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Realidad, artificio y ficción: la representación de la Ciudad Mediterránea

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Valeria Manfrè
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REALIDAD, ARTIFICIO Y FICCIÓN: LA REPRESENTACIÓN DE
LA CIUDAD MEDITERRÁNEA1

Data recepción: 2015/11/25 Valeria Manfrè


Data aceptación: 2016/11/14 Universidad de Valladolid
Contacto autora: valeriamanfre@gmail.com

RESUMEN
A lo largo del Renacimiento asistimos a una renovada exaltación de la vista como uno de los
sentidos más certeros y a la creciente importancia del papel del pintor respecto al narrador y de la
imagen respecto a la palabra. El mismo acto de mirar parece ejercer una fascinación extraordinaria,
convirtiéndose en el objeto de una iconografía específica. En virtud de esta nueva cultura, el retrato
de ciudad debe acreditarse a través de una experiencia visual directa, que provocó el deseo de di-
ferentes artistas europeos, – principalmente pintores y arquitectos – de viajar por el Mediterráneo.
Entre los testimonios del arte occidental se ha elegido el caso de las urbes sicilianas, mediante el
testimonio gráfico o pictórico de algunos de los autores más emblemáticos. Así pues, las vistas y los
mapas se convirtieron en una temática de gran impacto, instrumentalizada por las monarquías, los
príncipes y los virreyes.

Palabras clave: cultura visual, edad moderna, Sicilia, Monarquía Hispánica, imágenes urbanas

ABSTRACT

Throughout the Renaissance we witness a renewed exaltation of sight as one of the most acute
senses, as well as the increasingly important role of the painter in relation to the narrator and the
image in relation to the word. The very act of looking seems to exert an extraordinary fascination
and becomes the subject of a specific iconography. In keeping with this new culture, the view of the
city had to be accredited through a direct visual experience, which led many European artists, mainly
painters and architects, to travel around the Mediterranean. The case of the cities of Sicily has been
chosen from among the many examples of Western art and will be studied through the graphic or
pictorial accounts provided by some of the most important authors, who helped make views and
maps of cities a highly impactful field, one exploited by monarchies, princes and viceroys.
Keywords: visual culture, Early Modern Age, Sicily, Spanish monarchy, urban images

A partir de la invención de la perspectiva distintas modalidades a través de láminas, pintu-


moderna como un método de construcción de ras, frescos, tapices, muebles, biombos, mosaicos
imágenes que se basaba en la predisposición a y relieves de mármol, bronce o madera2, repre-
la búsqueda de la verosimilitud, se inauguró un sentaciones que reflejan también los diferentes
periodo de gran reflexión sobre la ciudad en tér- contextos culturales a la hora de concebir una
minos iconográficos y descriptivos. La fortuna del ciudad. Los testimonios gráficos renacentistas
retrato urbano llevará a la difusión del mismo respondían a una nueva demanda que satisfacía
en diferentes sectores de los ámbitos públicos las exigencias de una naciente clase burguesa
y privados que fueron reproducidos a partir de que se basó en una información topográfica más

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exhaustiva3, y las vistas con elementos “reales” aplicando los recursos de la perspectiva y de la
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empezaron a reflejar algunos hitos identificativos verosimilitud topográfica (Fig. 1 a y b).


de una ciudad concreta con una evidente inten- La reorganización humanística de los ámbi-
cionalidad propagandística. Durante el siglo XVI, tos del saber, las nuevas estrategias y tecnolo-
los artistas desarrollaron una técnica diferente gías adoptadas para la representación urbana
para representar el microcosmo urbano recla- que había forzado el imago mundi medieval,
mando un retrato verosímil4. Las vistas icónicas supusieron para Italia y en particular modo para
reproducidas desde el Mundo Antiguo fueron Venecia, el desarrollo de una industria editorial
sustituidas por imágenes corográficas creadas cartográfica capaz de adoptar soluciones des-
desde un punto de vista real5. Uno de los prime- criptivas del territorio, tanto textuales como vi-
ros retratos urbanos en perspectiva del Renaci- suales, sin precedentes y que tendrán una gran
miento, donde la forma de la ciudad se ofrecía importancia en el poder de la cultura visual ca-
en toda su dimensión a los ojos del espectador, paz de recrear y poner antes los ojos el mundo8.
es La flota aragonesa regresa al puerto de Ná- Además, el ansia de saber, el interés de unos
poles, también denominada Tavola Strozzi (ca. países por otros, produjeron las primeras com-
1472-1473), una cabecera de cama regalada por pilaciones sistemáticas, los denominados como
Filippo Strozzi para Ferrante I6. La representación atlas, que consagraron sus páginas a analizar
verídica, global, realista y de una gran calidad el sistema urbano conocido por entonces. Al
pictórica se realizó desde el mar adoptando un contrario de Venecia en Sicilia la disolución de
punto de vista elevado de la ciudad de Nápoles la unidad epistemológica medieval no se reali-
y su ejecución se atribuye actualmente al pintor, zó a través de un próspera editorial impresa9 .
miniaturista y cartógrafo florentino Frances- Hemos aludido a Sicilia puesto que, dentro del
co Rosselli7. La ciudad de Nápoles se identifica panorama europeo, este trabajo analizará espe-
completamente y se representa en su globalidad, cialmente la producción iconográfica de la isla,

Fig. 1 a y b. Francesco Rosselli, atribuido, Tavola Strozzi, detalle de Castel Nuovo y muelle de San Leonardo y detalle del centro
urbano, Nápoles, Certosa y Museo di San Martino, 1472-1473.

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su vinculación con la Monarquía Hispánica y el bio de oficio. Remunerado en el mes de enero

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sistema de comunicación gráfica elegido por en- de 1496, Quartararo dibujó durante tres días la
tonces que, como veremos, no recayó sobre un fortaleza del Castellammare de Palermo (Fig. 2),
único perfil profesional. incluyendo proyectos para nuevas fortificacio-
nes, aunque no tenemos constancia de donde
Volver a mirar se encuentran estos dibujos15. El recorrido por las
Hacia 1450 circulaba por el Mediterráneo vistas de Sicilia vinculadas al interés por la repre-
el verso de un poema “Aggio visto lo mappa- sentación al natural de las ciudades nos lleva al
mondo e le carte di navigazione. Ma la Sicilia pintor Polidoro da Caravaggio (ca. 1499-1543),
mi sembra la più bella del mondo. Ho visto tutte discípulo aventajado de Rafael Sanzio (1483-
le isole del mondo, ma per me l’isola più bella 1520). Tras el saqueo de Roma, Polidoro estu-
-Cecilia- non si trova su nessuna carta. È venuta vo durante un breve periodo en Nápoles y en
dall’altro mondo”10. El verso es muy esclarecedor 1528 se encontraba en Messina. La estancia en
porque sugiere la familiaridad del público con los
mapas del mundo, los portulanos y con el géne-
ro literario de los isolari11. El humanista italiano
docto conocía las láminas del texto geográfico
de Tolomeo, y las finalidades didácticas de los
mapas para aprender la geografía clásica y el uso
estratégico para las campañas bélicas. Al desa-
parecer los mappaemundi medievales caracteri-
zados por un mundo tripartido conocidos como
los mapas T-O12, las cartas náuticas y los isolari
ligados al mundo mediterráneo fueron sustitui-
dos o empezaron a convivir con otras fuentes
iconográficas. La cultura del Renacimiento tardío
presionó para que la ciudad ganase protagonis- Fig. 2. Anónimo, Castel amar de Palermo, Ms. 3, Madrid, Biblio-
mo a través de propuestas innovadoras y radi- teca del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, 1686.
cales, de este modo la vista corográfica adquirió
rasgos distintivos también en Sicilia. La impor-
la ciudad del Estrecho estuvo marcada por unos
tante relación entre el retrato urbano, en todas
encargos de carácter privado por los que estuvo
sus facetas y fórmulas “pictóricas”, y la expe-
riencia concreta y sensible -primando el sentido involucrado no solamente en obras de pintura,
de la vista frente a otros- se pone de relieve al sino también en proyectos para sepulcros, alta-
percibir cómo la observación directa fue uno de res y creaciones arquitectónicas, tanto efímeras
los principales parámetros con los que debieron como permanentes16. El 5 de mayo de 1534 Poli-
cumplir los artistas13, a menudo pintores, de las doro recibió una orden de pago para un encargo
primeras representaciones de la ciudad y de las del virrey Ettore Pignatelli, duque de Monteleo-
infraestructuras portuarias de la isla. Un fenóme- ne, que consistió en una serie de dibujos y pintu-
no muy generalizado y que por aquel entonces ras de la “cità di Siragusa et suo porto la cità di
se extendía también al mundo de la ciencia mo- Augusta con suo porto et la terra de Milazzo”17.
derna14. La necesidad de reproducir fielmente la Con toda seguridad el pintor entregó a su mece-
panorámica de una ciudad requería de una figu- nas las tres vistas portuarias, tal y como testimo-
ra que combinase la ingeniería y la pintura, que nian los documentos de archivo: “detti disegni
supiese manejar las técnicas del arte figurativo innati fatti e li havi consegnati a nui”. Desgra-
pero desde el conocimiento del relieve militar, ciadamente desconocemos el paradero de estos
para poder así reproducir tanto las vistas de los dibujos, si bien se han puesto en relación con las
lugares como las plantas de las fortificaciones. primeras intervenciones sobre las fortificaciones
El caso del pintor Riccardo Quartararo (1443- sicilianas y con las obras encargadas al ingeniero
1506) sirve para ilustrar este sugestivo intercam- Antonio Ferramolino que trabajó por encargo

