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“Año de unidad, paz y desarrollo”

UNIVERSIDAD NACIONAL
“SAN LUIS GONZAGA”

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Y


HUMANIDADES

“HISTORIA DEL PERÚ PRE


INCAICO”
DOCENTE: Oscar Félix, Meza Castillo.
ESCUELA: Historia y Geografía.

INTEGRANTES:
Gutiérrez Cheglio, Jonathan.
Olazaval Montes, Fernando.
Paredes Hernández, Jorge.

AÑO: VII SECCIÓN: A

2023 - I / ICA - PERÚ


AGRADECIMIEN
TO
Agradecemos a Dios quien nos dio la vida y nos da el conocimiento necesario para poder
cumplir con nuestras obligaciones académicas.

En segundo lugar, agradecemos a nuestros padres por apoyarnos incondicionalmente en esta


etapa académica y ya que ellos son parte de esas ganas de seguir adelante día a día. Y a nuestro
docente que nos brinda sus conocimientos para un mejor aprendizaje y posteriormente seamos
profesionales de excelencia.

Estamos seguros que las metas que nos hemos planteado en nuestras vidas darán fruto en el
futuro y es por eso que el sacrificio es necesario para tener éxito.
INTRODUCCI
ÓN
Nuestra monografía busca sumergirse en el fascinante mundo de la cultura mochica, explorando sus
aspectos más destacados, desde su organización social hasta sus logros artísticos y tecnológicos. A
través de un análisis profundo de las evidencias arqueológicas y la interpretación de las
representaciones culturales que han perdurado en el tiempo, pretendemos desentrañar los misterios
que envuelven a esta civilización y entender su impacto en el panorama histórico de la región.

A medida que nos adentramos en el estudio de la cultura mochica, nos encontramos frente a una
sociedad que no solo dejó monumentales construcciones y cerámica finamente elaborada, sino
también un legado cultural que sigue fascinando a investigadores y entusiastas de la arqueología. A lo
largo de estas páginas, nos sumergiremos en los rituales, creencias, y expresiones artísticas de la
cultura mochica, buscando comprender las complejidades de una civilización que dejó su marca en el
tejido mismo de la historia sudamericana.

Con la atención puesta en desentrañar los secretos de los mochicas, nos aventuramos en un viaje que
nos lleva a las orillas del océano Pacífico, donde la grandeza de esta antigua civilización sigue
resonando en el susurro de las olas y en las huellas dejadas en la tierra por quienes, siglos atrás,
labraron una historia única que sigue viva en el eco de sus logros.
ÍNDICE
I. UBICACIÓN GEOGRÁFICA....................................................................................................................5
II. ORGANIZACIÓN...................................................................................................................................6
Política: Teocrático – Militarista..............................................................................................................6
Social: Clasista.........................................................................................................................................7
Económica:..............................................................................................................................................8
Agricultura...........................................................................................................................................8
Pesca...................................................................................................................................................9
Comercio...........................................................................................................................................10
III. MANIFESTACIONES CULTURALES..................................................................................................11
Cerámica...............................................................................................................................................11
Periodos............................................................................................................................................13
Religión.................................................................................................................................................15
Textilería................................................................................................................................................17
Arquitectura..........................................................................................................................................19
Características...................................................................................................................................19
Principales obras arquitectónicas.....................................................................................................20
Metalurgia.............................................................................................................................................25
Técnicas.............................................................................................................................................26
Orfebrería..............................................................................................................................................27
...........................................................................................................................................................29
Técnicas.............................................................................................................................................30
Escritura................................................................................................................................................32
APORTES...................................................................................................................................................33
CONCLUSIONES.........................................................................................................................................34
BIBLIOGRAFÍA...........................................................................................................................................35
LINKOGRAFÍA............................................................................................................................................36
I.UBICACIÓN GEOGRÁFICA

La Cultura Mochica se extendió sobre los valles de Lambayeque, Chicama, Moche, Virú, Santa y
Nepeña, un área aproximada de 6.500 kilómetros cuadrados del sector mas productivo de la costa
peruana. Tuvo también enclaves en la sierra, en algunos lugares de Cajamarca y Ancash. El centro mas
importante estuvo en el Valle de Moche, cerca de la actual ciudad de Trujillo.

La cultura Moche o Mochica surge y se desarrolla en los siglos I y VII d.C., teniendo como escenario
la larga y angosta franja desértica de la costa norte del Perú donde se encuentran los restos de sus
templos piramidales, palacios, fortificaciones, obras de irrigación y cementerios que testimonian su
alto desarrollo artístico, tecnológico y compleja organización.

El reino Mochica abarco territorios de los actuales departamentos de Piura, Lambayeque, La Libertad
y Ancash en la costa norte del Perú.
II.ORGANIZACIÓN

Política: Teocrático – Militarista

Moche era un estado militar conquistador gobernado por reyes conectados con los dioses o
considerados de herencia divina. Arqueólogos que han estudiado la zona tienen la teoría que
la Huaca de la Luna era residencia del soberano-rey mientras que la Huaca del Sol, era el lugar de la
nobleza principal.

Poseía distintos niveles de organización política: en un primer lugar el soberano, en segundo lugar, un
grupo de la nobleza principal, quienes estaban encargados de la administración. Y en un tercer lugar,
un grupo de burócratas.

Cada valle controlado por el estado, poseía dos huacas, es decir un lugar sagrado, que al ser
característico de Moche le otorgaba poder político y religioso. Aunque dichos valles debían contar
con su soberano o señor; que se aliaba con sus vecinos para realizar obras de bien común, para
efectuar ceremonias rituales o para emprender conquistas militares.

