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JUNTA DE COMUNIDADES

DE CASTILLA LA MANCHA

Temario
oposició
TRABAJO SOCIAL
n
BLOQUE III – Servicios Sociales II

TEMA 41
LAS MEDIDAS DE APOYO PARA EL EJERCICIO DE
LA CAPACIDAD JURÍDICA DE LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD. LAS MEDIDAS DE APOYO DE
NATURALEZA VOLUNTARIA, LA GUARDA DE
HECHO, LA CURATELA Y EL DEFENSOR
JUDICIAL. LA AUTOCURATELA
Oposición Trabajo Social JCCM TEMA 32 –
INCAPACITACIÓN LEGAL

INTRODUCCIÓN
La reforma efectuada por la Ley 8/2021 de reforma legislación civil y procesal para el apoyo a las personas con
discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, ya no existe la figura de tutor ni la expresión
“incapacitación”. Esta reforma pretende adecuar nuestro ordenamiento jurídico a la Convención Internacional sobre
los derechos de las personas con discapacidad, hecha en Nueva York el 13 de diciembre de 2006, que en su art 12
proclama que las personas con discapacidad tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones en todos los
aspectos de la vida, y obliga a los Estados Parte a adoptar medidas para proporcionar el apoyo que puedan necesitar
en el ejercicio de su capacidad jurídica.
Se impone así el cambio en nuestro ordenamiento jurídico para basarse en el respeto a la voluntad y las
preferencias de la persona con discapacidad quien, como regla general, será la encargada de tomar sus propias
decisiones.
El marco jurídico utilizado para la elaboración de tema ha sido:
 RD de 24 de julio de 1889 por el que se publica el CÓDIGO CIVIL
 LEY 1/2000 DE ENJUICIAMIENTO CIVIL
 LEY 8/2021 DE REFORMA DE LA LEGISLACIÓN CIVIL Y PROCESAL PARA EL APOYO A LAS
PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN EL EJERCICIO DE SU CAPACIDAD JURÍDICA
 DECRETO 71/1997 de la COMISIÓN DE TUTELA DE CASTILLA LA MANCHA

1.- LAS MEDIDAS DE APOYO PARA EL EJERCICIO DE LA CAPACIDAD JURÍDICA DE LAS


PERSONAS CON DISCAPACIDAD. LAS MEDIDAS DE APOYO DE NATURALEZA VOLUNTARIA,
LA GUARDA DE HECHO, LA CURATELA Y EL DEFENSOR JUDICIAL. LA AUTOCURATELA.

Estas medidas tienen por finalidad permitir el desarrollo pleno de la personalidad y el desenvolvimiento jurídico en
condiciones de igualdad, y deben de estar inspiradas en el respeto a la dignidad de la persona y en la tutela de sus
derechos fundamentales. Las medidas de apoyo para el ejercicio de la capacidad jurídica son, además de las de
naturaleza voluntaria: la guarda de hecho, la curatela y el defensor judicial.
Las medidas de apoyo tienen como función asistir a la persona con discapacidad en el ejercicio de su capacidad
jurídica en los ámbitos en los que sea preciso, respetando su voluntad, deseos y preferencias.
Las medidas de apoyo de naturaleza voluntaria son las establecidas por la persona con discapacidad, que
designa quién debe prestarle apoyo y con qué alcance.
Las medidas de origen legal o judicial solo procederán en defecto o insuficiencia de la voluntad de la persona.
Todas ellas deben ajustarse a los principios de necesidad y proporcionalidad.
Las personas que presten apoyo deben actuar atendiendo a la voluntad, deseos y preferencias de quien lo requiera,
procurando que la persona con discapacidad pueda desarrollar su propio proceso de toma de decisiones,
informándola, ayudándola en su comprensión y razonamiento y facilitando que pueda expresar sus preferencias. Y
fomentarán el ejercicio de la capacidad jurídica con menos apoyo en el futuro.
En casos excepcionales, cuando no sea posible determinar la voluntad, deseos y preferencias de la persona, las
medidas de apoyo podrán incluir funciones representativas. En este caso, en el ejercicio de esas funciones se
deberá tener en cuenta la trayectoria vital de la persona con discapacidad, sus creencias y valores, así como los
factores que ella hubiera tomado en consideración, con el fin de tomar la decisión que habría adoptado la persona
en caso de no requerir representación.
En relación con las medidas voluntarias de apoyo, cabe destacar que:
1. Cuando se prevea en los 2 años anteriores a la mayoría de edad que un menor sujeto a patria potestad o a tutela
pueda precisar de apoyo en el ejercicio de su capacidad jurídica a la mayoría de edad , la autoridad judicial
podrá acordar, a petición del menor, progenitores, tutor o Ministerio Fiscal la adopción de la medida de apoyo
que corresponda para cuando concluya la minoría de edad.
2. Cualquier persona mayor de edad en previsión de la concurrencia de circunstancias que puedan dificultar el
ejercicio de su capacidad jurídica podrá prever o acordar en escritura pública medidas de apoyo relativas a su
persona o bienes.

