me olvidaba que el corazón de San Miguel es
infinitamente inspirador; al llegar aquí iba a tener yo inspi-
=raciones originales; los pueblos son los grandes inspiradores,
-la voz del pueblo, voz de Dios se ha dicho; por algo se habrá
-dicho a la voz del pueblo voz de la vida; voz del pueblo es voz
-de la espontaneidad frente a la naturaleza; la voz del pueblo,
-es voz del dolor; la voz del pueblo, es voz de la esperanza, y
_aquí cuando entraba a esta plaza encontré inspiración para
:poder hablaros y para poder deciros que mi corazón palpita
igual que el vuestro, en homenaje a la redención del Ecua-
dor y a la grandeza del pueblo ecuatoriano.
Vosotros me diréis: y cuál ha sido esta inspiración?; pues,
-al acercarme a vuestra plaza, una joven bella y arrogante, al
darme un ramillete de flores, me dijo: estas flores para el más
•querido de los Presidentes ecuatorianos. Yo sentí en mi alma
- una profunda sacudida; yo sentí que mi vida, que la existen-
cia mía se transformaba; el más querido de los Presidentes
-ecuatorianos. Y hace un momento, una niña de poquísimos
-arios de existencia, un año, dos años, ha repetido casi idénti-
ca frase, en todo caso el mismo verbo, el verbo querer. Yo os
agradezco amigos míos, de que yo sea querido por vosotros;
yo sé por qué soy querido por vosotros; me queréis porque yo
siento de esos dolores; vosotros me queréis, porque yo siento
,el afanar de la madre del niño pobre, vosotros me
— 269 —

queréis porque yo siento la pobreza de estas poblacio-


nes pequeñas ecuatorianas y tan dignas de mejor
suerte; por eso vosotros me queréis. Yo ahora soy un_
Presidente oficialista, yo no soy un Presidente que le-
interesa la majestad del poder, a mí me interesa el poder co-
mo disciplina de autoridad sólo en cuanto eso me conduce al
logro de aquello que yo me propongo en beneficio de la Pa-
tria. Claro está que allí donde hay anarquía, que allí donde
hay tumulto, que allí donde no hay obediencia en los cargos y
funciones oficiales no puede haber éxito gubernativo. A mi
me interesa la disciplina desde el poder en cuanto eso se tra-
duce en actos eficientes administrativos para la salud y
bienestar del pueblo ecuatoriano; en todo lo demás yo miro eI
poder de otra manera, yo me acerco a los niños para ver si de
alguna manera puedo ayudar a los niños, yo me acerco al po-
bre y humilde pueblo, para ver si le ayudo o para llorar con
él, o para darle una palabra de entusiasmo si acaso no pueda
hacer otra cosa; yo quiero ser un Presidente humano, yo quie-
ro ser un Presidente vinculado en cuanto se puede a la pro-
fundidad del corazón del hombre, el corazón del hombre es
un enigma, el corazón del hombre es una profundidad enig-
mática; cuántos dolores bajo la apariencia de la risa, cuántas
angustias, cuánto hay que hacer, cuánto hay que consolar;
yo quiero ser un Presidente para quien las funciones presi-
denciales no sean sino un momento de su vida pre-
sidencial, y el resto sea una participación, una participación
amorosa con el pueblo que sufre, con el pueblo que espera y
con el hombre llamado a forjar la grandeza de la República;
por eso soy querido de vosotros, porque yo os amo a vosotros..

SEGUID ESPERANDO

Seguid esperando hombres y mujeres del Ecuador, se-


guid confiando hombres de San Miguel, seguid confiando; no.
se desperdiciarán vuestros ideales.
Como creo que la naturaleza quiere que yo interrumpa
este momento mi discurso, yo deseo únicamente deciros que
vuestros ideales, que vuestro fanatismo porque haya
en la República más justicia, más honradez, porque
se hagan obras públicas en beneficio del pueblo, por
redimiros de la naturaleza inclemente mediante vivien-
das, carreteras, escuelas, higiene, estos afanes vuestros
no van a ser jamás desperdiciados; jamás una voluntad rec-
ta, jamás una voluntad heroica, jamás un gran fervor cae
en el vacío. Yo recojo por lo pronto, ayudado de mis colabo-
radores, vuestro entusiasmo y trataré de velar por la gente,.
—.270--

paso a paso pero constantemente, eficazmente. Procuremos


que nuestros ideales se encarnen en la tierra y que
tengan escuelas, y que tengan carreteras y que ten-
gan viviendas; eso es lo que yo quería deciros, que tengáis
siempre el fanatismo de fe, que tengáis el fervor de la espe-
ranza, que confiéis en el Gobierno actual, como yo confío en
que vosotros no os perturbaréis por la calumnia y por las iro-
nías; yo soy vuestro modesto pero auténtico servidor.
He pronunciado ya muchos discursos y mañana, cuando
reciba al Embajador de Nicaragua, tengo que pronunciar ótro;
no quisiera amanecer afónico, pues me interesa grandemente
hablar a los representantes de la América Española; tenemos
nue sacudir a la América Española, tenemos que hacerle sen-
tir a la América Española sus deberes y sus responsabilidades
y faltas, así como nosotros hombres y mujeres del Ecuador
debemos sentir cada día más nuestros deberes y nuestras res-
ponsabilidades ecuatorianas, para gloria de la América Espa-
ñola y para redención de la especie humana.
AL SERVICIO DE LOS PUEBLOS

Discurso pronunciado por el Excelentísimo Señor Presidente


de la República en el Sindicato de Choferes de Bolívar
el día lunes 16 de Enero de 1961

Señores Ministros de Estado,


Señor Gobernador de la Provincia,
Señor Alcalde de la Ciudad,
Señor Secretario General del Sindicato de Choferes de
Bolívar,
Señoras y señores:

Yo no sé cómo agradeceros por esta manifestación de


simpatía con que queréis honrahne, con que me estáis hon-
rando; yo no puedo atribuír vuestra bondad sino a la intui-
ción que vosotros tenéis, de que yo quiero empeñarme since-
ramente en el servicio al pueblo ecuatoriano; vosotros sabéis
cuán olvidado ha estado el país, vosotros sabéis cuánto se ha
extendido en el Ecuador la pobreza, la miseria y el atraso.
Yo desde que principié a intervenir en la politica creí que la
fuente de toda grandeza nacional se encontraba en los pue-
blos, y con la más grande sinceridad de mi alma, he tratado
de entregarme al servicio de los pueblos, y vosotros con una
intuición feliz habéis comprendido que sean cuales fueren
mis deficiencias de orden mental, de orden físico o mis de-
ficiencias como' hombre de Estado, por lo menos tengo el sin-
cero deseo de servir a la Patria; por lo menos soy un hombre
honrado, por lo menos trato de que mi conciencia se refleje
en las esperanzas y los dolores del pueblo ecuatoriano, por lo
menos esas esperanzas y esos dolores se unimisman de tal ma-
nera conmigo, que las esperanzas me entusiasman y los dolo-
res me entristecen, y es por esto, es a esta vuestra intuición
a la que yo atribuyo esta serie de homenajes con que me ha-
béis honrado durante este día y esta sesión de mis excelen-
tes amigos les trabajadores del volante, aquellos que no me
han abandonado, aquellos que estuvieron conmigo cuando la
persecución principiaba tan terrible en el mes de setiembre
— 272 —
del año 56, aquellos que durante cuatro años lucharon con-
migo y aquellos que ahora, perdonando cualquier deficiencia,
se reunen aquí conmigo para estimularme, para seguir el fu-
turo de la República del Ecuador.

UNA TAREA ENORME


Yo comprendo, señores, la trascendencia de mi deber y
solamente aquella norma de que a cada día: le falta su mali-
cia, solamente aquella norma de que aquel que da todo lo,
ctue puede, debe esperar que sus actos produzcan alguna con-
secuencia, sólo la colaboración inteligente que tengo con los.
señores Ministros de Estado, que tengo con los Gobernadores,.
que tengo con los Alcaldes, como el Alcalde de aquí y el Alcalde
de Riobamba, sólo vuestra simpatía,. sólo vuestro espíritu de:
Comprensión, me da a mí valor para las tareas terribles que
yo tengo sobre mí, que yo peso debidamente; yo temo hasta
poder fracasar; aquí una tarea tan enorme, aquí una com-
plejidad tan grande de cuatro millones de ecuatorianos, de
tantas provincias, de tantos cantones y tantas parroquias to-
das en la pobreza, todas en la necesidad; faltan escuelas por
todas partes, faltan carreteras por todas partes, falta electri-
cidad en todas partes, falta agua potable en todas partes,
así ha vivido el país, así ha vencido grandes obstáculos, así ha-
béis sabido aceptar la dureza de la vida; yo siento todo lo que
pesa sobre mí, pero yo me fortifico y trato de quedar bien con
mi conciencia; aún suponiendo que yo personalmente fracasa-
ra, como mi conciencia me dice que yo amo al País, como mi
conciencia me dice que todos los minutos de mi vida como Ma-
gistrado tienen que estar consagrados a vuestro servicio, no
me importa a mí fracasar a condición de que vosotros hoy o=
un día cosechéis lo que debéis cosechar; una, patria fuerte, un
espíritu justiciero en la Nación, una verdadera revolución,
mediante la cual a los intereses de círculo, de partidos o de
personas, le sustituya únicamente el sabio y noble interés del
pueblo ecuatoriano; en eso consiste nuestra revolución; por
ahí elementos opositores, que siempre tienen algo de incom-
prensión que lanzar, que siempre tienen algo que decir, para
desviar, nos censuran de que hablemos de revolución, pero es
que el Ecuador vive en una verdadera revolución, el Ecuador
debe vivir una revolución.

NUESTRA REVOLUCION
El otro día alguien se burlaba de la revolución que esta-
mos pregonizando; nuestra revolución no es un homenaje a
un hombre, nuestra revolución no es para que un determina-
— 273 —
do caballero tenga empleos, la revolución no es para que na-
die tenga empleo; empleos y funciones deben tener los que
sientan al pueblo velasquista, los que sientan al pueblo ecua-
toriano, los que estén dispuestos a sacrificarse por el pueblo
ecuatoriano, por el pueblo velasquista.
No es una cuestión de empleos, no es una cuestión de
ventajas personales; nuestra revolución es una verdadera re-
volución, porque es un cambio substancial de perspectivas;
¿qué ha predominado hasta ahora en la política ecuatoriana,
qué ha inspirado hasta ahora, la política ecuatoriana? Ha
inspirado el interés de círculo, ha inspirado el interés del par-
tido, no el partido que realiza un programa en bien de la pa-
tria, sino el interés del partido que se compone de un círculo
de determinadas personas más o menos grandes, más o me-
nos pequeñas, con olvido, con mengua del pueblo ecuatoriano;
las elecciones han sido una burla; mientras unas clases so-
ciales han tenido todo el bienestar y todo el lujo, en Guaran-
da no hay luz, no hay canalización, no hay agua potable, y
lo que pasa en Guaranda pasa en todas partes.
Hace pocos momentos uno de vosotros se quejaba y decía:
iGuaranda, la provincia olvidada; reflexionad que lo mismo di-
ce Manabí, lo mismo dice Los Ríos; reflexionad que lo mis-
mo dice Carchi; por donde vosotros paséis vuestra mirada
vais a encontrar la falta de elementos para la civilización
ecuatoriana. Yo me pregunto: un pueblo como el ecuatoriano,
tan intuitivo, tan generoso, tan decente; un pueblo con una
capacidad de comprender lo que es justo, lo que es honrado,
lo que es leal, un pueblo con una capacidad tan grande para
despreciar el sofisma, para captar el sofisma y despreciarlo,
para despreciar la vileza; ¿qué habría podido hacer, qué hu-
biera hecho si las gentes, si los dirigentes, si los gobernantes
se hubieran consagrado todos ellos con el máximo de sacrifi-
cio, a levantar la condición cultural, la condición económica,
la condición biológica, la condición agrícola, la condición sin-
dustrial del pueblo ecuatoriano?
Podéis vosotros imaginar lo grande, -es decir, ya es sufi-
cientemente grande, más grande no puede ser-, pero podéis
imaginar la pujanza que hubiera tenido en los destinos na-
cionales; no hubiéramos perdido doscientos mil kilómetros
-c uadrados !

EL PUEBLO ABANDONADO

Yo no sé si los políticos ecuatorianos piensan en esto:


¿por qué el año 42 fue el Ecuador el que perdió doscientos mil
kilómetros cuadrados, y por qué no fue el Perú el que perdió
los doscientos mil kilómetros cuadrados? La dejadez nacio-
— 274 —

nal nuestra, la inercia nacional, el abandono; el pueblo se hal


sentido abandonado, el pueblo no ha tenido quién lo esti-
mule, el pueblo no ha tenido quién lo levante, no ha tenido,
quién lo tonifique; en eso consiste_ nuestra revolución del cin-
co de junio; nuestra revolución del cinco de junio no va a
fracasar porque un señor empleado fracase, o porque veinte
empleados fracasen; nuestra revolución consiste en cambiar-
nuestra preocupación y nuestra perspectiva; nuestra perspec-
tiva es hoy el pueblo ecuatoriano y su profundidad, el puebla
ecuatoriano como tal, es nuestra tendencia, es nues-
tro afán, mejorar la condición económica del pueblo ecua-
toriano, mejorar la condición biológica del pueblo ecuatoria-
no, mejorar la condición cultural del pueblo ecuatoriano, ha-
cer carreteras, hacer regadíos, hacer viviendas, hacer escue-
las, educar al hombre técnico ecuatoriano, sin descuidar al,
hombre espiritual ecuatoriano; afrontar la tarea de la educa-
ción en todos sus aspectos, formar al hombre inteligente, for-
mar al pensador, formar al orientador, formar al futuro Mi
nistro, al futuro periodista, al futuro diplomático; al mismo
tiempo formar al hombre dedicado a dominar la naturaleza,
formar al mecánico, formar al ingeniero, formar al geógrafo,.
formar al químico, formar al fotógrafo; una tarea complica-
da, una tarea grandiosa, una tarea profunda; los partidos
son simples medios, no fines como antes; un partido no pue-
de tener corno fin quedarse en el poder; un partido debe te-
ner como fin servir al pueblo ecuatoirano, y si el velasquismo
quiere quedarse cuarenta años en el poder como yo creo que•
debe quadarse, debe tratar de quedarse cuarenta años por el.
servicio eficiente al pueblo ecuatoriano, conquistando el amor,,
la decisión y la pasión del pueblo ecuatoriano, habiendo dado,
ejemplo de honradez, de eficacia y de justicia en favor de la
patria ecuatoriana.

REVOLUCION DE LOS PUEBLOS

Nuestra revolución, señores, no es una revolución única-


mente ecuatoriana:hoy estamos asistiendo a la magna revo-
lución de los pueblos; hoy se rebelan los pueblos en el Africa
y se rebelan los pueblos en el Asia y se rebelan los pueblos. en.
América Latina, y se rebelan los pueblos aun en países que
han llegado a un alto grado de cultura y civilización, como,
por ATemplo Bélgica; pero sobre todo, se rebelan los pueblos.
en ditia, en América Latina y en Africa, porque este inmen-
so sector de la humanidad ha estado olvidado, son los pue-
blos subdesarrollados como dicen; mientras ciertas clases tie-
nen todo lo necesario, mientras ciertas clases abundan_ en ob-
jetos innecesarios, en ventajas innecesarias, estos pueblos_
--275 ---
subdesarrollados no tienen vivienda, no tienen drogas, no tie-
nen Asistencia Pública, no tienen escuelas, no tienen agua
potable, no tienen nada, nada de aquello que hace al hombre;
hombre, nada de aquello que hace al ser humano, ser huma-
no; una falla fundamental en todas las condiciones de justi-
cia, de técnica, de economía que debe ser la base para la exis-
tencia del género humano; en esto consiste nuestra revolu-
ción y eso es nuestro deber, nuestro deben trascendental, se-
ñoras y señores.
Yo en este momento me dirijo, a' trabajadores y
me permito rogarles a ellos que me ayuden a hacer
frente a mis responsabilidades, a mis responsabilida-
des que son enormes, a mis responsabilidades que no pue-
den ser más trascendentales; si' vosotros los trabajadores me-
ayudáis yo estoy seguro que nosotros triunfaremos; yo nal
quiero triunfar señores a través dé la lucha-, de clases, yo no,
quiero ni puedo triunfar lanzando a unos ecuatorianos con-
tra otros; primero porque me parece inmoral hacer que unos
hombres odien a otros hombres, me parece detestable hacer
que la historia humana se reduzca a' luchar unos hombres
contra otros; unos son vencedores, que subyugan y matan a
otros que están preparando la revancha para el día de ma-
ñana; cómo va a ser esto historia de la humanidad, cómo va
a ser esto una perspectiva humana, el odio del hombre al hom-
bre, el hombre con el puñal en el pecho del hombre perma-
nentemente; hoy unos y mañana otros, hoy los ricos y ma-
ñana los pobres, hoy los blancos y mañana los negros; todos
con el puñal levantado contra sus semejantes, todos prepa-
rando el desquite y la reacción; ésto no puede ser en mi
concepto, un programa para esta semana; en cambio yo creo
que es menester que el gobierno exija a todo el mundo, el
cumplimiento de su deber. Yo creo que el gobierno velasquis-
ta, no digo ahora, porque no podemos hacer todo de golpe,
debe organizar la República en forma tal que que el rico cum-
pla con todos sus deberes humanos para con la humanidad..
ORGANIZAR LA PATRIA

Sin odiar al rico, sin asustar al rico, sin impedir la pro-


ducción, sin impedir el funcionamiento de los bancos, sin lan-
zarle al País a la miseria, necesitamos nosotros organizar la:
patria, ya moralmente, ya jurídicamente, en forma tal que
el rico cumpla todos sus deberes humanos, y que el pope
mediante su trabajo. mediante el estímulo del Gobierno, me-
diante la justicia social que el gobierno realice, mediante Ios
beneficios de la técnica, que la sociedad vea al pobre y al tra-
bajador, que el trabajador se levante a la riqueza, y el rico,
,
ppwafflwrin,~1~11 ~0~153."~In
— 276 —

descienda al amor y a la humanidad sin dejar de ser rico.


Nosotros no podemos querer la nivelación de la humanidad
por lo bajo, debemos tender a querer que todos suban, pero
que todos suban, sobre todo en el orden moral, que todos su-
ban al sentir la responsabilidad de la vida, al sentir el deber
de la vida, al sentir la responsabilidad de la patria, al dejar de
sentir que la vida humana es una pura ansiedad, un tedio, una
cosa que no tiene sentido sino a base de suicidio, es el momen-
to que en la vida humana del hombre, del individuo se conser-
ve la sed de procurar en la tierra justicia, de procurar el cum-
plimiento del deber, de procurar el acercamiento al ideal.
Nadie escucha mejor estas palabras, señores trabajado-
res del volante que los trabajadores; yo nunca jamás puedo
olvidar lo que debo a todos los trabajadores del volante de
toda la República del Ecuador; yo no puedo adularos a voso-
tros, yo lo que debo es amaros, yo lo que debo es serviros, yo
no puedo adularos, yo tengo que principiar por deciros a voso-
tros también que tenéis una grande responsabilidad de con-
ciencia para nosotros mismos, para con la Patria; vosotros
. sois factores del trabajo, tenéis la responsabilidad del trabajo,
de que vuestro trabajo sea perfecto, de .que vuestra actividad
sea perfecta, de que vuestra organizacion funcione perfecta-
mente; tenéis la responsabilidad grande de procurar que haya
justicia para todos los trabajadores, tenéis la responsabilidad
grande de estar siempre de pie para reclamar el derecho, pa-
ra reclamar la justicia, y para reclamarlo dentro de la disci-
_pina social, dentro de la disciplina nacional.
Así concibo yo esta revoución nuestra, así concibo yo las
perspectivas que debemos tener para el futuro.

MI GRATITUD INFINITA

'Yo he venido aquí, señores, porque os debía esta visita,


-y debo declararas que voy a salir de esta ciudad, que voy a
salir de esta Provincia, con una gratitud infinita, con una
admiración enorme; esto de haber sabido esta mañana y de
haber visto que todos los partidos unánimemente, se han dig-
nado manifestarme su amistad, es decir, su estímulo, esto
llena mi alma de regocijo, llena mi alma de orgullo
nacional. Si alguna vez, debe sentirse uno orgulloso, es
cuando está al frente de una gran revolución, de una gran
revolución en que todos los hombres de bien se sacuden de
la injusticia, de la inercia, de la mediocridad, de la vulgari-
dad y se juntan todos ellos, para forjar una Patria nueva;
su conocimiento de la justicia, de la inteligencia, del pensa-
mento, del honor a la verdad, del orgullo hispanoamerica-
no, del orgullo para mantener incólumes las fronteras ecua-
— 277

torianas. Nosotros somos hombres de paz, nosotros no dispa-


raremos jamás el primer tiro, nosotros, lo que haremos es
confiar en la causa del derecho y de la justicia, causa del de-
recho y de la justicia que es clara, terminante, que no pide
sino el tiempo para progresar, pero si alguien disparara el:
primer tiro contra la República del Ecuador, hombres y mu-
jeres se convertirían, estoy seguro, en leones heridos que ha-
rían pagar caro, muy caro, peleando diez años, cien años o
lo que fuere, al que pretendiera humillarnos.
Esto es señores, esta es nuestra revolución, estas son
nuestras aspiraciones en lo interno y en lo externo; yo os pi-
do de una manera especial vuestra, cooperación; yo he asis-
tido hace un momento a una reunión de profesores, profeso-
res que supieron honrar debidamente al señor Ministro de
Educación, que supieron estimularlo; yo les agradezco cor-
dialmente a los profesores. les había agredecido entonces, pe-
ro yo no podía hablar entonces porque se prolongaba mucho,
la sesión y tenía todavía tanto que hacer, todavía tengo tan-
to que atender, pero si algún profesor o alguna profesora que
estuvo hace un momento en el salón de profesores honrando
al Ministro de Educación esta aquí, que sepa que yo le agra-
dezco de todo corazón, que esta gratitud la hago extensiva
a todo el Magisterio de la Provincia de Bolívar; así como me
parece a mí repugnante el elogio al hombre vulgar, el elo-
gio al que no ha hecho nada por la Patria, endiosar al que
no ha hecho nada por la Patria; así como a mí me parece
repugnante el elogio al simple literato que escribe frases bo-
nitas, de las cuales el que se satisface es la propia vanidad,
sin que el País adquiera nada, ni la humanidad una orienta-
ción, sin grandeza, sin firmeza; así me parece magnífico
cuando el pueblo rinde homenaje a quien sabe orientar, y a
quien sabe construir; porque la vida, no es vida de teorías, la-
teoría sin la práctica del bien' es una pura-. hipocresía malde-
cida por los pueblos.
Realmente que los pueblos modernos, están cansados de
la fraseología; no sé si vayan a interpretar siniestra y absur-
damente, pero yo sin dejar de ser lo ,que soy, con mis propias.
convicciones, y mis propios deberes, no puedo menos de ad--
mirar esa fusión que establece Marx entre- la teoría y la
práctica, esá práctica y la teoría son una misma cosa; prác-
tica sin teoría, un empirismo ciego Tabsurdo-, teoría sin prác-
tica, una hipocresía ridícula, vanidosa y fatua; tenemos ne
cesidad de pensar para vivir, y de vivir para pensar cada día.:
más alto; pensamiento y vida, una- sola fusión destinada a
practicar la justicia, y a ennoblecer la especie humana, y a.
imprimir el espíritu en el cosmos.
• — '278. —

-11A-GAMO OBRAS

Señores, 'yo os ruego que no querráis que en un año el


-Ecuador, el Gobierno ecuatoriano, pueda construir aquí to-
das las escuelas imaginadas, y todos los colegios imaginados,
y todas las carreteras imaginadas; eso será un imposible prác-
tico, ofreceros eso sería un absurdo; yo os pido toleréis que
ociemos preferencia a ciertas cosas. El señor Ministro de Edu-
cación Pública está construyendo tres o cuatro Colegios o ter-
minándolos; dejadle que termine eso tranquilamente, y exi-
gidle al Gobierno que eso termine y eso haga; el señor Alcal-
de está empeñado en la obra de agua potable, el Gobierno
e empeñado en ayudarle, pues procurad que esa obra de
ugua potable se haga y se termine, y el Sr. Alcalde hará muy
bien en exigir que el Gobierno le ayude al máximo; está empe-
ñado en la electrificación y en la canalización, hagamos esas
obras, necesitamos mejorar la Vía Flores, mejoremos la Vía
Flores, vamos por orden, vamos gradualmente; ¿de dónde
podría sacar el Ministro del Tesoro todá la plata necesaria
para construir toda clase de escuelas? imposible; yo compren-
do la necesidad que tenéis, yo comprendo que todo está atra-
sado, pero es que tenemos cuatro años por delante en primer
lugar; en segundo lugar, el velasquismo; si aceptáis que el ve-
lasquismo dure cuarenta años, en cuarenta años tenemos
tiempo para hacer todas las escuelas que os imaginéis.
Pensad vosotros que hasta este momento, el Gobierno no
recibe un centavo de préstamo, hasta este momento no reci-
bimos ni un centavo; se nos ha ofrecido, se ha dicho que va
a hacerse estos préstamos, a base de estos préstamos, el Mi-
nistro Nebot ha planeado un gran plan de electrificación para
toda la República, ,y un amplio plan de regadío; a base de
.esos préstamos, hemos pensado en desarrollar un plan de vi-
viendas, pero que vengan esos préstamos, sin esos préstamos
n podemos; todo es obra de la plata, por lo pronto estamos
viviendo de los milagros que hace el Ministro del Tesoro; la
gente dice que hoy no se hace milagros, pero es que el Minis-
tro del Tesoro es un .taumaturgo, pero por muy taumaturgo
que sea, si en un momento con vara mágica hiciera la feli-
dad en toda la República del Ecuador, lo perderíamos porque
vendrán a llevarlo los del Africa, y del Congo y de todas par-
tes, lo perderíamos; tenemos necesidad de esperar un poco,
porque lo que vosotros no tenéis, tampoco tienen Los Ríos,
tampoco tiene Manabí, tampoco tiene el Carchi, tampoco tie-
ne Imbabura; de manera que aquí vamos a hacer una obra
sustancial; estay seguro que el Ministro de Educación Públi-
ca lo va a hacer,' y estoy seguro que el de Obras Públicas lo
-va a hacer, lo vamos a hacer, y el Alcalde lo va a hacer; pero
lo que yo digo es que no podremos hacer todas las carreteras,
todos los colegios, esto es imposible, vamos a hacerlo durante
cuatro años y después los sucesores lo harán durante los cua-
tro años, y tenemos que recuperar el tiempo perdido en todo
sentido.
Señores Trabajadores del. Volante: una vez más mi pro-
fundo agradecimiento, ojalá yo pueda merecer siempre vues-
tra amistad, es lo único que a mí me interesa, es lo único que
me interesa; yo sé que me daréis vuestra amitad por las
obras que se hagan, pero no sólo por eso, sino por la buen?,
voluntad, por la sinceridad que adivinéis de mi conducta y
de mis actos; yo sé que no os vais a enojar conmigo, porque
yo tenga necesidad de establecer en el país el orden, la disci-
plina; vosotros comprendéis, no vais a enojaros conmigo;
yo no aspiro pues a otra cosa que a vuestra amistad, porque
sé que vuestra amistad no me la brindaréis, sino cuando me
.sintáis sincero, en primer lugar, y en segundo lugar, a medi-
da de las fuerzas del país, pueda yo hacer algún bien al pue-
blo ecuatoriano; muchas gracias.
— 280 —

EL PUEBLO ECUATORIANO ES LA FUENTE DE


LA SOBERANIA NACIONAL

Discurso pronunciado por el Dr. José María Velasco Ibarra,.


ante una manifestación espontánea del Velasquismo de
Pichincha

Señor Ministro de Gobierno,


Muy distinguidos amigos,
Estimado amigo doctor Araujo:

Asisto a esta expresión de gratitud y homenaje de recono-


cimiento del pueblo ecuatoriano. La bondad de ustedes mis
queridos amigos, la bondad del pueblo ecuatoriano me sor-
prende constantemente; cuando alguna vez aparace en mi
alma alguna duda, cuando alguna vez aparece un temor en
una u otra forma, los amigos, el pueblo ecuatoriano, se hace
presente para darme ánimo; se hace presente sobre todo para
afirmar la República, para afirmar el bien, para afirmar la
justicia; ni el frío ni el calor son jamás impedimento para
que el pueblo ecuatoriano con tanta abnegación, con tanta
nobleza se presente estimulado él por los grandes ideales de
la Patria; mil y mil gracias mis queridos amigos de aquí arri-
ba; mil y mil gradas los amigos que están allí abajo por tan-
ta bondad para conmigo, si el pueblo está con Velasco; Velas-
co está cordialmente con el pueblo.

