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Nº 274
15 de febrero de 2019
12 Dejad que los niños se acerquen a mí
Juan Carlos CARVAJAL
15
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Editorial CCS. Alcalá 166. 28028 Madrid Universo joven
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Emilio ALBERICH (Sevilla); Mary Patxi AYERRA (Madrid);
Juan José BARTOLOMÉ (Guadalajara-Jalisco, México);
Manuel M.ª BRU (Madrid); Juan Carlos CARVAJAL (Madrid);
Maica CASTILLO (Madrid); Fernando CECILIA (Madrid);
18 En femenino
Silvia MARTÍNEZ CANO
José M.ª ESCUDERO (Madrid); José Román FLECHA (Salamanca-León); EN FEMENINO… TRANSMITIMOS
Santiago GARCÍA MOURELO (Madrid); Mª. Carmen GARRIDO (Sevilla); Ana
GIMÉNEZ (Madrid); M.ª Ángeles MAÑAS (Madrid);
20
Juan Luis MARTÍN (Zamora); Silvia MARTÍNEZ CANO (Madrid);
Josep M.ª MAIDEU (Barcelona); José M.ª PÉREZ NAVARRO (Madrid); Jesús Formar catequistas
ROJANO (Madrid); Leonardo SÁNCHEZ ACEVEDO (Madrid). Álvaro GINEL
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UNA SOCIEDAD QUE CAMBIA (II)
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25 Arte y catequesis
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Depósito legal: M-855-1985; ISSN: 1696-6457 Mª. Ángeles MAÑASA
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33 Catequista comunicador
Leonardo SÁNCHEZ
LOS GESTOS DEL CATEQUISTA
34 DTR de la catequesis
Manuel Mª. BRU
HACER ATRACTIVO EL MENSAJE editorial
¡Bienvenido!
36 Mis hijos preguntan
Ana GIMÉNEZ ANTÓN
Bienvenido, Documento final del Sínodo de los Obispos 2018: Los
¿QUÉ TENGO QUE HACER jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
PARA SER SANTA?
Bienvenido, porque llegas a nosotros, a cada Iglesia particular y
local, no para ser aplicado, sino para «orientar los próximos pasos
38 Celebrar bien
Fernando CECILIA que la Iglesia tiene que realizar».
¡HAY QUE CELEBRARLO! Bienvenido, porque vienes a animarnos a caminar juntos, la Iglesia,
Las cosas de la celebración: La sede Pueblo de Dios, y los jóvenes.
Bienvenido, porque vienes a animarnos a escuchar y a abrirnos los
43 Exprésate
M. Carmen GARRIDO
que constituyen una etapa».
Bienvenido, porque nos lanzas a una forma sinodal de ser Iglesia,
CUARESMA de trabajar en la Iglesia, de anunciar y de transmitir la fe. «La sino-
dalidad caracteriza tanto la vida como la misión de la Iglesia».
46 Cosa práctica
Redacción Bienvenido, porque tienes
más de programa y proyecto, CATEQUISTAS lo tiene claro:
ES CUARESMA
que de norma cerrada, y de-
jas la puerta de la correspon-
El Documento final es el
48 Mundo catequesis
Redacción sabilidad abierta. principio de un proceso
que viene de largo y que
NOTICIAS Bienvenido, regalo de Dios a
nuestra Iglesia de hoy. nos anima a seguir.
C
El Credo
El juicio
En el Credo de la misa proclamamos que Cristo «de nue-
vo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos y su
¿Y Tú? reino no tendrá fin». Después de la consagración del
pan y del vino exclamamos: «Anunciamos tu muerte,
B El Señor Jesús que asciende a los cie- proclamamos tu resurrección, ¡ven, Señor Jesús!».
los nos deja el relevo para continuar El papa Benedicto XVI, en su encíclica Salvados en es-
su misión. ¿Cómo tratas de vivir ese peranza, presentaba el juicio final como una de las se-
encargo? cuelas de la esperanza. Esa meditación sobre el futuro
B En la Ascensión del Señor nuestra hu- orienta nuestra actividad en el presente.
manidad ha sido en cierto modo glo-
rificada. ¿Qué es lo que quisieras que Somos miembros de un pueblo que camina. Vivimos la
él llevara consigo hasta la gloria ce- memoria del Señor que ha pasado por la tierra hacien-
lestial? do el bien. Y vivimos con la esperanza de que se mani-
B En una sociedad que vive en la indi- fieste un día su presencia escondida.
ferencia ante los demás, ¿qué te su- Nosotros decimos que la historia juzgará. Pero es el Se-
giere la meditación sobre el juicio? ñor quien nos juzgará a todos. Bien conocemos el te-
B «A la tarde te examinarán en el amor» mario de ese examen final. El Señor se identificará con
¿Qué te sugiere esta conocida frase los hambrientos y sedientos, con los despojados y los
de san Juan de la Cruz? enfermos. Nuestra suerte dependerá de la acogida o de
la indiferencia con la que los hayamos tratado.
