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Índice

1. Objetivo 5

2. Crisis y nueva dirección de Estado 6

3. La resistencia reaccionaria 6

4. El Gobierno de coalición: éxito de Unidas Podemos 7

5. Conquistas en el Gobierno 8

6. Giro keynesiano y cambio de época en Europa 9

7. Una nueva correlación parlamentaria de fuerzas 11

8. Nuevos liderazgos para una nueva fase 11

9. Nuestras tareas estratégicas y políticas 12

9.1 Cumplir el programa de Gobierno 12

9.2 Afrontar los procesos electorales locales y autonómicos 13

9.3 Reconocer y favorecer el carácter plurinacional


de nuestro país: el Estado que somos,
el Estado en que estamos 13

9.4 Afrontar las próximas elecciones generales 15

10. Nuestras tareas organizativas 17

11. Nuestros pilares políticos: un proyecto de país 18

11.1 Para un futuro feminista 18

11.2 Un ecologismo popular que sabe identificar


a los verdaderos responsables 20

11.3 Servicios públicos, papel del Estado y soberanía 24

11.4 Por un modelo educativo público, laico, inclusivo y feminista 27

11.5 Una nueva oportunidad para la ciencia 28

11.6 El empuje de la juventud 29

11.7 Erradicar la corrupción 32


11.8 Combatir el avance de la ultraderecha
y la difusión de odio y mentiras 33

11.9 Derechos humanos: migraciones, antirracismo y ciudadanía 34

11.9.1 Pueblo romaní y lucha contra el antigitanismo 36

11.10 Cultura diversa para una sociedad libre 38

11.11 Mundo rural vivo: recuperar y poner en valor la España vaciada 41

11.12 Una sociedad que defienda los derechos de los animales 43

11.13 Continuar reforzando nuestra relación con la sociedad civil 45

11.14 Apuestas de futuro: horizonte republicano 45

ANEXO. Una agenda internacional para la era pos-COVID-19 49


DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

1. Objetivo
El presente documento está concebido para favorecer el debate en la Cuarta
Asamblea Ciudadana de Podemos.

Casi diez años después del 15M, nuestra organización es un actor determinante
en la política española. Podemos ha cambiado el rumbo de la historia de nuestro
país. En solo siete años hemos conseguido, juntas, cosas que parecían imposibles.
El camino no ha sido fácil. Todas recordamos la historia que hemos vivido y que se
ha resumido siempre en el intento de los poderosos de decirnos que no se puede.
Sin embargo, hemos demostrado lo contrario. Podemos siempre ha elegido tomar
el camino correcto aunque sea el más difícil.

La decisión de nuestro ex Secretario General, Pablo Iglesias, no fue una deci-


sión personal. Fue una decisión política que abrió una oportunidad para el futuro
de nuestra formación y espacio y para una nueva etapa que afrontamos con espe-
ranza y responsabilidad, con el objetivo de seguir construyendo una herramienta
cada vez mayor al servicio de la gente. Podemos con Pablo Iglesias nos ha enseñado
que nuestra formación es, sobre todo, una forma de hacer política que ahora vamos
a llevar a cabo de una manera más feminizada, coral y plurinacional, lejos de las lógicas
de competición y desgaste que intentan atribuirnos.

Abordamos la Cuarta Asamblea Ciudadana de Podemos en un buen momento


para avanzar y ampliar nuestro espacio político. Por eso mismo, nuestro objetivo
político se resume en una palabra clave: crecer. Nos encontramos ante un momento
de estabilidad, con presencia y experiencia parlamentaria a lo largo y ancho de
nuestro país, siendo fuerza de gobierno en ayuntamientos, comunidades autónomas
y Gobierno central, con un peso político que nos hace ser la mayor fuerza del cambio
en toda la Unión Europea.

Somos ahora mismo fundamentales en nuestro país, pero podemos crecer


y hacernos aún más fuertes. Es el momento de ponernos a ello y de seguir constru-
yendo Podemos, desde la militancia y desde los territorios, desde el trabajo en cada
rincón de nuestro país. Crecer en militantes, avanzar en la participación en cada ciu-
dad, pueblo y barrio. Crecer como organización porque la fortaleza de Podemos es
directamente proporcional a los cambios en la vida de la gente que logramos. Crecer
electoralmente, hasta ser la primera fuerza progresista.

Crecer también significa enraizar nuestra organización desde cada lugar donde
haya una persona trabajando por un futuro mejor, consolidar nuestra relación con
la sociedad civil, demostrando que la esencia de Podemos es la defensa de la justicia
social, del feminismo, de la ecología, de la lucha de los de abajo.

Este documento nace con la voluntad de orientar nuestro papel en este nuevo
escenario para impulsar los cambios profundos que España necesita, así como cons-
truir los cimientos de una organización reforzada en todo el territorio que tenga
la justicia social como eje de su acción política.

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2. Crisis y nueva dirección de Estado


La crisis social y económica que se inició en 2008 aceleró dos crisis políticas profun-
das en España: la de las élites tradicionales, las políticas y las económicas; y la crisis
territorial que ha tenido en el independentismo catalán su expresión más conflictiva,
aunque no la única.

En ese contexto, Podemos y Unidas Podemos han jugado un papel histórico


señalando la reforma de nuestro Estado en una dirección social y plurinacional, pro-
tagonizada por el bloque de fuerzas políticas que ininterrumpidamente han ganado
la mayoría del Congreso desde 2015, pero que no se han hecho visibles como bloque
hasta la investidura de 2020 y, especialmente, a raíz del acuerdo de Presupuestos
Generales del Estado de ese mismo año.

La apuesta inequívoca de Podemos por programas de justicia social y moder-


nización económica verde y justa, por Gobiernos conjuntos que asegurasen estos
programas, por el reconocimiento de la plurinacionalidad y por esa alianza de fuer-
zas progresistas y plurinacionales nos ha proporcionado feroces ataques. Junto a los
errores propios, esos ataques nos han debilitado, pero el actual Gobierno y sus alian-
zas parlamentarias posibles son la mejor prueba de nuestra victoria.

Cuando los grandes poderes económicos y mediáticos impulsaron a Ciudadanos


como fuerza política de una derecha «amable» que etiquetaron como «nueva políti-
ca», Podemos realizó el análisis que los hechos terminaron revelando como correcto.
Ciudadanos era básicamente un instrumento para sostener el viejo bipartidismo que
al final solo ha servido para favorecer el giro ultra del bloque cultural de la derecha.
Hoy tenemos un Partido Popular más a la derecha que la Alianza Popular fundada
por siete ministros de la dictadura encabezados por Fraga y una ultraderecha que
representa una grave amenaza a la democracia española.

Este documento nace con la voluntad de orientar nuestro papel en este nuevo
escenario para impulsar los cambios profundos que España necesita, así como cons-
truir los cimientos de una organización reforzada en todo el territorio que tenga
la justicia social como eje de su acción política.

3. La resistencia reaccionaria
La vocación de gobierno de Podemos y el desafío independentista han tenido como
consecuencia la articulación informal de un bloque de resistencia reaccionaria en el
que se agrupan medios de comunicación, poderes económicos conservadores, sec-
tores del aparato del Estado en posiciones estratégicas en la judicatura, el ejército
y las fuerzas de seguridad. Un bloque cuya traducción electoral ha desembocado
en el auge de una formación no democrática como VOX y una deriva de imitación
trumpista del Partido Popular, en la que se ubica la presidenta de la Comunidad de
Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

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Ese bloque reaccionario, poco respetuoso con los valores democráticos (uno de
los ejemplos más escandalosos el bloqueo de la renovación del Consejo General del
Poder Judicial) ha asumido que la monarquía es su símbolo unificador. Identifican
España con la monarquía y entienden que haciendo de la jefatura del Estado un
símbolo de la derecha debilitan al PSOE.

La Casa Real ha sido a veces ambigua, pero no ha dejado de hacer gestos


y dejarse querer por la España más conservadora. El discurso de Felipe VI el 3 de
octubre de 2017, los presuntos delitos de Juan Carlos o el comportamiento poco
ejemplar de varios miembros de la Casa Real han logrado el rechazo explícito de los
sectores progresistas y de la España plurinacional, al tiempo que la derecha cultu-
ral ha decidido utilizarla (sin encontrar resistencia por parte de la institución) para
agitar su figura como un argumento más en su lucha por reinventar nuestro pasado
y presente, obviando los abusos y tropelías que han perpetrado desde que el dicta-
dor eligiera a Juan Carlos como sucesor.

4. El Gobierno de coalición: éxito de Unidas Podemos


La existencia de un Gobierno de coalición progresista en España es, en sí misma, un
éxito de Unidas Podemos. Desde nuestra irrupción política en 2014 se repitió una
y otra vez que una fuerza política como la nuestra nunca alcanzaría responsabilida-
des en el Gobierno del Estado.

Podemos nació poniendo en cuestión el bipartidismo, que representaba una


de las características fundamentales del sistema político que se consolidó tras la
Transición. A pesar de la imponente movilización de recursos políticos, económicos
y mediáticos para destruir a nuestra fuerza política, hoy pocos pueden cuestionar
una evidencia: Podemos puso fin al bipartidismo como forma de Gobierno en España
con su entrada en el Consejo de Ministros en 2020.

El Gobierno de coalición es también un éxito en sí mismo porque quebró una


cláusula tácita de exclusión que hasta 2019 operó eficazmente en España; aquella
que ha impedido en la práctica que fuerzas políticas europeas de izquierdas, de tra-
dición no socialdemócrata, pudieran estar en los gobiernos del Estado.

Hemos demostrado además —y esta es una de las últimas lecciones políticas


de Pablo Iglesias— que nuestro trabajo para armar un Gobierno como el que tene-
mos no tenía que ver con que los dirigentes de Unidas Podemos pudieran sentarse
en un sillón, sino con defender el derecho de millones de ciudadanos y ciudada-
nas que ya no se sentían representados por el bipartidismo a estar representados en
el Ejecutivo. Haberlo logrado va más allá de los éxitos concretos de este Gobierno:
ha inaugurado una nueva cultura política que ha venido para quedarse.

Este es un enorme patrimonio democrático que España le debe a nuestra fuer-


za política y en especial a los millares de inscritos, militantes y ciudadanos que, pese
a los despiadados ataques, han seguido apostando por Podemos y Unidas Podemos.

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5. Conquistas en el Gobierno
La presencia de Unidas Podemos en el Gobierno ha demostrado que se podía
subir el salario mínimo, limitar la publicidad de las casas de apuestas, que se podían
impulsar leyes feministas, que se podía aprobar un Ingreso Mínimo Vital estable-
ciendo un nuevo derecho social que seguir mejorando y extendiendo. Se ha demos-
trado que se podían revertir los recortes en la dependencia del Partido Popular; que
se podían frenar los desahucios y los cortes de suministros a las familias vulnerables
en la peor crisis sanitaria de los últimos cien años; que se podía rescatar con 7.000
millones de euros de ayudas directas a pymes y autónomos, en lugar de rescatar
a la banca; que se podían revalorizar las pensiones al IPC y subir las no contributivas
al doble del IPC; que se podían bajar las tasas y aumentar las becas universitarias,
que podía salir adelante una legislación pionera en Europa para alcanzar la igualdad
retributiva en el trabajo, que se podía sacar adelante el Plan Corresponsables para
consolidar el derecho al cuidado en nuestro país, que se podía proteger a empresas
y trabajadores en la peor crisis sanitaria, económica y social a través de los ERTE.

Nuestra organización no solo ha empujado a acabar con décadas de recor-


tes, sino que ha alumbrado nuevos derechos y ha sido protagonista de los avances
progresistas con iniciativas que sitúan a nuestro país a la vanguardia europea. Este
año se ha aprobado por fin la Ley de Eutanasia que garantiza una muerte digna,
ha salido adelante un anteproyecto de Ley de Memoria Democrática que presen-
ta respeto a la memoria de todos aquellos que lucharon por la libertad, una Ley de
Cambio Climático y Transción Energética que fija legalmente la senda de nuestro
país con el objetivo 2030 en el horizonte, una Ley de Trabajo a Distancia que protege
a los trabajadores y ayuda a la desconexión digital, una Ley de Protección Integral a
la Infancia y la Adolescencia frente a la violencia que garantiza los derechos de todos
los niños y niñas, una Ley Rider que garantiza derechos laborales a las personas que
trabajan de repartidores. Tenemos unos Presupuestos con el mayor nivel de inver-
sión pública de la historia, con medidas de justicia fiscal, y apoyados por una mayoría
sólida que representa una España plural que se parece más al país real y que da
a este Gobierno una estabilidad muy superior a la que tuvieron las últimas experien-
cias de Gobiernos de partido único.

Esta organización política que empuja y trabaja para que se consigan las
tranformaciones sociales en este país se parece un poco más a la sociedad hacia la
que avanzamos, la sociedad que queremos construir y que es cooperante, plurina-
cional, feminista.

En resumen, la realidad es que aquello que era imposible, aquello que no se


podía, hoy es una realidad. Se podía responder a la crisis de una manera opuesta
a como se hizo en la crisis de 2008, cuando las políticas que se aplicaron tenían
una orientación clara de recortar la inversión pública y desmontar la protección
laboral de los trabajadores y las trabajadoras. Aquellas políticas no fueron solo so-
cialmente injustas, también fueron económicamente catastróficas. Este año se ha
demostrado que existe una forma diferente de afrontar la crisis, poniendo en el
centro la protección de la ciudadanía y apostando por una salida social donde no se
deje a nadie atrás.

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6. Giro neokeynesiano y cambio de época en Europa


La crisis sanitaria ha puesto a prueba nuestra cohesión social, revelando las debili-
dades y fragilidades del modelo de bienestar social español, mermado por las
políticas de austeridad de la crisis anterior. Las consecuencias de esta crisis sanitaria
se superponen a las cicatrices sociales que se derivaron de la crisis económica de la
década pasada, lo que nos ha deja lecciones evidentes: desatender nuestros servi-
cios públicos, nuestro sistema de cuidados y, en general, la defensa de los derechos
sociales, nos ha debilitado cuando más lo hemos necesitado. Pero también, nuestra
economía —por el peso que tiene el sector turístico y los sectores de proximidad—
ha resultado ser de las más expuestas al virus sufriendo, en consecuencia, un mayor
shock económico con motivo de su estructura productiva.

En este escenario, la crisis social y económica generada por la pandemia ha em-


pujado un giro neokeynesiano en la orientación de las políticas económicas como
respuesta a la crisis. No es menor que eso haya ocurrido con nosotros en el Gobierno.
Si hace una década la crisis que vivió nuestro país a consecuencia del pinchazo de la
burbuja financiera e inmobiliaria se gestionó con recortes, austeridad fiscal y deva-
luación de los salarios, en esta ocasión la política económica ha seguido el camino
contrario.

Desde un primer momento, el Gobierno de Coalición —y Podemos en particular—


ha insistido en la necesidad de enterrar definitivamente la austeridad y enfrentar
esta crisis desplegando un escudo social y empresarial que asegurase la renta de los
hogares y las empresas y que evitase una fuerte merma de ingresos y la erosión de nues-
tro tejido productivo. Hemos defendido, por este motivo, una alternativa basada en
la protección de los derechos sociales y en la implementación de políticas expansivas
que mantuvieran un cierto nivel de renta en hogares y empresas. Los ERTE, que han
servido para proteger a millones de trabajadores y millares de empresas, han sido el
mejor ejemplo de ello, aunque tampoco podemos olvidar las importantes partidas
de fondos extraordinarios que el Gobierno ha aprobado para reforzar los servicios
sociales, para impulsar nuevos derechos subjetivos —como el Ingreso Mínimo Vital—,
para impulsar las ayudas directas a empresas, y para trasladar liquidez a las comuni-
dades autónomas y los ayuntamientos.

Al reto de ir dejando atrás la pandemia se le añade también el de avanzar en la


«reconstrucción de lo común». Necesitamos aprender las lecciones que nos ha deja-
do este último año y dar pasos firmes de forma decisiva hacia un nuevo paradigma
económico, que ponga el bienestar social, los servicios públicos y el desarrollo de un
nuevo modelo industrial en el centro. Es necesario alumbrar un nuevo contrato social
que genere los consensos necesarios para impulsar un proyecto ambicioso y nítida-
mente progresista.

Ante una situación económica y social como la que estamos viviendo no cabe la
autocomplacencia, y creemos que se podía haber ido más lejos, como hubiéra-
mos querido. Sin embargo, el trabajo realizado parte de un cambio de paradigma,
que diversos sectores de la Unión Europea se han visto arrastrados a asumir debido
a la constatación de la vía muerta que supuso la ruta de los recortes salariales

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y la austeridad fiscal. Las importantes movilizaciones populares que se han llevado


a cabo en muchos países del sur de Europa durante esta última década —junto
al propio fracaso de las políticas de austeridad y recortes— han servido para que las
instituciones de Bruselas descartasen la opción de gestionar esta crisis igual que se
gestionó la de 2008-2012. También el cambio político presente en algunos Gobiernos
europeos —entre los cuales se sitúa, sin lugar a dudas, el Gobierno de coalición
de nuestro país— ha llevado a una nueva política económica en Europa durante
este periodo.

En esta ocasión, los Estados miembro de la UE han alcanzado un acuerdo que,


en lugar de fijar recortes en los servicios públicos de la ciudadanía, establece la mu-
tualización de las deudas de los distintos países para hacer frente de forma conjunta
y coordinada a los retos derivados de la pandemia y la reconstrucción. A diferen-
cia de lo que sucedió en la crisis de la eurozona hace una década, en esta ocasión
España impulsará un ambicioso plan de estímulos fiscales por valor de 70.000 millo-
nes de euros, que permitirá desarrollar importantes inversiones en materia de transi-
ción ecológica, I+D y digitalización, reforzamiento de los servicios públicos esenciales,
renovación industrial y desarrollo de la economía de los cuidados.

La principal lección que debemos sacar de este primer año de Gobierno


de coalición es que, a pesar de nuestra correlación de fuerzas actual en el seno de la
coalición, la capacidad que ha tenido Podemos para impulsar cambios en la acción
de Gobierno, y medidas económicas y sociales en favor de las mayorías sociales del
país, es evidente y se ha podido notar, aunque lógicamente no hemos podido llegar
tan lejos como hubiésemos deseado ni avanzar tanto como hubiera sido posible con
un Gobierno en solitario. Nuestra actitud y nuestro trabajo desmienten a aquellos
agoreros que sentenciaron que este Gobierno sería igual que los anteriores y que no
podría desplegar una agenda progresista.

