H
ace mucho que en España, en el cam- Partamos de la idea, expresada por Mana-
po de las luchas educativas, se echa corda y enfatizada desde diversas corrientes
en falta una crítica global al conjunto críticas, de que la escuela tal como hoy exis-
del sistema educativo que sirva como punto te es una institución históricamente conexa
de partida para construir alternativas de ca- a estructuras sociales superadas. Si el mode-
rácter sistémico. Aquellos sectores que han lo jesuítico que la inspira ya era anacrónico
venido impugnando desde hace décadas, de cuando empezó a extenderse la escolariza-
forma muy sólida, la escuela capitalista ha ido ción, ¿cómo no va a resultar obsoleto hoy, y
siendo apartados convenientemente de los no digamos en una futura sociedad socialista?
ámbitos de discusión (y difusión) general, a Es por ello que ya Marx y Engels investigaron
medida que se imponían las soluciones tecno- este problema, crucial para el marxismo no
cráticas y la cada vez mayor centralización del sólo por el papel que se atribuirá a la educa-
currículum, al tiempo que se emprendía el ata- ción en el camino hacia la sociedad comunista,
que a la escuela pública desde diversos fren- sino también dentro de la lucha del movimien-
tes. Afortunadamente, no faltan análisis bien to obrero por los derechos socioeconómicos,
fundados de las tendencias que sigue la edu- políticos y culturales del proletariado en el
cación occidental en relación con las necesi- marco de la dominación burguesa.
dades del capital, como los de Nico Hirtt. Con Engels, en su proyecto de programa para
todo, lo cierto es que la perspectiva socialde- la Liga de los Comunistas (1847), ya estableció
mócrata se ha convertido en absolutamente que, tras la revolución, la dominación política
dominante en el movimiento de respuesta a del proletariado debía servir para llevar a cabo
las políticas neoliberales, sin que desde otras «amplias medidas que atentasen directamen-
corrientes de la izquierda se vaya más allá de te contra la propiedad privada y asegurasen
generalidades más o menos “socialistas”. la existencia del proletariado». Una de esas
El pensamiento de Carlos Marx nos brinda medidas, «que dimanan necesariamente de
algunas pistas a partir de las cuales es posible las condiciones actuales», era la «educación
urdir esa posible alternativa. No de manera de todos los niños en establecimientos esta-
dogmática, catequística, sino partiendo de la tales y a cargo del Estado, desde el momento
realidad material presente, tal y como hicie- en que puedan prescindir del cuidado de la
ron en su momento el genio alemán y, junto a madre. Conjugar la educación con el trabajo
él, Federico Engels. En sus ideas se inspiraron fabril[2].»
Krupskaya y Lunacharsky para construir el que Aquí, tanto las medidas democráticas (uni-
fue el sistema educativo más avanzado del versalidad y gratuidad de la enseñanza, de ca-
mundo, hace ahora un siglo, y las mismas si- rácter público) como las socialistas (unión de
guen siendo válidas, aun hoy, para dar cuenta enseñanza y trabajo) están destinadas a todos
y respuesta al fracaso de la escuela capitalista los niños, y no únicamente a los hijos de los pro-
en múltiples facetas. Por ello, repasaremos letarios. Son, por tanto, medidas de aplicación
sus aspectos más significativos a partir del inmediata y validez universal, no meramente
magnífico estudio de M.A. Manacorda[1]. provisional. Obsérvese, además, que al final
Abril de 2018 81
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones M-L
[3] F. Engels (1988). El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre [1876]. Moscú: Progreso.
[4] K. Marx (1977). Manuscritos: economía y filosofía [1844]. Madrid: Alianza, p. 110-111.
[5] K. Marx y F. Engels (1988). La ideología alemana [1846]. Barcelona: L’Eina, p. 82.