¡Date un
momento!
En este tiempo de Cuaresma, que es
llamada a la conversión, relee este tex-
to y analiza cómo es verdad en tu vida
cristiana.
Catedral de Monreale (Palermo, Italia)
D
terno, pero ese mundo externo que les
proponen los adultos se colorea con las
experiencias que les provocan.
Trampolines de experiencia
cristiana
Esta baza es capital a la hora de iniciar
en el sentido cristiano. Los espacios, los
tiempos y los signos no son incidenta-
les a la hora de introducir en la expe-
riencia cristiana, constituyen los medios
por los que poco a poco los niños se fa-
miliarizan con Aquel al que remiten, al
tiempo que fraguan las actitudes religio-
En pocas palabras
El niño conforma su mundo interior por su mundo exte-
rior. Los lugares, los tiempos y los objetos por los que dis-
curre su vida, esos a los que se apega porque le sirven
de referencia y le dan seguridad, poco a poco configuran
su biografía y dan materia para su propia alma. En su
apertura hacia Dios, no podemos dejar de prestar aten-
ción a los ámbitos, tiempos e imágenes que pueden abrir-
le el camino hacia Él. También nosotros los necesitamos.
También los mayores nos relacionamos con Dios en unos
sitios y tiempos determinados, contemplando alguna ima-
gen. Demos testimonio de ello a los niños con los que
convivimos y compartamos con ellos nuestros espacios.
Acoge
Recuerda los sitios que en tu
ú
temporales que te ayudaban a
pautar tu vida y los objetos que
fueron tus verdaderos tesoros.
Recuerda lo importan-
te que entonces era to-
do eso y cómo, de al-
Acompaña gún modo, ahora forman
y estimula parte de ti. También
recuerda los espacios,
tiempos y objetos que
Si vives con el niño que acom-
te pusieron en relación
pañas, antes de nada pregún-
con Dios. Y dale gra-
tate si la vida que compartes
cias porque tuviste a
con él tiene orden en los es-
alguien que te acom-
pacios y en los tiempos y si
paño hacia Él.
le enseñas a reconocer los
objetos que tienen un espe-
cial significado. Actúa en con-
secuencia. En este marco, y sas. El rincón de la oración, el tiempo esos iconos que median la persona de
si no lo tenéis, crea en vues- dedicado a hablar con Jesús y las imá- Jesús solo tocan al niño cuando los
tra casa un lugar especial: el genes suyas y de su Madre, son los me- adultos que se lo proponen se los to-
rincón de Jesús. En el día, dios por los que su presencia sagrada man en serio, los habitan y los hacen
pauta un tiempo en el que lo se densifica en la vida del niño y es
habitéis en común y pon una
expresión de su fe. El niño mira a los
también la senda por la que, poco a adultos y lo que ve hacer con esos sig-
imagen que reúna vuestras poco, aprende a tratar de amistad con
miradas. Compartid en fami- nos lo hace; al inicio, por imitación,
quien les ama. hasta que poco a poco esos espacios
lia ese espacio en el que tra-
téis de amistad con Jesús. Siendo esto fundamental, todavía fal- serán la ocasión para relacionarse con
ta algo. Esos tiempos, esos rincones, su amigo Jesús.
Jesús ROJANO
v jrojmar@gmail.com
Una revisión
Durante mucho tiempo hemos puesto, con buenas ra-
zones, primero la formación y las reuniones de cateque-
sis, y solo después el compromiso social. Primero iba la
teoría y después la práctica. El «ser» antes que el «ha-
cer». El Documento final del Sínodo dice que los jóve-
nes de hoy son distintos, ponen el «hacer» por delante
del «ser» o «reflexionar». Aprenden «haciendo cosas»,
no escuchando o leyendo nociones teóricas. Por eso dice:
«el voluntariado y ponerse al servicio de los pobres y ne-
cesitados es una manera de encontrarse con el Señor y
un espacio privilegiado para el discernimiento de la pro-
pia llamada».
La participación juvenil
La idea de comenzar por el compromiso social y el vo-
luntariado como camino para el encuentro con Jesús la
adelantó el papa Francisco en una reunión con los je-
Lo que yo les digo es que metan a los jó- novar el estilo de las comunida-
venes en movimiento, inventen cosas para des parroquiales y construir una
que ellos se sientan protagonistas y así, des- comunidad fraterna y cercana a
pués, se pregunten: «¿Qué pasa, qué me los pobres». ¿Nos lo creemos?
cambió el corazón, por qué salí contento?» B ¿Qué pasos de renovación te su-
… Dejen que les cuenten las cosas que han giere el párrafo del Documento
sentido, y a partir de ahí, involúcrenlos final del sínodo que hemos co-
poco a poco. Ahora, para eso hay que te- mentado?
ner la paciencia de sentarse y escuchar al
que te cuestiona y hay que saberse desen-
volver cuando el que viene te quiere llevar Los procesos de primer anuncio del Evan-
a discusiones infinitas. Los jóvenes can- gelio a los jóvenes podrían mejorar si se
san, los jóvenes cuestionan, y hay que te- tiene en cuenta esta sugerencia del papa
ner esa mortificación continua de estar
Francisco, que ha sido asumida por el Sí-
siempre dispuestos a escucharlos. Pero para
nodo. No se trata de lanzarlos a la acción
mí el punto clave es el movimiento».
social «a lo loco», sino acompañados con
(http://www.civilta-cattolica-ib.com/ alguien que les ayude a formular pregun-
la-gracia-no-es-una-ideologia) tas y ofrezca respuestas.