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del virrey Pignatelli en la supervisión de las fá- la fortificación por ello, para hacer frente a las
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bricas y a la realización de plantas y proyectos18. demandas del Gonzaga y antes de su traslado


En 1533 Ferramolino fue enviado a inspeccionar en la isla, Giunti empezó a familiarizarse con el
las ciudades de Siracusa, Augusta y Milazzo, un lenguaje militar estudiando las obras proyecta-
encargo precedente al que correspondía una exi- das por Antonio da Sangallo el Joven20. Duran-
gencia precisa, la voluntad por parte del virrey te su estancia en Sicilia el artista trabajó en la
de conocer el territorio para poder tomar, desde restructuración del Castellammare de Palermo,
lejos, decisiones adecuadas. Cuando las obras en aquellos años era la residencia virreinal21, y en
de fortificación concluyeron, se volvió a recurrir 1541 estuvo trabajando en la realización de las
a la práctica pictórica, tanto que a los pintores vistas urbanas a color de las ciudades de Paler-
les encargaron, nuevamente, los perfiles de las mo, Messina, Trapani y Siracusa22. Por último, en
ciudades. Este es el caso del pintor de Trapani 1548 retribuyó a Calcerano Orobello por haber
Francesco Soprano que, en 1536, fue el encar- pintado sobre pergamino el castillo Maniaci de
gado de realizar los dibujos de las fortificacio- Siracusa (Fig. 3)23.
nes de Palermo que había realizado previamente
Ferramolino19. También en España encontramos
noticias de dibujos de fortificaciones encargados
a pintores. El conde de Tendilla, en 1549, en-
cargó a un pintor anónimo los proyectos para
Gibraltar y Cádiz. Además, incluso en los Países
Bajos, es probable que el primero en introducir
el sistema italiano de fortificación en la época
de Carlos V, fuese el pintor y arquitecto boloñés
Tommaso Vincidor (1493-1536) que, en 1520,
había viajado a los Países Bajos para encargar en
nombre de León X la ejecución de los tapices
de la Capilla Sixtina, obra de Rafael. Estos pri- Fig. 3. Gabriele Merelli, Castello di Siracusa, Ms. militari 39,
Túrin, Biblioteca Reale, 1677.
meros ejemplos de vistas de ciudades otorgan
gran importancia a la visión directa del lugar, a
la correcta percepción del espacio donde habían Esta tensión que marca desde la época de
intervenido los técnicos de la Corona con nue- Polidoro la cultura visual de la isla, se acentuó
vos proyectos defensivos. Son encargos que res- en los años siguientes. El encargo de un mapa
ponden a exigencias militares, a la necesidad de de Sicilia al pintor flamenco Simone de Wobreck,
recrear la experiencia del testimonio directo de originario de Harlem se ofrece como ejemplo ul-
las ciudades y fabricar el conocimiento o lo que terior24. Wobreck llegó a Palermo en la segun-
se esperaba que este ofreciese y que explicaría la da mitad del Cinquecento trabajando en Sicilia
herramienta para explorar el espacio y de darle desde 1558 hasta 1587 y su estancia estuvo
forma. La creciente importancia de esta expe- marcada por un elevado número de encargos25.
riencia directa constituyó en Sicilia un episodio El 31 de agosto de 1560 al pintor se le pagaba
significativo, tal y como lo demuestra una amplia por “haviri designatu e coloritu li sola di questo
red de correspondencias seguidas por encargos regno di Sicilia per ordini di li Spettabili Illustris-
de vistas y mapas ligados a los mecanismos de simi e Reverendissimi Visitatori”26, una petición
generación del conocimiento del territorio re- concreta, un mapa dibujado y coloreado y no
corrido. Para la imagen verídica del territorio, el impreso27. En 1569 la realización de un mapa de
virrey Ferrante Gonzaga pidió a Niccolò Sernini, Sicilia seguía siendo una prioridad, un encargo
agente Gonzaga en Roma, el envió de un artis- regio por mediación del virrey Francesco Ferdi-
ta que trabajase a su servicio. Domenico Giunti nando Avalos d’Aquino, marqués de Pescara. El
(Giuntalochi, Giuntalodi) fue elegido por su cali- mapa debía responder a necesidades estrictas:
dad como retratista y copista. Durante su estan- representar las tierras, los montes, promontorios,
cia en Roma su labor estaba alejada del arte de ríos y “designarla et colorirla con la pintura e

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miniatura necessaria”28, para primero conocer el en 1577, Wobreck fue elegido para representar

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espacio, luego dibujarlo y por último gobernarlo. sobre lienzo algunas ciudades “lassando spacio
En 1572 la Corona había encargado una re- sotto ciascheduna città, terra, casale per sottos-
criverci il numero di animi, de fuoghi e di cavalli e
visión de las estructuras defensivas de la isla se-
fanti della militia […] con la vera e proporzionata
guida de la elaboración de una memoria técnica
distanza e misura delle miglia […]”30 y un mapa
y de un corpus cartográfico con vistas a la cons-
sobre lienzo encargo por el virrey Marcantonio
trucción de nuevas obras de defensa, solicitadas
Colonna, que lo eligió entre el círculos de artistas
al ingeniero mayor del Reino, Giovan Antonio
que gravitaban alrededor de la fábrica del Pala-
del Nobile. En el mismo año el Presidente del
cio Real de Palermo31. El mapa de Sicilia, miniado
Reino don Carlos d’Aragona Tagliavia, marqués
en oro con la distinción de los tres valles de la
de Terranova, proporcionaba algunas indicacio-
isla, Val Demone, Val de Noto (Sicilia occidental)
nes al ingeniero Nobile para visitar las fortalezas
y Val de Mazara (Sicilia oriental) y la transcripción
del Reino:
de los datos de cada ciudad, según el contrato
cercherete in quella parte persone sufficien- estipulado, debió entregarse en dos meses. Estas
ti per pingere di buoni colori, in tela, con giusti iniciativas señalan la gran destreza del pintor fla-
lineamenti delle piante, in prospettiva, i luoghi
menco por las representaciones cartográficas y
sodetti dove si fanno o sono disegnati le fortifica-
un encargo directo del virrey Colonna para ador-
zioni et insieme il paese della comarca et retrovan-
do maestri atti, ci ni darrete avviso et del prezo et
nar el Palacio Real. El rey Felipe IV ordenaba al
tempo che domanderanno per fare l’opra la quale virrey en Sicilia, incluso en 1633, la realización
doverà essere di alteza di quattro palmi et di larg- de algunos retratos urbanos sobre lienzos a pin-
hezza di sei palmi29. tores que tuviesen la capacidad de representar la
orografía, el lugar de la ciudad amurallada y las
Además, de los lienzos se indicaban las di-
fortificaciones acabadas o en curso32.
mensiones exactas (cm 100 x 150 ca.) que debían
permitir una eficaz y completa representación de El triunfo del retrato urbano en las resi-
las vistas, y por último resultaba indispensable dencias palaciegas
poseer rollos fácilmente manejables para el en-
Vale la pena, antes de seguir profundizando
vío a España. El sistema de comunicación gráfi-
en la cultura visual de la isla, tener en cuenta
ca no se ajustaba únicamente a un único perfil
estas primeras experiencias que contribuyeron a
profesional. Entre las líneas del marqués de Te-
un cambio radical, caracterizado por una acti-
rranova se infiltraron las inquietudes culturales y
tud de síntesis más que de ruptura, con formas
la cultura de la representación cartográfica de la
de representación emergentes en otras áreas
época. El color y la pintura sobre lienzo de una
de producción cultural. Instrumentos de propa-
vista de pájaro “in prospettiva”, eran elementos
ganda política y cultural, las vistas y los mapas
indispensables para alcanzar el emplazamiento
empezaron a ser exhibidos de manera sistemáti-
de sus arquitecturas y perímetros urbanos. La
ca en un entorno doméstico, convirtiéndose en
intención fundamental era reproducir fielmente
iconos que reflejan el estatus social del propie-
para el espectador la extensa panorámica de la
tario33. La costumbre de adornar las paredes de
ciudad. Se requería una figura que combinase
los edificios con representaciones cartográficas
las características de un ingeniero y de un pintor,
se remontaba a la edad clásica y se puede citar
que supiese manejar la técnica del arte figurativa
como ejemplo la tabla de todo el mundo, cono-
con el requisito de conocer el relieve militar para
cida con el nombre de Pictus Orbis, grabada por
reproducir las vistas de los lugares y las plantas
Agripa bajo el reinado de Augusto, y expuesta
de las fortificaciones sicilianas.
al público en el porticus Polla en Roma. Durante
Según se desprende de la documentación los el Medioevo se solían pintar representaciones de
mapas o las vistas de las ciudades costeras del todo el mundo conocido en las paredes de los
reino de Sicilia fueron instrumentalizados por la edificios públicos e iglesias, especialmente aso-
monarquía y destinados, a menudo, al soberano. ciados con episodios de la creación del mundo o
No obstante hay algunas excepciones dado que, de otros acontecimientos bíblicos34. Académicos

