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DANOS - Panorama General Del Derecho Administrativo en El Perú
DANOS - Panorama General Del Derecho Administrativo en El Perú
ADMINISTRATIVO EN EL PERÚ
Jorge Elías Danós Ordóñez1
1
Profesor categoría principal de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú
en el curso de Derecho Administrativo. Presidente de la Asociación Peruana de Derecho Administrativo.
Miembro del Instituto Chileno de Derecho Administrativo, del Foro Iberoamericano de Derecho Adminis-
trativo, de la Asociación Iberoamericana de Estudios de Regulación ASIER, de la Asociación Internacio-
nal de Derecho Administrativo AIDA y de la Asociación e Instituto Iberoamericano de Derecho Público y
Administrativo «Prof. Jesús González Pérez». Socio del Estudio Echecopar abogados. datit@terra.com.pe
2
La aprobación por el Congreso de la República del referido proyecto de reforma constitucional,
en cuya elaboración tuvimos oportunidad de colaborar como asesor de la Comisión de Constitución,
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quedó truncada por razones de oportunidad política. Sobre el capítulo que contiene dedicado a la Ad-
ministración Pública hemos realizado un análisis en «La Constitucionalización de la Administración
Pública», publicado en Revista Peruana de Derecho público, administrativo y constitucional, núm. 4.
Lima, enero-junio de 2002, p. 13.
3
«Art. I. Ámbito de aplicación de la Ley. La presente Ley será de aplicación para todas las enti-
dades de la Administración Pública. Para los fines de la presente Ley, se entenderá por «entidad» o
«entidades» de la Administración Pública:
1. el Poder Ejecutivo, incluyendo ministerios y organismos públicos descentralizados;
2. el Poder Legislativos;
3. el Poder Judicial;
4. los gobiernos regionales;
5. los gobiernos locales;
6. los organismos a los que la Constitución Política del Perú y las leyes confieren autonomía;
7. las demás entidades y organismos, proyectos y programas del Estado, cuyas actividades se
realizan en virtud de potestades administrativas y, por tanto se consideran sujetas a las normas
comunes de derecho» público, salvo mandato expreso de ley que las refiera a otro régimen, y
8. las personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o ejercen función
administrativa, en virtud de concesión, delegación o autorización del Estado, conforme a la
normativa de la materia.
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ministrativas pueden estar sometidas a otras ramas del Derecho, pero en cuanto
ejercen prerrogativas de poder público el Derecho preponderante es precisa-
mente el Derecho público.
En cuanto a la dimensión institucional y finalista de la Administración Pú-
blica como servidora de los intereses generales, dicha orientación está consa-
grada en el artículo III del Título Preliminar de la Ley de Procedimiento Admi-
nistrativo General, cuando a la vez de establecer la finalidad de la citada ley,
señala que corresponde a la Administración Pública servir exclusivamente «a la
protección del interés general, garantizando los derechos e intereses de los ad-
ministrados y (que su actuación se realice) con sujeción al ordenamiento cons-
titucional y jurídico en general», dispositivo legal que enfatiza la misión insti-
tucional de la Administración Pública en orden a la satisfacción de los intereses
generales, en armonía con los derechos de los particulares y sometido al orde-
namiento jurídico.
Como se señaló al comienzo de este trabajo, aunque la Constitución Peruana
no contiene un precepto que regule el régimen de Administración Pública de
manera específica, sí consagra una serie de principios y reglas que a no dudarlo
configuran la base de los aspectos fundamentales del Derecho administrativo,
entre los cuales cabe mencionar:
a) La organización del Gobierno con carácter descentralizado en tres nive-
les territoriales: nacional, regional y local, a cargo del Poder Ejecutivo,
de las regiones y las municipalidades, que cumplen funciones de orden
político y también de carácter administrativo.
b) La vinculación de la Administración Pública a los derechos de la persona
consagrados por la Constitución.
c) Los mecanismos de control de la Administración, que comprenden,
(i) los de carácter político a través de los procedimientos parlamenta-
rios de interpelación y censura de ministros, estación de preguntas,
comisiones investigadoras, pedidos de información a la Adminis-
tración Pública, invitaciones a funcionarios públicos, etc.;
(ii) los controles de carácter jurídico que se materializan mediante el
proceso contencioso-administrativo (art. 148) y los procesos cons-
titucionales de amparo, habeas corpus, de cumplimiento, y habeas
data, para la protección de los derechos fundamentales, o el proceso
de acción popular para el control de la legalidad de las normas re-
glamentarias (art. 200);
(iii)
los controles mediante mecanismos de democracia semidirecta
complementarios de la democracia representativa como es el caso
de los procesos de consulta popular para la revocación de las auto-
ridades elegidas, remoción de autoridades designadas, exigencia de
rendición de cuentas, iniciativa legislativa popular para proponer
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4
Hemos desarrollado el tema en «La participación ciudadana en el ejercicio de las funciones ad-
ministrativas en el Perú», trabajo presentado como ponencia al III Foro Iberoamericano de Derecho
Administrativo celebrado en la Universidad de la Coruña del 6 al 8 de octubre 2004, dedicado al «Prin-
cipio de Participación en el Derecho Administrativo Iberoamericano», en homenaje al Profesor Dr.
José Luis Meilán Gil.
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(art. 102, nº 1), la potestad del Poder Ejecutivo para dictar disposiciones
reglamentarias (art. 118 nº 8), la atribución conferida a las regiones y las
municipalidades para que puedan expedir ordenanzas regionales o muni-
cipales (art. 246, nº 6 y 248), respectivamente, con rango de ley, en su
respectiva jurisdicción, así como normas reglamentarias.
h) Se consagra la potestad de expropiación por parte del Estado, la que solo
opera por causa de seguridad nacional o necesidad pública declarada por
ley expedida por el Congreso de la República y previo pago en efectivo
de por parte del Estado de indemnización justipreciada que compense el
precio del bien materia de expropiación (art. 70), y se establece el régi-
men básico de los bienes de dominio público (art. 73) caracterizándoles
como inalienables e imprescriptibles, sin perjuicio de que pueden ser
entregados en concesión a los particulares para su aprovechamiento eco-
nómico. Asimismo se califica a los recursos naturales como «patrimonio
de la Nación» (art. 66).
i) Se consigna un capítulo específico titulado «Función Pública» que esta-
blece los aspectos básicos del régimen jurídico del personal de la Admi-
nistración Pública, entre los que se cuenta la reserva a ley para regular la
carrera administrativa de los servidores públicos (art. 40) y la obligación
de presentar declaración jurada de bienes y rentas de los funcionarios o
servidores que administran o manejan fondos del Estado (art. 41), entre
otras reglas.
5
Constitución, art. 51: «La Constitución prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las demás
normas de inferior jerarquía, y así sucesivamente. La publicidad es esencial para la vigencia de toda
norma del Estado».
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Constitución, art. 200: «Son garantías constitucionales: [….] 4. La Acción de Inconstitucionali-
dad, que procede contra las normas que tienen rango de ley: leyes, decretos legislativos, decretos de
urgencia, tratados, reglamentos del Congreso, normas regionales de carácter general y ordenanzas
municipales que contravengan la Constitución por la forma o en el fondo».
7
Art. V. Fuentes del procedimiento administrativo:
1. El ordenamiento jurídico administrativo integra un sistema orgánico que tiene autonomía res-
pecto de otras ramas del Derecho.
2. Son fuentes del procedimiento administrativo:
2.1. Las disposiciones constitucionales.
2.2. Los tratados y convenios internacionales incorporados al Ordenamiento Jurídico Nacional.
2.3. Las leyes y disposiciones de jerarquía equivalente.
2.4. Los decretos supremos y demás normas reglamentarias de otros poderes del Estado.
2.5. Los demás reglamentos del Poder Ejecutivo, los estatutos y reglamentos de las entidades,
así como los de alcance institucional o provenientes de los sistemas administrativos.
2.6. Las demás normas subordinadas a los reglamentos anteriores.
2.7. La jurisprudencia proveniente de las autoridades jurisdiccionales que interpreten dispo-
siciones administrativas.
2.8. Las resoluciones emitidas por la Administración a través de sus tribunales o consejos
regidos por leyes especiales, estableciendo criterios interpretativos de alcance general y
debidamente publicadas. Estas decisiones generan precedente administrativo, agotan la
vía administrativa y no pueden ser anuladas en esa sede.
2.9. Los pronunciamientos vinculantes de aquellas entidades facultadas expresamente para
absolver consultas sobre la interpretación de normas administrativas que apliquen en su
labor, debidamente difundidas.
2.10. Los principios generales del decreto administrativo.
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8
Morón, Juan Carlos, «Comentarios a la nueva Ley del Procedimiento Administrativo General»,
Gaceta Administrativa, Lima, 1ª ed., 2001, p. 49.
9
Como señala Ramón Huapaya dicha regla tiene el propósito de reivindicar la aplicación de las
normas específicas de Derecho administrativo para la regulación de los procedimientos seguidos ante
entidades administrativas, en contraste con quienes pretenden la aplicación indiscriminada de los pre-
ceptos del Código Procesal Civil a los procedimientos administrativos, en «El artículo V de la Ley de
Procedimiento Administrativo General o el Derecho administrativo como ordenamiento jurídico», pu-
blicado en AA.VV., «Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley Nº 27444»,
2ª parte, Lima: Ara Editores, 2003, pp. 91 y 94.
10
He trabajado el tema de fuentes del Derecho desde la perspectiva del Derecho tributario en
Danós Ordóñez, J.E., «La incidencia de la nueva Constitución en las fuentes del Derecho tributario».
Revista del Foro del Colegio de Abogados de Lima, Año LXXXII, nº 1, Lima: 1995, pp. 39 y ss.
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Constitución. Art. 55. Los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del Dere-
cho nacional; en tal sentido la Ley Nº 26647 sobre Perfeccionamiento de los Tratados dispone en su
artículo 3 que estos «entran en vigencia y se incorporan al Derecho nacional, en la fecha en que se
cumplan las condiciones establecidas en los instrumentos internacionales respectivos». Sobre el tema:
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Constitución. Disposición Final y Transitoria Cuarta. Las normas relativas a los derechos y a las
libertades que la Constitución reconoce se interpretan de conformidad con la Declaración Universal de
Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados
por el Perú.
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Constitución. Art. 56. Los tratados deben ser aprobados por el Congreso antes de su ratificación
por el Presidente de la República, siempre que versen sobre las siguientes materias:
1. derechos Humanos;
2. soberanía, dominio o integridad del Estado;
3. defensa Nacional, o
4. obligaciones financieras del Estado.
También deben ser aprobados por el Congreso los tratados que crean, modifican o suprimen tribu-
tos; los que exigen modificación o derogación de alguna ley, y los que requieren medidas legislativas
para su ejecución.
18
Constitución. Art. 57. El Presidente de la República puede celebrar o ratificar tratados o adherir
a estos sin el requisito de la aprobación previa del Congreso en materias no contempladas en el artícu-
lo precedente En todos esos casos, debe dar cuenta al Congreso.
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Reglamento del Congreso de la República. «Procedimiento de control sobre los tratados inter-
nacionales ejecutivos, art. 92. Los tratados internacionales que celebre o ratifica y adhiere el Presiden-
te de la República al amparo del artículo 57 de la Constitución Política se denominan «tratados inter-
nacionales ejecutivos» para efectos internos, aun cuando fuere diferente la denominación que en los
mismos convenios internacionales se expresen, y solo pueden versar sobre materias distintas a las
contempladas en el artículo 56 de la Constitución Política. Los tratados internacionales ejecutivos no
pueden contener pactos que supongan modificación o derogación de normas constitucionales o que
tienen rango de ley, o que exijan desarrollo legislativo para su cumplimiento. Dentro de los tres (3) días
útiles posteriores a su celebración, el Presidente de la República debe dar cuenta al Congreso o a la
Comisión Permanente de los tratados internacionales ejecutivos a que dé curso. La omisión de este
trámite suspende la aplicación del convenio, el cual, si ha sido perfeccionado con arreglo a las normas
del Derecho Internacional, no surte efectos internos. Realizado el trámite a que se refiere el párrafo
anterior, y a más tardar dentro de los tres (3) días útiles, el Presidente del Congreso remite copia a las
Comisiones de Constitución y Reglamento y de Relaciones Exteriores del Congreso de la República,
las que estudian y dictaminan los tratados internacionales ejecutivos puestos en su conocimiento en el
plazo de treinta (30) días útiles, verificando si ha cumplido con lo dispuesto por los artículos 56 y 57
de la Constitución Política y la presente Resolución Legislativa. En caso de incumplimiento del Presi-
dente de la República al trámite previsto en este artículo, ello no impide el control parlamentario con
arreglo a la presente norma. En la primera sesión siguiente a la recepción de los dictámenes de las
Comisiones Dictaminadoras que recomiendan dejar sin efecto un tratado internacional ejecutivo, el
Presidente del Congreso lo pone en consideración del Pleno o de la Comisión Permanente. Si el Con-
greso aprueba los términos del dictamen negativo, emite resolución legislativa dejando sin efecto el
tratado, lo que notifica al Presidente de la República para que dentro de los cinco (5) días útiles siguien-
tes corra aviso a las demás partes. Una vez publicada la resolución legislativa, el tratado pierde vigen-
cia interna. Sin perjuicio del aviso a las demás partes del tratado, el Presidente de la República al reci-
bir la decisión del Congreso, puede tramitar el tratado en vía de subsanación, conforme lo establece el
artículo 56 de la Constitución Política. El Presidente de la República puede someter a consulta de las
Comisiones de Constitución y Reglamento y de Relaciones Exteriores del Congreso el texto de los
tratados internacionales ejecutivos que proyecte celebrar o ratificar, a fin de que estas los estudien.
La opinión de las citadas comisiones no condiciona al Presidente de la República.»
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del Tribunal Constitucional (art. 200, nº 4), que podrá determinar si se han
cumplido los trámites previstos en la Constitución para la formalización de los
tratados internacionales, cualquiera que fuera su especie.
En reciente jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano en la que se
resolvió la controversia constitucional acerca de la pertinencia de la aprobación
de un tratado internacional por la vía ejecutiva (simplificada, administrativa)20,
dicho organismo estableció dos reglas que nos parece conveniente resaltar: (i)
en caso de presentarse dudas sobre el titular de la competencia o atribución para
aprobar un tratado internacional en el caso de materias que no son exclusivas
del Congreso para su aprobación mediante tratados ordinarios (art. 56) sino que
pueden ser compartidas con el Gobierno, considera el Tribunal Constitucional
que debe operar una presunción de competencia a favor del Poder Ejecutivo
porque es la instancia de Gobierno que gestiona las actividades y prestaciones
públicas más cercanas a los ciudadanos, y, en segundo lugar (ii), recomendó al
Poder Ejecutivo hacer uso del mecanismo previsto en el artículo 89 del regla-
mento del Congreso de la República para someter a consulta de las Comisiones
de Constitución y Reglamento y de Relaciones Exteriores del Congreso el texto de
los tratados internacionales ejecutivos que proyecte celebrar o ratificar, a fin
de que estas los estudien, de modo que se respete las competencias del Congre-
so en materia de control ex ante de los tratados ejecutivos, pero dejando cons-
tancia de que la opinión de las citadas comisiones o condiciona la decisión final
del Poder Ejecutivo, como señala el artículo 89 del Reglamento del Congreso.
En relación con la posición de los tratados en el Derecho interno es preciso
determinar el rango con que tales instrumentos se han de incorporara al ordena-
miento jurídico y la forma de solución de las posibles contradicciones entre los
propios tratados y las restantes fuentes del Derecho interno.
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional que le reconoce a los tratados
internacionales sobre Derechos Humanos rango constitucional proclama su pri-
macía sobre otras fuentes de Derecho interno, en tal sentido se señala que:
33. Si […] los derechos reconocidos en los tratados internacionales de
Derechos Humanos tienen rango constitucional, debe concluirse que dichos
tratados detentan rango constitucional. El rango constitucional que detentan
trae consigo que dichos tratados están dotados de fuerza activa y pasiva pro-
pia de toda fuente de rango constitucional; es decir, fuerza activa, conforme
a la cual estos tratados han innovado nuestro ordenamiento jurídico incorpo-
rando a este, en tanto derecho vigente, los derechos reconocidos por ellos,
pero no bajo cualquier condición, sino a título de derechos de rango consti-
tucional. Su fuerza pasiva trae consigo su aptitud de resistencia frente a nor-
mas provenientes de fuentes infraconstitucionales, es decir, ellas no pueden
20
Es el caso de la sentencia recaída en el Expediente Nº 00002-2009-PI/TC, 5/2/2010, con motivo
de una demanda interpuesta por un determinado número de congresistas contra el Acuerdo de Libre
Comercio entre el Gobierno de la República del Perú y el Gobierno de la República de Chile, que fuera
aprobado como tratado ejecutivo y formalizado mediante Decreto Supremo.
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En tal sentido, no cabe duda que los demás tratados internacionales ordina-
rios y ejecutivos tienen una relación de subordinación a la Constitución y por
ende se encuentran localizados en la citada segunda categoría normativa de la
pirámide jurídica nacional, entre las leyes y las normas con rango de ley; así se
desprende en la regla contenida en el segundo párrafo del artículo 57 conforme
al cual los tratados que afecten disposiciones constitucionales deben ser apro-
bados por el mismo procedimiento que rige la reforma de la Constitución y de
lo previsto por el numeral 4) del artículo 200 que menciona a los tratados entre
la relación de normas con rango de ley susceptibles de ser objeto del proceso de
control de constitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.
Las relaciones con otras fuentes del Derecho interno, sobre todo con las
normas dotadas de rango de ley, son más complejas. A estos efectos debe dis-
tinguirse entre las dos categorías de tratados a los que aluden los artículos 56 y
57 de la Constitución.
21
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en los Expedientes nº 0025-2005-PI/TC y
0026-2005-PI/TC, 25/4/2006.
22
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente nº 047-2004-AI/TC, 24/4/2006,
que en su Fundamento Jurídico 61 señala que «[…] la pirámide jurídica nacional debe ser establecida
en base a dos criterios rectores, a saber: a) Las categorías. Son la expresión de un género normativo que
ostenta una cualificación de su contenido y una condición preferente determinada por la Constitución
o por sus normas reglamentarias. Ellas provienen de una especie normativa; es decir, aluden a un con-
junto de normas de contenido y valor semejante o análogo (leyes, decretos, resoluciones, etc.). b) Los
grados. Son los que exponen una jerarquía existente entre las normas pertenecientes a una misma cate-
goría. Tal el caso de las resoluciones (en cuyo orden decreciente aparecen las resoluciones supremas,
las resoluciones ministeriales, las resoluciones viceministeriales, etc.)[…]».
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lamentaria, a que se refiere el artículo 56, están dotados de plena fuerza activa
para modificar, suspender o derogar leyes u otras normas de ese rango.
En cambio, los denominados «tratados ejecutivos», contemplados en el artí-
culo 57, que son aprobados por el Gobierno sin intervención del Congreso, ca-
recen de eficacia para modificar o derogar leyes limitando su ámbito de acción
a las disposiciones de carácter reglamentario. Esto se desprende de lo previsto
por el segundo párrafo del artículo 56 conforme al cual todos los tratados que
incidan sobre una ley o requieran de medidas legislativas para su ejecución,
exigen autorización del órgano legislativo.
Con relación a las normas que se dicten o aprueben con posterioridad a la
entrada en vigencia de los tratados internacionales, debe resaltarse que todos los
tratados sin excepción ostentan una fuerza pasiva resistente frente a las leyes.
En el ordenamiento peruano los tratados internacionales impactan en el ám-
bito del Derecho administrativo nacional principalmente en el campo de la con-
sagración de los Derechos Humanos, que como se ha referido ostentan catego-
ría constitucional y por ende vinculan a todos los poderes públicos y a los
propios ciudadanos; y también en lo referido a las políticas de integración entre
varios Estados, de garantías a los inversionistas y de Libre Comercio que con-
llevan el establecimiento de medidas de carácter administrativo en orden a fa-
cilitar las actividades económicas, las que pueden ser de aplicación directa por
las entidades administrativas de los Estados comprometidos o servir de paráme-
tro vinculante para su posterior desarrollo legislativo con el objeto de facilitar
su aplicación por la Administración Pública correspondiente.
En lo que respecta a los Derechos Fundamentales, la influencia de los trata-
dos internacionales que reconocen Derechos Humanos y de la jurisprudencia
expedida por las Cortes Internacionales creadas para resolver los conflictos so-
bre su aplicación, como es el caso de la Comisión y de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos cuyas 23 resoluciones expedidas sobre el Perú en los
últimos años han tenido repercusión directa en vastos ámbitos del Derecho ad-
ministrativo peruano. Así ha sucedido con el potenciamiento del derecho al
debido procedimiento administrativo y correlativamente al derecho de defensa,
lo que sido recogido por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano.
Una de las principales manifestaciones de dicha influencia lo constituye la sen-
tencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que resolvió un caso
en el que se había producido el retiro arbitrario de la nacionalidad reconocida
por acto administrativo formal a una persona casi 30 años antes. En dicho caso
la Corte23 estableció que se habían vulnerado los Derechos Humanos al debido
proceso y la defensa al demandante porque no se le había otorgado previa au-
diencia para que pudiera manifestar lo que convenía a su derecho. Este criterio
de la Corte Interamericana ha sido recogido por el Tribunal Constitucional pe-
23
Caso Ivcher Bronstein vs. Perú, sentencia de 6 de febrero de 2001, fundamentos 100 a 110.
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Art. 106. Mediante leyes orgánicas se regulan la estructura y el funcionamiento de las entidades
del Estado previstas en la Constitución, así como también las otras materias cuya regulación por ley
orgánica está establecida en la Constitución. Los proyectos de ley orgánica se tramitan como cualquier
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otra ley. Para su aprobación o modificación, se requiere el voto de más de la mitad del número legal de
miembros del Congreso.
25
Pérez Royo, Las fuentes del Derecho, Madrid: Editorial Tecnos, 1984, p. 64.
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Art. 104. El Congreso puede delegar en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar, mediante
decretos legislativos, sobre la materia específica y por el plazo determinado establecidos en la ley au-
toritativa. No pueden delegar las materias que son indelegables a la Comisión Permanente. Los decre-
tos legislativos están sometidos, en cuanto a su promulgación, publicación, vigencia y efectos, a las
mismas normas que rigen para la Ley. El presidente de la República da cuenta al Congreso o a la Co-
misión Permanente de cada decreto legislativo.
27
Art. 101. 4) No pueden delegarse a la Comisión Permanente materias relativas a reforma cons-
titucional, ni a la aprobación de tratados internacionales, leyes orgánicas, Ley de Presupuesto y Ley de
la Cuenta General de la República.
28
Aragón, Manuel, Constitución y democracia, Madrid: Tecnos, 1988, p. 126.
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Art. 118. Corresponde al Presidente de la República: […] 19) Dictar medidas extraordinarias,
mediante decretos de urgencia con fuerza de ley, en materia económica y financiera, cuando así lo re-
quiere el interés nacional y con cargo de dar cuenta al Congreso. El Congreso puede modificar o dero-
gar los referidos decretos de urgencia.
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se va a aprobar. Así sucede con numerosas leyes aprobadas en los últimos años,
en las que se establece que el respectivo reglamento deberá ser dictado con el
refrendo de determinados ministros, o con normas como el artículo XIV del
Título Preliminar del Código Tributario, que establece que toda norma regla-
mentaria que verse sobre materia tributaria requiere ser dictada con el refrendo
del Ministro de Economía y Finanzas.
Al respecto cabe traer a colación que el numeral 3) del artículo 11 de la Ley
Orgánica del Poder Ejecutivo30 establece de conformidad con la Constitución
que los decretos supremos «pueden requerir o no el voto aprobatorio del Con-
sejo de Ministros según disponga la ley. Son rubricados por el Presidente de la
República y refrendados por uno o más ministros, a cuyo ámbito de competen-
cia correspondan […]».
En lo que se refiere a la extensión material de la potestad reglamentaria, en
principio el Presidente de la República puede dictar reglamentos sin necesi-
dad de expresa habilitación legislativa, porque su potestad constituye una au-
torización general de potestad reglamentaria, desprovista de condicionamien-
tos, conferida directamente por la Constitución. Por tal razón, las leyes
sobreentienden que el Presidente de la República está facultado por la Cons-
titución para dictar el correspondiente reglamento de desarrollo y usualmente
se limitan a establecer qué ministros deben participar en su refrendo y los
plazos para dictarlo.
