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Carlos Eduardo García Vargas C.I: 27.037.

235
Giselle Larrosa León C.I: 23.640.600

República Bolivariana de Venezuela


Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Universidad Experimental de la Gran Caracas
Núcleo Altagracia
Sección: AL-20300-C3

VENEZUELA POTENCIA

Gerardo Fonseca

Caracas, 30 de enero del 2024

1
INTRODUCCIÒN

2
ÌNDICE

CONTENIDO Pg
Introducción 2
1. PRIMER MOMENTO: 1492-1840 4
FORMACIÒN DEL TERRITORIO PERÌODO COLONIAL E
INDEPENDENCIA

2. SEGUNDO MOMENTO: 1840-1899 8


AGRESIÒN IMPERIAL, DESPOJO Y FRAUDE ARBITRAL

3. TERCER MOMENTO: 1900-1966 9


DIPLOMACIA IMPERIAL DE LAS CAÑONERAS, DENUNCIA DEL
FRAUDE, EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA Y DEL ACUERDO DE
GINEBRA.

4. CUARTO MOMENTO: 1966-2015 10


ACUERDO DE GINEBRA Y BÙSQUEDA DE UNA SOLUCIÒN PRACTICA Y
SATISFACTORIA PARA LAS PARTES.

5. QUINTO MOMENTO: 2015-2023 11


CONSPIRACIÒN CONTRA VENEZUELA

6. SEXTO MOMENTO: 2023-En adelante 13


REFERENDUM CONSULTIVO: UNA NUEVA ETAPA

Conclusiones 14
Glosario 15
Bibliografía 16

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PRIMER MOMENTO: 1492-1840
FORMACION DEL TERRITORIO PERÌODO COLONIAL E INDEPENDENCIA
Formación del territorio periodo colonial e independencia:
La región del Esequibo, o Guayana Esequiba, abarca más de 159.000km2 de tierra al oeste
del río Esequibo, un territorio mayoritariamente selvático que goza de 435km de costa
bañada por el mar Caribe al norte. Aunque es administrada por la República Cooperativa de
Guyana desde su independencia -antes lo fue por el Imperio británico- es un territorio
reclamado por Venezuela desde el s. XIX y uno de los últimos enclaves, el mayor en
tamaño, cuya soberanía aún se encuentra en disputa, en el continente latinoamericano.

El Esequibo representa dos tercios del territorio total de Guyana, y alberga a poco más de
280.000 habitantes de los menos de 800.000 que forman el pequeño país sudamericano, una
tercera parte de su población. Venezuela, por su parte, considera como propia la región
desde su independencia. La disputa del Esequibo hunde sus raíces en la época colonial,
momento al que debemos retrotraernos para comprender los orígenes del conflicto. La
región del Esequibo fue explorada por primera vez en 1499 por navegantes españoles. La
llegada a este territorio se enmarca dentro de la política de expansión española tras el
descubrimiento “del nuevo mundo” por parte de Cristóbal Colón en 1492.

El río que da nombre a la región se debe precisamente al conquistador sevillano Juan de


Esquivel, uno de los primeros en explorar la zona, lo que le valió para que el río quedase
bautizado con su apellido, Esquivel. Finalmente, la pronunciación de indígenas y europeos
terminó dando paso a “Esequibo”, nombre que aún conserva.

La presencia española en la zona fue sustancialmente menor que en otras partes del
continente, donde la existencia de reservas minerales llevó a la metrópoli a ejercer una
política activa para asentar su dominio y hacer una eficaz explotación de los recursos
naturales. De esta forma, no se encontrarán grandes asentamientos coloniales en la región
del Esequibo en los primeros siglos tras la llegada española a América. Los historiadores
coinciden en señalar que en la primera mitad del s. XVII comenzarán a desarrollarse
plantaciones de yuca y otros cultivos aunque, como mencionaba anteriormente, no
podemos hablar de una presencia estructurada del Imperio español.

Paralelamente Países Bajos, motivada por el potencial comercial que ofrecía la región, se
asentará en varios puntos de la costa caribeña al este del río Esequibo, fundando ciudades
que posteriormente se convertirían en colonias estables neerlandesas, caso de las
principales ciudades de Guyana y Surinam. Pero los holandeses no limitaron su presencia a
este territorio y comenzaron a atacar posiciones españolas al oeste del río Esequibo (1623),
consiguiendo en varias ocasiones establecer control efectivo sobre el territorio y explotarlo
económicamente.