Los señores se vestían con prendas lujosas, con adornos de oro, plata y cobre, que simbolizaban sus
atributos sagrados, y al morir eran enterrados con igual fastuosidad, como se puede ver en

El soberano

Nobleza principal

Burócratas
Social: Clasista

1- El cie-quiche: Era el rey del valle y los dominios moches. Tenía autoridad semidivina pues creían
que descendía de los dioses y diosas. Su autoridad era militar, religiosa y civil.
2- El coríe: Era el rey vencido y subordinado al poder de un soberano mochica.
3- Los sacerdotes: Encabezados por un sumo sacerdote, habitaban en los templos piramidales. En
este grupo también están la sacerdotisa y el sacerdote guerrero. Todos ellos formaban parte de los
rituales.
4- Jefes militares y nobles: Los llamados “bien vestidos” por su rica indumentaria. Dignatarios
civiles, asistentes religiosos y soldados o guardias adscritos a las específicas funciones anteriores.
5- Artesanos especializados: Se dividían en:
- Los metalurgistas, encargados de hacer los atuendos, emblemas y ornamentos rituales.
- Los ceramistas, encargados de hacer la cerámica escultórica ritual y también de los huacos
retratos de los nobles. Había castas de estos dos grupos.
- Las tejedoras, encargadas de hacer los tejidos, que laboraban en talleres.
6- El pueblo: Agrupaba a agricultores, comerciantes y pescadores.
7- Yanas o servidumbre: Asignada a los anteriores estamentos.

CIE - QUIECH
ALAEC

SACERDOTES –
GUERREROS - NOBLEZ

ARTESANOS

PUEBLO

YANAS
Económica:

Los pobladores de la cultura moche eran agricultores, comerciantes y pescadores.

Agricultura

Como precisaban llevar agua para cultivar tierras secas, construyeron canales (Wachaques) que se
muestran como notables obras de ingeniería hidráulica, como el de Ascope y el de La Cumbre.

Asimismo, construyeron represas como la de San José, cuales aguas almacenadas servían para irrigar
las tierras en tiempo de sequía y escasez.

Gracias a eso, pudieron aprovechar el agua de los ríos para cultivar: frijoles, pallares, lagenarias,
cucúrbitas de varias especies, maíz, camote, yuca, papa, ají; y frutas como la tuna, lúcuma, pepino,
chirimoya, tumbo, maní y papaya. Cultivaron además el algodón en sus colores naturales (blanco,
marrón, rojizo y morado), para uso industrial. También cultivaron totora.
Pesca

La economía mochica estuvo en gran manera reforzada con los productos del mar; pescaban con
redes, anzuelos y arpones. Los mochicas tuvieron gran experiencia como pescadores y eso lo
demuestran las antiguas embarcaciones que usaban y que hasta ahora se siguen fabricando,
denominadas caballitos de totora. La materia prima son las hojas y tallos de la totora (también
conocido como junco en otras partes del mundo), una planta que abunda en los humedales de
Huanchaco, el lugar predilecto para su recolección. Para su diseño, decidieron que la proa (parte
frontal) sea más escueta y con una curvatura ascendente. La parte posterior, donde cabe el
conductor del caballito de totora, es un poco más ancha (hasta un metro).

Gracias a estas “pequeñas” embarcaciones (miden de 4 a 5 metros y pesan entre 40 a 50 kilogramos


cuando están secas) los mochicas se convirtieron en prodigios pescadores. Los pescadores eran
capaces de cargar su barca sin problemas antes de adentrarse al mar, ya que los sabios consideraban
que, si no podías soportar y maniobrar su peso en la tierra, tampoco lo harías en el mar.

Acompañados solo con un remo hecho de caña y redes, debían pescar la mayor cantidad de peces.
Las balsas soportaban hasta 200 kilogramos de carga extra, lo que hacía aún más complejo el traslado
hacia la costa. Es por ello que además de tener una notable fuerza en los brazos, los pescadores
debían tener buen equilibrio y destreza para conquistar las olas y llevar la comida a la comunidad.
Pescaron tollos, rayas, lenguados, palometas, sardinas, meros, pejerrey, bonitos y recolectaron
mariscos como erizos y cangrejos, también cazaban lobos marinos.
Comercio

El mar ejerció sobre los mochicas un atractivo especial. Provistos de sus caballitos de totora, que ya
tenían cerca de tres mil años de antigüedad entonces, se convirtieron en diestros pescadores. Con
embarcaciones más grandes (balsas de totora y cañas, o posiblemente, troncos) organizaron
expediciones que arribaron hasta las islas Chincha para extraer el guano, tan eficiente para el abono
de las chacras. Hay indicios incluso que hicieron expediciones hasta el Ecuador, por el norte, y
hasta Chile, por el sur. Del Ecuador traían las conchas de Spondyllus, sagradas para los moches, de las
cuales hacían pectorales y brazaletes o los trituraban y los espolvoreaban en los templos y palacios; y
de Chile traían lapislázuli.

Los sistemas de riego creados por los Moche sustentaron la agricultura lo suficiente como para que
cada asentamiento Moche fuera autosuficiente; no necesitaban comerciar o comprar comida entre
ellos o culturas completamente diferentes. Entonces, el comercio en el que participaron los Moche
fue principalmente el intercambio de obras de arte, armas y otros bienes.