82 Unidad y Lucha
España - Las ideas pedagógicas de Marx
una determinada clase social, predestinando trabajo […], y necesitan derrocar al Estado,
su posición en la vida y su desarrollo perso- para imponer su personalidad». Mientras que,
nal»[6]. Con la división entre trabajo manual en las etapas anteriores, los individuos esta-
e intelectual, «se da la posibilidad, más aún, la blecían sus relaciones en tanto que miembros
realidad de que las actividades espirituales y de una clase, «con la comunidad de los pro-
materiales, el disfrute y el trabajo, la produc- letarios revolucionarios, que toman bajo su
ción y el consumo, se asignen a diferentes in- control sus condiciones de existencia y las de
dividuos, y la posibilidad de que no caigan en todos los miembros de la sociedad, sucede ca-
contradicción reside solamente en que vuelva balmente lo contrario: en ella toman parte los
a abandonarse la división del trabajo[7]». Tan- individuos como individuos[9]».
to los trabajadores como los capitalistas se Por eso, como veíamos en Principios del co-
ven limitados a una existencia marcada por la munismo, la escuela basada en la unión de en-
unilateralidad: si el obrero ha acabado convir- señanza y trabajo debe acoger, en principio, a
tiéndose en un apéndice de la máquina, colo- todos los niños y adolescentes. Como observó
cado frente a su propio trabajo como algo aje- Engels, las escuelas creadas por la burguesía
no, el capitalista «conoce la realización de las para los obreros los condenaba a «una ver-
fuerzas humanas esenciales sólo como realiza- dadera y auténtica atrofia moral y desolación
ción de su desorden, de sus humores, de sus intelectual»; pero tampoco la cultura de las
caprichos arbitrarios y bizarros[8]». En el caso clases dominantes permitía a estas elevarse
del obrero, existe una contradicción «entre espiritualmente, dado su carácter tradicional
la personalidad del proletario individual y su y eminentemente decorativo[10].
condición de vida, tal como le viene impuesta, Así pues, se trata de devolver al trabajo la
es decir, el trabajo»; por eso, «los proletarios, cualidad de actividad humana no escindida,
para hacerse valer personalmente, necesitan pero solo hay una forma de lograrlo:
acabar con su propia condición de existencia «Las cosas, por tanto, han ido tan lejos,
anterior, que es al mismo tiempo la de toda que los individuos necesitan apropiarse
la anterior sociedad, es decir, acabar con el la totalidad de las fuerzas productivas
Abril de 2018 83
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones M-L
existentes, no sólo para poder ejercer totalidad de fuerzas productivas»: para poder
su propia actividad, sino, en general, ejercer ese control político que ponga el tra-
para asegurar su propia existencia. […] bajo al servicio de la omnilateralidad del ser
La apropiación de estas fuerzas no es, humano, culminando esa tendencia que Marx
de suyo, otra cosa que el desarrollo de observa en el capitalismo.
las capacidades individuales correspon- La apropiación —colectiva— de la totali-
dientes a los instrumentos materiales dad de fuerzas productivas hace posible una
de producción. La apropiación de una omnilateralidad que Manacorda define como
totalidad de instrumentos de produc- «el llegar histórico del hombre a una totalidad
ción es ya de por sí, consiguientemente, de capacidades y, a la vez, a una totalidad de
el desarrollo de una totalidad de capaci- capacidad de consumo o goces en los que,
dades en los individuos mismos[11]». ya sabemos, hay que considerar sobre todo
Solo los proletarios, «totalmente exclui- el goce de los bienes espirituales, además de
dos del ejercicio de su propia actividad», y los materiales, de los que el trabajador ha es-
mediante una revolución que derribe el modo tado excluido a consecuencia de la división
de producción anterior y su organización so- del trabajo[12]». De esa manera, será posible
cial, pueden llevar a cabo una tal apropiación. «la absoluta manifestación de las facultades
Llegamos así al elemento consciente y al pro- creadoras subjetivas del hombre», que apa-
blema del poder político. La supresión de la rece como universalmente disponible en las
propiedad privada supone la completa eman- diferentes facetas humanas, incluida la pro-
cipación de todas las cualidades humanas, y el ducción, en la que «está en situación de hacer
comunismo será la apropiación de la esencia frente, como individuo, a la variación de la tec-
humana. «De hecho, el reino de la libertad em- nología». Esta es, de acuerdo con Manacorda,
pieza únicamente allá donde termina el traba- la manifestación del ser humano: «trabajo om-
jo determinado por la necesidad o por la fina- nilateral, y no-trabajo igualmente omnilateral
lidad externa». El ser humano es tal en cuanto como desarrollo de las potencias universales
deja de identificarse con su propia actividad del cerebro humano». De donde se sigue en
vital en la naturaleza, para pasar a conocer, lo pedagógico que, para conseguir reintegrar
querer y configurar esa actividad como una las diversas capacidades humanas, «se exige
relación que, al menos potencialmente, es la reunificación de las estructuras de la ciencia
una relación universal u omnilateral con toda con las de la producción[13]».