Somos conscientes de la necesidad crucial de proteger el interés general de la


ciudadanía, reconociendo la importancia central que tiene —más allá de lo público—
la dimensión comunitaria y los lazos colectivos que nos unen. Reconstruir lo común
es tarea de todos y todas, y debe tener por objetivo el reforzar toda una serie de
bienes y servicios fundamentales para garantizar la cohesión y la inclusión y, con ello,
una sociedad libre y una democracia sólida y legitimada.

La construcción de lo común exige crear y reforzar la capacidad de Podemos


para impulsar nuevos consensos que hagan de «pegamento social» durante las próxi-
mas décadas. No hay mejor forma de poner en valor la Constitución, y de legitimar la
norma fundamental, que actualizar el contrato social que dicha norma alumbró hace
cuatro décadas. Y esto no necesita de ningún debate constitucional; precisa funda-
mentalmente de una fuerza política ambiciosa y con verdadera voluntad de renovar
y hacer cumplir las políticas públicas que recojan estos nuevos consensos.

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7. Una nueva correlación parlamentaria de fuerzas


Todo lo que hemos hecho este año, incluyendo este giro en la política económica,
lo hicimos desde la capacidad de construir una mayoría parlamentaria progresista
que es histórica, con una mayoría de fuerzas políticas diversas, con identidades plu-
rales, con acentos y con lenguas diferentes, con tradiciones políticas distintas, que
se parece mucho más a España que el viejo modelo de la derecha centralista, minori-
taria política y sociológicamente en España.

No ha sido fácil armar esta mayoría parlamentaria progresista. Y quizá haya sido
uno de los mayores éxitos de nuestro primer secretario general, lo que explica los
odios que desató entre ciertos sectores de las viejas élites. Requirió muchas horas de
trabajo y de escucha, de debates y negociaciones y hubo que vencer, sobre todo, las
resistencias de quienes trabajaron en todo momento para que no fuéramos capaces
de priorizar la agenda social y ponernos de acuerdo dando estabilidad al Gobierno
y al país.

El resultado son unos Presupuestos Generales del Estado históricos en térmi-


nos expansivos y orientados hacia el mencionado giro neokeynesiano en Europa,
que suben el impuesto de sociedades para grandes grupos empresariales y el IRPF
para grandes fortunas mientras aumentan en 3.500 millones de euros la inversión en
sanidad o 2.000 millones en políticas activas de empleo. Unos presupuestos como
los aprobados difícilmente podrían imaginarse con otra mayoría parlamentaria y de-
bemos sentirnos muy orgullosos de haber conseguido articularla.

8. Nuevos liderazgos para una nueva fase


Pablo Iglesias ha sido capaz de comprender que tocaba dejar paso a nuevos lideraz-
gos. Nuestra actividad durante 2020 ha construido el liderazgo de Yolanda Díaz en el
Gobierno y en Unidas Podemos y debemos cuidarlo, consolidarlo e impulsarlo con
todas nuestras fuerzas.

Al mismo tiempo, nuestra fuerza política debe dejar atrás la fase protagonizada
por el liderazgo y la personalidad de Pablo. Una fase que ha culminado con los éxitos
indiscutibles que antes señalábamos. Pero a partir de ahora, y precisamente para ser
coherentes con su legado, es necesario construir un nuevo Podemos, con un prota-
gonismo más colectivo, cuyo liderazgo sea asumido mayoritariamente por compañe-
ras y que represente una España que es mucho más que Madrid.

Podemos tiene hoy muchas tareas políticas y necesidades organizativas diferen-


tes a las que se plantearon en las tres primeras asambleas ciudadanas.

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9. Nuestras tareas estratégicas y políticas

9.1 Cumplir el programa de Gobierno

En la actualidad, estamos en un momento de estabilidad muy importante porque


la mayoría que sustenta el Gobierno de coalición progresista es firme y se ha ex-
presado de manera reiterada en las últimas cuatro elecciones generales en España.
El Gobierno de coalición y las fuerzas políticas que lo han hecho posible constituyen
un bloque que no solo garantiza agotar la legislatura, sino también la posibilidad de
gobernar la próxima década. Este escenario sería la mejor noticia para nuestro país,
especialmente ante la deriva de la actual oposición.

Es más que probable que, en diferentes momentos durante los próximos años,
nuestros socios de Gobierno actuales pretendan disponer de la posibilidad de pactar
a derecha e izquierda. No es una historia nueva. En el año 2016 se trató de favorecer
que nuestra formación apoyara «un Gobierno de Rivera presidido por Sánchez». Para
Podemos nunca fue una opción. Los números para una experiencia de Gobierno
que aunase a fuerzas progresistas o con una agenda social común estaban ahí desde
2015. La hoja de ruta elegida por el ex secretario general Pablo Iglesias se demostró
correcta y, actualmente, hay un bloque progresista que ha permitido sacar adelante
las políticas públicas más ambiciosas de los últimos años.

El programa común firmado fue el producto de una determinada correlación de


fuerza y su aplicación depende también de una determinada correlación de poder.
El hecho de cumplir un acuerdo a corto plazo, pragmático y realista a través del
acuerdo de coalición no significa renunciar a nuestro proyecto a largo plazo. El ho-
rizonte que nos hemos marcado como partido no significa que debamos renunciar
a conquistas parciales que nacen de acuerdos y negociación, así como lo que esta-
mos conquistando poco a poco.

Sin embargo, proteger el acuerdo del Gobierno de coalición supone garan-


tizar que se reconstruyan los derechos arrebatados en una década de recortes.
Supone que se sellen los nuevos derechos sociales, feministas, ecologistas e inclusivos.
Somos conscientes de que sigue siendo necesario recordar la importancia del acuerdo
firmado ante las flagrantes intenciones de incumplimiento. Pero cabe también
reflexionar que un Gobierno de coalición cumple más que uno monocolor debido
a las presiones existentes de uno de los socios.

En este escenario, es de vital importancia para el nuevo liderazgo del espacio,


así como para el conjunto de Unidas Podemos, conseguir que el acuerdo de gobier-
no se cumpla al 100% porque esa es la garantía de que se cumplan los derechos
sociales en nuestro país. Este Gobierno se debe a un acuerdo firmado y es responsa-
bilidad de ambas partes cumplir cada punto por respeto a la ciudadanía.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Por lo tanto, no debemos cejar en nuestra tarea de recordar que el acuerdo de


Gobierno recoge importantes puntos que todavía quedan por cumplir como la dero-
gación de la reforma laboral y ley mordaza o la promulgación de una Ley de Vivienda
que ponga techo a la subida abusiva de los precios de los alquileres, que frene los
desahucios sin alternativa habitacional y, en definitiva, garantice la función social de
la vivienda y su acceso, incrementando el parque público de vivienda social a tra-
vés de diferentes instrumentos, así como sancionando la vivienda vacía; todo ello de
conformidad con los pactos y tratados internacionales en materia de derechos hu-
manos suscritos por nuestro país.

9.2 Afrontar los procesos electorales locales y autonómicos

Estos últimos años hemos conseguido formar coaliciones no solo a nivel del Estado,
sino también a nivel local y autonómico. El Gobierno de coalición junto con otras
fuerzas progresistas también está presente en Aragón, Canarias, Comunidad
Valenciana, Islas Baleares o Navarra y ha demostrado la importancia de nuestra for-
mación para poder llevar a cabo las transformaciones políticas y sociales necesarias
a nivel autonómico y municipal.

Este escenario se da porque hemos cambiado la tradición política y biparti-


dista de nuestro país. Nunca más habrá en España un Gobierno en solitario. Ahora,
la nueva tradición democrática de nuestro país, mucho más representativa de su
gente y de su pluralidad demuestra que para gobernar hay que formar Gobiernos de
coalición, llegar a acuerdos y pactar. Los Gobiernos monocolor son excepciones ante
la creciente representación de fuerzas territoriales, por lo que no podemos obviar el
reconocimiento de la identidad cultural y social de los pueblos que forman este país.

Los próximos dos años suponen una oportunidad para enraizar Podemos
aún más en el territorio, trabajando desde la base municipal en los barrios,
recogiendo y participando en la creación de propuestas vecinales y secto-
riales que nos hagan capaces de desplegar candidaturas autonómicas y munici-
pales que aspiren a gobernar en las ciudades, pueblos y comunidades autónomas
de nuestro país. Con esta finalidad el conjunto de nuestra organización, de la
mano de las fuerzas políticas hermanas (IU, ECP y GeC), debe comenzar a trabajar
ya en dichas candidaturas, abriéndose siempre a la sociedad civil, e impulsando
procesos participativos de elaboración programática que recojan las demandas de la
mayoría de la ciudadanía.

9.3 Reconocer y favorecer el carácter plurinacional de nuestro país:


el Estado que somos, el Estado en que estamos

Ser un país de países es una realidad porque se palpa, y no solo porque se enuncie.
Si en 2017 lo enunciamos con rotundidad, desde entonces se ha reafirmado en cada
proceso electoral, pero también —y de manera igual de contundente— en otros
ámbitos.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

La representación en el hemiciclo del Congreso es cada vez más diversa y más mar-
cadamente territorial. Además de las fuerzas que ya tenían presencia y que han ga-
nado más peso, han surgido otras que, si bien persiguen un proyecto que supera
lo territorial para ir al paradigma del ámbito rural y trasladar las necesidades de la
llamada España vaciada, visibilizan provincias que eran totalmente ignoradas en las
políticas del Estado. De hecho, varias de estas fuerzas son hoy parte fundamental de
la mayoría democrática para llevar adelante políticas para la mayoría social y cerrar
el paso a la extrema derecha.

Existe otra crisis territorial: la de las ciudades medias y capitales de provincia de la


España periférica, pero no rural, que pierde empuje frente a los centros económicos.
Si los pueblos de estas provincias y comunidades autónomas pierden también pobla-
ción en favor de las ciudades y capitales de provincia, estas ciudades pierden —a su
vez— población y dinamismo económico hacia otros territorios. Estos centros econó-
micos más fuertes del país están provocando un efecto de atracción de empresas y
personas (en su mayoría, jóvenes) que les permite resistir mejor las crisis económicas
y acelerar su recuperación. Por el contrario, se extiende por ciertos territorios una sen-
sación de declive económico constante, de vaciamiento, de fractura demográfica. Hay
un descontento con la situación económica o con la crisis demográfica que está tam-
bién relacionado con una percepción de pérdida de influencia sobre las institucio-
nes centrales. Aspectos como el dumping fiscal de algunas comunidades autónomas,
la deficiente red ferroviaria o las insuficientes ayudas en materia industrial están en la
agenda mediática autonómica y es urgente brindar una respuesta de país ante ellos.

Ante esta realidad material, que tiene, como decíamos, manifestaciones más allá
de lo electoral (siendo innegables las traslaciones al ámbito social, cultural, e incluso
a las propias estrategias del mercado que llevan tiempo instalando el pensamiento
«glocal» —piensa globalmente, actúa localmente— como valor añadido), el abordaje
puede ser desde una concepción regionalista, en la que se tracen las identidades
como rasgos diferenciales que pueden rozar la caricatura (todavía resuena el «vivir
a la madrileña») o puede ser un reconocimiento de la autonomía, capacidad e identi-
dad de los pueblos. Nosotras sin duda sabemos que la vía socialmente justa y trans-
formadora es la segunda. Y nuestra capacidad para servir de expresión política de
este anhelo ha sido una clave fundamental de nuestra fortaleza que nunca debemos
perder de vista.

Este país que habla varios idiomas, que navega distintos mares, que celebra
raíces diversas, solo se puede abordar con una mirada policéntrica. Una España de
todas no se puede construir desde el viejo concepto de periferia, que en sí mismo
es generador de otredad, sinónimo de subordinación.

Y esto no solo es retórica, sino que se debe plasmar en lo material: planteando


una alternativa a un país concéntrico, centrifugador, macrocéfalo, plagado de desier-
tos demográficos, superando las estructuras radiales anquilosadas y anquilosantes
(desde el mapa del ferrocarril a los procesos de toma de decisiones), generando un
esqueleto de gobernanza multinivel de decisiones y responsabilidades compartidas
entre Gobiernos de carácter estatal y Gobiernos de carácter autonómico, donde se
fomente la confederalidad, la descentralización de las instituciones y se respeten las

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

nacionalidades históricas y las realidades territoriales. Y, cómo no, en una conforma-


ción del conjunto que camine hacia una jefatura del Estado soberanamente demo-
crática y una república confederal de ciudadanía con iguales derechos.

Esa alternativa nombra un país diverso y orgulloso, conocedor de sus rasgos


comunes y de los propios de cada territorio, que defiende la emancipación de sus
pueblos como defiende la emancipación de sus gentes, que sabe que ante el desafío
de una crisis climática, las redes de proximidad y el reconocimiento de lo autóctono
suponen la diferencia entre afrontar el reto o redundar en el problema.

En la cultura venimos observando cada vez más las posibilidades que abre
el mirarnos unas a otras. Encontrar puntos comunes, admirar las diferencias, inter-
cambiar experiencias que son todas ellas parte de la comunidad que compartimos.
Tenemos que aspirar a una cultura política inspirada por estos principios.

Podemos tiene que ser una fuerza política consciente, defensora y orgullosa de
su diversidad lingüística, cultural, identitaria. Consciente de la historia de los pueblos
que la componen, y consecuente con las heridas y reparaciones pendientes. Un mo-
delo de país de países que solo puede ser republicano, que vaya de la mano de la
memoria democrática, de rescatar y restablecer los tesoros del naufragio de más de
cuarenta años de dictadura y al que llegamos con otros cuarenta de retraso.

Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de construir una organiza-


ción que se parezca al país que queremos; que hable castellano, català, valencià,
galego, euskara, asturianu, aragonés, aranés; que procure el entendimiento entre
quienes peleamos por mejorar la vida de la gente, sea cual sea nuestra bandera
o aunque no tengamos ninguna. Construyamos desde la base de un diálogo multidi-
reccional y empoderemos a quienes están deseando trabajar por un país mejor para
todas desde cualquiera de sus rincones. Una república feminista y plurinacional en la
que nadie quede atrás.

9.4 Afrontar las próximas elecciones generales

Podemos nació para ser una fuerza política que representase a las mayorías sociales
de nuestro país y con una clara vocación de gobierno y de poder para construir el
futuro de nuestro país. Hasta ahora, la historia ha demostrado que los cambios que
se lleven a cabo en España son directamente proporcionales a la fuerza de Podemos.
Desde nuestra creación hemos defendido que los grandes cambios en nuestro país
no son concesiones, sino conquistas.

En este sentido, las próximas elecciones generales que, todo apunta, se celebra-
rán en dos años aproximadamente, son el siguiente objetivo de nuestra formación
política para convertirnos en la primera fuerza del bloque progresista. Seguramente
los mismos que en su día nos dijeron que si queríamos cambiar las cosas montáse-
mos un partido y nos presentásemos a las elecciones, quienes han tratado de impe-
dir por todos los medios que llegásemos al Gobierno para limitar sus privilegios van
a volver a decir que este objetivo es imposible.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Por ello es fundamental hacer memoria y recordar que siempre, con cada uno
de los objetivos que nos hemos ido marcando, nos han dicho en todas las entrevis-
tas y en todas las tertulias de televisión que lo que nos proponíamos era absoluta-
mente imposible. Nos dijeron que era imposible montar un partido sin pedir dinero
a los bancos y lo hicimos. Nos dijeron que era imposible sacar al Partido Popular del
Gobierno y lo logramos. También dijeron que una fuerza como la nuestra no podía
gobernar en el Estado y aquí estamos. Por eso hoy nos fijamos como próximo obje-
tivo ganar las próximas elecciones generales para poder liderar el siguiente Gobierno
de coalición.

Es evidente que este Gobierno de coalición es el más progresista de la histo-


ria reciente de nuestro país. Sin embargo, a nadie se le escapa tampoco que, de
ser Podemos la fuerza mayoritaria, muchos de los avances que están pendien-
tes, como la aprobación de una ley de vivienda que frene los desahucios o regule
los precios del alquiler, la derogación de la ley mordaza o la reforma fiscal ya se ha-
brían producido. Por ese motivo no nos conformamos con ser el socio minoritario
y nos proponemos construir el Podemos más fuerte que logre que Yolanda Díaz sea
la primera mujer presidenta de nuestro país.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

10. Nuestras tareas organizativas


Hace un año en la tercera asamblea ciudadana de Podemos aprobamos un nuevo
modelo organizativo abierto y flexible que nos ha permitido consolidar nuestra
organización en los distintos territorios de nuestro país y que ha logrado una
incorporación progresiva y constante de militantes a Podemos. El nuevo modelo
organizativo comienza ahora a dar sus frutos y, por ese motivo, es crucial seguir desa-
rrollándolo y mejorándolo de la mano de los consejos ciudadanos autonómicos y los
espacios municipales.

Este desarrollo del modelo organizativo debe ir acompañado de una mayor


valoración y respaldo del conjunto de la organización de las tareas imprescindibles
que realizan los y las militantes de Podemos. En este año tan duro de pandemia
nuestros militantes y nuestras militantes han estado apoyando a sus vecinos y vecinas
en redes de solidaridad. A un militante de Podemos se le distingue por su participa-
ción en movimientos sociales, asociaciones de vecinos, de estudiantes, de madres
y padres. Es un miembro activo de su comunidad presencial y virtual que promueve la
transformación social, la formación y el debate en su barrio y en su ciudad sobre temas
del interés de la ciudadanía. Y, especialmente, una persona militante de Podemos
es una comunicadora, que que nos ayuda a llegar a donde los medios de comuni-
cación no nos permiten llegar. En ese sentido las tareas que desempeña la militancia
en redes sociales y en radios o televisiones comunitarias es fundamental para que la
ciudadanía conozca la verdad sobre el trabajo que hace Podemos en las instituciones
y en el Gobierno. En esta nueva etapa el papel de la militancia va a ser fundamental
para construir el Podemos colectivo y coral que necesitamos.

Además, otro de nuestros principales retos organizativos a partir de ahora


es fortalecer el espacio confederal con las fuerzas hermanas de Izquierda Unida,
En Comú Podem y Galicia en Común. En este sentido es clave proteger y cuidar
nuestro espacio, así como establecer espacios de coordinación confederal en todos
los niveles territoriales de nuestro país que nos ayuden a fortalecer las confluencias.

En lo que respecta a nuestra relación con otras organizaciones y fuerzas polí-


ticas, debemos estar siempre abiertas a confluir con otras fuerzas políticas con las
que ya lo hicimos en el pasado y, también, a la cooperación estratégica no electoral
con aquellas o con fuerzas políticas de otros territorios.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

11. Nuestros pilares políticos: un proyecto de país

11.1 Para un futuro feminista

España ya no se puede entender sin su feminismo y, por ello, nuestra organización


necesita hacer más política feminista para crecer.