Conocieron la importancia del comercio en el intercambio de bienes con otros pueblos vecinos; ya
que se han encontrados tejidos Mochicas en Mala, cerámica Mochica en Chincha.

Poseían también naves guerreras que eran tripuladas por más de tres o cuatro personas y que
transportaban a grupos militares o a los prisioneros vencidos en las guerras. Todas esas
embarcaciones no son distintas a las fabricadas por otras culturas costeñas desde el 1000 a. C.
III.MANIFESTACIONES CULTURALES

Dentro de la sociedad moche, los artesanos jugaron un rol importante debido a que crearon un estilo
artístico muy influenciado por la religión. Por ello, en sus diversas manifestaciones artísticas
representaron a personajes divinos; además, elaboraron una variedad de objetos para ser utilizadas
por los principales personajes y en las ceremonias religiosas.

Cerámica

La principal manifestación cultural de los moches fue su cerámica, considerada la mejor de todo el
Perú antiguo. Como parte de su arte cerámico crearon objetos que eran usados tanto con fines
domésticos, así como parte de ritos y ceremonias. En dichos objetos representaban aspectos
religiosos, políticos, económicos (agricultura, ganadería y pesca) y militares.

El más conocido legado cultural mochica es su cerámica, generalmente depositada como ofrenda
para los muertos.

Los mochicas plasmaron en sus cerámicas el entorno de su mundo cultural y religioso, bajo la forma
de imágenes escultóricas, o bien decorando a pincel la superficie de la vasija. Su cerámica constituye
por ello el mejor documento y testimonio de su cultura.

Sus principales características son:

 Escultórica: porque representaban en bulto las figuras de los hombres, animales y plantas. Destacan
los huaco retratos.
 Realista: puesto que todo era reproducción exacta de la realidad. No inventaban ni imaginaban en su
obra ceramista, que era expresión de las actividades.
 Documental: porque era realismo y su representación sirven como elementos para conocer la vida de
los habitantes moches como si se estuviese leyendo un verdadero documento o fuente escrita.
 Pictográfica: ya que algunos huacos representan figuras pintadas y ornamentadas.

Su realismo es característica resaltante en sus huaco retratos, su famosa plástica asombra por la
expresividad y perfección de verdaderos retratos de arcilla. Los cánones clásicos de perfección y
realismo se reconocen aún en seres mitológicos, animales humanizados, hombres con atributos
zoomorfos o partes combinadas de varios animales. Sin embargo, también realizaron cerámica con
gran contenido simbólico de pensamiento e ideas donde las imágenes se vuelven más abstractas y
conceptuales; ambas tradiciones, tanto la simbólica como la realista, se encuentran sumamente
vinculadas. Incluso hay piezas cerámicas donde conviven estas dos tendencias.

Analizando la iconografía de la cerámica, los investigadores actuales también pueden conocer


interesante información sobre la vida de los moches: ceremonias funerarias, ceremonias rituales,
paisajes, viviendas, guerras, enfermedades, etc., proporcionando así un vínculo entre los vivos y los
muertos. Sus pictografías derrochan vida y movimiento en las complejas escenas de ceremonias,
combates, cacerías rituales y probables relatos míticos. Sin embargo, la vajilla para uso diario,
utensilios domésticos y vasijas para agua fueron funcionales, sencillos y escasamente decorados.
También destacan los huacos de representaciones de carácter sexual, mostrándose de forma
explícita escenas de onanismo, coito en grupo e incluso reproducción animal. Se cree que estas
manifestaciones artísticas podrían tener unas connotaciones culturales y religiosas de simbolismo de
la fertilidad.

La cerámica mochica generalmente se propicia en masa, mediante el uso de moldes. Sobre ellas el
especialista aplicaba técnicas como: modelado, grabado, pintura. El asa estribo era confeccionado
aparte. Por último, la pieza era llevada al horno; es bícroma resaltando el rojo y la crema.
Periodos
Tomando como base el estudio de más de 30.000 ceramios, Larco Hoyle estudió la evolución de las
formas de la cerámica moche y dividió su desarrollo en cinco etapas, que son:

 Mochica I: La cerámica es pequeña, de aspecto sólido, en algunos casos de forma lenticular; de asas
proporcionales y circulares con picos cortos y fuertes rebordes. Las formas comunes son: vasos
retratos, antropomorfos de cuerpo entero, zoomorfos, fitomorfos, cántaros sencillos con asa de
estribo. Colores crema y rojo, crema y ocre, rojo, crema y anaranjado; crema y negro. Hay una
influencia de la decoración negativa. Los motivos más comunes son los puntos grandes, los círculos,
rombos, cabezas de lagartijas estilizadas, triángulos con círculos concéntricos, signos escalonados,
bandas cuyos temas pictóricos en colores están delineados por incisiones.
 Mochica II: El grosor de las paredes disminuye. La cerámica se alarga y no se observa tendencia en
darle la misma altura que ancho, se inicia con esto la esbeltez de los vasos. El asa y el pico crecen
proporcionalmente, y mientras el asa no pierde la forma redondeada, el pico pierde el reborde
pronunciado, quedando tan solo un pequeño ribete. Existen vasos retratos, antropomorfos de cuerpo
entero, fitomorfos y zoomorfos. Predominan los colores crema y rojo, crema y ocre, rojo y crema
plomizo, marrón y anaranjado, crema y ocre.
 Mochica III: Se inicia el refinamiento de esta cultura. Las paredes de los vasos se afinan sin perder su
solidez, el ceramio está cubierto por una fina capa de engobe cuidadosamente pulida. Los hornos
abiertos con abundante oxigenación fueron perfeccionados. La cerámica es un poco más grande que
Mochica II. Los recipientes son de mayor capacidad. Las asas y los picos se afinan notablemente,
siendo las primeras elípticas y los picos pequeños, acampanulados y con reborde casi imperceptible.
Los ceramios son de líneas armónicas y proporcionadas. Las esculturas antropomorfas son verdaderos
retratos de personas. La escultura religiosa adquiere importancia.
 Mochica IV: Los motivos escultóricos y pictóricos se multiplican y adquieren mayor complejidad. El
artista mochica trata de perennizar en su cerámica no solamente los asuntos comunes de su vida
diaria, sino también las actividades de sus instituciones organizadas. El rico acervo de su vida
espiritual es sintetizado en las escenas pictóricas que cubren los numerosos vasos de caracteres
religiosos. Los vasos se alargan y también proporcionalmente el asa, que ya no es chata sino, redonda
o ligeramente angular. La mayoría de los picos son largos y rectos, aunque hay algunos más angostos
en la punta con bordes levemente afilados.
 Mochica V: La cerámica de este período, por sus formas y decorado, constituye el «arte barroco» de
la cultura mochica. Se reduce en tamaño, pero el asa se alarga, siendo el pico más pequeño. El asa
toma una forma triangular acentuada y el pico es de naturaleza troncocónica con bordes afilados del
interior hacia afuera. Las representaciones geométricas abundan. El motivo escultórico pasa a
segundo plano, desplazado por el arte pictórico. Las técnicas de manufactura que mayormente
conocieron fueron el moldeado y el estampado. Por el gran dominio de la cerámica escultórica y
pictográfica se le ha denominado, y con mucha justicia, el Período de los Maestros Artesanos. Dada la
calidad estética y temática de su innumerable producción, se ha convertido en el mejor espejo de su
vida cotidiana y espiritual.
Religión
La religión de la cultura Moche fue muy importante y estuvo vinculada con muchas de las actividades
de la sociedad. Los Moches lograron separar bastante bien la división del mundo real con la del
mundo mítico o divino. A diferencia de otras culturas andinas como Chavín, donde ambos mundos
pertenecen a una misma visión del mundo. Los Moches crearon un universo de seres divinos con
diferentes categorías y destinados a ejercer acciones sobre diversos aspectos de la vida cotidiana.
Hay dioses relacionados con el mar, con la tierra, con la agricultura, etc., dentro los cuales resalta un
personaje que se repite constantemente en la iconografía de cerámica y murales, y que podría
representar una especie de dios supremo, llamado por los arqueólogos Aia Paec. Tiene faz humana y
dientes de felino, generalmente lleva un tocado con una cara de felino en la frente y las orejeras
adornadas con cabezas de serpiente y está representado casi siempre sentado en un trono y con las
manos en las rodillas.
Para los antiguos Mochicas, los sacrificios humanos formaban parte de su forma de ver el mundo.
Puesto que, a partir de ellos, se realizaban ofrendas a la divinidad o a la naturaleza; aunque también
hay evidencia de sacrificios hechos a modo de castigos ejemplares.

Existen representaciones, donde podemos conocer cómo era el procedimiento del sacrificio humano;
por ejemplo, cuando los sacrificados eran prisioneros de combate, estos eran desvestidos y atados,
para luego caminar en procesión al templo principal.

Para el sacrificio, se usaba un cuchillo ceremonial, con el cual se seccionaban los vasos cervicales.

Después del sacrificio, el sacerdote presentaba la sangre del sacrificado en una copa tanto al
gobernante como a la divinidad mochica. Finalmente, después de que la víctima muriera desangrada,
los sacerdotes regaban la sangre en el suelo como una ofrenda más a los dioses y a la naturaleza.

En la cultura Mochica, las huacas desempeñaban diversas funciones, entre ellas la de cementerios
para personajes de poder o aquellos que formaban parte de la élite; sin embargo, también se
utilizaban para enterrar los cuerpos de los sacrificios humanos que los acompañaban.

Es importante comprender, además, que los sacrificios hechos en las huacas se dividían en ofrendas a
la divinidad y castigos ejemplares, y se llevaban a cabo con un cuchillo ceremonial llamado Tumi. El
propósito principal de estos era presentar la sangre en una copa al gobernante y a la divinidad
Mochica, que luego decidían si bebían o vertían el contenido sobre la tierra como ofrenda ritual. En
cuanto al motivo de los sacrificios en espacios como estos, formaban parte integral de la cosmovisión
Mochica; puesto que era su forma de controlar las inclemencias de la naturaleza. Además de saber
sobre los sacrificios por los enterramientos hallados en las huacas; también se tiene testimonio de
estos a través de los dibujos y pictografías que los Mochicas dejaron representadas en sus murales y
cerámicas.

En cuanto a los murales, una clara representación se puede observar en la Huaca Cao Viejo, en la que
se muestran ceremonias de sacrificio a la deidad Ai Apaec. Por otro lado, respecto a las
representaciones que se han podido observar en su cerámica, en estas se pueden apreciar los
elementos que se utilizaban en el ritual, como las plantas psicotrópicas y los objetos ceremoniales.
Además, en varias de las cerámicas se muestra la figura de la deidad a la que se ofrecía el sacrificio, lo
que demuestra la importancia de estas ofrendas para la religión Mochica.

