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J ULIO c. ORAUERT
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PEDRO CERUTI CROSA

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LA ENSEÑANZA
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MONTEVIDEO

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'¡ A MANERA DE PROLOOO


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a Cada vez que llega a mis manos un libro de ideas
1 generales sobre Educación, ,necesito esforzar mi volun-

Ir tad para leerlo, un poco paralizado por el escepticismo
que me suscita el criterio habitual con que se acometen
\! estudios de esa índole (Moral; Sociología, Pedagogía),
1
1
- tradicionalmente abandonados a la opinión personal
,\ y al subjetivismo. Y se ha usado y abusado tanto de
,,.l , estos caminos en Pedagogía, que ya no hay casi po-
sibilidad gramatical disponible para formular una nuevá
{, doctrina... Contra algo de eso quise reaccionar :yo
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alguna vez en nuestro país, planteando el problema d~
la Educadón en el terreno de la Biología, con cr1terió
~ I "objetivo", - posición de la cual, dicho sea de paso.
1 todavía no he te~ido ocasión de arl!'epentinne.
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Con esa actitud mental afronté' la lectura del ma-
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'I nuscrito de esta obra, y al mismo tiempo· c<in' tjetti'.


ansiedad, por la estimación y _simpatía qtie· siento h.t~ _
cia sus ~utores, los distinguidos universitárlos Jülió
i\! ' C. Grauert y Pedro Cerutr Crosa, de cuyo fervor pcjt .e!
progreso cultural del pais he sido testigo y com.pafiétld
,J ! en varias oportunidades. Peró - lo hago COilstár éiM,.
gran satisfaociói,: por esa circunstancia afC!cl:ivá ..:. flllltil..
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vez no he tenido que vencer ninguna resistencia mental constituyen u n pleonasmo) está lejos de ofrecer una
ni doctrinaria para leer este libro, pues desde las pri- extensión suficiente como para encerrar en sus domi-
meras páginas estos jóvenes demuestran sentir y com- nios todas las exigencias de la Educación, las que inte-
,1 prender en toda su amplitud el problema de educar al resan al individuo y las que afectan a la sociedad.
1
:! 1
pueblo, adoptando una posición psicológica que no Y luego de exponer y discutir los dogmas referidos
, puede fracasar, al apartarse de todo sectarismo con y su infuencia coercitiva sobre los progresos de la Edu-
li ademán resuelto y honesto, lo que los lleva a sostene :- cación, - considerada más como finalidad, como
t' una teoría "social" de la Educación. orientación, que como rama especializada de la Expe-
1: riencia humana - llegan, en la Segunda Parte de su
"' interesantísimo estudio, a la exposición de su propia
:) "' "' concepción, que es algo así como una "Teoría social"
I} de la Educación, pues la atribuyen esencialmente al
!1
Así con una erudición que sorprende en jóvenes Estado.
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., dados ; actividades casi ajenas al tema, y una severi-

r
dad de criterio que traduce le seriedad de sus estudios, •
hacen sucesivamente la crítica de los diversos dogmas • •
que han deformado a gusto de cada autor los vastos
\ problemas de la Educación: el dogma religioso, el fi- Una teoría social de la educación es indudablemen-
losófico, el político, el étnico, el científico... Yo no te, de todas las posiciones doctrinarias ante el proble-
1l sé hasta qué punto, hablando de dogmas, hay derecho ma, la que mejor responde al concepto mismo de la co-

H a señalar un ."dogma" científico, pues en realidad si


la Cienda se caracteriza por algo es por no "admitir"
sa. En efecto, la educación escolarizada - pues no nos
educamos solamente en las escuelas - no es otra cosa

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dogmas, ya que la Ciencia es el conjunto de las dis-
ciplinas intelectuales que contienen las hipótesis veri-
ficables por la experimentación. Siri embargo, con;;i
dero que los autores no abren su fuego crítico co11tra
que el aprendizaje que el niño va haciendo, a lo largo
de su desarrollo, de las modificaciones que la Ci'riliza-
ción ha introducido en la vida de la Especie Humana
Es una especie de experiencia anticipada y sin riesgos.
el planteo científico <le lo.; problemas educativos, s~r, > que · cada generación encuentra y seguirá encontrando
más bien contra soluciones prematuras y precipitadas, más necesaria, por lo mismo que el Progff:SO se deter-
Y en ~sto_ yo los acompaño sin la menor vacilaci6 1,, mina por la cantidad de modificaciones que la Experien-
pues s1 bien el "método" científico ,es el menos ex- cia va introduciendo en la Conducta humana para qae el
i pu~~to a ~rr_or d:, to_dos, los medios de conocer, todavía Hombre pueda subsistir cada día con menores - - . ;
1 ' el conoc1m1ento c1entifico (si esos dos t, . venientes.
. ,\ ermmos no
-8- -9-
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Recordado e1 O
bJ·eto f un dame ntal de la Educación,_
, •ca pasa a ser secun
t parte del Estado son los religiosos, los devotos de un
dogma metafísico, aunque, claro está, lo hacen en nom-
li l cual 1a tecm d
- para cump r:e e . do importantísimo factor e bre de la libertad. Por eso es necesario empezar a dis-
11 daría, aunque sigue. s'.:mente que a quien interesa en
1 cutir valientemente esta clase de libertad en nombre
economía - surge logil h bre nuevo se eduque para
1 . . o que e om b de la Higiene, si no se quiere hablar en nombre del Pro-