Desde nuestros comienzos en Podemos hemos puesto especial énfasis en


la construcción de un discurso y una acción feministas que tuviesen un papel clave
en la organización. Una nueva forma de hacer política no solo pasaba por la elección
de una determinada agenda o de una determinada forma de comunicar, sino tam-
bién por la construcción de nuevas alianzas hasta aquel momento ajenas a los parti-
dos que desempeñaban un papel relevante entre las fuerzas progresistas de nuestro
país. Sin duda, una de las alianzas que estaba por fortalecer era aquella que vinculaba
a los distintos movimientos feministas con las hojas de ruta de los partidos de
izquierda. Hemos avanzado mucho en esta alianza, pero aún tenemos grandes
deudas y tareas pendientes.

Tras las legislaturas de Gobierno socialista de los años 2004 y 2008, tan rele-
vantes para el avance de la igualdad entre mujeres y hombres, así como en la igual-
dad de trato, parecía difícil de comprender el durísimo embate que la crisis del año
2011 tuvo sobre las mujeres y colectivos más vulnerables. Si bien el 15M fue la ex-
presión de la indignación que produjo esa crisis entre quiénes peores consecuen-
cias sufrieron, no podemos obviar esa misma expresión en el ciclo de movilizaciones
feministas que se sucedieron esos años, que arrancando con el Tren de la Libertad
y la defensa del derecho a decidir de las mujeres en el año 2014, culminaron con las
Huelgas Feministas del 8 de marzo de los años 2018 y 2019. En la celebración de esas
huelgas cristalizó la reacción al terrible impacto de género que la crisis tuvo sobre
las españolas. Una reacción que no venía solo a destituir el orden de las cosas de
nuestro país, sino a señalar un futuro alternativo, dejando claro que este pasaba
por una mayor presencia de la agenda feminista, e inevitablemente por una mayor
presencia de mujeres en todos los ámbitos de nuestra sociedad.

Si bien la cuarta ola del feminismo no había dejado de crecer estos años, estaba
aún por construir su correlato en la política de partido y la política institucional. Una
cuarta ola que señalaba algunos de los temas que se convertirían en habituales ya de
la política nacional: acabar con todas las formas de violencias machistas, reformular
el sistema de cuidados apostando por una economía feminista y avanzar en el re-
conocimiento de la diversidad. Así, y en ese mismo orden, han sido debates impres-
cindibles de estos últimos años aquellos que han terminado con grandes consensos
en torno a la necesidad de avanzar en la lucha contra la violencia sexual y a favor de
una cultura del consentimiento; reivindicar la diversidad de las familias, las materni-
dades, el derecho a la conciliación también desde el feminismo o la necesidad de
señalar cómo todos los trabajos esenciales de cuidado y reproducción social recaían
de manera invisible sobre los hombros de las mujeres; por supuesto, la encarnada e
inevitable defensa de las vidas negras o de las vidas trans. La cuarta ola había toma-
do un camino inequívoco hacia la disputa del poder. El feminismo ya no podía ser

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

más un aliado lateral de las políticas de izquierdas que, cuando venían mal dadas,
desaparecía por completo del mapa. Las políticas de igualdad no podían volver a ser
borradas de un plumazo como sucediera con el Gobierno de Zapatero. Los derechos
de las mujeres no podían sufrir retrocesos como pretendían los Gobiernos tras la cri-
sis económica. La agenda feminista no podía perder su agencia; lejos de eso, necesi-
taba tomar de una vez por todas el poder.

Con ese telón de fondo, y con la aparición de la pandemia en la escena,


ya nadie duda de que España vive un momento en el que la lucha feminista está en
el centro de la agenda pública y la incidencia de sus reivindicaciones nos interpela
como organización que debe ser útil a las mayorías a las que representa y al conjunto
del país. La agenda de Podemos debe ser la la agenda del feminismo. Por ello, este
apartado se titula «Para un futuro feminista», porque no concebimos ya otra forma
de imaginar el futuro que no sea con unas gafas moradas puestas. Para la construc-
ción de este futuro feminista son imprescindibles algunas tareas.

Las tareas políticas feministas que nuestra organización debe abrazar tras
esta cuarta asamblea pasan por empujar la histórica reivindicación de todas las
mujeres por sus plenos derechos y, al tiempo, emprender así la necesaria cons-
trucción de la sociedad del futuro, reto para el cual consideramos imprescindible
incorporar a los hombres, pues a ellos también les garantiza derechos, en la creen-
cia de que feminismo y democracia, feminismo y libertad, feminismo y justicia
son siempre sinónimos. Además, no podemos obviar que este reto se da en unas
coordenadas políticas que son en sí mismas un desafío. El auge de los discur-
sos de odio, la irrupción de la extrema derecha en las instituciones o la polariza-
ción conservadora y misógina del centro-derecha español son elementos que
disputan, en diferentes grados, con las reivindicaciones de democracia feminista.

Necesitamos, para todo esto, una organización que profundice en la transver-


salización del feminismo en su estructura, interlocución y prácticas para confrontar,
en la calle y en la institución, con quienes han hecho de los derechos de las muje-
res, de las personas migrantes o racializadas o de la comunidad LGTBI su enemigo.
Y debemos hacerlo además prestando especial atención a las consecuencias que
este contexto determinado tiene sobre las personas de nuestra organización que,
formando parte de esos colectivos señalados, se baten en la primera línea de la
política. No podemos obviar en definitiva que uno de los elementos constitutivos de
esos discursos de odio no es otro que aquel que menoscaba la autoridad y la legiti-
midad de las mujeres ejerciendo contra ellas violencia política, dificultando su acceso
al ejercicio de sus derechos políticos. Las portavozas de esta cuarta ola del feminis-
mo institucional sufren en estos tiempos las peores consecuencias de la reacción
misógina de las derechas. Ofrecer herramientas para combatir esa reacción que
vayan más allá de sus propios códigos de confrontación es sin duda una de las gran-
des tareas políticas feministas que tenemos por delante.

En este mismo sentido, no podemos obviar la inestimable tarea que el femi-


nismo de Podemos tiene en la construcción de una dirección de Estado que defina
los retos de las próximas décadas. Es por ello que otra de las grandes tareas que
tendremos que acometer tras esta asamblea es continuar con la traducción de las

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

demandas de las mujeres y movimientos feministas de este país a la agenda del


feminismo institucional que ya protagonizamos. Poner la vida en el centro de laacción
política, extendiendo este mandato a todos los espacios institucionales que ocupe-
mos, resume el empeño feminista de Podemos. Poner la vida en el centro es luchar
contra todas las formas de violencia que sufrimos las mujeres por el hecho de serlo,
es articular una respuesta sólida a la violencia reaccionaria que se desata ante nuestra
lucha por la justicia, es defender la necesaria redistribución de la riqueza y garantizar,
en ese camino, que nadie se quede atrás o vea negados sus más elementales dere-
chos humanos. Poner la vida en el centro nos habla de un feminismo para el 99%,
para las mayorías sociales. Un feminismo con memoria, situado, desde los cuerpos,
desde el deseo, desde la clase, desde la raza, desde las fronteras. Un feminismo que
aspire a construirse desde los márgenes, pero también y fundamentalmente que as-
pire a construir el futuro de nuestro país, y a hacerlo con clara vocación constituyente
y constitucional. Un feminismo internacional, que inspira y alía con el resto de com-
pañeras que en todos los países del mundo están protagonizando también sus pro-
pias olas moradas. Un feminismo para crecer, un feminismo para el futuro.

11.2 Un ecologismo popular que sabe identificar a los verdaderos responsables

En la actualidad, nos situamos en un contexto de emergencia climática y ambiental;


y en una pugna por los recursos a nivel global, que también se da en nuestro país, ya
que estas luchas determinarán el sistema que se desarrolle a lo largo de las próximas
décadas.

Desde 2014, Podemos ha resultado ser una herramienta efectiva para impul-
sar una lucha ecologista de marcado carácter popular contra el cambio climático.
La implicación comprometida de nuestra organización con la problemática ambien-
tal, económica y social ha sido y es clave para conectar la realidad global con las ma-
yorías sociales.

Somos conscientes de que la destrucción de los ecosistemas y su afección


a la vida humana son consecuencias políticas evidentes de un modelo productivo de
acumulación y consumo, basado en un capitalismo cada vez más extremo, actualiza-
do desde los años 80 del siglo pasado en su versión más reciente del neoliberalismo.
La concentración de recursos, también naturales, por parte de unos pocos, y su des-
pilfarro por ciertas minorías, ha provocado, entre otros problemas, un fenómeno de
carácter global como el cambio climático, el mayor reto que debe afrontar la humani-
dad en el siglo XXI, que compromete la existencia de los ecosistemas que garantizan
la vida y, con ello, la supervivencia de miles de especies animales y vegetales, inclu-
yendo a los seres humanos entre dichas especies.

No existen desequilibrios económicos, políticos y ambientales por separado,


sino que se trata de fenómenos indisociables que se retroalimentan entre sí. La cri-
sis económica es una crisis ambiental y el cambio climático y la escasez de recur-
sos naturales son el origen de la mayor parte de los conflictos geopolíticos y de los
desplazamientos masivos de población en el planeta. Este modelo se ha demostra-
do cortoplacista, especulativo, insostenible e injusto provocando el enriquecimiento

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

de una minoría de la población mundial a costa de la sobreexplotación de los recur-


sos naturales, frente al empobrecimiento y dificultades de acceso para la gran mayo-
ría y el riesgo de agotamiento para las generaciones futuras.

Al mismo tiempo y reconociendo que los cambios en los comportamientos


individuales pueden ayudar y remar a favor un cambio de modelo que haga soste-
nible nuestra sociedad, el ecologismo popular que representa Podemos es también
un ecologismo que no se equivoca respecto de quiénes son los verdaderos respon-
sables del deterioro de nuestro planeta. Del mismo modo que, durante la crisis de
2008, la culpa de los desahucios no era de unas familias que supuestamente habían
vivido por encima de sus posibilidades, sino que era de un sistema financiero es-
peculativo y pirata que se había jugado en un casino global los ahorros de la gente
trabajadora, la culpa del cambio climático no es de los hábitos de consumo de la
gente humilde sino de los grandes poderes económicos que se han beneficiado de
la economía extractiva. Podemos es ese ecologismo que, al mismo tiempo que apoya
que haya contenedores de residuos de diferentes colores y que la gente corriente
desarrolle el hábito de reciclar, sabe perfectamente que el 30% de los gases de efec-
to invernadero emitidos a la atmósfera durante los últimos cincuenta años provienen
de únicamente veinte empresas globales.

Dentro de nuestro país, uno de los sectores que mejor ejemplifican la conniven-
cia entre los poderes económicos y políticos del régimen del 78 es el eléctrico, con la
privatización y la liberalización del sector en un oligopolio que domina el mercado.
Tras la crisis de 2008 observamos una clara intención política por parte de las élites
en frenar y desincentivar el desarrollo de las energías renovables, desmantelando así
un sector clave en la creación de empleo cualificado y en la soberanía energética
donde España ocupaba una posición puntera a nivel mundial.

Las reivindicaciones ambientales han sido en muchas ocasiones percibidas


como elementos que frenan el desarrollo macroeconómico y que perjudican a los
estratos populares de la sociedad con costes, burocracia, multas e inconvenientes
adicionales o como el freno a un falso progreso. Esta percepción tergiversada de
intereses enfrentados ha sido fomentada desde los poderes económicos y mediá-
ticos para desagregar y atomizar las luchas que aspiran a cambios de calado. Uno
de los grandes retos del ecologismo consiste en mostrar esta realidad llevando los
problemas ecológicos al día a día de las clases populares que sufren las principales
carencias cotidianas relacionadas con la ausencia de capitales y recursos, económi-
cos, culturales, relacionales y, por supuesto, ambientales.

El actual marco legal —desde la Constitución española y el Pacto Verde Europeo


hasta el Acuerdo de París, pasando por los ODS y la Agenda 2030— debe servirnos
como herramienta de legitimación política de reivindicación de derechos. Podemos
tiene que promover un ecologismo que fomente un enfoque de democratización
del acceso a los recursos y una visión de la sostenibilidad que establezca sinergias
entre objetivos sociales, ambientales y económicos en defensa de los colectivos
y territorios más desfavorecidos con la meta puesta en el bienestar en sentido amplio.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

El ecologismo popular debe impulsar un enfoque multidisciplinar que se incluya


en diferentes campos de la acción política: desde la gestión de los recursos energé-
ticos e hídricos hasta la ordenación y gestión del territorio, el urbanismo, el acceso
a la vivienda y a la movilidad, una política de consumo alimentaria y sanitaria vincu-
lada a problemas cotidianos como la contaminación local atmosférica o la gestión
de los residuos.

Podemos tiene que ser la herramienta que amplíe los tradicionales discursos de
partidos verdes dirigidos exclusivamente a clases urbanas, universitarias y activistas
para llegar a también a las clases populares mediante la integración de reivindicacio-
nes laborales, de mejora de los servicios públicos y de acceso a recursos en ámbi-
tos como el agua, la producción de alimentos, la energía, el transporte o la vivienda.
Todos estos aspectos ambientales son esenciales para la vida, y la política debe
primar una buena gestión de los mismos que asegure el acceso universal y la preser-
vación para el futuro.

Tenemos que promover recuperar la centralidad del territorio como elemento


vertebrador de las relaciones humanas con el entorno y los recursos naturales como
bienes comunes y espacios de disputa en la base del conflicto social. Apostar por
volver a poner la economía al servicio de las personas, de los recursos naturales y, en
definitiva, de la vida, y no al contrario.

El componente territorial ha de ser esencial para contar con un equilibrio en


la dicotomía rural y urbana que pase por un mejor balance del reparto de poder
existente, por la necesaria transición hacia modelos de transformación y aprovecha-
miento de los recursos distribuidos equitativamente, conciliando la preservación del
patrimonio natural del medio rural con la mejora de condiciones de vida de su pobla-
ción, con un papel protagonista propio que salga de las lógicas subalternas de simple
despensa o fuente de recursos para las grandes ciudades poniendo en valor el lega-
do, la experiencia y los saberes de nuestras tierras y su realidad plural interconectada.

Tampoco podemos olvidarnos de acabar con los déficits de recursos y bienestar


existentes en las periferias urbanas, con los mismos derechos a una calidad de
vida, también en términos ambientales, al mismo nivel que las de los centros
de las ciudades.

La soberanía alimentaria, energética, hídrica, y urbanística debe marcar el ca-


mino para construir colectivamente un modelo de desarrollo ecologista basado en
la utilización sostenible de los recursos de nuestro país para el bien común de toda
la ciudadanía.

La acción de un ecologismo popular debe aportar beneficios para la mayor


parte de la población, para la preservación y buen uso de los recursos. Los resulta-
dos de estas políticas deben revertir en el propio país y en su ciudadanía, siendo
los recursos, su acceso y su gestión, el puntal clave de la defensa de la soberanía de
nuestro país.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Es fundamental conciliar el discurso ecologista con el feminismo, reconociendo


el papel históricamente invisibilizado de la mujer en el manejo y gestión de los recur-
sos. Por ello es primordial abordar la problemática ambiental desde una perspectiva
ecofeminista. Nuestra propuesta debe poner en valor la economía de los cuidados,
de la que históricamente se ha encargado la mujer, y favorecer un nuevo modelo
relacional donde la propia ordenación del territorio fomente la conciliación de cui-
dados y actividades laborales que se traduzacan en una sociedad con una relación
más sana con su entorno.

Es clave, en cuanto a los sectores estratégicos ambientales, articular propues-


tas para un desarrollo sostenible, saludable y equitativo. En el campo energético no
habrá una transición ecológica sostenible y justa sin la concienciación y participación
activa de las mayorías sociales en todos los territorios. Es básico hacer partícipes a
las comunidades locales de las transformaciones necesarias para acometer el reto de
la emergencia climática, garantizando sus derechos sobre los beneficios que gene-
ren estas transiciones energéticas. El reto como sociedad que supone la sostenibi-
lidad ecológica y la protección de la biodiversidad obliga a una corresponsabilidad
colectiva. Por lo tanto este reto común no puede generar perdedores, sino beneficios
para la mayor parte de la población y las generaciones futuras, conciliando el respeto
a los hábitats naturales y a la biodiversidad. La transición energética tiene que ser
justa y no puede ser un vector que deje a gente atrás, favoreciendo el desarrollo
local, a la vez que se socializan los beneficios entre la población de los territorios
donde se ubican los proyectos. Podemos es la garantía de que está máxima se cum-
ple y no se queda en un mero eslogan.

La regulación adecuada de los mercados eléctricos pasa por reducir problemas


como la pobreza energética o fomentar la eficiencia energética con nuevas estruc-
turas de costes eléctricos que pongan primero a la población, frente al oligopolio
energético. Resulta fundamental aprovechar la descarbonización y la emergencia
climática para transitar hacia modelos de generación, distribución y comercialización
desde el sector público que rompan el mercado oligopolístico actual gestionado por
unas pocas empresas.

En lo que respecta a los recursos hídricos, el agua debe estar al servicio


de la población tanto para su consumo, como para la generación de energía,
garantizando la biodiversidad y preservación de las funciones ecológicas, reco-
nociendo su valor más allá de los usos humanos y la necesidad de protección del
recurso también para generaciones futuras. Todo ello pasa por contar con una ges-
tión pública que evite maximizar beneficios empresariales a costa de encarecer
el acceso al recurso para la población y que tenga en cuenta los escenarios futu-
ros de adaptación al cambio climático. Se requiere una apuesta decidida por la
recuperación del agua como servicio público y por emprender procesos de remu-
nicipalización de la gestión del agua. Debemos poner fin a los largos años de privati-
zación de servicios públicos mediante condiciones claramente perjudiciales para las
Administraciones Públicas y el conjunto de la ciudadanía.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

En cuanto a la gestión de residuos es prioritario extender una gestión de re-


siduos enfocada a la reducción, que fomente la reutilización y donde el reciclaje
y la valorización sean la alternativa última de la cadena mediante una gestión que
anteponga el beneficio común, una gestión pública de la recogida y tratamiento
de residuos que tienda a remunicipalizar los servicios de recogida y tratamiento en
aquellos lugares donde se han entregado a las grandes empresas del sector, dotando
de efectivos suficientes y condiciones justas al empleo.

Hemos de cumplir las políticas que ya se han marcado desde nuestras áreas
en el Gobierno de España y otras instituciones donde gobernamos. Concretamente,
la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 supone la materialización práctica
de una senda transformadora en la que debe profundizarse con políticas más
ambiciosas que nos permitan alcanzar un horizonte de justicia social, territorial
y climática en clave ecologista, feminista y de empoderamiento y soberanía de nues-
tro país y su gente.

