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AÑO: 2009 OBRA: Nuestra Señora de las Nubes AUTOR: Aristides Vargas

DIRECTOR:,Ariel Martinez DE IZQ, A DER,: No Aplica


¡;.;;.••• ----cz;.---' OTOGRAFlA: Lina Rodriguez
PROPOSICiÓN

Abstract

El artículo examina al personaje social y el The article examines the social character and
personaje teatral y su articulación. Cuestiona el va- theatrical character and its articulation. Questions
lor clásico del personaje teatral como mimesis de the classical value of the theatrical character as a
un individuo. Expone la importancia de pensar en individual's mimesis. It exposes the importance of
la naturaleza dual que posee el concepto general de thinking about the dual nature that has the general
personaje en tanto persona-personaje y la compleji- concept of character in both person-character and
dad que, por lo tanto, estaría presente al hablar del complexity, therefore, would be present to discuss
personaje de teatro y sus implicaciones en el trabajo the character of drama and its implications for the
del actor en el tejido: personaje social, el otro y el actor's work in the tissue: social character, the other
personaje que interpreta. and the character he plays.

Palabras claves: Keywords:

Ficción, persona, personaje teatral, personaje Fiction, person, theatrical character, social
social, realidad. character, reality,
El concepto de personaje teatral ha ido acorde con la época, pues de lo contrario tal
variando conforme ha ido evolucionando el lenguaje se volverá un dogma, y por lo tanto,
concepto que tenemos de individuo. Por ende, una imposibilidad para el conocimiento y la re-
comprender el personaje como la ilusión de la novación.
persona humana es apenas una perspectiva,
que si bien es totalmente válida, ocasionalmen- Pensando en ello, me pregunto: ¿cómo la
te se divorcia de la realidad del hombre con- despersonificación del personaje puede ser un
temporáneo, quien ha llegado a una desindivi- medio coherente para acercarse a plasmar la
dualización de los conflictos: cada vez somos crisis de identidad descrita anteriormente? La
menos dueños de nuestras culpas y méritos, persona, como célula del personaje, no necesa-
cada vez es más nítida la cadena de causas y riamente es la premisa más fiel a la fragmenta-
efectos que provocan los acontecimientos y, da y simultáneamente globalizada realidad del
por lo tanto, la responsabilidad que recae so- actor, el director y el público del teatro con-
bre estos se vuelve más y más compartida. No temporáneo. No pretendo con esto invalidar la
obstante, somos cada vez más responsables en existencia del personaje teatral como tal, pero
la medida en que paulatinamente somos más sí cuestionar su valor clásico como mímesis
conscientes de esta cadena de causas y efectos, de un individuo, indagando su posibilidad de
y paradójicamente nuestro poder para cambiar abarcar varias personas en un solo personaje,
el mundo es cada vez menor. Ante tal panora- o una sola persona fragmentada en varios per-
ma, ¿por qué seguir pensando que comprender sonajes. No se trata sólo de que un actor haga
la esencia de un individuo necesariamente im- varios personajes, o que varios personajes los
plica comprender la esencia de su humanidad? interprete un solo actor, se trata además de que
¿Acaso la humanidad no reside, precisamente, cada personaje como tal posea una unidad que
en esa nula individualidad a la que estamos no tenga que ser equivalente a la unidad de
cada vez más expuestos? Perdimos nuestra in- individuo y aún así tener un desempeño con-
timidad; para bien y para mal la globalización sistente, lúdico, provocador y creativo para la
nos ha vuelto a todos espejos de los demás, y escena.
al hacerlo, hemos perdido nuestra identidad
propia, o más bien, nuestra propiedad privada A manera de abrebocas para este tema
sobre la identidad individual. tan vasto, en el presente fragmento trataré
de explicar la dialéctica existente entre el
Entonces, ¿por qué el teatro sigue pensan- personaje definido por fuera de lo teatral,
do que la esencia de la humanidad reside en el para luego examinar sus equivalencias en el
personaje entendido como individuo? Pienso ámbito del drama y de tal manera encontrar
que el lenguaje teatral (y todo el lenguaje en diferencias y similiaridades que nos lleven
general) debe irse transformando de acuerdo a una comprensión del personaje más vigen-
con este tipo de preguntas que van surgiendo te en el teatro contemporáneo.