Existen materias que la Constitución dispone que deban ser aprobadas di-
rectamente por el Gobierno mediante decreto supremo, sin requerir el concur-
so de una ley previa que les sirva de marco de referencia. Tal es el caso de los
artículos 71 y 137 anteriormente analizados y del primer párrafo del artículo
74 de la Constitución en la parte que dispone que la aprobación de los tipos
tributarios denominados aranceles y tasas «se regulan mediante decreto su-
premo». Independientemente de que se pueda discutir si los decretos supre-
mos que se dictan en base a los preceptos constitucionales citados constituyen
verdaderos reglamentos independientes o autónomos, conforme a la clasifica-
ción estudiada anteriormente31, lo cierto es que confieren competencia al Go-
bierno para desarrollar mediante decretos supremos determinadas materias
estableciendo una suerte de «reserva de administración» consagrada constitu-
cionalmente, lo que no impide que mediante leyes se puedan establecer algu-
nas reglas o pautas para el dictado de tales decretos supremos, pero sin des-
30
Ley Nº 29158, promulgada el 18 de diciembre del 2007.
31
Boquera Oliver distingue los conceptos de reglamentos independientes y reglamentos autóno-
mos; para este autor solo serían reglamentos autónomos los que se puedan dictar en base a una reserva
reglamentaria establecida por la Constitución. Boquera Oliver, José María, «Enjuiciamiento e inapli-
cación judicial de Reglamentos», Revista Española de Derecho Administrativo (REDA), nº 40, nota al
pie de p. 9. También Fernández Farreres, Germán, «Medidas de seguridad y vigilancia en cajas,
bancos, cajas de ahorro y otras entidades», Revista de Administración Pública (RAP), nº 100-102,
1983, nota al pie de p. 16, p. 2578.
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32
Dice Rebollo Puig: «El principio de juricidad impide ejercer la potestad atribuida en el artícu-
lo 97 (de la Constitución española) para dictar reglamentos sobre materias no administrativas, es decir,
sobre aquellas en que la Administración no desarrolla ninguna función, sino que están confiadas ínte-
gramente a los particulares o a otros poderes públicos». Rebollo Puig, Manuel, «Juridicidad, legalidad
y reserva de ley como límites a la potestad reglamentaria», Revista de Administración Pública, nº 125,
1991, pp. 112 y 113. Participa de la misma opinión Morón Urbina: «Administración no puede preten-
der reglamentar normas legales que no corresponda aplicar […], esto es, que sea un asunto normativo
administrativizado, en el sentido que es la Administración la llamada a ejecutarlo. No toda ley es sus-
ceptible de reglamentación». Morón Urbina, Juan Carlos, «Aportes para el estudio del nuevo régimen
de la acción popular en el código procesal constitucional», en VV.AA., El Derecho procesal constitu-
cional peruano. Estudios en homenaje a Domingo García Belaúnde, tomo II. Lima: Grijley, 2005,
p. 1098.
33
Aunque referido a la Constitución de 1979, que sin embargo contenía una regulación del ré-
gimen de los reglamentos similar a la Constitución de 1993 vigente, recordamos que en el año 1990
se dictó el Decreto Supremo Nº 024-90-JUS, anunciado como reglamentario de la Ley 23506, Ley
reguladora de los procesos constitucionales de habeas corpus y de amparo para la tutela de derechos
constitucionales. Sin embargo el mencionado reglamento fue duramente cuestionado porque esta-
blecía regulaciones al trámite de los citados procesos restringiendo las potencialidades de los mis-
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sentarse situaciones en las que las leyes que regulen las materias referidas
puedan demandar expresamente la colaboración de los reglamentos en el de-
sarrollo de sus contenidos.
Se puede afirmar que la Constitución política peruana confiere potestad
reglamentaria originaria exclusivamente al Presidente de la República, y en
forma tácita, en tanto que les reconoce autonomía política-normativa, a los
poderes territoriales descentralizados (Regiones y Municipalidades), asimis-
mo también confiere potestad reglamentaria en forma tácita a los organismos
constitucionales a los que otorga autonomía para el ejercicio de sus funcio-
nes, los que como se ha señalado anteriormente requieren de una norma de
rango legal que precise los alcances y la forma del ejercicio de dicha potestad
reglamentaria. Sin embargo, la realidad demuestra que en el ordenamiento
jurídico peruano son numerosas las disposiciones legales que encomiendan
su desarrollo reglamentario a autoridades y entidades administrativas de me-
nor jerarquía que la descrita hasta el momento en la organización administra-
tiva. Por citar algunos ejemplos, cabe recordar que en materia tributaria han
sido frecuentes las veces que el Código tributario y otras leyes tributarias han
habilitado directamente a la Administración Tributaria para desarrollar as-
pectos importantes de la tributación mediante reglamentos dictados por su
titular y no mediante Decretos Supremos. Así sucede también con los orga-
nismos reguladores de la inversión privada en servicios públicos y las conce-
siones de infraestructura de transporte a los que la ley marco que establece su
régimen jurídico les atribuye amplias potestades normativas para dictar nor-
mas reglamentarias sobre las obligaciones o derechos de las entidades o acti-
vidades supervisadas o de sus usuarios, normas de procedimiento e incluso
tipificar infracciones y determinar las correspondientes sanciones adminis-
trativas34.
En resumen, la acotada dispersión subjetiva del poder reglamentario que se
ha experimentado en la realidad del ordenamiento jurídico-administrativo pe-
ruano constituye un proceso que se desarrolla al margen al texto expreso del
glosado numeral 8) del artículo 118 de la Constitución, pero que no considera-
mos contrario a esta. En el derecho peruano, como en otros ordenamientos que
cuentan con un régimen constitucional-administrativo semejante al nuestro, se
acepta pacíficamente que el otorgamiento de potestad reglamentaria no provie-
ne únicamente de la Constitución, porque también puede ser conferida median-
mos en beneficio de los órganos de poder quienes precisamente eran demandados mediante las cita-
das acciones de garantía. Por dichas razones el Congreso aprobó la ley Nº 25398, complementaria
de la citada Ley Nº 23506, en la cual recogió prácticamente la totalidad del citado reglamento, que
fue dejado sin efecto.
34
Numeral c) del artículo 3 según texto reformado por la Ley Nº 27631. Sobre el tema Martín
Tirado, Richard, «Análisis de la “función normativa” de los organismos reguladores de la inversión
privada en servicios públicos. La dicotomía del rol del Estado en la actividad económica: subsidiarie-
dad y solidaridad», Ius et Veritas, nº 24, Lima, 2002, p. 93. Tovar Mena, Teresa, «La potestad norma-
tiva de los organismos reguladores», Normas Legales, Tomo 334, Lima. 2004, p. 25.
1035
derecho administrativo en iberoamérica
35
En el Derecho español, Santamaría Pastor sostiene que el artículo 97 de la Constitución españo-
la que, de manera semejante al precepto constitucional peruano anteriormente glosado, atribuye al
Gobierno potestad reglamentaria «como órgano titular primario y general de la misma […] no prohíbe
que por normas de rango inferior puedan efectuarse atribuciones concretas de esta potestad a favor de
órganos distintos o inferiores al Gobierno» (Santamaría Pastor, op. cit., p. 760); en la misma orien-
tación Boquera Oliver sostiene que «no existe razón suficiente para afirmar que las leyes carecen de la
fuerza jurídica suficiente para crear y otorgar potestad reglamentaria. La ley cuando no está subordina-
da de manera efectiva a la Constitución, lo puede todo y cuando lo está puede hacer todo lo que la
Constitución no le prohíbe». (Boquera Oliver, op. cit., p. 5).
36
Santamaría Pastor, op. cit., p. 761.
37
La Ley Nº 27444 de Procedimiento Administrativo General consagra el carácter inalienable de
las competencias administrativas (art. 63) y prohíbe la delegación de «las atribuciones para emitir
normas generales» (art. 67.2).
1036
panorama general del derecho administrativo en el perú
38
Boquera Oliver, op. cit., p. 6.
39
Gallego Anabitarte, Alfredo y Menéndez Rexarch, Ángel, «Comentarios al artículo 97 de la
Constitución española. Funciones de Gobierno», Comentarios a la Constitución Española de 1978,
Óscar Alzaga (dir.), Tomo VIII, Cortes Generales, Madrid: Editorial de Derecho Reunidas, 1988,
p. 165.
1037
derecho administrativo en iberoamérica
1038
panorama general del derecho administrativo en el perú
1039
derecho administrativo en iberoamérica
No han sido escasas las veces que en los últimos años se hayan registrado
controversias acerca del cumplimiento de las reglas de publicidad de las nor-
mas reglamentarias. El incumplimiento de tales reglas, ya sea por la omisión
total de publicidad o por el cumplimiento parcial o defectuoso, como sucede
cuando se publica solamente la norma que aprueba formalmente el reglamento
(mediante decreto o resolución) pero no se publica el texto del reglamento mis-
mo, trae como consecuencia la ineficacia de dicho reglamento, es decir que no
surta efectos jurídicos y que por tanto carezca de capacidad para vincular u
obligar a alguien.
En cuanto a la normatividad que pueden expedir las regiones y las municipa-
lidades, la Ley de Bases de la Descentralización Nº 27783 establece que las nor-
mas expedidas por los distintos niveles de Gobierno se sujetan al ordenamiento
jurídico establecido por la Constitución Política y las leyes de la República.
Conforme a la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales Nº 27867 correspon-
de al respectivo Consejo Regional en su calidad de órgano legislativo y fiscali-
zador aprobar las ordenanzas regionales que tienen por objeto normar asuntos
de carácter general o que son materia de su competencia, la organización y la
administración del Gobierno Regional. A la Presidencia Regional corresponde
dictar los decretos regionales que constituyen normas reglamentarias para la
ejecución de las ordenanzas regionales, que establecen los procedimientos ne-
cesarios para la Administración Regional y resuelven o regulan asuntos de or-
den general y de interés ciudadano. Las citadas normas regionales deben publi-
carse en el Diario Oficial El Peruano, también en el diario encargado de las
publicaciones judiciales en la capital de la Región y deben incluirse además en
el portal electrónico del respectivo Gobierno Regional.
A nivel municipal, según lo dispone la Ley Orgánica de Municipalidades
Nº 27972, corresponde a los respectivos Consejos de las Municipalidades Dis-
tritales o Provinciales, en virtud de su rol de órgano legislativo y fiscalizador de
las citadas entidades de Gobierno local, aprobar las ordenanzas municipales
que en las materias de su competencia son las normas de mayor jerarquía en la
1040
panorama general del derecho administrativo en el perú
40
Art. 200. «Son garantías constitucionales: 4) La Acción de Inconstitucionalidad, que procede
contra las normas que tienen rango de ley: leyes, decretos legislativos, decretos de urgencia, tratados,
reglamentos del Congreso, normas regionales de carácter general y ordenanzas municipales que con-
travengan la Constitución en la forma y el fondo».
1041
derecho administrativo en iberoamérica
En lo que respecta a las relaciones de las ordenanzas con las leyes nacionales
el Supremo Intérprete de la Constitución Peruano ha señalado a través de su ju-
risprudencia que las normas y disposiciones emitidas por los gobiernos locales,
como es el caso de las ordenanzas municipales, a pesar que el ordenamiento pe-
ruano les otorga de manera expresa el rango de ley, no pueden invalidar o dejar
sin efecto en sus respectivas circunscripciones las normas expedidas por otros
niveles de Gobierno, como las normas de los gobiernos regionales, las leyes apro-
badas por el Congreso de la República o las normas del Gobierno Nacional, por-
que estarían vulnerando el Principio de Lealtad Nacional comprendido dentro del
Principio de Unidad del Estado, además de ignorar que el citado Tribunal Cons-
titucional ostenta el monopolio de rechazo de las normas con rango de ley.
Los decretos regionales y decretos de alcaldía son normas de carácter regla-
mentario, subordinadas a las respectivas ordenanzas regionales y municipales,
por lo que el control jurisdiccional de su legalidad y/o constitucionalidad se
realiza a través del proceso constitucional de Acción Popular que cualquier
persona sin necesidad de alegar interés o beneficio alguno puede incoar ante el
Poder Judicial.
Finalmente, como bien señala Juan Carlos Morón41, el artículo V del Título
Preliminar de la Ley de Procedimiento Administrativo General Nº 27444 no
solo establece un listado ordenado de fuentes jurídicas en sentido estricto, sino
que también consagra un conjunto de fuentes que dicho autor denomina «de in-
tegración» que no responden al principio de jerarquía que ordena las relaciones
entre las demás fuentes y cuya finalidad esencial es orientar la interpretación de
los operadores jurídicos. Nos estamos refiriendo a los numerales 2.7, 2.8, 2.9 y
2.10 del citado artículo V conforme al cual: (i) la jurisprudencia emanada de
fallos judiciales que interpreten disposiciones administrativas (recaída en proce-
sos contencioso administrativos o constitucionales); (ii) la jurisprudencia de los
tribunales administrativos (Tribunal Fiscal, Consejo de Minería, Tribunal de
Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual de INDECOPI, Tribu-
nal del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones-CONSUCODE,
etc.) que constituyen órganos administrativos colegiados encargados de resolver
controversias en última instancia administrativa; (iii) los pronunciamientos vin-
culantes de autoridades administrativas facultadas para absolver consultas sobre
la interpretación de normas administrativas, y (iv) los Principios Generales del
Derecho administrativo, constituyen todos referencias autorizadas legalmente
para interpretar y delimitar el campo de aplicación del ordenamiento administra-
tivo específico respecto del cual han sido emitidas.
En el ordenamiento jurídico peruano la jurisprudencia es reconocida como
fuente del derecho en forma expresa por los numerales 2.7 y 2.8 del glosado
41
En «Comentarios a la nueva Ley del Procedimiento Administrativo General», Gaceta Jurídica,
3ª ed., Lima, 2004, p. 94. También: Guzmán Napurí, Christián, La Administración Pública y el Proce-
dimiento Administrativo General, Lima: Página Blanca Editores, 2004, pp. 115 y ss.
1042
panorama general del derecho administrativo en el perú
42
Art IV. Principios del procedimiento administrativo. 1. El procedimiento administrativo se sus-
tenta fundamentalmente en los siguientes principios, sin perjuicio de la vigencia de otros principios
generales del Derecho administrativo: 1.1 Principio de legalidad; 1.2 Principio del debido procedi-
miento; 1.3 Principio de impulso de oficio; 1.4 Principio de razonabilidad; 1.5 Principio de imparcia-
lidad; 1.6 Principio de informalismo; 1.7 Principio de presunción de veracidad; 1.8 Principio de con-
ducta procedimental; 1.9 Principio de celeridad; 1.10 Principio de eficacia; 1.11 Principio de verdad
material; 1.12 Principio de participación; 1.13 Principio de simplicidad; 1.14 Principio de uniformi-
dad; 1.15 Principio de predictibilidad; 1.16 Principio de privilegio de controles posteriores.
1043
derecho administrativo en iberoamérica
43
Dice el numeral 1) del art. II de la Ley de Procedimiento Administrativo General que el proce-
dimiento administrativo se sustenta fundamentalmente en la relación de principios que establece la ley
«sin perjuicio de la vigencia de otros principios generales del Derecho administrativo» y en el último
párrafo del numeral 2) del mismo artículo se reitera que «La relación de principios anteriormente
enunciados no tiene carácter taxativo».
1044
panorama general del derecho administrativo en el perú
1045
derecho administrativo en iberoamérica
44
LPAG. Art. 75. Deberes de las autoridades en los procedimientos. Son deberes de las autorida-
des respecto del procedimiento administrativo y de sus partícipes, los siguientes: 2. Desempeñar sus
funciones siguiendo los principios del procedimiento administrativo previstos en el Título Preliminar
de esta Ley.
1046
panorama general del derecho administrativo en el perú
45
Hemos trabajado el tema en «El régimen de los contratos estatales en el Perú», publicado en
AA.VV., Derecho administrativo contemporáneo. Ponencias del II Congreso de Derecho Administra-
tivo. Lima: Palestra Editores, 2007, pp. 92 y 93. La sentencia del Tribunal Constitucional citada es la
recaída en el Expediente Nº 020-2003-AI/TC de 17/5/2004, disponible en: http://www.tc.gob.pe/cgi-
bin/searchtout.cgi
46
Principios que caracterizan el citado proceso como dinámico, permanente, irreversible, demo-
crático, integral, subsidiario y gradual.
47
Principios de unidad, transparencia, participación y subordinación, con sus correspondientes
definiciones.
1047
derecho administrativo en iberoamérica
la anotada tendencia un buen número de las disposiciones dictadas por los or-
ganismos reguladores de servicios públicos y de concesiones de infraestructura
en ejercicio de sus potestades normativas, especialmente los reglamentos de
carácter autónomo que se dictan regulando el trámite de diversos procedimien-
tos administrativos especiales, los que por regla general son aprobados cuidan-
do de consagrar una relación de principios que tienen por objetivo constituir los
parámetros o pautas para la aplicación e interpretación del reglamento en cues-
tión, los mismos que se aplican sin perjuicio de que puedan ser de aplicación
supletoria los principios del procedimiento administrativo previstos en la LPAG
u otros principios del Derecho administrativo.
48
«Prólogo», en Moderne, Franck, Principios generales del Derecho público, Chile: Editorial
Jurídica de Chile, 2005, p. 14.
1048
panorama general del derecho administrativo en el perú
49
Tal es el caso del Tribunal Fiscal, del Consejo de Minería, del Tribunal de Contrataciones del
Estado, del Tribunal Registral, del Tribunal de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Industrial,
entre otros... Hemos analizado el régimen de los tribunales administrativos y su rol como mecanismos
de control de la Administración Pública en: «El proceso contencioso administrativo en el Perú», publi-
cado en AA.VV., «Derecho procesal», II Congreso Internacional, Lima, Fondo de desarrollo editorial
de la Universidad de Lima, 2002, pp. 373 y 374.
50
García De Enterría, Eduardo y Fernández, Tomás Ramón, Curso de Derecho administrativo,
Tomo I, Madrid: Civitas, 1997, p. 432.
1049
derecho administrativo en iberoamérica
da, esta última vinculada al deber genérico de motivación de los actos adminis-
trativos con el objeto de permitirle al administrado poder controlar las decisiones
administrativas51.
El principio de impulso de oficio se traduce en el deber de la Administra-
ción, como gestora del interés público, de desarrollar toda la actividad que sea
necesaria para llegar a la decisión final, sin perjuicio de la mayor o menor par-
ticipación que puedan tener los interesados en la realización de las actuaciones.
Ello se justifica porque la actuación administrativa debe estar orientada a satis-
facer los intereses públicos y por ende la simple inacción de los administrados
no debe determinar normalmente la paralización del procedimiento.
El principio de razonabilidad, también conocido como proporcionalidad en
otros ordenamientos, postula la adecuación entre medios y fines, de modo que
la Administración Pública no debe imponer ninguna carga, obligación, sanción
o prestación más gravosa que la que sea indispensable para cumplir con las
exigencias del interés público.
El principio de imparcialidad opera tanto cuando la Administración resuelve
procedimientos en los que existen intereses contrapuestos entre particulares,
como sucede en las licitaciones, concursos, en los denominados procedimien-
tos trilaterales, e incluso cuando tramita solicitudes de licencias, autorizacio-
nes, permisos, etc. en los que pueden existir interesados en impugnar un acto
administrativo que a su vez beneficia a otro, como también incide en los proce-
dimientos que se tramitan únicamente entre un particular y la Administración
(procedimientos lineales); en ambos casos el principio de imparcialidad asegu-
ra que la Administración permita la participación igualitaria de los interesados.
Mediante el principio de informalismo se pretende que la Administración
Pública excuse a los interesados de la inobservancia de exigencias formales no
esenciales que impidan obtener una decisión sobre el fondo de la cuestión ob-
jeto del procedimiento. Este principio se concibe siempre a favor del adminis-
trado y nunca de la Administración, no pudiendo esta última invocarlo para
eludir el cumplimiento de facultades regladas. El objetivo es evitar que el pro-
cedimiento administrativo sea concebido como una carrera de obstáculos en
contra del administrado, las más de las veces impuestos por la rutina burocráti-
51
Morón Urbina, Juan Carlos, Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo General,
Lima: Gaceta Editores, 2011, pp. 63 y ss.; Espinosa-Saldaña, Eloy, «Debido proceso en procedimien-
tos administrativos, su viabilidad y las experiencias peruana y mundial sobre el particular», Revista
Jurídica del Perú nº 18, Trujillo: Ed. Normas Legales, 2001, p. 2; Guzmán Napurí, Christian, «El de-
bido proceso en sede administrativa en la jurisprudencia y la doctrina peruana. ¿Hoy en día todavía se
puede discutir la pertinencia del mismo?», Ius et Veritas, nº 22, Lima: 2001, p. 344, Ochoa Cardich,
César, «Los principios generales del procedimiento administrativo», AA.VV., Comentarios a la Ley
del Procedimiento Administrativo General. Ley Nº 27444. 2ª parte, Lima: Ara editores, 2003, pp. 68;
y Huapaya, Ramón, «¿Cuáles son los alcances del derecho al “debido procedimiento administrativo”
en la Ley de Procedimiento Administrativo General?», Administración Pública, Derecho administra-
tivo y regulación, Lima: Ara Editores, 2011, pp. 113 y ss.
1050
panorama general del derecho administrativo en el perú
52
Art. 2. Toda persona tiene derecho: 5) A solicitar sin expresión de causa la información que
requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedi-
do. Se exceptúan las informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se exclu-
yan por ley o por razones de seguridad nacional.
53
Es el caso del Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27806 de Transparencia y Acceso a la Infor-
mación Pública aprobado mediante Decreto Supremo Nº 043-2003-PCM de 24.04.2003 que establece
obligaciones de difusión activa (difundir información mediante portales vía Internet) y pasiva (facilitar
el acceso a la información solicitada) por parte de la Administración.
54
Art. 2. Toda persona tiene derecho: 17) A participar, en forma individual.
1051
derecho administrativo en iberoamérica
55
Especialmente la sentencia recaída en el proceso de inconstitucionalidad promovido por el Go-
bierno nacional contra las ordenanzas regionales que declaraban patrimonio cultural la hoja de coca
recaída los expedientes Nº 0020-2005-PI/TC y 0021-2005-PI/TC, de 27 de setiembre del 2005. Las
referencias son a los fundamentos jurídicos 44, 45, 48 y 57 de la citada sentencia.
1052
panorama general del derecho administrativo en el perú
56
Así sucede con el artículo 118 de la Constitución vigente que lista una relación de competencias
formalmente asignadas al Presidente de la República, algunas de las cuales solo pueden ser ejercidas
1053
derecho administrativo en iberoamérica
por él directamente, pero otras son de competencia del Gobierno en términos generales o de los entes
que lo integran.
57
Las atribuciones están consagradas en el artículo 125 de la Constitución y en el artículo 16 de la
Ley Nº 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo.
58
Son competencias que el legislador deriva del artículo 123 de la Constitución, precepto que
también la asigna la función de refrendar los decretos legislativos, los decretos de urgencia y los demás
decretos y resoluciones que señalen la Constitución y la ley.
1054
panorama general del derecho administrativo en el perú
59
Concepción que hemos criticado en nuestro trabajo sobre «El régimen de los servicios públi-
cos en la Constitución peruana», publicado en AA.VV., Orlando Vignolo (coord.), Teoría de los
servicios públicos, Lima: Grigley, 2009, p. 17. Hoy en día la LOPE precisa en su artículo 22.3 que
los ministros de Estado «son responsables de la dirección y gestión de los asuntos públicos de su
competencia».
60
Conforme al artículo 106 de la Constitución mediante las leyes orgánicas se «regula la estructu-
ra y funcionamiento de las entidades del Estado previstas en la Constitución, así como también las
otras materias cuya regulación por ley orgánica está establecida en la Constitución […]», lo que deter-
mina que el estatuto organizativo a nivel legal de los poderes del Estado en sus tres niveles territoriales
(a excepción del Congreso de la República que se rige por su reglamento con fuerza de ley) y los orga-
nismos constitucionalmente autónomos tiene que ser aprobado mediante una ley orgánica que para su
aprobación requiere el voto de más de la mitad del número legal de miembros del Congreso.
1055
derecho administrativo en iberoamérica
61
Que sin embargo el artículo 28 de la LOPE define como «entidades desconcentradas del Poder
Ejecutivo», seguramente con el propósito de distinguirlas de la descentralización territorial que se de-
sarrolla a nivel regional y local.
62
Hemos analizado el régimen de los organismos reguladores de los servicios públicos en nuestro
trabajo, «Los organismos reguladores de los servicios públicos en el Perú: su régimen jurídico, organi-
zación, funciones de resolución de controversias y de reclamos de usuarios», publicado en la obra co-
lectiva Derecho Administrativo, que recoge las ponencias presentadas al Primer Congreso peruano de
Derecho Administrativo, El Jurista, Lima, 2004, pp. 417 y ss.