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Las tensiones entre España y Países Bajos se resolvieron con el Tratado de Münster, parte
de la paz de Westfalia; ello supuso el fin de la guerra entre ambos y el reconocimiento
tácito de las respectivas posesiones españoles y neerlandesas, cuya frontera sería el río
Esequibo. Al este del río se encontraba la Guayana Neerlandesa, que ocupaba parte de la
actual República Cooperativa de Guyana y la totalidad del actual Estado de Surinam.

En 1777, el Imperio español creará la Capitanía General de Venezuela como entidad


territorial. Se trataba de una reorganización de su territorio colonial. La Capitanía incluía
como propio la Guyana Esequiba y estableció como frontera oriental entre las colonias
españolas y neerlandesas el río Esequibo desde su nacimiento hasta su desembocadura en el
océano Atlántico.

Esta división se recogió en varios mapas y escritos. En 1779, el Intendente General de la


Capitanía General se refirió a la frontera con el dominio holandés de la siguiente forma:

“Los límites de la dicha Provincia de Guayana que da principio por la parte oriental de
ella a barlovento del desemboque en el mar del río Orinoco, en el confín de la Colonia
Holandesa de Esequibo.”

No obstante, pese a reconocerse nominalmente el control por parte de la Capitanía General


de Venezuela del Esequibo, lo cierto es que no existía un dominio eficaz sobre el conjunto
del territorio. No se había descubierto ningún tipo de metal precioso en la zona y lo
frondoso e inhóspito de su selva hizo que el decadente imperio español no estableciese en
la zona una gran presencia. Entre finales del XVII e inicios del XIX, Reino Unido pondría
en práctica una política expansionista hacia las posesiones neerlandesas y españolas en la
región. En el caso español, los ataques británicos llegarían incluso a ocupar parte de lo que
hoy es la República de Venezuela; no obstante, el Tratado de Amiens de 1802 devolverá
esos territorios continentales a España, no así la Isla de Trinidad, la cual quedará bajo
dominio británico.

Por su parte, la agresiva política expansionista británica contra Países Bajos culminó con el
Tratado de Londres de 1814, donde los neerlandeses ceden sus dominios a Reino Unido,
convirtiéndose estos en la Guyana Británica.

La independencia de Venezuela y el inicio de la disputa


En 1810 comenzará la Guerra de la Independencia de Venezuela liderada por Simón
Bolívar contra la metrópoli española. En 1819 tiene lugar el Congreso de Angostura, donde
el movimiento independentista proclama la creación de la Gran Colombia, cuyas fronteras
quedaban definidas en Art. 2 de la Ley fundamental de la República:

“Su territorio será el que comprendían la antigua Capitanía General de Venezuela y el


Virreinato del Nuevo Reino de Granada, abrazando una extensión de 115 mil leguas
cuadradas, cuyos términos precisos se fijarán en mejores circunstancias…”.
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Por tanto, desde el nacimiento mismo de Venezuela como país se reivindicará como propio
el territorio hasta entonces controlado por España, incluyendo la Guayana Esequiba al oeste
del río. La pretensión venezolana descansa sobre el principio jurídico del Uti possidetis
iuris, “como poseéis de acuerdo al derecho, así poseeréis”; que exige que los territorios
descolonizados asuman íntegramente las fronteras que controlaba la metrópoli, evitando así
guerras o conflictos entre los nuevos Estados nacientes.

Este principio ha sido aplicado desde el XIX de manera importante en los procesos de
independencia de las nuevas naciones latinoamericanas, y posteriormente en las del
continente africano. La Corte Internacional de Justicia ratificó este extremo en el conflicto
fronterizo entre Burkina Faso y Malí.