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común, del conocimiento general. Sólo desde nos atañe: el personaje depende absolutamente
allí podremos aproximamos a una lectura real- de su contexto. Es su contexto el que lo vali-
mente vigente del concepto sin caer en anacro- da o no como personaje, pues es la noción del
nismos academicistas respecto al tema. promedio la que realmente determina su no-
toriedad. Sin un contexto claro, el personaje
En The free dictionary, -un diccionario deja de llamar la atención y por consiguiente
en línea que hallé a la mano-, encontré una de- se convierte en una persona, y de allí sacamos
finición lo suficientemente general y al mismo otra valiosa conclusión para nuestro estudio: el
tiempo exacta, que nos servirá como punto de personaje debe mantener nuestro interés. En
partida a nuestro análisis: personaje: persona el sentido estricto de la palabra, el personaje
que por sus cualidades, conocimientos u otras que carece de interés no es un personaje, pues-
actitudes se destaca o sobresale en una deter- to que estaría renunciando a su característica
minada actividad o ambiente social. 2 Ténga-
definitiva.
se en cuenta que la definición no restringe la
noción de personaje a alguien necesariamente
Definido el contexto, podemos pasar a estable-
admirable, sino más bien a alguien necesaria-
cer la cualidad, conocimiento u otra actitud que
mente notable, como apunta Santiago García.'
nos permitirá hacer que la persona sobresalga
lo suficiente como para convertirse en "todo un
Obviamente, esta notoriedad sólo se da
personaje". A este respecto sólo tenemos tres
por algo que llame nuestra atención, es decir,
alternativas morales: un personaje mejor que
algo que sobresale del promedio de normalidad
el promedio (Ej. Simón Bolívar), un personaje
al que estamos adaptados. En esta medida, una
mujer de dos metros que camina por una calle peor que el promedio (Ej. Luis Alfredo Garavi-
de Bogotá, se convierte en un personaje gracias to), o un personaje moralmente neutro que se
al promedio de estatura de las mujeres colom- destaca por rasgos que moralmente no son con-
bianas. La misma mujer, en una calle de Nueva sensuales (ej. La misma mujer de dos metros
York, pasará totalmente desapercibida, luego que camina en Bogotá)." La ficcionalización
perderá su noción de personaje, para convertir-o de los dos primeros, es lo que en drama lla-
se en una persona común. maremos héroe y villano respectivamente. La
ficcionalización del último es la más compleja
Llegamos con esto a una conclusión que e indeterminada, y creo que de la que se ocupa
me parece fundamental en cuanto al tema que gran parte del teatro contemporáneo.

2. http://es.thefrcedictionary.com/personajes 4. Téngase en cuenta que cuando hablo de mejor o peor, estoy

3. GARCíA Santiago. Teoría y práctica del teatro. Editorial Tea- apelando al consenso social más que a mis opiniones personales

tro La Candelaria, 1994. sobre los señores Simón Bolívar y Luis Alfredo Garavito.

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Pero antes de entrar en el ámbito del tea- anteriormente, necesitaríamos un nivel de
tro sigamos analizando la acepción general del importancia sobre el promedio para que esto
concepto de personaje. Hemos hablado de su se dé. Lo que sí es verdad es que como seres
contexto de normalidad, su propiedad sobresa- sociales que somos, estamos muy propensos
liente, su inherente interés sobre un público y a volvemos personajes en nuestras vidas. Un
su efecto de notoriedad sobre el contexto social padre siempre será un personaje para sus hijos
dado. Pero todavía nos falta allanar un campo (héroe o villano), pero en su empresa puede ser
crucial: su naturaleza de identidad derivada. simplemente un empleado más, es decir, una
Aún sin entrar en el campo de la ficción -del persona, un individuo. En esta medida es per-
que hablaremos más adelante-, el personaje tinente definir la naturaleza dual sujeto objeto
es ya de por sí una representación de una per- que conforma el concepto en cuestión. El per-
sona o, mejor dicho -para no traicionar la de- sonaje, si bien es un derivado de un sujeto, es
finición que usamos de premisa-, una perso- a la vez un objeto creado por el contexto so-
na representada. Hay dos Simón Bolívar: uno cial, y es la representación de un sujeto, mas
es el personaje histórico en su representación no exclusivamente un sujeto y esto explica que
consensual y el otro es la persona que él fue. el personaje sea una categoría que se hospeda
¿Quién fue Simón Bolívar como persona? Lo eventualmente en un individuo, pero que puede
supieron si acaso sus más allegados. ¿Quién escapar de allí en cuanto el contexto social así
fue Bolívar como personaje? El Libertador.' lo estime.

