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BELGRADO 1961:
Los Jefes de Estado o Gobierno de Países no alineados, observando que existen crisis
que llevan hacia un conflicto mundial en la transición de un viejo orden basado en el
dominio a un orden nuevo basado en la cooperación entre las naciones, funda do en la
libertad, igualdad y justicia social para la promoción de la prosperidad; considerando
que los procesos y formas dinámicas del cambio social dan muchas veces como
resultado, o representan, un conflicto entre las fuerzas establecidas antigua mente y las
nuevas fuerzas nacionalistas que emergen; considerando que solamente se puede
conseguir una paz duradera si este enfrentamiento lleva a un mundo donde el dominio
del imperialismo-colonialismo y el del neo-colonialismo en todas sus manifestaciones
esté radicalmente eliminado; Y, reconociendo el hecho de que existen ahora situaciones
de extrema emergencia que amenazan la paz mundial en este perio do de conflicto en
Africa, Asia, Europa y América Latina y que no se puede excluir la posibilidad de que
la rivalidad de las grandes potencias desemboque en una conflagración mundial; que
erradicar básicamente la fuente de conflicto es erradicar el colonialismo en todas sus
manifestaciones y aceptar y realizar una política de coexistencia pacifica en el mundo.
Que, si se guía por estos principios, el período de transición y conflicto puede establecer
unas bases de cooperación y hermandad entre las naciones, declaran lo siguiente:
Jamás la guerra ha amenazado a la Humanidad con consecuencias más graves que hoy
en día. Por otro lado, nunca anteriormente ha tenido el hombre a su disposición poderes
más fuertes para eliminar la guerra como instrumento de política en las relaciones
internacionales.
Impulsados por tales acontecimientos mundiales, la gran mayoría de los pueblos son
cada vez más conscientes del hecho de que la guerra entre los pueblos constituye, no
sólo un anacronismo, sino también un crimen contra la humanidad. Esta toma de
conciencia por parte de los pueblos se esta convirtiendo en una gran fuerza moral, capaz
de ejercer una influencia vital en el desarrollo de las relaciones internacionales.
Contando con esto y con la voluntad de sus pueblos, los gobiernos de los países que
participan en la Conferencia rechazan resueltamente el punto de vista de que la guerra,
incluida la «guerra fría», es inevitable, puesto que este punto de vista refleja un sentido
tanto de impotencia como de desesperanza, y es contrario al progreso del mundo.
Afirman su inalterable fe en que la comunidad internacional puede organizar su vida sin
recurrir a medios que pertenecen i a una época pasada de la historia humana. Sin
embargo, los bloques militares existentes, que se están convirtiendo en grupos militares,
económicos y políticos, cada vez más poderosos, por la lógica y carácter de sus
relaciones mutuas, promueven más aún esta evolución (...)
(...)
Todos los pueblos pueden para sus propios fines, disponer libremente de su riqueza y
recursos naturales sin prejuicio de cualesquiera obligaciones resultantes de la
cooperación económica internacional, basada sobre el principio de beneficio mutuo y en
el derecho internacional. En ningún caso puede un pueblo ser privado de sus propios
medios de subsistencia. Los países participantes creen que el derecho de Cuba como el
de cualquier otro país a elegir libremente su sistema político y social de acuerdo con sus
propias condiciones, necesidades y posibilidades debe ser respetado.
Los participantes en la Conferencia invitan a las Grandes Potencias a que firmen sin
demora un tratado para el desarme general y completo a fin de salvar a la humanidad del
azote de la guerra y que emplee la energía y los recursos que se están ahora utilizando
en armamentos, para el pacífico desarrollo económico y social de toda la humanidad.
(…)
(…)
Aquellos países de entre los que participan en la Conferencia que recon cen al Gobierno
de la República Popular China recomiendan que la Asamblea General en su próxima
sesión acepte a los representantes del Gobierno de la República Popular China como
únicos representantes legítimos de ese país en las Naciones Unidas.
Belgrado
1/6 de septiembre de 1961