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Oposición Trabajo Social JCCM TEMA 32 –
INCAPACITACIÓN LEGAL

Las medidas de apoyo para el ejercicio de la capacidad jurídica son, además de las de naturaleza voluntaria: la
guarda de hecho, la curatela y el defensor judicial.
La GUARDA DE HECHO es una medida informal de apoyo que puede existir cuando no haya medidas
voluntarias o judiciales que se estén aplicando eficazmente.
La CURATELA es una medida formal de apoyo que se aplicará a quienes precisen el apoyo de modo continuado.
Su extensión vendrá determinada en la resolución judicial según la situación y circunstancias de la persona con
discapacidad y con sus necesidades de apoyo. La autoridad judicial constituirá la curatela cuando no exista otra
medida de apoyo suficiente, y determinará los actos para los que la persona requiere asistencia del curador.
En casos excepcionales, cuando resulte imprescindible por las circunstancias de la persona con discapacidad, la
autoridad judicial determinará los actos concretos en los que el curador habrá de asumir la representación.
Podrán ser curadores las personas mayores de edad que, a juicio de la autoridad judicial, sean aptas para esta
función. También podrán ser curadores fundaciones y otras personas jurídicas sin ánimo de lucro, públicas o
privadas, entre cuyos fines figure la promoción de la autonomía y asistencia a las personas con discapacidad.
Se nombrará curador a quien haya sido propuesto por la persona que precisa apoyo. En defecto de esto, la autoridad
judicial nombrará curador:
1.º. Al cónyuge, o esté en situación asimilable, siempre que conviva con la persona que precisa el apoyo.
2.º. Al hijo o descendiente. Si fueran varios, será preferido el que conviva con la persona que precisa el apoyo.
3.º. Al progenitor o, en su defecto, ascendiente. Si fueren varios, será preferido el que de ellos conviva con la
persona que precisa el apoyo.
4.º. A la persona o personas que el cónyuge o la pareja conviviente o los progenitores hubieran dispuesto en
testamento o documento público.
5.º. A quien estuviera actuando como guardador de hecho.
6.º. Al hermano, pariente o allegado que conviva con la persona que precisa la curatela.
7.º. A una persona jurídica.
El curador está obligado a mantener contacto personal con la persona a la que va a prestar apoyo y desempeñar las
funciones con la diligencia debida. El curador asistirá en el ejercicio de la capacidad jurídica respetando la
voluntad, deseos y preferencias de la persona que precisa el apoyo, procurando que esta pueda desarrollar su propio
proceso de toma de decisiones, fomentando aptitudes para ejercer la capacidad jurídica con menos apoyo en el
futuro.
El curador con facultades representativas está obligado a hacer inventario del patrimonio de la persona dentro del
plazo de 60 días, a contar desde que hubiese tomado posesión de su cargo.
La curatela se extingue:
- De pleno derecho por la muerte o declaración de fallecimiento de la persona con medidas de apoyo.
- Por resolución judicial cuando ya no sea precisa esta medida de apoyo o cuando se adopte una forma de apoyo.
El curador al cesar en sus funciones deberá rendir cuenta de su administración en el plazo de 3 meses.
Cabe nombrar la autocuratela, que permite que una persona mayor de edad o menor emancipada pueda proponer
en escritura pública el nombramiento o exclusión de una o varias personas para el ejercicio de la función de
curador.
Por último, el DEFENSOR JUDICIAL se nombrará como medida formal de apoyo cuando la necesidad de apoyo
se precise de forma ocasional, aunque sea recurrente:
1.º. Cuando quien haya de prestar apoyo no pueda hacerlo, hasta que cese la causa o se designe a otra persona.
2.º. Cuando exista conflicto de intereses entre la persona con discapacidad y la que haya de prestarle apoyo.
3.º. Cuando, durante la tramitación de la excusa alegada por el curador, la autoridad judicial lo considere necesario.
4.º. Cuando se hubiere promovido la provisión de medidas judiciales de apoyo y la autoridad judicial considere
necesario proveer a la administración de los bienes hasta que recaiga resolución judicial.
5.º. Cuando la persona con discapacidad requiera de medidas de apoyo ocasionalmente, aunque sea recurrente.

