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Reconocimiento y destrucción:

un esbozo de intersubjetividad
(1990)
Jessica Benjamín

¡Yo!
1

Introducción del editor


Nadie que se deleite con las ideas puede dejar de encontrar en los
escritos de Jessica Benjamin una fuente de deleite, sorpresa y reflexión. Una
de las teóricas psicoanalíticas más profundas de esta generación, da la
vuelta a los conceptos al revés y al revés, disponiéndolos y
reorganizándolos en relación entre sí para ampliar sus posibilidades y
enriquecer nuestra experiencia.

Hemos elegido este ensayo de entre sus muchos escritos porque en él


Benjamin esboza su posición sobre uno de los que ha dominado su obra, el
problema de cómo nos relacionamos con el hecho de la
conciencia independiente del otro. Es en y a través del examen
exhaustivo y sistemático de esta cuestión que Benjamin ha reunido los
estudios f e m i n i s t a s y la teoría de la ntersubjetividad . Sus
profundas c o n t r i b u c i o n e s tanto al psicoanálisis femenino como
al psicoanálisis psicoanalítico no resultan sim pl y de traer estos dos
movimientos. nto diálogo entre sí. Más bien, el enfoque único de
de que estos
Benjamin evolucionó a partir de su reconocimiento creativo
dos dominios estaban intrincada y necesariamente conectados para
resolver el problema de comprender cómo los sujetos separados pueden
reconocerse entre sí como centros equivalentes de experiencia.
182 jessica Benjamín término intersubjetividad into psicoanalítico discurso. Stolorow y los colaboradores definen
intersubjetividad como el campo de intersección de Dos Subjetividades p e r o suyo es no a del
desarrollo teoría y Ellos hacer no distinguir sujeto-objeto Relaciones De intersubjective unos, más
Benjamin's thinking se caracteriza por su capacidad de mantener un
por poco definido. Stolorow es Refiriendo esencialmente Para el mutual regulación ese
enfoque de ambos/y en lugar de uno/o. Donde todos tendemos a col Caracteriza todo Humano Relaciones. J n éste ensayo1 sin embargo Benjamín Distingue su V e r s i ó n
lapse la tensión i n una discusión hacia uno u otro, Benjamín ha logrado de intersubjetividad teoría por Destacando ese ella Vistas intersubjetividad como a del
mejor que la mayoría mantener el tensión, esperando un espacio desarrollo
teórico que da cabida a la complejidad y la paradoja. Por lo tanto,
como se ve en este ensayo, su enfoque exige que el psicoanálisis incluya el
estudio tanto de lo hipopsíquico como del im-tersubjetivo. Para
Benjamin, la subjetividad se establece a través de procesos de
reconocimiento (afirmación) y destrucción (negación), que el niño es
visto como en movimiento. a lo largo de un camino de desarrollo hacia la
separación-individuación y la conexión y la mutualidad. Nunca se
conforma con la resolución fácil de problemas difíciles, Benjamin se basa
en su formación filosófica en la crítica de la teoría y los insistas que
simples reversiones no avancen nuestro pensamiento. Encambio, al ir
más allá de la complementariedad hacia el reconocimiento p a r a ambos
lados de una dialéctica, podemos seguir el desarrollo de nuestro
entendimientoing.

En este ensayo, Benjamin expone su crítica de los supuestos tradicionales


del desarrollo de la psicología psicoanalítica del ego tal como se
popularizaron en la de Mahler (y sus colegas) teoría de la separación-
individuación. Ella muestra cómo la teoría clásica tomó la perspectiva
del movimiento del niño lejos de la madre hacia la separación y la
individuación en lugar de la altal ighting el igual i mportant movimiento
hacia el reconocimiento mutuo y el apego. Benjamin vincula este sesgo en
la teoría a su visión del (m)otro como un objeto instead de como un
sujeto separado. Aquí es donde ella links los aspectos más
penetrantes de la mujer en el ismo con la mayoría de las ideas de
desarrollar psicoanálisis mental, a saber, que al objetivar
defensivamente a la madre del condey lasubjetividad nos limitamos a un
mundo intrapsíquico in que sólo podemos relacionar con los objetos y por
lo tanto no podemos establecer ni nuestra propia subjetividad
o la subjetividad de los demás. Benjamin muestra así la necesidad
esencial de mantener tanto la teoría intrapsíquica, con su exploración
de nuestras relaciones con los objetos, como la teoría de la
intersubjetividad, en la que puede haber un encuentro de mentes.

Benjamin créditos Stolorow y suyos Colegas con introduciendo el


Reconocimiento y propia versión de la teoría de la subsigubjetividad. In su reciente
destrucción
Shadow of the Other: intersubjectivity and Gender in Psychoanalysis,
(1998, Routledge) Benjamin continúa la provocativa conversación entre
prorrateo con una serie de momentos clave la teoría social cnt1cal y el psicoanálisis intersubjetivo explorando
de transformación. En su modelo, más a fondo las paradojas de la complementariedad de género y las
latersubjetividad es un logro del desarrollo
d ialect1cs de autoridad i n la situación analítica.
que implica la única capacidad adquirida
gradual e impermeablemente parael
reconocimiento mutuo.
Reconocimiento y destrucción:
Basándose en la analogía amo-esclavo Un esbozo de intersubjetividad
de Hegel, Benjamin muestra que la
necesidad de reconocimiento conlleva la
paradoja fu ndamental que, en el mismo
momento de darse cuenta de la propia i Todos nosotros nacemos en la estupidez moral , tomando el mundo
ndependiente will, dependemos de otro como una ubre para alimentar nuestro ser supremo: Dorothea había
para reconocerlo. Luego se basa en gran comenzado a emerger temprano de esa estupidez, pero sin embargo, le
medida en las nociones de Winnicott de había sido más fácil imaginar cómo lo haría.
relación con objetos y uso de objetos para
demostrar la necesidad de reconocimiento
y negación en el establecimiento de los Publicado originalmente en Psychoanalytic Psychology, ?( suppl.),33-47. ©
seres humanos. subjetividad. Benjamin 1990 Lawrence Erlbaum Associates, Inc.

logra así combinar la profundidad de la


observación psicoanalítica del desarrollo
con los estudios de género
contemporáneos y el femenino en el
ismo para reconstruir el teoría y práctica
del psicoanálisis para que "donde estaban
los objetos, los sujetos pudieran estar".