11.3 Servicios públicos, papel del Estado y soberanía

Una de las lecciones de la pandemia de la COVID-19 es que el subdesarrollo del Estado


del bienestar tiene enormes consecuencias para la salud, la economía y el bienestar
de la población, especialmente de los sectores populares. España es el decimoprimer
país del mundo con una mayor mortalidad acumulada por coronavirus, alrededor
de 80.000 vidas, y no es casualidad después de más de una década de desmante-
lamiento de los servicios públicos sociales por parte del bipartidismo. Si compara-
mos la mortalidad española con la de los países con los Estados del bienestar más
desarrollados de nuestro entorno, España tiene una mortalidad acumulada por cada
100.000 habitantes de 168, frente a los 43 de Dinamarca, los 17 de Finlandia o los
14 de Noruega. No es casualidad que estos estos países también tengan menores
desigualdades por clase social y género o mayor sensibilidad ecológica.

El desmantelamiento del Estado del bienestar constituye un auténtico desastre


social y económico, en tanto que recorta derechos sociales, desprotege a los traba-
jadores y deja a la economía a merced de los inestables ciclos económicos. Hemos
visto a miles de sanitarios enfrentándose sin descanso a la mayor pandemia desde
hace un siglo con medios claramente insuficientes, exponiendo su salud (física
y mental) y la de sus familias y millones de trabajadores esenciales han manteni-
do el país en marcha en los momentos de mayor riesgo e incertidumbre. En esta
situación, también hemos visto cómo miles de niños y niñas de familias con escasos
recursos han estado en clara desventaja educativa frente a sus compañeros y com-
pañeras de familias acomodadas cuando se cerraron las escuelas y cómo las mujeres
han tenido que interrumpir, otra vez, sus carreras profesionales para cuidar de sus
hijos e hijas confinados.

En definitiva, hemos sido testigo de cómo los servicios sociales carecen en


muchas ocasiones de medios y personal para prestar correctamente la atención
que deberían; las prestaciones a los hogares son insuficientes, dispersas y en ocasio-
nes están mal enfocadas; tenemos graves carencias de infraestructuras sociales que

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

garanticen una correcta atención a la conciliación y a los cuidados —escuelas de


0 a 3 años, redes de atención domiciliaria—; la precariedad laboral emerge nueva-
mente como un problema estructural de nuestro mercado de trabajo, con conse-
cuencias muy negativas sobre las prestaciones y el bienestar de millones de personas
que presentan vidas laborales erráticas y trabajos de baja calidad y bajos salarios; los
problemas de acceso a la vivienda siguen siendo una asignatura pendiente en nues-
tras políticas de bienestar, en particular para la población más joven y con menos
recursos económicos; y el sistema de cuidados geriátricos, de atención a las perso-
nas mayores, las residencias y el Sistema de Atención a la Dependencia han revelado
fuertes carencias de medios, infradotación de recursos médicos, ratios de personal
insuficientes, así como fuertes diferencias entre unos territorios y otros. Además,
este sistema de atención a la dependencia se encuentra privatizado en su mayoría,
tanto en la ayuda a domicilio como en las residencias, donde los fondos de inversión
se han hecho con buena parte de los grupos de residencias geriátricas. Tenemos que
replantear el modelo de dependencia, avanzando en su constitución como cuarto
pilar del Estado del bienestar, lo que necesariamente implica su progresivo paso al
sector público, su transformación en un modelo de atención a domicilio centrado en
la persona y la obtención de los recursos necesarios que garanticen su sostenibilidad.

La desigualdad no es un fenómeno natural al que tengamos que resignarnos


o, mucho peor, como sugieren las derechas, el motor del progreso económico, sino
la consecuencia directa de las políticas de recortes y precarización de las condiciones
de vida de las clases populares, impuestas por el consenso bipartidista, mantenien-
do a España en un estado de subdesarrollo social inaceptable en cualquier sociedad
democrática avanzada.

Sin embargo, la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno español ha puesto


freno al desmantelamiento del sector público y, con mucho esfuerzo, se han creado
las condiciones para dar una respuesta radicalmente opuesta a la que se dio en la
crisis anterior, es decir, apostando por el papel del Estado para el sostenimiento
y mejora de la calidad de vida y bienestar de la ciudadanía. Especialmente en
los momentos de crisis es el sector público el único que puede frenar la destruc-
ción de puestosde trabajo o crear nuevos y dar respuesta a las necesidades de
los ciudadanos.

Sin embargo, queda todavía mucho trabajo por hacer y es imprescindible que
se defiendan tres dimensiones clave del papel del sector público.

En primer lugar, la defensa de los servicios públicos. Durante décadas, ha habi-


do una ofensiva neoliberal a nivel internacional que ha pretendido revertir todos los
avances en el desarrollo del Estado del bienestar, rompiendo con el pacto social pos-
terior a la Segunda Guerra Mundial. España, que hizo la Transición en medio de dicho
proceso de desmantelamiento, nunca ha logrado superar su subdesarrollo social. Sin
embargo, en este contexto hostil y con muchísimas resistencias, la movilización de las
izquierdas y de la resistencia antifascista logró forzar el desarrollo de las estructuras
público-sociales de las que actualmente disponemos. Desde sus orígenes, Podemos
siempre ha defendido que la única forma de evitar que los ciudadanos sean tratados
como mercancía es mediante una potente red de servicios públicos de calidad que

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

proporcionen las condiciones materiales básicas para el libre desarrollo del proyecto
vital de cada uno.

No es posible una verdadera reconstrucción sin reforzar los servicios sociales


públicos: garantizando sus prestaciones como un derecho de ciudadanía, aumen-
tando su dotación presupuestaria, y reivindicando la eficacia de los servicios sociales
y cuidando a los y las profesionales de los servicios sociales.

Reconstruir nuestra economía a partir de los derechos sociales y la protección


colectiva de lo que nos une debe pasar también, en definitiva, por una revisión del
modelo de cuidados de larga duración, para construir un sistema universal, público y
suficiente que garantice la autonomía funcional de las personas dependientes y per-
mita el reparto del trabajo de cuidados, que actualmente recae sobre las mujeres.

En segundo lugar, el papel activo del Estado. El Estado no puede quedarse


de brazos cruzados ante las crecientes necesidades de sus ciudadanos, golpea-
dos por dos crisis económicas sin precedentes en una década. La aprobación del
Ingreso Mínimo Vital, la extensión de los ERTE, el Plan de Choque para la Atención
a la Dependencia, las propuestas para la nueva de la Ley de Vivienda, la deroga-
ción de la reforma laboral, las leyes a favor de la igualdad de género, la defensa del
consumidor y las reformas del sistema universitario que facilitan el acceso de las
clases populares a la universidad, son algunos ejemplos del papel activo que debe
desempeñar el Estado para con sus ciudadanos. Dar respuesta a las necesidades
sociales es fuente de legitimidad democrática y una de las herramientas más eficaces
para combatir la creciente polarización que da alas a la extrema derecha y a la radica-
lización de la derecha extrema.

Por último, reforzar la soberanía en materia social. Entendemos por soberanía


en materia social la capacidad de un país para proveerse a sí mismo de aquellos ele-
mentos esenciales que garantizan el bienestar y calidad de vida de sus ciudadanos.
El desarrollo industrial mediante la digitalización y la economía verde como motores
económicos han acaparado prácticamente toda la atención en lo relacionado con
la modernización de la economía española, especialmente a partir de la aprobación
de los fondos Next Generation de la UE. Sin embargo, si bien son ámbitos necesarios,
es muy importante añadir a ellos el Estado del bienestar y la industria que provee de
los bienes necesarios para su funcionamiento. Otra vez ha sido la pandemia la que
ha puesto de manifiesto los enormes déficits de la industria española en lo social
y no debemos olvidar los meses dramáticos en los que no pudimos proporcionar
mascarillas, respiradores o equipos de protección individual a nuestros sanitarios por
carecer de la capacidad productiva nacional y tener que ir a buscar estos bienes a un
mercado global quee funcionó en esos momentos con lógicas de piratería. Tampoco
debemos olvidar que el ritmo de vacunación está siendo más lento de lo que
debería y enormemente desigual entre los diferentes países del mundo por culpa de
la existencia de patentes que centralizan y ralentizan la producción en las vacunas,
engrosando a la par los beneficios de la industria farmacéutica y la lista de fallecidos
en todo el mundo.

Desde Podemos apostamos por una recuperación de la soberanía y por la


implantación de una infraestructura industrial que dé respuesta a sus necesidades

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

básicas, considerando al Estado del bienestar como parte de esta con el objetivo
de dinamizar la economía y crear puestos de trabajo de calidad, de forma directa,
en los servicios públicos, e indirecta mediante la facilitación de la integración de la
mujer al mercado de trabajo remunerado en igualdad de condiciones con el hombre.
La recuperación económica exige incluir lo social como centro de la recuperación.

En la última década se ha desarrollado un modelo impositivo donde las ren-


tas de las familias son las más perjudicadas y los grandes patrimonios y empresas
aportan menos que antes de que empezará la crisis, a pesar de tener mayores be-
neficios. La carga tributaria recae excesivamente en las rentas del trabajo y en los
impuestos indirectos, por lo que la contribución fiscal que realizan los hogares es
superior a la que están realizando las rentas empresariales de las grandes corpora-
ciones y grandes fortunas. Somos conscientes de que garantizar la calidad de servi-
cios públicos y fortalecer el Estado del bienestar también pasa ineludiblemente por
defender la justicia fiscal.

Esta concepción del papel del Estado como garante de unos servicios públicos
de calidad así como de una industria estratégica, además de suponer un elemento de
justicia social y de garantía de derechos para todas las personas, además es la política
económica más inteligente. En una economía como la española en la que el con-
sumo interno es uno de los principales motores de crecimiento, es mucho más efi-
ciente que amplias capas de la población puedan disfrutar de un poder adquisitivo
digno que les permita acceder a bienes y productos dinamizando de esta manera
la economía y generando prosperidad en sectores que son muy intensivos en crea-
ción de empleo, que dejar que ese dinero se derive hacia la especulación o hacia
la inversión en sectores revistas y poco productivos, como ocurre cuando la mayor
parte de este capital se sitúa en las manos de unos pocos. En pocas palabras,
la justicia social y la justicia fiscal son también la mejor política económica.

11.4 Por un modelo educativo público, laico, inclusivo y feminista

La educación pública, junto a la sanidad o los servicios sociales, fue una de las gran-
des damnificadas por las políticas austericidas de la década pasada. Desde 2010 el
presupuesto educativo se llegó a contraer en 7000 millones de euros, lo que nos
situó en unos niveles de inversión similares a los de la década de los ochenta: un 4%
de inversión frente al 5,6% de los países de la OCDE o el 7% de los países nórdicos.

En este contexto, la LOMCE y la contrarreforma educativa de los Gobiernos del


PP vinieron a establecer las bases de un proyecto educativo profundamente elitista
y segregador.

La nueva dirección de Estado que ha abierto el Gobierno de coalición se ha


puesto de manifiesto en el ámbito educativo con la reversión de los recortes del PP,
el aumento de la políticas de becas y ayudas al estudios, pero, sobre todo, con la
aprobación de la LOMLOE en diciembre de 2020. La LOMLOE no solo ha supuesto
la derogación de la LOMCE, la ley del ministro Wert, sino que ha permitido avanzar
en la extensión de la educación pública como no se había logrado en décadas pa-
sadas, ya que por primera vez desde la restauración democrática se establece que

27
DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

la educación pública constituye el eje vertebrador del sistema educativo. Además,


y a pesar de las vacilaciones iniciales del socio de Gobierno, la LOMLOE ha puesto
fin a las subvenciones a centros que segregan por sexo, ha impulsado la universa-
lización de la educación 0-3 y ha supuesto la introducción de nuevas regulaciones
en la educación privada-concertada para evitar la segregación por origen social, étnico
y económico.

La intensidad de los avances educativos dependerá de la fuerza que tenga


Podemos en el Estado y en las comunidades autónomas en los próximos años,
en particular para asegurar la equidad del sistema educativo a partir del fortaleci-
miento de la red pública. Uno de los desafíos más perentorios para garantizar la cali-
dad de nuestro sistema educativo es reducir las ratios de alumnado por aula. Algo en
lo que ya se ha avanzado en la situación generada por la pandemia de la COVID-19,
y en lo que no nos podemos permitir dar pasos atrás. Además, resulta imprescindi-
ble reducir la elevada tasa de interinidad, que vulnera los derechos del profesorado
y merma la calidad educativa al dificultar la continuidad de los proyectos educativos.

La construcción de una sociedad democrática avanzada también pasa por


relanzar el debate del laicismo en las escuelas. La censura parental fomentada
por la ultraderecha representa una amenaza para la libertad, la diversidad y los valo-
res democráticos de nuestra sociedad. Frente al riesgo de retroceso que representa
la ultraderecha, es necesario impulsar un modelo educativo público, laico, inclu-
sivo y feminista que promueva el conocimiento y respeto de los derechos humanos
y la promoción de valores cívicos y comunitarios.

11.5 Una nueva oportunidad para la ciencia

En el ámbito de ciencia e investigación también venimos de lo que se ha denominado


como «década perdida». Si en 2008 estábamos a cinco décimas de la media de la
Unión Europea en gasto de I+D, en 2020, cuando entra en escena el Gobierno de
coalición, la brecha que nos separa de Europa casi se había duplicado. Según
la Confederación de Sociedades Científicas de España, en la década perdida nuestro
país dejó de invertir 20 000 millones de euros en ciencia e innovación.

Sin embargo, la crisis de la COVID-19 ha supuesto un nuevo contexto y una


nueva oportunidad para la ciencia. A pesar de los discursos pseudocientíficos
o anticientíficos enarbolados por la extrema derecha de los Trump, Bolsonaro o
Abascal, las sociedades confían más que nunca en la ciencia, hablan más que nunca
de ciencia y esperan más que nunca de ella.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2021 han supuesto un cambio
de tendencia para el I+D+i, con un aumento del 60% respecto del pasado año.
La investigación científica constituye la política palanca que España necesita para
acelerar un cambio de modelo productivo orientado hacia sectores de alto valor
añadido que reduzca la dependencia del turismo y la construcción. No se trata de ser
un país muy rico para invertir en investigación científica, sino de investigar para
generar valor e innovación. Para ello, la investigación científica necesita una financia-
ción adecuada y estable.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

La inversión en I+D+i, en este sentido, es imprescindible para impulsar


un proceso de reindustrialización que organice la transición ecológica, la creación
de empleo de calidad y la cohesión social. Se trata, en definitiva, de elegir entre
ser un país que apuesta por el desarrollo tecnológico propio y que de esa manera
recupera soberanía o persistir en el esquema de la dependencia y en el secular
«que inventen ellos».

Son muchas las dificultades, los obstáculos y las inercias que dificultan la con-
secución de estos objetivos. En primer lugar, tenemos que afrontar el desajuste entre
el sistema científico-tecnológico y el sistema productivo: algo que tiene que ver fun-
damentalmente con unas élites económicas que han buscado las tasas de renta-
bilidad en otros sectores económicos y que apenas han reintegrado los beneficios
en los sectores de la investigación y de desarrollo.

Para superar este modelo infradesarrollado y dependiente, necesitamos apos-


tar por un nuevo liderazgo público del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación
que permita activar los procesos de transferencia del conocimiento y blindar la ren-
tabilidad social de las innovaciones financiadas con fondos públicos. Asimismo, es
necesario repensar los procesos de evaluación de la calidad investigadora, asegu-
rar el acceso abierto a la producción científica y agilizar la gestión de los proyectos
y organismos de investigación, garantizando la existencia de controles eficaces.

Además, como prioridad política, Podemos mantendrá una posición firme en


la defensa de los derechos del personal de investigación. Miles de investigadoras
e investigadores han sufrido las consecuencias de una década perdida en I+D+i,
teniendo que emigrar a otros países o encadenando contratos temporales y preca-
rios. La anunciada reforma de la Ley de la Ciencia de 2011 debe servir para garantizar
la estabilización de las y los investigadores.

11.6 El empuje de la juventud

En todo proceso de transformación política juega un papel clave la juventud, una


etapa de la vida hoy sin final definido. Ante la falta de voluntad política de Gobiernos
anteriores para dar respuesta a la incertidumbre vital que atraviesa a los y las jóvenes,
la alternativa ha sido retrasar su incorporación a la edad adulta. No se percibe como
aceptable que una persona adulta no tenga las condiciones materiales que le permi-
ten construir un proyecto de vida autónoma, sin embargo, sí se acepta como normal
que los jóvenes no tengan trabajo decente y vivienda digna. Como consecuencia,
la única respuesta que la juventud recibe es ampliar la etapa de la juventud, que
queda ligada a la precariedad.

Muchas veces se ha catalogado a nuestra juventud como «la generación mejor


preparada de la historia», se le ha dicho que estaba llamada a continuar una espe-
ranzadora senda en la cual las personas —al llegar a la vida adulta— vivirían mejor
que sus progenitores; pero la crisis financiera de 2008 llegó y tumbó todos los planes
y todas las expectativas que la sociedad tenía para la juventud. Parece haber un cier-
to consenso entre los medios de comunicación y organismos financieros en que la

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

crisis de 2008 acabó en 2014. No ha sido así para las personas jóvenes que, aunque
no se rinden, han aprendido a sobrevivir rodeados de una precariedad que ha sido
acordada e instaurada en el ADN de nuestro modelo económico actual.

La juventud no es solo una etapa, es un colectivo que comparte una condi-


ción social en el escenario de las relaciones de poder. La existencia de un sistema de
dominio de las personas adultas sobre las jóvenes tiene un reflejo discriminatorio
en su vida cotidiana.

A la precariedad se une la criminalización del colectivo. En el último año,


marcado por la COVID-19, se ha extendido la idea de una juventud como un grupo
homogéneo que pone en riesgo la salud y la seguridad del conjunto de la pobla-
ción, reforzando así una imagen negativa de las personas jóvenes. La hipervisibiliza-
ción y generalización de actuaciones de una minoría, contrasta con la invisibilización
de otras acciones realizadas por jóvenes comprometidos con el bien común, como
las redes de apoyo vecinal, los cuidados a mayores y la protección de nuestro en-
torno. Resulta sintomático que la atención mediática se haya centrado más en el
comportamiento irresponsable de una minoría de jóvenes, en lugar de hacerlo en los
problemas estructurales que la juventud viene arrastrando desde la crisis del 2008
y que se han visto agravados por esta nueva crisis derivada de la pandemia.