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y profesionales agregaron un álbum de mapas como el Palazzo Grimaldi de Mari, los Palazzi
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impresos y grabados a las crecientes bibliotecas Gonzaga, Marmirolo y de San Sebastiano encar-
de sus studioli para el aprendizaje y la discusión gados por Francesco II Gonzaga, IV marqués de
académica. Los mapas, por lo tanto, aunque po- Mantua, la Galleria delle città del Palazzo Gran-
drían ser el resultado de una elaboración cientí- de de la Sabbioneta farnesina43, o la Sala de stati
fica, se convirtieron en un producto cultural de en el castillo de Spezzano44.
amplia circulación hasta ser colgados en las pa-
Siguiendo la moda de Italia, en España serán
redes de oficinas mercantiles o en los talleres de
los palacios reales quienes abran sus puertas a
artesanos y mercantes35.
estas vistas: las paredes del Pardo, el Alcázar Real
Cabe señalar cómo en Italia y España en- de Madrid y de Valsaín contenían mapas gran-
contramos numerosos ejemplos de decoracio- des y pequeños, dibujados o grabados, monta-
nes al fresco. Según Giorgio Vasari, fue el papa dos en lienzo y enmarcados para ser expuestos.
Inocencio VIII el primero en inaugurar el géne- Las vistas del pintor Anton Van den Wyngaerde
ro, comisionando a Bernardo Pinturicchio una (1525 ca.- 1571), natural de Amberes según el
serie de vistas de ciudades italianas realizadas testimonio de Diego de Cuelbis y Gil González
entre 1484 y 1487 para la Loggia de la Villa Dávila, debían decorar el Salón Grande del Alcá-
Belvedere del Vaticano y pintadas “alla maniera zar de Madrid, -una especie de galería corográ-
de’ Fiamminghi”36. Roma podía presumir de te- fica y de representación regia- después de haber
ner un precedente mucho más antiguo. A este sido pintadas a temple45. La Casa de Campo, el
respecto, Carlomagno poseía tres tablas con la Alcázar de Toledo y el Buen Retiro fueron, in-
representación de Roma, Constantinopla y el cluso, decorados con pinturas topográficas. De
Mundo. El caso más destacado es, sin duda, la este modo, los monarcas Carlos V y Felipe II
Galería de los Mapas Geográficos del Vaticano contrataron a artistas italianos para realizar es-
realizadas por encargo del papa Gregorio XIII y
tas decoraciones al fresco. Las batallas navales
bajo la dirección de Egnazio Danti (1536-1586)
y militares constituyeron la ocasión idónea para
cosmógrafo, arquitecto y matemático de Peru-
la representación de estas vistas. En las paredes
gia que había sido responsable y director de la
de la antesala del Peinador o Tocador de la Reina
decoración de los mapas pintados en el Guarda-
de la Alhambra de Granada, los pintores Julio
roba Nuova del Palazzo Vecchio de Florencia37.
Aquiles y Alejandro Maigner -llegados a España
La decoración del ciclo geográfico fue realizada
a instancias de Francisco de los Cobos, secreta-
entre 1580 y 1581 por un amplio grupo de ar-
rio de Carlos V, para la decoración de su palacio
tistas, entre ellos los flamencos Mathias y Paul
en Valladolid y Úbeda- realizaron escenas de la
Brill y los italianos Gerolamo Muziano y Cesare
batalla de Túnez de 1535 de Carlos V contra el
Nebbia38. Ya en 1575 el Papa había mandado
realizar un fresco con la imagen de Bolonia en pirata Barbarroja, el lugar en donde pasó la flota
sus estancias privadas39. Es significativo que en desde Cagliari hasta Trapani46. La obra arquitec-
el mismo periodo en Nápoles en el refectorio de tónica del palacio del Viso realizada a instancias
San Lorenzo Maggiore donde se reunía el parla- del Marqués de Santa Cruz, Álvaro de Bazán y
mento, fue realizado un programa pictórico del Guzmán (1526-1588), con las decoraciones de
todo parecido a la galería del Palacio Vaticano40. los corredores de Juan Bautista Castello, llama-
El pintor Luis Rodríguez, discípulo del Cavalier do el Bergamasco (1509-1569) y otros pintores
d’Arpino pintó en las paredes del refectorio los italianos, es otro ejemplo de palacio renacentista
mapas geográficos de las provincias del reino de en España de representaciones urbanas, mari-
Nápoles y los Presidios de Toscana, mientras que nas, paisajísticas y alegóricas de naciones y ciu-
los lunetos y las bóvedas se cubrieron con deco- dades relacionadas con algunas de sus victorias
raciones con grutescos. Podemos citar también navales47.
los mapas del Palazzo Ducale de Venecia41, la La costumbre de adornar las paredes con
sala de los mapas del Palazzo Farnese en Capra- mapas pintados sobre lienzo, en lugar de realizar
rola durante la década de 157042, el Palazzo del frescos para poder así ser fácilmente actualiza-
Governatore en Perugia, los palacios genoveses, dos en las nuevas obras defensivas que se iban

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desarrollando en las ciudades del reino caracte- nos conduce a pensar en la relevancia de la frase

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rizó también el ambiente cortesano de la isla. de Enrico Guidoni, es decir, “nos encontramos
Recordamos el caso del mapa de Sicilia comisio- frente a la instrumentalización de la imagen con
nado a Wobreck elegido por el virrey Colonna fines de glorificación del príncipe o del Estado”55,
entre los numerosos artistas que gravitaban en una colección de retratos urbanos que van a
la corte palermitana, aun cuando no constituyó crear un patrimonio de imágenes oficiales.
su único encargo. Otros lienzos, supuestamen-
te de temática geográfica, debían adornar el
aposento Sala dei Quattro venti o della Vetra-
ta del virrey Avalos dentro del Palacio Real de
Palermo48. De este modo, las vistas y los mapas
se convirtieron en un tema de gran impacto, ins-
trumentalizado por las monarquías, príncipes y
virreyes. La presencia de pinturas de paisajes se
reveló, a estas alturas, como una elección que
cumplía plenamente la consolidación del género
durante el siglo XVII también en Sicilia, donde
virreyes, nobles y coleccionistas se adaptaron a
Fig. 4. Anónimo, Mapas de Sicilia y Malta, detalle, Ms. 3, Ma-
las nuevas tendencias. A este propósito, y aun- drid, Biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores y Coope-
que sea brevemente, recordamos la decoración ración, 1686.
aprontada en el palacio regio por el virrey cata-
lán Diego Enríquez de Guzmán, conde de Alba
de Liste, entre 1585 y 1592, que para la deco- Sicilia: más allá de sus fronteras
ración de sus aposentos hizo llegar a la isla una La importante relación entre retrato urba-
serie de obras flamencas y un número impreciso no y realización ad vivum se pone de relieve al
de “dipinti di diversi paese”49. Antonio Moncada observar cómo la verosimilitud fue uno de los
poseía ochenta y tres cuadros entre paisajes y principales parámetros que debieron cumplir los
vistas y otras pinturas con escenas de naufragios autores de las primeras representaciones car-
realizadas por el pintor Pietro D’Asaro en la se- tográficas de los territorios bajo el dominio de
gunda década del siglo XVII50. Conviene recordar la Monarquía Hispánica. Así como declaraba el
también los treinta y ocho cuadros ovales que mismo Wyngaerde, uno de los artistas más pro-
representaban paisajes con ermitaños colgados líficos y célebres del siglo XVI dedicados a la re-
en la parte superior de las paredes de la galería presentación de la ciudad56, sus imágenes coro-
genealógica de la Loggia de la Porta Nuova de gráficas eran supuestamente según sus palabras
Palermo, uno de los ambientes más representati- “fecit ad vivum” (Figs. 5 a-g) es decir realizadas
vos de la quadreria encargada por el virrey Ema- delante de las ciudades representadas57. No obs-
nuele Filiberto de Savoia51. Así mismo debemos tante la imagen final de la ciudad, de hecho, fue
mencionar también los dos mapas de Malta y modificada y dibujada desde diferentes puntos
Sicilia (Fig. 4) que adornaban un gran espacio de de vista y enriquecida con pequeños detalles de
representación, la Galería de los retratos de los cada toma para mejorar el aspecto de la mis-
virreyes del ya citado palacio virreinal de 168252, ma58. Aunque el propio artista era un testigo
que reflejaron el interés por la pintura de paisaje presencial, el término ad vivum, a menudo, sólo
que, a partir de Felipe II hasta las instalaciones implicaba que el autor hacía un esfuerzo por
del Buen Retiro de Felipe IV, caracterizó las colec- reproducir la realidad lo más fielmente posible,
ciones españolas53. El poder de las monarquías, inspirándose en una estampa o un dibujo de
como ha sido señalado por Felipe Pereda y Fer- gran confianza. Nos referimos al encargo de las
nando Marías, se reflejó no solo en los retratos vistas de ciudades de la península ibérica a Wyn-
dinásticos, la representación de sus territorios y gaerde que reflejan los intereses científicos59,
ciudades pronto compartió ese mismo papel54. las preocupaciones humanísticas de Felipe II y
La adopción de los frescos o lienzos de ciudades la voluntad de obtener un “retrato verdadero”