la naturaleza, modificándose a sí mismo y a la Es más, en tanto en cuanto la escisión afec-
sociedad. ta también a la esfera moral, alienando al ser
Para Marx, se trata de superar la alienación humano al establecer normas diferentes para
concreta, la separación entre trabajo y mani- el comportamiento humano en el ámbito eco-
festación de uno mismo, producida histórica- nómico, moral y religioso[14], se hace necesa-
mente con la división del trabajo, que se pre- ria también la «reintegración de un principio
senta como división entre trabajo intelectual unitario del comportamiento»; y eso exige no
y trabajo manual. En la fábrica, el trabajo ma- sólo una teoría pedagógica y un sistema edu-
nual pierde todo carácter de especialización, cativo que reintegren tales esferas, sino «una
pero en cuanto cesa todo desarrollo especial, praxis educativa que se base sobre un modo
se percibe la tendencia al desarrollo omnila- de ser lo más asociativo posible y colectivo en
teral del individuo. Por eso, es necesaria «la su interior y, a la vez, unido a la realidad social
apropiación por parte de los individuos de una que le rodea[15]».
84 Unidad y Lucha
España - Las ideas pedagógicas de Marx
En la misma línea, Engels afirmó que la abo- pias inclinaciones. Por consiguiente, la
lición de la propiedad privada permitirá el de- educación los liberará de ese carácter
sarrollo de las fuerzas productivas, haciendo unilateral que la división actual del tra-
imposible la división de la sociedad en clases, bajo impone a cada individuo. Así, la so-
nacida de la división del trabajo, ya que se preci- ciedad organizada sobre bases comunis-
sará personas que desarrollen sus aptitudes en tas dará a sus miembros la posibilidad de
todos los sentidos. Aquí tenemos el principio de emplear en todos los aspectos [es decir,
la educación politécnica, pero también su condi- omnilateralmente] sus facultades desa-
ción: el desarrollo de la producción socializada: rrolladas universalmente [ídem]. Pero,
«Es preciso desarrollar correlativamente con ello desaparecerán inevitablemente
las aptitudes de los hombres que em- las diversas clases[16].»
plean estos medios. […] la dirección De este modo, «el desarrollo universal de
colectiva de la producción por toda la las facultades de todos los miembros de la so-
sociedad y el nuevo progreso de dicha ciedad merced a la eliminación de la anterior
producción que resultará de ello nece- división del trabajo, mediante la educación in-
sitarán hombres nuevos y los formarán. dustrial, merced al cambio de actividad» serán,
La gestión colectiva de la producción no junto a otros, los principales resultados de la
puede correr a cargo de los hombres supresión de la propiedad privada. La unión de
tales como lo son hoy, hombres que de- enseñanza y trabajo productivo debe basarse
penden cada cual de una rama determi- en el aprendizaje sobre todo el sistema de la
nada de la producción, están aferrados a producción, ya que el fin de la educación es de-
ella, son explotados por ella, desarrollan sarrollar a los jóvenes omnilateralmente, con
nada más que un aspecto de sus aptitu- el resultado práctico de hacerlos disponibles
des a cuenta de todos los otros y sólo para alternar su actividad, según las necesida-
conocen una rama o parte de alguna des sociales y sus propias inclinaciones.