No obstante, como hacíamos referencia más arriba, el territorio Esequibo era de


iure perteneciente a la corona española –pues así lo recogían las normas y mapas
publicados por la metrópoli-, pero no existía un control de facto eficaz sobre el mismo, algo
con lo que toparían las fuerzas independentistas de Bolívar. Este hecho fue aprovechado
por Reino Unido, quien comenzó a realizar incursiones al oeste del Río Esequibo,
asentándose colonos británicos en el territorio de la Guayana Esequiba al no encontrar en la
zona un Estado sólido que lo impidiese. La política expansionista británica no se dio solo
aquí, sino que coincide con la ocupación de las Malvinas a Argentina.

Ante este escenario, el libertador Simón Bolívar, ordenó en 1822 a su Ministro en Londres,
José Rafael Revenga, presentar una denuncia oficial a las autoridades británicas, en los
siguientes términos:

“Los colonos de Demerara y Berbice tienen usurpada una gran porción de tierra que
según los últimos tratados entre España y Holanda nos pertenecen de este lado del Río
Esequibo. (…) que dichos colonos se pongan bajo jurisdicción y obediencia de nuestras
leyes o se retiren a sus antiguas posesiones”.

La protesta cayó en saco en roto y Reino Unido mantuvo su presencia al oeste del río
Esequibo. Contradictoriamente, Reino Unido reconocerá en 1825 a la Gran Colombia como
Estado soberano. En 1830 Venezuela se separa de la Gran Colombia y recoge sus fronteras
en la Constitución, definidas como las que conformaban la antigua Capitanía General de
Venezuela, lo que incluía de iure –ya que la presencia británica no desapareció- el
Esequibo. Reino Unido reconoce también la independencia de esta república.

Hasta ese momento, aunque Reino Unido tenía presencia en la Guayana Esequiba, nunca
había reivindicado formalmente como parte de su dominio este territorio. No obstante, el
conflicto territorial se oficializaría en 1835, cuando Reino Unido encarga al naturalista
prusiano Robert Schomburgk la exploración del territorio y la elaboración de una línea

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fronteriza. Los resultados del especialista se denominarán “Línea Shomburgk” y serían
utilizados por el Imperio británico para reclamar el territorio.

En 1835 Schomburgk comunicó una primera línea que incluía como demarcación el Río
Moroca, es decir, tomaba 4,290 km2 del territorio Esequibo. No obstante, Schomburgk
continuó realizando exploraciones y ofreciendo al Reino Unido datos para redefinir su
frontera colonial. En 1840 se publicaría una nueva Línea Schomburgk que esta vez incluía
más de 141.000 km2 que los británicos reivindicaron como propios. En total se elaborarían
varios mapas donde Reino Unido fue ampliando progresivamente su control sobre el
Esequibo, llegando a incluso a reclamar en la última de las versiones parte del territorio
actualmente controlado por Venezuela.

Evolución de las pretensiones británicas en el Esequibo. En total se trazaron hasta cinco


“líneas Shomburgk”. Mapa elaborado por Néstor Prieto.

El gobierno venezolano atravesará durante toda la segunda mitad del s. XIX, e incluso
principios del s.XX, un periodo de gran debilidad política. La profunda inestabilidad social
y económica, que alternaba periodos más o menos estables con otros de crisis total, tuvo
también su reflejo en una diplomacia vacilante e intermitente. De esta forma, Venezuela en
1840 se mostró dispuesta a renunciar a fijar la frontera en el río Esequibo y reconocer los

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asentamientos británicos del Pumarón y Moroco; y propuso una negociación a Reino Unido
que finalmente nunca se celebró.
SEGUNDO MOMENTO: 1840-1899
AGRESION IMPERIAL, DESPOJO Y FRAUDE ARBITRAL
Conforme avanzó el siglo, Reino Unido fue asentándose en los territorios que reivindicaba
como propios, aunque hubo periodos de coexistencia que frenaron la expansión de los
británicos. Con la reclamación de 1887, donde se incluían poblaciones bajo control
histórico español y venezolano, el gobierno de Venezuela decidió romper relaciones
diplomáticas.
El laudo arbitral de París y la titubeante diplomacia venezolana del s.XX
En este contexto y ante la escalada de tensión, surge la figura mediadora de EEUU,
potencia emergente y antigua colonia británica a la que recurre Venezuela esperando recibir
ayuda para desatascar el conflicto territorial.