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Figs. 5 a-g. Anton van de Wyngaerde detalles de las ciuda-


des de: Toledo, Viena 19, Viena, National-Bibliotjek, 1563;
Zaragoza, Viena 10, Viena, National-Bibliotjek, 1563; Barce-
lona, Viena 3, Viena, National-Bibliotjek,1563; Játiva, Viena
70, Viena, National-Bibliotjek, 1563; Cádiz, Viena 75, Viena,
National-Bibliotjek, 1567 (ejemplares de la National-Bibliotjek
de Viena); Tarragona, Oxford Large IV 105, 1563; Segovia,
Oxford, Large IV 100bottom, 1562 (ejemplares del Ashmolean
Museum de Oxford).

del mundo según la corriente cultural del resto


de Europa del siglo XVI, que se refleja en la cre-
ciente demanda de las colecciones cartográficas
de Sebastian Münster Cosmographia universalis
(1550), Abraham Ortelius Theatrum orbis terra-
rum (1570), de Georg Braun y Franz Hogenberg
Civitates Orbis Terrarum (1572-1618)60.

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Los monarcas Habsburgo, como hemos vis-

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to, utilizaron frecuentemente el recurso visual
para conocer y controlar sus propios territorios.
Carlos V llegó a encargar al cartógrafo neerlan-
dés Jacob van Deventer (1500/1505 ca.-1575)
viajar por los Países Bajos con el fin de realizar
las mediaciones necesarias para el trazado de los
mapas61. Felipe II encargó las ya citadas vistas de
las ciudades de la península ibérica a Wyngaerde
y también Felipe IV tenía un gran interés en el
estudio de la geografía, y así lo manifestó con
distintos encargos de carácter cartográfico. Su Fig. 6. Tiburzio Spannocchi, Catania, Ms. 788, Madrid, Biblio-
política de defensa se refleja en el estudio de las teca Nacional de España.
costas del reino encargada al portugués Pedro
Texeira (1595 ca.-1662)62.
obstante, la colección de Spannocchi no parecía
La necesidad y los encargos cartográficos por satisfacer la necesidad por parte del Monarca
parte de la Corona incluyeron también sus domi- de conocer y escrutar a través del medio visual
nios. En el caso de Sicilia la realización ad vivum, la isla. De hecho son muy escasos los estudios
el nivel de verosimilitud parece ser uno de los para edificios concretos, solamente nos han lle-
principales parámetros con los que deben cumplir gado pequeños bocetos de las torres, castillos y
también los autores de los primeros atlas urba- almadrabas que ilustran el margen de la redac-
nos de Sicilia63. El primer atlas completo que nos ción literaria del proyecto. Hacía falta, por tanto,
ha llegado fue realizado por el ingeniero Tiburzio un estudio más exhaustivo y en 1583 se encargó
Spannocchi (1541-1606)64, recibió el encargo del una segunda inspección al arquitecto Camillo
virrey Colonna, en 1577, de realizar un minucioso Camilliani, elegido por su talento y habilidades
examen del litoral siciliano y proyectar una red de como dibujante en el campo de la edilicia hasta
estructuras defensivas65. Nuevamente una de las ser involucrado en la febril actividad edificato-
características imprescindibles para realizar mapas ria de la ciudad. Después de su recorrido por la
o vistas corográficas debía ser la visión directa del isla en 1584, Camilliani realizó una Descrittione
territorio. Quizá se encuentre explicación a partir dell’isola di Sicilia67. La Descrittione permitió a la
de la dedicatoria, en donde Spannocchi insiste so- Corona elaborar estrategias de defensa para la
bre la importancia de la observación directa, con isla de Sicilia desde la distancia, basándose en el
el fin de realizar un álbum para que la Monarquía sistema de representación cartográfica adopta-
poseyera informaciones seguras: da, con anterioridad, por Spannocchi y después
conocí lo mucho que importava para un prín- por Camilliani como instrumento de conocimien-
cipe tan grande como es V.ra Alteça, tener de cada to y control del territorio. En cualquier caso, la
Reino semejante relación para poder según las oca- imagen es el resultado de una elección meditada
siones, ver las particularidades que yo en esta tengo y la misma plasma, en innumerables variantes, el
apuntadas, y conforme a ellas manda prover a los recorrido del ingeniero-arquitecto, ya sea Span-
inconvenientes y molestias que las malas vencidades nocchi o Camilliani. Para ambos, la visión directa
suelen causar [...]. Estas materias de geografia, por del territorio fue una característica indispensable
ordinario, solamente los que en esta profesión se
a la hora de realizar los respectivos atlas. Los di-
ocupan, se refieren a relaciones agenas, lo cual no
bujos fueron realizados para reflejar la realidad
he querido yo hazer, porque he visto a vista de ojos y
passeado con mis pies lo que aquí descrivo, como se
física de la ciudad y de las principales fortalezas
puede conocer cotejando esta mi descrición, con las de la isla.
demás de aquel Reino que andan impresas66. Paralelamente a la producción de imágenes
El atlas parece resumir dos méritos, el de la encargadas por la corte a ingenieros, arquitectos
belleza pictórica y el de la verosimilitud a través o pintores, circularon también retratos de ciuda-
de detalles pintorescos y topográficos (Fig. 6). No des por artistas europeos. Estos se beneficiaron

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181


176 Realidad, artificio y ficción: la representación de la ciudad mediterránea

de distintas fuentes o prototipos para sus reali- ción a un fenómeno que, desde siempre, había
Valeria Manfrè