Bajo este razonamiento podríamos decir Esta dicotomía se comprende más fácil-
que todos somos a la vez personajes y perso- mente cuando los artistas usan seudónimos. Así
nas, pero hay que tener cuidado en establecer podremos decir que Isabel Mebarak Ripoll es
tal distinción. He escuchado bastante hablar una persona, en tanto que Shakira es su perso-
sobre el personaje como el rol social que de- naje. ¿Quiere esto decir que la noción de per-
sempeñamos y la persona como el rol íntimo sonaje, aún desde su acepción más global, se
de nuestra vida. Pero si nos apegamos a la de- - encuentra más cercana al terreno de la ficción
finición que tomamos como punto de partida, que de la realidad? Bueno, eso depende de lo
tener una imagen pública no es suficiente para que comprendamos por realidad y por ficción,
volvemos personajes, pues como explicamos pues todavía estamos acostumbrados a decir él
es una mala persona ante la gente, pero en el
5. No quiero sonar esquemático, y por esto aclaro que dentro fondo es un hombre bueno. Todavía asociamos
de Simón Bolívar pueden habitar otros mil personajes en otros la verdad como algo íntimo y la mentira como
mil escenarios, y pueden existir otras mil personas diferentes. algo público, pero en mi opinión, ambas caras
Pero para mayor nitidez en lo que pretendo definir, me limito a son verdaderas, sólo que cada una es definida
exponer a Simón Bolívar como personaje histórico dentro del desde lugares diferentes: la persona está defi-
consenso de la historia oficial al respecto. nida por un círculo social muy íntimo y tiene

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cierto grado de autodetenninación. El perso-
naje, en .cambio, es una figura construida por
el contexto, pero a mi parecer tiene la misma
validez moral y de realidad que la figura de la
persona. Con esto no quiero decir que todos
seamos honestos en ambos contextos, sino
todo lo contrario: las mentiras abundan tanto
en las personas, como en los personajes, sólo
que el personaje tiene un nivel de representa-
ción metatextual de la persona. Lo que sí es in-
dudable es que el hecho de que los personajes
sean representaciones de personas, de ningún
modo implica que el concepto de personaje sea
irreal, ni siquiera que sea ficticio; el personaje
es tan real como lo es el lenguaje, es un sím-
bolo que representa a la persona. Es como si la
persona fuera la firma escrita de puño y letra
por su dueño, mientras que el personaje es el
nombre de pila digitado por un computador.
,
Ya para terminar esta primera etapa, nos
faltaría definir el personaje desde lo pragmáti-
co, es decir, cuál es el uso de este símbolo en la •
sociedad. Al respecto pienso que el personaje,
al destacarse del promedio, se vuelve represen-
tante de un contexto social. Paradójicamente
aquello que lo hace particular respecto a las
demás personas, se convierte en un emblema
social, bien sea aspiracional (aquello que no
somos, pero que todos queremos o deberíamos
ser), o irónico (aquello en lo que jamás debe-
ríamos o querríamos convertimos). Aún en el sí, son construidos por una sociedad que tiene
contexto más simple, esta función semiológica ciertas necesidades de autoafirmación de sus
opera claramente. Pongamos, por ejemplo, un convicciones morales, sociales, físicas, econó-
hombre que come con terribles modales en un micas y existenciales. Como diría Eric Bentley,
restaurante de etiqueta. Rápidamente el hom- la percepción se halla sujeta a la necesidad. 6
bre se volverá objeto de las miradas de todo el
mundo, despertará el interés de los presentes Con este análisis ya tenemos definidos
destacándose por su mal gusto, inmediatamen- unos aspectos concretos que constituyen la
te se ha vuelto un personaje. Los demás asis- esencia de la definición de personaje en tér-
tentes lo mirarán de reojo y empezarán a es- minos generales: contexto de normalidad, pro-
tablecer juicios de valor relativamente iguales piedad sobresaliente, conservación de interés
sobre su conducta: reprobación. El personaje sobre un público, efecto de notoriedad sobre
sólo surgirá en la medida en que dicha reproba- el contexto social, identidad derivada de una
ción se vuelva consensual (no necesariamente persona, y función social. Lo que sigue aho-
absoluta). Una vez el consenso se ha cerrado, ra, es tratar de mostrar cómo estas condiciones
la sociedad puede recuperar la calma de nuevo: semiológicas encuentran su equivalente dentro
está tranquila porque por medio del personaje de la construcción teatral tanto clásica, como
de mal gusto, los presentes han afirmado sus contemporánea, y así aventurar posibles explo-
valores respecto a lo deplorable de tener malos raciones que nos lleven a redimensionar la ex-
modales en la mesa y lo importante de saber presión de tal concepto sobre la escena.
comer con categoría. El personaje se vuelve
un regulador y conservador del sistema social, 2. EL PERSONAJE TEATRAL
bien sea por ironía, bien sea por aspiración. Ga-
ravito y Shakira son personajes perfectos para La inspiración es la obediencia instintiva de
ejemplificar las dos conductas: construimos el las leyes naturales.
personaje de Garavito porque nos identifica- L. Pirandello'
mos en nuestra repulsión por la pederastia y el
infanticidio, y por lo tanto, Garavito nos ayuda Si seguimos bajo la premisa de compren-
a afirmamos en dicha repulsión como algo va- der y definir el concepto de personaje 'desde el
lioso. Construimos a Shakira porque nos ayuda uso que hacemos de esta palabra hoy en día en
a sentimos aceptados en el exterior, nos ayuda nuestro contexto general, tendremos que vol-
a sentir que nuestra imagen internacional pue- ver otra vez a The free dictionary y mirar la
de ser positiva. El hecho es que tanto Garavito,
como Shakira, como Simón Bolívar, como la 6. BENTLEY, Eric, La vida del drama. Editorial Paidós, Buenos
mujer alta y el hombre de malos modales, son Aires, 1964.
personajes que si bien son representaciones de 7. PLRANDELLO, Luigui. Obras escogidas (Arte y ciencia).
un sujeto, e identidades derivadas del sujeto en Editorial Aguijar, Madrid, 1958.

