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TLC

más que un tratado


de libre comercio
Alberto Acosta y Fander Falconf edirores

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más que un tratado
de libre comercio

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Quito - Ecuador
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Imprenta: RISPERGRAF
Quito, Ecuador, 2005
1a. edición: abril, 2005

ILDIS-FES y sus coedirores no comparren necesariamente


Las opiniones venidas por los amores ni éstas comprometen
a IJS instituciones a las que prestan sus servicios. Se autoriza
a citar o reproducir el contenido de esta publicación siempre
y cuando se mencione la fuente y se remita un ejemplar J.
ILDlS-~ES
Índice

Presentación 9

Introducción
El TLC, desempolvando el cuento del "libre comercio" 11
Alberto Acostily Fa.-der Falconi

Primera pane
La reflexión internacional

Dos caminos distintos:


tratados de libre comercio y procesos de integración. . . . . . . . . . . . . . 41
Eduardo Gudynas

Diez años del TLCAN


Su impacto en la economía de México 63
Jorge A. Calderón Salazar

El TLC y la Comunidad Andina 107


Germán Umana Mendoza

El Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos.


Un modelo a evitar . . . . . . . . . . .. 133
Claudio Lara Cortés
Segunda parte
La reflexión desde Ecuador

El (raudo de Libre Comercio r el desarrollo humano . 167


Juan Ponce

Libre comercio, pobreza y desigualdad en el Ecuador 175


Rob Vos y Mauricio León

La competitividad ecuatoriana:
problema de fondo sin eco en el TLC 193
HugoJJcome

¿Será necesario importar (más) papas


para hacer locro?
Una reflexión a propósito del TLC . 2il
Pender Falconi y Maria Cristina Vallejo

El empleo, talón de Aquiles del TLC . 221


Luciano Martínez

Acceso a medicamentos y propiedad intelectual en el TLC . 231


Jñigo Salvador Crespo

Las industrias culturales y TLC:


¿es posible una "excepción cultural" ecuatoriana? 245
Mauro Cerbino y Ana Rodríguez
Diez años del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN)
Su impacto en la economía de México

Jorge A. Calderón Salazar*

Introduccion'"

A diez años de vigencia. el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de Améri­


ca del Norte), se ha situado en el centro de las políticas públicas de México.
El tratado, además de cerrar un ciclo de políticas de ajuste estructural ins­
trumentadas desde 1982, vino a inaugurar un nuevo proceso de desnacio­
nalización y rransnacionalización. A partir de su entrada en vigor, se han
acelerado los procesos de privatización, desregulación y apertura colocando
a la economía mexicana en una situación vulnerable y altamente dependien­
te de la dinámica de la economía estadounidense.
En el plano nacional, el TLCAN significó un camhio de ciento ochen­
ta grados en la política exterior mexicana al ubicar como de "interés estra­
tégico" la negociación y vigencia del TLCAN. abandonando así la política
de diversificación de relaciones y dando la espalda al proceso de integración
latinoamericana.
A diferencia de la Unión Europea (UE), que había incorporado a países
atrasados como España, Portugal y Grecia, a partir de un trato especial que
se tradujo incluso en la financiación de proyecros de infraestructura social y
productiva y en una exigencia de democratización previa, el TLCAN forta­
leció la política de des regulación y privatización de empresas públicas y

Director del lnstuuto (k brudim de 1,1 Revplucu\n Democranca de: M~xiCl); l'rotcsnr de la
EKukIJ de Economía, UnivcrsiJJJ Nacional Autónoma de M~xi(()"
Una primera evaluación dC'1 TI.CAN Fut,clabnrnda en el año 2000 y se reflejó en cllibro "E:'llldim
de Evaluación del "lrar ado de Libre Cnm::rcio de América del Norte". Jorge: A- Calderón Salaz;u_
Coordinador Sen,ldo de México, LVII l..cgL~btura, México, lOno.
64 Jorge A. Calderon Salazar

otorgó un (fato aparentemente de iguales que entre desiguales provocó la


profundización de los problemas de México.
El TLCAN se negocia entre 1992 hasta noviembre de 1993 logrando
imponer una agenda corporativa, cuya temática no sólo era coincidente si­
no que en diversas materias iba más allá del contenido de las negociaciones
de la Ronda Uruguay del GATT (1986-1994), ejerciendo una presión y
adelantando resultados que Estados Unidos (EE. UV.) estaba interesado en
proyectar multilateralmente.

El TLCAN impuso importantes desventajas comerciales JI produaiuas ptIra Mé­


xico)' deja fuera los requerimientos de una estrategia nacional de desarrollo:

Dejó fuera de la negociación el tema de la movilidad de la mano de


obra, permitiendo así el mantenimiento de las disparidades en materia
de condiciones laborales y convirtiendo a nuestro país en exportador
nero de mano de obra depreciada.
Estableció Un periodo demasiado rápido de desgravación adicional a la
traumática desprotección arancelaria y cambiaria que ya había sufrido la
economía con desventajas sustanciales para el reajuste de la planta pro­
ductiva en general, lo que junto con las desventajas que mantiene en el
acceso al financiamiento competitivo, las ventajas de la inversión ex­
tranjera y su trato como nacional, aceleraron la desnacionalización pro­
ductiva sin que ello redunde en ganancias por la globalización.
Consolidó y amplió e! control de Estados Unidos sobre los mercados
agropecuarios mexicanos al aceptar exportaciones libres de permiso y de
aranceles desde el primer día de su entrada en vigor, convirtiendo las ba­
rreras existentes en cuotas libres de arancel que crecen un 30/0 anual, lo
que ha sido particular y adicionalmente devastador para el grueso de!
campesinado mexicano productor de maíz y fríjol.
Mantuvo las bases para que Estados Unidos recurra a la normalización
técnica como mecanismo de protección no arancelaria frente a la com­
petitividad de productos mexicanos.
Mantuvo los subsidios de Estados Unidos a sus productos agropecuarios
y a la exportación.
Estados Unidos continúa aplicando barreras no arancelarias que. en
ciertos períodos, cierran el acceso a su mercado a las exportaciones agro­
pecuarias mexicanas de fruta, vegetales y flores.
Diez anosdel Tratado de Libre Comercio de América del Norte (lICANJ 65

Impidió la capitalización de la industria azucarera mexicana mantenien­


do cuotas restrictivas a la exportación de azúcar.
Aumentó la regla de origen a 60% o más del costo neto de la produc­
ción automotriz, rnorores y auwpartes, condicionando al control de Es­
tados Unidos la expansión del mercado aurornorriz mexicano.
Persisten las cuotas estadounidenses a las exportaciones textiles mexicanas;
Obstruyó la adaptación e innovación tecnológica de la planta producti­
va nacional, limitando su acceso y elevando sus costos.
Propició el control extranjero en el aurotransporte, sector financiero,
agroindusrrias y cadenas de tiendas de autoservicio de México.
Impuso un sistema supranaciona] tripartito de arbirraje obligatotio de
controversias que deja en desventaja la protección de los intereses y de­
rechos de México como importador neto de capital y tecnología.

Los acuerdos complementarios laboral y ambiental no compensaron esas


desventajas. Adicionalmente, violan la soberanía nacional al imponer un
mecanismo coercitivo supranacional por encima de cualquier poder consti­
tucional mexicano. Es responsabilidad fundamental del Estado mexicano
hacer valer los derechos de los trabajadores y revertir el deterioro ecológico.
Si bien el TLCAN permitió un auge en los intercambios comerciales de
los tres países miembros, su impacto en términos de generación de empleos
y mejoramiento salarial y condiciones sociales de vida ha sido negativo. En­
tre otras razones, por la alta concentración de los flujos comerciales en em­
presas rnonopólicas.

Economía mexicana y TLCAN

México mantiene un dinamismo por demás precario, desigual e inestable,


aspectos que se han acentuado en los afias del TLCAN. En dicho periodo
se registró una profunda crisis (diciembre de 1994), considerada en su mo­
mento por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la primera del si­
glo XXI, pues reflejó la alta vulnerabilidad que la actividad especulativa de­
ja a los países inmersos en procesos de liberalización.
La tasa media de crecimienro anual del Producro Interno Bruto (PIB)
por habitante durante el TLCAN es de sólo 0.96%. Se buscaba y prometió
66 Jorge A. Calderón Salaear

un crecimiento acelerado, estable y sustentable; pero ni siquiera logramos


crecer. Durante este tiempo ha habido una recesión profunda (i 995) y otra
moderada (2001-2002). De 1982 a 2002 la tasa media de crecimiento de!
PIB por habitante es de sólo 0.26% anual. El saldo acumulado de creci­
miento de! PIB por habitante de 1982 a 2002 es de apenas 5.6%. Aunado
a lo anterior, los salarios se han deprimido en más del 20% ampliando aún
más la brecha salarial con EE.UU., lo que abona mayores flujos migratorios
y desdice las promesas oficiales gue aseguraban exactamente lo contrario.

Balanza Comercial

En los primeros diez años del TLCAN. el comercio en Noneamérica ha cre­


cido en forma vertiginosa (i 17%), pasando de 289 mil millones de dólares
en 199.3 a 626 mil millones en 2003, siendo e! comercio de México el más
dinámico: del rotal trilareral, nuestro comercio con Estados Unidos pasó de
representar el 29.4% en 199.3 al 38.9% en 200.3, y con Canadá de! 1.4 al
2.1 % (Márquez Ayala 2004).
Entre 1993 y 200.~, el comercio total (importaciones y exportaciones)
de México con Estados Unidos creció a una rasa media anual de 11.1 % Y
con Canadá de 12.2%. El comercio de México con Canadá y con Estados
Unidos (en particular) no sólo ha crecido explosivamenre, sino gue ha pa­
sado de ser deficitario para nuestro país (-2 mil 051 millones de dólares en
1993) a superavitario (39 mil 828 millones en 2003). A ello contribuyen en
parre nuestras ventas petrolíferas a esos paises, las cuales eran por 4 mil 500
millones de dólares en 1993 y llegaron a 14 mil 800 millones en 2003, re­
presentando en ambos casos aproximadamente el 10 % del valor de las ex­
portaciones (Márquez Ayala 2004).
Así, las exporraciones se multiplicaron por un poco más de tres veces
durante el TLCAN. Pasaron de ser, incluyendo la maquila, 51,886 millones
de dólares de Estados Unidos de América (mdd) en 199.3 a 160,682 mdd al
finalizar e! 2002. Duranre e! TLCAN, acumulamos un poco más de un bi­
llón de dólares'. Estas exportaciones son en su mayoría manufacturas. En
promedio durante el TLCAN, e! 87.35 por cienro de las exportaciones han

lnlorrnacidn Económica del lnsntuto Nacional de Escadlsuca. Ceografía e lnform.tnca de MéxICO


(wwwrnegi.gob.mx). lndicadore, Macroeconómicos de la Sn:rt"l;¡ria de H...cicnda .v Cr<!ulrü
Diez años de! Tratado de Libre Comercio de América de! Norte (TLCAN) 67

sido manufactureras (Arroyo 2003). Como era de esperarse, debido a la des­


gravación arancelaria pactada y cuyo costo ha significado una merma en los
ingresos públicos de más de 3,000 millones de dólares anuales, e! TLCAN
permitió un auge en los intercambios comerciales. Durante los años del TL­
CAN, el comercio (importaciones y exportaciones) de México con sus con­
trapartes norteamericanas se triplicó (Arroyo 2(03).

Balanza Comercial y Crecimiento

Año Balanza Comercial Tasa media Déficit/cada punto


(promedio con maquila) del PIB PIB
1970-198 I (Déficit) ~1,1991.3 6.87% -289.8
I982-1988(Supcrávit) 8.J98.6 0.19%
1989-1994(Déficit) -9.272.2 3.90% -2,J7J. \
199'5-1997 (Superávit) 4.747.7 1.73~·o

1998-2002 (Déficit) -8,776.5 3.13q·{) -2,800.8

(Elaborado en hase J información del Banco de Información Er onomica dcl Insriruro Nacional de E.<;­
radísrica, Gl"ografía e lnformarica de México (wwwincgi.gob.ne). Indicadores Macroeconómicos de la
Secrcrarfa de Hacienda }' Crcdno Público www.sbcp.gob.mx y VI Informe de (jobrcrno Jet l'resrdenre
Ernesto Zedillo ~kl(icn, septiembre de 2000. (www.presidencia.gob.rnx.l '.