zaciones, y las vistas realizadas mediante la ob- despertado un gran interés y curiosidad, incluso
servación directa de la ciudad fueron creciendo en la literatura científica y geográfica así como
cada vez más. Sin embargo, junto a éstos, circu- en la mitológica y en la religión. Las descripcio-
laban retratos que fueron reciclados, como en el nes detalladas de las ciudades sicilianas de Pietro
caso del Liber chronicarum (1493) de Hartmann Ranzano, Claudio M. Arezzo, Fazello, llamado
Schedel (1440-1514), otorgando a la imagen el padre de los historiadores de Sicilia, de Giu-
un sentido más simbolista que descriptivo. Un lio Filoteo degli Omodei y el Lexicum siculum
gran número de retratos urbanos de la crónica del historiador regio Vito Amico, entre otros, se
son láminas que muestran ciudades basadas emplearon con frecuencia durante varios siglos
en patrones arquitectónicos y urbanísticos de y pueden valer como clave de lectura para com-
Italia68. La cúpula de Brunelleschi, por ejemplo, prender y contextualizar las representaciones,
fue extrapolada de su contexto y reinterpretada no solo de Catania sino también de Messina y
perfectamente en un contexto alemán, la ciudad Palermo73.
de Tréveris69. La imagen representa determinados Sin embargo, las imágenes que tuvieron más
edificios asociados a su imaginario previamen- difusión no siempre son las más precisas a nivel
te seleccionado por los pintores que colabora- científico. Uno de los casos más emblemáticos se
ron en la realización de la obra. De este modo, refiere a la iconografía urbana de Messina, de la
los elementos convencionales se mezclaron con que reprodujeron numerosas ediciones a partir
otros más realísticos. A causa de estas represen- de una única vista, con seguridad revisada y ac-
taciones convencionales, donde posiblemente la tualizada gracias a la ayuda prestada por un co-
composición se basaba en notas de viajes por rrector de la ciudad, cuya identidad se descono-
parte de un artista que tenía unos conocimientos ce a día de hoy. Esta vista parece ser el prototipo
de la ciudad representada, se podía identificar para la vista grabada por Gaspare Argaria (Fig. 7)
solamente la mitad de las vistas representadas y editada por Antoine Lafréry (Roma 1567) y que
por Schedel70. Los retratos urbanos se impusie- siguió utilizándose por los editores vénetos a
ron y se vincularon a temas enlazados con las partir de Ferrando Bertelli (Venecia 1568), hasta
necesidades de su tiempo y revelaron una densa confluir entre las páginas del primer volumen del
trayectoria científica, social y cultural. De este atlas de ciudades de Braun y Hogenberg (Colo-
modo el texto literario y no solamente la visión nia 1572)74. No obstante, y respecto a los artistas
directa del lugar, podían guiar hacia una lectu- de la escuela Italiana, que gozaban de una posi-
ra de la urbe ligada a la percepción colectiva, ble triple fuente de modelos, el contacto directo
subjetiva y social. La palabra, a diferencia de la con los propios edificios o a través de grabados
Edad Media, tuvo que ajustarse al lenguaje ico- y descripciones corográficas, en el caso de los
nográfico, de modo que en el mundo moderno
la relación entre la imagen y la palabra se vio
alterada71.
En el caso de Sicilia, para la vista de Catania
encargada en 1592 por Antonio Stizza al comer-
ciante, editor y grabador de origen flamenco Ni-
cola Van Aelst (1526 ca.-post 1613) afincado en
Roma72, fue posible recuperar las descripciones
corográficas de Pietro Bembo, De Aetna (Vene-
cia 1496) o de Tommaso Fazello, De Rebus Si-
culis decades duae (Palermo 1558), que subra-
yaban el mito de la fertilidad de la tierra gracias
al volcán Etna, marcando la relación entre la
ciudad y el volcán. La representación del volcán
expresaba el deseo de cumplir con las expectati-
Fig. 7. Antoine Lafréry, La nobile città di Messina, 1567 (graba-
vas de la comunidad culta europea en compara- do de Gaspare Argaria).

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Realidad, artificio y ficción: la representación de la ciudad mediterránea 177

artistas del norte de Europa, la situación fue muy contraria a la noción del retrato ad vivum, navegó

Valeria Manfrè
distinta. La realidad urbana de Messina reprodu- por el mundo del conocimiento. Así, nos encon-
cida por Lafréry que se caracteriza por los cober- tramos ante lo que podríamos designar como el
tizos del arsenal nuevo construido en la penínsu- triunfo de la reproducibilidad técnica de la época
la falciforme de San Raineri en 1565, la alusión a moderna77. Al lenguaje verbal más convencional,
la costa de Calabria y los techos de las viviendas como podrían ser las descripciones corográficas
al estilo mediterráneo, se verá deformada noven- de las ciudades sicilianas, le siguió una unifor-
ta años después por artistas del norte de Europa midad de miradas que confluyeron hacia unas
que, en la mayoría de los casos, se encaraban representaciones visuales casi idénticas y mani-
viajes por la península rápidos y puntuales75. Esto puladas. En cualquier caso, el efecto multiplica-
explicaría la ausencia del arsenal, la presencia dor no implicó la renuncia a las preocupaciones
de los techos inclinados para la nieve, que no pictóricas ni a la fascinación estética de la vista
tienen ninguna relación con la tradición medite- de pájaro, que perduraron hasta el siglo XIX. Esta
rránea costera, la representación de la linterna, circunstancia es evidente, a modo de ejemplo, a
que no corresponde con la que fue proyectada partir de las imágenes de Palermo, de Messina y
por el florentino Giovanni Angelo Montorsoli, y Catania realizadas por el pintor y arquitecto Al-
que fue fielmente representada por Lafréry y los fred Guesdon (1808-1876) en la obra, Italie à vol
sucesivos italianos. d’oiseau (Paris 1849)78. El valor de una colección
Las representaciones encargadas por la Mo- cartográfica, de un mapa o de una vista varió se-
narquía Hispánica coexistieron con retratos ur- gún la época, el contexto o el patrono79. Cono-
banos propagados por la técnica del grabado y cer el objetivo de estos testimonios iconográficos
pensados para las masas76. La producción mecá- puede ayudar a comprender las deformaciones y
nica, alejada de quien dibujó el original, y por ello omisiones y entender el fin de los mismos.

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178 Realidad, artificio y ficción: la representación de la ciudad mediterránea

NOTAS dal XV al XVIII secolo (C. de Seta, Ed.), History of Cartography. Cartography in
Valeria Manfrè

Electa Napoli, Nápoles, 1996, pp. 109- the European Renaissance (D. Wood-
1
Una versión preliminar de algunas 117. Otra clasificación ha sido propuesta ward, Ed.), vol. III, parte I, The University
ideas aquí expuestas fue presentada en por Lucia Nuti que en lugar de vista la of Chicago Press, Chicago, 2007, pp.
el Seminario Internacional Miradas es- vista a vuelo de pájaro utiliza la expre- 263-284.
peculares sobre la Ciencia y el arte en sión pianta prospettica y la dota de un 12
Para este tipo de mapas véase L.
la Corte celebrado en la Universidad soporte científico. Véase L. Nuti, “The S. Chekin, Northern Eurasia in Medieval
Autónoma de Madrid y en el Consejo Perspective Plan in the Sixteenth Cen- Cartography: Inventory, Texts, Transla-
Superior de Investigaciones Científicas tury: the Invention of a Representational tion, and Commentary, Brepols, Tur-
en abril de 2015. El presente trabajo se Language”, Art Bulletin, vol. 76, 1994, nout, 2006, pp. 27-74. D. Woodward,
ha desarrollado gracias a la financiación pp. 105-128. “Medieval Mappaemundi”, en History
del Ministerio de Economía y Compe- 5
Esta tipología de vista se caracte- of cartography. Cartography in Prehis-
titividad (Programa Juan de la Cierva) rizaba por ser imágenes esquemáticas y toric, Ancient, and Medieval Europe
formación en el marco del proyecto I+D, ausentes de rasgos que permitiesen su and the Mediterranean (J. B. Harley, D.
El Greco y la pintura religiosa hispánica identificación, de hecho representaban Woodward, Eds.), vol. I, parte III, The
(HAR2012-34099). el concepto de ciudad. Cf. Marías, “Ti- University of Chicago Press, Chicago,
2
Sobre este último aspecto véase pologia”, p. 101. 1987, pp. 286-370.
M. Visone, “Raffigurazioni scolpite di
6
G. Pane, La Tavola Strozzi tra Na- 13
Sobre la estrategia retórica utili-
città sotto assedio tra Napoli e Venezia”, poli e Firenze. Un’immagine della città zada para autentificar la imagen urbana
en L’iconografia delle città svizzere e nel Quattrocento, Grimaldi, Nápoles, véase las reflexiones de H. Ballon y D.
tedesche nel contesto europeo. Dai 2009. Friedman, “Portraying the City in Early
prototipi alla fotografia (C. de Seta y D. 7
Para una síntesis véase C. de Seta, Modern Europe: Measurement, Repre-
Stroffolino, Ed.), Edizioni Scientifiche Ita- Ritratti di città, dal Rinascimento al seco- sentation, and Planning”, en The His-
liane, Nápoles, 2012, pp. 319-342. lo XVIII, Einaudi, Turín, 2011, pp. 13-25. tory of Cartography, vol. 3. Cartography
3
El mismo Vasari (Le vite de’ più Para la atribución de la pintura a Fran- in the European Renaissance (D. Wood-
eccellenti pittori, scultori e architetti, cesco Rosselli véase íd., “La fortuna del ward, Ed.), vol. 3, Part. I, The University
in Le Opere (G. Milanesi, Ed.) Sansoni, “ritratto di prospectiva” e l’immagine of Chicago Press, Chicago, 2007, pp.
Florencia, 1906, Vol. III, pp. 173-174) se delle città italiane nel Rinascimento”, en 680-704.
orgullece de utilizar unos instrumentos A volo d’Uccello, Jacopo de’ Barbari e le 14
J. Pimentel, El Rinoceronte y el
para la realización de la vista de Floren- rappresentazioni di città nell’Europa del Megaterio. Un ensayo de morfología his-
cia bajo asedio de 1530, pintada en el Rinascimento, Arsenale, Venecia, 1999, tórica, Abada, Madrid, 2010, pp. 80-81.
Palazzo Vecchio. Durante el Cinquecen- pp. 28-36. 15
Cf. G. Di Marzo, La pittura in Pa-
to, de hecho, asistimos a la producción
8
Véase, D. Woodward, Cartografia lermo nel Rinascimento, Reber, Palermo,
de distintos tratados relativos a instru- a stampa nell’Italia del Rinascimento, 1899, p. 195.
mentos científicos utilizados para el Sylvestre Bonnard, Milán, 2002, p. 18. 16
Sobre los dibujos y la actividad de
levantamiento topográfico. Sobre este 9
En Sicilia solamente la ciudad de Polidoro a Messina, véase P. Leone de
tema véase el estudio de D. Stroffolino, Messina presumía de una florida activi- Castris, Polidoro da Caravaggio. L’opera
La città misurata. Tecniche e strumenti dad tipográfica basada en la producción completa, Electa Napoli, Nápoles, 2001.
di rilevamento nei trattati a stampa del de cartas náuticas. A este respecto véase Véase también M. R. Nobile, “Alle ori-
Cinquecento, Salerno, Roma, 1999; A. Ioli Gigante, “Le officine di carte nau- gini del ‘barocco meridionale’: Archi
íd., “Trattati e strumenti di rilevamen- tiche a Messina nei secoli XVI e XVII”, effimeri a Napoli e Messina tra la fine
to fra il Cinquecento e il Settecento”, Archivio Storico Messinese, vol. XXX, del VI e primo XVII”, en Fiestas y me-
en L’immagine della città europea dal 1979, pp. 101-113. cenazgo en las relaciones culturales del
Rinascimento al secolo dei Lumi (C. de 10
A. W. Atlas, “Aggio visto lo Mediterráneo en la Edad Moderna (R.
Seta, Ed.), Skira, Venecia, 2014, pp. mappamondo a new reconstruction”, Camacho Martínez, Coord.), Ministerio
109-123, y relativa bibliografía. en Studies in Musical Sources and Style: de Economía y Competitividad, Madrid,
4
Sobre la clasificación y termino- essays in Honor of Jan LaRue (E. Wolf, 2012, pp. 115-122. Recientemente se
logía especifica de las distintas vistas y otros, eds.), A-R Editions, Madison, han encontrado dos dibujos de Polidoro
de ciudades ha prevalecido la clasifica- Winsconsin, 1990, pp. 109-117. durante su etapa siciliana que, sin em-
ción de Raleigh Skelton (Introducción 11
Entre el siglo XV y XVII nació el bargo, no se relacionan con las vistas
en G. Braun, Civitates Orbis Terrarum, género literario de los isolari, géne- aquí citadas. Véase a este respecto, D.
1572-1618, Theatrvm Orbis Terrarum, ro que intentó representar el espacio Franklin, “Some new drawings by Poli-
Amsterdam, 1965). Más recientemen- combinando el simbolismo de las cartas doro da Caravaggio from his Sicilian pe-
te Fernando Marías ha propuesto otro náuticas con la descripción corográfica e riod”, Master drawings, vol. 48, núm. 2,
esquema válido F. Marías, “Tipologia histórica de los lugares visitados. Sobre 2010, pp. 155-162.
delle immagini delle città spagnole”, en los isolari véase G. Tolias, “Isolarii, Fif- 17
Archivio di Stato, Palermo (ASPa),
Città d’Europa iconografia e vedutismo teenth to Seventeenth Century”, en The Tribunale del Real Patrimonio, Lettere