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segunda definición que nos ofrece para perso- tanda en la normalidad promedio de la sala, se
naje, que en parte es la que nos concierne en destaca porque posee una propiedad notable,
este capítulo: personaje: 2. Ser ficticio, inven- que es la de ser el responsable de expresar la
tado por un autor, que interviene en la acción acción dramática, a través de la cual debe des-
de una obra literaria o de una película: la Ce- pertar nuestro interés. ¿No es esto en sí mismo
nicienta y los tres cerditos son personajes de
lo que según el capítulo anterior definiríamos
los cuentos infantlles."
como personaje social? .. mi respuesta es si. En
este sentido estoy de acuerdo con lo que dice
No creo que hiciera falta que el dicciona-
Juan Antonio Hormigón al respecto: la exis-
rio limitara la definición a la literatura y al cine
(ya esto nos devela cuán insignificantes somos tencia del actor presupone el personaje en el
los teatristas para el sentido común). Sin em- sentido más amplio del concepto. 10
bargo, sabemos que quitándole esta limitante a
la definición, podríamos aplicar este concepto Así, pues, si el concepto general de per-
a Hamlet, Antigona, El rey Lear, Las tres her- sonaje posee una naturaleza dual (personaje
manas, etc.; pero aún así, todos estos persona- persona), la naturaleza del personaje de tea-
jes pertenecen a la ficción exclusivamente, y tro es más compleja todavía, pues en realidad
por lo tanto nos definen al personaje sólo en siempre estaremos hablando de dos personajes
lo relativo a ello. Pero ya hoy en día no somos teatrales: uno, el actor en su personaje social y
tan ingenuos como para creer que el teatro es el otro, el personaje que interpreta. Al respecto
sólo ficción." El teatro como acción escénica
me podrían objetar que el actor es la persona y
contiene también elementos que están fuera de
que su personaje sería esta mimesis de un ser
ella, pero que trabajan como referentes de ésta.
proveniente de la ficción. Pero si tenemos en
Me explico: cuando me leo Los tres cerditos
cuenta que la noción de personaje no es restric-
que sabiamente The free dictionary ejemplifi-
ea, el único referente para ficcional que nece- tiva al campo de la ficción, como estudiamos
sito para acceder al personaje es el libro como en el capítulo anterior, entonces estamos frente
objeto, las páginas, los dibujos, etc. No es lo a un fenómeno de percepción doble y simultá-
que sucede en teatro: para poder penetrar en la nea: el espectador, conforme transcurre la re-
ficción de un personaje, necesito un referente presentación teatral, está percibiendo tanto al
material que es a la vez un sujeto, que refiere personaje ficticio, como al personaje social en
al sujeto ficcional, pero que no hace parte de la que el actor está inserto.
ficción propiamente dicha. Un sujeto que es-
10. GARCíA Lorenzo Luciano. El personaje dramático. Ponen-
8. http://es.thefreedictionary.com/personajes cias y debates de las VlJ Jornadas de Teatro Clásico Español.
9. LEHMAN, Hans Thies. Postdramaric thcatre. Routledge Ta- Taurus Ediciones S.A., J 985, Madrid. (ponencia a cargo de Juan
ylor and Francis Group, Great Briiain, 2006. Antonio Hormigón).