Benjam in's The Bonds of Lave:


Psychoanalysis, Feminism, and the Problem
of Domination (1 988, Pantheon) introdujo
un poder y un pproach a las relaciones hip
entre la psico ana lysis y el femenino
recurriendo al concepto de
"reconocimiento" de Hegel para explorar el
desarrollo de la subjetividad y los temas de
la nación y la sumisión en las polaridades de la
formación de género. In Like Subjects, Lave
Objects: Essays on Recognition and Sexual
Difference (1995, Vale), que incluye este
primer ensayo, Benjamín desarrolló aún más
un Integración de varios términos de l a
t e o r í a del desarrollo psicoanalítico con su
1 11

1,
184 } essica Benjamín Reconocimiento y destrucción lll 185
1111

. . . llegar a ser sabio y fuerte en su fuerza y sabiduría, para luego ¿Qué significa tal cambio? Se ha comenzado con la introducción i11

del término intersubjetividad para la situación analítica (Atwood y l1


concebir con esa distinción que ya no es reflexión sino sentimiento. . .
que tenía un centro de sí mismo equivalente , de donde las luces y las Stolorow, 1984; Stolorow, Brandchaft y Atwood, 1987), definiendo la 111¡

sombras siempre deben caer con cierta diferencia. intersubjetividad como el campo of intersección entre dos subjetividades,
la interacción entre dos mundos subjetivos diferentes. Pero , ¿en qué
George Eliot, Middlemarch, p. 243. se diferencia la reunión de dos temas de uno en el que un sujeto se ¡11

encuentra con object? Una vez que hemos reconocido que el objeto hace
En recent años analistas de diversas escuelas psicoanalíticas han un 11

convergido en el esfuerzo por formular teorías relacionales del yo contribución importante a la vida del sujeto, lo que se agrega al decidir 1

(Eagle, 1984; Mitchell, 1988). Lo que estos enfoques comparten es la


para llamar a este objeto otro sujeto. ¿Y cuáles son los impedimentos
creencia de que
para
la mente humana es interactiva en lugar de monádica, por lo que el realidad. Tampoco puede descartarse como una v e r g ü e n z a terminológica que podría
proceso psicoanalítico debe entenderse como que ocurre entre sujetos disolverse con una mayor precisión lingüística (véase Kohut, 1984). Es , en cambio, un síntoma
y no dentro del individuo (Atwood y Stolorow, 1984; Mitchell, 1988). La de los mismos problemas en el psicoanálisis que un ory relacional debería tratar de curar. Una
life mental se ve desde una perspectiva intersubjetiva. Aunque esta investigación sobre la dimensión intersubjetiva del encuentro analítico tendría como objetivo
perspectivaha transformado nuestra teoría y nuestra práctica de cambiar nuestra teoría y práctica para que "donde estaban los objetos , los sujetos deben estar".
maneras importantes, tales transformaciones crean nuevos problemas.
Una teoría en la que el sujeto individual ya no reina absoluto debe
enfrentar la dificultad que tiene cada sujeto para reconocer al otro
como un centro de experiencia t equivalente (Benjamín, 1988).
El problema de reconocer al otro surge en el momento en que
consideramos ese problemático legado de la teoría intrapsíquica, el
término "object". En el uso original, todavía común en la psicología
del yo y en las teorías de relaciones de objetos, el concepto de relaciones
de objeto se refiere a la internalización psíquica y la representación de
interacciones entre uno mismo y los objetos. Si bien tales teorías
atribuyen un papel considerable al entorno primitivo y a los objetos
parentales, otros "reales", nos han llevado s o l o al punto de reconocer
que "donde". el ego es, los objetos deben ser". Por ejemplo, ni la
insistencia de Fairbairn en la necesidad de todo el objeto ni la
declaración de Kohut de que los autoobjetos siguen siendo importantes
a lo largo de la vida se refiere directamente a la diferencia entre
objeto y otro. Tal vez la elisión entre los otros "reales" y su
representación interna es tan ampliamente tolerada porque la cuestión
epistemológica de qué es la realidad y qué es. La representación nos
parece , en nuestra justificada humildad, demasiado ecuménica y
elevada de nuestro oficio parroquial. O tal vez, porque somos
psicoanalistas, la cuestión de la realidad no nos preocupa realmente.
Pero la desafortunada tendencia a colapsar a otros sujetos en objetos
no puede atribuirse simplemente a esta irresolidad con respecto a la
la reunión de dos mentes? experiencia psíquica y, por lo tanto, ambos son válidos. áreas of 1