A raíz de una determinada visión política, los jóvenes siguen sin ver garantizados
principalmente tres derechos: educación, empleo y vivienda.

Cabe señalar que durante años la derecha ha construido el mito de que el


futuro de cada joven depende exclusivamente de su esfuerzo. En base a esta ideo-
logía falsa de la meritocracia se ha fomentado un sistema educativo que ha averiado
el ascensor social que tiene que ser la educación. La brecha entre las expectativas
prometidas al estudiar y las oportunidades disponibles tiende a seguir agravándose
y no se reducirá hasta que se produzca un blindaje total de la función igualadora
de la educación pública, universal y de calidad.

Cierto empresariado español —y esto hay que decirlo con todas las letras—
ha estado explotando a los jóvenes trabajadores de este país empleándolos bajo la
categoría de becarios cuando en realidad los utilizaban para sustituir a trabajadores
normales. Las prácticas se han convertido en la nueva mano de obra barata y dece-
nas de miles de jóvenes se ven abocados a percibir salarios basura, si es que reciben
alguna remuneración. Es inadmisible sostener estas vulneraciones de los derechos de
los trabajadores y trabajadoras para engrosar los bolsillos de una minoría que no ha
respetado el sentido de esa figura y, en un sentido similar a lo que ocurre con la fi-
gura del autónomo para los riders, la han utilizado de forma fraudulenta. El artículo
35 de la Constitución de 1978 debe ser respetado. La figura del becario ha servido
solamente para vulnerar el derecho fundamental a recibir un salario digno que tiene
todo trabajador.

Respecto al empleo, en lugar de fomentar empleos de alto valor añadido, inver-


tir en I+D+i y en una reindustrialización sostenible partimos de una desventaja com-
petitiva por la existencia de un modelo productivo dependiente del sector servicios,

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

lo que contribuye a que España tenga unos niveles muy altos de paro juvenil. A esa
condición estructural se suma una reforma laboral del Partido Popular, que convirtió
la excepción en norma instaurando la precariedad como núcleo central del mercado
de trabajo español. Nos encontramos en un sistema laboral dual que se apro-
vecha de la juventud, un sistema que facilita la contratación en épocas de bonanza
aunque sea con condiciones precarias, pero que expulsa a los y las jóvenes a bajo
coste cuandose presentan crisis de consumo.

El sistema económico y mediático que hemos heredado espera que la juventud


estudie uno o dos grados, un máster como mínimo, que complemente esos cono-
cimientos con cursos especializados y que sepa hablar con fluidez castellano, inglés
y un tercer idioma. Cualquier otra fórmula alternativa a la educación universitaria,
como por ejemplo la Formación Profesional, es continuamente desprestigiada, im-
plantando en la sociedad la idea de que si no has ido a la Universidad, has fracasado
en la vida. Si somos la generación más preparada, somos también la menos valorada.
Una vez acabados los estudios, la recompensa es encadenar de uno a tres años de
becas o prácticas (poco o nada remuneradas), alguna de ellas en el extranjero, no
como medio de formación y aprendizaje, sino como una forma institucionalizada de
precarización. La educación y los cursos no son suficientes para demostrar lo que
valen las personas jóvenes y no hay contrato que no vaya acompañado de seis meses
de periodo de prueba. Todo ello, además, acompañado de un bombardeo mediáti-
co y publicitario que edulcora esta precariedad con palabras de «inconformismo»,
«independencia» o «ganas de salir de tu país». Además, parece que los y las jóvenes
solo pueden aspirar a un contrato de obra y servicio, a través de alguna subcontrata,
en el que el trabajo que debe realizarse está tan vagamente descrito que se puede
dar la «obra» por finalizada en cualquier momento. Son también habituales los con-
tratos temporales y las sustituciones para cubrir bajas varias sin opción a un contrato
indefinido, sin importar cuánto te esfuerces ni lo bien que lo hagas.

Es esencial mejorar las condiciones de trabajo de la juventud, actualmente


caracterizada por una alta tasa de temporalidad y parcialidad y agravada por lava-
riable de género. Aún queda muchísimo por hacer pero cabe señalar que a la actual
crisis sanitaria, económica y social se está dando una respuesta opuesta a la que se
dio en 2008, lo que ha dado como resultado una amortiguación de los efectos nega-
tivos de la crisis sobre la juventud. Solo una apuesta política firme y de largo alcance
basada en la protección de los derechos laborales, y en el horizonte verde y morado
como vectores del empleo decente, puede suponer una reversión de la situación.

A la precariedad laboral sistémica descrita anteriormente se une la imposi-


bilidad de emancipación. Observamos una tedencia a la baja de la tasa de eman-
cipación durante la última década, que hace que nos encontremos en mínimos
históricos. Ninguna persona joven se plantea ya comprar una vivienda.
Ahora bien, sí se plantea dejar atrás el estigma social de tener treinta años y se-
guir viviendo con los padres, y se asume que el alquiler es la única opción
y que, inevitablemente, compartirás vivienda durante años. En resumen: la preca-
riedad e inestabilidad laboral impiden que la mayoría de personas jóvenes
pueda acceder a una vivienda en propiedad, y los elevados precios
de la vivienda en alquiler tampoco facilitan que la juventud se pueda independizar, lo

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

que les deja como única alternativa continuar viviendo con su familia. Por ello, desde
Podemos hemos defendido siempre la regulación de precios del alquiler en zonas de
mercado tensionado, así como medidas encaminadas a ampliar el parque público de
vivienda social y garantizar que ninguna persona quede sin alternativa habitacional.

Ante este panorama socioeconómico desalentador, la juventud ve trunca-


das sus aspiraciones, lo cual favorece el surgimiento de graves problemas de salud
mental, agravadas por la situación de la pandemia. Desde Podemos hemos alertado
del déficit de recursos en nuestro sistema de salud pública y de las consecuencias
que tiene para el conjunto de la ciudadanía.

La profundización democrática debe venir de la mano de las personas jóvenes.


Podemos debe continuar facilitando espacios de participación política autónomos
y compartidos, que den a las personas jóvenes la oportunidad de asumir responsabi-
lidades y trabajar por cambiar estas realidades, aportando su potencial como agentes
de cambio para la transformación social ya que en multitud de ocasiones los y las
jóvenes ya han demostrado ser conscientes de las desigualdades y estar compro-
metidos con la justicia social. En España tenemos una juventud que lidera los mo-
vimientos feministas y ecologistas y que no va a permitir un retroceso democrático.
Podemos apoyar a los colectivos juveniles en su lucha y en la conquista de su futuro
no solo cediendo espacios, sino estando presentes y protagonizando, junto a ellos
y ellas, su lucha, que se acabará enfocando hacia la militancia en nuestra organiza-
ción, como protagonistas de su desarrollo.

11.7 Erradicar la corrupción

Hace tres años que la moción de censura cambió definitivamente el rumbo de la po-
lítica en nuestro país. La primera que ha triunfado en democracia, el primer Gobierno
de coalición de la gente y un rey a la fuga tras destaparse su herencia de casos de co-
rrupción y fraudes durante 39 años de reinado. La sentencia de la Gürtel no supuso
únicamente sacar de la Moncloa a Rajoy, puso de manifiesto la estructuralidad de un
sistema de corrupción institucionalizado que servía para enriquecer a unos pocos a
costa de pisar los derechos de toda la ciudadanía y socavar el interés general.

Nuestra formación siempre se ha mantenido firme en el compromiso de garan-


tizar un buen gobierno, al servicio de toda la ciudadanía, haciendo un uso eficiente
y eficaz de los fondos públicos. No obstante, aún quedan muchas alfombras que le-
vantar, mucho polvo que limpiar y cloacas que sanear. Los poderes fácticos de este
país han levantado barricadas legales para mantenerse en el poder, seguir utilizando
la actuación administrativa para favorecer a los mismos operadores económicos y sus
intereses. Estos han de ser algunos de los objetivos: lograr una mayor uniformidad
jurídica que ponga el acento en evitar las redes clientelares en torno a las diferen-
tes modalidades de contratos del sector público y las constantes modificaciones de
la ley, establecer mecanismos preventivos de control y fortalecer la transparencia en
todos los procesos de licitación, así como asegurar que las autoridades independien-
tes competentes garanticen el cumplimiento de los principios generales de la actua-
ción administrativa.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Además, es esencial dotar al sistema de herramientas que faciliten la denuncia


de malas prácticas institucionales y faciliten la investigación de casos de corrupción
relativos a la gestión de los recursos públicos. En este sentido, se plantea regular un
estatuto integral que proteja a quienes denuncian la corrupción y que garantice la
confidencialidad de su identidad en línea con la directiva europea aprobada en 2019
y todavía no traspuesta.

11.8 Combatir el avance de la ultraderecha y la difusión de odio y mentiras

En los últimos años el avance de la ultraderecha es un fenómeno de carácter interna-


cional que está teniendo especial cabida en varios países de Europa. Mediante una
estrategia basada en la difusión de mensajes de odio, mentiras y bulos replicados
demasiadas veces en medios de comunicación de masas, y a través del apoyo de
creadores de contenidos y del uso de bots en redes sociales, la ultraderecha ha con-
seguido espacios en todo el mundo que hasta ahora tenían vetados.

Dicha extensión no supone, en absoluto, una coincidencia de varios movi-


mientos aislados, sino que por el contrario es el resultado de una serie de relaciones
establecidas entre estos movimientos con el objetivo de apoyarse entre ellos en sus
respectivos países. En España, ese apoyo y coordinación se ha traducido en un creci-
miento exponencial del discurso de ultraderecha en plataformas digitales, medios de
comunicación y en los diferentes parlamentos, que además ha tenido su réplica por
parte de partidos tradicionales de derecha e incluso sectores minoritarios de otras
partes del espectro político.

El reto de frenar la espiral del avance de formaciones de ultraderecha, pero


sobre todo de la normalización de su discurso y del retroceso ético, democrático y de
derechos y valores, no solo incumbe a Podemos como formación política señalada
como enemigo a derrotar por todo este movimiento, sino a toda la ciudadanía en
defensa de los principios que como sociedad hemos consensuado.

Algunas de las ideas y planteamientos para frenar los discursos de odio,


la violencia, el uso de la mentira y la difamación como arma y el recorte de derechos
humanos que plantea la ultraderecha serían las siguientes:

• Antes de realizar cualquier plan de acción para frenar a la ultra-


derecha es importante conocerla, saber quienes son sus actores
principales, sus métodos, sus financiadores, sus conexiones inter-
nacionales, sus herramientas comunicativas. Este conocimiento
debe socializarse, tiene que articularse desde un debate amplio
en la sociedad, un debate pedagógico y por supuesto en clave
internacional, porque la problemática es global.

• La batalla no puede ser solo política o partidista, se tiene que


dar en todos los ámbitos. Las formaciones políticas deben plan-
tear líneas rojas en todas las propuestas que estén en contra de
los derechos humanos, pero esa medida será insuficiente si no se

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

acompaña de las acciones para combatir estas ideas desde todos


los formatos digitales y comunicativos, culturales, mediáticos, ins-
titucionales, legales, asociativos y desde espacios de pensamiento.

• No se puede combatir a la ultraderecha ni con sus formas


ni con sus métodos: Uno de los objetivos de la estrategia comuni-
cativa de la ultraderecha es provocar a la sociedad o rivales polí-
ticos, para debatir en sus marcos políticos o para ser respondidos
con la misma vilurencia y activar a sus seguidores como respuesta
contra toda la izquierda.

La importancia de los medios de comunicación y los verificadores de noticias


falsas tienen un papel fundamental en la sociedad, especialmente en el freno de
los discursos de odio y difusión de noticias falsas. En los últimos años vemos con
preocupación un aumento de los discursos de odio y la difusión de noticias falsas en
los medios con más audiencia, en muchos casos por la inclusión en la parrilla y en los
comunicadores de estos medios de miembros de la alt-right o de digitales de noti-
cias falsas. Es necesario un debate público y un consenso desde las organizaciones
de periodistas para frenar la deriva a la que las empresas propietarias de los principa-
les de comunicación del país están llevando al periodismo de nuestro país. Por otro
lado, los fact-checkers u organizaciones que verifican informaciones falsas o campa-
ñas de desinformación, hacen un buen trabajo en nuestro país, pero a todas luces
insuficiente, ya que el impacto de la mentira siempre es mucho más alto que el de
las rectificaciones, y no existe ningún tipo de consecuencia para aquellos que difun-
den bulos o noticias falsas.

Como organización política no debemos dar ni un paso atrás por las presiones
mediáticas y narrativas, y seguir defendiendo la libertad de expresión pero también
el derecho a recibir información veraz, como recoge el artículo 20 de nuestra
Constitución, así como el derecho al honor de las personas cuando, a través de
mentiras, son difamadas, calumniadas o injuriadas. Debemos seguir defendiendo
la tolerancia y el respeto a los derechos humanos como bases fundamentales de la
democracia, luchando contra los discursos de odio y las mentiras para seguir defen-
diendo los derechos de todas las personas.

11.9 Derechos humanos: migraciones, antirracismo y ciudadanía

Queremos una sociedad inclusiva en la que cada persona sea parte de todo el en-
granaje de la sociedad y tenga acceso a los derechos sociales, políticos, laborales
y de género para crear un ambiente donde la diversidad cultural y social sea la clave
del desarrollo social.

La transversalidad del antirracismo responde a la necesidad de caminar hacia


formas de participación más inclusivas, dinámicas y comprometidas con las realida-
des complejas y plurales en la era que vivimos. Apostamos por ello por la puesta en
marcha de políticas integrales que no se centren en la persona inmigrada o racializa-
da, sino que se centren en el origen y las consecuencias de la problemática concreta
sobre el conjunto de la población.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Las personas inmigradas y racializadas no son víctimas, son personas, sujetos


activos con derechos que el Estado debe trabajar para garantizar. Es imprescindible
que partamos del reconocimiento de la agencia, capacidad y subjetividad política de
las mismas. Es fundamental que la diversidad en la participación política, en la toma
de decisiones, en los espacios públicos y en la representación, no se dé exclusiva-
mente en los debates y espacios de decisión concernientes únicamente a la opresión
racial y de la condición migrante, sino que deben estar presentes en todos los deba-
tes sobre el devenir político y social de este país.

Por ello creemos que las políticas públicas deben estar orientadas a favorecer
la equiparación de derechos entre todas las personas y como instituciones públi-
cas creemos que debemos cumplir un papel garantista y establecer mecanismos
que permitan la exigibilidad de derechos. Tenemos la obligación y la necesidad
de establecer con mayor contundencia y compromiso una perspectiva antirracista
desde dentro del partido. Impulsar y vertebrar las políticas antidiscriminatorias y de
igualdad que los movimientos antirracistas vienen exigiendo. Una perspectiva antirra-
cista transversal basada en la visibilidad, la representatividad, el reconocimiento y la
reparación como una condición capital para la construcción de un proyecto político
que no deje a nadie fuera.

Consideramos que es necesario dar prioridad al concepto de ciudadanía, lo


que implicaría poner en primer lugar el hecho de residir y, a la vez, separar el acceso
a los derechos políticos del grado de identificación nacional porque dar primacía a la
ciudadanía sobre la nacionalidad implica dar prioridad a la sociedad política, y con-
lleva una concepción menos orgánica de esa comunidad, más abierta. La participa-
ción política y la representación de las personas migrantes son primordiales para la
transformación social del país trabajando por el derecho al voto activo y pasivo.

Las calles, el movimiento antirracista y de las personas migrantes, exigen


con fuerza y contundencia un país que reconozca la diversidad étnico-racial, un país
con memoria que defienda la igualdad real y los derechos humanos. Un país que
quiera fortalecer su democracia sin que nadie se quede fuera.

Las crisis vividas en los últimos años nos han hecho evidente lo que las per-
sonas migrantes y racializadas ya sabían: que la desigualdad no nos afecta a todas
por igual; que la discriminación hunde sus raíces en estructuras históricas de do-
minación racial, colonial, patriarcal y capitalista; y que la ausencia de espacios
internos en un partido de una perspectiva antirracista nos debilita a nosotras y a
nuestra democracia.

Sin embargo, nuestro compromiso con la construcción de un partido am-


pliamente democrático inserto en una sociedad cada vez más igualitaria e inclusi-
va nos lleva a comprometernos fuertemente con la idea de no dejar a nadie atrás.
Somos conscientes que para ello es necesario tomar una serie de medidas valientes.
Es esencial luchar contra el racismo institucional.

La regularización de personas migrantes es un importante hito en este senti-


do, que acompañada de otras series de medidas puede ser la clave para apuntalar

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

los derechos y plantear, desde un marco de derechos humanos, soluciones estables,


más allá de las medidas adoptadas con carácter extraordinario fruto de la
situación actual.

Se trata no solo de la regularización de las personas migrantes sino del desa-


rrollo de otras medidas que durante los últimos años hemos venido defendiendo;
restablecimiento de vías legales y seguras; flexibilización de criterios de arraigo, rea-
grupación familiar y criterios de permiso de residencia y trabajo; garantizar el acceso
al procedimiento de las personas solicitantes de asilo y tramitación de expedientes
en tiempo y forma sin dilaciones; o garantizar los derechos de la infancia y juventud
migrante respetando siempre el interés superior del menor, entre otras cuestiones.

Todo ello sin olvidar nuestro compromiso con la elaboración de políticas públicas
migratorias que caminen hacia un horizonte distinto de gobernanza de las migraciones
en el que se respeten los derechos de todas las personas. Para ello consideramos im-
prescindible la derogación de la Ley de Extranjería y la elaboración de leyes de ciuda-
danía y de movilidad humana dignas y respetuosas con los derechos humanos.

Sin embargo es necesario, en tanto conseguimos llegar a ese horizonte,


seguir trabajando para ampliar derechos dentro del marco normativo actual, como ya
estamos haciendo con la reforma del Reglamento de la Ley de Extranjería o como
haremos con la elaboración del Reglamento de la Ley de Asilo.

Somos conscientes de la gran responsabilidad que nuestro país, junto con otros
países del sur de Europa tiene en impulso de un Sistema Común de Asilo real y eficaz
que ponga fin a la falta de homogeneidad en la protección internacional a perso-
nas refugiadas en los distintos países miembro y en concreto, de España, de expor-
tar el modelo de Salvamento Marítimo para la creación de una Agencia Europea de
Salvamento que sustituya al modelo FRONTEX orientado al control y no al rescate.

Somos frontera de Europa. Pero eso no se puede traducir en ser la policía


de control de fronteras a cualquier precio. Esto se ha de traducir en una visión justa
y humanitaria de las migraciones, que respete el derecho a migrar y el derecho
a la vida. Seguiremos trabajando por acabar con las devoluciones en caliente y por
la crueldad de las vallas de Ceuta y Melilla, así como por acabar con las muertes en
tránsito a nuestro país. Porque no queremos más muertes en nuestras fronteras.
Porque queremos que nuestro país, sea un país que respete el derecho a la vida
y luche porque así sea.

