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Fundación Universitaria del Área Andina.

Facultad Nacional de Derecho

Programa de Derecho Virtual

Docente. Miguel Ignacio García Duran.

Asignatura. Sociología Jurídica


Estudiante: ESGAR JESUS SOLANO VESGA ID. 111142160 GRUPO 205

TEORIAS DEL PODER Y TEORIA DEL BIOPODER

El enfoque critico de Foucault despedaza con su “martillo” la historia en


pequeñas historias, rompe también el hilo conductor que da continuidad y
síntesis a través de la cual nos reconocemos como producto de un devenir
histórico (identidad). Este vacío de identidad deja espacio para que
tecnologías de poder como la de sistemas de signos operados por actores o
influencers funcionen en la sociedad como referentes creando imágenes a
imitar. La sociedad clásica no carecía de este tipo de imágenes, la diferencia
es que esa fama se fundamentaba en las habilidades, el saber, el
conocimiento, las historias heroicas o las teorías e inventos desarrollados que
llevaron a que esos actores se perpetuaran en la historia. Era esa genialidad o
acto heroico lo que perduraba en el tiempo y hacía a esa persona famosa y
digna de imitar. Hoy el mal uso de las tecnologías de poder permite que
individuos con sendos prontuarios delictivos, con inmensas fortunas
producto de su mal actuar, se conviertan en protagonistas de la historia y se
fijen en la psiquis del adolescente de identidad como referente. La variedad
de bandas y tipologías de crímenes podrían obedecer también, entre muchos
otros factores que convergen, a la idealización de esa imagen cargada de
“poder” y lujo excéntrico que se hace llamativo para el adolescente que crece
sin identidad en un “régimen opresor”.
En las sociedades pre modernas, según Foucault, el poder se ejercía
básicamente por la fuerza bruta para conservar el dominio sobre los
individuos, haciendo alarde de un espectáculo macabro arrebatando la vida
del “culpable” ante los ojos del público (Biopoder). En la modernidad el
poder ya no necesita, según Foucault, destruir el cuerpo, sino disciplinarlo.
Aparecen aquí unos dispositivos como la disciplina del cuerpo, estructuras
que funcionan como las escuelas o las cárceles donde las personas son
individualizadas y vigiladas por un poder disciplinario que se esconde pero
que ve todo. Ya castigar no es el objetivo, el objetivo es conocer y saber, me
refiero a que el objetivo del dispositivo disciplinario ya no es castigar como
antes, sino observar, conocer y saber por qué ese individuo cometió el
crimen. ¿Pero adónde voy con esto? Resulta que ya no tenemos a los
integrantes de esas bandas multicrimen como asesinos o delincuentes presos
sino a individuos que, debido a la opresión externa del poder, son
empujados a cometer toda clase de delitos. Surge entonces una necesidad de
liberación de ese poder opresor que lleva a romper con todo lazo social, con
toda costumbre, tradición, valores y creencias. La total liberación conlleva al
rompimiento del marco de las prohibiciones y las normas donde el poder es
utilizado para producir placer.
De la justicia retributiva pasamos a la justicia restaurativa, de la que hablaba
Durkheim, “que se presenta como un modelo alternativo a la criminalidad
que sustituye la idea racional de retribución o castigo, por una visión que
rescata la importancia que tiene para la sociedad la reconstrucción de las
relaciones entre víctima y victimario. El centro de gravedad del derecho penal
ya no lo constituiría el acto delictivo y el infractor, sino que involucraría una
especial consideración a la víctima y al daño que le fue inferido.” Corte
Constitucional, sentencia C-079 del 2005, Magistrado ponente Jaime Córdoba
Triviño.

En conclusión, Foucault nos muestra cómo el poder ha evolucionado a lo


largo del tiempo, desde el espectáculo macabro de la fuerza bruta en las
sociedades premodernas hasta los dispositivos de disciplina y control en la
modernidad. Sin embargo, también señala que este poder no se limita a la
represión y el castigo, sino que busca conocer y comprender las razones
detrás de las acciones individuales. En este contexto, se plantean desafíos
significativos para comprender y abordar las dinámicas de poder en la
sociedad contemporánea. Entender estas dinámicas es de suma importancia
para comprender el rumbo del progreso del orden social y con él, nuestra
participación activa en este proceso.
BIBLIOGRAFIA:

- Foucault, M. (1975). Vigilar y Castigar. Siglo XXI Editores, Madrid.


- Constitucional, sentencia C-079 del 2005, Magistrado ponente Jaime
Córdoba Triviño.
- Justicia transicional en Colombia: Un nuevo camino hacia la paz.
Samuel Augusto Escobar Beltrán. 2017.
- Poética, Aristóteles, 323 A.C.
- Sociología Jurídica. Astrid Milena Calderón, Uniandina.
- Baudrillard, La agonía del poder, pp. 40-41.

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