rama de toda la producción. La industria
de nuestros días está ya cada vez menos
en condiciones de emplear tales hom- El carácter de la enseñanza
bres. La industria que funciona de modo
planificado merced al esfuerzo común En los Principios, Engels se refería a la
de toda la sociedad presupone con más “educación industrial”. También Marx hizo
motivo hombres con aptitudes desarro- mención de la “enseñanza industrial” por la
lladas universalmente [omnilateralmen- misma época, en las conferencias que darían
te], hombres capaces de orientarse en lugar a Trabajo asalariado y capital, señalando
todo el sistema de la producción. Por su carácter utópico y reformista:
consiguiente, desaparecerá del todo la «Otra proposición predilecta de los bur-
división del trabajo, minada ya en la ac- gueses es la enseñanza, en particular
tualidad por la máquina, la división que la enseñanza industrial universal [...] El
hace que uno sea campesino, otro, za- verdadero significado que la enseñan-
patero, un tercero, obrero fabril, y un za ha adquirido entre los economistas
cuarto, especulador de la bolsa. La edu- filantrópicos es este: adiestrar a cada
cación dará a los jóvenes la posibilidad obrero en el mayor número posible de
de asimilar rápidamente en la práctica ramas de trabajo, de modo que, si por la
todo el sistema de producción y les per- introducción de nuevas máquinas o por
mitirá pasar sucesivamente de una rama un cambio de trabajo fuese expulsado
de la producción a otra, según sean las de una rama, pueda encontrar con más
necesidades de la sociedad o sus pro- facilidad la sistematización en otra[17]».
Abril de 2018 85
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones M-L
[18] K. Marx (1989). Salario, precio y ganancia [1865]. Madrid: VOSA, p. 139. Poco después, escribiría: «El desarrollo
de las contradicciones de una forma histórica de producción es […] el único camino hacia la disolución y trans-
formación de las mismas». K. Marx (1976). El Capital [1867], libro I, tomo II. Sección cuarta, cap. XIII. Maquinaria
y gran industria. Madrid: Akal, p. 231.
[19] Ibíd., p. 225.
86 Unidad y Lucha
España - Las ideas pedagógicas de Marx
como la contundencia («el único método») absoluta del hombre para necesidades
con la que Marx establece sus conclusiones variables del trabajo; sustituir al indivi-
sobre la educación futura. Resulta evidente duo parcial, al mero portador de una
en el penúltimo párrafo transcrito la presen- función social parcial, por el individuo
cia de la horrenda realidad del trabajo infantil totalmente desarrollado, para el que las
en las fábricas británicas de mediados del si- distintas funciones sociales constituyen
glo XIX. Ya hemos hecho, asimismo, una breve modos alternativos de actividad[20]».
mención de la tendencia a la omnilateralidad A pesar de la barbarie en la que se desa-
que Marx advirtió en el sistema fabril capi- rrollaba la instrucción establecida por las
talista. En efecto, para Marx la exigencia de llamadas cláusulas educacionales de la ley
omnilateralidad se deriva de la versatilidad a fabril, descrita por Marx en el mismo capítu-
la que se ve abocado el obrero industrial de lo[21, la enseñanza elemental en la fábrica se
su tiempo: había convertido en condición obligatoria del
«La industria moderna nunca considera trabajo para los niños menores de catorce
ni trata como definitiva la forma exis- años[22]. Además, la burguesía también ha-
tente de un proceso de producción [...] bía dado pasos hacia una mayor versatilidad
Revoluciona constantemente, junto de los trabajadores, sobre la base de la gran
con la base técnica de la producción, las industria, a través de las escuelas para obre-
funciones de los obreros y las combina- ros: politécnicas, agronómicas y “de enseñan-
ciones sociales del proceso de trabajo. za profesional”. Es el tipo de instrucción que
De este modo, revoluciona también, no Marx había criticado veinte años antes por-
menos incesantemente, la división del que, como recordará de nuevo, allí «los niños
trabajo en el interior de la sociedad, lan- de los obreros reciben alguna enseñanza en
zando incesantemente masas de capital la tecnología y en el manejo práctico de los
y de obreros de una rama de la produc- diversos instrumentos de producción»; lo cual
ción a la otra. La índole de la gran indus- resulta de todo punto insuficiente para hacer
tria condiciona, por tanto, el cambio del posible un ser humano omnilateral y redunda
trabajo, la fluidez de las funciones, la en el aspecto alienante del trabajo, ya que el
movilidad multilateral del obrero. […] obrero no deja de verse empujado y hostiga-
La gran industria, con sus mismas catás- do por la variación de una ciencia y tecnología
trofes, erige en cuestión de vida o muer- separadas de él, que cambian incesantemente
te la variación de los trabajos y, por tan- sus condiciones de trabajo y le exigen una ha-
to, obliga a reconocer como ley general bilidad sin contenido. Solamente «la inevitable
de la producción social y a adaptar a las conquista del poder político por la clase obre-
circunstancias su normal realización, la ra conquistará también para la enseñanza tec-
mayor multiplicidad posible de obre- nológica, tanto en teoría como en la práctica,
ros. Convierte en una cuestión de vida su lugar en las escuelas obreras[23]», en con-
o muerte el sustituir esa monstruosidad sonancia con las ideas apuntadas por Engels
que supone una mísera población obre- veinte años atrás acerca de la eliminación de
ra disponible, mantenida en reserva la división del trabajo.