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Sabemos que el teatro tiene siempre un as- Mebarak camina por la calle, la gente está
pecto representacional y un aspecto llamémos- viendo a Shakira así ella no esté interpretan-
lo performático. Por más precisa y minuciosa do deliberadamente su personaje. Recordemos
que sea la partitura de una obra, cada presenta- que el personaje no es una noción sólo auto-
ción de la misma va a poseer relieves distintos determinada, la sociedad también construye el
porque, pese a que hay una ficción que se re- personaje y por lo tanto, Shakira sigue estando
pite, existe en el teatro también una naturaleza allí, por más que Isabel quiera tratar de no ser
eventual, que es lo que en happening se deno- Shakira en determinado momento.
mina presentación. 11
Así pues, es imposible pretender que un
Existe un gran debate contemporáneo actor sea él mismo como persona en escena,
sobre si el teatro debe representar o debe pre- aún cuando él como actor realice un esfuerzo
sentar. Particularmente a mí este debate no me efectivo en conseguir una espontaneidad no
interesa, pues no comprendo por qué tendría- imaginaria, que es la concerniente a este campo
mos que renunciar a una de las herramientas de la presentación. Hay dos problemas de por
por preferir la otra, cuando podemos hacer uso medio: la conciencia y la voluntad deliberada
de las dos para nuestro mayor provecho. Pen- a ser observado. Eso lo cambia todo. Es como
sar que una acción presentada es más sincera pretender decir que los protagonistas de un
y honesta que una acción representada, es una reality se comportan durante su hacinamiento
ingenuidad en la que han incurrido cantidad de en una casa plagada de cámaras por todas par-
artistas que construyen happenings con accio- tes, tal y como se comportan en su vida dia-
nes reales que persiguen efectos dramáticos tan ria. Es imposible: por más que no lo quieran,
ilusorios como ilusos. ellos van a empezar a interpretar un personaje,
y agreguémosle a ello la voluntad que tiene el
Semejantes actos de ingenuidad surgen actor de ser observado, pues tanto presentación
precisamente porque pensamos que por fuera como representación son actos construidos de-
de la representación dramática se encuentra la liberadamente para ser exhibidos.
persona como tal, conclusión de la que descon-
fío bastante. Este razonamiento proviene de un Ahora bien, digamos que el actor encuen-
idealismo platónico sobre la verdad esencial y tra los mecanismos efectivos para conseguir
absoluta, que hoy en día se vuelve un anacro- que su persona aflore de una manera no repre-
nismo imperdonable. Por fuera de la represen- sentada. Aún así, será víctima de la representa-
tación sigue existiendo el personaje, tal y como ción (no de la representación ficcional, eso sí),
vimos en el capítulo anterior. Cuando Isabel puesto que por muy anodino y espontáneo que
el personaje quiera parecer, el sólo hecho de
11. LEHMAN, Thies Hans. Postdramatic theatre. Routledge Ta- ser un actor parado en el escenario ya lo vuelve
ylor and Francis Group, Great Britain, 2006. un ser notable respecto al promedio: en una re-