1056
panorama general del derecho administrativo en el perú
llo de las industrias que son materia de su actividad regulatoria. Finalmente, los
organismos técnicos especializados del Poder Ejecutivo se crean para hacerse
cargo de políticas de Estado de largo plazo, de carácter multisectorial o intergu-
bernamental que requieren de un alto grado de independencia funcional, o para
establecer instancias funcionalmente independientes que otorguen o reconoz-
can derechos a los particulares para el ingreso a los mercados o el desarrollo de
actividades económicas oponibles a otros sujetos de los sectores público o pri-
vados, conforme a la LOPE deben ser dirigidos por un Consejo Directivo, pero
paradójicamente, a pesar de que formalmente se pretende otorgársele indepen-
dencia funcional, la LOPE dispone que deben sujetarse a los lineamientos téc-
nicos del Ministerio al que están adscritos con quien coordinan sus objetivos y
estrategias, así como la aprobación de su política de gasto en el marco de la
política general del Gobierno. Actualmente existen en el Poder Ejecutivo alre-
dedor de 40 organismos públicos algunos de los cuales tienen una dimensión
(presupuestal y administrativa) mayor que algunos ministerios.
Conforme al diseño constitucional todas las entidades públicas del Poder
Ejecutivo requieren estar adscritas a un ministerio para que el respectivo minis-
tro pueda ser eventualmente el responsable político ante el Congreso de la Re-
pública en razón de la potestad de dirección general que le compete. Se trata a
no dudar de otra institución de origen parlamentario que se complementa con el
artículo 120 de la Constitución que dispone la nulidad de los actos del Presiden-
te de la República que carecen de refrendación ministerial y que se basa en que
el Presidente de la República no es pasible de responsabilidad política ante el
Parlamento.
Las competencias del Poder Ejecutivo están consagradas por la Constitución
y las respectivas leyes sectoriales. Es indudable que el Presidente y los ministros
ejercen funciones de gobierno y administrativas. Las funciones de gobierno o
dirección política son jurídica y cualitativamente diferentes a las funciones de
carácter administrativo, estas últimas desarrolladas principalmente a través de su
propia organización administrativa63. La Ley Nº 27783, Ley de Bases de la Des-
centralización (en adelante, LBD64), establece en su artículo 2665 una relación de
63
Como bien señala el profesor Victor Baca aunque la Constitución no proporciona argumentos
para realizar una distinción subjetiva entre Gobierno y Administración, sí realiza la distinción entre
la función de Gobierno y la función de administración porque su artículo 118 le confiere al Presiden-
te de la República la función de «dirigir la política general del Gobierno» (numeral 3) y también
«ejercer las demás funciones de gobierno y administración que la Constitución y las leyes le enco-
miendan», Los actos de Gobierno. Un estudio sobre su naturaleza y régimen jurídico, Universidad de
Piura, 2003, p. 168.
64
La Ley de Bases de la Descentralización aprobada con carácter de ley orgánica desarrolla los
preceptos constitucionales referidos al Capítulo de la Descentralización articulando las competencias
entre los tres niveles territoriales de Gobierno, sin perjuicio de la regulación que en cumplimiento del
mandato constitucional mediante leyes orgánicas se desarrolla la estructura y funcionamiento del Po-
der Ejecutivo, de las regiones y los gobiernos locales.
65
Art. 26. Competencias exclusivas: 26.1 Son competencias exclusivas del gobierno nacional:
a) diseño de políticas nacionales y sectoriales; b) defensa, seguridad nacional y Fuerzas Armadas;
1057
derecho administrativo en iberoamérica
1058
panorama general del derecho administrativo en el perú
68
Sobre el concepto de organismo constitucional: García Pelayo, Manuel, «El “estatus” del Tri-
bunal Constitucional», Revista Española de Derecho Constitucional, nº 1, Madrid, 1981, p. 20; Gómez
Montoso, Angel J., El conflicto entre órganos constitucionales, Madrid: Centro de Estudios Constitu-
cionales, 1992, p. 310; Trujillo Rincón, María Antonia, Los conflictos entre órganos constitucionales
del Estado, Madrid: Publicaciones del Congreso de los Diputados, 1995, p. 42; Danós O., Jorge,
«Aspectos orgánicos del Tribunal Constitucional», Lecturas sobre temas constitucionales, nº 10,
Lima: CAJ, p. 290; y Donayre M., Christian, «Entre la autonomía y la autarquía del Jurado Nacional
de Elecciones: la irreversibilidad de sus decisiones en sede jurisdiccional en cuestión», Revista Dere-
cho, nº 59, Lima: PUCP, 2007, p. 118.
69
La Constitución de 1993 ha sido parcialmente objeto de reforma en el Capítulo referido a des-
centralización mediante la Ley de Reforma Constitucional Nº 27680 de 7 de marzo del 2002, para dar
cobertura al reinicio del proceso de descentralización que posteriormente ha sigo legislativamente de-
sarrollado a través de la Ley Nº 27783 de Bases de la Descentralización de 17 de julio del 2002, la Ley
Nº 27867 Orgánica de Regiones de 18 de noviembre del 2002, la Ley Nº 27927 Orgánica de Munici-
palidades de 27 de mayo del 2003, el Decreto Nº 955 de Descentralización Fiscal de 5 de febrero de
2004, la Ley Nº 28273 del Sistema de Acreditación de los Gobiernos Regionales y Locales de 9 de
julio de 2004 y la Ley Nº 28274 de Incentivos para la Integración y Conformación de Regiones, tam-
bién de 9 de julio de 2004.
1059
derecho administrativo en iberoamérica
70
Ley Nº 28390 de 17 de noviembre del 2004 para la Reforma Constitucional del artículo 74 de
la Constitución que regula el poder tributario.
71
Es recomendable la lectura del Informe de la Defensoría del Pueblo Nº 133 (2008), titulado
«¿Uso o abuso de la autonomía municipal? El desafió del desarrollo local», en el que se analiza el
marco conceptual bajo el cual se organiza el Estado en sus tres niveles de Gobierno, así como se des-
cribe y analiza el procedo de descentralización y sobre todo los problemas detectados en el ejercicio de
la autonomía municipal.
1060
panorama general del derecho administrativo en el perú
72
Como ya se señaló hoy en día en el Perú solo existen con carácter transitorio los «gobiernos
regionales» con sus autoridades debidamente elegidas asentados sobre la tradicional demarcación de-
partamental. La siguiente fase indispensable del proceso de descentralización es que se constituyan las
«regiones» sobre la base de la integración de la población de dos o más departamentos, sobre la base
de referéndums de las respectivas poblaciones.
73
La Ley Nº 27783 de Bases de la Descentralización define en su artículo 8 a la autonomía de
gobierno como «el derecho y la capacidad efectiva del Gobierno en sus tres niveles, de normar, regular
y administrar los asuntos públicos de su competencia»; luego en el artículo 9 define legalmente a cada
una de las autonomías de orden político, administrativo y económico. Respecto de la autonomía polí-
tica la define como «la facultad de adoptar y concordar las políticas, planes y normas en los asuntos de
su competencia, aprobar y expedir sus normas, decidir a través de sus órganos de gobierno y desarro-
llar las funciones que le son inherentes».
1061
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3. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
74
Así lo señala el ilustre profesor Jesús González Pérez en el prólogo a la obra del profesor vene-
zolano Allan Brewer-Carías, Principios del procedimiento administrativo en América Latina, Bogo-
ta: Legis, 2003, p. XX.
75
Aprobada por el Congreso de la República en base a un anteproyecto preparado por una comi-
sión de juristas designadas por el Ministerio de Justicia en 1997 y que tuve el honor de presidir. Sobre
el tema: Jorge Danós Ordóñez, «El proceso de elaboración y aprobación de la nueva Ley del Procedi-
miento Administrativo General» y «Comentarios a la nueva Ley del Procedimiento Administrativo
General», en AA.VV., Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo General, Lima: Ara
Editores, 2001, pp. 17 y 37, y ss.
1063
derecho administrativo en iberoamérica
tan realizar con eficacia el interés general de la sociedad, pero a la vez estable-
ce mecanismos para garantizar las posiciones subjetivas de los ciudadanos en
sus relaciones con la Administración.
Entre los aportes más significativos de la citada Ley se encuentra el conjun-
to de principios que regulan la actuación de la Administración Pública en sus
relaciones con los ciudadanos consagrados por el artículo IV de su Título Pre-
liminar, los cuales constituyen los elementos estructurales o fundamentales de
la regulación de los procedimientos administrativos, pero no solo de los conte-
nidos en dicha Ley sino también del gran número de procedimientos especiales
o sectoriales existentes en virtud del carácter supletorio de toda ley general y
por mandato expreso del numeral 3) del artículo II del Título Preliminar76.
La LPAG es una de las normas capitales del Derecho administrativo perua-
no, porque constituye el referente normativo necesario para el funcionamiento
de las entidades que conforman la Administración Pública en el Perú.
Mediante la regulación del procedimiento administrativo se disciplina la ac-
tividad de la Administración Pública. El funcionario está sujeto a un cauce
formal legalmente establecido que le obliga a realizar determinadas actuacio-
nes, le faculta a utilizar potestades exorbitantes y le impone el deber de sujetar-
se a una extensa relación de principios que tienen por finalidad procurar el
mejor cumplimiento de las funciones la ley les asigna, todo ello dentro de un
marco constitucional que a la par de establecer los cometidos que debe cumplir
la administración y sus funcionarios, consagra los derechos fundamentales de
las personas que la administración debe respetar y defender, así como hacer
posible su vigencia.
El procedimiento administrativo es un mecanismo diseñado legalmente para
encauzar jurídicamente la actividad de la Administración Pública y constituye
uno de los instrumentos centrales que nuestro ordenamiento administrativo es-
tablece para el control jurídico de la actuación de las entidades administrativas.
Cuando el régimen legal dispone que la Administración Pública está obliga-
da a desarrollar las funciones que tiene a su cargo sujetándose a las reglas de un
procedimiento administrativo legalmente establecido, su propósito es asegurar
que las entidades que forman parte de ese complejo organizativo conocido
como Administración Pública cumplan los cometidos que tienen legalmente
asignados para la tutela de los intereses públicos que atañen a la colectividad,
pero sin menoscabo de los derechos de los particulares. La regulación de todo
procedimiento administrativo tiene o debe tener como regla para su diseño, de
una parte, el procurar armonizar la necesidad de establecer instrumentos o pre-
rrogativas para asegurar la eficacia de la actuación administrativa en orden a la
76
Art. II, 3): «Las autoridades administrativas al reglamentar los procedimientos especiales, cum-
plirán con seguir los principios administrativos, así como los derechos y deberes de los sujetos del
procedimiento, establecidos en la presente ley».
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77
La obligación de todas las entidades administrativas de clasificar los procedimientos adminis-
trativos iniciados a pedido de parte en procedimientos de aprobación automática o de evaluación pre-
via, en este último caso con aplicación del silencio administrativo positivo o negativo, y de consignar-
los como se verá a continuación en el respectivo Texto Único de Procedimiento Administrativo,
TUPA, fue introducido por primera vez en el ordenamiento administrativo peruano el año 1991 con el
objeto de adecuar el funcionamiento de la Administración Pública al en ese entonces nuevo marco ju-
rídico que redefinía el nuevo rol del Estado en la economía y potenciaba la iniciativa empresarial pri-
vada razón por la cual se dictó el Decreto Legislativo Nº 757 denominado Ley Marco para el Creci-
miento de la Inversión Privada que estableció las citadas medidas como parte de un conjunto que res-
pondía a la finalidad de eliminar las trabas o restricciones administrativas que pudieran entorpecer el
desarrollo de las actividades económicas restringiendo la libre iniciativa privada y restando competiti-
vidad a las empresas.
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78
«El silencio administrativo como técnica de garantía del particular frente a la inactividad formal
de la Administración Pública», Ius et Veritas, Lima, año VII, nº 13, p. 227.
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79
Estas características del silencio administrativo negativo están legislativamente consagradas en
los numerales 3), 4) y 5) del art. 188 de la LPAG.
80
Estas características están legislativamente consagrados en los numerales 1) y 2) del art. 188 de
la LPAG.
1070
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81
En nuestra opinión los procedimientos administrativos de aprobación automática son mucho
más beneficiosos para el particular que los procedimientos de evaluación previa, incluso con silencio
positivo, porque le permiten obtener lo solicitado con la sola presentación de su solicitud en la mesa de
partes de la respectiva entidad administrativa.
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82
El Decreto Legislativo Nº 1029 introduce varias otras reformas a la LPAG que responden al
referido objetivo de moderar la aplicación del silencio administrativo positivo, las que describiremos a
lo largo de este estudio introductorio.
1073
derecho administrativo en iberoamérica
– Se han reducido los supuestos en los que el silencio administrativo po-
sitivo podía ser aplicado a los procedimientos administrativos destina-
dos a resolver recursos destinados a impugnar actos administrativas en
comparación con el texto original de la LSA que parecía hacer aplicable
el silencio administrativo positivo a todo tipo de procedimientos recur-
sivos. Ahora a partir de la modificación dispuesta por el citado Decreto
Legislativo Nº 1029, se introducen dos matizaciones: (i) se precisa que
el silencio administrativo positivo solo será aplicable a los procedimien-
tos recursivos destinados a cuestionar la desestimación de una solicitud
o actos administrativos anteriores, siempre que no se trate de decisiones
que se hayan originado en procedimientos administrativos en los que
sea de aplicación el silencio administrativo negativo de conformidad
con la primera disposición transitoria, complementaria y final de la
LSA, lo que constituye en nuestra opinión una regla correcta porque nos
parece coherente que en los casos en que por el marco legal sea de apli-
cación el silencio negativo en orden a tutelar los intereses públicos con-
signados en dicho precepto, la sola demora (negligencia) de la Adminis-
tración en resolver oportunamente el recurso que interponga el
interesado no debería originar automáticamente una respuesta positiva
con posible perjuicio de los citados intereses colectivos; (ii) además se
ha introducido en la LPAG un nuevo numeral 188.6 para disponer que
cuando medie el ejercicio de la potestad sancionadora por parte de la
Administración Pública en los procedimientos administrativos que se
inicien con motivo de los recursos administrativos que interpongan los
interesados para impugnar la aplicación de una sanción, se aplicará por
regla general el silencio administrativo negativo, a excepción de aque-
llos casos en los que el particular haya optado previamente por la apli-
cación del silencio negativo en una instancia administrativa recursiva
anterior, hipótesis en la cual sí será de aplicación el silencio administra-
tivo positivo en las siguientes instancias resolutivas. Como se puede
apreciar para que opere esta nueva regla se deben cumplir las siguientes
premisas: una entidad aplica una sanción administrativa, la cual es recu-
rrida por el particular que se considera afectado ante una primera instan-
cia administrativa, la que no resuelve el citado recurso en los plazos le-
galmente establecidos, lo que origina que el recurrente pueda invocar el
silencio administrativo negativo y proceder a interponer el correspon-
diente recurso ante una segunda instancia administrativa, la que en caso
tampoco resuelva dentro de los plazos legalmente determinados traerá
como consecuencia que sea de aplicación el silencio administrativo po-
sitivo en favor del recurrente liberándolo de la sanción impugnada. Cabe
recordar que, conforme se ha comentado en el párrafo anterior, por tra-
tarse de un procedimiento recursivo contra una sanción administrativa,
es de aplicación el silencio administrativo negativo y por tanto el plazo
que tiene la primera instancia administrativa para resolver y notificar su
decisión es de treinta (30) días hábiles, mientras que en la segunda ins-
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83
Denominación que adquiere por mandato de los artículos 20 y 23 Decreto Legislativo Nº 1033,
Ley de Organización y Funciones del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Pro-
piedad Intelectual, INDECOPI. Antes era conocida como Comisión de Acceso al Mercado. Sugeri-
mos tener presente los Lineamientos de la Comisión de Acceso al Mercado sobre Simplificación
Administrativa, aprobados mediante Resolución Nº 0274-2007-CAM-INDECOPI de 14 de diciem-
bre del 2007.
84
El Tribunal Constitucional peruano mediante la sentencia recaída en el Expediente Nº 00014-
2009-PI /TC de 25 de agosto del 2010 ha declarado infundada la demanda de inconstitucionalidad que
se interpuso contra la Ley Nº 28896.
1077
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85
Santamaría Pastor, Juan Alfonso, Fundamentos de Derecho administrativo I, Madrid: Centro
de Estudios Ramón Areces, 1988, p. 864, y Embid Irujo, Antonio, El ciudadano y la Administración,
Madrid: INAP, 1996, p. 41.
86
Art. 51. Contenido del concepto administrado. Se consideran administrados respecto de algún
procedimiento administrativo concreto: 1. quienes lo promuevan como titulares de derechos o intere-
ses legítimos individuales o colectivos; 2. aquellos que, sin haber iniciado el procedimiento, posean
derechos o intereses legítimos que pueden resultar afectados por la decisión a adoptarse.
1078
panorama general del derecho administrativo en el perú
La LPAG regula en los artículos 103 a 112 las diferentes formas de inicia-
ción del procedimiento administrativo, ya sea de oficio o a pedido de parte. En
especial los artículos 105 a 112 desarrollan las distintas modalidades como los
particulares pueden promover un procedimiento administrativo. El artículo 105
de la Ley se refiere al derecho de los particulares a formular denuncias respecto
de hechos que puedan conocer contrarios al ordenamiento jurídico, sin necesi-
dad de acreditar interés especial en la materia. Aunque la norma no le reconoce
la calidad de parte en el respectivo procedimiento administrativo, el numeral 3)
señala que el rechazo de la denuncia debe ser comunicado al que la formuló,
regla que guarda consonancia con la establecida en el numeral 6) del artícu-
lo 235 ubicado en la sección que regula el procedimiento administrativo sancio-
nador, conforme al cual la resolución que determina la comisión de una infrac-
ción y por ende la aplicación de una sanción administrativa, o de lo contrario la
decisión de archivar el procedimiento, deberá también ser notificada a quien
1079
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1080
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87
Colom Pastor, Bartolomeu, El derecho de petición, Madrid: Marcial Pons, 1997, pp. 86 y 87.
Señala: «el ciudadano en principio no tiene derecho al logro de lo pedido y solo tiene derecho a los aspec-
tos procedimentales del derecho de petición, esto es, a una resolución fundada, dictada siguiendo un
procedimiento», y por tanto «hay que recordar que si bien no existe ni un derecho un interés legítimo al
logro de lo pedido puede construirse un interés legítimo al procedimiento y a la observación del derecho».
1081
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1082
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88
Aberastury, Pedro, y Cilurzo, María Rosa, Curso de procedimiento administrativo, Abeledo-
Perrot, Bs As, 1998, p. 146.
1083
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89
Canosa, op. cit., p. 252.
1084
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1086
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90
La mayor parte de esta sección la hemos tomado de nuestro trabajo «La participación de los
ciudadanos en la toma de decisiones en la Administración Pública en el Perú», Colectivo Estudios en
Homenaje a don Jorge Fernández Ruiz. Universidad Autónoma de México, 2005.
91
Curso de Derecho administrativo, 5ª Edición, Madrid: Civitas, 1998, vol. II, p. 83.
1087
derecho administrativo en iberoamérica
92
Como señala Juan Carlos Morón Urbina que la LPAG «ha dado preponderancia a la introduc-
ción del principio de participación administrativa como elemento indispensable para la revolución
democrática en la actuación administrativa», lo cual es una exigencia derivada de que la Administra-
ción Pública «es la estructura organizativa del Estado que más cercana está a la ciudadanía por el nivel
estatal que tiene que ver directamente con la satisfacción de las necesidades colectivas y la definición
de los intereses públicos». En: «Comentarios a la nueva Ley del Procedimiento Administrativo Gene-
ral», Gaceta Jurídica, Tercera edición revisada, Lima, 2004, pp. 80 y 469.
93
Título Preliminar, artículo IV, Principios del Procedimiento Administrativo, numeral 1.12)
Principio de participación.
1088
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94
Gordillo, Agustín, Tratado de Derecho administrativo, Tomo 2, La defensa del usuario y del
administrado, 2ª Edición, Buenos Aires: Fundación de Derecho Administrativo, 1998, pp. X-8 y X-9.
1089
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1090
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95
Cierco Seira, La participación de los interesados en el procedimiento administrativo, Bolonia:
Real Colegio de España, 2002, p. 256.
1091
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96
Art. 188. Efectos del silencio administrativo.
1. Los procedimientos administrativos sujetos a silencio administrativo positivo quedarán auto-
máticamente aprobados en los términos en que fueron solicitados si transcurrido el plazo esta-
blecido o máximo, la entidad no hubiera comunicado al administrado el pronunciamiento.
2. El silencio administrativo tiene para todos los efectos el carácter de resolución que pone fin al
procedimiento, sin perjuicio de la potestad de nulidad de oficio prevista en el artículo 202 de la
presente Ley.
3. El silencio administrativo negativo tiene por efecto habilitar al administrado la interposición de
los recursos administrativos y acciones judiciales pertinentes.
4. Aun cuando opere el silencio administrativo negativo, la Administración mantiene la obliga-
ción de resolver, bajo responsabilidad, hasta que se le notifique que el asunto ha sido sometido
a conocimiento de una autoridad jurisdiccional o el administrado haya hecho uso de los recur-
sos administrativos respectivos.
5. El silencio administrativo negativo no inicia el cómputo de plazos ni términos para su impug-
nación.
97
He trabajado el tema en «El silencio administrativo como técnica de garantía del particular
frente a la inactividad formal de la Administración», Ius et Veritas Nº 13, 1996, pp. 225 y ss.
1092
panorama general del derecho administrativo en el perú
aunque opere el silencio administrativo por el solo vencimiento del plazo para
terminar el procedimiento administrativo la Administración no la exime de la
obligación de resolver de manera expresa hasta que el particular opte por inter-
poner los recursos administrativos o iniciar los procesos judiciales que la Ley
le franquea.
El silencio administrativo de carácter positivo en cambio sí genera un ver-
dadero acto administrativo tácito de la Administración porque en dicho supues-
to se entiende otorgado lo pedido por el administrado si su petición se ajusta a
lo previsto en el ordenamiento jurídico. A diferencia del silencio negativo en el
que la falta de pronunciamiento de la Administración dentro de los plazos pre-
vistos por la Ley no la exime de resolver las cuestiones planteadas si el particu-
lar no ha optado por interponer el recurso administrativo o la demanda judicial
correspondiente, en el caso del silencio positivo el vencimiento del plazo para
que la Administración adopte una decisión supone el otorgamiento de la auto-
rización o licencia solicitada por el particular, de modo que la Administración
ya no puede resolver en forma expresa en sentido contrario al otorgamiento
positivo o revocarlo, salvo que su contenido se oponga al ordenamiento jurídi-
co y, en consecuencia, solo en ese supuesto la Administración podrá declararlo
nulo mediante el procedimiento de revisión de oficio establecido en el artícu-
lo 202 de la Ley.
Respecto de la característica del silencio administrativo negativo conforme
a la cual su producción no inicia el cómputo de plazos para su impugnación
según lo dispone el numeral 5) del artículo 188, recientemente, mediante el
Decreto Legislativo 1067, se han introducido modificaciones en el régimen le-
gal del proceso contencioso administrativo recogidos en el numeral 4) del ar
tículo 19 de su Texto Único Ordenado aprobado mediante Decreto Supre-
mo Nº 013-2008-JUS, según el cual cuando con motivo de la tramitación de un
procedimiento administrativo en una instancia que agota la vía administrativa
se produce el silencio negativo no se computará plazo para que el interesado
pueda interponer la correspondiente demanda. Adicionalmente se establece que
carece de eficacia el pronunciamiento realizado por la Administración no obs-
tante haber sido notificada con la demanda contencioso-administrativa que
pone de manifiesto la decisión del interesado de utilizar el silencio negativo.
Asimismo, si el pronunciamiento expreso de la Administración se emite luego
de producido el silencio negativo, pero antes de que se le notifique a la Admi-
nistración que el interesado ha interpuesto la demanda, se faculta al actor para
solicitar al órgano jurisdiccional que conoce del proceso contencioso-adminis-
trativo que incorpore como pretensión la impugnación de dicho acto adminis-
trativo expreso o la conclusión del proceso.
Como ya se ha comentado anteriormente, mediante el Decreto Legislati-
vo Nº 1029 se ha incorporado un nuevo numeral 6) al artículo 188 para disponer
que en los procedimientos administrativos que se inicien con motivo de los re-
cursos administrativos que interpongan los interesados para impugnar la aplica-
1093
derecho administrativo en iberoamérica
ción de una sanción se aplicará por regla general el silencio administrativo ne-
gativo, a excepción de aquellos casos en los que el particular haya optado
previamente por la aplicación del silencio negativo en una instancia administra-
tiva recursiva anterior, caso en el cual sí será de aplicación el silencio adminis-
trativo positivo en las siguientes instancias que deberían resolver el recurso
administrativo que se haya interpuesto.