Para empezar nuestro indagación Nosotros mosto indagación psicoanalítica. Si hay una contradicción entre los dos modos
dirección éste pregunta: Qué diferencia hace el Otro de experiencia, entonces deberíamos sondearla como una condición
hacer el Otro Quién es Percibe como verdaderamente
de conocimiento en lugar de asumir que es una bifurcación en el
afuera no dentro nuestro mental campo de
¿Operaciones? No allí un drama diferencia entre el camino. Otras cuadrículas teóricas que han bifurcado la teoría
experiencia con el Otro Percibe como afuera el psicoanalítica del impulso del pensamiento frente a la teoría de las
vender y el subjetivamente Concebido ¿objeto? relaciones de objeto , la psicología del ego frente a la psicología del
Winnicott (1971) Formulado el esquemas básicos of id, la psicología intrapsíquica frente a la interpersonal , la ory-insistida en
éste distinción en Qué Mayo pozo ser Considera
una elección. entre las dos perspectivas opuestas. Estoy proponiendo,
suyos más atrevido y radical declaración, "El Uso of
un Objeto y Relacionadas con A través de en cambio, que las dos dimensiones de la experiencia con el objeto/otro
Identificaciones". Desde entonces con a poco son complementarias, aunque a veces se encuentren en una relación
Excepciones (Eigen, 1981; Modell, 1984; Gante opuesta. Al abarcar ambas dimensiones, podemos cumplir con la
1989), allí tiene sido poco esfuerzo Para elaborar intención de las teorías relacionales: dar cuenta de los efectos
Winnicott's yuxtaposición of el Dos posible generalizados de las relaciones humanas en desarrollo psíquico y lejos
Relaciones de el Asunto Para el objeto. Todavía
los efectos igualmente ubicuos of internal mecanismos psíquicos y
como I mostrar aquí el diferencia entre el Otro
como Asunto y el Otro como objeto es crucial para fantasías en la configuración de la vida psicológica y la interacción.
Me refiero a las dos categorías de experiencia como la intrapsíquica y la
a relacional psicoanálisis.
La distinción entre los dos tipos de relaciones dimensiones intersubjectivas (Benjamin, 1988). La idea dela
con el otro puede surgir claramente sólo si intersubjectividad, que ha sido introducida en el psicoanálisis desde la
reconocemos que ambos son endémicos de la filosofía (Habermas, 1970, 1971), es útil porque aborda específicamente
la
186 ) Essica Benjamín deja los aspectos del compromiso, la conexión y la afirmación activa que ocurren con la
madre como otros en el fondo no examinado. Esta perspectiva está centrada en el
problema de definir al otro como objeto. La intersubjetividad fue lactante: los estudios típicos de la interacción madre-hijo formularán los actos de
formulada deliberadamente en contraste con la lógica del sujeto y el independencia del rother como una contribución a la autorregulación del niño, pero no al
objeto que predomina en la filosofía y la ciencia occidentales. lt se reconocimiento de la subjetividad por parte de la niña. (Véase, por ejemplo,
refiere a esa zona de experiencia o teoría en la que el otro no es
simplemente el objeto de la necesidad / impulso o cognición / percepción
del ego, sino que tiene un centro equivalente del yo.
La teoría intersubjetiva postula que el otro debe ser reconocido como
otro sujeto para que el yo experimente plenamente su subjetividad
en presencia del otro. Esto significa, en primer lugar, que tenemos una
necesidad de reconocimiento y, en segundo lugar, una capacidad para
reconocer a los demás a cambio-reconocimiento mutuo. Pero el
reconocimiento es una capacidad de desarrollo individual que sólo se
realiza de manera desigual, en cierto sentido, el objetivo de un
psicoanálisis relacional es explicar esto. hecho. En la metapsicología
freudiana el proceso de reconocer al otro "con esa distinción que ya no
es reflexión sino sentimiento" aparecería, en el mejor de los casos, como
un efecto de fondo. de la relación entre ego y externa! reality. Las
críticas feministas del psicoanálisis han sugerido que la concepción del
primer otro, la madre, como objeto subyace a esta laguna teórica: la
antítesis cultural entre sujeto masculino y objeto femenino contribuyó
en gran medida a que no se tuviera en cuenta la subjividad del otro.
La negación de la subjetividad de la madre , en teoría y en la práctica,
impide profundamente nuestra capacidad de ver el mundo como
habitado por sujetos iguales. Mis propósitos son mostrar que, de
hecho, la capacidad de reconocer a la madre como sujeto es una parte
importante del desarrollo temprano; y llevar el proceso de
reconocimiento al primer plano de nuestro pensamiento.
Sugiero así esbozos preliminares del desarrollo de la capacidad de
reconocimiento. En particular, me centro en la teoría de la separación-
individuación, mostrando cuánto más, puede revelar cuando se ve a través
de la lente intersubjetiva, especialmente a la luz de las contribuciones de
Stern y Winnicott. Debido a que la teoría de la separación-individuación se
formula internamente del ego y el objeto, no realiza plenamente su propia
contributión. En la perspectiva ego-objeto, el niño es el individuo, visto
como moviéndose en una progresión hacia la autonomía y la separación. El
telos de este proceso es la creación de estructura psíquica a través de la
internalización del objeto al servicio de una mayor independencia.
Como resultado, la teoría de la separación-individuación se centra en el
residuo estructural de la interacción del niño con la madre como objeto;
Reconocimiento y destrucción 187 presumiblemente ocuparía el lugar de un extraño externo , no tiene un
lugar articulado en la teoría. Así, una vez más , el placer de la
mutualidad entre dos sujetos se reduce a su función de estabilizar el
Settlage et al., 1991). Esta perspectiva también pierde el
yo, no de ampliar nuestra conciencia de el exterior, ni de reconocer a
placer de la relación evolutiva con una pareja de la que uno los demás como animados por sentimientos independientes aunque
sabe cómo obtener una respuesta, pero cuyas respuestas no similares . L
son del todo. predecible y asimilable a la industria interna.
La idea de placer se perdió cuando la psicología del ego
puso la identidad en un segundo plano, pero podría 1. Mis comentarios pueden ser más adecuados para Kohut que para la
restaurarse reconociendo la subjetividad del otro. autopsicología en su conjunto, que recientemente ha mostrado un ímpetu para
Una perspectiva intersubjetiva ayuda a trascender el centro infantil
corregir esta unilateralidad e incluir la evolución de la diferencia en relación
punto de vista de la teoría intrapsíquica al preguntarse
con el otro (por ejemplo, Lachmann, 1986), así como la relación con el objeto
cómo una persona se vuelve capaz de disfrutar del
"verdadero" (Stolorow, 1986).
reconocimiento con otra. Lógicamente, reconocer al padre
como sujeto no puede ser simplemente el resultado de
internalizar al padre como objeto mental. Este es un
proceso de desarrollo que apenas ha comenzado a
explicarse. ¿Cómo se convierte un niño en una persona
que, como participante, es capaz de reconocer a su propio
hijo? ¿Cuáles son los procesos internos, los hitos psíquicos,
de tal desarrollo? ¿Dónde está la teoría que rastrea el
desarrollo de la capacidad de respuesta, el enfoque y la
preocupación del niño, y no solo la suficiencia o el fracaso
de los padres?
Es con respecto a estas preguntas que la mayoría
de las teorías del yo se han quedado cortas. Incluso la
autopsicología, que ha puesto tanto énfasis en la sintonía
y la empatía y se ha centrado en la intersubjetividad
del encuentro analítico , ha sido tácitamente unilateral
en su comprensión de la relación padre-hijo y el
desarrollo de la relación intersubjetiva . Tal vez en
reacción contra el principio de la realidad edípica, Kohut
(1977, 1984) definió la confrontación necesaria con las
necesidades del otro o con los límites en una
autorreferencial. Fallas óptimas en la empatía (almenos
los errores de los analistas ) como si no hubiera nada
para que los niños aprendieran sobre los derechos o
sentimientos del otro. Aunque el objetivo de la
autopsicología era permitir a los individuos abrir
"nuevos canales de empatía" y "entensión entre el yo y
el auto-objeto" (Kohut, 1984, pág. 66), el yo siempre
fue el receptor, no el dador de la empatía. La
capacidad de respuesta del auto-objeto, por definición,
cumple la función de "apuntalar nuestro yo" a lo largo
de la vida; pero , ¿ en qué momento se convierte en la
capacidad de respuesta del thc fuera de otros a quienes
amamos ? El ocasionalmente mencionado (quizás más
frecuentemente asumido) " objeto de amor", que
demuestra sintonía al responder en otro medio. Al traducir el mismo nivel
188 } essica Benjamín afectivo en otra modalidad, por ejemplo, de cinética a vocal-