Una de las representaciones más usuales en la cerámica mochica, respecto al sacrificio, es aquella
donde este ritual se realiza en la montaña. De hecho, se pueden identificar símbolos repetitivos que
los investigadores han asociado con el Apu Campana. La posición de los cuerpos sobre los picos y la
presencia de sangre en los huacos, que se observa en estas representaciones, sugieren que los
sacrificios se realizaban como ofrendas a la montaña, en un intento por apaciguar su poder divino y
asegurar la prosperidad de la tierra.
Textilería

Se conoce muy poco de la textilería mochica ya que su conservación es muy pobre, sin embargo, las
piezas estudiadas indica una sobriedad decorativa equiparable a su cerámica. Las tonalidades
utilizadas dentro de la gama del rojo.
Los materiales que más se utilizaron es el algodón y lana de auquénidos. Las técnicas predominantes
de manufactura incluyen el brocado y el tapiz.
Moche fue una sociedad estratificada, tuvo centros ceremoniales, viviendas y talleres de artesanos,
resaltando notablemente en el arte de la cerámica en la cual plasmaron escenas cotidianas de su vida
y creencias.

En muchas piezas se aprecia la forma de vestir de los diferentes personajes, algunos con espléndidos
tocados, camisas y adornos suntuosos.
En el interior de un plato Moche se representa pictóricamente un taller textil en el cual las tejedoras
tienen muestrarios, trabajan con telar de cintura y se aprecian accesorios e instrumentos textiles.
Los textiles mochicas fueron elaborados mayoritariamente con algodón y, en menor cantidad, con
fibra de camélido. El algodón se usó en sus colores naturales (blanco, beige, marrón) o teñido con
tintes vegetales o animales (rojo, amarillo, verde, azul). La fibra de camélido se usó principalmente para los
tejidos finos y ceremoniales
Los mochica utilizaron diferentes técnicas para crear sus tejidos, como el tejido llano (o tafetán), la
sarga (o diagonal), el tejido doble (o reversible), la gasa (o calado) y el tapiz (o brocado). También se
agregaron a los tejidos elementos complementarios hechos con diferentes materiales como cabellos
humanos, plumas, pelos de murciélago, láminas de oro, plata y cobre.
Arquitectura

Los moches fueron arquitectos de mucha destreza. Conocieron la planificación de ciudades como
herencia Huari y Virú. Se dedicaron a la construcción de complejos religiosos-administrativos de
carácter monumental como pirámides escalonadas y truncas, huacas, palacios y construcciones de
ingeniería hidráulica, haciendo uso del adobe, el barro, la caña y las piedras de río.

El control de las elites políticas sobre la producción de cerámica parece repetirse en las formas
arquitectónicas. Entre ella se puede diferenciar claramente las estructuras de carácter público, casi
siempre sobre plataformas sólidas cuadradas o rectangulares con terrazas escalonadas, decoradas en
los techos a dos aguas y en las paredes, con pinturas murales al temple mate con paleta polícroma y
temas religiosos; de aquellas domésticas que estuvieron compuestas por simples conjuntos de
cuartos contiguos.

Como base para sus construcciones emplearon el adobe, puesto que era la materia prima que tenían
a la mano. Construyeron grandes palacios, urbes y templos, los cuales recubrían de murales en alto y
bajo relieve, pintados de colores extraídos de la naturaleza a los cuales les agregaban colágeno
extraído de la cocción de las patas de las aves, que actuaba como una especie de látex; decoraban con
representaciones de sus dioses, mitos, leyendas y toda su cosmovisión.

Características

La forma más típica de las estructuras ceremoniales y domésticas es la rectangular, a excepción de las
estructuras construidas con muros circulares en las cimas de cerros.

Los complejos arquitectónicos de la cultura Mochica están constituidos por varias terrazas
escalonadas que abarcan todo el ancho del edificio, guardando orden simétrico con rampas inclinadas
hacia patios o plazas.

Sobre la decoración, realizaban grandes murales en alto y bajo relieve con motivos de animales,
plantas, divinidades, mitos, leyendas y su cosmovisión cultural. No por nada son considerados como
los mejores ceramistas del Perú Antiguo.

La construcción de casas era erigida en pequeñas comunidades sin formar grandes urbes. Las
viviendas contenían patio propio y techo de dos aguas para las lluvias.
Principales obras arquitectónicas

Huaca Cao Viejo


Es un sitio arqueológico situado en el valle de Chicama, en el norte del Perú. Su principal construcción
es una pirámide trunca perteneciente a la cultura moche (entre los siglos III y VII a. C.). Forma parte
del Complejo Arqueológico El Brujo. Se destaca por sus coloridos murales en alto relieve; allí también
se descubrió la tumba de la llamada Dama de Cao.
Se halla a 6 km del pueblo de Magdalena de Cao, distrito de Magdalena de Cao, provincia de
Ascope, departamento de La Libertad. Está frente al Océano Pacífico, en la margen derecha del río
Chicama y a 60 km al norte de la ciudad de Trujillo. Forma parte del Complejo Arqueológico El Brujo,
al que también pertenecen la Huaca Prieta y la Huaca Cortada. La Huaca Prieta es un montículo que
data del precerámico, mientras que la Huaca Cortada pertenece también al periodo moche.

La huaca es una pirámide trunca construida a base de adobe. Está compuesta de siete edificios
superpuestos, construidos sucesivamente a lo largo de cinco siglos, siguiendo el ceremonial
característico de las culturas costeñas peruanas: se enterrada la edificación antigua para elevar una
nueva encima. Llegó a alcanzar una altura de 30 m. Su base cuadrangular mide aproximadamente
120 m por lado. Para acceder a la cima de la pirámide, había una larga rampa ubicada a un lado del
edificio.