La generosidad de la diaconía
Los jóvenes pueden ayu- en el servicio el camino pa- contrarse con el Señor y
dar a renovar el estilo de ra encontrar al Señor. Por un espacio privilegiado pa-
las comunidades parroquia- lo tanto, la dedicación a los ra el discernimiento de la
les y construir una comu- últimos se convierte ver- propia llamada. Se requie-
nidad fraterna y cercana a daderamente en práctica re una apertura particular,
los pobres. Los pobres, los de la fe, en la que se apren- en diferentes contextos, a
jóvenes descartados, los de ese amor en la debili- los inmigrantes y refugia-
más sufridos, pueden con- dad que se encuentra en dos. Con ellos se necesita
vertirse en el principio de el centro del Evangelio y trabajar la acogida, la pro-
la renovación de la comu- que es la base de toda la tección, la promoción y la
nidad… vida cristiana. Los pobres, integración. La inclusión
A menudo los jóvenes son los pequeños, los enfermos, social de los pobres hace
sensibles a la dimensión los ancianos son la carne de la Iglesia la casa de la
de la diaconía. Muchos par- del Cristo que sufre: por es- caridad.
ticipan activamente en el ta razón, ponerse a su ser- (Documento final,
voluntariado y encuentran vicio es una manera de en- Sínodo 2018, n. 137).
EN FEMENINO… TRANSMITIMOS
La Samaritana: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
una mujer samaritana?» Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién
es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a él, y él te habría dado
agua viva.» (…) «El que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino
que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para
vida eterna.» Le dijo la mujer: «Señor, dame de esa agua» (...) La mujer, dejando
su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: «Venid a ver a un hombre que me
ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?» Salieron de la ciudad e iban
donde él (Jn 4,9-10. 13-15. 28-30).
Las mujeres catequistas también han acepta- Pongamos la confianza en Jesús, sin estar pen-
do este reto, aunque tengan dudas o miedos, dientes de lo que esperan o desean los otros
la sabiduría que han acumulado en las dificul- de nuestra labor. Nuestro corazón, elegido por
tades de sus vidas las hace intuir que, saciadas Cristo, brilla con luz propia, y, con cuidado
del agua de Vida, pueden acudir a su comu- y cariño, sabe dirigirse a los catecúmenos y lle-
gar a su corazón.
Desde la acción
En nuestra labor catequética somos sa-
maritanas, enviadas a mostrar el amor
de Jesús y mostrarles el camino hacia Él.
Podemos desarrollar tres habilidades fun-
damentales para ser adecuadas transmiso-
ras de agua de Vida:
B La meditación sobre el mensaje de Je-
sús. Una meditación que debe ser pau-
sada, con preguntas que ayuden a re-
solver las inquietudes, no solo con
afirmaciones, pues la afirmación ais-
lada bloquea la búsqueda y el descu-
brimiento.
B La confianza en una misma, que nace
de la confianza de Jesús en confiar-
nos la tarea de evangelización de otros.
Si Jesucristo confía en mí, puedo rea-
lizar «cosas grandes», no he de sentir
miedo.
B La observación de las personas a las
que va dirigido el mensaje: ¿qué pre-
guntas he de compartirles? ¿De qué
manera puedo suscitar en ellas curio-
sidad y ganas de acompañarme en este
camino? ¿Qué preguntas tienen que
pueden coincidir con lo que Jesús ofre-
ce a través de mí?
Si cultivamos la meditación, la confianza
y la observación, la claridad en el mensa-
je será mucho mayor; también la capaci-
dad de mandar una invitación coherente
que sea atractiva y capaz de generar un ca-
mino hasta el pozo donde está la Vida.
Marko Rupnik, La samaritana junto al pozo
Álvaro GINEL
v catequistas@editorialccs.com
1
https://es.wikipedia.org/wiki/A_Diogneto
http://www.pastoraljuvenil.es/comentario-a-la-carta-a-diogneto-en-un-mundo-laico/
F
de aferrarse a las propias seguridades. No y de vida. Más que el temor a equivo-
quiero una Iglesia preocupada por ser el carnos, espero que nos mueva el temor
centro y que termine clausurada en una a encerrarnos en las estructuras que nos
maraña de obsesiones y procedimientos. dan una falsa contención, en las nor-
Si algo debe inquietarnos santamente y mas que nos vuelven jueces implacables,
preocupar nuestra conciencia, es que tan- en las costumbres donde nos sentimos
tos hermanos nuestros vivan sin la fuer- tranquilos, mientras afuera hay una mul-
za, la luz y el consuelo de la amistad con titud hambrienta y Jesús nos repite sin
Jesucristo, sin una comunidad de fe que cansarse: «¡Dadles vosotros de comer!»
los contenga, sin un horizonte de sentido (Mc 6,37).