En el artículo 191 de la LPAG se establece que el denominado abandono
como forma de terminación anormal del procedimiento solo se produce en los
procedimientos iniciados a solicitud del administrado y siempre que dicho parti-
cular haya incumplido con la realización de algún trámite que le haya sido reque-
rido. El abandono nunca puede producirse por el mero transcurso del tiempo ni
por razones imputables a la Administración porque está rigurosamente obligada a
ceñirse al principio de impulso de oficio en todos los trámites del procedimiento.
Finalmente, creo conveniente recordar que en nuestro medio la nueva
Ley Nº 27444 de Procedimiento Administrativo General ha regulado de manera
específica a los que denomina «procedimientos administrativos trilaterales»
(arts. 219 a 228) para encauzar aquellos supuestos en los que la Ley confiere
potestades a los órganos de la Administración Pública para resolver en sede ad-
ministrativa controversias que enfrente a dos o más particulares entre sí, sin
perjuicio de que en caso de inconformidad con lo resuelto por la Administración
la parte que se siente afectada en virtud del derecho a la tutela judicial puede
acudir a la justicia para cuestionar la legalidad de la decisión administrativa.
Al respecto es necesario tener presente que a diferencia de los ordenamien-
tos de algunos países de nuestro entorno cuya jurisprudencia o doctrina acepta
que la Administración Pública pueda ejercer facultades de carácter jurisdiccio-
nal, en el Perú nuestro marco constitucional no permite que las entidades admi-
nistrativas puedan ejercer potestades jurisdiccionales porque se trata de una
función estatal reservada al Poder Judicial o a los organismos previstos consti-
tucionalmente (Tribunal Constitucional, Jurado Nacional de Elecciones, etc.).
En dicho contexto la LPAG peruana, al caracterizar como «procedimientos ad-
ministrativos trilaterales» a aquellos que sirven de cauce para que la Adminis-
tración Pública pueda ejercer las competencias cuando la Ley le encarga resol-
ver controversias entre dos particulares, está cumpliendo con el citado mandato
constitucional al señalar que el ejercicio de dichas competencias tienen carácter
administrativo y de ni ninguna manera jurisdiccional.
4.1. Definición
La LPAG no solo establece las reglas que regulan el cauce formal por el que
debe discurrir la actividad de la Administración Pública en sus relaciones con
1094
panorama general del derecho administrativo en el perú
los ciudadanos, sino que también comprende la regulación del régimen de los
actos administrativos como producto típico de la actuación administrativa o
resultado final de los procedimientos administrativos, estableciendo sus ele-
mentos esenciales, la forma de elaboración y las reglas para determinar la vali-
dez y eficacia de los mismos, independizando su tratamiento legislativo respec-
to de institutos análogos como el acto jurídico regulado por el Código Civil.
El numeral 1) del artículo 1 de la LPAG consagra una definición de acto
administrativo coincidente con las definiciones más usuales de la doctrina y la
legislación comparada. El acto administrativo constituye una manifestación de
voluntad, lo que supone siempre la exteriorización de un proceso intelectual de
cognición o juicio que conforme al artículo 5.1 puede consistir en una decisión,
opinión o constatación por parte de la Administración y que está destinada a
producir efectos jurídicos sobre los intereses, obligaciones o derechos de los
administrados. Por tal razón no son consideradas actos administrativos por el
numeral 1.2.2) las actuaciones puramente materiales de la Administración que
se realicen desprovistas de la cobertura de un acto administrativo, las cuales son
conocidas como hechos administrativos porque no implica una exteriorización
intelectual sino puramente material.
Asimismo, los actos administrativos deben proceder de una autoridad, fun-
cionario u organismo que forma parte de la Administración Pública, lo cual
excluye a los actos jurídicos que realicen los administrados para iniciar, o al
interior de, un procedimiento administrativo como cuando presentan solicitu-
des, interponen recursos, etc. Por ser un acto de carácter esencialmente unilate-
ral tampoco están comprendidos los contratos que celebre el Estado con los
privados o los convenios interadministrativos por cuanto son producto de un
acuerdo de voluntades y no de una decisión administrativa unilateral. Además,
los actos administrativos deben ser producto del ejercicio de potestades regidas
por normas del Derecho público, lo que también excluye a las actuaciones que
en ocasiones lleva a cabo la Administración sujetándose a las normas del Dere-
cho privado como cualquier particular.
En el numeral 1.2.1) del citado artículo 1 se precisa que los actos de admi-
nistración interna de las entidades administrativas, en ocasiones también cono-
cidos por la equívoca denominación de «actos de la Administración», no esta-
rán regulados por las normas de la Ley, salvo en lo que se refiere a las
disposiciones del Título Preliminar y por aquellas normas de la Ley que expre-
samente los comprenda, como es el caso de los artículos 7 («Régimen de los
actos de administración interna») y 28 («Comunicaciones al interior de la Ad-
ministración») entre otros, lo cual se justifica en la necesidad de permitirle a la
Administración organizarse internamente de forma más dinámica según crite-
rios de celeridad, flexibilidad y eficacia, ya que se trata de actuaciones que no
están sujetas a las mismas garantías y requisitos que los actos administrativos
que sí tienen repercusión sobre los particulares. La LPAG regula lo que podría-
mos denominar las «actuaciones externas» de las entidades administrativas, es
1095
derecho administrativo en iberoamérica
98
Moron Urbina, Juan Carlos, «El nuevo régimen de los actos administrativos en la Ley Nº 27444»,
AA.VV., Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo General Ley Nº 27444, 2ª parte, Lima:
Ara Editores, 2003. pp. 153 y ss.
99
Art. 2. Modalidades del acto administrativo. 2.1 Cuando una ley lo autorice, la autoridad, me-
diante decisión expresa, puede someter el acto administrativo a condición, término o modo, siempre
que dichos elementos incorporables al acto, sean compatibles con el ordenamiento legal, o cuando se
trate de asegurar con ellos el cumplimiento del fin público que persigue el acto.
100
Art. 4. Forma de los actos administrativos. 4.1) Los actos administrativos deberán expresarse
por escrito, salvo que por la naturaleza y las circunstancias del caso, el ordenamiento jurídico haya
previsto otra forma, siempre que permita tener constancia de su existencia.
1096
panorama general del derecho administrativo en el perú
101
Respecto de la importancia de la motivación de los actos administrativos: Tawil, Guido San-
tiago, y Monti, Laura Mercedes, La motivación del acto administrativo, Buenos Aires: Depalma,
1998; Fernando Pablo, Marcos, La motivación del acto administrativo, Madrid: Tecnos, 1993, y Ze-
garra Valdivia, Diego, «La motivación del acto administrativo en la Ley Nº 27444, nueva Ley de
Procedimiento Administrativo General», AA.VV., Comentarios a la Ley del Procedimiento Adminis-
trativo General Ley Nº 27444. 2ª parte, Lima: Ara editores, 2003, p. 177.
1097
derecho administrativo en iberoamérica
102
Art. 202.1. En cualquiera de los casos enumerados en el artículo 10, puede declararse de oficio
la nulidad de los actos administrativos, aun cuando hayan quedado firmes, siempre que agravien el
interés público.
103
Cassagne, Juan Carlos, Derecho administrativo, Tomo II, 5ª edición, Buenos Aires: Abeledo-
Perrot, 1996, pp. 20, 21.
104
Boquer Oliver, José María, «Grados de ilegalidad del acto administrativo», Revista de Admi-
nistración Pública, nº 100-102, 1983, Madrid, p. 1003.
1098
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105
Nieto, Alejandro, Estudio preliminar a la obra de Margarita Beladiez Rojo Validez y eficacia
de los actos administrativos, Madrid: Marcial Pons, 1994, p. 23.
106
Gordillo (op. cit., p. XI-36) proporciona algunos ejemplos de actos administrativos que con-
sidera inexistentes: una decisión adoptada por quien no es órgano estatal; o siendo un órgano estatal
1099
derecho administrativo en iberoamérica
actúa con evidente o grosera incompetencia, o el contenido es imposible de hecho, absurdo, impreciso,
contradictorio, etc.
107
Cassagne (op. cit., p. 184) es un acérrimo crítico del concepto de acto inexistente y considera
que los supuestos de defecto grave pueden ser incluidos dentro de la categoría de nulidad absoluta,
mientras que si se tratare de un grosero comportamiento material de la Administración se estaría ante
la denominada «vía de hecho administrativa», que, en el caso peruano, la Ley de Procedimiento Admi-
nistrativo General los excluye expresamente del concepto de acto administrativo en el artículo 1.2.2
cuando alude a «los comportamientos y actividades materiales de las entidades». Linarez Jara, Mario,
«Régimen de invalidez del acto administrativo en la Ley del Procedimiento Administrativo General».
ADVOCATUS, nº 5, Lima, p. 404, opina que «al no haber tomado la LPAG la figura del acto adminis-
trativo inexistente, los actos administrativos que no contengan los presupuestos mínimos constitutivos
de forma manifiesta, deberán asimilarse a los actos nulos, siendo deber de la autoridad competente
invalidarlos de inmediato».
108
Art. 10. Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de pleno derecho, los si-
guientes: 1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias. 2. El defec-
1100
panorama general del derecho administrativo en el perú
to o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno de los supuestos de
conservación del acto a que se refiere el artículo 14. 3. Los actos expresos o los que resulten como
consecuencia de la aprobación automática o por silencio administrativo positivo, por los que se adquie-
re facultades, o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento jurídico, o cuando no se cumplen con
los requisitos, documentación o trámites esenciales para su adquisición. 4. Los actos administrativos
que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como consecuencia de la misma.
109
Morón, Juan Carlos, «Comentarios a la nueva Ley de Procedimiento Administrativo General»,
Gaceta Jurídica, Lima 2001, pp. 137 y 138. Nuñez Lozano, Mª del Carmen, Las actividades comunica-
das a la Administración. La potestad administrativa de veto sujeta a plazo, Madrid: Marcial Pons, 2001.
1101
derecho administrativo en iberoamérica
110
Así lo establece el artículo 188.2 de la LPAG, «el silencio administrativo tiene para todos los
efectos el carácter de resolución que pone fin al procedimiento, sin perjuicio de la potestad de nulidad
de oficio prevista en el Artículo 202 de la presente Ley», precepto que en nuestra opinión se refiere
exclusivamente al silencio administrativo de carácter positivo y no al de tipo negativo.
111
LPAG. Artículo 11. Instancia competente para declarar la nulidad. 11.1 Los administrados
plantean la nulidad de los actos administrativos que les conciernen por medio de los recursos adminis-
trativos previstos en el Título III Capítulo II de la presente ley. 11.2 La nulidad será conocida y decla-
rada por la autoridad superior de quien dictó el acto. Si se tratara de un acto dictado por una autoridad
que no esté sometida a subordinación jerárquica, la nulidad se declarará por resolución de la misma
autoridad. 11.3 La resolución que declara la nulidad, además dispondrá lo conveniente para hacer
efectiva la responsabilidad del emisor del acto inválido.
1102
panorama general del derecho administrativo en el perú
112
LPAG. Artículo 207. Recursos administrativos: 1. Los recursos administrativos son: A. recurso
de reconsideración; B. recurso de apelación, y C. Recurso de revisión. 2. El término para la interposi-
ción de los recursos es de quince (15) días perentorios, y deberán resolverse en el plazo de treinta (30)
días.
113
Igual regla rige para la declaratoria de nulidad de oficio según lo dispone el artículo 202.2 de la
Ley de Procedimiento Administrativo General 27444.
1103
derecho administrativo en iberoamérica
114
Artículo 12. Efectos de la declaración de nulidad: 1. La declaración de nulidad tendrá efecto
declarativo y retroactivo a la fecha del acto, salvo derechos adquiridos de buena fe por terceros, en
cuyo caso operará a futuro. 2. Respecto del acto declarado nulo, los administrados no están obligados
a su cumplimiento y los servidores públicos deberán oponerse a la ejecución del acto, fundando y
motivando su negativa. 3. En caso de que el acto viciado se hubiera consumado, o bien sea imposible
retrotraer sus efectos, solo dará lugar a la responsabilidad de quien dictó el acto y en su caso, a la in-
demnización para el afectado.
1104
panorama general del derecho administrativo en el perú
115
Meier E., Henrique, Teoría de las nulidades en el Derecho administrativo, Caracas: Editorial
Jurídica Alva S.R.L., 2001, p. 253.
1105
derecho administrativo en iberoamérica
116
LPAG. Artículo 14. Conservación del acto. 1 Cuando del vicio del acto administrativo por el
incumplimiento a sus elementos de validez, no sea trascendente, prevalece la conservación del acto,
procediéndose a su enmienda por la propia autoridad emisora. 2 Son actos administrativos afectados
por vicios no trascendentes, los siguientes: 2.1 el acto cuyo contenido sea impreciso o incongruente
con las cuestiones surgidas de la motivación; 2.2 el acto emitido con una motivación insuficiente o
parcial; 2.3 el acto emitido con infracción a las formalidades no esenciales del procedimiento, conside-
rando como tales aquellas cuya realización correcta no hubiera impedido o cambiado el sentido de la
decisión final en aspectos importantes, o cuyo incumplimiento no afectare el debido proceso del admi-
nistrado; 2.4 cuando se concluya indudablemente de cualquier otro modo que el acto administrativo
hubiese tenido el mismo contenido, de no haberse producido el vicio, y 2.5 aquellos emitidos con
omisión de documentación no esencial. 3 No obstante la conservación del acto, subsiste la responsabi-
lidad administrativa de quien emite el acto viciado, salvo que la enmienda se produzca sin pedido de
parte y antes de su ejecución.
1106
panorama general del derecho administrativo en el perú
117
Op. cit., p. 95. Para este autor, perdida la posibilidad de que la Administración subsane su acto,
solo cabe que el juez declare la nulidad.
118
Op. cit., p. 233, pie de p. nº 56.
1107
derecho administrativo en iberoamérica
119
González Pérez, Jesús, Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo, Madrid: Civi-
tas, 1991, pp. 436 y ss.
120
Santamaría Pastor, Juan Alfonso y Parejo Alfonso, Luciano, Derecho administrativo. La
Jurisprudencia del Tribunal Supremo, Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces, 1992, pp. 357 y
359.
1108
panorama general del derecho administrativo en el perú
121
Halperin, David Andrés, y Gambier, Beltrán, La notificación en el procedimiento administra-
tivo, Buenos Aires: Depalma, 1989.
1109
derecho administrativo en iberoamérica
4.3. Ejecución
La ejecución coactiva
Es el procedimiento administrativo que utilizan las entidades públicas frente
a los administrados para hacer efectivas las consecuencias jurídicas del acto
administrativo que esta emita. Es semejante al procedimiento de ejecución que
en España es conocido como procedimiento administrativo de apremio. En el
Perú se lleva a cabo a través de determinados funcionarios (ejecutor y auxiliar
coactivo) en los que se singulariza el ejercicio de las facultades de coacción
directa de la Administración. Solo el ejecutor, y no cualquier otro funcionario
o autoridad administrativa, es el llamado legalmente a establecer las intensas
atribuciones que le confiere la Ley para forzar a los particulares al cumplimien-
to de las obligaciones de carácter público. El trámite del procedimiento de eje-
cución, en especial para el cobro de acreencias pecuniarias a favor de la Admi-
1110
panorama general del derecho administrativo en el perú
nistración Pública, está regulado por dos leyes especiales: el Código Tributario,
que regula exclusivamente la ejecución de acreencias tributarias a favor de ad-
ministración tributaria del Gobierno Nacional, y la Ley Nº 26979, que regula
principalmente el procedimiento de ejecución coactiva para el cobro de otras
deudas pecuniarias de carácter público (multas) y las acreencias tributarias a
favor de las municipalidades122.
La ejecución subsidiaria
Para exigir el cumplimiento de prestaciones materiales cuya satisfacción no
es estrictamente personal, la Ley faculta que la Administración pueda buscar su
cumplimiento a través de un sujeto distinto al obligado original (art. 198).
La multa coercitiva
Constituye un medio de ejecución indirecta y no la aplicación de una san-
ción administrativa. Para poder ser utilizada la entidad debe estar expresamente
autorizada por una ley especial, porque la Ley Nº 27444 de Procedimiento Ad-
ministrativo General no faculta su utilización sino que tan solo regula su régi-
men. Procede en aquellos casos en que no es posible la ejecución subsidiaria o
la compulsión sobre la persona del obligado.
122
Danós Ordóñez, Jorge, y Zegarra Valdivia, Diego, El procedimiento de ejecución coactiva,
Lima: Gaceta Jurídica Ed., 1999.
1111
derecho administrativo en iberoamérica
123
Sobre el tema, el ilustre profesor Jesús González Pérez ha estudiado el régimen peruano en:
«La revisión de los actos en vía administrativa en la ley del procedimiento administrativo general».
Revista Peruana de Derecho Público. Nº 2. Lima: 2001, pp. 35 y ss.
1112
panorama general del derecho administrativo en el perú
124
Comadira, Julio Rodolfo, La anulación de oficio del acto administrativo, Buenos Aires: Edito-
rial Ciencias de la Administración, 1998. pp. 55-58.
1113
derecho administrativo en iberoamérica
1114
panorama general del derecho administrativo en el perú
125
Lo que encuentra fundamento en el poder jurídico de control que en la organización adminis-
trativa ejercen los superiores jerárquicos respecto de los subordinados.
126
Artículo 212. Acto firme. «Una vez vencidos los plazos para interponer los recursos adminis-
trativos se perderá el derecho a articularlos quedando firme el acto».
1115
derecho administrativo en iberoamérica
de la fecha en que el acto haya quedado consentido (artículo 202.3). Por tanto,
a diferencia de otros países que en sus ordenamientos administrativos han esta-
blecido que la potestad de la Administración para invalidar sus propios actos
administrativos puede ejercerse en cualquier momento, sin plazos límites, fun-
dado en que solo procede respecto de actos administrativos viciados de nulidad
absoluta, es decir, definitivamente contrarios al ordenamiento legal y que por
ende no pueden convalidarse por el simple transcurso del tiempo o la falta de
impugnación oportuna por los interesados, en la Ley sí se han establecido pla-
zos para que la Administración Pública pueda ejercer de oficio dicha potestad,
ya sea para invalidar sus actos en sede administrativa o para promover su revi-
sión a cargo del Poder Judicial.
Existe un quinto requisito no recogido por la Ley, pero sí establecido por la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional con sustento en los principios y de-
rechos constitucionales del debido procedimiento y de defensa. Nos referimos
a la obligación de las autoridades administrativas de otorgar al administrado
destinatario del acto en cuestión (que por ende podría ser afectado o perjudica-
do por su posible declaratoria de nulidad) la oportunidad para que dentro de un
plazo adecuado pueda formular los argumentos que estime convenientes para
apuntalar la legalidad del citado acto administrativo. Así en la sentencia recaída
en el Expediente Nº 0884-2004-AA/TC (Caso Eusebia Judith Buendía Fernán-
dez), el Tribunal declaró que:
En el presente caso, aun cuando la emisión de la citada resolución afec-
taba derechos e intereses de la actora, no se le ha concedido a esta la oportu-
nidad de defenderlos. Así, si bien es cierto que la norma atributiva de la po-
testad de anulación (artículo 202 de la Ley del Procedimiento Administrati-
vo General) no lo indica expresamente, «[...] deriva razonablemente del
principio del debido procedimiento administrativo y de los artículos 3.5,
161.2, 187.2, que ninguna autoridad administrativa podrá dictar una anula-
ción de oficio, sin otorgar previamente audiencia al interesado para que pue-
da presentar sus argumentos a favor de la sostenibilidad del acto que le reco-
noce derecho o intereses. Adicionalmente a ello, la resolución anulatoria de
oficio debe ser notificada a los administrados concernidos a fin de que ten-
gan la posibilidad de controlar su legalidad.127
127
Fundamento 3º de la referida sentencia.
1116
panorama general del derecho administrativo en el perú
128
Así opinaba el Dr. Antonio Valdez Calle, quien integró la Comisión que elaboró el proyecto
que sirvió de base para la aprobación del citado reglamento en sus Comentarios a las Normas Genera-
les de Procedimientos Administrativos, Lima 1969, quien en la p. 108 comenta que «no hay inconve-
niente para aceptar el ejercicio de la revisión de oficio en cualquier momento».
129
Plazo que fuera criticado por el doctor Valentín Paniagua Corazao en el artículo «¿Ley de
Normas Generales de Procedimiento Administrativo o Ley General de Procedimiento(s) Admi
nistrativo(s)?», Ius Et Veritas, Nº 6, 1993, p. 17, para quien el establecimiento de un plazo de seis
meses para que la Administración pudiera declarar la nulidad de oficio sus actos le parecía injustifica-
damente reducido.
130
TUO de la Ley de Normas Generales de Procedimientos Administrativos. Artículo 110. «La
facultad de la Administración Pública para declarar la nulidad de las resoluciones administrativas
prescribe a los seis (6) meses, contados a partir de la fecha en que han quedado consentidas».
131
Artículo 110. «La facultad de la Administración Pública para declarar la nulidad de las resolu-
ciones administrativas prescribe a los tres (3) años, contados a partir de la fecha en que hayan quedado
consentidas». Artículo 109. «En caso haya caducado el plazo correspondiente, el Estado deberá inter-
poner la acción de nulidad ante el Poder Judicial. Dicha acción es imprescriptible, salvo ley expresa en
contrario».
1117
derecho administrativo en iberoamérica
132
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el proceso de inconstitucionalidad promovido
por la Defensoría del Pueblo contra la Ley Nº 26960, publicado en el Diario Oficial El Peruano del
27-6-2001, p. 205197. El Tribunal consideró que se violaba el principio de igualdad al otorgar facultad
al Estado para promover la revisión de sus propios actos ante el Poder Judicial en cualquier momento
con carácter imprescriptible, mientras que a los particulares se le establecía un plazo notablemente más
breve para acceder a la tutela judicial mediante el proceso contencioso-administrativo.
133
Artículo 218. Agotamiento de la vía administrativa. 2. Son actos que agotan la vía administra-
tiva: d) El acto que declara de oficio la nulidad o revoca otros actos administrativos en los casos a que
se refieren los artículos 202 y 203 de esta Ley».
1118
panorama general del derecho administrativo en el perú
134
La versión original del Anteproyecto elaborado por la Comisión constituida por el Ministerio
de Justicia mediante Resolución Ministerial Nº 198-97 JUS de 22 de setiembre de 1997 que sirvió base
para la aprobación de la Ley Nº 27444 propuso establecer plazos más amplios que los finalmente apro-
bados en la citada Ley: dos (2) años para declarar la nulidad en sede administrativa y tres (3) años, a
contar desde el vencimiento del plazo anterior, para promover la revisión a cargo del Poder Judicial
mediante el proceso contencioso administrativo.
135
Dice el profesor Juan Carlos Morón («El proceso de lesividad: El contencioso promovido por
la Administración», Proceso y Justicia Revista de Derecho Procesal Civil, Nº 3, Lima, 2002, p. 33),
que el mencionado tipo de proceso «se fundamenta en la voluntad legislativa de evitar que la Adminis-
tración se irrogue de modo ilimitado temporalmente la verificación unilateral de la legitimidad de un
acto que ella misma ha dictado y cuyos efectos se han incorporado ya al patrimonio del administrado.
Con su incorporación se pretende resguardar a los administrados de avasallamientos administrativos,
premuniéndole un escenario en el cual le sea más factible ejercer su derecho de defensa».
1119
derecho administrativo en iberoamérica
1120
panorama general del derecho administrativo en el perú
136
Un órgano colegiado «es aquel cuyo titular es un grupo de personas físicas que concurren con-
juntamente a la formación de la voluntad administrativa, que será única y expresión de la decisión del
1121
derecho administrativo en iberoamérica
órgano […] La esencia de todos los órganos colegiados es la plurisubjetividad». Abruña Puyol, An-
tonio, y Baca Oneto, Víctor, Notas al curso de Derecho administrativo, pro manuscrito, p. 228.
137
En este punto debe tenerse en cuenta lo indicado por Bermejo, en cuanto a la primacía del
principio de legalidad por sobre del de seguridad jurídica, expuesta en los siguientes términos: «el
principio de legalidad implica que la Administración debe revisar sus propios actos cuando advierta en
ellos alguna ilegalidad, pues los actos ilegales, como las normas ilegales, no deben ocupar espacio en
el Ordenamiento Jurídico ni producir efectos, pero el principio de seguridad jurídica, por el contrario,
exige que los derechos e intereses reconocidos al administrado por la propia Administración Pública
no lo sean en precario, esto es, sometido permanentemente a la posibilidad de eliminación o anula-
ción». Bermejo Vera, José, Derecho administrativo básico: Parte general, 8ª ed. Pamplona: Thomson
Civitas, 2008, pp. 259-260.
138
Sentencia recaída en el Exp. 810-97-AA/TC, del 2 de abril de 1998, f.j. 3.