En 1895 Estados Unidos se ofrece como mediador en el conflicto, lo que terminará


desembocando en el Laudo Arbitral de París de 1899. No obstante, las presiones británicas
para concurrir al proceso obligaron a Venezuela a no representar directamente sus intereses
y estar representados en el proceso por norteamericanos, algo que los venezolanos
aceptaron. El jurado del Laudo quedaría por tanto conformado por dos representantes
británicos, dos estadounidenses (en representación de Venezuela) y un juez imparcial ruso.

Entre junio y octubre de 1899 se reunió el Tribunal Arbitral, que alcanzó un acuerdo por
unanimidad por el que se trazaba como línea limítrofe las actuales fronteras, donde
Venezuela apenas mantendrá un 10% de lo que se denomina la región del Esequibo,
quedando bajo su dominio solamente los territorios más occidentales que reclamaba Reino
Unido según la última Línea Shomburgk. Por el contrario, el fallo del Laudo otorgó a Reino
Unido 159.000km2 de territorio al oeste del río Esequibo.

El fallo generó la reacción de otros países, como Brasil y Países Bajos, quienes
consideraron que la decisión excedía su margen de acción al pronunciarse sobre la
navegación de ríos, una competencia que afectaba a estos terceros países y sobre la que no
podía pronunciarse el Laudo. También varias autoridades políticas y juristas alertaron sobre
lo excesivo del fallo. Venezuela se quejó formalmente, aunque finalmente asumió el
resultado y colaboró en la demarcación de la nueva frontera. En este momento el país
seguía caracterizado por la inestabilidad arriba mencionada.

El conflicto permaneció hibernado durante décadas. Conforme el Estado venezolano ganó


robustez y estabilidad, comenzó a cuestionar el resultado del Laudo en distintas instancias
internacionales, aunque no llegó a desconocer el resultado.

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La situación cambiaría radicalmente en 1949, ya que uno de los cuatro Consejeros
norteamericanos que representó a Venezuela en el laudo arbitral de París de 1899, el
abogado Severo Mallet-Prevost, hizo publicar a título póstumo un Memorándum donde se
ponían de manifiesto un gran número de irregularidades en el proceso –desde presiones,
actitud parcial del juez ruso, negociaciones paralelas, etc-, lo que a su juicio viciaba el
resultado del Laudo.

Esta noticia permitió a Venezuela retomar su reivindicación territorial e impugnar el


resultado del Laudo Arbitral de París de 1899. Tras recabar información comenzó una
campaña para reabrir legalmente su pretensión.

TERCER MOMENTO: 1900-1966

DIPLOMACIA IMPERIAL DE LAS CAÑONERAS, DENUNCIA DEL FRAUDE,


EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA Y DEL ACUERDO DE GINEBRA

No obstante, la posición diplomática venezolana fue contradictoria y sufrió importantes


bandazos en estos años. Hasta la aparición del Memorándum la reivindicación había cesado
ante instancias internacionales, Reino Unido había seguido ejerciendo soberanía sobre el
territorio y Venezuela había incluso abierto un consulado en territorio Esequibo. Este
último hecho, llevado a cabo por el gobierno militar de Marco Pérez Jiménez en 1957, sería
posteriormente oficializado por el siguiente presidente del país, Romulo Betancourt. Pese a
que finalmente dicho Consulado tuvo una vida muy corta, la creación del mismo generó
importantes consecuencias jurídicas en el conflicto, pues establecer una misión diplomática
en un territorio -representación de un país ante otro-, supone presumir la soberanía sobre
dicho territorio del Estado en cuestión.

Pese a todo, el abrumador contenido del Memorándum y la creciente presión sobre Reino
Unido para proceder a la descolonización de la Guyana Británica, facilitó la celebración de
múltiples reuniones bilaterales -entre ambos países- y trilaterales –contando con las
autoridades del enclave colonial-, las cuales allanaron el camino para retomar la disputa.

Finalmente, en 1966 y tras años de contactos se celebró el Acuerdo de Ginebra, que incluye
a los gobiernos de Venezuela, Reino Unido y de la colonia de la Guayana Británica. En él,
se afirma la existencia de una “controversia” y se compromete a los países en la búsqueda
de una solución pacífica de la misma. El acuerdo crea también una comisión mixta
venezolano-guyanesa para desarrollar la negociación. El texto permitió reactivar legalmente
la reclamación venezolana, aunque no determinaba plazos temporales para alcanzar una
solución, ni tampoco una vía específica.