A
Mª. Ángeles MAÑASA
v catequistas@editorialccs.com
Comentario catequético
El cuadro
B El centro lo ocupan dos mujeres, que
son primas: María e Isabel. Llama la aten-
B Los colores: en el momento histórico
en que el cuadro es pintado, el negro
era el color de la nobleza, la elegancia,
la sofisticación, la gran dignidad y el
ción la «formalidad» del encuentro, res- estado. Sin embargo, también simbo-
pondiendo a costumbres de la época. El lizaba lo triste, la melancólica, y fue un
texto de Lucas, por el contrario, da la color humilde usado por los dolientes
impresión de un saludo poco formal, y los monjes. Aquí sin duda es el color
muy familiar y muy cargado de recono- de dignidad que se da a María. El azul,
cimiento de la acción de Dios en ellas. siempre según la época, era el color de
las prometidas, de las casaderas. El ves-
B La dimensión espiritual más destacada tido de Isabel, el verde alude a la casti-
por el autor del cuadro se centra en el dad, la alegría y el amor; el rojo simbo-
vientre de las dos embarazadas. El niño lizaba la sangre de Cristo, el martirio,
que salta en el vientre de Isabel es Juan, la crucifixión, la caridad cristiana.
el Bautista o Precursor. Está represen-
tado en postura orante y confesante ante B El cuadro nos muestra el camino que
el fruto de tu vientre, Jesús, que porta María ha recorrido hasta llegar donde
María y que es el centro de cuanto se está su prima.
Fiesta litúrgica narra. El protagonista es Jesús. Las pri-
La fiesta de la Visitación se mas que se visitan se ayudan a recono- El «avemaría»
celebra el 31 de mayo. La cer la acción de Dios en la encarnación Oración mariana por excelencia. Tiene dos
fiesta fue introducida en del Hijo de Dios por el poder del Altí- partes: la primera recoge el saludo de Gabriel
1263 por san Buenaventura, simo. Aquí, en esta escena, nada se ex- a María: «Dios te salve, llena eres de gracia,
general de la Orden plica por la sola naturaleza. Todo entra el Señor es contigo», o literalmente: «¡Alégra-
Franciscana, únicamente dentro de un misterio de amor que in- te!, llena de gracia, el Señor está contigo». Y
para la Orden. Después pasó vade y que llena de regocijo. el saludo que el Espíritu Santo inspira a Isa-
a toda la Iglesia, en 1389,
por el papa Urbano VI para B Una creyente, Isabel, aclama: ¡Bendita bel: «Bendita tú eres entre todas las mujeres
ser celebrada el 2 de julio. entre todas las mujeres! Bendita, tú, por- y bendito es el fruto de tu vientre», literal-
Con la reforma litúrgica del que has creído que se cumplirían las pro- mente: «¡Tú eres bendita entre todas las mu-
Concilio Vaticano II, la fiesta mesas de los profetas. ¡Bendita porque has jeres y bendito es el fruto de tu vientre!». El
de la Visitación se trasladó dado paso a Dios en tu vida! Es el grito papa Urbano IV añadió la palabra María al
al 31 de mayo, entre las agradecido de la Humanidad al sí de principio para indicar a quién se dirige el sa-
solemnidades de la María y a la acogida que ella presta al ludo llena de gracia, y la palabra Jesús para es-
Anunciación (25 de marzo) y plan de Dios. pecificar el significado de la frase el fruto de
del nacimiento de Juan el tu vientre.
Bautista (24 de junio), se B M
aría, creyente también, reconoce y can-
logra así una secuenciación ta las obras de Dios y la predilección de La segunda parte es una petición tradicional
mejor de la narración el Dios por los sencillos y los pobres: Todo de la piedad católica. El orante requiere la
evangelio de Lucas. La mi ser canta al Señor. Mi corazón está lle- intercesión de María como Madre de Dios:
Visitación cierra el mes de no de alegría a causa de Dios, mi salvador. «Santa María, Madre de Dios, ruega por no-
mayo dedicado Él ha puesto sus ojos en mí, que soy humil- sotros, pecadores, ahora y en la hora de nues-
tradicionalmente a la Virgen de esclava. De ahora en adelante todas las tra muerte. Amén». La primera vez que apa-
María. rece impresa es en 1495.
generaciones me llamarán bienaventurada.
Animar la reunión
de grupo (I)
Hasta ahora nos hemos detenido en la preparación de
la reunión de catequesis. Ahora nos centramos en la
animación de la reunión. Tenemos en cuenta lo que el
catequista tiene que hacer, decir, cuidar en el desa-
rrollo de la reunión. Son indicaciones que nacen de la
experiencia. Te sirven de referencia. Tu propia acción
te enseñará a dar importancia a unos momentos, aña-
dir, corregir, simplificar otros.