La suma de las exportaciones de maquila y petróleo crudo a Estados Unidos


es e! 22.5% de! superávit comercial con dicho país. El segundo, terceto y
quinto lugar de empresas exportadoras desde México son las tres armadoras
automotrices estadounidenses que ensamblan los carros en México, El ensam­
ble de computadoras, como las de Hewlerr Packard. es el sexto exportador des­
de nuestro país, Exportamos muchos otros productos industriales a Estados
Unidos. pero el sector manufacturero tiene en su conjunto déficit comercial'.
Además, las 300 rransnacionales instaladas en México, la mayoría de
ellas de origen estadounidense, presentan un alto coeficiente de importacio­
nes, situación que las hace a menudo deficitarias. Bastaría restar las expor-

Público (www.shcp.gob.mx) y VI Informe de Cobiemo del Presidente Emesro Zedillo (www.prc­


sideucia.gob.ma).
2. Calcnlo en hase a Grupo de Trabajo Instimro Nacional de Esradtsrica, Geografía e Informática de
México (INEGr¡, Sccrcrana de Hacienda y Crédito Público ¡SHCP) y Banco de México. Balanza
comercial. "lomado de wcb wwwsbcp.gob.mx.
J RI'VN<l Expansión número 772. México, marzo de 2000.
68 Jorge A. Calderón Salasar

raciones petroleras hacia ese país por más de 8 mil millones de dólares, las
cuales no tienen contrapartida para redimcnsionar la relación comercial; si
adicionalmente sustraemos el superávit generado por la industria maquila­
dora de exportación, el resultado es un franco déficit comercial de México
con su vecino del norte.

Empleos y planta productiva

A pesar del aumento de las exportaciones, el impacto del TLCAN en térmi­


nos de generación de empleos, mejoramiento salarial y condiciones de vida
ha sido nulo. entre otras razones, por la alta concentración de los flujos co­
merciales. La dinámica exportadora es im pulsada. por un lado. por un sec­
tor de maquila cuyos componentes nacionales son menores al 30/0; y por
otro lado, del total de las ventas al exrerior, el 80% son realizadas por 300
grandes empresas, a pesar de registrarse 40,000 empresa~ de exportación.
Entte 1993 y 2003, la población económicamente activa (PEA, en edad
y con deseos de trabajar) aumentó 7.9 millones de personas (sin contar a las
cerca de tres millones que emigraron), pero en ese lapso sólo se generaron
2.6 millones de empleos formales (asegurados en el Instituto Mexicano del
Seguro Social y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabaja­
dores del Estado) (Márquez Ayala 2004).
En México, hoy existen 9.40/0 menos pues{Qs en el sector manufacture­
ro que antes del TLCAN. Al contrario de lo que se espetaba, la industria
manufacturera mexicana, la gran depositaria de la inversión extranjera y uno
de los sectores que están ligados a las exportaciones, actualmente tiene me­
nos empleo que antes del acuerdo. Es decir, indica que ha habido una pér­
dida neta de empleos manufactureros, ya que se perdieron miles de plazas
de trabajo por el cierre de empresas. En este rubro la productividad aurnen­
tó 53 por ciento; así los trabajadores produjeron más por cada hora de tra­
bajo, pero a menor costo, ya que también disminuyeron 36 por ciento los
costos laborales en este rubro'.
Por otro lado, el efecto del TLCAN sobre la planta productiva ha sido
severo. En 1993, año previo al TLCAN, la producción mexicana (PIB) sa-

4 La [amada, 2R de junin de 11l1l4


Diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tf.CAN) 69

risfacía el 84% de la oferta y demanda totales de bienes y servicios; en 2003


ya sólo lo hace en 73%, habiendo ganado ese terreno los bienes y servicios
importados que, consecuentemente, pasaron de cubrir del 16 al 27%. La
producción nacional creció en la década, 30 por ciento y las importaciones
148 por ciento (Márquez Ayala 2(04).
El consumo interno pasó de representar el 70% de la demanda en 1993
al 60% en 2003. El consumo interno apenas aumentó 29% en la década,
frente al externo, que aumentó 1910/0. La formación de capital fijo (inver­
sión productiva en maquinaria, equipo y construcciones), sin embargo, só­
lo aumentó 33% en la década; ha permanecido en el bajo rango de 19% del
PIE (debiendo ser idealmente de un 30% o más), e incluso ha disminuido
en términos relativos del 16% de la demanda en 1993 al 14% en 2003. La
maquinaria y los equipos que sustentaban la inversión en 1988 eran 650/0
de origen nacional, 50% en 1993 y ya sólo 39% en 2003 (Márquez Ayala
2004).
Los indicadores económicos, sociales y ambientales de México mues­
tran un severo deterioro y una enorme asimetría y desventaja con respecto
a nuestras contrapartes de América del Norte.
El 55.3% de los empleos nuevos generados no cumple con ninguna de
las prestaciones de ley que son sólo rres: seguridad social, gratificación de
Navidad y lO días de vacaciones al año'. Si tomamos como universo sólo los
abierta y formalmente asalariados, el 49.5% no tiene ninguna prestación",
Existe hoy 9.4% (-81,418) menos empleos que antes del TLCAN'.
Electivarnentc se crean empleos en el sector punta exportador, pero menos
que los que se pierden en la cadena de sus antiguos proveedores ya que aho­
ra importan casi rodas sus insumas.
La industria maquiladora de exportación es la responsable de casi la mi­
tad de las exportaciones totales del país (45.18%) y capta el 15.8% de la in­
versión extranjera directa. Sin embargo, en promedio cada año del TLCAN

INE<.;I Encuestas Nacioualc, de Empico 1')')}-2003. 1993: cuadro or; 1')9'): cuadro 7J, 1')9(J­
1')')'): cuadro J.YJ; 200(): cuadro 3,(,'1: 2001-2002: cuadro J.J9; 1u. uimcstrc 2003: Indicadores
c:~(r;¡rf,~~lclh de empleo y desempleo.
6 INEGI Encuestas Nacionales de Empico 1993-2003. 1993: cuadro 72; 1995: cuadro 167; 19%­
2002: cuadro J.7J: 1u. trimestre 2003: Indicadores esrracégico-, de empleo y dcvcrnpleo.
7 lNEGI. PIB manufacrurero. Sistema de Cuenta.-. Nacionales: Productividad. Empleo; Encuestas
Indll~triab Mensuales tornadas de BIE-INECI y www.inegi.gob.mx.
70 Jorge A. Calderón Solazar

las maquiladoras crearon )9,814~ y debemos recordar que el país necesita


cada año 1400 000 empleos.

Inversión

La inversión extrajera directa (en empresas) ascendió en la década del TL­


CAN a 126 mil millones de dólares, de los cuales el 68% provinieron del
TLCAN (64% de Esrados Unidos y 4% de Canadá), 22% de la Unión Eu­
ropea, y 10% del resto del mundo. Sin embargo, estas cifras incluyen rein­
versión de utilidades, cuentas inrcrcompanfas e inversiones formales, pero
sólo cuando dichas inversiones son informadas a las autoridades. También
incluyen las importaciones de activo fijo de las maquiladoras que suelen ser
inversiones voláriles (Márquez Ayala 2004).
En México, se registran alrededor de 8,326 empresas con inversión es­
tadounidense y 63.20/0 de estas sociedades registran capital mayoritario (ca­
piral norteamericano promedio de 85%). Sin embargo, hemos constatado
que el incremento en la inversión norteamericana ha disminuido en relación
con la registrada históricamen te.
Duranre el TLCAN, hasta 2002, han enrrado al país 152,833.5 mdd
como inversión extranjera total El promedio anual es de 16,981.5 mdd. Lo
positivo es que la mayoría de esta inversión es directa, el 79.340/0
(121,261.8 rndd) mienrras que en los 5 años previos al TLCAN sólo el
23.38% era inversión directa').
En promedio, durante los 5 años previos entraron 3,870.4 mdd. de in­
versión directa y durante los 10 años del TLCAN este promedio se cuadri­
plica para llegar a 13,473.5 rndd.
La IED (inversión extranjera directa) estadounidense se concentra en el
sector manufacturero (49.5%) que es el gran exportador, en servicios finan­
cieros (24.4 % ) , y en el comercio (l 0.8'?/ó). Tres de las nueve grandes divisio­
nes de la economía concentran el 85.3'?/ó de la inversión extranjera directa

R INFCI Emdhtú::l~ lndll.mi;¡ Maquilado-a de Exponación. "lomado de BIE-INEGI (Iodustria


maquiladora de Exportación/Indicadores anuales/Por entidad fcderanva/Toral Nacional/Personal
ocupado).
l) Fuente: Banco de México, Balanza de Pagos. Tomado de INECI BIl:. (Sector exrcmo/balanza de
pagos Jt M6ico/ClIl:n(J de capital/pasivos/inversión extranjeml
Diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) 71

realizada durante el TLCAN. Por el contrario, y a pesar del cambio en nues­


tra Constitución, prácticamente no ha llegado inversión extranjera al cam­
po mexicano, sólo e! 0.25% de! total en e! periodo de! TLCAN'''.
Dentro de las ramas manufactureras. casi la mitad de la inversión ex­
rranjera se ha concentrado en productos metálicos, maquinaria y equipo
(automotriz, eléctrica, electrónica, maquinaria, erc.), donde ya es absoluta­
mente dominante; también en la industria de productos alimenticios, bebi­
das y tabaco (18%), donde ha comprado y desplazado a infinidad de em­
presas mexicanas, y en la rama de productos químicos, perroquírnicos, de
hule y plásticos, con un 14% de la inversión (Márquez A. 2004).
En el sector servicios, la IED se ha concentrado fuertemente (70%) en
el subsecror de servicios financieros, seguros y fianzas, donde ha comprado
y reconcentrado casi roda el sistema financiero (banca, afores, aseguradoras,
casas de bolsa, arrendadoras, etcétera), hasta hace una década bajo total con­
trol mexicano. El capital extranjero también adquiere una presencia crecien­
te en lo referente a servicios técnicos, profesionales y especializados (11 % de
la inversión en servicios) y en el ramo de restaurantes y hoteles (8%), En
materia de intercambio de servicios con el exterior, el déficit se ha profun­
dizado en la última década: los servicios no factoriales (turismo, fletes, se­
guros y otros) eran deficitarios en -2 mil 130 millones de dólares en 1993
y lo fueron en -4 mil 467 millones en 2003; los servicios factoriales (inte­
reses, utilidades, regalías y otros) lo eran en -11 mil 429 millones en 1993
Y lo son en -12 mil 808 millones al cierre de 2003, yeso gracias a las bajas
tasas de inrerés prevalecientes en e! mercado (Marquez A. 2004).
Cabe señalar que la lEO norteamericana concentra en el centro del país
(la capital y el Esrado de México) y la zona norte o fronrcriza (que además
de la maquila incluye a Monterrey que es e! otro polo industrial) e! 90.15%
de la inversión extranjera directa (Arroyo 2003).
México se encuentra en una situación de aira fragilidad y vulnerabilidad
financiera con una deuda externa, pública y privada, de 213,037 millones
de dólares y una fragilidad monetaria con airas COStos fiscales, como los
75,000 millones de dólares, equivalenres al 21 % del PIB, que los conrribu­
yen tes tendrán que pagar para salvar de la crisis al sistema bancario.

1() hLclHe: Banco de MáIC(>, R.llanza de Pagos. "lomado de INH;I [\IE. (Seceor t'xrcfIloHulanza de
pagos de r..1t'XILO/C\lt~nt.\ de clpi,;l!/p,lsIVos/iIlVt·nión cxrraujem], Cuadro.2 por sector económico
72 Jorge A. Calderón Salaear

La inversión de cartera ha disminuido debido a la creciente inversión


directa pero su monto acumulado es aún muy grande, 80,541 millones
de dólares lo que significa una enorme vulnerabilidad del país ante su po-
sible fuga.
La apertura pactada en el TLCAN y extendida en 1995 a los países
miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Econó-
micos (OCDE) ha provocado la "exrranjerización" del sistema financiero,
particularmente del mercado bancario, el cual es ya controlado por bancos
foráneos en más del 90%. La apertura financiera. no ha reportado la mejo-
ra del servicio, en calidad, oportunidad y costo, que se prometía. Por el con-
trario, la banca extranjera llegó primero, a compartir nichos de mercado pa-
ra el servicio de grandes corporativos y beneficiarse de los amplios márgenes
de intermediación que explican. entre otras cosas, las ganancias obtenidas
por instituciones financieras en plena crisis y, segundo. expandirse median-
te adquisiciones y fusiones de instituciones ya existentes provocando una
concentración que se orienta claramente a que tres o cuatro instituciones fi-
nancieras controlen el mercado y cuyas decisiones serán tomadas en Espa-
ña, con el BBVA y Santander, o en Nueva York, con el Citibank.