11.9.1 Pueblo romaní y lucha contra el antigitanismo

Las comunidades gitanas han vivido en Europa desde el siglo XIII. Cuanto más racional
e ilustrada se decía la civilización europea, más se le ha tratado como a un pueblo ex-
tranjero que, debido al uso de «costumbres extrañas», vendría a contradecir la «moral
de Occidente». Este estigma permanece hasta hoy y se manifiesta, por ejemplo, en las
encuestas europeas sobre intolerancia que informan periódicamente sobre altos nive-
les de hostilidad hacia las personas gitanas (FRA MIDI survey).

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Si miramos la historia de nuestro país, el Estado a través de sus más altas instan-
cias de poder ha emitido hasta trescientas medidas antigitanas, destinadas a eliminar
física o culturalmente la existencia de este pueblo distribuido por todos y cada
uno de los territorios de la península ibérica. Con la transición a la democracia,
España borró la «letra» de las formas de antigitanismo institucional, pero sus efec-
tos siguen operando a través de múltiples prácticas. Los espectros del antigita-
nismo siguieron sobrevolando nuestro país tras la muerte del dictador Franco,
en prácticamente todos los ámbitos: social, económico, político, educativo,
mediático y cultural.

En la reciente etapa democrática se han (re)configurado las formas de discri-


minación antigitana: chabolismo e infravivienda, segregación urbana y residencial,
barreras educativas, estereotipación cultural y mediática, infrarrepresentación po-
lítica, delitos de odio y una abismal brecha laboral. Según un reciente informe di-
rigido por la economista Sara de la Rica, la tasa de paro entre la población gitana
alcanza el 52%, tres veces más que la media nacional. Entre la población gitana,
el desempleo de larga duración supera el 70%. Tan solo el 26% de los gitanos
perciben rentas del trabajo, con un salario medio de 754 euros, frente a casi
el 60% de la población general, con 1.250 euros. Casi la mitad de la pobla-
ción gitana (46,4%) es «extremadamente pobre», con ingresos por debajo
de los 310,2 euros. Tomando como referencia la tasa Arope (At Risk Of Poverty
and/or Exclusion), el 92% de la población gitana está en situación de pobreza
o exclusión social.

En un acto institucional en memoria de las víctimas gitanas del Holocausto, el


entonces vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias pidió perdón al pueblo gitano
por los siglos de persecución y discriminación a los que ha sido sometido también en
España. Ahora le toca avanzar a nuestro proyecto político y acompañar esta acción
simbólica con más medidas programáticas. Durante mucho tiempo, el antigitanismo
ha sido el elefante en la habitación al que nadie miraba, instalado en todas las instan-
cias sociales, políticas y económicas, desde los medios de comunicación a las escue-
las, desde las empresas a los bares o los patios de vecinos y vecinas. En los últimos
años, sin embargo, la crítica al antigitanismo se ha hecho más presente que nunca
en la sociedad española y europea y ha ido ganando terreno en el debate político.

Además del compromiso de las propias comunidades gitanas y sus aliados


en los movimientos sociales antirracistas, es importante que nuestro proyecto po-
lítico tenga la audacia necesaria para generar nuevos marcos de pensamiento
y acción colectiva, desde un posicionamiento crítico con las prácticas institu-
cionales, sociales y culturales antigitanas. Y es que las políticas públicas dirigidas
a las comunidades y las personas gitanas resultarán fallidas, si no están respaldadas
por un compromiso social e institucional para combatir la profunda discriminación
antigitana (estructural y estructurante).

En el actual contexto de la amenaza del neofascismo y su presencia en las


instituciones, la lucha contra el antigitanismo debe verse como parte de una ba-
talla más amplia y crucial para todos y todas tanto en España como en el resto

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

de Europa. En la historia de los derechos humanos hay años en los que se avan-
zan siglos; y este nuevo ciclo político podría suponer el principio del fin del anti-
gitanismo y de otras formas de racismo ligadas a los procesos históricos coloniales
e imperiales de España y otros países de Europa.

11.10 Cultura diversa para una sociedad libre

«Las cosquillas que nos hacen algunas palabras al oírlas », escribía Alfonsina Storni para
referirse a la poesía como ese efecto del lenguaje cuando la palabra elegida acier-
ta con el momento. También Juan Diego Botto explica, desde su experiencia como
escritor, dramaturgo y actor, que el poder del arte reside en su capacidad de evo-
cación, en la vinculación de la cultura con nuestra biografía. Defendemos la cultura
como aquello que rompe la clausura de la descripción de la realidad que se impone
desde el poder, desde los poderes. Para que esa ruptura tenga lugar, el acceso a la
cultura tiene que estar garantizado para la gente en su mayor diversidad posible, faci-
litando que todos los discursos artísticos puedan encontrar su público. Esto supone,
además, el reconocimiento del trabajo cultural, de su capacidad como modelo pro-
ductivo, económico y generador de empleo, y sobre todo, el reconocimiento de los
derechos laborales de quienes hacen posible que la cultura llegue a la ciudadanía.

Evitemos determinadas máximas: no, la cultura per se no nos hace libres. Lo que
nos da herramientas de pensamiento crítico, lo que permite procesos de emancipa-
ción, es la posibilidad de acceso a las distintas manifestaciones y discursos culturales.
Si únicamente nos ceñimos a un canon deliberadamente reducido la cultura esta-
rá sirviendo para apuntalar una perspectiva determinada, y privilegiada, quedando
silenciadas (o potencialmente silencias) miradas y voces disidentes. La tarea que
tenemos como organización política es la de abrir el canon y al mismo tiempo
favorecer la prescripción de aquellas composiciones (en todos los ámbitos) que por
razones de género, clase, etnia, lengua, orientación sexual u identidad, pueden quedarse
fuera siendo producciones y obras muy valiosas para el conjunto de nuestro
imaginario colectivo.

En esta tarea es necesario además destacar que sin ciudadanía no hay cultura.
Este principio se ha ignorado repetidamente en las políticas culturales que a dere-
cha y a izquierda se han ido desarrollando desde la transición hasta nuestros días.
Grandes contenedores vacíos de contenido y de interacción con la sociedad, y un
proceso de privatización sin freno de las iniciativas más populares e interesantes
son los barros que explican estos lodos. Sabemos que es en los espacios vecinales,
de barrios y de pueblos, donde se plantean proyectos culturales de base quienes
encuentran una mayor respuesta ciudadana y donde se producen encuentros y ma-
nifiestaciones artísticas más interesantes e innovadoras. Y estos modelos los que-
remos y necesitamos para nuestras grandes y consagradas estructuras. Una cultura
nueva para los grandes museos del Estado, que no solo mantengan la historia en una
vitrina, sino que permita a la ciudadanía construir el museo cada día, que se permee
de su tiempo y de las gentes de ese tiempo.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Por las mismas, la capacidad de prescripción de la corporación de radio tele-


visión pública tiene que retomarse, dejar de ser una sucursal de otros grupos me-
diáticos y ornamento en el mejor de los casos, para colocar la riquieza y diversidad
cultural en el centro de las programaciones, descentralizando los focos de creación,
conectando las distintas manifestaciones que se producen en el conjunto del Estado,
fomentando vínculos y afectos desde el altavoz privilegiado del que dispone.

De hecho, si ahora mismo existe una manifestación innegable de la realidad plu-


rinacionalidad que vivimos son sus creaciones artísticas, musicales, cinematográficas,
poéticas. En Podemos hemos dicho con frecuencia que seamos de donde seamos
bebemos de la poesía de Gloria Fuertes, igual que de la de Rosalía de Castro, de la de
María Mercè Marçal, de la prosa de María Zambrano, de los versos de Berta Piñán,
de Paca Aguirre, de Tere Irastortza. El escritor Pablo García Casado lo decía ya hace
más de diez años en un artículo, que a él como cordobés le interpelaba y le cons-
truía —en su obra y en su vida— tanto lo que se escribía en Catalunya, como lo que
se escribía en Extremadura, en Navarra o en Murcia. Las generaciones más jóvenes
que ahora mismo están teniendo éxito y repercusión están recogiendo el arraigo y
la tradición (sin duda, es una deuda pendiente para las fuerzas políticas de izquier-
das saber qué hacer y cómo relacionarnos con la tradición, como bien señala Fruela
Fernández) y conectando identidades muy localizadas con otras partes del estado
español. Sabemos que tiene sentido hablar de plurinacionalidad porque existe inne-
gablemente una pluriculturalidad que se conecta, porque existe una riqueza lingüísti-
ca que pese a décadas de represión no se ha podido silenciar, al contrario.

Aunque el silencio es sin duda una amenaza que planea en el estado español
como en pocos en todo el mundo si vemos cuál es el número de artistas que están
en procesos judiciales por el ejercicio de su libertad de expresión a causa de la ley
mordaza. Nuestro compromiso con su derogación es firme, y nuestra preocupación
va más allá. Además de una censura judicializada existen mecanismos de injerencias
e interferencias, de exclusión de discursos que puedan perturbar al poder. Nada
tiene que ver esto que denunciamos y nos preocupa con lo que en los años noven-
ta se denominó «lo políticamente correcto» y ahora, aunque sigue siendo un térmi-
no propio de la retórica trumpista, hay quienes llaman poscensura. En realidad, esto
(y bien lo explica Lucía Lijtmaer en su ensayo Ofendiditos) lo único que persigue es
que aquellas manifestaciones que incurren una vulneración de derechos humanos
no puedan ser respondidas por la ciudadanía, por el público. Es habitual que esas
manifestaciones, propias o nutricias al discurso de odio, se realicen desde los espa-
cios de privilegio comunicativo. Y la mera respuesta de opinión, desde espacios ca-
rentes de poder, más allá del que cada quien pueda tener con un su propio perfil,
les sobreviene como una amenaza. Es necesario recalcar siempre que la censura solo
es censura en tanto que se ejerce desde el poder y criminaliza los discursos que ata-
can al poder. Atacar desde el privlegio a las comunidades más vulnerables y recibir
una crítica social por ello no tiene nada que ver con la censura.

Facilitar que todos los discursos llegan a su público pasa por una comprensión
material de la cultura. Evitemos la trampa de que la calidad de la cultura se decanta
con el tiempo y que nada digno de ser reconocido se quedará en un cajón, porque la
historia de la cultura está cimentada en voces y expresiones silenciadas e ignoradas.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Los procesos de recuperación y reivindicación de la genealogía que se han hecho por


parte del feminismo y del pensamiento decolonial son clara muestra de ello.

Garantizar las condiciones materiales en nuestro tiempo pasa por reconocer


la dignidad, los derechos laborales y el futuro de las y los trabajadores de la cultura.
El pacto alcanzado para el estatuto del y la artista y trabajadora de la cultura puso de
relieve la precariedad, intermitencia e informalidad a la que se ve abocado el sec-
tor. La cultura en nuestro estado tiene mucho más que ver con contratos irregulares
o hasta pago en especias por el trabajo que con alfombras rojas. Y debajo de esas
alfombras también hay precariedad las más de las veces. Estamos convencidas de
que el sector cultural ha de ser estratégico en nuestra economía. Tras los momen-
tos más duros de la pandemia y del confinamiento quedó patente la necesidad que
la ciudadanía tiene de la cultura para su propia salud, de la misma manera que quedó
evidenciada la difícil situación de quienes trabajan en el sector cultural. Creadoras,
técnicos, investigadoras e intérpretes necesitan condiciones materiales dignas,
reconocimiento social de su trabajo. Y plantearlo en clave de reconocimiento y pro-
puesta de futuro para la cultura dentro de nuestro modelo productivo y de nuestro
modelo social.

El cómo configuremos la cultura como parte del modelo productivo va a reper-


cutir en el imaginario colectivo. Por esto compartimos y nos sumamos a las reivin-
dicaciones de los muchos colectivos feministas de las distintas disciplinas artísticas.
Las mujeres del libro, las mujeres cineastas, las mujeres de las artes plásticas, de la
música. Para abrirle las costuras estrechas al canon es necesario asegurar la repre-
sentación justa en los espacios de la gestión cultural, el cumplimiento efectivo de la
ley de igualdad, y asegurar y dotar de recursos en condiciones a los espacios institu-
cionales encargados de analizar e impulsar iniciativas de acción positiva, para que la
historia de la cultura no siga siendo contada solo por unos, y prácticamente nunca
por unas.

Y además estamos absolutamente convencidas de que como organización po-


lítica debemos alejarnos de las zonas de confort a la hora de comunicar, de contar.
Asumir riesgos e innovar dentro de la creación visual, comunicativa. Defendemos el
buen diseño, la búsqueda de lenguajes. Hemos visto en la última campaña electoral
en la Comunidad de Madrid con la experiencia de La Oportunidad cómo el discurso
artístico es una herramienta muy eficaz para combatir los mensajes y las retóricas del
odio. Por esto, debemos ser valientes y tener arrojo a la hora de contar y contarnos
como organización política.

Una cultura orgullosa de su diversidad, de sus lenguas, de los y las trabajadoras


que la hacen posible, arraigada en las identidades y participada por las vecinas y ve-
cinos es fundamental para poder hablar de sociedades, de pueblos libres, emanci-
pados, críticos y también alegres y felices.

Y, para los más materialistas, cabe añadir que, además de todo esto, la riqueza
y diversidad cultural de nuestro país así como el potencial mercado mundial disponible
a nuestros productos culturales dibujan los mimbres para que una apuesta decidida
desde lo público y lo comunitario por un sector cultural fuerte no solamente sea una

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garantía de democracia sino además una enorme oportunidad de crecimiento en un


sector económico en el que España debería ocupar un sitio de vanguardia mundial.

11.11 Mundo rural vivo: recuperar y poner en valor la España vaciada

Las comunidades agroecológicas y los huertos ecológicos son aliados para fomentar
la educación agroecológica, apostando por variedades locales y por un modelo de
soberanía energética cercano al consumidor que reduzca las distancias culturales y
ecológicas entre los ámbitos rurales y urbanos.

La Revuelta de la España vaciada en marzo de 2019 en Madrid fue una moviliza-


ción sin precedentes que ponía el foco en la desigualdad territorial de nuestro país y
el problema de la despoblación.

El 80,8% de la población española vive en áreas urbanas, dato ligeramente su-


perior al del conjunto de la eurozona, según Naciones Unidas. En nuestro país solo
el 12,7% de la superficie está poblada y esta cuestión no tiene nada que ver con fac-
tores geoclimáticos, la alta densidad poblacional en zonas urbanas o el desequilibrio
demográfico. La razón viene motivada por décadas de políticas públicas que han ido
vaciando nuestras zonas rurales bajo los designios de las doctrinas neoliberales.

Sin embargo, la sensibilidad por este tema ha ido creciendo hasta el punto de
que la movilización de más de cien colectivos ciudadanos exigiendo políticas públi-
cas que revitalicen los espacios rurales en la Revuelta de la España Vaciada, supuso
poner encima de la mesa la necesidad y urgencia de asumir el reto demográfico por
parte de los poderes públicos.

La crisis económica y social a raíz de la pandemia nos ha demostrado la necesi-


dad de un reequilibrio demográfico que nos permita afrontar las crisis con mayor re-
siliencia y fortaleza. Esto no podemos hacerlo desde el hacinamiento en las ciudades
y la absoluta despoblación del resto del territorio, por lo que no podemos perder la
oportunidad de impulsar un cambio de sentido de la migración, haciendo las zonas
rurales lo suficientemente atractivas, dotándolas de los servicios básicos necesarios.

El término España Vaciada apunta precisamente a que las políticas que se han
llevado a cabo en las últimas décadas han favorecido y potenciado esta despoblación
del territorio rural pero como señala el catedrático de la Universidad de Salamanca
Valentín Cabero: «decir vaciada es un eufemismo de abandonada, expoliada y sa-
queada». La realidad es que en los territorios rurales estamos sufriendo el desembar-
co de grandes empresas multinacionales y fondos de inversión que aprovechándose
de la ventaja que supone la despoblación acaparan recursos tan importantes como
la tierra, el agua o los minerales, produciendo unos efectos colaterales de compleja
reversión y profundizando aún más las raíces del despoblamiento.

Asimismo, la uberización del campo supone la precarización del trabajo de las


familias agricultoras y ganaderas en beneficio de las grandes empresas del agronego-
cio y fondos de inversión. No solo acaban con la agricultura social y familiar, que es

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

eje fundamental de la vertebracion socioeconómica de muchas zonas rurales, sino


que avanza hacia un modelo alimentario que deja en manos de las empresas multi-
nacionales algo tan fundamental como la alimentación.

Por otro lado, la emigración ha desestructurado la propia red familiar que garan-
tizaba los cuidados en el entorno cercano, la deficiencia de las redes de transporte,
el aislamiento, y la dispersión de los servicios públicos que dificultan sobre todo la
vida de los mayores, ya que el envejecimiento y el consecuente aumento de las tasas
de dependencia en el medio rural es muy alarmante. Hay que tener en cuenta que
el éxodo de los últimos años afecta especialmente a la población más joven, con la
pérdida de talento y futuro que esto supone. Es necesario que las políticas se diri-
jan especialmente a retener a esa población más joven, que permita dar continuidad
a medio y largo plazo a los proyectos que se emprendan.

El papel de las mujeres en el medio rural y los obstáculos a los que se han
enfrentado nos lleva a hacer un reconocimiento especial a su labor y a apuntar
que son piezas clave en el proceso de revitalización de los pueblos. Sin ellas no hay
futuro y, por ello, las políticas que se emprendan deben tener una perspectiva
feminista ineludible.

Desde Podemos apostamos por un mundo rural vivo y por la soberanía ali-
mentaria como ejes indispensables en el proceso de reconstrucción de nuestro país
tras la crisis del la COVID-19. Para ello, es esencial que nuestros pueblos cuenten con
servicios públicos de calidad que atiendan las necesidades de los y las pobladoras
rurales, un tejido socioeconómico que ofrezca oportunidades laborales, unas tele-
comunicaciones que permitan la implantación de nuevos emprendimientos y de
personas que teletrabajen y un modelo de movilidad sostenible que interconecte
y vertebre todo el territorio y no solo las grandes ciudades, apostando, frente a la
primacía del vehículo privado, por modos de transporte que generen menos im-
pactos ambientales y que sean accesibles para mayores capas de la población,
primando el transporte público de calidad, en especial el ferrocarril convencional
y modos no motorizados en ámbitos locales, como la bicicleta y la movilidad peato-
nal. También es indispensable una política de vivienda pública que facilite la llegada
de nuevos vecinos y vecinas que quieran realizar sus proyectos de vida en el medio
rural. Un sistema alimentario justo no debe olvidar al eslabón más débil de la cadena
que son las personas jornaleras y temporeras que por desgracia no siempre trabajan
en unas condiciones adecuadas. Dignificar el trabajo de este colectivo, imprescindi-
ble en la agricultura social, es una de nuestras prioridades. Es injusto que este colecti-
vo lleve años sin mejoras ni actualizaciones de sus cotizaciones y subsidios. El trabajo
en el campo no debe basarse en relaciones laborales del siglo pasado.