VELASCO CON EL PUEBLO

Yo acepto esta palabra de ustedes, el pueblo con Velasco;.


lo que yo quiero es merecer siempre esta palabra, pero quie-
ro también contestaros a ustedes; Velasco con el pueblo. Me
dan ustedes señor doctor Araujo y distinguidos amigos y no-
ble pueblo, me dan ustedes la satisfacción más grande al ma-
nifestarme que el Velasquismo está unido, que el Velasquismo
está solidario, que no hay división en el Velasquismo; el Ve-
lasquismo es un movimiento inmensamente amplio, el Velas-
quismo profesa la noción de que la dignidad y la grandeza de
— 281 —
la República del Ecuador está por encima de todo interés;
primer dogma la dignidad, la grandeza, el prestigio de la 'Re-
publica del Ecuador, el Velasquismo profesa el principio de
que el pueblo ecuatoriano es la fuente de la soberanía nacio-
nal, de que el pueblo ecuatoriano es la fuente de los grandes
ideales purificadores y que por consiguiente el pueblo ecua-
toriano tiene que ser ayudado en su situación cultural, en
su situación económica, en su situación biológica; esto profe-
sa el Velasquismo. Para afuera, el honor nacional; dentro el
pueblo, fuente internacional y fuente interna que está, que
exige con sobrada razón que el gobierno se preocupe de su in-
terés económico, de su regeneración económica, de su regene-
ración biológica, de su adelanto cultural, el Velasquismo cree
que no estamos en el momento de los odios, ni de las luchas
de clases, pero que todas las clases; ricos y pobres tienen que
cumplir severamente su deber para con la Patria. El Velas-
quismo, cree en la libertad de conciencia, cree en la libertad
de sufragio, cree sobre todo en la igualdad ante la Ley y el
Velasquismo, no puede menos de protestar cuando sabe, que
el individuo ecuatoriano, se acerca a una oficina pública a re-
clamar garantías, a reclamar por sus derechos, a reclamar por
sus servicios y sabe que se le desprecia, se le desdeña, que se
le manda para el otro día; el Velasquismo por consiguiente •
odia a la burocracia que no sabe cumplir con sus deberes.
"IR

SOMOS HOMBRES DE CONCIENCIA

Dentro de este credo tan amplio, dentro de estas normas


tan amplias, caben entre nosotros todos los matices, estas
normas que son las normas que harán vivir a la República,
son compatibles con multitud de matices, nosotros podemos
tener socialistas honrados y podemos tener liberales honrados
y podemos tener católicos honrados y podemos tener todo
aquel hombre honrado que sienta a la Patria, que sienta al
pueblo, que sienta la verdad, que sienta la libertad; no hay
pues que alarmarse de que tengamos distintos matices, noso-
tros somos hombres de conciencia, no nos enojamos con una
cuestión personal, ayer la situación nacional elevó al señor Dr.
Araujo al Ministerio de Gobierno, hoy la situación nacional,
quiere que el señor doctor Araujo sea un soldado en el campo
cívico y que otro Velasquista sea Ministro; para nosotros no
hay problema, para nosotros no es cuestión de empleos ni de
cargos, para nosotros hay servicio; ayer el señor doctor Cor-
nejo lanzaba sus rayos de indignación en el campo cívico,
contra los canallas, cobardes y ruines asesinos del 19 de Mar-
zo y el doctor Araujo, era Ministro de Gobierno, hoy el doctor"
— 282 —

:Araujo lucha en el campo cívico y el señor doctor Cornejo ha


subido a ser Ministro de Gobierno; el mismo espíritu y lo mis-
mo pasará con cualquier otra crisis del Velasquismo, contra
cualquier cambio de situación, son las situaciones, son las
circunstancias, las que mandan o imponen determinados ser-
-vicios a determinados hombres y el hombre grande y el hom-
bre noble y el hombre que sale de la vulgaridad es aquel que
se olvida de la cosita personal, pequeña y miserable y se con-
sagra al servicio de la Patria donde quiera que las circuns-
-tandas le ubiquen.

VUESTRO GRITO

Aquí constituís, señores que estáis abajo, un gran pueblo,


- un gran pueblo de gran corazón, de gran bondad, de gran
comprensión, de gran generosidad.

Se dice que el Velasquismo actúa únicamente en busca


de empleos ¿cuántos empleados hay abajo? talvez ninguno y
olvidados de su pobreza, olvidados de sus dolores, olvidados de
' todo interés personal, están allí con la Bandera de la Patria,
gritando que viva el Velasquismo, porque viva el Velasquismo
,quiere decir, viva la robustez de la República del Ecuador.
Mil gracias señores; vuestro grito, ese es un grito formida-
ble, ese grito puede pasar desapercibido a muchas personas,
a mi no me pasa desapercibido, porque sé el valor que eso re-
presenta.

No cabe entre nosotros señores, dirigentes del Velas-


quismo, no cabe entre nosotros luchas ni pequeñeces entre
los dirigentes velasquistas; cuando alguna vez venga la ten-
tación de la división, estamos obligados en nuestra con-
ciencia a tomar la cosa austeramente, seriamente y pensar
en este pueblo que está aquí en este patio y que ayer estuvo
desafiando las balas con que se le asesinaba por detrás allá el
19 de marzo y que allá en Bolívar, está aguantando la tem-
estad sin más que hacerle ver al Presidente de la República,
que está resuelto a vencer los acontecimientos físicos con tal
de afirmar la grandeza de la República.

Todos nosotros señores, todos nosotros, tenemos una gra-


vísima responsabilidad de conciencia, el Velasquismo, los di-
rigentes Velasquistas tienen hoy frente a la República una
responsabilidad terrible y de esa responsabilidad no se libra-
..rá nadie.
COMPROMISO INTERNACIONAL
Es indudable Sr. Dr. Araujo, que tenemos hoy un gran
.compromiso internacional, el compromiso de la Conferencia,
-no es como quieren algunos para perturbar, para poner bases

de perturbación, no es que la Conferencia va a resolver nues-


tro problema; es una Conferencia política a la cual probable-
mente no asistirá alguna Nación, no cabe que esta Conferencia
resuelva nuestro problema, lo que vamos a hacer en esa Con-
ferencia es a plantear, con toda fuerza nuestro problema y el
valor moral de nuestro problema, para que ese valor moral,
entre en las ,conciencias de los delegados y a través de ellos
penetre en la conciencia del pueblo peruano, para que pronto,
antes de diez años nos den la perfecta razón, eso es lo que va-
mos a hacer en la Conferencia. Que no nos vengan hoy los
que proclamaron el interés continental sobre los intereses de
su propia Patria, los que pretendieron bloquear el problema
ecuatoriano en homenaje a una Conferencia, que no habría
entonces tenido sentido ni para la justicia, ni para la De-
mocracia Americana ;que no vengan estos que tantos horro-
res hicieron, a pretender ahora, para atacarnos, que en la
Conferencia va a resolverse el problema, no, el problema será
problema de negociación, el problema, será problema de dis-
cusión; ese problema, lo impondrán los pueblos y ese proble-
ma por obra del empuje de los pueblos y por la fuerza pode-
rosa de nuestra verdad, por nuestra idea fuerza, tendrán for-
zosamente los países americanos, para vivir en paz, que antes
de cinco, antes de diez años, resolver definitivamente este
problema.
Lo que tenemos que hacer es resolvemos a luchar en el
campo de la moral, en el campo de la Diplomacia, en el cam-
po del Derecho, respaldar a nuestra Patria por medio de un
ejército aguerrido, 'defender nuestra Patria mediante sus
Fuerzas Armadas aguerridas y decididas; plantear nuestro
problema, discutirlo, propagarlo, difundirlo y decirle a Amé-
rica: ¿quiere usted paz?, pues sepa que el Ecuador es también
una Nación que exige el respeto a sus derechos para q?1:
if haya paz.
La manera eficaz, digna, como se resuelva la Conferen-
cia Interamericana, contribuirá, naturalmente a la difusión
de nuestro Derecho y al prestigio y grandeza de la Repúbli-
ca del Ecuador.
— 284 —

BANCO DE LA VIVIENDA

Problemas, problemas, lo tiene todo pueblo; Panamá tie-


ne problemas internacionales, Argentina tiene problema in-
ternacional, Guatemala, tiene problema internacional, Hon-
duras, Nicaragua, problemas internacionales tienen; ¿por qué
al Ecuador no más lo van a silenciar?, el Ecuador va a procla-
mar que su interés legítimo prima sobre cuestiones mundiales,
y enseguida, Dr. Araujo y señores, tenemos Ios grandes pro-
blemas internos, el problema de la vivienda. Esta mañana, el
Consejo de. Gabinete, resolvió la necesidad absoluta de esta-
blecer el Banco de Ia Vivienda y resolvió que mientras se haga
el Bañó de la Vivienda y mientras vengan los tales présta-
mos, que ojalá vengan pronto, porque nuestros prestamistas
son tremendos, se hagan aún cuando sea diez casas, aún cuan-
do sean cincuenta casas, aun cuando sean mil casas, pero que
se hagan, que se hagan, principiar la obra de las casas.
El problema de la Ley Agraria, lo está tratando con mag-
nífica competencia el señor Ministro de Fomento, ha reunido
ún grupo de técnicos ecuatorianos, van a venir dos o tres téc-
nicos Sud-Americanos, también en Sud Amlrica hay técnicos
y esperamos que ese problema acepte una Ley verdaderamen-
te consultada para que se presente al Congreso el 10 de Agos-
to. Pero también allí mediante una colonización inteligente
debemos ya principiar a actuar, porque el Velasquismo quiere
que se trabaje ya, que se haga enseguida. Todo eso pues seño-
res, supone esta unión del Velasquismo que ha dado ocasión
a esta magnífica reunión y- que ha dado sobre todo ocasión,
señor doctor Araujo, señor Ministro y señores que están aquí,
señor Coronel Tobar, los demás caballeros, ha dado ocasión
para que todos sintamos el Vélasquismo. Hoy está mandando
una fracción del Velasquismo, pero ei Velasquismo tiene que
durar cuarenta años doctor Araujo; ponemos un ejemplo,
cuarenta años, prtede durar cien arios si mantiene siempre
su savia vital, si renueva su savia constantemente, pues pue-
de tener una duración indefinida; pero lo que quiero decirle
doctor Araujo, lo mismo que al Ministro, lo mismo que al se-
ñor Acosta, lo mismo que al señor Coronel Tobar, lo mismo
que al pueblo que me escucha, lo mismo que a los señores Di-
putados que están aqui, lo que Ies quiero decir, es que este
inmenso movimiento Velasquista, tiene dentro de sí multitud
de matices ideológicos, que no alteran la esencia del Velas-
quismo y por consiguiente, esto tiene que ir cambiando según
vayan produciéndose las necesidades ¿la principal necesidad
actualmente cuál es?, es fomentar la producción, dar trabajo,
hacer viviendas.
NECESITAMOS RENOVACION
Yo doctor Araujo, ya soy viejo, tengo sesenta y ocho años,
la obligación de -ustedes señores jóvenes que me escuchan, lo
mismo que los que están abajo, es ir renovando, renovando y
renovando, para que esto dure cuarenta, cincuenta años, esto
es lo que les hace temblar a la gente y por eso quieren
socavarme. Dicen algunos: si estos velasquistas duran
cuarenta arios que será de nosotros, miedo, eso es, de aquí
que tienen conciliábulos y tienen reuniones y tienen confe-
rencias; cuenten pues ustedes señores Velasquistas con mi
mayor agradecimiento, cada día renueven ustedes su noble
alma o mejor dicho, la noble alma de ustedes no necesita ser
renovada, cada día acicateen más la noble alma de ustedes
que la grandeza del pueblo, la dignidad del pueblo sea la su-
prema inspiradora de ustedes señores dirigentes, que todos
sepan tomar el puesto que la situación les manda que todos
sepan conquistar el futuro. El señor Kennedy ha dicho una
cosa que me gusta, dice el señor Kennedy, me gustó esta fra-
se, ojalá sea verdad, ojalá, no hay que perder las esperanzas
que sea verdad, dice; que hay que saber retar al futuro, no hay
que tener la enfermedad de andar buscando comunismo,
hasta en un baso de agua, es él quien dice, que hay que saber
retar al futuro, hay que saber afirmar, esta es la tarea de km
verdadero hombre senores, no encontrar enemigos en todas
partes y enfermarse con las palabras, enfermo, temblando,
cuidado el enemigo; no, al enemigo hay que derrotarlo afir-
mando la verdad y desafiando al futuro. Mil gracias señores
VIVA EL ECUADOR.
— 286' —

LUCHAMOS POR NUESTRAS IDEAS EN EL.


CAMPO DE LA DECENCIA
Discurso pronunciado por el Excelentísimo Señor Presidente-
de la República en la ciudad de Guayaquil,
el día 26 de Enero- de 1961.

Señor Alcalde de la ciudad de Guayaquil,


Señor Gobernador de la Provincia,
Señor Presidente de la Saciedad de Carpinteros,
Señor Presidente del Consejo Provincial de Guayaquil,
Señor Legislador Ponce Luque,
Distinguidos señores:

Os debo confesar que el objete único de mi venida aquí"


esta noche, fue el asociarme al magnífico- homenaje que le ha-
béis hecho al señor Alcalde de la ciudad de Guayaquil.
Yo no tenía noticia alguna de este homenaje; lo supe ca-
sualmente al registrar los periódicos de esta mañana; en el pri-
mer momento, sin esperar que nadie me invitara, le manifesté-
al señor Alcalde de la ciudad, mi ferviente deseo de asistir a
este acto y asociarme a este homenaje, de mezclarme con e
pueblo para rendir yo también el homenaje que le debo a él,
como magnífico servidor del" pueblo de Guayaquil, como ex
relente y eficaz velasquista-, como magnífico hijo de la Repú-
blica del Ecuador. Habría deseado, señores, que las últimas
labras fueran del señor Alcalde de la Ciudad; eso era lo co-
rrecto, era menester que la ciudad y este salón y tal vez la
Patria toda, quedaran vibrando con las palabras de un hom-
bre que sabe prometer, que sabe idear cosas buenas para su'
Patria, y que sabe realizar; y- que sabe cumplir con rapidez
y con eficacia.
Vuestra bondad me obliga, a romper esta vibración; la in-
terrumpiré pues, para rendir a mi vez homenaje a vuestras
virtudes y para asociarme a lo que vosotros hacéis, para con
el señor Alcalde, y decirle que merece la gratitud del pueblo-
ecuatoriano, porque sabe ser hombre eficaz; que la Patria lo,
que quiere hoy es servidores eficaces, rápidos.
De paso, he podido experimentar una vez más, las virtu
des del pueblo ecuatoriano; cuando el pueblo ecuatoriano pro-
cede abandonándose a sí mismo, cuando procede impulsado-
por sus sentimientos espontáneos, por su nobleza, propia y
— 287 —

peculiar. Aquí en esta asamblea han hablado personas que de-


claraban que no eran partidarios políticos del señor Alcalde,
y sínembargo aplaudían sus obras de bien en la República del
Ecuador. Así es el pueblo ecuatoriano, cuando el pueblo ecua-
toriano procede por sus propias y nobles inspiraciones, qué nos
importa tener una idea política o tener otra; luchamos por
nuestras ideas en el campo de la decencia, en el campo del ho-
nor, conquistando las voluntades de los hombres, para nuevas
ideas. Pero que esta lucha por las ideas, no impida la buena fe,
no impida la dignidad, no impida la verdad. Los hombres que
sin ser partidarios políticos del Alcalde de Guayaquil, han ha-
blado esta noche en - su homenaje, han dado severa lección a
esas almas pequeñas, a esas almas amargadas y di-
minutas, que incapaces de hacer el bien pretenden
impedir que otros hagan el bien que ellos no pueden hacerlo.
Los hombres que esta noche han hablado, sin ser partida-
rios políticos del Alcálde de Guayaquil, han dado un ejemplo I
de nobleza moral para la Patria, que la Patria sabrá aprove-
char. Si queremos triunfar en política, tengamos grandeza mo—
ral, sepamos conquistar el alma del pueblo, mediante el ser-
vicio, mediante la obra, interpretando con exactitud los afa-
-
nes, dolores y esperanzas de la Patria; así se debe conquistar
el poder, no con la calumnia ni la mentira.

ES MENESTER LA LUCHA DE IDEAS

Yo mismo señoras y señores, de la manera más sincera,


desearía que se estableciese en el Ecuador una verdadera ola
liberal, un verdadero partido liberal, un verdadero partido so-
cialista; yo lo deseo, porque en una Patria es menester tener
quienes canalicen las opiniones públicas; es menester que ha-
ya la lucha de ideas, para que los problemas se aclaren; un
partido liberal, un partido socialista bien constituido, respe-
table, que se acerque a la multitud, que la conquiste, que tra-
duzca sus dolores y esperanzas. Pero qué es lo que se encuen-
tra, qué es lo que se ve?
Esta misma mañana he visto yo una prueba patente de la
pequeñez moral de cierta gente. Se habla de una asamblea del
partido liberal, donde se va a tratar de la carestía extraordi-
naria de la vida, que hoy mata a la República del Ecuador, y
ponen una lista de precios, una lista de precios mentirosa, por
que justamente en la otra página del periódico se publica
la lista de precios y se publica también el anuncio de dos
supermercados, que ofrecen los artículos por la mitad del pre-
cio que consta en la lista mentirosa publicada. Es así coros
van a hacer honor al partido liberal, es así como van a hacer -
triunfar al partido que respeta la conciencia libre de los hom--
— 288 --
bres, que respeta y proclama el Estado laico y neutral, es así
con estas pequeñeces, con estas miserias, con estas tonterías
y calumnias, como van a conquistar al 'pueblo? Y por ahí hay
-un señor que en el periódico "La Prensa" de esta tarde
habla de la hambruna del pueblo; este señor qué es lo
que pretende?; respeta la Patria, o se burla de ella; así no se
triunfa en las ideas, así no se triunfa en la vida, con la ca-
lumnia, con la perfidia, con la miseria; lo único que se revela,
'es la infelicidad personal, la incapacidad de conquistar a mul-
titudes, la incapacidad mental de concebir un programa,. la
incapacidad sentimental y efectiva de hacer que este progra-
ma penetre y conquiste el prestigio nacional.
UN INSPIRADOR DE CRIMENES
Por ahí, unos buenos señores en Quito, en un artículo que
-se reproduce hoy en los periódicos; se lamentan de la tiranía
del Gobierno, que impide que el señor Moscoso Loza, acusado
de ser el inspirador, de uno de los crímenes más espantosos
que se han cometido en la República: el asesinato del 19 de
marzo en Quito, acusado por un delincuente si se quiere,
pero esa acusación de un delincuente es un indicio, que debe
. servir para averiguar quiénes fueron los autores intelectuales
del más espantoso crimen que se ha cometido en la República
del Ecuador, matar y asesinar a un pueblo por la espalda, a
- un pueblo que lo único que hacia, es, en uso de la ley hacer
una manifestación electoral perfectamente permitida. Se
presentan ahora a reclamar porque se le impida que ese se-
ñor se fugue, y porque se rodea una Clínica con unos pocos
detectives, para que este señor no salga.
Yo pregunto: esos señores, muchos de ellos fracasados en
su política diplomática que hoy protestan contra el Gobierno,
y tratan de socavar al Gobierno, sin decirlo francamente, qué
'dijeron el 19 de marzo del año pasado, cuando fue canalla-
mente, ruinmente, cobardemente, asesinado por la espalda el
pueblo de Quito? Por el señor Moscos° Loza la protesta, y qué
dijeron por el asesinato del pueblo de Quito, hecho por cri-
minales, en violación de la ley, permitiendo contramanifes-
taciones asesinas, que violaban la ley, y faltaban al respeto a]
pueblo soberano del Ecuador.
El Presidente de la República se debe a todos; sí, a todos
me debo, pero me debo principalmente al pueblo ecuatoriano,
me debo principalmente a cuatrocientos mil electores
que algún respeto merecen de parte de los que pre-
tenden socavar al Gobierno ecuatoriano, protestando por
que se procura que el señor Moscoso Loza, se cure tranquila-
mente en una Clínica, para que continúe la investigación, por-
— 289 —
que claro está que por lo menos hay que investigar. Yo no
digo que el señor doctor Moscoso Loza sea autor de nada, pero
por lo menos hay que investigar quiénes son los asesinos in-
telectuales del 19 de marzo, y si hay un indicio, si hay una
noticia por lo menos, la policía tiene perfecto derecho a ave-
riguar, a investigar; a pesar de que muchas veces sale la in-
justicia al paso para impedir que los procedimientos sigan su
rumbo y para proclamar la impunidad de los crímenes y dé
los delitos en la República del Ecuador. Yo, señores que me
escucháis, yo os pido que respetéis las instituciones, que res-
petéis la libertad de prensa, que respetéis los Tribunales de
Justicia, que respetéis el orden en las calles; pero os pido tam-
bién, que si alguien pretende socavar injustamente al Gobier-
no, socavar la paz de la República para que tornemos a los
tiempos de quienes han proclamado que los intereses conti-
nentales priman sobre las demás cuestiones; para que regre-
semos a los tiempos de quienes permitieron que se asesine
por la espalda al pueblo de Quito el 19 de marzo; si alguien
pretende esto, poneos de pie, y juntos con el Gobierno, y por
los medios legales, impondremos a toda costa, el orden y la
paz, y el silencio a quienes deben callar y respetar.
Cuando el tercer velasquismo, formuló un programa de
carreteras, que francamente transformó la faz de la República
del Ecuador, permitiendo la vinculación definitiva de la Sie-
rra con la Costa, y de la Costa con la Sierra, y creando rbr
todas partes fuentes de trabajo, y haciendo entonces sí, útil
el cultivo del banano, el cultivo del café, que fácilmente po-
dían salir a las carreteras principales, y fácilmente podían sa-
lir a los puntos de embarque, como este hecho grande era in-
negable, había que infamar al Ministro que lo hizo, y se re-
pitió contra su honor las frases más infames. No pudiendo
vencer por el camino del honor, se pretende vencer por el ca-
mino de la infamia, olvidando que el pueblo ecuatoriano, sabe
distinguir perfectamente a los hombres de honor, de los hom-
bres de la infamia.
Hoy que el Alcalde de la ciudad, el señor Menendez Gil-
bert ha transformado verdaderamente la mentalidad de la
urbe, hoy que el Alcalde de la ciudad, ha impreso el dinamis-
mo, una tensión hacia el trabajo un afán de progreso, un a-
fán de mejoramiento, una inquietud por las conquistas del
día de mañana, un descontento de la hora presente, una es-
peranza siempre creciente, en la hora futura, y todo esto con
planes claros, precisos, terminantes, ante semejante obra, hay
que socavarlo, con la calumnia, con la miseria, con la envidia.
Pueblo de Guayaquil, dirigentes de este gran movimiento,
que no pensais en la obra del Alcalde de Guayaquil, sin preo-
cuparon de estar o nó, de acuerdo con la política de él; por-
que ésta es cuestión de otra hora. Hoy pueblo de Guayaquil,
y dirigentes, que sabéis reconocer el mérito real, positivo,
y electivo, uníos, para impedir que la farsa triunfe, que la ca-
lumnia socave, que la miseria debilite, a un Alcalde honrado
que el Gobierno sabe defender.
Basta recorrer la ciudad, para comprender que un espí-
ritu nuevo la agita, un espíritu de trabajo, un espíritu de ten-
sión hacia el trabajo, un espíritu de inconformidad con el mal;
por todas partes los rellenos, por todas partes la movilización
de tierras, por todas partes las escuelas populares, por todas
partes los planes atrevidos, pero inmediatamente financiados;
así hay que vivir, vivir atrevidamente, vivir consiguiendo para
la propia ciudad y para la propia Patria, no horas de vulgaridad
y de rutina, sino horas grandiosas, que rompan la rutina, y le
eleven al pueblo ecuatoriano, y. eleven a la ciudad de Guayaquil.
al plano de las utopías realizables, utopías por nobles, reali-
zables por bien financiadas.
Yo no puedo menos de aplaudir; yo no puedo por menos
de agradecer al señor Alcalde la ciudad de Guayaquil, por la
cooperación efectiva y práctica, que le está prestando al Go-
bierno.
APLAUDO LA OBRA DEL ALCALDE
Os decía, que no puedo por menos que aplaudir la obra
eficaz, creadora, innovadora del Alcalde de Guayauil, que a
veces tiene el sello del amor a la humanidad, que verdadera-
mente le conmueve. Aquí hay una escuela correccional de ni-
ños; esa escuela correccional de niños, hasta hace pocos días,
era una escuela de corrupción de niños, así se la ha tenido
durante cuatro años; escuela de corrupción de niños, fuí yo
acompañado por el Alcalde de Guayaquil, encontramos que
es una escuela de corrunción, de inhumanidad y de infamia,
y sabéis lo que pasó?: una Institución Fiscal, una Institución
que corre de cuenta del Estado, en atención a que el Fisco tie-
ne una pobreza monstruosa, el señor Alcalde de Guayaquil se
ha hecho cargo de esa escuela, y hoy los niños están tratados
con humanidad, y hoy los niños tienen cama, y hoy los niños
tienen patios higiénicos, y hoy los niños tendrán jardines, y
hoy los niños tendrán talleres. Señor Alcalde eso se llama con-
quistar la opinión pública.
Seguid, seguid haciendo esta obra positiva, creadora y
grande, y no hagas caso de vuestros enemigos. A mí me han
calumniado durante 30 años consecutivos, y no han logrado
arrancar un átomo del afecto, que bondadosamente me tiene
el pueblo ecuatoriano. Con vosotros pasará con mayor razón,
porque vos señor Alcalde tenéis mucho más imaginación crea-
— 291 —