Economía y TLCAN: Un primer balance

En los años del TLCAN, el comercio de México con Norteamérica pasó de


representar 78.7% a casi el 85 por ciento, y en el caso de las exportaciones
la situación es alarmante debido a que alrededor del 90 por ciento se desti-
nan a la zona TLCAN.
México, pese al superávit comercial con Estados Unidos, tiene un défi-
cit comercial global y se ha convertido en el país con el mayor crecimienro
de importaciones en América Latina, con 310 por ciento en la última déca-
da. Según estadísticas de la Secretaría de Economía, salvo entre 1995 y
1997, el resto de la década pasada, el país compró al extranjero más de lo
que exportó. De esta manera, México realiza el 44 por ciento (i 74 mil mi-
llones de dólares) del rotal de las importaciones que se registran en toda la
región de América Latina'.

II La [ornada. 16 dr nhri] J~ 2002


Diez anos del Tratado de Libre Comercio de América deL Norte (TLCAN) 75

está bajo control, las condiciones macroeconómicas generales. incluidos los


precios clave, como los salarios reales, el tipo de cambio, la tasa de interés y
los precios de los activos, que ejercen una fuerte influencia en las decisiones
de asignación de recursos y de inversión, han sido negativas. Ello se debe en
parte a la mayor inestabilidad de la balanza de pagos y la vulnerabilidad ex­
terna asociadas a los choques comerciales y financieros, y en parte a una pér­
dida de autonomía de la política macrocconórnica debido a la rápida libe­
ralización y la estrecha integración a la economía estadounidense. Además,
en lugar de "establecer los precios adecuados", las llamadas fuerzas del mer­
cado han tendido a mantener la tasa de interés y el tipo de cambio en nive­
les que han obstaculizado la rápida acumulación de capital y el cambio tec­
nológico,
Las políticas aplicadas para eliminar la inHación socavaron las variables
económicas fundamentales y el ajuste de la estructura productiva debido a
la evolución de la política cambiaria y financiera y las cuentas fiscales y ex­
teriores.
Así, las políticas de estabilización basadas en el tipo de cambio sobreva­
luado lograron frenar la inflación, pero no aprovechar el comercio y la IED
para generar un crecimiento rápido y estable de la renta por habitante basa­
do en una mayor acumulación de capital y en el progreso técnico.
El aumento de la rema y la disminución de la competitividad causados
por el uso de un anclaje carnbiario no generaron una crisis de la balanza de
pagos durante el proceso de desinflación. Esto se debió a que lograron atraer
entradas de capital por la vía de las privatizaciones y la venta de grandes em­
presas del sector privado como Banamex, Bancomer y algunos corporativos
industriales, comerciales y agropecuarios. Además del aumento del poder de
compra real debido a la caída de la inflación, las entradas de capital eleva­
ron los precios de los activos financieros internos y, por lo tanto, aumenta­
ron el valor contable de la riqueza nacional. Sin embargo, estos resultados
positivos no hicieron más que abonar el terreno para la reaparición de las di­
ficultades causadas por los grandes montos acumulados de deuda externa.
Además, el control de la inflación mediante un anclaje cambiarlo nomi­
nal y estable produjo una dinámica de "desindusrrialización" del sector pro­
ductivo nacional. Si bien una sobrevaloración del tipo de cambio ayuda a
reducir el nivel de los precios de los bienes importados, también reduce el
incentivo a la venta de bienes en el extranjero y permite a los importadores
76 Jorge A. Calderón Solazar

extranjeros conseguir una ventaja competitiva respecto de los productores


nacionales si es(Os últimos no logran ajustar rápidamente las estructuras de
los costos y la producción locales. En México, sin embargo. las apreciacio­
nes de Jos tipos de cambio reales se debieron no sólo a la rigidez de los sa­
larios y los precios de los bienes no comerciables, sino también a las apre­
ciaciones de los tipos de cambio. Este hecho, combinado con la apertura de
los mercados internos al comercio exterior, hizo que las industrias naciona­
les tuvieran más dificultades para responder a la nueva estructura de precios
y productividad impuesta por los mercados internacionales.
De esta manera, la nueva orientación de la política económica en el
marco del TLCAN no ha logrado producir un entorno macroeconómico
apropiado para la creación y expansión de la capacidad productiva y el me­
[oramienro de la productividad y de la competitividad internacional. Tam­
poco ha dado lugar a la aplicación de medidas de polírica económica efica­
ces a nivel sectorial o microeconómico como las que se emplean en el Asia
Orienral (medidas diferenciadas de apoyo y protección).
Por otro lado, aunque México ha dejado cada vez más en manos de las
empresas transnacionales, el cambio tecnológico y la fabricación de produc­
(Os de exportación más complejos, en general la lED no se ha concentrado
en sectores y tecnologías capaces de generar un crecimiento importante de
la productividad y del valor añadido. Además, puesto que las empresas
transnacionales que operan en sectores de productos comerciables interna­
cionalmente utilizan una gran proporción de insumos importados, la lED
por lo general tiene un impacto negativo en la balanza en cuenta corriente.
En resumen, las nuevas políticas económicas y el aumento de las entra­
das de IED no han logrado impulsar la formación interna de capital para
transformar la composición de la producción para fabricar productos co­
merciables de alto valor añadido y mejorar las posibilidades de expottación.
El aumento de las entradas de capital ha permitido un persistente supe­
rávit de la balanza de capitales que han permitido cubrir el déficit comer­
cial. Sin embargo, a la larga esro ha contribuido, a su vez. a incrementar el
déficit de la balanza de servicios, no sólo por el mayor servicio de la deuda
sino también por el efecro negativo de las remesas al exrerior por concep(O
de urilidades de la IED yel pago de dividendos que se reflejan en las tran­
sacciones de las empresas extranjeras. todo lo cual origina una rendencia de­
ficiraria en la balanza en cuenta corriente. Esro ha obligado a dirigir cons­
Diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) 77

rantemente la política económica a conseguir importantes corrientes de fi­


nanciación exterior, más que a estimular la formación interna de capital y el
crecimiento de la productividad para mejorar la base productiva yacrecen­
rar la competitividad internacional (UNCTAD 2003).
Los inversionistas extranjeros y empresas multinacionales han presiona­
do para que las autoridades mexicanas se abran más allá de lo pactado en el
TLCAN, Las áreas prioritarias de inversión norteamericana están puestas en
los sectores en proceso de privatización, como el de la pcrroquímica. ener­
gía eléctrica, gas natural y petróleo, así como otros sectores relacionados con
la infraestructura: aeropuertos, puertos, ferrocarriles, telecomunicaciones,
satélites y sector financiero. A decir de los propios inversionistas norteame­
ricanos, el gobierno mexicano ha facilitado la realización de [oint-ientures.
O alianzas estratégicas, representando hasta ahora la principal línea de nego~
cios con México, Es decir, la inversión extranjera está llegando para adqui­
rir las "joyas de la familia" tanto del sector privado como del público.

TLCAN Y desregulación de la inversión extranjera"

México se ha insertado en una dinámica de desregulación firmando acele­


radamente tratados comerciales y acuerdos de promoción y protección recí­
proca de inversiones con países europeos y latinoamericanos, además de ser
uno de los principales defensores de un acuerdo multilateral de inversiones
en el marco de la OMe, el cual, tomando como base el capítulo undécimo

Esrc apartado se elaboré <:11 hase al "Voro Panicular sobre d TLCAN". presentado al pleno de la
Cámara de Diputados de México el la de djci<:mhr~ de 199.1 por el (~rllpo I'arfamenrano del
Panido de la Revolución DcmooIrica. E.'it<: documcmo se puhlicú en el lihro: "Dcnw..:racia,
..obcranfa y Dcvarrol]o Económico Nacional". Jorg~ A. Cald~rón Sainar, coordinador. Cámara de
Diputados. LV Leg.slarura, México 1'.)':.14. Pp.37,)-497: parricularm entc , el capítulo Xl.
Inversiones, pp. 4.'7-444. AJiriül1almente se consulté el rexro: ~¡os APRIS: Nula.. obligaciones.
p\:ro plenas garantla~ y derechos a las rransnacionales y grandes inversiones e impooción de serias
rcsrricciones a la conducción soberana del desarrollo nacional" de Jorge A. Calderón SalMar y
Andrés Peñalnza MénJez, puhlicado en el libro; México en Mundo ClohaJ. jorge A Calderón
Salazar, coordinador. Fundación Friedrich Ebert, México, 2001. pp. 207-221. Otros ruarcriales de
referencia sobre ];\ desregulación de la inversión extranjera y su impacto en los países en vía de
de~arff)llo son: Chang, Ha-loen y (jreen, Duncan. "La inversión en la üMe, una trampa del
norte". Red Mexicana de Acción Frente al Libre COlllerci(l y !\o\1th Centre. México. n.E 200.1.
Shhmid, Bcat. "Lihrc Comercio: promesas versus realidades". Ediciones Heinrich Boll. San
....alvador. FI Salvador. 2000.
78 Jorge A. Calderón Salacar

del TLCAN, pretende liberalizar las inversiones mundiales otorgando má­


ximos derechos y nulas obligaciones a las corporaciones multinacionales, así
como serias restricciones a los Estados para regular su comportamiento.
En el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en lo que hace
a expropiación, transferencias e indemnización y teniendo como base de IH·~
gociación un marco legal favorable para la inversión, el gobierno mexicano
ha buscado otorgar trato preferencial al inversionista extranjero. Empero, al
concederse un tratamiento especial a estas inversiones, se violan las garan­
tías individuales de los ciudadanos mexicanos.
A continuación se exponen los aspecros más lesivos para nuestro país
comprendidos en el TLCAN.

Requúitos de desempeño

Se eliminan los llamados "requisitos de desempeño"; esto es, la aplicación de


medidas tendientes a regular y orientar a la inversión extranjera, la obliga­
ción de proveerse de determinado porcentaje de insumas y servicios nacio­
nales; equilibrios comerciales o de divisas; transferir tecnología; permanen­
cia mínima; creación de empleos; entre otros.
E] Artículo I 106 del Tratado de Libre Comercio de América del Narre
(TLCAN) se refiere a los requisitos exigibles y no exigibles a los inversionis­
ras y sus inversiones bajo el rírulo de requisitos de desempeño. Su ámbito de
aplicación compromere no sólo a los firmantes del TLeAN, sino a las in­
versiones e inversionistas de cualquier país en México. El párrafo 1 habla de
los requisitos que no se pueden exigir para el establecimiento, adquisición,
expansión, administración, conducción u operación de una inversión:

• Exporrar un determinado porcentaje de su producción.


• Alcanzar un determinado porcentaje de conrenido nacional. es decir de
panes y componentes fabricados en el país.
• Dar preferencia a bienes o servicios producidos en su territorio.
• Una balanza comercial equilibrada o favorable.
• Obligar al inversionista a no vender su producción en el país como una
protección a su industria nacional, o que pueda vender en el país sólo
en una medida relacionada con las divisas por exportación que esa mis­
ma inversión genere.
Diez años del Tratada de Libre Comercio de America del Norte (TlCAN) 79

• Transferir tecnología, procesos productivos o conocimientos reservados,


salvo cuando el requisito lo imponga un tribunal, como compensación
por una violación a las leyes en materia de competencia.
• Ser proveedor exclusivo para un mercado específico regional o mundial,
es decir asignarle un nicho del mercado.

El Artículo 1107 nos habla de que no se puede exigir que el personal de al­
ta dirección sea de la nacionalidad del país anfitrión.