para las variables necesidades de explo- Durante estos años, pues, Marx utiliza en
tación del capital, por la disponibilidad sus textos dos términos en torno a los que
[20] Ibíd., p. 228-230. Donde aquí se dice «la mayor multiplicidad posible de obreros», otras versiones traducen «mul-
tilateralidad posible de los obreros», lo cual se ajusta más al sentido del pasaje y a la perspectiva que aquí es-
tamos tratando. La misma idea aparece plasmada en el sexto capítulo (inédito) de El Capital. K. Marx (1997). El
Capital, libro I, sexto capítulo (inédito). Resultados del proceso de producción inmediato [1863-1866]. Barcelona:
Curso, p. 56-57.
[21] K. Marx, El Capital, I, tomo II, sección cuarta, p. 117-120.
[22] Ibíd., p. 223-224.
[23] Ibíd., p. 230-231. M.A. Manacorda, Marx y la pedagogía moderna, p. 90.
Abril de 2018 87
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones M-L
se puede construir lo que será la escuela del tradicción, a la posibilidad de eliminar esta
futuro: la instrucción «politécnica» y la «en- contradicción[25]». En efecto, con el socialis-
señanza tecnológica». La primera, tal y como mo la tendencia a la omnilateralidad del ser
muestra la escuela “poliprofesional” con- humano no será ya una contradicción con las
cedida por la burguesía a los obreros, com- relaciones sociales de producción existentes,
porta la disponibilidad o versatilidad para los como bajo el capitalismo, sino un objetivo a
distintos trabajos o cambios en el trabajo, lo conseguir mediante la organización de la
cual es positivo porque se contrapone a la producción: el trabajo, la educación, etc.
división del trabajo propia de la fábrica. La «Una cuestión de vida o muerte», «una ha-
segunda supone la unidad de teoría y prácti- bilidad sin contenido»… Son aseveraciones
ca, avanzando hacia la omnilateralidad del ser que, siglo y medio después, no dejan de resul-
humano, ya no limitado a uno u otro aspecto tarnos familiares a poco que conozcamos los
de la producción, de manera que se opone a debates en torno a las relaciones entre escue-
la división entre trabajo manual y trabajo in- la y sistema productivo. En efecto, es evidente
telectual. que los sistemas educativos de las principales
Marx, por tanto, derivó de la realidad ma- economías capitalistas promueven, incluso de
terial existente en su época, en la que la en- forma más masiva y estructurada que en el
señanza de los niños se desarrollaba ya en la pasado, y ante las incertidumbres que agitan
propia fábrica, y con una perceptible tenden- la producción capitalista desde la gran crisis
cia a lo poliprofesional, la propuesta emanci- de los años setenta, la imbricación de la ense-
padora de una formación omnilateral que con- ñanza con la producción, tanto en la escuela
tribuyera a desarrollar todas las facetas de la como en los centros de trabajo: ciclos forma-
personalidad humana, en estrecha conexión tivos, “competencias clave”, asignaturas rela-
con la producción, acabando con la vieja divi- cionadas con la economía y la empresa, me-
sión del trabajo y por tanto con las diferencias todologías activas…, fomentan la versatilidad
de clase; lo cual no sería posible sin la toma (ciertamente limitada por las necesidades de
del poder por el proletariado. la reproducción social) de la fuerza de traba-
Es importante señalar que, como desta- jo futura y su adaptación a distintos entornos
có Manacorda, este planteamiento impli- de trabajo, y le proporcionan los rudimentos
ca «todo el marxismo». Porque, en efecto, estrictamente necesarios sobre tecnología,
no sólo incluye el contenido del materialis- ciencia aplicada, organización del trabajo, va-
mo histórico, sino también «toda la teoría lores deseables (incluida una educación políti-
del movimiento dialéctico de lo real», que ca) y “habilidades sociales”. No parece haber,
contempla la generación de aspectos con- por tanto, grandes diferencias de fondo en la
tradictorios, contradicción que se agrava realidad histórica de la que debe surgir la es-
hasta convertirse en antagonismo abso- cuela de nuestro futuro.