Nuestra apuesta política por la soberanía alimentaria supone colocar en el cen-


tro un modelo alimentario sostenible con el medioambiente basado en la agricultura
familiar de cercanía que abastezca de productos saludables y de calidad al conjunto
de la población. La actividad agroganadera debe ser una actividad socialmente viable,
económicamente rentable y ambientalmente sostenible que permita un relevo gene-
racional que sea el garante de la vida en muchos municipios rurales. Por ello, hay que
fomentar modelos sostenibles como la agricultura y la ganadería ecológicas y la gana-

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

dería extensiva. Esto pasa por rechazar absolutamente los tratados de libre comercio
que utilizan la agricultura como moneda de cambio y acaban por hundir a nuestras
producciones por una competencia desleal que no cumple los estándares sociales, la-
borales y ambietales de la Unión Europea. También defendemos una cadena alimen-
taria justa y transparente donde el coste de producción sea tenido en cuenta a la hora
de marcar el precio y se prohíban prácticas abusivas como la venta a pérdidas o la
venta a resultas que lo único que consiguen es expulsar a la agricultura social y fami-
liar del modelo agroalimentario.

En resumen, las poblaciones rurales son las encargadas de conservar y mante-


ner nuestros ecosistemas y la nueva transición ecológica no puede cimentarse sobre
la idea de que para transicionar hacia modelos energéticos y de movilidad más sos-
tenibles deben de existir territorios de sacrificio de donde extraer los recursos nece-
sarios a bajo coste. Los territorios periféricos necesitan justicia territorial y no políticas
que ahonden más las desigualdades.

Para lograr la revitalización de nuestros pueblos se necesita el compromiso de


las ciudades, las cuales no se sostendrían sin los recursos que se generan en el medio
rural y las actuaciones para luchar contra la despoblación deben de enmarcarse
desde una óptica que supere la brecha urbano-rural.

Las comunidades agroecológicas y los huertos ecológicos son aliados para fo-
mentar la educación agroecológica, apostando por variedades locales y por un
modelo de soberanía energética cercano al consumidor que reduzca las distancias
culturales y ecológicas entre los ámbitos rurales y urbanos.

11.12 Una sociedad que defienda los derechos de los animales

Las instituciones han ido mucho tiempo por detrás de la sociedad en cuestión de-
bienestar animal. Sin embargo, vivimos en un país donde hay un amplio consenso
social sobre la necesidad de cuidar y proteger a los animales.

La agenda animal no solo es compatible con la social, sino que es complemen-


taria. Los animales forman parte de nuestras comunidades, de nuestras familias, son
nuestros compañeros y nuestros amigos. También son parte de los entornos natura-
les en los que desarrollamos nuestras vidas. Desde luego, son seres sintientes y como
tal son sujetos de pleno derecho, pero además su propio bienestar muchas veces
es condición de posibilidad de nuestro propio bienestar.

Por lo tanto, nuestro deseo de un país mejor conlleva necesariamente también


un mejor trato a los animales. Nuestra organización ha puesto por primera vez en la
historia una Dirección General de Derechos de los Animales con el objetivo de que
exista una estructura orgánica centrada en impulsar políticas públicas que garanticen
los derechos de los animales, lo que da buena muestra de hasta qué punto estas
políticas no son para nosotros accesorias, sino que tienen una importancia de pri-

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

mer orden. Y este es uno de los patrimonios que queremos consolidar más allá de
las medidas o las normas concretas que vayamos a impulsar en nuestro paso por el
Gobierno: la toma de conciencia por parte de los poderes públicos de que es nece-
sario hacer política atendiendo a los derechos de los animales.

Hablamos de Derechos de los Animales y no de bienestar animal, entendien-


do que el momento político y social en relación con los animales adquiere la visión
de derechos. Un ejemplo de ello, es el cambio de concepción de los animales,
pasando de ser considerados cosas a ser «seres sintientes», un avance legislativo pro-
puesto por el Gobierno de coalición y que nos sitúa a la cabeza de los países de
nuestro entorno.

En Podemos entendemos que defender la protección animal pasa por partici-


par con la sociedad civil organizada en las reivindicaciones en esta materia y a di-
ferencia de otras luchas y reivindicaciones sociales, también pasa por reconocer los
ámbitos diversos dentro de la administración para su aplicación, desde lo municipal,
autonómico y provincial hasta estatal. El necesario refuerzo del conocimiento com-
petencial y una mayor estructuración de las áreas de organización serán claves para
la protección de los derechos de los animales.

Asimismo, cabe señalar que las políticas de protección animal gozan de una
transversalidad en su implicación dentro de las diferentes áreas de las diferentes ad-
ministraciones públicas. La mejora de los mecanismos de protección animal puede
involucrar a áreas relacionadas con seguridad ciudadana, salud pública, movilidad,
servicios sociales o protección civil.

En este escenario, en materia de derechos de los animales nos enfrentamos


a dos retos. A corto plazo, debemos fomentar el conocimiento de las mejoras y
avances en protección animal que se dan desde los diferentes Gobiernos en los que
Podemos participa. Por otro lado, a medio plazo, una vez consolidados los avan-
ces, será necesario implementar la acción política cuestionando la necesidad de la
protección cultural de espectáculos donde se ejerce violencia con animales, con su
mayor exponente: la tauromaquia.

Mientras se van dando estos pasos y a no mucho tardar, es tarea de nuestra


organización política poner en marcha desde el Gobierno medidas contundentes
para luchar contra el maltrato animal y también contra el abandono.

La mayoría de nuestra sociedad cuida y protege el bienestar animal, es com-


prensiva y empática. Entiende que los animales sienten, sufren, tienen miedo. Y lo
que es más importante, saben que es nuestro deber protegerlos y dar las garantías
para que puedan vivir en paz. Sin lugar a duda, es necesario reconocer y seguir tra-
bajando de la mano de todas esas personas, muchas organizadas y otras no organi-
zadas, que ayudan a mejorar en su día a día el bienestar de los animales de nuestro
país y que permiten seguir avanzando en una legislación animal que recoja ese espí-
ritu de nuestra sociedad y esté a su altura.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

11.13 Continuar reforzando nuestra relación con la sociedad civil

El movimiento popular ha cambiado el rumbo de este país. Sin el 15M no se hubiera


roto el bipartidismo, sin la lucha de los pensionistas o feministas no se hubiera mate-
rializado el empuje de un Gobierno de coalición. Los movimientos de la sociedad civil
son claves para avanzar en derechos sociales y en la profundización democrática de
nuestro país.

A lo largo de este tiempo, Podemos ha sido una herramienta canalizadora de


las demandas de la sociedad civil, vehiculando un proceso que ha sido considera-
do clave para nuestra formación: articular nuestro trabajo político desde lo social, así
como mantener una posición claramente independiente de las élites económicas.

En esta nueva etapa, crecer también significa seguir consolidando nuestra rela-
ción con la sociedad civil, demostrando que la esencia de Podemos es la defensa de
la justicia social, del feminismo, de la ecología, de la lucha de los de abajo. Continuar
apostando por el movimiento popular es garantizar que las decisiones que toma
la gente sobre su vida a través de la participación, se reflejan también en las insti-
tuciones. Por eso, nuestra tarea es clave en dos aspectos: por un lado requiere que
nuestra organización política profundice esa permeabilidad, tejiendo nuevas alianzas
con la sociedad civil, la cultura o el mundo del deporte y por otro lado, ahondar en
esa conexión permanente también pasa por incluir nuevos perfiles activistas. En las
últimas convocatorias electorales, como en el caso de la Comunidad de Madrid, se
ha demostrado que nuestra formación política es la única que apuesta firmemente
por la construcción de un espacio que cuente con los representantes de los movi-
mientos sociales. Nuestro trabajo debe seguir realizándose en esa dirección.

Ninguna fuerza política puede crecer sin el empuje diario y constante de la


sociedad civil y también de su militancia y su gente. Por eso «crecer» significa tam-
bién enraizarnos con nuevos espacios de militancia y participación. Ser más inscri-
tas e inscritos participando activamente en los procesos democráticos. Ser más en
los círculos, en cada barrio, en cada pueblo. Ser más en las organizaciones vecinales
y de la sociedad civil creando comunidad, lazos y poder popular como guía para una
articulación institucional.

11.14 Apuestas de futuro: horizonte republicano

El movimiento 15M de 2011 puso en el orden del día la crisis institucional provoca-
da por la ruptura del pacto constitucional del 78 por las élites. El concepto régimen
del 78 se identifica con el proceso a través del cual las élites controlan el poder sin pre-
sentarse a las elecciones. La implementación del modelo neoliberal y la crisis financiera
dejó al descubierto un proceso de regresión democrática que ponía en cuestión ele-
mentos básicos de las instituciones. La instrumentación de las instituciones por las élites
se concretó en un modelo laboral basado en el recorte de derechos y la devaluación
salarial, en un modelo de acceso a la vivienda basado en la especulación inmobiliaria
y en el sobreendeudamiento, los procesos privatizadores redujeron la capacidad de
intervención del Estado en la economía y depauperaron los servicios públicos.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

En España, la discusión monarquía o república ha ido más allá de los cambios en


la jefatura del Estado. El Manifiesto de los Persas suscrito por diputados absolutistas
en 1814, y con el que se pone fin a la Constitución de 1812, señala la articulaciónde las
élites con una monarquía, la de Fernando VII, que no acepta el constitucionalismo.

En 1845, el general Narváez, en colaboración con Donoso Cortés, estableció que


ser español era una cuestión de identidad y no una cuestión de derechos, como le
reclamaba el liberalismo. El punto de inflexión fue la Revolución Gloriosa de 1868 y la
expulsión, por primera vez en España, de los Borbones. Cinco años después, en 1873,
se proclamó la I República, aunque aún no había suficientes republicanos.

La Restauración de Cánovas del Castillo y la Constitución de 1876 sustancia


el ADN de lo que va a ser la derecha española, con unos lineamientos básicos de
las élites en torno a un rey que tiene el mando supremo de las Fuerzas Armadas,
al centralismo, al catolicismo de Estado, al bipartidismo en un binomio conservador
(donde el partido progresista representaba la parte avanzada) y a un capitalismo
clientelar, oligarca y caciquil que denunciaría al empezar el siglo XX Joaquín Costa.

No es extraño que la oposición a ese modelo se haga enfrente de todos esos


principios: frente a la monarquía, la alternativa es republicana; frente al militarismo
—sea en Cuba, en el Rif o después contra españoles—, el derecho a la paz; frente
al Estado confesional, laicismo y separación de Iglesia y Estado; frente al turnismo
bipartidista, democracia pluralista; y frente al capitalismo cortesano, la justicia social,
el socialismo, el comunismo o el anarquismo.

El 15M y la irrupción de Podemos expresa la crisis de régimen con un rey de ca-


cería en Botswana y que termina huido en Emiratos; el centralismo desbaratado con
la presión catalana y la posibilidad de un nuevo bloque histórico; el bipartidismo roto
con la emergencia de Podemos; el militarismo en horas bajas desde la guerra de Iraq
—aunque se pretenda de nuevo infiltrarlo desde la extrema derecha—; el papel de
la jerarquía católica conservadora debilitado por un nuevo Papa que ha hecho de la
justicia social, la solidaridad, la lucha por la paz y la sostenibilidad ambiental las señas
de identidad de su apostolado—; y con los máximos responsables del capitalismo
clientelar de la época de la burbuja inmobiliaria, el jefe de la patronal y el ministro de
Economía, en la cárcel por ladrones.

La emergencia de Podemos y del espacio confederal del cambio supuso una


transformación del sistema de partidos en España. Por primera vez en ochenta años
una fuerza autónoma del poder económico, democrática, popular, feminista, ecolo-
gista, republicana, solidaria y plurinacional accedía el Ejecutivo del Estado.

Frente a la posibilidad de la entrada de UP en el Gobierno se conjuraron las


fuerzas reaccionarias enquistadas en lo mas profundo del estado y en los monopo-
lios mediáticos controlados por el poder económico concentrado. Por medios legales
e ilegales intentaron impedir el derecho del pueblo a elegir libremente su Gobierno.
Ahora siguen actuando para intentar frenar la oportunidad de avance de un proceso
democratizador del Estado.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

La emergencia de la extrema derecha es la reacción ante la posibilidad de un


proceso democratizador que ponga en centro la capacidad de la gente para determi-
nar sus propias vidas a través de la participación en el proceso político. Representan el
miedo de unas élites fracturadas que no tienen proyecto de país y que con cada mo-
vimiento profundizan en una crisis institucional preocupante que afecta a todas insti-
tuciones del Estado empezando por la monarquía. Esa crisis de materiales requiere de
las fuerzas democráticas y populares una visión de las tareas históricas que acometer.

Trabajar el horizonte republicano requiere en primer lugar del reconocimiento


y puesta en valor de las instituciones republicanas que ya están aquí: el derecho
al voto de las mujeres, el divorcio, derecho al aborto, la igualdad ante la ley, la educa-
ción pública, la salud pública, el derecho a la protección social, el derecho de huelga,
el derecho de reunión y manifestación, el derecho al autogobierno, la plurinaciona-
lidad, etc. Todas ellas son instituciones republicanas que nos definen como pueblo
y que responden a una corriente democratizadora que hunde sus raíces en nuestra
historia más fraterna.

El movimiento republicano en España no puede limitarse a seguir siendo un


movimiento esencialmente memorialista que exprese justas reivindicaciones en ma-
teria de recuperación de nuestra historia democrática: debe convertirse en un movi-
miento que, aunque heredero de toda la tradición republicana de nuestro país, sea
capaz de poner sobre la mesa, con una identidad y simbología renovadas, un pro-
yecto de futuro claro y tangible para una nueva República española.

Trabajar con un horizonte republicano responde a la necesidad de buscar una


salida a esa crisis institucional latente. La tarea central no está en cuestionar el ré-
gimen monárquico que ya se cuestiona solo y está implosionando por sus propias
contradicciones internas.

Una nueva república en la que la soberanía popular alcance también a la jefa-


tura del Estado. En una democracia avanzada, la ciudadanía tiene que poder elegir
periódicamente al jefe del Estado y, si este resulta ser un corrupto, tiene que poder
ser removido de su cargo y rendir cuentas ante la Justicia con responsabilidad sobre
sus actos, como cualquier ciudadano.

La nueva república debe fortalecer a los elementos nucleares de la democra-


cia: los derechos de los trabajadores, los servicios públicos, la plena igualdad entre
hombres y mujeres, una justicia igual para todos, el pluralismo político y mediático, el
laicismo, el acceso universal a la educación y la cultura, superando el sistema de inte-
reses creados durante décadas en torno al modelo económico del ladrillo, el turismo
y las élites empresariales.

Asumir estas tareas no puede hacerse abstrayéndose de las contradicciones


y conflictos que se manifiestan en la vida cotidiana sino dándoles el alcance político
que tienen y la capacidad de la gente para alterarlos a través de la acción colectiva.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Se trata, por tanto, de aprender de nuestro pueblo: de sus luchas, de sus


conquistas, de sus derrotas y sus victorias, de sus necesidades y de sus anhelos,
desde la plena confianza en el ser humano y su capacidad para cambiar el mundo,
para hacerlo más justo. En esta asamblea nos reafirmamos en nuestro compromiso
y hacemos nuestro el grito de lucha del pueblo chileno: «Hasta que la dignidad se
haga costumbre».

También somos conscientes de que una nueva república debe apelar a sectores
ideológicamente amplios. La República española no se hará realidad únicamente de
la mano de la izquierda ni como un proyecto de la izquierda. Es imprescindible el
concurso de una derecha republicana que entienda que la monarquía española no
tiene futuro y que el marco institucional republicano es el idóneo para la contraposi-
ción de distintas posiciones políticas, para una reactualización de las relaciones terri-
toriales, para la modernización del país y para un nuevo salto en el progreso social y
económico de España.

Somos conscientes también de que, hoy por hoy, no existe una mayoría par-
lamentaria proclive a un cambio constitucional en clave republicana. Pero, al mismo
tiempo, somos conscientes de que será la sociedad española la que, aspirando a al-
canzar el objetivo de la república, dará lugar a una mayoría parlamentaria que pueda
transformar nuestro modelo de Estado.

Manifestamos nuestra convicción de que es el momento de contraponer con


decisión el actual modelo de Estado el proyecto de la república y de la intención de
trabajar, en alianza con todos los sectores del país dispuestos a ello, para construir
un movimiento social y político amplio y transversal que, mucho más temprano que
tarde, hará de España una nueva República moderna, fraternal y solidaria.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

1. Una agenda internacional para la era pos-COVID-19

El compromiso político de Podemos en la política global es claro: la transformación


profunda del orden internacional existente hacia uno que se guíe por el multilatera-
lismo en la toma decisiones globales; por las políticas de paz y la resolución dialogada
de los conflictos; la soberanía de los pueblos, la democracia y la defensa de los dere-
chos humanos; la igualdad de género, el desarrollo sostenible y la justicia económica,
social y ecológica.

Con la pandemia provocada por las epidemias de la COVID-19 y sus consecuen-


cias económicas y sociales, desde 2020 el planeta afronta una nueva crisis multidi-
mensional que está afectando a todos los países en momentos y oleadas diferentes.
También está generando cambios y acelerando tendencias anteriores en un panora-
ma internacional convulso e incierto:

· Desorden geopolítico en un sistema-mundo en el que conviven varias arquitec-


turas del orden unipolar anterior con la emergencia de nuevas potencias mun-
diales y centros de poder regionales en disputa en muchas zonas del mundo.
El sistema institucional de gobernanza multilateral encabezado por Naciones
Unidas, cuestionado y paralizado por los enfrentamientos desde hace años,
ha sido dejado de lado por una creciente hiper bilateralización estatal, por las
confrontaciones entre EE.UU. y China y por el desplazamiento del derecho inter-
nacional y los derechos humanos. Pese a que la suma de pandemias ha acele-
rado la tendencia a actuar en solitario de países muy potentes, la realidad de la
COVID-19 es poner de relieve la necesidad de mayor cooperación y gobernanza
multilateral sanitaria.