Trato Nacional

La esencia de las normas sobre inversiones es la obligación de dar a los in­


versionistas de los otros dos países en nuestro territorio un trato similar al
que le damos a los inversionistas mexicanos y/o darles el tratamiento de
"nación más favorecida". Así, se habla de un trato "no discriminatorio". Se
usan dos conceptos claves que atraviesan roda el cuerpo del tratado: Tra­
to Nacional entendido como "nato no menos favorable que el que otor­
gue, en circunstancias similares, a sus propios inversionistas en lo referen­
te al establecimiento, adquisición, expansión, administración, conduc­
ción, operación, venta u otra disposición de las inversiones" (Arr. 1102,
párrafo 1 del TLCAN). En los estados o provincias, se obliga a dar "un
trato no menos favorable que el más favorable ororgado por ese estado o
provincia, en circunstancias similares, a los inversionistas e inversiones"
del país del que son parre (Arr. 1102, párrafo 3 del TLCAN). Trato de na­
ción mdJfavorecida: "un traro no menos favorable que el que ororgue, en
circunstancias similares, a los inversionistas de otra Parte, o de un país que
no sea Parte, en lo referente al establecimiento, adquisición ... " (Art. 110.3
del TLCAN).
Con el Trato Nacional y Trato de Nación M(ÍJ" Favorecida a empresas y
corporaciones extranjeras, la aplicación, por ejemplo, de incentivos para
promover y desarrollar empresas nacionales y favorecer empresas de carác­
ter social y la micro, pequeña y mediana empresa mexicana, se hace précti­
camenrc imposible. Ello estrecha de manera notable las capacidades de de­
sarrollo de mecanismos de inversión conjunta entre pequeñas y medianas
empresas.
80 Jorge A. Calderón Saíazar

La norma es el trato "no menos favorable", es decir, que en ningún ca­


so el [rato puede ser peor que el de las empresas nacionales; por el contra­
rio, el trazo debe ser inclusive más favorable que el otorgado a un nacional.
Queda abierta la posibilidad, empero, de que con el afán de atraer inversión
extranjera, se establezcan convenios, programas o apoyos especiales, para
que las inversiones foráneas puedan ser tratadas de mejor manera que las
empresas locales. De hecho, diversas disposiciones estarían confiriendo de­
rechos especiales y más favorables que a los nacionales.
El "traro nacional" que atraviesa el TLCAN se pretende justificar como
un (faro no discriminatorio. Se podría hablar de discriminación cuando se
trata de iguales, pero no es el caso. Frente a empre.'ias e inversionistas mu­
cho más poderosos hay que buscar un trato diferenciado, hay que buscar
que sus inversiones apoyen el desarrollo nacional.
En conclusión, al cancelar los requisitos de desempeño (Art, 1106 del
capírulo XI del TLCAN) se renuncia a exigir transferencia de tecnología,
reinversión al menos parcial de las ganancias. balanza comercial equilibra­
da, dar preferencia a insumas producidos en el país o un porcentaje de con­
tenido nacional. Todas estas facultades en materia de regulación de inversio­
nes, que de manera genérica están establecidas en los artículos 25 y 26 de la
Constitución y; de manera explícita. en el 73 constitucional, fracción
XXIX-f (donde se faculta al Congreso para: "expedir leyes tendientes a la
promoción de la inversión mexicana, la regulación de la inversión extranje­
ra") permitirían aminorar las asimetrías y apoyar el desarrollo nacional. En
lugar de ello, los negociadores de los tratados se guiaron sólo por el interés
de atraer inversión en montos crecientes, de ser competitivos en la atracción
de dicha inversión y se cancela su regulación.

Transftrencias

La libre transferencia de recursos ha sido una exigencia de Ías corporaciones


extranjeras y con los tratados de libre comercio prácticamente desaparece
toda barrera en dicho sentido. En el TLCAN, al obligarse México a permi­
tir la libre transferencia en divisas de hecho está renunciando a la posibili­
dad del control de cambios. No se protege a la nación contra la volatilidad
de las inversiones bursátiles.
Diez años del Tratado dt Libre Comercio de América del Norte OL(:AN) 81

El Artículo 1109 del TLCAN legisla que cada una de las partes debe
permitir la libre transferencia de cualquier dinero relacionado con la inver­
sión. Enlisra detalladamente todo lo que se debe permitir transferir libre­
mente. El Estado receptor debe permitir realizar trasferencias en divisas de
libre uso y al tipo de cambio de mercado. Sin embargo, a la vez, ninguno de
los Estados debe exigir a sus nacionales con inversiones en otro país miem­
bro del TLCAN ningún ripo de trasferencias. En otras palabras, debe haber
libre circulación de capitales. La prohibición expresa para imponer restric­
ciones, va más allá que lo contenido en el Artículo 1, inciso e, del Código
de Liberalización de la OCOE".
Todo esto es contrario al espíritu de regulación y control que tuvo nues­
tra legislación en la materia, y que incluso mantiene la actual Ley de Inver­
sión Extranjera (LIE), que sustituyó la Ley para promover la Inversión Me­
xicana y regular la Inversión Extranjera (LMIE).
La revisión de las restricciones establecidas a la inversión foránea tratán­
dose de actividades reservadas al Estado o a mexicanos, así como en activi­
dades donde se permite la inversión extranjera en forma minoritaria, o por
encima del 49% previa autorización y aquéllas en que se da en forma auto­
mática y al 1000/0; así como, el examen de la participación foránea de acuer­
do a las acrividades contempladas en la Clasificación Mexicana de Activida­
des y Producros dellNEGl nos permite apreciar que hasra 105 años ochen­
ra, la lEO estaba desrinada en lo fundamental a la acrividad productiva. En
cambio, con la liberalización comercial, se ha incrementado la inversión fo­
ránea en el sector financiero.
En resumen, México se compromete a través de los tratados de libre
comercio a no establecer regulaciones. controles, obligaciones y códigos
de conductas al capital extranjero. Con esto se establece de hecho, un có­
digo de liberalización de los movimientos de capitales. que significa can­
celar facultades nacionales del control de flujos especulativos, que tanto
daño han hecho a México y a otros países de Asia, América Latina y el Ca­
ribe golpeados por crisis cambiarlas y bursátiles. Además, se renuncia a re­
gular bajo crirerios de susremabilidad, desarrollo regional y social a la in­
versión extranjera.

12 "Los miembros evnaran introducir cualquier nueva restricción en In~ tipos de cambio, ~11 lo~
moviuiiem.»..de capital o eu [os tondos propiedad de 110 residentes, y eviraran hacer mas rcctricrivos
la~ regulaciones exivrenres".
82 Jorge A. Calderón Salazar

Expropiaciones

En el Artículo 1110 del TLCAN se incluye la prohibición de expropiar. na­


cionalizar o tomar medidas que "directa o indirectamente" tengan efectos
equivalentes; salvo, aspecto que es contemplado en nuestra legislación, por
causas de utilidad pública, sobre bases no discriminatorias, con apego a un
debido proceso legal y previa indemnización.
La expresión: "medidas que directa o indirectamente tengan efecto de
expropiación o nacionalización", no contemplada en nuestro marco jurídi­
co, le permite a la empresa e inversionista extranjero demandar al gobierno
mexicano o autoridades locales por medidas gubernamentales que sean con­
sideradas, sin clarificar por quién. causal de pérdida de una inversión en
operación; pero incluso se va más allá al comprender la definición de "ex­
propiación" como la mera oportunidad de perder ganancias futuras sobre
una inversión en proyecto.
Respecto a las indemnizaciones, éstas deben ser a valor de mercado in­
mediato anterior a la fecha de hacerse pública la expropiación, nacionaliza­
ción o medida equivalente efectiva o inminente. La indemnización debe
darse sin demora a valor comercial, y en caso contrario se devengarán inte­
reses hasta la fecha de pago a una tasa comercial normal; la indemnización
deberá ser liquidable y libremente transferible.
También se establece la obligación de que a más tardar en el momento
de cualquier medida gubernamental deberán tomarse disposiciones adecua­
das para fijar y satisfacer la indemnización; finalmente, se dispone que la le­
galidad de las medidas con carácter expropiatorio y de nacionalización será
revisadas mediante un debido procedimiento legal.
Las garantías mencionadas, ya de por sí en extremo bondadosas para la
empresa y el inversionista extranjero. son adicionadas con otras disposicio­
nes más restrictivas. Además, el valor de mercado no debe reflejar cambio
alguno por virtud de que la intención de expropiar o nacionalizar se haya
conocido con anterioridad. Los criterios de evaluación incluirán, entre
otros: capital invertido, valor de reemplazo, plusvalía, ingresos corrientes.
prestigio y clientela (goodwillJ.
Al inversionista extranjero se le asegura el pago a precios de mercado y
no a su valor catastral o fiscal, lo que es superior a lo que establece la legis­
lación mexicana. Se protege. además, de las fluctuaciones monetarias o de­
Diez año~' del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TTC4.N) 83

valuaciones ya que el pago es en equivalencia a una moneda del grupo de


los siete.
Hay que subrayar que un ciudadano mexicano no tiene estas ventajas.
El Artículo 20 de la Ley de Expropiación establece el término de un año pa­
ra indemnizar en caso de expropiación y tiene que ser en moneda nacional.
Además en ninguna parte de la ley. se establece que ame la demora del pa­
go de la indemnización se pagaran intereses. La falta de igualdad entre in­
versionistas extranjeros y nacionales viola nuestras garantías individuales en
especial los artículos constitucionales 13. 17 Y27, este último en su fracción
1 de la Constitución mexicana y donde se contiene la Cláusula Calvo. Aun­
que se justifique esta violación a las garantías individuales con la llamada re­
ciprocidad internacional, en el Artículo 29 de nuestro máximo ordenarnien­
(O, no se señala en ningún sentido una excepción de tal naturaleza a ellas,

La expropiación es un acto soberano de la nación, que en casos especia­


les como el de llenar una función social, puede realizarse, ajustándolo a la
Ley de Expropiación y a la jurisprudencia citada. Si un acuerdo internacio­
nal establece lo contrario viola la Constitución.
El Artículo 25 de la Constitución ototga al Estado la recrorfa del desa­
rrollo nacional con el fin de lograr diversos objetivos: que sea integral, que
fortalezca la soberanía de la nación y el régimen democrático, entre otros.
Para lograr eso el Estado planeará, conducirá, coordinará, orientará la acti­
vidad económica nacional y llevará a cabo la regulación y fomento de las ac­
tividades que demande el interés general.
Con las normas establecidas en los tratados comerciales, las activida­
des económicas exclusivas del Estado se abandonan al libre juego del mer­
cado, con menoscabo de la seguridad y soberanía nacional; el apoyo e im­
pulso de los sectores social y privado, tal como lo establece el mismo Ar­
tículo 25 de la Constitución, se convienen en prácticas prohibidas por el
llamado trato nacional. Se pretende, además, que a la inversión extranjera
no se le apliquen las leyes emanadas del Congreso de la Unión. También
se busca cancelar facultades del Estado mexicano, establecidas en el Artí­
culo 25 constitucional, para alentar y promover los sectores social y priva­
do de la economía; que tienen su contraparte en el Artículo 73, fraccio­
nes XXIX-O y XXIX-E. en lo que hace a la planeaeión económica y a la
concertación, programación, promoción y ejecución de acciones de orden
económico.
84 Jorge A. Calderón Salazar

Como se observa. en el TLCAN se otorga la máxima protección a inte­


reses extranjeros, lo que significa una libertad plena a los flujos de inversio­
nes extranjeras, entre ellas, las de carácter especulativo. sin asumir compro­
miso alguno con el desarrollo nacional. exigiendo, empero, plenas garantías
y derechos. Muchos de los grandes inversionistas extranjeros han dado
cuenta de sus pretensiones de adueñarse de activos nacionales estratégicos,
relacionados a la actividad petrolera, eléctrica, telecomunicaciones. finanzas,
entre otras. Violando la soberanía de México, de manera directa están pre­
sionando a nuestro país para que acelere el proceso de privatización.
Los términos acordados en el tema de movimientos de capital abonan
al agravamiento de diversos problemas, lo que se traduce en una mayor ines­
tabilidad del crecimiento económico, vulnerabilidad financiera y cambiaria,
ampliación de desigualdades regionales, sectoriales y productivas, concen­
rración de riqueza e ingreso, deterioro del medio ambiente y de las condi­
ciones de vida y de trabajo de la población.
No hay mecanismos en el TLCAN para que [a inversión extranjera Sea
regulada y contribuya a la modernización de la planta productiva nacional.
No se puede exigir que transfiera determinada tecnología en términos favo­
rables para el país (por ejemplo, en cuanto utilice insumos abundantes en
nuestro territorio o que no agudice la dependencia de tecnologías no acce­
sibles). A ello hay que sumar lo que se acuerda en el capírulo XVII sobre
propiedad intelectual que sólo promueve su defensa sin la compensación
para los países de menor desarrollo de facilitar su transferencia. De hecho,
el capítulo sobre propiedad intelectual hace más difícil para México acceder
a la recnología de punta.
No contienen mecanismos para evitar que los inversionistas extranjeros
agudicen el déficit de nuestra balanza comercial o puedan ser usadas espe­
culativamente en la bolsa de valores para desestabilizar nuestra economía.
La competencia por atraer inversiones foráneas, la necesidad imperiosa de
ellas originada en el modelo de desarrollo en curso, llevó a nuestros nego­
ciadores a concesiones mucho más alla de lo conveniente: se renuncia a re­
gularlas, así como a la posibilidad de imponer condiciones que las hagan ju­
gar un papel de apoyo al desarrollo nacional.
La Constitución y la ley facultan a México a decidir libremente sobre
las inversiones extranjeras. Los tratados de libre comercio, al limitar la posi­
bilidad soberana del Estado de regular la inversión extranjera. restringen el
Diez anosdel Tratado de Libre Comercio de Américadel Norte (TLCAN) 85