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presentación teatral la mayoría de las personas mos que evaluar sus componentes al respecto
están en una actitud distinta de la actitud del preguntándonos: ¿qué es lo que está haciendo
actor, exceptuando aquellas funciones de los de mí un personaje aparte del hecho de ser un
miércoles en que las salas están vacías y hay actor? ¿Cuál es el contexto de normalidad en
más número de actores en escena que de pú- el que estoy inmerso y sobre el cual estoy ge-
blico en las sillas (en este caso, el personaje nerando un efecto de notoriedad? Y más aún,
vendría a ser más el público que los mismos ¿cuál es la propiedad que como personaje po-
actores). Es el personaje y no la persona lo que seo y que me hace sobresalir del promedio de
es la cárcel del actor. Querámoslo o no, nuestra manera notable? Seamos sinceros: uno va a
géstica, nuestra kinesia, nuestra energía natu- teatro porque quiere ver personajes, es decir,
ral tienen un poder expresivo muy específico personas que le narren visual o verbalmente
del que tenemos que ser conscientes, primero, cosas interesantes. Y ojo, no digo la palabra
para hacer uso de ello en escena, y segundo, interesante desde su acepción esnobista, sino
para no engañamos bajo la ilusión de que el desde su sentido literal, es decir, desde el poder
personaje ficticio será lo suficientemente gran- que tiene algo para mantener mi interés allí por
de como para cubrir nuestro personaje social cierto período de tiempo.
ante un público.
Ahora bien, el trabajo del actor sobre su
Pienso que no debería asustamos la idea personaje no ficticio debe ir enfocado en dos
de que seamos personajes, en tanto seamos sentidos: por un lado, en el de afinar y precisar
conscientes de ello y tratemos de que el perso- el tipo de personaje social que desea proyec-
naje que desempeñamos en escena nos ayude tar sobre el espectador, y por el otro, en el de
a generar un compromiso interior más fuerte afinar y condicionar el contexto de normalidad
entre actor y audiencia. Hay actores que se co- del público, para de tal modo explorar a mayor
munican más fácilmente con el otro a partir de profundidad el efecto de notoriedad con el que
su personaje social, en tanto que hay actores podrá mantener el interés de los espectadores.
que necesitan del personaje ficticio para poder Voy a poner un ejemplo: supongamos que voy
expresar cosas que eventualmente no podrían a hacer una obra con la participación de un ac-
decir desde su personaje social, tanto por 'los tor enano. Sería demasiado ingenuo pensar que
límites de privacidad que son totalmente dis- el enanismo no trae implícito en este actor un
tintos de persona a persona, como por el tipo personaje social en un público cuya estatura
de construcción de personaje que suscitan in- promedio estará seguramente por encima de la
voluntariamente ante el público. estatura del enano. Ahora bien, este personaje
social no debería ser una limitación, sino una
Si somos conscientes de que somos perso- herramienta de trabajo para el actor. El actor
najes cuando estamos en escena, así no inter- no puede trabajar su personaje ficticio olvidán-
pretemos un personaje ficticio, entonces tene- dose del personaje social, porque el espectador

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es lo suficientemente inteligente para leer los
dos personajes al mismo tiempo. El público
no sucumbe completamente a la ilusión de la
escena, y quizá eso es lo fascinante del teatro:
por muy construida que se encuentre la ilusión,
ésta siempre va a quebrarse y recomponerse
permanentemente durante el evento. De esta
manera, el actor tendrá que trabajar, en la cons-
trucción del contexto de manera simultánea a
la representación. El personaje social es perfor-
mático también y se va construyendo conforme
a las reacciones que el público va expresando
ante el desarrollo de la escena. Es allí en don-
de el actor debe modular su personaje social y
encauzado hacia las fronteras donde lo quie-
re llevar: el enano como expresión de horror
y deformidad, o como símbolo de simpatía y
humor, o como generador de compasión ... las
posibilidades al respecto son infinitas.

Naturalmente, la construcción de este perso-


naje social no es sólo una responsabilidad del
actor. Como lo he enfatizado, el personaje es
una construcción social y por lo tanto, requiere
un nivel de colaboración por parte del resto del
equipo creativo y por parte del público para que
esto se pueda dar. Un público con unos prejui-
cios sobre el enanismo absolutamente infran-
queables no le va a permitir al enano construir
un personaje por fuera de los estereotipos ya
conocidos al respecto. Asimismo, un director
de escena que elige trabajar con el actor enano
sin tener conciencia del tipo de personaje so-
cial que tiene en sus manos, sencillamente está
desaprovechando las posibilidades de su mate-
rial. Es también responsabilidad del director de
escena construir para este enano una atmósfera

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contextuallo suficientemente precisa para con- del público en la construcción del personaje. El
dicionar al espectador hacia la lectura de perso- riesgo de trabajar con un enano dentro de una
naje que se desea. Desde el programa de mano, obra naturalmente es que el personaje social se
desde la música de la entrada, desde el tono de puede volver más fuerte que el personaje fic-
la actuación, el director -quiéralo o no-, está cional, pero eso no tendría que ser un proble-
condicionando ciertas lecturas morales que ma; 10 que sí obligatoriamente tendría que ser
pueden facilitar u obstaculizar la cooperación es una decisión estética y no un accidente (...).

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