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Realidad, artificio y ficción: la representación de la ciudad mediterránea 179

Viceregie, vol. 295, c. 261v, citado por “Pittori fiamminghi nella Sicilia occiden- 31
ASPa, Tribunal del Real Patrimo-

Valeria Manfrè
T. Viscuso, “Carlo V e Ferrante Gonza- tale al tempo di Pietro Novelli, nuove nio, Lettere Viceregie, vol. 653, f. 462v,
ga in Sicilia”, en Vincenzo degli Azani acquisizioni documentarie”, en Pietro publicado por Gazzè, “Le carte”, p. 80.
da Pavia e la cultura figurativa in Sicilia Novelli e il suo ambiente (M. P. Dem- 32
Cf. F. Negro, C. M. Ventimiglia,
nell’età di Carlo V (T. Viscuso, Ed.), Edi- ma, Ed.), Flaccovio, Palermo, 1990, pp. Atlante di città e fortezze del Regno di
print, Siracusa, 1999, p. 28. 101-114; G. Mendola, “Un approdo Sicilia 1640 (N. Aricò, Ed.), Sicania, Mes-
18
Ibíd., pp. 25-37. sicuro. Nuovi documenti per Van Dyck sina, 1992, pp. XIII-XIV.
Cf. A. Palazzolo, Le torri di Depu-
19 e Gerardi a Palermo”, en Porto di mare 33
Cf. J. Schulz, “Maps as Meta-
tazione nel regno di Sicilia (1579-1813), 1570-1670, pittori e pittura a Palermo
phors: Mural Map Cycles of the Italian
ISSPE, Palermo, 2007, p. 86, nota 96. tra memoria e recupero (V. Abbate, Ed.),
Renaissance”, en Art and Cartography
Electa Napoli, Nápoles, 1999, pp. 88-93.
20
S. Deswarte-Rosa, “Domenico (D. Woodward, Ed.), University of Chi-
Giuntalodi, peintre de D. Martinho de
25
Sobre el pintor flamenco véase cago Press, Chicago, Londres, 1987, pp.
Portugal à Rome”, Revue de l’Art, vol. T. Viscuso, Simone de Wobreck, en L. 97-122. Sobre el uso de los mapas en los
80, 1988, pp. 52-60: 57. Sobre Giunti Sarullo, Dizionario degli artisti siciliani, espacios domésticos venecianos véase
véase la monografía de N. Soldini, Nec Pittura, vol. II, Palermo, 1993, pp. 572- C. Genevieve, “Making an Impression:
spe nec metu. La Gonzaga: architetturas 573; A. G. Marchese, B. de Marco Spata, The Display of Maps in Sixteenth-Cen-
e carte nella Milano di Carlo V, L. S. Ols- “Albina, Navarrete, Novello, Potenzano, tury Venetian Homes”, Imago Mundi,
chki, Florencia, 2007. Wobreck & co. Nuovi documenti sui vol. 64, 2012, pp. 28-40.
pittori siciliani della Manera”, en Ma-
21
Tenemos constancia de algunas 34
Estas representaciones cartográfi-
nierismo siciliano. Antonino Ferraro da
misivas de 1541 y 1542 entre Giunti y cas, sin embargo, reproducen modelos
Giuliana e l’età di Filippo II di Spagna
Gonzaga mientras este último se encon- arcaicos que se alejan de las considera-
(A.G. Marchese, Ed.), Actas del con-
traba en Messina con la que el pintor, das por el presente estudio. Véase sobre
greso de estudios de Giuliana, Castello
desde Palermo, informaba de las obras este asunto Le pitture murali della Galle-
Federiciano, 18-20 de octubre de 2009,
llevadas a cabo en el Castellammare. Cf. ria delle carte geografiche (R. Almagià,
Ila Palma, Palermo, 2010, pp. 345-372.
G. Di Marzo, La pittura a Palermo nel Ri- Ed.), vol. III, Biblioteca Apostolica Vati-
nascimento, storia e documenti, Reber,
26
ASPa, Secrezia di Palermo, vol. cana, Città del Vaticano, 1952, p. 11.
Palermo 1899, pp. 195 y 278 y G. Cam- 444, f.122, publicado por F. Meli, “Si- 35
Sobre el uso de los mapas en ám-
pori, Lettere artistiche inedite, tipografia mone de Wobreck pittore olandese”,
bito flamenco véase S. Alpers, Arte del
dell’erede Soliani, Modena, 1866, p. Archivio Storico Siciliano, n.s., a. III, fasc.
descrivere. Scienza e pittura nel Seicen-
248. Sobre las obras arquitectónicas de 2, 1878, pp. 202-207.
to olandese, Bollati Boringhieri, Turín,
Giunti véase M.S. di Fede, “La gestione 27
Sobre los mapas impresos de Sici- 2011, 195-275.
dell’architettura civile e militare a Paler- lia (1477-1861) véase el estudio exhaus- 36
G. Vasari, Le vite, p. 498.
mo tra XVI e XVII secolo: gli ingegneri tivo en Sicilia 1477-1861. La collezione
Spagnolo-Patermo in quattro secoli di
37
Le pitture murali; F. Fiorani, Carte
del regno”, Espacio, Tiempo y Forma,
serie VII, núm. 11, 1998, pp. 135-153: cartografia (V. Valerio, Ed.), 2 vols., Edi- dipinte, arte, cartografia e politica nel Ri-
137, nota 5. zioni Paparo S.r.L, Nápoles, 2014. nascimento, Panini, Modena, 2010, pp.
31-55; íd., “Post-Tridentine ‘Geographia
22
Sobre la actividad siciliana de 28
ASPa, Real Cancelleria di Sici-
Sacra’. The Galleria delle Carte Geo-
Domenico Giunti véase: G. Grosso Ca- lia, vol. 425, ff. 485-486, publicado
grafiche in the Vatican Palace”, Imago
copardi, Memorie storiche di Antonino por L. Gazzè, “Le carte cinquecentes-
Mundi, vol. 48, 1996, pp. 124-148.
Paolo Pilaja, Domenico Giuntalocchi e che per il governo del territorio”, en
Giacomo del Duca, Stamp. di T. Capra, L’insediamento nella Sicilia d’età moder-
38
La Galleria delle Carte Geogra-
Messina, 1842; A. Giuliana Alajmo, Ar- na e contemporanea (E. Iachello, P. Mili- fiche in Vaticano (L. Gambi, A. Pinelli,
chitetti regi in Sicilia dal sec. XIII al sec. tello, Eds.), Actas del Congresso Interna- Coord.), 3 vols., Panini, Modena, 1994.
XIX, S. Pezzino e F., Palermo, 1952, pp. cional, Catania 20 septiembre de 2007, 39
Sobre la imagen de Bolonia véan-
12-13. Edipuglia, Bari 2008, p. 79. se las observaciones de G. Ricci, “Ciu-
23
Cf. Palazzolo, Le torri, p. 86, nota 29
Archivo General de Simancas dad amurallada e ilusión olográfica.
96. (AGS), Estado, 1137, f. 107, 2 de julio Bolonia y otros lugares (siglos XVI-XVIII),
de 1572, publicado por L. Dufour, Atlan- en La ciudad y las murallas (C. de Seta,
24
ASPa, Real Cancelleria di Sicilia,
te storico della Sicilia: le città costiere ne- J. Le Goff, Eds.), Cátedra, Madrid, 1991,
vol. 425, ff. 485-486v, Carta del virrey
lla cartografia manoscritta 1500-1823, pp. 261-285.
Avalos, marqués de Pescara, 20 de mar-
zo de 1560, publicada por R. Giuffrida, A. Lombardi, Palermo, 1992, p. 45. 40
Cf. V. Valerio, Società, uomini e
Il De’ Medici e il progetto del Piazzi per 30
ASPa, Tribunale del Real Patri- istituzioni cartografiche nel mezzogior-
una carta geografica dell’isola, Accade- monio, Lettere Viceregie, vol. 653, f. no d’Italia, Istituto geografico militare,
mia nazionale di scienze lettere e arti di 462r, 20 de agosto de 1577, publica- Florencia, 1993, p. 54.
Palermo, Palermo, 2002, p. 14. Sobre el do por C.A. Garufi, Fatti e personaggi 41
Cf. R. Gallo, Le mappe geografi-
panorama figurativo y el amplio grupo dell’Inquisizione in Sicilia, Sellerio, Paler- che del Palazzo Ducale di Venezia, a spe-
de pintores flamencos véase T. Viscuso, mo, 1978, p. 209. se della R. Deputazione, Venecia, 1943;