papel que la Constitución le marca de ser rector de la economía. Al hacer


extensivas a los inversionistas extranjeros los incentivos o promociones que
se den a los nacionales. se limita el margen de actuación del Estado como
promotor, impulsor y apoyo de la inversión nacional. Incluso se elimina la
posibilidad de políticas selectivas de tipo regional, ya que roda privilegio o
incentivo que una región o estado dé a iuversionisras nacionales en su terri­
torio lo tiene que hacer extensivo a los inversionistas extranjeros.
La Cousrirución expresamenre habla de regular la inversión extranjera y
los tratados de libre comercio impiden la regulación de dicha inversión en
nuestro territorio. La Constitución expresamenre distingue la inversión me­
xicana de la extranjera y el trato nacional panado eu el TLCAN suprime di­
cha distinción. Por ello, afirmamos que lo panado en este capítulo de inver­
siones y particularmente el trato nacional v los requisitos de desempeño de am­
bos tratados violan la Constitución ya que limitan las facultades del Con­
greso de la Unión para dicrar leyes en la materia.
Se invierte el espfritu y la letra de la Carta Magna. Con los tratados de
libre comercio se desregula la inversión exrranjera como una forma de pro­
moverla. Se promueve la inversión aunque en los hechos se renuncia a regu­
larla, a orientarla. El respe[O y aplicación del sistema legal mexicano es uno
de los elementos constitutivos de la soberauía, reconocido por el derecho in­
ternacional. La independencia nacional es irrenunciable y. ral como lo esta­
blece el Arrículo 133 de la Constitución mexicana, los acuerdos y tratados
internacionales que no estén acordes con lo dispuesto en la Carta Magna
son nulos de pleno derecho y en consecuencia no deben ser ratificados por
el Senado de la República. Además, viola la denominada Cláusula Calvo
que ha sido norma de la política exterior de México y prohíbe a las empre­
sas extranjeras invocar la protección de sus gobiernos y las obliga a resperar
el orden jurídico nacional. No podemos reeditar esquemas decimonónicos
de carácrcr leonino que violenten nuestra integridad corno nación soberana.
Los tratados de libre comercio riñen con el Artículo 32, último párrafo,
de la Constitución Política que dispone que: "Los mexicanos serán preferi­
dos a los extranjeros en igualdad de circunstancias, para toda clase de con­
cesiones y para todos los empleos. cargos o comisiones del gobierno en los
que no sea indispensable la calidad de ciudadano".
La Cláusula Calvo que el Congreso Consriruyente de 1917 incorporó a
plenitud, fue interpretada por el presidenre Venustiano Carranza, en su se­
86 Jorge A. Calderón Solazar

gundo informe de gobierno, en este sentido: "Que ningún individuo debe


pretender una situación mejor que la de los ciudadanos del país a donde va
a establecerse, ni hacer de su calidad de extranjero un título de protección y
de privilegio. Nacionales y extranjeros deben ser iguales ante la soberanía del
país en que se encuentran, y finalmente, que las legislaciones deben ser uni­
formes e iguales en lo posible, sin establecer distinciones por causa de na­
cionalidad excepw en lo referente al ejercicio de la soberanía."

Migración y desigualdad social'

Los indicadores económicos, sociales y ambientales de México muestran un


severo dererioro y una enorme asimetría y desventaja con respecto a nues­
tras contrapartes de América del Norre. El deterioro de los indicadores so­
ciales alcanza niveles preocupantes en los rubros de nutrición. salud, vivien­
da y educación, donde niños, mujeres, indígenas y ancianos son los más vul­
nerables.
Posterior a la crisis de 1994, la sociedad mexicana se ha polarizado to­
davía más: 50/0 de la población de menores ingresos recibe sólo 5% del in­
greso nacional, mientras que el 50/0 mi" rico concentra casi el 30 por cien­
to de la riqueza nacional.
En México, de acuerdo a la metodología de Julio Bolrvirnik, exisren 70
millones de pobres, de los cuales 40 millones viven en la miseria extrema.
Esra realidad lacerante contrasta con el hecho de ser el país del llamado Ter­
cer Mundo con el mayor número de mulnrnillonarios y una de las princi­
pales naciones del orbe que regisrra las más elevadas concentraciones de in­
greso. En 1970, la participación de los asalariados en el PIB representaba
35.7%, en la actualidad no rebasa el 29%.
Aunado a lo anterior, lejos de crearse más fuentes de trabajo, el país en­
frenta hoy sus más altas [asas de desempleo y ocupación informal, lo que re­
percute de manera negativa, proliferando el contrabando, el mercado sub-

Este aparrado fue elaborado en hase a [os ens<lYo~ Je Ana Maria Aragonés: "La relación México­
Estados Urudos <:1I [a perspectiva de la migración de erabajadores en momentos JI' globaJil<lciún"
y Anuro Santarnarfn Córnez: "Los emigrantes. el rerriron«. h Nación y la política" publicados en
"México en un Mundo Glohal". Jorge A. Calderón Salazar, coordinador. Instituto JI' Estudio, de
[a Revolución Democrática y l-undacirin Priedrich Eberr. México. 2001 pp. 45-90.
Diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (lIC.AN) 87

rerráneo, la subfacruración de mercancías y la evasión fiscal. Existe desinver­


sión productiva. incluso en las ramas que se presumen fortalecidas por efec­
to del TLCAN, como la automotriz y maquiladora.
Hay que señalar que a pesar de las políticas anri-inrnigrarorias empren­
didas por las autoridades estadounidenses, con un fuene carácter xenófobo,
militarista y violarorio de los derechos humanos, que provocan varios dece­
sos al día en el Río Bravo, en el desierto o a manos de los rancheros y gru­
pos racistas estadounidenses, los flujos migratorios se acrecientan. Anual­
mente, desde 1995 se depon a de Estados Unidos, en promedio, a un mi­
llón de mexicanos indocumentados, a pesar de las promesas del TLCAN y
del crecimiento registrado eu la economía mexicana.
La política migratoria de México afianzó su papel de policía tapón con­
venido sorerradamente con el gobierno estadounidense. Cifras oficiales arro­
jan que a lo largo del sexenio de Ernesto Zedilla se deporta ton de México
unos 665 mil extranjeros en siruaciou migratoria irregular y se espera que al
cierre del año sean devueltos unos 136 mil indocumentados, en su mayoría
centroamericanos. Este tratamiento en contra de trabajadores migran tes con­
trasta con el otorgado a los 819 mil registros de visitantes de negocios, quie­
nes reciben un tratamiento especial favorable previsto en los capítulos sobre
"hombres de negocios" pactados en los tratados de libre comercio.
Cabe señalar que los efectos adversos del TLCAN han sido paliados gra­
cias a la gran cantidad de recursos que los emigrantes envían desde Estados
Unidos. Según daros del Consejo NacionaJ de Población (Conapo). un mi­
llón de hogares recibe remesas, que en el ámbito nacional ascenderán en
2004 a 15,000 o 16,000 millones de dólares. En 1993, las remesas enviadas
desde Estados Unidos sumaban 3672.71 millones de dólares. Para el afio
2003, las remesas representaban 13265.55 millones de dólares.
En este contexto fue presentado el 7 de enero de 2004, el plan migrato­
rio del presidente de Estados Unidos George Bush, el cual consiste en un
programa de trabajadores remporales quienes podrían trabajar legalmente en
la Unión Americana. Este plan migratorio de Bush es una extensión de la es­
rrategia de Estados Unidos inaugurada en 1994, cuyo objetivo es que el in­
versionista de Estados Unidos encuenrre mano de obra barata en su país de
origen. una vez que el Tratado de Libre Comercio para América del Narre
(TLCAN) entró eu vigor. A la luz de esa nueva estrategia se inauguró la po­
lítica de sellamiento de su frontera sur para regular la entrada de trabajado­
88 Jorge A. Calderón Salazar

res de acuerdo con las necesidades de la economía de ese país. De aprobarse


por el Congreso norteamericano, el nuevo plan migratorio de Bush serviría
para regular el mercado laboral de los inmigrantes que lograron evadir los fil­
UDS cada vez más densos en la frontera. Los trabajadores indocumentados
quedarían arrapados en las redes de un mecanismo que no les garantiza se­
guridad laboral y que en cambio los coloca en la lista de posibles deporra­
dos. Los trabajadores en esa lista quedarían a merced de Jos ciclos de la eco­
nomía estadounidense, concretamente de las necesidades de los empresarios
que no encuentren mano de obra dispuesta para los trabajos ofrecidos.
El diseño del plan de Bush toma en cuenta los cambios de las corrien­
tes migratorias a partir de los años 80, esto es a partir de la larga crisis eco­
nómica de los países deudores, particularmente de México. En el periodo
previo, el fenómeno migratorio se componía fundamenralmente de jefes de
familia que cruzaban la frontera para trabajar algún tiempo y regresar con
sus ahorros. Una especie de trabajadores huéspedes espontáneos. Hoy el fe­
nómeno de la migración es más complejo y abarca a los trabajadores y a sus
familias, lo que desde el punro de vista del gobierno de Esrados Unidos im­
plica grandes COStoS financieros y presiones por la demanda de servicios so­
ciales. La nueva propuesta de Bush toma en cuenta esta característica, de ahí
que el componente más importante de ella sea la legalización temporal de
trabajadores que ya residen en ese país y no los trabajadores contratados en
su país de origen, como fue el caso del programa Bracero en la época de la
Segunda Guerra Mundial. Así, la propuesra no sólo trara de regular el mer­
cado de los indocumentados sino también disminuir el costo social de la re­
sidencia de sus familias, las que también serian deportadas una vez que no
encontraran respaldo para su reconrraración.
Además, existe la pretensión del presidente de México, Vicente Fax de
que los sisremas de seguridad social de México y de Esrados Unidos puedan
integrarse. El presidente Vicente Fax propone que el tiempo que los traba­
jadores emigrantes laboren en Esrados Unidos se contabilice en los sistemas
de seguridad social de los dos países. Así, el plan ofrece a la comunidad em­
presarial el acceso que necesita a los trabajadores inmigrantes, pero dándo­
les muy poco a los trabajadores: es un programa de trabajadores temporales
que no permite la estabilización ni abre un camino seguro a la legalización.
A pesar de que los gobiernos de México y EE.UU. ban reconocido que
el flujo migratorio es un proceso económico y social que genera costos y be­
Diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte OILAN) 89

neficios en las dos sociedades (Estudio Binacional de Migración), sin em­


bargo, hay sectores que insisten en culpar a los emigrantes de problemas
propios de la sociedad estadounidense. Por ral razón, consideramos impor­
tante que se discuta porqué el tráfico de trabajadores migratorios constitu­
ye un negocio tan rentable como el narcotráfico. Los recursos que genera la
migración se dan a distintos niveles. En la cadena del transporte ilegal ha­
cia EE.UU., los traficantes de personas, conocidos como "polleras" o "coyo­
tes", en colusión con agentes migratorios, autoridades responsables y falsifi­
cadores de documentación oficial son los primeros beneficiados. El tráfico
de migranrcs mexicanos indocumentados hacia Estados Unidos genera altas
ganancias al crimen organizado. Los "polleros" o "coyotes" que transportan
e introducen indocumentados a Estados Unidos cobran en promedio mil
200 dólares por persona, 50 por ciento más de lo que exigían hace algunos
años". Pero también otros sectores han hecho de los inmigrantes un capital
altamente rentable. Entre los electores estadounidenses, la bandera anriin­
migran te ha resultado sumamenre efectiva y con bajo cosco político, Esro
explica porque cienos sectores insisten en magnificar el problema migrato­
rio y continúa equiparando a los trabajadores internacionales con crimina­
les o responsables de sus problemas estructurales, aunque los datos arroja­
dos por los disrinros estudios binacionales muestren 10 contrario.
Es obligación del Estado mexicano apoyar decididamente a nuestros
emigranres, lo que implica insistir en acuerdos binacionales integrales. basa­
dos en el derecho inrernacional, con énfasis en el respeto a los derechos hu­
manos para lograr un manejo más equilibrado y consensuado de las políti­
cas a seguir en materia migratoria, reconocer que los trabajadores inrerna­
cionales son parte del proceso de globa1ización económica y que esto obliga
a pensar en nuevas formas de imaginar las sociedades contemporáneas.
Ante este escenario, afirmamos que las políricas parciales no permiten
alcanzar acuerdos y mejores condiciones para los inmigrantes en general,
por tanto, demandamos que se instale una comisión encaminada a lograr un
tratado migratorio bilateral que busque defender los derechos humanos, so­
ciales, culturales y políticos de los trabajadores internacionales con un mar­
co legal planteado con base en normas de derecho internacional.