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CUARTO MOMENTO: 1966-2015

ACUERDO DE GINEBRA Y BUSQUEDA DE UNA SOLUCIÒN PRACTICA Y


SATISFACTORIA PARA LAS PARTES

El Acuerdo de Ginebra, fue suscrito el 17 de febrero de 1966, en esa ciudad del país suizo,
y se establecieron los mecanismos para iniciar un proceso de revisión discusión y búsqueda
de soluciones satisfactorias a una controversia que afecta el territorio y la soberanía de
Venezuela y Guyana.

Constituye el instrumento que regula nuestra reclamación de soberanía en la Guayana


Esequiba; reiterada el 26 de mayo de 1966, con la reserva expresa de nuestros derechos sobre
toda la zona que se encuentra a la margen izquierda del Río Esequibo, tomando éste desde su
nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico. El Acuerdo de Ginebra está
registrado en la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas bajo el Nº
8192 (1966), fue distribuido como documento de la Asamblea General el 03MAY1966 bajo
las siglas A/6325; y el Secretario General aceptó las funciones derivadas de él, mediante
comunicación del 04ABR1966:

«He tomado nota de las obligaciones que eventualmente pueden recaer en el Secretario
General de las Naciones Unidas en virtud del párrafo 2 del artículo IV del Acuerdo, y me
complace informarle que dichas funciones son de tal naturaleza que pueden ser
desempeñadas apropiadamente por el Secretario General de las Naciones Unidas».

En este acuerdo se detallan los pasos a seguir para la resolución de la controversia limítrofe-
territorial sobre la Guayana Esequiba, surgida de la contención venezolana ante la ONU, en
1962, de considerar nulo e írrito el Laudo Arbitral de París de 1899, que emitió el Tribunal
Arbitral de París y que definió la frontera común entre Venezuela y Guyana Británica.

Ante esto, ambas partes acordaron la creación de “una Comisión Mixta, con el encargo de
buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia”, reza el texto. La
cual, en un plazo de 4 años tendría que decidir cuál podía ser la solución al problema
limítrofe, una vez vencido este plazo, se suscribe en 1970 el Protocolo de Puerto España entre
Guyana, Reino Unido y Venezuela por el cual se congelaba, por un término de 12 años, parte
del Acuerdo de Ginebra. En 1982 Venezuela decide no ratificar el Protocolo de Puerto
España y se vuelve a lo establecido en el acuerdo.

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Más tarde, en 1983, por iniciativa de Venezuela, el conflicto limítrofe se lleva bajo los
auspicios del Secretario General de las Naciones Unidas, en concordancia a lo previsto en el
artículo IV numeral 2 del acuerdo y apegados al artículo 33º de la Carta de las Naciones
Unidas, referente a los medios de soluciones pacíficas de controversias.

Entre 1983 y 1999, ambos países intentaron resolver el conflicto a través del denominado
mecanismo de Buenos Oficios de la ONU, un sistema de arreglo pacífico de controversias
territoriales mediante un ‘Buen oficiante’ elegido y aceptado por las partes. Esta figura tiene
como función acercar a ambos gobiernos con el fin de que estos lleguen a una solución
satisfactoria, como lo dicta el tratado. Sin embargo, estos intentos nunca arrojaron resultados
concretos.

En el año 2015, el conflicto entre ambos países se avivó cuando la petrolera estadounidense
Exxon Mobil, anunció el descubrimiento de un importante yacimiento en el océano Atlántico,
justo en la zona que entra en el histórico diferendo territorial. Las exploraciones fueron
realizadas con el aval del gobierno de Guyana, lo que provocó una nota de protesta desde
Venezuela.

QUINTO MOMENTO: 2015-2023


CONSPIRACIÒN CONTRA VENEZUELA
En el 2015, Venezuela solicitó formalmente a la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), la designación de un Buen Oficiante, para mediar en el conflicto con Guyana. El 10
de julio, Venezuela hizo entrega al Secretario General de la ONU, de ese entonces, Ban Ki
Moon, una carta en la que solicita la pronta designación del buen oficiante, quien mediará
entre los gobiernos para la solución, por la vía del diálogo y la paz, de la controversia
territorial.