dora, mucha más capacidad de financiación honrada para


servir al pueblo ecuatoriano.
Vuestra ciudad obrera, vuestra ciudad satélite, es alga
grande, eso acostumbra a los pueblos a ver las cosas en gran-
de, eso los acostumbra a los pueblos a soñar, a soñar en rea-
lidades, un pueblo debe saber soñar, soñar en realidades que
pueden ser efectivas, para hacer grande al pueblo, para saber
tener objeto del trabajo, objeto de emoción, para dar sentida
a la propia vida. Esa ciudad obrera es un deber que tiene el
velasquismo, es un deber que tienen los ecuatorianos de ha-
cer liberar al trabajador del tugurio; qué cosa más grande, qué
cosa más noble, que crear una ciudad obrera, satélite de la
ciudad de Guayaquil, que después de 10 años será envuelta
por el crecimiento formidable de la ciudad de Guayaquil, én
que los obreros tengan su casa higiénica, en que los obreros
tengan sus parques, en que los obreros tengan sus jardines,
en que los obreros, tengan su asistencia médica, en que los
obreros tengan su bienestar; qué cosa más grande, alguna vez
tenemos que soñar en hacer justicia real y positiva a los pue-
blos si queremos evitarnos del comunismo. En el Ecuador, no
existe tal comunismo, en el Ecuador lo que puede existir con
el nombre de comunismo es el estallido del dolor y de la mi-
seria, si acaso el velasquismq no sabe cumplir extrictamente
sus deberes para con el pueblo ecuatoriano.
Esta mañana me acordaba yo de la oposición que se me
hizo cuando el año 34, se pensó en hacer la construcción del
Colegio Vicente Rocafuerte en donde está ahora la construc-
ción; que distancia, que utopía, que locura, llevar un colegio
al mosquito, al pantano, a la selva, lugar antigiénico, ahí está
el Colegio ahora, envuelto por barrios residenciales; lo mismo
pasará con vuestra ciudad. No abandonéis señor Alcalde, no
abandonéis los barrios suburbanos, no habéis pensado en aban-
donarlos, os alcansáis para ambas cosas, pero yo os felicito de
que inyectéis al pueblo un poco más de emoción, un poco de
ensueño creador, esa ciudad obrera, esa ciudad satélite que
levantará el ánimo de la Patria y le hará saber que ella tam-
bién puede hacer cosas grandes, nobles, innovaciones genero-
sas, apartándose de la ambición.

SALVAR A LOS NIÑOS

Y lo mismo os digo señor Alcalde, respecto de la ciudad


del niño, al niño ecuatoriano hay que redimirlo, hay que sal-
varlo, es propio de un pueblo civilizado ciudar a sus niños, es
propio de un pueblo civilizado venerar al niño. El niño es el
amor del hombre ya encarnado, el amor del hombre exterio-
— 292 —
rizado, lo más íntimo de lo moral, espiritual y fisiológico ex-
teriorizado. El niño es la Patria futura, el niño es el Ecuador
futuro, el niño es el Juan Montalvo futuro, el Vicente Roca-
fuerte futuro. Cómo sabemos que en esos lugares como el Hos-
pital Mann, o como la tal casa correccional, antes de que el
señor Alcalde interviniera en ella; cómo sabemos que en uno
de esos niños, no hay un Juan Montalvo, no hay un General
Sucre, cómo sabemos? Os felicito señor Alcalde de compare-
ceros de los niños, esa es la primera pretención del Evangelio,
esa es la primera pretención del Cristianismo, esa es la pri-
mera pretención del Socialismo, ese es el primer mandato de
la humanidad moderna, anhelosa de justicia. Haced esa ciu-
dad infantil, redimid al niño del tugurio, redimid al niño de
falta de drogas, de la falta de medicinas, redimid al niño de
que sea devorado por las ratas.
Cómo no va a haber agitación social, cómo no va haber
clamor y protesta, si en nuestra ciudad de Guayaquil, muchas
veces la rata salta al niño y lo mata, porque la madre tiene
que abandonar al niño en un tugurio mientras la madre va
a trabajar.
Esta grande y monstruosa injusticia social, tiene que ser
correjida señoras, aquí no se trata de comunismo, ni de no
comunismo, aquí se trata de ser seres humanos, aquí se trata
de tener un átomo de misericordia, un átomo de amor a la
cultura, un átomo de amor a la civilización, salvar al niño,
defenderlo del tugurio, defenderlo del microbio, defenderlo de
las ratas.
Seguid señor Alcalde, con vuestras utopías realizables,
utopías porque rompen la rutina, porque lo hacen soñar un
poco al pueblo que sufre, porque a todos los ciudadanos les
ponen en tensión, porque sabe ser hombre •de la ac-
ción, sabe ser un gran financista, honrado, financista para
combinar los intereses legítimos que permitan construir aque-
llo que vos queréis construir en beneficio de la Patria, en be-
neficio de Guayaquil.

NO PIDO VENGANZAS

Defended a vuestro Alcalde, defendedlo, no lo dejéis in-


sultar, ni atacar, yo no os pido a vosotros venganza, yo no os
pido que trastornéis el orden público, pero yo os pido que per-
manezcáis vigilantes en torno a la obra que realizáis. Hoy ne-
cesitamos acción en el Ecuador, el valasquismo está tremen-
damente comprometido, terriblemente comprometido.
Can perdón de los señores que no piensan políticamente
como nosotros, pero ellos en su nobleza aceptarán que yo ten-
--293—
go derecho a desear que el velasquismo dure cuarenta, cin-
-cuenta, cien años; este derecho tengo a desear; con desear, a
nadie hago daño, pero para que el velasquismo dure, y para
que en mi concepto el velasquismo durando, salve la dignidad
internacional de la República, y salve la justicia que
debemos a las multitudes ecuatorianas, es menester que
principie por ser eficaz en el servicio público, rápido
en el servicio público, nada de discusiones, nada de dejar pa-
ra mañana, lo que podemos hacer hoy; nada de dejar para
-después lo que se debe realizar ahora, nada de alargar inde-
finidamente el plazo para que se creen las casas del Seguro,
cuando podemos hacer inmediatamente que se creen en for-
ma honrada, las casas del Seguro de Guayaquil, en beneficio
de los obreros de Guayaquil.
QUE SE FORMEN PARTIDOS
Tenemos un gravísimo compromiso, señoras y señores,
ansío que se formen partidos políticos en el Ecuador, que sean
-partidos de equilibrio, partidos de estímulo, partidos de críti-
ca constructiva, partidos de orientación benéfica. Pero yo os
-pido a vosotros, que exijáis a todos los dirigentes velasquis-
-tas, sin excepción de nadie, la honestidad, la delicadeza, en el
manejo de los fondos públicos, la rapidez, la vehemencia sa-
na en la realización concreta y práctica de los servicios pú-
blicos.
Por todas estas razones, apenas supe que el señor Alcal-
de de Guayaquil, iba a ser motivo de homenaje esta noche,
-quise venir calladamente, sentarme al lado de él, y aplaudirle
a él, y unir mis aplausos a los del pueblo ecuatoriano, y unir
mis aplausos al de los hombres honrados, que sin estax coi
la política del Alcalde, saben apreciar la administración prác-
tica del Alcalde; hombres generosos que lo que quieren es 'que
..se haga el bien al país, y que para hacer un bien al país no
calumnian, ni inventan infamias. Me habéis dado una gran
lección de gratitud, vosotros sois gratos al Alcalde, vosotros
le comprendéis, vosotros no os dejáis engañar por los infeli-
ces sofistas, vosotros amais realmente a la Patria, amadla
.siempre, y sabed que un puebla para vivir, un pueblo para
subsistir, necesita soñar en cosas grandes, necesita innovar co-
sas grandes, soñar realidades, en cuanto superan la miseria,
y la rutina presente; sueños en ese sentido, caracterizaron los
sentimientos de las almas de los hombres; realidades que se
hicieron por obra de la voluntad indomable, por obra del ta-
lento, sabrán más tarde hacer el bien a la Patria ecuatoriana.
.5/

CINCO DE JUNIO: PROFUNDA
REVOLUCION DE LA PATRIA

Fotografía captada durante la gran manifestación popular que se


efectuó en el Coliseo de Deportes de Quito, el 27 de Enero de 1961,
como respaldo al Primer Mandatario y protesta por la declaración
de los Garantes del Protocolo.
NO SEREMOS COLONIA DE NADIE

Discurso pronunciado por el Excelentísimo señor Presidente-


de la República en el Coliseo, el día 27 de Enero de 1961

Señores Vicepresidentes de las Cámaras Legislativas;


Señores Ministros de Estado;
Distinguidas Autoridades Militares y Policiales;
Noble amigo y luchador, señor doctor Araujo:
Señor Secretario General de la Administración;
Señoras y señores:

Creedme que yo me siento a veces anonadado ante esta.


bondad magnífica del pueblo ecuatoriano, ante vuestra com-
prensión, ante vuestra abnegación, ante la generosa confian-
za que tenéis en mí; creedme, yo me siento anonadado y a ve-
ces tengo temor de hablar; a veces temo que mis palabras.
no estén a la altura de vuestras esperanzas, a la altura de
vuestras nobles emociones; pero creedme, también en otros.
instantes caigo dentro de mi mismo, siento una especie de
fuerza interna que me levanta y que me dice: feliz el hombre
que ha tenido la buena suerte de presidir uno de los instan-
tes más grandiosos y uno de los más grandiosos pueblos, el
pueblo ecuatoriano.

LA REVOLUCION DEL 5 DE JUNIO

Feliz el hombre al cual la suerte le ha deparado la fortu-


na de presidir una profunda revolución de la Patria, una re-
volución que consiste en que un país recuerde su historia, re-
cuerde sus tradiciones gloriosas y afronte el porvenir con vi-
gor y con grandeza, tenga esperanza en sus propias virtuali-
dades, tenga la conciencia de su dignidad internacional y se
afirme ante la América Española y ante el mundo con un va-
lor internacional autónomo, con propia conciencia, con pro-
pias responsabilidades; y que tenga, además, la visión interna
de lo que pasa y de lo que debe pasar en la Patria. En la par-
te interna, para que haya esplendor internacional, es menes-
ter que haya justicia para todos, es menester que haya dere--
— 297 —
'cho para todos, es menester que se establezca un nuevo equi-
librio interno a base del amor al pueblo ecuatoriano, de la re-
generación, de la restauración total del pueblo ecuatoriano.
Hombres espiritualmente miopes, nos preguntan de qué
revolución hablan los velasquistas; no se ha roto la Constitu-
•ción, los soldados no han salido de los cuarteles, la sangre no
ha empapado las calles de Quito y Guayaquil; de qué revolu-
ción nos hablan los velasquistas? así dicen los pobres de es-
píritu, no pobres en el sentido evangélico, sino pobres en el
sentido de la miopía que no alcanza a ver ni la historia, ni la
distancia de los pueblos.
El, pueblo ecuatoriano hizo una revolución el 5 de junio,
hizo una revolución profunda, porque la revolución que él
hizo fue un cambio, una modificación sustancial en sus pro-
pósitos patrióticos y en la resolución de poner al servicio de
esos propósitos su fuerza, su valor y su dignidad para día a
día conquistar -un terreno más en el campo de la justicia eco-
nómica, en el campo del bienestar social, en el campo de la
cultura espiritual, en el campo de la dignidad y del prestigio
internacional de la República.
Una revolución profunda hicistéis; en adelante no habrá
la majestad del poder, sino la única majestad, la del servicio
a la causa popular, a la causa del hombre, a la causa del po-
bre, a la causa del débil; -para que el débil llegue a ser fuerte
y el pobre llegue a ser rico. En adelante, como decían muy
bien los dos oradores anteriores, será el interés legítimo de la
Patria ecuatoriana, como Nación, como fuerza, como perso-
nalidad internacional, el que primará sobre todos los demás
'intereses.
NO SEREMOS COLONIA DE NADIE
- No seremos colonia de nadie. No nos unciremos al carro
'de nadie. Pobres o ricos proclamaremos nuestros principios
de justicia, de autonomía, de mutuo respeto en los pueblos, y
proclamaremos así dentro de la Patria que todas las clases
' sociales en cooperación humana y cristiana están obligadas a
cumplir estrictamente sus deberes para con el pueblo ecua-
toriano, y a llenar cada clase social y cada hombre su función
humana.
Por nosotros, por vosotros en esta formidable Asamblea
del pueblo ecuatoriano, está hablando la corriente que circula
en toda la -historia de la República del Ecuador; vosotros sois
en este momento los intérpretes del alma y del espíritu de la
República; por vosotros está hablando el heroísmo; recordad
,.cómo el pueblo de Quito fue asesinado el 2 de agosto de 1810
— 298 --
para con su sangre hacer irradiante e invencible la causa de
la revolución contra el despotismo español; para por vosotros
hacer noble y grande la espada del. Libertador Simón Bolívar.
Por vosotros está hablando la lealtad a los principios, y per-
mitidme que hoy me ponga yo como ejemplo para vuestra
lealtad.
Treinta y tantos años de calumnias_ miserables contra
mí, treinta y tantos años de maniobras canallescas indignas
y ruines, sin que muchas veces haya yo podido dejar oir mi
defensa, y vosotros, que habéis intuido que yo no os engaño,.
que yo os amo, que si vosotros estáis conmigo, mi corazón es-
tá también en el corazón vuestro, no os habéis dejado turbar.
Por vosotros esta noche habla la corriente de lealtad del pue-
blo ecuatoriano, habla la corriente de heroísmo del pueblo
ecuatoriano, y habla también la corriente de pasión. Sois hom-
bres apasionados, sois pueblo apasionada, y sólo vuestra pa-
sión y sólo la grandeza de vuestras grandes pasiones puede
explicar que el 19 de marzo de 196(1, por oir al modesto ora-
dor que hoy está dirigiendo la palabra, os hayáis dejado ase-
sinar miserablemente por la espalda sin' que nadie se mueva,
sin que nadie fugue, con estoicismo digno de vuestra pasión,
de vuestra lealtad y de vuestro heroísmo que ciluula por toda
la historia de la República del Ecuador, y que hoy está esta-
llando, que hoy está expresándose en esta sala magnífica en
vuestros grandes y nobles corazones, aquí congregados.

FRACASO DE LOS PARTIDOS

Esta corriente vuestra, esta profunda corriente vuestra


ha tenido la buena suerte de cantarla, de interpretarla el Ve-
lasquismo. Los amargados de todos los partidos ya pueden
destrozarse en insultos y miserias; eso no da, eso no quita; que
continúen mordiéndose a sí mismos los amargados de todos
los partidos; pero el formidable hecho histórico es esa corrien-
te profunda, esa corriente interna, esa corriente que ,viene
del fondo de vuestra subconciencia, y que se traduce en vues-
tras llamadas intuitivas. Hasta ahora sólo en estos treinta
años últimos la ha sabido captar el Velasquismo. Ojalá, hom-
bres de esta asamblea, vosotros, yo a la cabeza de mis deberes,.
y nosotros los dirigentes del Velasquismo, con nuestro servi-
cio eficiente, con nuestra honestidad económica, con nuestra
nobleza moral, seamos dignos de haber captado esta corrien-
te, y, sobre todo, de sembrarla en el presente para que florez-
ca gloriosa, iluminadora, inmortal en la-historia que vendrá..
Esta corriente que el Velasquismo ha tenido la felicidad
y la responsabilidad de captar demuestra el fracaso total de
--299—
los partidos políticos en el Ecuador, fracaso absoluto, fracaso
radical y total. No se vive con vivezas superficiales, no se vive
con maniobras intrascendentes, no se vive con cálculos mo-
mentáneos, no se vive con toda clase de transacciones, no se
vive pretendiendo engañar al pueblo que no se deja engañar;
se vive penetrando en la conciencia de los hombres, interpre-
tando la conciencia de los hombres, que la conciencia de la
vida es labor de Dios, y se vive canalizando, precisando, ha-
ciendo que esta conciencia se traduzca en todos los momentos
históricos en conquistas cada vez mayores en beneficio de ca-
da individuo de la especie humana; así se vive, de otra mane-
ra se fracasa.

PARTIDOS DE HONOR

Yo, por mi parte, señoras y señores, sé que éste es un mo-


mento trascendental en la historia de la Patria; que es me-
nester preparar los futuros días de la Patria. Por esto hago
votos porque recién aparezca y se formen verdaderos parti-
dos políticos, partidos de honor, con gentes de honor; parti-
dos nuevos, con gente nueva, no con gente manchada, amar-
gada y fracasada. Quién puede negar la importancia de un
verdadero partido liberal, que defienda la conciencia del hom-
bre, que defienda la vida del hombre individual. Quién puede
negar la importancia de un verdadero, no fracasado, sino de
un verdadero partido conservador que comprenda las tradi-
ciones, de la Patria, y que trate de guiar el futuro de la Pa-
tria inspirado en las eternas tradiciones del alma de la Pa-
tria. Quién puede negar la importancia de un Partido Socia-
lista; el porvenir del mundo está ahora, aún cuando proteste
, quien quiera, en un socialismo civilizado, humano, compren-
sivo, inteligente; que comprenda el dolor de la especie huma-
,á'na, y trate de levantarla, no para adquirir sufragios y más
tarde hacerse solidarios de las compañías extranjeras con una
desvergüenza inagotable, sino para procurar que el imperio
'de la justicia se extienda sobre los débiles, sobre los que lla-
mamos débiles, sobre los que llamamos humildes, sobre los
pobres que a veces son los únicos ricos de las naciones.
Un día, después de cuarenta o cincuenta años el Velas-
quismo con la fuerza de la ley histórica, perderá su riqueza,
,s1.1 poder de renovación, y es menester que aparezcan ya par-
tidos que estimulen al Velasquismo a ser lo que debe ser; que
capten la conciencia del pueblo, que capten sus tendencias,
que capten sus problemas. Estos son partidos y no esas mise-
_rabies y corrompidas oligarquías; oligarquías y maniobras.
•— 300 —

Qué culpa tiene el velasquismo de la insensatez de mu-


chos cerebros, que actualmente pretenden actuar en primera..
línea. Si sois insensatos, procurad no- serio; no nos insultéis
a nosotros que no hacemos otra cosa que servir al pueblo,.
como vosotros jamás lo habéis servido.
Imaginad, imaginad vosotros el gran acto- que en este
momento debe realizar el llamado Partido Liberal en Guaya-
quil. Qué acto tan infeliz. Yo que sinceramente amo al libe-
ralismo, yo que hago votos porque se forme un liberalismo, •
no puedo menos que tener la más grande pena porque ya
pienso en el futuro de la Patria; yo no pienso en mi éxito, ya
pienso en la Patria del futuro; yo no puedo menos que tener
pena; toda la gran Asamblea Liberal, con oradores nombra-
dos de antemano, debía efectuarse a base del alza de los pre-
cios en el mercado; se ponía allí los precios en el período gu-
bernativo anterior y cómo habían aumentado los precias en
el Gobierno actual; pero los infelices hombres se equivocaron
en lo siguiente: en el mismo periódico en donde estaban los
precios que ellos creían que era una catástrofe, en el mismo
periódico, había el anuncio de tres supermercados en donde
ofrecían esos artículos tan altos, por' la mitad del precio que•
los infelices creían que era la base de la paz para el Gobierno
actual. Con esta superficialidad, con esta insensatez' se tratan
los grandes problemas de la República, con algo- repugnante;
que una manifestación liberal principie por cuestiones de-
mercado; está bien lo del mercado pero después de actos en
que se conquiste la opinión espiritual de la República; pera
esto del mercado mismo revela el absurdo, porque los super-
mercados estaban refutando a los mercaderes que alteraban
los precios del mercado.
Se pretende hacer un acto humanitario; defender los de-
rechos del hombre, defender los procedimientos judiciales,
firmando una serie de cosas en defensa de una persona con-
tra la cual hay indicios más o menos graves como uno de los
cerebros del 19 de marzo; es decir el Velasquismo carece de
derecho de averiguar judicialmente quiénes son los autores
intelectuales, es decir los asesinos del 19 de marzo. Pero yo le
pregunto a ese señor Diplomático que no es tan grato, como
podía creerse, a la integridad y dignidad de la República, y
pregunto a los demás caballeros, respetables o no, si dijeron
ellos una sola palabra cuando el pueblo de Quito' fue asesina-
do cobarde y criminalmente el 19 de marzo.
Yo os decía que vosotros habéis dado, con vuestra bondad,
todo lo que un hombre puede buscar. Como yo sé que estoy
en la última etapa de mi vida política, como yo sé que un día
después de cincuenta o cien años els Velasquisma perderá sus>.
301
fuerzas por obra de la historia, yo con toda mi alma ansío
que se formen partidos, pero partidos medianamente decen-
tes, partidos medianamente racionales, no partidos de ma-
niobras, no partidos de imaginaciones, no partidos que pre-
tendan publicar una seudo-revista con apariencia velasquis=
ta, para ahí atacar al Gobierno Velasquista y desorientar al
pueblo. Amigos míos, sois muy candorosos, el pueblo no va a
caer en vuestras celadas. Lo que hacéis es cavar vuestra se-
pultura.
Señoras y señores, nosotros estamos cargados de respon-
sabilidades. Vosotros el 5 de junio hicísteis una gran revolu-
ción, una gran revolución moral, una gran revolución jurí-
dica, una gran revolución de aspiraciones; lo único que pasa
es que vuestra revolución fue original, no fue- a base de odio,
sino a base de cooperación; no fue a base de negación, sino
a base de afirmación; no fue a base de amargura, sino a base
de esperanzas en el futuro de la Patria, labrado por vuestras
inteligencias, enaltecido por vuestros corazones.

