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Discurso del Presidente Javier Milei en el Museo del Holocausto de Jerusalén

Quiero compartir con ustedes una historia del Talmud. Esta historia tuvo lugar luego de
la destrucción del segundo Templo a manos de los romanos.

Se encontraba Rabí Akiba y sus colegas observando el monte del Templo en ruinas, y
vieron a un zorro salir del lugar más santo de lo que era el Templo. No podría haber una
escena más desalentadora que aquella. Frente a esta terrible escena, los rabinos lloraron
en señal de duelo, pero Rabí Akiba comenzó a reír. Sus colegas le preguntaron como
podía reír frente a semejante tragedia, a lo que Rabí Akiba respondió:
Hay una profecía acerca de la destrucción que relata que un zorro irrumpirá en el lugar
más santo. También hay otra profecía que relata que este mismo lugar será
reconstruido.
Ahora que veo con mis propios ojos cumplirse la primer profecía, me rio de alegría y
esperanza ya que de seguro se cumplirá la segunda profecía.
Es la primera vez que visito Israel y por ende este museo.
Hoy mis ojos y mi corazón vieron imágenes de uno de los momentos más oscuros de la
historia humana.

Pero veo contraste. Dentro del museo veo el extremo de la destrucción y la muerte,
mientras que afuera del museo veo el extremo opuesto: reconstrucción y vida. Una
tierra prospera, un país y una sociedad en constante crecimiento.

Al igual que en Egipto, durante el holocausto intentaron destruir al pueblo judío y a la


libertad. Pero la libertad siempre triunfa. Porque al final, la libertad es la que prospera.
La Torá declara: “la vida y la muerte puse delante tuyo, ELEGIRAS LAS VIDA!”
Elegir la vida es elegir la libertad.
El Holocausto nos recuerda nuestra responsabilidad y compromiso con la libertad y la
necesidad de defender los derechos humanos como pilares fundamentales de una
sociedad justa. Y también nos impulsa a NO CALLAR. Porque el silencio es cómplice.
Elegir la vida es elegir NO CALLAR.

Al mirar las tenebrosas imágenes del holocausto me pregunto dónde estaba el mundo
libre en aquel entonces. Y hoy me vuelvo a cuestionar exactamente la misma pregunta,
dónde está la voz del mundo libre reclamando y exigiendo la liberación de los más de
100 secuestrados desde hace más de 100 días.
Elegir la vida es exigir la liberación de los secuestrados.
No debemos callar ante la monstruosidad del nazismo. De forma similar, no podemos
callar ante el nazismo moderno, hoy disfrazado del grupo terrorista Hamas.
Elegir la vida es luchar contra el terrorismo.
Como presidente de la República Argentina, reafirmo mi compromiso incondicional por
una sociedad basada en la libertad y la dignidad humana, y reafirmo mi pedido de
liberación de los secuestrados.

Que este museo y la memoria del Holocausto nos guíen hacia un presente en donde el
silencio y la indiferencia frente al terror sean inaceptables.
Después de haber presenciado tanta muerte expuesta en este museo, tal como una
herida de la humanidad toda que aún sigue sangrando, quiero elegir la vida. Elijo estar
del lado correcto del mundo y de la historia.

Jerusalén es símbolo y estandarte de vida y libertad. Elegimos la vida. Elegimos


Jerusalén occidental como base de nuestra embajada.
Con mi profundo deseo de Shalom.
Muchas gracias.

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