U eNI en Linea, 9 de sepcicmhre de 20U 1


90 Jorge A. Calderon Salazar

En su momento, los negociadores mexicanos del TLCAN se rehusaron


a pugnar por esrablecer un acuerdo rnigrarorio en el marco del tratado. Co­
mo una mera maniobra discursiva se formuló un acuerdo laboral paralelo.
el cual, como lo demuestran los hechos, ha resultado sumamente limitado.
Por lo ranro, resulra indispensable que en el TLCAN se incluya lo más va­
lioso de México: su fuerza de trabajo.

Agricultura mexicana y TLCAN

El campo mexicano se encuentra en crisis. Esra crisis se expresa en el árnbi­


ro social, en el creciente fenómeno de migración de los jóvenes del campo
hacia las ciudades del país y hacia Estados Unidos con el consecuenre aban­
dono de los campos de culrivo y la reducción de la acrividad sectorial. En lo
económico, se manifiesra por la reducción de algunos cultivos como el del
arroz, el trigo y las oleaginosas; por el in cremen ro en las imporraciones de
granos alimenticios que socavan la soberanía alimentaria y, consecuente­
mente, por el déficir en el comercio agropecuario con el exterior; así como
por la creciente imporrancia de las remesas de nuestros trabajado res en el ex­
rerior como sostén principal de la actividad económica en algunas regiones
rurales del país.
Elemenro fundamental de la gestación de esta crisis es la política de
ajuste estructural cuyos pilares ha sido el ajuste fiscal, la reducción de la in­
versión pública, parricularrnenre la del sector agropecuario, la privatización
de empresas públicas y la apertura comercial cuya máxima expresión es el
Tratado de Libre Comercio de América del Norre (TLCAN).
Cuando se inicia la negociación del TLCAN en 1991, Esrados Unidos
vislumbra la posibilidad de imponer su agenda (por lo menos en el arnbiro
bilareral con México). Además, renía un doble incerés: por un lado domi­
nar el mercado agropecuario mexicano y, por 0[[0, pretendía que este rrara­
do sirviera de antecedente para presionar en las negociaciones de la Organi­
zación Mundial de Comercio. Esto último, no lo entendimos con claridad
quienes éramos diputados opositores al tratado. No comprendimos que la
presión estadounidense para obtener ventajas sustantivas en materia de des­
regulación de inversión extranjera, privatización de empresas públicas, eli­
minación de aranceles y muchos factores más, era por el doble interés de su­
Diez liños del Tratado de Libre Comercio de América del NOrTe (TLCAN) 91

bordinar económicamente a MÉxico y presentar en el ámbiro internacional


un resultado tangible de su agenda antes de la culminación de las negocia­
ciones de la Organización Mundial de Comercio.
De lo negociado entre 1991 y 1993, Estados Unidos obtiene el compro­
miso de una disminución, aparentemente gradual, de los impuestos a la im­
portación de productos agrícolas estadounidenses, introduciendo en el tra­
tado algunas cláusulas de carácter cualitativo que tienen efectos importan­
tes. Una de ellas impide a México, una vez concluido el período de transi­
ción, establecer cuotas o límites cuantitativos a la importación de produc­
tos, lo cual era una de las columnas vertebrales del sistema mexicano de re­
gulación agropecuaria.
Otro elemento es la prohibición de subsidios que distorsiona la libre
competencia entre los productores. Se considera, en consecuencia, que to­
do subsidio que interfiera con la asignación óptima de recursos en el mer­
cado debe ser eliminado.
Paralelamente a la negociación del tratado, se realizaron las rnodificacio­
nes del Anículo 27 constitucional, que significaron la eliminación, por un
lado del repano agrario como obligación de Estado y por otro. la base cons­
titucional para la conversión de las tierras ejidales en propiedad privada
mercantil, además permitió que las empresas mercantiles, por acciones. sean
dueñas de importantes extensiones de tierra.
Estimo que esta reforma fue bilateralmente negociada con Estados Uni­
dos. No quisiera caer en una visión dependendisra y afirmar que la reforma
fue impuesta. Desde los años treinta hay en México una vieja aspiración de
su oligarquía, que incluso fue uno de los motivos para la creación del Parti­
do Acción Nacional, respecto a la cancelación de reparto agrario, la conver­
sión de tierras ejidales a propiedades mercantiles sujetas a embargo yel de­
recho de las sociedades mercantiles para ser dueñas de tierras. Se une así una
aspiración conservadora interna con la visión de Estados Unidos de que la
inversión en el sector agrícola, particularmente la tierra, podría ser rentable
y, por tanto, sujeta a ser incorporada al tratado.
Por otro lado, en un capítulo distinto al agropecuario, que es referente
a inversión aparece un conjunto de normas desregularorias de la inversión
extranjera que favorecen la transnacionalización de la agroindusrria. La
rransnacionalización de la industria alimentaria es un fenómeno previo a
1994. Nestlé. Camation y otras empresas ya actuaban antes de ese año, pe­
92 Jorge A. Calderón Solazar

ro lo hacían bajo la norma restrictiva que establecía una distinción jurídica


entre empresa mexicana y empresa extranjera. La legislación especial para las
empresas extranjeras no impedía que éstas obtuvieran grandes utilidades,
pero jurídicamenre existía capacidad de regulación. Al otorgarse en el capt-
rulo de inversión, el traro nacional genérico a las empresas extranjeras y pro-
hibirse toda acción discriminatoria que afectara la igualdad de derechos en-
tre empresas, se favorece una mayor penetración extranjera que se manifes-
tó en la adquisición, por empresas agroindusmaies y agrocomerciales esta-
dounidenses, de plantas industriales mexicanas, tanto del sector privado, co-
mo del público, lo cual está íntimamente vinculado a la negociación del
propio sector agropecuario.
Cabe señalar que en su momento sostuvimos que por lo menos los gra-
nos básicos (maíz, fríjol, trigo y arroz) no debían entrar en la negociación.
También, unos pocos intelectuales estadounidenses, como Karen Hansen
del Instituto de Investigaciones de Políticas Agrícolas Comparadas en Mi-
nessota, percibieron tempranamente el nexo entre el aumento de la pobre-
za rural, la crisis agrícola de granos básicos y el incremento de flujos migra-
torios (nexo comprobado por las investigaciones de Juan Manuel Sandoval
del Instituto Nacional de Antropología e Historia, entre arras)
Pese a ello, los estadounidenses, con enormes excedentes de maíz y tri-
go, incorporaron los granos básicos en el capítulo agrícola. A pesar de mu-
chas voces que se alzaron para que durante la negociación se incorporara un
capíruio sobre derechos sociales. laborales y humanos de los emigrantes. fue
tajante la negativa del lado mexicano y del estadounidense en ese sentido.
El presupuesto de la Federación para 2003 asignó recursos para el cam-
po por 41,783 millones de pesos. Estos raquíticos fondos asignados al cam-
po mexicano, en un contexto en que el Congreso de Estados Unidos con la
Farm Bill 2002-07 aumentó los subsidios agrícolas de ese país en 51,000
millones de dólares, representa la "crónica de una muerte anunciada para
eienros de miles de productores agropecuarios de México". Es imposible
competir con arancel cero contra las importaciones agrícolas de la Unión
Americana con un magro presupuesto de 3,869 millones de dólares versus
subsidios globales a los productores estadounidenses del orden de 98,900
millones de dólares anuales. Si a esto añadimos que el 10 de enero de 2003
se aplicó la radical eliminación de casi todos [os aranceles agrícolas con
EE. UU. y Canadá, la perspectiva es realmente preocupante.
Diez años del Tratado de Libre Comercio dt' América del Norte (TLCAN) 93

En los 10 años del TLCAN, el comercio exterior agrícola acumula un dé-


ficit de -7 mil 790 millones de dólares y va en ascenso, el comercio pecuario
acumula, por el contrario, un superávit de 1 milI 03 millones, y el de produc-
tos procesados (agroindusrriales) acumula un déficit de -10 mil 243 millones.
Así, la suma total del sector agroalimentario presenta un déficit acumulado,
en los 10 anos, de -16 mil 930 millones de dólares (Márquez A. 2004).
Así, es previsible que continúe la pérdida de empleos agropecuarios y se
cancele toda posibilidad de proteger la producción de básicos ante amena-
zas externas. Mientras el campo genera cerca de 7 millones de empleos y
participa con 5 por ciento del PIB nacional, la inversión acumulada directa
a partir de la puesta en marcha del TLCAN es solamente de 0.25 por cien-
to del total nacional; el gasto público para este rubro se redujo 53 por cien-
to en términos reales de 1990 al presente año y e! crédito se contrajo en cer-
ca del 80 por ciento.
Estas cifras contrastan la importancia de! sector y el débil apoyo que ha
recibido. Las condiciones del campo se ban agravado, su viabilidad está en
juego en el corto plazo, por lo cual la oportunidad y suficiencia de los re-
cursos en este momento resulta clave.

A diez años de su entrada en vigor podemos afirmar que:

• El TLCAN está perjudicando a la gran mayoría de los productores del


campo, toda vez que los precios internacionales de mercado, que tien-
den a la baja, están sirviendo de referencia para la fijación de los precios
de la producción en México, mientras que los costos de los insurnos cre-
cen cada vez más y en este caso no se emplea la referencia de los precios
internacionales.
• La importación indiscriminada de granos, de leche de vaca descremada
en polvo, carne de res, carne de pollo y de cerdo, así como de otros ali-
mentos, sólo está beneficiando a algunos sectores de la industria ya im-
portadores, que no trasladan dicho beneficio a los consumidores finales.
• En el caso de varios granos como el maíz y el trigo, así como en el de
otros productos del campo, no se cobran aranceles; es decir, que la Se-
cretaría de Hacienda y Crédito Público no ingresa los impuestos que,
por concepto de importación deben pagar ciertos productos, en el mar-
co de lo acordado en el TLCAN.
94 Jorge A. Calderón Solazar

• El comercio exterior de México ha crecido durante los últimos años en


forma vertiginosa. sobre rodo en el periodo que comprende el TLCAN.
Este dinamismo ha tenido un profundo y negativo impacto sobre la po~
blación que depende de estas actividades ya que el mal manejo que ha
hecho el Gobierno Federal de los instrumentos que contemplaba el TL-
CAN para dosificar el acceso de las importaciones a nuestro mercado ha
ocasionado que sean los precios internacionales de estos productos -la
mayoría de las veces distorsionados por los subsidios y apoyos que reci-
ben de parte de sus gobiernos-e-los que rijan en el mercado interno, sin
que de manera paralela y equivalenre sean aplicados dichos apoyos por
nuestro gobierno, y sin que éste, emplee los esquemas y las facultades
que cualquier acuerdo comercial ofrece a sus integrantes)'.