DERECHO INDIVIDUAL
Una administración moral, estoy convencido yo, de nues-
tro Ecuador, que se llama cristiano, que se llama republicano,
que dice que detesta al comunismo ateo; en este Ecuador el
hombre individual carece de derecho estoy convencido, a bus-
car servicios, a entrar en una oficina burocrática; concurre
un pobre para hacer un reclamo en una oficina burocrática,
y se le contesta que espere, que venga mañana, que acuda
después de ocho días.
El Ministro del Tesoro es una gran persona; por el Minis-
tro del Tesoro está viviendo el Ecuador ahora; el Ministro del
Tesoro está sacando plata de la nada para que hagamos ca-
rreteras, para que hagamos regadíos.
Es la gran generalidad de la burocracia ecuatoriana, esa
burocracia elevada por los gobiernos anteriores, sobre la cual
no he cesado de protestar yo; es esa la burocracia, que donde-
quiera que vaya el hombre pobre, la madre abandonada, la
viuda angustiada, le recibe y le dice que venga después de
ocho días, y jamás respeta al individuo.
Señores Ministros, que después de haber recibido una ca-
ja con un millón quinientos mil sucres, y con doscientos trein-
ta y ocho millones de sucres de deuda estáis haciendo una
obra extraordinaria de fomento y de creación, mandad, impo-
ned a vuestros subordinados que haya una, dos, tres horas a
la semana para oir al individuo pobre, para oir a aquel que no
tiene abogados, mandad que se le respete.
— 302 —

Estoy convencido de que el derecho individual no existe en


nuestra Patria. El derecho del pueblo tampoco existe en
la República del Ecuador. Cómo explicar, si el derecho del
pueblo hubiera existido en la República del Ecuador, los tu-
gurios en donde vive el pueblo, cómo explicar ese abandono de
hospitales y de casas de asistencia, cómo explicar esa angus-
tia del hombre del campo, cómo explicar esa tiranía de los Co-
misarios, cómo explicar esa deshonestidad de la mayor parte
de los Concejos Cantonales, cómo explicar esa dejadez, esa des-
honestidad de la mayor parte de los Consejos Provinciales. Ne-
cesitamos, si queremos cumplir nuestras responsabilidades, si
queremos ser dignos de este pueblo aquí congregado y que lo
está aclamando, necesitamos inyectar a la República del Ecua-
dor moralidad; moralidad que haga que para cada individuo
sean sagrados sus derechos; moralidad que haga que todas las
funciones del Estado se viertan, se encuentren para procurar
un poco más de bienestar, un poco más de consuelo al desva-
lido, al abandonado pueblo de la República del Ecuador.
El dinero que circula por los Concejos Cantonales, por los
Consejos Provinciales, por cada una de las dependencias de las
Instituciones autónomas, por cada uno de los Ministerios, por
el Instituto de Previsión, por las Cajas del Seguro y de Pen-
siones, es dinero sagrado; es dinero arrancado al pueblo, con
impuestos indirectos en la mayoría de los casos; es la contri-
bución del obrero, es la contribución del pobre empleado; todo
esto es sagrado, todo esto debe manejarse con delicadeza ex-
quisita; si queremos ser dignos del pueblo que hoy nos acla-
ma, principiemos por la delicadeza y por la severidad más
grande en el orden económico.
Yo me dirijo a vuestro buen corazón, yo me dirijo a vues-
tra inteligencia; de todos los que están aquí clamando a la Pa-
tria este instante, ninguno tiene empleo, todos son ciudadanos
desinteresados; creo que en esta inmensa asamblea el núme-
ro de empleados es tan mínimo, que no vale la pena contarse.
Todos son - aquí pobres, y una que otra persona rica tiene co-
razón pobre porque sabe amar a los pobres, y es rica en el de-
seo de compartir su fortuna con los pobres que no tienen for-
tuna.

PROBLEMA DE LOS POBRES

A mí me preocupa hondamente el problema de los pobres


en el Ecuador. Acabo de venir de la Costa. Cuánta pobreza,
cuánto abandono, cuánto tugurio. El hombre que vive como
el cerdo, el hombre cuyo tierno niño es comido y herido a
muerte por la rata. ¡Esto se llama país cristiano! ¡es aquí
donde se teme tanto al comunismo! La pobreza del pueblo
‘„„ — 303 —
ecuatoriano es una pobreza aterradora, pero creo yo que no
vamos a corregir esta pobreza del pueblo ecuatoriano desatan-
do el odio de las classe, desatando el caos y la confusión; va-
mos a resolver este problema obligando a todo el mundo a con-
tribuir en bien de la Patria, vamos a resolver este problema
creando fuentes de trabajo, haciendo carreteras; vamos a re-
solver este problema haciendo regadíos; vamos a resolver este
problema con una Ley Agraria bien meditada, tranquilamen-
te meditada.
Sólo una política agraria del Instituto de Colonización,
bien meditada y bien realizada, sólo una Ley Agraria bien he-
cha, permitirá que haya consumidores; habiendo consumido-
res podrá haber la gran industria en el Ecuador; con indus-
tria y con agricultura, afirmando al hombre individual y a la
familia en la tierra, y creando industrias, tendremos fuentes
de trabajo, y sólo así se resolverá, en parte, el problema del
pobre, el problema de la pobreza del pueblo ecuatoriano.
Todo lo demás es vivir en el engaño: pretender, por ejem-
plo, que yo mañana me precipite con toda la fuerza pública a
apoderarme de las haciendas de los ricos y hacer que los ricos
corran despavoridos, y que los pobres no sepan qué hacerse
con las haciendas conquistadas; eso no lo haré jamás. Yo amo
a la Patria; yo amo profundamente al Ecuador; yo sé la res-
ponsabilidad de mis actos; yo pretendo conocer algo de la psi-
cología de los pueblos Occidentales, de la psicología del pue-
blo ecuatoriano, y jamás haré una cosa que halague durante
seis meses y cause la aflicción y la ruina durante veinte años.

HACIENDO OBRAS

Señores Ministros, estáis haciendo obras por todas las


provincias ecuatorianas. Después de pocos días será una gran
realidad la gran Empresa de Guapán que mejorará, que trans-
formará las condiciones de la Provincia del Azuay.
El 10 de Agosto el Ministro de Fomento presentará su Ley
Agraria, elaborada por técnicos ecuatorianos, al Congreso de
la República del Ecuador.
Por lo pronto el Ministro de Obras Públicas está hacien-
do carreteras por todas partes; estamos haciendo un estudio
integral del problema del regadío, del uroblema del agua po-
table para la Provincia de Manabí. Casi cada quince días vi-
sito todas las secciones de la República; a todas se les da alivio,
un alivio grande, un alivio pequeño; a todas se les alivia: por
aquí la escuela, por allí el agua potable, por allí la electrici-
dad, por allí la carretera; a todos se les alivia. Por eso es que
la Patria, que sabe que yo puedo errar pero que no puedo trai
- 3.04 -
cionarla, está ahora en una hora de optimismo, está ahora en
un deseo de mejorar; está ahora en un anhelo de movimiento,
de mejora, de regeneración. La Patria, —decía ayer en Gua-
yaquil, y me permito repetiros ahora—, la Patria está soñan-
do; soñar, señores, que sólo el sueño exalta a las grandes al-
mas y consuela a los nobles corazones; soñad, señores, soñad.
Pero como vuestro sueño no es sino el arrebato de vuestra in-
tuición, vuestro sueño será realidad y los dirigentes del Velas-
quismo que hoy os acompañan están comprometidos por su
honor de hombres a ir haciendo todos los días realidad la gran-
deza consoladora y la nobleza gloriosa de vuestro soñar.

PELIGRO DEL COMUNISMO

Yo me permitiré deciros, sobre todo por lo que va a ve-


nir después, que yo no creo en el llamado inminente peligro
del volchevismo; yo creo en otro peligro, que está en nuestras
manos conjurar, si sabemos ser hombres, si sabemos ser velas-
quistas; está en nuestras manos conjurar ese otro peligro. El
comunismo, la doctrina científica de Marx es una teoría que
podemos llamar atea. Claro que hay que tener mucho cui-
dado en esto de calificar los regímenes de ateos, .porque mu-
chas veces este llamado ateísmo no es sino la purificación del
concepto de Dios; hay los que creen en un Dios con barbas y
con piernas, furioso y tremendo, y los hombres purificadores
tratan de vislumbrar un Dios de amor, un Dios de espíritu.
Pero hay que tener mucho cuidado en esto de calificar de
ateos a las gentes. Pero indudablemente el marxismo es una
teoría atea al creer que la materia se explica por sí misma. No
es que el Marxismo no crea en la libertad humana, eso es una
tontería. El Marxismo cree en la libertad humana, pero se
equivoca en el método: cree que hay que llegar a la libertad
convirtiendo al hombre temporalmente en un engranaje de
la maquinaria social, y para obtener este fin, la mayor parte
de los marxistas creen que hay que emplear todo medio con
una total indiferencia al orden moral.
Podremos nosotros aceptar que este régimen, tal cual os
acabo de describir, sea una inminente amenaza en el Ecua-
dor y ni siquiera en Sudamérica? No, mil veces no.
Aquí en el Ecuador, en casi toda Sudamérica, hay un in-
dividualismo exagerado; el pueblo es pueblo cristiano; la cla-
se media detesta al comunismo; los ricos, qué diremos de ellos
en punto a odio al comunismo. El Ejército, lleno de honor,
lleno de respeto a la Constitución y a las instituciones demo-
cráticas, opondrá frente absoluto al comunismo.
— 305 —

No hay, pues, el tal peligro del comunismo. Habrá una


minoría comunistoide; uno que otro comunista sincero; unos
muchos comunistoides, otros muchos amargados, llenos de
enojo y de cólera que sin haber leído jamás "El Capital" se di-
zan a sí mismos comunistas. Pero Comunismo, no.
El temor, el peligro nuestro es muy distinto. La Univer-
sidad norteamericana de Nuevo México acaba de hacer una
serie de estudios bien documentados sobre los países latinoa-
:mericanos. Nos habla de subdesarrollo, de la pobreza, de la
indigencia, de cómo el hombre vive en los campos sudameri-
canos, de cómo el hombre se alimenta, de este feudelismo
egoísta que nos envuelve y nos acoquina. El peligro está en
-no emprender en una reforma social radical y definitiva.
Ese es el peligro; no me vengan aquí con el peligro del co-
-munismo. Quien crea en el peligro del comunismo, lo prime-
ro que tiene que hacer es predicar y practicar una reforma so-
cial, caritativa, humana, comprensiva, radical y en forma.
Señores de la clase pudiente que me estáis escúchando:
vosotros sabéis que yo no puedo engañar a la Patria, no puedo
-engañar al pueblo; yo no quiero engañaros a vosotros. Os
-hago saber que en el Ecuador no hay asistencia pública; os
-hago saber que los niños en el Hospital Mann de Guayaquil,
viven amenazados por toda clase de miserias; os hago saber
que los leprosos no viven como seres humanos, viven una vida
menos civilizada, como cerdos de las grandes haciendas; os
-hago saber el dolor ecuatoriano de esas pobres mujeres, de esas
pobres madres con 7 hijos, que los aman con todo su corazón,
que los aman con nobleza infinita y que no tienen cómo cu-
rarles, porque las drogas son demasiado caras; os hago saber
todo esto. Yo os ruego que si tenéis razón de protestar contra
un sistema tributario caótico, confuso, incómodo, un sistema
tributario absurdo, no os quejéis en general contra las con-
tribuciones. En esa misma revista norteamericana, en donde
se habla de las condiciones del pueblo ecuatoriano, acabo de
saber que el Ecuador es el país que menos impuestos directos
paga, y el reís que más impuestos indirectos paga. No os que-
jéis, señores ricos; yo no os perseguiré, yo os pido que cum-
pláis vuestros deberes humanos, porque si no, tendremos con
pena, por cierto, que obligaros a cumplirlos.

ENORMES ESFUERZOS

A mis grandes amigos, el Ministro Nebot, el Ministro de


Economía, el Ministro del Tesoro, les he dicho: a ustedes, el
pueblo ecuatoriano les debe ya, en estos cuatro meses, enor-
mes esfuerzos por su bienestar; esfuerzos que algún día los irá
;741rj rr-"? <ffltr- 7 'E,1517111 7""-. ' ='" 7"1101111

— 306 —
palpando el pueblo. No importa ahora la injusticia, no im-
porta que los calumniadores se burlen de nosotros; hombres
que no toman la vida a lo serio, hombres sin responsabilidad,
hombres cuya vida es el chantaje y el chiste; qué os importa.
Yo os pido, señores Ministros del Tesoro, de Fomento y de Eco-
nomía, que dejando a un lado a los técnicos extranjeros, —yo
ya no sé qué hacerme con tanto técnico extranjero--, hagáis
el esfuerzo de los esfuerzos, para que el pueblo ecuatoriano,
viva cuarenta años de paz; el esfuerzo de borrar el sistema tri-
butario actual, crear el sistema tributario justo, equitativo,.
cómodo, bien consultado psicológicamente; la patria os agra-
decerá por este maravilloso esfuerzo, con el cual reviviremos
a toda la noble gente que nos está escuchando. Estas nobles
gentes que están aquí a nuestro alrededor, son todas pobres,.
señores Ministros, pero cuánta es la riqueza de su corazón.
Por eso dije un día y hoy repito esta frase que me gustó
aun cuando haya sido dicha por mí —algo de lo mío debe gus-
tarme también—: sé que los pobres son los ricos y los ricos son
los pobres. ,
Antes de pasar a la última y más trascendental parte de
mi exposición, yo quiero agradecer por su discurso, no sólo al
señor Ministro de Gobierno, sino también al gran luchador, al
señor doctor Araujo. Al verlo aquí, al ver aquí sentado a mi
lado al doctor Araujo, que siempre me ha querido y que ha sido,
correspondido con afecto, qué estarán diciendo las gentes que•
detestan al hombre batallador, al hombre fanático de un con-
cepto, al hombre de fé; hay hombres que no pueden concebir
sino los seres de 50 años, o de 60, como yo; no pueden conce-
bir sino una humanidad de 60 años, decrépita, cansada, ca-
llada. No pueden concebir un hombre fogoso, un hombre en-
tusiasta; pues yo sí concibo un hombre fogoso y entusiasta, y
así como creo que el doctor Araujo no estaba bien como Mi-
nistro de Gobierno actualmente, así creo que el doctor Araujo,
es una de las grandes garantías para el Velasquismo del fu-
turo.
La vida le hará saber que la fogosidad debe tener también_
su medida. La vida le enseñará muchas cosas, y como el Ve-
lasquismo tiene que durar 30 o 40 años, el doctor Araujo será
una de las reservas de este grandioso movimiento Velasquista.

DOCTRINA DEL VELASQUISMO


Acabo de ver, acabo de saber, que un señor que se dice
historiador ha escrito un libro muy bien encuadernado, con_
una pasta elegantísima; dice que el Velasquismo no tiene doc-
trina, que el Velasquismo no ha definido nada, y sinembargo,
de que el Velasquismo no tiene doctrina, y de que el Velas-
quismo no ha definido nada, ha presidido durante 30 arios y
los 40 que vienen, durante 70 años la vida de la República.
Claro que tenemos, señor historiador, una doctrina aún
cuando usted no lo crea, aun cuando usted da méritos a'qui.-
nes no lo tienen, y quita méritos a quienes lo tienen. El Ve.
lasquismo tiene una doctrina, señor. Cree usted que no es
doctrina el mantener y el luchar originalmente, para que la
libertad de sufragio sea un hecho definitivo, sistemático, en
la República del Ecuador?
Cree usted que no es una doctrina el haber luchado en la
época de sectarismo más insensato y más ciego, por la liber-
tad de enseñanza, y por la libertad religiosa en la República
del Ecuador? Cree usted que no es una doctrina el haber plan-
teado el derecho individual del hombre, con todas las conse-
cuencias que el derecho individual del hombre arrastra en lo
económico, en lo social y en lo cultural, de una manera cla-
ra y definitiva, repitiendo esto cien veces diarias? Cree usted,
señor historiador y filósofo, que esto no es una doctrina? Cree
usted, señor intelectual, que haber reinvindicado los derechos
internacionales del pueblo ecuatoriano, desde el año 1930, des-
de antes, sin cesar, todos los días, oponiéndonos a todo, rom-
piendo la diplomacia secreta, dejando el secreto para las ne-
gociaciones, pero haciendo conocer al pueblo las bases funda-
mentales y orientadoras de la política internacional; cree Ud.
señor, que esta es carecer de doctrina? Usted es miope, caba-
llero, si encuentra que en esto no hay doctrina.
No digo, señoras y señores, que en el Ecuador no hay his-
toriadores; debe haberlos, y muy respetables, pero yo también
soy dueño de mis opiniones. A los liberales les debe gustar
que uno piense libremente, verdad?
Yo digo que después de la muerte del Dr. González Suá-
rez, la historia del Ecuador entró en una crisis terrible. Ser
historiador es cosa muy seria: comprender toda la psicología
de un pueblo, adivinar los hechos pasados, con pequeños da-
tos psicológicos, resucitar el pasado a base de documentos
muertos, eso es una cosa muy seria. En el Ecuador la historia
ha llegado a una verdadera crisis, y no habrá historia hasta
que los hombres ecuatorianos no principien a amar la verdad
y la austeridad, para decirla sobre todas las cosas.
Si tras la historia está el servicio de un partido, o el ser-
vicio de una religión o el servicio de un parecer, no habrá his-
toria. Por eso es que el Evangelio y la Biblia son tan sabios:
símbolos y símbolos para interpretar la profundidad del co-
razón humano, la profundidad del dolor humano. Por eso es
que la Biblia es así tan sabia. Para ser historiador, es menes-
ter ser muy inteligente, muy sicólogo, y sobre todo muy bueno.
Restauremos la bondad y habrá historiadores en el Ecuador.
— 308 --

EL PROTOCOLO

Acabo de recibir un artículo de una revista extranjera,.


que contrasta con toda la acogida que a nuestra tesis han da-
do la mayor parte de los periódicos y la mayor parte de los,
pueblos sudamericanos.
Nuestra tesis internacional, como vosotros sabéis, es una
tesis absolutamente sencilla, sin complicación. El año 1933,
el año 1938, después de esfuerzos extraordinarios del Derechos
Internacional Americano y de la humanidad, para desterrar
la guerra, para desautorizar la guerra, la matanza entre hom-
bres, para quitarle a la guerra efectos jurídicos, en el año 33,
en el año 38 de una manera especial, se proclamó que el terri-
torio de los Estados es inviolable, y qué no podrá haber ad-
quisición legítima territorial que se haga por obra de la con-
quista militar o siquiera de la amenaza militar, o siquiera de
la coacción económica. He aquí lo que proclamó el Derecho
Internacional Americano, y esto lo afirmaron todas las nacio-
nes americanas: los Estados Unidos, el Perú, Argentina, Chile,
Brasil, Bolivia, Colombia, etc., etc. A pesar de esto, en el año
1941 trece mil soldados peruanos se lanzaron contra la Repú-
blica del Ecuador, sin declaración de guerra; la invadieron, la
saquearon, quemaron ciudades y con la espada en el pecho de:
los negociadores americanos, de los negociadores ecuatorianos,
violando las normas del Derecho Internacional, en el mismo
momento que se protestaba contra Hiroito y contra Hitler, se
le arrebató por la fuerza de las armas, a base de conquista mi-
litar, más de la mitad del territorio ecuatoriano. Este es un
crimen monstruoso, y esto lo entiende todo el mundo, sin más
que enunciar esa verdad. Claro está, calro está que moralmen-
te, nosotros no podemos justificar a los negociadores ecuato-
rianos; ellos debieron decir no, ellos debieron hacer escánda-
lo ante la Conferencia Americana, ante la consulta de Canci-
lleres; debieron decir ellos, con escándalo monstruoso, cómo,
pueden ustedes, cómo pueden ustedes atacar al Japón, y aquí,
en el Continente, el Perú ha invadido la República del Ecua-
dor y con la fuerza de la espada nos está haciendo firmar un.
protocolo. Pero esa es una cuestión moral, es una cuestión
individual, que nosotros no podemos aceptar en el Derecho
Internacional; aquel tratado es un dictado a, una nación ven-
cida por obra de la conquista militar, sin siquiera declaración
de guerra; ésa es una infamia, ése es un crimen, ése es un
atentado sin nombre.
En un continente como el Hispano3mericano, en donde
abundan tierras y falta población; en un, continente en que se
vive hablando de democracia, de cooperación jurídica, de so-
-- 309 --
lidaridad; en un continente en que se invoca a Bolívar, ¿cómo,
fue posible que aquéllos que en Junín y Ayacucho triunfaron
por obra de la espada de Bolívar, de los soldados de Colombia,
y de los soldados de Cuenca, y de Guayaquil, y de Quito, se
han permitido arrebatar bélicamente, con el incendio y la des-
trucción, la mitad del territorio, a una nación vecina, herma-
na y amiga, que forma parte del conglomerado de las nacio-
nes hispanoamericanas?
Esto, esto lo entiende cualquiera; esto basta enunciarla
para que se lo comprenda, y si nosotros sabemos ser fieles a.
este enunciado sencillo, podemos estar seguros de que no pa-
sarán 10 años antes que la Patria ecuatoriana obtenga plena.
justicia. La Patria ecuatoriana obtendrá justicia, porque los
pueblos le harán justicia, todos los pueblos de América le ha-
rán justicia. Movilicemos a nuestros estudiantes, movilicemos
a nuestros obreros, a nuestros abogados, a nuestros médicos;
conquistemos la opinión americana y los pueblos y la opinión
pública americana nos harán justicia. Con tanto mayor razón
cuanto que la América debe saber que mientras no se le haga
justicia al Ecuador, no habrá paz en América.
Pues bien, en este artículo, una excepción entre los perió-
dicos americanos, —digo americanos porque hasta la prensa
de los EE. UU., los periódicas serios de los EE. UU., nos han
hecho justicia, que hay que reconocerlo. Los periódicos del.
Uruguay, y los periódicos de Colombia, los periódicos argenti-
nos y los periódicos de Chile, nos han hecho justicia—. Pues
bien, como una excepción, esta hoja periodística, esta Revista,
pretende que yo declare, que me declare solidario con quienes
quieren acabar con el comunismo en Sudamérica, y mientras
no me declare solidario con quienes pretenden acabar con el_
comunismo en Sudamérica, quieren ignorar la causa ecuato-
riana, y dicen que nuestra causa debió aplazarse hasta que-
sea derrotado el comunismo en Sudamérica; es decir hasta el
fin del mundo, y me vienen a calificar a mí de indefinido, y
me vienen a calificar a mí, y a decirme que la causa ecuato-
riana ha sido imprudentemente motivada ahora, en asocio con
los comunistas sudamericanos.
Mirad la insensatez, la grosería, y el atrevimiento de cier-
ta prensa insolente, llena de venganza contra ciertos hom-
bres, y quisieran que yo me asocie a sus viles y ruines ven--
ganzas.
CON EL PUEBLO

Con quién está Velasco Ibarra?, es el título del artículo;


pues yo voy a contestar con quién está Velasco Ibarra. Velas-
co Ibarra está con el pueblo ecuatoriano ante todo. Velasco,
-- 310 —
Ibarra, aparte de estar ante todo con el pueblo ecuatoriano,
-está con la Carta, con los Estatutos de la OEA, entiéndanlo
bien, con los Estatutos de la OEA. Los Estatutos de la OEA
- proclaman el principio de la no intervención, y yo no inter-
vendré en riingún -pais sudamericano.
Y al fin y al cabo, mientras el pueblo me tenga de Presi-
'ciente del Ecuador en estos cuatro años, yo y nadie más, es el
jefe de las relaciones internacionales.
Ninguno de los actos fundamentales de la vida interna-
cional del Ecuador lo he resuelto yo sin consulta de Consejo
'de Gabinete; el Consejo de Gabinete; yo, yo en el Gabinete,
.somos quienes dirigimos las relaciones internacionales. Nada
- más insensato -que el principio de la intervención en los asun-
tos internos "O externos de un país; hoy se interviene so pre-
texto de matar la demagogia, y mañana se interviene so pre-
- texto de matar la tiranía, y ni para la demagogia, ni para 1
- tiranía se procede con los verdaderos datos, con los verdaderos
fundamentos; ¿qué sabemos nosotros de lo que pasa en la in-
terioridad de un pueblo?
El año 1946, en beneficio de la democracia ecuatoria-
na, tuve yo que romper la constitución; todos me aplaudieron
. antes de que rompa la Constitución; la posible ruptura de la
-Constitución. Todos la condenaron una vez que rompí la Cons-
titución, pero rota esa Constitución, nació la Constitución ac-
tual, que está presidiendo los destinos de la Patria, y hasta los
comunistas, que me atacaron por haber roto la Constitución,
más tarde se unieron y se asociaron con el Sr. Dr. Guevara
'Moreno, que tuvo el valor y la eficacia para ayudarme a rom-
per esa Constitución.
Con qué derecho, nadie hubiera podido intervenir, sin co-
nocer toda la serie de antecedentes, de circunstancias, de mo-
tivaciones, que determinaron la ruptura de la Constitución el
_año 1946.
La Carta de la OEA proclama la no intervención, y yo no
intervendré en los asuntos internos de un pueblo, mientras yo
.sea Presidente de la República. La Carta de la OEA proclama
el principio de la autodeterminación de los pueblos; yo res-
petaré el principio de la autodeterminación de los pueblos. La
carta de la OEA proclama la igualdad de los Estados, y yo
respetaré, y haré respetar en cuanto de mí dependa las deter-
minaciones libres de los Estados soberanos.
La carta de la OEA proclama la igualdad de los Estados,
y dice que el valor jurídico de un Estado no se determina por su
potencia militar o económica, sino por el hecho de su persona-
lidad internacional. Y mientras yo sea Presidente de la Re-
pública creeré en el principio de la igualdad jurídica de todos
.los Estados, grandes o pequeños, ricos o pobres.
— 311 —

Claro está que se viene hoy una evolución pujante de la.