Pero, de nuevo, no se llegó a una solución. Ante eso, Guyana le pidió de forma unilateral a la
Corte Internacional de Justicia (CIJ) juzgar sobre la disputa territorial. Venezuela ha
razonado que, habiéndose reconocido en 1962, la nulidad del Laudo de 1899, por parte de la
comunidad internacional, la CIJ no tiene jurisdicción para evaluar y decidir al respecto.

Asimismo, Venezuela plantea a la CIJ, el papel de mediar en la solución del conflicto, pero a
tenor del Acuerdo de Ginebra y nunca a instancia unilateral, sino ante la presentación del
caso por ambas partes, en cumplimiento de los principios de buena fe y solución amigable de
conflictos que fundamentan el mencionado pacto. El año pasado, tras darse a conocer el 18 de
diciembre el fallo por parte de la CIJ, que valida la jurisdicción del Laudo Arbitral de 1899,
Venezuela interpuso un documento en rechazo, en el cual señala:

“Los Acuerdos de Ginebra es la única norma taxativa general bilateral vigente, aplicable
para dirimir, mediante negociaciones amistosas, la controversia territorial. Lo anterior
niega la vía judicial, incapaz de alcanzar el arreglo práctico y satisfactorio que este Tratado
impone a ambas partes. En ese sentido, Venezuela ha estado y está dispuesta a entregarse a
dichas negociaciones amistosas para alcanzar un arreglo mutuamente satisfactorio”.

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En este sentido, el Gobierno Bolivariano, repudió el fallo emitido por la CIJ, en los términos
referidos, a la vez que reivindica, una vez más, la vigencia del Acuerdo de Ginebra de 1966 y
ratifica que continuará ejerciendo su justo reclamo, habida cuenta del grotesco fraude que
implicó el Laudo Arbitral de 1899, en perjuicio de su integridad territorial.

Destaca el Gobierno Bolivariano en el documento presentado a la CIJ, que el Acuerdo de


Ginebra estableció que Guyana, una vez obtenida su independencia, se consideraría parte del
mismo, por lo que el Gobierno guyanés debe acogerse al procedimiento establecido.

Venezuela en defensa de su soberanía

Frente a los intentos de Guyana por deslegitimar el proceso de resolución del conflicto
territorial del Esequibo, el presidente de la República Nicolás Maduro, emitió a principios de
este año a la Secretaria General de la ONU, una carta que reitera el desconocimiento de las
decisiones tomadas unilateralmente.

A través de la misiva reiteró que «nunca ha prestado su consentimiento» para que la Corte
Penal Internacional (CIJ), evalúe la controversia territorial fuera de lo apegado en el Acuerdo
de Ginebra y afirmando que continuarán en la lucha por su territorio. También, le hizo llegar
una misiva al presidente de la CIJ, Abdulqawi Ahmed Yusuf, para rechazar que se haya
convocado a los dos países a una audiencia virtual el 15 de enero, aunque Venezuela sostiene
que no reconoce la jurisdicción de la corte.

“Normalmente para cualquier caso de la corte, pueden pasar como 3 meses o más para
convocarse audiencia entre las partes para ver la decisión de la corte, pretendían
imponernos una audiencia el 15 de enero sin que Venezuela conociera la decisión oficial
entregada con sello y firma de la corte”, denunció en esa oportunidad el Jefe de Estado.

El Gobierno Bolivariano demandó el cambio de fecha y fue prorrogada para el día 25 de


enero, “sigue siendo un exabrupto extraño, sospechoso cuando se actúa de esta manera
apresurada, atropellando los derechos de Venezuela” manifestó el Dignatario, cuando otros
casos tiene tiempos extensos para alguna decisión o sentencia de este organismo.

“La fecha del 25 de enero no brinda la posibilidad de ofrecer una posición acabada sobre
un asunto de vital trascendencia para el país, se requiere tiempo por los peligros que
subyacen en esta sentencia, que además, contraviene con los acuerdos de Ginebra de 1966”,
citó.