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181


180 Realidad, artificio y ficción: la representación de la ciudad mediterránea

W. Hermann, “Un ritratto sconosciuto 50


Pietro D’Asaro. Il “Monocolo di lo mismo sucede con las ciudades de
Valeria Manfrè

della ‘Signora Clara’ in Palazzo Ducale Racalmuto” 1579-1647 (M. P. Demma, Alcalá de Henares, Guadalajara, Cuen-
di Venezia: nota sulle mappe geografi- Ed.), Arti Grafiche Siciliane, Palermo, ca, pero con fecha 1565. Sobre el tér-
che di Giambattista Ramusio e Giacomo 1984, pp. 82-83. mino ad vivum, aunque haciendo más
Gastaldi”, Studi umanistici piceni, vol. 51
M. B. Failla, Committenti d’età hincapié en el mundo natural, véase C.
14, 1994, pp. 207-228. barocca: le collezioni del principe Ema- Swan, “Ad vivum, naer het leven, from
42
Il Palazzo Farnese a Caprarola (I. nuele Filiberto di Savoia a Palermo e la the life: defining a mode of representa-
Faldi, Ed.), SEAT, Túrin, 1981. decorazione di Palazzo Taffini d’Acceglio tion”, Word & Image, vol. 11, núm. 4,
43
Cf. M. Bourne, “Francesco II Gon- a Savigliano, U. Allemandi, Turín, 2003, 1995, pp. 353-372. Más allá de la ter-
zaga and Maps as Palace Decoration in p. 47 y p. 58. minología holandesa descrita por Swan,
Renaissance Mantua”, Imago Mundi, 52
Sobre la comisión de esta galería conviene ver también la contribución de
vol. 51, 1999, pp. 51-82; R. Berzaghi, de Palermo véase V. Manfrè, I. Mauro, P. Parshall, “Imago Contrafacta: Images
“La ‘Galleria delle città’ nel Palazzo “Rievocazione dell’immaginario asburgi- and facts in the Northern Renaissance”,
Grande di Sabbioneta”, Civiltà Manto- co: le serie dei ritratti dei vicerè e gover- Art History, vol. 16, núm. 4, 1993, pp.
vana, vols. 61/62, 1977, pp. 377-388. natori nelle capitali dell’Italia spagnola”, 554-579.
44
Lo Stato dipinto. La Sala delle en Ricerche sul ’600 napoletano. Saggi e 58
Sobre el método de trabajo de
Vedute nel Castello di Spezzano (F. Cec- documenti 2010-2011 (G. De Vito, Ed.), Wyngaerde véase E. Haverkamp-Bege-
carelli, M. T. Sambin De Norcen, Eds.), Arte’m, Nápoles, 2011, pp. 122-127. mann, “The Spanish Views of Anton
Marsilio, Venecia, 2011. 53
También el III conde de Pastrana van den Wyngaerde”, Master Drawings,
45
Otras vistas de Wyngaerde deco- poseía una rica colección de paisajes vol. 7, núm. 4, 1969, pp. 375-399 y la
raban la Sala de retratos del Pardo. F. Pe- ermitaños. Cf., J. M. Morán Turina, F. versión revisitada “Las vistas de España
reda, “Immagini di Madrid, fra scienza Checa, El coleccionismo en España: de de Anton van den Wyngaerde”, en Ciu-
e arte”, en L’Europa moderna: cartogra- la cámara de maravillas a la galería de dades del Siglo de oro. Las Vistas Espa-
fia urbana e vedutismo (C. de Seta, D. pinturas, Cátedra, Madrid, 1985, p. ñolas de Anton Van den Wyngaerde (R.
Stroffolino, Eds.), Electa Napoli, Nápoles, 236; E. Galera Mendoza, “Herman van L. Kagan, Ed.), El Viso, Madrid, 1986,
2001, pp. 130-132. Swanevelt y la pintura de Paisaje en la pp. 57-58 y 66. Por último véase el es-
colección real español del siglo XVII”, tudio de R. E. Gregg, “Further insights
46
A.R. Navarrete Orcera, La mito-
Goya, núm. 280, 2001, pp. 21-29. Por into Anton van den Wyngaerde’s wor-
logía en los palacios españoles, Univer-
último recordamos que también los es- king methods”, Master drawings , vol.
sidad Nacional de Educación a Distancia,
pacios religiosos, como las salas del Mo- 51, núm. 3, 2013, pp. 323-342 y relativa
Centro asociado Andrés de Vandelvira,
nasterio de las Descalzas Reales de Ma- bibliografía sobre el tema.
Jaén, 2005, p. 33.
drid, acogían esta tipología de pintura. 59
Sobre el atlas de ciudades de Es-
47
Sobre el palacio y los frescos véa-
Véase M.T. Ruiz Alcón, Monasterio de paña véase Ciudades del Siglo de oro, y
se el estudio de R. López Torrijos, “Po-
las Descalzas Reales, Editorial Patrimonio su edición ampliada de 2008.
der, relato y territorio en la pintura del
Nacional, Madrid, 1987, p. 68. 60
Sobre estos atlas véase L. Nuti,
siglo XVI”, en Arte, poder y sociedad en
la España de los siglos XV a XX, Depar-
54
F. Pereda, F. Marías, “Pedro Te- Ritratti di città: visione e memoria tra
tamento de Historia del Arte, Instituto xeira nella Spagna del Seicento: tra co- Medioevo e Settecento, Marsilio, Vene-
de Historia, Consejo Superior de Investi- rografia e cartografia”, en Tra oriente e cia, 1996.
gaciones Científicas, Madrid, 2008, pp. occidente. Città e iconografia dal XV al 61
A este proyecto le siguió el atlas
179-192; I. Rodríguez Moya, “La ciudad XIX secolo (C. de Seta, Ed.), Electa Na- de ciudades de Felipe II que debía llevar
en los frescos del Palacio de El Viso del poli, Nápoles, 2004, pp. 143-157: 143. a cabo la representación de las provin-
Marqués”, en El sueño de Eneas: imáge- 55
E. Guidoni, “La revolución de cias de los Países Bajos iniciado por su
nes utópicas de la ciudad (V. Mínguez, las imágenes”, en E. Guidoni, A. Mari- padre. W. Bracke, “Jacob van Deventer
Ed.), Universitat Jaume I, Castellón, no, Historia del urbanismo. El siglo XVI, e l’atlante di città dei Paesi Bassi”, en Le
2009, pp. 89-120. Instituto de estudios de administración, città dei cartografi: studi e ricerche di
48
Sobre la interpretación iconográ- Madrid, 1985, pp. 116-187: 144. storia urbana (C. de Seta, B. Marin, Eds.),
fica de los lienzos véase C. Guastella, 56
Véase el análisis y la catalogación Electa Napoli, Nápoles, 2008, pp. 38-48;
“Ricerche su Giuseppe Alvino detto il de su producción en M. Galera i Mone- C. Koeman, M. van Egmond, “Surve-
Sozzo e la pittura a Palermo alla fine gal, Antoon van den Wijngaerde, pintor ying and Official Mapping in the Low
del Cinquecento”, en Contributi alla de ciudades y de hechos de armas en la Countries, 1500-ca. 1670”, en History
storia della cultura figurativa nella Sici- Europa del Quinientos, Generalitat de of Cartography, pp. 1246-1295.
lia occidentale tra la fine del XVI e gli Catalunya, Barcelona, 1998. 62
F. Pereda, F. Marías, El Atlas del
inizi del XVII secolo, Atti della giornata En algunas vistas como la de Zara-
57
Rey Planeta. La “Descripción de España
di studio, Recalmuto 15 de febrero de goza, Monzón, Lérida, Montserrat, Bar- y de las costas y puertos de sus reinos
1985, Arti grafiche siciliane, Palermo, celona, Tarragona, Tortosa, Murviedro, de Pedro Texeira (1634), Nerea, Madrid,
1985, p. 52. Valencia, Játiva, el autor recita “Anto 2002 y sobre todo la edición ampliada
49
Ibíd., pp. 57-58. van den Wyngaerde f. ad vivum 1563”, de 2009.