Comunidad internacional, claro está que esta comunidad in-
ternacional en su evolución pujante, un día se pulirá de tal
manera, que pese su conciencia jurídica dentro de cada uno,
de los Estados. Habrá que cambiar entonces los Estatutos de
la OEA, pero mientras esto no se cambie, en espera de esa evo-
lución jurídica que está ya produciéndose y que se producirá;
yo respetaré a la Carta de la OEA. Queréis mayores definicio-
nes, señores periodistas del extranjero? Intervenid vosotros si
os da la gana, pero no os créais infalibles, ni califiquéis de in-
definido a quien no está de acuerdo con vuestras venganzas,
personales.

ABANDERADO DE LA LIBERTAD

Mi deseo es que la comunidad hispanoamericana, que la


comunidad latinoamericana, no se convierta en satélite de
nadie, sino que se yerga ella por su cuenta, como abanderada
de la libertad, de la justicia y de la democracia en el mundo
occidental, sin ser servil ante nadie, sin ser colonia ni pu-
pila de nadie, con su propia personalidad, proclamando ante
el mundo los principios de la Carta de la OEA como única
fuente de paz en el Caribe, de paz en la América Latina y de
civilización y claridad, en todo el mundo internacional. Este
es mi deseo. Alguna vez la América Española, la América La-
tina, tiene que hacer honor a la palabra de Bolívar, a la en-
señanza de Bolívar, a las instrucciones de Bolívar; si no so-
mos seguidos; si nos quedamos aislados; no importa nuestra
soledad; nuestra soledad será soledad gloriosa. También mu-
rió solitario Bolívar, también estuvo solo Cervantes, también
estuvo solo Tolstoy, también estuvo, solo Nietzche, y no hay
ahora quien no venere la memoria de Bolívar, quien no sepa
que Nietzche fue un grande hombre; las grandes verdader
los grandes conceptos pueden estar temporalmente solos,.
pero con el tiempo irradian, dominan las rocas, mejoran las
montañas, suben a la altura, descienden al corazón de la hu-
manidad, y arrastran hacia el progreso a la humanidad.
Por mi parte, yo creo que hay que defender la libertad
del mundo occidental; yo no me atrevo a calificar despectiva--
mente al mundo oriental, ésa es una incomprensión absurda.
El mundo oriental tiene su psicología; el mundo oriental bus-
ca al individuo a través de la comunidad; el mundo occiden-
tal busca la comunidad a través del individuo; ésa es nues-
tra psicología, esa es nuestra psicología de siglos, no podemos:
alterarla y siempre hay que defender la civilización del mun-
do occidental. Pero para defenderla con dignidad, con efica--
..,,7573e
11FTT73r4 •-3T
-- 312 —

cia, la América Española debe tener la responsabilidad de la


Carta de la Organización de los Estados Americanos; la Amé-
-Tica Española no debe ser siempre conducida, tiene que ser
conductora, debe ser conductora.

Yo creo que la América Ibérica, Brasil y Argentina,


Ecuador y Chile, México y Costa Rica, y Cuba, están en esta-
do de tener su propia personalidad en el mundo actual. Un
gran argentino usó una frase magnífica: "América para la
humanidad". Yo hago mía esa frase, América Latina, Amé-
rica entera, norte y sur, norteamericanos y sudamericanos,
abran los ojos a la verdad, iluminen al mundo, pensando al-
go más en el derecho y un poco menos en los intereses de las
potencias mundiales. Los intereses mundiales de las poten-
cias no deben ser la única norma, hay también que hablar
de justicia, de democracia, de solidaridad, y de respeto a los
pueblos en toda la extensión de la tierra.

Ya soy definido, señor periodista del exterior, y sepa us-


ted que la protesta ecuatoriana por la invasión de su territo-
rio, nada tiene que ver con el comuniso. Sepa usted que la
revolución contra el señor doctor Arroyo del Río fue el año
1944, antes de la revolución cubana por cierto.

LA RELIGION

Sepa usted, señor periodista, que el modesto ciudadano


Velasco Ibarra se puso en contacto con las multitudes ecua-
torianas el año 1933, antes de la revolución cubana, si no me
equivoco, sepa usted que uno de los pocos hombres de la Pa-
tria, 5 o 6 a lo más, el Doctor González Suárez defendió los
intereses ecuatorianos, en forma magnífica hizo la unidad
del año 1910, con estas palabras tan sublimes, que no hay ni-
ño de una escuela que no las repita; "Si ha llegado la hora
de que el Ecuador desaparezca, que desaparezca, pero no en-
redado en los hilos de la diplomacia, sino en el campo del ho-
nor, al aire libre, con el arma al brazo; no le arrastrará a la
guerra la codicia, sino el honor ,.

He aquí la palabra de un Arzobispo que sabe que el pri-


mer precepto de la religión es la lealtad. No se salva la reli-
gión con la deslealtad, ni con la traición. El que quiere ser
religioso, que cumpla las virtudes morales, principiando por
ser leal consigo mismo, leal con sus semejantes. La religión
de Israel, la religión cristiana, tiene esa maravillosa origina-
lidad, haber superpuesto, desde el punto de vista religioso, la
virtud interna al sacrificio; sin sacrificio, sin virtud, es fa-
riseísmo hipócrita; la virtud arrastra al sacrificio, por lo me-
nos arrastra al hombre virtuoso, a inclinar su frente ante el
espíritu soberano.

NO SON COMUNISTAS

El señor Batle Berres, ilustre caudillo y uno de los jefes


del Poder Ejecutivo del Uruguay, no es comunista; los con-
servadores de Colombia, el ilustre luchador Laureano Gómez,
no es comunista; el doctor José María Yepes no es comunis-
ta; tres o cuatro periódicos norteamericanos serios, no son
comunistas; "El País" de Monte video y casi todos los grandes
periódicos de Montevideo, no son comunistas; los estudian-
tes que me mandaron un mensaje especial, con la señora de
Faget, la ilustre uruguaya que nos visitó algunos días, no son
comunistas; el mismo pueblo peruano que el 20 de febrero
del año pasado se dignó recibirme en el aeropuerto, en nú-
mero notable, con muestras de simpatía, tampoco es comu-
nista. Los partidos democráticos de Chile no son comunistas.
Está usted conmigo, señor periodista, amargado y vengativo?
Por qué será que creen que el Ecuador debe aplazar su Confe-
rencia Internacional para cuando el comunismo termine?;
que tontería tan mayúscula; para el Ecuador, lo primero son
sus intereses vitales, nuestro primer deber, ser leales con la Pa-
tria, salvar a la Patria, salvar su vida, salvar su dignidad.

LAS FUERZAS ARMADAS


Mi mayor homenaje a las Fuerzas Armadas Ecuatoria-
nas; ellas jamás dispararán el primer tiro, pero no rehuirán
Recibirán con todo el calor del caso a quien quiera que pre-
tenda invadir y ultarjar el territorio de la Patria; fuerzas de-
fensivas, pero fuerzas heroicas e invencibles. Moriremos todos
en defensa de la Patria.
No quiero yo, señores, ni pretendo que los velasquistas,
sean santos; son los hombres que nos odian los que quieren
que los velasquistas seamos santos; que nunca gritemos Vi-
va Rusia, Viva el Japón, Viva Cuba, ya que si alguna vez
gritamos, o alguien grita, viva Rusia o el Japón, todo el pue-
blo es comunista, el comunismo ya viene; tontería, por cierto.
Pero yo no quiero que los velasquistas sean santos, yo os rue-
go que me ayudéis a procurar que lo preponderante sea el
Interés de la Patria. Dejad a los Ministros gobernar; la ver-
dadera solución económica de la República la están dando los
Ministros, haciendo carreteras, haciendo hospitales, hacien-
do escuelas, fomentando las empresas, fomentando el cultivo
<del trigo, fomentando el algodón, ahí está la solución del pro-
blema porque estos fomentos permitirán la industrialización
del País, y sólo la industrialización del País podrá salvar al
Ecuador.
Señores velasquistas y dirigentes del Congreso, de los
Ministerios, Prelidentes de Comités: ayudadme a quedar bien
con este pueblo. A mi me han elegido no para que sea vani-
doso, no para que sienta la majestad del poder, sino para que
sienta el deber del poder, la responsabilidad del poder, la obli-
gación de servir humildemente al pueblo ecuatoriano.
Señoras y -señores, que este día sea día excepcional., Cua-
tro meses ya de Gobierno y el pueblo continúa esperando,
porque sabe que somos honrados. El velasquismo no os enga-
ñará, el velasquismo ha recogido la corriente popular, sabrá
encauzarla y lanzarla a la historia para gloria del pueblo
ecuatoriano.
V CONGRESO MEDICO

Acto inaugural del V Congreso Médico,.


LA MEDICINA: CIENCIA FUNDAMENTAL DEL
HOMBRE

:Discurso pronunciado en la Sesión Inaugural del V Congreso


Médico Nacional, realizado el 30 de Enero de 1961

Excmo. señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia;


Señor Presidente del V Congreso Médito Nacional;
Señores Ministros de Estado;
Señor Rector de la Universidad Central;
Señor Decano del Cuerpo Diplomático;
Señor Obispo de la Diócesis;
Señores Decanos;
Distinguidas Autoridades;
Señores, señoras:

Comprendo perfectamente la diferencia que hay en im-


provisar un discurso delante de una Asamblea de amigos po-
líticos, por bondadosos e inteligentes que ellos sean, a verse
forzado a improvisar un discurso delante de un conjunto de
médicos sabios y catedráticos eminentes y señoras de la, más
alta responsabilidad; sinernbargo, lo hago porque mis ocupa-
ciones administrativas, no me dan el tiempo necesario para
poder preparar debidamente por escrito, un discurso digno de
la solemnidad de este momento, y porque la gentileza y bon-
dad de los eminentes médicos, que se dignaron invitarme pa-
ra que inaugurara yo el Congreso, no podían recibir otra res-
puesta que la de sí, muchas gracias; no podía yo contestar de
otra manera a una invitación de tanta nobleza, y de tanta
gentileza. Por mi parte principio por formulár los mejores
yotos por el éxito vuestro, señores médicos ecuatorianos, se-
ñores médicos de las naciones extranjeras que habéis venida
a colaborar con los médicos ecuatorianos.
EL HOMBRE INDIVIDUO

El Ecuador y la humanidad tienen ansia de orientaciones


y resoluciones precisas para el bien de los individuos de la es-
pecie humana. Y no cabe duda alguna que son los médicos,
lbs llamados en el momento actual, como fueron llamados
siempre, a hacer bien positivo a la especie humana. Respeto
-mucho las deliberaciones de los jurisconsultos, de los interna-
cionalistas, y de los pedagogos; es indudable que el verdade-
ro bien práctico, concreto y rápido en beneficio de la especie
humana, saldrá sobre todo, en la hora actual, principalmente
de los Congresos Médicos. Hay que reconocer que el hombre,
el hombre individuo, se encuentra verdaderamente desorien-
tado en este tumultuoso, en este trágico campo de la historia.
Desde que apareció la humanidad hasta el momento actual,
no hay sino el resonar lejano de las batallas, de los asesinatos
y de la revolución; unos triunfan y otros pierden.
El hombre individuo en la historia, se encuentra verda-
deramente desorientado, se ha encontrado siempre desorien-
tado, y sólo muy a la larga, estamos tratando de acercarnos
al hombre individuo para darle algún consuelo, para inspirar-
le alguna esperanza.
Pero en medio de esta tragedia del campo histórico, hay
ciertas actividades, ciertos hombres que desempeñan ciertas
actividades, que han merecido siempre el aplauso fervoroso de
la especie humana. Un sacerdote leal a su doctrina, que co-
necte al hombre con el misterio que lo envuelve y lo rodea,
-un militar que sabe enfrentar las más grandes y nobles pa-
siones del individuo y que muere en el campo de batalla antes
de permitir que su Patria se humille; un médico que se acer-
ca al dolor, escucha el balbucir del paciente, le estimula, le
-consuela, le cura, le alivia; son actividades en medio de esta
tragedia de la historia universal, que no pueden menos de
despertar el entusiasmo, el aplauso del amor agradecido de
la especie humana.
Para mí la medicina, es la ciencia fundamental del hom-
bre, superada únicamente por una metafísica que sepa ser
metafísica, o por una teología que sepa ser teología. Pero en
el campo de lo simplemente temporal, la medicina es la cien-
cia fundamental de la especie humana, la ciencia más com-
prensiva del hombre, aquella que aprovecha de todas las de-
más ciencias, aquella que a todas las hace servir al beneficio
concreto, práctico y positivo del hombre individuo, de este ser
tan abandonado, tan olvidado, tan menospreciado por el afa-
nar dinámico de la historia humana.

EL MEDICO PARA TODO

Hace un momento, en su magnífico, sereno y patriótico


discurso, el señor Presidente del Congreso Médico, hablaba de
la ciencia física, de esta ciencia nuclear que está canguis-
— 318 —

Mando los satélites, que ya se prepara a mandar hombres a.


que visiten los espacios siderales; todo aquello es realmente
portentoso, es extraordinario; pero ahí está el médico donde
quiera que hay actividad, ahí está el médico para preparar a
la perra que mandaron los rusos, y ahí estará el médico para
preparar al chimpancé que mandaron los norteamericanos, y
ahí está el médico para cuidar de la salud de los técnicos que
están haciendo todos estos experimentos, ahí estará el médico
para preparar a los hombres que se meten y se introducen en
los laboratorios peligrosos; el médico en todas partes, el mé-
dico para todo, el médico para los religiosos y para los laicos,,
el médico en el Palacio, y en el tugurio, el médico para todo.

Una actividad omnicomprensiva; el médico tiene que uti-


lizar la matemática, y el médico tiene que utilizar la química,
y el médico tiene que saber geología y el médico tiene que uti-
lizar la psicología, y el médico tiene que ser metafísico; el
médico que se acerca al dolor, que se acerca al hombre que su-
fre, al hombre abandonado y que sabe adivinar el alma y sa-
be comprender esa alma; que sabe cuantas cosas ocultas, in-
finitamente grandes, aparte de lo anatómico, tiene el hom-
bre. Grande es la medicina, es la ciencia básica del hombre..
La medicina es la ciencia comprensiva de todo, no puede
ser superada.
Vosotros señores médicos, habéis llegado mucho más
pronto, mucho más rápido que los demás investigadores,
aquello por lo cual tanto ha anhelado la especie humana,
aquello por lo cual tanto ha buscado la historia, al fin y al-
cabo qué es lo que la historia ha anhelado y qué es lo que la
historia ha buscado; la historia cree que el fin de la civiliza-
ción es el perfeccionamiento de cada hombre individuo, la
elevación de cada hombre individuo en lo económico, en lo
biológico, en lo moral, en lo intelectual, en lo estético, en aquel
fin de toda la civilización, he aquí el fin de toda la historia, to-
do el afanar histórico para ese fin y mientras tanto por la tra-
gedia de la humanidad cuán difícil llegar a este fin; hoy mis-
mo estamos principiando, hoy mismo estamos afanados por
eso; cuándo llegará la historia a cumplir su destino, cuándo
la historia logrará que cada individuo de la especie humana
ascienda en lo económico, en lo espiritual y en lo estético. Vo-
sotros habéis llegado los primeros, yo me pongo a pensar por
ejemplo, en esta serie de teorías filosóficas que tanto han apa-
sionado a la especie humana. Un Heráclito de Efeso, preocu-
pado del cambio de las cosas; cambian los hombres y sus pa-
á iones y cambia la tierra y cambia el mar y cambian las es-
trellas; el cambio, la fugacidad de las cosas; alrededor de eso,
-toda una elaboración que ha inspirado siglos, hasta estos
-días; un sinnúmero de escuelas filosóficas inspiradas en Herá-
clito de Efeso. Me pongo a pensar y esta mañana pensaba en
un Parménides, preocupado de la estabilidad del ser, este ser
enorme que estamos viendo, la tierra, el sol, los mares y aguas,
este ser uno y estable y toda una serie de doctrinas alrededor
, de esto hasta este momento; todas ideales de este gran pen-
sador y cuanto combate en las tribunas y cuántas páginas de
páginas escritas para dilucidar el problema de si los seres
cambian, y qué son las sensación de los hombres que cambian,
o sobre si el ser es permanente y qué representa el ser frente al
ser que permanece; y pensaba en Platón, para el cual todas las
realidades factibles, la tierra y la roca, el monte y el mar y la
estrella, no son sino cristalización de la idea que las inspiró
y toda la serie de volúmenes, de estudios, de ensayos escritol
alrededor de esto y cómo los hombres han luchado por esas
ideas y cómo estas ideas; traduciéndose en política, deseen- '
diendo a lo social, han provocado las guerras y han provoca-
do tumultos y mientras tanto el hombre individuo, en su per-
fecto abandono, sumido en el dolor, sumido en la miseria y
cuando no está sumido en la miseria económica, está sumido
en la angustia del alma, que es peor que la primera; afligido
por la enfermedad, por la infección que es peor tal vez que la
miseria económica.

LLEGASTEIS LOS PRIMEROS

Vosotros los médicos llegastéis primeros al hombre in-


dividuo, al cual recién le está llegando el pensamiento exis-
tencialista, una de las pocas cosas buenas, que ha producido
esta pobre humanidad contemporánea; a dónde los existen-
cialistas están llegando ahora, habéis llegado vosotros los mé-
dicos con vuestra sabiduría. Recordad a Hipócrates, él ya com-
prendió que no son las cosas sagradas las que producen la en-
fermedad o la muerte, que alrededor de ésto, la observación
de los temperamentos y la observación de los humores, el acer-
camiento al hombre individuo, un acercamiento a los fenóme-
nos generales en cuanto se traducen en el bien, en la salud del
hombre individuo. Y recordad de Galeno, mientras divagaban
los unos alrededor del ser y del no ser y del perpetuo cambio y
de si la realidad es la idea o de si la idea implica la realidad.
Galeno examinaba a los bueyes, examinaba a los monos, para
estudiar su anatomía, para estudiar su fisiología con ánimo
firme de hacer el bien al hombre individuo; acercarse concre-
tamente al hombre individuo, es el valor concreto de la his-
— 320 —
toria. Y así, todos los otros precursores de la medicina y de'
la escuela de Mística es el Renacimiento, etc.
Y vosotros habéis sido premiados en vuestro afán por me-
Iorar a la especie humana, en vuestra sed por hacer que to-
das las ciencias y todas las actividades converjan a donde de-
ben estar, acudir 'a la mejora y a la restauración del hombre
individuo; habéis sido premiados, porque si es verdad que en_
el siglo XIX y el siglo XX fueron provechosos para el desarro-
llo del orden científico; es también cierto que una de las ra-
mas o los ramos científicos que más éxito, más respetabilidad,
mayor amplitud teórica y práctica ha adquirido, es la nitcli-
cina; podríamos decir que toda esa actividad antigua, toda-
esa actividad del Renacimiento, fue llevada al máximo con un
salto poderoso del ingenio inventivo del hombre desde el año-
1830, desde el año 1840 en que principiaron, las grandes sis-
tematizaciones de la medicina, en que el organismo humano,,
este inmenso misterio apareció ya tal cual debe ser concebido,
apareció como una unidad, apareció con sus órganos, de los
cuales los, unos influyen en los otros, los unos compensan a.
los otros. Miller, Ramón y Cajal, todos, todos esos enormes sa-
bios de la medicina del siglo XIX, del siglo XX, que lograron
penetrar poco a poco en este gran misterio del hombre. Ellos,
los médicos, se afanaron por el hombre mientras los filósofos,
divagaban. Ellos encontraron su corespondencia porque el si- •
glo XIX y el siglo XX les ha dado la visión clara, importan-
tísima de cómo es verdaderamente el organismo humano y de
cómo pueden hacerse prodigios de habilidad, de técnica, de
ciencia en el organismo humano bajo la inspiración de la,
ciencia austera, de la ciencia positiva, de la que pesa y que
mide, de la ciencia que se inspira en la piedad, de la ciencia.
que se inspira en el amor, de la ciencia que se inspira en la.
solidaridad con el que sufre.

CIENCIA PRODIGIOSA

Señores Médicos, yo no puedo menos que desearos a voso-


tros, todo el éxito necesario. Vosotros en el momento actual
de la especie humana, constituís los valores supremos. No
quiero yo negar el valor de un político o de un filósofo que
orienta en generala la especie humana; de un economista que
alivia en general a la especie humana. Todo cuanto en la his-
toria existe, alguna razón tiene de existir; sólo el sectario-
encuentra en todo el motivo de combate; el hombre compren-
sivo encuentra en todo motivo de comprensión, porque el que
comprende sabe perdonar, el que sabe perdonar sabe amar,.
--: 321 —
y, sólo el amor es creación y florecimiento de la especie hu-
mana y de los nobles sentimientos de la humanidad.
Es prodigiosa vuestra ciencia, señores médicos. Yo debo
terminar mi modesta alocución, con la que he deseado, con la
que he querido desearos todo éxito, ofreceros toda la coopera-
ción gubernativa; pero yo no puedo menos de subrayar de-
lante de este auditorio ilustrado y para inspirarle, si cabe,
más y más simpatía hacia los médicos sudamericanos que ac-
tualmente asisten a este acto, hacia la medicina en general,
hacia los médicos en general, porque el médico resuelve ese
misterio portentoso del hombre, -unión de espíritu y materia.
Por un lado es capaz de deducir todos los problemas genéti-
cos; por otro lado es capaz de admirar la Catedral de San Pedro
o -la Iglesia de San Francisco de Quito; es capaz de todo he-
roísmo, capaz de la abnegación más sublime, actos del espí-
Titu que, como decía Goethe es una inspiración divina, una
inspiraciónt) d14104/ por otro lado- el prosaismo del organis-
toco, 10
mg, todo, arente del organismo y la unión miste-
riosa de es os dos factores, del organismo humano, que sola-
mente puede tener aspecto prosaico para quién no lo entien-
de, pero que para un médico es una poesía, pero que, en fin,
para la generalidad de los hombres es una maquinaria pro-
saica.
Y vosotros estáis palpando esto y estáis creando genio y
estáis creando valor estético. Sin más que manejar las célu-
las al hombre entristecido, decaído, con una inyección podéis
hacerlo optimista; al hombre anormal, tal vez candidato al
crimen, con un tratamiento médico, can una inyección, podéis
ponerle en el camino del heroísmo, en el camino de la excel-
situd, en el camino de la santidad; al hombre atolondrado,
con un corte en los hemisferios cerebrales dado en determi-
nada forma, podéis ponerle en el sendero de la serenidad, po-
déis convertirlo en un gran pensador. Cuán grande es vuestra
tarea, señores médicos, sois sacerdotes de lo sacrosanto del
hombre, estáis en contacto siempre con lo sacrosanto del hom-
bre. Acaso alguno de vosotros, a pesar de su talento, no cae
a veces en cuenta de lo que representa en la vida, de lo que re-
presenta en la sociedad, de lo que representa en el gran mis-
terio de lo que envuelve; pero indudablemente que uno queda
extasiado al pensar lo que representa la cirugía mederna, fruto
de la medicina moderna, fruto de la técnica moderna, fruto
de los sabios modernos, de esos hombres abnegados, preocu-
pados día y noche de estudiar una sola cosa, de aislar un virus,
de separar una vitamina en el laboratorio, días y días sin el
aplauso de nadie, a escondidas, hasta que salga el invento,
— 322 —

hasta que salga la técnica grandiosa capaz de hacer que un


espíritu adormecido en esa corteza corporal estalle creador,
estalle capaz de iluminar la tierra, estalle capaz de inundar
de amor, de beneficencia y de cultura a todo el planeta. Es al-
go extraordinaria la profesión vuestra, señores médicos.