Catequista-animador de grupo
Una de las tareas que tienes como catequista es ser anima-
dor de tu grupo. Animador es la persona que alienta, da alma,
da vida al grupo. Hay una parte teórica que te has prepara-
do, pero ahora viene la parte de animación que se aprende y
que depende también de tu manera de ser persona y creyente
y de tu experiencia de estar en grupos. Cuando tú participas
en un grupo como miembro, sin responsabilidad de anima-
ción, te das cuenta de si la persona que anima el grupo sabe
lo que se trae entre manos o está perdida. Pues eso mismo
es lo que perciben los catequizandos.
El grupo se hace
Un grupo no es solo el hecho de estar juntas unas cuantas
personas. El grupo se va construyendo poco a poco gracias a la
interrelación de unas personas con otras. La expresión interre-
lación de las personas quiere decir: en el grupo hay gente que
En resumen
Una cosa es «preparar» la reunión y otra «animarla». Lo que prepa-
ras es para realizarlo en grupo de personas, tengan la edad que ten-
gan. Por el hecho de «estar reunidos» se crea una realidad nueva, el
grupo, donde los comportamientos e intervenciones de las personas
quedan influenciados por la presencia de otras personas, es decir,
por las relaciones que se establecen. Hay personas que
se dicen por dentro: «Yo aquí no hablo delante de…». Afrontar
«Mira qué presumido/a». «¡Mira qué cosas dice y sabe-
mos muy bien cómo es! Es un hipócrita, yo no lo sopor- la realidad
to». «Solo habla para quedar bien». «Tengo vergüenza, Los fenómenos de relación per-
me callo». «Hoy estoy muy triste, no sé lo que me pa-
sonal los vivimos en toda edad y
sa». Cuando hablamos de animación nos referimos a
esta «vidilla» del grupo donde el catequista quiere ha-
en toda acción humana. Las ma-
cer «aterrizar» todo lo que se ha preparado… Y a ve- nifestaciones son diferentes en
ces, resbala. Se impone la vida. Y los miembros del gru- niños, en adolescentes, en jóve-
po se pueden convertir en pasotas, porque de fondo nes, en adultos. Pero el fondo es
viven estas cosas. el mismo.
Si no se afronta «lo que pasa en
el grupo» podemos caer en una
La animación consiste en percibir lo que contradicción muy grande: ha-
pasa y en «allanar» los obstáculos para blar de que Jesús nos dice que
que no sean una muralla que impida la nos queramos como hermanos y
finalidad que el grupo de catequesis bus- que la realidad del grupo sea «vi-
ca. La regla de oro es: las cosas se solucio- vir una relación de enemigos o
nan hablándolo. Hablar: puede ser la enfrentados». Se pueden apren-
conversación, fuera del grupo, que el ca- der «mensajes de Jesús» en un
tequista tiene con las perso- clima o ambiente que no vive lo
nas que ha notado están «en que se aprende. Si el catequista
Aterrizando guerra» de relaciones perso- lo deja de lado, los miembros del
nales. O habrá que dejar los grupo se quedarán con esto: una
i ¿Qué te ha evocado la lectura temas y plantear al grupo: cosa es la teoría del Evangelio,
del artículo? ¿Qué está pasando aquí? El si- pero la práctica es imposible. En
i Intenta descubrir si algo de lo lencio es corrosivo y puede catequesis me enseñaron «teoría»,
dicho se ha dado o está dando acabar con la vida del grupo, pero no me ayudaron a «resolver
en tu grupo actualmente. como un cáncer acaba con la los problemas prácticos» que sur-
vida de una persona. gen a la hora convivir.
Hacer atractivo
el mensaje
DTR: Dificultades, Tentaciones y Retos de la Cateque-
sis. Es lo que en esta sección propongo a los catequis-
tas. Como responsable de la catequesis en mi diócesis
me topo a diario con las dificultades, las tentaciones y
los retos que tienen no solo los catequistas, sino tam-
bién los interlocutores (catequizandos, o catecúmenos).
d
dificultades
Z La fe como problema. Hoy la fe es vista como un pro-
blema, no como una opción libre y liberadora. No encaja
ni con la cosmovisión imperante del mundo (el azar como
su único origen y destino posibles), ni con la manera de en-
tenderse el hombre, ni con las preguntas que esta cultura
se hace, aunque son muchas, y no existenciales, por tanto,
relacionadas con la inquietud religiosa, se tiene el prejuicio
de que las respuestas de la fe son «tapa-agujeros» a los in-
terrogantes que la ciencia aún no ha encontrado respuesta.
Z Muchas explicaciones, pocas realidades. La fe no se
transmite a base de discursos. Hemos cambiado el sermón
de la montaña por una montaña de sermones. Explicamos
la fe, sin antes haber suscitado la fe, haber provocado la fe,
haber dado testimonio de la fe.