En este ensayo esbozo puntos cruciales en el desarrollo del


reconocimiento. Es cierto que el reconocimiento comienza con la
respuesta confirmatoria del otro que nos dice que hemos creado
significado, tenido un impacto, revelado una intención. Pero muy pronto
encontramos que el reconocimiento entre las personas-comprensión y
ser comprendido, estar en sintonía comienza a ser un fin en sí mismo.
El reconocimiento entre personas es esencialmente mutuo. Por nuestro
propio disfrute de la respuesta confirmatoria del otro, la reconocemos a
cambio. Creo que lo que la investigación sobre unainteracción infantil
ha descubierto sobre la reciprocidad temprana y la influencia mutua se
conceptualiza mejor como el desarrollo de la capacidad de reconocimiento
mutuo. Los estudios fotograma a fotograma del juego cara a cara a los
tres o cuatro meses nos han dado una especie de historia temprana de
reconocimiento.
El trabajo pionero de Stern (1974, 1977, 1985) y más
las contribuciones recientes de Beebe (1977, 1985, 1988) han iluminado cuán
crucial es la relación de influencia mutua es el autodesarrollo muy temprano.
También han demostrado que la autorregulación en este punto se l o g r a a
través de la regulación del otro: puedo cambiar mi propio estado mental
haciendo que el otro sea más. o menos estimulante. El reconocimiento de la
madre es la base del sentido de agencia del bebé. Igualmente importante,
aunque menos enfatizado, es el otro lado de esta interacción de juego : la
madre depende en gran medida del reconocimiento del bebé. Un bebé que
es menos receptivo es un bebé menos "reconocedor", y la madre que
reacciona a su bebé apático y quisquilloso por sobreestimulación está
retraída. es una madre que siente desesperación porque el bebé <lo no la
reconoce.
En el punto de vista de Stern (1985), sin embargo, los primeros
juegos aún no constituyen una relación intersubjetiva. En cambio,
designa la siguiente fase, cuando la sintonización afectiva se desarrolla a
los ocho o nueve meses, como intersubjetividad propiamente dicha. Este
es el momento en que descubrimos "¡hay otras mentes ahí fuera!" y esas
mentes separadas pueden compartir un estado similar. Estoy de acuerdo
en que esta fase constituye un avance en el reconocimiento de la otra,
pero creo que la interacción anterior puede considerarse un antecedente
en forma de compartir afectivo concreto. Ciertamente, desde el punto de
vista de la madre cuyo bebé devuelve su sonrisa, el compartir afectivo ya
es el comienzo del reconocimiento recíproco. Por lo tanto, en lugar de
designar th. En una fase posterior como relación intersubjetiva, prefiero
conceptualizarun desarrollo de la intersubjetividad en el que haya
momentos clave de transformación.
En esta fase, como subraya Stern (1985), lo nuevo es la shar ing
del mundo interior. El bebé comienza a comprobar cómo se siente el
padre cuando está descubriendo un nuevo juguete y el padre
Reconocimiento y destrucción 189 entre "la independencia y la dependencia de la autoconciencia", Hegel
mostró cómo el deseo del yo de una independencia absoluta conflicts con la
necesidad de reconocimiento del yo. Al tratar de establecerse como
el adulto transmite el hecho crucial de que es la experiencia una entidad independiente, el yo aún debe reconocer al otro como un sujeto
interior la que es congruente. La diferencia en la forma hace como él mismo para ser reconocido por el yo, comprometer inmediatamente
que el elemento de similitud o compartir sea claro. Agregaría la absolutez del yo
que el padre no está compartiendo literalmente el mismo
estado, ya que el padre está (generalmente) emocionado por la
reacción del bebé, no por el juguete en sí. De hecho, el
padre se complace en ponerse en contacto con la mente del
niño.
Aquí hay un buen punto a considerar el contraste entre intersubjetivos
teoría y psicología del ego, un contraste del que Stern hace
mucho. La fase de descubrir otras mentes coincide
aproximadamente con la diferenciación de Mahler y la
práctica de subfases, pero hay una diferencia importante en el
énfasis. En el punto de vista intersubjetivo, la mayor
separación del bebé, que Mahler enfatiza en este período, en
realidad procede en conjunto con y mejora la conexión sentida
con el otro. La alegría de la sintonización
intersubsiguiente es: Este otro puede compartir mi sentimiento.
Según Mahler (Mahler, Pine y Bergman, 1975), sin embargo,
el bebé de diez meses se dedica principalmente a explorar, en
el "! ove affaire con el mundo". El chequeo para mirar a la
madre no se trata de compartir la experiencia, sino de
problemas de seguridad / ansiedad, "reabastecimiento de
combustible". Es una fase en la que Mahler ve a la madre no
como contactando con la mente del niño, sino dándole un
empujón desde el nido.
Si bien Stern enfatiza sus diferencias con Mahler, creo que los dos
los modelos son complementarios, no mutuamente
excluyentes. Me parece que aquí la teoría intersubjetiva
amplifica la teoría de la separación-individuación
centrándose en el intercambio afectivo entre padres e hijos y
enfatizando la simultaneidad de conexión y separación. En
lugar de puntos finales de sitio de oppo de una traectoria
longitudinal, la conexión y la separación forman una tensión,
que requiere el magnetismo igual de ambos lados.
Ahora es esta tensión entre conexión y separación la que
sugiero que rastreemos más allá del período de sintonización
afectiva. Si lo seguimos hasta el segundo año de vida,
podemos ver una tensión en desarrollo entre la afirmación de
uno mismo y el reconocimiento del otro. Traduciendo la crisis
de acercamiento de Mahler en términos de intersubjetividad,
podemos decir que en esta crisis la tensión entre afirmarse a sí
mismo y reconocer al otro se rompe payaso. y se manifiesta
como un conflicto entre uno mismo y el otro.
Mi análisis de esta crisis deriva, en parte, de la filosofía, de la
formulación de Hegel (1807) del problema del reconocimiento en
The Phenomenology of Spirit. En su discusión sobre la conflict
190 jessica Benjamín de la separación y, en consecuencia, de la vulnerabilidad: él o ella puede alejarse del
ceño fruncido, pero la madre también puede alejarse de él o ella .
y planteando el problema de que el otro podría ser igualmente absoluto e
independiente. Cada yo quiere ser reconocido y, sin embargo, mantener
su identidad absoluta: el yo dice, quiero afectarte, pero no quiero que
nada de lo que hagas o digas me afecte, Soy quien soy. En su encuentro
con el otro, el yo desea afirmar su independencia bsoluta, aunque su
necesidad del otro y el deseo similar del otro dan la mentira .
Esta descripción del absoluto del yo cubre aproximadamente el
mismo territorio que el narcisismo en la teoría freudiana,
particularmente su manifestación como omnipotencia: la insistencia en
ser uno ( todos son idénticos a mí) y solos (no hay nada fuera de mí
que no controle). La concepción de Freud (1911, 1915) del ego primitivo
con su hostility hacia el exterior, o su incorporación de todo lo bueno en
sí mismo, no es a diferencia del yo absoluto de Hegel. La noción de
Hegel sobre el conflicto entre independencia y dependencia encaja con
la visión psicoanalítica clásica en la que los auto-oes no desean
renunciar a la omnipotencia.
Pero incluso si rechazamos la visión freudiana del ego, la
confrontación con la subjetividad del otro y el límite de la autoafirmación es
difícil de negociar. La necesidad de reconocimiento implica este paradox
fundamental: en el mismo momento de realizar nuestra propia voluntad
independiente, dependemos de otro para reconocerla . En el mismo
momento llegamos a entender el significado de ! , yo mismo, nos vemos