CONECTAIS AL MUNDO CON EL MISTERIO

Yo- no puedo terminar sin deciros a vosotros, que yo ten-


go un especial respeto por todas las actividades humanas, to-
das las teorías humanas, todas las escuelas merecen para mí,
respeto. No hay- más que buscar el lado eterno de ellas, no hay
hay más que buscar la parte de bien a que ellas responden,
unas con exageración y otras sin ella; pero en el caso del mé-,
dico, la parte de grandeza es enorme: por un lado, vosotros
sois los que conectáis al mundo con el misterio sin necesidad
de divagaciones, sin necesidad de irritar a nadie, sin necesi-
dad de grandes lógicas; vosotros sois los que conectáis a la
humanidad con el misterio. A mí me parecen que serían fu-
nestos los días de la especie humana, si en una hipótesis ab-
surda e imposible la especie humana se desligara del miste-
rio. Qué fuera del hombre si no tuviera ese claro-obscuro del
misterio que lo atrae, que lo humilla, que lo levanta, que lo
purifica? Cuántos hay que pretenden sustituir el mis-
terio con las energías materiales? Es asurdo que nunca
se cumplirá, qué desolador sería para las almas de los hom-
bres. El médico no permite eso. Os acercáis a la célula y estáis
frente a lo eterno.
La fotografía engrandece una célula, la pueden pasar en
cinta cinematográfica y uno puede creer que la célula es eso
que se vé; pues no es eso que se vé. Vosotros sabéis los miste-
rios de una célula, por qué una, célula es así, por qué una cé-
lula vive, por qué una célula se defiende, crea y da de sí, por
qué una célula ataca a los microbios, cómo hacen para ata-
carlos, cómo saben, cómo se conecta otras células para formar
tales y cuales tejidos, tales y cuales elementos orgánicos. Vo-
sotros junto a las células, auscultáis el misterio junto a la vi-
da total, qué misterio tan grande; cuando uno piensa en el
gran misterio de la vida, cuando uno piensa cómo la energía
ha trabajado durante miles y miles de años para formar • los
filamentos nerviosos del hombre,, para que el pensamiento
pueda actuar en la tierra mediante fibras nerviosas; cuanto
esfuerzo de miles, de miles de años han pasado para que pa-
sen por plantas y animales. Vosotros pues, exponéis al hom-
bre a la humanidad en conección con el misterio y al hacer-
lb, le levantáis, le tonificáis, le eleváis de la rutina vulgar.
— 323 —

LA PATRIA ESPERA DE VOSOTROS

Estáis hoy representando, en este momento actual de la


humanidad, un papel elevado. Sería poco elegante, sería ino-
portuno aludir siquiera yo a problemas de política interna
ecuatoriana, pero si yo os puedo decir, señores médicos del
Ecuador, señores médicos del extranjero, o no extranjeros,
porque para mí los médicos hispanoamericanos no son ni se-
rán jamás extranjeros, puedo deciros señores médicos que
asistís a este acto, que en el Ecuador hoy rige una Constitu-
ción que garantiza tantas y tantas libertades respetadas y
que en el Ecuador hay hoy un gran optimismo, el optimismo
de nuestras multitudes a las que con sinceridad se les ha ofre-
cido mejorar las condiciones de vida, se les ha ofrecido, no en
cuatro años, no en tres años –un hombre de la potencialidad
del señor Kennedy, Presidente de los Estados Unidos de Nor-
teamérica, la nación más poderosa del mundo, decía en su
discurso inaugural, al hablar de su programa: esto no se pue-
de cumplir en cien días–. Si él decía esto, con mucha mayor
razón vamos a decir nosotros. Pero se les ofreció de buena fé
sacarles del tugurio, del pantano, para darles asistencia mé-
dica, hacer todo lo posible para regenerar al pueblo ecuato-
riano en el orden biológico, en el orden médico. La tisis, la
debilidad de los niños, la desnutrición, que males tan enor-
mes, y voostros ilustres médicos, haced el favor al Ecuador y
generalizando, hacedlo a toda América Latina, porque si es
cierto que hay países sudamericanos de excepcional cultura
y yo he vivido en ellos, la gran generalidad de los países suda-
mericanos, como lo declaran hoy revistas muy importantes
trabajadas por una Universidad de Estados Unidos, la gran
generalidad, o talvez todos los países sudamericanos yacen en
la pobreza, en el subdesarrollo, en un feudalismo inmoral, en
el tugurio, en el malestar biológico. Señores, cuan grande pue-
de ser vuestra obra, la que hagáis por el Gobierno del Ecua-
dor desde ahora merecerá la gratitud, no mía, porque yo soy
un hombre que pasa, no hay que preocuparse del Presidente
de la República, hay que preocuparse del pueblo; merecerá la
gratitud del pueblo ecuatoriano. Y la que hagáis por la Amé-
rica Española, por toda la América, merecerá la gratitud de
todos nuestros pueblos, nuestros pueblos latinoamericanos,
señores médicos, higienistas y biólogos, necesitan ya tomar
una parte positiva y activa en la orientación jurídica del mun-
do. No podemos estar 'siempre atrás de otros; tenemos que to-
mar nuestro papel propio en la orientación del mundo. Cómo
lo vamos ha hacer si nuestras sublimes multitudes están en-
— 324 —
fermas, son víctimas de tanta y tanta enfermedad? La Patria
espera, pues de vosotros; la patria sudamericana y la Amé-
rica entera, para beneficio de la Humanidad bien decía el señor
Presidente de este Congreso, en beneficio de la salud del pue-
blo.
Yo decía señores, y voy a terminar, que habéis llegado
mucho más pronto al dolor humano y que por eso la medi-
cina es la ciencia básica del hombre en el momento actual.
Porque la antropología se contentará con describir al hom-
bre, vosotros tenéis que describirlo para curarlo, describirlo-
para mejorarlo, describirlo para consolarlo. Lo único que ac-•
tualmente veo yo de grande e importante en el orden de la
especulación metafísica y filosófica, es la filosofía exis-.
tencial que toma al hombre, al que vosotros lo to-
mastéis desde Hipócrates, que toma al hombre y lo ve en
su existencia, solo y abandonado, en su existencia que de
acuerdo a ellos es para la muerte, lo cual es una gran verdad:'
el hombre es un ser para la muerte; y vosotros no podréis,
evitar la muerte, pero podréis hacer que la vejez sea dulce,.
podéis hacer que la vejez sea tranquila y que el paso de esta
vida a la otra por obra de una vejez tranquila, por obra de
vuestra sabiduría, de vuestros adelantos, no sea sino una ma-
nera risueña, mezclada de tristeza y de sonrisa plácida con
que la madre ve la llegada del hijo; todo acto emotivo produ-
ce en el hombre cierto efecto; cuando súbitamente le apa-
rece ala madre el hijo, que ha estado ausente mucho tiempo,,
se sonríe con él y muchas veces llora.
El hombre será siempre un ser para la muerte y que por
obra de vuestra ciencia, nuestra vejez al acercarse a la muerte
o al verla venir tenga la tristeza propia. de lo que se deja y-
la sonrisa propia de lo que vendrá.
-- 325 --

VIVIFICAR AL PAIS SIENDO CADA DIA MAS


SERVIDORES DE LA HUMANIDAD

Discurso del señor Presidente en la suscripción del Contrato


para la construcción del Hospital del Seguro en Quito,
eI 1° de Febrero de 1961

Me vais a permitir, distinguidos señores y señoras, expre-


sar mi profunda gratitud a los miembros del Instituto de Pre-
visión y de la Caja de Pensiones, por haberse dignado hacer-
me testigo de este acto verdaderamente creador, verdadera-
mente civilizado, verdaderamente afirmativo.
En el momento en que hay muchos ecuatorianos empe-
ñados en crear en el país la zozobra, la intranquilidad, em-
peñados en que fracase el actual Gobierno; empeñados en
crear sombras en momentos en que va a reunirse la Confe-
rencia Panamericana, en el momento en que quieren conver-
tir a Quito en una ciudad de hostilidades y combates y lu-
chas y disputas agrias, ustedes, los señores miembros del Ins-
tituto de Previsión, la Caja de Pensiones, están dando un
ejemplo de creación, un ejemplo de cómo se debe responder
a la humanidad actual, a los trabajadores actuales, a las 'do-
lencias actuales. La humanidad no está hoy para ser testigo
de disputas absurdas. La humanidad no está hoy dispuesta a
presenciar actitudes y actividades intrascendentales, carga-
das de odio, cargadas de venganza, cargadas de ambiciones.
La humanidad de parte de sus hombres, de sus dirigentes,
quiere un poco de piedad, un poco de servicio, un poco de
compasión. El Instituto de Previsión, la Caja de Pensiones,
la Caja del Seguro, en este acto están a la altura de su mi-
sión, a la altura de lo que de ellos reclama el país: el servicio
a los pobres, el servicio a los que trabajan, el servicio a los
que tienen dolores, servicio práctico, eficiente; como lo han
dicho muy bien los distinguidos oradores, no se trata de crear
ni establecer grandes edificios dé lujo, edificios que podrían
sorprender ten Buenos Aires o en Río de Janeiro. Se trata de
hacer• cosas de las cuales aproveche el trabajador, aproveche
el empleado, resulte el mejoramiento de las clases populares.
— 326 —
De esto se trata y de hacerlo con la pureza, con la honradez,
con la limpieza de conducta que está luciendo ahora el Insti-
tuto de Previsión, la Caja de Pensiones, la Caja del Seguro.
Ha dicho muy bien el señor doctor Acosta: es la honestidad,
es la escrupulosidad en el manejo de los fondos públicos lo
que debe primar en esta nueva etapa ecuatoriana. Y hoy está.
el Instituto dando pruebas de que hay como en el Ecuador,
hacer una negociación de millones dentro de los cánones de
la rectitud, de la honestidad, de la escrupulosidad que a todo
el mundo deja satisfecho; al vencedor y al vencido; porque
el momento que el vencedor y el vencido tienen la certeza de
que los jueces han procedido con rectitud, ese momento las
conciencias se quedan satisfechas, y el vencedor sabe vencer
y quedar modesto y el vencido sabe ser derrotado y quedar
altivo.
MANERA EFECTIVA
Yo no puedo por menos que agradecer al señor Ministra
de Previsión Social por su benévolo discurso y por la manera
efectiva con que está hoy orientando el gran problema de la
previsión social en el Ecuador. Tiene usted ahí, señor Minis-
tro, un campo enorme para su preparación técnica anterior,
para su caballerosidad y para su talento. Deseo a usted los
mejores éxitos en su tarea.
Yo agradezco mucho a mi excelente amigo, el señor doc-
tor Icaza Roldós, que me viene acompañando ya tantos años
en mis debates políticos, por el interés que él ha manifestado
en estas obras mediante las cuales el Instituto de Previsión
Social cumple su finalidad. Hay que seguir así, señor Presi-
dente del Instituto de Previsión. Esos capitales del Instituto-
tienen que salir, tienen que salir a hacer bienes al pueblo,
tienen que salir en forma de beneficencia dentro de la téc-
nica del Instituto. Están llamados a fructificar y yo le agra-
dezco a usted muy de corazón por toda su actividad y por sus
palabras.

VIVIFICAR AL ECUADOR
No puedo menos de felicitar al señor Gerente de la Caja
de Pensiones por su escrupulosidad de conciencia, por ese
amor a las cosas rectas, por ese interés por el dolor de los hom-
bres. Así tenemos que vivificar al Ecuador, manifestándonos
cada día más servidores de la humanidad, más escrupulosos
acerca del manejo de los dineros públicos.
El señor Gerente de la Caja de Pensiones ha tenido la
buena suerte de ser miembro del Instituto. Cuando planeó es-
ta obra y se la dejó perfectamente meditada, la pasión polí-
tica, el odio político la paralizó durante cuatro años.
Una justicia inminente ha hecho que el señor Gerente
de la Caja de Pensiones vea la realización de su obra, y que
mi gran amigo, el señor doctor Jurado González, entonces
Presidente del Instituto, vea también él, como miembro dis-
tinguido del Instituto, la realización.
Mil y mil gracias amigo Eugenio de Janón, por sus no-
bles palabras. Usted supo ser amigo mío principalmente cuan-
do yo bajé del Poder. Usted me combatió cuando fui Presi-
dente y fue mi amigo cuando bajé del Poder. Eso me revela
la nobleza de su corazón y yo me complazco mucho que una
institución que tiene que estar inspirada en el corazón, lo
cuente a usted como uno de sus miembros.
OBRA INDISPENSABLE

A todas las personas que aquí se han dignado hablar les


dirijo mi agradecimiento, y mi homenaje a todos cuantos con
sus votos, con su discusión, como miembros del Instituto o
miembros del Consejo de las Cajas de Previsión, están cola-
borando en esta obra tan indispensable para el bienestar na-
cional. Tenemos que hacer viviendas, tenemos que hacer hos-
pitales, tenemos que hacer tantas y tantas cosas que el pobre
pueblo reclama y que el dolor de los ecuatorianos reclama y
exige.
Señores miembros, como autoridades, como vocales, yo
les ruego, yo les pido su bondadosa colaboración. Y para los
Ingenieros, para los que presentaron la licitación, para los
que han sabido vencer, que su técnica se empape también en
humanidad. Nada más hermoso que una técnica humanitaria.
Mil gracias, señores, por haber deseado que yo sea testi-
go de este acto creador, de este acto civilizado. Qué nos im-
portan doscientas mil negaciones, que se las lleva el viento,
frente a una sola afirmación provechosa para la especie
humana.
Mil y mil gracias por todo.
— 328

SABER QUERER LO IMPOSIBLE Y SABER


HACER LO IMPOSIBLE: HERMOSA LECCION

Wiscurso pronunciado por el Excelentísimo Señor Presidente


de la República en el Colegio de América el día
sábado 4 de Febrero de 1961

Excelentísimo señor Presidente de la Corte Suprema de


Justicia; señor Ministro de Educación Pública; Distinguidos
_Rectores de este Colegio; señor General; señoras y señores;
Yo habría preferido que con las palabras del señor Mi-
nistro de Educación Pública y con la declamación de versos
_tan profundos y estimuladores terminase este acto; que esa
enresión espiritual quede grabada en la mente y en el co-
_razon de los niños, y de los padres de los niños; pero la se-
ñora Rectora, que siempre es tan amable conmigo, me ha pe-
dido que hable; en homenaje a ella, por consideración a ella,
diré unas pocas palabras en esta mañana, al terminar este
-acto.
En primer lugar me ha impresionado sobremanera esta
vocación uniforme de los esposos Mata Martínez por la niñez,
,por la educación, y me he acordado de unas palabras de Ra-
món Cajal, cuando él dice que es una cuestión celestial lo que
sucede en ciertos matrimonios que no solamente están vin-
,culados por ese amor que completamenta al hombre con el
misterio de la mujer, sino que se funden también en una co-
mún vocación artístico-científica; de suerte que la fusión de
las almas y la fusión de los cuerpos, no es sino una nueva
;gran energía en favor del ideal, en favor del ideal que no pide
sino amor y elevación, para descender benéfico, a fecundar
los campos de la tierra. Yo no puedo menos de felicitarles a
ustedes, señores Rectores de este Establecimiento, por esa
dedicación, por ese amor a la niñez.
TECNICA Y AMOR A LA JUVENTUD

Largos años he tenido el honor de tratar a la señora de


Mata Martínez, una mujer verdaderamente excepcional, una
_mujer cuya técnica pedagógica está al servicio del amor a la

á
— 329 —
juventud, única manera de que la técnica pedagógica produz-
ca efecto; nada se saca con tener todas las técnicas pedagó-
gicas imaginables, si no hay un verdadera amor a la niñez,
si no hay un verdadero deseo de imprimir el alma honorable-
de una mujer o de un hombre, en el alma flexible de una ni-
ña o de un niño, y la señora de Mata Martínez es así, ama a
la juventud, ama a la niñez; se desvela por ella y pone toda
su capacidad sicológica, lo cual es otra cosa muy durable y
muy grande, pues tener la capacidad sicológica para condu-
cir las almas, y sobre todo las almas de un niño o de una ni-
ña, es una dote superior que da la naturaleza a muy raros se-
res, y la señora lo tiene. A mí me consta cómo por obra de
ella pudimos levantar ese monumento que es el Colegio 24:
de Mayo; no había dinero para hacerlo; no había posibilida-
des de hacerlo, por consiguiente no había esa voluntad para
hacerlo; pero para quien ama, nada es imposible; para quien
siente lo que representa la mujer, nada es imposible; y la se-
ñora de Mata Martínez quiso que el Ministro Martínez Coba.
hiciera ese edificio, y por obra de la señora, se hizo ese mag-
nífico edificio del 24 de Mayo. Ojalá esto sirva de lección pa-
ra nuestro País: saber querer lo imposible y saber hacer lo im-
posible; para nosotros que todo es difícil, para nosotros que
todo demora meses y años, saber querer lo imposible, y saber-
hacer lo imposible. una hermosa y estupenda lección.

VERSOS IMPRESIONANTES

Acaban las niñas de declamar unos versos impresionan-


tes; el poeta que ya no ve la luz del cielo; y que tal vez no ha
perdido mucho, porque el mundo actual es muy miserable, es-
tá iluminado por las luces interiores de la profundidad de la
niñez, que son las verdaderas luces, aquellas que provienen
de la riqueza interior del hombre, de la riqueza interior de la
vida; y también las niñas en esos versos magníficos nos han
estimulado a que hagamos y amemos lo imposible, nos han
puesto como ejemplo el Chimborazo, nos han hablado del
Amazonas, y nos han dicho que los grandes pueblos no su-
cumben nunca; no olvidéis, niñas, estos versos que habéis de-
clamado, verdaderos versos, porque no son frases que con-
sultan con otra frase, sino símbolos del espíritu llamados
sacudir las profundidades de las almas que eso escuchan.
Habéis aquí adquirido la enseñanza y la técnica Ineeesa-
ria que enriquece vuestra personalidad, que la hace fuerte en
los momentos de tristeza, que la hace poderosa en los men_-
tos de dificultad; estáis aprendiéndo a imprimir vuestra femi-
nidad en este mundo que os va a coger con desconfianza, por-
que todavía el mundo absurdo acude con desconfianza ante
— 330 —
esta presencia de la mujer en la historia moderna, en la his-
toria contemporánea; una de las pocas cosas buenas de este
mundo sin alma, de este mundo sin principios, sin ideas, es
el estar haciendo participar a la mujer para que lo purifique,
para que lo levante, mediante la pasión, la esperanza, la cons-
tancia y el ideal; id, pues, a este mundo y convenced a los
ecuatorianos de que si durante un siglo y medio han renun-
ciado a su Patria, hoy tienen que reivindicarla. Como anun-
ciaba bien el señor Ministro, desde el momento que en la pro-
fundidad del alma ecuatoriana entra el concepto de que tam-
bién el Ecuador tiene derecho a un puesto bajo el sol, a un
puesto en el Oriente; de que no hay razón ni justicia para
que las inmensas selvas Amazónicas sean monopolizadas por
un solo pueblo, desde el momento que es enteramente del
pueblo ecuatoriano y que es enteramente de los pueblos sud-
americanos, esto será una realidad a corto plazo. Por ahí la
gente se burla de que alguien haya dicho de que lo reinvindi-
caremos en 10 años; tienen que burlase de algo, pues como
todo se lo toma con tanta superficialidad, como para todo hay
el veneno de la pasión corrompida, hasta esto se toma con
superficialidad. Sí, hay que decirle esto al pueblo, niñas, que
tenemos necesidad de un poco de plaza, no muy largo, porque
la sensibilidad de los pueblos modernos no permite los muy
largos plazos, pero sí un plazo, para que una causa abando-
nada durante un siglo, penetre en la mente de todos los pue-
blos de la América del Sur, y por obra de la presión sicológica
de los pueblos, y por obra del dinamismo, por obra de la pro-
testa de los pueblos, por obra del deseo de los pueblos de vi-
vir en paz, los gobiernos que se inspiran en intereses, tengan
que ceder ante la presión salvadora de los pueblos movidos
por la mujer ecuatoriana, movidos por vosotras, estudiantes
del Colegio de América.

VENTAJAS DE LA ENSEÑANZA LIBRE

Os felicito muy sinceramente, sñores Rectores de este Co-


legio de América; he aquí las ventajas de la enseñanza libre:
fomentar las iniciativas, fomentar las innovaciones, fomen-
tar la libertad, esa libertad tan nombrada y tan detestada.
Yo sí amo la libertad para todos, y os digo que este Colegio,
es una grande innovación; la mujer se ha lanzado al campa
de la vida; hay que mantener la feminidad, hay que mante-
ner la sensibilidad femenina, la pasión femenina, a que la mu-
jer con su espíritu purifique la vida; pero cómo hacer para
que la mujer venza esta vida dura?; hay una técnica, hay
que armonizar el corazón con la técnica, y vosotros, señores
Rectores del Colegio, habéis hecho así. Estas Secretarias Su-
periores que son técnicas preparadas para vencer la vida trá-
gica, ellas saben inglés, -hoy que hay que aprender el inglés
precisamente-, ellas saben Inglés y Castellano y la taquigra-
fía y la mecanografía; están armadas para luchar; he aqui
lo que se llama para la mujer métodos para abrirse campo
en la vida; de otra manera, la mujer con sus emociones en-
cuentra que no tiene en qué emplearlas en un mundo tan
absurdo, y se entrega a jugar, juega desde las cuatro de la
tarde hasta las 12 de la noche, porque no tiene en qué em-
plear toda la nobleza que le brote del alma, todos los ideales,
todos los afanes; tal vez no sabe para qué son esos afanes,
no sabe qué rumbo debe tener; pero una educación así,
como la dada en este Colegio, en que se fomenta el ideal y
el sentimiento, y se da una técnica, esto le incorpora a la
mujer en toda la realidad de la vida.
Yo os felicito pues, seriares Rectores de este Colegio, y
permitidme señor Mata Martínez que de una manera espe-
cial felicite a vuestra señora, uno de los modelos de mujer
que tiene la Patria Ecuatoriana.
Y vosotras, niñas, no os olvidéis nunca de vuestra maes-
tra, no olvidéis .de vuestra maestra; cuando venga la velei-
dad de la superficialidad, del juego y del entretenimiento y
de la vaciedad, acordaos lo que es una vida rica, una vida con
contenido, recordad a vuestra maestra, no olvidéis los versos-
que esta mañana habéis declamado, y vuestra vida será cuxn-
plida y yo me sentiré feliz de saber que vuestra vida es cum-.
plida para beneficio de la Patria.
REVOLUCIÓN CIVILIZADA

~curso pronunciado por el Excmo. Señor Presidente de la


República el día sábado 5 de Febrero de 1961, en la Plaza
Central de Sangolquí.

Señor Presidente del Concejo de Rumiñahui,


Señor Ministro del Tesoro,
:Señor •Presidente del Concejo del Cantón Mejía,
Señor Vicario,
Distinguidas autoridades,
Señor Jefe Político,
Señorita Reina del Turismo,
Distinguidos habitantes y compatriotas de Rumiñahui.

En los discursos que acabo de escuchar, se ha enunciado


varias veces la palabra gratitud respecto a mí; la verdad es,
que soy yo quien está confundido ante vuestra bondad, ante
vuestro patriotismo, ante vuestra magnífica y grandiosa ab-
n.egación cívica; son cuatro meses y más que soy yo Presiden-
te Constitucional de la República, y vosotros en un gesto mag-
nífico de comprensión, en un sublime gesto de patriotismo,
habéis querido sacrificar este domingo grandioso, luminoso,
para estimularme, para manifestarme que estáis conmigo,
porque vosotros estáis seguros de que yo no os engaño, y que
no quiero ser sino el modesto servidor de la República del
Ecuador.
Yo no aspiro a otra cosa, en el momento actual de mi vi-
da política sobre todo, sino ser un servidor auténtico de todo el
pueblo ecuatoriano, :y en caso necesario, ser el último soldado,
pero un soldado valeroso, resuelto a morir Dor la causa de la
integridad de la soberanía nacional.
Yo no puedo olvidar que apenas bajé yo del poder, cuando
se lanzaban contra mí, los primeros rayos que debían prolon-
garse por cuatro años, fuísteis tan caballeros, tuvisteis tanta
nobleza, que me invitásteis a una corrida de toros, y yo asistí,
y vosotros me 'levantásteis en alto; lo que no me hicisteis
cuando era yo Presidente de la República, lo hicísteis cuando
era yo un ciudadano perseguido, ahí se ve a los grandes pue-
blos, ahí se vive.
De suerte que este acto vuestro esta mañana, a mí me
-abruma pero no me sorprende; estoy acostumbrado a vues-
tra caballerosidad, a vuestra decencia; como no voy pues a
creer natural y lógico, que en este momento, en que estoy car-
gado de las responsabilidades de cuatro millones de ecuatoria-
nos que desean justicia, que desean servicio y que desean pro-
greso, hayáis deseado vosotros manifestarme que estáis con-
migo, que compartís mis fervores, y sobre todo, os agradezco
porque vuestra abnegación, vuestro trabajo de esta mañana,
vuestro sacrificio de esta mañana, irradiarán por toda la Re-
pública, para 'estimular a todo el país hacia la obra creadora,
.vigorosa y heroica.

EL PAIS NO QUIERE VENGANZAS


Desde que pisé esa hermosa región que se llama el Señor
de los Fuentes, si no estoy equivocado, no tengo sino motivos
de agradecimiento por vuestra noble y generosa cooperación
para el servicio de la República; el país está cansado de pa-
labras, el país está cansado de odios intrascendentes, el país
no quiere venganzas; oídmelo bien, ya que sois mis amigos, el
país no quiere venganzas insustanciales que a nada conducen,
que no hacen el bien de la República, sino que satisfacen sus
pasiones individuales. El país quiere seriedad, el país
quiere honestidad económica, el país quiere servicios efectivos,
el país quiere que lo que se puede hacer hoy, no se lo deje pa-
ra después de un mes, el país quiere pues, amor, servicio, ho-
nestidad y eficacia en el trabajo para restaurar a la Repúbli-
ca, para recuperar tantos años perdidos, sobre todo para re-
cuperar los cuatro últimos años perdidos.
Yo estoy con todo aquello que eficazmente, que honesta-
mente, que vigorosamente sirva al pueblo ecuatoriano; lo que
yo deseo es servir. Yo aplaudo al que eficazmente sirve, al que
hace un bien al humilde, al que consuela una lágrima; voso-
tros sabéis que yo he proclamado y seguiré proclamando, que
sólo el velasquismo ha logrado interpretar la profunda, la han-
,da revolución, que nace de los afanes del pueblo ecuatoria-
no, en la hora actual.
Yo os repito, y que no se ofenda el caballero aquél, que
para saciar su venganza personal, o su antipatía personal, el
día de ayer ha vuelto a hablar de caudillismo, faltando así al
respeto que se debe al pueblo ecuatoriano; el pueblo ecuato-
riano no tiene caudillos, señores de la amargura y de la po-
breza de ideas.
El 5 de Junio pasado, no fue hora de caudillismo; es una
Montería el decirlo; los 'políticos no deben ser tontos, si quieren
— 334 —
tener éxito y eficacia; no tengo la culpa de que los tontos
no tengan éxito.
El día de ayer, me refiero al caballero del discurso del día
sábado, en que volvió a la tontería formidable del cau-
dillismo; el 5 de junio se pronunció la soberanía nacional, y
Se pronunció el pueblo a quien vosotros aduláis, cuando os
conviene adularlo, después de haber estudiado y discu-
tido, durante 3 o 4 meses, todas las más profundas tesis
que afectan a la Patria; por consiguiente el 5 de junio es la
iniciación de una revolución civilizada; o somos leales a esa
revolución, o el pueblo tomará severa cuenta, de nuestra
inercia y de nuestra incapacidad para poder servir a un pue-
blo heroico, que se dejó asesinar para defender una revolución
civilizada y culta.