Z Pretensiones en una cultura débil. Nos empeñamos
en las certezas, en las grandes pretensiones de una cultura
fuerte que se sostiene en la razón y en la fe. Ahora ya no se
buscan certezas, sino apoyos, lugares donde encontrar sen-
tido, luz, sosiego. Pero, ¿acaso la fe no es también esto?
R
Explicaba un catequista el misterio de la Santísima
Trinidad con tanto entusiasmo, que se le salían los
ojos al decir al grupo de chavales: «cada uno de vo-
sotros, llenos de contrastes en una misma perso- Retos
nalidad, el mundo entero, la naturaleza, tan varia- Z Redescubrir la novedad de la fe. La pe-
da, tan aparentemente caótica y al tiempo tan dagogía de la catequesis debe mirar siempre a
armónica, todo refleja la ley del misterio de Dios:
la pedagogía de Dios. Dios siempre sorpren-
unidad en la pluralidad. Todo lo que él creó tiene la
imagen de este ser uno sin dejar de ser tres com- de, siempre nos dice algo nuevo: El manda-
pletamente distintos». Alex, uno de los chavales, miento «nuevo», la buena «noticia» del Evan-
exclamó: «¡Qué fuerte! ¡Esto es impresionante!», gelio, el «nuevo» testamento. Siempre la fe en
mientras los demás le miraban extrañados. Ellos no Jesús es una propuesta nueva para cada perso-
habían entendido porque, a diferencia de Alex, no na, para cada cultura, para cada tiempo.
se habían asombrado.
T
Z Redescubrir la atracción de la fe. Los dis-
cípulos de Jesús no se matricularon en un cur-
so titulado «Razones a favor y contra para ha-
cerse discípulos de Jesús». Sencillamente se
tentaciones encontraron con él y quedaron atraídos por
él: «Maestro: ¿dónde vives?», le preguntaron.
Z Proponer la fe con la precisión. Reina la confusión
Y él les contestó: «Venid y veréis». En la cate-
luego lo importante es transmitir las cosas claras, se dice.
quesis debemos esperar, y facilitar, la pregun-
Creemos que no hay que repensar la transmisión de la fe
ta no solo «por» Jesús, sino «a» Jesús. Y la ca-
porque el problema no está en la transmisión sino en la
tequesis esta para poder decir: «Venid y veréis».
confusión. No hace falta pedagogía en la transmisión de
la fe, solo más formación y más claridad. No hacen falta Z Redescubrir la belleza de la fe. La fe en
pedagogos, sino dogmáticos. Jesús no es fe en Jesús sino es capaz por sí mis-
ma de asombrar sobremanera, empatizar con
Z Proponer la fe en abstracto. A la falta de claridad se
todos, y rediseñar la mirada sobre la vida y la
responde con ideas, con conceptos, con explicaciones. Ade-
realidad en su conjunto. Esta es la fuerza de la
más, «¡siempre se ha hecho así! Y si no lo entienden aho-
belleza de la fe. Sino es así, es que en el fondo
ra, que memoricen. Ya lo entenderán de más tarde». En
no es la fe en Jesús, por mucho que repita co-
lugar de compartir la fe como vida, que se abre camino en
sas sobre él.
las situaciones de la vida, nos empeñamos en enseñar con-
ceptos abstractos. Es la tentación, como decía Benedicto
XVI, de dar respuestas a preguntas que nadie se hace.
Yo añado
Z Desdibujar la fe. Es la alternativa a lo anterior: «dé-
mosles lo que nos piden». ¿Un barniz ético? Si creen que
i ¿Mi fe me sorprende todos los días, me
Jesús nos enseñó a ser buenos, menos fe, y más valores.
emociona creer, me asombra creer?
¿Un barniz espiritual? Si la fe tiene muchas aristas,
propongámosles sensaciones y experiencias espirituales, i ¿Cómo hago para contagiar en la
eduquémosles en la interioridad, ayudémosles a descubrir catequesis el asombroso atractivo de la fe?
sus emociones…
¿Qué tengo
que hacer para
ser santa?
María (8 años): «Los santos, cuando eran
pequeños, ¿desobedecían a sus papás?».
Sara (7 años): «Mamá, ¿tú crees que soy una
niña tan buena como para ser santa? Le pre-
guntaré a Mariano (el párroco) qué tengo que
hacer...».
Introducción
Sara, María, vuestras preguntas me encantan. Se-
guro que algo nos habéis oído a nosotros «los ma-
yores» para preguntaros ahora sobre esto de la san-
tidad.
Yo te digo
Tú dices Z Yo creo, hijas, que los santos y santas han
sido niños y niñas igual que vosotras y que yo.