obligados a ver las limitaciones de ese yo. En el momento en que
entendemos que separar
las mentes pueden compartir sentimientos similares; comenzamos a
descubrir que estas mentes también pueden estar en desacuerdo.
Volvamos a la descripción de Mahler y sus asociados (1975) del
acercamiento, y veamos cómo ilustra la paradoja del reconocimiento y
cómo se supone que el bebé debe salir. de ella. Antes del acercamiento,
en la autoafirmación de la fase de práctica, el bebé todavía se da por
sentado, y su madre también. Ella no hace una discriminación aguda
entre hacer las cosas con la ayuda de la madre y sin ella. Está demasiado
emocionada por lo que está haciendo para reflexionar sobre quién lo está
haciendo. A partir de uncombate de1a 4 meses surge un conflicto entre
las aspiraciones grandiosas del bebé y la realidad percibida de sus
limitaciones y dependencia. Aunque ahora es una pena hacer más, el
niño pequeño es consciente de lo que él o ella no puede hacer y lo que ella
o él no puede hacer que la madre haga---por por ejemplo, quédate con él
o ella en lugar de salir. Muchas de las luchas de poder que comienzan
aquí (querer la pera entera, no una rebanada) se pueden resumir como
una demanda: "¡reconozca mi intención!" El niño insistirá en que la
madre comparta todo, participe en todos sus actos, acepte todas sus
demandas. El niño pequeño también se enfrenta a la mayor conciencia
Reconocimiento y destrucción 191 cambiar su centro de gravedad para reconocer que la madre hace esto
porque tiene su propio centro.
La ruptura y recreación de la tensión entre afirmar la propia realidad
Si replanteamos esta descripción desde la
y aceptar la del otro es un aspecto descuidado de la crisis, pero es
perspectiva intersubjetiva , el bebé ahora sabe que
igualmente importante. Este aspecto surge cuando superponemos la idea
diferentes mentes pueden sentir de manera diferente,
de Winnicott (1971) de destruir el objeto sobre la crisis de acercamiento
que él o ella es dependiente e independiente. En este
de Mahler. Es la destrucción -negación en el sentido de Hegel- lo que
sentido, el acercamiento es la crisis de reconocer al otro,
permite al sujeto ir más allá de relacionarse con el objeto a través de la
específicamente de confrontar la independencia de la
identificación,
madre. No es casualidad que la partida de la madre se
convierta en un punto focal aquí, ya que confronta al
niño no solo con la separación sino con los objetivos
independientes de la madre . Por razones similares, la
madre puede experimentar conflicto en este punto; las
demandas del niño son ahora amenazantes, ya no
simplemente necesidades, sino expresiones de su voluntad
independiente (tiránica). El niño es diferente de su
fantasía mental , ya no es su objeto. Puede cambiar de
lugar con ella: de pasivo a activo. Él, no ella, es ahora
el depositario de la omnipotencia que una vez se atribuyó
a la "buena" madre que todo lo da . La forma en que
responde a la agresión de su hijo y la suya propia
depende de su capacidad para mitigar tales fantasías con
un sentido de agencia real y separación. en su
confianza en la capacidad de su hijo para sobrevivir al
conflicto, la pérdida, la imperfección. La madre tiene que
ser capaz de establecer límites claros para su hijo y
reconocer la voluntad del niño , para ambos insistir en su
propia independencia. y respetar la del niño, en
definitiva, para equilibrar la afirmación y el
reconocimiento. Si no puede hacer esto, la omnipotencia
continúa, atribuida a la madre o al yo; ensu caso ,
podemos decir que se ha fomentado el desarrollo del
reconocimiento mutuo.
Desde el punto de vista de la teoría intersubjetiva, la "resolución" ideal
de la paradoja del reconocimiento es que continúe como una
tensión constante entre reconocer al otro y afirmar el yo.
Sin embargo, en la teoría de Mahler et al. (1975) el conflicto
de acercamiento parece resolverse a través de la
internalización, el logro de la constancia del objeto, cuando el
niño puede separarse de madre o estar enojado con ella y
aún así ser capaz de contactar su presencia o bondad. En
cierto sentido, esto establece el objetivo del desarrollo
demasiado bajo: es difícil y, por lo tanto, suficiente para que
el niño logre la integración realista del bien y el mal.
representaciones de objetos (Kernberg, 1980). La escasa
formulación del fin del conflicto de acercamiento es,
digamos, anticlimática, dejándonos preguntarnos, ¿es esto
todo? En esta imagen, el niño sólo tiene que aceptar la
desnombración de la madre; ella o él no comienza a
internalización solo como productos de ruptura o
192 jessica B e n j a m í n defensas; Yo los vería más bien como una especie de
sustrato subyacente de la actividad de nuestros
proyección, y otros procesos intrapsíquicos que tienen que ver con el hombres, un proceso de digestión simbólica constante
objeto concebido subyectivamente. lt permite la transición de que constituye un importante parte del ciclo de
relacionarse (intrapsíquico) a usar el objeto, llevando a cabo una relaci intercambio entre el individuo y el exterior. Es la
bón con uno elr que se percibe objetivamente como existente fuera del pérdida de equilibrio entre lo intrapsíquico y lo
yo. , una entidad por derecho propio. Es decir, en el acto mental de intersubjetivo, entre la fantasía y la realidad, que es el
negar o borrar el objeto, que puede expresarse en el esfuerzo real de problema.
atacar al otro, descubrimos si lo real otros sobreviven. Si sobrevive
sin retail Ling o con la pesca de arrastre bajo el ataque, entonces
sabemos que existe fuera de nosotros mismos, no solo como nuestro
producto mental.
El esquema de Winnicott puede ampliarse para postular no una relación
secuencial sino más bien una tensión básica entre la negación y la
afirmación del otro (entre la omnipotencia y el reconocimiento de la
realidad). ). Otra forma de entender los conflictos que se producen en el
acercamiento es a través de los conceptos de destrucción y supervivencia: el
deseo de afirmar absolutamente el yo y negarlo todo. fuera de la propia
omnipotencia mental a veces debe chocar contra la realidad implacable del
otro. La colisión que Winnicott (1971) tiene en mente, sin embargo, no es
una en la que la agresión ocurre "reactiva al encuentro con el principio de la
realidad", sino una en la que la agresión "creates la cualidad de la
externalidad" (p. 110). Cuando la destructividad no daña ni al padre ni al yo,
¡externa! la realidad aparece como un contraste agudo y distinto con el
mundo de fantasía interior . El resultado de este proceso no es
simplemente la reparación o restauración del objeto bueno, sino l ove, el
sentido de descubrir al otro (Eigen, 1981; Gante, 1990).
La otra cara del análisis de Winnicott sería que cuando la
destrucción no se contrarresta con supervivencia, cuando la realidad del
otro no aparece a la vista, un proceso defensivo de internalización. tiene
lugar. La agresión se convierte en un problema: cómo deshacerse del
mal sentimiento. ¡Lo que no se puede trabajar y disolver con el otro
externo se transpone en un drama de interna! objetos, pasando del
dominio de lo intersubjetivo al dominio de lo intrapsíquico. En la vida
real, incluso cuando la respuesta del otro disipa la agresión, no hay un
proceso perfecto de destrucción y supervivencia; siempre hay también
interiorización. Toda experiencia es elaborada de manera intrapsíquica,
podríamos aventurarnos a decir, pero cuando los otros does no
sobreviven, y la agresión no se disipa se convierte en casi exclusivamente
intrapsíquico. Por lo tanto, me parece falaz ver los procesos de
Reconocimiento y destrucción 193