· La batalla por la recuperación económica. Una de las evidencias que nos deja
la presente crisis es que las soluciones propuestas por los centros del poder eco-
nómico global distan mucho de las de hace un década, cuando las políticas de
austeridad ocuparon la centralidad de los debates. El propio Fondo Monetario
Internacional apunta esta vez a la necesidad de que los Gobiernos realicen políti-
cas expansivas del gasto con el objetivo de contener la recesión. Una política que
la nueva administración Biden ya está implementando, también como una nueva
manera de enfrentar su confrontación económica con China. Necesitamos que la
política de solidaridad económica que guió el Plan de Recuperación consolide un
cambio de política económica con más inversión pública y soberanía económica
de la UE.

Una vez que ya parecen vislumbrar horizontes de superación de la pandemia,


el nuevo tiempo económico mundial está marcado por la transición ecológica del
modelo productivo; la desigualdad y expulsiones entre e intra regiones y países; la
digitalización como camino ineludible en el que nos enfrentamos a un desmedi-
do poder empresarial; la economía de los cuidados y redistribución de la riqueza,
el bienestar y el trabajo reproductivo y de cuidados; el futuro de la globalización eco-
nómica, con un comercio internacional más regionalizado, el cuestionamiento de la
desindustrialización y un papel activo del Estado; y el futuro del empleo y los dere-
chos laborales hoy amenazados por el uso ejercido sobre los cambios tecnológicos.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

· Democracia popular frente a una red reaccionaria internacional que se resiste


a desaparecer. Tras la derrota de Donald Trump no han desaparecido las polí-
ticas de la red reaccionaria internacional, sino que siguen presentes en países
como Colombia, Brasil, India, Hungría y preocupantemente en nuestro país. Pese
a su mala gestión de la crisis actual, insisten en políticas desdemocratizadoras
y autoritarias basadas en una recreación extremista frente a los «otros»: perso-
nas refugiadas, migrantes, mujeres, personas LGBTI, quienes protestan o quienes
defienden los derechos humanos.

· Nueva crisis de la Unión Europea. Las consecuencias económicas, sociales


y sanitarias de la pandemia del coronavirus han traído una nueva crisis multi-
dimensional a la UE, tan solo una década después de la gran crisis económica
de 2008 y la puesta en marcha de las políticas de austeridad y un lustro desde
la crisis de las personas refugiadas de 2015. Durante estos años se ha reforzado
progresivamente el grupo de países de Visegrado y, en general, el eje de partidos
y Gobiernos reaccionarios y de extrema derecha. Pero también están crecien-
do los discursos de empequeñecimiento de lo público y de condicionalidad
económica por parte de quienes se resisten a renunciar al proyecto neoliberal.
Nos encontramos en un momento clave para la definición de lo que será la UE,
más allá de la respuesta a la crisis y la recuperación frente a la emergencia sani-
taria, económica y social.

· Cooperación o barbarie. Frente a la reacción, el repliegue identitario, el naciona-


lismo excluyente, los beneficios sin personas y el egoísmo de vacunaso material
médico es más urgente que nunca un nuevo internacionalismo, basado en la sobe-
ranía de los pueblos, los sueños e intereses de la gente, el respeto a los derechos, las
diversidades nacionales, de identidad, origen, sexuales y el deseo de construir un
mundo más justo y sostenible para todas y todos. En definitiva, también en el ám-
bito internacional, necesitamos una cooperación de la mayoría frente a la minoría.

· Fake news y guerras digitales. La pandemia también ha acelerado el deba-


te sobre las nuevas herramientas de información y su uso como herramienta
política de desinformación, intoxicación y mentira. Como derecho humano, es
necesario asegurar su acceso y evitar que acabe siendo una mercancía en manos
de grandes operaciones de manipulación.

Este es el contexto en el que debemos repensar nuestro compromiso con


la democracia internacional para que, en un mundo en transformación, podamos
construir nuevos modelos internacionales de cambio. Los movimientos feministas
y movimientos por el clima, como punta de lanza de la sociedad civil internacional,
continuarán sacudiendo conciencias de manera masiva y apuntando el camino que
debemos recorrer. Continuaremos trabajando nuestras alianzas con partidos políti-
cos de la UE, de toda Europa, América Latina, mundo árabe, África y Asia, e impulsan-
do intercambios, trabajo en común y propuestas con aquellos partidos, que como el
nuestro, forman Gobiernos en todo el mundo. Continuaremos impulsando medidas
junto con nuestra diáspora en el exterior. Con todos ellos trabajaremos para forjar
nuevas bases sociales, económicas y políticas que impulsen la esperanza de demo-
cracia y justicia social que siempre han empujado nuestra organización.

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

Líneas estratégicas y de acción

1. En común contra la COVID-19

La crisis del coronavirus está demostrando que la protección, el cuidado y la


solidaridad son la mejor vacuna contra el «sálvese quien pueda». Tenemos la certeza
de que la respuesta a la barbarie está en un mundo más cooperativo y multilateral,
basado en el respeto a los derechos humanos, la democracia y el derecho interna-
cional. La salud como bien público global es también un principio rector de nuestra
acción internacional. Para acabar con la emergencia sanitaria, todos los países deben
poder dedicar todos los recursos necesarios a acabar con la COVID-19. Por ello, nues-
tro proyecto defiende el establecimiento de treguas en guerras y conflictos, el fin de
las sanciones comerciales, la condonación de las deudas externas de los países y la
consolidación del sistema de gobernanza mundial de la salud. Necesitamos mecanis-
mos comunes de investigación y producción de vacunas —universales y gratuitas—,
así como de detección temprana, y planes internacionales contra las pandemias.
La pandemia de la COVID-19 ha traído una nueva conciencia de comunidad global
al afectar a todo el planeta de manera interconectada, algo que no sucedió con otras
enfermedades como el sida o el ébola, pero que ha conseguido ahora transformar
nuestro imaginario hacia la necesidad de cooperación y colaboración para hacer
frente a los retos globales.

2. Cambio político y social en la UE: hacia la Conferencia sobre el Futuro de Europa

Europa será social o no será. La UE debe blindar todo aquello de lo que dice enor-
gullecerse: los derechos y libertades fundamentales, seriamente amenazados desde
dentro de la propia Unión. Ocurre en Hungría y Polonia, pero no solo. Se vulneran
derechos humanos cada día en nuestras fronteras, cuando en lugar de combatir
con políticas públicas la pobreza y la exclusión, e implementar la solidaridad y el
derecho, se persigue y criminaliza la pobreza o la búsqueda de refugio. Si la UE aspira
a ser un proyecto de futuro deberá atender las realidades concretas de las personas
que la conforman y dar un paso definitivo desde el discurso a los hechos, haciéndose
cargo de las condiciones materiales y sociales que sostienen la UE y de las desigual-
dades que amenazan la continuidad del proyecto comunitario. Para ello, es necesario
reorientar y reforzar sus políticas de bienestar y evitar adoptar la agenda de la extre-
ma derecha o blanquear su discurso desde la propia institución.

No podemos obviar que muchos de los problemas de legitimidad de la UE se deri-


van de su política económica y de las directrices que Bruselas ha dado a los países,
llegando a ahogar incluso a Gobiernos elegidos democráticamente. Es necesa-
rio reformar la gobernanza económica de la UE; no podemos volver a corsés pre-
supuestarios ni a techos de gasto. Todo lo contrario; necesitamos suelos de gasto
que garanticen un mínimo de inversión para blindar derechos y servicios so-
ciales. El pilar social es la verdadera identidad europea. Queremos una UE que
ponga sus instituciones al servicio de su gente, no de los capitales financieros in-
ternacionales: acabando con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, reforman-
do el Estatuto del BCE y orientándolo a la creación de empleo y la transformación

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

ecológica, y extendiendo los derechos sociales a toda Europa mediante políticas


fiscales comunes y justas que terminen con los paraísos fiscales y reviertan los actuales
e indecentes niveles de desigualdad. Queremos que el comercio esté al servicio de
todas las personas, en todos los países, respetando los derechos laborales, medioam-
bientales, de protección de derechos de las y los consumidores, los derechos funda-
mentales de la UE y los derechos humanos. Queremos una UE que promueva normas
vinculantes para las grandes empresas y capitales; trabaje por la democratización y la
transparencia en la firma de tratados comerciales estrictamente vinculados al cum-
plimiento de los derechos humanos. Queremos una UE activa en política exterior,
que no quede paralizada por la diferencia de visiones de cada Estado, por lo que
apostamos por el voto cualificado en ciertas materias internacionales. Queremos una
UE más democrática, apostando por un Parlamento Europeo con más competencias
legislativas y capacidad de elección de la Comisión Europea. En este sentido, aprove-
charemos la iniciativa de reforma en curso, la Conferencia sobre el Futuro de Europa,
como una oportunidad para reformar los tratados y ampliar el horizonte de derechos
de la Unión.

3. La recuperación del control de la economía

Aunque las recientes proyecciones del FMI pronostican un crecimiento económico


mundial del 6% en el año 2021, y de un 4,4% en el 2022, la recuperación será des-
igual entre países y sectores. Además, los datos reflejan que la pandemia ha propi-
ciado una mayor concentración de riqueza en unas pocas manos, que acaparan ya
tanto poder que en algunos países amenazan las democracias y en otros expulsan
a millones de personas de cualquier vida digna. Todo ello demuestra la necesidad
de políticas fiscales justas que respalden la recuperación económica, promuevan la
redistribución y acaben con los paraísos fiscales.

Pero hay que ir más allá. Cualquier avance progresista, en cualquier lugar del mundo,
ha de ir acompañado en una propuesta de cambio de este insostenible modelo eco-
nómico internacional. Hay que acabar con el dominio de las finanzas sobre la econo-
mía real; recuperar la centralidad de lo público en la economía. A nivel internacional
esto pasa por establecer normas vinculantes para las grandes empresas y los grandes
capitales; o una política comercial que no esté guiada por el interés privado de unas
cuantas empresas. La ciudadanía debe recuperar el control de la economía desde
los ámbitos más próximos a su vida. Desde las políticas europeas y globales se ha
de potenciar el comercio de proximidad y la sostenibilidad de la vida en el campo,
las pequeñas ciudades y los territorios a los que la actual economía globalizada está
condenando a la periferia permanente. Hacen falta servicios públicos, intervención
en los mercados y garantía de derechos para que el destino de zonas cada vez más
amplias de nuestros países no acaben en el abandono.

4. La lucha contra la emergencia climática y el cambio en el modelo productivo

La crisis ecológica a la que el actual modelo de desarrollo depredador e insostenible


nos ha traído no tiene vuelta atrás. Es necesario implementar políticas globales que

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

cuestionen el actual modelo de desarrollo y, sobre todo, los intereses que lo sostie-
nen; los de las grandes multinacionales. Debemos aprovechar la oportunidad que el
marco internacional existente ofrece y aumentar la ambición del mismo. Un Pacto
Verde Mundial debe ser también social para evitar que haya grandes perdedores de
la transformación ecológica. Estas políticas deben ser integrales y prioritarias, dirigidas
a la descarbonificación, el uso de energías renovables, consumo sostenible, reduc-
ción de residuos y preservación de la biodiversidad.

5. Una política exterior feminista

La oleada feminista que recorre el mundo, particularmente en los países de América


Latina y Europa, nos marca la necesidad de encarar las relaciones internacionales y
los desafíos globales desde un enfoque feminista e interseccional, poniendo la vida
y los cuidados en el centro y priorizando la igualdad real de las mujeres y la libertad
para ejercer sus derechos y vivir sus vidas libres de violencia. Nuestra acción exterior
feminista incorpora varios objetivos: el respeto y el pleno disfrute de los derechos
humanos de las mujeres, especialmente los sexuales y reproductivos; la ausencia
de violencia psicológica, física y sexual; la participación de las mujeres en la preven-
ción, mediación y resolución de conflictos y en la consolidación de la paz; la partici-
pación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida pública y en los procesos de
toma de decisiones, negociación y liderazgo; o la autonomía y el empoderamiento.
Pero no solo. Una política exterior feminista también lucha contra todas las formas
de discriminación, contra la xenofobia, la homofobia, el antigitanismo y, en definitiva,
contra todos los discurso de odio. La defensa de los derechos de las personas LGTBI
y personas racializadas también es internacional y una prioridad en nuestra agenda.

6. Defender a quien defiende

En un contexto de surgimiento y agudización nuevos y viejos conflictos en el mundo,


y ante la deriva de persecución y criminalización de las personas y organizaciones
defensoras de derechos humanos a la que están sometidas por parte de muchos
Gobiernos y actores no estatales, la protección de los y las activistas y líderes sociales,
afrodescendientes y de las comunidades indígenas es una prioridad de nuestra
agenda exterior. Continuaremos apoyando su labor y denunciando la vulneración de
sus derechos, y promoveremos el cumplimiento de los compromisos adoptados en
la Declaración de la ONU y las directivas de la UE sobre esta materia.

7. Una relación de igual a igual entre los pueblos del Mediterráneo

El Mediterráneo está marcado por la lucha por los recursos, la militarización de


fronteras, la criminalización de la migración y el estrechamiento de las relaciones
comerciales con la UE. Fuera de las agendas políticas quedan, a menudo, la transición
ecológica, la defensa de movimientos sociales reprimidos, los feminismos, la justicia
social, la cultura de paz, los conflictos enquistados en la zona como el del Sáhara,
Palestina y Kurdistán y los alzamientos por la dignidad que prendieron en todo el

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

mundo árabo-musulmán en 2011. Frente a la renovada agenda que propone ahora la


UE o los intentos de revitalizar el proceso de Barcelona, apostamos por un enfoque
integral, igualitario y en mutuo beneficio de las dos orillas; basado en los derechos
humanos, el desarrollo económico y social compartido, la resolución de conflictos
enquistados, la cultura de paz, la cooperación y un desarrollo democrático común.

8. Defensa de la democracia y los derechos humanos en América Latina

De cómo se resuelvan los conflictos sociales y políticos que atraviesa actualmente


América Latina dependerá su futuro durante los próximos años. Ante la amenaza en
muchos países de represión y persecución política, inestabilidad social e institucio-
nal e injerencias externas la interlocución y cooperación con nuestras organizaciones
hermanas en la región han sido y serán prioritarias en nuestra agenda internacional.
Asimismo, queremos contribuir con nuestras acciones e iniciativas a que España
adopte un papel activo en la mediación de los conflictos y procesos de paz, así como
de liderazgo en la defensa de los derechos humanos, especialmente de las mujeres
y personas defensoras. Trabajaremos por la adopción de una política integral hacia
los países de la región basada en la coherencia de políticas y por el establecimiento
de una normativa vinculante para las empresas transnacionales europeas en el exte-
rior que vincule política comercial al cumplimiento de los derechos humanos.

9. Un nuevo enfoque para las relaciones con África y Asia

Apostamos por una relación igualitaria, en mutuo beneficio y con respeto a los dere-
chos humanos con los países de África como la mejor manera de superar un pasa-
do de colonialismo y por un futuro digno para uno y otro continente, superando las
políticas centradas en la contención de la migración, la securitización de fronteras y
la extracción de recursos naturales. Apoyando los procesos de democratización del
continente y trabajando por el respeto de los derechos humanos, especialmente los
sexuales y reproductivos, la igualdad de género y el desarrollo sostenible. Respecto
a Asia, donde toma relevancia China como centro de la geopolítica mundial, pro-
pondremos medidas y acciones encaminadas a un nuevo modelo de relaciones
comerciales justas y respetuosas con los derechos humanos y los compromisos in-
ternacionales en materia de medio ambiente y derechos laborales. A esto se sumará
una estrecha cooperación en asuntos de paz y emergencia climática.

10. Justicia para Palestina

La última masacre en Gaza este 2021, sumada a la colonización constante desvelada


por la campaña del barrio de Sheik Jarrah y la presión a Jerusalén, nos urgen a actuar.
Tras los insultos al derecho internacional de Trump y Netanyahu, avanza la despose-
sión, la destrucción y el apartheid en Palestina. Debemos seguir apostando por una
solución pacífica y dialogada del conflicto, por el fin de la ocupación, el bloqueo y
las violaciones de derechos humanos, y por el reconocimiento del Estado palestino.
Es crucial promover el embargo militar a Israel por las gravísimas violaciones de dere-
chos humanos cometidas en la franja de Gaza y tratar de impulsar una investigación

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DOCUMENTO POLÍTICO PODEMOS

internacional ante la posible comisión de crímenes de guerra. Asimismo, hay que


promover normativas que prohíban de manera efectiva la importación de productos,
bienes y servicios producidos en o procedentes de los asentamientos ilegales, según
el derecho internacional y las Naciones Unidas. Continuaremos defendiendo la labor
en favor de los y las refugiadas palestinas. Seguiremos exigiendo que Israel cumpla
el derecho internacional para que la población palestina pueda regirse por los
mismos derechos de libertad, igualdad y justicia de todo el mundo. Solo de esta ma-
nera el pueblo palestino podrá tener condiciones para determinar su propio futuro
en conviviencia con el resto de pueblos de la región.

11. Apoyo a la libre determinación del Sáhara Occidental

Podemos ha estado desde su origen comprometido con el apoyo a la libre determi-


nación del Sáhara Occidental, con quien España tiene una responsabilidad histórica.
Es necesario apoyar el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui y la im-
plementación de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE)
sobre recursos naturales, las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas para una solución justa y pacífica mediante referéndum y los procesos de ne-
gociación en marcha. Por justicia con el pueblo saharaui y por nuestro propio desa-
rrollo como país con derechos y memoria histórica.

12. Promoción de la paz y el desarme

La carrera armamentística es la principal amenaza para la paz en el mundo.


Trabajaremos por la construcción de un orden internacional pacífico en el que
España y la UE destaquen por su papel activo en la búsqueda de soluciones dialoga-
das a los conflictos y den apoyo político y financiero a los procesos actuales de paz.
Promoveremos la firma del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN),
una auditoría de la ley española de venta de armas, y la revocación de compromisos
en materia de aumento del presupuesto militar. Además, es necesario construir un
nuevo esquema de seguridad colectiva para Europa que supere el actual paraguas
de la OTAN y se base en los intereses de nuestra región.

13. Fin del voto rogado: nuevo horizonte político para la diáspora española

Como hemos hecho desde nuestros inicios, seguiremos impulsando propuestas de


reforma de la ley electoral que incrementen el grado de representatividad, y trabaja-
remos para que los derechos de nuestra ciudadanía en el exterior —particularmente
los políticos y sociales— estén plenamente garantizados. Seguiremos hasta que estas
demandas democráticas de nuestra diáspora se conviertan en ley.

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