María, tú quieres saber si los santos son «de carne Es cierto, cada santo tiene su historia. Los hay
y hueso», es decir, si son como tú eres ahora: una que vivieron una vida poco ejemplar hasta que
niña buena que a veces se te olvidan las cosas y no escucharon la voz de Dios y decidieron seguir
obedeces. A mí me parece que tu pregunta lleva fielmente a Jesús y amar a las personas como Je-
dentro dos cosas muy bonitas: una admiración por sús nos mandó. Así que de entrada la respuesta
los santos y unas ganas de ser también santa como ellos, general es: «podéis ser santas»; me incluyo: «po-
pero también ves que «metes la pata» o que haces demos ser santas y estamos llamadas a serlo».
cosas que no están bien y eso te lleva a concluir que ¡Nos tendremos que acompañar!
no puedes ser santa. Sara lo expresa diciendo que
va a preguntar al párroco para ver qué es lo que tie- Pero vamos a ponernos de acuerdo en algunas
ne que hacer para ser santa. Así que las dos, María cosas.
y Sara, sois dos niñas que os «interesáis por ser san- Z Ser santo no significa ser perfecto ni siquie-
tas» con la edad que tenéis. Es muy bonito. ra hacer todo bien sin equivocación.
Fernando CECILIA
v catequistas@editorialccs.com
¡Hay que
celebrarlo!
Esta expresión forma parte de la vida normal.
Indica: a) alegría y participación personal ante
un acontecimiento de la vida de alguien o de
un grupo; b) celebrarlo exige reunirse y hacer
algo o brindar. El acontecimiento no puede
quedar silenciado. Exige: juntarse, verse, ale-
grarnos «juntos», hacer «algo» con gestos,
palabras, ritos (abrir una botella, aplaudir,
abrazarse...).
La celebración cristiana es lo mismo. Ese acon-
tecimiento es Jesucristo, su vida, muerte y
resurrección. Es algo que rebasa los límites
de lo individual y alcanza a todos los que re-
conocen a Jesucristo como el Señor y por eso
se reúnen (reunión, asamblea) y realizan ges-
tos significativos (sacramentos).
La acción
del resucitado
y de su espíritu
Las dificultades como luz sos, premios, puestos» (EG 277). Sin
Cuando esto nos pasa, podemos caer en una «actitud autodestructi- querer, esas cosas se nos cuelan en nues-
va» (EG 275), o asumirlos como una «oportunidad». Cada tentación tras motivaciones y, como si se tratase
por el desánimo, cada crisis evangelizadora, son señales que nos in- de una polilla, van comiendo nuestra
dican que no teníamos el corazón donde debíamos. Quizá, nos mo- entrega. Por eso, ¡benditas oscurida-
tivaba un «carrerismo sediento de reconocimientos», o buscar «aplau- des, benditos fracasos, benditas desilu-
Algunas palabras
de Francisco
Z «Cristo resucitado y glorioso
es la fuente profunda de
nuestra esperanza, y no nos
faltará su ayuda para cumplir
la misión que nos encomienda»
(EG 275).
Z «Habrá muchas cosas negras,
pero el bien siempre tiende
a volver a brotar y a difundirse»
(EG 276).
Z «El Espíritu Santo obra como
quiere, cuando quiere y donde
quiere; nosotros nos entre-
gamos pero sin pretender
ver resultados llamativos»
(EG 279).
Cuaresma
«El que esté libre de pecado
que tire la primera piedra» (Jn 8,7)
Punto de partida
En clima siempre de acogida, de sentirse a gusto,
comenzamos el trabajo sin olvidar que es Jesús el
que se hace presente en medio de nosotros. Lo que
la Iglesia propone en Cuaresma es una invitación a
revitalizar las exigencias del Bautismo: Convertíos y
creed en el Evangelio.
Lo primero de todo
Parábola de la oveja perdida (Lc 15, 3-7)
Entramos en la sala donde vamos a tener nuestra
reunión habitual de catequesis. En esta ocasión tam-
bién puede ser la capilla.
El catequista invita a tomar asiento en torno a la
Palabra que se encuentra en un lugar destacado de
nuestra reunión. Vamos haciendo en silencio, con
alguna música de fondo que invite al recogimien-
to. Una vez que el cuerpo y el corazón están dis-
puestos, comenzamos a leer la parábola de la oveja
perdida (Lc 15,3-7).
Cuando terminamos, se dejan 30 segundos de si-
lencio. Después hablamos sobre lo escuchado: ¿qué
cuenta la parábola?, ¿qué personajes hay?, ¿qué per-
sonaje es el central?
Propuesta:
Preparad el camino al Señor
Es Cuaresma
Proponemos una catequesis con imagen para acostumbrar a los niños y adolescentes
a mirar en profundidad, a no consumir imágenes, a detenerse y buscar «lo que cada
imagen oculta». La imagen no es para «hacer bonito o ilustrar». Es ella misma palabra
que hay que interpretar.