De hecho, el problema en la teoría psicoanalítica ha sido que la internalización, ya


sea los aspectos defensivos o de construcción de estructuras (dependiendo de la teoría
de las relaciones de objetos que uno favorezca), ha oscurecido el componente. de
destrucción que Winnicott (1964, p. 62) enfatiza: dis cubriendo "que la fantasía y el hecho,
ambos importantes, son sin embargo diferentes entre sí". La complementariedad de las
modalidades intrapsíquica e intersubjetiva es importante aquí: como Winnicott deja claro,
es en contraste con la fantasía de la destrucción que la realidad de la supervivencia es tan
satisfactoria y auténtica.
Winnicott ofrece así una noción de una realidad que puede ser amada, algo más allá de la
integración del bien y el mal. Mientras que el ego intrapsíquico tiene la realidad impuesta
desde el exterior, el ego intersubjetivo descubre la realidad. Este principio de realidad no
representa un desvío hacia el cumplimiento del deseo , una modificación del principio del
placer. Tampoco es la aceptación de una falsa vida de adaptación. Más bien es una
continuación bajo condiciones más complejas de la fascinación original del infante y el amor por
lo que está afuera, su apreciación de la diferencia y la novedad. Esta apreciación es el
elemento en la diferenciación que da a la separación su coloración positiva, en lugar de
simplemente hos tile: amor al mundo, no simplemente dejar o distancia de la madre. En la
medida en que la madre misma se coloca afuera, puede ser amada; la separación es
entonces verdaderamente el otro lado de la conexión con el otro.
Es esta apreciación de la realidad del otro la que completa la imagen de la
separación y explica lo que hay más allá de la internalización: el establecimiento de la
realidad compartida. First (1988) proporcionó observaciones muy interesantes de cómo
el niño comienza a aprehender la mutualidad como un concomitante de separación,
específicamente en relación con la madre. s irse. El vehículo de esta resolución es, para
ampliar la noción de Winnicott, la identificación cruzada: la capacidad de ponerse en el
lugar del otro basada en la comprensión empática de similitudes de la experiencia
interior. La imitación inicial de la madre que se va de la niña de dos años se caracteriza
por el espíritu de pura represalia y reversión: " Te haré lo que hagas". a mí". Pero
gradualmente el niño comienza a identificarse con la experiencia subjetiva de la madre y se
da cuenta de que "1 podría extrañarte como tú me extrañas a mí", y, por lo tanto, que "!
sepan que podrían desear tener su propia vida como 1 desea tener la mía". Primero
muestra cómo, al reconocer la experiencia compartida, el niño realmente pasa de un
mundo de control de represalia a un mundo de mutuos. comprensión y sentimiento
compartido. Este análisis se suma a la idea de constancia del objeto, en la que el objeto
bueno sobrevive a la mala experiencia, la idea de reconocer que el dejar a la madre no es
malo sino independiente, una persona como yo. Al aceptar esto, el niño gana no solo su
propia independencia (como tradicionalmente se enfatiza) sino también el placer de la
comprensión compartida.
194 } essica Benjamín mutualidad.
Cuando no se restaura el reconocimiento mutuo, cuando la realidad compartida
<los no sobreviven a la destrucción, predominan las estructuras complementarias y
Mirando hacia atrás, podemos trazar los contornos de una trayectoria
"relacionales" con el objeto interior. Debido a que esto ocurre con bastante
de desarrollo de relación intersubjetiva hasta este punto. Su característica
frecuencia, la intrapsia-
central es reconocer la similitud de la experiencia interna en conjunto
con la diferencia. Podríamos decir que comienza con "Estamos
sintiendo este sentimiento", y luego se mueve a "Sé que tú, que eres otra
corteza, compartes este sentimiento cuerdo". En el acercamiento, sin
embargo, se produce una crisis cuando el niño comienza a enfrentar la
diferencia: "you y yo no queremos ni sentimos lo mismo". La respuesta
inicial a This discovery es una ruptura del reconocimiento entre el yo y el
otro: insisto en mi camino, me niego a reconocerte, yo comienzan a
tratar de coaccionarte, y por lo tanto experimento tu negativa como una
reversal: me estás coaccionando. Como en fases anteriores, la capacidad
de reconocimiento mutuo debe estirarse para acomodar la tensión de la
diferencia, en este caso para aceptar el conocimiento de conflictos.
Sentimientos.
En el tercer año de vida esta tensión puede expresarse en un juego
simbólico. El juego temprano en la reversa l de represalia ahora puede ser
una especie de empoderamiento en el que el niño siente "Puedo hacerte lo
que tú me haces a mí". Pero luego la obra se expande para incluir la
identificación emocional con la posición del otro, y se vuelve reflexiva de
modo que, como dice First, "1know you know what Yo siento". En este
sentido, el medio del sentimiento c o m p a r t i d o sigue siendo tan importante
para la intersubjetividad en las fases posteriores como en las tempranas.
Pero ahora se extiende a la comprensión simbólica del sentimiento para que
"sepas lo que siento, incluso cuando quiero o siento lo contrario de lo que
quieres o sientes". Este avance en la diferenciación significa que "podemos
compartir sentimientos sin que yo tema que mis sentimientos sean
simplemente tus sentimientos".
El niño que puede entretener imaginativamente ambos roles, dejar y
ser abandonado, comienza a trascender la forma complementaria de la
relación madre-hijo. La estructura complementaria organiza la relación
de dador y tomador, hacedor y hecho a, poderoso e impotente. Permite
invertir los roles, pero no alterarlos. En la relación reversible, cada
persona puede desempeñar un solo papel a la vez: una persona es
reconocida, la otra negada; un sujeto, el otro objeto. Esta
complementariedad no disuelve la omnipotencia, sino que la desplaza de
un socio a otro. El movimiento fuera del mundo de las relaciones de
poder complementarias hacia el mundo de la comprensión mutua nos
muestra así un paso importante en el desmantelamiento de la
omnipotencia: el poder se disuelve, en lugar de transferirse de un lado a
otro en un ciclo interminable entre el niño y la madre. Una vez más, este