AFIRMACION DEL DERECHO

Pero bien, decidme vosotros, por qué y para qué se hizo


esa revolución; esa revolución se hizo, primero para conquis-
tar el respeto al derecho del hombre, sobre todo del hombre
débil, sobre todo del hombre „pobre, de aquel que es tiranizado
a menudo por los Comisarios de Policía, de aquél que es desde-
ñado por los porteros en las altas oficinas públicas; de aque-
llos que hacen un reclamo en papel sellado, y no saben cuando
obtener el resultado de su reclamo; el 5 de junio es primero
afirmación del derecho individual, de los débiles, de los pobres,
de aquellos que no pueden bastarse a sí solos, porque el rico con
sus influencias, con sus billetes, se hace siempre justicia a sí
mismo, justicia farisaica que oculta una injusticia; el pobre
no tiene quien le haga justicia; por consiguiente es reivindica-
ción fundamental hacer justicia al pueblo pobre, al pueblo
humilde, al individuo pobre, al individuo humilde.
Aquí mismo, al entrar por esta calle, se acercó una infe-
liz mujer y me dijo: "señor, no me arrebate el pan de mis hi-
jos", una pobre mujer, una mujer que no tiene odios políti-
cos, una mujer que no tiene su portería para comer; averiguo
qué ha pasado con ella, realmente ha sido separada de su lugar:
es lo que se llama cometer iniquidades. Una pobre mujer, qué
va a ser poncista ni no poncista, una pobre portera, necesita
comer; el velasquismo no puede exigir a los infelices y a los
pobres que dejen de comer, y angustiarse por el hambre de
4us hijos. Si quereinos ser velasquistas eficientes, principiemos
por tener piedad en esas almas, y así como debemos ser terri-
bles contra los políticos audaces, que con calumnias, con per-
fidias tratan de socavar al velasquismo, así como debemos ser
terribles con los hombres perversos, que nos calumnian, que.
— 335 —
niegan la realidad objetiva de nuestra obra; así como tiene
que el pueblo erguirse, para no permitir una nueva revolu-
ción, como esa revolución infame que me hizo Carlos Manche-
no y que fue servida por políticos que ahora toman la palabra
en asambleas públicas, así como debemos ser terribles con esas
gentes, tenemos que tener piedad con el pobre pueblo.
La segunda reivindicación del movimiento del 5 de junio,
fue una reivindicación a favor de la honestidad económica,
de la delicadeza económica con los fondos públicos; tenemos
que acabar con el ratero de los fondos públicos, con el indeli-
cado en los fondos públicos, con la negociación ilícita, con la
negociación corrompida; un sólo centavo del tesoro público,
tiene que .ser invertido escrupulosamente en bien del puebla
ecuatoriano.
Yo estoy verdaderamente orgulloso, si cupiera esto, en un
hombre que tiene tanto que responder de la Patria, de ver esta
asamblea, de oir esos gritos por ahí, en Chimbacalle, por aqui,
en Sangolquí, por acá, el cantón Mejía; todo esto es magnifi-
co, engrandezcamos este gran acontecimiento, engrandezca-
mos vuestro sacrificio, obreros, señoras, 'autoridades del can-
tón Mejía, engrandescámoslo, diciendo que este es el himno
simbólico para vigorizar a una Patria justa, a una Patria gran-
de, a una Patria que ha resuelto progresar en su vida interna
como paso ineludible para ser grande y fuerte en su vida in-
ternacional.

HACER EL PROGRESO MATERIAL


Creedme señoras y señores, que después de la reinvindica-
ción moral, a favor de los derechos de los débiles, de los hu-
mildes, del pueblo pobre, después de la reinvindicación, de una
administración honesta, no puede haber cosa más noble, no
puede haber gesto más grande que el consolidarse a hacer el
progreso material de la República del Ecuador. Yo voy a rogar
a los velasquistas que están en esta plaza, que ya que han he-
cho tanto sacrificio por mí, se dignen por lo menos tolerarme
con benevolencia, lo que yo voy a decir este momento; yo os,
pido por vuestra nobleza, yo os pido en nombre de ese gesto
de hace seis años, cuando me paseaísteis por esta plaza, des-
pués de haber sido yo derrotado; yo siento que en este cantón,
hay una profunda y terrible división, una división que yo la
lamento.
Las cosas justas o injustas que tienen raíces sicológicas,
no van a desaparecer en el momento, pero una cosa si os pi-
do; por encima de los unos y por encima de los otros, está él
pueblo ecuatoriano, el pueblo que sufre el pueblo que llora,
— 3s6'
el pueblo de esas mujeres angustiadas, como ésta que se acer-
có hace un momento, el pueblo de esos niños que no tienen
escuelas, ni hospitales, el pueblo de esos artesanos, que no ga-
nan su vida, el pueblo sin casas, el pueblo sin agua potable,
el pueblo sin carreteras, por encima de nosotros, por encima.
de mí, por encima de todos, está la justicia y el deber para con
ese pueblo; mantengamos si queremos nuestras antipatías-
personales, y obtengamos la caballerosidad, en aras del pue-
blo, del pueblo de Sangolquí, de los sufrimientos y grandezas:
de Sangolquí, aceptar; lo que de justo, creador y honesto, ha-
gan en cualquiera de los bandos en beneficio del pueblo de
Sangolquí y de la Patria Ecuatoriana.
Como veis mi pedimento es absolutamente susceptible de
ser aceptado; os pido caballerosidad en el combate, os pido.
grandeza en el combate; yo nunca me he olvidado una frase
que leí hace muchos años de Nietche, decía Nietche: yo no pue-
do tener venganza, porque la venganza es obra de pechos dé-
biles, sólo el que es débil tiene venganza; el hombre de pecho
fuerte, el pueblo de ánimo creador y grande, crea, hace el fu-
turo de su Patria, y pasa delante de la miseria, sin preocu--
parse de la miseria, le salpica la miseria, pero la miseria no.
empaña la grandeza del hombre que sabe crear, y del puebla
que sabe ir, hacia la vanguardia del progreso.
Esto os digo, porque desde que pisé esta sección terri-
torial que creo que se llama el Señor de los Puentes, no tenga,
sino que aplaudir vuestro deseo de progreso, ahí se me pidió,
una pequeña escuela; yo le he rogado al Ministro del Tesoro•
el "Moisés Ecuatoriano", que en la semana entrante, princi-
pie a construirse la escuela., como homenaje a una, comunidad
pequeña, sedienta de progreso, anhelosa del amor de sus ni-
ños, esa escuela la haremos, modesta, pero la haremos inme-
diatamente, en homenaje a todos vosotros.
Enseguida, como no voy yo a aplaudir, la instalación de
ese segundo grupo de Energía Hidroléctrica, que os dará luz,.
facilitará la industria, y resolverá el problema del trabajo; dar
trabajo, dar industrias, al que quiere trabajar y no quiere
mendigar caridad de nadie; yo no puedo menos de aplaudir;
a quienes han instalado ese segundo grupo hidroeléctrico, y-
les ofrezco todo mi apoyo, para que continúen con otros gru-
pos hidroeléctricos.
RECONOCER LA HONRADEZ
Cuando el velasquismo dice que es la hora de él, y que él
gobernará 40 años, no puede jamás tener la ideología' insen-
sata de creer que no quepa un acto de honradez en otro que.
no ha sido velasquista, no, la grandeza del velasquismo con-
— 337 —
siste en reconocer la honradez y el servicio, precisamente en
aquello que por casualidad, sin no ser velasquistas son sinem-
bargo leales en todo el Ecuador.
A esos jóvenes que están allí, tan entusiastas, les pido que
me ayuden; ayúdenme, no a unir a este pueblo que esto está.
un poco difícil; quizás el señor Cura, tan eficiente, tan lleno
de ilusión y de caridad cristiana, logre a la larga, lo que no-
sotros por lo pronto no podemos. Contentémonos única-
mente con predicar aquí en Sangolquí caballerosidad en todo,.
decencia en todo, que el velasquismo conquiste 40 años de go-
bierno,, por su decencia, por su grandeza moral.
Enseguida señoras y señores, yo no puedo menos de sen-
tir orgullo, al escuchar vuestra petición de esta doble vía.
entre San Rafael y Sangolquí; la doble vía la váis a tener,.
la tendréis con toda seguridad.
La tendréis en homenaje a vuestro deseo, que ver-
daderamente me impresiona, de hacer de Sangolquí una
ciudad hermosa, una ciudad grande y elegante, con toda co-
modidad para el turista; una ciudad alredor de la cual irra-
die el progreso, el trabajo, la productividad, la cultura, el sa-
neamiento, el hospital, la escuela; yo os felicito, ambicionad
lo imposible, porque sólo el que aspira lo imposible exalta
la historia de la Patria.
Yo no puedo menos de aplaudir el oír ese desafío de hace
una hora, verdaderamente impresionante; si alguien puede de-
cir algo contra la rectitud del manejo económico del Concejo>
de Rumiñahui, que lo diga. Este es un desafío muy digno de
respetar. Cierto quea veces hago una diferencia entre el
velasquismo noble y bondadoso de la gente y la pobreza de
mis facultades para poder interpretar ese velasquismo gran-
de y generoso. En este momento permitidme que diga yo, el
primero de los velasquistas, por ser velasquista, y en cuanto
velasquista, no puedo menos que aplaudir la honestidad eco-
nómica del Concejo .de Rumiñahui. Será obra vuestra, obra de
los que no están con el Concejo —que tienen perfecto derecho
a no estar— por algo somos liberales, somos los liberales del
Ecuador, de la antigua escuela. A los liberales velasquistas nos
gusta que los hombres hagan uso de la libertad. Vosotros, los
que no estáis con el Concejo, en uso de vuestra libertad po-
déis cambiarlo, en tiempo oportuno, mediante sufragio popu-
lar leal y auténtico pero hasta tanto, rindamos homenaje don-
de quiera que haya una obra honrada, donde quiera que haya'
una obra eficiente. Eso nos engrandecerá, eso nos dará el po-
der por cuarenta, cincuenta, cien años de la República del
Ecuador.
— 338 —
Yo no quisiera que ninguno de ustedes interprete mal mil,
palabras. Yo soy leal, absolutamente leal a los que durante
cuatro años lucharon contra el Gobierno que cesó en sus fun-
ciones el 31 de Agosto. Rindo mi homenaje de gratitud a los
luchadores, no puedo menos que aplaudirlos y decir que el 5 de
Junio fue obra de ellos. Por lo mismo que somos velasquista,.s
tenemos que reconocer el mérito allí donde sea auténtico y
positivo. Esto es lo único que digo.

CONTAD CON MI COOPERACION

El Concejo Municipal puede contar con toda la coopera-


ción para la terminación de la Pbra del agua potable. Qué
más podemos querer nosotros que la grandeza, la comodidad,
la higiene en todo este magnífico pueblo de Rumiñahui que
recuerda tanto de heroísmos, tantas fechas históricas magní-
ficas. Contad vosotros con toda mi cooperación; no me pidáis
más de lo que he ofrecido hasta ahora; pedídmelo el año en-
trante, pedídmelo este mes entrante; por lo pronto no me pi-
dáis más, porque me angustiaréis y no tendré con qué satis-
faceros, si estuviera en mis manos hacer todas las escuelas,
universidades, carreteras, es decir, si estuviera en mis manos,
entraros a vosotros en el Reino de los Cielos, ya no tendría ra-
zón de existir ni la tierra, ni Sangolquí, ni el esfuerzo vues-
tro, ni la nobleza vuestra, ni la abnegación vuestra. Tenemos-
que hacer esto, conforme lo permitan los recursos de la Patria.
Considerad que tengo que atender a toda la República del
Ecuador, considerad que en toda la Patria impera el tugurio,.
la falta de enseres, la falta de escuelas; tengo que atender a
toda la Patria; con las ofertas que yo os he hecho para este
semestre o para este año, quedaos satisfechos y apuntad lo
que tenéis que pedirme después.
OBRA DE UN APOSTOL
Es hora ya de que yo termine este largo discurso, después
de agradeceros a todos vosotros, después de agradecer al se-
ñor Vicario; el representante de las fuerzas espirituales de la
República, se ha dignado estar con el pueblo velasquista; él
está sobre todos los partidos y sobre todo movimiento, pero
el velasquismo es un movimiento de Patria, de justicia
y libertad. Yo le agradezco al señor Vicario, que salve una vez
más el prestigio de la Iglesia Católica del Ecuador, estando
con el pueblo velasquista, mientras el pueblo velasquista se
proponga un programa de honor y de justicia. Acabo de ver
la obra del señor Vicario en unos niños de una escuela, tan

1
perfectamente tenidos, tan perfectamente vestidos; ésa es
obra de un apóstol, ésa es obra no de un político que odia,
sino de un apóstol que ama; la política es toda fugaz, tempo-
ral, transitoria, que muchas veces siembra injusticias al mis-
mo tiempo que conquista triunfos. El apostolado es la obra
permanente y universal de amor, paz y cordialidad entre to-
dos los miembros de la especie humana. Contad, señor Vica-
rio, con todo el apoyo en cuanto me lo permitan las circuns-
tancias. Debéis saber vosotros que hace un rato una modesta
niña depositó unos fondos para la defensa nacional; mirad
la grandeza del corazón del pueblo; por eso he dicho yo siem-
pre, que el pobre es el rico, y que el rico es el pobre; el pobre
vive desafiando todos los días el dolor, la miseria, por eso es
pobre y ese desafío se hace grande, y se hace noble.
Yo recibí hace poco, unos tantos sucres, que puse en ma-
nos del Ministro del Tesoro para la Defensa Nacional; voso-
tros sí sentís lo que es la defensa nacional; hay una serie de
hombres que hoy explotan sin entender la cuestión inter-
nacional, y que pueden comprometer grandemente, nuestro
éxito final; nuestro éxito final está en la grandeza moral de
nuestros reclamos, nuestro éxito final está en conquistar pa-
ra nosotros a todos los pueblos de la América del Sur, nuestro
éxito final está en movilizar la opinión continental, en defen-
sa de nuestra causa; no podemos ganar en tres meses, lo que
Demos perdido en siglo y medio, pero nosotros tenemos sem-
brado ahora el derecho del Ecuador, en todos los ecua-
torianos; estáis sembrando el derecho ecuatoriano, por la
.sangre de vuestra sangre, y huesos de vuestros huesos; y co-
mo no es posible matar a cuatro millones de hombres, un
día u otro en plazo no lejano, por obra de la movilización de
los espíritus populares en toda la América obtendréis voso-
tros que el Amazonas sea vuestro.
EL PUEBLO NO PUEDE VIVIR SIN IDEAL
Señores, para irme, lo único que os pido es, que caigáis
bien en cuenta de vuestra grandeza moral esta mañana, que
caigáis bien en cuenta de vuestro sacrificio; día domingo, día
de sol, lugares distantes, caminar a pie, alquilar automóviles,
todo esto son grandes sacrificios, que revelan cómo el pueblo
no puede vivir sin ideal; a vosotros no os satisface la rutina
diaria, de levantaros, alimentaros y dormir; explota, estalla de
vuestras almas el amor a la justicia, el amor a la Patria, el
odio a los tiránicos, el odio a los miserables, el odio a la in-
justicia, y todo esto estallado magníficamente en esta vues-
tra gran manifestación; mil gracias señores y señoras.
Me estaba olvidando de pediros un favor, y este favor sí
me lo vais a hacer ya no es como el favor de hace un momen-
to, en que yo os decía que simplemente seáis caballeros, yo os
pedía unión; hoy voy a pediros acción.
El Concejo Municipal, ha resuelto poner mi nombre en
esta Avenida magnífica que vamos a construir; después de
poco se va a terminar, yo le voy a rogar al Concejo Munici-
pal, por la amistad que a mí me manifiesta, por el cariño
que me tienen, yo voy a rogaros a vosotros por el cariño que
me debéis, que abandonéis esa idea; yo quiero ser bueno por
toda la vida, yo quiero ser bueno y orgulloso; pero la bondad
consiste en amar al prójimo, en servir al prójimo, en hacer to-
do lo posible por el bien del prójimo; y para mí el orgullo consis
te en no reclamar nada por mis actos buenos, si acaso tengo la
buena suerte de haceros, y en no querer jamás que mis ami-
gos aparezcan reclamando para mí nada, como compensación
de mis actos buenos. Dejemos que la historia, dejemos que las
generaciones futuras, si acaso yo soy fiel hasta el fin, si aca-
so yo soy leal hasta el fin, juzguen como deben juzgar; no
nos apresuremos a juzgar a mi favor; yo os ruego encarecida-
mente que habiendo tantos hombres en la República no me
escojáis a mi. Este es mi ruego, vosotros lo meditaréis, y el
Presidente del Concejo Cantonal, en respeto a vuestra medi-
tación, cumplirá lo que vosotros deseáis, que seguramente se-
rá aquello que nos permita ser plenamente orgullosos.
- 341 -

RECLAMOS DEL ECUADOR SE BASAN EN EL


DERECHO

El señor Georges Salomón, Embajador de Haití en nuestra República,


en la ceremonia de Entrega de Credenciales
al Jefe del Estado ecuatoriano.
— 342 —

UNA PAZ MUNDIAL QUE NO SEA DISFRAZ


DEL DESEO DE HEGEMONIA

<Discurso del señor Presidente de la República al contestar al


Embajador de Haití en su Entrega de Credenciales, el 6 de
Febrero de 1961)

Señor Embajador:

Con satisfacción recibo de vuestras manos las cartas que


os acreditan de primer Embajador Extraordinario y Plenipo-
tenciario de la República de Haití ante el Gobierno del
Ecuador.

Expresad, os ruego, al Excelentísimo señor Presidente


doctor Francisco Duvalier, los votos que formulo por su per-
zonal bienestar, por la gloria de su pueblo y por una América
Latina asiento de una nueva humanidad en que el hombre
pueda desplegar soberanamente su potencialidad y su espíritu
en el seno del pueblo en comunión de justicia e igualdad, mu-
tuo respeto y generosa cooperación.

Tenéis preparación intelectual amplia y bien nutrida,


-habéis desempeñado cargos muy altos en diversas institucio-
nes nacionales e internacionales. Vuestra labor en el Ecua-
dor será eficiente. Vinculará cada día más a nuestros dos paí-
ses y de parte de mi Gobierno encontraréis toda la coopera-
ción necesaria para el cumplimiento de vuestros afanes.

La geografía de Sudamérica desde el Río Grande del Nor-


te hasta la Patagonia, con su soledad en medio de los mares
antes del actual desarrollo de la técnica, con sus llanuras
dilatadas, profundos valles y amenazadores torrentes, con sus
raíces hispánicas o sus marcadas influencias latinas, es cam-
po propicio para la democracia vivida y no simplemente pro-
.clamada, para la libertad, positiva energía existencial y no
intrascendente convencionalismo al servicio de momentáneos
intereses.
— 343 —

Las montañas pintorescas de vuestro país, sus llanuras


y caprichosas penínsulas, conmovidas han sido por batallas-
en busca de un equilibrio justiciero. Consecuente con sus tra-
diciones, Alejandro Petión, enamorado de los revolucionarios
sudamericanos, hospedó a Bolívar, ayudó a Bolívar y armó la
gloriosa expedición que, como lo habéis recordado, se sublimó
en los campos de Ayacucho dando la libertad á toda la Amé-
rica y consolidando la democracia en todo el Occidente.

ANHELOS DE REVOLUCION MUNDIAL

En vuestro discurso encuentro sintetizados los tres gran-


des anhelos de la actual revolución mundial: una democracia
que no se contente con fórmulas y apariencias protocolarias•
y con la propaganda fastidiosa sino que viva realmente el
respeto y apoyo a todos los derechos individuales y naciona-
les; una justicia social no movida por enfermizo temor al co-
munismo sino acicateada por afán vigoroso de redimir a hu-
mildes, pobres e ignorantes, elevándolos al plano de la digni-
dad humana; una paz mundial que no sea disfraz del desea
de hegemonía de las grandes potencias en sus mortales ri-
validades sino coordinación del esfuerzo de los pueblos para
el imperio efectivo del derecho y la solidaridad entre nacio-
nes soberanas, dueñas de sus movimientos, de sus afanes y
destinos.
Os agradezco el elevado y justo concepto que tenéis del
Ecuador. Decís con justeza que Quito es la cuna de la civili-
zación amazónica. Lo que Vos decís está consagrado por la
opinión de todos los historiadores concienzudos y serios. Así
es, en efecto. Las regiones ribereñas del más grande río del
mundo interrumpieron su silencio cuando pasó por ellas el
descubridor y aplacaron su bravura cuando habló en ellas el
misionero. Y ambos salieron de la Presidencia de Quito.
Como se desprende de vuestra justiciera afirmación, los
reclamos internacionales del Ecuador se basan en el derecha
a la vida fundamentada en títulos jurídicos claros y precisos
y ratificados por la acción creadora y cultural. Qué absurdo,
señor, que se pretenda repetir en Sudamérica la historia del
imperialismo exclusivista, del matonismo, de la conquista!
Sólo desprecio merece cierto periódico extranjero que acaba
de desfigurar la tesis ecuatoriana, cierta y clara como es cier-
ta y clara la abominación de los pueblos americanos a la gue-
rra y a la conquista por la guerra. El insulto no es argumen-
to, el sofisma no penetra en el sentimiento de las gentes.
— 344 —

SACUDIDA ETICA, POLITICA, SOCIAL

Habéis aludida a la Undécima Conferencia Interamerica-


Que se realizará en Quito después de tres= meses. Quito, sede
de arte y cultura, se prepara a recibir a los Ilustres Delega-
dos con la cortesía que a la Capital del Ecuador caracteriza..
Trascendental como ninguna será la Undécima. Conferencia
Panamericana de Quito. Las bases humanas han recibido tal
sacudida ética, política, sacia', sacudida con tan inmediatas
e inevitables repercusiones internacionales, que jamás Asam-
blea continental alguna tendrá responsabilidades semejantes.
Somos naciones pequeñas las sudamericanas; pero, al
empuje irresistible de la democracia mundial, de esta demo-
cracia brava y purificadora, ha creado' la democracia jurídica
internacional, equilibrio y orientación para las grandes po-
tencias. Es la hora de los pueblos pequeños. Con nuestros vo-
tos, si tenemos personalidad é ideas firmes, capaces somos de
imponer la anhelada justicia, de disminuir jas incomprensio-
nes, de apaciguar los enojos. Tanto peor para quien desdeñe
el voto desinteresado y certera de las pequeñas naciones.
Principiad, señor, vuestra obra, que el pueblo; ecuatoria-
no os espera con amistad y comprensión..

_
HONDA ESPERANZA EN EL FUTURO DE LA
PATRIA

Discurso del señor Presidente de la República ante la Junta


de Acción Cívica. que le entregó el Obolo para la Defensa
Nacional, el 7 de febrero de 1961.

Señores Ministros,
Señor Presidente de la Junta de Acción Cívica Nacional,
Señor Secretario General de la Administración Pública,
Distinguidos profesores,
Distinguidos señores:

He oresenciado y he asistido a este acto cívico con una


profunda y honda esperanza en el destino de la Patria Ecua-
toriana.
El patriotismo nacional, como lo hubiera dicho usted, se-
ñor Presidente de la Junta Nacional de Acción Cívica, estaba
como adormecido, no aclaraba, no se expresaba; era natural
que así sea; el País ha sufrido tantos y tantos desengaños; el
pueblo ecuatoriano ha sido de tal manera desdeñado y menos-
preciado en sus afanes cívicos, que todo su patriotismo y todo
su empuje dinámico se encerraron dentro del subconsciente de
la Patria, dentro del subconsciente del pueblo. No podremos,
olvidar nunca que el Ecuador, ese Ecuador del 2 de Agosto de
1810, produjo un escándalo, una sacudida contra el despotis-
mo español, contra la absolutista España. No podemos olvi-
dar aquel Marzo del año 45, cuando el Ecuador se purificó de
elementos extranjeros, y no podemos olvidar tantas y tantas
otras fechas; no podemos olvidar el año 1860, cuando el pue-
blo dividido tuvo sin embargo la audacia necesaria para ex-
pulsar al invasor extranjero; esas fechas están denotándonos
que en el Ecuador hay un patriotismo vigoroso, que hay un
pueblo capaz de grandes acciones, capaz de realizar y de cum-
plir nobles causas.
POR ENCIMA DE LOS PARTIDOS

Los acontecimientos hicieron que en un momento dado el


Ecuador comprendiera que el Protocolo de Río de Janeiro no
solamente no era intangible, como se lo había proclamado,
sino que ese protocolo era un ultraje, en primer lugar a los
pactos sudamericanos, a los pactos panamericanos; en segun-
do lugar, una afrenta a los títulos jurídicos del Ecuador; en
tercer lugar una condenación a muerte, a un pueblo que tiene
derecho a vivir en la historia, por esa multitud de actos que
el Ecuador ha consumado en la historia sudamericana. Y este,
pueblo y el Congreso se sacudieron y proclamaron la nulidadi
'de un pacto hecho en circunstancias transitorias de invasión,
de triunfo militar; paro hecho contra pactos solemnes, claros
-y terminantes americanos cumplidos por nosotros en solemnes
asambleas donde se ha tratado de organizar la vida jurídica
-y civilizada en la América Española. Y este acontecimiento
magno tuxo inmediatamente su trascendencia en el estableci-
:miento de esta Junta Cívica, de esta Junta de Acción Cívica
:Nacional.
No pueden ustedes imaginar cuánta es mi esperanza en
la Junta de Acción Cívica Nacional. Ustedes en adelante están
llamados a recoger estos profundos anhelos ,de la Patria, por
encima de los Partidos, por encima de las luchas políticas, por
encima de las banderías. Ustedes tienen perfecto derecho a
tener sus partidos y a tener su ideología, pero indudablemen-
te en un país hay siempre algo fundamental, algo con lo cual
-un país vive; respecto al Ecuador hay algo fundamental: la
existencia del Ecuador, y para que, existiendo el Ecuador,
existan las religiones, existan los partidos, existan los movi-
mientos, la Acción Cívica Nacional en mi concepto está llama-
da a defender, definir y precisar ante la conciencia nacional,
.aquello que es indispensable para que el Ecuador exista en sus
propias virtualidades de altivez y civismo, con sus propias ba-
ses de nacionalidad. Misión trascendental, señores: yo me
acuerdo que cuando era joven, —es decir hace muchos años--,
existía la Junta Patriótica Nacional, compuesta por hombres
eminentes: ellos hablaban en ocasiones solemnes de la Patria
y cada palabra de ellos valía más que un cañonazo en el orden
militar. Yo hago votos porque la Acción Cívica Nacional re-
presente algo de eso, sin perjuicio de las opiniones individua-
les de ustedes; que la Acción Cívica Nacional esté velando poi
todo lo de la Patria; que haga sentir su voz austera, su voz
imparcial, por encima de los tiempos, de los\ espacios y de los
partidos; anunciando aquella tesis de aquellos actos trascen-
— 347 —
dentales, permitirán que la Patria viva, que la Patria progre-
se, que la Patria se revele de toda tiranía interna o interna-
cional.
Yo agradezco mucho sus nobles palabras, señor General
Chiriboga, quien me ha colmado de calificativos y elogios que
yo no me creo merecedor. Yo no aspiro sino a cumplir mi de-
ber en la vida, cumplirlo modestamente.