SH Saber hacer
Cosa práctica
Redacción
v catequistas@editorialccs.com
Noticias
Estamos asistiendo a un importante momento histórico en la reflexión catequética que se inspira en Evangelii
Gaudium. El punto de partida no es «qué es la catequesis en sí», sino que se trata de un «punto de partica
eclesiológico»: cómo se concibe hoy a sí misma la Iglesia y cómo debe concretar el imperativo del Señor:
«Salid al mundo entero y predicad el Evangelio». Hay una acentuación sobre la importancia del catequista.
MADRID ROMA
Diciembre 2018. Los días del 5 al 7 de diciem- La Libreria Editrice Vaticana puso en circulación el día
bre, la Asociación Española de Catequetas (AECA), 15 de diciembre de 2018 la traducción española oficial
que cuenta con 76 miembros entre profesores del Documento final del Sínodo. Es un documento si-
de Catequética y Responsables de Catequesis nodal importante que hay que leerlo no solo en conti-
en las diócesis españolas, se reunió para las Jor- nuidad con los documentos presinodales, sino en conti-
nadas Anuales 2018. El tema de la reunión fue nuidad con la reflexión catequética realizada en la Iglesia
El acompañamiento en Catequesis. Como expli- y plasmada en documentos como Directotio general de
có su presidente, Álvaro Ginel sdb, al inicio de pastoral catequética (1971), Evangelii nuntiandi (1975),
las Jornadas: Existen muchas formas de acom- Catequesi tradendae (1979), Directorio General para la
pañamiento. La originalidad que queremos ana- catequesis (1997). Es una cadena de intuiciones y re-
lizar va bien explicitada en el tema: El acompa- flexiones eclesiales que se van sumando, no negando o
ñamiento en catequesis. No es nuestra intención suplantando. Se trata de un magisterio vivo que va la-
hablar del acompañamiento como tema de moda. tiendo con la historia de la Iglesia en cada momento de
Nos fijamos en lo que nos importa y es preo- su peregrinar.
cupación de todos: la acción catequética. Fiján-
donos en la etapa iniciático catecumenal que es
parte esencial del proceso evangelizador: acción
ZARAGOZA MADRID
misionera, acción iniciático-catequética, acción
pastoral. Este es el marco en que nos movemos. La diócesis de Zaragoza La diócesis de Madrid está lle-
Aquí está el punto vertebral. Lo que queremos cuenta con un nuevo Di- vando a cabo una importan-
reflexionar y dialogar, ayudados por las ponen- rectorio diocesano de ca- te renovación de los instru-
cias que se nos presenten, es la originalidad del tequesis cuya elaboración mentos catequéticos. Acaba de
acompañamiento en catequesis: dónde hunde ha durado dos años lar- publicar un «pak» para la ca-
sus raíces (lo que le da originalidad); cuáles son gos. Representa una re- tequesis de adolescentes y jó-
los elementos específicos (para entender diversas ferencia importante para venes. En ellos se da fuerza a
clases de acompañamiento en catequesis). Con otras diócesis, y una ta- los medios de comunicación.
estas bases podremos, esperamos, disponer de rea que exige mucho em- Está previsto continuar en bre-
un marco teórico práctico de acompañamien- peño. ve con los materiales de niños.
to en catequesis.
La fe
hoy más cerca
de abuelos a nietos
que de padres a hijos.
La fe
hoy se salta un peldaño
y se vuelve «cosa
de mayores y niños».
Se cae el eslabón
de adultos tan ocupados
que no tienen tiempo
ni para ellos
ni para Dios;
muchos,
solo disfrutan sus hijos
cuando estos ya duermen.
Álvaro GINEL
Director de la revista Catequistas
El tiempo de Cuaresma es tiempo propicio para afinar los acordes disonantes de nuestra vida cristiana y re-
cibir la siempre nueva, alegre y esperanzadora noticia de la Pascua del Señor. La Iglesia en su maternal sa-
biduría nos propone prestarle especial atención a todo aquello que pueda enfriar y oxidar nuestro corazón
creyente.
Las tentaciones a las que estamos expuestos son múltiples. Cada uno de nosotros conoce las dificultades
que tiene que enfrentar. Y es triste constatar cómo, frente a las vicisitudes cotidianas, se alzan voces que,
aprovechándose del dolor y la incertidumbre, lo único que saben es sembrar desconfianza. Y si el fruto de
la fe es la caridad —como le gustaba repetir a la Madre Teresa de Calcuta—, el fruto de la desconfianza es
la apatía y la resignación. Desconfianza, apatía y resignación: esos demonios que cauterizan y paralizan el
alma del pueblo creyente.
La Cuaresma es tiempo rico para desenmascarar estas y otras tentaciones y dejar que nuestro corazón vuel-
va a latir al palpitar del Corazón de Jesús.
(Francisco, Homilía del Miércoles de ceniza, 14 de febrero de 2018, Basílica de santa Sabina)
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Novedad
CELEBRACIONES PARA LOS CUARESMA CUARESMA Y PASCUA REZAR EN CUARESMA 2019
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Ciclo C Ángel Moreno, de Buenafuente José María Escudero Rui Alberto
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Valencia, 9 de marzo de 2019
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