movimiento no se refiere a una secuencia de una sola vez o
logro final, pero una tensión continua entre complementariedad y
Reconocimiento y destrucción.195 hombres sobre las mujeres. Así, la relación adulta entre hombres y
mujeres se convierte en el locus de la gran reversal, girando las tornas
sobre el omnipotente motro de infancia.
¡El concepto chic, sujeto objeto de la mente en realidad
La visión intersubjetiva del desarrollo ofrece un contraste que arroja
encaja con el modo dominant de interna! experiencia. ¡Esta
esta reversal en un relieve audaz. Muestra que dentro de la díada
es la razón por la que, a pesar de nuestro potencial
materna existe la mutualidad junto con la complementariedad, y el niño
intersubjetivo, la complementariedad reversible de sujeto y
se involucra en la
objeto conceptualizado por la teoría intrapsíquica ilumina
gran parte de lo interno! mundo. Los principios de la mente
Freud analizó por primera vez la inversión de opuestos como
el activo y el pasivo, la intercambiabilidad o el
desplazamiento de los objetos siguen siendo guías
indispensables para el mundo interior. de objetos.
Pero incluso cuando la capacidad de reconocimiento está
bien desarrollada, cuando el subject puede usar la realidad
compartida y recibir el alimenton1ent de "sustancia distinta a
mí", el intrapsíquico las capacidades permanecen. La
capacidad de la mente para manipular, desplazar, revertir,
convertir una cosa en otra no es una mera negación de la
realidad, sino la fuente de la creatividad mental. Además,
cuando las cosas van bien, co1nplementarily es un paso en el
camino hacia la mutualidad. La reciprocidad insistente del
niño pequeño , sus esfuerzos por revertir la relación con la
madre, por jugar a alimentarla, arreglarla y dejarla, es un
paso en el proceso de identificación que en última instancia
conduce a la comprensión. Sólo cuando se interrumpe este
proceso, cuando la forma complementaria de la relación no
está equilibrada por la actividad mutua, se inviertel se arraiga
y la relación se convierte en una lucha por el poder.
El intento de revertir la omnipotencia de la madre en el
contexto de estructuras complementarias puede arrojar luz
sobre el problema de la conducta masculinan1. Una
estructura mental importante que ha perpetuado el poder
masculino es la complementariedad en la que masculino =
subject y femenino = objeto. Como la teoría feminista ha
señalado repetidamente, el fracaso del psicoanálisis para
formular una perspectiva en la que la madre aparece como
sujeto limita nuestra comprensión de la Infantil, así como en
la medida en que la relación madre-hijo postulada por gran
parte del pensamiento psicoanalítico se enmarcó en términos
de complementariedad sujeto-objeto, la teoría reprodujo la
cultura prevalente. postura hacia wo1nan como madre. En
otras palabras, existe un ajuste formal y una relación
dinámica entre las relaciones sujeto-object y las relaciones
hombre-mujer. Formalmente, la estructura reversible y
complementaria de la díada rother-infant encaja con
representaciones posteriores de las relaciones de auto-otro
como relaciones de poder. Dinámicamente, la madre
omnipotente de esta díada se convierte en la base del temor
y las represalias que informan el ejercicio del poder de los
196 ¡¡¡ jessica Benjamin el yo y el otro puede existir y facilitar la distinción,
digamos, entre la madre real y la madre simbólica; Este
primeras luchas por el reconocimiento. Esto contrasta directamente con la triángulo se crea sin un tercio literal
suposición implícita, desde Freud hasta el trabajo actual de Chasseguet-
Smirgel (1986), de que la aceptación de la realidad y la separación de la
madre se producen a través de la intervención e internalización del padre
edípico. En esta vie\v, la madre permanece arcaica y omnipotente en el n1ind
del niño, y la omnipotencia debe ser contrarrestada por el poder del padre
edípico. La premisa subyacente es que el problema del reconocimiento (es
decir, el narcisismo) no se puede trabajar o resolver dentro de la relación
con el otro primario; requiere la intercesión de un otro lado externo, un
tercer término, el "Nombre del Padre" como Lacan (1977) propuso
explícitamente. En otras palabras, dos sujetos por sí solos nunca pueden
enfrentarse entre sí sin fusionarse, uno subordinado y asimilado por el otro.
Esta posición justifica una división en la que el poder de la madre se
desplaza sobre el padre, y él sirve como el otro independiente a quien el
niño (niño) reconoce y con quien lucha.
Pero, de acuerdo con la teoría intersubjetiva de la destrucción y el
reconocimiento, la diferenciación tiene lugar dentro de la díada
materna. La omnipotencia puede ser contrarrestada y, e n e s t e
s e n t i d o , superada. Porque no es necesario que la fantasía de la
omnipotencia materna se disipe, sólo que sea modificada por la
existencia de otro reconocimiento nutual de dimensión-1. Desde esta
perspectiva, el problema no radica en la fantasía inconsciente de la
omnipotencia materna per se. Más bien, el temor de la madre que se
ha relacionado con la dominación en la postura masculina hacia las
mujeres (Horney 1932; Stoller, 1975) se vuelve problemático cuando no
se equilibracon el desarrollo de la intersubjetividad.
Los comentarios de Horney (1932) sobre el temor masculino a la
mujer ilustran cómo la pérdida de la intersubjetividad afecta tanto al sujeto
como al objeto: "No es", dice, "que temo". ella; es que ella misma es
maligna, capaz de cualquier crimen, una bestia de presa, un vampiro, una
bruja, insaciable en sus deseos. Ella es la personificación misma de lo
siniestro" (p. 135). El poder proectivo de esta fantasía refleja el
predominio de lo intrapsíquico sobre lo intersubjetivo: "ella es esa cosa
que 1 siente". La falta de intersubjetividad en esta situación psíquica
puede conceptualizarse como la asimilación del sujeto al objeto, como la
falta del espacio en entre sujetos. Como dice Ogden (1986), la
existencia de un espacio potencial entre la madre y el niño permite
establecer la distinción entre el símbolo y el Simbolizado. El sujeto que
puede comenzar a hacer esta distinción ahora tiene acceso a un campo-
símbolo triangular, simbolizado e interpretando al sujeto. El espacio entre
Reconocimiento y destrucción 197