luto, que abrirá la puerta a su superación Partiendo de estas bases (aunque también
mediante la intervención consciente del cabe la posibilidad, por cronología, de que
ser humano[24]. Como recalca Manacor- el documento que vamos a analizar fuera el
da, Marx coordina, «con la constatación del punto de partida de la redacción definitiva del
proceso natural y espontáneo, el motivo de libro I de El Capital), Marx concretó aún más
la intervención voluntaria y consciente [...] sus ideas pedagógicas a la hora de plasmarlas
destinada a hacer estallar la contradicción programáticamente. Así, en las Instrucciones
—en este caso, entre condición obrera y a los delegados del comité provisional lon-
exigencia objetiva de hombres omnilatera- dinense al I Congreso de la Internacional, en
les— y a pasar de la realidad de un desarrollo Ginebra (1866), tocó aquellos puntos «que
productivo, que existe solamente en la con- daban impulso de un modo inmediato a las
88 Unidad y Lucha
España - Las ideas pedagógicas de Marx
necesidades de las luchas de clases y a la orga- productivo en estas edades debía ir acompa-
nización de los trabajadores como clase[26]», ñado por una formación cultural, que incluiría
entre los que se incluían los problemas relati- la enseñanza intelectual, la educación física (y
vos a la educación. Se trataba de medidas que los ejercicios militares) y el «adiestramiento
requerían ser impuestas mediante la fuerza tecnológico, que transmita los fundamentos
del Estado, esto es, a través de la toma del po- científicos generales de todos los procesos de
der político por el proletariado. producción, y que, al mismo tiempo, introduz-
De acuerdo con las Instrucciones de Marx, ca al niño y al adolescente en el uso práctico y
que partía de la tendencia registrada por la en la capacidad de manejar los instrumentos
industria moderna, el Congreso estableció elementales de todos los oficios». Y añadía
que «en una sociedad racional, todo niño, sin Marx en sus Instrucciones: «La unión de traba-
distinción, a partir de los nueve años, debe- jo productivo remunerado, enseñanza intelec-
ría contribuir con su trabajo a la producción», tual, ejercicio físico y adiestramiento politéc-
por repugnante que fuese todavía la forma nico, elevará a la clase trabajadora por encima
en que se daba el trabajo infantil bajo el capi- de las clases superiores y medias[29]».
talismo[27]. Los niños y jóvenes se dividirían Aquí, es importante destacar el aspecto
en tres clases, con diferente carga horaria de teórico y práctico de la enseñanza tecnológi-
trabajo, tanto industrial como doméstico: dos ca (mencionada también en El Capital, como
horas para los niños de nueve a doce años; hemos visto), que se dirige así a incluir, «om-
cuatro para los de trece a quince; y seis horas nilateralmente, los fundamentos científicos de
(con una de descanso) para los de dieciséis y todos los procesos de producción y los aspec-
diecisiete años[28]. Ahora bien, todo trabajo tos prácticos de todos los oficios», puesto que
[26] F. Mehring (1968). Carlos Marx y los primeros tiempos de la Internacional [1916]. México: Grijalbo, p. 62.
[27] Ibíd., p. 66.
[28] Obsérvese que el sistema educativo soviético, inaugurado en 1918, establecería la escuela única general politéc-
nica para los niños y jóvenes de entre ocho y diecisiete años.
[29] F. Mehring, Carlos Marx…, p. 66-67. M.A. Manacorda, Marx y la pedagogía moderna, p. 33.