1122
panorama general del derecho administrativo en el perú
139
Dicho numeral indica que «la resolución que declara la nulidad, además dispondrá lo conve-
niente para hacer efectiva la responsabilidad del emisor del acto inválido».
140
Ley Nº 27584, según Texto Único Ordenado aprobado mediante Decreto Supremo Nº 013-
2008-JUS. Artículo 13. Legitimidad para obrar activa. También tiene legitimidad para obrar activa la
entidad pública facultada por ley para impugnar cualquier actuación administrativa que declare dere-
1123
derecho administrativo en iberoamérica
chos subjetivos; previa expedición de resolución motivada en la que se identifique el agravio que
aquella produce a la legalidad administrativa y al interés público, y siempre que se haya vencido el
plazo para que la entidad que expidió el acto declare su nulidad de oficio en sede administrativa.
141
«Proyecto de ley que regula el proceso contencioso-administrativo» elaborado por la comisión
designada por el Ministerio de Justicia mediante Resolución Ministerial Nº 174-2000-JUS y publicado
en separata especial del Diario Oficial El Peruano de 5 de julio de 2001.
1124
panorama general del derecho administrativo en el perú
decisiones que rechazan las solicitudes de registro (cuando se observan los títu-
los presentados), lo que puede ser conocido en última instancia administrativa
por el tribunal administrativo registral, pero los actos administrativos de regis-
tro son inimpugnables e irrevisables de oficio en sede administrativa. Dicha
exclusión se fundamenta en que los actos administrativos de registro previstos
concretamente por el Código Civil versan sobre relaciones jurídicas privadas
(acto jurídico objeto de inscripción) cuyas controversias el legislador establece
que debido a su carácter estrictamente privado deben ser ventiladas exclusiva-
mente ante el Poder Judicial.
En lo que respecta a la facultad de contradicción se establece que solo son
impugnables aquellos actos de las autoridades administrativas que se pronun-
cian en forma definitiva sobre las materias sometidas a su conocimiento, no
pudiendo impugnarse los actos de mero trámite. Al respecto es importante re-
cordar que el procedimiento administrativo es definido por el artículo 29 de la
Ley de la LPAG como el conjunto o sucesión de actos y diligencias tramitados
por la Administración Pública conducentes a la emisión de un acto administra-
tivo definitivo que decida sobre el fondo de la materia y que genere efectos
sobre los administrados. A efectos de determinar cuáles de los actos generados
durante la tramitación de un procedimiento administrativo pueden ser objeto de
impugnación por los posibles interesados o afectados, en la LPAG también se
distingue entre actos administrativos de trámite y actos administrativos defini-
tivos, así como entre actos de trámite que afectan gravemente a los participes
en un procedimiento administrativo y que por tanto pueden ser directamente
impugnados por los afectados y los actos administrativos de trámite que no
participan de esa característica y por tanto no pueden impugnarse separadamen-
te del acto administrativo definitivo que resuelve el tema de fondo sometido a
decisión de la Administración.
Conforme al artículo 206.2 de la LPAG procede interponer recursos contra
los actos administrativos definitivos que ponen fin a la instancia y se pronun-
cian sobre el fondo del asunto y solo por excepción contra los actos administra-
tivos de trámite que determinen la imposibilidad de continuar el procedimiento
o produzcan indefensión.
Se entiende por actos administrativos definitivos aquellos que ponen fin a
una instancia del procedimiento administrativo, sea la primera o una ulterior,
decidiendo sobre el fondo de la cuestión planteada142.
Es importante distinguir al acto administrativo definitivo respecto de otros
dos conceptos que podrían llevar a confusión, nos referimos a: (i) los actos que
142
Canosa, Armando, Los recursos administrativos, Buenos Aires: Editorial Abaco, 1996, p. 93.
Dice Juan Carlos Morón que los actos administrativos definitivos «son los actos que deciden el proce-
dimiento y concluyen la instancia administrativa, cualquiera que sea su contenido», en «El nuevo régi-
men de los actos administrativos en la Ley Nº 27444», AA.VV., Comentarios a la Ley de Procedimien-
to Administrativo General Ley Nº 27444. Segunda parte, Lima: Ara Editores, 2003. p. 153.
1125
derecho administrativo en iberoamérica
causan estado, es decir, los que agotan la vía administrativa, contra los cuales
no cabe recurso alguno en sede administrativa porque solo procede su cuestio-
namiento ante el Poder Judicial mediante el proceso contencioso administrati-
vo, y (ii) los actos firmes143, que son aquellos no impugnados dentro de los
plazos legales y que por ende han quedado consentidos, perdiendo los interesa-
dos toda posibilidad de cuestionarlos, al margen de que causen o no estado. El
acto administrativo firme es un acto irrecurrible o insusceptible de ser impug-
nado en vía administrativa o en sede judicial; en doctrina se dice metafórica-
mente que genera efectos de «cosa juzgada administrativa».
Un acto administrativo que causa estado es un acto administrativo definitivo
y no de trámite que agota la vía administrativa, pero en cambio no todo acto
administrativo definitivo constituye un acto que causa estado, porque puede
suceder que no agote la vía administrativa y pueda, por tanto, impugnársele en
vía de recurso.
Los actos administrativos de trámite son actos instrumentales para el dic-
tado de otro acto administrativo final, al que preparan y hacen posible; son
actos destinados a ser asumidos o modificados (absorbidos) por un acto de-
cidor posterior, que sirven para impulsar el procedimiento, y, a diferencia de
los actos definitivos no ponen término al procedimiento administrativo por-
que carecen de contenido decisorio y voluntad resolutiva sobre el tema de
fondo.
Por regla general los actos de trámite no son impugnables en forma direc-
ta o autónomamente antes que se produzca la resolución final (definitiva), por
las siguientes razones: (i) porque no expresan la voluntad definitiva de la
Administración Pública; (ii) porque no producen efectos de resolución, dado
que no se pronuncian sobre el fondo del asunto puesto que se trata de simples
eslabones de un procedimiento en el que se emitirá un acto decisorio final y,
principalmente, (iii) porque no inciden en forma efectiva y suficiente sobre la
esfera jurídica de los particulares, alterando, modificando y/o extinguiendo
sus derechos.
Señala García-Trevijano144 un argumento adicional de carácter práctico que
justifica la regla general de la irrecurribilidad autónoma de los actos de trámite;
reside en la necesidad de facilitar la actividad administrativa evitando que se
perjudique o paralice el funcionamiento de la Administración Pública como
podría suceder si los administrados impugnaran todos y cada uno de los actos
de trámite que fueran sucediéndose a lo largo de la tramitación del respectivo
procedimiento administrativo, de forma que se impida o dificulte gravemente
su efectiva conclusión.
143
LPAG. Artículo 212. Acto firme. Una vez vencidos los plazos para interponer los recursos
administrativos se perderá el derecho a articularlos quedando firme el acto.
144
García-Trevijano, José Antonio, La impugnación de los actos administrativos de trámite.
Madrid: Montecorvo, 1993, pp. 81 y 105.
1126
panorama general del derecho administrativo en el perú
145
Cierco Seira, César, La participación de los interesados en el procedimiento administrativo,
Bolonia: Real Colegio de España, 2002. pp. 281-282.
146
Villar Ezcurra, José Luis, «Los actos administrativos de trámite: el acto reiterativo y la inde-
fensión del particular», Revista de Administración Pública, nº 86, 1978, pp. 336 y 337.
1127
derecho administrativo en iberoamérica
1128
panorama general del derecho administrativo en el perú
147
Como bien señala Juan Carlos Morón para abrir la posibilidad de que la autoridad instructora
pueda cambiar el sentido de su decisión «la ley exige que se presente a la autoridad un hecho tangible
y no evaluado con anterioridad, que amerite la reconsideración» (Comentarios a la Ley del Procedi-
miento Administrativo General, Lima: Gaceta Jurídica, 2004, p. 556).
1129
derecho administrativo en iberoamérica
148
En contra: Guzmán Napuri, Christian, El procedimiento administrativo, Lima: Ara Editores
2007, p. 280, para quien el recurso de apelación en la LPAG «no admite la presentación de nueva
prueba».
1130
panorama general del derecho administrativo en el perú
149
Morón, Juan Carlos, «La suspensión de la cobranza coactiva por la interposición de la deman-
da contencioso-administrativa. Una apreciación constitucional», Actualidad Jurídica, Tomo 142,
Lima: Gaceta Jurídica, 2005, p. 16. Tirado, José Antonio. «La ejecución forzosa de los actos adminis-
trativos en la Ley Nº 27444», AA.VV., Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo Gene-
ral Ley Nº 27444. Segunda parte, Lima: Ara Editores, 2003, p. 355.
1131
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150
Danós Ordóñez y Zegarra Valdivia, op. cit., 1999, p. 74.
1132
panorama general del derecho administrativo en el perú
151
Danós Ordóñez, J., «Las resoluciones que ponen fin al procedimiento administrativo. Las
llamadas resoluciones que causan estado». Revista de la Academia de la Magistratura, nº 1, Lima:
1998, pp. 207 y ss.
152
Zegarra Valdivia, Diego, El Contrato Ley. Lima: Gaceta Jurídica Ed., 1997, pp. 62 y ss.; Li-
nares, Mario, El contrato estatal. Teoría general del contrato estatal. Análisis del TUO de la Ley de
contrataciones y adquisiciones del Estado y su Reglamento, Lima: Grijley, 2002, pp. 1 y ss. El profesor
Iñigo Sanz Rubiales de la Facultad de Derecho de Valladolid analiza las singularidades anotadas de los
contratos del Estado en el ordenamiento administrativo peruano en su ponencia presentada en el Primer
Congreso peruano de Derecho Administrativo celebrado los días 22, 23 y 24 de abril del 2004, «Algu-
nos problemas de la regulación de los contratos públicos en el Derecho peruano», AA.VV., Derecho
administrativo, Lima: Asociación Peruana de Derecho Administrativo y Jurista Editores, 2004. pp. 649
y ss.
1133
derecho administrativo en iberoamérica
1134
panorama general del derecho administrativo en el perú
153
Participa de la misma opinión Ricardo Salazar Chavez en su artículo «Régimen de contrata-
ción estatal en el Perú», AAVV., Ponencias presentadas en el seminario-taller internacional «La con-
tratación estatal: propuesta de estrategias para impulsar el desarrollo con transparencia y equidad»,
CONCUCODE, Lima, 2005, p. 82.
1135
derecho administrativo en iberoamérica
1136
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1137
derecho administrativo en iberoamérica
154
Código Civil: «art. 1373. El contrato queda perfeccionado en el momento y lugar en que la
aceptación es conocida por el oferente».
155
Reglamento de la LCAE: «art. 197. Perfeccionamiento del contrato. El contrato se perfeccio-
na con la suscripción del documento que lo contiene […].» Regla radicalmente diferente a la que
establece el Derecho español en el que los contratos estatales se perfeccionan con el acto adminis-
trativo de adjudicación. Vid. Martínez López-Muñiz, José Luis, «Naturaleza de los contratos públi-
cos a la luz del Derecho español, su fundamento y sus consecuencias», Derecho administrativo,
Homenaje al profesor Miguel S. Marienhoff, Juan Carlos Cassagne (dir.), Buenos Aires: Abeledo-
Perrot. 1998, p. 953.
1138
panorama general del derecho administrativo en el perú
Respecto de los conflictos que se pueden generar desde que se inicia la eje-
cución del contrato hasta su culminación ya se ha comentado anteriormente que
la LCE ha establecido que la vía obligada para resolver toda controversia es la
conciliación o el arbitraje. El laudo que se expida con motivo de un proceso de
arbitraje no puede ser objeto de impugnación ante el Poder Judicial, salvo los
casos excepcionales de fraude taxativamente contemplados en la Ley General
de Arbitraje.
Pero como ya se explicó al iniciar esta sección, la LCE solo regula una
parte de la actividad pre o contractual de la Administración Pública en el
Perú, es decir, solo cuando el Estado es el adquirente y egresa recursos públi-
cos con tal fin, pero no regula, por ejemplo, la hipótesis en que el Estado sea
el vendedor y más bien obtiene ingresos por sus operaciones. Estos casos es-
tán normados por las disposiciones que regulan el régimen de administración
de los bienes del Estado156 que establece que para disponer de tales bienes la
Administración deberá ceñirse por regla general al procedimiento de subasta
pública.
156
Ley Nº 29151, Ley General del Sistema Nacional de Bienes del Estado del año 2007 y su re-
glamento aprobado mediante Decreto Supremo Nº 007-2008-VIVIENDA.
157
Constitución: «art. 66. Los recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de
la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento. Por ley orgánica se fijan las condiciones de
su utilización y de su otorgamiento a particulares. La concesión otorga a su titular un derecho real,
sujeto a dicha norma legal».
158
Constitución: «art. 73. Los bienes de dominio público son inalienables e imprescriptibles. Los
bienes de uso público pueden ser concedidos a particulares conforme a ley, para su aprovechamiento
económico».
1139
derecho administrativo en iberoamérica
159
Ley Orgánica de Recursos Naturales: «art. 23. La concesión, aprobada por leyes especiales,
otorga al concesionario el derecho para el aprovechamiento sostenible del recurso natural concedi-
do, en las condiciones y con las limitaciones que establezca el título respectivo. La concesión otorga
a su titular el derecho de uso y disfrute del recurso natural concedido y, en consecuencia, la propie-
dad de los frutos y productos a extraerse. Las concesiones pueden ser otorgadas a plazo fijo o inde-
finido. Son irrevocables en tanto el titular cumpla las obligaciones que esta ley o la legislación espe-
cial exijan para mantener su vigencia. Las concesiones son bienes incorporales registrables. Pueden
ser objeto de disposición, hipoteca, cesión y reivindicación, conforme a las leyes especiales. El ter-
cero adquirente de una concesión deberá sujetarse a las condiciones en que fue originariamente
1140
panorama general del derecho administrativo en el perú
establezcan las leyes especiales de cada recurso natural que utilicen dicha mo-
dalidad.
Utilizan la figura de la concesión: la Ley General de Minería; la Ley Nº 26848
Orgánica de Recursos Geotérmicos; la ley Nº 27308 Forestal y de Fauna Silves-
tre para los recursos forestales maderables y no maderables, que exige la reali-
zación de procedimientos administrativos de subasta y concurso público para
otorgar la concesión en algunos casos160; y la Ley de Telecomunicaciones para
la que el uso del espacio radioeléctrico requiere de una concesión u autoriza-
ción previa del servicio de telecomunicaciones correspondiente. La realización
de actividades de servicios turísticos y recreativos en un área natural protegida
es autorizada también mediante la técnica concesional.
Recurren en cambio a otras figuras administrativas, que se expresan en
actos administrativos que por naturaleza son unilaterales, para otorgar dere-
chos de aprovechamiento de recursos naturales a favor de los particulares: La
Ley Nº 29338 general de recursos hídricos (licencias, autorizaciones o permi-
sos de uso de agua) y la Ley General de Pesca aprobada mediante Decreto Ley
Nº 25977161. En cambio la Ley Nº 26221 Orgánica de Hidrocarburos aunque
no utiliza el mecanismo de la concesiones, ni tampoco el de las licencias, au-
torizaciones o permisos administrativos, sí recurre a otras figuras contractua-
les como es el caso de los que denomina contratos de licencia y contratos de
servicios, para autorizar a los privados llevar a cabo actividades de explora-
ción y/o explotación de hidrocarburos.
Como se puede apreciar constituye una opción del legislador utilizar la figu-
ra administrativa que más acomode a los fines públicos en juego a fin de otor-
gar derechos a los particulares para la explotación de recursos naturales; por tal
razón algunas leyes sectoriales recurren a la concesión ya sea que se exprese en
un simple acto administrativo (minería) o que se formalice en un contrato sus-
crito entre el Estado en su rol de concedente y el concesionario particular (re-
cursos forestales, geotérmicos, etc.), mientras que otras leyes prefieren la utili-
zación de las figuras de las licencias, autorizaciones o permisos (aguas, pesca)162,
otorgada. La concesión, su disposición y la constitución de derechos reales sobre ella, deberán ins-
cribirse en el registro respectivo».
160
El formato de los contratos de concesión forestal con fines maderables ha sido aprobado me-
diante Resolución Jefatural Nº 131-2003-INRENA de 18 de setiembre del 2003. Es la única concesión
de recursos naturales en que se ha previsto en la cláusula 34 del formato de contrato que las controver-
sias entre Estado concedente y los concesionarios pueden resolverse mediante arbitraje.
161
El art. 43 de la Ley establece que para realizar operaciones de pesca se requiere obtener «per-
miso de pesca» y que solo se exige concesión cuando se pretenda la utilización o explotación de in-
fraestructura pesquera de propiedad del Estado o la realización de actividades de acuicultura en terre-
nos públicos, fondos o aguas marinas o continentales.
162
Una relativamente reciente sentencia del Tribunal Constitucional peruano recaída en el Expe-
diente Nº 00013-2007-AI, de 13 de julio del 2007, ha señalado que el artículo 14 de la Ley de Radio y
Televisión que permite el uso del espacio radioeléctrico mediante autorización «habrá de entenderse
como una concesión», por mandato del artículo 66 de la Constitución y de lo regulado por el artícu-
lo 24 de la Ley Nº 26921 Orgánica de recursos naturales.
1141
derecho administrativo en iberoamérica
163
Puede consultarse el texto de la Sentencia en: http://www.tc.gob.pe/cgi-bin/searchtout.cgi
1142
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164
Según Texto Único Ordenado aprobado por Decreto Supremo Nº 013-93-TCC de 28 de abril
de 1993, reglamento aprobado por Decreto Supremo Nº 06-94-TCC, el mismo que ha sido objeto de
múltiples modificaciones. Es importante tener presente los «lineamientos de política de apertura del
mercado de telecomunicaciones en el Perú» aprobados mediante Decreto Supremo Nº 020-98-MTC de
4 de agosto de 1998 que contiene una sección dedicada a «Política de concesiones». Las citadas nor-
mas pueden ser consultadas en: http://www.osiptel.gob.pe
165
Aprobado por Decreto Supremo Nº 008-2001-PCM, del 2 de febrero del 2001.
1143
derecho administrativo en iberoamérica
166
Aprobada mediante Decreto-Ley Nº 25844 de 6 de noviembre de 1992, y reglamentada
mediante Decreto Supremo Nº 009-93-EM de 19 de febrero de 1993.
167
Reglamentada mediante Decreto Supremo Nº 042-99-EM de 14 de setiembre de 1999 que
aprueba el «Reglamento de distribución de gas natural por red de ductos». Vid. Huapaya, Ramón,
Análisis del marco jurídico aplicable al servicio público de distribución de gas natural por red de
ductos. Trabajo inédito.
1144
panorama general del derecho administrativo en el perú
168
En el Perú el régimen común en materia de organización y competencias de los organismos
reguladores en el Perú ha sido establecido por la Ley Nº 27332 denominada Ley Marco de Organismos
Reguladores de la Inversión Privada en Servicios Públicos y su reglamento aprobado mediante Decre-
to Supremo Nº 024-2005-PCM, de 8 de junio del 2005. He analizado el tema en «Los organismos re-
guladores de los servicios públicos en el Perú: Su régimen jurídico, organización, funciones de resolu-
ción de controversias y de reclamos de usuarios», publicado en colectivo «Inversión privada en servi-
cios públicos», Revista Peruana de Derecho de la Empresa, nº 57, Lima 2004, pp. 59 y ss.
1145
derecho administrativo en iberoamérica
169
Ley Nº 27701 que establece disposiciones para garantizar la concordancia normativa entre los
procedimientos de privatización y concesiones con la legislación regulatoria.
1146
panorama general del derecho administrativo en el perú
sión, por parte del Estado, el concedente, que en el caso de obras públicas de
infraestructura de transportes, generalmente es representado por el Ministerio
de Transportes y Telecomunicaciones como titular de las respectivas infraes-
tructuras que tienen carecer de bienes de dominio público, y por la otra, el
concesionario, que en muchos casos se obliga a constituir una empresa dedica-
da específicamente a gestionar la concesión otorgada. Pero también es impor-
tante la participación del organismo regulador, que en el caso específico de las
concesiones de infraestructura de transporte de uso público se le conoce por sus
siglas Ositrán, porque si bien no forma parte del contrato de concesión, por
mandato legal tiene a su cargo la supervisión del cumplimiento de los compro-
misos derivados de dicho contrato y ejerce un conjunto de potestades sobre
el mismo que será objeto de análisis en la siguiente sección de este trabajo170.
Las concesiones pueden otorgarse bajo alguna de las siguientes modalidades171:
A. Concesión a título oneroso. A través de esta modalidad el Estado impone
al concesionario, en contraprestación por la cesión de la explotación o la
ejecución de la respectiva infraestructura, el pago de una determinada
contribución en dinero o una participación sobre sus beneficios a favor
del Estado.
B. Concesión a título gratuito. El Estado otorga la concesión sin cobrarle
concepto alguno al concesionario.
C. Concesión cofinanciada por el Estado. A través de esta modalidad el
Estado se encarga del financiamiento (subvención) parcial de las inver-
siones que demandará al concesionario la ejecución de la obra o la explo-
tación de la misma. Esta modalidad de concesión se utiliza para conce-
siones de infraestructura que demandan inversiones elevadas y que los
estudios técnico-económicos de tráfico y/o demanda demuestran que no
pueden ser financiados solo con el cobro que realice el concesionario a
los usuarios de la misma (peajes, etc.), pero que debido al interés público
en la realización de la obra el Estado considera conveniente asegurar su
realización participando en el financiamiento. En los casos que el cofi-
nanciamiento otorgado por el Estado involucre el otorgamiento de fian-
zas, avales y garantías que en cualquier forma comprometa su crédito o
capacidad financiera, por mandato del literal l) del artículo 22 de la
Ley Nº 27785 debe requerirse la opinión previa de la Contraloría General
de la República sobre el respectivo proyecto de contrato de concesión.
D. Concesión mixta. Cuando concurran más de una de las modalidades se-
ñaladas.
170
Sobre régimen de concesiones: Zegarra Valdivia, Diego, «Concesión administrativa e inicia-
tiva privada», Themis, nº 39, Lima, 1999, p. 99, y Gómez de la Torre Barrera, Andrés, «Concesión
de obras públicas: ¿Promoviendo la inversión privada en el Perú?», Iuis et Veritas, nº 22, Lima, p. 73.
171
Informe. Edición Especial de Derecho Administrativo de diciembre de 1998 del Estudio Beni-
tes, Mercado & Ugaz abogados, p. 87.
1147
derecho administrativo en iberoamérica
172
Ley Nº 27783 de Bases de la Descentralización: arts. 35 d) y 37; Ley Nº 27867 Orgánica de
Gobiernos Regionales: art. 34; Ley Nº 27972 Orgánica de Municipalidades: arts. 9, 18); 20, 24) y 25);
33; 59; 65 y 66; 69, 8) y 11); 79, 2.1); 80, 2.1) y 4.1); y 81, 1.4), 1.7) y 1.9).
173
Tal es el caso de la Municipalidad Metropolitana de Lima, que ha creado su propio marco legal
para los procesos de concesión en su ámbito, el que está recogido en el Texto Único Ordenado del
Reglamento de las Inversiones Privadas en Obras Públicas de Infraestructura y de Servicios Públicos
Locales para la Provincia de Lima aprobado mediante Decreto de Alcaldía Nº 166 de 16 de diciembre
del 2002. Varias otras municipalidades se han dotado también de su propio régimen legal sobre la
materia pero la mayor parte de las veces copiado de la legislación nacional, lo que hace pensar en la
inutilidad de su creación. Sin embargo las municipalidades pueden realizar convenios con Proinver-
sión para encargarle la realización de procesos de concesiones, caso en el cual se aplican las normas
del TUO aprobado mediante Decreto Supremo Nº 059-96-PCM.
1148
panorama general del derecho administrativo en el perú
174
Nos referimos al citado TUO de las Normas con Rango de Ley que regulan la entrega en con-
cesión al sector privado de las obras públicas de infraestructura y de servicios públicos aprobado me-
diante DS Nº 059-96-PCM; el Decreto Legislativo Nº 674 Ley de Promoción de la Inversión Privada
para las Empresas del Estado; el Decreto Legislativo Nº 757 Ley Marco para el Crecimiento de la In-
versión Privada; el Decreto Legislativo Nº 662, Régimen de estabilidad jurídica para la inversión ex-
tranjera; la Ley Nº 28059 Marco de Promoción de la Inversión Descentralizada, los dispositivos perti-
nentes anteriormente citados de las leyes orgánicas de regiones y de municipalidades, las leyes modi-
ficatorias y complementarias de las citadas y sus respectivos reglamentos. El texto se puede revisar en:
http://www.proinversion.gob.pe/
175
Reglamentado mediante Decreto Supremo Nº 146-2008-EF, que ha sido objeto de sucesivas
modificatorias.