Siguiendo el estilo de las construcciones moches, la pirámide forma parte de un conjunto: frente a
ella se extiende una plaza ceremonial amurallada, a un lado de la cual está un anexo o plataforma
larga. En una de sus esquinas de la plaza, colindando con uno de los extremos de la pirámide, se halla
un pequeño recinto, al que se ha denominado Recinto Ceremonial, decorado con relieves. En la cima
de la pirámide se halla también un patio ceremonial, un recinto ceremonial, una plataforma principal
y un altar.

Las paredes de la huaca están profusamente decoradas con relieves policromados que impactan
tanto por su carácter monumental como por su dramatismo; han sido divididos en ocho conjuntos: 4

 Tema A: Motivos fantásticos.


 Tema B: Sacrificios humanos.
 Tema C: Ai apaec en forma de cangrejo.
 Tema D: Personajes asidos de la mano.
 Tema E: Grupo de figuras I y Grupo de figuras II.
 Tema F: Combatientes.
 Tema G y H: Guerreros y Desfile de cautivos.
 Tema I: Mascarones de Aia apaec.

Huaca Cortada

Es un monumento arqueológico situado en el valle de Chicama, en el norte del Perú. Se trata de


una pirámide trunca perteneciente a la cultura moche (entre los siglos III y VII d. C.), que forma parte
del complejo arqueológico El Brujo.

Se halla a 6 km del pueblo de Magdalena de Cao, distrito de Magdalena de Cao, provincia de


Ascope, departamento de La Libertad. Está frente al Océano Pacífico, en la margen derecha del río
Chicama y a 60 km al norte de la ciudad de Trujillo. Forma parte del Complejo El Brujo, al que también
pertenecen la Huaca Prieta y la Huaca Cao Viejo. La Huaca Prieta es un montículo que data del
precerámico, mientras que la Huaca Cao Viejo, de mayor dimensión que la Huaca Cortada, pertenece
también al periodo moche.

La Huaca Cortada o Partida es una estructura piramidal levantada mediante plataformas


superpuestas. Mide 103 m de largo por 98 m de ancho y 22 m de altura, y ocupa un área aproximada
de 10.000 m². Su nombre se debe a que en el centro de su fachada sur tiene una enorme y profunda
zanja, de 45 m de largo por 5 de ancho, que casi la divide en dos, hecha posiblemente por
los huaqueros en su afán de encontrar tesoros.2

Los arqueólogos han aprovechado esa gran zanja para estudiar la secuencia constructiva del
monumento. En total identificaron 5 remodelaciones, a las que llamaron Edificio A, B, C, D y E.
También se han identificado muros con frisos decorativos, con diseños de peces, en las que se usaron
los colores amarillo, rojo, blanco, gris y negro. La técnica artística es similar a la que se aplicó en la
Huaca Cao Viejo.

Huaca de la Luna

Es una construcción de adobe que está ubicada al norte del Perú, en el departamento de La Libertad,
a unos 5 km al sur de Trujillo; fue construida por la cultura Moche o Mochica. Se encuentra a
500 m de la Huaca del Sol, construida posteriormente también por la cultura mochica; entre las dos
huacas se encontraba la ciudad. En la actualidad se exhibe con sus diferentes pinturas en las paredes
con muchos años y que han perdurado al paso del tiempo.

La Huaca de la Luna está constituida por tres plataformas (Plataformas I, II y III) y tres plazas (Plazas 1,
2, 3A, 3B, 3C), delimitadas por grandes muros de adobe, que sirven de áreas de interconexión. Tiene
una base cuadrada de 87 m de lado y una altura de 21 metros. Estas construcciones destacan por
encontrarse superpuestas y construidas en diferentes períodos.

Los componentes más destacados del edificio son los relieves en sus pinturas murales de cinco
colores que representan, entre otras figuras, las características y atributos de la
divinidad moche llamada Ai apaec o el dios degollador.

Esta huaca fue centro de culto, ceremonial y religioso. En un altar ceremonial del último templo
construido, fueron descubiertos los restos de 40 guerreros sacrificados. En la fachada se puede
observar una serie de personajes como la deidad de las montañas con cinturones que terminan en
cabeza de cóndor, zorros con cabezas trofeos, pescadores, una serpiente, enormes cangrejos con
cuchillos ceremoniales, personajes agarrados de las manos o los sacerdotes de los rituales. Cada
figura es relacionada con el culto al agua, a la fertilidad agrícola y a los sacrificios realizados en este
templo.

Entre la Huaca del Sol y de la Luna se destacan antiguas viviendas, espacios para preparación de
alimentos, como también una plataforma que mira a un posible altar. El patio mide aprox. 1 ha,
desde donde la población de la zona urbana circundante podía ver la preparación para el sacrificio de
los guerreros, sin embargo, al parecer el sacrificio propiamente dicho sólo podía ser observado por
las altas autoridades. El área intangible está rodeada por la carretera, el valle y casas de pobladores
actuales.

El material de construcción es el adobe, con impresiones o sellos, adobones y adobitos


conservándose aún una hectárea de áreas policromas. En los adobes se han identificado 128 marcas
de origen provenientes de comunidades cercanas; cada una aportaba una cierta cantidad de adobes
para la construcción de los templos.