Abril de 2018 89
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones M-L
90 Unidad y Lucha
España - Las ideas pedagógicas de Marx
Abril de 2018 91
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones M-L
to, siendo la escuela un instrumento de repro- vas, al margen del sistema burgués, profunda-
ducción de desigualdades sociales, un «apa- mente alienante como ya se ha dicho. Así, por
rato de hegemonía» como afirmará Gramsci, ejemplo, el Tercer Congreso de la Internacio-
¿cómo creer que la burguesía en el poder vaya nal (Bruselas, 1868) había aprobado organizar
a proporcionar el mismo tipo de educación a conferencias de ciencia y de economía para
quienes están destinados a constituir la elite y obreros, ante la falta de escuelas oficiales[42].
a los hijos de las clases subalternas? En efecto, Por otra parte, en 1871 Marx aplaudiría las me-
sólo mediante la toma del poder por el prole- didas tomadas por la Comuna de París al res-
tariado es posible plantearse la posibilidad de pecto:
una escuela igual para todos; y eso, con nume- «Todas las instituciones de enseñanza
rosos problemas y debates de fondo, como se fueron abiertas gratuitamente al pue-
verá tras la revolución de Octubre. Por eso, blo y, al mismo tiempo, emancipadas de
en 1869 Marx se había mostrado en contra de toda intromisión de la Iglesia y del Esta-
una enseñanza superior gratuita, dado que do. Así, no sólo se ponía la enseñanza
era un coto de la burguesía[39]. al alcance de todos, sino que la propia
Para Marx —quien insistirá aquí en los ejes ciencia se redimía de las trabas a que la
centrales que ya hemos analizado— todo el tenían sujeta los prejuicios de clase y el
Programa de Gotha, «independientemente de Poder del gobierno[43]».
su tilín-tilín democrático», estaba «infectado Lo cual no era óbice para defender aque-
de la servil creencia de la secta lassalleana en llas medidas que pudieran hacer avanzar al
el Estado o, lo que es aún peor, de la creencia proletariado hacia el socialismo. Así, «el párra-
en el milagro democrático». Por eso, advierte fo relativo a las escuelas por lo menos habría
contra la vacuidad de demandar la asistencia debido exigir la anexión de escuelas técnicas
obligatoria para todos y la instrucción gratui- (teóricas y prácticas) a la escuela primaria»,
ta. Y, lo que nos parece más interesante, con- abundando así en uno de sus argumentos
dena la «educación del pueblo por el Estado», principales[44].
demandada en el Programa, para abogar por Marx rechaza también la prohibición gene-
«proscribir de la escuela […] toda influencia ral del trabajo de los niños, sin indicación del
del Gobierno y de la Iglesia», especialmente límite de edad, como ingenua y reaccionaria,
en el imperio alemán[40]. En 1869, Marx ha- «puesto que una rígida reglamentación del
bía defendido ante el Consejo General que tiempo de trabajo según la edad, así como
«la enseñanza estatal está considerada como otras medidas de protección de los niños, el
enseñanza bajo el control del gobierno, pero combinar acertadamente el trabajo produc-
esto no es absolutamente indispensable. […] tivo con la instrucción, es uno de los medios
La enseñanza puede ser estatal, sin estar bajo más eficaces para la transformación de la so-
el control del gobierno[41]», que podría nom- ciedad actual», al socavar las bases de la divi-
brar a los inspectores para vigilar el respeto a sión del trabajo, como ya se ha indicado[45].
las leyes, pero sin inmiscuirse en la enseñanza. Parece que lo que se pretende al reivindicar,
Una matización llena de sentido en una época en lo inmediato, esa unión entre enseñanza
en la que el movimiento obrero empezaba a y trabajo productivo que caracterizará a la
poner en pie sus propias instituciones educati- escuela futura es agravar las contradicciones
92 Unidad y Lucha
España - Las ideas pedagógicas de Marx
Abril de 2018 93
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones M-L
lista con tanta o mayor claridad que hace cien de la educación burguesa y, con ayuda del mé-
años. En nuestra mano está ponerlas frente a todo marxista, apuntar a un camino de eman-
frente, para desnudar el verdadero carácter cipación, desde fuera y dentro del aula.
94 Unidad y Lucha