176
Morón Urbina, Juan Carlos, La generación por iniciativa privada de proyectos de inversión
sobre recursos estatales. Nuevas perspectivas de colaboración público-privada y la revisión de la
noción de interés público.
1149
derecho administrativo en iberoamérica
177
Huapaya, Ramón y Vergaray Dárrigo, Giuliana, «Algunos apuntes con relación a la “parti-
cipación público-privada” y su vinculación con el Derecho administrativo y la inversión en infraestruc-
tura y servicios públicos», Administración Pública, Derecho administrativo y regulación, Lima: Ara
editores, 2011, pp. 539 y ss.
178
Con las únicas excepciones de la Ley Nº 27943 del Sistema Portuario Nacional y su reglamen-
to aprobado mediante Decreto Supremo Nº 003-2004-MTC, que establecen algunas reglas especiales
para los procesos de promoción de la inversión privada en infraestructura portuaria, y de la Ley Nº 27782
y su reglamento aprobado mediante Decreto Supremo Nº 001-2003-MINCETUR, que tienen por obje-
to el desarrollo de proyectos de inversión privada en la actividad turística en la zona del denominado
Proyecto Playa Hermosa-Tumbes.
179
Participa de la similar opinión Diego Zegarra (Servicio público y regulación. Marco institu-
cional de las Telecomunicaciones en el Perú, Lima: Palestra, 2005, p. 368) para quien la bilateralidad
1150
panorama general del derecho administrativo en el perú
del contrato de concesión constituye una garantía del concesionario frente al poder estatal; en la misma
línea Enrique Delgado dice que «aunque la concesión implica un trámite complejo, al estar contenido
en un contrato se hace más valioso para el inversionista que una simple autorización que podría ser
revocada más fácilmente» («La discrecionalidad administrativa en la emisión de títulos habilitantes
para operar servicios de telecomuniaciones, Revista Derecho y Sociedad Asociación Civil, nº 26, Lima,
agosto de 2006, p. 177).
1151
derecho administrativo en iberoamérica
sectores de la economía del país, mediante los cuales el Estado otorga a los
co-contratantes determinadas seguridades jurídicas que implican reconocer-
les un estatuto jurídico particular, convirtiendo en inalterables las reglas jurí-
dicas vigentes al momento de suscripción del contrato, de tal suerte que aun-
que fueren modificadas o derogadas dichas reglas durante las vigencia del
contrato por actos del Estado en general (especialmente los legislativos), no
le serán aplicables.
En otras palabras, el contrato-ley o también denominado convenio de esta-
bilidad jurídica, tiene por efecto la ultra-actividad del marco legal vigente a la
fecha de suscripción del convenio; su consagración constitucional impide que
el Estado pueda modificar unilateralmente sus términos, incluyendo la vía le-
gislativa180.
El Tribunal Constitucional peruano en la sentencia que dictó con motivo del
proceso de inconstitucionalidad promovido por un grupo de congresistas cues-
tionando la constitucionalidad del carácter de contrato-ley que tiene el contrato
de concesión de Telefónica del Perú S.A. para la prestación de los servicios
públicos de telecomunicaciones tuvo oportunidad de pronunciarse sobre la na-
turaleza y alcances de los contratos-leyes señalando que181:
Por su propia naturaleza, a través del contrato-ley, el Estado busca atraer
inversiones privadas (de capital) a fin de que promuevan aquellas activida-
des que el Estado considera que vienen siendo insuficientemente desarrolla-
das, de acuerdo con los planes y objetivos que se pueden haber trazado en el
diseño de la política económica del Estado. Tienen como contenido propi-
ciar un marco de seguridad a los inversionistas […].
En opinión del intérprete supremo de la Constitución en el Perú:
Mediante el contrato-ley los Estados han previsto fórmulas contractua-
les mediante las cuales se ha otorgado a los co-contratantes ámbitos de
seguridad jurídica, a fin de favorecer la inversión privada dentro de sus
economías.
Existen dos regímenes legales de contratos-ley: el que podemos denomi-
nar régimen general y varios regímenes especiales. El primero, el régimen
180
Han trabajado el tema de los contratos-leyes: Diego Zegarra Valdivia, El contrato-ley. Los
contratos de estabilidad jurídica, Gaceta Jurídica Editores, Lima, 1997; Antonio Pinilla Cisneros.
Los contratos-ley en la legislación peruana. Universidad de Lima. 1999; José Daniel Amado y Luis
Miranda, «La seguridad jurídica en la contratación con el Estado: el contrato-ley», Themis, nº 33,
Lima; Oscar Trelles De Belaúnde, «El contrato administrativo, el contrato ley y los contratos de con-
cesión de servicios públicos», Themis, nº 44, Lima, p. 237, y Jorge Santisteban de Noriega, «Consti-
tución, privatización y servicios públicos. El blindaje jurídico que protege a los contratos-ley en el
Perú», Homenaje a Jorge Avendaño, Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima
2004, p. 577.
181
Sentencia del Tribunal Constitucional Expediente Nº 005-2003-AI/TC de 3 de octubre del
2003 interpuesta por un grupo de congresistas de la República. El texto se puede revisar en: http://
www.tc.gob.pe/cgi-bin/searchtout.cgi
1152
panorama general del derecho administrativo en el perú
182
Montos de inversión mínima establecidos por el artículo 2 de la Ley Nº 27342 de 1 de sep-
tiembre del 2000 que modifica el artículo 11 del Decreto Legislativo Nº 662 sobre requisitos de in-
versión.
183
Las seguridades y garantías que el marco legal que denominamos general de los contratos-ley
expresamente establece comprende las siguientes materias: régimen tributario del impuesto a la renta;
régimen de libre disponibilidad de divisas; derecho de libre remesa de utilidades, dividendos, capitales
y otros ingresos; no discriminación; los regímenes de contratación de trabajadores; los regímenes de
promoción de exportaciones, y en el caso específico de los contratos de arrendamiento financiero la
estabilidad total del régimen tributario.
1153
derecho administrativo en iberoamérica
1154
panorama general del derecho administrativo en el perú
184
En su oportunidad llamamos la atención sobre este problema en nuestro trabajo «Notas acerca de
la potestad sancionadora de la Administración Pública», Ius et Veritas, Nº 10, Lima. 1995, pp. 151 y ss.
1155
derecho administrativo en iberoamérica
1156
panorama general del derecho administrativo en el perú
185
Comisión de juristas designada por el Ministerio de Justicia mediante la Resolución Ministe-
rial Nº 194-97-JUS que elaboró un proyecto de Ley que sirvió de base para la aprobación de la vigente
LPAG y que tuve el honor de presidir.
186
Confirma esta opinión el profesor Juan Carlos Morón, que integró en forma destacada la Comi-
sión que elaboró el proyecto de Ley que dio origen a la LPAG: «Quienes conformamos la comisión
elaboradora del anteproyecto adoptamos conscientemente la decisión de diseñar las pautas mínimas
comunes para que todas las entidades administrativas con aptitud para la aplicación de sanciones sobre
los administrados, la ejerzan de manera democrática, previsible y no arbitraria», en «Comentarios a la
Ley de Procedimiento Administrativo General», Gaceta Jurídica, 7ª ed., Lima, 2008, p. 627.
1157
derecho administrativo en iberoamérica
187
Como bien señala Juan Carlos Morón, el criterio general-especial de las normas administrati-
vas es relativo porque «una misma disposición puede ostentar ambas calidades, según sea la calidad de
la otra norma administrativa con la cual se le compare»; de este modo la regulación del procedimiento
sancionador es especial respecto de las demás normas de la LPAG, pero general si se contrasta con
otras normas legales sancionadoras especiales como las contenidas en el Código Tributario, en las
normas de los regímenes de servicios públicos, etc., en: «Comentarios a la Ley de Procedimiento Ad-
ministrativo General», Gaceta Jurídica, 7ª Ed., Lima, 2008, p. 31.
1158
panorama general del derecho administrativo en el perú
188
Dice la profesora Elisenda Malaret: «Es preciso no olvidar en ningún momento que el gran reto
del Derecho administrativo como derecho peculiar, como derecho propio de la Administración, ha sido
siempre aunar garantías y eficacia», tomado de «El Derecho de la Administración Pública: Derecho
público y privado: la relevancia de los principios constitucionales», AA.VV., Derecho público y Dere-
cho privado en la actuación de la Administración Pública, Marcial Pons. 1999, p. 12.
189
Artículo 229. Ámbito de aplicación de este capítulo. 1. Las disposiciones del presente capítulo
disciplinan la facultad que se atribuye a cualquiera de las entidades para establecer las infracciones
administrativas y las consecuentes sanciones a los administrados. 2. En las entidades cuya potestad
sancionadora está regulada por leyes especiales, este capítulo se aplicará con carácter supletorio. La
potestad sancionadora disciplinaria sobre el personal de las entidades se rige por la normativa sobre la
materia.
1159
derecho administrativo en iberoamérica
190
Artículo 234. Caracteres del procedimiento sancionador. Para el ejercicio de la potestad san-
cionadora se requiere obligatoriamente haber seguido el procedimiento legal o reglamentario estable-
cido caracterizado por […].
191
Respecto de la potestad disciplinaria dice Mercedes La Fuente Benaches: «Al definirla como
un poder de sancionar dirigido a castigar infracciones a la relación de servicio que une a los funciona-
rios públicos con la Administración Pública, la consideramos una potestad de sanción “interna” de
índole “doméstica”, que el legislador otorga a la Administración Pública con el fin de proteger el ade-
cuado funcionamiento de la organización administrativa […] frente a determinadas conductas de los
sujetos –los funcionarios– que la integran», en El régimen disciplinario de los funcionarios públicos
de la administración del Estado, Tiranto Lo Blanch, Valencia, 1996, p. 15.
1160
panorama general del derecho administrativo en el perú
192
Las citadas faltas administrativas se establecieron en el artículo 239 con la finalidad de reforzar
el acatamiento de la LPAG por el personal de la Administración Pública.
193
Es el caso del personal que presta servicios para el Estado bajo el régimen laboral de la activi-
dad privada, sujeto a Contratos Administrativos de Servicios (CAS), o bajo cualquier otra modalidad
contractual.
1161
derecho administrativo en iberoamérica
194
En el artículo IV de su Título Preliminar. Hemos trabajado el régimen de los principios en «Los
principios generales del Derecho en el Derecho administrativo peruano», ponencia presentada al
VII Foro Iberoamericano de Derecho Administrativo realizado en Valladolid y Salamanca, septiembre
de 2008, publicado en AA.VV., «Los principios en el Derecho administrativo iberoamericano», Junta
de Castilla y León, 2008, pp. 533 y ss.
195
Artículo 230. Principios de la potestad sancionadora administrativa. La potestad sancionadora
de todas las entidades está regida adicionalmente por los siguientes principios especiales […].
196
Dice la jurisprudencia constitucional: «[...] Los principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad,
entre otros, constituyen principios básicos del Derecho sancionador, que no solo se aplican en el ámbi-
to del Derecho penal, sino también en el del Derecho administrativo sancionador […]». (Fund. 8).
Exp. Nº 2050-2002-AA/TC (Caso Carlos Israel Ramos Colque).
1162
panorama general del derecho administrativo en el perú
197
El profesor Christian Guzmán Napurí critica la excesiva amplitud con la que se permite que la
ley pueda establecer la posibilidad de tipificar conductas por vía reglamentaria (Guzmán Napurí, 2002,
op. cit., p. 338).
1163
derecho administrativo en iberoamérica
198
En los procedimientos referidos a la imposición de sanciones de tránsito, era posible que el
mismo funcionario que verificaba la comisión de la infracción (policía) procediera a imponer inmedia-
tamente la correspondiente sanción (multa) sin más trámite y sin dar oportunidad de ejercer su defensa
al sancionado.
1164
panorama general del derecho administrativo en el perú
1165
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1166
panorama general del derecho administrativo en el perú
199
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre lo sancionador administrativo comenzó a
producirse recién luego de la entrada en vigencia de la LPAG; da cuenta de esta circunstancia Willy
Pedreschi Garcés en «Análisis sobre la potestad sancionadora de la Administración Pública y el proce-
dimiento administrativo común», AA.VV., Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo
General, Ley nº 27444, Ara editores, Lima, 2003, p. 517.
1167
derecho administrativo en iberoamérica
200
Artículo 229. Ámbito de aplicación de este capítulo [...] 2 Las disposiciones contenidas en el
presente capítulo se aplican con carácter supletorio a los procedimientos establecidos en leyes especia-
les, las que deberán observar necesariamente los principios de la potestad sancionadora administrativa
a que se refiere el artículo 230, así como la estructura y garantías previstas para el procedimiento ad-
ministrativo sancionador. Los procedimientos especiales no podrán imponer condiciones menos favo-
rables a los administrados que las previstas en este capítulo.
1168
panorama general del derecho administrativo en el perú
201
La exposición de motivos que explica las reformas introducidas por el Decreto Legislati-
vo Nº 1029 se encuentra en los archivos electrónicos del Sistema Peruano de Información Jurídica
(SPIJ) del Ministerio de Justicia. La parte referida a las reforma introducida en el texto del artículo 229
resume la explicación que sobre la misma propuesta se realiza en la Exposición de Motivos del proyec-
to de Ley elaborado por la Comisión Técnica designada por el Ministerio de Justicia mediante Resolu-
ción Ministerial Nº 026-2006-JUS para proponer reformas a la LPAG, la cual tuvimos el honor de
presidir y que ha servido de inspiración directa para la reforma del citado artículo 229.
202
En el mismo sentido, aunque refiriéndose al texto original del artículo 229.2, se expresa Rober-
to Pereira Chumbe, para quien la mayor parte de los principios contenidos en el artículo 230 de la
LPAG no pueden ser preteridos por una ley especial debido a su naturaleza constitucional, en «La
potestad sancionadora de la Administración y el procedimiento administrativo sancionador en la
Ley Nº 27444ª», Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo General, AA.VV., Ara Edi-
tores, 2001, p. 292.
203
Respecto del principio de la aplicación del principio especialidad normativa en el Derecho
administrativo, recomendamos la lectura del trabajo de José Antonio Tardío Pato, precisamente titula-
do «El principio de especialidad normativa (lex specialis) y sus aplicaciones jurisprudenciales», publi-
cado en Revista de Administración Pública nº 162, Madrid, 2003, pp. 189 y ss. En la jurisprudencia
constitucional peruana la sentencia recaía en el Expediente Nº 047-2004-AI/TC, de 24 de abril de
2006; trata en el fundamento 24 acerca del principio de especificidad para la resolución de antinomias
entre normas legales.
1169
derecho administrativo en iberoamérica
preferente respecto de las normas generales que puedan regular temas con-
tenidos en dichas leyes especiales. Tal es el caso de la Ley de Contratacio-
nes estatales, aprobada mediante Decreto Legislativo Nº 1017, que en su
artículo 5 dispone que sus preceptos y los de su correspondiente reglamento
se aplican preferentemente a cualquier otra norma que pueda regular aspec-
tos de su temática. En nuestra opinión el mandato del artículo 229.2 de la
LPAG que ordena la aplicación preferente de las reglas generales de lo san-
cionador sobre la regulación contenida en leyes especiales se impone tam-
bién sobre las leyes sancionadoras preexistentes que dispongan expresamen-
te lo contrario.
Solo una norma legal dictada en fecha posterior a la vigencia del nuevo
texto del artículo 299.2 podría realizar una regulación diferente a las previsio-
nes generales sobre la potestad y del procedimiento sancionador consagrado
por la LPAG, pero sujeto a que establezca dicha regla en forma expresa y a
que no podrá transgredir los principios y reglas derivados directamente de la
Constitución conforme a la interpretación desarrollada por el Tribunal Cons-
titucional.
En cualquier situación, es innegable el papel unificador que en el ejercicio
de la potestad y el procedimiento sancionador tiene la LPAG, porque aun
cuando en los casos concretos la Administración competente tenga que definir
sobre el alcance de una regulación sectorial, deberá utilizar las disposiciones
de la ley general para determinar el concreto alcance de los preceptos conteni-
dos en la ley especial, porque la LPAG se yergue como referente necesario que
condensa las ideas básicas del régimen sancionador y que en tal virtud consti-
tuye el parámetro o criterio interpretativo que deberán utilizar las entidades de
la Administración Pública para determinar los alcances de todas las normas
sobre la materia.
7. LA DISCRECIONALIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN
204
La única excepción la constituye la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expe-
diente Nº 0090-2004-AA/TC, demandante Juan Carlos Callegari Herzo, de 5 julio 2004, en que el ci-
tado Alto Tribunal analiza los caracteres de la discrecionalidad administrativa y sus clases.
1170
panorama general del derecho administrativo en el perú
1171
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205
Art. 148. Las resoluciones administrativas que causen estado son susceptibles de impugnación
mediante la acción contencioso-administrativa.
1172
panorama general del derecho administrativo en el perú
206
Artículo 3 de la Ley del Proceso Contencioso-Administrativo Nº 27584. Exclusividad del pro-
ceso contencioso-administrativo. Las actuaciones de la Administración Pública solo pueden ser im-
pugnadas en el proceso contencioso-administrativo, salvo los casos en que se puedan recurrir a los
procesos constitucionales.
207
Art. 200. Son garantías constitucionales: 1. la acción de Habeas Corpus; 2. la acción de Ampa-
ro; 3. la acción de habeas data; 4. la acción de inconstitucionalidad; 5. la acción popular, y 6. la acción
de cumplimiento.
1173
derecho administrativo en iberoamérica
208
He trabajado el tema en «El proceso contencioso administrativo en el Perú», Derecho procesal,
II Congreso Internacional, Universidad de Lima, Lima: Fondo de Desarrollo Editorial., 2002, p. 350.
Disponible en: www.bidding.com.br/ev_ibero/artigos.html
209
Art. 139. Son principios y deberes de la función jurisdiccional: 3. La observancia del debido
proceso y la tutela jurisdiccional.
1174
panorama general del derecho administrativo en el perú
210
He analizado los conceptos «causar estado» y «agotar la vía administrativa» como sinónimos
en «Las resoluciones que ponen fin al procedimiento administrativo. Las llamadas resoluciones que
causan estado», Ius Et Veritas, nº 16, Lima, 1988, p. 151, y en la Revista de la Academia de la Magis-
tratura, nº 1, Lima 1998, p. 209, y «El proceso contencioso-administrativo en materia tributaria»,
Themis, nº 41, Lima, 2000.
211
Cuerpo legal que posteriormente ha sido objeto de modificaciones puntuales, en especial las
dispuestas por el Decreto Legislativo Nº 1067 del año 2008, lo que motivó que el Gobierno aprobara
el Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27584, Ley que regula el proceso contencioso-administrativo,
mediante Decreto Supremo Nº 013-2008-JUS. Las referencia que se hagan en este trabajo a la Ley del
Proceso Contencioso-Administrativo se refieren al citado Texto Único Ordenado que compila las nor-
mas reguladoras del régimen del citado proceso.
1175
derecho administrativo en iberoamérica
212
Priori Posada, Giovanni F., Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso-Administrativo.
Lima: Ara Editores, 2002, 2ª ed. También: Huapaya Tapia, Ramón, El objeto del proceso contencioso-
administrativo en la Ley Nº 27584, tesis de bachiller sustentada en el 2004 en la Universidad de Lima,
luego ampliada y publicada con el título de Tratado del proceso contencioso-administrativo, Lima: El
Jurista, 2006. También el catedrático Juan José Diez Sánchez en su ponencia. «Comentarios en torno
a la Ley del Proceso Contencioso-Administrativo del Perú». En la obra colectiva promovida por la
Asociación Peruana de Derecho Administrativo Derecho administrativo, que recoge las ponencias
presentadas al Primer Congreso Nacional de Derecho Administrativo celebrado (Pontificia Universi-
dad Católica del Perú, abril de 2004, Jurista Editores, Lima, pp. 167 y ss). Es ilustrativo el Informe
Defensorial Nº 121 del 2007 que formula «Propuestas para una reforma de la Justicia Contencioso-
Administrativa desde la perspectiva de acceso a la justicia».
213
Sobre el tema: Espinosa-Saldaña Barrera, Eloy, «El nuevo proceso contencioso-administra-
tivo peruano: ¿Principio del fin de nuestro amparo alternativo?», Normas Legales, Tomo 319, Volu-
men II, Lima, diciembre de 2002, pp. 1 y ss. También publicado en Jurisdicción Constitucional, im-
partición de justicia y debido proceso, Ara Editores, Lima, 2003, pp. 253 y ss.
1176
panorama general del derecho administrativo en el perú
214
Se consagran y definen los principios de: legalidad, debido procedimiento, impulso de oficio,
razonabilidad, imparcialidad, informalismo, presunción de veracidad, conducta procedimental, celeri-
dad, eficacia, verdad material, participación, simplicidad, uniformidad, predictibilidad y privilegio de
controles posteriores, sin perjuicio de la vigencia de otros posibles principios generales del Derecho
administrativo.
1177
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215
Conforme a la reforma dispuesta al artículo 11 por la Ley Nº 29782 de julio del 2011.
1178
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216
Morón Urbina, Juan Carlos, «El proceso de lesividad: el contencioso promovido por la Admi-
nistración», Proceso & Justicia, Revista de Derecho Procesal, nº 3, Lima: Asociación Civil Taller de
Derecho, pp. 30 y ss. Huapaya, Ramón, Administración Pública, Derecho administrativo y regula-
ción, Lima: Ara Ed., 2011, pp. 463 y ss.
217
El régimen general aplicable a dichos procedimientos administrativos se encuentra regulado,
con carácter general, en los artículos 219 a 238 de la Ley Nº 27444, Ley de Procedimiento Adminis-
trativo General.
1179
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1180
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218
Borrajo Iniesta, Ignacio, «Prueba y jurisdicción revisora», Civitas, Revista Española de De-
recho Administrativo (REDA), nº 61, 1989.
219
Según dicha posición la función de los jueces en el contencioso-administrativo se limita a
«examinar sentado lo que la Administración había resuelto de pie», citado por Borrajo Iniesta, op.
cit., pie de página 1.
1181
derecho administrativo en iberoamérica
ción resolviendo las pretensiones de las partes a la vista de los hechos acredita-
dos en el momento de dictar sentencias, hayan sido probados en el proceso o
fuera de él». En opinión de Borrajo Iniesta, debe tenerse en cuenta que las
«normas sobre prueba (que) se aplican en el seno de un procedimiento adminis-
trativo, son utilizadas con una finalidad diferente a la de las pruebas judiciales.
No son ya practicadas por un juez que debe dirimir un conflicto para mantener
la paz jurídica; son aplicadas por un administrador, que debe realizar determi-
nados fines materiales en satisfacción de concretos intereses generales. La fina-
lidad institucional de las normas probatorias en el seno de un proceso judicial
[…] es sustentar una sentencia: una decisión definitiva en derecho, que, entre
otras cosas, declara los hechos que ocurrieron, narra la versión jurídicamente
veraz. En cambio, la finalidad institucional de las normas probatorias en el seno
de un procedimiento administrativo es posibilitar la eficacia de la actuación
administrativa, que sus decisiones sean lícitas, acertadas y oportunas. Con ello,
entre otras cosas, se consigue minimizar los conflictos con los afectados por las
medidas administrativas; pero no impedirlos y menos sustituirlos por una solu-
ción contencioso-administrativa».
220
Rivera Ortega, Ricardo, El Estado vigilante, Madrid; Tecnos, 2000, p. 216.
221
González-Cuellar Serrano, Nicolás, La prueba en el proceso administrativo (objeto, carga
y valoración), Editorial Colex, 1992, p. 10.
222
Sarmiento García, Jorge, «Introducción al procedimiento y al proceso administrativo», en el
colectivo «Protección del Administrado», Buenos Aires: Ediciones Ciudad Argentina, 1996, p. 37.
1182
panorama general del derecho administrativo en el perú
1183
derecho administrativo en iberoamérica
223
CPC, artículo 616. Casos especiales de improcedencia. No proceden medidas cautelares
para futura ejecución forzada contra los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el Ministerio
Público, los órganos constitucionales autónomos, los Gobiernos regionales y locales y las Universi-
dades. Tampoco proceden contra bienes de particulares asignados a servicios públicos indispensa-
bles que presten los Gobiernos referidos en el párrafo anterior, cuando con su ejecución afecten su
normal desenvolvimiento.
224
En especial con la sentencia recaída en los procesos de inconstitucionalidad tramitada con los
expedientes Nº 0015-2001-AI, 0016-2001-AI y 004-2002-AI, del 1 de febrero de 2004.
1184
panorama general del derecho administrativo en el perú
felizmente en algunos casos los jueces, invocando el segundo párrafo del artí-
culo 138 de la Constitución225, que les permite ejercer el control difuso de in-
constitucionalidad, han procedido a ejecutar directamente sus sentencias,
inaplicando al caso concreto las normas que pretenden restringir sus poderes,
por considerarlas contrarias a los derechos de los justiciables consagrados en la
Constitución.