Por otra parte, existe un nexo entre la supervivencia en cierras comunidades


de la pequeña producción mercantil agrícola y las transferencias de emigran-
tes residentes en Estados Unidos a familias del mundo rural mexicano. Ade-
más, los empleos subsidiarios y complementarios del mundo urbano, en par-
te subsidian a la agricultura de baja rentabilidad en cierras regiones de! país.
El gobierno mexicano decidió en forma unilateral no cobrar los arance-
les, que aunque reducidos eran sustanciales, a la importación de granos,
oleaginosas e incluso de productos cárnicos (carne de res, puerco, lácteos y
huevo), a pesar de que en e! tratado se establece una curva de disminución
gradual de ellos de 1994 a 2003. Además, la reiterada promesa de un incre-
mento a los subsidios y estímulos fue incumplida. En realidad, desde 1994
se aplica una radical desgravación por decisión unilateral.
Consideramos que esta decisión del gobierno mexicano fue parte de
una negociación no formal para que, a cambio de ella, Estados Unidos fle-
xibilizara e! acceso de las exportaciones industriales mexicanas. De esta ma-
nera, México otorgaba de facto una concesión fundamental que se ha res-
petado a lo largo de esros diez anos.
Durante la vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Nor-
te la crisis de la agricultura mexicana se ha profundizado. Las expectativas

14 Bautista, Enrique, "Los tTJ.IJ.JO.I de lihre comercio y la agricultura mexicana", en Jorge A. CaiJen'lll
Salnzar (coordinador}, Esludio~ de Evaluación Jcl Tratado de Libre Comercio de Arnáicl del
Norte. Análisis, critica y pf(lpl1e~ta~. Área lnrernacional Grupo Parlarncruar¡o del [,RD Senado de
la República, México, 2000 1'. 14R
Diez años del Tratado dI' Libre Comercio de América del Nortr (TLCAN) 95

creadas en torno del Tratado por el gobierno. así como los beneficios prome-
tidos por sus impulsores de dentro y de fuera de nuesrro país, no se han con-
cretado. Este incumplimiento de beneficios no es circunstancial ni aleatorio,
tampoco es sorprendente o inesperado. Es el resulrado lógico, esperado y pre-
visible del tratado negociado y de una política agropecuaria lesiva al campo
mexicano y a sus productores, sobre todo si consideramos que para Estados
Unidos. México es un mercado lucrativo y en expansión sobre todo en gra-
nos, oleaginosas, cárnicos)' frutas de clima templado (Bautista 2000: 145).
De esta forma, una conjunción de pésima negociación comercial en el
TLCAN y una inadecuada polírica rnacroeconórnica, agropecuaria y finan-
ciera han postrado a nuestra agricultura y a nuesrros agriculrores, tanto cam-
pesinos como pequeños propietarios. Ciertamente la crisis agropecuaria se
inició antes de 1994 pero se profundizó por el TLCAN.
Los resultados del TLCAN hasta el momenro evidencian que Estados
U nidos es el gran ganador en la relación comercial con México, gracias a un
crecimiento sustancial de sus exportaciones a México y Canadá, las cuales
crecieron de 7.4 mil millones de dólares en el promedio anual de 1989/93
a 11.3 entre 1994 )' 1998, para alcanzar 12.7 en 1999. Pero también las im-
po naciones de Estados Unidos de sus socios del TLCAN crecieron de 6.2
en 1989/93 a 10.5 en 1994/98)' 12.8 mil millones de dólares en 1999, con
ello el superávit comercial de ese país, se redujo de 1.2 mil millones a
95,717 de dólares en el periodo mencionado, principalmente debido a las
presiones de los exportadores de Canadá que ganaron terreno importante en
productos como el jiromare (Bautista 2000: 145).
Asimismo, el comercio entre México y Estados Unidos también creció
a tasas aceleradas. Entre 1994 y 1999 se registró una tasa media anual de
crecimiento [rmac) de 3.70/0 en las importaciones desde Estados Unidos
frente a una TMCA de 5.7% en los años previos al TLCAN. Las expona-
ciones de México crecieron 9.20/0 durante el periodo de operación del TL~
CAN, frente a 3.5% en los años previos. No obstante, a pesar de un comer-
cio muy dinámico con Estados Unidos, México mantiene un déficit comer-
cial de más de mil millones de dólares en el promedio anual durante la vi-
gencia del TLCAN con su principal socio comercial (Bautista 2000:145).
Cornpararivarncnre, México es el tercer mercado en importancia para los
Estados Unidos después de Canadá)' Japón, en tanto que Estados Unidos
es el mercado más irnportanrc para México (Bautista 2000: 145)
96 Jorge A. Calderón Salazar

Por todo lo anterior, es justa la actual postura de las organizaciones cam-


resinas mexicanas que protestan por la desgravación radical establecida en
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Antes, ésta era unila-
teral: a partir de 2003 se hizo obligatoria.
Hubo, en los primeros años de la aplicación del TLCAN, insensibilidad
y falta de comprensión adecuada en muchos agricultores y ganaderos del
significado real de lo que estaba insrrumentándose a partir de 1994. Mu-
chos percibieron lo que sucedía como decisiones circunstanciales. como he-
chos fortuitos. producto de la mala voluntad de algunos funcionarios del
gobierno. En consecuencia, hubo una subestimación grave del problema.
Hasta el año 2008 es posible aplicar un modesto arancel al maíz, fríjol,
huevo y azúcar. Sin embargo, el gobierno de Vicente Fox ha tornado la de-
cisión de continuar con la misma política. Lo hecho durante 2000, 2001 Y
2002 lo demuestra. Inclusive funcionarios federales han expresado que se-
guirán sin cobrar el impuesto a la importación que teóricamente México to-
davía puede aplicar.
Ciertas naciones han logrado mantener un índice de producción per
cápira razonable a través del incremento de la productividad. Desgraciada-
mente, este no es el caso de nuestro país. México producía 29 millones 640
mil toneladas de gtanos en 1985, 28 millones en 1994 yel año 2000 ptO-
dujo 29 millones 200 mil toneladas. Paralelamente. de 1980 al 2000, la
población se incrementa en 36 millones de habitantes. La producción de
[os diez granos básicos (arroz, fríjol, maíz. trigo, ajonjolí, cártamo, algo-
dón, soya, cebada y sorgo) no se ha incrementado en los últimos 15 años.
Existe un estancamiento sustancial en la producción agrícola, parricular-
mente de granos.
Si observamos solamente la producción de maíz, fríjol, trigo y arroz, la
crisis es aún más nítida: en 1994 se producían 24 millones 124 mil tonela-
das, mientras que en el año 2000 se produjeron 22 millones 289 mil tone-
ladas. Esto se refleja también en la superficie sembrada. En el año 1985 eea
de 15 millones 500 mil hectáreas, en 1994 fue de 14 millones 900 mil hec-
táreas yen el 2000 fueron 14 millones 236 mil hectáreas.
En 1994, la producción de maíz era de 18 millones 235 mil toneladas.
En el año 2000 la producción fue de 17 millones 556 mil toneladas. Fren-
te al estancamiento de la producción y el incremento de la demanda por el
efecto demográfico, la importación legalmente registrada de maíz aumenta
Diez años del Tratado de Libre Comercio de América de! Norte (TLCAN) 97

de 2 millones 160 mil toneladas en 1994 a 5 millones 326 mil toneladas en


el año 2000. Son cifras regisrradas legalmente, ya que los estadounidenses
tienen cada año cifras superiores de exportación a las cifras mexicanas de
importación registrada en casi todos los rubros (maíz, trigo, arroz, sorgo, so-
ya, carne de res, carne de puerco, erc.). Siempre la estadística estadouniden-
se es superior a la mexicana en cuanto a los componentes, lo que significa
que además de no pagar arancel, existen los fenómenos del contrabando y
el no registro de importaciones.
El caso del trigo también es dramático: 4 millones 150 mil toneladas
producidas en 1994 contra 3 millones 493 toneladas en el año 2000. Esto
también se refleja en una importación de trigo de 1 millón 413 mil tonela-
das en 1994 y una importación triguera en el año 2000 de 2 millones 784
mil toneladas.
Las actuales importaciones no solamente están creciendo para comple-
mentar la producción decreciente sino que en ciertos casos tienen un carácter
especulativo y ptovocan la imposibilidad de vender la producción nacional
debido al diferencial de precios. El resultado global de ello es que hoy aproxi-
madamente el3ü por ciento del consumo alimentario del país es cubierto con
alimentos provenientes del exterior, principalmente de Estados Unidos.
El impacto del TLCAN ha sido diferente por producto. El Departamen-
to de Agricultura de Estados Unidos (U.S. Departrnenr of Agriculrure) esti-
ma que las exportaciones estadounidenses a México de productos lácteos,
carne bovina, manzana y pera son 15% mayor que lo hubieran sido sin el
tratado. En el caso de las exportaciones de carne porcina el efecto se estima
entre el 5 a 10%. A la vez, Estados Unidos aprovechó las ventajas que le da
el TLCAN para aumentar sus exportaciones de maíz y algodón a México.
Mientras que los beneficios del TLCAN para México están distorsiona-
dos por fenómenos como la devaluación del peso en 1994 y la posterior cri-
sis económica, o las prolongadas sequías. así como por las disputas en el co-
mercio que, como en los casos del jitomare y la manzana, llegan a acuerdos
sobre precios mínimos que moderan el efecto de la liberalización, la partici-
pación de las importaciones desde México en el total de las importaciones
de EE.UU. se ubican en niveles reducidos aunque con una muy ligera ten-
dencia a crecer en 1998 y 1999.
Estados Unidos está captando una porción cada vez mayor del mercado
mexicano al desplazar a otros países competidores, gracias a los beneficios
98 Jorge A. Calderón Salazar

en la reducción de los aranceles y su agresiva política de fomentar las expor-


taciones a través de programas de apoyo y de crédito, aumentando su parti-
cipación en las importaciones mexicanas sobre todo en producros cárnicos,
carnes preparadas, frutas y hortalizas, azúcar y edulcorantes y arroz y man-
tiene su tradicional posición predominante en maíz y sorgo. donde cubre
prácticamente el 1000/0 de las importaciones mexicanas y. en soya y harina
de soya con una aportación de más del 900/0.
Aunque las importaciones estadounidenses de hortalizas mexicanas, en
términos absolutos, también crecen, otros países como Canadá, Holanda y
España se caracterizan por un dinamismo que rebasa al de México. de tal
suerte que la participación relativa de México en las importaciones estadou-
nidenses decrece.
En resumen, la importancia de Estados Unidos como desrino de las ex-
portaciones mexicanas no solamente es apabullante, también es quien ha sa-
bido aprovechar mejor al TLCAN al desplazar a un gran número de com-
petidores del mercado mexicano. Esta situación permite concluir que la de-
pendencia de México hacia Estados Unidos en la cuestión alimenticia se ha
profundizado con el TLCAN, vulnerando aún más la soberanía alimentaria
de! país (Bautista 2000:146).
La situación de Jos exportadores mexicanos es completamente distinta,
a más de tener escasa importancia en el mercado norteamericano, por el TL-
CAN deben enfrentar una mayor competencia con otros países pues al re-
ducirse la protección de los granos y oleaginosas se debilitó aún más la com-
petitividad de la agricultura mexicana. La producción de granos básicos y
oleaginosas ha perdido dramáticamente con el TLCAN. En particular, e!
maíz junto con el fríjol, son los perdedores neros de la negociación del TL-
CAN en la agricultura (Bautista 2000: 147).

Conclusiones"

Para promover los intereses de la población mexicana en niveles de ingreso


y coeficientes de ahorro e inversión, capaces de sostener un proceso de de-

Esrc aparrado incluye propuestas contenida, en d documento: "Respuesta social J la agenda


corporativa", elaborado en 2002 por una coalición de organizaciones civiles del Connnenre
Diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) 99

sarrollo en la economía global, lo primario es la construcción de una capa-


cidad productiva, organizativa y negociadora nacional para actuar efectiva-
mente en el entorno global y balancear las perspectivas de los intereses de
las naciones con las que interactuamos.
Consecuentemente, proponemos los lineamientos siguientes para desa-
rrollar este planteamiento:

Renegociación del texto del TLC para equilibrar las desventajas impues-
tas a las bases productivas de México descritas antes y referéndum de
cualquier acuerdo antes de su suscripción y ratificación constitucional.
Mantenimiento de un tipo de cambio en equilibrio que no distorsione
el intercambio comercial y financiero internacional en contra de la ba-
se productiva y el empleo en México y que impida las devaluaciones
traumáticas.
Actualización y modernización del marco legislativo e institucional del
Estado mexicano para contar con una represenranvidad nacional aurén-
rica en las negociaciones comerciales internacionales, para la aplicación
de impuestos y aranceles compensatorios de las disposiciones antirno-
nopólicas que equilibren la capacidad institucional de nuestras contra-
partes comerciales.
Realizar evaluaciones públicas sobre los impacros del TLCAN, guiados
por el objetivo común de encontrar mecanismos complementarios que
protejan la planta productiva, los derechos laborales yel medio ambien-
te, y de propiciar la renegociación de algunos aspectos de este tratado,
particularmente del capítulo agrícola y de las normas sobre regulación
de inversiones con objeto de establecer mecanismos equilibrados y jus-
tos, que reconozcan asimetrías. Se deben eliminar barreras neoprorec-
cionistas instrumentadas por autoridades de EE.UU., como ha sucedi-
do respecto al acceso de camiones y diversas frutas y verduras mexica-
nas a su rerrirorio.