Las pinturas murales polícromas conseguían sus colores extraídos de sustancias minerales como
limonita (amarillo), hematita (rojo), arcilla (blanco) y carbón (negro).
Huaca del Sol

Huaca ubicada a 5 kilómetros al sur de Trujillo, departamento de La Libertad, dentro del Valle de
Moche. Se trata de una enorme estructura piramidal de gran belleza arquitectónica, construida en el
siglo I a.C. Funcionó como centro político – administrativo de la cultura Moche.

La Huaca del Sol, es un edificio construido con fines administrativos, consistente en


una pirámide escalonada de unos 43 metros de altura. Cuenta con 5 grandes terrazas, la mayor de 80
metros de longitud, sobre unas bases de 228 de largo por 136 de ancho y la plataforma de 18 metros
de altura, está coronada por una pirámide de 23 metros de alto, que tiene una base cuadrangular de
103 metros de lado.

Esta Huaca fue el centro político administrativo de esta cultura y de vivienda para la alta sociedad
moche. La huaca fue parcialmente destruida por los españoles al desviar el cauce del río Moche,
dañando una parte importante de la huaca. No se han hecho muchos trabajos arqueológicos, a
diferencia de la Huaca de la Luna, por falta de presupuesto. Se usaron 140 millones de adobes.
Metalurgia

De los Mochica no solo se dice que fueron los mejores ceramistas del Perú antiguo sino también los
más hábiles metalurgistas de su época. Y es que trabajaban con diversos metales preciosos con el fin
de realizar destacado arte orfebre. Los Mochicas fueron los mejores metalurgistas de su época.

De acuerdo con los estudios de los arqueólogos y la gran cantidad de piezas encontradas en los
yacimientos, por ejemplo, en la tumba del Señor de Sipán y de la Señora de Cao, los metales con los
que trabajaron los Mochica fue oro, plata, cobre y una aleación de este último con oro a la que se
conoce como tumbaga. Con estos materiales hicieron joyas, ornamentos, armas y herramientas.
Pero, los Mochica no se limitaron a trabajar con estos metales, sino que también, como señalan los
invitadores, entendían la naturaleza, propiedades y composición fisicoquímica de esos elementos, lo
que les permitió combinarlos y obtener la aleación ya mencionada. No solo esto, sino que también, a
partir del plomo y del mercurio lograron obtener bronce, cobre dorado y plata dorada, para lo cual
emplearon diversos reactivos como sal, sulfatos y otros.
Orfebrería

Las piezas de orfebrería moche eran variadas y se utilizaban para diversos fines, como objetos
rituales y ceremoniales, adornos personales y ofrendas funerarias. Se utilizaban varios materiales,
como el oro, la plata, la turquesa, el lapislázuli y la concha de Spondyllus, que se extraían de
diferentes regiones de la costa y de los Andes. El arte moche representa con frecuencia escenas de la
vida cotidiana, así como figuras humanas, animales y seres mitológicos.
Para poder desarrollar joyas, ornamentos y otros tipos de objetos, los Mochica demostraron ser muy
hábiles tanto en la metalurgia como en la orfebrería. Mediante la primera obtenían la materia prima,
es decir, los materiales con los que trabajarían y que les iban a permitir darle forma a las piezas.
Orejeras, eran símbolos importantes de estatus. Las representaciones de rombos, espirales, iguanas
y aves guerreras en el disco de las orejeras, así como las escenas de combate ceremoniales en
algunos de sus vástagos, sugieren una conexión con la religión y la guerra en la sociedad moche. Estas
representaciones podrían haber sido utilizadas para comunicar mensajes simbólicos y reforzar la
posición de poder de las elites en la sociedad.
Narigueras, son una muestra del arte y la habilidad orfebre de la cultura moche. Además de ser
utilizadas como objetos de distinción y estatus, las narigueras eran una parte importante de la
cosmología moche y estaban estrechamente relacionadas con sus creencias religiosas.
Las narigueras más impresionantes están hechas de oro, cobre dorado y plata, y a menudo se
encuentran en tumbas de personas importantes. El uso de diferentes metales y la combinación de oro
y plata en una misma pieza refleja el concepto de dualidad en la cosmovisión moche.
Las narigueras son adornos corporales de gran importancia en la cultura Mochica, una civilización
precolombina que se desarrolló en la costa norte del Perú entre los años 1 d.C. y 800 d.C. Estos
adornos, elaborados en metales preciosos como el oro, la plata y el cobre dorado, eran utilizados por
líderes políticos y religiosos para demostrar su estatus y su conexión con el mundo sobrenatural.
Además de su valor como símbolo de poder y estatus, las narigueras también eran utilizadas como
una forma de transformación. Algunas de estas piezas presentan diseños que recuerdan a los bigotes
de los felinos, mientras que otras contienen símbolos asociados con los dioses decapitadores del
panteón Mochica. La forma en «V» característica de las narigueras Mochica también se encuentra en
los tocados de algunos personajes, lo que sugiere una conexión simbólica entre estos adornos y otros
elementos rituales.
En las tumbas Mochica se han encontrado decenas de narigueras asociadas a un solo individuo
enterrado, lo que indica que estas piezas eran muy valoradas y se consideraban una parte importante
del patrimonio funerario. Es interesante destacar que no solo los hombres de élite utilizaban las
narigueras, sino que también eran usadas por las grandes señoras y sacerdotisas.
La variedad de materiales utilizados en la elaboración de las narigueras Mochica es un testimonio de
la habilidad artesanal de esta cultura. Las piezas más elaboradas están hechas de oro y plata, pero
también se han encontrado ejemplos de narigueras en cobre dorado y otros materiales menos
valiosos. Las narigueras bimetálicas, que combinan el oro y la plata, son especialmente notables por
su uso del concepto de dualismo, que es una parte fundamental de la cosmovisión andina
Pectorales
En excavaciones llevadas a cabo en sitios moche, se han encontrados pectorales finamente forjados,
así como vasijas de cerámica que representaban a dignatarios con estos collares. Estos pectorales
están hechos con conchas Strombus y Spondylus, materiales poco comunes que provienen de aguas
tropicales alejadas de las costas Norte de Perú y Ecuador. También llevan turquesa, quizás originaria
de lugares tan lejanos como lo que es hoy el Norte de Chile. Estos materiales probablemente
muestren el control que tenía el usuario de estos ornamentos sobre los recursos, desde los materiales
importados hasta el trabajo necesario para crear obras de semejante complejidad.
Técnicas