'
primer termm

ha de nc1 ir ,
1 " d la vida es al hom re que
las exigencias "actua es bº e t es decir a la Sociedad.
. ºb" 1O en su am ten e, '
e reclame para e1 Estado "la or-
f greso, y denunciarla como una "libertad para hacer da-
ño", ni más ni menos que las otras libertades que tam-
bién deforman la mentalidad individual ante la socie-
11 Por_ eso: . to:ladi~eon~.q~ de la educación básica, como lo
1'
. ,
gamzac1on y recc10n .e po dad: libertad del alcohdlista, libertad del jugador, liber-
1 sostienen los bachilleres Grauert y Ceruti_ rosa, ~e tad del rentrsta ..• Todas esas libertades antisociales de-
: 1 ne en el terreno inatacable del buen sentido comun . .
1 1 ben ser abolidas en nombre del Interés Social, numen
"derecho" a la instrucción que en los tiempos anterio-
soberano que debe inspirar todas las reglamentaciones
11 res a la democracia se reclamaba para l~s clas_es popula- que limiten o delimiten la acción de cada uno de noso-
1
res, sucedió luego la "obligación" de mstirmrse, como tros en la sociedad.
;1
exigencia mínima de adaptación social en los pueblos
''
civilizados. Pero esa etapa, en la que estamos, no cum- 1 Por lo demás, esta actitud franca y valiente en que
se colocan los señores Grauert y Ceruti Crosa frente
ple suficientemente sus fines si el "contenido" de la
fl.' ,
'educación no posee los principios fundamentales de la
solidaridad colectiva. Es menester que el futuro ciuda-
al problema de la educación general, no excluye que,
después de cierta edad y ya inmunizados los cerebros

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i / < dano de una sociedad no estorbe a la marcha armonio- tiernos contra el Dogma, la enseñanza privada ensaye
!
f ;• 'Sa del conjunto, que no sea un factor de desequilibrio. la siembra de sus ideas especiales o no generales sobre•
( .,.
'11 ' • ,.. Y como será la propia sociedad la que sufrirá de recha-
zo toda acción desequilibradora, por ese solo riesgo ya
la vida. Lo que parecen desear estos autores es algo se-
mejante a lo que Herriot proclama en su fórmula de la
·; ! deberá asumir el monopolio de la educación general, si "escuela única", mínimum cultural o base educativa co-
no fuera también que la Experiencia ha demostrado mún a todos los niños o adolescentes de una colectivi-
1· - como lo prueban estos jóvenes estudiosos con alega-
for~ida~les - que la enseñanza privada tiene por
dad, y para cuya organización y orientación no puede
haber mejor "director" que el Estado, sea aplicando la
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U111Cas fmalidades o el sórdido interés o el fanatismo enseñanza por él mismo, sea fijánddla concretamente
.
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dogmático,
en su mínimo y vigilándola celosamente en su aplica-
A este respecto, bueno es Rña1ar que quines más ción, casi como una concesión al tradicionalismo de la
se oponen al monopolio de la educación general por libertad y por vía de transición al monopolio a ~
-10- -11-


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LOS DOGMAS, LA ENSE:&ANZA Y EL ESTADO.

••
Dentro de esos lineamientos generales se desarro-
lla este libro, hermoso y valiente y honesto estudio co .1
cuya tesis yo me complazco en solidarizarme, solida-
ridad que es la única excusa de este prólogo, que escri-
bo para eso y a título de compañero y amigo may or
; INTRODUCCION

de sus jóvenes autores, brillantes universitarios que Hace mucho tiempo - algunos años son mucho
honran la institución poniendo al servicio de la demo- tiempo para los jóvenes - que pensamos en el gran
cracia en que viven las enseñanzas de las aulas acadé- perjuicio de una enseñanza tendenciosa, interesada, uni-
lateral, viciada en múltiples aspectos. La idea vaga,
micas.
difusa, fué tomando •cuerpo a través .d e nuestras lec-
SANTIN C. ROSSI turas y de alguna experiencia. Sin cop.ocer ningún an-
tecedente, imaginamos todo el bien que aparejaría la
prohibición de la enseñanza privada; y luego de asiduo
cambio de ideas, resolvimos hacer un ensayo. Todo lo
demás, con sus virtudes y defectos, propio de toda
obra en común, vino solo; así como el pequeño torrente
arrastra un día un guijarro, y otro día, con desmedido
' atrevimiento, deS1Cuaja todo un árbol frondoso.

l
El plan de nuestro ensayo es muy sencillo. Se com-
r: pone de dos partes. En la primera, aunque discutien-
do de paso, exponemos en fotiina de apuntes sin mayor
(l !pretensión doctrinaria ni erudita, los puntos más im-

,
l
portantes de que puede asirse el problema.
\ 1 Puntualizamos allí los aspectos más salientes de
·. fa enseñanza tendenciosa, mostrando, en la mejor for-
ma que nos fué posible, sus graves defectos y sus gran-
des peligros.
El estudio de los dogmatismos, esquematizado, y


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