Americano denominada Alianza Social Connnenral: publicado en t'1 libro: "Arca de LIbre
Comercio de [as Américas. Análisi~ y alrcmarrvas" .lorge A. Calderón y Alberto Arroyo.
coordinadores, lnsruuro de btudios J c la Revolución Democrática y Fundación hieJnch Ebcn,
México, 2002 Adcmas, UJU vervidn prrcliminar de estas ideas fue expuesta en el libro de jorge A.
Calderón Salazar "México y el nuevo Orden lnn-maciunal". Senado de México, México 2000,
parucularrnente en el capüulo V Relaciones MéXICO - Estados Unidos, pp. 18S-258.
100 Jorge A. Calderón Salaear

Incorporación definitiva de los órganos legislativos en materia de negocia-


ción, seguimiemo y ratificación de los acuerdos comerciales y de inversión.
Revisión del capítulo Xl del TLCAN que otorga el Trato Nacional e im-
pide la fijación de "requisitos de desempeño", ya que ello limita las posi-
bilidades de instrumentar políticas de fomento económico, de desarrollo
industrial y regional vinculadas a la regulación de la inversión extranjera.
Revisión de las normas aplicables al comercio de cereales, oleaginosas,
lácteos y carnes para establecer normas de comercio justo que permitan
el bienestar de los productores mexicanos y los proteja de subsidios ex-
ternos, permitiendo una competencia equilibrada.
Los trabajadores internacionales son parte del proceso de globalización
económica, lo que obliga a intensificar acciones en defensa de su inte-
gridad. identidad y cultura. No aceptamos que los migrantes mexicanos
sigan siendo tratados como intrusos en sociedades a las que han contri-
buido de manera fundamental. Es necesario promover y defender los
derechos humanos, sociales, culturales y políticos de trabajadores rnexi-
canos internacionales y sus familias. Demandamos garantizar plena-
mente los derechos políticos, como el voto cuantificable en México, de
los mexicanos que viven en el exterior, a fin de construir en nuestra na-
ción una democracia sin sectores excluidos.
Es ineludible incorporar el tema migratorio en el marco del TLCAN.
Debe replantearse la relación que sobre la materia tenemos con
EE.UU. y con otras naciones, con objeto de garantizar la tolerancia ha-
cia la diversidad y la aplícación plena de los convenios internacionales
sobre migran tes, poniendo término al clima de violencia, racismo y xe-
nofobia existente en la frontera y en diversas regiones.
La inversión extranjera debe ser regulada por el Estado precisamente pa-
ra que juegue un papel positivo en el desarrollo nacional. Sin embargo,
regulación no quiere decir trabas burocráticas, tampoco proteccionismo
de ineficiencias y falta de calidad, quiere decir orientar. incentivar. crear
condiciones para que haya ganancias razonables que a la vez cooperen
con el desarrollo nacional. Deben plantearse mecanismos para que la in-
versión extranjera tenga un efecto de arrastre sobre el resto de la econo-
mía con la consiguiente generaci6n de empleos indirecros. No propone-
mos mecanismos proteccionistas de ineficiencias al obligar a inversio-
nistas a comprar en el país lo que sea más caro o de menor calidad, pe-
Diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) LDl

ro deben buscarse mecanismos o incentivos para que en los hechos se


surtan en proporciones crecientes en el país recepwr. Un mecanismo,
entre otros, pueden ser reglas de origen con contenido nacional y no so-
lamente regional como estipula el TLCAN. Deben canalizarse priorita-
riamente a sectores productivos y no a la especulación bursátil.
La inversión extranjera orientada y regulada puede ser un instrumento
para ir disminuyendo las asimetrías existentes entre los países. Pero pa-
ra ello es necesario que las inversiones extranjeras jueguen un papel ac-
tivo en la creación de las condiciones macroeconórnicas favorables y no
reciban únicamente sus frutos. Al menos deben asociarse al capital na-
cional y transferir tecnología. Un esquema atractivo es coinversiones en
que el inversionista extranjero ponga tecnología y la transfiera y ello se
contabilice como capital aportado.
Las políticas de regulación de inversión extranjera no bastan para dismi-
nuir las asimetrías existentes entre los países firmantes del TLCAN. Son
necesarios acuerdos sobre fondos de fomento así como fondos compen-
satorios para los sectores y regiones más afectados por la reestructura-
ción y el ajuste. Además es necesario resolver de raíz el problema de la
deuda externa, lo que liberaría fondos propios para fomentar el desarro-
llo nacional y disminuir las asimetrías.
Todo ello implica no ororgar trato nacional. No se puede tratar como
iguales a quienes no son iguales. El atraer inversión extranjera como
complemento de la nacional, supone lograr alianzas internacionales en-
tre los países en desarrollo para evitar una competencia desleal por las
inversiones. A la vez, crear un nuevo contexto mundial que comprenda
que la salida es global, que el mundo industrializado no superará sus
problemas si no colabora con la elevación y desarrollo integral de su
contraparte. Ello no es una utopía irrealizable. Junto con las tendencias
neoliberales en el mundo subsisten tendencias en esta dirección. La in-
tegración europea pacte de este supuesto dentro de su propio bloque.
Todo lo anterior es viable, pero supone Otro modelo de desarrollo dis-
tinto al neoliberal. Ciertamente supone crear condiciones de menor de-
pendencia de dicha inversión. Debemos buscar un modelo de desarro-
llo viable en el contexto mundial en el que la inversión extranjera sea un
complemento del esfuerzo nacional y no una necesidad angustiosa para
evitar crisis mayores. No es fácil alcanzarlo, pero un modelo de desarro-
102 Jorge A. Calderón Salazar

110 con distribución del ingreso y democracia irá creando la fuerza ne-
cesaria para triunfar.
La renegociación del capítulo agropecuario del TLCAN, es una tarea de
enorme trascendencia para recuperar la soberanía alimentaria y defen-
der el interés de la nación; sin embargo, es importante tener conciencia
de que constituye un proceso largo ya que requiere el consenso de Esta-
dos Unidos de América. En el corto plazo, apoyados en la ley de comer-
cio exterior de México y en las disposiciones del tratado mundial de co-
mercio que prohiben las prácticas desleales de comercio practicadas por
EE.UU. para promover sus exportaciones agrícolas se requiere estable-
cer salvaguardas y aranceles compensatorios a la importación de granos
proveniente de ese país. Por otra pane, es imperativo que se haga efec-
tiva la disposición establecida en la Ley de desarrollo rural sustentable a
fin de que auténticos representantes de los agricultores participen en los
comités que deciden los cupos de importación. Otra vía de protección
de nuestra agricultura seria que amparados en el capítulo octavo del
TLC, particularmente en el artículo 80 1, párrafos 3°. y 4°., se establez-
can salvaguardas a un conjunto de productos agropecuarios para au-
mentar los impuestos a la importación, regresando su nivel al existente
antes de entrar en vigor el TLCAN.
Por razones de interés nacional y preservación de la paz pública, es im-
perativo que el Congreso de la Unión de México aumente el presupues-
to del sector agropecuario, particularmente incrementando la inversión
pública en desarrollo rural, en infraestructura hidro-agrícola y Jos recur-
sos para comercialización, Procampo. Alianza para el Campo y los cré-
ditos canalizados a través de la nueva financiera rural y otros programas.
Para financiar el aumento del gasto público estimo necesario realizar
una profunda reforma fiscal integral y combatir la evasión fiscal a fin de
disponer de recursos públicos que permitan incrementar significativa-
mente la inversión pública en desarrollo rural y los subsidios al campo.
Sólo así, se logrará a mediano plazo la meta de equiparar los apoyos en
México con los existentes en Estados Unidos y en Canadá. En un estu-
dio elaborado en el año 2002 denominado: "Hacia una política hacen-
daria de Estado", un grupo de investigadores en la UNAM, la Funda-
ción Colosio y el Instituto de Estudios de la Revolución Democrática,
encontramos que es técnicamente viable incrementar la recaudación de
Diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) 103

un modesto 4 por ciento del PIB, alrededor de 270 mil millones de pe-
sos. Esta es una cifra clave para la agricultura mexicana. Duplicar la in-
versión pública en infraestructura, apoyos a la comercialización, insu-
mas, créditos, reconversión productiva, tecnología, con reglas que ayu-
den a los pequeños y medianos productores, puede tener un efecto mul-
tiplicador de enorme importancia. En consecuencia, la inversión públi-
ca y los apoyos a comercialización y PROCAMPO rendrían un efecro
para el mundo rural. Si la sociedad civil lograra construir candados an-
ucorrupción y anticorporativisrno para esos fondos y subsidios, el efec-
ro de una inversión pública que pasaría de 41 a 90 mil millones de pe-
sos sería profundo.
Considerando la posibilidad de un modesto incremento en la recauda-
ción de 4 por cienro del PIE, vía combare a la evasión fiscal, se podría
destinar el 20 por ciento de esta cifra al sector agropecuario lo que ten-
dría un gran impacto aún en la hipótesis de que no se lograra la renego-
ciación del TLCAN en el corro plazo.
Es conveniente retomar el espíritu de Sao Paulo surgido del Xl periodo
de sesiones de la UNCTAD: El mejoramienro de la coherencia entre las
actividades nacionales e internacionales y entre los sistemas monerarios,
financieros y comerciales internacionales es fundamental para consoli-
dar la gobernabilidad económica mundial. Es importante crear sinergias
positivas entre el comercio y las finanzas y determinar el modo de vin-
cular esas actividades con el desarrollo. En particular, debería prestarse
atención al mejoramiento de las corrientes internacionales de capital pa-
ra el desarrollo, entre otras cosas, utilizando mecanismos financieros in-
novadores, así como a hacer frente al problema de la inestabilidad de los
mercados de capital internacionales. Las medidas para lograr la sosreni-
bilidad de la deuda a largo plazo en los países en desarrollo deberían
tamhién ser objeto de un profundo examen y de medidas adecuadas.

La integración más positiva de los países en desarrollo y de los países con


economías en transición en los flujos comerciales internacionales y en el sis-
tema comercial multilateral depende también de la adopción de políticas in-
ternas para poder acceder a sectores que incorporan la innovación y que: se
expanden más dinámicamente. Para lograr esos resulrados, los países deben
tener la capacidad de estudiar las distintas opciones y mantener el espacio
\04 Jorge A. Calderón Salazar

necesario para las políticas a fin de alcanzar el equilibrio idóneo entre los
disrinros enfoques de sus estrategias nacionales de desarrollo.
El proceso de desarrollo requiere un aumento de la participación de to-
das las fuerzas sociales y políticas en la creación de consensos. Aunque el de-
sarrollo es responsabilidad primordial de cada país, los esfuerzos realizados
en los países deben verse facilitados y complementados por un entorno in-
rcrnacional favorable, basado en reglas acordadas y aplicadas multilateral-
mente. En las políticas de desarrollo se debe tener en cuenta la importancia
de las fuerzas del mercado -en un entorno empresarial favorable que inclu-
ya, por ejemplo, políticas apropiadas en materia de competencia y protec-
ción del consumidor- en la promoción del crecimiento, por medio del co-
mercio, la inversión y la innovación. También deben tenerse en cuenta la
importancia de la contribución del Estado al logro de la estabilidad política
y económica. al establecimiento de los marcos normativos necesarios, a la
canalización de los recursos para los proyectos sociales y de infraestructuras,
la promoción de la inclusión social y la reducción de la desigualdad.
En conclusión se requiere una política económica alternariva que nos
permita encarar los retos de la globalización a partir de un proyecto nacio-
nal de desarrollo sustentable definido democráticamente y que garantice la
mejoría en los niveles de vida, empleo, salud, educación y vivienda de la po-
blación. Defendemos la empresa pública en sectores que la Constitución se-
ñala como facultad exclusiva del Estado mexicano: petróleo, petroquímica
básica, electricidad y energía nuclear, entre Otros. Se debe fortalecer la com-
petitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas y del sector social
de la economía para elevar su participación en el mercado interno y en las
exportaciones. Apoyar al sector agropecuario y silvícola con el objetivo de
recuperar la soberanía y autosuficiencia alimentaria, preservar nuestra bio-
diversidad, cultura y prácticas sustentables de producción; así como regular
el capital especularivo y promover la inversión productiva y. finalmente, for-
talecer las regulaciones sociales y ambientales.
Diez míos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) 105

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