De otro lado, el numeral 41.1 de la Ley Nº 27584 establece que el personal
al servicio de la Administración Pública, cualquiera que fuera el régimen de su
vinculación con la misma, se encuentra sujeto a la obligación de cumplir la
sentencia emitida en el proceso, actuando como parte sometida plenamente al
control del Poder Judicial; en virtud de lo cual se indica que el mismo se en-
cuentra prohibido de calificar el contenido de la sentencia o sus fundamentos,
restringir sus efectos o interpretar sus alcances, quedando obligados a realizar
todos los actos necesarios para la completa ejecución de la resolución judicial.
Conviene precisar que en el cumplimiento del deber de ejecutar las sentencias
estimatorias recaídas en los procesos contencioso-administrativos, el personal
al servicio de la Administración no actúa en ejercicio de potestades administra-
tivas, sino como parte vencida en juicio, en igualdad de condiciones respecto
del demandante y sometido a la potestad jurisdiccional de dictar sentencia e
imponer su contenido.
225
Constitución, artículo 138, segundo párrafo. En todo proceso, de existir incompatibilidad entre
una norma constitucional y una legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la norma
legal sobre todo otra norma de rango inferior.
1185
derecho administrativo en iberoamérica
1186
panorama general del derecho administrativo en el perú
Los procesos que sirven para la tutela de los derechos constitucionales pue-
den ser formulados por cualquier persona que se considere afectada en sus de-
rechos por actuaciones u omisiones de entidades administrativas, funcionarios
públicos o incluso por particulares. Señala el artículo 1 del Código Procesal
Constitucional226 que regula los mencionados procesos que su finalidad es
«proteger los derechos constitucionales, reponiendo las cosas al estado anterior
a la violación o amenaza de violación de un derecho constitucional, o dispo-
niendo el cumplimiento de un mandato legal o un acto administrativo».
En lo que respecta a las reglas de competencia, tratándose de Lima y de la
Provincia Constitucional del Callao el respectivo proceso se inicia ante los de-
nominados jueces especializados en Derecho público; en los demás distritos ju-
diciales como está organizado el Poder Judicial en el Perú son competentes para
conocer los procesos de habeas corpus los jueces especializados en la materia
penal, mientras que respecto de los demás procesos constitucionales (amparo,
habeas data y acción de cumplimiento) la competencia corresponde a los jueces
civiles. En segunda instancia en Lima y Callao es competente para conocer en
vía de apelación la Sala Superior de Derecho Público, mientras que en los distri-
tos judiciales de provincias la competencia corresponde a las respectivas salas
especializadas en lo civil. En caso que el fallo de segunda instancia resulte favo-
rable al demandante, el proceso concluye y no cabe formular otro recurso para
impugnar la sentencia. Conforme a la Constitución de 1993 solo en caso que el
Poder Judicial resuelva desfavorablemente las demandas de habeas corpus, am-
paro, habeas data y acción de cumplimiento cabe que el demandante formule
recurso de agravio constitucional para que su pretensión sea resuelta en última
instancia por el Tribunal Constitucional, quien falla sobre el fondo del asunto.
Como se puede apreciar la Corte Suprema no conoce del trámite de los procesos
constitucionales citados, salvo en los casos que la violación de un derecho cons-
titucional se origine en una orden judicial, porque en esta última hipótesis el
proceso se inicia ante la Corte Superior y la Corte Suprema conoce en vías de
apelación. Otro aspecto importante a destacar es que al Tribunal Constitucional
peruano solo pueden acceder los demandantes de los procesos constitucionales
que no han encontrado acogida a sus pretensiones de tutela constitucional ante
el Poder Judicial y nunca los demandados, como sería el caso de las entidades
administrativas y los funcionarios o servidores públicos.
Como se ha señalado anteriormente, los procesos constitucionales que es-
tamos comentando tutelan diferentes derechos constitucionales. El habeas
corpus conforme a su origen histórico sirve exclusivamente para la protección
de la libertad personal o de los derechos conexos a ella, los que por regla ge-
226
Aprobado mediante Ley Nº 28237 vigente a partir del 1 de diciembre del 2004, elaborado en
base a un proyecto preparado por un grupo de trabajo conformado por seis profesores de Derecho
constitucional, procesal, administrativo y penal en el que tuvimos el honor de participar. AA.VV.,
Código procesal constitucional. Comentarios, exposición de motivos, dictámenes e índice analítico,
Lima: Palestra Editores, 2004.
1187
derecho administrativo en iberoamérica
neral solo pueden ser restringidos por mandato judicial y no por actuaciones
administrativas.
En cambio el habeas data protege solo dos derechos constitucionales, los
cuales tienen incidencia en el ámbito administrativo. Es el caso del derecho
reconocido por el numeral 5) del artículo 2 de la Constitución que tiene toda
persona «a solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a re-
cibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga
el pedido», exceptuándose solo las informaciones que afecten la intimidad per-
sonal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad
nacional, además de la información comprendida en el secreto bancario y la
reserva tributaria. Por tanto, cualquier persona que considere no atendida por la
Administración Pública su solicitud de acceso a la información que obra en su
poder, está constitucionalmente facultado para formular demanda de habeas
data a fin de que los jueces ordenen a los funcionarios administrativos obrar
conforme al principio de transparencia. Así ha sucedido en casos que adquirie-
ron publicidad iniciados por organizaciones dedicadas a la protección del me-
dio ambiente que exigieron y obtuvieron sentencias favorables que ordenaban
a los ministros del sector competente entregar los estudios de impacto ambien-
tes y otros documentos relevantes para la protección del medio ambiente. El
segundo derecho susceptible de ser tutelado por el habeas data es el denomina-
do por la doctrina constitucional «derecho a la autodeterminación informativa»
o a la «libertad informática» que para garantizar la intimidad personal y fami-
liar permite que toda persona tenga la potestad de conocer y acceder a las infor-
maciones que le conciernen archivadas en bancos de datos públicos o privados,
exigir la corrección o cancelación de datos inexactos o indebidamente procesa-
dos y disponer sobre su transmisión.
El proceso de cumplimiento227 otorga a los particulares la garantía jurisdic-
cional de poder reaccionar contra la abstención administrativa ya sea que esta
se manifieste en inactividad formal, es decir, por la omisión en la producción de
un acto administrativo individual o de una disposición reglamentaria de carác-
ter general, o por la inactividad material, consistente en la simple inejecución
de un acto debido. En un anterior trabajo228 he sostenido que la denominada
«acción de cumplimiento» no configura propiamente un proceso constitucional
porque no está destinada a tutelar ningún derecho constitucional en especial. En
el citado trabajo opiné que «se trata en verdad de un mecanismo procesal refe-
rido esencialmente al control jurisdiccional (objetivo) de la Administración,
que en lugar de estar consignado en el capítulo de las garantías destinadas a la
protección de los derechos constitucionales, bien pudo ser considerado como
227
Constitución, artículo 200. Son garantías constitucionales: 6) La acción de cumplimiento, que
procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal o un acto adminis-
trativo, son perjuicio de las responsabilidades de ley.
228
«El amparo por omisión y la acción de cumplimiento en la Constitución peruana de 1993»,
Lecturas Constitucionales Andinas, nº 3, Lima: Comisión Andina de Juristas, 1994, p. 206.
1188
panorama general del derecho administrativo en el perú
229
Como en efecto posteriormente ha sido contemplado por la vigente Ley Nº 27584 Reguladora
del Proceso Contencioso-Administrativo que entre las actuaciones impugnables señaladas por el nume-
ral 2) de su artículo 4 considera a «la inercia y cualquier otra omisión de la Administración Pública».
230
Abad Y., Samuel, El proceso constitucional de amparo, Lima: Gaceta Jurídica Ed., 2004.
231
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano dictada desde la vigencia del Código
Procesal Constitucional ha establecido los criterios para que los procesos constitucionales como es el
caso del amparo y del proceso de cumplimiento constituyan únicamente una vía subsidiaria a los pro-
1189
derecho administrativo en iberoamérica
cesos ordinarios para el cuestionamiento de las actuaciones administrativas como es el caso del proce-
so contencioso-administrativo.
232
Código Procesal Constitucional, art. 44. Plazo para la interposición de la demanda. El plazo
para interponer la demanda de amparo prescribe a los sesenta días hábiles de producida la afectación,
siempre que el afectado hubiese tenido conocimiento del acto lesivo y se hubiese hallado en posibili-
dad de interponer la demanda. Si esto no hubiese sido posible, el plazo se computará desde el momen-
to de la remoción del impedimento. Tratándose del proceso de amparo iniciado contra resolución judi-
cial, el plazo para interponer la demanda se inicia cuando la resolución queda firme. Dicho plazo
concluye treinta días hábiles después de la notificación de la resolución que ordena se cumpla lo deci-
dido. Para el cómputo del plazo se observarán las siguientes reglas: 1) el plazo se computa desde el
momento en que se produce la afectación, aun cuando la orden respectiva haya sido dictada con ante-
rioridad; 2) si la afectación y la orden que la ampara son ejecutadas simultáneamente, el cómputo del
plazo se inicia en dicho momento; 3) si los actos que constituyen la afectación son continuados,
el plazo se computa desde la fecha en que haya cesado totalmente su ejecución; 4) la amenaza de eje-
cución de un acto lesivo no da inicio al cómputo del plazo; solo si la afectación se produce se deberá
empezar a contar el plazo; 5) si el agravio consiste en una omisión, el plazo no transcurrirá mientras
ella subsista, y 6) el plazo comenzará a contarse una vez agotada la vía previa, cuando ella proceda.
1190
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233
Artículo 188. Efectos del silencio administrativo. 188.5. El silencio administrativo no inicia el
cómputo de plazos ni términos para su impugnación.
234
He comentado los errores en la conceptualización del silencio administrativo negativo por
parte de la jurisprudencia en el Perú en el trabajo «El silencio administrativo como técnica de garantía
del particular frente a la inactividad formal de la administración», Ius et Veritas, nº 13, Lima: Revista
de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1996,
pp. 225 y ss.
235
Código Procesal Constitucional, Art. 45. Agotamiento de las vías previas. El amparo solo pro-
cede cuando se hayan agotado las vías previas. En caso de duda sobre el agotamiento de la vía previa
se preferirá dar trámite a la demanda de amparo. Artículo 46. Excepciones al agotamiento de las vías
previas. No será exigible el agotamiento de las vías previas si: 1) una resolución que no sea la última
en la vía administrativa, es ejecutada antes de vencerse el plazo para que quede consentida; 2) por el
agotamiento de la vía previa la agresión pudiera convertirse en irreparable; 3) la vía previa no se en-
cuentra regulada, o si ha sido iniciada, innecesariamente por el afectado, o 4) no se resuelve la vía
previa en los plazos fijados para su resolución.
1191
derecho administrativo en iberoamérica
236
Salvo que se trate de resoluciones de medidas cautelares que declaren la inaplicación de nor-
mas legales autoaplicativas (es decir en ejercicio del control difuso de constitucionalidad de las leyes
en un caso concreto), en cuyo caso la apelación se otorga con efecto suspensivo, conforme a la reforma
dispuesta por la Ley Nº 28946 de 2006.
1192
panorama general del derecho administrativo en el perú
cautelares respecto de actos administrativos dictados por las regiones y las mu-
nicipalidades al disponerse que el juez que conoce la petición de una medida
cautelar debe correr traslado por el término de tres (3) días a la parte demanda-
da para que exprese su posición.
Respecto de las pruebas, a diferencia del proceso contencioso-administrativo
en los procesos constitucionales para la protección de derechos fundamentales
casi no hay actividad probatoria. El Código Procesal Constitucional establece
que no existe etapa de pruebas en los procesos constitucionales como el ampa-
ro237, lo que no impide la presentación de pruebas de carácter instrumental o la
realización de las diligencias que el juez de la causa considere necesarias sin
dilatar los términos, no requiriéndose notificar previamente a las partes sobre la
realización de las diligencias. La reducida actividad probatoria se explica en ra-
zón del carácter extraordinario del proceso de amparo que la jurisprudencia ha
establecido que solo debe proceder en caso que no existan otras vías procesales
igualmente idóneas para que los particulares puedan tutelar sus derechos.
Las sentencias recaídas en los procesos de amparo participan del mismo
carácter de las denominadas por un sector de la doctrina administrativa como
«sentencias de plena jurisdicción» porque los jueces están facultados para reco-
nocer una situación jurídica individualizada y disponer la adopción de medidas
para el pleno restablecimiento de dicha situación, de modo que pueden impo-
nerle a la Administración vencida la realización de todo tipo de prestaciones,
cuando sea necesario para restablecer el actor en el goce de sus derechos cons-
titucionales vulnerados. Como se ha comentado anteriormente, el carácter ple-
no de la tutela susceptible de ser alcanzada por los justiciables vía los procesos
constitucionales, en mi opinión, abona a favor de la obligatoria caracterización
del proceso contencioso-administrativo en el Perú como uno que no puede te-
ner un rol inferior al del proceso del amparo. La diferencia principal entre am-
bos procesos reside en el ámbito de protección comprendido en su radio de
acción, porque mientras que vía el amparo se tutelan exclusivamente derechos
de rango constitucional, no protegidos por los demás procesos constitucionales,
en el contencioso-administrativo encuentran acogida pretensiones de tutela de
derechos o intereses creados por normas legales.
El Código Procesal Constitucional establece que las sentencias recaídas en
los procesos constitucionales para la tutela de derechos fundamentales tendrán
carácter de jurisprudencia vinculante cuando de ellas se pueda desprender prin-
cipios de interés general, lo que no impide que en nuevos casos los jueces pue-
dan apartarse de dicho precedente siempre que sustenten debidamente la nueva
resolución.
237
Art. 9. Ausencia de etapa probatoria. En los procesos constitucionales no existe etapa probato-
ria. Solo son procedentes los medios probatorios que no requieren actuación, lo que no impide la rea-
lización de las actuaciones probatorias que el juez considere indispensables, sin afectar la duración del
proceso. En este último caso no se requerirá notificación previa.
1193
derecho administrativo en iberoamérica
Hoy en día en el Perú todas las controversias que se generen con motivo de
la ejecución de los contratos de adquisición de bienes o servicios, o de los con-
238
Dicho proceso lo he analizado en: La garantía constitucional de la acción popular, Lecturas
sobre Temas Constitucionales, nº 4, Lima: Comisión Andina de Juristas, 1990, pp. 153 y ss.
1194
panorama general del derecho administrativo en el perú
tratos de obra pública, por expreso mandato legal se deben resolver a través de
procesos arbitrales, conforme lo ordena la Ley de contrataciones del Estado.
Hasta antes de la citada norma cuando se generaba algún conflicto entre el Es-
tado y un contratista con motivo de la realización de una obra pública el afecta-
do podía impugnar la decisión del Estado ante un tribunal administrativo deno-
minado Consejo Superior de Licitaciones y Contratos de Obras Públicas
(CONSULCOP), cuya resolución a su vez podía ser cuestionada ante el Poder
Judicial mediante el proceso contencioso-administrativo por cualquiera de las
partes. Un diseño similar, aunque con matices, existía también en el ámbito de
los contratos de adquisición de bienes y servicios.
Como se puede apreciar, es evidente que el legislador peruano no ha querido
que la solución de controversias contractuales entre el Estado y sus contratistas
se resuelva ante el Poder Judicial seguramente por desconfianza en la celeridad
de la administración de justicia y de la especialización de los magistrados.
Similar sucede con los contratos de concesión de servicios públicos o de
obras públicas que el Estado peruano ha suscrito en los últimos años, en los que
el común denominador ha sido incorporar cláusulas que consagran la vía arbi-
tral para resolver las controversias que se generen durante la ejecución de tales
contratos. Más aún, en la mayor parte de los contratos de concesión que he te-
nido oportunidad de revisar se establece que en consonancia con diversos trata-
dos internacionales multilaterales para la protección de inversiones las contro-
versias de mayor magnitud deberán ser resueltas por un tribunal arbitral con
sede en el extranjero y constituido conforme a las reglas de un determinado
centro de arbitraje internacional.
La difusión del arbitraje en materia administrativa en el Perú ha llegado in-
cluso a un ámbito que normalmente sería incompatible con su naturaleza como
lo es el proceso de expropiación. Conforme a la nueva Ley Nº 27117 General
de Expropiación vigente a partir de 1998, el sujeto pasivo de una expropiación
que no se oponga a la misma pero que no esté de acuerdo con determinados
aspectos puede voluntariamente solicitar que se realice un arbitraje que tendrá
exclusivamente como objetivo determinar el valor del justiprecio que el Estado
debe pagarle por su propiedad o que se determine la obligación del Estado de
expropiarle la totalidad del predio si es que la parte remanente no tendría utili-
dad económica para él.
Los ejemplos reseñados que evidencian la extensión alcanzada por el arbi-
traje en el ámbito de la Administración Pública peruana han sido expresamente
ratificados por el artículo 4 de la nueva Ley de Arbitraje, aprobada mediante
Decreto Legislativo Nº 1071 del año 2008 con el siguiente tenor:
LGA, artículo 4. Arbitraje del Estado Peruano.
1. Para los efectos de este Decreto Legislativo, la referencia a Estado
Peruano comprende el Gobierno nacional, los Gobiernos regionales, los Go-
biernos locales y sus respectivas dependencias, así como las personas jurídi-
1195
derecho administrativo en iberoamérica
239
He reflexionado sobre el régimen del Tribunal Fiscal peruano como tribunal administrativo en
«El proceso contencioso-administrativo en materia tributaria», Themis, nº 41, Lima, 2000, pp. 73 y ss.
240
Para Fernando de La Rúa, Jurisdicción y Administración. Relaciones, límites y controles. Re-
cursos judiciales, Buenos Aires: Lerner Editores, 1979, pp. 134 y 137, los tribunales administrativos
constituyen «órganos administrativos de aplicación», los caracteriza como «cuerpos administrativos
que no ejercen un control de la administración sino en la Administración: cumplen una actividad fun-
cional interna. Ellos emiten la voluntad del poder administrador la cual, si el interesado no recurre a la
justicia dentro de cierto tiempo, deviene firme, con el alcance de la cosa juzgada administrativa» (el
énfasis es mío).
1196
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1197
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1198
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1199
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1200
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241
Art. 238.6. Cuando la entidad indemnice a los administrados, podrá repetir judicialmente de
autoridades y demás personal a su servicio la responsabilidad en que hubieran incurrido, tomando en
cuenta la existencia o no de intencionalidad, la responsabilidad profesional del personal involucrado y
su relación con la producción del perjuicio. Sin embargo, la entidad podrá acordar con el responsable
el reembolso de lo indemnizado, aprobando dicho acuerdo mediante resolución.
242
Doménech Pascual, Gabriel, «¿Deberían las autoridades y los empleados públicos responder
civilmente por los daños causados en el ejercicio de sus cargos?», Revista de Administración Pública,
nº 180, Madrid, 2009, pp. 142, 146 y 147.
1201
derecho administrativo en iberoamérica
243
Art. 283.2. La declaratoria de nulidad de un acto administrativo en sede administrativa o por
resolución judicial no presupone necesariamente derecho a la indemnización.
1202
panorama general del derecho administrativo en el perú
244
Art. 238.2. En los casos del numeral anterior, no hay lugar a la reparación por parte de la Ad-
ministración cuando el daño fuera consecuencia de caso fortuito o fuerza mayor, de hecho determinan-
te del administrado o de tercero. Tampoco hay lugar a reparación cuando la entidad hubiera actuado
razonable y proporcionalmente en defensa de la vida, integridad o de los bienes de las personas o en
salvaguarda de los bienes públicos o cuando se trate de daños que el administrado tiene el deber jurí-
dico de soportar de acuerdo con el ordenamiento jurídico y las circunstancias.
1203
derecho administrativo en iberoamérica
245
Martín Rebollo, Luis, «La responsabilidad patrimonial de las administraciones públicas en
España», Propiedad, expropiación y responsabilidad. La garantía indemnizatoria en el Derecho euro-
peo y comparado, Javier Barnes (coord.), Madrid: Tecnos, 1995, pp. 831 y 832.
1204
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1205
derecho administrativo en iberoamérica
Para poder brindar una visión panorámica que permita entender la situación
actual de los servicios públicos y los mercados de interés general en el Perú, es
indispensable remontarnos al proceso de reforma del Estado operado a partir de
la década de los 90 con los inicios del Gobierno del entonces presidente electo
Alberto Fujimori. El eje central de la reforma estuvo centrado en la necesidad
de equilibrar las cuentas fiscales de un país que al terminar la década de los 80
padecía de una severa crisis fiscal, hiperinflación y el aislamiento del sistema
financiero internacional.
En dicho contexto la reforma emprendida del Estado sintonizó plenamente
con un modelo económico mundial de carácter liberal246 que preconizaba la
reducción del aparato estatal y la apertura de los mercados a la competencia.
En lo funcional los aspectos más importantes de la reforma pueden sinteti-
zarse en lo siguiente:
– Se aprobaron dispositivos legales con el objetivo de liberalizar mercados
en los que habitualmente el Estado ejercía el monopolio o se encontraba en
manos de pocos agentes económicos y sometidos a fuertes distorsiones
en perjuicio de los consumidores. En igual medida se desregularon activi-
dades económicas sometidas a intensas intervenciones administrativas, la
246
Pease señala que la reforma del Gobierno lo colocó en la línea del documento denominado
Consenso de Washington que propuso un conjunto de políticas de corte neoliberal que proponían una
profunda reducción del aparato del Estado para concentrarlo en las funciones básicas o esenciales.
Pease, Henry, Autocracia fujimorista. Del Estado intervencionista al Estado mafioso, Lima: Pontificia
Universidad Católica del Perú y Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 192
1206
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247
Para el profesor Julio Comadira, «la independencia funcional de los entes reguladores es, asi-
mismo, decisiva, porque la experiencia ha demostrado que el poder político es no pocas veces incapaz
de sustraerse a las tendencias de sacrificar los objetivos a largo plazo en aras de las metas diarias de la
política». Comadira, Julio, «Reflexiones sobre la regulación de los servicios privatizados y los entes
reguladores», Derecho administrativo, Buenos Aires: Abeledo Perrot, 1996, p. 253.
1207
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248
Mediante Decreto Legislativo de 5/11/1991. Sobre el tema: Izaguirre, Karina, «La privatiza-
ción de las telecomunicaciones», AA.VV., Implementación de políticas públicas en el Perú, Augusto
Álvarez Rodrich y Gabriel Ortiz De Zevallos (eds.), Lima: Editorial Apoyo, 1995, p. 42.
249
Creado mediante Ley Nº 26917, 23/1/1998.
250
Mediante Ley Nº 26734, pub: 31/12/1996, posteriormente se le agregaron competencia para la
supervisión de la normativa ambiental y de seguridad en las actividades de extracción de hidrocarburos
y de mineras, por lo cual sus siglas cambiaron a OSINERGMIN.
251
Creada mediante Decreto Ley Nº 25965 de 19/12/1992, aprobándose su Ley General Nº 26284
el 27/12/1993.
252
Publicada el 29/7/2000 y reglamentada mediante Decreto Supremo Nº 032-2001-PCM,
29/3/2001.
1208
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253
Publicada el 5/8/2000.
254
Publicada el 16/4/2002.
255
El Reglamento General de OSIPTEL aprobado por D.S. Nº 008-2001-PCM, 2/2/2001; el Re-
glamento General de SUNASS aprobado por D.S. Nº 017-2001-PCM, 21/2/2001; el Reglamento Ge-
neral de OSITRAN aprobado por D.S. Nº 010-2001-PCM, 7/2/2001 y Reglamento General de OSI-
NERG aprobado por D.S. Nº 054-2001-PCM, 9/5/2001.
1209
derecho administrativo en iberoamérica
256
Artículo 32. Organismos Reguladores. Los Organismos Reguladores: 1. se crean para actuar
en ámbitos especializados de regulación de mercados o para garantizar el adecuado funcionamiento
de mercados no regulados, asegurando cobertura de atención en todo el territorio nacional; 2. están
adscritos a la Presidencia del Consejo de Ministros; 3. dentro de sus respectivos ámbitos de compe-
tencia, tienen funciones supervisoras, reguladoras, normativas, fiscalizadoras y sancionadoras; y de
solución de controversias y reclamos, en los términos previstos por la Ley de la materia; 4. definen
sus lineamientos técnicos, sus objetivos y estrategias; 5. determinan su política de gasto de acuerdo
con la política general de Gobierno, y 6. están dirigidos por un Consejo Directivo. Sus miembros son
designados mediante concurso público. La Ley establece los requisitos y el procedimiento para su
designación. Solo podrán ser removidos en caso de falta grave e incompetencia manifiesta debida-
mente comprobada, y con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros. La Ley establece el proce-
dimiento para su cese.
