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SESIÓN 8

II BIMESTRE Comunicación 1ro


Identificamos los elementos y progresión narrativa
de los cuentos que leemos

CAPACIDAD:
 Adecúa el texto a la situación comunicativa.
 Organiza y desarrolla las ideas de forma coherente y cohesionada.

ACTIVIDAD:
Realiza la lectura de los cuentos propuestos, luego completa el
cuadro comparativo con la información solicitada.

Cuento 1

El campisto y el Ángel Caído

Un pobre campisto, campesino, fue a buscar su ganado en las montañas. Como era muy
pobre, no llevó para su alimento sino un huevo de gallina. En el camino encontró un perrito
recién nacido, y de puro compadecido lo recogió y envolvió en su poncho. Después de tanto
caminar encontró sus animales, pero como ya era muy tarde para volver a su casa, se
acomodó debajo de un árbol, resuelto a pasar la noche de ese modo. El bosque se inundó de
una oscuridad terrible, y ruidos extraños no lo dejaron dormir, a pesar de que se encontraba
muy cansado.

Más o menos a medianoche escuchó que alguien cantaba por allí cerca; después oyó una
carcajada, primero aguda y luego grave. «Estoy oliendo carne humana», dijo una voz de
varón. Varias voces le contestaron: «Búscalo, que debe estar cerca». «Ya estoy cerca de él»,
agregó el primero. El vaquero sintió que el corazón le quería salir del pecho, y se acurrucó
más aún para que no lo descubriera el ángel Caído, que era el que en ese momento lo
buscaba. Pero fatalmente logró ubicarlo, y ya iba a arrastrarlo, cuando el perrito que guardaba
envuelto en su poncho, se transformó en un perro grande y comenzó a ladrar con furia.

El Ángel Caído gritó entonces: «¡Aquí está, pero con un quiro-quiro!»." Los demás espíritus
acudieron a auxiliar a su compañero; ya iban a lanzarse sobre el vaquero, cuando el huevo
que este llevaba en el bolsillo reventó y, saliendo de él, un gallito cantó: «Ya amaneció». Los
espíritus malos, que tienen mucho miedo a la luz del sol, huyeron espantados a sus cavernas,
exclamando: «Agradece que ya es de mañanita. Pero otro día nos la pagarás». Y así, gracias
al perrito y al gallo, se salvó el vaquero de la maldad de los espíritus del bosque.

Cuento 2

El cerdito
La señora estaba siempre vestida de negro y arrastraba sonriente el reumatismo del dormitorio a
la sala. Otras habitaciones no había; pero sí una ventana que daba a un pequeño jardín parduzco.
Miró el reloj que le colgaba del pecho y pensó que faltaba más de una hora para que llegaran los
niños. No eran suyos.

A veces dos, a veces tres que llegaban desde las casas en ruinas, más allá de la placita,
atravesando el puente de madera sobre la zanja seca ahora, enfurecida de agua en los temporales
de invierno.

Aunque los niños empezaran a ir a la escuela, siempre lograban escapar de sus casas o de sus
aulas a la hora de pereza y calma de la siesta. Todos, los dos o tres, eran sucios, hambrientos y
físicamente muy distintos. Pero la anciana siempre lograba reconocer en ellos algún rasgo del
nieto perdido; a veces a Juan le correspondían los ojos o la franqueza de ojos y sonrisa; otras, ella
los descubría en Emilio o Guido. Pero no trascurría ninguna tarde sin haber reproducido algún
gesto, algún ademán de nieto.

Pasó sin prisa a la cocina para preparar los tres tazones de café con leche y los panques que
envolvían dulce de membrillo.

Aquella tarde los chicos no hicieron sonar la campanilla de la verja, sino que golpearon con los
nudillos el cristal de la puerta de entrada, la anciana demoró en oírlos, pero los golpes
continuaron insistentes y sin aumentar su fuerza. Por fin, porque había pasado a la sala para
acomodar la mesa, la anciana percibió el ruido y divisó las tres siluetas que habían trepados los
escalones.

Sentados alrededor de la mesa, con los carrillos hinchados por la dulzura de la golosina, los niños
repitieron las habituales tonterías, se acusaron entre ellos de fracasos y traiciones. La anciana no
los comprendía, pero los miraba comer con una sonrisa inmóvil; para aquella tarde, después de
observar mucho para no equivocarse, decidió que Emilio le estaba recordando el nieto mucho más
que los otros dos. Sobre todo, con el movimiento de las manos.

Mientras lavaba la loza en la cocina, oyó el coro de risas, las apagadas voces del secreteo y luego
el silencio. Alguno caminó furtivo y ella no pudo oír el ruido sordo del hierro en la cabeza. Ya no
oyó nada más, bamboleó el cuerpo y luego quedó quieta en el suelo de su cocina.

Revolvieron en todos los muebles del dormitorio, buscaron debajo del colchón. Se repartieron
billetes y monedas, y Juan le propuso a Emilio:

—Dale otro golpe. Por si las dudas.

“El campisto y el ángel caído” “El cerdito”

En un bosque

Escenario donde se desarrollan los hechos.

Después

Tiempo al que hace referencia el texto.


¿Qué personajes intervienen? Descríbelos. El campesino, ángel caído,

Había un pobre campesino ,que


se fue a buscar su ganado las
Inicio
montañas y se encontró un perro
recién nacido ,de tanto caminar
encontró sus animales ,paso la
noche y todo se hiso oscuro y
ruidos extraños que no le
dejaban dormir
Acciones
a medianoche escuchó que
alguien cantaba por allí, después
oyó una carcajada, primero aguda
y luego grave, que decía estoy
Nudo
oliendo carne humana, El vaquero
sintió que el corazón le quería
salir del pecho, y se acurrucó más
aún para que no lo descubriera el
ángel Caído, perrito que guardaba
envuelto en su poncho, se
transformó en un perro grande y
comenzó a ladrar con furia.

Desenlace

Para que sepamos valorar y no


tener miedo.
Propósito del autor ¿Para qué lo cuenta?

¿Qué opinas de la actitud de los personajes?

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