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181


Realidad, artificio y ficción: la representación de la ciudad mediterránea 181
63
Sobre los atlas manuscritos de Si- de Camillo Camiliani en España (1604)”, 74
De Messina y otras ciudades de la

Valeria Manfrè
cilia véase V. Manfrè, “La Sicilia de los Locus Amoenus, vol. 12, 2013-2014, raccolta Lafréry (Milán, Génova, Roma y
cartógrafos: vistas, mapas y corografías pp. 79-106. Nápoles), se ha intentado reconstruir un
en la Edad Moderna”, Anales de Historia 68
Ernst Gombrich expresó su pa- hipotético método de realización. Véase
del Arte, vol. 23, 2013, pp. 79-94. recer en 1960 acerca de este libro: “A D. Stroffolino, “L’immagine urbana nel
64
Sobre la carrera profesional de meno di non voler credere che ques- XVI secolo. Gli Atlanti di Antoine La-
Spannocchi véase A. Cámara Muñoz, te città fossero indistinguibili l’una fréry”, en Città d’Europa, pp. 199-200.
“El ingeniero cortesano. Tiburzio Span- dall’altra, come possono esserlo attual- 75
Las ediciones flamencas son la
nocchi, de Siena a Madrid”, en “Libros, mente le loro periferie, dobbiamo con- de Jan Jansson (Ámsterdam 1657),
caminos y días” El viaje del ingeniero (A. cludere che né l’editore, né il pubblico si Matthäus Merian (Frankfurt 1688), Fre-
Cámara Muñoz, B. Revuelto Pol, Eds.), preoccupavano di sapere se le didascalie derick De Wit (Ámsterdam 1702) que
Fundación Juanelo Turriano, Madrid, dicevano o meno il vero. Tutto quello reutilizó la de Jansson y Gerard van
2016, pp.11-41. che ci si aspettava da esse era di con- Keulen (dibujo, Ámsterdam 1726) y han
65
El primer atlas que nos ha llegado vincere il lettore che questi erano nomi sido debidamente comentadas en N.
es el de Tiburzio Spannocchi conserva- di città”. E. Gombrich, Arte e illusione, Aricò, “Segni di Gea, grafie di Atlante.
do en la Biblioteca Nacional de España Einaudi, Turín, 1965, p. 84. Immagini della Falce dal VI secolo a.c.
(BNE), Ms. 788, Descripción de las mari- 69
Nuti, Ritratti, p. 64. all’epifania della Cittadella”, en La peni-
nas de todo el reino de Sicilia…, dirigido 70
Entre éstas, algunas ciudades ita- sola di San Raineri, diaspora dell’origine
al Príncipe Don Felipe Nuestro Señor, lianas, como Florencia, Roma, Venecia (N. Aricó, Ed.), Sicania, Messina, 2002,
en el año de MDXCVI. Del manuscrito y Génova, y por supuesto Núremberg, pp. 35-45.
existen dos reproducciones facsímil: Ti- la ciudad de nacimiento del autor, así
76
Sobre la imprenta y la comunica-
burzio Spannocchi, Marine del Regno di como unas cuantas ciudades alemanas, ción visual véase W.M. Ivins, Prints and
Sicilia (R. Trovato, Ed.), Ordine degli Ar- bien conocidas por Schedel, y que nece- Visual Communication, The Mit press,
chitetti della Provincia di Catania, Cata- sitaron de un relieve topográfico. Cambridge, 1996.
nia, 1993; La Sicilia di Tiburzio Spannoc- 71
Lo mismo sucedía en el mundo de
77
Cf., W. Benjamin, La obra de
chi: una cartografia per la conoscenza e la ciencia, tal y como refiere K. Pomian, arte en la época de su reproductibilidad
il dominio del territorio nel secolo 16 (C. “Vision and Cognition”, en Picturing técnica, en Obras, libro I, vol. 2, Abada,
Polto, Ed.), Istituto geografico militare, Science, Producing Art (C.A. Jones, P. Madrid, 2008, pp. 7-87.
Florencia, 2001. Galison, Eds.), Routledge, Nueva York, 78
Cf., D. Stroffolino, L’Europa “a
66
Spannocchi, Descripción, f. 2r. Londres, 1998, pp. 211-232. volo d’uccello”: dal Cinquecento ad
67
El códice de Camillo Camilliani 72
La planta ha sido reproducida en Alfred Guesdon, Edizioni scientifiche
se compone de una descripción literaria L. Benevolo, La città italiana nel Rinasci- italiane, Nápoles, 2012, pp. 77-113. El
y un álbum gráfico. Este último, com- mento, Milano, 1969, tabla IV. Sobre la género seguirá teniendo gran fortuna
puesto por 218 diseños, se custodia en vista de Catania incluida en el Civitates también en España. Guesdon dibujaría
la Biblioteca Nazionale Universitaria de véase E. Iachello, “La pianta/veduta di un conjunto de veinte y cuatro láminas
Túrin (BNUT), Ms. N.I.3. Véase la edición Catania nelle “Civitates” di Braun e Ho- agrupadas bajo el título de L’Espagne a
crítica: L’opera di Camillo Camiliani (M. genberg: il modello “locale”, en Le città vol d’oiseau (ca. 1853). Véase A. Gámiz
Scarlata, Ed.), Istituto poligrafico e Zecca dei cartografi, pp. 122-127. Gordo, “Paisajes urbanos visto desde
dello Stato, Roma, 1993 y para la des- 73
Sobre la relación entre el texto globo: dibujos de Guesdon sobre fotos
cripción literaria se reenvía al reciente y las representaciones cartográficas de de Clifford hacia 1853-55), EGA: revista
estudio de L. Gazzè, “Descrivere e go- Sicilia me permito remitir a V. Manfrè, de expresión gráfica arquitectónica, vol.
vernare il territorio nel Cinquecento. La “The perception of the spaces in the 9, 2004, pp. 110-117.
ricognizione della Sicilia di Giovan Battis- Mediterranean chorographic literature
79
Sobre la función del objeto utili-
ta Fiesco e Camillo Camilliani”, Archivio of the Seventeenth century”, en Litera- zado o poseído véase las reflexiones de
Storico per la Sicilia Orientale, CIII, III, ture and Geography: the writing of spa- J. Baudrillard, El sistema de los objetos,
2007, pp. 51-103. Camilliani, después ce throughout History (E. Peraldo, Ed.), Siglo XXI, Madrid, 2010 (1º ed. 1968),
de su etapa siciliana se trasladó a tra- Cambridge Scholars Publishing, New- p. 92.
bajar en España. J. Bosch Ballbona, “La castle upon Tyne, 2016, pp. 168-188.
fortaleza que quiso ser palacio. Noticia

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181

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