La orfebrería moche es conocida por su gran calidad y por la variedad de técnicas utilizadas para crear
piezas impresionantes. A continuación, se describen algunas de las técnicas más comunes utilizadas
por los orfebres moche

Cera perdida:

Esta técnica consiste en


esculpir un modelo de la
pieza deseada en cera y
luego recubrirlo con arcilla.
Después, se calienta la
arcilla, lo que hace que la
cera se derrita y salga por
los orificios previamente
realizados.
Luego se vierte el metal fundido en el espacio que deja la cera derretida y, una vez que se enfría, se
rompe la arcilla para revelar la pieza de metal.

Repujado

Esta técnica implica martillar el


metal con herramientas especiales
para crear diseños en relieve. Los
orfebres moche crearon diseños
intrincados, como figuras humanas,
animales y seres mitológicos,
utilizando esta técnica.
Soldadura

Esta técnica implica unir dos o más piezas de metal mediante el uso de calor y un metal de soldadura,
como el cobre. Los orfebres moche utilizaron esta técnica para crear piezas más grandes y complejas,
como collares y brazaletes.

Cincelado

Esta técnica se utilizó para tallar diseños en la


superficie de las piezas de metal utilizando un cincel
y un martillo. Los orfebres moche utilizaron esta
técnica para crear diseños intrincados en piezas de
oro y plata.

Escritura
Según opinión del Dr. Rafael Larco, los mochicas conocieron un sistema de escritura incisa que
realizaron en pallares (escritura pallariforme). Sobre la superficie de estos pallares, encontrados en
bolsitas en las tumbas, se nota que han sido pintados con puntos, rayas y sombreados que bien
podrían tener algún significado ideográfico; estos pallares eran trasladados por chasquis con cabeza
de lechuza, o Con alas de libélulas, a través del desierto costero, para ser entregados a los sacerdotes
quienes serían los encargados de descifrar estos mensajes.

APORTES
La cultura Mochica realizó grandes aportes, incluso a la sociedad moderna, debido a sus
invenciones e innovaciones para la época. Las cuales son:

 Realizaron innumerables murales, donde plasmaban imágenes y figuras representativas.


 Construyeron un gran canal y sistema de riego en toda la región desértica.
 Crianza de animales con alto contenido de proteína para el consumo humano.
 Utilización de elementos orgánicos para mejorar los sembradíos.
 Implementación de un gran sistema de irrigación para fortalecer y mejorar la agricultura.

“Huaca de la Luna” La
Libertad.

Canal “Raca Rumi”


Lambayeque

CONCLUSIONES
Al concluir nuestro viaje a través de la cultura mochica, nos encontramos maravillados por la riqueza y
complejidad de esta antigua civilización. A lo largo de nuestra investigación, hemos desenterrado los
tesoros de una sociedad que floreció en las costas del antiguo Perú entre los siglos I y VII d.C.

La maestría de los mochicas en el arte de la alfarería se revela en cada fragmento de cerámica,


ofreciendo una ventana única a su vida cotidiana, creencias y rituales. Su destreza en la creación de
obras maestras en arcilla no solo testimonia habilidades técnicas asombrosas, sino que también nos
conecta con la esencia misma de su expresión artística, transmitiendo historias de dioses, tradiciones
y la vida diaria.

La organización social de los mochicas, que se refleja en la disposición de sus asentamientos y


complejas estructuras piramidales, añade otra capa de fascinación a nuestro entendimiento. La
conexión intrínseca de esta civilización con la naturaleza, evidenciada en su ingeniería hidráulica
avanzada, nos deja admirando su capacidad para armonizar con su entorno.

Aunque hemos iluminado muchas facetas de la cultura mochica, persisten incógnitas que despiertan
nuestra curiosidad. El significado exacto de ciertos rituales y la totalidad de sus interacciones con
culturas vecinas se mantienen como enigmas que desafían nuestra comprensión completa.

Al final, la cultura mochica no solo se convierte en un objeto de estudio, sino también en un


recordatorio de la fragilidad de nuestras propias narrativas históricas. Su legado nos impulsa a
preservar y aprender de nuestro pasado para iluminar nuestro presente y futuro. En sus huellas de
cerámica y estructuras ancestrales, los mochicas nos instan a apreciar la diversidad cultural que
enriquece la experiencia humana y a reconocer nuestro papel como guardianes de la memoria
colectiva que define nuestra identidad. En este viaje de descubrimiento, la cultura mochica se erige
como un testamento eterno a la capacidad humana de dejar una marca indeleble en el tejido de la
historia.
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