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INCAPACITACIÓN LEGAL

Por último, y para cerrar el tema cabe desatacar la existencia de la Comisión de Tutela de Castilla La Mancha
regulada por el Decreto 71/1997. Esta Comisión, a falta de la adaptación a la reforma del Código Civil, tiene como
funciones:
a) Ejercicio inexcusable de tutela y curatela de personas incapacitadas residentes en Castilla La Mancha.
b) Administrador legal del patrimonio de los menores tutelados por desamparo
c) Acciones para la integración y normalización de los tutelados, facilitando recursos sociales, atención,
cuidado, rehabilitación, recuperación y afecto
d) Administración de bienes del tutelado con la diligencia de un “padre de familia”
e) Información, orientación, asesoramiento y asistencia a padres, familiares u otros tutores
f) Ejecución de actuaciones que determine la autoridad judicial de presuntos incapaces
Para el ejercicio de estas funciones, la JCCM ha optado por una fórmula de gestión indirecta desde el año 1997
mediante la suscripción de convenios con 6 fundaciones tutelares que desde las áreas social, jurídica,
psicológica…, prestan apoyos a las personas que lo precisan para su capacidad jurídica, promoviendo la inclusión
en la comunidad y acompañando en su proyecto de vida, además de asesorar a sus familiares. Estas fundaciones
son:
1. Fundación Tutelar de Castilla-La Mancha (FUTUCAM) destinada a personas con discapacidad intelectual o del
desarrollo. De ámbito regional.
2. Fundación MADRE para personas con enfermedad mental y personas con diagnóstico dual. De ámbito
regional.
3. Fundación FAMILIA para personas con enfermedad mental y personas con diagnóstico dual. De ámbito
provincial, Albacete.
4. Fundación MAYORES para personas mayores de 65 años. De ámbito regional.
5. Fundación FUNDACE para personas con daño cerebral sobrevenido. De ámbito regional.
6. Fundación Sociosanitaria de Castilla-La Mancha para personas con enfermedad mental, diagnóstico dual o
conductas adictivas. De ámbito regional.

CONCLUSIONES
El elemento sobre el que pivota la nueva regulación no es ni la incapacitación ni la modificación de una capacidad
que resulta inherente a la condición de persona humana. Muy al contrario, la idea central del nuevo sistema es la de
apoyo a la persona que lo precise, apoyo que es un término amplio que engloba todo tipo de actuaciones: desde
acompañamiento amistoso, ayuda técnica en la comunicación de declaraciones de voluntad, ruptura de barreras, el
consejo, o incluso la toma de decisiones delegadas por la persona con discapacidad. En situaciones donde el apoyo
no pueda darse de otro modo y solo ante esa situación de imposibilidad, este puede concretarse en la representación
en la toma de decisiones.
Es también relevante que, a diferencia de lo que hacían los códigos decimonónicos, más preocupados por los
intereses patrimoniales de la persona que por su protección integral, la nueva regulación trata de atender no solo lo
patrimonial, sino también los aspectos personales, como los relativos a decisiones sobre el domicilio, salud,
comunicaciones…
No se trata de un mero cambio de terminología que relega los términos de “incapacidad” e “incapacitación” por
otros más precisos y respetuosos, sino de un nuevo y más acertado enfoque de la realidad, donde las personas con
discapacidad son titulares del derecho a la toma de sus propias decisiones. Y es que muchas limitaciones
vinculadas a la discapacidad no han procedido de las personas afectadas sino de su entorno: barreras físicas,
comunicacionales, cognitivas, actitudinales y jurídicas que han cercenado sus derechos.
Así, la reforma normativa debe ir unida a un cambio del entorno, a una transformación de la mentalidad social,
especialmente de los profesionales del derecho, jueces, notarios, registradores…, que han de tomar en
consideración los nuevos principios y no las visiones paternalistas y limitantes en derechos que han estado
presentes hasta ahora.

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