El 23 de enero, la Vicepresidenta Ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, quien lidera la


Comisión Presidencial para la Defensa del Esequibo, informó que la CIJ, aplazó para el 26 de
febrero la audiencia entre Venezuela y Guyana para abordar temas en cuanto a la
controversia territorial sobre el Esequibo.

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Rodríguez indicó, que la decisión de aplazar la audiencia responde al pedido de su Gobierno,
donde se tratarán aspectos del fallo del 18 de diciembre del 2020, con relación a la demanda
interpuesta por Guyana contra Venezuela.

Al cumplirse 55 años de la firma de tan relevante instrumento jurídico internacional,


Venezuela ratifica su compromiso indeclinable con el correcto cumplimiento del Acuerdo de
Ginebra, por lo que invita una vez más a las autoridades de la hermana República
Cooperativa de Guyana, a avanzar en negociaciones amistosas, con el fin de alcanzar una
solución definitiva a la controversia existente entre ambas naciones.

Hoy Venezuela con su Diplomacia Bolivariana de Paz, muestra al mundo la verdad histórica
de lo ocurrido con el despojo del Esequibo por los imperios de entonces, y convoca a la
unidad nacional para transitar sobre lo dispuesto en el Acuerdo de Ginebra, como
instrumento para la defensa de nuestra soberanía.

Arranca una conspiración multidimensional contra Venezuela, donde la hostilidad define el


accionar de Guyana entre 2015 y 2023. En una violación al Acuerdo de Ginebra, Guyana
solicita unilateralmente la intervención de la Corte Internacional de Justicia para resolver la
controversia territorial. En ese periodo, también sella ilegales pactos con la ExxonMobil para
otorgar concesiones petroleras en zonas por delimitar.

SEXTO MOMENTO: 2023-En adelante

REFERENDUM CONSULTIVO: UNA NUEVA ETAPA

El referéndum consultivo del 3 de diciembre marca el punto de partida de nuevas acciones en


defensa de nuestros derechos históricos sobre la Guayana Esequiba.

A través del ejercicio democrático, Venezuela afianzará su posición soberana para recuperar
lo que por derecho, historia y tradición le pertenece.

En este punto se proyecta la nueva etapa de la República Bolivariana de Venezuela en sus


esfuerzos por defender la Guayana Esequiba, cuyo territorio le pertenece a los venezolanos
por tradición, historia y derecho.

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CONCLUSIONES

La presente investigación sobre el conflicto limítrofe entre Venezuela y Guayana podemos


concluir en lo siguiente:

 El origen de este conflicto fue la avaricia por parte de Gran Bretaña de apoderarse
de una gran extensión de terreno, que legalmente le pertenece a Venezuela;
sustentado esta arbitrariedad bajo un procedimiento totalmente nulo, en donde el
gobierno de Estados Unidos dejando por fuera a una representación venezolana,
firmando un Laudo a espaldas de nuestro país, decide entregar ese territorio al
gobierno de Gran Bretaña.

 Es increíble la irresponsabilidad del Gobierno de Gran Bretaña, cuando al


obligársele en un periodo de cuatro años a buscar una solución efectiva al problema,
opta por lavarse las manos, y otorgar la independencia al territorio de Guayana.

 Nuestro país ha dejado de percibir recursos económicos derivados de la explotación


de las riquezas de allí se encuentran.

 Es los últimos años Venezuela se habían caracterizado por mantener relaciones con
Guayana. El Laudo de Paris ha sido considerado no valido y no obligante por
nuestra parte y entre las argumentaciones mas importantes se encuentra que el
mismo fue firmado a espaldas de nuestro país.

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GLOSARIO

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BIBLIOGRAFÌA

 URBÁEZ, Luis; Atlas Escolar de Venezuela CO-BO, Caracas, Editorial CO-BO,


primera edición, 1999, 72 páginas.

 VARGAS PONCE, José; Geografía de la República Bolivariana de Venezuela,


Caracas, Editorial Romor, primera edición, 2003, 224 páginas.

 Nuestra Guayana Esequiba, (1969) Schacht Aristeguieta E., Venezuela Caracas


 Reseña de “Geografía Física del territorio en reclamación: Guayana Esequiba” de
Faustino Morales
 Papers of FAO in South America, Chapter III- British guayana. 1927-1965

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