LEALTAD A LA PATRIA

Usted ha hecho obra notable en beneficio del país; yo nO


puedo menos que aplaudir la lealtad que usted ha tenido pa-
ra con los legítimos intereses ecuatorianos frente al Perú. Mu-
chas ocasiones se ha hecho presente de una manera escanda-
losa el entreguismo; nunca olvidaré yo esa etapa triste del
asalto peruano al Puerto de Leticia; el Perú, en homenaje a
los tratados que respeta, asaltó el Puerto de Leticia; con qué
lealtad estuvo usted defendiendo los derechos del Ecuador, que
entonces se confundían con los derechos de Colombia, es de-
cir con el respeto a los verdaderos tratados, a aquellos que no
se hacen por invasión militar; no olvidaré la lealtad con que
usted defendió la causa de Chile, que cuántas veces se ha vin-
culado íntimamente a la causa ecuatoriana; en épocas de en-
treguismo, usted supo sostener la causa de Chile cuando mu-
chos de nostros, yo mismo, como Presidente de la Federación
de Estudiantes, predicábamos una teoría americanista, que en
definitiva iba a perjudicar al Ecuador. Y en todos los docu-
mentos históricos que usted ha publicado después, ha trata-
do, señor General, de poner de relieve las glorias del Ecuador,
por ejemplo las glorias del Ecuador en Tarqui, las glorias de
los militares guayaquileños, de las tropas ecuatorianas en la
batalla de Ayacucho; todos estos son títulos, señor General,
que hacen que le levante a usted toda clase de miramientos,
toda clase de respetos, y ojalá, señores Miembros .de la Acción
Cívica, que creen en un verdadero nacionalismo ecuatoriano,
no en un nacionalismo estrecho, no un nacionalismo exclusi-
vista, no un nacionalismo en un inmenso continente que pue-
de discutir tierras indispensables para la paz, para la convi-
vencia, no, eso no; sino un nacionalismo que estudie a fondo
cuáles son los valores y los factores que determinan la exis-
tencia del Ecuador, que los ponga en tensión, que levante el
orgullo nacional, que levante el optimismo nacional, que haga
que el pueblo ecuatoriano también crea que puede progresa;
que puede triunfar, que puede hacer algo en la historia; si
ustedes hacen esto, señores, habrán cumplido una tarea ver-
— 348 —
daderamente salvadora; y entonces sí, contando Uds. también
con la labor e iniciativas patrióticas, creadoras y civilizadas,
del señor Secretario General de la Administración Pública,
esa tarea descubrirá un laurel de glorias. Cuánta falta nos ha-
cía señores, tener un centro así, eminentemente ecuatoriano,
para recoger todo aquello que pueda crear una nación; elevar-
la orgullosa, con el homenaje estimulante, y así mismo desau-
torizar en un tribunal de severa imparcialidad todo aquello-
que es negativo, todo aquello que puede perjudicar al vigor y
al destino de la Patria.
Este título, este diploma que he recibido de manos de un
estudiante de la Junta de Acción Cívica Nacibnal, será de inol-
vidables recuerdos para mí.

FUTURO DE LA REPUBLICA

Agradezco a usted muchísimo, señor Presidente; usted y


ustedes son el filturo de la República; la República será más
tarde lo que ustedes quieren que sea; mantengan siempre su
espíritu rebelde, revolucionario, no de una revolución mártir,
no revolución que más bien dispersa las energías nacionales y-
debilita Más al país; pero sí esa revolución profunda que está,
viniendo ahora, que no hay más que escucharla con oído aten-
to, que llega de la profundidad de la humanidad, buscando'
la mayor justicia de los pueblos, buscando mayor justicia en-
tre los hombres, entre los individuos.
Hay muchas maneras de hacer una revolución; hay ma-
neras de hacer la revolución que puede transformar las bases.
mismas de la República del Ecuador, transformar esta Améri-
ca Española que necesita tener personalidad. Precisamente
porque la América Española está ungida a un grupo, a otro
grupo, no tiene nada que decir a la humanidad, no tiene nada
original que decir, no puede decir hoy algo a toda la es-
pecie humana, en víspera de ser destrozada con las técnicas-
desencadenadas.
Mis profundas palabras de agradecimiento a los dos emi-
nentes profesores que han hablado: al señor Dr. García Ortíz,
profesor del Instituto de Derecho Internacional, y al señor Dr.
Yépez del Pozo, tan interesado por Sociblogía Fundamental; y
mi profunda gratitud, señores, a todos cuantos se han dignado
firmar esto. A mí no me enorgullece, me abate, porque cada
nueva palabra de bondad de los ecuatorianos, hace que yo me
pregunte a mí mismo; bueno, y la mereceré; No ven que me
crea a mí un profundo deber cada una de estas cosas?
Yo les agradezco mucho el haber reunido esta cooperación
del pueblo para la Defensa Nacional; esta es el corazón del.
7 '1 • `

— 349 —
pueblo, expresado en símbolos monetarios; el dolor del pue-
blo, la angustia del pueblo, que en un momento dado olvida,
para consagrar sus esfuerzos en servicio de la Patria; es gran-
demente aleccionadora, señores, esa contribución a la Defensa_
Nacional de parte del pueblo ecuatoriano. Recibidla, señor Mi-
nistro de Defensa, y empleadla inmediatamente en hacerle un
bien al soldado de la República, a ese soldado que sufre calla-
do, sometido a la disciplina, dispuesto a morir y a afrontar, en
el borde de la existencia, la muerte o la posibilidad de la muer-
te. La gente heroica necesita mejorar su vida y necesita te-
ner elementos para defender a la Patria. Que esto sea una
base, pequeña sí se quiere —cien mil sucres; poca cosa para las
unidades militares—, pero cuán significativa y cuán grande.
Estoy convencido, señores de la Acción Cívica, que si el Ecua-
dor se mantiene firme en sus tesis, el Ecuador triunfará.

JUSTICIA AL GOBIERNO
Yo jamás, señores, nunca en mi vida, he dicho aquel dis-
parate que me hacen decir: que la XI Conferencia Interame-
ricana, que se reune después de dos meses, devolverá al Ecua-
dor el Amazonas. Basta pensar cinco minutos para ver el dis-
parate. El Perú es poderoso, tiene hábiles diplomáticos y ha
decidido no asistir a la Conferencia.
Durante un siglo y medio, nosotros no hemos hecho otra
cosa sino perder y perder. Cómo se puede, pues, creer que yo
podría decir que en una Conferencia que se reune des-
pués de dos meses, vamos a recuperar lo perdido? Eso es un
sofisma que se ha ninventado para combatir al Gobierno.
Yo no concibo cómo puede haber tanta falta de ca-
ballerosidad; yo acudo a ustedes para que hagan justicia al
Gobierno. Lo que el Congreso hizo, lo que los ciudadanos como
ustedes han hecho ahora, es declarar ante la conciencia de A-
mérica que el Protocolo de Río de Janeiro es nulo y que no
habrá paz en América mientras no se resuelva definitivamen-
te el problema del Ecuador.
Eso mismo ha hecho el Africa, lo está haciendo ahora; eso
está haciendo Asia; eso ha hecho Panamá; eso ha hecho Gua-
temala. Por qué el Ecuador no iba a hacerlo? Por qué sólo
el Ecuador, en las naciones enteras del Orbe, está obligado a
sacrificarse por los intereses mundiales y a no hablar de esos
' intereses sino cuando ya no hay ningún problema mundial, es
decir no hablar nunca? Ya cuando se apaguen los volcanes y
se apague el sol, cuando desaparezca la vida en el cosmos, en-
tonces sí tiene derecho el Ecuador a hablar? Nosotros hemos
denunciado la verdad; ésta es una verdad que dada la sensi-
bilidad de los pueblos, está llamada a sembrarse en los pueblos,
porque a cualquier pueblo que se le muestre el mapa de la Amé-
rica del Sur y se le haga saber en dónde estuvo el Ecuador un
día y dónde está ahora y cuáles son los antecedentes para que
el Ecuador esté ahora donde está, yo creo que no habrá pue-
blo, que no habrá juventud, no habrá obreros que no estén con
el pueblo ecuatoriano y forzosamente tendrá que venir un im-
pulso de abajo hacia arriba, tendrá que hacerse encarnar en
la conciencia americana y cuando los gobiernos quieran tener
completa paz en América, tendrán que estar con el Ecuador y
hacerle justicia, o si no, no habrá paz en América. Lo que-
hizo, el Perú frente a Chile, lo que hizo Italia después del Tra-
tado de la Segunda Gran Guerra, lo que hacen todas las gran-
des naciones, lo que hacen todos los grandes pueblos: reivin-
dican sus derechos, no para tal fecha precisa, sino para el
tiempo que sea menester; puede ser un año o un mes, pueden
ser diez años o un siglo. La cuestión consiste en vivir vibran-
tes en la América Española.
Yo quiero aclarar esto, señores, delante de personajes co-
mo ustedes, en honor a la verdad; porque hay un sofisma in-
soportable: Cuándo pude yo haber dicho que después de dos
meses estará el Ecuador en el Amazonas? Son cuestiones que
hay que negociar, pero cómo podemos negociar en un ambien-
te caldeado hispanoamericano? La negociación, para ser efi-
caz, debe ser en un ambiente de paz, pero cuando se hayan
preocupado los gobiernos de América, de que el problema del.
Ecuador debe tener solución, ahí vendrá la solución eficaz.
Agradezco a ustedes, señores, por esta manifestación de
verdadera ecuatorianidad, que tan grande significación tiene
para el País en el momento actual.
EL MUNDO OCCIDENTAL

Se nos viene el mundo occidental con una pujanza y una fuer-


..za. que si no caemos en cuenta de lo que estamos haciendo,
estos países van a ser barridos por obra del mundo occidental,
.dijo .,
el Dr. José María Velasco Ibarra, con ocasión de la sus-
~° .cripcion del contrato para la Fábrica de Guapán, el 8 de
Febrero de 1961 en Quito.

Uno de los momentos más trascendentales del Gobierno


actual es y será, sin duda, éste, señores miembros del Insti-
tuto de Previsión Social, y de una manera especial, señor Ge-
rente de la Caja del Seguro y Presidente de esta empresa de
Guapán. 41,,t3

-N^ ANSIAS DE CREACION


• -11';
El Ecuador tiene ansias de creación; al no poder el Ecua-
dor desarrollar su fuerza creadora —como decía hace pocos
días— ha tenido que reconcentrarse en sí mismo; se ha sen-
tido pesimista, se ha sentido abatido y por todas partes, me
consta a mí, en todas las oficinas públicas, en todos los servi-
cios públicos, la inacción y la inercia, la descomposición de la
"República.
Por fortuna, señores, los Ministros de Estado de este Ré-
gimen y sus altos funcionarios, por ejemplo el señor Presi-
dente del Instituto de Previsión, el señor Gerente de la Caja
del Seguro, el señor Gerente de la Caja de Pensiones, y los de-
más altos funcionarios, han sabido hacer vibrar en el Ecua-
dor la parte creadora, la parte idealista, la parte positiva, la
„.., parte afirmativa que todo hombre lleva dentro de sí. El hom-
bre, señores, es un misterio que ustedes lo conocen perfecta-
mente; en este hombre hay la parte negativa y fácilmente
el hombre, cuando no encuentra un ambiente adecuado, se
abandona a la codicia, se abandona al odio, se abandona a
la inacción; pero cuando hay un verdadero ambiente adecua-
do, el hombre no encuentra su ambiente propio, no encuentra
su esfera propia de acción, sino en lo que es activo, en lo que
, es afirmativo, en lo que es idealista.
CINCO MESES DE LABOR

Ustedes, señores, han excitado hoy en ustedes mismos, en


todos los señores funcionarios que les rodean, la parte gran-
de, afirmativa, espiritual del hombre; la consecuencia de es-
to, señores, es que en estos cinco meses hemos dado al País
una sacudida tan profunda en todo sentido, que sólo la per-
versidad, la ceguera, la falta de decencia podrá negar; podrá
.acusársenos de errores, así tiene que ser, porque de hombres
es errar; pero nadie podrá negar que estos cuatro meses y
medio han sido meses de verdadera preocupación por el pue-
blo ecuatoriano, verdadera preocupación por llevar los servi-
cios públicos al pueblo, en beneficio del país, para levantar
sus energías económicas, para levantar sus energías espiri-
tuales.
Ustedes han tenido la amabilidad, y yo les agradezco con
toda mi alma, y de una manera especial a mi gran amigo el
Dr. Jurado González, por su noble y generoso discurso, de
querer que yo sea testigo de este acto tan trascendental; éste
es un acto de una enorme trascendencia. La mayor parte de
los países de América, especialmente el Ecuador, viven la vida
feudal, la gran propiedad rural, el pastoreo, la cosecha de
tales o cuales artículos; el peón, el hombre del campo en el
abandono, la miseria y la anti-higiene; el propietario muchas
veces injusto, muchas veces caritativo, muchas veces egoísta;
a veces benéfico, rara vez con recta intención; es decir, una
vida feudal, una vida prinItiva. Y mientras tanto se nos viene
el mundo occidental con na pujanza y con una fuerza, que
si no caemos en cuenta, ;de lo que estamos haciendo, estos
países van a ser barridos por obra del mundo occidental que
se precipita sobre ellos, especialmente países pequeños como
rel Ecuador.
Necesitamos, pues, señores, salir de este feudalismo, ne-
cesitamos hacer algo por la industria ecuatoriana, algo por
desarrollar la industria en nuestro país; sólo cuando nuestros
países se industrialicen podrán comenzar a bastarse a sí
mismos; sólo bastándose a sí mismos, siquiera en una parte
Lde sus necesidades económicas, podrán decirse países media-
namente soberanos.

INDUSTRIALIZACION EN EL PAIS

De manera que el esfuerzo que ustedes han hecho ahora


para la Empresa de Guapán es un avance notable en la indus-
trialización del _país y esto tiene que ser fecundo, como ejem-
plo, como iniciativa que va a ser imitada en muchos otros
aspectos, y sólo mediante la industrialización del país, po-
dremos aumentar' la agricultura; porque habiendo indus
tliaies que consuman habrá motivos para intensificar la
agricultura; mientras la agricultura y la industria lleguen
a su intensificación, el país podrá sentirse económicamente
dueño de sus destinos y podrá entonces principiar una vida
de verdadera igualdad jurídica con los- demás países del
mundo.
Y qué decir, señores, si esta empresa ha de ser en el Ca-
ñar en el Austro que necesita verdaderamente el apoyo del
Ecuador para su redención. Esta ilustre región que ha da-
do a la Patria tan excelentes y nobles hijos, defensores de la
constitucionalidad, defensores de la integridad territorial; es-
tas provincias, cuna de tantos hombres de letras, están su-
ndo ahora porque nuestro feudalismo rutinario, ha
permitido ahogar y terminar con sus energías econó-
micas y por consiguiente, poner en peligro sus energías es-
pirituales. Esta fábrica de Guapán tiene un extraordinario
valor en el orden económico ecuatoriano y principalmente co-
mo redención merecida de las Provincias australes. Yo no
puedo menos que felicitar a ustedes por haber llevado a ca-
bo esta obra de tanta importancia. Me complace mucho señor
Dr. Jurado, que haya hecho usted notar cuál ha sido la obra
del Ministro de Fomento. Ayer no más se instaló una fábrica
de productos orgánicos, que tuvo que esperar cuatro años
para su efectividad. Anteayer se suscribió el contrato para el
Hospital, que tuvo que esperar cuatro años para su realiza-
ción. Hoy vamos a dar impulso a una empresa de tanta im-
portancia para la redención económica del país, que ha te-
nido que esperar cuatro años.
Por fortuna, señores, ustedes y yo sentimos el dolor del
pueblo ecuatoriano y sentimos que la vida es para la acción,
y sentimos que gobernar es comprender, servir y amar. Go-
bernar es comprender, sentir y amar: amar al pueble"' que se
le quiere gobernar; sentir el dolor del pueblo y comprender
intelectualmente los méritos que hay que hacer para redimir
al pueblo del dolor.

FRANCIA INMORTAL Y ETERNA

Me complace inmensamente, señor Embajador de Fran-


* cia, que sean técnicos, que sean capitales de su incomparable
Patria, los que vayan a cooperar ahora con el Ecuador en es«,
ta obra. Hoy, la superficialidad moderna tiene como regla el
.desdén a Francia o restar el prestigio a Francia; esa es la
144 . superficialidad moderna; pero nosotros no ignoramos, que,
como lo dice el gran historiador inglés Toynbee, la historia
del mundo occidental se confunde cciti la historia de Francia,
pese a quien pesare. Ni podemos ignorar que en estos últimos
tiempos, Francia se ha elevado al más alto grado de ciencia y de
técnica, al extremo que los industriales franceses están hoy en
la India y están en Egipto, y, cosa notable, están en Alema-
nia misma; y cosa más notable,. están en Estados Unidos.
Esto no lo ignoramos los que creemos en la Francia inmortal
y eterna. De suerte que me complace, señores, agradecer a
ustedes por la colaboración que nos van a prestar. La Amé-
rica es para la humanidad, es para la OEA, y es también pa-
ra las NN. UU. De manera que el aporte de capitales france-
ses, aleñianes, italianos, japoneses, checoeslovacos, vemos con,
grande satisfacción.
De una manera especial también debo agradecer al sé-
ñor Presidente del Instituto, al señor Gerente de la Caja de
Pensiones y a Ud., señor Gerente de la Caja del Seguro y ae-
;pul Presidente de esta empresa. Ud., cuando fue Ministro.
füe el hombre del impulso sistemático. Yo nunca olvido su
obra como Ministro de Educación Pública; hoy la patria le va
a merecer a Ud., que saque a flote este ensayo de gran indus-
tria; cuán provechoso, cuánto lavantará los ánimos ecuato-
rianos, como cuánto levantará los ánimos la obra ministerial
que está utilizando el señor Ministro de Fomento.
A los distinguidos abogados, funcionarios de las Cajas,
mi profunda y absoluta gratitud. Sigan ustedes ayudando al
Ecuador con lo grande que hay en ustedes, que es lo idealis-
ta, lo patriótico, lo general y universal. Eso es lo que bucé
grandes a los hombres; ustedes están contagiados por el idea-
lismo del pueblo ecuatoriano y a su vez están contagiando
con otro idealismo reforzado, como el de ustedes todos.
Para los señores Alcaldes de las Provincias Australes el
homenaje de mi mayor consideración; que lleven ellos la im-
presión de quelel Gobierno Central sabe respetar la tradición
de las provincias australes; lo que queremos nosotros es in-
teresadamente explotar a la provincia del Azuay y Cañar, ex-
plotar sus fuerzas espirituales, en bien .de la espiritualidad
nacional, explotar sus fuerzas morales en bien de la grande-
za, del heroismo de la República del Ecuador y hacer que los
elementos económicos que esa parte del País produce, sean
también explotados en beneficio del pueblo del Azuay, esti-
mulando al pueblo del Azuay, estimulando el trabajo en toda
la República del Ecuador.

.t '

..".:...-•-■-•■•••■•■■-•-•••■••
A Presentación . III
gR El Protocolo de Río de Janeiro es Nulo
(Riobamba, 17 de Agosto de 1960) 3
Cuarta Jornada — Trasmisión del Mando
(Quito, 1° de Setiembre de 1960) 11
El Mundo está agitado
(Quito, 1. de Setiembre de 1960) 53
América Latina: Libertad y Justicia
(Quito, 2 de Setiembre de 1960) 55
Sentir a la Patria
1-1* 7 de. Setiembre de 1960) 59
Patria será Grande
(Esmeraldas, 7 de Setiembre de 1960) 031
Legislar, función fundamental del País
(Quito, 13 de Setiembre de 1960)
Los maestros son los forjadores de la Patria
(Quito, 14 de Setiembre de 1960) 75
* Reivindicación de la dignidad nacional
(Quito, 20 de Setiembre de 1960) • 87
.k Todos los ecuatorianos tenemos que ser héroes
(Quito. 20 de Setiembre de 1960) 91
mi Momento decisivo para nuestro pueblo: ser o no ser
(Guayaquil, 24 de Setiembre de 1960) 99
Centenario de la Batalla de Guayaquil
(ttualyaquil, 24 de Setiembre de 1960)
Política moderna
(Babahoyo, 6 de Octubre de 1960) 117
Mensaje a Guayaquil
(Guayaquil, 8 de Octubre de 1960) 125
Santuario Cívico
(Guayaquil, 8 de Octubre de 1960) "T, 139

11 América está con el Ecuador

(Quito, 24 de Octubre de 1960) 146:


Fe en los destinos de la República
(Quito, 27 de Octubre de 1960) -149' •
Ecuador- Uruguay
(Quito, 19 de Noviembre de 1960) 156
Las Fuerzas Armadas
(Quito, 16 de Noviembre de 1960)
América ante el Mundo
(Quito, 16 de Noviembre de 1960) 170
Nueva vida nacional
(Tulcán, 19 de Noviembre de 1960) 174
Civismo
(Tulcán, 19 de Noviembre de 1960) 182
Pághz.
El Maestro 11114
(Quito, 28 de Noviembre de 1960) 19 í ,
Noble Chusma .
(Quito,. 28 de Noviembre de 1960) 210.1 '
Vla vida humana tiene sentido cuarll , se dignifica •
iSluito, 4 dé.,,, Dici: mbre de 1960) ' • 213
Fundación de Quito
(Quito, 6 de Diciembre de 1960) 221 rdd
Quito ante el Mundo
(Quito, 6 de, Diciembre de 1960) 226 e
Fe en los pueblos
(Quito, 9 de Diciembre de 1960) 235
El Honor •
(Salinas, 19 de Diciembre de 1960) — 239
Refolación de la Patria
(El Empalme, 23 de Diciembre de 1960) 247
Que la claridad de 1961 nos dé el valoT de la verdad
(quito, 31 de Diciembre de 1960) 1
255
Bienaventurados los pobres: ellos son los ricos
(11 Magdalena, Prov. de Bolívar, Enero 16 de 1961) 259
La llálnanidad se ha puesto de pie
(Sail Miguel; Prov.• de Bolívar, Enero 16 de 1961) 266
Al servicio de los pueblos
(Guaranda, 16 de Enero de 1961) 271
El pueblo ecuatoriano es la fuente de la sob.rania nacional
(Quito,- 20 de Enero de 1961) . 280
Luchamoá por nueztrlss ideas en •e1 campo de la decencia - -
(Guaya:Oil, 26 de - Enero de /96.1) 286
5 de Junio: profunda revolución de la Patria
(Quito, •27 de Enero de 1961) 295
V Congreso 'Médico
(Quito; •30, -de Enero de 1961) .... ,. ...... . 315
yivificar al País siendo cada ella más servidores de la humanidad
(Quito,,.19 de Febrero de 19.1) 325
Saber querer lo imposible y saber hacer lo imposible:
hái-Mosa lección
(Quito, 4 de Febrero de 1961) 325
RevOlución civilizada
(Sangolquí, 5 de Febrero de 1961) 332
Rirelarnos del Ecuador se basan en el derecho
(Quito, 6 de Febrero de 1961) 341
1-1(Mda esperanza en el futuro de la Patria
(Quito, 7 de Febrero de 1961) 345
EP-Mundo Occidental
(Quito, 8 de Febrero de 1961) ....1 . -, .,.
4 .4
,. 351
.11?"1. .• 4 .
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