persona. 2 Al carecer de ese espacio, la madre se convierte en el objeto temido pero


tentador; el sujeto se siente abrumado por ese objeto, ya que realmente es "la cosa en sí
misma" (Ogden, 1986). En la negación de la ubjetividad del otro comienza el ejercicio
del poder.
La creación de este espacio dentro de la relación entre el lactante y la madre es una
dimensión importante de la intersub jectividad, un concomitante de la comprensión mutua .
Este espacio no es solo una función, como enfatizó Winnicott , del juego del niño solo en
presencia de la madre, sino también del juego entre la madre y el niño, comenzando con el
primer juego de mirada mutua. Como vemos en el análisis de First (1988) del juego con la
identificación con la madre que se va, el espacio de transición también evoluciona
dentro de la interacción comunicativa entre la madre y niño. Dentro de esta obra, la madre
es simultáneamente "relacionada" en la fantasía, pero "utilizada" para establecer la
comprensión mutua, un patrón que es paralelo al juego de transferencia en la situación
analítica. En la elaboración de esta obra la madre puede aparecer como el objeto de
fantasía del niño, así como otro sujeto sin amenazar la subjetividad del niño.
La existencia de este espacio es, en última instancia, lo que hace que las
capacidades intrapsíquicas sean creativas en lugar de destructivas; tal vez sea otra
forma de referirse a la tensión entre usar y relacionar. Usar, es decir, reconocer, implica
la capacidad de trascender estructuras complementarias, pero no la ausencia de ellas.
No significa la desaparición de la fantasía o de la negación, sino que "la destrucción se
convierte en el telón de fondo inconsciente de un verdadero object" (Winnicott, 1971,
p. 111). Significa un equilibrio entre la destrucción y el reconocimiento. En el
sentido más amplio, ¡interna! ¡la fantasía siempre está comiendo o negando
externamente! realidad-"¡Mientras que la 1 am te ama a la 1 am al! el tiempo
destruyéndote en una fantasía (inconsciente)" (p. 106). El ser querido está siendo
destruido continuamente, pero su supervivencia significa que podemos comer nuestra
realidad y tenerla también. Desde el punto de vista intersubjetivo, al! la fantasía es la
negación del otro real, ya sea que el contenido de la fantasía sea negativo o
idealizado; así como, desde el punto de vista intrapsíquico, ¡externa!

2. Por supuesto, el desarrollo satisfactorio de este espacio puede generar o estar asociado a la
representación intrapsíquica de la tercera persona, incluso en niños con uno de los progenitores.
El punto aquí no es descalificar las representaciones edípicas, sino decir que el padre edípico no
es la salida de una díada materna que de otra manera envolvería. Más probablemente, la
formulación tradicional de la relación edípica, que ha enfatizado la identificación con un poder
masculino idealizado como la recompensa por renunciar a la madre, representa un "solución" de
fantasía. Pero cuando el padre simbólico <loes sustituyen al espacio entre el móther y el niño,
la existencia de la madre como objeto de deseo sigue siendo aterradora; la representación
edípica de la feminidad, con su menosprecio de las mujeres, se convierte entonces en un
obstáculo más para la creación de espacios intersubjetivos.
198 jessica Benjamín movimiento externo d e reconocimiento del exterior. Para reclamar algo más para

la realidad es simplemente lo que se interioriza como fantasía. ¡El juego


continuo de destrucción y reconocimiento es una dialéctica entre fantasía
y externa! realidad.
En el proceso analítico, el esfuerzo por compartir las producciones de
la fantasía cambia el estado de la fantasía misma, moviéndola de la
realidad interior a la comunicación intersubjetiva. El objeto de fantasía
que está siendo relacionado o destruido y el otro utilizable que está allí
para recibir la comunicación y ser amado se complementan entre sí. Lo
que encontramos en la buena hora es un equilibrio mo1nentary entre las
dimensiones intrapsíquica e intersubjectiva, una tensión sostenida o un
movimiento rápido entre las la experiencia del paciente de nosotros como
material interior y como el otro que reconoce. Esta pensión del conflicto
entre las dos experiencias refleja el establecimiento exitoso de un espacio
de transición en el que la alteridad del analista puede ser ignorado y
reconocido. La experiencia de un espacio que permite tanto la
exploración creativa dentro de la omnipotencia como el reconocimiento
de una comprensión de otro es, en parte, lo terapéutico. sobre la
relación.
El restablecimiento del equilibrio entre intrapsíquico e intersubjetivo
en el proceso psicoanalítico no debe interpretarse como una adaptación
que reduce la fantasía a la realidad, sino más bien como práctica en el
mantenimiento de la contradicción. Cuando la tensión de la
contradicción sostenida se rompe como ocurre con frecuencia, las
estructuras intersubjetivas -mutualidad, simultaneidad y paradoja- se
subordinan en favor de estructuras complementarias. La ruptura de la
tensión entre el yo y el otro en favor de relacionarse como sub ject y
objeto es un hecho común de la vida mental. Para el caso, la ruptura es
una característica común dentro de la relación intersubjetiva: lo que
cuenta es la capacidad de descansar o reparar la relación. Como Han
propuesto Beebe y Lachmann (1988), uno de los principios fundamentales
de la díada temprana es que la relación no se caracteriza por la armonía
continua, sino por la armonía continua.
por continua interrupción y reparación (Beebe y Lachmann, 1991;
Tronick, 1989).
Por lo tanto, una teoría intersubjetiva puede explorar el desarrollo del
reconocimiento mutuo sin equiparar la ruptura con la patología. No
requiere un ideal normativo de equilibrio que decrete que la ruptura
refleja el fracaso, y que la fenornena que la acompaña -internalización/
fantasía/agresión- es patológica. Si el choque de dos voluntades es una
parte inherente de las relaciones intersubjetivas, entonces ningún entorno
perfecto puede tomar el aguijón del encuentro con la alteridad. La
pregunta es cómo se procesan los elementos inevitables de la negación.
Es "lo suficientemente bueno" que el movimiento interno de negar la
realidad y crear fantasía eventualmente sea contrarrestado por un
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para el lado desordenado e intrapsíquico de la creatividad y
la agresión; es la contribución de la visión intersubjetiva lo
que puede dar a estos elementos un elenco más
esperanzador, mostrando que la destrucción es el "otro" del
reconocimiento.

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