1210
panorama general del derecho administrativo en el perú
dad del Poder Ejecutivo esté adscrita a un ministro para que sea el responsable
político ante el Parlamento, razón por la que se les adscribe a la Presidencia del
Consejo de Ministros, lo que denota la importancia que se les asigna en la es-
tructura de la Administración Pública y a la vez permite desvincularlos formal-
mente de los ministerios que establecen las políticas sectoriales de desarrollo de
las industrias que son materia de su actividad regulatoria.
La Ley Marco de los Organismos Reguladores y las leyes y demás disposi-
ciones reglamentarias especiales que disciplinan su régimen establecen el con-
junto de funciones y potestades de carácter público (supervisora, reguladora,
normativa, fiscalizadora, solución de controversias entre empresas y solución
de reclamos de los usuarios) que se les atribuye para cumplir de la manera más
eficaz el objetivo de interés general que constituye su cometido.
En el caso del Perú en principio podemos afirmar que los organismos regu-
ladores de la inversión privada en servicios públicos son entidades que actúan
dentro del marco de la normativa vigente establecida para cada tipo de servicio
público y la que se derive de los respectivos contratos de concesión, cuya mi-
sión es de carácter supervisor o de control de la actividad desarrollada por las
empresas prestadoras de servicio público y de los compromisos contraídos en
los citados contratos de concesión, que ejercen potestades de regulación econó-
mica principalmente en materia de determinación de tarifas, promoción de la
competitividad en los mercados, determinación de niveles de calidad y cober-
tura del servicio, y garantía de las condiciones de acceso a la actividad y utili-
zación de las redes, con el objeto de generar condiciones de competencia donde
fuere posible, pero que concurren con los ministerios de los respectivos secto-
res en el ejercicio de otras manifestaciones de dicha función reguladora, aunque
con matices, a quienes también corresponde dictar normas que inciden de ma-
nera decisiva sobre la prestación de los servicios públicos.
El proyecto de reforma constitucional elaborado por la Comisión de Consti-
tución del Congreso de la República propuso otorgarles rango constitucional a
los organismos reguladores de servicios públicos, como ya sucede en nuestro
ordenamiento constitucional con otras entidades como es el caso de la Superin-
tendencia de Banca y Seguros, que fuera consagrada como organismo constitu-
cional desde la Carta de 1979. Según dicho proyecto los organismos regulado-
res de los servicios públicos e infraestructura de uso público, cuyo número y
denominación específica no identifica el proyecto, tendrían personalidad jurídi-
ca de Derecho público y autonomía dentro de sus respectivas leyes orgánicas.
Les corresponderá «supervisar, regular y fiscalizar la prestación de los servicios
públicos y la racional utilización de la infraestructura nacional de uso público,
y de cautelar los intereses de los usuarios, los inversionistas y del Estado». El
gobierno de cada organismo regulador estaría a cargo de un Consejo Directivo
integrado por cinco (5) miembros designados por el Poder Ejecutivo, como el
día de hoy, pero su Presidente necesitará ratificación del Senado. Como se pue-
de apreciar con el nuevo diseño constitucional propuesto los organismos regu-
1211
derecho administrativo en iberoamérica
257
«Reflexiones sobre la regulaciòn de los servicios privatizados y los entes reguladores (con es-
pecial referencia al Enargas, Enre, CNT y Etoss)», Derecho administrativo, Buenos Aires: Abeledo-
Perrot, 1996, p. 253.
258
«Los nuevos entes regulatorios». Revista de Derecho Administrativo, nº 14, pp. 489 y ss.
259
«Dos grandes momentos en cien años de derecho administrativo: la década de los cincuenta y
la constitución de 1978», AA.VV., El Derecho español en el siglo xx, Colección Garrigues y Ander-
sen, Marcial Pons, 2000, pp. 59 y 60.
1212
panorama general del derecho administrativo en el perú
260
«Las agencias independientes: un análisis desde la perspectiva jurídico-constitucional»,
AA.VV., Privatización y liberalización de servicio, Anuario de la Facultad de Derecho de la Univer-
sidad Autónoma de Madrid, nº 3 (1999), p. 166.
1213
derecho administrativo en iberoamérica
11.4. Funciones
261
«Lineamientos para la conformación de un ente de control del transporte terrestre», AeDP,
nº 13, 2000, Buenos Aires: Ad hoc, p. 59.
262
«A propósito de la tutela cautelar frente a las decisiones de los nuevos entes reguladores»,
AA.VV., Derecho administrativo, op. cit., 1998, p. 1354.
1214
panorama general del derecho administrativo en el perú
263
«El acto administrativo regulatorio», AA.VV., Acto administrativo y reglamento, Jornadas Or-
ganizadas por la Universidad Austral, Facultad de Derecho, Buenos Aires: Ediciones RAP, 2002.
264
Teoría general de los servicios públicos, Buenos Aires: Ed. Ad hoc, 1999, pp. 410 y 411.
265
Sobre la evolución del concepto de servicio público en el Perú: Zegarra Valdivia, Diego, «La
noción de servicios públicos en el sistema jurídico peruano: Una aproximación», Ponencia en el Primer
1215
derecho administrativo en iberoamérica
Congreso Peruano de Derecho Administrativo, 22, 23 y 24 de abril de 2004. En: AA.VV., Derecho ad-
ministrativo, Lima: Asociación Peruana de Derecho Administrativo y Jurista Editores, 2004, pp. 511 y ss.
266
Mediante Ley Nº 26734.
267
Decreto Legislativo Nº 908, 3/8/2000.
1216
panorama general del derecho administrativo en el perú
268
Ley Nº 26917, 23/1/1998.
269
La Dirección General de Aeronáutica Civil cuenta con una Dirección de Infraestructura Aero-
portuaria; la Dirección General de Transporte Acuático cuenta con una Dirección de Puertos; la Direc-
ción General de Caminos cuenta con una Dirección de Infraestructura Vial; la Dirección General de
Ferrocarriles cuenta con una Dirección de Infraestructura Vial Ferroviaria.
270
Tratado de Derecho administrativo, Tomo 1, Fundación de Derecho administrativo, Buenos
Aires, 1997, p. XV-3.
1217
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1218
panorama general del derecho administrativo en el perú
271
Estos principios han sido expresamente recogidos por la jurisprudencia del Tribunal Constitu-
cional Peruano recaída en el Expediente Nº 00034-2004-PI/TC del 15 de febrero del 2005, la que he-
mos reseñado en nuestro trabajo «El régimen de los servicios públicos en la Constitución peruana», en
VV.AA., Orlando Vignolo (coord.), Teoría de los Servicios Públicos, Lima: Grigley, 2009, pp. 13 y ss.
1219
derecho administrativo en iberoamérica
272
Como ha sucedido en varios países en los que el legislador priva de la calificación de servicio
público a actividades que venían operando con dicha calidad, porque considera que al prestarse en
mercados altamente competitivos, por la existencia de varios operadores que compiten por ofrecer
mejores servicios y precios a los usuarios, los fines públicos que sustentaron la declaración de servicio
público, es decir, que el Estado asume la garantía de la prestación del servicio a los ciudadanos, se
encuentran satisfechos.
1220
panorama general del derecho administrativo en el perú
ción») para establecer las reglas de juego a las cuales deben sujetarse los agen-
tes económicos en el desarrollo de sus actividades.
273
Dice el profesor Juan Carlos Cassagne: «En rigor, el servicio público, como síntesis de una
actividad prestacional que satisface necesidades primordiales de los habitantes, constituye el objeto de
la regulación económica» (AA.VV., La crisis de los servicios públicos en Argentina, Universidad
Católica Argentina/Editorial Universitas Argentina, 2006, p. 381).
1221
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1222
panorama general del derecho administrativo en el perú
274
STC recaída en el Expediente Nº 008-2005-PI/TC, de 12 de agosto de 2005, con motivo de la
demanda interpuesta por don Juan José Gorriti y más de cinco mil ciudadanos, Fundamento Jurídi-
co Nº 44.
275
Informe Defensorial Nº 1 «El cese por causal de excedencia: evaluando los alcances del Decre-
to Ley Nº 26903», aprobado mediante Resolución Defensorial Nº 014-97-DP, p. 17.
1223
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1224
panorama general del derecho administrativo en el perú
276
Estudio de la Constitución Política de 1998, vol. 2, Pontificia Universidad Católica del Perú/
Fondo Editorial, 1999, p. 422.
1225
derecho administrativo en iberoamérica
parte del Estado y por ende están sujetas a diversas normas legales que buscan
garantizar la buena administración de los recursos asignados por el Estado a sus
empresas, como es el caso de las Ley de Contrataciones y Adquisiciones del
Estado, las directivas que emite Fondo Nacional de Financiamiento de la Acti-
vidad Empresarial del Estado, FONAFE, o la Ley del Sistema Nacional de
Control, entre varias otras.
En nuestra opinión, la citada prohibición de doble percepción de remunera-
ción por parte del Estado constituye un mandato constitucional que por las razo-
nes anotadas anteriormente (impedir situaciones de privilegio económico o de
abuso de poder) se aplica cualquiera que fuera la relación jurídica de empleo
(funcionarial o laboral privada) que mantenga el trabajador con una entidad esta-
tal, ya se trate de una organización de carácter administrativa (ministerio, región,
municipalidad, etc.) o empresa del Estado, que le devengue una retribución, re-
muneración, emolumento o ingreso bajo cualquier denominación, siempre que la
fuente de financiamiento constituyan recursos públicos, del tesoro o pagados a
través de empresas estatales cuyos recursos –como bien señala Juan Carlos Mo-
rón Urbina277– califican como recursos públicos para fines de control.
En el artículo 41 de la Constitución se consagra un conjunto de reglas en
orden a garantizar la transparencia y la responsabilidad en el ejercicio de la
función pública; en tal sentido se establece la obligación de los funcionarios y
servidores públicos de presentar declaración jurada de bienes y rentas al tomar
posesión del cargo, durante el ejercicio y al cesar de los mismos, las mismas
que son publicadas en el Diario Oficial. Se faculta al Fiscal de la Nación para
proceder a formular denuncia ante el Poder Judicial contra funcionarios respec-
to de los cuales se presuma enriquecimiento ilícito y se establece que debe du-
plicarse el plazo ordinario de prescripción de delitos contra el patrimonio cuan-
do el afectado es el Estado.
Finalmente, el artículo 42 reconoce los derechos de sindicación y huelga de
los servidores públicos, excluyendo de su ejercicio a los funcionarios del Esta-
do con poder de decisión y los que desempeñen cargos de confianza o de direc-
ción, así como los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.
Por mandato del artículo 153 de la Constitución los miembros del Ministerio
Público y del Poder Judicial también se encuentran excluidos en el goce de los
derechos de libertad sindical y huelga.
Si bien la negociación colectiva no ha sido recogida en el capítulo de la
Constitución referido a la Función Pública, la jurisprudencia del Tribunal Cons-
titucional recaída en el proceso de inconstitucionalidad interpuesto para que se
declare la inconstitucionalidad de varios artículos de la Ley Nº 28175, Ley
Marco del Empleo Público, señala que en el Perú es posible aplicar al régimen
277
Comentario al art. 40. La Constitución comentada. Análisis artículo por artículo, Obra colec-
tiva, Walter Gutierrez (dir.), Gaceta Jurídica, Congreso de la República del Perú, Tomo 1, p. 665.
1226
panorama general del derecho administrativo en el perú
278
STC recaída en el Expediente Nº 008-2005-PI/TC, de 12 de agosto de 2005, Fundamento Jurí-
dico Nº 32 y 53.
1227
derecho administrativo en iberoamérica
Progresión en la carrera
Caben dos modalidades de progresión de los servidores públicos en la carre-
ra administrativa:
– el ascenso del servidor de un nivel inferior al nivel inmediato superior de
su respectivo grupo ocupacional;
– pero también es posible que la progresión en la carrera administrativa se
exprese a través del cambio del grupo ocupacional del servidor.
El ascenso se debe producir mediante concurso convocado al efecto para lo
cual los servidores deben cumplir con dos requisitos fundamentales: tiempo
mínimo de permanencia señalado para el respectivo nivel ocupacional y capa-
citación requerida para el siguiente nivel. En el concurso de ascenso se deberán
valorar los siguientes factores (art. 11): los estudios de formación general y de
capacitación que haya realizado el servidor, los méritos individuales adecuada-
mente evaluados y el desempeño laboral.
Para el cambio de grupo ocupacional el servidor deberá cumplir con los si-
guientes requisitos: acreditar los títulos y grados académicos o certificaciones
necesarias para la pertenencia al grupo ocupacional al que se aspira, cumplir un
tiempo mínimo de permanencia en el respectivo nivel de carrera, acreditar estar
1228
panorama general del derecho administrativo en el perú
1229
derecho administrativo en iberoamérica
rizar plazas con relación a las que están ocupadas al 31 de diciembre del año
anterior», con lo cual virtualmente se dejó sin efecto procesos técnicos esencia-
les que caracterizan al régimen de carrera administrativa, como lo constituyen
el ingreso mediante concurso, la incorporación a la carrera mediante nombra-
miento y la expectativa de progresión en la carrera, y otros estímulos como
la mejora remunerativa, procesos cuya desactivación trae consigo que práctica-
mente desaparezca el régimen de carrera administrativa.
Las mencionadas restricciones presupuestarias para acceso de personal ne-
cesario para la Administración Pública mantenidas durante muchos años han
generado las siguientes consecuencias nocivas:
– Todas las entidades públicas tienen un gran número de plazas vacantes y
muchas se han visto obligadas a cubrir los cargos directivos con personal
ascendido prescindiendo de la realización de un concurso de méritos, lo
cual, de un lado, elimina la competencia y, por ende, el deseo de supera-
ción de los trabajadores, y de otro lado impide convocar a profesionales
ajenos a la carrera que podrían haber ofrecido mejores calificaciones. Asi-
mismo, las normas sobre revisión de ceses colectivos han generado que
buen número de los despedidos durante la década pasada con motivo de
evaluaciones realizadas irregularmente se encuentren esperando que las
entidades de las que fueron cesados los reincorporen a trabajar, lo que ha
traído como consecuencia que varias entidades públicas prefieran mante-
ner las plazas vacantes para que no sean cubiertas por dicho personal que
está pendiente de ser repuesto y que en sustitución se recurra a la contra-
tación de trabajadores mediante los contratos denominados de «servicios
no personales», prolongando el círculo vicioso.
– Precisamente la medida más usual adoptada por las entidades para esca-
bullirse de las restricciones presupuestales ha consistido en recurrir a la
utilización de la figura de la «contratación de servicios no personales»,
que no se registran en la planilla, porque el egreso es contabilizado en la
partida presupuestaria correspondiente a «transferencia por bienes y ser-
vicios». Sin embargo, comoquiera que las leyes de presupuesto en la mis-
ma medida prohibían también la contratación por servicios no personales
para funciones permanentes o previstas en el respectivo reglamento de
organización y funciones de la entidad, las entidades preferían proceder a
la contratación a través de empresas de servicios, por lo que el personal
contratado por la modalidad de «servicios no personales» no es contabi-
lizado en forma transparente, lo cual perjudica las posibilidades de que se
cuente con datos fiables acerca del número de personas que trabajan para
el Estado.
Régimen de remuneraciones
El Decreto Legislativo Nº 276, que regula la carrera administrativa, tuvo
entre sus objetivos principales dar cumplimiento al mandato del artículo 60 de
1230
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1231
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1232
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1235
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279
La unidad remunerativa del sector público para el año 2007 para determinar el ingreso de los
altos funcionarios y autoridades del Estado fue establecida mediante Decreto Supremo Nº 046-2006-
PCM; los Decretos de Urgencia a los que se ha hecho referencia son el DU Nº 024-2006 y DU Nº 038-
2006.
280
Sin embargo varias de las empresas estatales se crearon sobre la base o asumiendo corporacio-
nes o servicios que anteriormente eran prestados directamente por el Estado y en los cuales se aplicaba
el régimen administrativo para sus trabajadores, lo que en su momento generó paradójicamente la
aplicación de un régimen mixto para el tratamiento de sus trabajadores, al coexistir en el interior de una
misma empresa trabajadores pertenecientes a la carrera administrativa y otra parte de trabajadores su-
jetos al régimen laboral privado.
1236
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1237
derecho administrativo en iberoamérica
281
Se les reconoce algunos derechos que hasta entonces estaban negados a los contratados bajo
«servicios no personales», como es el caso de la afiliación a los regímenes de la seguridad social en
social y de pensiones; una jornada semanal máxima de 48 horas, descanso semanal pagado de al
menos 24 horas continuas y un descanso físico pagado de 15 días calendario continuo por cada año
de servicio.
1238
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Régimen Laboral
Categoría Promedio
276 728 SNP
Fuente: SIAF e información remitida por entidades públicas según Circular 049, septiembre 2004.
1240
panorama general del derecho administrativo en el perú
Esta comisión realizó la primera evaluación «oficial» del régimen del em-
pleo público dando cuenta del caos normativo existente, razón por la que reco-
mendó la formulación de un nuevo régimen de carrera administrativa para los
funcionarios y profesionales en el que se establezcan: i) los requisitos de ingre-
so por concurso público; ii) que ponga el debido énfasis en la profesionaliza-
ción y/o especialización; iii) dar contenido legal a los denominados contratos
de servicios no personales, que reconozca a los trabajadores los derechos esta-
blecidos en la Constitución; iv) implementar el pago de remuneraciones vía
planilla única; v) incentivos en función mérito individual e índices de producti-
vidad, etc.
1241
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1242
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282
Fondevila Antolín, Jorge, Constitución y empleo público, Prólogo de Luciano Parejo, Grana-
da: Comares, 2000.
283
Nos referimos a la Declaración de Santo Domingo: IV Conferencia Iberoamericana de Minis-
tros de Administración Pública y Reforma del Estado», realizada en Santo Domingo en junio del 2002
y a la Carta Iberoamericana de la Función Pública aprobada por la V Conferencia Iberoamericana de
Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado realizada en Santa Cruz-Bolivia en junio
de 2003, que se pueden leer en: www.clad.org.ve
1243
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1244
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1245
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284
La Ética en la Administración Pública, 2ª ed., Madrid: Cuadernos Civitas, 2000, p. 88.
1246
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285
Reglamentada mediante Decreto Supremo Nº 023-2011-PCM que tipifica las conductas que
constituyen infracciones por responsabilidad administrativa funcional y materia de una directiva apro-
bada mediante Resolución de Contraloría Nº 333-2011-CG que desarrolla aspectos del respectivo pro-
cedimiento administrativo disciplinario.
1247
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derecho administrativo en iberoamérica
expansión urbana, así como las áreas de protección o de seguridad por riesgos
naturales; las áreas agrícolas y las áreas de conservación ambiental, y (ii) apro-
bar el Plan de Desarrollo Urbano, el Plan de Desarrollo Rural, el Esquema de
Zonificación de Áreas Urbanas, el Plan de Desarrollo de Asentamientos Urba-
nos y demás planes específicos de acuerdo con el Plan de Acondicionamiento
Territorial (art. 79). Correlativamente a las municipalidades distritales les co-
rresponde aprobar el plan urbano o rural distrital, según corresponda, con suje-
ción al plan y a las normas municipales provinciales sobre la materia.
En el ordenamiento jurídico peruano no existe como en otros países una ley
nacional que establezca el régimen general del ordenamiento territorial o del
suelo, como se puede apreciar de las normas glosadas; la competencia sobre las
citadas materias ha sido conferida en parte a los Gobiernos regionales pero el
rol principal se ha otorgado tradicionalmente a las municipalidades provincia-
les en sus respectivas circunscripciones, las cuales son autónomas para decidir
sobre la ordenación (acondicionamiento) del territorio y planificación urbana
(destino de los suelos). En la regulación de estas materias existen diversas nor-
mas dictadas por las propias municipalidades que establecen mecanismos de
participación ciudadana, vía la realización de audiencias públicas y otras moda-
lidades de publicidad y participación, con carácter específico para la aproba-
ción de los planes de acondicionamiento territorial y desarrollo urbano, para la
aprobación del correspondiente plan urbano distrital y para los cambios de los
planos de zonificación por las municipales distritales286.
En lo que respecta al medio ambiente la Constitución peruana, a la par que
consagra el derecho fundamental de toda persona «a gozar de un ambiente
equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida» (art. 2, numeral 22) y por ende
susceptible de protección jurisdiccional mediante los procesos constitucionales
de tutela de derechos constitucionales que hemos comentado anteriormente,
dedica un capítulo titulado «Del ambiente y los recursos naturales» en el que
establece que corresponde al Estado determinar la política nacional del ambien-
te (art. 67) y le asigna la obligación de promover la conservación de la diversi-
dad biológica y de las áreas naturales protegidas (art. 68), así como promover
el desarrollo sostenible de la Amazonía (art. 69).
La regulación legislativa de carácter nacional en materia ambiental ha sido
especialmente prolija en los últimos años en consonancia con las preocupacio-
nes ciudadanas sobre dicha materia. Se cuenta con una Ley General del Am-
biente287 que asigna un rol preponderante a la participación del ciudadano, o de
286
Ordenanza Nº 620 de la Municipalidad Metropolitana de Lima, publicada el 4 de abril del 2004.
287
Ley Nº 28611, que deroga el anterior Código del Medio Ambiente que fuera aprobado median-
te Decreto Legislativo Nº 613 de 1990. Aparte de la citada Ley General del Ambiente, las leyes más
importantes en materia ambiental son las siguientes: la Ley Nº 26821 Orgánica para el Aprovecha-
miento Sostenible de los Recursos Naturales de 26 de junio de 1997; la Ley Nº 26834 de Áreas Natu-
rales Protegidas de 30 de junio de 1997; la Ley Nº 27314 General de Residuos Sólidos de 21 de julio
de 2000; la Ley Nº 27446 del Sistema Nacional de Evaluación del Impacto Ambiental de 23 de abril
1250
panorama general del derecho administrativo en el perú
de 2004; la Ley Nº 28245 Marco del Sistema Nacional de Gestión Ambiental de 8 de junio de 2004; la
Ley Nº 28256 que regula el Transporte Terrestre de Materiales y Residuos Peligrosos de 18 de junio
de 2004, la Ley Nº 28271 que regula los Pasivos Ambientales de la Actividad Minera de 2 de julio de
2004; la Ley Nº 29325 que crea el Sistema Nacional de Evaluación y Fiscalización Ambiental, y la Ley
Nº 29338 General de los Recursos Hídricos de 2008.
288
Código del Medio Ambiente, art. 1. Título Preliminar. Es obligación del Estado mantener la
calidad de vida de las personas a un nivel compatible con la dignidad humana. Le corresponde prevenir
y controlar la contaminación ambiental y cualquier proceso de deterioro o depredación de los recursos
naturales que pueda interferir en el normal desarrollo de toda forma de vida y de la sociedad. Las per-
sonas están obligadas a contribuir y colaborar inexorablemente con estos propósitos.
289
Derecho administrativo ambiental, Dykinson, 2ª ed., Madrid: 2001, p. 104.
1251
derecho administrativo en iberoamérica
290
El régimen organizativo y funcional de la OEFA ha sido posteriormente ampliado mediante la
Ley Nº 29325 que crea el denominado Sistema Nacional de Evaluación y Fiscalización Ambiental.
291
Art. 73. Los bienes de dominio público son inalienables e imprescriptibles. Los bienes de uso
público pueden ser concedidos a particulares conforme a ley, para su aprovechamiento económico.
1252
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La expropiación solo podrá ser autorizada, en cada caso, por Ley expresa
del Congreso, a iniciativa del Poder Ejecutivo, regiones o Gobiernos locales.
Tales disposiciones introducen tres importantes innovaciones en relación con el
régimen legal precedente: a) el Congreso no puede autorizar expropiaciones
para determinada generalidad de casos, debiendo expedir una ley autorizativa
para cada caso concreto; b) la ley autorizativa de la expropiación solo podrá ser
promulgada a iniciativa del Poder Ejecutivo, regiones o Gobiernos locales, y c)
el Poder Ejecutivo no es el único detentador de la potestad de presentar inicia-
tivas legislativas de expropiación.
En cada ley autorizativa deberá señalarse, por lo menos, lo siguiente: a) la
razón de necesidad pública o seguridad nacional que justifica la expropiación,
y b) el uso o destino que se dará al bien o bienes a expropiarse.
La expropiación debe fundarse necesariamente en una de las siguientes
causas:
a. Necesidad pública: en líneas generales, la necesidad pública está relacio-
nada con la urgencia que representa para la sociedad en su conjunto el
hacer o no hacer determinada cosa.
b. Seguridad nacional: la seguridad nacional tiene relación con la protec-
ción que debe darse a la sociedad y al Estado frente las amenazas exte-
riores o internas. Es posible considerar que el contenido de esta causal
pueda comprender el caso de guerra y el de calamidad pública.
1256